INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (I.D E.A)

BOLETIN DE CIENCIAS

DE LA NATURALEZA

N.° 29

DIPUTACION» PROVINCIAL DE OVIEDO - 1982 SUMARIO

Páginas

Festuca vasconcensis (Markgraf - Dannenberg) Auquier & Kerguelen en , por M. I. Gutiérrez Villarias y J. M. Homet García-Cernuda. 3 Formaciones xeroacánticas ibéricas (xeroacantetas), con especial referen­ cia a los montes cántabro-astures, por Mayor, M. ; H. S. Nava y J. R. Alonso Fernández; con la colaboración de M. Dueñas, N. Bertrand, M. Solis y B. Herrero ...... 9 Sobre el aparato excretor de Helicella itala (Mollusca: Gastropoda: Pul- monata), por Asunción Gutiérrez Rodríguez ...... 29 Distribución de esponjas esciáfilas en la zona intermareal de Aramar (Luanco, Asturias), por Inés Lombas ...... 37 Muggiaea cantábrica n. sp. (Siphonophora, Calycophorae), por Juan Fer­ nández Alcázar ...... 51 Sobre la presencia y biología de Trocheta bykowskii Gedroyc, 1913 (Hi- rudinea, erpobdellidae) en Asturias, por Carmen Fernández Bernaldo de Quirós y Jesús Benito Salido ...... 59 Nota sobre una población de Típula (Típula) paludosa Meig. (Díptera: Tipulidae) de Oviedo, por Araceli Anadón y Ana Quero ...... 73 Nuevos sinfitos (Hymenoptera: Symphyta) para la fauna de Asturias, por Paloma Ciscar Gómez ...... 81 Larvas y postlarvas de peces de la zona costera cantábrica (N. de España) en los años 1974-75, por M.a Luisa Villegas ...... 95 Algunos datos sobre la alimentación del mochuelo común ( Athene noctua) en Asturias, por Marta de la Hoz ...... 113 Adiciones y correcciones a la lista general de aves observadas en Asturias (1979), por Ignacio Gámez Carmona ...... 121 Nota sobre la alimentación de la gineta, Genetta genetta L., en Asturias, por F. Braña y J. C. del Campo ...... 125 Sobre la alimentación de la marta, Martes martes L., en Asturias, por F. Braña y J. C. del Campo ...... 131 Primera cita de un cachalote pigmeo, Kogia breviceps (Blainville, 1862) (Mammalia, Cetacea) para las costas peninsulares españolas, por Carlos Ñores y M.a Concepción Pérez ...... 139 Variabilidad del carácter “Middle-Phalangeal Hair” en cinco poblaciones Españolas, por J. E. Egocheaga ...... 145 Relaciones entre las precipitaciones y temperaturas atmosféricas urbanas de Oviedo y de su entorno rural, por Pedro Mateo González ...... 159

Precio del número: España: 250 ptas. Extranjero: 300 ptas. INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (I.D.E.A)

BOLETIN DE CIENCIAS

DE LA NATURALEZA N.° 29

DIPUTACION PROVINCIAL DE OVIEDO - 1982 Depósito Legal: O. 43 - 1958 I. S. S. N.: 0211-0326

Imprenta “LA CRUZ” Hijos de Rogelio Labrador Pedregal Granda-Siero (Oviedo), 1982 Boletín de Ciencias de la Naturaleza I. D. E. A., n.° 29 — 1982

Festuca vasconcensis (MARKGRAF — DANNEN­ BERG) AUQUIER & KERGUELEN EN ASTURIAS POR M. I. GUTIERREZ VILLARIAS y J. M. HOMET GARCIA-CERNUDA

En una de las excursiones de trabajo realizadas por nuestro Departamento a la playa de Verdicio (Asturias), encontramos, en las dunas semifijadas, una festuca que pensamos se trataba de Festuca dumetorum L., por haber sido allí señalada (Mayor, M., & al., 1974). Posteriormente llegó a nuestras manos el trabajo de Markgraf- Dannenberg (Bull. Cent. Etud. Rech. Sei., Biarritz, 10 (2.°): 321-324. 1974) en que se describe la nueva subespecie vasconcensis de F. ovi­ na L., y que nos hizo sospechar que las plantas encontradas por nosotros podrían corresponder a este taxon. Animados por esta idea realizamos su estudio taxonómico, el cual nos permite afirmar, con bastante seguridad, que en efecto la población estudiada por nosotros corresponde a F. vasconcensis (Markgf.—Dann.) Auquier & Kerguélen (=F. ovina L. subsp. vas­ concensis Markgf.—Dann.), aunque presenta algunas diferencias con la descripción de dicha especie. Estas diferencias se refieren fun­ damentalmente a la menor talla que presentan las plantas de Ver­ dicio, así como un menor tamaño de panículas, espiguillas, glumas y glumillas. (Véase el cuadro comparativo). El resto de los caracteres se adaptan bien a la descripción del taxon en cuestión; únicamente debemos señalar el hecho de que encontramos algunas hojas con solo 5 nervios, siendo 7 el número señalado para esta especie, pero esto puede explicarse por haber realizado cortes transversales en hojas aún muy jóvenes. Como es por todos admitida la gran variabilidad existente den­ tro del grupo F. ovina L., s. 1., llegamos a la conclusión de que la población de Verdicio puede llevarse sin problemas a F. vasconcen- sis.

Mapa de distribución de F. vasconcensis (Markgrf.-Dannen.) Auquier & Ker- guélen. 1 Mimizan-Plage (Fr.); 2 Moliets (Fr.); 3 Messanges-Plage (Fr.); 4 Vieux-Boucau (Fr.); 5 Seignosse (Fr.); 6 Capbreton (Fr.); 7 Ondres-Plage (Holotipo) (Fr.); 8 Boucau-Ueuf (Fr.); 9 Bayonne (Fr.); 10 Biarritz (Fr.); 11 Zarauz (Esp.); 12 Laredo (Esp.); 13 Santoña (Esp.); 14 Faro de Peñas (Esp.); 15 Verdicio (Esp.). Una vez hecho el estudio taxonómico, realizamos un levanta­ miento de inventarios (Tabla I), que nos permite situar a F. vas­ concensis dentro de la Al. Ammophilion Br.-Bl. (1931) 1933, entre las As. Euphorbio-Ammophiletum arenariae [R. Tx. 1945 ap. R. Tx. & Br. Bl. 1952] (Dunas semifijadas) y As. Festuco-Crucianelletum R. Alvarez Díaz 1972 (Dunas fijadas). Intentando ampliar algo más el área de dicha especie hemos es­ tudiado la zona del Cabo de Peñas, en la que encontramos pobla­ ciones tanto en fisuras de rocas en el acantilado, como en landas. (Tabla II). — 5 —

Dichas poblaciones presentan, como en el caso de Verdicio, un porte más reducido y un tamaño algo menor de panículas, espigui­ llas, glumas y glumillas respecto a la descripción, adaptándose bien a F. vasconcensis por el resto de los caracteres. (Véase el cuadro com­ parativo). Estas poblaciones se encuentran encuadradas en las As. Daboecio-Ulicetum europaeae Br.-Bl. 1967, acompañadas de las es­ pecies: Ulex europaeus L., Lithodora diffusa (Lag.) Johns., Erica cinerea L., Calluna vulgaris (L.) Hull, Dactylis glomerata L., Galium saxatile L., Hypochoeris radicata L., entre otras.

Fig. 1.—Corte transversal de hoja de F. vasconcensis (Markgrf.-Dann.) Au- quier & Kerguélen. La Fig. A corresponde a un individuo de la población de Verdicio y la Fig. B a uno de la población del Cabo de Peñas. Al revisar el trabajo de Mayor & al. (1974), estimamos que la F. dumetorum que dichos autores citan, podría referirse a F. vas­ concensis, ya que en esa época no se conocía la existencia de dicho taxon en nuestras costas. El comportamiento ecológico de esta festuca en el litoral astu­ riano responde en líneas generales al que se le atribuye en el país vasco (MARKGRAF-DANNENBERG, 1974) pues debemos tener en cuenta, que la Al. Koelerion albescentis (Br.-Bl.) Weevers 1949, uni­ dad fitosociológica en que se incluye este taxon, representa los céspedes herbáceos que se instalan sobre las dunas en período de fijación, pudiendo semejarse con los medios en que hemos tomado los inventarios, correspondientes a dunas móviles, dunas fijas y matorral de los acantilados. También hemos realizado una excursión a la playa de Salinas (Avilés), esta vez sin éxito, pues a pesar de que la zona podría con­ siderarse óptima para el desarrollo del taxon que nos ocupa, no he^ — 6 —

mos conseguido detectar su presencia; ello quizá pueda deberse a una enorme influencia humana y al alto grado de contaminación que allí existe.

CUADRO COMPARATIVO ENTRE LAS PLANTAS ENCONTRADAS EN VERO ICIO Y CABO DE PEÑAS, Y LA DESCRIPCHJM DEL KILOTIPO DE FESTUCA

VASCONCENSIS ( MARKGR.- DANN.) AUQUIER & KERGUÉLEN

nuauvipu

Aspecto de tallos Lisos o ásperos Lisos0 ásperos Gastante ásperos Altura de la planta 12, 5-23,9 (x-10, 4)cni. 21, 7-28,9 (x«25,S)cm 24-OQ (x-38 ) cm. Punto sutura vaina 1/3 inf'.,raro /2 í 1/4 - 1/3 in r . 1/4- 1/3 in f,, raro 1/2 Diámetro hojas 0 , 65-0,89 (x*0 ,76)mm. 0 , 6-0 , Q (x- 0, 7) mm. (0, 4-) 0, 5-0,9 (-1, 2) (x= 0 , 7) mnt. N» de nervios 5-7 (5-) 6-7 7 (-8 -6) N® de costillas 1 (-3-3) poco marcadas 1 1 (-2-3) poco marcadas Long. de panícula 3-4,07 (x- .3, 6) cm. 3, 5-4,7 (x- 4, 13) cm 6 , 5-10,5 (x- 7, 5) cm. N1 de flores ( 4-) 5-6 (-7) ( 3-) 4-6-6 (3-) 4-6 Longitud espiguillas 5—7,7 (x- 6, 2) flm. 6, 1-6,33 (x- 6, 3) tm 6 , 9 -8,1 (k » 7, 6) mm. Long. Gl. inferior 2, 37-2,87 (x-2, 69 )mm. 2, 6-3 (x * 2, 8 ) mm, 2, 4-3,4 mm. Anchura Gl. inferior 0,73-0,96 0(0,S4-x), 6-0,8 (x- mm.0 , 72) mm. 0 ,7-1,1 mm. Long, G l, Superior 3, 3-4,2 (x-3, 86 ) mm. 3, 7-4,2 (x-3, 9 ) mm. 3, 3—4,6 wn. Anchura G l, Sup, 1, 1-1,57 (x-1, 27) nrn. 1, 2-1,3 (x-1, 25) mm. 1,1-1,7 nrn. Long, Glunilln 3, 5-4,53 (x«4, 16)n»n, 3, 45-4,4 (x-4, 03) mm 4,6-6,5 (x> 4,9) mm, Anchura Glumilla 1, 57-2 (x-1, 76) mn, 1, 6-1,8 (x- 1, 67) mm 1,6-2 fx»1 , 9 ) nri, Long. Arista 1,3-2,37 (x-1,7?) m . 1i4-1,7 (x-1,6) mm. 0,1-1,8 mm. Long. Anteras 2 rnn. 2, 2-2,4 (x-2, 3) mm, 2, 1—3,4 mm. Células epidérmicas G randes Grandes Grandes

Eaclerénquima Continuo Continuo Continua

Hasta ahora esta especie se conocía de la costa atlántica francesa y del país Vasco y Santander (hasta Santoña) en España. Nosotros la señalamos por primera vez en Asturias, ampliando su área, aun­ que pensamos que pueda encontrarse en localidades más occiden­ tales.

TABLA I Localidad: Playa de Verdicio

N.° de inventario 1 2 Exposición SE — Inclinación 50% — Cobertura 65% 40% Area 10 m2 2 m2 Festuca vasconcensis (Markgr.-Dann.) Auquier & Kerguélen 1,1 1,3 Ammophila arenaria (L.) Link. 3,4 1,2 Andryala integrifolia L. 1,1 4- Lagurus ovatus L. 1,1 2,2 — 7 —

Catapodium marinum (L.) C. E. Hubb. + 2,2 Eryngium maritimum L. +1,2 Leontodon taraxacoides (Vili.) Merat + 1,1 Hypochoeris radicata L. -f 1,1 Medicago marina L. 2,2 — Crucianella maritima L. 1,1 — Daucus carota L. 1,1 — Vulpia bromoides (1.) Grau +,2 — Pancratium maritimum L. +,2 — Car ex arenaria Lin — 1,2 Crithmum maritimum L. — 1,2 Calystegia soldanella (L.) R. Br. — 1,1 Polycarpon tetraphyllum (L.) L. — + El inventario núm. 1 se ha realizado en dunas secundarias de arenas sueltas, el núm. 2 corresponde a dunas semifijadas. ESQUEMA DE LA VEGETACION DUMAR DE VERDICIO

Ciudad residencial

Figura 2: 1.—Festuco-Crucianelletum 3.—EuphorbietoAgropyretum Juncei 2.—Euphorbieto-Ammophiletum arenariae 4.—Cakiletalia TABLA II Localidad : Cabo Peñas Altitud (m. s. n. m.) 100 Exposición NE Inclinación 5% Cobertura 100% Area 10 m2 Festuca vasconcensis (Markgr.-Dann.) Auquier & Kerguélen 4,4 Ulex europaeus L. 2.3 Erica cinerea L. 2.3 Koeleria albescens DC. 2,2 Galium saxatile L. 1,2 Lithodora diffusa (Lag.) J. M. Johnston 1,1 — 8 —

Avenula marginata (Lowe) Holub subsp. sulcata (Gay ex Delastre) Franco 1,1 Hypochoeris radicata L. + ,2 Euphorbia portlandica L. 4- ,2 Leucanthemum vulgare L. + ,2 Angelica pachycarpa Lange + ,2 Allium ericetorum Thore. + ,2 Iasione crispa (Pourr.ì Samp. subsp. maritima (Dubv) Tutin + ,2 Calluna vulgaris (L.) Hull. 4- ,2 Inventario tornado en un matorral de los acantilados. RESUMEN Se cita la presencia de Festuca vasconcensis (Markgf.-Dann.) Auquier & Kerguélen, en la provincia de Oviedo, ampliándose su área de distribución, limitada basta ahora a la costa atlántica de Francia, País Vasco y Santander. Ecológicamente se localiza en dunas móviles y fiias v matorral de los acantilados, que tienen semejanza con los céspedes herbá­ ceos que se instalan sobre dunas en período de fiiación (Al. Koele- rion albescentis (Br.-BI.) Weevers, 1949, en que se ha incluido hasta ahora este taxon. Departamento de Botánica Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo BIBLIOGRAFIA

1. All o r g e , P. 1941.—Essai de synthèse phytogéographique du Pays bas­ que. (1). Bull. Soc. Bot. Fr., 88: 291-356. 2. Alvarez D ía z , R. 1972.—Estudio de la flora y vegetación de las playas de Galicia. Trab. Comp. de Biolog. 2. Santiago. 3. D ia z , T. E. y L o r íe n t e E scallada . E. 1974.—Estudio corológico y fitosocio- lógico delMedicago marina L., en el litoral norte de la península ibérica. Rev. Fac. Cieñe. Univ. Oviedo. Nueva serie, Vol. XV-XVI, 2: 235-242. 4. K e r g u e l e n , M . 1979 .—Festuca L. In Flore descriptive et illustrée de la France. H. Coste. 5.° supplément.: 483-589. Paris. 5. M ar k g r a f -D a n n e n b e r g , I. 1974.—Description de la sous-espèce nouvelle vasconcensis de Festuca ovina. Bull. Cent. Etud. Rech. Sci., Biarritz, 10 (2.°), pp. 321-3324. 6. M ayor L ó p e z , M .. D iaz G o nzalez , T. E. y N avarro An d r é s , F. 1974.— Aportación al conocimiento de la Flora y Vegetación del Cabo de Peñas (Asturias). Bol. Inst. Est. Ast. (S. Cieñe.) 19: 3-64. Bolelín de Ciencias de la Naturaleza I. D. E. A., n.° 29 - 1982

FORMACIONES XEROACANTICAS IBERICAS (XEROA- CANTETAS), CON ESPECIAL REFERENCIA A LOS MONTES CANTABRO-ASTURES POR MAYOR, M.; H. S. NAVA y J. R. ALONSO FERNANDEZ; con la co­ laboración de M. DUEÑAS, N. BERTRAND, M. SOLIS y B. HERRERO

Se entiende por Xeroacanteta un tipo de formación vegetal del piso oromediterráneo, caracterizada por estar constituida por es­ pecies subarbustivas espinosas que adoptan formas pulvinulares o almohadilladas. Vamos a considerar dos aspectos: La «garriga xerófila espinosa en cojinete» y los «céspedes discontinuos». La garriga espinosa se sitúa en las montañas del Mediterráneo-meridional, Africa del Nor­ te y Sureste de la Península Ibérica, mientras que los céspedes dis­ continuos ocupan preferentemente las montañas más septentriona­ les, y se definen como formaciones pascícolas con predominancia de caméfitos espinosos pulvinulares que crecen más o menos es­ paciados unos de otros, dejando zonas desnudas en el suelo, a la vez que alternan con céspedes de gramíneas esclerófilas. Las formaciones genuinas de garrigas espinosas son propias de las Montañas Béticas y desaparecen en los Macizos de Gúdar y Ja- valambre, Peña-Golosa y también en el Centro y Norte de la Penín­ sula, para dar paso a los céspedes discontinuos en los que, si bien es verdad están presentes caméfitos espinosos (Astragalus semper- virens, Genista pumita, G. hórrida, G. legionensis, etc.), lo hacen - 1 0 - de forma salteada e incluso en algunas comunidades de montaña su presencia es vestigial. Las montañas centroeuropeas nos ofrecen contrastes acusados con las mediterráneas, pues en aquellas los céspedes son continuos, carentes de caméfitos espinosos y situados sobre suelos más pro­ fundos. ¿Cuáles son las causas de estas diferencias? El clima medite­ rráneo sería el principal responsable, debido a la sequedad estival, y a los fenómenos periglaciares. Las laderas de fuerte pendiente en suelos esqueléticos, coadyuvan, juntamente con la influencia antropógena de los últimos milenios ,tala de bosques, fuegos y pas­ toreo) a la extensión de este tipo de formaciones xeroacánticas. Por otro lado, en cuanto a su vinculación ecológica sobre un ti­ po de suelos calizos, parece no ser del todo exacta, puesto que se han encontrado sobre sustratos ácidos. Así en las Sierras de Gre- dos, Béjar, Segundera, Sierra del Teleno y Sierra Nevada nos ofre­ cen bajo el punto de vista fisonómico, similar aspecto almohadilla­ do-espinoso sobre litosuelos ácidos. Destacaremos las Genistas gru­ po hystrix (G. hystrix y G. sanabrensis) y grupo lusitanica (G. lu- sitanica y G. barnadesii). Al final del Mioceno existió un período de aridez, que permitió la extensión de los caméfitos espinosos por las montañas circun- mediterráneas; concretamente los grupos taxonómicos pertenecien­ tes al género Astragalus, subgénero Tragacantha (cuyo origen se atribuye a la región Irano-Turaniana, y que hizo su irradiación a las montañas del Centro y Occidente mediterráneo) y el género Ge­ nista, sección Erinacoides, cuyo centro de origen se supone en el Mediterráneo occidental. Estudios de tipo histórico, geológico y climático ponen en evi­ dencia la fuerte interrelación que ha existido entre las montañas circunmediterráneas antes y después de las épocas glaciares. Por otra parte, la riqueza de la flora mediterránea contrasta acu­ sadamente con la de los Macizos Centro-Europeos (Alpes), así en las montañas mediterráneas se distinguen tres pisos bioclimáti- cos que han influido fuertemente en la flora y vegetación: —Mediterráneo semiárido, que corresponde a Africa y Monta­ ñas Béticas. Seco en verano. —Mediterráneo subhúmedo, en las montañas del Este Medite­ rráneo. —Mediterráneo húmedo, en el Nor-Mediterráneo. — 11 —

Teniendo en cuenta la influencia del clima y la naturaleza del sustrato, dada la riqueza de la flora mediterránea, sus montañas han sido centros de especiación, tanto a finales del Terciario como en el Cuaternario (ej. Astragalus sempervirens cuyas subespecies se encuentran distribuidas por los distintos macizos); así como otras especies nuevas, apoendemismos o esquizoendemismos, han surgido como formas vicariantes a través de los mecanismos de es­ peciación. La conflictividad mayor existe hoy día al pretender Quézel ha­ cer extensivo el concepto de céspedes discontinuos a los Macizos Pirenaicos, Alpinos y Balcánicos, y por otra parte, al hacerlo noso­ tros también a la Cordillera Cantábrica. De todas formas, aún en el límite de su área (región Nor-Mediterránea) los céspedes discon­ tinuos acusan su propia personalidad, situándose en zonas micro- climáticas favorecidas, de pendiente acusada en solanas donde la inivación es escasa y los fenómenos periglaciares se manifiestan claramente a través de la solifluxión y crioturbación. Estas espe­ ciales condiciones ecológicas dan lugar a la formación de terrazas o pequeñas repisas escalonadas, sometidas a una continua erosión, que solamente son colonizadas por especies d los géneros Festuca, Astragalus, Genista, etc., que son capaces de soportar estas situa­ ciones. Bajo el punto de vista fisonómico, es clara la diferenciación de estas comunidades con las de naturaleza medio-europea; lo que sucede es que nos encontramos con toda una serie de formas inter­ medias, en las que es difícil definir si realmente se inclinan más hacia lo medioeuropeo o a lo mediterráneo. De todas formas, no pretendemos abordar este tema exhausti­ vamente, sino sencillamente analizar las especies del género Genista y otros taxa espinosos que le confieren una peculiar fisonomía a las Montañas Ibéricas. Si bien es verdad que el concepto de xeroa- canteta ha estado vinculado fundamentalmente a las Montañas Bé- ticas, con ligera irradiación a las del Este de España sobre sustra­ to calizo, pretendemos hacerlo extensivo a otras localidades de la Península Ibérica, independientemente del sustrato. Pero queremos aclarar que en las regiones donde la mediterraneidad es muy acu­ sada predominan los factores climáticos sobre los edáficos, per­ diendo influencia la naturaleza del sustrato. Sin embargo cuando el clima se suaviza por un aumento de la humedad, la subordina­ ción a los factores edáficos es menos rigurosa a las condiciones del clima. Con ésto pretendemos dejar patente que la xeroacanteta — 12 — está ligada a la geomorfología y al clima, independientemente del sustrato y siendo propia de las montañas mediterráneas. Le damos una importancia especial a Erinacea anthyllis, pues este camétito espinoso que define en gran parte las garngas de las montañas Norte-Atricanas y JBeticas, lué quizá una de las especies que sirvieron de punto de partida para enunciar estos aspectos de la vegetación. Las especies que definen las garrigas espinosas (Figura núm. 1) decrecen considerablemente a medida que abandonamos Sierra Nevada y nos dirigimos a zonas más septentrionales; al mismo tiempo podemos decir también que los céspedes discontinuos que si bien están de una forma clara definidos en las vertientes secas de los macizos septentrionales, ocupan las montañas del Centro y Este de la Península, haciéndose más escasos en las zonas meridio­ nales, donde se desplazan a las altas cumbres. Mediante una serie de esquemas trataremos de representar es­ tas formaciones en los Macizos Ibéricos, así como su situación den­ tro de las zonas de vegetación establecidas por Consejo de Europa. A continuación indicamos la lista de las principales componen­ tes que han dado lugar a la Xeroacanteta: Alyssum spinosum L. (=Ptilotrichum spinosum (L.) Boiss-) Arenaria pungens Clemente ex Lag. Astragalus sempervirens Lam. subsp. catalaunicus Laínz Astragalus sempervirens Lam. subsp. muticus Laínz Astragalus sempervirens Lam. subsp. nevadensis (Boiss) P. Monts. Bupleurum fruticescens L. Echinospartum horridum (Vahl) Rothm. Echinospartum boissieri (Spach) Rothm. Echinospartum lusitanicum (L.) Rothm. subsp. barnadesii (Graells) C. Vicioso Echinospartum lusitanicum (L.) Rothm. subsp. lusitanicum Erinacea anthyllis Link Genista baetica Spach Genista hystrix Lange subsp. hystrix Genista legionensis (Pau) Laínz Genista lobelii DC. subsp. longipes (Pau) Heywood Genista sanabrensis E. Valdés-Bermejo, Castroviejo et Casaseca Genista pumila (Debeaux and Reverchon ex Hervier) Vierh subsp. pumila Genista pumila (Debeaux and Reverchon ex Hervier) Vierh subsp. mugronensis Rivas-Mart. — 13 —

Figura 1.—Porcentaje de especies de Erinacetalia en distintas localidades geográficas (según Quezel).

Figura 2.—Mapa modificado de la vegetación del Consejo de Europa. — 14 —

Figuras 3 y 4.—Disposición de las Xeroacantetas en los Macizos Ibéricos, — 15 — Sidefitis glacialis Bois. Vella spinosa Boiss. Juniperus communis L. subsp. nana Syme Indicamos la relación de las especies más típicas de las distin­ tas comunidades que hemos estudiado y donde están presentes los Caméfitos espinosos. En el momento actual son numerosas las aso­ ciaciones vegetales descritas para este tipo de formaciones. Hemos recogido solamente aquellas comunidades que tenían un significado biogeográfico y que podían reflejar, aunque de una for­ ma incompleta, su distribución a lo largo de los macizos montaño­ sos de la Península Ibérica:

S ierra N evada

As. Astragalus boissieri-Festuca hystrix Sustrato Calizo. 2000-2300 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Astragalus granatensis Lam. Festuca hystrix Boiss. (= A. boisdieri Fisch.) Thymus granatensis Boiss. Astragalus sempervirens Lam. Festuca indigesta Boiss. subsp. nevadensis (Boiss) P. Monts. Berberís hispanica Boiss. & Reuter Vella spinosa Boiss. Arenaria aggregata (L.) Loisel Erinacea anthyllis Link Marrubium supinum L. (=M. serl Bupleurum spinosum Gonan ceum Boiss.)

As. Genista baetica-Jumperus nana Sustrato Silíceo. 2300-2700 m.s.n.m Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Geriista baetica Spach. Juniperus sabina L. Alyssum spinosum L. Festuca indigesta Boiss. Arenaria pungens Clemente ex Lag. Poa íigulata Boiss. Erinacea anthyllis Link Festuca gautieri (Hackel) K. Richter Astragalus sempervirens Lam. (= F. scoparia A. Kerner ex Nyman subsp. nevadensis (Boiss.) P. Monts. Helictotrichon sedenense (DC.) J. Ho­ Juniperus communis L. subps. na­ lub (= Avena montana Vill.) na Syme — 16 —

As. Sideritis glacialis-Arenaria pungens Sustrato Calizo, 2700-2900 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Sideritis glacialis Boiss. Eryngium bourgatii Gouan Arenaria pungens Clemente ex Lag. Festuca indigesta Boiss. Erodium petreum (Gouan) Willd. V'italiana primuliflora Bertol subsp. crispum (Lapeyr.) Rouy (=Gregoria vitaliana (L.) Duby) Astragalus sempervirens Lam. Marrubium supinum L. ( =M. seri- subsp. nevadensis (Boiss.) P. Mont. ceum Boiss.) Alyssum spinosum L. Echium flavum Desf. Juniperus communis L. subsp. nana Syme

Aitana y Mariola As. Erinacea anthyllis-Genista longipes Sustrato Calizo, 1200-1500 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Genista lobelii DC. Festuca hystrix Boiss. subsp. longipes (Pau) Heywood Koeleria'vallesiana (ILlonckeny) Gau- Vella spinosa Boiss. din Erodium petreum (Gouan) Willd. Festuca capillifolia Dufour subsp. crispum (Lapeyr.) Rouy Armeria alliacea (Cav.) Hoffmanns. Alyssum spinosum L. & Link. Erinacea anthyllis Link. Salvia lavandulifolia Vahl. Bupleurum fruticescens L. Lavandula latifolia Medicus Arenaria tetraquetra L. Lithodora fruticosa (L.) Griseb.

Gudar

As. Paronychia capitata-Artemisia lanata Sustrato Calizo. 1600-1700 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Sideritis glacialis Boiss. Paronychia capitata (L.) Lam Erinacea anthyllis Link Artemisia pedemontana Balbis ( =A. Astragalus sempervirens Lam. subsp. lanata Willd) muticus (Pau) Rivas-Goday et Borja Festuca hystrix Boiss. Festuca indigesta Boiss. Poa ligulata Boiss. Potentilla cinerea Chaix ex Vill — 17 —

de Map a

1.- Astragalus sempervirens Lam. subsp. catalaunlcus Lainz 2.- Astragalus sempervirens Lam. subsp. mutlcus Lainz

3.— Astragalus sempervirens Lam.

subsp. nevadensis (goiss.)P. Monts. 11 •- Arenarla pungpnsex Lag.Clemente 5.- Sideritis glacialis 8oiss var. pul- v i n u l a t a — 18 —

As. Satureja montana-Erinacea anthyllis Sustrato Calizo. 1300-1500 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Genista lobelii DC. Satureja montana L. Astragalus granatensis Lam. Festuca hystrix Boiss. (=A boissieri Fisch) Artemisia pedemontana Balbis (=A. Erinacea anthyllis Link. lanata Willd.) Alyssum spinosum L. Koeleria vallesiana (Honckeny) Gau- din Ononis aragonensis Asso Juniperus thurifera L. Juniperus sabina L. Berberís hispanica Boiss. et Reuter Arenaria aggregata (L.) Loisel

S istema Central ( pela ) As. Lino-Genistetum pumilae Sustrato Calizo, 1300-1500 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Genista pumila (Debeaux et Rever- Linum suffruticosum L. chon ex Hervier) Vierth Lavandula latifolia Medicus Erinacea anthyllis Link. Satureja montana Medicus Bupleurum fruticescens L. Avena pratenSis L. subsp. ibérica St- Yves Potentilla cinerea Chaix ex Vill. subsp. velutina (Leh) Rivas Go- day et Borja Koeleria vallesiana (Honckeny) Gau- din. Thymus mastigophorus Lacaita - 1 9 ; -

N g de Mapa

1.- Genista hystrix Lange subsp. hystrix

2.- Ganista hystrix Lange subsp. legio- nensis(Pau) P. Gibbs.

3.- Genista sanabrensls Valdás-0ermejo, Castroviejo et Casaseca

4. — Genista lobelil OC. subsp• longlpes (Pau)Heywocd E.- Genista baetica Spach — 20 —

Pirineos (pre -pirineo central , huesca ) As. Junipero-Genistetum horidae Sustrato Calizo, 1300-2000 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Echinospartum horridum (Vahl) Roth. Pinus sylvestris L. (=Geriista hórrida (Vahl.) DC.) Artostaphylos uva-ursi (L.) Sprengel Juniperus communis L. subsp. hemis- Lavandula angustifolia Miller phaerica (J. et C. Presl.) Nyman subsp. pyrenaica (DC.) Guinea (=L. pyrenaica DC.) Buxus sempervirens L. Quercus pubescens Willd. Koeleria vallesiana (Honkeny) Gaud. Avena pratensis L. subsp. ibérica St- Yves Bromus erectus Hudson Teucrium pyrenaicum L.

Cordillera Cantabrica (E spinama ) As. Genista legionensis-Seseli cantabricum Sustrato Calizo. 250 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Genista legionensis (Pau) Laínz Helictotrichon cantabricum (Lag.) Genista hispanica L. subsp. occiden- Gervais talis Rouy Crataegus monogyna Jacq. Globularia nudicaulis L. Pimpinella tragium Vill. Allium ericetorum Thore Seseli cantabricum Lange — 21 -

N* efe Mapa

1 .« Genista pumila (Oebaaux and flav«rcfiorr

■x Hervier) Vierh subep, pumila

2.- Genista pumila (Oebeaux and flevarehon

ex Herviar} Vierh subsp. mucronenata

3.- Alvssum splnosuw L. (■ Ptllotrlehum spinosum (L.) Boiss.) 4.-Velia spinosa Balas.

5.- Suplaurum frutleescens U,

j Mapa N# 9 — 22

Cordillera Cantabrica (Aliva ) As. Genista legionensis-Festuca hystrix Sustrato Calizo. 2000 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Genista legionensis (Pau) Laínz Thymus praecox Opiz Juniperus communis L. subsp. nana Festuca indigesta Boiss. Syme Iberis pruitii Tineo (s. Flora Euro- paea) Anthyllis vulneraria L. Asperula cynanchica L. Androsace villosa L. Avenula mirandana (Sennen) J. Ho­ lub. (s. Flora Europaea) Festuca hystrix Boiss. Koeleria vallesiana (Honckeny) Gaud. Oreocloa seslerioides (All.) K. Richt. Silene ciliata Pourret Arenaria grandiflora L. Minuart'ia verna (L.) Hiern Euphorbia chamaebuxus Bernard ex Gren. and Godron

S ierra del Teleno

As. Genista sanabrensis-Juniperus nana Sustrato Silíceo, 2100 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Genista sanabrensis Valdés-Berme- Calluna vulgaris (L.) Hull. jo, Castroviejo et Casaseca lasione laevis Lam. subsp. carpeta- Juniperus communis L. subsp. nana na (Boiss. & Reuter) Rivas-Mart. Syme Agrostis alpina Scop.

As. Genista sanabrensis-Eryngium duriaei Sustrato Silíceo, 1600 m.s.nm. • Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Genista sanabrensis Valdés-Berme- Eryngium duriaei Gay ex Boiss. jo, Castroviejo et Casaseca Calluna vulgaris (L.) Hull. Vaccinium myrtillus L. Erica umbellata L. Erica australis L. Cytisus purgans (L.) Boiis. Pterospartum tridentatum (L.) Wilk. NB da Mapa

1 Echlnospertum bolsslerl (Spach) flotfm,

2.- Echlnospartum horrldun (Spach) Rothrn.

3.- Echlnospartum lualtanlcum(l .) Rottm,

subap. bamadesll (Grals) Vicioso

4.- Echlnospartum lualtanlcum (L .) Rothm,

subap. lualtanlcum

5 .« Erlnacea anthyllla Link. — 24 —

S istema Central (gredos y bejar ) As. Sarotamno-genistetum barnadessi Sustrato Silíceo, 2200 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Echinospartum lusitanicum (L.) Roth. Cytisus purgans (L.) Boiss. subsp. barnadesii (Graells) C. Vi­ Deschampsia flexuosa (L.) Trin. cioso Festuca indigesta Boiss. (=Genista lusiíanica L. Agrostis delicatula Pourret ex La- subsp. barnadesii (Graells) C. Vicio­ peyr. (=A. truncatula Parí.) so) Juríiperus communis L. subsp. nana Syme

Puerto del Manzanal

As. Lavandulo-genistetum hystricis Sustrato Silíceo, 1100 m.s.n.m. Especies pulvinulares espinosas: Otras especies: Genista hystrix Lange Lavandula pedunculata Miller (L. Echinospartum luàitanicum (L.) stoechas L. subsp. pedunculata (Mi­ Rothm. (=Genista lusitanica L.) ller) Samp, ex Rozeira). Thymus mastichina L. Tuberaria globularifolia (Lam.) Willk. Ptherospartum tridentatum (L.) Willk. Etica cinerea L. Erica umbellata L. Erica australis L. Halimium alyssoides (Lam.) C. Koch. Agrostis curtisii Kerguélen (=A se­ tacea Curtis) — 25 —

RESUMEN Las montañas que se sitúan alrededor del Mediterráneo ofrecen, desde el punto de vista de su Flora y Vegetación, caracteres pecu­ liares, entre ellos destacamos las formaciones almohadillado-espi­ nosas conocidas como Xeroacantetas, que fueron denunciadas en un principio en las montañas héticas y norteafricanas, donde alcan­ zan su óptimo, extendiéndose, de una forma ya más empobrecida, al Sistema Central y a las Cordilleras Pirenaico-Cantábricas. Sobre todo se analiza la distribución geográfica y el comporta­ miento ecológico de los endemismos ibéricos incluidos principal­ mente en los géneros Genista, Echinospartum, Vella, Astragalus, etc. Se llega a la conclusión de que este tipo de formaciones son in­ diferentes al sustrato y están fuertemente condicionados por los fenómenos periglaciares, teniendo su límite en las montañas can­ tábricas y pirenaicas, donde ocupan las localidades microclimáti- cas favorables de las vertientes soleadas.

SUMMARY The mountains surrounding the Mediterranean sea, offer pecu­ liar characteristics regarding their Flora and Vegetation. Most pe­ culiar are the thorny-cushioned formations known as Xeroacantetas, which were first reported for the Andalusian and Northafrican mountains. Decreasing its distribution throughout the Sistema Cen­ tral, the Pyrenean and Cantabrian ranges. In this paper the ecological behaviour of the Iberian endemis- mes included in the genera Genista, Echinospartum, Vella, Astra­ galus, etc., and its geographical distribution is analysed. We conclude that formations of this type are indifferent to the substratum and are strongly conditioned by the periglacier pheno­ mena, being limited by the Pyrenean and , where they occupy the advantageous microclimatic places of sunny slopes. Departamento de Botánica Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo. - 26 —. — 27 — — 28 —

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SOBRE EL APARATO EXCRETOR DE Helicella itala (Mollusca: Gastropoda: Pulmonata) POR ASUNCION GUTIERREZ RODRIGUEZ

INTRODUCCION Con el presente trabajo se ha tratado de contribuir al conoci­ miento del aparato excretor en Gasterópodos Pulmonados, sobre el que existen estudios aislados, sólo referidos a unos pocos géneros y especies. Se seleccionó para tal fin el gasterópodo pulmonado terrestre Helicella itala (L), especie que se encuadra (según Grasse ) dentro de los siguientes grupos taxonómicos: Sup. or.: Stylommatophora, Or.: Geophila, Sub. or.: Sigmurethra, Sup. fam.: Helicoidea, Fam.: Helicellidae, Sub. fam.: Helicellinae. En toda la bibliografía consultada, no se ha encontrado ninguna descripción del órgano renal de esta especie ni siquiera de la fami­ lia a la que pertenece.

MATERIAL Y METODOS ...... • a) Los ejemplares fueron recogidos en tres puntos de la región asturiana: Belmonte de Miranda (Mayo y Julio de 1978), Bañugues (Agosto y Diciembre de 1978) y La Isla (Abril de 1979). De ellos se extrajo el riñón, junto con los órganos que lo rodean, fundamen­ — 30 — talmente a partir de ejemplares vivos (procedimiento que se com­ probó ser más eficaz). b) Fijación del material, dependiendo del tratamiento poste­ rior, en Líquido de Bouin, alcohol absoluto y formol al 4%. c) Deshidratación del material mediante alcohol. d) Inclusión en Parafina. e) Cortado con microtomo (6-7 i¿) y pegado de los cortes al portaobjetos mediante la técnica de albúmina glicerinada-agua. También se realizaron cortes por congelación (75-30 ui). f) Coloración, tras deshidratación, de los cortes utilizando colo­ raciones topográficas (Ei.: Hematoxilina-Eosina, Tricrómico de Ca- jal, etc.) y coloraciones histoquímicas (Ej.: P.A.S., Negro Sudán, Ga- lantha, Von Kossa, etc.). g) Montaje de las preparaciones utilizando fundamentalmente Bálsamo de Canadá (cortes en parafina) y Glicerina (cortes por con­ gelación). h) Las observaciones se llevaron a cabo con microscopio Nikon y las fotografías se realizaron con una cámara Nikon.

DESCRIPCION DEL APARATO EXCRETOR DE Helicella Ítala Dividiremos el sistema excretor, para su estudio, en las tres par­ tes distintas (morfológica y fisiológicamente) de que consta: Riñón propiamente dicho o saco renal, Uréter primario y Uréter secunda­ rio. (Esquemas. Fig. 1 y 2). De entre las variadas denominaciones del aparato excretor y sus diferentes porciones encontradas en la bibliografía consultada, se ha escogido esta terminología utilizada por Franc . I.—RIÑON: (Porción elaboradora de la excreción). Organo de color blancuzco, localizado en la parte izquierda del animal, de for­ ma triangular, con el vértice dirigido hacia la cavidad pulmonar, alargado, de unos 7 a 9 mm. de largo y de 1 a 2 mm. de ancho en la parte más adelgazada y de 2 a 3,5 mm. en la más gruesa; adosado al pericardio por el «costado pericardial», sigue hasta el límite pos­ terior de la cavidad pulmonar por su «costado pulmonar» y bordea la parte final del intestino por su «costado intestinal». Está recu­ bierto por un manto vascularizado. Se encuentran en el riñón dos aberturas: a) el canal renoperi- cárdico situado en la zona posterior o ancha del riñón que comunica a éste con el pericardio, que en esta zona contiene el ventrículo,-este — M — canal, de unas 14,5 ¡jl de diámetro, está tapizado por células ciliadas y b) el poro renal interno o poro renouretral, situado en el extremo anterior del riñón que comunica a éste con el uréter primario; tiene un diámetro de unas 31 (Fig. 4 y 5).

Fig. 1.—Representación del aparato excretor, vistas dorsal y lateral. R: Riñón. UP: Uréter primario. US: Uréter secundario. En la zona más ancha del riñón y en la región en que se produ­ cirá la comunicación uréter primario-uréter secundario, el saco re­ nal sufre una invaginación que acabará por separar una parte, coin­ cidiendo con el momento en que se abre el canal renopericárdico. La pared interna del saco renal está muy replegada formando un sistema de láminas anastomosadas unas con otras donde se agrupan las células renales que forman el epitelio excretor. (Fig. 3). Entre los dos epitelios, que unidos constituyen estas láminas, se encuentran espacios hemocélicos, fibras conjuntivas y musculares y algunas otras células. Las células renales (Fig. 7) son aproximadamente cilindricas, con un tamaño de 20 x 13 ul. El núcleo, situado en posición basal, de forma ovalada, rico en cromatina es densamente coloreado. La ex- — 32 —

tremidad de la célula está ocupada por la vacuola apical o excreto­ ra que contiene una o más concreciones cristalinas, normalmente de gran tamaño, formadas por capas concéntricas que se sitúan alre­ dedor de un —o a veces varios— núcleo central (Fig. 6). El resto del citoplasma celular presenta granulaciones que deben corresponder a lo que autores como Krahelska, Freitag y T u rc h in i denominan

Fig. 2.—Reconstrucción del aparato excretor. R: Riñón, UP: Uréter primario, US: Uréter secundario de Helicella itala. «gránulos incoloros» y «gránulos amarillos» y de los que trataron de establecer su origen. No obstante, en nuestro caso, no es fácil discriminar si existe más de un tipo de gránulo puesto que para su determinación sería necesario el empleo del microscopio elec­ trónico. Se ha tratado de determinar, mediante pruebas histoquímicas, la naturaleza de las concreciones excretoras (siguiendo a veces mé­ todos empleados por B ouillon en Helix pomatia) y parece poderse Fig. 3.—Corte transversal del riñón. R.: Riñón. U. P.: Uréter primario. V.: Ventrículo.

Fig. 4.—Poro renal interno. Riñón. P. R.: Poro renal interno. U. P.: Uréter primario. Fig. 5.—Canal renopericárdico. R.: Riñón. C. R. P.: Canal renopericárdico. P.: Pericardio.

Fig. 6.—Concreciones excretoras. Fig. 7.—Células del uréter primario y células renales. B.: Bastoncillos. L. U. P.: Luz del uréter primario. N.: Nú­ cleo. R. C.: Ribete en cepillo. V.: Vacuola apical.

Fig. 8.—Terminación del uréter secundario. PN.: Pneumostoma. RC.: Recto. U. S.: Uréter secundario. — 33 — concluir que contienen uratos, calcio (posiblemente combinado en forma de urato cálcico), lípidos y polisacáridos. También en relación con estas concreciones, se han intentado estudiar los motivos de la variación de las mismas en cuanto a nú­ mero y tamaño, observándose que cuando se trataba de animales fijados en período de actividad el número de concreciones era ba­ jo, mientras que si habían sido mantenidos sin agua y sin alimen­ tos durante un tiempo prolongado (tres meses) aparecían numero­ sas concreciones, de tamaño grande y generalmente parecido, lo que concuerda con lo que Freitag y D íaz Cosin señalaban al decir que los animales hibernantes acumulan las concreciones excreto­ ras en el riñón y su liberación se inicia de inmediato cuando el ani­ mal dispone de agua suficiente. Esta liberación se produce por rup­ tura de la vacuola apical y consiguientemente de la célula renal; a este respecto, lo que sí parece verse claro es que en los ejempla­ res en reposo, los límites celulares siguen manteniéndose, por lo que no parece ajustarse este hecho a lo que K rahelska y B ouillon señalan que sucede en Helix pomatia donde el riñón durante la hi­ bernación se transforma en un sincitio. II.—URETER PRIMARIO: (Porción de absorción y secreción). Conducto que partiendo del vértice anterior del saco renal, con el que comunica por el ya mencionado poro renal interno, se dirige hacia atrás corriendo a lo largo de su costado pulmonar y llega hasta la base posterior; tiene pues una longitud aproximada a la del riñón. Las paredes de este conducto están constituidas por un simple epitelio monoestratificado de unas 14 u de grosor (a veces más del­ gado en la parte adosada al riñón que en la opuesta), donde existen fundamentalmente células descritas por algunos autores como cé­ lulas con bastoncillos y ribete en cepillo y células piramidales ci­ liadas insertas entre las anteriores (Fig. 7). Este uréter primario de la especie que nos ocupa no está plegado en láminas como en el caso de otros pulmonados terrestres descritos por autores como B ouillon , Ghose y Franc . Las células con ribete en cepillo contienen muchos «bastonci­ llos» paralelos entre sí y perpendiculares a la base de la célula que se extienden casi de un polo a otro (aunque fundamentalmente se sitúan en el basal) envainando al núcleo que es bastante volumino­ so y generalmente localizado en el polo apical de la célula. Estos «bastoncillos» han sido considerados por algunos autores como to- nofibrillas, para otros tendrían naturaleza mitocondrial y para — 34 — otros como B ouillon son en realidad una estructura compleja que puede ser interpretada como resultado de la asociación de estos dos tipos de elementos. Las células piramidales, que parecen poder distinguirse de las anteriores por ser menos acidófilas, se presentan en menor núme­ ro que aquéllas y poseen unos cilios de gran longitud. El papel de cada uno de estos dos tipos de células ha sido su­ gerido por autores como B ouillon y Turchini para los que las cé­ lulas con bastoncillos y ribete en cepillo intervendrían en fenóme­ nos de intercambios de agua y electrolitos entre los senos sanguí­ neos y los «excreta» atravesando el tuboy las células piramidales ciliadas jugarían un papel propulsor. El conjunto riñón-uréter primario, así como el pericardio (si­ tuado al lado del riñón, en el costado opuesto a este uréter), está rodeado interiormente por una epidermis respiratoria o epidermis de la cavidad paleal (una modificación de la misma será la que constituya el uréter secundario) y exteriormente por la epidermis del manto, donde parecen distinguirse, al menos, fibras colágenas. III.—URETER SECUNDARIO: (Porción conductora de la ex­ creción). Conducto que comienza siendo cerrado como continua­ ción de uréter primario (después de que éste se acoda al encontrar el intestino terminal) y enseguida queda abierto para formar una especie de canal en forma de «V» que adosado al recto y a la epi­ dermis del manto se dirige hacia adelante para terminar en el pneu- mostoma. A pesar de su particular conformación y no tratarse de un tubo cerrado se le da el nombre de uréter secundario por diferenciarse con gran claridad las células que lo constituyen de aquéllas que lo prolongan. Los constituyentes celulares de este uréter parecen si­ milares a los del primario, aunque parecen abundar más las célu­ las piramidales dando a este epitelio una forma ondulada; la pre­ sencia de cilios, sin embargo, sólo se hará realmente manifiesta a medida que nos acercamos al pneumostoma, apareciendo en esa zo­ na verdaderos penachos largos. Por otra parte, algunos autores se­ ñalan la existencia de células mucosas en esta porción del aparato excretor que podrían corresponder, en nuestro caso, a células que difieren de las otras por tener su núcleo en posición más basal. Esta peculiar configuración del uréter secundario parece no concordan con la de los Sigmurethra, Suborden al que pertenece la especie objeto del presente estudio [y uno en los que se dividen los Stylommatophora precisamente basándose en la disposición del - 35 - uréter (F retter y Peake )], el cual se caracteriza por la posesión de un uréter ascendente ( = secundario) a lo largo del recto. No obs­ tante se ha citado su falta en algunas familias, e incluso, tanto Franc como Ghose han señalado casos particulares de uréter se­ cundario en familias como Aperidae, Oleacinidae y Haplotremati- dae, que si bien no los describen con detalle, parecen corresponder al tipo de estructura que se ha encontrado en H. itala. Otro punto conflictivo referente al uréter secundario es su lu­ gar de desembocadura, pues dentro del Suborden Sigmurethra se han descrito, por autores como Franc , H yman y Ghose, casos de gé­ neros y familias en que el orificio excretor se abre en el ángulo pos­ terior de la cavidad del manto (ej.: Testacella), o junto con el rec­ to formando una cloaca fuera de la cámara respiratoria (ej.: Li- max y algunos Daudebardia), o en el pneumostoma (ej.: Arion, Agriolimax, Macrochlamvs y Achcitiná). El caso de la especie que nos ocupa se correspondería con la última de las modalidades des­ critas (Fig. 8). En cuanto a la funcionalidad de esta porción del aparato excre­ tor, el hecho de que exista, aun no siendo un conducto cerrado, nos lleva a pensar que cumplirá su cometido en el proceso de excre­ ción, sirviendo posiblemente de vía a los productos de desecho en su salida al exterior, teoría que vendría a apoyar la existencia de los largos cilios anteriormente mencionados.

CONCLUSIONES Se ha estudiado el aparato excretor del Gasterópodo Pulmona- do terrestre Helicella itala prestando atención fundamentalmente a su morfología y tratando de relacionar ésta con su función. En cuanto a la morfología se pudo comprobar que el citado apa­ rato excretor consta de tres porciones bien diferenciadas (riñón, uréter primario y uréter secundario) ya descritas por algunos auto­ res en otras especies estudiadas pertenecientes a las mismas cate­ gorías taxonómicas. La morfología del riñón se ajusta a la de la generalidad de los casos descritos. El uréter primario difiere en su conformación de la de otros ca­ sos estudiados, pues en el que nos ocupa se trata de un tubo sim­ ple cuyas paredes no se encuentran replegadas. El uréter secundario difiere en mayor medida de las descripcio­ nes encontradas en la bibliografía pues se trata de un canal abier- — 36 — to de sección en forma de V que resulta ser una transformación de la epidermis de la cavidad paleal en la zona que cubriría el recto. En cuanto a la función de estas porciones, parece concordar con la considerada por algunos autores: El riñón elabora la excre­ ción y los uréteres la conducirían a la par que llevarían a cabo una reabsorción, si bien, en el caso aquí estudiado, la peculiar configu­ ración del uréter secundario sólo permita considerar esta función como probable.

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DISTRIBUCION DE ESPONJAS ESCIAFILAS EN LA ZONA INTERMAREAL DE ARAMAR (LUANCO, ASTURIAS) POR INES LOMBAS

Dentro de un estudio más amplio que estamos realizando sobre fauna bentónica esciáfila de grietas en la zona intermareal, uno de los componentes faunísticos sésiles más característicos de la zona mediolitoral inferior, lo constituyen las esponjas, que hemos en­ contrado muy bien representadas en el área estudiada. Con anterioridad el área que nos ocupa ha sido estudiada por C. Fernandez (1980), interesándose por la estructura y dinámica del fitobentos intermareal. Con este trabajo, además de aportar nuevos datos sobre la fauna de esponjas de la costa asturiana, que no ha sido revisada desde los trabajos de Ferrer (1914 y 1918), pretendemos aportar algunos datos de su distribución espacial.

SITUACION Y AREA DE MUESTREO El área escogida para el trabajo es la playa de Aramar (Luanco), situada al E. de la región del cabo Peñas, cuyas coordenadas UTM son 30T TA 7633 (ver Fig. 1). . Los muestreos fueron realizados en los islotes del Carmen, que cierran.externamente la playa y presenta las características de una. costa expuesta, según la .nomenclatura de Lewis (1964)...... * . . . — 38 —

Figura 1.—Mapa de la región de cabo Peñas, indicando el área estudiada.

El sustrato rocoso que forma los islotes, según C. Fernandez (1980), está constituido por materiales cretácicos, muy afectados por la erosión marina y que buzan ligeramente en dirección al mar. Con esta disposición, la ola tiende a resbalar sobre los estratos, su­ mándose a la abrasión una disgregación del material por disolu­ ción (Fig. 2). Debido a esta erosión, se han producido una serie de grietas, cornisas y grutas que han sido el objeto de nuestro estudio. Fun­ damentalmente podemos distinguir dos áreas dentro de la zona me- diolitoral: 1) La primera se encuentra en la parte media de la zona me- diolitoral, en el horizonte de Corallina elongata. Está constituida por una grieta estrecha de disposición horizontal, con una abertura de 10 cm. (altura) orientada al SW, y una distancia de la entrada hasta el fondo de 30 cm. (profundidad), que designamos Gl. Para­ lela a ella y dentro del mismo horizonte, aunque más próxima al mar, se encuentra otra grieta que denominamos G2, cuyas dimen­ siones son prácticamente iguales a la Gl. También en la misma zona, existe una pequeña gruta (Cu) de aproximadamente 1,50 m. de altura y 2 m. de profundidad, cuyo techo se encuentra en un nivel equivalente a la franja dominada por Chthamdlus stellatus y Lithophyllum tortuosum (C. F ern an dez, — 39 — 1980), mientras que en el suelo se sitúa el nivel de Bifürcária1)ifüf- cata, a altura superior a la que le correspondería, dado el enchar- camiento permanente que presenta. La orientación de la abertura, en este caso, es hacia el Oeste.

Figura 2.—Mapa geológico de la playa de Aramar (C. F ernandez , 1980), con la situación de la zona de muestreo, señalada por asteriscos. 2) La segunda área se sitúa en la parte inferior de la zona me- diolitoral, entre los horizontes de Gelidium latifolium y Saccorhiza polyschides. Corresponde a dos cornisas, de las cuales la cornisa primera (C), de disposición horizontal y más ampliamente mues- treada por quedar más tiempo al descubierto en las mareas vivas, tiene una longitud de 63 m., con una abertura orientada al SW. La altura de la entrada mide aproximadamente 60 cm. en la parte cen­ tral y va disminuyendo algo hacia los laterales debido a la acumu­ lación de piedras en el suelo. La profundidad máxima medida es de 2,56 m. y se observa un progresivo descenso del techo hasta jun­ tarse con el suelo (ver fig. 3). En el techo de esta cornisa superior, debido a la erosión, se han producido una serie de grietas verticales que se comunican con el exterior y también fueron muestreadas en algunas'ocasiones. Én­ tre éstas tenemos las designadas por G3 (de 50 cm. de profundidad), G4 (de 5 cm.) y G5 (de 75 cm.) orientadas al NW. La segunda cornisa se sitúa en un nivel inferior, de modo que queda casi siempre sumergida, salvo parte del techo en cortos pe- — 40 —

Harjo80 A g o J t o B O Sept1e»bre80O c t u b . SNov1e«br«80 O O t c S O G1 Cu C Cu C ZC C ZC C C 2C C E s p e c i e s Sf Se Tf Ti S» Tb Sb Pd Tf Tb Sb SeG3 64 T* Sf PeT* Sa 7 bT* Te Se Pe63 £5

CL.CALCAREAS H Ó H 0 C 0 E L A Clathrin« coriace» HETEROCOELA •Sycon r a p h a n m Leuconi» nivea

'CL.DEMOSPONGIAS ASTRO.PHORIDA Erylus discophorus 6eodla cydonium Stelleta hispida Pachvmatisma .johnstonia HADROMERI.DA Tethya aurantium AX1NELIIDA StelVigera rioida POECÍLOSCLERIDA Antho Involvehs HALICHONDRIDA Halichondria bowerbanki Halichondria panicea HAPLOSCIE R1DA Haliclona cinerea D1CTY0CERATIDA Dysidea fraqilij Dysidea avara Sponqia officinalii Oliqoceras collectrix Veronqia aerophoba I r c i n i a f a s c i c u l a t a Ircinia (Sarcotraqui) m u i c a r u m ríodos de tiempo de las mareas más fuertes; de ésta no conocemos sus dimensiones y ha sido menos muestreada precisamente por este motivo. La vamos a representar como 2C.

MATERIAL Y METODOS Se realizaron muestreos mensuales desde Marzo de 1980 hasta Noviembre de 1981, coincidiendo con las mareas vivas, a excepción de algunos meses, como se indica en la Tabla 1. Los muestreos realizados fueron de tipo cualitativo; no se pu­ dieron hacer cuantitativos, porque la abertura de las grietas y cor­ nisas no es lo suficientemente amplia como para trabajar con una superficie determinada y, por otra parte, debido al problema que presenta la delimitación de individuos aislados entre las esponjas. Sin embargo se da un índice de abundancia basado en el número de ejemplares recogidos: Abundante ' —3 Bien representado — 2 ' . . . presente • —1 ‘ Ausencia . — 41 —

En81 Feb81 Mir.81 Abri 181 MayoBl JunioDl Sept.81 0ctubre81 Kov1e»bre8l ^''■'^-^¡luestras G2 C C Cu C C ?C C Cu C C C C Esp e c i e s ______Se Ta Ta G4 Sf Tb Td Ta Tb Pe Ta Tb 5a Tf 54 Tb Sb Ta Tb Sb T« Tb Te S» Sc T* Tb Ti Si Sb

CL. CALCAREAS HOMOCOEIA Clathrlna coriacei HETEROCOEIA Sycon raohanus ¿euconia nlveá'

Cl. -BEHfiSPD'IGIAS ÀSTROPHORIDA frrylus discoohoruS Geodia cvdonium Stelleta hisoida Pachvnatiswa .johnstonia HADRQMERIPA Tethva aurantium AXI'IELLIPA Stelllgera rl da

POECILOSttLEPIOA Antho Involvens HAUCH^DRIDA Halichondria bowerbank1 Hai 1chondr1 a HAPinsCLERIDA HaUclona cinerea OICTYOCERATinA Dysidea fragili Dysidea avara Spongla efflcinalis Allgoceras collectrix Veronqia aeroohnba Ircinia fasciculata Irdnla (Sarcotraous 1 muscarun Tabla 1.—Datos de los muestreos realizados entre Marzo 1980 y Noviembre 1981, con sus índices de abundancia: Ausencia', Presencia 1; Bien represen­ tada 2 ; Abundante 3. G: grieta; Cu : gruta; C: cornisa primera; 2C : cor­ nisa segunda; T: techo; S : suelo; f : fondo; e : entrada; (otros signos en Fig. 3). La recogida de las esponjas se realizó por el método de rascado con espátula, en las zonas accesibles, teniendo cuidado de arrancar los especímenes completos. En las partes más inaccesibles, se em­ pleó el mismo método, pero la espátula se fijó a un palo suficien­ temente largo, a la vez que se usaba un truel para recoger la mues­ tra desprendida. Al mismo tiempo se anotaba la profundidad y la situación en las que se encontraban. Las esponjas se conservaron en formol al 4% durante 4 días y luego se pasaron a alcohol de 70° definitivamente (R ubio, 1973). Para la determinación de los ejemplares se realizaron observa­ ciones al natural, así como observaciones al microscopio óptico de espículas y de cortes histológicos. La obtención de espículas de es­ ponjas calcáreas se logra empleando hipoclorito sódico y en el caso de demospongias, se utilizó hipoclorito sódico en algunos casos y en otros ácido nítrico (Rubio , 1973). — 42 —

-Para la observación de cortes histológicos, en unos casos se uti­ lizaba el efecto aclarante de la creosota y en otros casos, cuando se trataba de esponjas córneas, se ponían a macerar las secciones en una mezcla 3:1 de agua oxigenada y amoniaco (Olivella, 1977).

RESULTADOS ' Hemos podido observar, en cuanto a la distribución de las es­ ponjas, dos zonas claramente delimitadas. La parte correspondien­ te al mediolitoral superior y medio, donde la presencia de espon­ jas es esporádica y se reduce a un muy pequeño número de espe­ cies, mientras que en la franja mediolitoral inferior, el grupo pre­ dominante en cuanto a fauna sésil es indudablemente el de las es­ ponjas, dado que soportan un corto período de emersión. Los datos obtenidos se muestran en la tabla 1. Se han encon­ trado 20 especies, de las que 3 corresponden a la clase Calcáreas y el resto a la Demospongias.

DISTRIBUCION ESPACIAL A continuación trataremos de la distribución espacial de las es­ ponjas dentro de las zonas estudiadas. En la fig. 3 hemos repre­ sentado gráficamente las esponjas más frecuentes de la cornisa primera (C), que ha sido la más muestreada. También se señalarán, en su caso, algunas particularidades morfológicas o los datos que amplíen la distribución geográfica conocida.

CL. CALCAREAS OR. HOMOCOELA Clathrina coriacea (Montagu, 1812) Se sitúa preferentemente en la primera porción del techo (Ta) de la primera cornisa (C), que es la parte más iluminada, y se en­ contró en una ocasión en el suelo de la gruta, siempre encharcado. (Ver fig. 3). — 43 — OR. HETEROCOELA Sycon raphanus Schmidt, 1862 Se encontraron numerosos ejemplares de pequeño tamaño (al­ rededor de 0,5 cm.) sobre piedras del suelo (Sa, Sb), en las que había depositada cierta cantidad de sedimento, que recubría así mismo la superficie híspida, de la primera cornisa. Leucortia nivea (Grant, 1826) Se encontró igualmente sobre piedras del suelo, pero en zonas correspondientes al infralitoral, siempre sumergidas, como la cor­ nisa segunda (2C) y el fondo de la cornisa superior (C). Fué reco­ lectada solamente en dos ocasiones. CL. DEMOSPONGIAS OR. ASTROPHORIDAE Erylus discophorus (Schmidt, 1862) Apareció únicamente un ejemplar en el fondo de la grieta 1 (Gl) en el mes de Marzo de 1980, no volviendo a aparecer en ningún otro mes ni en otra situación. El nivel en que apareció este ejemplar es muy alto, como lo de­ muestra la ausencia de cualquier otra esponja. Sin embargo, el ejem­ plar se encontraba en buen estado. Es de gran tamaño; sus dimen­ siones son: 11 cm. de longitud, 6,2 cm. de anchura y 2 cm. de al­ tura. En las costas de Galicia esta especie fue encontrada por B enito (1976) en niveles bajos y con poca frecuencia, y también por R o­ dríguez B abio y Lorenzo Gondar (1978) en grietas del nivel de La­ minaria e Himanthalia. Por tanto, siempre aparece en un nivel in­ ferior al encontrado por nosotros. En las costas de Asturias, fue encontrado por Ferrer (1918) co­ mo muy abundante en la zona de Gijón, sin especificar el nivel. Geodia cydonium (Jameson, 1811) Aparece siempre en el techo de la cornisa primera (C) a una profundidad variable, pero siempre en la entrada y zonas medias, es decir, en Ta, Tb, Te (Fig. 3). Los ejemplares se encuentran siempre cubiertos de sedimento y generalmente, también de la esponja Antho involvens. Especie muy frecuente que aparece en casi todos los meses. Stelleta hispida (Buccich, 1886) Esta especie aparece preferentemente en el techo de la primera cornisa (C), en las zonas Ta, Tb y Te, aunque a veces se encontraron ejemplares en el suelo (Sb). (Ver fig. 3). — 44 —

S. hispida y G. cydonium presentan gran similitud tanto en su distribución dentro de la cornisa, como en su morfología externa —forma masiva semiesférica y superficie híspida— e incluso por el recubrimiento con sedimento y con la esponja Antho involvens. Es un poco menos abundante que G. cydonium, pero está presente tam­ bién en la mayoría de los meses. Pachymatisma johnstonia Bowerbank, 1866 Aparece solamente en el techo de la primera cornisa (C) en las zonas Ta y primera parte de Tb, aunque no se presenta con mucha frecuencia.

2.5« m

& Clathrina sooriaae ^ Ealiahondria par.ieea

SZ Syaon ciliatum •OO. RalieXona cinerea ■í=i¿^.Geoiia cydoniumVyeidea M fragilis Stelleta hispida M Dysidea avara

Tethya aurantium 3 Verongia aevophoba

Stelligera rígida m Jroinia faeaiaulata J" 11 Antho involvena AA Irainia (SaraotragusImuesarun •ifif Haliahondria boüerlanki Figura 3.—Distribución espacial de las esponjas en una sección esquemática de la primera cornisa, que es la designada por C en el texto. Se representa simbólicamente cada una, así como las zonas consideradas. OR. HADROMERIDA Tethya aurantium (Pallas, 1766) Solamente apareció un ejemplar en el mes de Noviembre de 1981, adosado a una piedra del suelo en la zona iluminada de la entrada (Sa, fig. 3) de la primera cornisa (C), presentando varias — 45 — yemas pedunculadas en la parte superior. Si lo comparamos con los datos de reproducción en Roscoff (Francia) dados por B oro - jevic , Cabioch y Levi (1969) —Agosto y Septiembre— y los de Gali­ cia (B enito , 1976) —Septiembre— vemos que la época de reproduc­ ción en las costas asturianas parece más tardía. OR. AXINELLIDA Stelligera rígida (Montagu, 1818) Muy abundante en el suelo en la primera cornisa, sobre todo en los meses de Septiembre, Octubre y Noviembre de 1981, en las zonas correspondientes a Sa, Sb y Se (Fig. 3). Es una especie común en zonas rocosas con cierta cantidad de sedimento, de la que se liberan por presentar una disposición erec­ ta en pequeños arbúsculos pedunculados. Ha sido citada reciente­ mente en Galicia por R odríguez Solorzano y R odríguez B abio (1970) por primera vez para las costas españolas. Esta costituye, pues, la segunda cita para España y primera para el Cantábrico. OR. POECILOSCLERIDA Antho involvens (Schmidt, 1864) Siempre se encuentra revistiendo parcialmente a G. cydonium y S. hispida. Esta especie ha sido encontrada recientemente en las costas de Galicia (R odríguez Solorzano y R odríguez B abio 1979), y citado por primera vez para el litoral español. Nuestra cita cons­ tituye, pues, la primera para el Cantábrico y segunda para las costas españolas. OR. HALICHONDRIDA Halichondria bowerbanki (Burton, 1930) Especie encontrada con muy poca frecuencia, sólo en dos oca­ siones, apareciendo únicamente cerca del fondo (Se) de la primera cornisa y en la segunda cornisa (2C). Esta especie fue encontrada abundantemente en las costas ga­ llegas por B enito (1976) y posteriormente por R odríguez B abio y Lorenzo Gondar (1978). El nivel en el que aparece —prácticamente infralitoral— es similar al encontrado por nosotros. Constituye una primera cita para el Cantábrico. ' Halichondria panicea (Pallas, 1766) ' Es la especie más abundante, que se presenta prácticamen*e a todos los niveles. Como se aprecia en la Tabla 1, la encontramos en un nivel alto (horizonte de Chthamalus y Lithophylhim) y aparece también en la primera comisa, tanto en el techo como en el suelo, salvo en la zona más profunda. (Fig. 3). Estos datos parecen indicar que es la especie, de las encontradas por nosotros, que mejor resis­ te la desecación y muy bien adaptada, por lo tanto, a la zona inter- mareal. Pero de todas formas, siempre busca el refugio de grietas y concavidades para ascender a niveles superiores, no apareciendo nunca en superficies desprotegidas de la incidencia directa del sol. Esta esponja ya fue citada para las costas gallegas por B enito (1976) y R odríguez B abio y Lorenzo Gondar (1978); nuestra cita representa la primera para las costas de Asturias. OR. HAPLOSCLERIDA Haliclona cinerea (Grant, 1827) Es una especie poco abundante, pero que se encuentra tanto en el suelo como en el techo de la cornisa primera (C), en las áreas a, b y primera parte de la c (Fig. 3). OR. DICTYOCERATIDA Dysidea fragilis (Montagu, 1818) Esta especie es bastante frecuente en la cornisa primera, apare­ ciendo preferentemente en el techo (Ta, Tb y Te), aunque se en­ contraron algunos ejemplares en el suelo, únicamente en la zona Sa (Fig. 3). Dysidea avara (Schmidt, 1862) Especie algo menos frecuente que D. fragilis, pero también bas­ tante corriente en la cornisa primera. Aparece preferentemente en el techo en las áreas Ta y Tb, aunque también se encontraron algu­ nos ejemplares en el suelo, en Sa y Sb. Los individuos presentan coloración violácea en las zonas más expuestas a la luz y crema- marfil en las menos expuestas. Esta especie no ha sido previamente citada en las costas atlánti­ cas españolas. Tiene una amplia distribución mediterránea (R ubio y cois., 1981), aunque menos abundante que D. fragilis. Spongia officinalis L., 1759 Especie poco abundante, ya que sólo se han encontrado 3 indi­ viduos en la primera cornisa, apareciendo en las zonas Sa v Ta. No parece, por tanto, necesitar una gran protección de la luz. Oligoceras collectrix Schulze, 1880 Presenta una marcada preferencia por zonas que quedan siem­ pre sumergidas, ya Que donde aparece con mayor frecuencia es en la segunda cornisa (2C). Además las zonas en que aparece presentan úna iluminación muy reducida. • _ 47 —

La especie ha sido encontrada por Topsent (1928) en la isla de Madeira, siendo su distribución preferentemente mediterránea, y nuestra cita representa la primera para las costas atlánticas espa­ ñolas. Verongia aerophoba (Schmidt, 1862) Aparece únicamente en las porciones Td y Sd de la primera cor­ nisa (Fig. 3) no de forma abundante. Ya había sido encontrada an­ teriormente por Ferrer (1918) en la costa asturiana, aunque es una especie de distribución preferentemente mediterránea. No se ha encontrado en las costas de Galicia ni en las de Santander. Ircinia fasciculata (Pallas, 1766) Especie que aparece en todos los muestreos, tanto en el suelo como en el techo de la primera cornisa y en todas las porciones, salvo en la más profunda (Fig. 3). La coloración de los ejemplares no es uniforme. Mientras que las partes más expuestas a la luz son oscuras, las menos expuestas tienen un color crema. Había sido citada previamente en las costas de Santander por Ferrer (1914), pero representa la primera cita para las costas de Asturias. Ircinia (Sarcotragus) muscarum (Schmidt, 1864) Algo menos frecuente que I. fasciculata, aparece en todos los sectores tanto del techo como del suelo de la primera cornisa, pero alcanza su mayor tamaño en la zona más profunda (Td y Sd) (Fig. 3). Como conclusiones generales podemos decir que el número de especies que aparecen en el techo de la primera cornisa, es muy superior al que aparece en el suelo. Los factores, que parecen te­ ner mayor influencia en esta distribución, son la iluminación y la sedimentación. El suelo recibe una mavor incidencia de la luz que el techo y, por otra parte, la cantidad de sedimento depositado también es mayor, lo que se convierte en un factor limitante para las esponjas, por ocluir sus poros inhalantes. Tanto la cornisa primera como la segunda, constituyen medios muy favorables para la implantación de los Espongiarios, por ofre­ cer un sustrato protegido de la acción directa del oleaje. AGRADECIMIENTO

Quiero hacer constar mi agradecimiento a la Dra. Nuria Anadón por la valiosa ayuda prestada en la realización y en la re­ dacción de este trabajo. — 48 — RESUMEN Se ha estudiado la distribución de los Espongiarios en un hábitat esciáfilo, constituido por una serie de grietas y cornisas de la zona intermareal de Aramar (Luanco, Asturias, N. de España). Se da un índice de sus abundancias, así como sus preferencias por ciertas condiciones del medio. Se han encontrado 20 especies: 3 pertenecen a la clase Calcá­ reas y 17 a la Demospongias, de las que 2 ( Dysidea avara y Oligo- ceras collectrix) constituyen primera cita para las costas del Atlán­ tico español y 3 (Stelligera rígida, Antho involvens y Halichondria bowerbanki) lo son para el Cantábrico. RESUME On a étudié la distribution des Spongiaires dans un habitat scia- phile, constitué par une série de crevasses et de corniches de la zone intertidal de Aramar (Luanco, Asturias, N. de l'Espagne). Les données sur l'abondance de chaque espèce sont notées, autant que leurs préférences pour certaines conditions du milieu. On a trouvé 20 espèces, dont 3 appartient à la cl. Calcaires et 17 à la Dèmosponges. Entre les Dèmosponges, 2 ( Dysidea avara y Oli- goceras collectrix) sont cités pour la première fois sur la côte atlantique espagnole et 3 ( Stelligera rigida, Antho involvens et Halichondria bowerbanki ) sur la côte de la mer Cantabrique. SUMMARY The distribution of the Sponges in a sciophilous habitat cons­ titute of several crevices and cornices of the intertidal area of Ara­ mar beach (Luanco, Asturias, North of Spain). The abundance index and habitat preferences for each species are given. 20 species were found, 3 of them are Calcarea and 17 Demospon- giaria. 2 Demospongiaria species ( Dysidea avara and Oligoceras collectrix) are first records in the Spanish Atlantic Coasts, and other 3 Demospongiaria species ( Stelligera rigida, Antho involvens and Halichondria bowerbanki) are new records for the East side of the Bay of Biscay. Departamento de Zoología y Ecología Universidad de Oviedo BIBLIOGRAFIA

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Muggiaea cantábrica n. sp. (SIPHONOPHORA, CALYCOPHORAE) (1) POR JUAN FERNANDEZ ALCAZAR

INTRODUCCION: El grupo de los sifonóforos ha sido estudiado por numerosos autores, preferentemente en el mar Mediterráneo y zona septen­ trional del océano Atlántico (canal de La Mancha, mar del Norte y mar de Irlanda); sin embargo son pocas las referencias sobre representantes de los mismos en las aguas del Golfo de Vizcaya. Cabe destacar los trabajos de B ig elo w (1911) y P a tr iti (1965 a,b y 1966) en la región oceánica y de A lv ariñ o (1957) en la región ne- rítica. material y métodos : El material estudiado en el presente trabajo se ha recogido en una estación situada a 43° 36’8 N de latitud y 4o 41' W de longitud, a cuatro millas rumbo norte del puerto local de Gijón. Se tomaron muestras a lo largo de todo un año, desde noviem­ bre de 1978 hasta noviembre de 1979, a excepción de los meses de agosto y septiembre.

(1) Material perteneciente a una beca de la “Fundación Juan March” pa­ ra el estudio de especies y medios biológicos españoles. . . . — 52 —

Las muestras fueron recogidas con mangas del tipo Juday-Bo- gorov modificada, sin mecanismo de cierre y 51,1 cm. de diámetro de boca, con una luz de malla de 335 y 500 u. Los arrastres fueron doble oblicuos entre 0 y 10 metros, 0 y 20 metros y 0 y 30 metros con la manga de 335 u y entre 0 y 30 metros con la manga de 500 u. resultados : Género Muggiaea Busch, 1851 Especie tipo: Muggiaea kochi (Will, 1844) DESCRIPCION GENERICA: Hasta el momento han sido adscritas cuatro especies a este gé­ nero, cuyas descripciones ha recopilado T o ttont (1965). Este géne­ ro tiene el nectóforo anterior pequeño y de sección pentagonal, con un radio dorsal completamente desarrollado. El hidroecio es pro­ fundo, afinque su profundidad varía de unas a otras especies. La altura relativa entre el somatocisto y el nectosaco es consi­ derado como un carácter específico muy importante (T o t t o n , 1965), aunque nosotros consideramos que no tiene mayor importancia que otros muchos, pues este carácter está muy condicionado a la profundidad del hidroecio. Todas las especies del género carecen de diente ostial y de nec­ tóforo nosterior. T a placa bucal está dividida (una aleta se super­ pone a la otra oblicuamente) y no tiene ángulos baso-laterales pro­ nunciados. Muggiaea cantábrica n. sp. Holotipo: eiemplar recogido el 16 de julio de 1980, conservado en formol al 4% en agua de mar en la colección del Departamento de Zoología de la Universidad de Oviedo. descripción : Nectóforo anterior: Altura: 2,9977 mm. Diámetro dorso-ventral: 1,4357 mm. Diámetro lateral: 1,1964 mm. Aunque presenta características comunes a las cuatro especies descritas dentro de este género, tiene un mayor parecido con M. kochi y M. atlantica. - : " : — 53 — El ápice es puntiagudo, al igual que en M. kochi, M. atlantica y M. delsmani y las cinco crestas llegan todas ellas hasta el borde ostial. Las crestas laterales de M. kochi y M. atlantica son sinuosas, mientras que en nuestros ejemplares son prácticamente perpen­ diculares al plano horizontal en todo su recorrido; también se ob­ serva que en la zona ostial, las crestas llegan perpendiculares al plano horizontal, al igual que ocurre en M. atlantica, mientras que en M. kochi llegan oblicuas.

Fig. 1.—Muggiaea cantábrica: A) Nectóforo anterior; B) Detalle del canal ciego y del somatocisto. Hidroecio: Profundidad: 0,9887 mm. Diámetro: 0,3203 mm. El hidroecio es muy profundo y de forma cilindrica, al igual que el de M. atlantica, mientras que en las otras tres especies tiene menor profundidad y su forma es cónica. La apertura del hidroe­ cio de M. atlántica es basal, mientras que en nuestros ejemplares esta apertura es un poco dorsal, al igual que en M. delsmani. Somatocisto: Longitud: 0,3494 mm. Anchura máxima: 0,1060 mm. El somatocisto en nuestros ejemplares es muy corto, incluso más corto que en M. delsmani ; aunque su extensión llega hasta la — 54 — mitad del nectosaco, esto es debido a la gran profundidad del hi- droecio. Este somatocisto carece de oleocisto. En las cuatro especies descritas dentro del género, el somato­ cisto discurre prácticamente paralelo al nectosaco; sin embargo en nuestros ejemplares su parte basal está separada del nectosaco, su zona media se une al mismo y su parte distal vuelve a separar­ se siendo divergente a él. Canales radiales: Longitud del canal ciego: 0,2066 mm. Los canales radiales laterales de nuestros ejemplares presen­ tan diferencias con los descritos en todas las demás especies del género. En M. kochi y M. atlantica los canales radiales laterales, a par­ tir del canal pedicular, tienen una rama descendente que está aco­ dada y se convierte en una rama ascendente; en nuestros ejempla­ res no existe esta rama descendente sino, que a partir del canal pe­ dicular, sale una pequeña rama que se divide en una rama ascen­ dente y en un canal lateral ciego de corta longitud, el cual sólo lo hemos observado en nuestros ejemplares.

Cuadro 1 Caracte rlsticass diferenciales morfológicanectóforo del |

M . kochi M. atlantica M. harqnandaeM. delsnani M. cantábrica Si nuosas Si nuosas PerpendiPerpendi cul ares cularesPerpendi cui a res Crestas lateralesOblicuas en el .PerpendicularesHo llegan alen Perpendiculares borde Perpendiculares en en korde ostialel borde ostialostial el borde ostialel borde ostial

Apice Puntiagudo Puntiagudo Redondeado Puntiajudo Puntiajudo

SomatocistoMedio Largo Hedió Corto Corto

Hidroecio Profundo Muy profundaProfundo Profundo Muy profundo Cínico Cilindrico Cínico C5nico Cilindrico

Canales radialesRama ascendente Rama ascendenteP.atia ascendente& P.ana ascendènte y laterales y descendentey descendente canal d e j o

Aleta Izquierda Aleta derecha Aleta derechaso­ ■Placa bucal Aleta derecha so­ Aleta izquierda sobre la derecha sobre la izquierda bre la izquierdabre la izquierda sobre U derecha

Placa bucal: Longitud: 0,4035 mm. Anchura: 0,5508 mm. En las cuatro especies de este género, la placa bucal se encuen­ tra dividida, pero tanto en M. kochi como en M. delsmani la aleta izquierda está superpuesta oblicuamente sobre la derecha; en nues­ tros ejemplares la aleta derecha es la que está superpuesta oblicua­ mente sobre la izquierda, al igual que ocurre en M. atlantica y Ai. bargmandae. — 55 —

Nectóforo posterior: No desarrollado. Eudoxia: Desconocida. LISTA DEL MATERIAL RECOLECTADO:

Fecha Luz de malla Profundidad N.° ejempl. N.° ejempl./lOO ma 16-VI1-1980 335 u 10 m. 3 23,61 » 20 m. 2 9,64 » 30 m. 1 36,10 » 500 u 30 m. 1 13,60 5-IX-1980 335 u 10 m. 1 15,75 d iscu sió n y conclusiones : Un estudio superficial de estos ejemplares podría llevar a su­ poner que se trata de híbridos o de ejemplares aberrantes; pero por un estudio detallado de sus caracteres morfológicos comunes y diferenciadores con respecto a las demás especies, hemos recha­ zado ambas posibilidades por las siguientes razones: 1.—Si fuese un híbrido, probablemente tendría características intermedias de las dos especies parentales y como ya hemos co­ mentado, éstos presentan caracteres comunes a las cuatro especies y otras particulares de ellos mismos, como son que el somatocisto sea el de menor longitud del género y la presencia del canal late­ ral ciego. 2.—Si se tratase de ejemplares aberrantes de alguna de las es­ pecies descritas del género podría tener una o dos características diferentes con respecto a la especie de la que derivasen. Con M. atlantica, que es con la que menos diferencias tiene, presenta cla­ ramente cinco: la sinuosidad de las crestas laterales, la longitud del somatocisto, la ausencia de la rama descendente del canal ra­ dial, la presencia del canal lateral ciego y la ausencia del oleocisto. Por lo anteriormente expuesto, consideramos casi con toda se­ guridad que nuestros ejemplares pertenecen a una probable nueva especie del género Muggiaea, asignándole provisionalmente el nom­ bre específico de Muggiaea cantabrica en espera de conseguir ma­ yor número de ejemplares para la confirmación definitiva. — 56 —

resu m en : Se describe una probable nueva especie del género Muggiaea, recogida en el mar Cantábrico, frente al puerto local de Gijón, nor­ te de España, resaltando las características morfológicas comunes y diferenciadoras con las otras especies del género.

summary : A probable new species is described in it, belonging to the genus Muggiaea, which is found growing in the Cantabric sea, off harbour of Gijon, north of Spain, standing out the common morphological and differentiated characteristics with other species of the genus.

RESUME*. Nous décrivons une possible nouvelle spèce, du genre Muggiaea, puise dans la mer du Cantabrique, face au port de pêche de Gijôn, au nord de l'Espagne, et nous signalons les caractéristiques commu­ nes et différentielles avec les autres spèces du genre.

AGRADECIMIENTOS: Quisiera hacer constar mi agradecimiento al Dr. D. Emilio Ana­ dón, director del Departamento de Zoología de la Universidad de Oviedo y a la Dra. Dña. M.a Luisa Villegas, profesora de Biología Marina de la Universidad de Oviedo, por su ayuda en la redacción del manuscrito. También a la Dra. Dña. Isabel Moreno, profesor adjunto de Zoología de la Universidad de Palma de Mallorca, por su constante estímulo en los principios de mi trabajo. Departamento de Zoología. Facultad de Ciencias. Universidad de Oviedo. BIBLIOGRAFIA

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SOBRE LA PRESENCIA Y BIOLOGIA DE Trocheta bykowskii GEDROYC, 1913 (HIRUDINEA, ERPOBDELLIDAE) EN ASTURIAS. POR CARMEN FERNANDEZ BERNALDO DE QUIROS (1) y JESUS BENITO SALIDO (2)

INTRODUCCION La distribución de Trocheta bykowskii GEDROYC, 1913, queda limitada a Europa meridional. Esta especie de hirudíneo fue des­ cubierta y descrita por vez primera en los Cárpatos. Posteriormen­ te PERRET (1952) la encuentra en Suiza. DRESCHNER y ENGEL (1955) la describen para Holanda y Bélgica; MANN (1959) la cita para Inglaterra y en el mismo año WOODS (en MANN,1959) lo hace para Irlanda. McCARTHY (1975) la encuentra abundante en este país; SOÓS (1966) la señala para Arganistán y MINELLI (1979) lo hace para Italia, restringiéndose en este país a los Apeninos, es­ pecialmente de la región de la Toscana. No hemos encontrado referencia bibliográfica sobre su existen­ cia en nuestra península, aunque nosotros la hemos señalado an­ teriormente como novedad para la fauna asturiana y española (FER­ NANDEZ BERNALDO DE QUIROS Y BENITO, en prensa 1980). El descubrimiento de esta sanguijuela en nuevas localidades de Asturias y ciertos conocimientos sobre su biología nos ha movi­ do a la redacción de este trabajo. — 60 —

Para la determinación de la especie se han seguido las claves de MANN (1962, 1964), ELLIOT y MANN (1979), MINELLI (1979) y SOÓS (1966). Queremos expresar nuestro agradecimiento al Profesor K. H. MANN por su confirmación en la determinación de la especie.

DESCRIPCION DE LA ESPECIE Cuerpo alargado, ligeramente cilindrico en su extremo anterior y aplanado posteriormente. La boca es amplia v los segmentos an­ teriores son poco aparentes. En los ejemplares fijados sin anestesia previa la longitud máxima es de 48 mm por una anchura de 10 mm en su zona posterior. En vivo, y en estado de máximo alargamiento alcanzaron un tamaño de 10 cm de longitud ñor 3 mm de ancho; en estado de máxima contracción su tamaño fue de 30 mm de lon­ gitud por 6 mm de ancho. Un eiemplar fiiado de 30 x 3 mm, midió 55 x 2 mm en máximo alargamiento y 20 x 3 mm contraído. El ta­ maño de los ejemplares capturados se expresa en el cuadro I. La anillación del cuerpo de T. bvkowskii sigue un patrón cons­ tante y característico. En los ejemplares adultos, sexualmente ma­ duros. un segmento de la región media del cuerno consta de 8 ani­ llos, de los cuales hav cinco estrechos v tres anchos distribuidos de la forma siguiente: dos anillos estrechos seguidos de tres anchos, los cuales están a su vez ligeramente subdivididos en dos por un surco muy débil. A continuación, otros tres anillos pequeños, de los cuales, el primero, es algo mayor oue los otros dos y su tama­ ño queda comprendido entre los estrechos y los anchos. En los individuos jóvenes estos tres últimos anillos quedan re­ partidos de la siguiente manera: uno estrecho, menor que los an­ chos y mavor oue los dos primeros estrechos, seguido de otro más ancho subdividido débilmente por un surco (Fig. 1). En la terminología de MOORE Adultos: Cj = c2 < b2 = a2 = b5 > cn > d23 = d24 Jóvenes: Cj"= c2 < b2 = a2 = b5 > Cu < c12 En todos los ejemplares recogidos por nosotros los poros geni­ tales quedan separados pór dos anillos anchos. El poro genital mas­ culino se sitúa en el surco b2/a2 del segmento XII, es prominente y desfigura la zona central de estos anillos b2 y a2 en los individuos — 61 —

CUADRO I Dimensiones de los ejemplares de Trocheta bykowskii en mm. 4- Individuo con espermatóforo. localidad fecha longitud anchura máximo mínimo ERCINA 17-IX-1978 47 7,0 4 23-VII-1980 31 3,0 1,5 34 4,5 2 ENOL 25-VIII-1981 35 3,5 1 POTRIL 6-1V-1980 12 2,0 1 13 2,0 1 15,5 1,5 1 35 5,0 2,5 47 10,0 4 48 8,0 4 CADUPO 10-V-1980 9 1,5 1 10 2,0 1 10 2,0 1 13 2,0 1 30 3,5 2 32 4,0 2 33 5,5 2,5 38 5,0 3 38 6,0 2,5 42 5,0 2,5 43 6,5 3 LLANDELOSO 20-1II-1980 27 2,0 1 MERUXEO 24-IX-1981 30 3,0 1 27-X-1981 48 5,0 3 ULES 29-X-1981 27 3,5 2 30 3,0 2 35 1,5 1 — 62 — A, individuo maduro; Trocheta byTcowskii. B, B, inmaduro. Fig. 1.—Esquema de la anillación de — 63 — en reproducción. El poro genital femenino se sitúa en el surco b5/ cxl del mismo segmento y es menos aparente. En vivo, los ejemplares de T. bykowskii cogidos por nosotros presentan un color café por su lado dorsal en el que destacan las papilas (bien visibles a la lupa) de color ocre. Ventralmente tienen una tonalidad más clara y rosada que el dorso, reflejando la abundan­ te irrigación sanguínea, y son menos apreciables las papilas. Los ejem­ plares al fijarlos en alcohol se decoloran casi inmediatamente y con­ servan, de manera definitiva, el dorso de color gris con las papilas blanquecinas mucho más aparentes ahora que en vivo (Fig. 2) y la parte ventral de un rosa muy pálido o blanquecino. Los ejem­ plares más jóvenes, de 9 a 13 mm de longitud, muestran una colo­ ración ocre claro tras la fijación. Realizada la disección deTrocheta bykowskii hemos podido cons­ tatar los caracteres del aparato genital indicados por MANN (1959) para esta especie. Los ovisacos poseen forma de dos tubos alarga­ dos y doblados en U. Su parte cerrada queda lateralmente a la al­ tura del orificio genital femenino. Dichos ovisacos se encuen­ tran separados en su parte anterior por espacio de tres ganglios de la cadena nerviosa y luego se aproximan a la línea media ven­ tral y corren juntos hasta el segmento XIX, justo a ambos lados de la cadena nerviosa, para luego girar y dirigirse anteriormente hasta el orificio genital corriendo paralelos al tramo descendente. Los testículos son numerosos y arracimados, su parte anterior queda a la altura del ganglio XIX. Los sacos espermáticos son gruesos y muy sinuosos, llegan hasta el ganglio XVI a la altura en que los ovisacos se separan quedando el conducto eyaculador por debajo de aquellos. Los espermiductos forman un lazo preatrial que llega a la altura del ganglio XI de la cadena nerviosa para ter­ minar en el atrio genital masculino que está profundamente dividi­ do en dos, presentando cuernos atriales girados en espiral hacia el lado ventral. El espermatóforo presenta una región basal impar cor­ ta y dos cuernos largos de unos 10 mm de longitud (Fig. 3).

LOCALIDADES Hallamos Trocheta bykowskii en montañas calizas del oriente y del centro de Asturias (Norte de España) a cotas de altitud no muy distantes, entre los 900 y 1.167 m, en las siguientes localidades: en los Lagos de Covadonga, Picos de Europa (en afluente y orilla del Lago de la Ercina a 1.111 y 1.108 m respectivamente, y en el 0.5 cm Fig. 3 — 6$ — emisario del Lago Enol, a 1.070 m); en la charca El Potril, en la sierra del Sueve, a 900 m; y en la charca conocida por El Tchagu o Cadupo, en la sierra de Tameza, a 1.167 m de altitud. Todos estos medios lacustres están situados en zonas de pasto de ganado vacu­ no, caballar y ovino así como de especies cinegéticas. Mas recientemente descubrimos esta sanguijuela en valles del centro de la región cuyo sustrato litológico está constituido por dos tipos de rocas, areniscas y calizas, predominando las areniscas en los lugares de captura. Las aguas donde fueron capturadas dis­ curren entre pastizales «de diente y siega» y bosques mixtos de castaños y robles, como son el arroyo de Meruxeo, a 300 m de alti­ tud y en un arroyo de Llandeloso, a 350 m, ambos en Valdecuna (Mieres). Finalmente hemos encontrado T. bykowskii en un abreva­ dero, situado a 350 m de altitud, próximo al pueblo de Ules, en el Naranco (Oviedo). La distribución queda indicada en la figura 4.

Fig. 4.—Localidades donde se ha encontrado Trocheta bykowskii en Asturias. 1. Charca El TCHAGU o CADUPO (Sierra de Tameza, a 1.167 m.). UTM: 29TQH345916. 2. Abrevadero de ULES (Naranco, Oviedo, a 350 m). UTM: 30TTP666072. 3. Arroyo de MERUXEO (Cenerà, Mieres, a 300 m). UTM: 30TTN710895. 4. Arroyo de LLANDELOSO (Valdecuna, Mieres, a 350 m). UTM: 30TTN- 731892. 5. Charca EL POTRIL (Sierra del Sueve, a 900 m). UTM: 30TUP162101. 6. Arroyo efluente del LAGO ENOL (Picos de Europa, a 1.070 m). UTM: 30TUN388934. 7. Arroyo afluente y orilla del LAGO DE LA ERCINA (Picos de Europa, a 1.111 m y 1.108 m). UTM: 30TUN395926. •— 66 —■

HABITATS En Septiembre de 1978 recogimos un adulto de T. bykowskii bajo las piedras calizas y en suelo húmedo de la orilla Este del Lago de La Ercina, en una zona irrigada con abundante vegetación anfibia, característica de bordes de arroyos de curso lento, de char­ cas y lagunas, pudiendo también extenderse por las zonas poco pro­ fundas de estas (asociación Apium-Veronica beccabunga Br. Bl. 1931 de la alianza Glycerio-Sparganion Br. Bl. & Siess., 1942), siendo las especies más representativas en esta localidad Apium nodiflo- rum, Verónica beccabunga, Sparganium erectum, Glyceria declina- ta y Carex rostrata entre otras. Las aguas libres de la parte Sur del lago están pobladas de plantas de la alianza Nymphaeion albae Oberdf, 1957 (clase Potamogetonetea). En la orilla Sur de este lago es abundante Haemopis sanguisuga. A finales de Julio de 1980, en un arroyo de aguas permanentes que vierte hacia la mitad Sur del lago por su orilla Este, en un pequeño remanso del mismo y a unos 20 m del borde del lago, re­ cogimos dos ejemplares adultos de Trocheta bykowskii los cuales se encontraban nadando sobre el fondo arcilloso junto con Haemo­ pis. Las aguas de este remanso tenían un pH 7,5 y el contenido en carbonatos era de 40 mg/1 (4o d/1). Dentro del mismo Parque Nacional de Covadonga, en el arroyo emisario del oligotrófico lago Enol y a unos 20 m de distancia de su orilla Norte, capturamos un ejemplar adulto de T. bykowskii. Se encontraba en el centro del arroyo bajo las piedras, donde tam­ bién abundaban larvas de Díptero Simúlido del género Simulium, así como larvas de Tricópteros y Efemerópteros principalmente. En el mismo curso de agua y, aproximadamente, a unos 5 m de la orilla del lago donde se encontraba el ganado refrescando, cap­ turamos también Haemopis sanguisuga (esta especie fué vista en el citado lugar el año anterior). WOODS (en MANN, 1959) señaló la presencia de Haemopis próxima a Trocheta en una charca del río Logan en Belfast. A principios de Abril de 1980 descubrimos una nueva localidad para esta sanguijuela, El Potril, charca semiartificial, de fondo ar­ cilloso con materia orgánica (color de agua ligeramente amarillo) y en el que recogimos seis ejemplares, tres jóvenes y tres adultos. La temperatura del agua (de superficie a fondo) era de 10° C (la temperatura del aire 4.°C) y el pH 8, 1. En esta charca son escasas las plantas acuáticas, quedando prác­ ticamente limitadas a la orilla. Son características de la asociación - 6 7 - Apium-Veronica beccabunga, con la presencia aquí de Glyceria pli- cata, especie habitual en medios nitrogenados como este en los que el ganado permanece largo tiempo metido en el agua durante el ve­ rano. Donde el agua alcanzaba los 30 cm de profundidad se encon­ traban varios individuos de Trocheta agrupados y enterrados en el barro en zonas desprovistas de vegetación o entre las raíces de Rumex. Es interesante destacar, por cuanto se ha señalado del habitat preferente de esta sanguijuela, que esta charca no recibe arroyos y apenas si tiene unos arroyitos emisarios muy cortos que en el mes de Abril comienzan a desecarse. Originariamente era un pe­ queño charco alimentado por una fuente subterránea, que fue agran­ dándose por el pisoteo del ganado que iba a beber sus aguas (prin­ cipalmente el caballar «asturcón») hasta alcanzar en la actualidad un tamaño de 34 x 23 m. La charca fué luego cercada con un muro de piedra para retener el agua e impedir que el ganado entrara a ensuciarla, aunque hoy día tiene varios puntos de acceso. Es posi­ ble que la sanguijuela procediera, si no del manantial originario, de una fuente próxima situada a unos 50 m de la charca. En las aguas del Potril hay gran densidad de plancton y fauna vertebrada (se encuentran las cuatro especies de tritones asturia­ nos: Triturus helveticus, T. boscai, T. marmoratus y T. alpestris), así como gran abundancia de larvas de Insectos, especialmente, de Dípteros (Juironómidos de los que la sanguijuela se alimenta. He- terópteros, Coleópteros y Moluscos acuáticos son también abun­ dantes. Un mes más tarde descubrimos en el centro de la región, en Cadupo, nuevamente Trocheta bykowskii. La charca tam­ bién semiartificial posee una parte de ella cercada para retener el agua, y es utilizada actualmente como bebedero de ganado. Las zonas más profundas de Cadupo (0,50 m) están totalmente pobladas por especies de la clase Potamogetonetea, y las menos profundas, por representantes de la citada asociación Apium-Vero- nica beccabunga. Precisamente en esta última parte que se deseca a partir del mes de Abril, y en las proximidades del borde del agua, abundaba T. bykowskii, en pequeños grupos, enterradas en el fango húmedo entre las raíces de las plantas. Se recogieron siete adultos y cuatro inmaduros junto con abundantes Oligoquetos. Las aguas en el momento de la colecta eran transparentes, ligeramente colo­ readas por la materia orgánica existente, pH 7,1 y temperatura de 21°C (temperatura del aire 20°C). — 68 —

En Cadupo es muy abundante otra sanguijuela, Helobde- lla stagnalis, cuyas fuentes alimentarias coinciden en parte con las de Trocheta aunque aquella es preferentemente sanguívora y ésta carnívora. El 24 de Septiembre de 1981 recogimos un ejemplar adulto de Trocheta bajo las piedras de areniscas del arroyo de Meruxeo, en un tramo de su curso casi horizontal, aprovechando un rellano del terreno, y en el centro del cauce donde la corriente es más rápida y a unos 10-15 cm de profundidad. Un mes más tarde (Octubre de 1981) volvimos a este arroyo y solo conseguimos un adulto que se encontraba a unos siete metros, agua arriba, del punto de la pri­ mera captura, pero esta vez la sanguijuela reposaba (contraída y aparentemente aletargada) sobre el fondo arcilloso de la orilla ape­ nas donde hay corriente de agua y a la sombra de los humeros. Este curso de agua es de fondo arcilloso con piedras de arenis­ cas y margas calcáreas. Las aguas, que a cotas superiores discurren por terrenos calizos, iban algo enturbiadas aunque aún transparen­ tes. En ese momento y lugar presentaban pH 8,1 y 50 mg/1 de car- bonatos teniendo una temperatura de 11,5°C (temperatura del aire 17ÜC). La fauna acompañante no muy diversa estaba representada por larvas de Dípteros, Tricópteros y Efemerópteros. Bajo las pie­ dras era abundante la planaria Polycelis nigra. En Marzo de 1980 se recogió un ejemplar de Trocheta bykowskii en el arroyo de Llandeloso, situado en el mismo valle que el arroyo de Meruxeo pero en la vertiente NE; de características similares a las de aquél, queda a la sombra de castaños y su fauna es más escasa. En Octubre de este año (29-X-1981) en el abrevadero semiartifi- cial del Naranco, extrajimos con una red entomológica, pasada so­ bre su fondo arcilloso, tres ejemplares de dicha especie de mediana talla. No observamos en este abrevadero una fuente directa de apor­ te, muy posiblemente debido a la sequía existente y a la fecha del año. Sus aguas, que se pueden considerar estancadas, eran turbias y de nula transparencia, de color grisáceo no por el sedimento, de color ocre, sino por contaminación; el pH 6,86. En estas últimas localidades, ni en los arroyos ni en el abreva­ dero hay macrofitos acuáticos, salvo el humero o aliso de los már­ genes y los sedimentos libres de materia orgánica en descompo­ sición. — 69 —

BIOLOGIA Los primeros datos sobre el habitat de Trocheta bykowski li­ mitaban su distribución a las aguas corrientes, frías y bien oxige­ nadas de las montañas de Europa meridional, de donde, ocasional­ mente, podía salir y quedar bajo las piedras. Sin embargo más tarde DRESSCHER y ENGEL la encuentran en aguas ligeramente estancadas y MANN bajo las piedras en la orilla de un lago. WOODS la descubre en una charca, cerca de Belfast, próxima a la orilla, enterrada en el fango, bajo las piedras, madera o Glyceria. McCARTHY la encuentra en muchas localidades de Irlanda, en diferentes habitats; en aguas corrientes, en las orillas de los lagos, excavando en el suelo o bajo la vegetación en descomposición. Coincidiendo con estos autores, queremos destacar la diversi­ dad de lugares en que hemos encontrado T. bykowskii: en aguas corrientes como arroyos y fuentes, en los bordes de lagos, en char­ cas y abrevaderos. Enterradas en fondos más o menos fangosos bajo las piedras o bajo las plantas acuáticas propias de los cursos de aguas lentas (tanto de arroyos como de zonas poco profundas estancadas), o incluso nadando sobre el fondo en proximidad de Haemopis sanguisuga. Así mismo hemos observado que la especie tiene una cierta pre­ ferencia por los sustratos calcáreos o al menos por aguas con un contenido medio en carbonatos (unos 50 mg / 1) y pH neutro o li­ geramente alcalino, 6,8 a 8, tanto en lugares eutróficos como oligo- tróficos. De acuerdo con nuestros datos, T. bykowskii se distribuye por el centro y oriente de la región, desde los valles a las montañas; entre altitudes comprendidas de 300 a 1.100 m, aunque suponemos su distribución más amplia, ya que nuestros muestreos se realiza­ ron preferentemente en los medios lacustres, pudiendo por tanto ser más frecuente en ríos y arroyos de las montañas del centro y del oriente. Aunque la presencia de esta especie de hirudíneo no es tan abun­ dante como la de Helobdella stagnalis o Haemopis sanguisuga su­ ponemos que su distribución va más alia de la región asturiana ocupando toda la cornisa cantábrica. La alimentación de T. bykowskii, tal como se señala en la bi­ bliografía, está fundamentalmente constituida por larvas de Insec­ tos, Oligoquetos y Moluscos. Así, en uno de los ejemplares recogi­ dos en el abrevadero de Ules, al fijarlo en alcohol, regurgitó varios trozos de aproximadamente 5 mm de longitud, correspondientes a — 70 — un Oligoqueto Lumbricido (con las quetas pareadas), así como doce larvas enteras de Quironómidos pertenecientes a la subfamilia Dia- mesinae. Estas larvas, pequeñas, de unos 2 mm de longitud por 0,2 mm de diámetro, aparecieron formando una masa redondeada envuelta por mucus v granos de tierra. En estas larvas se podía ver el tubo digestivo de color verde debido al fitoplancton ingerido, y presentaban un color rojo característico. En otro ejemplar procedente de las proximidades del Lago Enol aparecieron en su tubo digestivo varias larvas de Dípteros Simuli- dos, pertenecientes al género Simúlium. Una de las sanguijuelas procedentes del lago La Ercina tenía en su tubo digestivo varios fragmen+os de oligocmetos, de tamaño relativamente grande (8 mm), mientras que en el interior del tubo digestivo de una Haemopis sanguisuga apareció un pequeño frag­ mento de Oligoqueto y una larva entera de Triturus. En un indivi­ duo de T. bychowskii capturado en El Potril, se encontró una larva entera de Quironómido del género Diamesa en el momento de ser engullida, quedando la mitad anterior de dicha larva fuera de la cavidad bucal de la sanguijuela. En cuanto a los individuos adultos de esta especie, solamente en dos ejemplares se han encontrado espermatóforos adheridos a su tegumento; uno capturado en el mes de Abril y otro en Mayo, sin embargo no hemos conseguido ninguna puesta de esta especie.

CONCLUSIONES 1.—Trocheta bykowskii es una sanguijuela que vive en Asturias tanto en medios lóticos como lénticos. 2.—Se ha encontrado esta especie en medios lacustres oligotró- ficos y eutróficos. 3.—T. bykowskii se halla preferentemente en aguas carbonata­ das, ligeramente básicas. 4.—Su alimentación está constituida preferentemente por lar­ vas de Insectos, especialmente de Quironómidos y Simúlidos, y por Oligoquetos. 5.—El espermatóforo de esta sanguijuela posee una zona im­ par, que se implanta dorsolateralmente en la zona clitelar, y dos cuernos de aproximadamente 10 mm. de longitud. 6.—Su hallazgo y repartición en Asturias hace suponer una ma- vor distribución de esta especie, al menos, a lo largo de la Cornisa Cantábrica. — 71 —

RESUMEN Se señalan varios hallazgos de Trocheta bykowskii en Asturias (Norte de España), en aguas lóticas y lénticas principalmente de zonas calizas. Igualmente se aportan datos morfológicos y anató­ micos así como de su biología, geográficos y ecológicos.

SUMMARY Various findings of Trocheta bykowskii in Asturias (North of Spain), in mainly calcareous lotic and lentic waters are pointed out. Morphological and anatomical data, as well as notes on their biology, ecology and geographic are given. (1) Departamento de Zoología y Ecología, Facultad de Ciencias (Biológicas) Universidad de Oviedo, y (2) Departamento de Zoología, Facultad de Biología, Universidad Complutense de Madrid. — 72 —

BIBLIOGRAFIA

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NOTA SOBRE UNA POBLACION DE Típula (Típula) paludosa MEIG. (DIPTERA: TIPULIDAE) DE OVIEDO POR ARACELI ANADON y ANA QUERO

INTRODUCCION La existencia en Oviedo de una plaga de Tipúlidos nos ha per­ mitido realizar un estudio específico morfológico de la especie Típula {Típula) paludosa Meig. Ya en los años 1980 y 81 se había detectado la presencia de una plaga de larvas de tipúlidos en otras zonas de la provincia, que causaron daños de diversa consideración (1).

MATERIAL El material fué recogido en las zonas ajardinadas del antiguo «Campo de maniobras» del centro de la ciudad de Oviedo.

(1) Según datos proporcionados por D. Máximo BRAÑA, del Servicio de Defensa contra Plagas e Inspección Fitosanitaria del Ministerio de Agricul­ tura, en febrero de 1980 la plaga afectó a un total de 500 Ha. en los conce­ jos de Pilona, y Arriondas, además de los concejos de Gijón, Carreño, Belmonte de Miranda y Tineo. En abril-mayo de 1981, los daños fueron me­ nores, afectando Sólo a 100 Ha. en el concejo de Tineo, y también hubo ata­ ques aislados en Llanera. Los terrenos afectados fueron prados y pastizales tanto naturales como artificiales y también cultivos de maíz y de huerta, en los primeros estados de desarrollo de las plántulas. - 7 4 -

La recogida se efectuó en septiembre y octubre de 1981, cap­ turando a mano un total de 75 machos y 76 hembras, además de algunas parejas en cópula. La captura fué facilitada porque los individuos adultos se encontraban en grandes cantidades, a veces amontonados, y posados en apretados grupos en las partes bajas de las fachadas de los edificios colindantes con los jardines. Se realizaron medidas con los ejemplares recién muertos para evitar retracciones y la rigidez de los miembros, utilizando para estas medidas 39 machos y 36 hembras. Se midieron las siguientes variables: longitud total, longitud del abdomen, longitud de las patas anteriores y de las posteriores, envergadura, y longitud del ala. De todas estas medidas se obtuvo la media y la desviación tí­ pica y asimismo se calculó el coeficiente de correlación entre cada par de series. También se hizo un recuento de huevos, abriendo para este fin los abdómenes de 21 hembras, una recién salida del estuche pupal.

RESULTADOS En febrero y marzo de 1981 comenzaron a aparecer masiva­ mente en los mismos lugares donde posteriormente aparecerían los Tipúlidos adultos, objeto de nuestro estudio, gran cantidad de larvas de los mismos que afectaron a la zona ajardinada pro­ duciendo numerosas calveras en el césped. Las coordenadas U.T.M. de esta zona son: 30 T TP 6804. Su tamaño alcanzaba ya más de 35 mm. y su presencia se hacía más aparente en las zonas asfalta­ das que rodeaban al prado, pues quedaban allí atrapadas después de las migraciones nocturnas que efectúan estas larvas, por no poder retornar al prado a ocultarse en las galerías subterráneas donde se refugian y protegen durante las horas de día. Estas larvas se acumulaban en gran cantidad, lo que dió una idea de que la población en el prado debía de ser muy grande, constituyendo plaga. En el mes de septiembre de 1981 apareció una enorme pobla­ ción de tipulas adultas, resultado esperado del desarrollo de las larvas del invierno, por lo que se trata de Tipúlidos de una sola generación anual. Hasta al menos finales de octubre perduraron estas tipulas adultas. En general los machos estaban posados en lugares más altos, mientras que las hembras estaban por debajo o bien en el mismo prado...... - 75 —

A continuación se señalan algunos datos meteorológicos de Ovie­ do que pudieran tener cierta relación con la aparición tardía de los adultos: El día 10 de septiembre se registró la primera precipita­ ción apreciable del mes (6 1/m2), y ocho días más tarde hubo llu­ vias apreciables e intermitentes durante diez días con una precipi­ tación total de 35'1 1/m2. Las temperaturas de este intervalo fue­ ron, algunos días, con una media de alrededor de los 15° C, infe­ rior a la del resto de los días. En cuanto al mes de octubre, una precipitación total de 117’3 1/m2 repartida a lo largo de todo el mes resultó ser superior a la media de este mes, de 88'3 1/m2, por lo que cabe esperar que estas buenas condiciones de humedad fa­ vorezcan el desarrollo de la nueva generación. La muestra de la población aparecida resultó estar constituida por una sola especie Típula (Típula) paludosa Meig. En la determinación de las especies por las claves de Mannheims y Theowald , por la existencia de una «orla castaña» en las bandas longitudinales del preescudo, se llega al subgénero Yamatotipula. Sin embargo la descripción del mismo no coincide con los especí­ menes estudiados, entre otros motivos porque la escama del ala no es desnuda y las gonapófisis del adminículo no se ensanchan en for­ ma de azada en el extremo; aquel carácter, pues, no resulta ser exacto. Por la descripción se llega, sin duda, al subgénero Típula. La presencia de 14 artejos en las antenas de los machos y de las hembras, diferencia a Típula (Típula) paludosa Meig. de todas las restantes especies del grupo. Como en todas las especies del grupo oleracea, la parte interna del hipopigio, el dististilo interno (fórceps) tiene cuatro partes cuyo par externo o P 1 es un gancho simple en forma de hoz. La figura 1 representa estas partes de uno de los ejemplares estudia­ dos, así como el noveno terguito abdominal. Realizadas las medidas de la población, recogemos los datos biométricos en la tabla I. Se puede observar la diferencia, en al­ gunos casos muy notable, de las medias correspondientes a ma­ chos y a hembras. Los machos tienen el cuerpo más corto que las hembras, mientras que la longitud de sus alas es algo mayor que la de éstas. En ellas, es verdaderamente notable su gran abdo­ men, con una media de 6 mm. superior a la de los machos. Esta media de la longitud abdominal es ligeramente superior a la me­ dia de la longitud de las alas. Esta pequeña diferencia no es cons­ tante en todas las hembras, ya que en algunas ambas longitudes son iguales y en otras la diferencia se invierte. — 76 —

En los machos, por el contrario, la longitud abdominal es no­ tablemente inferior a la del ala y esto no se invierte en ningún ca­ so, existiendo una diferencia media de 6 mm., exactamente la mis­ ma que se reflejaba en la longitud total de machos y hembras. La última diferencia muy llamativa es la existente en la media de la longitud de las patas de machos y hembras. Los machos, de cuerpo más corto, presentan unas patas de longitud notablemente superior a la de las hembras. En éstas, la desviación típica de la longitud de las patas es pequeña y los datos están aquí bastante agrupados. Sin embargo en los machos las longitudes están mucho más dispersas, sobre todo las de las patas posteriores, cuya dis­ tribución no corresponde al tipo normal.

Fig. 1.—Dististilo interno (fórceps) de un ejemplar de Típula (Típula) paludo­ sa Meig. con sus cuatro partes, Pl, P2, P3 y P4; 9t, noveno terguito abdo­ minal a otra escala diferente. En conjunto, pues, los machos resultan mucho más gráciles y pequeños que las hembras, mientras que éstas son más pesadas y gruesas. Se calcularon los coeficientes de correlación de los valores de los diversos pares de variables medidas. En casi todos ellos el coe­ ficiente tuvo un valor superior al valor límite (algo más de 0,42) de significación del coeficiente de correlación que corresponde a un coeficiente de seguridad del 0’99, para el tamaño de la muestra con el que contamos. Sólo en un caso el coeficiente r se encon­ traba entre los valores correspondientes al límite para un coefi­ ciente de seguridad del 0'95 y del 0'99; se trata de la correlación en machos de la longitud total y la de las patas posteriores. Por — 77 — tanto todas las variables consideradas resultan estar correlaciona­ das entre sí. En cuanto al número de huevos por hembra, osciló entre 61 y 577, con una media de 294,7. La desviación típica es muy alta. Res­ pecto a los valores hallados, debido a no poder saber si la puesta

Variable LT (f LA A E PA PP

n 39 39 39 39 39 39

X 20,08 13,25 19,20 41 ,23 37,24 50,07

s2 2,84 1,73 2,40 10,11 10,71 38,76

s 1,68 1,31 1,55 3,18 3,27 6,22

24 16 22,5 47 45 62 xmax x • „ 16 11 16 35 29,5 39 mi n

Variable J LT LA A E PA PP n°h n 36 36 36 36 36 36 21

X 26,10 19,28 18,72 40,55 28,69 39,11 294 ,7 s2 3,58 1,92 1,53 7,15 5,98 5 ,81 22488,6 s 1,89 1,39 1,23 2,67 2,44 2,41 149,9 xmax 29,5 22 21,5 46 33 43 577 xmi n 22 17 16 36 24 33 61 Tabla I.—Número de ejemplares medidos (n), media varianza (s2), des­ viación típica (s), valor máximo (Xmax) y valor mínimo (x min) de las varia­ bles longitud total (LT), longitud del abdomen (LA), longitud del ala (A), envergadura (E), longitud de las patas anteriores (PA) y de las posteriores (PP) en milímetros, y número de huevos de las hembras (n.° h.). se había iniciado ya, y seguramente en los casos en que se contabi­ lizaron valores bajos así ha ocurrido, es probable que los valores reales sean superiores a los encontrados. — 78 —

DISCUSION La existencia de una sola generación anual coincide con la des­ cripción de Mannheims de Típula (Típula) paludosa. Este autor da como fechas de aparición de adultos desde finales de junio has­ ta antes del final de septiembre, señalando que en el Sur de Espa­ ña esto podría adelantarse en tres o cuatro semanas. En esta zona septentrional la fecha de aparición es tardía respecto a la ya men­ cionada, pero por no tener datos de su aparición de años anterio­ res no podemos decir si este retraso es normal para la zona, o si se debe a causas meteorológicas desfavorables. Hay que reseñar que en los meses de julio y agosto del año 1981 la pluviosidad en Oviedo fué muy inferior, menos de la tercera parte en agosto, a la media normal, según la estación de «La Cadellada»(F elicísimo 1980) y en mayo y septiembre también fué algo menor. También es notable el que existan algunas diferencias en el distístilo interno con respecto al representado por M annheims de un ejemplar de Segovia (1929) y otros dos más, aunque no descri­ be por escrito estas características. La P 4 es notablemente más ancna en todos nuestros ejemplares; el número de sedas de P 3 se señala que es de alrededor de 15, y nosotros encontramos entre 10 y 22, en casi todos los casos superior a 15, con una media de 17’4. Igualmente en todos nuestros ejemplares aparecen hacia la base de P 2 unas estructuras, probablemente sensilas campanifor­ mes, a las que no menciona el autor ya citado. En Típula (Tí­ pula) mediterránea Lacksch. se ven estas sensilas representadas sólo en uno de los tres ejemplare dibujados, por lo que no parece ser un rasgo característico de la especie. En cuanto a las medidas, las únicas que da Mannheims son las de las alas de las hembras, que van de 17 a 19 mm., y que en los machos oscilan entre 16 y 20 mm. Nosotros encontramos en las primeras una media de 18'72 mm. y límites inferior y superior de 16 y de 21,5 mm., y en los se­ gundos una media de 19,2 mm. y límites de 16 y 22'5 mm. El mar­ gen de variación encontrado fué algo mayor. Mannheims asimismo dice que en las hembras las alas son más cortas que el abdomen. Aunque en la media así curre, no en todos nuestros ejemplares sucede lo mismo, pudiendo ser iguales o algo mayores las alas. Pierre (1924) da las longitudes totales de 17 a 25 mm. y noso­ tros las encontramos entre 16 y 29'5, siendo la media en los ma­ chos de 20'07 y 26'09 en las hembras. Se puede decir pues, que los — 79 — tamaños encontrados son superiores en general a los reseñados en la bibliografía consultada. El número de huevos encontrado por nosotros no coincide exac­ tamente con el dado por otros autores en el límite superior, que en algunos casos es menor y en otros mucho mayor. Goix (1980) habla de 300 a 500 huevos, M iñanao (1981) de 100 a 500 y García (1980) de 100 a 1.000, siendo lo más habitual de400.

RESUMEN La población adulta de Típula (Típula) paludosa Meig. estudia­ da apareció tardíamente, a principios del otoño. Se realizaron di­ versas medidas, encontrándose una notable diferencia en los valo­ res de machos y hembras y una correlación entre los pares de va­ riables medidas. Los machos tienen el cuerpo más corto, y las alas, y sobre todo las patas, más largas que las de las hembras. Estas presentaron un número medio de huevos aproximado a 300. Se dan algunas características peculiares del hipopigio. summary The adult population of Típula (Típula) paludosa Meig. appea­ red late, at the beginning of autumn. A very remarkable difference between the values of various variables in males and females was found, as well as a correlation between each pair of them. The males have a shorter body, and their wings, and specially the legs, are longer than those of females. The mean number of eggs is approximately 300. Some peculiar features of the hypopygium are given. Departamento de Zoología . Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo BIBLIOGRAFIA

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NUEVOS SINFITOS (HYMENOPTERA: SYMPHYTA) PARA LA FAUNA DE ASTURIAS. POR PALOMA CISCAR GOMEZ

INTRODUCCION La captura de un ejemplar de la especie Sirex noctilio F., in­ dica la presencia en Asturias de una familia de Sínfitos (Himenóp- teros) de considerable interés económico: la de los Sirícidos ( Si- ricidae), perteneciente a la superfamilia de los Megalodontoidea (Hymenoptera: Symphyta, Orthandria). Las larvas de estos insectos se crían a expensas de la madera de diferentes especies arbóreas, principalmente Coniferas. Han si­ do encontradas en especies de los géneros Fagus, Populus, Betu- la, Pirus, Acer, Quercus, Fraxinns, Pinus, Picea y Abies. Durante los dos o tres años que que dura su período larvario, las larvas de los Sirícidos excavan galerías en la madera con sus potentes mandíbulas y en ellas completan su metamorfosis. Causan graves daños en la madera, que pierde su valor cuando está destinada a la construcción, pues su utilización supondría un serio peligro. Se inicia en el presente trabajo el inventario de esta familia, a la vez que se añaden nuevas especies al de los Tentredínidos (Tenthredinidaé, Tenthredinoidea ) de Asturias, así como nuevas localidades y otros datos de interés, de forma análoga a la de es­ tudios anteriores (Ciscar, 1980 a y b). Todo el material citado se encuentra depositado en el Departamento de Zoología y Ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo. — 82 —

SEGUNDA ADICION AL INVENTARIO DE LOS SYMPHYTA (HYMENOP- TERA) DE ASTURIAS. Superfamilia MEGALODONTOIDEA Familia SIRICIDAE Género SIREX Linneo, 1761. Sirex noctilío Fabricius, 1793. ( Fig. 1) Material estudiado : 1 ej. hembra, Bayas (Castrillón), 19-VII-1980, lég. A. Fleites. Biotopo: prado,

Figura 1.—Sirex noctilio F., hembra. Distribución: Toda Europa, Siberia y Mongolia. Ha sido intro­ ducido en Nueva Zelanda. Ecología: Según Berland (1947), esta especie se cría en Picea excelsa. Este autor cita como especie parásita Rhyssa persuasoria L. (Ichneumonidae ). Superfamilia TENTHREDINOIDEA Familia TENTHREDINIDAE Subfamilia Tenthredininae Género TENTHREDO Linneo, 1758. Tenthredo albicornis Fabricius, 1781. (Fig. 2) Material estudiado: 1 ej. hembra, Tineo, 9-VI-1981, lég. E. Pa­ redes. Biotopo: matorral. Distribución: Toda Europa. Argelia. Siberia. En España, esta especie ha sido citada para Oviedo (Dusmet, 1949), Huesca, Gero­ na y Madrid. Ecología: Según Berland (1947), Rudow indica que se cría en Archangélica, — 83 — Género MACROPHYA Dalhbom, 1835. Macrophya diversipes Schrank, 1782. ( Fig. 3) Material estudiado : 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 4-VII-1981. Distribución: Toda Europa. Siberia. En España, ha sido citada para Vizcaya, Logroño, Zaragoza, Barcelona, Avila y Madrid. Ecología: Nuestro ejemplar ha sido capturado en un matorral, con trampa verde de agua, a nivel del suelo. Ed. André (1879) indi­ ca que el imago puede encontrarse en los Corylus. Zombori (1975, 1980) cita capturas de imagos en Euphorbia cyparissias L., Berbe­ rís vulgaris L., Sambucus nigra L., L., Pinus ni- gra Arnold, Cornus mas * — Petasites hybridus (L.), Salix sp., Cle- matis sp., y Campanula sp.

T enthredininae Figura 2 : Tenthredo albicornis F., hembra. Figura 3 : Ma­ crophya diversipes Schrank, hembra. Género TENTHREDOPSIS A. Costa, 1859. Tenthredopsis carbonaria Linneo, 1767 var. cerasi Linneo. (Lám. 1, Fig. 7) Material estudiado: 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 7-V-1981. Distribución: Toda Europa. Africa del Norte. En España, la es­ pecie típica ha sido citada para Orense, Zaragoza y Madrid. La va­ — 84 — riedad cerasi L., para Vizcaya y Madrid. La variedad cordata Geof., para Logroño. Ecología: Berland (1947) cita como especie hospedadora de la larva, la gramínea Dactylis glomerata L. Nuestro ejemplar procede de un matorral y ha sido capturado con trampa verde de agua, a nivel del suelo.

Tenthredopsis coqueberti Klug, 1814. (Lám. 1, Fig. 4, 5 y 6) Material estudiado : 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 20-IV-1981. Biotopo: matorral. Captura a nivel del suelo. Distribución: Europa. En España, ha sido citada para Asturias (Dusmet, 1949), Vizcaya, Logroño, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Granada y Cádiz. Un ejemplar macho, capturado en Latores (Oviedo) sobre Ru- bus ulmifolius Schott, el 17-V-1980, por T. Blanco, podría constituir una variedad de esta especie, pues su ala posterior coincide con la indicada por Berland (1947, pág. 151, Fig. 150) y que se reproduce en la Lámina I, fig. 4 de este trabajo. Dicho ejemplar responde a la siguiente descripción: cabeza negra, con el clípeo, labro, base de las mandíbulas y una banda estrecha en el borde interno de los ojos, blanquecinos. Scutellum y postscutellum amarillentos. El res­ to del tórax y el abdomen, negros. Patas I con las tibias rojizas y el fémur casi totalmente negro. Patas TI con las tibias rojizas algo manchadas de negro. Patas III con la tibia y el fémur negros. Los tarsos faltan, así como la parte superior de las antenas, las cuales parecen ser negras tanto en su cara inferior como en la superior. Tenthredopsis sp. Un ejemplar macho, capturado en Trubia (Oviedo) en un jar­ dín, sobre una hoja de hortensia, el 30-V-1981, podría constituir una variedad de la especie Tenthredopsis pallida Konow, 1896, pues su ala posterior coincide con la indicada por Berland (1947, pág. 151, fig. 151) para el macho de dicha especie y que reproducimos en la figura 10 de la lámina I. El ejemplar citado responde a la siguiente descripción: cabeza negra, con el clípeo, labro, base de las mandíbulas, mejillas y una delgada banda que bordea interna­ mente los ojos y que enlaza con una mancha en el borde posterior de los ojos, amarillos. Antenas negras dorsalmente y claras en su cara inferior. Tórax y abdomen totalmente negros. Estigma alar negruzco, blanco en la base. Patas negras, excepto: las tibias y fé­ mures I, las tibias II y los artejos intermedios de los tarsos III, que son amarillo-rojizos. — 85 —

10.

Lámina 1.—Figura 4: Ala posterior del macho de Tenthredopsis coqueberti Klug (según Berland, 1947).—Figura 5: T. coqueberti Klug., hembra. Figu­ ra 6: Vista ventral del extremo del abdomen en T. coqueberti Klug, hembra, mostrando el hipopigio.—Figura 7: Idem en T. carbonaria L., hembra. Figu­ ra 8: Idem en T. scutellaris F., hembra. Figura 9: T. scutellaris F., hembra. Figura 10: Ala posterior del macho de T. pallida Konow (según Berland, 1947).

Subfamilia Selandriinae Género STROMBOCEROS Konow, 1885. Stromboceros delícatulus Fallén, 1808. (Lám. II, Fig. 11, a y b) Material estudiado: 24 ej., Trubia (Oviedo), 27-IV (3 machos), 8-V (5 machos), 15-V (10 machos y 2 hembras), 26-V (1 hembra) y 4-VI (3 machos) de 1981, respectivamente. Distribución: Europa. En España, ha sido citada para Zaragoza. Ecología: Los ejemplares citados han sido capturados en un bosque mixto de pino ( Pinus sylvestris L.) y castaño (Castanea sa­ tiva Miller), con trampa verde de agua colgada en un castaño, a 1 — 86 — m. de altura. Según Berland (1947), esta especie se cría en Polysti- chum filix-mas Roth. Ha sido citada como parásita, la especie Plectiscus tenthredina- rum Giraud (Ichneumonidae ). Género ANEUGMENUS Hartg, 1837. Aneugmenus coronatus Klug, 1814. var. analis Thomson. (Lám. II, Fig. 12 y 13a) Material estudiado : 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 31-VII-1981. Distribución: Toda Europa. En España, la especie típica ha sido citada para Barcelona, Gerona y Cádiz. Ecología: Nuestro ejemplar ha sido capturado en un prado con frutales, a nivel del suelo. Según Berland (1947), la larva se cría en Polystichum filix-mas Roth, Asplenium filix-femina (L.) Bernh, A. filix-mas L. y Pteris aquilina L. Aneugmenus temporalìs C. G. Thomson, 1871. (Lám. II, Fig. 13b) Material estudiado: 1 ej. hembra (Oviedo), 20-IV-1981. Distribución: Toda Europa. Siberia. Ecología: Se cría en Pteris aquilina L. (Berland, 1947). El ejem­ plar citado procede de un matorral y ha sido capturado a nivel del suelo. Género ATHALIA Leach, 1817. Athalia rufoscutellata Mocsáry, 1879. Material estudiado: 1 ej. macho, Trubia (Oviedo), 15-IX-1981. Biotopo: prado con frutales. Captura realizada a nivel del suelo. Distribución: Oeste de la Región Paleàrtica (Benson, 1962). En España, ha sido citada esta especie para Lérida y Barcelona. La variedad nigroscutellata Benson, para Guadalajara.

Subfamilia B lennocampinae Género EMPHYTUS Klug, 1813. Emphytus (Emphytina) pallipes Spinola, 1808. Material estudiado: 2 ej. hembras, Trubia (Oviedo), 27-111 y 4-VII-1981, respectivamente. Distribución: Toda Europa y parte europea de Turquía. En Es­ paña, ha sido citada para Vizcaya, Lérida, Zaragoza y Barcelona. Ecología: Los ejemplares citados proceden de un matorral y han sido capturados a nivel del suelo. Han sido citadas, como plan­ tas hospedadoras de la larva: el grosellero ( Ribes grossularia L.), Geranium robertianum L. y G. sanguineum L. (Ed. André, 1879 y __ 87 —

Berland, 1847). Zombori (1975, 1979), cita capturas de imagos sobre Euphorbia polychroma, Eonymus europaeus L. y una gramínea. Han sido citadas como parásitas, las especies de himenópteros: Cleptes semiaurata F. y C. nitidula F. (Chrysididae ), así como Cryp- tus emphytorum Boié (Ichneumonidae ). Género CALIROA A. Costa, 1859. Caliroa límacina Retzius, 1783. (Lám. II, Fig. 14) Material estudiado: 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 7-VI-1981.

Lámina II.—Figura 11.— Stromboceros delicatulus Fallén. (a) hembra, (b) macho. Figura 12: Aneugmenus coronatus Klug, hembra. Figura 13: Vista dorsal del estuche de la sierra en (a) Aneugmenus coronatus Klug, (b) A. temporalis, C. G. Thomson, (c) A. padi L. (según Zombori, 1976). Fi­ gura 14: Caliroa limacina Retzius, hembra. Distribución: Toda Europa. Siberia. Asia Menor y Asia Central. China. Japón. Africa del Norte. Ha sido introducida en América del Norte, América del Sur, Sudáfrica y Australia. En España, ha sido citada para Gerona y Barcelona. Ecología: El ejemplar citado procede de un matorral, pero la trampa de agua estaba colocada al pie de un cerezo ( Prunus avium L.). Se trata de una especie nociva a los árboles frutales, especial­ mente a los perales ( Pyrus sp.), melocotoneros, cerezos, ciruelos y guindales (Prunus sp.). La larva, conocida por su aspecto de babosa como el «tentredo limaco», se cría a expensas de las hojas y las ha­ ce caer prematuramente. Zombori (1975), cita como plantas hospe- dadoras Pyrus communis L. y Cerasus vulgatis Mili. Berland (1947), indica además la presencia de la larva en Betula, Salix, Amygdalus, Cydonia, Crataegus, Rosa, Rubus, Quercus y Sorbus. Han sido citadas como parásitas: Perilissus gorskii Ratz., Try- phon ratzeburgi Gorsky, T. excavatus Ratz., T. translucens Ratz. y Erromenus exareolatus Br. (Ichneumonidae ). Género MONOPHADNUS Hartig, 1837. Monophadnus montícola Hartig, 1837. Material estudiado : 2 ej., macho y hembra, Trubia (Oviedo), 28-11 y 23-111-1981, respectivamente. Distribución: Europa. Siberia. En España, ha sido citada para Barcelona. Ecología: Los ejemplares citados han sido capturados en un bosque mixto de pino ( Pinus sylvestris L.) y castaño (Castanea sa­ tiva Miller), con trampa verde de agua colocada en un castaño, a 1 m. de altura. Ed. André (1879) cita al imago como frecuente en zonas monta­ ñosas, al iniciarse la primavera y sobre Helleborus foetidus L. Zombori (1979) cita una captura en Anthriscus silvestris (L.) Hoffm. Género BLENNOCAMPA Hartig, 1837. Blennocampa genículata Stephens, 1835. Material estudiado: 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 23-111-1981, capturado en idénticas condiciones y simultáneamente a uno de los ejemplares de la especie anterior. Distribución: Francia. Europa Central y Septentrional. En Es­ paña, ha sido citada para Vizcaya. Ecología: Según Berland (1947), se cría en Fragaria. — 89 —

Género FENELLA Westwood, 1840. Fenella minuta Thomson, 1870. Material estudiado : 1 ej. hembra, El Escamplero (Las Regue­ ras), 14-11-1980. Distribución: Toda Europa. Asia Central. En España, ha sido ci­ tada para Málaga y Cádiz. Ecología: El ejemplar citado ha sido capturado entre cultivos, a nivel del suelo. Zombori (1978) cita como plantas hospedadoras de la larva: Geranium columbinum L., G. pusillum L. y G. pyrenai- cum Burm.

Subfamilia N ematinae Género PRISTIPHORA Latreille, 1810. Pristiphora pallidiventris Fallén, 1808. Material estudiado: 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 23-VII-1981. Distribución: Toda Europa y Siberia. En España, ha sido cita­ da para Gerona y Barcelona. Ecología: El ejemplar citado ha sido capturado en un prado con frutales, a nivel del suelo. Berland (1947) cita como plantas hospe­ dadoras: Rubus idaeus L., Geum urbanum L., Spiraea ulmaria L., Potentilla sp. y Ribes sp. Género NEMATUS Panzer, 1801. Nematus pavidus Lepeletier, 1823. (Fig. 17 y 18). Material estudiado: 1 ej. hembra, Porcia (El Franco), 27-VII-1980, lég. Ana Quero.

N em atinae .—Figura 15: Nematus myosotidis F., hembra. Figura 16. Cabeza de N. myosotidis F. vista por delante. Figura 17: Idem de N. pavidus Lep. Figura 18: N. pavidus Lep., hembra. — 90 —

Distribución: Toda Europa. En España, ha sido citada para La Coruña, Vizcaya, Barcelona y Gerona. Biología: Esta especie presenta partenogénesis arrenotóquica (Berland, 1947). Ecología: Según Berland (1947), se cría en los Salix. Zombori (1975) cita una captura sobre avellano ( Corylus avellana L.). Han sido citados como parásitos, los himenópteros: Tryphon extirpatorius Grav., Nemioblastus palaemon Sch., Mesoleius opti- cus Grav. y Diabonus lituratorius L. (Ichneumonidae ).

ADICION DE LOCALIDADES PARA ESPECIES INVENTARIADAS ANTERIORMENTE. Familia ARGIDAE Arge cyaneocrocea Forster, 1771. 1 ej. hembra, S. Pedro de Nora (Las Regueras), 7-VI-1981, cap­ turado en una flor de Euphorbia sp. Familia TE NT HREDINIDAE Tenthredo arcuata Forster, 1771. 1 ej. macho, Tineo, 10-V-1981, lég. E. Paredes. Biotopo: mato­ rral. 1 ej. hembra, Zeluan (Avilés), 17-V-1981, lég. I. Márquez. Zombori (1980) cita capturas de imagos de esta especie en Dau- cus carota L., Taraxacum officinale Weber s.l. y Ranunculus sp. Tenthredo scrophulariae Linneo, 1758. 1 ej. macho, Playa de Peñarronda (Castropol), 25-VIII-1980, lég. F. J. Ocharán. Capturado a las 13 h., en las proximidades de un ria­ chuelo. 1 ej. hembra, Ciaño (Langreo), 6-VI-1981, lég. I. Martínez. Zombori (1980) cita capturas de los imagos en Ranunculus acris y Salvia glutinosa.

Tenthredo vidua Rossi, 1790. 1 ej. hembra, Zeluan (Avilés), 17-V-1981, lég. I. Márquez. Bioto­ po: prado. Tenthredopsis scutellaris Fabricius, 1804. (Lám. I, Fig. 8 y 9). 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 17-V-1981, capturado en las ho­ jas del sambuco ( Sambucus nigra L.).

Macrophya annulata Geoffroy, 1785. 4 ej., 2 machos y 2 hembras, Trubia (Oviedo), 27-1V (1 macho), 4-V (1 macho) y 7-V-1981 (2 hembras), respectivamente, capturados — 91 — en un matorral, a nivel del suelo. Ejemplares de la variedad similis Spinola, han sido capturados simultáneamente a los de la especie típica pero en mayor número (18 ejemplares en el mismo período de tiempo). Zombori (1979) cita capturas de los imagos de esta especie en Urtica urens L., Arrhenatherum elatius (L.), Knautia drymeia, Acer campestre L., Carpinus betulus, Fagus sylvatica L., Viburnum opu- lus, Berberis vulgaris L., Epilobium montanum L., Euphorbia cypa- rissias L., Rubus idaeus L. y Salvia nemorosa.

Athalia cordata Lepeletier, 1823. 1 ej. hembra, Celorio (Llanes), 29-111-1981, lég. M. Garzo. 1 ej. macho, Llantrales (Grado), 15-X-1981, capturado entre cul­ tivos, a nivel del suelo. Zombori (1979) cita capturas de imagos de esta especie en Arrhenatherum elatius (L.), Anthriscus silvestris (L.) Hoffm., Ta­ raxacum officinale Weber s.l., Conium maculatum L., Pteridium aquilinum L., Pleurospermum austriacum, Achillea millefolium L., Aegopodium podagraria L., Angélica Sylvestris L., Mentha sp., Ra­ nunculus acris, Euphorbia polychroma, Chelidonium majus L. y Euphorbia cyparissias L.

Athalia glabricollis glabricollis (Thomson) Benson, 1962. 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 20-IX-1976, capturado en un ma­ torral, aim . de altura. 1 ej. hembra, Carbajal de la Legua (León), 24-V-1981, lég. C. Co­ linas. Zombori (1979) cita capturas de imagos de esta especie en: Anthriscus silvestris (L.) Hoffm., Conium maculatum L., Ranuncu­ lus acris, Viburnum opulus, Angélica archangélica, Sium latifolium, Sinapis arvensis L., Chaerophyllum bulbosum, Cychorium intybus L., Daucus carota L., Rubus sp., Falcaría vulgaris, Achillea millefo­ lium L. y A. nobilis.

Athalia rosae rosae (L.) Benson, 1962. 1 ej. macho, Somió (Gijón), 28-V-1981, lég. L. Mero. Zombori (1979) cita capturas de imagos de esta especie en Euphorbia sp.; Anthriscus silvestris (L.) Hoffm., Aegopodium po­ dagraria L., Leontodon hispidus, Allium ursinum L., Angélica syl­ vestris L., A. archongélica, Conium maculatum L., Achillea millefo­ lium L., Cychorium intybus L., Daucus carota L., Sium latifolium, Euphorbia cyparissias L. y Chelidonium majus L. — 91 —

Emphytus cinctus Linneo, 1758. 1 ej. hembra, Feleches (Oviedo), 9-IV-1981, capturado en un ma­ torral sobre Rubus ulmifolius Schott. 1 ej. hembra, Llantrales (Grado), 23-VII-1981, capturado entre cultivos, a nivel del suelo. Esta especie ha sido citada en España para Vizcaya, Lérida, Barcelona y Granada. Zombori (1975, 1979) cita capturas de imagos de esta especie en Chelldonium majus L., Diotria atricapilla, Euphorbia cyparissias L., Euphorbia sp. y Taraxacum officinale Weber s.l.

Ametastegia equisetí Fallén, 1808. 3 ej. hembras, Trubia (Oviedo), 2-IX-1980, 15-IX-1981 y 10-X-1981, respectivamente, capturados entre cultivos y a nivel del suelo.

Atomostethus ephippium Panzer, 1798. 1 ej. hembra, Llantrales (Grado), 23-VI1-1981, capturado entre cultivos y a nivel del suelo. Zombori (1979) cita capturas de imagos de esta especie en Ra­ nunculus acris, Arrhenatherium elatius (L.), Echium vulgare L., Pte- ridium aquilinum L., Sambucus ebulus L., Erigeron canadensis L., Urtica urens L., Angelica sylvestris L., Rubus caesius, Sium latifo- lium Taraxacum laevigatum, T. officinale Weber s.l., y Euphorbia cypatissias L.

Cladius pectinicorms Geoffroy, 1785. 1 ej. hembra, Tineo, 10-V-1981, lég. E. Paredes.

Nematus myosotidis Fabricius, 1804. (Fig. 15 y 16). 1 ej. hembra, S. Pedro de Nora (Las Regueras), 26-IX-1980, cap­ turado entre cultivos y a nivel del suelo.

ADICION A LA LISTA DE ESPECIES DE LOS SYMPHYTA (HYMENOPTERA) DE LA FAUNA ASTURIANA La lista que se adjunta a continuación, incluye las especies de Sínfitos (Hymenoptera: Symphyta) inventariadas en el presente es­ tudio y que no habían sido citadas para la fauna de Asturias en trabajos anteriores. — 93 — Familia SIRICIDAE. 1. Sir ex noctilio Fabricius, 1793. Familia TENTHREDINIDAE. 2. Tenthredopsis carbonaria Linneo, 1767 var. cerasi L. 3. Macrophya diversipes Schrank, 1835. 4. Stromboceros delicatulus Fallén, 1808. 5. Aneugmenus coronatus Klug, 1814 var. analis Thomson 6. A. temporalis C. G. Thomson, 1871. 7. Athalia rufoscutellata Mocsáry, 1879. 8. Emphytus pallipes Spinola, 1808. 9. Caliroa limacina Retzius, 1783. 10. Monophadnus montícola Hartig, 1837. 11. Blennocampa geniculata Stephens, 1835. 12. Fenella minuta Thomson, 1870. 13. Pristiphora pallidiventris Fallén, 1808. 14. Nematus paridus Lepeletier, 1823. RESUMEN En el presente trabajo se han inventariado 17 especies de Sínfi­ tos (Hymenoptera: Symphyta) pertenecientes a las familias de los Siricidae y de los Tenthredinidae, de las cuales, 14 son nuevas para la fauna astur. Se incluye además una adición de localidades y no­ tas ecológicas relativas a especies ya inventariadas, así como citas de especies de otras localidades españolas, cuyos ejemplares, al igual que el resto del material citado, se encuentran depositados en el Departamento de Zoología y Ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo. SUMMARY Seventeen species of Symphyta (Hymenoptera) of Asturias (N. of Spain) of the families Siricidae and Tenthredinidae are listed, as well as the localities and ecological remarks of other species already listed. Species of other Spanish localities have been included, whose specimens, as well as the others cited are deposited in the Departa­ mento de Zoología y Ecología. Oviedo University. Recibido en Octubre de 1981. Departamento de Zoología y Ecología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo. — 94 —

BIBLIOGRAFIA

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LARVAS Y POSTLARVAS DE PECES DE LA ZONA COSTERA CANTABRICA (N. DE ESPAÑA) EN LOS AÑOS 1974-75 POR M.a LUISA VILLEGAS

INTRODUCCION. El conocimiento de la riqueza Ictioplanctónica de una zona es fundamental para, entre otros muchos aspectos, localizar las áreas de freza de las distintas especies o evaluar la importancia de la misma en los distintos meses del año, base imprescindible para un estudio profundo de los problemas de pesquerías. Aunque otras zonas más septentrionales del Océano Atlántico están muy bien estudiadas, son pocos los autores que han aportado datos sobre la presencia o abundancia de huevos y larvas de peces en el Mar Cantábrico. Caben destacar, ALVARIÑO (1957), ARBAULT y LACROIX-BOUTIN (1968-69), DICENTA y CENDRERO (1977), VILLEGAS (1978, 79, 80 a y b, 81 a y b), SUAU y VIVES (1979).

MATERIAL Y METODOS. El material procede de dos fuentes distintas de la plataforma cantábrica (Fig. 1). La mayoría de las muestras fueron recogidas en la zona costera de Gijón durante los años 74 y 75. Las estaciones estaban situadas entre 1 y 6 millas de la costa en fondos de 50 a — 96 —

70 metros. Otras muestras proceden de la zona de San Sebastián, recogidas en Marzo-75 sobre fondos de 150 metros. Se utilizaron mangas bicónicas de 250 y 475 mieras de luz de malla que fueron arrastrados a unos 10 metros de profundidad du­ rante 5 ó 10 minutos, según que la manga fuera de 250 ó 475 mieras respectivamente.

Para la toma de muestras en la zona de San Sebastián se utilizó una manga Bongo de 20 cm. de diámetro de las bocas y con ma­ llas de 335 y 500 mieras, que fueron arrastradas a una profundidad de 60 metros. El plancton fué fijado en formol al 4% en agua de mar.

RESULTADOS Se recogieron 43 especies, 3 de ellas determinadas solo a nivel género, que pertenecen a 34 géneros y a 21 familias diferentes. — 97 —

Sardina pilchardus (Walbaum, 1792). Engraulis encrasicolus (Linnaeus, 1758). Argentina sphyraena Linnaeus, 1758. Ceratoscopelus maderensis (Lowe, 1839). Merluccius merluccius (Linnaeus, 1758). Micromessistius poutassou (Risso, 1826). Pollachius pollachius (Linnaeus, 1758). Tfisopterus minutus minutus (Linnaeus, 1758). Trisopterus luscus (Linnaeus, 1758). Rhinonemus cimbrius (Linnaeus, 1758). Onos sp. Cepola macrophthalma (Linnaeus, 1758). Trachurus trachurus (Linnaeus, 1758). Sparus pagrus Linnaeus, 1758. Diplodus sargus (Linnaeus, 1758). Oblada melanura (Linnaeus, 1758). Pagellus bogaraveo (Briinich, 1768). Labrus bergylta Ascanius, 1767. Centrolabrus exoletus (Linnaeus, 1758). Ctenolabrus rupestris (Linnaeus, 1758). Symphodus (Crenilabrus) melops (Linnaeus, 1758). Ammodytes tobianus Linnaeus, 1758. Hyperoplus lanceolatus (Le Sauvage, 1824). Trachinus draco Linnaeus, 1758. Trachinus vipera Cuvier, 1829. Scomber (Scomber) scombrus Linnaeus, 1758. Gobius niger Linnaeus, 1758. Gobius paganellus Linnaeus, 1758. Gobiusculus flavescens (Fabricus, 1779). Pomatochistus microps (Kroyer, 1834). Pomatochistus pictus pictus (Malm, 1865). Callionymus lyra Linnaeus, 1758. Callionymus maculatus Rafinesque, 1810. Blennius gattorugine Briinich, 1768. Blennius pholis Linnaeus, 1758. Coriphoblennius sp. Blennius sp A. Blennius sp B. Eutrigla gurnardus (Linnaeus, 1758). Arnoglosus laterna (Walbaum, 1792). Glyptocephalus cynoglossus (Linnaeus, 1758). Solea vulgaris vulgaris Quensel, 1806. Lepadogaster candollei Risso, 1810. (TABLA I.» N® de larvas y postlarvas en 1974. M=malla de 250 micras;G=mana de 475 mieras )

E E F M AMy J 01 Ag N?T t T. G G M G M G M G M G M G M GMGH G M G M S.pi1chardus 61 2 1 7 11 117 24 - - 3 - 13 55 202 92 31,26 37,27 E E .eneras i col us ------1 ______1 - 0,16 M.poutassou - - - - 4 - 5 5 ______95 1 ,40 1 ,75 P.pollachius 2 5 3 --___-_- 55 0,781,75 T.luscus - - - - 10 4 1 .11 4 1,71 1,40 R.cimbrius _ _ _ _ - i ______1 0,16 - Onos sp. ------3 ------3 - 1 ,05 T.trachurus _ _ _ _ - 15 - - - 5 - - - - - 2 9 - 3,11 S.pagrus ------_._-__-_ 4 _ 4 0,62 O.Me1anura - - - 43 55 1 33 - 13 - 3 3 - - 192 58 29,86 20,28 P.bogaraveo ____ _. 1 26 ------1 2 6 0,16 3,09 Pagellus sp. - - - - - 1 - 0,16 L.bergylta ______3 -1,05 •C.exoletus ______i______1 _ 0,16 ÏT’— '™'ï 98 C.rupestris .___ __ 1 - 5- 7-83 7- 28 3 4,35 1,05 S.melops ____ i_ 3 3 15 - 2 - 16 8 - - 37 11 5 ,75 3 ,85 Labridae ------3 - - 3 - 1,05 T.draco ______- - - - _ - 4 - 4 - 0,62 T.vípera - - - - - 1 ______1 - 0,16 S. scomb rus 3 - 1 1 5 8-5-----27 54 ,20 1 ,75 G.niger __ ...... 38- - 38 0,47 2 ,80 G.paganellus ------3 ------3 - 1,05 G.flavescens - - - - 1 - - 2 0,31 p. i"1 crons - - - - ______3 ?- - 33 n,a7 1, C.lyra __ 3 ...... - 3 o,47 Callionymus sp. - - - - - 1 ______1 - 0,16 B.pholis 1 - - - - 11 0,16 0,35 B. ^dttorugi ne ------3 1 3 - - 17 18 1 1 - 29 24 4 ,51 8,39 Coriphoblennius sp. - - - - 1 ------1- 0,16 E.gurnardus _ _ _ _ - - - - - 3 - - - 3 - 0,47 A.laterna ------8 ------8-1 - ,24 S.vulgaris - - - - - 2 - - 2 - 0,70- L. candol leí _ _ _ _ 1 - ...... _ 1 3 _ _2 3 0,311 ,05 Indeterminados - - - - 1 - 8 8 4 - - - 86 - - 21 14 3,27 4,90 TOTAL 62 2 1 28 19 226 141 176 4 43 - 81 121 26 - 643 X X Total 9,6 0,7 0,1 - 4,3 6,6 35,1 49,3 27,4 1,4 6,7 - 12,6 42,3 4,0 - (TABLA. II.- N°de larvas y postlarvas en 1975.M=malla de 250 mi eras;G=mal1 a de 475 mieras.M* = muestraS. Sebastian)

E E F M*My My J J1 Ag S 0 D N°Total % Total G M G M G M G M GM GM GMGMGM GMGM G M GM S.pilcha rdus 411- 7-5 14 2 16 8 37 3 15 1 - --- 27 - 1 - 123 19 24 ,1 7 4 ,28 A.sphyraena - - - 1 - - - ...... \ 0,23.

C.maderensis - - _ _ 2 ------2 - 0,39

Myctophydae 3 1 ------l 0,23- M.merlucc i us - - - 5 ------.. - 5 - 0,98 P. poutassou ---- 15 20 ------15 20 2,95 4 ,50 P.pollachius .... 7 ------_ 7 1,58 _ T.minutus ---- 1 ------1 0,23- T.lucus - - - - 3 5 15 ------35 156,88 3,38 Onos sp. .... 5 21 ------...... 5 21 0,98 4 ,73 C.macrophthalma - - . _ - - . . _ . 2 ------2 - 0,39 T. trachurus .3 - - - - 73 33 2-4-- - 1-- - 79 36 1 5 ,528 ,U D.sargus 2 8 - 6 - 3 23------4 20 0,79 4 ,50 0. mel anura - - - - - 8 128 36 - 4 3 1 3 ...... 1 - - - 1 32 61 25 ,93 1 3, 74 P. bogaraveo - - 1 2 - - 5 22 ...... 6 24 1 ,18 5,41

L.bergylta 1 _ i ...... 2 - 0,39 ~ 99 — C. rupestri s ...... - 12 2 - - - - - ...... -- - 12 2 2,36 0,45 S.melops i _ - 4 _io . 3 .... 1 17 0,1 9 3,83 Labridae ____ - T - - - - 2------2 - 0,39 A.tobianus - - 3 4 ------3 4 0,59 0,90 H. 1 anceol a tus - - 2 - - - _ _ - - _ _ ------_ _ _ _ 2 - 0,39 Ammodjtydae - - - - - 1 ------_ _ _ . . 1 0,23- S. scombrus 11 4...... 2 _ - - - . - 11 42 2 ,189 ,46

G.flavecens . . . . _ _ - - 2 ------2 - 0,39 P.pictus - _ _ _ _ - _ 2 ------_- 2 - 0,39 Gobiidae ------5 ------5 - 0,98 C.maculatus ______2 ------2 - 0,39 B.ga'ttorugine ------342 120 - - - 5 1- - - - 5 67 0,9814,64 «. p h o 1 i s - . 1 - - . t_ ...... 2 - 0,39 Cori phobl ennius sp------1------1 - 0,19 Blennius spA - X ------2 ------2 0,41- Blennius spB ------31------1 3 0,190,68 A.laterna _ _ - 3 ------3 - 0,59 G. cynogl ossus - - - 5 8 _ _ ------5 8 0,98 1 ,80 L.candollei - - - - - 3 ------3 -0,68 Indeterminados 1 1 7 2 ------24 ------4 31 0,796,98

Leci totróficas - - 18 40 15 - 2 - - - 1 - - - 36 40 7,079,01 N°T0TAL 4 1 8 6 73 98 179 152 20 44 149 105 36 38 9 - - - 30 - 1 - »Total 0,7/0,2/1,6/13.5 35,2/34,2 3,9/19,9 7/23.7 1,8- - - 5,9- 0,2- 14,3/34,2 29,3/23,7 — 100 —

Los resultados cuantitativos están resumidos en las tablas I y II. La tabla I nos muestra el número de larvas y/o postlarvas, re­ feridos a 100 m3 de agua filtrada, recogidas en 1974. La tabla II re­ presenta las recogidas en 1975. En la figura 2 se observa que la cantidad de ejemplares recogi­ dos fue siempre (excepto en julio-74) superior con la malla de 475 mieras, mas selectiva para Ictioplanston, que con la de 250 mieras. Por otro lado el mayor número de ejemplares fueron capturados en abril y mayo del 74, en la primera recogida de mayo y en junio del 75.

Fig. 2.—Variación del núm. de larvas y postlarvas en 1974-75. La figura 3 muestra el porcentaje por especies del total recogi­ do en 1974, mientras que la figura 5 representa lo mismo pero du­ rante el año 1975. Las figuras 4 y 6 muestran el porcentaje por familias del total de larvas y postlarvas recogidas con manga de 475 mieras durante los años 1974 y 1975 respectivamente. La figura 7 representa la época de aparición de las distintas especies en nuestras costas. — 101 -

Fig. 3.—% de ejemplares por especies recogidas en 1974. Fig. 4.—% de ejemplares por familias recogidos en 1974.

FAMILIA CLUPEIDAE Representada solo por la especie Sardina pilchardus (W, 1792). Fué recogida durante todos los meses muestreados del año 1974 excepto en mayo y agosto, representando el 31% del recogido con malla de 475 mieras y el 37% con 250 mieras. En 1975 apareció tam­ bién durante todos los meses muestreados pero con un porcentaje algo menor, 24% con manga de 475 mieras y sólo el 4% con la de 250. Las temperaturas del agua a 10 metros oscilaron entre 10,9 y 16,9°C. Es sin duda la especie más abundante y constante en los dos años, siendo abril el mes de máxima presencia de postlarvas (VI- — 102 —

LLEGAS, 1980 b). En este mes la temperatura del agua era de 12,5°C a 10 metros.

FAMILIA ENGRAULIDAE Representada por Engraulis encrasicolus (L, 1758); sólo ha apa­ recido en el mes de abril de 1974. Parece ser una especie que pre-

30-

20 10-

Fig. 5.—% de ejemplares por especies recogidos en 1975. Fig. 6.— % de ejemplares por familias recogidos en 1975. fiere aguas mas alejadas de la costa para frezar, ya que el intervalo de temperaturas en nuestras costas, permite su freza al menos du­ rante los meses de primavera. — 103 —

FAMILIA ARGENTINIDAE Argentina sphyraena L, 1758 sólo se ha recogido en Marzo-75 en la zona de San Sebastián. Parece ser una especie que, como la ante­ rior, prefiere aguas más profundas y alejadas de la costa que las normalmente muestreadas por nosotros.

E F i M í A . My, J ¡ J 1 , A9, s , 0 , H , D(

S .pilcharius ______. E.enerasiaolus

A. aphyraena ------

C.maderensis ______M. merlucoius - M . p o u t a a b o u P.pollaahius T . m i n u t a T . t u a o u a R . o i m b r i u s ,______O n o s s p . ------_ ------

C,maerophthalma ------

T. t r a c h u r s ------— _------

S, pa g r u e ------D , s a r g u s O.melanufca P.bogaraveo

C , b e r g y l t a C. exole tus C.rupestris S . m e l o p s

A .t o b i a n u s H. lanaeolatus T . d r a o o ------T . v i p e r a ------S . s o o m b e v

G . n i g e v G.paganellus ______. F i g .7 C.flavesaens P . m i a r o p s ------

C. l y r a ______C.maeulatus ------

B.gattorugine B . p h o l i s Coriphoblennius sp, B l e n n i u 8 e p a r . . . - - iii . Blennius sp b

E.gurnardus _ A . t a t e m a C, cynoglossue ------

S . v u t g a r i s ------

l.candollei “ ------Fig. 7.—Presencia de las especies en el periodo de muestreo.

FAMILIA MYCTOPHIDAE Representada por Ceratoscopelus maderensis (Lowe, 1839); ha sido capturada en el mes de junio-75 en muy pequeña cantidad a temperaturas de 16,1°C. También esta especie tiene preferencia, casi desde que eclosiona, por aguas más profundas. — 104 —

FAMILIA GADIDAE Representada por Micromessistius poutassou (R, 1826), Polla- chius pollachius (L, 1758), Trisopterus minutus minutus (L, 1758), Trisopterus luscus (L, 1758), Rhinonemus cimbrias (L, 1758) y el género Onos. Nunca han aparecido en gran número, con un porcen­ taje en conjunto de menos del 6% del total en 1974 y algo más del 10% en 1975. Sólo han sido recogidas en los meses de marzo y abril; parece claro, pues, que los representantes de esta familia son de freza preferentemente invernal, prolongándose la misma al prin­ cipio de la primavera, cuando las temperaturas oscilan entre 11,5 y 12,5°C.

FAMILIA MERLUCCIIDAE Merluccius merluccius (L, 1758) sólo ha aparecido en las recogi­ das de la zona de San Sebastián, siendo una especie cuya freza ocu­ rre en lugares alejados de la costa y con temperaturas bajas.

FAMILIA CEPOLIDAE Han aparecido dos ejemplares de Cepola macrophthalma (L, 1758) en junio-75 no habiendo sido recogida en ninguna otra mues­ tra. La temperatura a 10 metros era de 16,1°C.

FAMILIA CARANGIDAE La especie Trachurus trachurus (L, 1758) ha aparecido en abril y junio-74 en pequeña cantidad. En 1975 fué algo mas abundante siendo recogida en los meses de marzo a octubre (excepto mayo y septiembre), representando en este año el 15% de los recogidos con malla de 475 mieras y 8% de los capturados con 250. El mes mas abundante fué el de junio. Las temperaturas oscilaron entre 12,5 y 16,9°C.

FAMILIA SPARIDAE Representada por las especies Sparus pagrus L, 1758, Diplodus sargus (L, 1758), Oblada melanura (L, 1758) y Pagellus bogaraveo (B, 1768). — 105 — La especie más abundante en los dos años fué O. melanura, que en 1974 representa un 25% del total recogido con malla de 475 mi­ eras y un 13% del recogido con la de 250 mieras. En 1975 represen­ tó el 29 y 2% del total de larvas recogidas con malla de 475 y 250 mieras respectivamente. Esta especie apareció desde marzo a julio y un ejemplar en octubre. El intervalo de temperaturas fue de 11,5- 16,9°C. La máxima abundancia se encontró en mayo-74 y junio-75 con temperaturas de 14 y 16,1°C respectivamente. Diplodus sargus aunque siempre en pequeña cantidad aparece desde mayo a agosto de 1975, representando menos del 5% anual. Las temperaturas a 10 metros oscilaron entre 13,9 y 16,9°C. Sparus pagrus solo nos ha aparecido en agosto del 74 cuando la temperatura era de 16,9°C. Pagallus bogaraveo está presente desde febrero a mayo con temperaturas de 12,4-14°C. La aportación de todas las especies de esta familia al total de larvas y postlarvas es importante ya que en 1974 representa el 34% del total recogido con malla de 475 mieras y en 1975 el 27%. Los espáridos en nuestras costas parecen tener una freza en los meses primaverales y de principio de verano, con temperaturas no inferiores a 12°C.

FAMILIA LABRIDAE Representada en nuestras costas por Labrus bergylta A, 1767; Centrolabrus exoletus (L, 1758), Ctenolabrus rupestris (L, 1758), y Symphodus (Crenilabrus ) melops (L, 1758). La aportación de las cuatro especies al total es pequeña ya que no suponen ni el 10% de cada año. La especie más frecuente es C. rupestris, que aparece de abril a agosto del 74 y en mayo del 75, estando las temperaturas del agua comprendidas entre 12,5 y 16,9'C; S. melops está presente de mar­ zo a julio siendo las temperaturas del agua de 13,9 a 16,9°C.

FAMILIA AMMODYTIDAE Ammodytes tobianus L, 1758 e Hyperoplus lanceolatus (Le Sau- vage, 1824) han sido recogidas en pequeña cantidad y sólo en 1975. La primera lo fué en febrero y la segunda en febrero y marzo. La freza de los representantes de esta familia parece ser invernal y con temperaturas no superiores a los 13°C. — i 06 —

FAMILIA TRACHINIDAE Representada por las especies Trachinus draco L, 1758 y Trachi- nus vípera C, 1829 y con época de aparición en el plancton muy dis­ tinta. T. draco está presente en el mes de agosto con temperaturas de 16,9°C y T. vípera en abril siendo la temperatura de 12,5°C.

FAMILIA SCOMBRIDAE La presencia de Scomber scombrus L, 1758 ocurre desde marzo a junio del 74 y en mayo del 75 representando menos del 5% del total; las temperaturas oscilaron entre 11,5 y 14,4°C.

FAMILIA GOBIIDAE Hemos encontrado representantes de las especies Gobius niger, L, 1758, Gobius paganellus L, 1758, Gobiusculus jlavencens (F, 1779), Pomatochistus microps (K, 1834) y Pomatochistus pictus pictus (M, 1865). La abundancia total no es muy grande, pues juntos, no representan ni el 5% las larvas y postlarvas recogidas en ambos años. G.paganellus y G. flavecens aparecen en marzo y abril con temperaturas de 11,5-12,5°C.; P. pictus en junio con temperaturas de 16,7°C y G. niger y P. microps en julio con T de 15,9°C. Los representantes de esta familia frezan en la zona litoral, bajo piedras, y por tanto sus larvas y postlarvas son más abundantes en zonas más costeras que las muestreadas por nosotros.

FAMILIA CALLIONYMIDAE Ha aparecido en abril del 74 la especie Callionymus lyra L, 1758 con temperaturas del agua de 12,5°C; sin embargo en Punta Endata (Costa Vasca) aparece desde febrero hasta noviembre (SUAU y VI­ VES 1979). Callionymus maculatus R, 1810 fué recogida en junio del 75 con temperaturas de 16,1°C.

FAMILIA BLENNIIDAE Representada por las especies Blennius pholis L, 1758, B. gatto- rugine B, 1768, Coriphoblennius sp. (Fives, 1970) y ejemplares que hemos atribuido al género Blennius denominándolos Blennius sp A y Blennius sp B (VILLEGAS, 1981 b). — 107 —

B. pholis aparece esporádicamente en los dos años desde enero a agosto con temperaturas de 12,5 a 16,9'C. B. gattorugine ha sido recogida de abril a agosto en mayor número que la anterior, estan­ do la mayor abundancia localizada en mayo-74 y julio-75; las tem­ peraturas desde abril a agosto oscilaron entre 12,5 y 16,9°C. Cori- phoblennius sp solo ha aparecido en mayo así como Blennius sp. A mientras que Blennius sp. B lo hace en julio y agosto. En su con­ junto la contribución de dicha familia al total supone algo mas del 10% en cada uno de los años estudiados.

FAMILIA TRIGLIDAE La única especie recogida en nuestras aguas es Eutrigla gurnar- dus (L, 1758). Se capturó en el mes de abril-74 con solo ocho ejem­ plares, recogidos con malla de 475 mieras en temperaturas de 15,9°C.

FAMILIA BOTHIDAE La especie Arnoglossus laterna (W, 1792) se obtuvo en abril-74 siendo las temperaturas del agua de 12,5°C.

FAMILIA PLEURONECTHIDAE Glyptocephalus cynoglossus (L, 1758) ha aparecido en marzo-75 en la zona de San Sebastián no habiendo sido recogida en nuestra costa asturiana pensamos que debido, no a su ausencia, sinó que prefiere aguas bastante profundas desde que nace.

FAMILIA SOLEIDAE Representada en nuestras costas por Solea vulgaris Q, 1806, fue recogida en marzo del 74 en muy pequeña cantidad; la tempe­ ratura a 10 metros era de 11,5°C.

FAMILIA GOBIESOCIDAE Lepadogaster candollei R, 1810 fue capturada en marzo, junio y julio del 74 y junio-75 oscilando las temperaturas entre 11,5 y 15,9°C. — 108 —

CONCLUSIONES. La máxima presencia de larvas y/o postlarvas en nuestras costas ocurre durante los meses de primavera, siendo el otoño práctica­ mente nulo y el verano e invierno muy pobres. Por tanto abril y mayo parecen ser los meses preferentes de freza. Las especies mas abundantes en los dos años estudiados, al me­ nos en la capa superficial son: Oblada melanura, Sardina pilchar- dus y en algún mes es relativamente abundante Trachurus trachu­ rus y Blennius gattorugine. Las especies mas frecuentes en el período muestreado son: S. pilchardus, D. sargus, O. melanura, C. rupestris, S. melops y B. gattorugine los cuales aparecen al menos durante cinco meses en alguno de los años muestreados. Al menos están representados tres meses las especies S. scomber y T. trachurus ; casi todas son espe­ cies litorales y sublitorales y cuyo lugar preferente de freza no se encuentra demasiado alejado de la costa, o como en el caso de S. pilchardus y T. trachurus frezan de manera masiva en zonas mas alejadas a las muestreadas por nosotros, pero también lo hacen en menor cantidad cerca de la costa. En 1974 aparecieron una serie de postlarvas que no han sido recogidas en 1975 como son algunas de las presentes en el mes de abril, cuya muestra homologa al 75 no poseemos: E. encrasicolus, R. cimbrius, T. vípera y C. lyra, poco frecuentes quizás porque pre­ fieren aguas mas alejadas de la costa para frezar; Sparus pagrus y T. draco son especies que se suelen situar en aguas profundas; G. niger, G. paganellus, P. microps, E. gurnardus y S. vulgaris son especies que en sus estados postlarvarios se suelen situar por de­ bajo de los 10 m durante el día o incluso cerca del fondo (RUSSELL, 1926a, b; 1928, 1930). En 1975 aparecieron especies no encontradas en el 74 y que fueron capturadas en marzo, sobre fondos de 150 m en la zona de S. Sebastián, como son A. sphyraena, M. merluccius, T. minutus, G. cynoglossus y que son especies que se encuentran en aguas pro­ fundas en sus estados larvarios, HENDERSON (1954) y RUSSELL (1926a, 28). Las especies C. maderenSis, C. macrophthalma, P. pic­ tus y C. maculatus son propias también de aguas mas profundas. La época de freza de las distintas familias varía lógicamente con las especies que la integran, pero de manera general la F. Clupeidae lo hace durante todo el año con máximos en primavera y casi nula en ve­ rano; Gadidae aparece solo a principios de primavera y no en las demás estaciones, cuando las temperaturas son inferiores a 13.°C; — 109 — Sparidae freza desde finales del invierno a principio del verano, pe­ ro con máximos de especies e individuos en la primavera; Scombri- dae solo freza en primavera; Blenniidae de invierno a primavera pero siempre lo hemos encontrado en número reducido. Labridae extiende su freza desde principios de primavera a verano; Ammody- tidae es propia de finales de invierno o primavera temprana. Gobii- dae es propia de la primavera. La escasez de ejemplares parece ser debida a dos circunstan­ cias: por un lado, la zona costera de Gijón no parece ser un lugar preferente de freza; y por otro lado, algunas especies prefieren aguas más profundas para vivir, al menos durante el día que las normalmente muestreadas por nosotros o incluso más alejadas de la costa. En cuanto a la época de aparición y como habíamos señalado anteriormente, VILLEGAS (1978, 79, 80a y b), es más temprana para la mayor parte de las especies y está menos extendida du­ rante el año que en las zonas más septentrionales del Mar del Norte, Canal de la Mancha, Sur de Inglaterra o W. de Irlanda.

RESUMEN Se han recogido 42 especies de las cuales 3 están determinadas a nivel género que pertenecientes a 19 familias diferentes. Las es­ pecies más frecuentes son: Sardina pilchardus, Diplodus sargus, Oblada melanura, Ctenolabrus rupestris, Symphodus melops y Blen- rtius gattorugine que aparecen al menos durante cinco meses. Las especies más abundantes en superficie son: S. pilchardus, Oblada melanura y en algún mes Trachurus trachurus y Blennius gattoru­ gine. Las especies recogidas a profundidad mayor son Argentina sphyraena, Merluccius merluccius, Trisopterus minutus minutus y Glyptocephalus cynoglossus. La época de freza de las familias varía con las especies que las integran; de manera general Clupeidae fre­ za durante todo el año con máximo en primavera, Gadidae y Am- modytidae a finales de invierno y principios de primavera; Spari­ dae desde finales de invierno a principios de verano con máximos en primavera; Scombridae solo freza en primavera, Blennidae de invierno a primavera, Labridae de primavera a verano y los re­ presentantes de la familia Gobiidae son más abundantes en la pri­ mavera. SUMMARY The Gijón area (N. Spain) was sampled quantitative and quali­ tatively for plankton during 1974-75. The larvae and/or postlarvae of 43 species of fishes were identifies from the plankton. The re­ corded ocurrence of the individual species and the percentage ocu- rrence of the families is presented and discussed. The result of previous investigations of the plankton of the Gijón area are men­ tioned. ’ ! Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo - m -

BIBLIOGRAFIA

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ALGUNOS DATOS SOBRE LA ALIMENTACION DEL MOCHUELO COMUN (Athene noctua) EN ASTURIAS POR MARTA DE LA HOZ

La dieta de algunas estrigiformes, sobre todo de la lechuza co­ mún (Tyto alba), es bien conocida en distintos países centroeuro- peos y en casi toda la península ibérica, gracias a diversos traba­ jos orientados en su mayor parte hacia el estudio faunístico de micromamíf eros. No es éste el caso del mochuelo común (Athene noctua), objeto de este trabajo. En centroeuropa se dedicaron a esta especie dife­ rentes estudios (Glue, 1936; Uttendorfer, 1939; Thiollay, 1968 y otros). En Iberia, además de algunos datos aislados, incluidos en estudios más generales (Gil Lletget, 1945; Iglesias, 1952; Bernis, 1974) disponemos de la abundante información que, sobre la ali­ mentación de Athene noctua en la región mediterránea, aportan Valverde (1967) y Herrera e Hiraldo (1976). No ocurre lo mismo en lo que se refiere a otras áreas de la península y, concretamente, a la región cantábrica. Por estas razones creemos interesante publicar los resultados del análisis de un lote de egagrópilas procedentes de la zona cen­ tral de Asturias.

AREA DE ESTUDIO Recogimos las egagrópilas, en que se basa este estudio, en un pequeño bosque-isla de Castannea sativa situado en la localidad de Ferrera (Noreña), en la zona central asturiana a una altitud de unos — 114 —

300 m. s.m. Rodea a la formación de castaños un típico paisaje en mosaico, con praderas de siega y diente, limitadas por setos natu­ rales integrados fundamentalmente por Rubus ulmifolius y Cratae­ gus monogyna. Recorre este área un pequeño arroyo, con bosque ribereño, caracterizado por los alisos ( Alnns glutinosa), sauces (Sa- lix sp.), avellanos ( Corylus avellana) y algunos robles ( Quercus ro- bur). En la zona inmediata al bosquete de castaños se encuentra una pradera de diente, con Dactylis glomerata y Centaurea nigra como especies dominan+es, con invasión en la zona ecotonal de Ulex europeaeus, Ulex minor, Daboecia cantábrica y Erica vagans.

MATERIAL Y METODOS Se analizaron 75 egagrópilas de mochuelo procedentes del área descrita, colectadas en los meses de mayo y junio de 1976, que arrojaron un total de 396 presas, en su mayoría artrópodos y ma­ míferos. Dado el número relativamente escaso de egagrópilas analizado, se representó la diversidad trófica acumulada frente al número de egagrópilas estudiadas, con objeto de conocer el núnjero mínimo de muestras cuyo análisis puede proporcionar una idea represen­ tativa de la dieta de Athene noctua. Se obtuvieron estos valores ex­ trayendo al azar sucesivas muestras (egagrópilas), cuvos efectivos fuimos sumando, hasta conseguir la estabilización de la curva de diversidad acumulada, lo que sucede, aproximadamente, hacia la veinteava muestra (Figura 1). Utilizamos a este efecto la función de Shannon-Weaver: H = — £ Pi log. Pi El valor de este índice calculado para el total de las presas, pro­ porciona además información sobre el grado de especialización del predador Es evidente, por otra parte, el distinto significado energético de las diferentes presas, por lo que se ha considerado, además del número de individuos, la aportación en biomasa de los distintos ti­ pos de presas, expresado mediante el peso seco de éstas. El peso seco de las presas se obtuvo desecando en estufa (a 120°C) tres in­ dividuos de cada una hasta conseguir peso constante. Los' valores obtenidos fueron los siguientes: — 115 —

Biomasa PRESAS (Gramos de peso seco) Carábidos 0’0853 Elatéridos 0'0186 Geotrùpidos 0'23 Sílfidos 0'031 Curculiónidos 0'0018 Melolóntidos 0’23 Crisomélidos 0'0613 Escarabeidos, Cerambícidos y Estafilínidos 0'018 Ortopópteros 0’0676 Dermàpteros 0'0286 Himenópteros 0’0019 Dictiópteros 0’0112 Araneidos 0'0Ó25 Anuros 3'3 Pica pica 68 Turdus merula 23'36 Carduelis carduelis 7’11 Talpa caeca 8'22 Crocidura russula l'49 Sor ex araneus l'21 Microtus agrestis 8’17 Pitymys lusitanicus 4'08 Apodemus sylvaticus 4'50 Mus musculus 4

Figura 1.—-Representación de la diversidad trófica acumulada (Hk) frente al número de egagrópilas. La flecha señala, de manera aproximada, el punto en que se inicia la estabilización de la curva. — 116 —

RESULTADOS Los resultados totales del análisis en cuanto a número de indi­ viduos y frecuencia (número de egagrópilas en que aparecen) se exponen en el cuadro 1 para cada grupo y especie, cuando fué po­ sible la determinación a este nivel. En la figura 2 representamos el porcentaje númérico (A) y de biomasa (B) de las siete categorías de presas más representativas.

11111 Coleópteros

^ Ortópteros

[23 Dermápteros

■ A ves

□ Insectívoros

R oedores B, Otrai prtiat

Figura 2.—Porcentaje numérico (A) y de biomasa (B), de las 7 categorías de alimento que consideramos como básicos para Athene noctua en Asturias. Si consideramos el número de individuos capturados, son los artrópodos las presas de mayor importancia en el régimen estival del mochuelo común, ya que suponen un 82’58% del total de pre­ sas. Entre los artrópodos destacan los Coleópteros, que suponen un 59’85% del total de presas y un 72%' de los invertebrados. — 117 — 6 5 1 1 32 13 16 13 6 5 8 8 1 1 52 24 12 9 1 1 1 1 6 4 1 1 pica Apodemus sylvaticus Mus musculus 1 6 Talpa Talpa caeca Parus Parus major Roedores no determinados 6 6 Fórmica Fórmica rufa Sorex Sorex araneus ORTOPTEROS Athene noctua. Turdus merula Crocidura Crocidura russula Microtus agrestis Gryllus Gryllus campestris 2 2 Pitymys lusitanicus Forfícula Forfícula auricularia Gryllotalpa gryllotalpa 1 Murinos 8 7 N.° N.° F. N.° F. 10 6 1 1 determinadas en egagrópilas de 31 19 Blátidos 2 2 21 11 No determinados 3 3 3 3 ARACNIDOS 3 2 1 1 2 1 No determinados 44 19 1 1 8 7 ANUROS 1 1 1 1 Roedores 36 31 Cuadro 1.—Número de individuos frecuencia y de aparición de las presas 5 2 AVES 6 6 sp. 3 2 Insectívoros 26 19 sp. 4 2 MICROMAMIFEROS 62 41 sp. 8 5 DERMAPTEROS sp. 16 15 N.° de N.° de presas = 396; N.° de egagrópilas = 75 sylvaticus stercorarius Trachyfloeus No No determinados 6 6 Tálpidos 6 4 Copris Copris lunaris Thyphaeus thyphaeus Mecaspis Leptinotarsa decemlineata Cerambyx Cerambyx scopoli No No determinados 19 18 Passeriformes 6 6 Geotrupes vernalis G. G. Sylpha No No determinados 94 32 Carabus Carabus auratus Paederus Paederus bandii 2 Alophus triguttatus Carabus Athous vittatus Hygrocarabus melancolicus Escarabeidos Estafilínidos 1 1 2 1 Sílfidos Sílfidos 16 15 Pica Crisomélidos 1 1 Sorícidos 20 17 Elatéridos Curculiónidos 1 Melolóntidos no 1 det. HIMENOPTEROS 34 13 1 1 1 1 Cerambícidos 1 1 Microtinos 22 19 Geotrúpidos 66 41 DICTIOPTEROS 2 2 Carábidos 114 35 COLEOPTEROS COLEOPTEROS 237 50 — 118 —

Siguen en importancia los Ortópteros y Dermápteros con por­ centajes del 13 y 8%, respectivamente, del total. Entre los vertebrados son los micromamíferos el grupo más importante, cuyo aporte en número y biomasa supone, respectiva­ mente, el 15'65% y el 61'58%. Destacan entre ellos los roedores, que representan un 42'89% del total de biomasa, pese a que su por­ centaje numérico no es muy elevado (9’09%). Las especies mejor representadas son, por este orden, Pitymys lusitanicus, Apodemus sylvaticus y Microtus agrestis. Los insectívoros, un total de 26 ejemplares, aportan el 18'69% de la biomasa total y suponen el 6’56% del número de presas. Las especies ingeridas por Athene noctua son, por orden de frecuencia, Sorex araneus, Crocidura russula y Talpa caeca. Las aves, todas Passeriformes, suponen el 1'51% del número de presas, con un aporte del 29'56% de la biomasa total. Es destaca- ble, por el tamaño de la presa, la captura de 1 Pica pica. Compro­ bamos igualmente un caso de canibalismo entre pollos de Athene noctua. Las restantes clases de vertebrados sólo están representadas por un Anuro no determinado. Estos datos concuerdan con los obtenidos en otras áreas por distintos autores, en cuanto a la confirmación como presa funda­ mentales del mochuelo de los invertebrados, sobre todo artrópodos, y los micromamíferos, tal y como se muestra en el cuadro 2 en que se exponen los porcentajes numéricos de 4 grupos diferentes de presas. Los datos proceden, para centroeuropa, de Uttendorfer (1939) y Thiollay (1968), y para la región mediterránea de Hiraldo (en Herrera e Hiraldo, 1976). Los correspondientes a Asturias son los expuestos en el presente trabajo.

Centroeuropa Asturias Mediterráneo Mamíferos 22'8 15'65 2'8 Aves 2’3 1'51 0'4 Otros vertebrados l'O 0'25 0’7 Invertebrados 73'8 82’58 95’9 Cuadro 2.—Porcentajes numéricos de los principales tipos de presas captura- das por Athene noctua en tres áreas geográficas diferenciadas. — 119 — El porcentajes de aves, por un lado, y anfibios, reptiles y peces, por otro, es siempre bajo y muy variable en las distintas comuni­ dades, sin que se observen regularidades en su relación con los porcentajes numéricos de las «presas fundamentales», mamíferos e invertebrados, que suponen en conjunto, en todos los casos, más del 95% del total de presas. Prescindiendo de las restantes catego­ rías, se observa (cuadro 2) que, en la dieta de Athene noctua, hay una progresiva sustitución de invertebrados por micromamíferos desde las comunidades del Mediterráneo hasta las centroeuropeas, seguramente en relación con la propia composición faunística de dichas comunidades. Por otra parte la alimentación del mochuelo común en Asturias y Centroeuropa es muy similar.

AGRADECIMIENTO Deseamos agradecer a José Rafael González López la ayuda pres­ tada en la determinación de algunas presas. — 120 —

BIBLIOGRAFIA

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ADICIONES Y CORRECCIONES A LA LISTA GENERAL DE AVES OBSERVADAS EN ASTURIAS (1979) POR IGNACIO GAMEZ CARMONA

En el número 25 del Boletín de Ciencias de la Naturaleza del Instituto de Estudios Asturianos, aparecido en 1980, se publicó un trabajo que bajo el título Relación actualizada de las citas de aves en Asturias (Hasta diciembre de 1979), trataba de presentar la lista general de las especies de aves hasta entonces observadas en As­ turias, con un breve comentario sobre la situación de cada una de ellas en la región. Ya a la salida de aquel número del boletín, se observaron en el citado trabajo algunos errores que deberían ser subsanados, y des­ pués, tras dos años más de nuevas observaciones sobre la avifauna asturiana, algunos comentarios hechos sobre determinadas espe­ cies, han quedado desfasados, y además estas nuevas observacio­ nes han aumentado la lista general de especies de aves observa­ das en Asturias, dado que se localizaron nuevas especies. Debido a todo ello, se ha creído conveniente el publicar este artículo a modo de un primer apéndice a aquel trabajo, con el fin de corregir errores del mismo, así como el incluir las nuevas espe­ cies orníticas que se han observado en Asturias durante los dos últimos años. — 122 —

CORRECCIONES 8. Fulmarus glacialis (Linn.) Fulmar Desde principios de 1980, se han obtenido tres nuevas citas de esta especie en el litoral asturiano, dos de ellas plenamente inver­ nales y una primaveral. 9. Puffinus puffinus (Brünn.) Pardela Pichoneta Tras un riguroso censo de aves marinas nidificantes en la cos­ ta asturiana, efectuado por el Grupo de Ornitología «Aythya» de A.N.A. en la primavera de 1980, es casi totalmente seguro que esta especie no nidifica en el litoral asturiano. 12. Procellaria diomedea (Scop.) Pardela Cenicienta Durante los pasos otoñales de aves marinas de 1980 y 1981, el Grupo de Ornitología «Aythya» de A.N.A., efectuó numerosos con­ troles de migrantes frente al Cabo de Peñas, observándose un paso muy intenso en sentido Este a Oeste de esta especie, ya desde agos­ to hasta octubre, siendo entonces una pardela verdaderamente abundante en nuestro litoral. 101. Haematopus ostralegus (Linn.) Ostrero En la primavera de 1981, algunos miembros del Grupo de Orni­ tología «Aythya» de A.N.A., descubrieron algunas parejas de esta especie con huevos y pollos en el litoral occidental asturiano. 166. Uria aalge (Pontop.) Arao Común En el censo de aves marinas nidificantes efectuado en el litoral asturiano en la primavera de 1980 por el Grupo de Ornitología «Aythya» de A.N.A., ya se descartó la nidificación del Arao Común en Asturias, dada la ausencia total de individuos. 218. Lanius minor Gm. Alcaudón Chico La presencia de esta especie en Asturias, aún siendo citada por A. noval , me parece dudosa dado que es una ave estival con el área de cría más cercana en algunas localidades de Cataluña y que efec­ túa una migración de tipo oriental. 269. *Remiz pendülinus (Linn.) Pájaro Moscón M. Quintana observó ya hace algunos años a esta especie en el Parque de Ferrera de Avilés durante el otoño. — 123 — 301. Loxia curvirostra (Linn.) Piquituerto Común a . noval cita a esta especie en Asturias como nidificante, aten­ diendo a ello así apareció en el trabajo que ahora se corrige, pero ahora me parece que esta especie no nidifica en mondo alguno en Asturias, sino que tan sólo aparece posiblemente de modo ocasio­ nal como consecuencia de los movimientos poblacionales tan irre­ gulares de esta especie. 305. Petronia petronia (Linn.) Gorrión Chillón Existe una observación de esta especie en 1980 en el estuario de Zeluán, comunicada por M. Quintana y R. Fernández.

ERRORES —En la especie 282, donde dice Emberiza cia Linn., debe decir Emberiza citrinella Linn; tras el comentario que existe para esta especie, debe incluirse la 283, que falta, correspondiente a Emberiza cia Linn., Escribano Montesino, el cual en Astu­ rias mantiene una población nidificante y sedentaria no esca­ sa que habita zonas preferentemente de media montaña de­ sarbolada, y que en invierno desciende parcialmente de nivel, llegando incluso a las campiñas costeras. —En la Bibliografía, donde dice según , l. & amadon , a ., debe decir brow n , l. & amadon , a . También en la Bibliografía, en gamez , i. (1976), donde dice Noticiario breve (Terrera Común), debe decir Noticiario breve (Terrera Marismeña). Por último y también en la Bibliografía, después de la referencia de h ein zel , h .; fit t e r , r. & parslow , j . (1975), debe figurar de­ bajo la referencia bibliográfica huyskens , g . & maes , p . (1965). La migración de aves marinas en el NW de España. Ardeola XI. S.E.O. Madrid.

adiciones Aquí figuran algunas especies de aves que, a partir de la publi­ cación del citado trabajo del Boletín de Ciencias de la Naturaleza número 25 del I.D.E.A., han sido observadas por primera vez en Asturias y que vienen a aumentar la lista general de aves observa­ das en esta región. — 124 —

319. Egretta alba Garceta Grande En octubre de 1981 observé en compañía de S. Sánchez a tres ejemplares de esta especie en paso de Este a Oeste sobre la punta de La Gaviera, en el Cabo de Peñas. (Orden ciconiformes, familia Ardeidae) 320. Aegypius monachus Buitre Negro En septiembre de 1980 apareció en Pravia un individuo joven de esta especie que se encontraba muy débil y sin poder volar. Re­ cogido y cuidado durante algún tiempo por J. C. del Campo, fué liberado en la provincia de Salamanca. Quizás se tratase de un ca­ so más de erratismo juvenil aunque muy acusado dada la gran dis­ tancia al área de cría más cercana, pero se sospecha también que procediese del saqueo de un nido por parte de alguien y que pos­ teriormente se transportó hasta cerca del lugar en que fué encon­ trado, a donde llegaría debido a una fuga de cautividad. (Orden falconiformes, familia Accipitridae) 321. Hirundo daurica Golondrina Dáurica M. Quintana observó en la primavera de 1981 a una pareja de esta especie cerca de Avilés. No se comprobó nidificación alguna, pero quizás se trate de la avanzadilla hacia Asturias de esta especie en expansión hacia el Norte. (Orden passeriformes, familia Hirundinidae) 322. Acrocephalus paludicola Carricerín Cejudo Durante 1980 y 1981 se observaron al menos tres individuos de esta especie en Asturias, todos ellos en la ría de Villaviciosa y to­ dos en migración otoñal, siendo anillados dos individuos. (Orden passeriformes, familia Sylviidae) 323. Calearius laponicus Escribano Lapón M. A. Fernández Pajuelo observó un individuo macho de esta especie en el Cabo de Peñas durante el invierno de 1980. (Orden passeriformes, familia Emberizidae) Grupo Ornitológico «Aythya» A.N.A. (Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza) Uría, 16.—Oviedo Boletín de Ciencias de la Naturaleza I. D. E. A., n.° 29 — 1982

NOTA SOBRE LA ALIMENTACION DE LA GINETA, Genetta genetta L., EN ASTURIAS POR F. BRAÑA (1) y J. C. DEL CAMPO (2)

INTRODUCCION Los estudios sobre la alimentación de los predadores, principal­ mente Falconiformes, Estrigiformes y Carnívoros, se han desarro­ llado extraordinariamente en los últimos años, dado que propor­ cionan información básica para interpretar la estructura y funcio­ namiento de las comunidades en que se integran. En lo que se refiere a la alimentación de la gineta en España, Valverde (1967), Vericad (1970) y, fundamentalmente, Delib es (1974), recopilan datos previos y exponen resultados del análisis de contenidos gastrointestinales, que demuestran la importancia de micromamíferos y aves en la dieta de Genetta genetta, aún tra­ tándose de un predador poco especializado, como gran parte de los carnívoros de talla media. Por nuestra parte, pretendemos complementar estos trabajos, que incluyen muy poca información relativa a la zona cantábrica*, exponiendo algunos datos sobre la dieta invernal de Genetta ge­ netta en Asturias.

* D el ib e s (1974), en el apéndice I, incluye 2 ginetas de este área, captura­ das en (Asturias) y en la Vega de Liébana (Santander), cuyo con­ tenido gastro-intestinal son sendos Pitymys sp. — 126 —

MATERIAL Y METODOS Hemos examinado el tracto digestivo de 43 ginetas, 7 de las cuales no contenían restos de alimento, capturadas fundamental- te entre diciembre de 1975 y diciembre de 1978 en diversas locali­ dades repartidas por toda Asturias, de altitudes comprendidas en­ tre 150 y 1.000 m. s.m. La mayor parte del material analizado procede de animales trampeados por alimañeros, cuya actividad se limita al invierno, de­ bido al mayor valor de las pieles: 31 de las 36 ginetas cuyo tubo digestivo contenía restos de alimento fueron capturadas en los me­ ses de noviembre a marzo, que corresponden al invierno climato­ lógico y fenológico en la Cordillera Cantábrica. Se ha considerado conjuntamente el contenido estomacal e in­ testinal, determinándose y cuantificándose cada una de las espe­ cies-presa según los procedimientos habituales (D e l ib e s, 1974). Oca­ sionalmente, hemos utilizado las claves de Day (1966) y Dziurdzik (1973) para determinar, hasta el nivel posible, aves y micromamí­ feros, cuando los únicos restos de estas presas eran plumas y pelos. No hemos incluido como alimento determinados restos vege­ tales hallados en estómagos de gineta, pero que suponemos fueron ingeridos accidentalmente junto con alguna presa o bien durante el tiempo en que el animal permaneció con vida en el cepo. Los pesos asignados a las especies-presa en los cálculos de bio­ masa son los utilizados en un trabajo anterior (B raña y del Campo , 1980), considerando, de acuerdo con Vericad (1970) y Delib es (1974), que el peso máximo ingerido por la gineta es de 190 gr., incluso cuan­ do se trata de presas de gran talla. En 3 de los estómagos estudia­ dos, hallamos trozos de plástico, escamas y vértebras de un pez marino (Trachurus trachurus) y restos de cerdo, respectivamente, considerándolos como otras tantas unidades en el apartado carro- ña-desperdicios y asignándoles arbitrariamente un peso de 50 gr. en los cálculos de biomasa.

RESULTADOS Y DISCUSION El material analizado arrojó un total de 120 presas animales, cuyo inventario fgura en el cuadro 1, además de 30 frutos de Rubus ulmifolius. Para facilitar la interpretación de los resultados, hemos reunido los diferentes tipos de alimento en 6 grandes grupos, cuyos — 127 — porcentajes numéricos, de presencias y de biomasa se exponen en el cuadro 2. Los micromamíferos, hallados en el 75% de las muestras que he­ mos analizado, son las presas de presencia más constante y las que suponen un mayor aporte de biomasa. Solamente son superados en número por los artrópodos, que tienen, sin embargo, escasa importancia energética en la dieta invernal de Genetta genetta. Des­ tacan entre ellos los roedores, fundamentalmente Apodemus sp., que están representados en más del 60% de los contenidos gas­ trointestinales analizados y suponen casi un 25% del total de pre­ sas ingeridas por la gineta.

5T r'lT V r/"> • iT rb?T T> f!v —----^ y ■ MIEUffiOBCS ^------lL - HAMIEP-03 Insectívoros ----JithoMus 3p« 2 1*31 1 2.77 ffalpa ocoiclgfltalig* 3 19,6 3 E,33 13C£C£G5 Oiüacida« £0 15,07 1 2,77 JTeonyg sp. 1 0,65 X 2,77 IH3SCI0S Sorex coror.atug 5 3,27 5 13,£8 Crvllua camppsirif) 23 15,0? 2 5,55 Soricidaa r.o det. 1 0,65 1 2,77 lepidónteroa ao def« 2 1,31 2 5,55 Hoeäoxe3 . . Sracliiniaaa (dijteroa) 1 0,65 1 2,77 jitvnva luai-tanicua 5 3,27 4 11,11 no det. ■Anoflenms aj, 28 18,30 13 50 Coleópteros »o dat. Z 2,7, 2 5 ,5 5 E a ttu 3 b p » 1 0,65 1 2,77 Geotrupea es« — X 0,65 1 2,77 Eoedorea no dat. 2 1,31 2 5,55 íío3ti¿ua, ap. 1 0,65 1 2,77 líioromauiíferoa no dat. 2 1,31 2 5,55 /" Dípteros 4 2,61 1 2,77 AVES la r v a s J le p id ó p te ro s 1 0 ,6 5 1 2 ,7 7 lalconiíorma no det. 1 0,65 1 2,77 [ Coleópteros 1 0,65 1 2,77 G a llu s d o c e s tic u a 4 2 ,6 1 4 1 1 ,1 1 V33GE!íáI¿¡3 rica pica 1 0,65 1 2,77 I'ubus ulmifoliue %Q 12,61 2 5»55 Turdus iliacun 1 0,65 .1 2,77 Erithacus rubecula 2 1,31 2 5,55 03 Trunella. . .moQularia _ . 1 0,65 CARROff 1 A-DESPEEDIC 2,77 1 5 1,96 3 6,33 íasserii'ornes no det. 2 1»31 2 5»55 REPTILES rodareis muralis' 1 0,65 1 2,77 1¡2 da estÓBEgosj 36 Matrix sp. 1 0,65 1 2,77 2Í3 da presas: 153 Cuadro 1.—Inventario de las presas determinadas en contenidos gastrointesti­ nales de Genetta genetta en Asturias. N=número de individuos. P=número de muestras en que está presente determinado tipo de alimento. Los insectívoros, principalmente sorícidos, no son, sin embargo, presas accidentales, como ocurre en otras áreas de la Península Ibérica (D elib e s, 1974). . . . — 128 —

Las aves, representadas en nuestras muestras solamente por 12 individuos, tienen gran importancia en la dieta invernal de la gi- neta puesto que son presas consumidas regularmente (%P=33’33) y aportan el 44’33% en peso fresco de alimento ingerido. Este ele­ vado porcentaje de biomasa, apenas superado por los microma- míferos, es debido a la predación preferente por parte de G. genetta sobre aves de gran tamaño relativo, fundamentalmente Gallus.

%N %P %B MAMIFEROS 31,37 75 46,40 AVES 7,84 33,33 44,33 REPTILES 1,31 5,56 1,64 ARTROPODOS 37,91 16,67 1,09 VEGETALES 19,61 5,56 1,09 CARROÑA 1,96 8,33 5,45 Cuadro 2.—Porcentajes numérico (N), de presencias (P) y de biomasa (B) de las categorías de alimento básico en la dieta de G. genetta en Asturias. Los artrópodos, representados por insectos, isópodos y miriá- podos, en orden de importancia numérica, son las presas ingeridas en mayor número por la gineta, aunque solamente se han hallado en el 16'67% de los contenidos gastrointestinales estudiados y su aportación en biomasa es proporcionalmente muy baja (1'09%). Los frutos de Rubus ulmifolius y los reptiles fueron hallados en los escasos estómagos de ginetas capturadas fuera del período in­ vernal, lo que sugiere, junto con los datos que aporta Delib es (1974) para la que denomina población centro-occidental, la exis­ tencia de una variación estacional en la dieta de Genetta genetta, con mayor consumo de reptiles, insectos y productos vegetales en verano y otoño, tal como ocurre en Asturias con otras especies de carnívoros de talla media y amplio espectro trófico (B raña y del Campo , 1980, 1952). Para todas estas especies-gineta, marta, garduña, zorro— los mi- cromamíferos, principalmente roedores, y en menor medida las aves, son durante todo el año las presas básicas, que se comple­ mentan o sustituyen parcialmente por otros recursos alimenticios cuya abundancia o disponibilidad está sometida a fuertes varia- cones estacionales o locales. — 129 —

En el caso de la gineta, tales recursos son, fundamentalmente, vertebrados poiquilotermos, frutos e insectos, abundantes en ve­ rano y otoño y de más fácil explotación —mayor «índice de ape­ tencia» (V alverde , 1967)— que micromamíferos y aves, pero tam­ bién cualquier otro alimento localmente abundante. En este sen­ tido, existen referencias bibliográficas (D el ib e s, 1974), que hemos podido comprobar personalmente en Asturias, sobre la especiali- zación de determinados individuos en la captura de aves de corral o en el consumo de desechos de la alimentación humana. (1) Departamento de Zoología y Ecología Facultad de Ciencias. Universidad de Oviedo (2) leona. Uría, 10.—Oviedo.

BIBLIOGRAFIA

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SOBRE LA ALIMENTACION DE LA MARTA, Martes martes L., EN ASTURIAS POR F. BRAÑA (1) y J. C. DEL CAMPO (2)

INTRODUCCION La alimentación de las especies del géneroMartes en la Europa centrooccidental ha sido ampliamente estudiada por varios autores en los últimos años; Lockie (1961), R zebik-Kowalska (1972), W aech - ter (1975) y Goszczynski (1976), han realizado algunas de las apor­ taciones fundamentales. En España, debemos los trabajos más completos a D elibes (1978), que estudia la alimentación de Martes foina en el Norte de Burgos, y a Garzón , B allarin , de la Cuesta y Palacios (1980), que estudian la dieta de Martes martes, refiriéndose fundamentalmente al período invernal en la Cordillera Cantábrica. Exponemos, en la presente nota, algunos datos sobre la alimen­ tación de la marta en Asturias, que confirman plenamente las con­ clusiones de Garzón et al. (1980) en cuanto a la dieta invernal de esta especie, añadiendo alguna información suplementaria sobre alimentación en el período estival y variación estacional en la dieta de Martes martes.

MATERIAL Y METODOS Hemos analizado 25 contenidos gastrointestinales, 5 de los cua­ les no presentaban restos de alimentos, y 55 excrementos de marta, — 132 —

colectados en varias localidades de media y alta montaña del cen­ tro y occidente de Asturias. El mayor número de muestras procede de los bosques de Llaímo (Sobrescobio) y Muniellos (Cangas de Narcea). Los tractos digestivos analizados provienen de martas captura­ das con fines comerciales por «alimañeros» en los meses de Octu­ bre a Abril de 1976 a 1979. El agrupamiento de capturas en el in­ vierno e inicio de la primavera se debe a la mayor calidad y valor de las pieles, lo que determina que el trampeo se realice casi exclu­ sivamente en este período, sobre todo en los meses de Noviembre a Febrero. Con el fin de estudiar las posibles variaciones estacionales en la alimentación de la marta, hemos colectado 55 excrementos de esta especie en el período Mayo-Septiembre de 1978. Para evitar en lo posible la inclusión accidental de excrementos de garduña, especie presente, aunque muy escasa, en las localidades de reco­ lección del material, hemos seguido los criterios de W aechter (1975) y B ang y Dahlstrom (1975), desechando cualquier material dudoso y colectando todos los excrementos en enclaves en que se habían registrado observaciones o capturas recientes y repetidas de Martes martes, y nunca de M. foina. Cada muestra —contenido gastrointestinal o excremento— se ha limpiado y desmenuzado en agua, tamizado con cedazos de 0,5 y 1 mm de luz de malla y decantado repetidamente en cubetas, hasta conseguir aislar, para su determinación y cuantificación, to­ dos los restos de alimento. Los contenidos estomacal e intestinal de cada ejemplar se han analizado conjuntamente. Hemos utilizado las claves de Day (1966) y D ziurdzik (1973) para determinar aves y micromamíferos cuando los únicos restos de es­ tas presas eran fañeras.

RESULTADOS Y DISCUSION Los datos básicos obtenidos del análisis de contenidos gastroin­ testinales y excrementos se exponen en los cuadros 1 y 2, conside­ rando, en el caso de las presas animales, el número de individuos de cada especie o grupo (N) y el número de nuestras —estómagos o excrementos— en que está representada la especie o grupo en cuestión (P). En cuanto a los alimentos vegetales consideraremos únicamente este último aspecto, puesto que no siempre hemos po­ dido cuantificar sus restos con precisión. 133 —

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Mayo-Septiembre Octubre-Abril Todo el Año % N % P % N % p % N % P Mamíferos 36'27 54'55 48’57 80 39'42 62'66 Aves 1373 25'46 8'57 15 12’41 22'66 Anfibios y Reptiles 5'88 10'91 —— 4’38 8 Insectos 38'24 34'55 31'43 25 36’50 32 Vegetales — 90'91 — 35 — 77'33 Otros 5’88 9'09 n'43 10 7'30 9'33 Cuadro 2.—Porcentajes numérico y de presencia en las muestras analizadas de cada uno de los tipos básicos de alimento. — i 34 —

En el análisis global del conjunto de muestras, los productos vegetales, que están representados en el 77,33% de los contenidos gastrointestinales y excrementos analizados, son los alimentos con­ sumidos con mayor regularidad por la marta, destacando el ele­ vado consumo de frutos de Vaceínium myrtillus y Rubus sp. Hemos Hallado micromamíferos en el 62'66% de las muestras estudiadas. Se trata fundamentalmente de pequeños roedores, en­ tre los que destacan numéricamente Apodemus sp. y el conjunto de los Microtinae. Como señalan Garzón et al. (1980), los insectívo­ ros, presentes en el 10 66% de las muestras, no son presas acciden­ tales, mientras que Sciurus vulgaris y otros roedores arborícolas tienen muy escasa importancia en la dieta de la marta en Asturias. El conjunto de los mamíferos supone el 39’42% del número total de presas animales determinadas. Los insectos, hallados en el 32% de las muestras analizadas, re­ presentan el 3o,50% del total de presas, destacando numéricamente los Coleópteros, los Rimenópteros y las orugas de Lepidópteros. Tal vez el consumo de Himenópteros sea más elevado de lo que reve­ lan nuestros análisis, pues los saqueos de colmenas por las martas son frecuentes, a juzgar por las numerosas observaciones e infor­ maciones que hemos reunido sobre el tema. Las aves capturadas por la marta son fundamentalmente Passe- rilormes de pequeño tamaño, que aparecen en el 22'66% de las muestras que tiernos estudiado y suponen el 12'41% del número to­ tal de presas. Anfibios, reptiles, gasterópodos y carroña son alimentos oca­ sionales, de escasa importancia en la dieta de la marta. Suponen en conjunto el 11'67% del número total de presas y están repre­ sentados en el 16% de las muestras. Como es habitual en carnívoros de tan amplio espectro trófico, existen variaciones estacionales apreciables en la dieta de la marta, que reflejan las variaciones de abundancia y/o facilidad de captura de los diterentes tipos de alimento. Tales variaciones se reflejan en los cuadros 1 y 2 y en la figura 1, en que se expone, en términos de porcentajes numéricos y/o de presencias, la aportación de cada tipo de alimento a la dieta de la marta, considerando un período invernal en sentido amplio (Octubre-Abril) que coincide casi total­ mente con el estudiado por Garzón et al. (1980), y un período esti­ val (Mayo-Septiembre). En cuanto a la alimentación de la marta en el período invernal, nuestros resultados coinciden plenamente con los expuestos por los mencionados autores, especialmente en lo que se refiere a los — 135 , dos tipos básicos de alimento, micromamíferos y frutos, cuyos por­ centajes de presencia en nuestro material del período Octubre-Abril son, respectivamente, el 80% y el 35% (los porcentajes de presencia que obtienen G arzón et al. (1980) para los mismos tipos de alimento son, en el mismo orden, el 79,25% y el 35'84%). Los insectos, representados en el 25% de los contenidos gastroin­ testinales analizados, y las aves, halladas en el 15% de las mues­ tras, son igualmente presas consumidas con regularidad por la marta durante el período invernal. Las restantes presas, fundamen­ talmente gasterópodos, han aparecido en el 10% de las muestras analizadas y suponen el 11'43% del total de presas animales deter­ minadas.

100

M v - S 75

50

25 o o V. I. H . A . M . O .

25

50-

75- O - A

1 0 0 - Figura 1.—Porcentajes de presencia en estómagos y excrementos de Martes martes de los principales tipos de alimento en los períodos Mayo-Septiembre y Octubre-Abril. V., vegetales; I., insectos; H., anfibios y reptiles; A., aves; M., mamíferos; O., otros. En el período Mayo-Septiembre aumenta el consumo de aves, tal vez debido a la mayor facilidad de captura de adultos en el nido y pollos en los primeros vuelos. Las aves están representadas en el 25’46% de las muestras estivales y suponen, en este período, el 1.373% de las presas capturadas por la marta. Las capturas de insectos , son también más numerosas en estos meses, a la vez que se. amplía, el espectro taxonómico de . este tipo de presas,, que. he­ mos hallado en el 34'55%. .de las muestras.. Los anfibios, y reptiles, sólo, accidentalmente representados.en la .dieta invernal de. la..mar­ ta (G arzón ,et .al., 19.80),. se incluyen, como .presas, complementarias — 136 — en el período estival; en el 10'91 % de nuestras muestras de este período hemos encontrado lacértidos o anuros. Pero tal vez la diferencia más significativa en la dieta de M. mar­ tes en los dos períodos considerados se refiere a la variación en las proporciones de consumo de los dos tipos de alimento princi­ pales: Vegetales y micromamíferos. En el período estival aumenta extraordinariamente el consumo de frutos, que se encuentran en el 90'91% de los excrementos analizados, a la vez que disminuye sensiblemente la proporción de micromamíferos (cuadro 2, figu­ ra 1). En los excrementos colectados en julio y agosto, los frutos de Vaccinium myrtillus y Rubus sp. constituyen, con pocas excep­ ciones la fracción dominante en volumen. Existe, por tanto, un cierto grado de reemplazamieto estacional entre los dos tipos bá­ sicos de alimento. Este hecho constituye una prueba más de la capacidad de los Carnívoros de talla media y poco especializados para aprovechar recursos local o temporalmente abundantes. Es interesante destacar la casi total ausencia en la dieta de la marta de aves de corral, desperdicios domésticos y otros alimentos característicos del entorno humano, muy importantes, sin embar­ go, en la alimentación de Genetta genetta y Martes foina (D e l ib e s, 1974 y 1978; W aechter , 1975; B raña y del Campo , 1982), especies cuyo tamaño y espectro trófico potencial son muy similares a los de la marta. Tal diferencia se debe fundamentalmente a una se­ gregación de hábitats bastante marcada, aunque no absoluta, más que a selección diferencial de presas y tiene como consecuencia una atenuación de la competencia con las mencionadas especies.

RESUMEN Se ha estudiado la alimetación de Martes martes en Asturias, analizando 25 contenidos gastrointestinales y 55 excrementos de esta especie colectados en localidades de media y alta montaña del centro y occidente de la región. Los alimentos básicos durante to­ do el año son los micromamíferos y los frutos, que experimentan un cierto grado de reemplazamiento estacional; considerando las muestras de todo el año, estos alimentos están representados res­ pectivamente en el 62'66% y en el 77’33% de los estómagos y excre­ mentos analizados. Las aves y los insectos son también alimentos constantes en la dieta dé la marta, aunque su consumo aumenta ligeramente en el período estival. Anfibios, reptiles, gasterópodos — 137 — y otros tipos de alimento, tienen escasa importancia en la dieta de la marta en Asturias, aunque es posible que en determinados lu­ gares o épocas (p. ej., en charcas de montaña durante el período reproductor de Rana temporaria), se conviertan en presas habitua­ les o preferentes. No hemos hallado en estómagos o excrementos de M. martes restos de aves de corral, desperdicios domésticos u otros alimen­ tos característicos del entorno humano. (1) Departamento de Zoología y Ecología Universidad de Oviedo (2) T.C.O.N.A.—Uría, 10. Oviedo,

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PRIMERA CITA DE UN CACHALOTE PIGMEO, Kogia breviceps (BLAINVILLE, 1862) (MAMMALIA, CETACEA) PARA LAS COSTAS PENINSULARES ESPAÑOLAS POR CARLOS ÑORES y M.a CONCEPCION PEREZ

Avisados por D. Juan Cortés de que había aparecido el día 25 de noviembre de 1979 un cetáceo que podía tratarse de un Cacha­ lote enano, en la playa de Espasa (43° 30' N y 5o 12' W) pertenecien­ te al municipio de , en la costa oriental asturiana, nos tras­ ladamos al lugar del embarrancamiento, comprobando que efecti­ vamente se trataba de un individuo del género Kogia, tal como nos habían informado. Ante las dudas suscitadas por un ejemplar del mismo género aparecido cerca de Las Palmas de Gran Canaria en 1973 (C a sin o s , 1977) y la repetida aparición de K. simus en la costa atlántica de U.S.A., al Norte del paralelo 39 (H andley , com. pers.), hemos to­ mado la precaución de determinarlo basándonos en los caracteres diagnósticos craneales señalados por H andley (1966), ya que algu­ nas de las citas conocidas procedentes de aguas próximas al Sud­ oeste de Europa se basan en documentos fotográficos (C asin o s , op. cit.; T eix eir a , 1978) que no permiten una diagnosis totalmen­ te segura. La tabla 1 muestra los resultados de la comparación de nuestro ejemplar con las características propias de ambas espe­ cies. En esta tabla hay que destacar las características morfológi­ cas, ya que las métricas no corresponden claramente a ninguna de las dos especies por tratarse de un macho inmaturo. — 140 — (o (o ninguno) TABLA TABLA I Kogia Kogia breviceps la espalda Kogia simus la espalda FOSA FOSA CRANEAL DORSAL . No en forma de copa No en copa En forma de copa DIENTES DIENTES MANDIBULARES PTERIGOIDE-BASIOCCIPITAL 12-16 pares Alargados 13 pares Alargados 8-11 pares (raro 13) Cortos DIENTES DIENTES MAXILARES Ninguno Ninguno De uno a tres pares LONGITUD LONGITUD TOTAL ALETA DORSAL LONGITUD CONDILOBASAL 2.7-3.4 m 391-469 mm Posterior al centro de Posterior 375 mm 2.43 m Cerca del centro 262-302 mm de 2.1-2.7 m Fig. 1.—Región cefálica del ejemplar de Kogia breviceps ob­ jeto de la presente nota. Fig. 2.—Cráneo del mismo ejemplar de K. breviceps. — 141 -

En el momento de su aparición presentaba una profunda heri­ da en la región frontal de la cabeza y se encontraba en avanzado estado de descomposición, por lo que algunas de las medidas, par­ ticularmente las de las aletas, son estimadas por encontrarse sus extremos bastante deteriorados. La mandíbula también se encon­ traba fracturada y tan sólo pudieron recogerse cuatro dientes, por haber desaparecido el resto. Las medidas somáticas se expresan en la tabla 2 y siguen el mé­ todo estandarizado de N orris (1961). Aunque los distintos autores emplean medidas craneales bastante similares, no parecen estar estandarizadas debido a las diferencias morfológicas existentes en las diferentes familias. Nosotros hemos seguido las utilizadas por V az F erreira y P raderi (1973) y Ross. (1979) por referirse concre­ tamente a 'Kogia. Estas medidas craneales se exponen en la tabla 3. De acuerdo con las referencias consultadas, este ejemplar hace el número 14 de los encontrados en las costas Europeas, sin con­ tar otros cinco aparecidos en las Islas Canarias, Azores y Madeira. La escasez de ejemplares observados en estas costas contrasta con el gran número de registros obtenidos en la Costa atlántica de U.S.A. (180 ejemplares), de los cuales 48 corresponden a aguas cu­ yas temperaturas son equivalentes a las europeas. Tenemos que agradecer las informaciones suministradas por D. Juan Cortés y por los Drs. Charles O. Handley Jr. y Raymond Duguy, que nos han sido de gran interés para la redacción de la presente nota. summary A young male of Pigmy sperm whale (Kogia breviceps) have been found on Espasa beach (43° 30' N-5° 12' W), on the eastern coast of Asturias (North Spain). Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo TABLA II 1- Longitud total, desde el extremo de la mandíbula superior hasta la hendidura de la aleta caudal ...... 2430 mm 2- Longitud desde el extremo de la mandíbula superior hasta la punta de la aleta dorsal ...... 1510 mm 3- Longitud desde el extremo de la mandíbula superior hasta al espiráculo ...... 170 mm 4- Longitud desde el extremo de la mandíbula superior hasta la comisura bucal ...... 135 mm 5- Longitud desde el extremo de la mandíbula superior hasta el- centro del ojo ...... 255 mm 6- Longitud desde el extremo de la mandíbula superior hasta la inserción anterior de la aleta pectoral...... 450 mm 7- Longitud desde el extremo de la mandíbula superior hasta el punto medio del orificio genital ...... 1200 mm 8- Longitud desde el extremo de la mandíbula superior hasta el centro del ano ...... 1780 mm 9- Proyección de la mandíbula superior sobre la inferior ...... 22 mm 10- Longitud del ojo ...... 60 mm 11- Altura del ojo...... 60 mm 142— — 12- Longitud de la abertura genital ...... 100 mm 13- Longitud de la abertura anal...... 45 mm 14- Longitud del orificio respiratorio ...... 59 mm 15- Longitud de lá aleta pectoral (desde la inserción anterior al extremo) .... 340 mm 16- Longitud de la aleta pectoral (desde la inserción posterior al extremo) .. 250 mm 17- Anchura máxima de la aleta pectoral ...... 125 mm 18- Altura de la aleta dorsal (desde el extremo hasta la base) ...... 190 mm 19- Longitud de la base de la aleta dorsal ...... 510 mm 20- Anchura de la aleta caudal...... 685 mm 21- Distancia desde el punto más próximo del borde posterior de los lóbulos de la cola hasta la hendidura media.. 175 mm 22- Profundidad de la hendidura media entre los lóbulos de la cola...... 35 mm 23- Longitud desde el extremo de la mandíbula superior hasta el centro del ombligo... 106 mm 24- Longitud desde el extremo de la mandíbula superior al orificio auditivo externo .. 330 mm TABLA III

mm % 1- Longitud cóndilobasal..... 375 100 2- Longitud del rostro (hasta las apófisis maxilares) ...... 160 42'7 3- Longitud rostral (hasta las escotaduras anterorbitales) ...... 190 5017 4- Anchura rostral en la base...... 168 44'8 5- Anchura del rostro a mitad de su longitud . 127 33‘8 6- Anchura de los premaxilares a mitad del rostro ...... 57 1512 7- Longitud desde el extremo de los premaxilares hasta el borde anterior del orificio nasal externo ...... 173 46'1 8- Longitud desde el extremo de los premaxilares hasta la sutura naxilar-supraoccipital . 335 89'3 9- Anchura del vertex ...... 28 7' 5 10- Longitud de la cresta sagital (desde el vertex) ... 122 32'5 11- Anchura de los maxilares en su borde externo ...... 205 54'7 — 143 — 143 — 12- Anchura anterorbital ...... 310 82‘7 13- Anchura postorbital...... 305 8113 14- Anchura cigomática...... 287 76*5 15- Anchura orbital...... 298 79'5 16- Anchura de la caja craneana (a nivel de los parietales) ..... 194 51*7 17- Diámetro mayor de la fosa temporal izquierda ...... 67 17'8 18- Diámetro menor de la fosa temporal izquierda ...... 42 1112 19- Diámetro máximo de la fosa nasal izquierda ...... 40 10'6 20- Diámetro máximo de la fosa nasal derecha ...... 13 315 21- Longitud desde el extremo de los premaxilares hasta los puntos superiores de los pterigoides . 225 60 22- Ancho máximo del vomer en el paladar ...... 9 2'4 23- Longitud del premaxilar derecho ...... 315 84 24- Lonqitud del premaxilar izquierdo...... 210 56 25- Altura del cráneo...... 240 64 26- Altura al borde ventral del foramen ...... 67 17'8 27- Anchura de los mároenes externos de los cóndilos occipitales ...... 75 20 28- Diámetro máximo medio de los dientes...... 5 13 BIBLIOGRAFIA

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VARIABILIDAD DEL CARACTER «MIDDLE-PHALANGEAL HAIR» EN CINCO POBLACIONES ESPAÑOLAS POR J. E. EGOCHEAGA

INTRODUCCION Es sabido el indudable interés de los polimorfismos genéticos en el campo de la Antropología, dado que las frecuencias de los dis­ tintos polimorfos se presentan con valores diferentes en las po­ blaciones, lo que es utilizado para la caracterización de su alelotipo. Uno de los rasgos polimórficos que ha sido estudiado en distintas poblaciones mundiales y también entre los españoles, es el referen­ te a la presencia o ausencia de pilosidad en la falange media de los dedos de manos y pies, carácter conocido como «Middle-phalangeal hair» (MPH). Desde los estudios iniciados por DANFORTH (1921) ha quedado establecida la heredabilidad del carácter MPH, aunque todavia se discute si se trata de un rasgo monómero o polímero. Según parece, la presencia de pilosidad está sometida a la posible influencia de factores mesológicos (GRMANOVA, 1980), a la edad de aparición (BUCHI, 1958) (CODINA, 1981), asi como al sexo (GARN, 1951). El carácter MPH ha sido estudiado en algunas poblaciones espa­ ñolas, por lo que resulta de interés el analizar la variabilidad del mismo respecto a la distribución de frecuencias, asi como la na­ turaleza de las diferencias sexuales en aquellas poblaciones estu­ diadas hasta el momento, lo que constituye el propósito del pre­ sente trabajo. — 146 —

MATERIAL Y METODO Se analiza en el presente trabajo la variabilidad del carácter MPH en cinco poblaciones españolas en las que los individuos muestreados tienen una ascendencia de origen regional confirmada por el lugar de nacimiento de sus cuatro abuelos, no están empa­ rentados entre si y son aparentemente normales y sanos. Dada la diferente extensión con la que el carácter MPH ha sido estudiado, se han elegido como objeto del presente trabajo las si­ guientes poblaciones:

Número drindividuos Población varones mujeres Procedencia Autor y fecha Madrileños 601 _ Estudiantes de Ens. Media y reclutas (Madrid) VALLS, 1960 Vascos 414 472 Estud. Ens. Med. y Univers. (Bilbao) V alls , 1971 Leoneses 100 75 Est. Ens. Med. (León) D iago , 1977 Catalanes 1.027 Est. de E. G. B. y Ens. Med. (Barcelona) Codina , 1981 Asturianos 254 266 Est. de E. G. B., Ens. Med. y Univers, (to­ da la Región) E gocheaga , 1981 La información de que se dispone no es la misma para las cinco poblaciones aquí consideradas, ya que mientras para algunas de ellas se dispone de las series masculina y femenina, para otras, en cambio, solamente se dispone de los datos correspondientes a la se­ rie masculina. Además no se ha seguido idéntico criterio en el tra­ tamiento de los datos en todos los trabajos, por lo que ciertas in­ formaciones no se conocen para todas ellas o los datos se han ela­ borado en forma no comparable. Todo ello nos ha obligado a ex­ plotar la información disponible en la medida de lo posible en re­ lación con las siguientes cuestiones: 1.—Análisis de las frecuencias del número de dedos afectados. 2.—Análisis de las frecuencias de la distribución de la pilosidad en cada uno de los dedos de ambas manos. — 147 —

3.—Análisis de las frecuencias de los distintos tipos de fórmulas tipológicas. Para la denominación de las fórmulas tipológicas se han seguido las indicaciones metodológicas de VALLS (1971b).

N umero total de dedos afectados En el cuadro número uno se recogen las frecuencias porcentua­ les de individuos según el número total de dedos que aparecen efec- tados por el carácter MPH para las cinco poblaciones españolas consideradas. Se puede observar que la frecuencia más alta para la presencia de pilosidad (MPH + ) la presenta la población vasca, en donde hay un 83,41 por ciento de individuos afectados, y la más baja se encuentra entre los asturianos con un 70,83 por ciento de individuos MPH + . En el caso de la población madrileña, no se dis­ pone de la distribución de frecuencias según el número total de dedos y, en consecuencia, no es posible hacer un análisis compara­ tivo respecto de las otras poblaciones. En relación con los barce­ loneses, solamente se dispone de los datos correspondientes a la serie masculina, lo que obliga a la comparación únicamente de las series de varones entre las poblaciones aquí consideradas. Del análisis de la frecuencia de suietos del sexo masculino por­ tadores de pilosidad en la falange media de uno o más dedos en las cinco poblaciones de españoles, se deduce que los asturianos y barceloneses son los que presentan las frecuencias más bajas de MPH + , mientras que los vascos, seguidos de leoneses y madrile­ ños, son los que presentan un mayor número de individuos con pilosidad. La diferencia entre los valores de las frecuencias que presentan las poblaciones asturiana y vasca son estadísticamente significativas (t=2, 92; gl = 1.404; 0,001

mujeres las que presentan valores más altos. A pesar de que las diferencias sexuales para las frecuencias de MPH-f son altas entre asturianos y leoneses, no alcanzan el nivel de significación estadís­ tica, al igual que ocurre entre los vascos, donde las diferéncias se­ xuales son menores y, además, de signo contrario respecto a los valores que presentan las demás poblaciones españolas aquí con­ sideradas. Sin embargo, cuando atendemos al análisis de las dife­ rencias sexuales para un número determinado de dedos afectados de pilosidad, encontramos que tanto en asturianos como leoneses existen diferencias estadísticas significativas cuando contemplamos las frecuencias de individuos que presentan seis dedos afectados (0,001

NUMERO A S T U R 1 A N 0 S MNCEIOMStS L 0 N E S E s Im a o d i l e ñ o sB I/ASCOS DE (N * 254 + 266 (N . 1027(/) (N I00 AFECTAME 9 c f + ? é 9 < / + 9 I I 9 c/ + 9 0 27,17 ± 2,79 31,95 ± 2,86 29,62 ± 2,00 27,17 ± 1,39 20,00 + 4 P0 28,00 ± 5,18 24,43 ± 3,2oI ---- |I7,40 ± 1,86 15,89 ± 1,68 16,80 ± 1,26

1 7,48 ± 1,65 9,02 ± 1,76 8,27 ± 1,21 4,38 ± 0,44 7,00 ± 2,55 2,67 ± 1,86 5,14 ± 1,67 ü ---- 3,87 ±0,95 5,93 ± 1,09 4,97 ± 0,73

2 306 ± 1,80 11,28 ± 1,94 10,19 ± 1,33 13,24 ± 1,06 600 ± 2,37 13,53 ± 3,93 9,14 ± 2,18 J ---- 10,62 ± 1,51 10,60 ± 1,42 10,60 ± 1,03

3 5,91 ± 1,48 4J89 ± 1,32 5,38 ± 0,99 2,82 ± 0,52 6,00 ± 2,37 6,00 ±3,13 6,86 ± 1,91 O ---- 8,45 ± 1,37 6,70 ±1,15 7,68 ± 0,89

4 14,96 ±2,24 15,79 ± 2,24 15,38 ± 1,58 14,02 ± 1,08 16,00 ± 3,67 20,00 ± 4,62 17,71 ± 2,89 | ---- 9,90 ± 1,47 12,92 ± 1,54 11,51 t 1,07

5 5,91 ± 1,48 9,40 ± 1,79 7,69 ± 1,17 3,12 ± 0,54 12,00 ± 3,25 5,33 ± 2,59 9,14 ± 2,18 | ---- 8,80 ± 1,59 8,48 ± 1,28 8,58 ± 0,94

6 2205 ± 2,60 12,78 ± 2p5 17,31 ± 1,66 26,39 ± 1,38 25»0 ± 4,33 9,33 ± 5,5618,29 ± 2,92 H ---- 25,84 ± 2,15 22,03 ± 1,91 23,81 ± 1,43

7 1,97 ± Q87 1,50 ± 0,75 1,73 ± 0,57 1,17 ± 0,34 ------4,83 ± 1,05 4,44 ± 0,95 4,63 ± 0,71 — s — e 5,51 ± 1,45 3,38 ±1,11 4,42 ± 0,90 7,69 ± 0,83 8P0 ± 2,71 13,33 ± 3,93 10,29 ± 2,30 1 ---- 10,39 ± 1,50 2,71 ± 1,53 11,62 ± 1,08

MPH + 72.83 ± 2,79 68,05 ± 2,86 70,38 ± 2P0 72£3 ± 1,39 80P0 ± 4,00 72PO ± V S 76,57 ± 3,20 175,05 ± 1,77 82,(0 ± 1,86 84,11 ± 1,68 83,41 ± 1,25 Cuadro 1.—Frecuencias porcentuales del número total de dedos afectados por la MPH en varias poblaciones españolas. Del análisis del cuadro número uno se deducen igualmente otras diferencias respecto del carácter MPH, dado que las frecuencias del número de dedos afectados difieren de unas poblaciones a otras. El número de dedos menos frecuentemente afectados por pilosidad en las poblaciones aquí consideradas es el de siete, siendo los leo­ neses los que presentan la frecuencia más baja al no haberse en­ contrado ningún individuo con siete dedos afectados en la muestra estudiada por DIAGO (1977), frente al 1,73 por ciento de los astu­ rianos y el 4,63 por ciento de los vascos, quienes difieren estadísti­ camente de los anteriores por lo que respecta a las frecuencias de siete dedos afectados de pilosidad (t=3,18; gl = 1.404; 0,001

DISTRIBUCION DE LA PILOSIDAD EN CADA DEDO En el cuadro número dos se disponen las frecuencias porcen­ tuales de sujetos que presentan pilosidad en la falange media se­ gún su distribución en cada uno de los ocho dedos afectados. No se dispone de los datos para la población barcelonesa y para la ma­ drileña únicamente existen los correspondientes a la serie mascu­ lina.

" W 0 ASTURIANOS LEONESES O O MADRILEÑOS VASCOS z a U = 2 54cf + 2 6 6 ? ) (N = I00C/+ 75 $ ) IN=60I

a. 56,14 ± 2,9 7 58,27 + 3P 2 62,12 ± 2,13 8300 + 3,76 64 5,54 74,86 + 3,28 72,38 1,82 78,74 ± 2,01 77,97 ± 1,91 WJ IV p0 ± + 78,33 + 1,38 o V 33*86 í 2,97 24,44 ± 2,63 29,04 ± 1,99 42p O + 4,94 21,33 + 4,73 33,14 + 3,56 43,93 ± 2,02 4^55 ± 2,46 46,19 + 2,29 47,29 ± 1,68 < VII 9,84 + 1,87 6,02 ± 1,46 788 ± 1,16 u p o ± 3,13 13,33 ± 3,93 12,00 + 2,46 12,98 ± 1,37 14,73 + 1,74 16,31 + 1,70 15,58 + 1,22 Xo Ui VIII 51,97 + 3,13 4624 + 3,06 49,04 + 2,19 60/00 ± 4,90 53,33 + 5,76 57,14 + 3,74 5 9 ,0 7 + 2,01 62,32 + 2,38 63,56 ± 2 ,22 62,98 + 1,62 3 64,57 ± 3,00 59,77 + 3,01 2,13 76,00 4,27 5,44 + O IX 62,12 + ± 66,67 ± 72,00 3,39 73,04 + 1,81 78,26 ± 1,23 78,60 ± 1,89 78,44 + 1,38 N X 36,22 ± 0,20 26£9 + 2,71 31,35 ± 2,03 41,00 ± 4,92 24,00 + 4,93 33,71 ± 3,57 43,43 + 2,02 47,10 + 2,45 45,76 ± 2,29 46,36 + 1,68 Cuadro 2.—Frecuencias porcentuales de la distribución de la MPH -+- para cada dedo en varias poblaciones españolas. De la observación del cuadro número dos se deduce que el de­ do menos frecuentemente afectado de pilosidad es el índice y el más frecuentemente afectado es el anular, sin que se aprecien di­ ferencias estadísticamente significativas entre la mano derecha e izquierda para cada pareja de dedos en ninguna de las poblaciones aquí consideradas. La seriación de los dedos según frecuencias de­ crecientes es la siguiente:

Población índice meñique corazón anular Asturianos II

FORMULA TIPOLOGICA DIGITAL En el cuadro número tres se recogen las frecuencias porcentua­ les de los tipos de fórmula digital presentes en una o ambas ma­ nos y de acuerdo con la nomenclatura propuesta por V alls (1971b). Aparecen consignadas trece de las dieciséis fórmulas tipológicas posibles, pudiéndose observar que los tipos —2005—, —0305— y —2305— no aparecen en ninguna de las tres poblaciones consigna­ das en el cuadro, mientras que otras, como —0005— y —2045— — 152 — están ausentes entre los leoneses y los vascos, pero aparecen entre los asturianos aunque con frecuencias muy bajas. La fórmula tipológica más frecuente entre los asturianos es la —0000— mientras que entre los leoneses es la —0340— y los vas­ cos presentan más frecuentemente la fórmula —0345—. Sin em­ bargo, solamente es estadísticamente significativa (P< <0,001) la diferencia entre las frecuencias que presentan asturianos y vascos para la fórmula tipológica —0000—; encontrándose en el límite de la significación la diferencia para las frecuencias entre asturianos y leoneses para la misma fórmula tipológica.

ASTURIAN0 s LEONESES ASCOS FORMULA V (N. 254

COMPARACION DE LOS ESPAÑOLES CON OTRAS POBLACIONES No es posible realizar una comparación detallada del carácter MPH entre las diferentes poblaciones estudiadas hasta el momento dado que los distintos autores han realizado un tratamiento par­ ticular de los datos por ellos obtenidos. Por ello, solamente son comparables los valores de las frecuencias de individuos MPH + . En la actualidad han sido estudiadas alrededor del centenar de poblaciones, de las que un número bastante importante pertene­ cen al Tronco Europoide, pero nosotros solamente vamos a situar a los españoles entre aquellas poblaciones europeas para las que disponemos de datos comparables. En un trabajo realizado por Valls (1972?) se recogen los datos correspondientes a noventa poblaciones de todo el mundo, lo que supone una muestra de unos veintemil idividuos, de los que más de la mitad pertenecen a poblaciones de la India cuya tipología ra­ cial no siempre está bien establecida. Según el mencionado traba­ jo parece apreciarse un gradiente de disminución de la frecuencia de sujetos MPH— en sentido Este-Oeste en el Continente Europeo, con un máximo entre los pueblos del Este y un mínimo en la Pe­ nínsula Ibérica. En el cuadro número cuatro se disponen las frecuencias por­ centuales de individuos MPH+ en once poblaciones europeas. Del análisis del cuadro número cuatro no sólo se infiere que los asturianos son, de las poblaciones españolas estudiadas, los que presentan la frecuencia más baja de MPH + , sino que se sitúan entre las poblaciones del Centro-Oeste europeo al igual que ocurre con otros caracteres estudiados en esta población. Los vascos son, de todas las poblaciones europeas aquí consideradas, los que pre­ sentan las frecuencias más altas para la pilosidad digital. Llama la atención la situación de los italianos, con valores de­ masiado bajos para la MPH+ en relación con lo que cabría espe­ rar si se tienen en cuenta los valores encontrados entre los catala­ nes de Barcelona. Posiblemente se trate de un problema relaciona­ do con el tamaño de la muestra que es demasiado pequeña para po­ der representar bien a toda una población. CUADRO N.° 4: FRECUENCIAS PORCENTUALES DE INDIVI­ DUOS MPH-f EN VARIAS POBLACIONES EURO­ PEAS

Frec.% Población NMPH + Referencias Italianos 58 55,00 BERNSTEIN y BURKS, 1942

Rusos (Jarkov) 58 56,90 BOYD, 1950 155

Rusos (Moscú) 116 64,60 BOYD, 1950 — Suecos 100 65,50 BECKMAN y BOOK, 1959 Ingleses 248 70,20 BROTHWELL y MOLLESON, 1965 Españoles (Asturias) 520 70,38 EGOCHEAGA, 1981 Alemanes 253 71,50 MATSUNAGA, 1956 Españoles (Barcelona) 1.027 72,83 CODINA, 1981 Españoles (Madrid) 601 75,05 VALLS, 1960 Españoles (León) 175 76,57 DIAGO, 1977 Españoles (Bilbao) 886 83,41 VALLS, 1971 — 156 —

RESUMEN Y CONCLUSIONES En el presente trabajo se estudia el carácter «Middle-Phalangeal Hair» (MPH) de las manos en varias poblaciones de españoles, con objeto de analizar las frecuencias de individuos MPH + , frecuen­ cias del número total de dedos afectados y de la distribución de la pilosidad en cada uno de los dedos de ambas manos, así como el análisis de las frecuencias de los distintos tipos de fórmulas tipo­ lógicas. Finalmente, se realiza una comparación de las poblaciones españolas con otras poblaciones europeas. Las conclusiones a las que se ha podido llegar son las siguien­ tes: 1.—Se ha constatado una importante variabilidad interpobla- cional para el carácter MPH. 2.—La frecuencia más alta para la presencia de pilosidad en las poblaciones aquí consideradas la presentan los vascos (83,41%) y la más baja se encuentra entre los asturianos (70,83%). 3.—Las series masculinas de asturianos y vascos difieren por la frecuencia de individuos que tienen uno, seis, siete y ocho dedos afectados. Las diferencias son estadísticamente significativas. 4.—Las series masculinas de asturianos y leoneses difieren por la frecuencia de individuos con seis dedos afectados. La diferencia es estadísticamente significativa. 5.—En las poblaciones españolas aquí comparadas la sedación de los dedos según frecuencias decrecientes de MPH+ es la si­ guiente: índice < meñique < corazón < anular 6.—La distribución de- frecuencias del número y clase de dedos afectados de MPH + varía de un sexo a otro según la población de que se trate. 7.—Los tipos de fórmula digital —2005—, —0305— y —2305 no aparecen en ninguna de las tres poblaciones españolas en las que la fórmula tipológica ha podido ser estudiada comparativa­ mente. 8.—La fórmula tipológica más frecuentemente encontrada en­ tre los asturianos en la —0000—, mientras que entre los leoneses lo es la —0340— y los vascos presentan más frecuentemente la —0345—. 9.—Los vascos difieren estadísticamente de asturianos y leone­ ses por la fórmula —2345—. — 157 —

10.—Algunos tipos de fórmulas son más frecuentes entre las mujeres que entre los varones, siendo particularmente importante el dimorfismo sexual de los leoneses para la fórmula —0345—. La fórmula —0300— se presenta con una frecuencia de casi el doble en el sexo femenino de las tres poblaciones aquí consideradas. En las distintas poblaciones existen fórmulas tipológicas diferentes pa­ ra las que se constata dimorfismo sexual. 11.—Los asturianos se sitúan por su frecuencia de individuos MPH + entre las poblaciones del Centro-Oeste europeo, lo que con­ cuerda con lo hallado para otros caracteres estudiados. 12.—Los españoles se sitúan entre las poblaciones europeas con más alta frecuencia de individuos MPH + . RESUME Dans le présent travail on fait l’étude du caractère «Middle- Phalangeal Hair» (MPH) chez les mains de différentes poblations espagnoles, à fin d'analyser la fréquence des personnes MPH-f, la totalité des doigts qui apparaissent concernées, la distribution des fréquences de pilosité pour chacun des doigts des deux mains, ainsi que la fréquence des différentes typologies. Finalement, on fait une analysis comparative des autres poblations européennes. On a trouvé une importante variabilité interpoblational ainsi que les poblations espagnoles sont situées entre les poblations européennes qui ont les valeurs des fréquences plus hautes.

SUMMARY In this work is studied the Middle-Phalangeal Hair (MPH) character on hands of différents spanish populations, in order to analyze the frecuency MPH+ peoples, the number of fingers MPH affected, distributon of MPH frequency on everyone of them and the frequency of different typologies. Finally, it is made a compa­ raison with another european populations. It has been found an important interpopulations variability as well as a high MPH+ frequency in spanish populations with res­ pect to another european populations. Departamento de Antropología Facultad de Ciencias. Universidad de Oviedo BIBLIOGRAFIA

B u c h i , E. C. (1958): “Uber den Alterseinfluss und die Wirkungsweise der Gene beim Mittel-phalangeal Haar” — Bull. Schweiz Ges. Dept. Anthrop. Ethnol., vol. 34, pp. 20-33. Co d in a , M. (1981): “Aportación al estudio de la pilosidad digital de manos y pies en función de la edad. I, Escolares varones”. Acta II Symp. Antrop. Biol. España (Oviedo, 1980), pp. 285-296. D a n fo r t h , C. H. (1921): “Distribution oí hair on the digits in man”. Am. J. Phys. Anthrop., vol. 4, pp. 189-204. D iag o , M. C. (1977): “Impresiones dermopapilares y pilosidad en la falange media de las manos en leoneses de ambos sexos” (en “Antropología de Es­ paña y América”, Ed. Dosbe, Madrid), pp. 91-102. E gocheag a , J. E. (1981): “Distribución de la pilosidad digital (MPH) en la población asturiana autóctona”. Bol. de la Soc. Esp. de Antrop. Biol., n.° 3 (en prensa). G arn , S. M. (1951): “The use of Middle-phalangeal hair in population stu­ dies”. Amer. J. Phys. Anthrop., vol. 9, pp. 325-333. G rm ano va , V. (1980): “Estimation of the Genetic Component of the va­ riability of Middle-phalangeal hair”. Acta F. R. N. Univ. Comen. Anthrop. vol. XXVI-XXVII, pp. 85-98. V a l l s , A. (1960): “La pilosidad en el segundo segmento digital de las ma­ nos (su variabilidad en la población española)”. Inst. Bern. Sahagún (C.S.I.C.), vol. 13, pp. 177-190. ------(1971a): “Genética de la pilosidad digital”. Trab. de Antrop. (C.S.I.C.), vol. XVI, núm. 2, pp. 92-100. ------(1971b): “Distribución de la pilosidad digital de las manos en una muestra de la población vasca”. Munibe, vol. XXIII, núm. 4, pp. 615-624. ------(1972?): “Distribución racial de la pilosidad digital”. Ethnica (?), vol. (?), pp. 209-225.

Palabras clave: —Pilosidad digital. —Pilomorfismos genéticos. —Población española. Boletín de Ciencias de la Naturaleza I. D. E. A., n.° 29 — 1982

RELACIONES ENTRE LAS PRECIPITACIONES Y TEMPERATURAS ATMOSFERICAS URBANAS DE OVIEDO Y DE SU ENTORNO RURAL. POR PEDRO MATEO GONZALEZ

1. PRELIMINARES. El actual observatorio meteorológico de Oviedo comenzó su ac­ tividad progresivamente a partir del 1 de enero de 1972. Puede ser considerado como continuador de otro antiguo, denominado Esta­ ción Meteorológica de Oviedo, que fue fundado por la Universidad y realizó observaciones cotidianas, y publicadas mensualmente para conocimiento público, desde el 1 de enero de 1851. Utilizó la Uni­ versidad su jardín botánico para la instalación de los instrumentos de aire libre, siendo trasladados el 30 de septiembre de 1861 al pa­ tio suroeste de la misma, en donde estuvieron hasta el 1 de abril de 1871. En dicha fecha fueron instalados en la terraza de una to­ rre, que fue construida para observatorio meteorológico por la propia Universidad, en el ángulo nordeste del único edificio que entonces tenía y que aún persiste. Esta fue su instalación definitiva hasta el cese de su actividad. Prácticamente las observaciones se realizaron casi sin solución de continuidad hasta su interrupción por los sucesos revoluciona­ rios de octubre de 1934 que ocasionaron el incendio de la Uni­ versidad. Se reanudan en una instalación provisional en noviembre del mismo año (las pluviométricas en abril de 1935), hasta que se interrumpen de nuevo al final de 1936 como consecuencia de — 160 — la guerra civil. Después de ésta se reanudan otra vez en 1945, pero de una manera irregular, hasta que cesan definitivamente en 1958. De este último período sólo hay nueve años completos (1949 a 1957). La documentación de la Estación Meteorológica se salvó en el citado incendio de la Universidad porque se conservaba en edi­ ficio aparte del principal, excepto los datos de julio a octubre de 1934. Todo lo que se ha podido recuperar se conserva en el actual Observatorio Meteorológico. Del último período, 1945-58, no se ha encontrado documentación original y es de advertir que los datos existentes v publicados han de ser tomados con cautela. Una información más completa del antiguo observatorio me­ teorológico de Oviedo está contenida en el libro: «Estación Meteo­ rológica de Oviedo. Resúmenes generales de las observaciones rea­ lizadas desde el año de 1851 hasta 1890 inclusive» por D. Luis González Frades, Dr. en Ciencias Físico-Químicas, Director de la Estación (Oviedo, 1891). Un ejemplar de dicho libro se conserva en el actual Observatorio Meteorológico de Oviedo, habiéndose ad­ vertido errores en los datos meteorológicos que presenta, en com­ paración con la documentación que se cita anteriormente. Cuenta el Dr. González Frades que las gestiones necesarias hasta la terminación de la torre observatorio de la Universidad duraron cerca de 12 años. El mismo proceso para el nuevo observatorio necesitó 10 años. Este nuevo observatorio fue establecido en el paraje denominado El Cristo de las Cadenas, situado en el entor­ no rural de la ciudad, al oeste-suroeste de la Universidad y a 2,4 Km. de la misma. Comenzó a realizar observaciones completas, cotidia­ nas y continuas a partir del 11 de marzo de 1973; pero ya antes se habían iniciado parcialmente a medida que lo permitían la instala­ ción de instrumentos y el personal disponible. Las primeras ob­ servaciones que se hicieron fueron pluviométricas y termométricas cuando se pudo instalar, en el recinto del Observatorio en obras, un pluviómetro y una garita conteniendo termómetros de máxima y mínima, el día 28 de diciembre de 1971. Por lo tanto, en este nuevo observatorio las series pluviométricas y termométricas compren­ den años completos desde 1972. Más adelante se pretendió establecer las bases para poder sola­ par las series pluviométricas y termométricas del antiguo y nuevo observatorio meteorológico. Con este fin, v previo el consentimien­ to de las autoridades universitarias, en diciembre de 1974 fueron instalados, en la terraza de la antigua torre observatorio, un plu­ viómetro Hellmann y una garita conteniendo un termómetro de extremas Six. El tamaño de la garita que se pudo instalar no per­ — 161 — mitió el empleo de un termómetro de máxima y otro de mínima, análogos a los que estaban en uso en el observatorio de El Cristo y, en consecuencia, se instaló otro termómetro Six en éste, para la comparación de sus datos con los de la Universidad. Los registros simultáneos se realizaron diariamente alrededor de las 7 horas TMG, durante los años 1975 y 1976, y fueron: canti­ dad de precipitación y temperaturas máxima, mínima y de la hora de la observación. Ahora bien, el estudio comparado de las series pluviométricas y termométricas del antiguo v nuevo observatorio pusieron de ma­ nifiesto, por una parte, la influencia urbana y, por otra, el efecto de estancamiento de aire frío en el valle del río Nora, en el cual está la ciudad de Oviedo, mientras el nuevo observatorio lo está en la divisoria de dicho valle con el del Nalón, su río principal. Para completar el trabajo, y poner en evidencia ambas circuns­ tancias, se disponía de los datos de una estación termopluviomé- trica, situada en una granja agrícola de la Diputación Provincial. La Cadellada, la cual pertenece a la zona rural de Oviedo. Está situada ladera abajo en el valle del Nora, al nordeste de la Univer­ sidad y a 2,1 Km. de la misma. En consecuencia se introdujeron en este trabajo las observacio­ nes pluviométricas y termométricas de los años 1975 y 1976 de la estación termoDluviométrica de Oviedo. La Cadellada. Los datos de posición de los tres citados observatorios meteo­ rológicos, son: t. Actual observatorio meteorológico de Oviedo, El Cristo: latitud, 43° 21' 13” N; longitud, 5o 52' 24" W de Greenwich; alti­ tud 336 metros, suelo bajo la garita meteorológica. 2. Antiguo observatorio meteorológico de Oviedo, Universidad: latitud, 43° 21' 40" N; longitud, 5o 50' 45" W de Greenwich: altitud, 226 metros, patio de la Universidad base de la torre observatorio y 248 metros, terraza de dicha torre. 3. Estación termopluviométrica de Oviedo, La Cadellada: la­ titud, 43° 22' 35" N; longitud, 5o 49' 40" W de Greenwich; altitud, 220 metros. La primera en la divisoria de los ríos Nalón y Nora y las dos últimas en el valle del Nora. Terminamos estas notas preliminares exponiendo el procedi­ miento operativo empleado en todos los casos estudiados para ¿vi­ tar reiteraciones innecesarias. " En primer lugar se presentan los cuadros comparativos de da­ tos mensuales y anuales de las tres estaciones para los años 1975 — 162 — y 1976. Dichos cuadros comprenden datos pluviométricos (cuadro 2) y termométricos (cuadro 3), algunos no utilizados en el trabajo; pero que se considera interesante exponer. Los datos mensuales comparados, precipitaciones y temperatu­ ras, son representados gráficamente. En cada caso se ajusta a la nube de puntos una recta, que también se representa gráficamente, y cuya fórmula se calcula por el método de los mínimos cuadrados. Para terminar se da el coeficiente de covariación que se calcula como el coeficiente de correlación; pero que no es tal, puesto que los números comparados están evidentemente relacionados al ser concretos de la misma naturaleza, obtenidos en proximidad geo­ gráfica y emparejados cronológicamente. No sería, por lo tanto, lícito comparar los coeficientes obtenidos con los de parejas de números al azar. En todos los casos el coeficiente de covariación ha resultado muy próximo a la unidad.

2. LAS SERIES PLUVIOMETRICAS. Los datos pluviométricos proceden de las precipitaciones reco­ gidas en pluviómetro Hellmann en las tres estaciones. Unicamen­ te en el actual observatorio meteorológico de El Cristo hubo dos ubicaciones para el pluviómetro. La primera comprende los años de 1972 a 1975, completos, y la segunda a partir de 1976, también completo.

Sin entrar a detallar las causas que motivaron el cambio de es­ tacionamiento del pluviómetro en el actual observatorio, sí hay que advertir que durante los años 1976 y 1977 se realizó la toma simultánea de datos en ambas ubicaciones para poder solapar las dos series. Las cantidades totales de cada mes obtenidas en el plu­ viómetro antiguo, pa, y en el nuevo. r>n se expresan en el cuadro 1 y su representación gráfica en la figura 1. En la misma figura aparece la recta ajustada por mínimos cuadrados cuya fórmula es: pn = 0,993 pa + 3,1, con coeficiente de covariación: r = 0,999. La fórmula ha sido aplicada a las cantidades mensuales de pre­ cipitación recogidas durante 1975 en el observatorio meteorológico de El Cristo y los resultados son los que aparecen en los datos del mismo del cuadro 2. En este cuadro se exponen las cantidades men­ suales y anuales de precipitación comparativas entre una estación — 163 —

Año B E V I'r Ab I'y Jn J1 Ag S 0 M D P 60,3 34,4 52,1 118,4 28,4 4,6 86,9 98,2 40,4 86,2 111,4 73,3 1976 — ------i------— p 6ü,3 34,2 58,3 123,8 31,8 5,2 91,5 104,1 44,1 91,3 113,9 '78,2 *n ______67,5 47,0 89,5 68,9 200,1 187,7 168,3 76,9 23,4 53,8 51,4 85,9 1977 — ------P 70,1 47,3 90,8 71,5 199,2 187,1 170,6 78,1 24,2 56,6 57,4 86,1

CUADRO 1.- Observatorio Weteorológico de Oviedo, El Cristo. Centidades fie precipitación mensual,mm, en obtenidas duranteI o e años 1976 y 1977,simultáneamente,en las ubiceciones del pluviómetro de 1972 & 1975 (p.) y a partir d« 1976 (p ).

Fig. 1.—Observatorio Meteorológico de Oviedo. Relación entre las cantidades mensuales de precipitación, en mm, recogidas en la antigua ubicación del pluviómetro, Pa, de 1972 a 1975 y la nueva. Pn, a partir de 1976. Datos si­ multáneos de los años 1976 y 1977. — 164 —

urbana, la Universidad, y dos estaciones de su entorno rural, El Cristo y La Cadellada. Es notable señalar que, tomando como referencia la estación urbana, las rurales se encuentran casi en la misma dirección, sen­ tidos opuestos y equidistantes.

2.1. RELACION ENTRE LAS CANTIDADES MENSUALES DE PRECIPITACION EN OVIEDO: EL CRISTO-UNIVERSIDAD. Como ya se ha señalado en líneas anteriores, se pretendía sola­ par la larga serie pluviométrica del antiguo observatorio meteoro­ lógico de la Universidad con la del actual observatorio de El Cris- Cantidacles mensuales y anuales Años s P Mr Ab. l.ly Jn J1 Ag S 0 N D Año 1 58,5 16,6 104,9 110,8 223,2 56,1 26,5 44,3 129,0 104,5 138,3 170,7 1183,4 1975 2 57,6 IB. 9 106,9 105,0 221,8 53,1 16,6 40,6 141,0 101,0 164,0 177,9 1204,4 3 57,5 17,1 103,6 120,4 210,4 44,6 17,6 47,0 151,3 91,2 154,6 164,3 1179,7 1 60,3 34,-2 56,3 123,8 31,8 5,2 91,5 104,1 44.,1 91,3 113,9 78,2 836,7 1976 2 61,2 33,4 68,6 115,1 24,0 3,9 113,8 118,7 43,7 98,0 132,7 95,4 908,5 3 57,2 32,8 73,8 107,3 24,3 5,5 90,6 84,3 48,0 90,2 121,0 84,9 819,9 Cantidades máximas en 24 horas Años E P Mr Ab Ky Jn J1 Ag s 0 HD Año 1 14,0 7,8 16,7 16,9 109,5 18-, 5 10 ,'8 7,7 38,2 34,5 28,1 41,1 109,5 1975 2 15,0 12,2 20,4 16,2 112,1 19,3 7,7 9,0 43,5 30,6 37,6 39,1 112,1 3 13,1 12,5 16,4 19,0 102,5 17,6 8,8 10,7 44,5 26,5 33,5 35,2 102,5 1 20,9 8,1 14,5 31,9 11,3 1,9 35,3 30,3 7,8 20,0 53,7 20,6 53,7 1976- 2 17,7 8,7 16,0 31,9 8,6 1,2 51,8 59,1 7,5 20,7 64,2 23,7 64,2 3 25,8 a,o 17,5 37,3 9,6 1,5 26,6 29,7 13,2 20,5 59,5 23,5 59,5

CUADRO 2.- Precipitaciones,de los en añosmm, 1975 y 1976 de Oviedo: El Cris- - to (l) , Universidad (2) y l'a Cadellada (3). Las cantidades-mensuales del año 1975 en 31 Cristo hen sido corregidas por cambio de estacio­ namiento del pluviómetro. — 165 —

y

El Cristo Fig. 2.—Relación entre las cantidades mensuales de precipitación, en mm, re­ cogidas durante 1976 y 1977 en Oviedo: El Cristo-Universidad (zona rural- ciudad). Aparece dibujada la recta de ajuste calculada y la de precipitaciones iguales. to. Las parejas de cantidades mensuales de precipitación, en milí­ metros, del cuadro 2 de El Cristo (a:) y Universidad (y) han sido representadas en la figura 2. A la nube de puntos se le ha ajustado una recta por mínimos cuadrados. La fórmula de la recta de ajuste es: y = 1,061 x — 1,3, con un coeficiente de covariación: r = 0,985. Fórmula para estimar las cantidades mensuales de precipita­ ción en Oviedo, Universidad (ciudad) a partir de los datos del ac­ tual Observatorio Meteorológico de Oviedo, El Cristo (rural): Oviedo p (Universidad) = 1,061 X p (El Cristo) — 1,3 — 166 — Se advierte que, a pesar de que El Cristo está a mayor altitud que la Universidad, la cantidad mensual en ésta resulta superior para la media en un cinco por ciento aproximadamente, lo cual se atribuye a la influencia urbana. Para ponerlo en evidencia se re­ piten los cálculos anteriores comparando las precipitaciones men­ suales de La Cadellada, en el entorno rural de Oviedo, y de la Uni­ versidad.

La Cadellada Fig. 3.—Relación entre las cantidades mensuales de precipitación, en mm, reco­ gidas durante 1976 y 1977 en Oviedo: La Cadellada-Universidad (zona rural- ciudad). Aparece dibujada la recta de ajuste calculada y la de precipitaciones iguales.

2.2. RELACION ENTRE LAS CANTIDADES MENSUALES DE PRECIPITACION EN OVIEDO: LA CADELLADA-UNIVERSIDAD. Con las cantidades mensuales de precipitación, en milímetros, del cuadro 2 de La Cadellada (*) y Universidad (;y) se ha obtenido la nube de puntos de la figura 3, a la cual, como en el apartado an- — 167 — terior, se le ha ajustado una recta por mínimos cuadrados. La fór­ mula de esta recta de ajuste es: y ~ 1,049 a ; + 0,6, con un coefi­ ciente de covariación: r = 0,983. Fórmula para estimar las cantidades mensuales de precipita­ ción en Oviedo, Universidad (ciudad), a partir de los datos de Ovie­ do, La Cadellada (rural): Oviedo p (Universidad) = 1,049 x p (La Cadellada) + 0,6 Resulta aproximadamente mii cinco por ciento superior en la Universidad (ciudad) con respecto a La Cadellada (rural). El incre'- mentó no parece que pueda atribuirse a la diferencia de altitudes que sólo es de 28 metros, pues supondría un incremento de preci­ pitación de cerca de un dieciocho por ciento cada 100 metros. Así, por ejemplo, teniendo Gijón una precipitación anual media del or­ den de 1.000 milímetros (1), resultaría para Oviedo del orden de 1.500 milímetros que no es admisible (2).

2.3. CONCLUSIONES RESPECTO A LAS PRECIPITACIONES. En realidad en líneas anteriores no se ha hecho más que expo­ ner un ejemplo de las consecuencias, ya conocidas, de la mayor abundancia de núcleos de condensación en las ciudades respecto a su entorno rural. Para el campo se encuentran por cada centíme­ tro cúbico de aire del orden de 10* núcleos en régimen ciclónico y del orden de 105 en régimen anticiclónico, siendo en la ciudad mu­ cho más abundantes (3). En Oviedo disponemos de los resultados experimentales de eva­ luaciones de número de núcleos de condensación en el aire, reali­ zadas por el Departamento de Energía Nuclear de la Escuela Su-

(1) M a t e o G o n z á l e z , P. : Pluviometría de Asturias. Pub. del Servicio Meteorológico Nacional. Serie A núm. 28. Madrid, 1956. (2) Id. : Estudio de la serie pluviomètrica de la antigua estación meteo­ rológica de la Universidad de Oviedo. Boletín de Ciencias de la Naturaleza. I. D. E. A., núm. 27. Oviedo, 1981. (3) M o r a n S a m a n ie g o , F. : Apuntes de Termodinámica de la atmósfera. Pub. del Servicio Meteorológico Nacional. Serie B núm. 4. Madrid, 1944. Pág. 232. — 168 — perior de Ingenieros de Minas de dicha ciudad. Hubo un período, del 15 de marzo al 13 de abril de 1978, con evaluaciones realizadas en el Observatorio Meteorológico de El Cristo, o sea en zona rural, que podemos comparar con las llevadas a cabo en la propia Escue­ la de Minas, situada en el núcleo urbano, desde el 1 al 15 de marzo y desde el 13 al 30 de abril del mismo año. Se utilizó una bomba de Aitken con la que se consiguieron 24 días completos de funcio­ namiento en el Observatorio Meteorológico y 28 días en la Escue­ la de Minas. Los promedios de número de núcleos de condensación por cen­ tímetro cúbico de aire fueron: 4,54 x 104 en el Observatorio y 12,71 x 104 en la Escuela. En el primer caso el régimen atmosférico predominante fué ciclónico, y en el segundo, podemos discernir régimen ciclónico del 25 al 30 de abril, con promedio de 11,20 x 104 núcleos por centímetro cúbico de aire, y régimen anticiclónico del 7 al 10 de marzo, con promedio de 16,32 x 104 núcleos por centí­ metro cúbico de aire. En todos los casos el número de núcleos es por centímetro cú­ bico de aire en las condiciones variables de presión y temperatura de los experimentos. Para determinar dicho número por centíme­ tro cúbico de aire, en las condiciones normales de presión y tem­ peratura (760 mm. de mercurio y 0o C), hemos utilizado las me­ dias de presión y temperatura en los días para los cuales se han ob­ tenido los promedios de número de núcleos. Las citadas medias son promedios de los registros del Observatorio Meteorológico a 1, 7, 13 y 18 horas TMG. Por lo tanto valen para expresar el número medio de núcleos por centímetro cúbico de aire normal en el Obser­ vatorio. Para la Escuela de Minas se han reducido las temperatu­ ras medias en el Observatorio a las de la ciudad con la fórmula del apartado 3.3.1., resultando diferencias no significativas, y las presiones medias, con la fórmula barométrica simplificada de La- place,

log p0 = log ph + 674 "t ' donde p0 — presión en la Escuela de Minas en mm. ph = presión en el Observatorio Meteorológico en mm. h = diferencia de altitudes de ambos lugares (94 metros). T = temperatura absoluta media de las medias de ambos lugares. — 169 — Hechos los cálculos correspondientes han resultado los siguien­ tes promedios de número de núcleos por centímetro cúbico de aire normal: Observatorio Meteorológico, zona rural, 4,85 x 104; promedio de 24 días con predominio de régimen ciclónico. Escuela de Minas, zona urbana, 13,54 x 104; promedio de 28 días de régimen variable. De dicho promedio podemos discernir 12,07 x 10“, de seis días de régimen ciclónico y 17,30 x 104, de cua­ tro días de régimen anticiclónico. El número de núcleos encontrado para la zona rural de Oviedo es de cerca de cincuenta veces superior al establecido para el cam­ po en régimen ciclónico. No es sorprendente este resultado si se considera que tanto la ciudad de Oviedo como su entorno están situados en el centro de la zona industrial de Asturias. Ahora comparando el número de núcleos de la ciudad y de su entorno rural resultan para la ciudad cerca de dos veces y media superiores, y a esta circunstancia atribuimos la mayor cantidad de precipitación recogida en la Universidad respecto a El Cristo y La Cadellada. Por otra parte, la contaminación propiamente urbana está pro­ vocada principalmente por el uso de combustibles fósiles y sus de­ rivados en las viviendas y en el tráfico, siendo un hecho conocido que a partir de la década que comienza en 1950 el consumo aumen­ tó progresivamente en España. Es posible que anteriormente los efectos en la cantidad de precipitación recogida en nuestras ciu­ dades no pudieran detectarse. Por ello, parece que de haber conti­ nuado los registros pluviométricos en la Universidad (interrumpi­ dos en 1958) debería de haberse producido un aumento lento y progresivo, provocado por la creciente contaminación atmosférica, en la cantidad de precipitación recogida, el cual no procedería de causas naturales. Es notable señalar que esta anomalía no podría ser descubierta a menos de que se dispusiese de los datos de una estación pluviométrica de contraste próxima, pero fuera del am­ biente urbano contaminado. Se sigue, además, la no representati- vidad de las precipitaciones recogidas en un medio urbano, salvo para el clima de la ciudad, y las posibles distorsiones que puede provocar el sumidero de dicha ciudad respecto a su entorno. — 170 —

3. LAS SERIES TERMOMETR1CAS. Los datos termométricos han sido obtenidos en La Cadellada de termómetros por separado de máxima y de mínima, graduados de medio en medio grado, y con esta precisión fueron evaluados. En cambio en la Universidad, y para su comparación en El Cristo, se utilizaron termómetros de extremas Six graduados de grado en grado, pero estimando en las lecturas la décima de grado. En todos los casos las medias mensuales están calculadas en décimas de grado. En el cuadro 3 se exponen los datos mensuales de temperatu­ ras comparativos entre una estación urbana, Universidad, y dos estaciones de su entorno rural, El Cristo y La Cadellada, reiteran­ do lo expresado al final del apartado 2 respecto a la posición de las estaciones. Ahora es de notar, además, que el casi perfil de la­ dera El Cristo-Universidad-La Cadellada va desde la divisoria del valle del río Nora ladera abajo.

3.1.1. RELACION ENTRE LAS TEMPERATURAS MEDIAS MENSUALES DE LAS MAXIMAS DE OVIEDO: EL CRISTO-UNIVERSIDAD. Como se ha expresado para la precipitación en el apartado 2.1., se pretende ahora solapar las largas series termométricas del an­ tiguo observatorio meteorológico de la Universidad con las del ac­ tual observatorio de El Cristo. Empezamos por las temperaturas medias mensuales de las máximas que tomamos del cuadro 3. Las parejas correspondientes a El Cristo (x) y Universidad (;y), apare­ cen representadas en la figura 4. A la nube de punto se ajustó una recta por el método de los mínimos cuadrados. La fórmula de la recta de ajuste es: y — 1,062 x — 0,04, con un coeficiente de co- variación r = 0,997. Esta recta aparece representada en la figura 4, así como la bisectriz que marca temperaturas iguales. Fórmula para estimar las temperaturas medias mensuales de las máximas en Oviedo, Universidad (ciudad), a partir de los datos del actual Observatorio Meteorológico de Oviedo, El Cristo (rural): Oviedo

tmx (Universidad) = 1,062 x tmx (El Cristo) — 0,04 Medias c!e í?.s máximas Años E F Mr Ab My Jn J1 Ag 3 0 H D Año 1 12,9 13,9 10,7 13,6 16,4 20,9 23,7 23,9 21,0 16 7 13,4 8,5 16,5 1975 2 13,6 15,1 11,5 14,6 16,1 22,5 25,0 25,3 22,7 19 9 14,5 6,6 17,6 3 12,9 14,5 11,7 13,6 16,3 20,6 23,1 23,4 21,4 19 0 14,0 6,7 16,6 1 10,2 13,5 14,5 13,1 19,1 25,1 24,1 23, ó20,9 lo, 3 12 ,4 10,6 17,1 1976 2 10,4 13,9 15,0 13,5 19,7 25,5 25,5 25,2 22,7 19,6 13,3 11,4 16, C 3 10,7 13,6 14,0 13,1 17,7 23,3 23,2 23,2 20.6 19 0 13,1 11,5 16,9 Medias de las minimp.s

Años E F Mr Ab My Jn J1 Ar S 0 N D Año 1 4,9 6,3 4,6 6,5 8-, 8 13,1 14,9 15,0 13,0 11,4 7,4 1,8 9,0 1975 2 4,5 5,5 4,3 6,3 5,8 13,3 14,8 14,9 12,7 11,1 6,7 1,1 8,7 3 3,0 4,1 4,1 5,8 7,8 12,3 13,2 13,6 10,0 8,8 4,8 - 0,2 7*3 1 2,1 4,5 4,5 5,2 9,0 14,0 15,9 15,4 12,1 10,2 5,8 5,0 8,6 1976 2 0,7 4,1 4,4 4,9 9,4 14,6 15,5 14,9 11,5 9,5 5,2 4,1 8,2 3 -1,3 2,6 2,4 3,9 7,4 1 , lj> 13,7 12,7 Ö, 6 8,3 4,3 3,3 6,5 Medias Años E F. jir Ab My Jn J1 Afl S 0 I'« 2 Año 1 6,9 10,1 7,6 10,2 12,6 17,0 19,3 19,5 17,0 15,1 10,4 5,2 12,7 1975 2 9.0 10,3 7,9 10,6 13,5 17,9 19,9 20,1 17,7 15,5 10,6 4,6 13,1 3 7,9 9,3 7,9 9,8 12,0 16,4 18,2 16,5 15,7 13,9 9,4 4,2 11,9 1 6,2 9,0 9,5 9,2 14,1 19,5 20,0 19,5 16,514,2 9,1 7,9 l-»9 1976 2 5,5 9,0 9,7 9,2 14,5 20,1 20,5 20,1 17,1 14,7 9,3 7,8 13,1 3 4,7 6,1 8,2 8,5 12,5 17,9 18,5 17,914,7 13,6 8,7 7,4 11,7 Máximas absolutas A ños E P Mr Ab My Jn J1 Ag S 0 D Año 1 19,8 18,5 16,6 22,0 24,6 30,0 31,4 31,6 26,6 24,8 22,5 16,4 31,6 1975 2 20,2 19,3 17,6 23,0 26,0 30,6 32,0 31,4 29,3 26,4 23,0 16,6 32,0 3 20,5 19,518,0 20,5 23,0 29,0 29,0 30,0 26,5 25,0 21,0 16,0 30,0 1 17,6 21,6 21,4 20,8 28,8 34,0 30,0 31,8 29,6 30,2 18,2 19,0 34,0 1976 2 16,0 22,0 22,7 21,6 28,0 35,4 30,7 33,4 30,2 32,0 19,3 19,4 35,4 3 14,0 20,0 20,0 20,0 24,5 33,0 30,0 29,5 24,5 30,0 18,0 21,0 33,0 Mínimas absolutas

Afi0 8 E F Kr Ab Ky Jn J1 Á£ 3 0 h D Año 1 —0 , 8 1,5 0,4 -0,1 5,0 6,6 10,8 11,6 7,8 4,8 3,8 -2,0 -2,0 1975 2 -2,o -0,1 0,2 -0,4 5,2 7,610,6 11,4 7,8 4,8 3,2 -3,2 -3,2 3 -4,5 -2,0 -0,5 0,0 4,5 6,5 11,0 10,0 4,5 3,0 -1,0 -5,0 -5,0 1 —0} 8 -1,0 0,4 1,4 2,6 7,5 12,2 12,2 8,2 6,8-0,9 -1,2 -1,2 1976 2 -2,0 -1,6 —0,8 1,6 2,6 8,0 11,6 11,4 8,2 5,0 -1,8 -2,8 -2,8 ; 3 -5,5 -3,5 -2,5 0,0 1,0 6,0 10,0 9,5 3,0 3,0 -3,5 -4,0 -5,5 CUADRO 3.- Temperaturas mensuales y anuales* en &C, de los años 1975 y 1976 de Oviedo: El Cristo (1), Universidad (2) y I»a Ca­ vilada (3)* 172 —

De la fórmula se obtiene que las medias mensuales de las má­ ximas serán iguales para 0,6° C. Como esta media en Oviedo es prácticamente imposible se sigue que la temperatura media men­ sual de las máximas será siempre mayor en la Universidad que en El Cristo.

El Cristo Fig. 4.—Relación entre las temperaturas medias mensuales de las máximas, f,C, de los años 1976 y 1977 en Oviedo: El Cristo-Universidad. Aparece dibujada la recta de ajuste calculada y la de temperaturas iguales (de trazos).

3.1.2. RELACION ENTRE LAS TEMPERATURAS MEDIAS MENSUALES DE LAS MINIMAS DE OVIEDO: EL CRISTO-UNIVERSIDAD. Se reitera lo dicho en el apartado anterior referido ahora a las medias mensuales de las mínimas. La representación de las pare­ jas El Cristo (x) y Universidad (y) se hace en la figura 5 y la recta ajustada es: y = 1,045 x — 0,75, con un coeficiente de covariación r = 0,997. La representación de esta recta se ha hecho en la figura 5, además de la bisectriz que expresa igualdad de temperaturas. — 173 —

y

El Cristo Fig. 5.—Relación entre las temperaturas medias mensuales de las mínimas, °C, de los años 1976 y 1977 en Oviedo: El Cristo-Universidad. Aparece dibuja­ da la recta de ajuste y la de temperaturas iguales (de trazos). Fórmula para estimar las temperaturas medias mensuales de las mínimas en Oviedo, Universidad (ciudad), a partir de los da­ tos del actual Observatorio Meteorológico de Oviedo, El Cristo (ru­ ral): Oviedo tmn (Universidad) = 1.045 X tmn-(El Cristo) — 0,75 De la fórmula se obtiene que las medias mensuales de las mí­ nimas serán iguales para 1.6,7° C. Como, esta media en Oviedo es prácticamente improbable, se sigue que la temperatura media men­ sual de las mínimas será siempre menor en la Universidad que en El Cristo. — 174 —

La Cadellada Fig. 6.—Relación entre las temperaturas medias mensuales de las máximas, °C, de los años 1976 y 1977 en Oviedo: La Cadellada-Universidad. Aparece dibujada la recta de ajuste calculada y la de temperaturas iguales (de trazos).

3.2.1. RELACION ENTRE LAS TEMPERATURAS MEDIAS MENSUALES DE LAS MAXIMAS DE OVIEDO: LA CADELLADA-UNIVERSIDAD. Se procede a repetir los cálculos del apartado 3.1.1. con las temperaturas medias mensuales de las máximas, ahora de La Ca­ dellada y de la Universidad, pero en este caso para poner en evi­ dencia la anomalía que la ciudad produce en las temperaturas. Del cuadro 3 se obtienen las parejas de temperaturas medias mensuales de las máximas de La Cadellada (x) y de la Universidad (y), que se representan en la figura 6. La recta de ajuste de la nu­ be de puntos, por mínimos cuadrados, es: y — 1,161 x — 1,66, con un coeficiente de covariación r — 0,997. La recta anterior ha sido representada en la figura 6, además de la bisectriz de igualdad de temperaturas. — 175 —

Fórmula para estimar las temperaturas medias mensuales de las máximas en Oviedo, Universidad (ciudad), a partir de los datos de Oviedo, La Cadellada (rural): Oviedo tmx (Universidad) = 1,161 x tmx (La Cadellada) — 1,66 De la fórmula anterior se obtiene que las medias mensuales de las máximas serán iguales para 10,3° C. Ahora bien, esta media mensual de las máximas sólo puede darse en Oviedo en un mes invernal anormalmente frío (4). Por lo tanto, en general, la tem­ peratura media mensual de las máximas es mayor en la Universi­ dad que en La Cadellada, excepto en inviernos anormalmente fríos.

3.2.2. RELACION ENTRE LAS TEMPERATURAS MEDIAS MENSUALES DE LAS MINIMAS DE OVIEDO: LA CADELLADA-UNIVERSIDAD. Se repiten los cálculos del apartado anterior para las tempera­ turas medias mensuales de las mínimas de La Cadellada ( x) y de la Universidad (y). En este caso para poner en evidencia el enfria­ miento, ladera abajo, por estancamiento de aire frío en el valle. Los datos están tomados del tantas veces citado cuadro 3 y apa­ recen representados en la figura 7. La recta de ajuste, calculada como en todos los apartados anteriores, tiene por fórmula: y = 1,038 x 4- 1,28, con un coeficiente de covariación r = 0,990. Se ha representado en la figura 7 y además la bisectriz que marca temperaturas iguales. Fórmula para estimar las temperaturas medias mensuales de las mínimas en Oviedo, Universidad (ciudad), a partir de los datos de Oviedo, La Cadellada (rural ladera abajo): Oviedo tmn (Universidad) = 1,038 X tmn (La Cadellada) -f- 1,28

(4) M ateo G o n zá lez, P. : Termometria de Asturias. Pub. del Servicio Me­ teorológico Nacional. Serie A núm. 31. Madrid, 1959. Pág. 103. — 176 —

De la anterior fórmula se obtiene que las temperaturas medias mensuales de las mínimas serán iguales para —33,7° C. Como esta media es prácticamente imposible en Oviedo, se sigue que dichas medias de las mínimas serán siempre menores en La Cadellada que en la Universidad, o sea, serán menores ladera abajo.

La Cadellada Fig. 7.—Relación entre las temperaturas medias mensuales de las mínimas, °C, de los años 1976 y 1977 en Oviedo: La Cadellada-Universidad. Aparece dibujada la recta de ajuste calculada y la de temperaturas iguales (de trazos).

3.3.1. RELACION ENTRE LAS TEMPERATURAS MEDIAS MENSUALES DE OVIE­ DO: EL CRISTO-UNIVERSIDAD. Para completar las fórmulas de las medias mensuales de las máximas y de las mínimas se expresa a continuación la que rela­ ciona las temperaturas medias mensuales. El cálculo de la misma se efectuó hallando la ecuación de la bisectriz del ángulo formado por las rectas de ajuste de las medias mensuales de las máximas y de las mínimas expuestas en 3.1.1. y 3.1.2. — 177 —

Fórmula para estimar las temperaturas medias mensuales de Oviedo, Universidad (ciudad), a partir de los datos del actual Obser­ vatorio Meteorológico de Oviedo, El Cristo (rural): Oviedo

t (Universidad) = 1,053 X t (El Cristo) — 0,42 Las temperaturas medias serán iguales para 7,9°C. Temperatu­ ras medias mensuales de este orden se registran normalmente en la Universidad en los meses invernales fríos, va que, según datos de 35 años, la media de enero es de 7,2°, en febrero de 7,6° y en diciembre de 8,6°C (5). Luego, salvo para los citados meses inver­ nales fríos, la temperatura media mensual en la Universidad (ciu­ dad) será mayor que en El Cristo (rural).

3.3.2. RELACION ENTRE LAS TEMPERATURAS MEDIAS MENSUALES DE OVIE­ DO: LA CADELLADA-UNIVERSIDAD. Se reitera lo expresado en el apartado anterior, utilizando ahora las fórmulas de los apartados 3.2.1. y 3.2.2.

Fórmula para estimar las temperaturas medias mensuales de Oviedo, Universidad (ciudad), a partir de los datos de Oviedo, La Cadellada (rural): Oviedo t (Universidad) = 1,098 x t (La Cadellada) — 0,15 Las temperaturas medias mensuales serán iguales para 1,5°C. Como esta temperatura media mensual es prácticamente imposi­ ble en Oviedo, se sigue que las temperaturas medias mensuales se­ rán mayores en la Universidad que en La Cadellada.

(5) Obra citada en (4). Pag. 102. — 178 —

3.4. CONCLUSIONES RESPECTO A LAS TEMPERATURAS. De las fórmulas obtenidas en 3.1.1. y 3.2.1. se deduce que la ciudad tiene temperaturas máximas más elevadas que su entorno rural y este efecto es tanto más notable cuanto más altas son las temperaturas. Ahora bien, las tres estaciones comparadas no están a la misma altitud y por eso debe de tenerse en cuenta la variación normal de temperatura del gradiente vertical de la misma. La Cadellada está a unos 28 metros por debajo de la altitud de la terraza de la torre universitaria, diferencia de poca importancia y que además, en todo caso, debería dar máximas superiores en La Cadellada respecto a la Universidad. No ocurre así, sino al contrario, por lo cual refuerza el resultado de ciudad más caldeada por la acción solar. No es lo mismo para El Cristo que está a 88 metros sobre la terraza de la torre universitaria. Es normal, por lo tanto, que la temperatura registrada en la Universidad sea superior a la de El Cristo. Ahora bien, examinemos si dicha superioridad se mantiene dentro de límites normales. Supongamos que el gradiente horizontal de temperaturas es nu­ lo y obtengamos el gradiente vertical en la fórmula que relaciona las medias mensuales de las máximas El Cristo-Universidad del apartado 3.1.1., a saber: v =■ 1.062 x — 0.04. Puesto que la dife­ rencia de altitudes es de 88 metros el gradiente vertical geométrico 8 t (a— ----^—(> z ) para 100 metros resulta: a = ------gl88 Y x 100 = 0,066 y — 0,04; donde y es la temperatura media mensual de las máximas en la Universidad. Esta media varía desde 11,2°C en enero a 22,9°C en agosto (6) y, en consecuencia, los gradientes verticales eme resul­ tan, en la hipótesis de gradiente horizontal nulo, varían desde 0,7° a 1,5°C. Recordemos que suele admitirse como normal un gradiente geo­ métrico vertical de temperatura entre 0,5° v 0,6°C por 100 metros aumentando en masas de aire cálido, pero sin rebasar, desde luego, el valor de Io por 102 metros (gradiente de la adiabática seca) que correspondería a una inestabilidad absoluta. Con la fórmula an­

(6) Obra citada en (4). Pág. 103. — 179 — terior y las temperaturas medias mensuales de las máximas de la Universidad, salen gradientes superadiabáticos desde mayo a oc­ tubre, ambos inclusive. Así pues no puede admitirse la hipótesis de que las diferencias de las medias mensuales de las máximas a favor de la ciudad puedan ser originadas por el gradiente vertical de temperatura exclusivamente y es preciso aceptar la existencia de un gradiente horizontal de la misma, tanto más notable cuanto más altas son las temperaturas. En resumen, habiendo visto que las temperaturas máximas de la ciudad disminuyen hacia su entorno rural, tanto ladera abajo como ladera arriba, puede concluirse que aquella se caldea más que éste bajo la acción solar. Es un hecho que se atribuye a las características del suelo urbano. También a las mismas características del suelo urbano se le atribuye un mayor enfriamiento nocturno de la ciudad en relación con su entorno rural. Ahora bien, al examinar este fenómeno me­ diante las temperaturas mensuales medias de las mínimas nos en­ contramos con la interferencia del efecto de estancamiento noc­ turno de aire frío en el valle del río Nora, de modo que las tempe­ raturas mínimas descienden ladera abajo, o sea, en la Universidad son más bajas que en El Cristo y más altas que en La Cadellada. Tal hecho va unido a la inversión de tierra que se forma frecuente­ mente en Asturias, iniciándose en el fondo de los valles y llegando a altitudes que se estima no rebasan los 300 metros. Finalmente examinamos los resultados obtenidos con la rela­ ción entre las temperaturas medias mensuales de El Cristo y la Universidad, calculando el gradiente vertical de temperatura co­ mo se ha hecho anteriormente para las medias de las máximas. Ex­ cluimos del mismo cálculo la relación de La Cadellada con la Universidad, por la diferencia de altitudes demasiado pequeña e imprecisa. Utilizamos la ecuación: y = 1,053 a; — 0,42, que relaciona las temperaturas medias mensuales de El Cristo y Universidad, la cual aparece en el apartado 3.3.1. con otra denominación para las va­ riables. Suponiendo que no existe gradiente horizontal, calculamos el gradiente vertical de temperatura (a = -----o?——) z por 100 metros, resultando:

* a = — - X- Oo¡- O y X 100 = 0,057 y - 0,45, — 180 — donde y es la temperatura media mensual en la Universidad. Con arreglo a dichas temperaturas medias (7) obtenemos los siguien­ tes gradientes verticales de temperatura: E F Mr Ab My Jn J1 Ag S O N D a -0,0 -0,0 0,1 0,2 0,3 0,5 0,6 0,6 0,5 0,3 0,1 0,0 El gradiente vertical admitido como normal sólo ocurre en junio y septiembre, el calentamiento urbano afecta a las tempera­ turas medias de los meses más cálidos de julio y agosto, mientras en los restantes es predominante el efecto de estancamiento de aire frío, ladera abajo, con aumentos de las temperaturas medias inferiores a los correspondientes al gradiente vertical normal hasta llegar en los meses más fríos, enero y febrero, a la inversión del gradiente, o sea, a disminución de la temperatura en lugar de au­ mento, lo que pone de manifiesto la influencia de la inversión de tierra mencionada en líneas anteriores. ADVERTENCIA RESPECTO A LA OBRA «Termometría en As­ turias », CITADA EN EL TEXTO.—Las temperaturas medias de las máximas, medias de las mínimas y medias mensuales y anuales de la antigua Estación Meteorológica de la Universidad de Oviedo, es­ tán siendo objeto de revisión, en el momento de publicarse el pre­ sente trabajo, en el actual Observatorio Meteorológico de Oviedo. Dicha revisión ha sido motivada por haberse recuperado los datos originales de las observaciones efectuadas en la anteriormente cita­ da antigua Estación Meteorológica de la Universidad de Oviedo. Del examen de los datos elaborados hasta el momento se estima que no habrá modificaciones sustanciales en las conclusiones del presente estudio obtenidas tomando como base los datos conteni­ dos en «Termometría de Asturias», citados en las referencias (4) a (7). AGRADECIMIENTO: Agradezco al personal del Observatorio Meteorológico de Oviedo, en los años 1975-76, cuya colaboración hizo posible este trabajo: al Ayudante de Meteorología Sr. Mu­ ñoz y a los Observadores Srs. de la Rosa (D. Timoteo y D. Tomás), Iglesias, G. Bayón y Nistal, que realizaron las observaciones, día a día durante dos años, en la torre de la Universidad de Oviedo. El Autor. (7) Obra citada en (4). Pág. 102. — 181 — RESUMEN Se obtienen fórmulas que permiten solapar las series pluviomé- tricas y termométricas del antiguo observatorio meteorológico de Oviedo, Universidad (1851-1958), situado en la ciudad, con el actual de El Cristo (a partir de 1972), situado en zona rural. Para ello se tomaron datos simultáneos en ambos lugares durante los años 1975 y 1976. Se manifestó en las relaciones la influencia urbana. Además, el efecto de estancamiento de aire frío, por estar la Universidad en el valle del río Nora, mientras El Cristo queda en la divisoria de dicho valle. Para poner en evidencia ambos fenómenos se introdujeron en el estudio los datos de los mismos años de la estación termoplu- viométrica de Oviedo, La Cadellada, también en la zona rural de dicha ciudad y ladera abajo, respecto a la Universidad, en el valle del Nora.

SUMMARY Formulas are obtained that permit to overlap the precipitation and temperature series of the old meteorological observatory of the University of Oviedo (1851-1958), situated in the town with the ac­ tual one at «El Cristo» (since 1972), situated in a rural area. For this reason simultaneous datae were taken in both sites during the years 1975 and 1976. Here the influence of the city area became clear in the relations. And also the effect of the stagnancy of the cold air, as the Univer­ sity is situated in the river Nora valley, whereas «El Cristo» lays on the divisionary of this valley. In order to prove both phenomenons also the datae of the same years of the precipitation and temperature station of Oviedo, La Cadellada, also in a rural area of this town and down hill from the University towards the Nora valley, were introduced into the study. Dr. en Ciencias Físicas. Meteorólogo Jefe del Observatorio Meteorológico Especial de Oviedo. P r e sid e n t e del In st it u t o de E stu d io s As t u r ia n o s : ILMO. SR. D. AGUSTIN JOSE ANTUÑA ALONSO

D irec to r del In st it u t o de E st u d io s As t u r ia n o s : DR. D. JESUS EVARISTO CASARIEGO Y FERNANDEZ NORIEGA

D ir ec to r del B o l etín del In st it u t o de E st u d io s As t u r ia n o s : D. JOSE M.a FERNANDEZ PAJARES

D ir ec to r Ad ju n to del B o letín de Cie n c ia s de la N a t u r a l e z a : PROF. DR. D. J. A. MARTINEZ-ALVAREZ

Correspondencia : Instituto de Estudios Asturianos Palacio Conde de Toreno Plaza de Porlier, s/n. Apartado núm. 9. OVIEDO (España). I. D. E. A.

:Bol. Cien. Nat. I. D. E. A.