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aniversario 60 del desembarco del Suplemento del Boletín Revolución

Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado Cuando nosotros desembarcamos del Granma 82 hombres, aun nos traicionó la inexperiencia, aún nos traicionó nuestra inmadurez como combatientes, y de nuevos un duro revés cayó sobre nuestro esfuerzo, y aquella fuerte experiencia —organizada y preparada con grandes sacrificios— quedó virtualmente dispersa y aniquilada.

Aquello habría podido ser un golpe tremendo para nuestra fe y para nuestra convicción de que aquel era el camino. Sin embargo, nuestra fe y nuestra convicción se mantuvieron inalterables. Creímos que aquel era el camino, ¡y al fin la historia y los hechos, la realidad y la vida, se encarga- ron de demostrar que aquel era el camino!

Y quienes un día nos vimos cercados entre los cañaverales, en numero tan reducido que se podían contar con los dedos de una mano, y han vivido estos diez años de revolución y de luchas, y hoy les hablan y se encuentran frente a un pueblo entero como este, un pueblo formidable como este —que es a la vez forjador y producto de la Revolución—, ¿cómo no hemos de sentir en lo más hondo de nuestras almas la convicción y la fe de que para los pueblos hay siempre un camino, de que para los pueblos oprimidos hay siempre una solución?

Fidel Castro Ruz, 26 de julio de 1963

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 2 Presentación

En saludo al aniversario 60 del desembarco de los expedicionarios del yate Granma, la Ofi­ cina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado ha elaborado el presente suplemento, en el que se abordan acontecimientos vividos por los combatientes, desde el momento que desembarcaron en tierras cubanas el 2 de diciembre de 1956 hasta el 31 de diciembre del mismo año. Los textos fueron seleccionados de El retorno anunciado, de Heberto Norman Acosta, investigador de la Oficina. Aunque en el libro el autor expone la situación de cada expedicionario después de la dispersión de Alegría de Pío, el espacio disponible en este ma­ terial solo nos permite esbozar lo ocurrido con los grupos comandados por Ruz, Raúl Castro Ruz y , y las circunstancias en que cayeron 21 expediciona­ rios. Para una mejor comprensión también hemos destacado las fechas por días, de manera diferente al libro. En el Boletín Revolución del pasado noviembre se publicó la primera parte de este trabajo.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 3 Diciembre de 1956 de Las Coloradas hasta la

Domingo 2 de diciembre de los manglares. Algunos se detienen a coger alien­ Alrededor de las seis y media de la mañana del 2 to. Otros, encabezados por Fidel, se internan ense­ de diciembre de 1956, los expedicionarios del yate guida en la intrincada maraña del manglar. René Granma comienzan a desembarcar. Rodríguez y otros regresan al yate para ayudar en la Fidel ordena a René Rodríguez que se lance al descarga de armas y equipos.4 […] La lucha de los agua sin equipo para conocer la profundidad del lu­ expedicionarios que han desembarcado no ha sido gar. Así lo hace y comprueba que el agua le llega un solo contra el fango y el agua. Ahora hay que hacerlo poco más arriba de la cintura.1 Lo sigue Luis Crespo también contra el mangle. La intrincada red de raí­ y otros compañeros más. Fidel se tira al agua con su ces se hace impenetrable. Los pies se enredan, las mochila, fusil y canana. En el acto se entierra en el armas y equipos se traban en las ramas. Algunos se fango. Lo mismo ocurre a los demás. El bote auxiliar golpean o atascan en el fango hasta el pecho y hay es bajado, pero en cuanto los primeros hombres que ayudarlos a salir. Las espinas y filos de las hojas depositan sus mochilas, armas y cajas de balas, su­ desgarran los uniformes y laceran la piel. Jejenes y ben y se agarran de él, se hunde casi de inmediato. mosquitos los azotan […] Ha transcurrido más de Se busca la balsa de lona, pero no hay con qué in­ una hora y solo han avanzado algunos cientos de flarla.2 Continúan entonces avanzando lentamente metros por la ciénaga. Fidel y muchos otros que se y bien cargados hacia la costa. Al llegar a las prime­ debaten dentro de aquel infierno inacabable se pre­ ras raíces del manglar, amarran la soga que traen y guntan si no habrán desembarcado en un cayo […]. hacen señas para que desembarque el resto.3 Los La duda crece cuando Luis Crespo sube a un tron­ hombres descienden por el costado derecho del co más alto y no ve más que mangle y agua. Ante barco, primero el pelotón de vanguardia. Unos se ellos aparece una especie de laguna salada que es tiran, otros se descuelgan por el cabo de proa. El preciso cruzar con el agua a la cintura, enterrados avance de los expedicionarios se hace muy difícil; en el fango […] resbalan, se atascan, se hunden. Muchos están dé­ Poco a poco la vegetación va cambiando, entran biles por la escasez de alimentos de los últimos días en un suelo más arenoso por el que se tienen que y el mareo. A pesar de todo, avanzan dispersos o abrir paso entre las hojas de la cortadera. Crespo en pequeños grupos con sus fusiles en alto hacia la hace de nuevo las veces de vigía y trepa varias ve­ costa, acercándose lentamente. El agua les llega al ces, hasta que en una ocasión divisa a lo lejos el fin pecho o a la cintura […] del manglar. Los ánimos despiertan. Luego descu­ Exhaustos, empapados y cubiertos de fango, los bre a lo lejos lo que parecen ser matas de coco, indi­ primeros grupos van llegando a las primeras raíces cio de tierra firme. Más adelante observa una casa y, siguiendo instrucciones de Fidel, se encamina hacia 1 Entrevista del autor a René Rodríguez Cruz, agosto de 1984. ella para explorar. 2 Entrevista del autor a Luis Crespo Castro, junio de 1986. 3 Entrevista del autor a René Rodríguez Cruz, agosto de 1984. 4 Ibídem.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 4 Antes de llegar a la casa, sorprende a un campesi­ rez, a dos kilómetros al sur de la de Ángel Pérez, no que viene del horno de carbón que trabajaba, a confundiéndola con la casa de este último […] quien encañona con su pistola y lleva adonde está Por su parte, el grupo integrado por Juan Manuel Fidel, a unos 300 metros a la salida del manglar. Son Márquez, Roberto Roque, José Ramón Martínez, alrededor de las nueve de la mañana. Norberto Abilio Collado, Luis Arcos, Ramón Mejías —No tenga miedo— le dice Fidel a Ángel Pérez del Castillo, Pichirilo, René Rodríguez y Armando Rosabal, el dueño de la casa—. Yo soy Fidel Castro. Rodríguez Moya habían salido del manglar a tierra Somos gente buena y venimos a libertar a Cuba firme aproximadamente a la misma hora que el […] grueso del contingente, pero algo más al norte. To­ Las primeras noticias sobre el desembarco que maron por un camino en dirección nordeste y alre­ recibe el ejército de la dictadura, por una confiden­ dedor del mediodía un avión Catalina los detecta y cia, provienen del segundo teniente Aquiles Chi­ hace un pase rasante con sus ametralladoras sobre nea, jefe del puesto de la Guardia Rural en Niquero, un molino donde los combatientes se resguardan, el que a su vez informó a la jefatura del escuadrón con el único resultado de algunos impactos en el de Manzanillo. Inmediatamente se enviaron órde­ tanque de agua.6 […] nes urgentes de despachar tropas y aviones hacia Mientras, los expedicionarios al mando de Fi­ la zona de Las Coloradas, entre otros el guarda­ del han continuado camino, hasta acampar en un costas 106, surto en Niquero. El buque lanza hacia cayito de monte cercano al camino de El Mijial, a el mangle algunas descargas y ráfagas de ametra­ unos dos kilómetros al este del ranchón. Después lladora, y regresaría después a Niquero remolcando de situar convenientemente los pelotones y fijar los el Granma […] turnos de guardia, el destacamento expedicionario El contingente expedicionario llega hasta un pasa allí su primera noche […] montecito cercano, donde se oculta y efectúan el Esa tarde, por órdenes del capitán Caridad Fer­ recuento del personal. Allí advierten que falta un nández, el teniente Aquiles Chinea había enviado pequeño grupo de ocho combatientes, encabeza­ desde Niquero una patrulla de reconocimiento ha­ dos por Juan Manuel Márquez, que al parecer se ha cia la zona del desembarco, para precisar su ubica­ desviado de rumbo durante el cruce del manglar, ción y cantidad de fuerzas. A su regreso, la patrulla probablemente en algún momento antes de llegar informaba que, aunque no habían podido hacer a la laguna. Son ya un poco más de las once de la contacto con los expedicionarios, los vecinos del mañana […] lugar hablaban de “unos 200 hombres bien arma­ Al poco rato reanudan la marcha. Poco después dos y mandados por el doctor Fidel Castro”. hacen un alto en el claro de un pequeño bosque, A las cinco de la tarde el capitán Gabriel Ulloa donde descansan pues se encuentran extenuados Franquis, ayudante personal del general Martín y hambrientos. Algunos aprovechan para cambiar­ Díaz Tamayo, llegaba con refuerzos a Niquero. El te­ se de ropa o limpiarla un poco de fango. Otros co­ niente Chinea se dirigió con esta fuerza a Las Colo­ men unas pocas cepas de caña y algunas yucas cru­ radas en persecución de los expedicionarios, pero das recién sembradas o un poco de maíz tierno que más tarde recibió noticias de que estos se propo­ encuentran en el lugar.5 nían atacar Niquero aquella misma noche, por lo Durante toda la tarde sobrevuelan y ametrallan que decidió trasladar sus efectivos hacia el poblado la zona una avioneta Beaver de reconocimiento y para reforzar la pequeña guarnición. Poco después, dos aviones Catalina de la Marina de Guerra. Uno una unidad de artillería integrada por cinco oficia­ de estos ametralla el cocal y la casa de Manuel Suá­ les y 89 soldados, a las órdenes del comandante

6 Entrevista del autor a Norberto Abilio Collado Abreu, junio 5 Entrevista del autor a Pedro Luis Sánchez, junio de 1986. de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 5 Juan González Ramos, llegó esa noche al lugar para fatigosa marcha, no se encuentra ni gota de agua. reforzar aún más los efectivos de la tiranía […] Reaparece la aviación, lo que obliga a menudo a in­ Por su parte, Celia Sánchez y Beto Pesant habían terrumpir el avance y ocultarse. Raúl Castro anota arribado esa mañana a Campechuela para trasmitir en su diario de campaña: “Al levantarnos sentíamos las nuevas orientaciones. Pesant salió a entrevis­ como si la tierra se moviera, eran los efectos del tarse con algunos dirigentes del Movimiento en barco que aún nos duraban. Seguimos caminando la localidad, mientras Celia acude a una cafetería en fila india. El avión Catalina de la Marina nos obli­ céntrica del poblado, para esperar a otros compa­ ga a escondernos a ratos”.8 ñeros. De momento la sorprende un gran alboroto, Fidel ha impartido la orden de avanzar a toda cos­ pues tres perseguidoras con policías y miembros ta hacia la Sierra Maestra, aun en el caso de disper­ del ejército llegan al lugar y se bajan con fusiles y sión […] Poco después del mediodía, luego de llenar ametralladoras en un impresionante despliegue, las cantimploras, algunos de agua y otros de miel, y deteniéndola y obligándola a permanecer sentada de recoger unos cuantos boniatos crudos, la colum­ dentro del establecimiento. Pero Celia se las inge­ na prosigue la marcha. Los guían José Rafael y su tío nia para escapar por una de las puertas, ante los Tato Vega a caballo. Se encaminan en dirección al su­ ojos atónitos de los soldados. Después de correr reste, buscando la entrada a una trocha en el monte varias calles, logra ocultarse en distintos patios y que de oeste a este divide las tierras de la Beattie Su­ luego en un tupido marabusal, donde permanece gar Company de las de otros latifundios […] varias horas en espera de que los guardias cesaran El destacamento continúa el avance el resto de su persecución. Con mucho esfuerzo, Celia se arras­ la tarde por un camino bien protegido por árboles, tra por medio del marabú y logra salir a la carretera, solo interrumpido por pequeños descansos […] por donde pasan numerosos camiones y jeeps del El grueso del contingente acampa en el bosque, ejército hacia Niquero, hasta que al fin detiene un mientras Pablo Díaz y un grupo preparan comida vehículo civil. Resulta ser un tapicero de Manzanillo con lo que encuentran en el lugar. Hay agua y la pe­ que ella conoce, se sube al auto y a poca distancia queña ración de arroz blanco y frijoles negros resul­ recogen a Pesant, que la aguarda en un puentecito ta deliciosa […] de la carretera, y continúan viaje. Antes de llegar a La noche ha caído sobre el monte. Fidel ordena Manzanillo, ambos descienden del vehículo para reiniciar la marcha, pero antes pide a Mario Hidalgo no despertar sospechas y siguen camino a pie. Ce­ algún dinero para dejar a los carboneros en pago lia tenía en su cuerpo, sobre todo en la cabeza, va­ por los víveres utilizados. Debido a la oscuridad y lo rias heridas infectadas causadas por espinas de ma­ tupido del monte, se decide acampar no muy lejos rabú y mucha fiebre. Permanecerá oculta durante del lugar […] varios días en distintas casas de la ciudad, tratando Durante la noche se sienten unos tiros. La pre­ de restablecerse.7 ocupación de que pudiera ser una emboscada al grupo extraviado apenas los deja conciliar el sue­ Lunes 3 de diciembre ño. Muchos de ellos, si no todos, tienen los pies Al amanecer, el hambre continúa atenazando los llagados por las botas nuevas. Tato Pérez Vega, el estómagos de los expedicionarios que aún sienten campesino que ha servido de guía durante la jor­ los efectos de la travesía. La columna atraviesa un nada anterior, escapa aprovechando la oscuridad. bosque alto y coposo y, a lo largo de un angosto Ha ido en busca de los soldados para delatar el camino maderero, entran al diente de perro. Las rumbo de la columna, pero los expedicionarios no agudas piedras destrozan las botas. Durante la lo saben entonces.

7 OAH: Entrevista a Celia Sánchez Manduley. 8 OAH: Fondo de Raúl Castro Ruz, no. 40.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 6 Por su parte, el grupo de ocho expedicionarios chivo que envía el campesino Augusto Cabrera, así encabezados por Juan Manuel Márquez y extra­ como dos botellas de miel. Fidel da la orden de em­ viados desde el día anterior en el mangle, después prender la marcha. Prosiguen por la trocha, pero el de dar un rodeo por la zona, tomaban el rumbo de camino se hace cada vez más accidentado […] Agua Fina hacia el sur. Alrededor de las cinco de la A la caída de la tarde la columna continúa la mar­ tarde llegaban a la casa del campesino Augusto Ca­ cha, siempre hacia el este, con Jesús Luis y Pancho brera, en Ojo de Agua de Belic […] Capote de guías, hasta la bodega de Saturnino Igle­ Mientras tanto, las fuerzas de la tiranía intentan sias, ubicada donde termina el monte y comienzan localizar a los integrantes de la expedición. Ese día 3 los extensos campos de caña de la New Niquero la fragata Antonio Maceo se dirige a la zona del de­ Sugar Company. Al paso se compran chorizos, ga­ sembarco procedente de la base de Guantánamo. lletas y cigarros y ya de noche la columna se interna Al mismo tiempo llegan más refuerzos por tierra. Se en los cañaverales […] envía desde Holguín a la tercera Compañía del Ba­ En una de las paradas durante la marcha, algu­ tallón 1 de artillería de costa, perteneciente al Regi­ nos combatientes comen caña despreocupada­ miento 7 Máximo Gómez, de La Cabaña. El propio mente, dejando rastros o hacen chistes y alzan la día se prepara el cerco y se distribuyen las fuerzas voz, a pesar de las reiteradas advertencias. Molesto militares en patrullas y emboscadas por distintos Fidel llega hasta el grupo que alborota y pregunta lugares de la zona, tales como La Esperanza, Juba por el oficial que manda ese pelotón. Raúl Castro del Agua, Río Nuevo, Sevilla Arriba, Los Quemados, se adelanta y asume la responsabilidad. El jefe re­ Pozo Redondo, Belic, Pozo Empalado, Boca del Toro belde tajante lo destituye y ordena que el segundo y otros posibles lugares de salida de la zona. oficial asuma el mando del pelotón. Poco después, Fuerzas del teniente Aquiles Chinea y del capitán el capitán Juan Almeida se presentaba ante Fidel, Ulloa realizaban una extensa búsqueda de los ex­ solicitándole dejar sin efecto la sanción a Raúl, pues pedicionarios, que abarcó las zonas de Río Nuevo, en verdad los combatientes que alborotaban per­ Agua Fina, Alegría de Pío y El Plátano. En este últi­ tenecen a su pelotón y es él quien debe recibir el mo lugar, ya de noche, recibían órdenes del coman­ castigo. El incidente finalmente termina con una dante Juan González de trasladarse a Pilón, pero a simple amonestación y continúan camino.10 […] las tres horas de encontrarse allí, una nueva orden Han llegado a los cañaverales al sur de Alegría de los hacía moverse hasta Mareón, donde establecen Pío. posiciones defensivas durante la noche.9 Este día 4 de diciembre los medios informativos vinculados al régimen comenzaban una feroz cam­ Martes 4 de diciembre paña de desinformación sobre los acontecimientos. Al amanecer, apenas la columna se ha puesto en Entre otros, el diario Tiempo en Cuba reproducía un movimiento, aparece Luis Crespo con el campesino cable de la UP en el que aseguraba que Fidel Castro Augusto Cabrera. Traen la noticia de que el grupo había muerto próximo a Niquero. Mientras tanto, el de Juan Manuel está a salvo en la casa del campe­ ejército continuaba ocupando posiciones en los ca­ sino. De inmediato parten Crespo, Andrés Luján y minos, guardarrayas, cañadas, ojos de agua y otros Augusto en su busca […] puntos estratégicos. Poco después de las ocho de la mañana, cuando El capitán Juan Moreno Bravo, jefe de la tercera la columna se dispone a reanudar la marcha, se pro­ Compañía de Artillería de costa, y el comandan­ duce el reencuentro del grupo extraviado en medio te González Ramos, jefe del Batallón 1, asumían de la alegría de todos. Traen además la mitad de un la dirección de las fuerzas que tienden el cerco al

9 Instituto de Historia de Cuba (IHC): Fondo no. 24 Ejército de la República de Cuba 1952-1958. 10 Entrevista del autor a Enrique Cámara Pérez, marzo de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 7 destacamento expedicionario. Por su parte, el te­ Castro en su diario: “A las 4 p.m. se nos entregó me­ niente Aquiles Chinea y el capitán Ulloa pedían dio chorizo y una galleta a cada uno. En la escuadra autorización al comandante Juan González para de mi pelotón donde yo estaba, también comimos mover sus efectivos hasta los bosques de Agua una salchicha de lata y un traguito de leche con­ Fina, donde suponían que se encontraba el grupo densada por cabeza”.12 expedicionario, por las informaciones de Tato Pérez Desde el día anterior han estado llegando más Vega, el campesino que les sirvió de guía el día an­ refuerzos en camiones. Se estima que las tropas dis­ terior. El comandante González accedía y, a la vez, locadas por toda la zona suman cerca de mil hom­ ordenaba que ambos se unieran a las fuerzas del bres y han sido emplazadas numerosas ametralla­ capitán Juan Moreno Bravo, para que juntos se tras­ doras calibre 30 en emboscadas y otras posiciones ladaran hasta las cercanías del batey de Alegría de estratégicas. La aviación realiza vuelos de observa­ Pío, donde había situado su cuartel provisional para ción y también de bombardeo y ametrallamiento, dirigir las operaciones.11 En una casa de viviendas con aviones Catalina, avionetas Beaver de recono­ se ubicaba la jefatura, al mando del coronel Ramón cimiento, aviones cazas F-47 y F-42, bombarderos Cruz Vidal. B-26 y aviones de transporte militar. La actividad parece indicar que han localizado la ubicación del Miércoles 5 de diciembre contingente expedicionario y se preparan para in­ Después de haber seguido caminando durante tentar aniquilarlos […] toda la noche, la mañana de este día, la columna En horas de la tarde, una compañía reforzada de expedicionaria acampa en el borde sur de los caña­ soldados—alrededor de 140 hombres— al mando verales de Alegría de Pío. del capitán Juan Moreno Bravo, se han acercado a El lugar escogido para acampar no es el más idó­ la posición que ocupan los expedicionarios, por en­ neo. Se trata de un pequeño cayo de monte que se tre la caña y las hierbas del campo situado al frente y a introduce en la caña unos cien metros, cuya vege­ la izquierda de la retaguardia de la columna expedi­ tación no es lo suficientemente densa como para cionaria, siguiendo una dirección casi paralela a la ocultar por completo su presencia. Detrás de la po­ línea del monte. Los guardias se despliegan en fila sición que ocupa la columna, el relieve del terreno india y, al alcanzar la pequeña elevación del terreno muestra una ligera elevación que corre transversal que se interpone entre ambos grupos, el contacto y casi paralelo al montecito que sirve de campa­ con los expedicionarios los sorprende tanto como mento. La altura no permite observar el avance del a estos […] enemigo si viniera en esa dirección. No obstante, Inmediatamente después del primer disparo, se se decide hacerlo debido al estado de agotamiento generaliza el tiroteo. La reacción de los expedicio­ de la tropa y por la presencia, casi desde el mismo narios es diversa. Algunos se protegen en sus posi­ amanecer, de los aviones de reconocimiento. ciones y comienzan a responder el fuego. Varios se La vanguardia ocupa posiciones en el borde ex­ mueven en busca de mayor resguardo tras algún terior del montecito, con un campo de caña al fren­ tronco o una piedra. Otros tratan, en fin, de bus­ te y a la izquierda, y el firme del monte a la dere­ car precipitadamente una salida hacia la caña o el cha. Se colocan las postas de vigilancia casi en el monte […] mismo límite del campamento y no en los accesos. Los disparos de las armas automáticas del ejérci­ Mientras, la mayoría de los combatientes descansa, to en pocos minutos caen como una lluvia sobre el duerme o se pone a comer caña. Algunos se descal­ cayo de monte. Pero la posición inicial del enemigo, zan para curarse los pies llagados […] Relata Raúl del otro lado de la pequeña altura, hace que el tiro

11 IHC: Fondo citado. 12 OAH: Fondo de Raúl Castro Ruz, no. 40.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 8 por ambas partes sea generalmente alto. Una parte rigen hacia la línea del monte más cercana, rumbo de los expedicionarios contesta el fuego y sostiene al sur. la posición por algo más de quince minutos […] Los soldados mantienen sus posiciones a pesar El jefe de la tropa enemiga, capitán Juan Moreno de haber observado el repliegue de los expedicio­ Bravo, ordena un alto al fuego y conmina a los com­ narios. Lanzan granadas y pegan candela a la caña, batientes a la rendición. mientras continúan disparando hacia los puntos — ¡Aquí no se rinde nadie, cojones!—grita el ca­ por donde han visto retirarse a los combatientes pitán Juan Almeida, quien dispara con su pistola […] ametralladora y de inmediato se desplaza hacia el Desde el cañaveral, hacia el cual se ha replegado, estado mayor en busca de órdenes, para luego re­ Fidel sigue impartiendo órdenes a los combatien­ gresar donde su pelotón e indicarles que se retiren. tes que se retiran. A su lado ha llegado Universo Se reanuda el combate […] Sánchez, después de haber abandonado su mo­ El desplazamiento gradual del fuego enemigo chila, botas y otras pertenencias durante la retira­ indica claramente que los guardias están desple­ da, quedando solo con su fusil y algunas balas. Los gándose con intención de rodear a la columna dos disparan con sus fusiles de mirilla. Llega junto expedicionaria. Fidel da la orden de retirada a los a ellos Juan Manuel Márquez, quien entre el ruido combatientes que aún se mantienen haciendo fue­ ensordecedor de los disparos les dice a gritos que go y comienzan a replegarse. ya todo el mundo se fue y deben retirarse porque Desde el cañaveral, al otro lado de la guardarra­ los pueden coger vivos. Pablo Díaz se les incorpo­ ya, Fidel continúa disparando mientras intenta rea­ ra y casi inmediatamente se separa para continuar grupar al destacamento para realizar una retirada disparando desde una mejor posición. organizada, pero en la confusión del combate los Las balas silban alrededor de los tres hombres hombres pierden contacto entre sí dentro de la que permanecen a orillas del exiguo cañaveral, que caña. Los nervios traicionan a algunos, que buscan no ofrece protección alguna. Ante la insistencia de la vía más efectiva para ponerse a salvo. La aviación Juan Manuel comienzan a retirarse entre los sur­ comienza además un intenso ametrallamiento de cos. Avanzan de tramo en tramo, a unos veinticinco toda la zona, que no cesará sino hasta la caída de la metros uno del otro. En uno de los intervalos, Juan noche […] Manuel no llega. La caña es baja y rala, por lo que En medio de la confusión del combate, Raúl resulta peligroso permanecer allí. No obstante, Fi­ Castro se interna en la caña seguido de Ciro Re­ del ordena a Universo retroceder en busca del com­ dondo, René Rodríguez, Armando Rodríguez y Cé­ pañero. Dos veces regresa el combatiente sobre sus sar Gómez. Instantes después los alcanza Efigenio pasos, pero no encuentra a Juan Manuel. Al pare­ Ameijeiras, que había quedado solo en el cañave­ cer, desorientado cambió el rumbo. En vista de ello, ral.13 […] deciden seguir adelante. Luego de atravesar varios Juan Almeida ha llegado donde Che y lo insta cañaverales, llegan a la guardarraya que separa el a retirarse con él hacia la caña. Se les une Reinal­ último campo de caña de un pedazo de monte. De­ do Benítez y más adelante Ramiro Valdés. Cruzan ciden esperar que caiga la noche para cruzar, pues la guardarraya y avanzan en sentido contrario de suponen con razón que la zona está repleta de sol­ donde proceden los disparos, mientras ven la caña dados. Los dos han conservado sus fusiles. ardiendo. Poco después se les une Rafael Chao. Los Cuando empieza a oscurecer, desde la posición cinco combatientes cruzan otra guardarraya y se di­ que ocupan bajo un pequeño arbusto, sienten pasos y ven acercarse una silueta que de lejos pa­ 13 Entrevista del autor a Efigenio Ameijeiras Delgado, junio de rece un soldado. Fidel ordena a Universo disparar 1986. cuando esté bien cerca y este apunta con su fusil de

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 9 mira telescópica. Más próximo a ellos advierte que tan alta en esta parte, hacen un alto para orientarse. se trata de Faustino Pérez y en voz baja lo llama: Ciro Redondo se sube a un tocón ayudado por sus “¡Médico! ¡Médico!”. Luego de cambiar impresiones compañeros, hasta que logra sacar la cabeza y divi­ sobre lo sucedido, los tres combatientes cruzan la sa un monte cercano, al que avanzan rápido al caer última guardarraya en la oscuridad y se internan la tarde. Logran internarse un buen tramo y llegar a varios metros en una pequeña elevación dentro del un bosque bien tupido, con mucho diente de perro, monte, donde pasan la noche alertas, escuchando donde pasan la noche.15 […] el constante movimiento de guardias por la zona. Por su parte, los cinco combatientes del grupo A pesar del factor sorpresa y la superioridad nu­ de Juan Almeida en pocos minutos han cruzado mérica y de armamento, el ejército es incapaz de la última guardarraya y se internan en la espesura. aniquilar la columna expedicionaria. Los soldados Una vez allí comienzan a caminar sobre el diente de disparan desde posiciones muy retiradas, obliga­ perro en un rumbo que suponen los conduce hacia dos a mantener una línea de fuego muy alta por el este, pero dentro del monte les resulta muy difícil las características topográficas del lugar. Además, orientarse. El resto de la tarde, hasta la caída de la se mantienen en sus posiciones sin avanzar per­ noche, cubren una distancia considerable. Sin em­ mitiendo que la mayor parte del destacamento se bargo, apenas avanzan; lo que han hecho es descri­ disperse. bir un gran círculo. Cuando deciden detenerse ex­ No obstante sufrir tres heridos, uno de ellos gra­ haustos, no están a más de un kilómetro del lugar ve que fallece más tarde, el enemigo considera del combate […] que la derrota de los revolucionarios ha sido total. Dispersos y cercados en una zona estrecha y difí­ Jueves 6 de diciembre cil, arrinconados contra el mar, solo será cuestión Al amanecer, Fidel y sus dos compañeros discu­ de tiempo liquidarlos. Ese propio día, un parte del tían qué hacer. Preocupado por la suerte del desta­ ejército informaba que el comandante Juan Gonzá­ camento, Fidel insiste en buscar al personal disper­ lez Ramos, jefe de Operaciones de la zona, luego de so con el fin de reagruparlo. Pero, a instancias de recorrer diversos lugares, entre otros El Plátano, Las Faustino y Universo, se convence de lo inútil de ese Guásimas y Ojo del Toro, había logrado encontrarse intento, pues resulta improbable encontrarlos den­ con el contingente expedicionario en el lugar cono­ tro de los inmensos cañaverales o el impenetrable cido por Las Casimbas, reportando que el número monte que se extiende por los alrededores, sin correr de bajas había sido numeroso.14 el riesgo de ser descubiertos. Confía, además, que Para los 79 combatientes que se retiran del com­ todos los que han logrado escapar cumplirán su or­ bate, la jornada concluye con el sabor de la derro­ den de marchar hacia la Sierra. ta. Ha sido un serio revés para la expedición. En la Discuten sobre la mejor ruta a seguir, pero los dispersión que se produce, muchos quedan solos; criterios difieren. Fidel prefiere permanecer en el otros, en pequeños grupos. No es posible para cada monte y moverse dentro de él hacia el este, en bus­ uno de ellos por separado conocer la magnitud del ca de la Sierra. Faustino opina que es en la caña y desastre ni conocer si Fidel ha sobrevivido. A pesar no en el monte donde podrán encontrar con qué de todo, muchos reafirman la decisión de cumplir calmar el hambre y la sed. Finalmente deciden salir hasta el final su orden: llegar a la Sierra Maestra y de nuevo a los cañaverales.16 comenzar la lucha guerrillera. Los seis combatientes que forman parte del gru­ po de Raúl Castro se han internado en el cañaveral. 15 Entrevista del autor a Efigenio Ameijeiras Delgado, junio de Todos han conservado sus armas. Como la caña es 1986. 16 Entrevista del autor a Faustino Pérez Hernández, septiem­ 14 IHC: Fondo citado. bre de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 10 Los tres combatientes cruzan algunos campos de caña y la maleza. No han comido ni bebido absolu­ caña nueva. Al principio, tratan de orientarse por tamente nada.19 una vieja cerca de piñón retoñado, pero no es fácil Aquella mañana, Raúl Castro y los cinco comba­ conservar un rumbo definido dentro de la caña. tientes que lo acompañan emprenden la marcha Alrededor del mediodía son descubiertos por por dentro del monte en dirección este. Pero ape­ los aviones que han comenzado a sobrevolar des­ nas logran avanzar algo más de un kilómetro, pues de el amanecer. Tratan de ocultarse debajo de desde temprano la aviación enemiga tiene gran ac­ una mata de prendedora, en un lote de caña en tividad por los alrededores […] demolición. Uno de los aviones ametralla a menos Bien temprano esa mañana, Almeida y los cua­ de cincuenta metros y se dan cuenta de que no tro combatientes que le siguen han comenzado a pueden permanecer allí. Después que ha pasado, caminar, adentrándose más en el monte y avan­ corren unos cuantos metros hasta el cayo de caña zando sobre el incómodo diente de perro, escu­ más cercano y se cubren con la paja. El avión vuel­ chando disparos aislados en todas direcciones. Han ve a pasar y ametralla exactamente el lugar que revisado la herida en el cuello de Che y advierten acaban de dejar. Cada vez que el aparato hace un con tranquilidad que se trata de un tiro a sedal, sin pase, se llaman a gritos para comprobar si todos otras consecuencias. Luego de subir con dificultad están vivos.17 algunos pedruscos, topan de pronto con la entrada Aprovechan un momento de calma para cambiar de una cueva al borde mismo del monte, en cuyo de escondite, cruzan corriendo una guardarraya y frente se levanta un enorme jagüey. Están cerca de se hunden en la paja de otro cañaveral a unos cin­ la zona de La Esperanza. cuenta metros de distancia. Rafael Chao, veterano de la guerra española, opi­ A pesar de la tensión y el peligro en que se en­ na que continuar caminando los conducirá inevi­ cuentran, el sueño quiere vencer a Fidel. Sin em­ tablemente a caer en alguna emboscada enemiga, bargo, no concibe que los guardias lo sorprendan por lo que propone ocultarse de día y avanzar solo dormido e indefenso. Al fin lo vence el cansancio, de noche. Deciden, por tanto, refugiarse en la cue­ pero antes asegura la culata del fusil entre sus pier­ va para esperar la noche, con el compromiso de lu­ nas, quita el seguro al arma, oprime ligeramente char hasta la muerte mientras permanezcan allí.20 con el dedo el primero de los dos gatillos —el que Comienzan a descender con cuidado, sujetándose funge como suavizador— y apoya la punta del de las raíces del jagüey. Después de colocar un vi­ cañón debajo de la barbilla. En caso de sorpresa, gía en la entrada, hacen un recuento de las cosas el enemigo no podrá capturarlo vivo. Así duerme que traen para sostenerse, además de las armas. varias horas.18 Todo se reduce a dos cantimploras de agua, algu­ Al caer la noche, los tres hombres avanzan hacia nas vitaminas, cuatro pedazos de caña y una lata de el este hasta un cañaveral más crecido, pero advier­ leche condensada. Luego de tomarse el contenido ten que hacen demasiado ruido. Escuchan además de algunos frascos de vitaminas, abren la lata de le­ disparos y ráfagas cercanas, por lo que compren­ che y reparten una ración para cada uno. Duermen den que hay soldados por todo aquello. De nue­ algunas horas en el interior de la cueva, todos jun­ vo se hunden en la paja de la caña. Han caminado tos por el frío. Aún desconocen la suerte del resto ese día alrededor de un kilómetro por dentro de la del destacamento.21

19 Entrevista del autor a Universo Sánchez Álvarez, junio de 17 Entrevista del autor a Universo Sánchez Álvarez, junio de 1986. 1986. 20 Entrevista del autor a Rafael Chao Santana, junio de 1986. 18 Entrevista del autor a Faustino Pérez Hernández, septiem­ 21 Juan Almeida Bosque: Desembarco, Editorial de Ciencias So­ bre de 1986. ciales, La Habana, 1988.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 11 Pasadas algunas horas, deciden preparar otra decidido resistir el hambrey la sed, esperar que la toma de leche, pero descubren con angustia que aviación cese su hostigamiento y el enemigo levan­ Reinaldo Benítez, encargado de su custodia, había te el cerco que seguramente ha tendido. Hasta el colocado la lata bocabajo en el bolsillo de su cami­ momento, el grupo ha seguido una ruta aproxima­ sa y el espeso líquido se ha derramado todo sobre damente paralela al borde del bosque, calculando el uniforme del combatiente. estar cerca de él. Han resuelto mantenerse dentro del monte para buscar su protección, pero no lejos Viernes 7 de diciembre de los campos de caña, con la intención de proveer­ Los soldados continúan patrullando la zona por se del único alimento seguro por todos los alrede­ donde están ocultos Fidel, Faustino y Universo en­ dores, con todas las precauciones posibles […] tre la paja de la caña. La aviación, en cambio, no Durante toda la noche anterior, Almeida y sus muestra tanta actividad como el día anterior. Los compañeros han seguido avanzando sobre el dien­ tres combatientes pasan todo el día inmóviles. Sa­ te de perro, entre troncos y bejucos del monte. La ben que, mientras no delaten su presencia, es poco sed los atormenta, sobre todo a Che que va heri­ probable que los guardias se decidan a registrar el do en el cuello y ha perdido alguna sangre. Con la interior de los cañaverales. Por eso toman precau­ bombita del nebulizador para el asma logra extraer ciones para no hacer ruido alguno ni movimiento de los hoyitos de unas piedras algunas gotas de que pueda reflejarse en los tallos y hojas de las ca­ agua pútrida con las que los combatientes apenas ñas.22 pueden mojarse los labios. En todo el día no en­ Por la mañana, para saciar un poco la sed, sorben cuentran qué comer […] Sin embargo, tarde en la el rocío de las hojas y Universo, con una bala pri­ noche se deciden a comer algunos cangrejos cru­ mero y luego con la boca, se encarga con mucho dos […] cuidado, para no hacer ruido, de cortar la cáscara de una caña hasta obtener unos pedacitos, que es Sábado 8 de diciembre todo lo que comen durante el día.23 Aún no ha des­ Es un día triste en el destino de un buen núme­ aparecido en el ánimo de los tres la amargura por el ro de expedicionarios. Al amanecer de ese día, el revés sufrido hace dos días y la posterior dispersión. grupo integrado por José Smith, Ñico López, Mi­ Saben, además, que la Sierra está bien lejos y que guel Cabañas, Cándido González, Mario Hidalgo y para llegar a ella tienen que atravesar muchos kiló­ Chuchú Reyes han llegado por la orilla de la costa metros de montes, cañaverales y potreros llenos de hasta la desembocadura del río Toro y observan en peligro. Suponen con razón que el enemigo ha to­ la margen opuesta una casa sobre una lomita, situa­ mado todas las medidas para impedir que escapen. da en una de las terrazas inferiores que cae al mar. Conocen que la persecución y la vigilancia estarán Es la casa de Manolo Capitán y hacia ella se dirigen. concentradas especialmente en Fidel. Sin embargo, Al llegar vuelven a encontrarse con Tomás David la voluntad de seguir adelante, llegar a la Sierra e Royo, que hacía un rato descansaba en la casa […] iniciar la lucha apenas tres hombres y dos fusiles se Los siete expedicionarios pasan a un cuarto al reafirman a cada instante. fondo de la casa para cambiar impresiones y se sus­ Ese día los combatientes del grupo de Raúl per­ cita una fuerte discusión […] Royo, muy debilitado, manecen en el mismo lugar. Al igual que Fidel, ha ha decidido entregarse. Smith sostiene que, si sa­ len, les sucederá igual que a los del Moncada, serán asesinados. Hidalgo propone esperar a los soldados 22 Entrevista del autor a Faustino Pérez Hernández, septiem­ bre de 1986. y resistir con las armas que tienen, hasta morir. Pero 23 Entrevista del autor a Universo Sánchez Álvarez, junio de solo cuentan con un fusil y dos pistolas, pues por el 1986. camino han abandonado todo lo que les impedía

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 12 la marcha. Otros opinan que con solo tres armas no Va entonces a donde están Smith y Cabañas, saca podrán defenderse y apenas tienen fuerzas para su pistola y los remata. Después interroga a Ñico y virar atrás. Chuchú Reyes está en desacuerdo y ha a Royo, y les dice: decidido regresar al monte aunque sea solo. — Bueno, ya a ustedes les llegó la hora. Chuchú sale por el fondo de la casa con su pisto­ — ¿Me van a matar? —pregunta Ñico […] la y camina lo suficiente para que los guardias no Cándido González se ha escondido por los alre­ vean por dónde ha tomado. El campesino les afir­ dedores, entre la hierba de guinea. Sobre las tres ma a los que han quedado en la casa que es amigo de la tarde, un marinero lo descubre y lo mata. Los del sargento Matos, con quien va a hablar para ges­ cadáveres son llevados a la playa y dejados allí, a la tionar el asunto. Recoge entonces el fusil y una de intemperie, hasta el otro día […] las pistolas que aún conservan y se dispone a bajar. — Sí, te voy a matar. Sobre las ocho de la mañana, Manolo Capitán El combatiente se pone de pie y Laurent le dispa­ llega a toda carrera en una yegua hasta la bodega ra tres veces a quemarropa. Seguidamente asesina de Juan Peña, en Corcobao. A toda voz le informa a a Tomás David Royo.25 […] este que un grupo de expedicionarios que están en Después de haber caminado una larga jornada, su casa se van a entregar y le enseña una pistola y esa noche los expedicionarios Raúl Suárez, René O. varias balas que lleva en su alforja. Se desmonta Reiné y Noelio Capote llegaban a Boca del Toro y y va a la casa de Orestes Domenech, donde habla se aproximan también a la casa de Manolo Capitán. por teléfono con el sargento Pedro Matos, jefe del Este los hace entrar y, luego que los instala, avisa puesto en Pilón. Al regresar le indica a Juan que una vez más a la marina. no debe moverse de allí, para subir a su casa con Poco después de las diez y media de la noche, lue­ Domenech y presentarlos. Al poco rato arribaba el go de hacer algunas señales con linternas, los mari­ sargento Matos con tres guardias más en un jeep, nos bajan a la playa con los tres expedicionarios pri­ recogen a Juan y lo llevan hasta Ojo del Toro […] sioneros. Allí los interrogan, les ocupan documentos Los expedicionarios comienzan a bajar la loma, y objetos personales, y cuando terminan les dicen: acompañados por los dos campesinos […] Sue­ — Bueno, viene una lancha para llevarlos a curar. nan varios disparos. Cabañas y Smith caen heridos. Párense ahí en hilera y pongan la vista al mar. Royo se lanza por el farallón. Cándido y Ñico corren Los tres ponen las manos en alto y dan la espal­ hacia el fondo de la casa, mientras Mario Hidalgo da a los marinos. El campesino Orestes Domenech huye por los matorrales, bordea la casa y sale otra está detrás de una mata de uva caleta y ve cómo un vez al farallón.24 marino de apellido León, cumpliendo órdenes de Juan Peña baja hasta la playa, encuentra a Royo Laurent, toma una ametralladora y, con una larga muy golpeado y comienza a subir con él. Un guar­ ráfaga, asesina por la espalda a los tres indefensos dia se le acerca […]. Empiezan a prepararse para sa­ prisioneros.26 lir, en tanto Smith y Cabañas quedan heridos en el Poco antes del amanecer, el grupo integrado por suelo. Pero no bien han comenzado a bajar, cuando Armando Mestre, José Ramón Martínez, Luis Ar­ ven venir al teniente Izquierdo. Lo sigue el teniente cos Bergnes, Gino Doné, Armando Huau, Rolando Julio Laurent, del Servicio de Inteligencia Naval, y Moya y Enrique Cueles llega a la zona que enmarca un civil. Laurent molesto se dirige a Matos: el río Toro hacia el norte de la Boca. Cruzan el río y — ¡Oye, enseña los pantalones! Parece que tú es­ suben por el arroyo de los Chorros hasta la casa de tás con Dios y con el diablo. Eutimio López […]

25 OAH: Entrevista a Juan Peña. 24 OAH: Entrevista a Orestes Domenech. 26 OAH: Entrevista a Orestes Domenech.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 13 No bien han subido la alta loma que da naci­ Al anochecer, alistan la camioneta y tres camio­ miento al arroyo de Los Chorros, son detectados nes con soldados para conducir a los expediciona­ por la aviación que comienza a hostigarlos. Corren rios a Niquero. En el batey se encontraban presos tomando distintas direcciones. Mestre, Arcos y José también Jimmy Hirzel, Andrés Luján y Félix Elmuza, Ramón pasan el firme de la loma en dirección al río capturados al atardecer en los cañaverales cerca­ Toro, mientras el resto se dirige al Ocuje. Los tres nos a Alegría de Pío y conducidos allí. primeros entran por el callejón del Muerto y llegan Esa noche sacan a los seis combatientes y los al potrero de Salazar, a orillas del río, donde esa pro­ montan en la camioneta con algunos guardias. pia mañana son sorprendidos por los soldados […] Cuando Sergio Pérez va a subir al vehículo le indi­ Aquella mañana, el teniente Aguirre con el ma­ can que baje, pues está a salvo, y que monte en el rinero Roberto Frómeta y el soldado Regalón, este segundo camión. Parte la caravana con la camio­ último chofer y práctico, habían arribado en una ca­ neta y los tres camiones. Cuando apenas han cami­ mioneta a la casa del colaborador del ejército Saúl nado dos kilómetros, la camioneta que va delante Sánchez, en Las Guásimas. De momento, llegó un conducida por Regalón se introduce en una vereda campesino informándoles que el ejército había sos­ del monte Macagual, bajan a los prisioneros y se tenido un encuentro con un grupo de expediciona­ sienten unas ráfagas. Los seis expedicionarios son rios en Boca del Toro y había muertos […] asesinados con las manos atadas. Apenas han caminado un kilómetro cuando en Los soldados que vienen en los camiones se ti­ un potrero encuentran a tres expedicionarios des­ ran al camino, gritan que son atacados y disparan al armados y en deplorables condiciones físicas. Son monte simulando un combate […] Mestre, José Ramón y Arcos. Esa mañana, René Bedia, Eduardo Reyes Canto — ¡Tírense bocabajo, rápido! —le gritan los sol­ y Ernesto Fernández han llegado a la zona de Pozo dados. Empalado. Siguen avanzando extenuados y con Enseguida Regalón les amarraba las manos a la sed por los cañaverales. Poco antes del mediodía, espalda y regresan con los prisioneros a Las Guá­ divisan un bohío y discuten sobre la conveniencia simas.27 Cuando llegan, se encuentran con otro de acercarse para conseguir alguna comida y agua. prisionero a quien no conocen. Es Sergio Pérez, Pero no hay nadie en la casa, toda la zona ha sido al el hijo de Crescencio, que esa mañana recorría la parecer evacuada, por lo que continúan por dentro zona del Toro en busca de expedicionarios y sobre de la caña. Bedia va delante de guía, lo sigue Eduar­ las nueve de la mañana resultó detenido y condu­ do y un poco más separado Ernesto. Ya oscuro, ven cido a la casa de Saúl Sánchez. Allí registraron el un arroyito y deciden salir de la caña, bordeando saquito que traía, donde llevaba algunas botellas el camino. No advierten que en el platanal que les de agua, latas de salchichas y sardinas. Al resultar queda a la izquierda están emboscados alrededor sospechoso, fue maniatado también de pies y ma­ de veinte soldados pertenecientes a la tercera com­ nos. Sobre las cinco de la tarde arriban al cuartel pañía del Batallón 1. provisional que el ejército ha instalado en el batey Se aproximan al arroyito y se agachan para tomar de Alegría de Pío, repleto de soldados y camiones. agua. Una ráfaga de ametralladora calibre 30 barre De inmediato, encierra a los cuatro prisioneros en el lugar. Los soldados disparan a mansalva. Ernesto una habitación para interrogarlos. Sergio Pérez es no ve caer a Bedia ni a Eduardo. Luego de un rato liberado de toda sospecha, lo desatan y separan de intensa balacera, casi arrastrándose por el fan­ de los otros tres.28 […] go, logra alejarse río arriba, siguiendo el curso del cauce. Más adelante, marca en su huída algunas 27 OAH: Entrevista a Saúl Sánchez. huellas en una dirección y toma otra, tratando de 28 Entrevista del autor a Sergio Pérez Zamora, julio de 1986. despistar a sus perseguidores. Logra salir al fin a un

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 14 montecito más arriba, casi por detrás de la posición cercano de camiones y algunos disparos en esa di­ de los soldados. Camina toda la noche solo conser­ rección, les hace desistir de su plan […] vando su cantimplora, pues en el arroyo dejó su fu­ Temprano esa mañana, los combatientes del gru­ sil y mochila.29 po de Almeida reinician la marcha por sobre el dien­ Un poco más al norte, en Media Luna, es posible te de perro, en busca de agua. Aviones sobrevuelan que la noche de ese 8 de diciembre el expedicio­ la zona, pero avanzan protegidos por el monte. Ca­ nario Miguel Saavedra fuera asesinado, tras haber minan a ratos, tomando largos descansos. La sed y sido hecho prisionero el día anterior por el capitán el hambre los atenaza. Caridad Fernández. Su cuerpo es enterrado en el Cerca del mediodía alcanzan el borde de las terra­ propio lugar del combate en Alegría de Pío, junto a zas superiores de la costa, a la altura de Punta Es­ los otros tres combatientes caídos allí. calereta. A sus pies, el farallón cae en escalones de Hasta varios días después Fidel no conocerá el unos cincuenta metros de altura cada uno al mar. trágico destino de estos compañeros. Ese día 8 Abajo, casi a la orilla, observan una pequeña laguna continúa oculto en el cañaveral, en compañía de al parecer de agua dulce. Después de mucho bus­ Faustino Pérez y Universo Sánchez. A pesar de las car por dónde bajar, al cabo encuentran un paso penalidades a que se hallan sometidos, en su rígida practicable y comienzan el difícil descenso. Van voluntad no caben el abatimiento y la desespera­ descolgándose, agarrados las manos y los pies de ción, que han llevado a algunos de los expediciona­ los agudos salientes del farallón. A medida que rios capturados a la rendición e, incluso, a la muer­ avanzan, el sol calienta con más fuerza. En el tra­ te. Junto a sus compañeros, resiste y espera […] bajoso descenso va cayendo la tarde y pierden de Ese propio día, Raúl Castro describe la actividad vista la laguna que buscaban. No saben que, en ya habitual todas las mañanas para su pequeño definitiva, las pocetas que han visto son de agua grupo de combatientes: salobre y, si la beben, no harían más que redoblar “Nos levantamos temprano, como de costumbre su sufrimiento. y fuimos a buscar caña, dos cubrimos la retaguardia. Al anochecer no han podido aún llegar abajo y Al regreso, no encontramos nuestro campamento. en la última terraza se tienden extenuados sobre el Hoy pensamos acercarnos por la tarde a un bohío diente de perro, entre algunos arbustos espino­ que debe estar cerca, guiándonos por el ladrido de sos […] los perros y el cantío de los gallos que hemos oído Hasta el 8 de diciembre, el contingente expedi­ en otras oportunidades. A las 8 y 40 empezó un cionario ha sufrido 25 bajas, 20 en combate o asesi­ solo avión a dar vueltas bastante largas. No hemos nados posteriormente, un herido que logra salir del sentido más nada por la mañana. Siguió dando al­ cerco y 4 prisioneros. gunas vueltas el avión, pero bastante lejos de aquí. Son en estos momentos las once de la mañana. ‘Sin Domingo 9 de diciembre novedad en el frente’. La tiranía prosigue su campaña de desinforma­ La intención de Raúl de acercarse a la casa para ción. Titulares de prensa reflejan informaciones so­ observar tiene el objetivo además de tratar de ob­ bre grandes contingentes de tropas que han sido tener alguna información 30 […] Pero atardeciendo, enviadas hacia la zona de operaciones, lo que per­ luego de caminar media hora en busca del bohío, mite predecir el rápido exterminio del contingente el incesante vuelo de los aviones, así como el ruido expedicionario. Se lanzan volantes sobre toda la zona garantizando la vida a los que se entreguen, 29 Entrevista del autor a Ernesto Fernández Rodríguez, junio mientras se trata de silenciar o desvirtuar la verdad de 1986. sobre las circunstancias de la muerte de los comba­ 30 OAH: Fondo Raúl Castro Ruz, no. 40. tientes que son asesinados.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 15 Ese día 9 Fidel y sus dos compañeros continúan en la penumbra perciben unos hombres que duer­ en la caña. Después de cuatro días, los pocos tallos men. Almeida se acerca pistola en mano […] que los combatientes se han atrevido a arrancar, Camilo y sus dos compañeros [Pancho González después de roerlos con los dientes, no alcanzan y Hurtado], en la retirada, habían tomado un rumbo para atenuar el hambre que retuerce sus estóma­ paralelo al del grupo de Almeida. Durante tres días gos. Al amanecer, aplacan su sed a medias con el sufrieron la misma incertidumbre, hambre y sed. rocío de las hojas que lastiman sus labios. Enterra­ Esa misma tarde encontraron el ranchito, construi­ dos en la paja, bajo el implacable sol del cañaveral, do seguramente por algún pescador, y se tendieron el calor los asfixia. No pueden moverse, por temor a exhaustos a dormir resguardados del sol, incapaces ser descubiertos en cualquier momento por la avio­ de dar un paso más. neta que no cesa de sobrevolar. Por el contrario, al La alegría del encuentro hace olvidar de momen­ caer la noche el frío y la humedad les calan el cuer­ to todas las penalidades pasadas. Unos a otros se po. Apenas pueden hablar en susurros. preguntan sobre la suerte de los demás compañe­ No obstante, en aquellas difíciles condiciones ros y, en especial, de Fidel. Camilo ofrece el último Fidel les habla a sus compañeros sobre Cuba y los pedazo de caña que les queda. Ahora son ocho planes futuros de la Revolución hasta alcanzar la combatientes, todos armados, los que reinician el victoria. Parece disparatado en esta situación, pero camino […] ni siquiera Faustino se atreve a manifestar su es­ La madrugada, Crescencio Pérez arribaba a la cepticismo, pues el entusiasmo y la fe de Fidel en el finca de su hermano Ramón Mongo Pérez, en Pu­ triunfo son contagiosos.31 rial de Vicana, conduciendo al grupo integrado por En el pequeño monte que los protege, permane­ Manuel Echevarría, Gilberto García, Ramón Me­ cen ocultos Raúl y sus compañeros […] jías del Castillo, Pichirilo, y Jesús Gómez Calzadilla. Al amanecer, los combatientes del grupo de Al­ Mongo, militante ortodoxo ya en contacto con el meida continúan descendiendo por los farallones Movimiento, accede a recibirlos. Primitivo Pérez, un de la costa y logran por fin al mediodía llegar a la muchacho que trabaja en la finca, los conduce has­ orilla del mar, aproximadamente a dos kilómetros ta un campo de caña cercano donde descansan y al este de Punta Escalereta. La última etapa del des­ más tarde les lleva almuerzo. Crescencio se reúne censo se efectúa atravesando zarzales casi impe­ con Manuel Acuña y otros campesinos de la zona, netrables, cuyas espinas los desgarran. Por la tarde organizando la búsqueda y ayuda a los expedicio­ continúan avanzando, bajo el vuelo incesante de narios dispersos.32 los aviones […] Esa mañana, su hijo Sergio Pérez había sido libe­ Al anochecer siguen avanzando por la orilla, des­ rado por los soldados y acudía a refugiarse a la casa pués de haber permanecido toda la tarde, devora­ de su tío Mongo, donde relata a los combatientes dos por la sed, tirados a la sombra raquítica de los detalles de su arresto y los asesinatos de sus com­ arbustos que crecen en esta parte de la costa. En pañeros la noche anterior.33 Tras dejar oculto en lu­ una playita excavada en el farallón se refrescan un gar seguro al primer grupo localizado, Crescencio buen rato […] parte de Purial de Vicana para continuar su recorri­ Prosiguen la marcha por los arrecifes de la costa. do […] Por el camino, encuentran entre las rocas algunas Por esta fecha, las luchadoras clandestinas Celia tunas y comen las pequeñas frutas. Sánchez y Eugenia Geña Verdecia partían en ómni­ Almeida y Che van delante, bajo una luna clara. bus de Manzanillo hacia Santiago de Cuba, para tratar De pronto topan con un ranchito junto a la orilla y 32 Entrevista del autor a Manuel Echevarría Martínez, noviem­ 31 Entrevista del autor a Faustino Pérez Hernández, septiem­ bre de 2007. bre de 1986. 33 Entrevista del autor a Sergio Pérez Zamora, julio de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 16 de hacer contacto con Frank País y recibir orienta­ latinosas. En las cantimploras quedan apenas algu­ ciones. Para el viaje, Celia se corta el pelo, se hace nas gotas de agua, que deben racionar. Durante el melena y cerquillo, se ata a la cintura una barriga día se ocultan entre la maleza de la costa. No pue­ postiza que le prepararan la noche anterior y se vis­ den dejarse ver, pues por el farallón una retirada es te con una bata de maternidad. Así, disfrazada para imposible. no ser identificada, sale en el ómnibus con Geña, en Por la noche continúan avanzando lentamente. un viaje lleno de peligros. El vehículo lo registran en Ya casi no pueden caminar. De madrugada llegan todas partes, pero ellas son las dos únicas pasaje­ al borde superior del farallón que enmarca por el ras. Celia logra entrevistarse con Frank en Santiago, oeste la desembocadura del río Toro. Exhaustos, quien le orienta esperar. De regreso se detienen en no intentan siquiera bajar hasta los arrecifes de la el cuartel del Cobre, los soldados la ayudan a des­ costa y se tienden en la roca a esperar el día, para cender para tomar café y conversan sobre el des­ determinar el rumbo a seguir. embarco y la situación de la zona.34 […] Martes 11 de diciembre Lunes 10 de diciembre La tiranía anunciaba una tregua para los insur­ La mañana y la tarde transcurren tranquilas. Fi­ gentes. El coronel Ramón Cruz Vidal los emplazaba del decide que ha llegado el momento de iniciar a presentarse en un plazo de 48 horas, a partir de la marcha hacia la Sierra. Cuando cae la noche, los las doce de ese día, en diversos puntos: las casas de tres combatientes comienzan a avanzar dentro de Manolo Capitán en Boca del Toro, de Daniel Pérez los campos de caña con toda precaución, en fila, sin en Las Guásimas, de Nene Jeréz en El Plátano, de precipitación, sin ruido, separados uno del otro. Pepe Ceruto en La Esperanza y del mayoral Gilber­ Universo, que dejó sus botas en Alegría de Pío, to Castillo en Pozo Empalado, así como a las fuer­ se ha rellenado las medias con paja de caña y ocu­ zas de la Marina de Guerra dislocadas en el faro de pa generalmente la vanguardia. Cuando llegan a la Cabo Cruz y al puesto de la Guardia Rural en Pilón. orilla de un cañaveral, se detienen y cercioran de Aseguraban que serían “respetadas sus vidas” con que en la guardarraya no hay peligro. En ocasiones la finalidad de “evitar inútiles derramamientos de cruzan a rastras, siempre con los fusiles prepara­ sangre”.36 dos.35 Esa noche avanzan unos cuatro kilómetros Fidel, Faustino y Universo pasan ocultos de nue­ en dirección al nordeste, orientándose por la pues­ vo todo el día entre la caña. Al oscurecer reinician ta de sol, las estrellas y un poco por instinto. el avance, tomando las mismas precauciones. Al Este día también Raúl decide emprender camino. poco rato llegan al borde de los cañaverales, cer­ Han esperado casi cinco días en el monte, despla­ ca de Pozo Empalado. Es preciso cruzar entre dos zándose muy poco […] Al igual que el grupo de Fi­ casas que al parecer están vacías. De todas formas, del, han avanzado en la jornada casi cuatro kilóme­ los combatientes pasan con mucha cautela y con tros, en una ruta aproximadamente paralela. los fusiles montados. Solo al entrar al cañaveral los Durante toda la madrugada Almeida y sus com­ perros se percatan y ladran. Después se enterarían pañeros han bordeado la orilla del mar en direc­ que estas casas estaban ocupadas por soldados. ción al este. Cuando amanece, han logrado avanzar Han rebasado la zona de mayor peligro y marchan apenas dos kilómetros. Cada vez sus energías son ahora recorriendo mayor distancia. La silueta de la menores. Logran capturar algunos cangrejos, les Sierra, que ya se perfila entre los claros del monte, arrancan las muelas y sorben crudas sus partes ge­ les sirve de punto de referencia.37

34 OAH: Entrevista a Celia Sánchez Manduley. 36 IHC. Fondo citado. 35 Entrevista del autor a Universo Sánchez Álvarez, junio de 37 Entrevista del autor a Universo Sánchez Álvarez, junio de 1986. 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 17 También esa mañana los seis combatientes del soldado con una carabina M-1 en la mano. Rápida­ grupo de Raúl emprenden de nuevo la marcha. mente regresa donde Almeida y los demás compa­ Poco después de las ocho divisan, entre el rama­ ñeros y abandonan el plan de llegar hasta la casa, je, el mar en la lejanía y hasta ven pasar a un guar­ que en realidad es la de Manolo Capitán. dacostas. Ya en esta zona las estancias dentro del Los combatientes dan un rodeo y comienzan a monte son más numerosas […] escalar el farallón de la terraza superior, pero la luz César Gómez no quiere seguir adelante, está del amanecer los sorprende y no les queda más re­ agotado. Los demás le advierten que si se queda allí medio que buscar refugio en una hendidura de la pueden matarlo, pero insiste. Raúl le plantea que roca. El lugar les resulta un magnífico observatorio. no se entregue hasta el otro día, para darles oportu­ Ante sus ojos se extiende el panorama de Boca del nidad de alejarse, y que diga que estaba solo. Des­ Toro. Con la mirilla del fusil observan la operación pués de recoger el fusil del que se queda, siguen de relevo de la guarnición de marinos que realiza la marcha. Ese mismo día, César Gómez resultaría un guardacostas. Se sienten acorralados, no osan prisionero de los guardias […] siquiera moverse […] Los combatientes han alcanzado el borde de las Ya de noche, los combatientes salen de su escon­ alturas sobre el río Toro. Abajo, las casas que han dite y siguen escalando el farallón, bajo la luz de la visto son las de Ojo del Toro. Al final, en efecto, las luna. Avanzan un kilómetro Ya de noche, los com­ lomas del Muerto y El Chorro anuncian ya la Sierra batientes salen de su escondite y siguen escalando Maestra. Comienzan entonces a descolgarse por el el farallón, bajo la luz de la luna. Avanzan un kiló­ farallón de piedra caliza del Blanquizal, que domina metro por una de las terrazas superiores. Luego de el valle del río Toro. Raúl se adelanta. Cuando va lle­ descansar un rato, pasan por un maizal donde cal­ gando abajo, ve que René Rodríguez le hace señas man un poco el hambre con algunas mazorcas tier­ para que regrese. Han encontrado al expediciona­ nas. Continúan después por el monte el descenso rio Ernesto Fernández oculto en una hendidura de hacia el río. A media noche por fin llegan a la orilla. la piedra. Ha sido quizás una suerte, porque Ernesto Tirados de bruces en el suelo, hunden las cabezas les informa que un poco más abajo, en el río, está en el agua fresca y tragan con avidez hasta saciarse. tendida una emboscada de los guardias. Esa noche Después de llenar las dos cantimploras, cruzan a la se quedan junto a Ernesto […] margen opuesta y comienzan a subir bordeando la Aquella madrugada, Almeida y su grupo se acer­ loma del Muerto. Finalmente penetran en un mon­ caban también a un bohío, cuya silueta se destaca tecito no muy tupido a esperar el día. con la claridad de la luna. Discuten si deben o no llegar hasta él. Che y Pancho González no están de Miércoles 12 de diciembre acuerdo. La vivienda les parece demasiado buena, Al amanecer, después de caminar toda la ma­ como la de un campesino de posición acomodada drugada bajo un intermitente aguacero, Fidel y sus que seguramente es amigo de los guardias. Al fin dos compañeros llegan al alto de La Conveniencia. se decide enviar tres compañeros a explorar. Rami­ Descienden hasta acercarse a una casa situada en ro, Che y Benítez comienzan a acercarse sigilosa­ la cima de una pequeña elevación. Durante toda mente. Los dos primeros se quedan del otro lado la mañana y parte de la tarde permanecen en un de una cerca de alambre, mientras el otro cruza y montecito apostados a menos de 200 metros de la sigue aproximándose a rastras. A los pocos minu­ casa. Se turnan en la observación del bohío y con la tos regresa Benítez a informar que ha visto entre la mira telescópica conocen los movimientos de sus bruma la silueta de un hombre con una escopeta. moradores. Desde atrás, Che también percibe en la penumbra A las cuatro de la tarde, después de no observar la figura y ha podido determinar que se trata de un nada que resulte sospechoso, Fidel ordena a Faustino

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 18 que baje por la ladera hasta la casa para tratar de batientes prosiguen la marcha. La familia se ofrece conseguir información y alguna comida. Al saber a que alguien los acompañe, pero los expediciona­ quién llega, la campesina le dice: rios se disculpan y siguen la marcha esa noche so­ —Ay hijito, preséntese. Anoche estuvieron por los, sin guía. aquí los soldados, pasaron por la casa una cantidad Atraviesan el arroyo Maicito, el río Toro y el cami­ grande, como cuarenta guardias. Allá arriba, en una no de Las Guásimas, suben por la loma del Copal casita que hay allá detrás de esa loma, están los sol­ hasta la loma de la Yerba. Comienza a llover y Uni­ dados. Allá puede ir. Miren lo que han dejado aquí. verso se da a la tarea de construir con ramas y ho­ La señora le muestra a Faustino algunos volantes jas una rústica choza para protegerse, donde llueve tirados por los aviones, donde anuncian la aparente más dentro que fuera. Después de comer el resto indulgencia del régimen para los que se presenten de la comida que traen, los tres combatientes duer­ y a continuación los nombres de varios de sus com­ men muy cerca, pues hace un fuerte frío.39 pañeros muertos o prisioneros. El peso de aquella Hace tres días que Ernesto Fernández está siendo tarde gris cayó cual una enorme piedra sobre el atendido diligentemente por Neno Hidalgo y otros ánimo del combatiente, que siempre recordaría miembros de la familia en Blanquizal. La perspec­ como uno de los momentos más amargos y tristes tiva de calmar el hambre y la sed, reponer fuerzas de aquellos días. y obtener alguna información anima a Raúl Cas­ No obstante, los humildes campesinos nom­ tro y sus compañeros, que desde la tarde anterior brados Daniel Hidalgo y su esposa Clotilde Coello, acompañan a Ernesto […] Cota, le ofrecen lo poco que tienen. De inicio, unas Alrededor de las diez de la mañana llega el joven mazorcas de maíz asado que de inmediato Faustino Juan Bautista Coello, Bao, con otro campesino, en­ lleva a Fidel y Universo.38 viados por Baldomero Cedeño con el desayuno de Al poco rato ya están los tres reunidos en la casa. Ernesto, quienes para su sorpresa encuentran que Toman agua por primera vez en siete días. Se adop­ ya no es uno, sino seis los expedicionarios.40 Prome­ tan enseguida medidas de precaución. Cada uno de ten regresar más tarde con provisiones para todos ellos se sitúa en un ángulo distinto en el interior de y, en efecto, a las dos de la tarde regresan Baldome­ la vivienda y se ordena que nadie puede salir mien­ ro y Crescencio Amaya con agua abundante y un tras estén allí, pues los soldados están muy cerca. suculento almuerzo para todo el grupo. Fidel manda entonces a preparar comida para unos Esa tarde, Raúl se entera de las terribles noticias veinte o veinticinco hombres, a fin de desorientar de los asesinatos de sus compañeros en Boca del con relación al tamaño de la tropa. Toro y otros lugares. Les muestran los volantes lan­ Esa tarde los combatientes sacian su hambre zados por el ejército y poco después escuchan los vieja con lechón, arroz y vianda. Fidel interroga al altavoces de una avioneta conminándolos a la ren­ matrimonio, quienes le informan todo lo que han dición.41 […] oído decir sobre el desembarco y los crímenes que La madrugada de este día, el grupo de comba­ han cometido los guardias con los expedicionarios. tientes encabezado por Juan Almeida ha llegado Le explican también las distintas rutas que pueden a un pequeño monte no muy tupido en el rellano seguir para internarse en la Sierra. de la loma del Muerto, donde se ocultan lo mejor Después de recoger Universo algo de la comi­ da que sobró en una yagua y conseguir un par de 39 Entrevista del autor a Universo Sánchez Álvarez, junio de alpargatas, lo que le permitió botar los mazos de 1986. hierba que tenía metidos en las medias, los com­ 40 Entrevista del autor a Juan Bautista Coello, Bao, junio de 1986. 38 Entrevista del autor a Faustino Pérez Hernández, septiem­ 41 Entrevista del autor a Baldomero Cedeño Tamayo, junio de bre de 1986. 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 19 posible para evitar una sorpresa. El día transcurre de la loma de la Yerba para pasar el día y continuar sin novedad. Ven pasar varias veces sobre sus cabe­ camino por la noche. Durante la mañana y la tar­ zas una avioneta que vuela a baja altura y desde la de escuchan cantos de gallos, ladridos de perros y cual dicen algo con altoparlantes. Almeida y Bení­ otros indicios de una casa cercana, y al oscurecer tez presumen que son exhortaciones a la rendición deciden reiniciar la marcha en su busca. Bajan la de los expedicionarios que aún quedan dispersos, ladera de una loma y encuentran una frutabomba lo cual les hace abrigar la esperanza de que no sean madura que comparten entre todos. Después con­ los únicos que se han salvado hasta el momento. tinúan acercándose, hasta que divisan la casa. En todo el día tampoco han encontrado nada que Fidel le indica a Universo que se adelante, este comer. toca a la puerta y es recibido por un campesino que, Al oscurecer emprenden de nuevo el camino por al advertir el curioso calzado que trae el combatien­ las lomas en busca de la Sierra, cuya silueta ya divi­ te, lo mira con desconfianza. Universo se identifica san entre brumas en la leja-nía. Han llegado a Las y le pide algo de comer, pero el campesino sigue Guásimas y en una casa cercana escuchan música. receloso. El combatiente se apresura en comentar­ Una vez más se suscita la discusión: Almeida, Rami­ le: —No, ahí tengo más compañeros.42 ro y Che opinan que no deben ir; Camilo y Benítez Fidel y Faustino se han acercado hasta una palma que hay que hacerlo de todas maneras y conseguir al lado de la casa y allí esperan. Después de salir a algo de comer. Al fin, se decide que Ramiro y Che se su encuentro, el campesino rápidamente advierte acerquen. Ya están a poca distancia cuando de re­ que los otros dos sí llevan puestas sus botas y cesa pente la música cesa y escuchan una voz: —Vamos su recelo: —Ah, bueno. Ustedes son de la gente de a brindar por todos nuestros compañeros de armas nosotros. Pasen para acá. que tan brillante actuación… Se trata de Rubén Tejeda, quien junto a su herma­ No hacía falta más, son soldados los que están no Walterio vive en la casa y con anterioridad habían festejando la supuesta victoria obtenida. Los dos prestado ayuda a los expedicionarios Gino Doné y combatientes regresan lo más rápido y sigilosa­ Rolando Moya, quienes pasaron antes por allí. mente posible a informar a sus compañeros. Sacan­ El campesino les ofrece algunos boniatos, ñame do fuerzas de donde no hay, los expedicionarios y leche. Mientras conversan después debajo de una continúan camino, tratando de retirarse lo antes mata de mango, Fidel le explica que no pueden posible de la zona. Comienzan a subir el alto de Las quedarse allí, pues tienen que seguir cuanto antes Guásimas. Más allá siguen ascendiendo un estribo hacia la Sierra, donde miles de hombres esperan de la loma del Regino. Avanzan lentamente, tan por él […] cansados que las piernas se resisten a proseguir. En esos momentos llega Walterio Tejeda, el her­ mano de Rubén, que había salido y conversa entu­ Jueves 13 de diciembre siasmado con los combatientes […] En la madrugada, tras una reunión en Palacio del Es tanta la curiosidad de los jóvenes, que Fidel dictador Fulgencio Batista con altos jefes militares, le muestra el fusil de mirilla que trae y les enseña se anunciaba que las operaciones serían suspendi­ cómo apuntar.43 das en la región oriental, al haberse logrado sofo­ Poco después Rubén y Eustiquio Naranjo, que car el brote insurreccional. No obstante, las tropas han mandado a buscar, llevan a los combatientes habían recibido instrucciones para mantenerse hasta la casa de Enrique Verdecia, en El Plátano, alertas y ofrecer garantías a los insurrectos que se presentasen. 42 Entrevista del autor a Universo Sánchez Álvarez, junio de Ese propio día, temprano en la mañana, Fidel y 1986. sus dos compañeros se internan más en el monte 43 Entrevista del autor a Walterio Tejeda Díaz, junio de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 20 donde también les ofrecen algo de comer: pollo y A la una de la madrugada los combatientes del plátanos fritos. Al poco rato, siguen camino. Cruzan grupo de Almeida avistan otro bohío. Ya no les es un firme y caen sobre el arroyo Limoncito, hasta la posible seguir, están casi desfallecidos y necesitan finca de Eustiquio Naranjo, donde Rubén Tejeda se llegar hasta él de todas formas. Luego de una ex­ despide y regresa a su casa.44 ploración, deciden encaminarse a la casa, casi en el Fidel y sus compañeros han hecho contacto final­ mismo firme del alto del Regino. Gerardo Aguilar se mente con toda una red de colaboradores campe­ nombra el campesino que allí vive y la familia los sinos que a lo largo de estos días se ha ido organi­ recibe amablemente […] zando espontáneamente en las zonas aledañas al De inmediato, la familia comienza a prepa­ desembarco, en contacto con Crescencio Pérez y rar comida: harina de maíz y carne, seguido de lo sus hijos, Guillermo García y tantos otros. que Che califica de “un festival ininterrumpido de Luego de un rato en el lugar, Eustiquio Naranjo comida”.46 Los expedicionarios comen hasta hartar­ los ubica en un bosquecito, en la finca de Marcial se, a tal punto que los sorprende la llegada del día Areviches, donde pasan el resto de la noche […]. y ya no pueden salir del lugar. Esa mañana comien­ Este día Raúl y los demás combatientes de su gru­ zan a llegar varios vecinos curiosos, avisados de la po se trasladan, a sugerencia de Baldomero Cedeño, presencia de los combatientes, para conocerlos y a un ojo de agua que está situado algo más arriba, llevarles algo más de comer […] en la falda del acantilado de Blanquizal, para que Los combatientes escuchan los relatos de los ellos mismos puedan coger el agua. Neno Hidalgo campesinos acerca de los asesinatos de sus com­ y los demás campesinos siguen atendiéndoles. Los pañeros, luego de ser hechos prisioneros, así como aviones continúan lanzando volantes con promesas de los que han sido detenidos y de otros grupos de garantía para los expedicionarios que se entre­ que ya marchan a las montañas. Almeida insiste guen. Raúl ha decidido continuar de inmediato la en continuar camino a la Sierra, pero estos le infor­ marcha y pide que le consiga un práctico […] man que para ello será necesario atravesar el cerco Neno Hidalgo se ha encargado de conseguir al­ tendido por el ejército y no podrían con las armas gunos víveres a crédito para el viaje en una cantini­ y uniformes que visten. Solo cambiándose con ro­ ta cercana. Antes de partir, Raúl escribe una nota de pas campesinas y dejando escondidas las armas agradecimiento a Antonio Neno Hidalgo y su fami­ podrían pasar. Alfredo González se compromete a lia, que después firman todos […] Continúa relatan­ guardarlas en su casa, hasta que manden a buscar­ do Raúl en su diario: “[…] Lamentablemente ya no las. Al fin los combatientes aceptan. Solo Almeida podemos irnos hoy, no encontraron al guía. Como y Che conservan sus pistolas ametralladoras. Pablo a las 6 y 30 p.m., ya completamente oscuro, se sintió Hurtado quedaría en la casa de Alfredo González un ruido azotando las copas de los árboles. Rápi­ junto con las armas, pues está enfermo y no puede damente nos dimos cuenta de un fuerte aguacero, siquiera incorporarse. que no duró mucho pero nos empapó. Los sacos Esa misma noche, el resto de los combatientes se disponibles los usamos para proteger las armas y trasladan a otros bohíos. Ramiro y Benítez pasan a después de escampar, cada vez que tocábamos un la casa de Rubén Torres y Ofelia Arcís, en Las Puer­ gajo, nos caía una lluvia de gotas. Comimos unas cas, muy cerca de un terraplén por donde circulan raspaduras de coco que nos habían traído entre camiones del ejército. Camilo un poco más lejos, en las cosas del viaje, pero estaban muy blandas y no la casa de Ibrahim Sotomayor.47 Mientras, Almeida, resistirían la jornada […]”.45 46 Ernesto Guevara de la Serna: “A la deriva”, Pasajes de la guerra revolucionaria. Escritos y discursos, t. 2, Editorial de Ciencias 44 Entrevista del autor a Rubén Tejeda Díaz, junio de 1986. Sociales, La Hababa, 1972. 45 OAH: Fondo de Raúl Castro Ruz, no. 40. 47 OAH: Entrevista a Ofelia Arcís Arcís.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 21 Che, Chao y Pancho González van a la casa de un la zona y les trae arroz con guanajo, pan, leche y hermano de Argelio Rosabal, en el Mamey, donde café. Después de revisarle el recipiente, Universo llegan de madrugada y Cándida, la cuñada de Arge­ le hace señas a sus compañeros y se dirigen a un lio, les prepara enseguida comida. Pero la casa está montecito cercano para conversar con él.50 El cam­ demasiado próxima a la carretera y el campesino pesino les comenta que es ortodoxo y simpatiza decide trasladarlos hasta un montecito, debajo de con la Revolución […] una pequeña caoba, donde les acondiciona el lugar Mientras tanto, Almeida, Che, Pancho González y para que pasen la noche.48 Rafael Chao pasan el día sin novedad, descansando y comiendo cerca de la casa de la familia de Argelio Viernes 14 de diciembre Rosabal, en el alto del Mamey. Esa mañana, Alfre­ El estado mayor del ejército anunciaba que ha do González comentaba en Corcobao los inciden­ dictado las “órdenes correspondientes para que las tes ocurridos en el Alto del Regino el día anterior. unidades tácticas del Ejército regresen a su punto Uno de los que lo escuchan informa a los guardias. de partida, toda vez que, dado el escasísimo nú­ A las tres de la tarde el ejército subía hasta la casa mero de elementos insurreccionales que dispersos de Alfredo, ocupaba las armas y sacaba de la cama y en franca retirada buscan hacer su presentación, a Pablo Hurtado. no es necesario mantener en operaciones las refe­ Al anochecer llega la noticia al bohío de Argelio ridas fuerzas, encargándose a la Guardia Rural del Rosabal, quien ya había avisado a Guillermo García Regimiento número 1 ‘Maceo’, C. H. de capturar y sobre la presencia del grupo.51 Esa misma noche va presentar al tribunal correspondiente a los pocos Guillermo a buscarlos y traslada a los cuatro com­ que queden del referido grupo” 49 […] batientes hasta la casa de Carlos Mas, a unos dos Por otra parte, se conocía que las autoridades tra­ kilómetros de distancia, en el Mamey.52 […] taban afanosamente de localizar a una muchacha Esa noche Guillermo García regresaba a su casa llamada Celia Sánchez, hija de un médico radicado en El Plátano y de inmediato su padre Adrián le in­ en Pilón y de conocidas actividades revoluciona­ formaba: rias en la zona, por tenerse noticias de que sirvió — Ahí está Fidel y dos compañeros más. de guía al grupo expedicionario dirigido por Fidel. — Eso no puede ser. No se ha oído hablar de Fi­ Ese día, Fidel y sus dos compañeros salen del bos­ del por todo esto —le responde Guillermo. quecito donde han pasado la noche y se ocultan en — Bueno, pues yo te garantizo que ahí está Fidel. un potrero de hierba de guinea cercano […] Poco — ¿Y por qué? ¿Él se lo dijo? después del mediodía, observan a un individuo — No, pero es el único que se parece a Fidel. Ade­ vestido con guayabera blanca y sombrero que se más, por su actitud, por las ideas que expresa y por acerca al lugar con un cubo en la mano y mirando el don de mando que tiene. Por eso es Fidel. a todas partes como si buscara algo. Fidel indica a Guillermo parte de inmediato hacia el lugar indi­ Universo que lo intercepte, el combatiente sale a su cado, donde acampa el pequeño grupo de comba­ encuentro y le da el alto. tientes cerca del arroyo, y se produce el encuentro — Los estaba buscando, que les traigo comida con Fidel. El joven campesino le informa entonces aquí —dice el campesino. en detalle lo ocurrido hasta el momento, así como Es Adrián García, que se ha enterado por Eusti­ los grupos de expedicionarios con los que ha quio Naranjo de la presencia de expedicionarios en 50 Entrevista del autor a Universo Sánchez Álvarez, junio de 48 Entrevista del autor a Argelio Rosabal Fonseca, junio de 1986. 1986. 51 Entrevista del autor a Argelio Rosabal Fonseca, junio de 49 Entrevista del autor a Manuel Echevarría Martínez, noviem­ 1986. bre de 2007. 52 Entrevista del autor a Guillermo García Frías, julio de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 22 establecido contacto y que se encuentran en luga­ La conversación se ha prolongado unas dos ho­ res seguros. Fidel le pregunta: ras. Guillermo sale y habla con Marcial Areviches y — ¿Sabe algo de Raúl? otros campesinos del lugar para preparar una co­ — De Raúl no tengo noticias —responde Guiller­ mida en el cañadón. A medianoche Guillermo y mo—. Tengo noticias de Almeida y otros grupos Eustiquio Naranjo recogen a los combatientes y los que han pasado, pero no de Raúl. conducen al lugar. Pero muy rápido ha corrido la Fidel le comenta acerca del encuentro con su pa­ voz entre los vecinos de que Fidel está vivo y en dre Adrián ese mediodía: la zona. Unos diez jóvenes se reúnen allí dispuestos — Aquí estuvo el viejo tuyo. Es el campesino más a incorporarse. Fidel promete aceptarlos, pero más inteligente que yo he conocido. Tiene unas historias adelante, cuando la tropa esté reagrupada y orga­ tremendas. Se sabe toda la historia de la guerra de in­ nizada. Mientras deben quedarse y colaborar con dependencia y de Maceo. Yo no sé de dónde sacó una Guillermo y otros compañeros. anécdota para decirme que soy Fidel. Yo le dije que Después de comer un lechoncito asado, Fidel no, pero a ti te lo tengo que decir: Yo soy Fidel Castro. llama aparte a Guillermo y cambian impresiones Luego de informarle Guillermo sobre todo el tra­ sobre lo que debe hacerse. El jefe revolucionario, bajo organizativo llevado a cabo para localizar y preocupado por conocerse su presencia en el lugar, sacar a los distintos grupos dispersos y enumerarle no quiere perder un segundo y pretende cruzar de los lugares donde estaban ubicados, le comenta las inmediato la carretera de Pilón para adentrarse en operaciones realizadas hasta entonces por el ejérci­ la Sierra. Guillermo, en cambio, no lo cree oportuno to, así como dónde están situadas las emboscadas y le aconseja esperar un día más, pues tiene infor­ y el cerco tendido. maciones de que los guardias levantarán el cerco el Después de someter al joven campesino a un ri­ día siguiente. Al cabo, Fidel accede. guroso y amplio interrogatorio, Fidel le pregunta: Sobre la una de la madrugada, Guillermo con Ig­ — ¿Qué tú vas a hacer? nacio y Baurel Pérez —hijo y sobrino de Crescen­ — No, yo me voy con ustedes —responde Gui­ cio respectivamente— acompañan a los tres expe­ llermo. dicionarios. Dan un rodeo para despistar y siguen — Tú no puedes hacerlo. Tienes que auxiliar a hasta un cañaveral en la finca La Emilia, de Pablo muchos compañeros más. Tienes que ayudarnos a re­ Pérez, en La Manteca, donde deciden acampar bajo coger las armas que se han perdido. Tenemos que una frondosa mata de mango, en espera de la opor­ reorganizar nuevamente la columna con todos los tunidad de poder cruzar la carretera. que aún estén vivos. Los tres campesinos se distribuyen las tareas Seguidamente, Fidel le explica cómo concibe la inmediatas a realizar. Ignacio saldrá a la carretera organización que deben tener los campesinos, de­ a comprobar si el ejército levantará el cerco al si­ sarrollar aún más lo hecho hasta entonces y lograr guiente día y Baurel debe preparar el almuerzo y que todos aporten los recursos de que dispongan, llevárselo, mientras Guillermo regresará para conti­ hasta las viejas escopetas que guardan, para incor­ nuar organizando el traslado de los demás grupos porarse a la lucha. de expedicionarios que permanecen en la zona.53 En aquel momento Fidel le habla a Guillermo Poco después de partir los campesinos, Fidel y con tanta seguridad y firmeza que parece tener a sus compañeros —siempre desconfiados— trasla­ su lado a los 82 expedicionarios con todo su estado dan su campamento a una alturita cercana, desde mayor y sus armas, y no los dos combatientes que donde pueden observar los alrededores.54 solo lo acompañan. Desde ese momento el joven 53 campesino se supo ya incorporado como un solda­ Ídem. 54 do más a la tropa revolucionaria. Entrevista del autor a Universo Sánchez Álvarez, junio de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 23 Raúl Castro y los combatientes que lo acompa­ Mameycito y avisa a su amigo, el guardia rural Fran­ ñan permanecen ocultos cerca de un ojo de agua cisco Moreno. Ambos se disponen a capturarlo […] en una falda de Blanquizal, acompañados por Er­ Aproximadamente a las tres de la tarde, cerca del nesto Fernández y atendidos por campesinos. Unos cruce a Juba del Agua, sorprenden a Juan Manuel hijos de Baldomero Cedeño, vecinos de la Conve­ de inmediato lo conducen a la casa de Manuel Ma­ niencia, fueron a informarle a su padre que, según tamoros, a poca distancia del lugar. La esposa de comentarios, Fidel y dos expedicionarios más ha­ Matamoros, María Josefa Pérez, le da agua, lo ayuda bían pasado por aquella zona y que en una casa les a lavarse y le ofrece un poco de comida, que a Juan dieron comida y siguieron. De inmediato, el campe­ Manuel le cuesta trabajo tragar. En el portal de la sino sube para comunicárselo a los combatientes, casa el guardia lo interroga: quienes lo abrazan emocionados.55 […] — ¿A qué tú viniste aquí? Como el guía sigue sin aparecer, Raúl ordena — Nosotros vinimos a defender una causa —res­ emprender solos la marcha por la noche. Se sepa­ ponde Juan Manuel. ran de Ernesto Fernández, quien está enfermo y — Yo no hubiera querido cogerte a ti, al que con los pies destrozados. Cruzan el río Toro, dejan quisiera haber cogido es a Fidel Castro para ripiar­ a un lado el caserío de Las Guásimas, donde los lo, que por culpa de él nosotros estamos pasando campesinos le han informado sobre la presencia trabajo aquí —exclama el guardia, que le arrebata de una tropa del ejército, y comienzan a ascender su cartera y revisa algunos documentos y fotos que a campo traviesa las primeras estribaciones de la trae—. El expedicionario se adelanta: Sierra […] — Yo me llamo Juan Manuel Márquez y soy abo­ Han llegado a la Loma del Muerto. Muy cerca, en gado. el callejón y el potrero potrero que van dejando a la Poco después, montan al prisionero en las ancas izquierda, fueron sorprendidos días antes por una del caballo de Ignacio Fonseca y parten rumbo al patrulla del ejército los expedicionarios Luis Arcos, campamento del ejército situado en Juba del Agua, Armando Mestre y José Ramón Martínez […] acompañados por el padre del guardia y el joven Lo­ renzo Matamoros, hijo de Manuel, temeroso de que Sábado 15 de diciembre al expedicionario le sucediera algo por el camino.56 Juan Manuel Márquez, el segundo jefe de la ex­ En Juba del Agua lo encierran en la bodeguita de pedición, ha continuado su agónico peregrinar Horacio Fonseca, tío del captor, donde el guardia solo por montes y campos de caña, al tiempo que le quita violentamente las botas para apropiarse de su estado físico se ha ido deteriorando por efecto ellas. Luego es trasladado al cuartel para ser interro­ del hambre, la sed y el cansancio. Tiene el uniforme gado nuevamente por el primer teniente Mario de hecho jirones, el cuerpo arañado y los labios agrie­ la Cal Herranz, quien reconoce a Juan Manuel por tados por lamer el rocío de las hojas de caña. Está haber sido condiscípulo suyo en el Instituto de Ma­ desarmado y todo parece indicar que no ha tenido rianao. contacto alguno con los vecinos de la zona. El pa­ Poco después arribaba al lugar el capitán Caridad sado día 11 la prensa había anunciado su muerte, Fernández, acompañado por otros soldados, quien pero no fue confirmada posteriormente. ordena la entrega del detenido y lo montan en un […] Ignacio Fonseca tropieza con el expediciona­ jeep, con la intención de llevarlo preso a Niquero. rio en un camino cercano a Estacadero. No se de­ Cerca del central San Ramón, los guardias se des­ tiene, sino que sigue hasta un centro espiritista en vían por una guardarraya que atraviesa la colonia

55 Entrevista del autor a Baldomero Cedeño Tamayo, junio de 56 Entrevista del autor a Lorenzo Matamoros Pérez, junio de 1986. 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 24 La Norma. Allí Juan Manuel es golpeado brutal­ Manteca, aguardando por los guías para cruzar esa mente, al extremo de dejarlo por muerto a la orilla noche la carretera de Pilón. Al mediodía, Baurel Pé­ de un cañaveral. rez les ha llevado el almuerzo y al atardecer llega Al anochecer, vuelve Caridad Fernández al pues­ Guillermo García con una lata de arroz con gallina y to de la Guardia Rural del central, y ordena al sol­ algunas noticias del grupo de Almeida. Se sorpren­ dado Celso Modesto Torres que con otros guardias de al advertir que los combatientes se han cambia­ regrese a darle sepultura al expedicionario, seña­ do de lugar.58 lándole el lugar donde encontrarlo. Torres le solicita Aproximadamente a las ocho de la noche inician al joven Blas Antonio López Vega, que vive detrás la marcha. Sirven de prácticos Guillermo, Ignacio y del cuartel y a quien utilizan para hacer mandados Baurel Pérez, los mismos del día anterior. En poco y otros menesteres, busque en el pañol del central más de dos horas de camino a campo traviesa, cu­ un pico y una pala. Esa propia noche Torres, en com­ bren la distancia de La Manteca a la carretera. A pañía de los guardias Arnaldo Jiménez y Pitágoras pesar de que las postas que mantenían el cerco ya Ferros Cámbara, parten en una camioneta con el jo­ han sido retiradas, se detienen un momento antes ven Blas Antonio López hacia la finca cercana a San de cruzar, pues la luna está muy clara y esperan Ramón y a unos 45 metros de la carretera. que una nube la cubra para pasar.59 Con gran cau­ Al pie de una jocuma, encuentran al expediciona­ tela cruzan a rastras la vía por una alcantarilla, em­ rio bocabajo y quejándose, aún con vida. Muy cerca barrados de fango. Desde ese momento, Ignacio del lugar, contempla la escena un sereno del cen­ Pérez será el práctico, pues conoce bien la zona. tral nombrado José María Sorí, conocido por Mayía. Más adelante, llegan inesperadamente hasta la Los guardias piden a Blas Antonio López que con casa del suegro de Ignacio, en Ojo de Agua, lo cual premura abra un hueco un poco más adentro de la preocupa a Fidel. Permanecen allí pocos minutos caña. Una vez finalizado su trabajo, indican al joven y continúan camino sin descanso durante toda la que salga por el camino y después ellos lo alcan­ noche. zarían. Pero este no lo hizo, sino subió al vehículo, Más de treinta kilómetros subiendo y bajando cuyas luces alumbraban el lugar, y pudo observar lomas, atravesando riachuelos, montes, potreros y todo lo sucedido. Vio cómo arrastraron el cuerpo sembrados. Pasan por Las Cajas y suben más ade­ de Juan Manuel hasta cerca del hueco y el solda­ lante con dificultad hasta la cima de la loma de La do Torres lo remató con dos disparos en la cabeza, Nigua, donde hacen un alto para descansar. Es tan­ enterrándolo allí. Al regreso, Torres advirtió al joven to el agotamiento y la tensión de los últimos días, que si hablaba se la iba “a arrancar”.57 que Fidel se sienta en el suelo y al instante se queda Hasta este 15 de diciembre, las fuerzas de la tira­ dormido, pero solo unos minutos. Han llegado casi nía han logrado capturar a 17 expedicionarios del a su destino.60 […] Granma. Otros 21 han muerto, la inmensa mayoría Los combatientes del grupo de Raúl han pasado asesinados a mansalva por esbirros tales como Ju­ el día escondidos en la zona de Los Chorros, po­ lio Laurent, del Servicio de Inteligencia Naval, o el blada de bohíos […] Se mueven con precaución, capitán Caridad Fernández, jefe de la Capitanía de escondidos en la espesura, y consumen los pocos la Guardia Rural en Manzanillo. víveres que traen […] Al atardecer inician de nuevo Todo ese día Fidel y sus dos compañeros han la marcha para acercarse a un bohío […] permanecido ocultos en una alturita cerca del ca­ ñaveral, en la finca La Emilia de Pablo Pérez, en La 58 Entrevista del autor a Guillermo García Frías, julio de 1986. 59 Ídem. 57 OAH: Declaraciones de Blas Antonio López Vega, en Causa 60 Entrevista del autor a Faustino Pérez Hernández, septiem­ no. F-14 de 1987, por el asesinato de Juan Manuel Márquez. bre de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 25 Julián Morales, el campesino que los ha recibido, de los Sotomayor, pues los campesinos consideran vivía agregado en la casa de Faustino Cedeño, en la que ofrece mayor seguridad. Allí siguen atendién­ Loma del Muerto, y conduce al grupo un poco más dolos en todo lo necesario.64Sin embargo, esa tarde abajo, hasta la humilde tienda de Luis Cedeño […] el campesino les plantea que tienen que salir rápi­ Allí Raúl conversa con el dueño, quien le entrega do de la casa, sin otras explicaciones. En verdad, ha una pequeña factura.61 […] recibido un mensaje de Almeida en el que indica Alumbrado por una vela, pues ya está oscuro, que los tres combatientes deben reunirse con él Raúl antes de partir le deja una nota de agradeci­ en el Mamey. Su intención es volver a reagrupar­ miento, similar a la que había entregado el día an­ se para salir lo antes posible a la Sierra y reunirse tes a Neno Hidalgo, que demuestra su inquebranta­ con Fidel. La misma noche Camilo, Ramiro y Bení­ ble seguridad en el triunfo: tez emprenden la subida del firme hasta la casa de El señor Luis Sedeño [Cedeño], el sábado 15 de Carlos Mas.65 Dic. de 1956, facilitó a varios miembros del “26 de Julio” víveres y demás menesteres para que se ali­ Domingo 16 de diciembre mentaran. Dejoconstancia escrita de este favor, En la madrugada Fidel y sus acompañantes ob­ en estos momentos difíciles, para que se tenga en servan un rato los alrededores desde lo alto de cuenta en el futuro, ya que no pudimos pagarle la loma de La Nigua […] El relieve se disuelve en nada; por si nosotros morimos, pueda presentarse suaves colinas, algunas sembradas de caña, otras este documento en cualquier organismo oficial del de verdes potreros y algunos montes. Es la finca El futuro Gobierno Revolucionario. Capitán Raúl Cas­ Salvador de Ramón Mongo Pérez, que se extiende tro Ruz.62 hasta donde el río Vicana y el camino real de Purial El grupo regresa a la casa de Morales, quien su­ corren enlazados a lo ancho del panorama, a dos giere trasladarse a la de Urbino Peña, pues la suya kilómetros de La Nigua. está muy próxima al camino. Allí preparan una Comienza a amanecer cuando el grupo descien­ abundante comida. A las nueve de la noche aban­ de por una falda de la loma. Atraviesan los cafetales, donan el hospitalario lugar para continuar la mar­ dan un pequeño rodeo y salen al borde del potrero cha […] que está al fondo de la casa. Son aproximadamente Este día el grupo de Almeida, Che, Chao y Pancho las siete de la mañana. González, que siguen escondidos en la finca de Car­ Los hombres, muy cansados, se acuestan en un los Mas, en el Mamey, reciben un mensaje de Gui­ pequeño corral contiguo a la casa. A los pocos mi­ llermo García indicándoles que deben permanecer nutos aparece el dueño de la finca, avisado por Ig­ en el lugar, ya que ha hecho contacto con Faustino nacio Pérez, uno de los prácticos. Primitivo Pérez, Pérez. Che anota en su diario: “Pasamos sin nove­ el joven campesino que vive y trabaja en la finca, dad el día, se recibe una nota de G. G. [Guillermo les lleva café. Después de cambiar impresiones con García] indicando que localizó a Fausto [Faustino Mongo, los combatientes son trasladados a un pe­ Pérez], que nos quedemos en el lugar, hay indicios queño campo de caña, entre unas palmas jóvenes, de que se va a dar con Alejandro [Fidel]”.63 donde descansan.66 Fidel se recuesta y queda dor­ Por su parte, Ramiro, Camilo y Benítez han sido mido bajo el sol que comienza a calentar […] trasladados a una cueva dentro del monte en la zona de Las Puercas, a algunos kilómetros de la casa 64 Entrevista del autor a Ramón Marrero Torres, julio de 1986. 65 Entrevista del autor a Reinaldo Benítez Nápoles, agosto de 61 Entrevista del autor a Luis Cedeño, junio de 1986. 1986. 62 OAH: Fondo de Raúl Castro Ruz, no. 40. 66 Entrevista del autor a Faustino Pérez Hernández, septiem­ 63 Ídem. bre de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 26 Con anterioridad, dos grupos de expediciona­ Lunes 17 de diciembre rios habían pasado por este lugar y siguieron. No Fidel y sus compañeros continúan acampados es hasta este momento, con el arribo de Fidel y sus en la finca de Mongo Pérez, en un lugar conocido compañeros, que la finca de Mongo Pérez se con­ por Cinco Palmas, en Purial de Vicana. Los días ante­ vierte en punto de recepción de los grupos aún dis­ riores han sido de febril actividad para su hermano persos […] Crescencio, que ha podido localizar y encausar a al­ Fidel encomienda a Guillermo e Ignacio Pérez gunos expedicionarios. La noche antes, Crescencio partir de nuevo con la misión de hacer contacto se pudo reunir con tres de ellos —Calixto García, con otros grupos de expedicionarios y trasladarlos Calixto Morales y Carlos Bermúdez— en la casa de hacia allí, así como recoger la mayor cantidad de las Félix Fonseca, en Manacal. armas que hayan podido quedar abandonadas.67 En la mañana ha regresado Manuel Acuña a su Después de haber caminado toda la madrugada, casa en Purial, después de salir la noche anterior del los combatientes del grupo de Raúl se acercan a Cilantro. Allí lo alcanza Primitivo Pérez, enviado por la zona de La Manteca y llegan a la casa del joven Mongo para tratar de localizar cuanto antes a Cres­ campesino Ramón Naranjo Coello, Monguito […] cencio, pues Fidel apareció en la finca y ha orienta­ Más adelante acampan en un lugar alto y res­ do que si se hallan algunos expedicionarios por ahí guardado. Los combatientes se disponen a des­ los aguante, para reunirse pronto con ellos […] cansar después de la fatigosa jornada nocturna y Esa tarde Onelio Acuña partía hacia la zona del comen la yuca que les han hervido en la casa del Cilantro y Manacal, con el mensaje que enviaba campesino […] Mongo a Crescencio. Prosiguen caminando todo el día sin detenerse, La noche anterior, los combatientes del grupo de eludiendo en lo posible el contacto con los cam­ Raúl Castro han dormido bastante y despiertan con pesinos. Durante esta difícil y agotadora jornada, el cuerpo descansado, aunque con los estómagos ocultan el fusil que les sobra y Raúl prepara un cro­ vacíos […] quis del lugar que les permita posteriormente loca­ Poco después de las seis de la tarde, ya oscure­ lizarlo […] ciendo, cruzan por tercera vez la carretera. Del otro Por fin, después de una agotadora y difícil mar­ lado, a poco más de un kilómetro, hay una casa y cha a través de las montañas, llegan esa tarde a la a ella se encaminan. El dueño se llama Santiago carretera de Pilón, en un punto situado a unos cua­ Guerra y el lugar la Aguadita de Pilón. El campesi­ tro kilómetros al sur de la alcantarilla por donde ha­ no acoge cordialmente en su humilde bohío a los bía cruzado Fidel la noche anterior […] hambrientos expedicionarios y prepara un sopón Esa mañana, los siete combatientes del grupo de de arroz con algunos trozos de carne y de vianda Almeida vuelven a reunirse en la finca de Carlos Mas, […] en el Mamey. El resto de la jornada transcurre sin Después Raúl le deja también al campesino un ningún incidente de importancia. Al oscurecer llega documento, en testimonio de su cooperación […] Guillermo García con un mensaje de Fidel, indicán­ firma Raúl Castro con el seudónimo de Capitán doles que deben encontrarse cuanto antes con él. LuarTrosca, es decir, su nombre con el orden de las Che anota esa noche lo siguiente: “Se confirma la letras alterado.69 presencia de Alejandro [Fidel]. La reunión será en Luego de recibir orientaciones precisas acerca las montañas. El día pasa sin novedad mayor”.68 del camino que deben seguir, los combatientes emprenden la marcha, acompañados un buen tra­ mo por el campesino y su hijo. Santiago Guerra tiene 67 Entrevista del autor a Guillermo García Frías, julio de 1986. 68 Ernesto Guevara de la Serna: Diario de un combatiente, Ed. Ocean Sur, México, 2011. 69 OAH: Fondo de Raúl Castro Ruz, no. 40.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 27 familia en Purial de Vicana y recomienda a Raúl que — Mira, yo soy Raúl Castro, hermano de Fidel se dirija allí […] —dice el combatiente y le muestra su licencia de Esa tarde el campesino Carlos Mas guiaba a Juan conducción mexicana. Almeida y su grupo de combatientes desde su fin­ No podía suponer Cardero que aquel joven del­ ca hasta la casa de Perucho Carrillo, en Palmarito. El gado y de menor estatura fuera hermano de Fidel, camino no es largo, pero avanzan despacio, ya que pues había visto fotos de él en las revistas. Seguía Ramiro y Camilo vienen enfermos del estómago. Lle­ desconfiado. Raúl le plantea que quiere hablar con gan al bohío al atardecer. Los dos expedicionarios él a solas y pasan a su cuarto. Mientras escuchan enfermos se quedan en la casa de Perucho, mientras por el radio algunas noticias, continúan conversan­ los otros cinco ya de noche prosiguen la marcha con do […] la intención de cruzar esa misma noche la carretera No sabe Raúl que en ese momento está a 1 300 de Pilón. En definitiva el grupo regresa, pues en el ca­ metros de donde acampa Fidel en la finca de Mon­ mino han recibido noticias de que hay guardias por go Pérez y que encontrará a su hermano mucho an­ la zona, por lo que deciden acampar esa noche en un tes de lo que espera […] sembrado de yuca cercano a la casa del campesino. Hermes los conduce a un pequeño cafetal situa­ do a unos 250 metros de la casa […]. y monta en su Martes 18 de diciembre caballo y parte por el camino real hasta la tiendeci­ A las cuatro y media de la madrugada, después ta de Mongo Pérez, a algo más de dos kilómetros de más de veinte kilómetros de marcha, Raúl Cas­ de distancia y a orillas del camino. Supone que su tro y su grupo se asoman a la lechería de una finca amigo algo debe saber […] cercana a Purial de Vicana. Han salido a unos cua­ Hermes saca la cartera con la licencia de conduc­ tro kilómetros más abajo del destino que se ha­ ción del combatiente que traía escondida en su pa­ bían fijado. Los combatientes bajan por una falda ñuelo y se la muestra. en dirección a la casa y tocan, pero no contestan. — ¿Cuántas gentes tú tienes aquí? —insiste Car­ Descansan unos minutos debajo de un árbol, hasta dero. que escuchan a un campesino que recoge las va­ — Bueno, he oído decir que hay algunos cerca cas para ordeñar. Los cinco hombres se acercan al de aquí. corral a encontrarse con Juan Rodríguez, empleado — ¿Y de Fidel? de la finca, que está ordeñando y les brinda leche, — No, de Fidel no sé nada —responde rápido tibia todavía […] Mongo—. Déjame la cartera, que yo voy a mandar Esa madrugada, los golpes en la puerta desper­ un empleado allá a tu casa. taron a Hermes Cardero, quien luego de decirle a Satisfecho y con la seguridad de haber acer­ su señora que se tirara al suelo, cogió un revólver tado, Hermes monta en su caballo y regresa a la y se arrastró hacia la puerta, pensando que son los casa. Cuando se dirige al cafetalito donde había guardias […] dejado al grupo, advierte que se han cambiado Raúl le explica quiénes son y le pide algo de co­ a otro cafetal un poco más arriba sin que nadie mida para seguir camino. Desconfiado, Hermes los viera, donde pueden observar mejor los alre­ pregunta con quién habla y Raúl se identifica como dedores y también como medida de seguridad. el capitán LuarTrosca, expedicionario. Entran en Escucha la señal y bajan. Raúl de inmediato le la casa y enseguida Cardero advierte a un comba­ pregunta: tiente que, casi desmayado, se echa en un rincón — ¿Qué investigaste? y a quien su mujer le trae un remedio. Es Efigenio — Bueno, tengo buenas noticias. Yo hablé con un Ameijeiras. Hermes pregunta qué garantía pueden hermano de Crescencio Pérez, que es un hombre darle de que no son guardias. de mi absoluta confianza.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 28 Él insistió mucho en quedarse con la licencia y extranjeros que vinieron con ellos en la expedición, me atrevería a decir que Fidel está en su finca. Que­ según las instrucciones recibidas de Fidel. Cuando dó en mandar un hombre aquí más tarde.70 el combatiente le menciona sus nombres comple­ Esa mañana Primitivo Pérez regresaba del corral tos y hasta sus apodos, Primitivo ya seguro le dice a un costado de la casa, cuando se encuentra con sonriente: —Bueno, pues déjeme decirle que Fidel Teresa Vargas, la mujer de Mongo. Esta le dice que está aquí, cerca de ustedes. su esposo ha salido para otra finca y le ha dejado La alegría estalla incontenible, todos se abrazan. una cartera que le llevó Hermes Cardero, quien Desean de inmediato reunirse con su jefe, pero el dice tener en su finca a cinco expedicionarios, entre campesino les dice que no es conveniente y que a ellos Raúl Castro, y le había indicado que la mostra­ la noche los vendrá a buscar para llevarlos donde se a Fidel, no fuera a ser un engaño. está Fidel. Alrededor de las diez de la mañana, el campesi­ Poco después Primitivo regresa sonriente al lugar no se acerca al lugar donde acampa Fidel con sus donde acampa Fidel y sus compañeros, con la no­ dos compañeros y le entrega la cartera de piel que ticia de que ha pasado la prueba y no cabe duda dentro tiene la licencia de conducción mexicana de de que se trata de Raúl, que viene con otros cuatro, Raúl. todos armados. Fidel no cabe en sí de la impacien­ — ¡Concho, mi hermano! Exclama Fidel con ale­ cia. Han acordado esperar a la noche para traer al gría cuando ve el documento—. ¿Dónde está? grupo y cada minuto les parece eterno.71 […] ¿Anda armado? “No caminamos mucho cuando se detuvo la van­ Primitivo le explica que Hermes Cardero, un ve­ guardia y emitió unos silbidos que contestaron a cino, ha traído la cartera para mostrársela a Mongo varios metros. Llegamos y a la orilla de un cañaveral y dice que se la dio un hombre que llegó con un nos esperaban tres compañeros: [A] Alex [Fidel Cas­ grupo esa madrugada a su casa que se identificó tro], Fausto [Faustino Pérez] y Universo [Sánchez]. como Raúl Castro. Pero le advierte que deben tener Abrazos, interrogaciones y todas las cosas caracte­ cuidado, pues podía ser una estratagema del ene­ rísticas de casos como estos. Alex le alegró mucho migo. Fidel medita un momento y, luego de consul­ que tuviéramos las armas”.72 […] tar con sus compañeros, plantea: El resto de la noche pasa en animada charla. Co­ — Mira — le dice a Primitivo—, yo te voy a dar los mentan las vicisitudes pasadas, se preguntan sobre nombres de los extranjeros que vinieron con noso­ el destino de los demás expedicionarios y, sobre tros. Hay un argentino que se llama Ernesto Gue­ todo, hacen planes para el desarrollo futuro de la vara y le dicen Che, otro dominicano que se llama lucha. Ramón Mejías del Castillo y le dicen Pichirilo, otro Durante todo ese día los combatientes del gru­ Guillén Zelaya, el Mexicanito, y Gino Doné, el Italia- po de Almeida permanecen ocultos en un campo no […] —Tú te aprendes estos nombres bien, desa­ de yuca cercano a la casa de Perucho Carrillo, en parece el papelito y ve para allá. En la conversación Palmarito. Varios vecinos de la zona acuden a salu­ entonces le pides que te diga los nombres, con los darlos y a brindar ayuda, entre ellos Chuchú Izna­ apodos. Si te los dice todos, ese es Raúl […] ga. La intención de Almeida es emprender la mar­ Ese mediodía, después de un espléndido al­ cha por la noche, pero llega Guillermo García con muerzo de arroz con pollo, viandas, café y hasta instrucciones de que esperen. Pide que uno de cigarros en el nuevo campamento, Raúl y sus com­ los combatientes lo acompañe y se lleva a Rafael pañeros ven acercarse a Hermes acompañado del joven campesino […] Primitivo le pregunta por los 71 Entrevista del autor a Primitivo Pérez Hernández, junio de 1986. 70 Entrevista del autor a Hermes Cardero Martí, junio de 1986. 72 OAH: Fondo de Raúl Castro Ruz, no. 40.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 29 Chao, para buscar dos fusiles de mirilla con 200 un mapa y señalaron el lugar. Ya cerca de las diez y balas que aparecieron en la zona del Toro. Para la media de la noche, Mongo y Sierra se despedían tarea, Che entrega a Chao su pistola ametrallado­ y partían de regreso a Manzanillo, llevando consigo ra […] algunos útiles de primeros auxilios para hacérselos llegar a los combatientes.74 Miércoles 19 de diciembre Como todos los días, en el cañaveral de Purial de Al amanecer, Crescencio Pérez llega a la finca Vicana aparece Severo Pérez trayendo el desayuno, de Purial de Vicana, en respuesta al aviso de su el almuerzo y la comida a los combatientes allí re­ hermano Mongo. Al conocer la presencia de Fidel unidos. A veces lo acompaña su hijo Omar. En una y los otros expedicionarios en el lugar, enseguida ocasión el campesino carga tres cubos repletos de se dirige al campito de caña a encontrarse con él. arroz, viandas y carne […] Llega acompañado por Calixto Morales, quien a También ese día transcurre sin incidentes nota­ partir de ese momento se queda con sus compa­ bles para el grupo de Almeida. Llevan ya dos días ñeros […] escondidos en la finca de Perucho Carrillo, en Pal­ Durante todo el día se mantiene el frecuente trán­ marito, recibiendo todo tipo de atenciones por par­ sito de campesinos, unos a pie, otros a caballo […] te del campesino y algunos de sus vecinos. La mayoría desconoce que a 600 metros de distan­ Por la noche inician la marcha en busca, una vez cia, Fidel, Raúl y los demás expedicionarios que se más, de la carretera de Pilón. Los acompañan Ricar­ han reunido conversan animadamente con Cres­ do Pérez Montano de guía, Eustiquio Sosa y Carlos cencio, y descansan. Solo unos pocos vecinos de Mas. Che apunta en su diario: “Tras de esperar todo la zona, gente de total confianza, participan del se­ el día, como de costumbre, salimos guiados por R. creto de que hay allí un grupo de expedicionarios y P. M. [Ricardo Pérez Montano] nosotros 6, [Rafael] mucho menos aún saben que uno de ellos es Fidel Chao no se nos une en el lugar indicado porque el Castro. guía manifestó tener otras órdenes”.75 […] Esa misma mañana, Mongo Pérez partía para Luego de subir y bajar algunas lomas, caminan Manzanillo, enviado por Fidel para comunicar a los por una vereda y luego por un camino banquea­ dirigentes de Movimiento en esa ciudad su llegada do que bordea una loma, hasta que cerca de las a Purial de Vicana y trasmitirles las orientaciones ne­ diez de la noche el guía los detiene con una se­ cesarias. Su arribo a Manzanillo lo corrobora una re­ ñal de la mano y se adelanta con Almeida hasta lación de gastos del Movimiento confeccionada por la orilla de la carretera, en un lugar conocido por Celia Sánchez en la ciudad ese día, que dice: “Dic. 19 Los Raíles, entre dos lomas cuyos farallones rom­ Nota de Mongo P. [Pérez] de ropa, zapatos, etc. exp. pen perpendicularmente al pie del terraplén. El [expedicionario] Alejandro [Fidel] 442.00. Efectivo grupo se detiene unos minutos para observar si entregado a Mongo para Alejandro 367.00”.73 hay algún movimiento sospechoso. Almeida y el Esa propia tarde, Mongo Pérez acompañado por guía Ricardo Pérez Montano son los primeros en Rafael Sierra decidía seguir hasta Santiago de Cuba. pasar, después de subir por la cañada y atravesar Ya en la capital oriental, se dirigían a la casa de María una cerca de alambres. Almeida permanece junto Antonia Figueroa con la confirmación de que Fidel al borde de la carretera para proteger el cruce de estaba vivo y se encontraba en su finca en Purial. los demás.76 De inmediato, Taras Domitro y Nilda Ferrer salían a avisarle a Frank País, que se encuentra en la casa 74 de Vilma Espín, en San Jerónimo. Buscaron después Entrevista a María Antonia Figueroa Araújo. 75 Ernesto Guevara de la Serna: Diario de un combatiente, Ed. Ocean Sur, México, 2011. 73 OAH: Fondo de Celia Sánchez Manduley. 76 OAH: Entrevista a Ricardo Pérez Montano.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 30 Jueves 20 de diciembre falda de la loma de La Nigua y llegan hasta la casa Los ocho combatientes que acompañan a Fidel de Mongo Pérez, en Purial de Vicana. permanecen en el mismo sitio dentro del cañaveral. Los combatientes tocan a la puerta y les contesta Acuden a entrevistarse con él varios campesinos de Teresa, la mujer de Mongo. Preguntan por Crescen­ la zona comprometidos con el Movimiento, como cio, pues ya les han dicho que aquella es la tienda Manuel Acuña y Asterio Hugo Casanova, entre de su hermano. La mujer les responde que hace otros. Todo el día se mantienen en espera de la lle­ tiempo no lo ve, pero que allí está un hijo de él y gada del grupo de Almeida, preocupados porque puede avisarle. Entra hasta el garaje, situado a un puedan tener algún tropiezo en el último y peligro­ costado de la casa cerca del corral y donde desde so tramo a recorrer […] hace días duerme Sergio Pérez, a quien informa Esa noche Fidel decide mudar el campamento que unos hombres han llegado en busca de Cres­ para el cafetal que está detrás del campo de caña. cencio. El joven pide que los conduzca hasta allí y Allí, entre las matas de café de la finca cercana a la advierte que todos vienen bastante agotados, pero casa de Severo y bajo los robustos algarrobos, esta­ el peor es uno con la ropa destrozada, sin un zapato rán todavía más ocultos […] y con un fuerte ataque de asma: es Che.77 […] Después de caminar toda la madrugada, Almei­ Almeida pide que los lleve donde se encuentra da y sus compañeros conducidos por Ricardo Pérez Fidel, pero aunque a todas luces parecen expedi­ Montano, Eustiquio Sosa y Carlos Mas han llegado a cionarios, Sergio desconfía pues han llegado sin la finca Las Hermanas, de Domingo Sánchez, donde guía. el guía les informa que tiene instrucciones de Cres­ —Chico, yo de Fidel no sé nada —le dice Sergio. cencio de dejarlos allí y que por la noche los ven­ Los combatientes insisten, hasta que el joven fi­ drán a buscar. Para cualquier cosa, añadía, podrían nalmente accede, pero con una condición, que le bajar a la casa que está cerca, pero con cuidado. Los entreguen sus pistolas. Almeida incómodo se niega guías regresan y se queda Carlos Mas, que quiere y Sergio comprende entonces que no tiene otra op­ seguir con los combatientes a Purial para conocer a ción que acompañarlos al cafetal donde acampan Fidel. Los hombres acampan en un bosquecito cer­ los expedicionarios.78 cano a la casa […] Finalmente se produce esa madrugada el en­ Los combatientes permanecen aguardando en el cuentro de Almeida y sus compañeros con Fidel y bosquecito. A las cinco de la tarde, Almeida y Be­ demás combatientes allí reunidos, que los esperan nítez van a la casa del campesino en busca de co­ desde hace varios días. mida, pues en todo el día los expedicionarios no Ya son quince los sobrevivientes del Granma que han probado bocado. El campesino había recibido se han reunido, dispuestos a continuar la lucha. ya un mensaje de Crescencio, llevado por Primitivo Además, Rafael Chao anda con Guillermo García Pérez, pidiéndole que les diera comida y que por la localizando armas y otros dos —Calixto García y noche los vendría a recoger. Al anochecer, después Carlos Bermúdez— se encuentran en Manacal es­ de comer, los combatientes emprenden la marcha perando la orden de Fidel para incorporarse. Otros sin guía. El práctico que debía haber venido desde están en camino y se unirán días después. Purial no ha llegado y cuentan únicamente con al­ En medio de la alegría del encuentro, Fidel tiene gunas indicaciones que les ha dado el campesino. palabras muy duras al enterarse que los seis nuevos hombres vienen desarmados y, sobre todo, que las Viernes 21 de diciembre armas se han perdido. Almeida y sus compañeros continúan avanzando toda la noche sin guías, equivocan el camino en va­ 77 Entrevista del autor a Sergio Pérez Zamora, julio de 1986. rias ocasiones, pero en la madrugada cortan por la 78 Ídem.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 31 —No han pagado la falta que cometieron —les expedicionarios, la localización de más armas y la expresa Fidel—, porque el dejar los fusiles en estas llegada de algún contacto del Movimiento en el circunstancias se paga con la vida; la única espe­ llano. Poco después del mediodía, de pronto los ranza de sobrevivir que tenían en el caso de que el combatientes escuchan una orden de Fidel: ejército topara con ustedes eran sus armas. Dejarlas — ¡Estamos rodeados de guardias! ¡Ocupen posi­ fue un crimen y una estupidez.79 […] ciones para combatir! Los combatientes se trasladan para otro cafetal Los hombres se despliegan hacia distintos pun­ más grande, como a 300 metros del anterior y cerca tos. Pasa un rato, pero no ven venir a nadie ni nada de un arroyo, donde no les viene mal un baño en su se mueve. Más tarde descubren que se trata de un agua limpia y fría. ejercicio de entrenamiento […] Algo más tarde llega Mongo Pérez anunciando la Sábado 22 de diciembre llegada de tres enviados por el Movimiento desde El 22 de diciembre Fidel y los combatientes que Manzanillo. Se trata de Rafael Sierra, Enrique Esca­ lo acompañan permanecen en la finca de Mongo lona, Quique, y Eugenia Verdecia, Geña. Esta última Pérez, en Purial de Vicana, y cambian una vez más porta ocultas bajo su saya 300 balas calibre 45, tres de campamento. Se desplazan unos 300 metros fulminantes y nueve cartuchos de dinamita que más adelante en el mismo cafetal, en plena falda de ha traído de Santiago de Cuba. Fidel se reúne con la loma de la Nigua. los visitantes, quienes además traen informes de la Por la mañana reciben las primeras noticias de actividad del Movimiento y reciben nuevas orien­ que Guillermo García y otros compañeros, dedi­ taciones. Se acuerda el envío a la Sierra dentro de cados a la búsqueda de más armas, han localizado tres días de un pequeño grupo de militantes como algunas y ya las han enviado. Llegan esa misma ma­ refuerzo del destacamento guerrillero. ñana y son ocho armas: una pistola ametralladora, —Si sube la gente, dentro de treinta días presen­ una Thompson, una mirilla, dos Johnson y tres fusi­ to combate al ejército —le dice Fidel a Escalona. les más.80 Junto con ellas se reincorpora al destaca­ El jefe guerrillero insiste en la necesidad de armas mento el expedicionario Rafael Chao […] y parque que permitan el desarrollo de la lucha y el Esa tarde regresa Mongo Pérez de su viaje a San­ crecimiento de la tropa […] tiago y Manzanillo, e informa a Fidel. Trae, entre Por su parte, Che apunta: “Llegó gente de Man­ otras cosas, ropas, botas, medicinas y un poco de zanillo, trajeron 300 balas 45 para las Thompson dinero. El resto del día transcurre sin incidencias y 9 cartuchos de dinamita. Nos equipamos casi to­ importantes. Los expedicionarios siguen atendidos talmente y dormimos en el mismo lugar. La gente con afecto por todos los vecinos a los que Mongo de Manzanillo es una señora joven llamada Euge­ ha confiado la noticia de la presencia del grupo […] nia […]. Trajeron medicinas suficientes para una pe­ queña cura, pero no hay instrumental”.81 Domingo 23 de diciembre Al oscurecer, cuando se marchan de regreso a La mañana transcurre normal en el campamen­ Manzanillo, Geña lleva consigo algunas cartas de to guerrillero situado en un cafetal casi en la falda los combatientes a sus familiares y amigos, así como de la loma de La Nigua, en Purial de Vicana. Pese a el pedido expreso de Fidel de conseguir un inha­ su arribo al lugar, hace exactamente una semana, lador de asma para Che.82 Los acompaña Faustino Fidel ha decidido permanecer allí un tiempo más, Pérez, que lleva la misión de reorganizar el trabajo en espera de la posible incorporación de otros

81 Ernesto Guevara de la Serna: Diario de un combatiente, 79 OAH: Fondo de Raúl Castro Ruz, no. 40. Ed. Ocean Sur, México, 2011. 80 Entrevista del autor a Guillermo García Frías, julio de 1986. 82 OAH: Entrevista a Eugenia Verdecia Moreno.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 32 del Movimiento en todo el país y trasladar a los res­ Esa misma mañana, Faustino Pérez salía de Man­ ponsables clandestinos las orientaciones de Fidel. zanillo en un auto hacia Santiago de Cuba, acom­ Sale vestido de carbonero por la carretera de Cam­ pañado por Beto Saumell con su esposa y Geña pechuela a Manzanillo […] Verdecia. Al mediodía arriban a la capital oriental Oscureciendo se acercan a la casa de Mongo Pé­ y se dirigen a la casa de María Antonia Figueroa. rez y comparten con la familia. Luego regresan a Cuando se disponían a almorzar, llega Haydée San­ dormir a un cafetal. Esa noche Fidel reparte entre tamaría, quien luego de un emocionado abrazo los los combatientes uniformes, frazadas y botas que conduce a pie hasta la casa de Vilma Espín. Pero en se han conseguido por intermedio de Mongo […] el camino los alcanza Frank País: Tarde en la noche, Faustino arriba a Manzanillo — ¡Médico, médico! —le grita Frank en plena en un jeep con sus acompañantes y se dirigen a la calle. casa de Eduardo Saumell, donde permanece Celia Frank lo abraza entusiasmado, mientras algunos Sánchez escondida y con quien conversa toda la vecinos se asoman curiosos a puertas y ventanas. noche.83 Entran en la casa de Vilma y toda la tarde conversan acerca de lo acontecido hasta el momento. Fausti­ Lunes 24 de diciembre no le entrega de inmediato a Frank un mensaje en­ Fidel y sus compañeros permanecen en un cafe­ viado por Fidel, con instrucciones precisas acerca tal de la finca de Mongo Pérez, en Purial de Vicana. de las tareas a emprender de apoyo a la lucha en Se aceleran los preparativos para partir. Raúl apun­ las montañas. ta en su diario: “Anoche se repartió más uniformes, Dichas instrucciones, reproducidas días después frazadas y botas a los que no tenían. Estamos bien en el boletín no. 5 del Movimiento Revoluciona­ equipados para internarnos de lleno en la Sierra. rio 26 de Julio con el título “Al pueblo de Cuba”, Llevamos hasta para dos compañeros que recoge­ desmentía la campaña de la tiranía para confundir remos más adelante: los dos Carlos”. y debilitar la fe del pueblo, y confirmaba que Fidel En efecto, Calixto García y Carlos Bermúdez, cum­ vivía y llevaba adelante la guerra de guerrillas en las pliendo una orden de Fidel, se han mantenido en montañas orientales. Desde su cuartel general en la Manacal en espera de que el destacamento aban­ Sierra Maestra, Fidel enviaba las siguientes orienta­ done la casa de Mongo Pérez. La intención es que ciones: se incorporen más adelante, para no comprometer “1. Tenga el pueblo cubano la seguridad que tal la seguridad del grupo con un nuevo traslado inne­ como cumplimos nuestra promesa de desembar­ cesario de combatientes pues, en definitiva, están car en Cuba con una expedición e iniciar la lucha también en un lugar seguro […] armada, solo concluiremos esta cuando haya caído Algunos campesinos visitan el campamento, en­ la tiranía o hayamos caído nosotros. tre otros Juan León Aguilar y Diógenes Chávez, a ”2. El sabotaje, la quema de caña, etc., como pa­ quien Raúl hace un croquis para recoger el fusil Jo­ sos previos a la Huelga General, es la tarea que se hnson que escondiera el pasado día 16 por la zona impone hacer para cooperar con nuestra acción de La Manteca. encaminada a mantener en jaque a las fuerzas de En definitiva, Fidel ha decidido por la tarde esperar la tiranía. Estamos satisfechos de la cooperación un día más, pues hay noticias de que vienen en cami­ popular, pues sin armas ni recursos el Movimiento no otros expedicionarios y se aguarda la llegada de 26 de Julio ha respondido de una forma o de otra un enviado del Movimiento desde Manzanillo […] en toda la Isla. Nunca pensamos derribar de un solo golpe a la dictadura, sino iniciar la lucha revolucio­ 83 Entrevista del autor a Faustino Pérez Hernández, septiem­ naria que desencadenará con la acción del sabota­ bre de 1986. je y agitación, en la Huelga General Revolucionaria.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 33 Hemos logrado desembarcar en Cuba, mantener Antes de partir, el grupo se acerca a la casa de la situación revolucionaria por tres semanas. La re­ Mongo Pérez. Fidel entra en el comedor, mientras beldía popular ahora irá en aumento hasta lograr los demás esperan en el cafetal que está al fondo la victoria. Débase para esto seguir los partes de de la vivienda. Al poco rato los llama. Sobre la mesa este Cuartel General y las instrucciones del Movi­ hay un papel escrito por Fidel que leen todos los miento. expedicionarios y van firmando después cada uno: ”3. No se crea en los partes del Estado Mayor, ni “Al iniciar de nuevo la marcha hacia la Sierra en las noticias de la prensa mediatizada y amor­ Maestra, donde seguiremos luchando hasta ven­ dazada, ni en los vende patrias que disfrazándose cer o morir, queremos dejar constancia de nuestro de oposicionistas revolucionarios tratan hipócrita­ reconocimiento al compañero Ramón Pérez Mon­ mente de exaltarnos mientras confunden al pueblo tano y a su familia, que nos ayudó a reagrupar al con noticias de nuestra muerte y del desmembra­ primer contingente de nuestro destacamento, lo miento del 26 de Julio, con el fin de hacer aparecer abasteció durante ocho días y lo puso en contacto el suyo como la esperanza del pueblo, tratando de con el Movimiento del resto de la Isla. justificar su cobardía diciendo que el 26 de Julio se ”La ayuda que hemos recibido de él y de muchos adelantó y tienen hasta el cinismo de proclamar como él en los días más críticos de la Revolución, públicamente su pacto con Trujillo. es lo que nos alienta a seguir la lucha con más fe ”4. Es falso que haya habido tregua. Es falso que que nunca, convencidos de que un pueblo como no se haya asesinado a los combatientes […]”.84 el nuestro merece todos los sacrificios. No sabemos Y firmaba Fidel Castro, desde su cuartel general cuántos de nosotros caeremos en la lucha, pero revolucionario en la Sierra Maestra. aquí quedan las firmas de todos, como constancia de infinito agradecimiento”.85 Martes 25 de diciembre Durante todo el día los expedicionarios que Alrededor de las once de la noche, la peque­ acampan en la finca de Purial de Vicana lo pasan en ña columna al mando de Fidel, compuesta en ese el mismo cafetal de la noche anterior. Fidel decide momento por 18 combatientes, parte de la finca no dilatar más la partida, pues lleva ya más de nue­ de Mongo Pérez. Dieciséis hombres emprenden la ve días en el lugar y cualquier indiscreción puede marcha a pie, a campo traviesa por los fondos de poner en peligro al destacamento guerrillero. Ade­ la finca. Crescencio Pérez tiene los pies hinchados más de los quince expedicionarios allí reunidos, y va a caballo por el camino real, llevando al anca a cuenta con la incorporación de un grupo de cam­ René Rodríguez. También los acompaña a caballo pesinos que han manifestado su disposición de se­ Ramón Mongo Marrero, que ha regresado de Minas guir con la guerrilla. De ellos, Crescencio Pérez, su de Bueycito después de dejar allí a algunos expedi­ hijo Sergio y Manuel Acuña, hace varios días se han cionarios.86 […] integrado al campamento […] Después de cruzar los terrenos de la finca de José Al anochecer Fidel se pone de acuerdo con Ma­ Vargas y de bordear el cementerio de Purial, al poco nuel Acuña, que será el práctico durante las jor­ rato el grupo principal llega hasta la casa de Her­ nadas iniciales, acerca de la ruta que deben tomar mes Cardero. Fidel decide hacer otro ejercicio de para internarse aún más en la Sierra. Severo Pérez entrenamiento y ordena un repliegue y avance para trae, como despedida, dos lechoncitos asados en tomar como simulacro un pequeño rancho de gua­ púa. Los combatientes comen uno y guardan el no contiguo a la casa. La maniobra se realiza […] otro en sus mochilas para el día siguiente […]

85 Ibídem, no. 305. 84 OAH: Fondo de Fidel Castro Ruz, no. 306. 86 Entrevista del autor a Ramón Marrero Torres, junio de 1986.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 34 Cerca de las once de la noche reanudan el camino. de la casa, los combatientes arman sus hamacas. El avance se prolonga durante toda la madrugada Han caminado esa noche, desde la salida de Cinco […]. Palmas, unos quince kilómetros […] En el segundo paso del río Hermes se despide y Al mediodía el campesino Alejo Piña les lleva el vuelve atrás. La columna cruza la finca de Onelio almuerzo. Los combatientes comen también el le­ Acuña, hermano de Manuel, y va bordeando una choncito de Severo […] Por la noche, después de loma hasta salir a La Platica. Más adelante está la comer, los combatientes se mudan para un lugar finca de los Escalona. Se elude deliberadamente más resguardado en el alto de La Catalina, en los todo acercamiento a las casas. Después de atrave­ cabezos del arroyo de Los Negros. Es una zona ele­ sar una vega extensa, salen al camino junto a la casa vada donde predomina el monte. El lugar resulta de Elpidio Ballester. Hay que ganar tiempo, pues la prácticamente inaccesible. Solo se puede llegar noche está avanzada y aún queda un buen tramo siguiendo un trillo cuya existencia conoce única­ hasta el lugar en que se ha decidido acampar du­ mente el dueño de la finca. Detrás y a muy poca dis­ rante esa primera jornada. Tres kilómetros después, tancia sobresale el pico del Café, ya en el firme de llegando a Perico, abandonan a la derecha el cami­ la Maestra. Las noches son frías en el lugar y mucho no y cruzan a campo traviesa en busca del arroyo más en diciembre […] de Los Negros […] Por el arroyo hacia arriba, la co­ Según registra Che en sus anotaciones, ese mis­ lumna sigue avanzando por un sendero abierto en mo día Fidel organiza la pequeña tropa. El estado el monte. mayor queda integrado por Fidel, Che, Universo, Ese propio día 25, Frank País redactaba en Santia­ Crescencio, Sergio Pérez y Manuel Acuña de prácti­ go de Cuba una circular interna a los responsables co. Una escuadra al mando de Raúl con Ciro Redon­ del Movimiento en el país, advirtiéndoles los mo­ do, René Rodríguez y Rafael Chao. Almeida al frente mentos difíciles que atraviesan pues “no habíamos de otra escuadra con Efigenio Ameijeiras, Reinaldo podido situar todo lo mínimo necesario a todo el Benítez, Camilo Cien-fuegos y Pancho González. En mundo” al arribo de la expedición. Y añadía: “Al lle­ la vanguardia va una escuadra integrada por Ar­ gar a Cuba, no encontraron los de México el apoyo mando Rodríguez con ametralladora, Ramiro Val­ de Cuba que esperaban”. Señalaba a continuación dés y Calixto Morales con fusiles Johnson. que “su situación en estos momentos es extrema­ En ese momento, sin contar los expedicionarios damente crítica”, pues no cuentan con muchos ele­ que marchan al lugar y los campesinos que andan mentos de combate. Por tanto, orientaba la reorga­ con Guillermo García en otras misiones, la columna nización de las células de acción y algunas tareas de se compone todavía de un total de dieciocho hom­ propaganda, sabotajes a las vías de comunicación bres: quince expedicionarios y tres campesinos in­ y otras, así como fortalecer el trabajo en el frente corporados. obrero, fundamentalmente con los trabajadores Hacía varios días el campesino Juan Peña y su azucareros, en vistas a la huelga general.87 familia brindaban protección a los expediciona­ rios Julito Díaz y Luis Crespo, quienes permanecían Miércoles 26 de diciembre ocultos cerca de su casa en Santa María. Desde allí Al amanecer, la columna al mando de Fidel llega tratan de hacer contacto, hasta que de Manzanillo a la casa del campesino Alejo Piña. Crescencio Pé­ le envían a Juan algunas direcciones hacia donde rez está esperando y ya ha hablado con Alejo, quien debe enviar a los combatientes. De inmediato, el accede a brindar su finca para que acampe el gru­ campesino manda a Eugenio Basterrechea, Jalisco, po. En la cañada seca de un arroyo, a poca distancia con un mensaje a casa de Mongo Pérez, en Purial, y este le responde que no hay problema para reci­ 87 OAH: Fondo de Frank País García. bir a Crespo y a Julito. La madrugada de ese día 26,

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 35 los dos expedicionarios marchan hacia Purial de Vi­ de reorganizar el Movimiento en todo el país. De cana, para de ahí incorporarse al destacamento de Boniato irían en un auto conducido por Vilma hasta Fidel que ya ha emprendido camino.88 […] Palma Soriano, donde tomarían un ómnibus para Desde la noche del 25 hasta la madrugada del 27 Santa Clara. de diciembre, la tiranía cometía una serie de críme­ nes en los municipios de la zona norte de la provincia Viernes 28 de diciembre oriental, dirigidos por el sanguinario coronel Fermín El día trae nuevas incorporaciones a la columna Cowley Gallegos, jefe del Regimiento 8 de Holguín. guerrillera al mando de Fidel, acampada en el alto Con verdadera saña se ultiman veintitrés personas, de La Catalina. la mayoría militantes del Movimiento 26 de Julio, así A las seis de la mañana llega Ramón Mongo como algunos comunistas, ortodoxos, auténticos Marrero, acompañado de sus hermanos Juan y Án­ y otros sin militancia. El pueblo denominaría a esta gel, con seis combatientes más a incorporarse. Tres triste jornada como las Pascuas Sangrientas. de ellos son expedicionarios: Julito Díaz, Luis Cres­ po y José Morán. Los otros tres son campesinos: Jueves 27 de diciembre Guillermo García y Manuel Fajardo, de Niquero, que Al amanecer, la mayor parte de los hombres que han trabajado en la búsqueda de armas, y Sergio componen la columna guerrillera al mando de Fi­ Acuña, de Purial. Guillermo trae un fusil Johnson del, acampada en el alto de La Catalina, bajan hasta encontrado días atrás, revistas, periódicos y otras cerca del lugar donde establecieran el primer cam­ informaciones […] pamento el día anterior. Crescencio le pide a Alejo La guerrilla ha crecido. Sin contar a Carlos Bermú­ Piña que consiga una novilla. El campesino sale a dez, que por su estado físico no podrá continuar, buscar la res a Palma Flaca, paga por ella 56 pesos y ese día suman ya 25 los integrantes de la tropa. En­ la trae al mediodía. tre ellos hay 19 expedicionarios: Fidel, Raúl, Almei­ […] Se construye la armazón, mientras la res es da, Che, Camilo, Ramiro, Ciro Redondo, Julito Díaz, sacrificada y preparada […] Calixto García, Efigenio Ameijeiras, Universo Sán­ Carlos Bermúdez viene en muy malas condicio­ chez, Luis Crespo, René Rodríguez, Calixto Morales, nes físicas, lo traen casi cargado. El resto de la no­ Pancho González, Reinaldo Benítez, Rafael Chao, che apenas se duerme, entre el júbilo del nuevo Armando Rodríguez y José Morán. Los otros seis encuentro […] son campesinos: Guillermo García, Crescencio Pé­ Al amanecer de ese día, Guillermo García y Ma­ rez, su hijo Sergio, Manuel Acuña, Manuel Fajardo nuel Fajardo con el expedicionario José Morán lle­ y Sergio Acuña. Crescencio es el responsable de los gan a la finca de Mongo Pérez, en Purial de Vicana, campesinos incorporados. y se instalan en un campo de caña cercano a la casa. Poco después, sobre las diez de la mañana, llega­ Sábado 29 de diciembre ban al mismo lugar los expedicionarios Julito Díaz y Durante la mañana no ocurren incidentes nota­ Luis Crespo, acompañados por el campesino Sergio bles en el campamento guerrillero, salvo un nuevo Acuña, también de Purial, que viene a incorporarse. tiro escapado, esta vez a Sergio Pérez. Pero el hecho Esa noche, el grupo de seis emprendía camino a en­ de estar el lugar rodeado de alturas mayores impide contrarse con la columna de Fidel, conducidos por que se oiga lejos […] Ramón Mongo Marrero. Esa mañana Fidel […] ha llegado a la conclu­ El mismo día, Faustino Pérez acompañado por sión de que es preferible desistir por el momento Frank País partía de Santiago de Cuba, con la tarea del plan, estudiar mejor el terreno en que deberá moverse la guerrilla, establecer nuevos contactos y 88 OAH: Entrevista a Juan Peña Vargas. mejorar la red de información entre los campesinos.

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 36 Se toman, además, algunas medidas organizativas rar que oscurezca antes de iniciar el descenso, pues para más adelante […] según noticias hay tropas del ejército cerca. Poco después del anochecer sube Alejo Piña a Cuando cae la noche reemprenden la marcha. avisar que han llegado los enlaces de Manzanillo. Bruno Acuña ha llegado y los conduce por el cami­ Son de nuevo Quique Escalona y Geña Verdecia, no de Palma Flaca hasta el Cilantro. Más abajo se que vienen de Purial de Vicana acompañados por distingue la casa de Juan Marrero […] Ramón Mongo Marrero […] A las diez de la noche llegan por fin a la casa, can­ Por su parte, Che apunta en su diario: “El día sados y ateridos. Crescencio se ha encargado de pasa sin novedad, pero por la noche se produce avisar la llegada del grupo y la familia espera con la un acontecimiento, vuelve la muchacha de Man­ comida lista: arroz con gallina y viandas. Dos horas zanillo y trae cuatro peines de ametralladoras, 6 después reinician la marcha. Bajan un trecho y cru­ granadas de mano, 20 detonadores, 9 cartuchos zan entre dos empinadas montañas. Luego tuercen de dinamita, los libros que yo había encargado: al este y por una falda van subiendo gradualmente Álgebra, Historia elemental de Cuba, Geografía en busca del monte. El lugar recibe el nombre de La elemental de Cuba”.89 Cotuntera. Geña Verdecia ha traído, además, un par de es­ pejuelos para Fidel y dos inhaladores de asma para Sábado 31 de diciembre Che, que antes habían solicitado. Esa propia noche, Amanece y los combatientes deciden internarse los dos enviados de Manzanillo parten de regreso, en el monte. Se mueven bordeando la falda, en di­ después de trasmitirles Fidel las últimas orientacio­ rección paralela a las casas que se divisan abajo en nes al Movimiento clandestino. el llano, casi en la orilla del arroyo. Juan Marrero sube temprano con desayuno, pero Domingo 30 de diciembre en el cerrado bosque no encuentra al grupo guerri­ La mañana transcurre normal en el campamento llero. Al mediodía regresa con almuerzo, acompa­ guerrillero en La Catalina. Los combatientes lim­ ñado por Anguelo, uno de sus hijos. Esta vez sí da pian sus armas y descansan, después de una noche con la ubicación del nuevo campamento. lluviosa y fría […] Por la tarde arrecia el mal tiempo. La llovizna y A las doce del día Fidel decide levantar el cam­ el frío atormentan a los hombres acampados a la pamento y proseguir el avance hacia zonas más intemperie. Ante esta situación, Fidel decide tras­ agrestes de la Sierra, después de dejar organizados ladarse a una casita cercana, donde vive Inocencio los campesinos de la zona. Jordán, empleado de la finca de Marrero, en La Co­ La columna sube directo a lo alto de la loma del tuntera. La casa está fuera del monte y es necesario Café y prosigue la marcha por todo el firme del Qui­ esperar que oscurezca […] tasol, a lo largo de un trillo por dentro del espeso Poco antes de las doce de la noche llega al cam­ monte. El tiempo es frío y húmedo. Una incesante pamento Ramón Mongo Marrero, otro de los hijos llovizna penetra inclusive el denso follaje del bos­ de Juan. Viene de casa de Mongo Pérez y trae algu­ que. El viento sopla con fuerza […] nas ropas y cosas que le han pedido y diversas in­ Han caminado unos cuatro kilómetros. Al frente, formaciones sobre el movimiento de grandes con­ hacia el sur, la ladera desciende limpia de vegeta­ tingentes de tropas enemigas desde Estrada Palma. ción. Hay que cruzar ese pastizal para llegar al pun­ Hay noticias, además, de que andan tres guardias to que se ha previsto de antemano. Es preciso espe­ dando vueltas por la zona. Así concluía para el destacamento guerrillero 89 Ernesto Guevara de la Serna: Diario de un combatiente, el año 1956. El contingente expedicionario de 82 Ed. Ocean Sur, México, 2011. hombres que desembarcó por Las Coloradas el 2

Suplemento Aniversario 60 del desembarco del Granma / 37 de diciembre ha sufrido un total de 56 bajas que volucionario, y unos pocos se desvincularon de representaron el 68 % de la fuerza expedicionaria: la lucha. 21 resultaron muertos, la gran mayoría asesina­ A finales de diciembre de 1956, solo 19 expe­ dos por esbirros de la dictadura; otros 21 fueron dicionarios encabezados por Fidel han logrado capturados por el enemigo; 14 lograron escapar permanecer en las montañas orientales y reagru­ del cerco, algunos heridos y enfermos. Una parte parse. Meses después se reincorporarían 7 más. de estos últimos en breve tiempo se incorpora­ Con este reducido grupo de combatientes em­ ron a la lucha clandestina o salieron al exterior, prendería Fidel Castro la lucha guerrillera en la donde continuaron apoyando el movimiento re­ Sierra Maestra.

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