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Antropología y economía: apuntes para el debate desde las ciencias económicas Anthropology and economics: discussion notes from economic sciences perspective

Norberto Gabriel Demonte Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional del Litoral, Argentina. E–mail: [email protected]

Resumen Fecha de recepción: 14/06/2015 El objetivo de este artículo es analizar un conjunto de temas donde se Fecha de aprobación: 01/11/2015 entrecruzan las visiones de la economía y la antropología y se discuten en

Palabras clave primer lugar sus límites disciplinares. Seguidamente, se abordan algunos • antropología enfoques de la antropología económica marxista y se analiza el concepto • economía de habitus en relación con la toma de decisiones económicas. Finalmente, • habitus • antropología marxista se reseña un caso etnográfico que cuestiona ciertos supuestos naturali- • consumo zados acerca del consumo.

Abstract The aim of this paper is to analyze a set of issues where visions of the

Keywords economy and anthropology intersect discussing their disciplinary bound- • anthropology aries. Then some approaches Marxist economic anthropology is discussed • economy and the concept of habitus is analyzed in relation to the economic deci- • habitus • Marxist anthropology sions. Finally review an ethnographic case challenging naturalized • consumer assumptions about consumer.

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1. Antropología, circulación y consumo de los bienes y servicios de la economía y etnografía sociedad occidental desarrollada, nunca renunció La demarcación tradicional entre los objetos de al «imperialismo disciplinar» que le otorgaría la estudio de la sociología y la antropología asignó esta facultad de analizar otras sociedades manteniendo última el análisis de aquellas sociedades «dife- sus pautas interpretativas como elementos inne- rentes» al Occidente industrializado (Europa occi- gociables y sosteniendo la universalidad de su dental y Estados Unidos). Por su parte, la economía esquema explicativo. Un texto clásico del Premio y la sociología estudiarían, respectivamente, los Nobel de Economía 1970 señala que las cuestiones aspectos económicos y no económicos de esa zona económicas fundamentales son aplicables a: privilegiada del mundo, que se asumía como la forma «normal» de sociedad humana. toda sociedad, ya sea un estado comunista totalmente colectivizado, una tribu de las islas del Pacífico, una A mediados del siglo XX, las ciencias sociales habían nación industrial capitalista, de un Robinsón fundado sus divisiones disciplinarias en una doble divi- suizo o el mismo Robinsón Crusoe —o, podríamos incluso sión del mundo. Habían considerado que, en nuestro añadir, una colonia de abejas— (Samuelson, 1978:21). mundo, la esfera económica seguía sus propias leyes, y éstas se distinguían de los procesos sociales tal como se Repárese en la amplitud del campo de estudio daban en las otras esferas (política, religiosa, caritativa, propuesto, que hasta incluye a grupos de animales, privada…), y que, en el resto del mundo, había socie- obviamente distintos al hombre en todos los sentidos dades en vía de desaparición caracterizadas por la indis- significativos. También Gary Becker, discípulo del tinción entre las esferas, y en particular, por la incrusta- monetarista Milton Friedman, y Premio Nobel de ción de las interacciones económicas en las relaciones Economía 1992, en línea con la postura mayoritaria sociales (Dufy y Weber, 2009:29). entre los economistas sostiene que «la economía es el estudio de la asignación de recursos escasos para La mencionada división de áreas de estudios1 satisfacer necesidades en competencia» (1977:11). puede resumirse en el siguiente cuadro: Esta posición restringe el campo de estudio de la economía a una faceta puramente instrumental (la Tipo de sociedad Aspecto Ciencia que relación entre fines y medios), minimiza la importancia lo estudia de las interacciones sociales y supone que el principio «Occidental» Económico Economía de optimización rige para la totalidad de los compor- (Europa y Estados Unidos) Otros Sociología tamientos humanos en todo tiempo y lugar. La aplica- Resto del mundo Todos Antropología ción indiscriminada que hace Becker de los principios de la economía neoclásica a los aspectos culturales se aprecia claramente cuando afirma que «es posible Pero este pulcro esquema en realidad nunca fue que el canibalismo se haya eliminado porque la carne llevado a la práctica: la economía pretendió casi humana es dura, o sea, un bien “inferior”» (50). Luego siempre proponer análisis cuya validez se postu- continúa con una frase por demás elocuente: laba para todo tiempo y lugar. Si bien se ha centrado (tanto en sus versiones ortodoxas como en la escuela Creo que el análisis económico es esencial para marxista) en el estudio de la producción, distribución, comprender mucho del comportamiento que tradicional-

(1) Existen otras posiciones que consideran que la sociología y la economía tienen una diferencia metodológica y no temática. 68 Demonte / Antropología y economía: apuntes para el debate...

mente estudian sociólogos, antropólogos, así como otros proceso de hominización hasta la sociedad contem- especialistas de las ciencias sociales. ¡Esto sí que es un poránea, en todas sus facetas y en todas sus loca- ejemplo de imperialismo económico! (12). lizaciones, incluyendo el Occidente industrializado. Más adelante, promediando el siglo XX y cuando Ante semejante afirmación, podemos decir que el colonialismo estaba en retirada, la antropología «a confesión de partes, relevo de pruebas». abordó problemáticas de las sociedades llamadas Una importante excepción a la crítica que venimos «complejas» en un terreno que parecería, en primera desarrollando es la escuela estructuralista latinoa- instancia, reservado a la sociología (campesinado, mericana (iniciada por el argentino Raúl Prebisch migraciones, identidad o marginalidad). a mediados del siglo XX y continuada, entre otros, Del mismo modo, la sociología no sólo enfocó por Osvaldo Sunkel, Celso Furtado y Aldo Ferrer), aspectos de las sociedades desarrolladas (como el que propugnó un análisis circunstanciado de la suicidio, la religión o la anomia) sino que también economía, atendiendo a las particularidades de cada ha postulado políticas a ser aplicadas en los países país. Esta escuela propone estudiar la economía no occidentales, con el objetivo de transformarlos. latinoamericana a través de «una interpreta- Los programas de corte desarrollista de las décadas ción propia, condicionada por la realidad a la que de 1950/60 abrevaron en esta idea, propugnando la pretende ser aplicada» (Sunkel, 1973:17). Muchos «modernización» de las sociedades no «occidentales» textos estructuralistas, como el famoso libro de Aldo a través del fomento de hábitos de consumo y compor- Ferrer La economía argentina. Las etapas de su tamiento económicos supuestamente «racionales». desarrollo y problemas actuales, tratan cuestiones Una primera síntesis superadora del desencuentro vinculadas a las naciones «en desarrollo» como disciplinar que estamos comentando se logró con Argentina (claramente no euro–norteamericana ni el desarrollo de la antropología económica, que al plenamente industrializada). Ello podría ser visto describir los aspectos económicos de distintas socie- como una «intrusión» de la economía en el campo dades puso en entredicho los cimientos de la teoría de la antropología (en este caso de gran interés), económica. Los ejemplos clásicos del «dispendioso» pues se analiza a «otras» sociedades distintas al potlach del noroeste norteamericano o el «desinte- Occidente capitalista industrializado. Por último, a resado» kula del Pacífico cuestionaron la supuesta fines del siglo XX en pleno auge del neoliberalismo, universalidad de la «racionalidad» postulada por la la mayoría de los economistas se posicionaba en la economía para todos los hombres, de todo tiempo y perspectiva teórica descripta y, consecuentemente, lugar. Resulta significativo que el primer trabajo de proponía idénticas políticas económicas, supues- campo etnográfico en sentido moderno, «Los argo- tamente «técnicas», a sociedades absolutamente nautas del Pacífico Occidental» publicado en 1922 diferenciadas en su estructura social. Este accionar por Malinowski, sea precisamente un estudio de fue ampliamente criticado pues implicó la puesta en antropología económica que describe los intercam- marcha de idénticas recetas neoliberales, gestadas bios de bienes que realizan los nativos de las islas por instituciones como el Fondo Monetario Interna- Trobriand. Dentro de la antropología económica el cional, a países de América Latina y de Europa del debate entre formalistas apegados a los postulados Este postsoviética, con resultados desastrosos en de la microeconomía neoclásica y sustantivistas que términos de empleo, justicia social y empleo. privilegiaron la especificidad de cada sociedad para La antropología cuestionó desde sus comienzos resolver sus problemas económicos es considerado esta «gran división» de tareas ya que su primera por algunos autores como la hora más gloriosa de escuela, el evolucionismo, incluyó en su objeto de estos estudios en la década del 60. Dicho debate, estudio a la humanidad en su conjunto, desde el que para algunos ha sido superado por el tiempo, en 69 ciencias económicas 12.02 / 2015 / páginas 67–80 / Divulgación

nuestra opinión sigue atravesando bajo otra termi- análisis de la economía académica, pues «nunca da nología la totalidad de los debates sobre economía, por sentadas las categorías de pensamiento de cien- tanto en su consideración de sistemas «modernos» tíficos y expertos sino que las confronta con las cate- como en el análisis de sociedades «primitivas». gorías de la práctica» (Dufy y Weber, 2009: 18-19). Dentro de este complejo marco de intereses disci- Incrementando la apuesta metodológica aludida plinares «es imposible en la actualidad mantener la concordamos con que «los antropólogos consideran oposición entre sociedades occidentales, supues- el método etnográfico como el único fundamento legí- tamente únicas, y todas las otras» (Dufy y Weber, timo de su oficio» (Dufy y Weber, 2009: 27). 2009:29). Si la antropología clásica pretendía estu- La etnografía económica, entonces, se propone diar la otredad, la diferencia, en América Latina vincular los mundos económico y simbólico, criticando aparece un problema central: ¿Quiénes son los las visiones reduccionistas que ven a los agentes «otros»?¿Los «criollos», mestizos y aborígenes? ¿Los como perfectamente racionales o, por el contrario, «pobres» que viven en los márgenes de las grandes como seres sumidos en el dominio de la costumbre, ciudades? ¿O son los propios investigadores latinoa- la emoción y la rutina. Esta estrategia de análisis mericanos, miembros de las clases medias y en su permite dar cuenta de estos mundos imbricados, mayoría descendientes de inmigrantes europeos? donde los razonamientos nativos presentan facetas El enfoque etnográfico parece ser el posible punto plurales en los que se conjugan acciones racionales de contacto para superar este desencuentro disci- y factores emocionales. De esta forma se tratará, en plinar, rescatando las mejores tradiciones de la la medida de lo posible, de superar posturas tan dife- antropología, y otorgando preponderancia a los signi- rentes como el materialismo cultural, cuya «estrategia ficados atribuidos por los «nativos» a sus conductas es contraria también a numerosas formulaciones que y representaciones. En este sentido es necesario parten de las palabras, las ideas, los valores morales rescatar la distinción emic/etic, diferenciando los y las creencias estéticas y religiosas para comprender significados atribuidos por los actores a sus prácticas los acontecimientos cotidianos de la vida humana» y las categorías utilizadas por los observadores para (Harris, 1985:11), o la perspectiva rigurosamente dar cuenta de las conductas y los pensamientos. En culturalista que se propone como «una crítica antro- contra de las corrientes antropológicas que ponderan pológica de la idea de que las culturas humanas se en exceso la «perspectiva del nativo» y relativizan la formulan a partir de la actividad práctica y, subya- posibilidad de todo conocimiento del mundo socio- cente a ella, del interés utilitario» (Sahlins, 1997:9). cultural, pensamos que es imposible renegar de La etnografía económica cuenta con la fortaleza de su nuestras categorías de análisis (que usamos porque enfoque netamente empírico para estudiar las racio- precisamente las consideramos adecuadas) y que lo nalidades prácticas, contrapuestas a la racionalidad realmente decisivo es una vigilancia epistemológica axiomática postulada por la economía dominante. estricta para que nuestras «prenociones» (al decir de Durkheim) no interfieran en el trabajo de interpreta- ción. La comparación entre el kula y el potlach sólo es posible en el universo de significados del campo 2. Dos vertientes científico, pues desde la perspectiva de los actores de la antropología marxista resultan totalmente inconmensurables. La técnica Una visión diferente se aprecia en las vertientes etnográfica, que conjuga una inmersión prolongada fundamentales de la antropología económica en el terreno con una interpretación de los signi- marxista, que tiene en Godelier (1934) y en Wolf ficados atribuidos por los actores a sus prácticas y (1923–1999) a dos de sus representantes más representaciones, parece un salto cualitativo en los destacados. Compartiendo el mismo enfoque general 70 Demonte / Antropología y economía: apuntes para el debate...

presentan, sin embargo, diferencias que merecen ser o combinados, en el seno de una sociedad concreta» destacadas: Godelier privilegia los aspectos estruc- (289). Su propuesta metodológica es coherente con turales utilizando modelos más abstractos centrados la forma de trabajo desarrollada por Marx, quien en el concepto de modo de producción, mientras que indagó en todas las fuentes etnológicas disponi- Wolf adopta una visión histórica que analiza el proceso bles en su época. Lamentablemente «el conoci- de expansión europea en sus aspectos concretos, así miento de Marx y Engels de la sociedad primitiva como los cambios que produjo en las sociedades de era solo somero» (Hobsbawm, 1987:17) pues sus los llamados «pueblos sin historia». Para Godelier, principales trabajos son anteriores a la expansión la «lógica interna y oculta» de las sociedades es la imperialista europea y la realización de los primeros relación entre la infraestructura y la superestructura,2 trabajos de campo antropológicos, como la expe- donde existe una «jerarquía»: la infraestructura juega el dición al estrecho de Torres llevado a cabo por la papel fundamental y determina «en última instancia» Universidad de Cambridge a fines del siglo XIX. a la superestructura (Godelier, 1976:333). Esta lógica Lamentablemente los esquemas analíticos de las sociedades es «invisible», en forma análoga marxistas, especialmente el propuesto por Engels al concepto de «fetichismo de la mercancía» (cuya en El origen de la familia, la propiedad privada y el apariencia oculta su verdadera naturaleza), que Marx Estado (1884), fueron utilizados con muy poco tino analizara extensamente. Por ese motivo se requiere por dirigentes soviéticos como Stalin (que mono- un esfuerzo intelectual para buscar y descubrir la polizó durante casi todo el siglo XX el pensamiento «causalidad estructural» que vincula forma, función, marxista), quien propuso una secuencia rígida de modo de articulación y condiciones de transforma- modos de producción (esclavitud, feudalismo, capi- ción de las relaciones sociales. Godelier presenta el talismo, socialismo) basada en una perspectiva caso etnográfico de los pigmeos mbuti, cuyo modo de evolucionista unilineal. Esta inapropiada simplifica- producción (recolección y caza «dispersa» en la selva ción omite los estudios de Marx sobre otros modos ecuatorial congoleña) «determina la relación y la arti- de producción y formaciones económico–sociales culación de todas las instancias entre sí» (323). Este (como las germánicas u orientales).3 Particular- modo de producción, según la perspectiva de Godelier, mente el «modo asiático… ya no es más mencio- define necesariamente las pautas que caracterizan a nado en el Materialismo dialéctico e histórico de esa sociedad (dispersión de los grupos, cooperación Stalin (1938)» (44), por lo que el citado esquema en la caza y fluidez de las bandas) y que son necesa- resulta totalmente inadecuado para el estudio de rias para la reproducción social. la realidad extraeuropea, en especial la americana Para él, la búsqueda de la aludida lógica interna de anterior a la conquista española. Debe recordarse las sociedades requiere ineludiblemente del trabajo que Marx «jamás se propuso, como sus epígonos, de campo antropológico pues «un marxista no debe construir e imponer un esquema rígido de evolución prejuzgar la naturaleza ni el número de los diversos unilineal de las sociedades» (Godelier, 1976:16). modos de producción que hayan podido desarro- En cuanto al debate clásico de la antropología llarse en la historia y que pueden encontrarse, solos económica entre formalistas y substantivistas, el autor

(2) En el pensamiento de Marx la infraestructura es la base material de la sociedad en cuanto a la forma de orga- nizar la producción (concretada en el modo de producción). En esa misma tradición teórica la superestructura es el conjunto de fenómenos políticos e ideológicos (derecho, religión, parentesco, etcétera). (3) El concepto de «modo de producción» fue introducido por Marx en el Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política (1859) y refiere a la manera en que se articulan las relaciones de producción y las fuer- zas productivas. Las formaciones económico-sociales refieren a las formas específicas que adoptan los modos de producción en una sociedad determinada. 71 ciencias económicas 12.02 / 2015 / páginas 67–80 / Divulgación

francés sostiene que el mismo no tiene razón de ser Aunque desde fines del siglo XV los europeos influ- sino que la tarea es «reconstruir mediante el pensa- yeron enormemente en todo el planeta, modificando miento los modos de producción que se han desarro- las sociedades que encontraban en su proceso de llado» (332) a lo largo de la historia. Tampoco acuerda conquista, ello no implica que los americanos, afri- con la clasificación de las sociedades propuesta por canos, asiáticos y oceánicos sean «hombres sin Polanyi (con reciprocidad, con redistribución y con historia». Por el contrario, antes de la expansión mercado), pues considera que el aspecto relevante europea existieron contactos, influencias y desa- para el análisis económico es la producción y no la rrollos políticos y culturales en todo el mundo, que circulación (287) y porque «no tiene en cuenta lo esen- Wolf describe con detalle. Tenemos en nuestro país cial de los conceptos de Marx, la noción de modo de ejemplos de esta historia negada, como el avance producción» (17). En su concepción la antropología y inca sobre los Valles Calchaquíes, la araucanización la historia comparten el mismo objeto de estudio pues de la Pampa o el dominio de los chiriguanos sobre «en el marxismo no tiene sentido privilegiar la antro- los chané en la selva salteña. pología con respecto a la historia ni viceversa» (295). Wolf señala que evolucionistas y difusionistas Wolf utiliza, como Godelier, el concepto de modo tuvieron plenamente en cuenta, cada uno a su modo, de producción, pero en su concepción:«La utilidad estas vinculaciones entre grupos humanos. Fue del concepto no radica en el terreno de la clasifica- paradójicamente el exitoso trabajo de campo de los ción, sino en su capacidad para destacar las rela- funcionalistas en el análisis de ciertos grupos (como ciones estratégicas que intervienen en el despliegue los nuer del Sudán o los trobriandeses) lo que llevó del trabajo social por parte de pluralidades humanas a pensar en la existencia de «culturas aisladas», organizadas» (Wolf, 1993: 100). Desde su visión, los cuyos miembros vivían en condiciones prístinas, grupos humanos siempre han mantenido regular- formando grupos «primitivos contemporáneos» que mente relaciones entre sí, influyéndose mutuamente «no tenían historia». Lo cierto es que los antropólogos en un proceso que interconecta a toda la humanidad encontraron culturas «exóticas» para estudiar porque y que hace del contacto cultural un hecho frecuente existió una previa expansión europea de índole colo- y no una situación excepcional. Es por ello que nial, que hacía posible la presencia en el campo de resulta inadecuado el análisis de sociedades sepa- los antropólogos, hecho que generalmente era omitido radas, de «culturas» en sentido funcionalista, tesis de los análisis. Los trabajos etnohistóricos (como los de una gran importancia antropológica. Plantear la de Murra sobre la organización económica inca en existencia de un proceso histórico mundialmente el contexto colonial) evidencian que no existen dos interconectado impugna la manera en que general- historias distintas (una blanca y una negra al decir de mente la historia se construye y enseña, habitual- Wolf) sino que encontramos un solo proceso histórico mente centrada en Europa y donde solo a partir de que comprende a todos los hombres. Por esta razón ella se hace referencia al resto del globo. Un ejemplo nuestro autor integra las historias de Europa y del paradigmático es Hobsbawm, quien describe los mundo en una perspectiva global a través de «una procesos sociales asumiendo que el mundo entero exposición analítica del desarrollo de las relaciones gira alrededor de los acontecimientos ocurridos materiales, que se mueven simultáneamente en el en Europa. También vemos en la estructura de los nivel del sistema general circundante y el micro– planes de estudio de historia que el análisis de los nivel» (Wolf, 1993:39), prestando atención tanto a las procesos europeos está sobre representado y muy particularidades de los grupos dominados como a las pocas veces se menciona, por ejemplo, que hacia formas con que los europeos ejercieron su dominio. el año 900 d.C. las ciudades mayas eran más Para Wolf, la expansión europea se debe a que complejas y populosas que las europeas. el capitalismo tiende necesariamente a dominar 72 Demonte / Antropología y economía: apuntes para el debate...

regiones organizadas en base a otro modo de produc- los agentes significativos y en las interacciones ción, coincidiendo con la crítica de Rosa Luxemburgo entre determinadas categorías de decisiones y las al esquema de reproducción ampliada del capital estructuras» (Furtado, 1974:106). Especialmente propuesto por Marx, y argumentando que esta después de la Segunda Guerra Mundial y en medio reproducción no puede darse solo dentro del sector del proceso de descolonización de África y Asia capitalista sino que requiere colocar mercancías en desarrollado durante los años 60, estos estudios zonas donde rigen otros modos de producción. se preguntaron insistentemente: ¿por qué algunas Una cuestión interesante para los estudiosos de personas mantienen comportamientos tradicionales las ciencias económicas es que Wolf confronta los incompatibles con la «racionalidad» postulada para supuestos neoclásicos sobre el individualismo de el funcionamiento de los mercados «modernos», las decisiones, al sostener que: «El trabajador, el que implica calcular los beneficios de las distintas productor directo, nunca es un Robinson Crusoe acciones posibles y efectuar una previsión del aislado sino alguien que siempre está en relación futuro? ¿Por qué algunos agentes sociales no con otros, como pariente, siervo, esclavo o jorna- calculan las ventajas y desventajas de cada opción lero» (98–99). Si bien rescata el empeño de Gode- ni «optimizan» la relación entre recursos limitados y lier por oponerse al pensamiento dominante cues- necesidades ilimitadas, tal como reiteradamente lo tiona al estructuralismo marxista pues «han dado postula la ciencia económica dominante y lo ense- a la estructura o sistema una teleología absoluta ñamos los docentes de ciencias económicas? (‘causalidad estructural’) que mueve a la gente Bourdieu cuestiona la pertinencia de tales como si fuera portadora del sistema pero que no deja preguntas puntualizando que solo cuando las condi- lugar a la historia o a la conciencia humana» (483). ciones de existencias son previsibles el agente Finalmente, el empeño de Wolf por encontrar el económico puede, efectivamente y concretamente, sentido general de los procesos históricos de largo prever su futuro dado que «la ambición consciente de plazo contrasta acusadamente con las tendencias apropiarse del porvenir mediante el cálculo racional contemporáneas de la academia antropológica, pues: depende estrechamente de las posibilidades de conseguir dicha apropiación, inscritas en las condi- Hoy en día la convergencia de los enfoques marxistas ciones económicas presentes» (Bourdieu, 2011: 84). con la antropología guarda un significado especial para Para dar cuenta de la acción práctica de los los antropólogos, ya que el individualismo neoliberal y sujetos desarrolla el concepto de habitus, entendido el romanticismo egocéntrico exageradamente subjetivo como el sistema de disposiciones que funcionan coinciden en negar que sea posible hacer generaliza- como «principios generadores y organizadores de ciones sobre las estructuras sociales y las culturas (33). prácticas y representaciones» (86), en este caso las vinculadas con el cálculo racional. El concepto de habitus destaca la importancia de la estruc- tura como marco que condiciona la acción aunque 3. El concepto bourdesiano rescata la posibilidad que tienen los actores de de habitus y las decisiones ejecutar una diversidad de estrategias permitiendo económicas «superar las oposiciones abstractas entre lo subje- En un texto basado en sus experiencias en Argelia tivo y lo objetivo, lo consciente y lo inconsciente» Bourdieu analiza cuestiones ampliamente deba- (153). Conviene resaltar en la definición de habitus tidas por la economía del desarrollo, cuyo objeto la importancia de las condiciones de existencia y los de estudio «tiende a concentrarse en la caracte- constreñimientos económicos que éstas conllevan, rización de las estructuras, en la identificación de dado que el habitus se forma a través de «los condi- 73 ciencias económicas 12.02 / 2015 / páginas 67–80 / Divulgación

cionamientos asociados a una clase particular de de disposiciones»). ¿Qué sentido tendría para un condiciones de existencia» (86). En lo que respecta hachero del Chaco o para un alfarero del Noroeste a las sociedades sometidas a procesos de coloniza- en 1920 conocer el cálculo de costos y las técnicas ción, modernización o globalización, la perspectiva de optimización?4 Es interesante observar que la de Bourdieu se presenta como una opción supe- producción argentina de textos sobre costos tuvo su radora de los enfoques centrados en los cambios mayor desarrollo en la década de 1970 (Demonte, estructurales (como el desarrollismo o la teoría de 2009) coincidentemente con un estructura industrial la dependencia) y los que se proponen modificar compleja, decreció junto con el proceso de desin- los comportamientos (como lo hiciera la sociología dustrialización y volvió a repuntar en los comienzos de Gino Germani). Este debate sobre las conductas del siglo XXI, acompañando condiciones de exis- tradicionales y la necesidad de «modernizarlas» tencia que favorecían un análisis meduloso de las no es un hecho del pasado pues se observa en la opciones productivas sustentado en la recuperación agenda del denominado «desarrollo social» surgido de la actividad industrial. Cuando nuestro país pasó en los ‘90 donde muchos «expertos» «producen por momentos de crisis (1975, 1989–90, 2002), y al un imaginario nacional y regional (América Latina) cambiar las condiciones de existencia, el habitus del problemático» (Pantaleón, 2005:56) mientras se cálculo económico se vio sensiblemente afectado. preguntan ¿por qué los ejecutores de políticas El texto de Bourdieu puntualiza aspectos del sociales actúan con «escaso» análisis de la relación habitus de los subproletarios argelinos y describe costo–beneficio y con «ausencia» de racionalidad? la situación que enfrentaban ante la llegada del El potencial heurístico del concepto de habitus capitalismo colonial francés. Pero la potencialidad se puede apreciar en un hecho que toca de cerca a de su planteo es tan relevante que puede aplicarse los docentes de ciencias económicas. Varias mate- a contextos más cercanos en el tiempo y el espacio rias dentro del plan de estudios de ciencias econó- como los barrios pobres de las ciudades argentinas. micas, como «costos», se ocupan justamente del Bourdieu mismo lo señala cuando efectúa un símil cálculo racional de los empresarios sobre precios entre «los márgenes de las ciudades africanas o y organización de la producción. La implantación sudamericanas» (Bourdieu, 2006:121). La tesis de dichas materias en el currículum universitario central es que «el desempleo acarrea una desor- argentino se dio al afianzarse la industrialización ganización sistemática de la conducta, de la actitud por sustitución de importaciones y no antes, pese y de las ideologías» (119) donde gran cantidad de a que en los países centrales esta temática se desempleados son «hombres dispuestos a hacer conocía desde principios del siglo XX. Tal circuns- de todo y conscientes de que no saben hacer tancia es plenamente compatible con lo expuesto nada (…). La búsqueda de trabajo es la única por el autor francés: en la universidad resulta útil constante de esa existencia que se balancea al estudiar el habitus del cálculo económico cuando capricho del azar» (118). Se busca empleo sin aparecen comportamientos de ese tipo en el marco ilusiones de encontrarlo pues el mercado de trabajo de condiciones estructurales apropiadas y, a la vez, es muy reducido, una parte sustancial del mismo cuando hay actores que tienen la posibilidad de es informal, hay exceso de oferta de jóvenes sin desarrollar estas acciones. Dicho en otros términos, capacitación y escasísimas posibilidades de lograr nadie puede calcular costos en el vacío social (sin condiciones de trabajo dignas. En condiciones de «estructuras estructurantes» y sin un «conjunto absoluta inseguridad en el empleo y el trabajo la

(4) Para profundizar los aspectos etnográficos de esta cuestión ver, entre otros, Murra (2002), Trinchero (1995), Belli et al. (2004) y Gordillo (2006). 74 Demonte / Antropología y economía: apuntes para el debate...

vida íntegra, incluso las concepciones acerca de no cuentan con cobertura médica o previsión social las cuestiones más abstractas, están signadas y están permanentemente pendientes de la renova- por el sello de la precariedad y la falta de estruc- ción de su «contrato». Los empresarios no pueden turación. La aludida falta de previsión no se limita estimar las demandas de sus productos, calcular a los aspectos estrictamente económicos sino que sus costos, definir los precios y realizar las inver- comprende al conjunto de las percepciones y apre- siones en medio de la . ciaciones, incluso las de índole estética. Esta forma Finalmente, el habitus económico puede anali- de desestructuración se aplica incluso a los gustos zarse en el ámbito etnográfico a través de la cues- musicales pues «en los trenes del suburbio puede tión de la racionalidad de la organización económica observarse que es recurrente la venta de graba- andina, caracterizada por Murra como un «archipié- ciones en CD que compilan canciones de diversos lago vertical de pisos ecológicos». Los campesinos autores y «géneros» mezclando en el conte- andinos, ante las restricciones naturales para la agri- nido de varios discos» (Semán y Vila, 2008:4). Esta cultura del suelo donde habitan, establecen ciclos de mezcla de géneros puede verse como una faceta producción para distintos cultivos en zonas de dife- de la desestructuración de la vida de la que nos rentes alturas donde «el manejo paralelo de dichos habla Bourdieu, donde los marcos analíticos que ciclos resulta posible gracias a la existencia de insti- permiten identificar y valorar distintas propuestas tuciones que regulan formas complejas de coopera- estéticas no están constituidos. ción entre un gran número de unidades domésticas» Por otra parte, si «en ausencia de empleo regular, (Golte, 1987:14) Estas instituciones de las que lo que falta no es solamente un ingreso asegurado, habla Golte son las estructuras estructurantes que sino el conjunto de obligaciones que definen una menciona Bourdieu, que se integran a disposiciones organización coherente del tiempo y un sistema permanentes («historia hecha cuerpo») con las que de expectativas concretas» (Bourdieu, 2006:120) cuentan los actores para calcular tiempos y activi- luego de varios años de desempleo estructural se dades productivas en un medio aparentemente poco conforma un grupo poblacional que carece de las propicio para la actividad económica. competencias generales para insertarse eficaz- mente en el mercado de trabajo formal. Algo pare- cido ocurre con los efectos que provocan la inflación y el retraso cambiario sobre las expectativas de los 4. Comportamientos agentes económicos en la Argentina contemporánea. inesperados En efecto, cuando el valor de la moneda es incierto Comentaremos en este apartado un caso etnográ- no hay expectativas económicas claras y desapa- fico que cuestiona las ideas habituales sobre el rece la posibilidad de previsión, ya sea para orga- consumo. Los muria son una fracción de los pueblos nizar actividades empresarias o para presupuestar gondo de la India central que se han hecho ricos a consumos futuros. Esta circunstancia afecta tanto raíz de modificaciones estructurales de su sistema a los desempleados como a los trabajadores y a los económico: la expansión de las tierras de cultivo, empresarios, que por diversos motivos se ven impo- el apoyo del Estado y el trabajo sostenido de varias sibilitados de prever el futuro económico. Los traba- generaciones sobre ciertas parcelas arroceras incre- jadores tienen incertidumbre sobre la estabilidad mentó su productividad y ha ubicado a algunos de su fuente laboral pues las empresas reducen muria en condición de disponer para el consumo personal y el estado no reemplaza todas las vacantes de una cantidad de recursos muy superior a la que correspondientes. Los jóvenes tienen trabajos preca- tradicionalmente tenían. Pero estos «nuevos ricos» rios (becas, pasantías, contratos o sus sucedáneos), no quieren, y en realidad no saben, gastar la riqueza 75 ciencias económicas 12.02 / 2015 / páginas 67–80 / Divulgación

obtenida. Como en su sociedad «los actos ostentosos muria, a diferencia de la sociedad occidental, el de consumo que no están incluidos en el marco de consumo tiene «la meta de expresar conformidad, y las festividades públicas sancionadas tradicional- no de manifestar originalidad o individualidad» (Gell, mente, son considerados amenazantes, arrogantes 1991:157); ellos no creen que «más es mejor» sino y disociadores» (Gell, 1991:144), los «nuevos ricos» que adaptan las formas de su consumo a las expec- viven como si no lo fueran, dentro de una auste- tativas de su sociedad en notable contraste con los ridad extrema: su vestimenta y alimentación es hábitos de la «cultura del shopping». Tiri, un muria muy sencilla, al igual que sus viviendas y su vajilla. pudiente, «está resuelto a no participar en tipos de El artículo de Gell es excepcionalmente interesante consumo que lo conviertan en una clase de indi- pues muestra las complejas vinculaciones que se viduo diferente a aquel que se concibe, tanto en sus establecen entre las expectativas de consumo y propios términos como en términos sociales, como las aptitudes y actitudes asociadas al mismo, en moralmente apropiado (163). un contexto de amplia disponibilidad de recursos. Para Douglas e Isherwood (1990), el consumo es Los muria ricos no acumulan por avaricia sino que una faceta del proceso económico habitualmente no encuentran interés en los bienes de consumo; poco estudiada, tal vez por influencia del marxismo para ellos «los artículos ofrecidos por los mercados y su énfasis en los modos de «producción». Además de Bastar carecen de significado o están llenos de posee una valoración negativa pues se lo asocia peligros mágicos» (147) por lo que estos bienes a la «sociedad opulenta» y a un empleo de las modernos jamás se incluyen entre los posibles mercancías ostentoso, vanidoso y superfluo. Pero consumos. Observamos entonces que el análisis del si la economía estudia las condiciones materiales consumo debe integrarse en el contexto cultural pues de producción, distribución, circulación y consumo es indisociable de la valoración social de las mercan- de la riqueza, el consumo «tiene que ser recono- cías, que al consumirse pasan a formar parte de la cido como parte integral del sistema social» (18). El identidad del actor. El conjunto de objetos que posee análisis del consumo en perspectiva antropológica un individuo es una síntesis de su identidad, habla de entiende que las decisiones sobre el mismo no son sus aspiraciones y de la posición que cree ocupar en ajenas al flujo social y obliga a reconsiderar la visión la sociedad, «son algo más que meras envolturas de del hombre como sujeto aislado. Por el contrario, el ‘utilidad’ neutral» (143). Los bienes integran una red consumo tiene una faceta social y cultural ya que de significados sociales y no son solo medios para las mercancías satisfacen necesidades concretas satisfacer necesidades obvias como la alimentación o de los individuos pero son definidas y valoradas el vestido. Casos como el expuesto por Gell muestran socialmente. El tipo de vestimenta, los libros que la pobreza conceptual de los ejemplos tipo «Robinson integran una biblioteca o el modelo de auto tienen Crusoe» utilizados profusamente, que analizan el «valores sociales» que exceden su función primaria consumo como una mera relación medios–fines sin de satisfacer las necesidades de abrigo, lectura o ninguna mediación del sistema social y adoleciendo transporte, pues «un conjunto de mercancías en de un profundo etnocentrismo. En algunos manuales propiedad de alguien constituye un informe físico de microeconomía encontramos frases como ésta: y visible de la jerarquía de valores que suscribe «Otra característica de las preferencias que casi quien lo ha elegido» (19) Así, poseer una variada todos compartimos es ésta: por lo general pensamos biblioteca de antropología o economía puede ser un que más es mejor» (Hall y Lieberman, 2005:137), elemento de distinción entre los entendidos, pero generalizando injustificadamente el comportamiento el significado de ese consumo «intelectual» solo típico de una determinadas sociedad y estructura puede ser apreciado por quien conozca el código de personalidad a todo el género humano. Entre los específico que le permita valorar la calidad o rareza 76 Demonte / Antropología y economía: apuntes para el debate...

de los textos, resultando opaco para quienes no dades, donde «la organización social del hombre le conocen el código, que pueden incluso despreciar impele siempre a desear más bienes materiales de estos consumos. los que tiene en cualquier momento y le hace valorar El consumo también se ha entendido como una tal adquisición material más que la consecución de actividad privada desarrollada fuera del mercado, otras metas sociales» (Dalton,1976:185). El caso donde el consumidor es absolutamente libre en analizado por Gell cuestiona la validez universal sus elecciones. Sin embargo, la mayoría de los del principio de escasez pues para los muria no consumos supone una utilización social de los hay escasez en el sentido de los neoclásicos. La bienes atravesada por juicios morales. Nada como antropología económica ha puesto de manifiesto la la música, que en su inmaterialidad y abstracción complejidad de la motivación que guía las acciones parece totalmente ajena a las disputas sociales, de los consumidores, mostrando que los supuestos para mostrar las diferencias y establecer jerarquías, acerca de un consumidor perfectamente racional, constituyéndose sin duda en«una de las ocasiones con información completa y orientado a la maxi- de exhibición intelectual más rebuscadas» (Bour- mización de su satisfacción, es una construcción dieu, 2000:154). Mientras hay quien circula en auto teórica carente de soporte empírico. Burling se hace con el volumen al máximo escuchando «cumbia» cargo de la anterior crítica admitiendo el carácter para sostener una cierta identidad hay quien hipotético del método de los neoclásicos: «El prin- consideraría este comportamiento una «deshonra» cipio de que nuestra necesidades son ilimitadas cultural. En ambos casos el consumo musical está es una afirmación difícil de demostrar, pero puede referido a la opinión de «los otros» más que al ser un axioma útil que puede suponerse en la base disfrute mismo de la audición. del comportamiento humano y que puede aportar Desde la definición que propusiera Lionel Robbins sentido a buena parte de las acciones humanas» en 1932 la ciencia económica dominante se asume (1976:120). Si estuviéramos realmente ante un como el estudio del comportamiento humano principio general no solo «podría» ser útil y «aportar ante el «principio de escasez», basado en la rela- sentido» sino que seguramente lo haría, pero nos ción entre fines ilimitados jerarquizados y medios encontramos con una verdadera perogrullada más escasos con usos alternativos. Esta relación suma- que con un principio, pues «si las necesidades mente abstracta se encuentra en muchas áreas del materiales del hombre son insaciables, entonces comportamiento humano por lo que los «forma- por definición, existe escasez de los medios para listas» consideran que es aplicable en cualquier obtenerlas» (Dalton, 1976:184). Para Burling, el contexto pues «un axioma central de esta disciplina comportamiento de un consumidor compulsivo es que las necesidades humanas son ilimitadas, orientado por un craso materialismo es típico de la pero que constantemente tendemos a maximizar especie humana, pues sostiene: nuestras satisfacciones» (Burling, 1976:115–116). Esta perspectiva adolece de un claro etnocentrismo No veo razones para que no se deba hablar incluso de por lo que incluso un connotado «formalista» debe la utilidad marginal del cuidado amoroso. Cada hombre reconocer que la economía oficial «necesita una puede considerarse un empresario que manipula a los infusión de relativismo cultural» (Cook, 1976:337). que tiene a su alrededor, comerciando sus productos Pero casos como el de los muria contradicen abierta- del trabajo, la atención, el respeto, etc., con objeto de mente el «principio de escasez», injustificadamente obtener a cambio lo más posible (1976:122). generalizado a todos los tiempos y lugares sin consi- derar que solo en la sociedad occidental existe un Por su parte, los «substantivistas» consideran mecanismo aceitado de exacerbación de las necesi- que el programa formalista de aplicación de la 77 ciencias económicas 12.02 / 2015 / páginas 67–80 / Divulgación

teoría económica neoclásica a sociedades sin un ción apologética del mecanismo del mercado (que capitalismo desarrollado es injustificada. Por el aseguraría una óptima asignación de los recursos contrario, proponen estudiar los temas económicos en función de la disponibilidad de los mismos y a como un proceso institucionalizado, que dota de las preferencias individuales). Por este motivo, en unidad y estabilidad a la producción, circulación nuestra opinión el herramental teórico neoclásico y consumo, considerando que la economía «está resulta tan inconveniente para analizar la economía incrustada y enredada en instituciones económicas de los muria como para entender la economía capi- y no económicas» (Polanyi, 1976:161). Distingue talista actual. dos significados de «lo económico»: el «formal» y Un aporte de Polanyi sobre las limitaciones de la el «substantivo»; el formal está basado en el «prin- economía dominante en el análisis de las economías cipio de escasez» y sería aplicable a economías con «primitivas» es su estudio del comercio, el dinero y mercados formadores de precios mientras que el los mercados, al señalar que existieron a lo largo sustantivo comprende las formas del «intercambio de la historia en formas diferentes a las típicas del con el medio ambiente natural y social» (155) de capitalismo, donde ordenan a los mercados forma- todas las sociedades. Los substantivistas critican dores de precios. El comercio en condiciones preca- la generalización del postulado de escasez soste- pitalistas es específico, tanto en lo que respecta a niendo que «resulta fácil ver que hay elección de las mercancías, las rutas, los medios de transporte medios sin insuficiencia y cómo hay insuficiencia de e incluso los precios, lo que impide hablar de un medios sin elección» (158). comercio «en general», que solo es típico dentro Consideramos que la crítica de Polanyi a los del capitalismo. Un ejemplo etnográfico argentino formalistas es cuestionable pues sostiene que los de comercio regular sin dinero ni mercados forma- postulados neoclásicos no son aplicables a econo- dores de precios es el de los intercambios entre mías sin mercados formadores de precios (que tehuelches y araucanos, donde: «Los manzaneros serían típicos de las economías primitivas) pero sí parecían depender de los tehuelches en su provisión lo son para analizar el sistema de mercados capi- de cubiertas para toldo, así como los últimos, a su talista, donde los significados formal y sustantivo vez, tenían que conseguir de los otros los mandiles de «lo económico» coincidirían. De esta manera la tejidos y los ponchos» (Musters, 2005:275). teoría neoclásica sería una herramienta adecuada Para Kaplan la controversia entre formalistas y para el análisis del capitalismo. Por nuestra parte, sustantivistas, que atraviesa estos debates, podría pensamos que a estos autores «su posición de superarse si se logra «la generalidad de los «forma- compromiso los coloca así en una situación falsa listas» sin perder al mismo tiempo un firme apoyo frente al problema de la ‘escasez’» (Godelier, en el mundo empírico» (1976:227). Sin embargo, a 1974: 251). Kaplan nos recuerda (1976:208) que nuestro entender esta posición omite considerar la la economía neoclásica es criticada porque sus principal razón que sustenta el sistema neoclásico: axiomas dan lugar a un sistema puramente teórico la defensa ideológica de la libertad de mercado, que sin referente empírico, constituyendo una descrip- oculta los procesos de explotación y dominación.

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