Arte Indígena: El Desafío De Lo Universal*
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HECHOS/IDEAS TICIO ESCOBAR Arte indígena: el desafío de lo universal* Introducción ste texto pretende considerar las posibilidades de afirmación y continuidad que tiene el arte popular de origen indígena en Ela extraña escena globalizada. Ya se sabe que las culturas nativas asentadas en las diversas regiones de la América Latina an- tes de la Conquista habían desarrollado formas potentes de arte: ya fuera el de las altas culturas precolombinas o el de los pueblos sel- váticos o llaneros del Cono Sur que, aunque no alcanzara la institu- cionalidad monumental de aquel, conformó complejos sistemas de producción artística. Se sabe también que el encuentro intercultural desarrollado a lo largo de los tiempos coloniales produjo no solo casos feroces de extinción y etnocidio, sino también fuertes proce- pp. 3-18 -junio/2013 sos simbólicos e imaginarios de reajuste y reposición transcultural. Ahora bien, ¿tendrá el arte proveniente de estas culturas capa- No. 271 abril No. 271 cidad de sobrevivir y crecer en condiciones opuestas a las que les dieron origen? La pregunta es muy complicada porque involucra no * Este artículo fue publicado en Una solo el concepto general de cultura sino específicamente el de arte; teoría del arte desde América Lati- y lo hace en el contexto de una tradición que discute lo artístico de Casa de las Américas na, ed. José Jiménez, Badajoz, MEIAC; sistemas diferentes al occidental y en un momento en que el propio Madrid, Turner, 2011. lugar del arte universal aparece bajo sospecha. Revista 3 p3-63.pmd 3 19/06/2013, 14:04 Gran parte del debate contemporáneo acerca de de la realidad, inaccesibles por otra vía, y poder así lo cultural supone la reconsideración de figuras que, movilizar el sentido, procesar en conjunto la memo- en sus versiones esencialistas, habían sido dadas ria y proyectar en clave de imagen el porvenir co- de baja. Enfrentadas a la contingencia y al azar de munitario. Sin embargo, a la hora de otorgar el títu- mil historias cruzadas, pueden arrojar nuevas pistas lo de «arte» a estas operaciones, salta enseguida sobre problemas que también han burlado el cerco una objeción: en el contexto de las culturas indíge- del nuevo siglo y regresan empecinadamente con nas, lo estético no puede ser desprendido de un sus mismas preguntas y sus viejos fantasmas. Por complejo sistema simbólico que fusiona en su es- eso, sin pretender responder aquella interrogante peso interior momentos diferenciados por el pen- compleja que, obviamente, no puede ser zanjada, samiento occidental moderno (tales como «arte», este artículo se acerca a ella y la merodea revisan- «política», «religión», «derecho» o «ciencia»). Las do nociones que pueden llegar a enriquecer su for- formas estéticas se encuentran en aquel contexto mulación y buscan vincularla con otras cuestiones confundidas con los otros dispositivos a través de necesarias. En función de ese propósito, asume la los cuales la sociedad organiza sus conocimientos, discusión de algunos de estos conceptos comen- creencias y sensibilidades. Es decir, en las culturas zando con el propio término «arte indígena». indígenas no cabe aislar el resplandor de la forma de las utilidades prosaicas o los graves destinos tras- Acerca del arte indígena cendentales que requieren su oficio auratizante. Es más: tales culturas no solo ignoran la autonomía del El canon occidental arte sino que tampoco diferencian entre géneros ar- tísticos; las artes visuales, la literatura, la danza y el Hay una cuestión central que aparece a la hora de teatro enredan sus expresiones en el curso de am- abordar el tema del arte indígena: ¿cómo puede de- biguos y fecundos procesos de significación social finirse el límite de lo artístico en el contexto de cul- que se apuntalan entre sí en el fondo oscuro de ver- turas en las cuales la belleza, lo estético, impregna dades inaccesibles. el cuerpo social entero? Apenas formulada, esta pre- Estas confusiones presentan apuros teóricos va- gunta resulta demasiado similar a la que se plantea rios, derivados de la economía propia del pensa- hoy con relación al esteticismo difuso contemporá- miento moderno que se empeña en regir en terrenos neo. Este tema será tratado posteriormente, pero extranjeros y se desorienta al transitarlos. Desde conviene ya formularlo para marcar un horizonte Kant, la teoría occidental del arte autonomiza el es- de coincidencias sobre el fondo de una escena cru- pacio de este separando forma y función mediante zada por diferencias que parecen insalvables. una sentencia definitiva y grave: solo son artísticos Cuando se habla de «arte», nos referimos a un los fenómenos en los que la primera se impone so- conjunto de objetos y prácticas que recalcan sus bre las funciones que enturbian su apariencia (usos formas para producir una interferencia en la signifi- rituales, económicos, políticos, etcétera). Condicio- cación ordinaria de las cosas e intensificar la expe- nado por las razones particulares de su historia, el riencia del mundo. El arte indígena, como cualquier arte occidental moderno requiere el cumplimiento de otro, recurre a la belleza para representar aspectos determinados requisitos por parte de las obras que 4 p3-63.pmd 4 19/06/2013, 14:04 lo integran: no solo la autonomía formal, sino tam- la obra producida serialmente reitere con fuerza las bién la genialidad individual, la renovación constante, verdades repetidas de su propia historia). Por lo la innovación transgresora y el carácter único y origi- tanto, desde la mirada reprobadora del arte mo- nal de cada una de aquellas obras. El problema es derno, tales expresiones son consideradas meros que estos requerimientos, específicos de un modelo hechos de artesanía, folclor, «patrimonio intangible» histórico (el moderno), pasan a funcionar como ca- o «cultura material». No cumplen los requisitos de non universal de toda producción artística y como la autonomía formal moderna: no son inútiles, en el argumento para descalificar aquella que no se ade- sentido kantiano del término; se encuentran com- cuare a sus cláusulas. Y lo hacen impulsados por las prometidas con ritos arcaicos y prosaicas funcio- razones fatales de la hegemonía, que convierten la nes, empantanadas en la densidad de sus historias perspectiva de un sector en manera única de mirar el turbias y lastradas por la materialidad de sus so- mundo y de enunciarlo. Por eso, ciertas notas que portes y el proceso de sus técnicas rudimentarias. definen el arte realizado durante un trecho corto de La dicotomía entre el gran sistema del arte (fruto su extenso derrotero (siglos XVI al XX), devienen ar- de una creación esclarecida del espíritu) y el circui- quetipos normativos y requisitos ineludibles de toda to de las artes menores (producto de oficios, testi- producción que aspire al título de artística. monio de creencias llanas) sacraliza el ámbito de Esta extrapolación abusiva de los rasgos de la mo- aquel sistema. Por un lado, los terrenos del arte dernidad introduce una paradoja en el seno mismo quedan convertidos en feudo de verdades superio- del concepto de lo artístico. En principio, la clásica res, liberadas estas de las condiciones de producti- teoría occidental del arte entiende que este se cons- vidad que marcan la artesanía y de los expedientes tituye a partir de un misterioso cruce entre el mo- litúrgicos que demanda el culto bárbaro. Por otro, mento estético (el de la forma sensible, el lugar de devienen recogido recinto del artista genial, opues- la belleza) y el poético (el del contenido: el relám- to al ingenioso y práctico artesano o al oficiante pago de un indicio de lo real, la fugaz manifestación supersticioso y exaltado. de una verdad sustraída). Según esta definición, el arte resulta expresión esencial de la condición hu- Dos alegatos mana desde sus mismos orígenes y a través de todo su periplo largo; pero a la hora de aplicar esa defi- No obstante esta desobediencia de los paradigmas nición solo registra como legítimamente artísticos modernos, sigue siendo conveniente hablar de arte los productos que cumplen las exigencias del es- indígena. Este reconocimiento supone asumir la di- tricto formulario moderno. ferencia de las culturas otras: significa admitir mo- Las expresiones del arte indígena, como casi todo delos de arte alternativos a los del occidental e im- tipo de arte no moderno, no llenan esos requisitos: plica recusar un modelo colonial que discrimina entre no son producto de una creación individual (a pesar formas culturales superiores e inferiores, dignas o de que cada artista reformule los patrones colec- no de ser consideradas como expresiones privile- tivos), ni generan rupturas transgresoras (aunque giadas del espíritu. Bajo este título se abogará por supongan una constante renovación del sentido so- el uso del término «arte indígena» mediante dos ale- cial), ni se manifiestan en piezas únicas (aun cuando gatos básicos. 5 p3-63.pmd 5 19/06/2013, 14:04 De la diferencia y sus formas les funciones utilitarias o excelsas finalidades cultu- rales, enredado con los residuos de formas desco- Desde el fondo incierto de la historia y cubriendo el nocidas, oscurecido en sus bordes que nunca coin- mundo hasta sus últimos rincones, diversas socie- cidirán con los contornos nítidos de una idea previa dades no-modernas trabajan la alquimia oscura del de lo artístico. Lo bello apunta más allá de la armo- sentido mediante la refinada manipulación de la apa- nía y de la fruición: despierta las potencias dormi- riencia. Lo hacen entreverando formas y funciones, das de las cosas y las inviste de sorpresa y extrañe- belleza y utilidad: la guirnalda que inflama la frente za; las aleja, quebranta su presencia ordinaria y las del chamán o enaltece la del cazador, las pinturas arranca de su encuadre habitual para enfrentarlas a que ornamentan con opulencia los cuerpos huma- la experiencia, inconclusa siempre, de lo extraordi- nos para divinizarlos o hacerlos rozar el límite de su nario.