Víctor A ej andro Esp noza Va e DonCris Don Crispín. Una crónica fronteriza

Memoria y diálogosde don CrispínValle Castañeda

Víctor Alejandro Espinoza Valle

Investigación

Fondo Editorialde CONSEJONAOONAL PARA GOBIERNODEL ESTADO DE BAJA LACULTURA Y LASARTES CALIFORNIA

SariBermúdez AlejandroGonzüez Alcacer Presidenta Gobernadorconstitucional del estado de Baja California EudoroFonseca Yerena Directorgeneral de Vinculación ErnestoCastellano Pérez Culturaly Ciudadanización Secretariode Educación y Bienestar Social Índice RafaelSantín del Río Director de Vinculacióncon Patricio BayardoG6mez Estados y Municipios Directorgeneral del Institutode Prólogo ...... 9 Cultura de Baja California Introducción...... 15 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes º OigaAngulo Angulo Av. Revolución N 1877, Capítulo1. En La Estanzuela, Zacatecas. col. San Ángel, México, D.F., Directora de DesarrolloCultural Recuerdos de otrostiempos ...... 31 C.P. 01000 Lesd ecían la escoba ...... 33 Instituto de Cultura de Baja California Av. Alvaro Obregón Nº 1209, Matabanpero no abusaban o cuatroanécdotas sobre col. Nueva, , B.C., C.P. 21100 los cristerosen Zacatecas ...... 38 Capítulo11. Al norte, por estas vías ...... 43 COMISIÓNDE PLANEAOÓNDEL FOECA BC En los ferrocarrilesde Estados Unidos ...... 46 Sergio RommelAlfonso Gabriel Adame Ahora por Nogales ...... 52 Roberto Limón Jorge Augusto Arredondo Rumboa Baja California...... 53 MarisaSánchez Miguel ÁngelManzano Manuel Bojórkez PatricioBayardo Gómez Capítulom. Nos llamaban los cholos, los despaletados ...... 59 Gabriel EstrellaV alenzuela Nos llamabanlos cholos, los despaletados ...... 59 Y me fuia recate ...... 60 Enel ferrocarrilSan Diego y Arizona...... 63 Primera edición: El Colegio de la Coordinación editorial: �rika Frontera Norte, 1990 Moreno Páez Capítulo IV.En la frontera los pueblos estaban Segundaedición: El Colegio de la Edid6n: Gerardo Ávila, Tomás Di Bella como muy abandonados ...... 85 Frontera Norte, 1992 Diaeí\o de portada: La Tierra de la Iguana/ Tercera edición: Instituto de Cultura de Marco Manríquez La primera impresión ...... 85 Baja California, julio de 2001 Formación: La Tierra de la Iguana/Ruth De a ...... 87 CVíctor Alejandro Espinoza Valle Alejandra Rodríguez Ruiz Tecate...... 92 CConsejo Nacional para la Cultura y las Artes Impresoen México Capítulov. Compromiso popular y luchas políticas ...... 115 CJnstituto de Cultura de Baja California ISBN: 970-18-6811-0 Resistenciapopular ...... 115 La política ...... 126

#O•CA «.CONACULTA IAJA CALIPGI.IA Capítulov1. Cultura en la frontera.El mosaico vital ...... 149 De leyendas, aparecidos y otros cuentos ...... 149 Sobre ruedas ...... 155 Miraban algo que no habían visto. El cine ...... 159 Estaba bronca la raza. El teatro ...... 162 Y ahí va el gentío a ver la televisión ...... 163 Sejuntaba la gente donde tenían un buen radio ...... 164 Antes no, muy pocas noticias.Los periódicos ...... 165 Telegramas: tres pesos.Estampillas: cinco centavos plata ...... 166 Quietecito por favor ...... 167 De médicos y parteras "líricas" ...... 167 Oficiotardío ...... 168 Ya hasta me decíanpro fesor ...... 169 A la memoriade Mamá Chefina Ya no es lo mismo que entonces. De las tradiciones ...... 171 GosefinaQuiñones de Valle) Éramos Los Ases de Tecate ...... 178 El circo, los gitanos y los húngaros ...... 181 La gente de aquí siempre es de lucha ...... 182

Capítulo vn. Para curar la vida ...... 185 La quiropráctica es la cosa más maravillosa que puede haber ...... 186 Para que se den una idea, éstos son mis remedios ...... 194 Es unsinfín de cosas que he descubierto ...... 198 De brujos y curanderos ...... 200

Bibliografía ...... 203 Prólogo

Jorge A. Bustamante

Pernútaseme empezar conuna nota personal. Conocí a don Crispín,como recursopara aliviar un persistente dolor de espal­ da. Su personalidad me resultó fascinante Un recibimiento generosofue sucedido por una aparente rutinahabitual con la que me condujogentilmente hacia su primer diagnóstico:"Tiene los músculos de la espalda hechos bola ... Debe de estar usted bajo muchas presiones"-me dijo. Acto seguido, me fue señalan­ do los sitiosde mi espalda donde según él se habían acumulado las tensiones.Al terminar,parecía haber disuelto con sus manos los nudos de mi espalda que mantenían atrapado ese dolor que había estadoconmigo con una asiduidad implacable, a partir de laprimera hora de estar sentado. Laactitud de don Crispínera la de estar cumpliendo con un juramentohipocrático jamás suscrito ante el ritual de la acade­ mia,pero igualmente comprometedor con la misiónde aliviar eldolor. Mientraslo hacíacon notable habilidad, respondía con claridad y sencilleza mi curiosidad sobre su fama de pionero en el surgimiento de Tecate en el mapa de los asentamientos humanos fronterizosdel norte de México. Lafama de don Crispínen Tecate y sus alrededores oscila entresu bondad extraordinaria,su honestidadimpecable y su singular destrezapara curar el dolor y devolver la salud con Víctor Alejandro Espinoza Val Don Crispín. Una crónica fronteriza

unas manos surtidas de quiropraxis y una memoriaplena de co­ En mi opinión, constituyeuna experiencia y puntode vista que nocimientos en herbolaria regional y de un inventario de curas son materia primapreciosa para un trabajo de desmitificación tradicionales.Básicamente, don Crispín es uno de esos hom­ de la sociedad fronteriza. Por ejemplo,contraria a la creencia bres ejemplarmente buenos que la modernidad está convir­ común enel centrode la república,la soberanía económica de tiendo en especie en extinción. Baja Californiaen manos de mexicanos ha sido un fenómeno El mérito de Víctor Alejandro Espinoza Vallees haber sacado creciente. a su abuelo de la cotidianidadpara hacerlo protagonista de su Como se puede apreciarde la experiencia de don Crispín, el propiotestimonio. Al tomarse el trabajode hacerlo, ha rescatado control de la economía fronteriza estaba casi totalmente en un material invaluable para los registrosde la frontera del noro­ manos de extranjerosa principios de siglo. La economía de Ti­ este de México en la mejor tradición de la historia oral. En este juana y Mexicali fueoriginalmente inventada por los estado­ libro, don Crispín aparececomo uno de esos testigos de su tiem­ unidenses. La primera surgió de la demanda de servicios y po, cuya sencilla lucidez ofrece datos e interpretaciones que productosque no se ofrecíanen territorio estadounidense por parecen ventanas por las que se puede observar el panorama estar prohibidos. Tal fue el caso de las bebidas alcohólicas de la identidad cultural de los mexicanos del septentrión. El prohibidas por la Ley Volstead, conocida popularmentecomo testimoniode don Crispín es convertido por Víctor Alejandro ley seca.De las condicionescreadas por estaley surgieron los en unaimportante contribución al conocimientode las formas baresy casinos dondese originó la leyenda negra de Tijuana. En culturalesde la frontera, tan necesitadas de comprensión en el los años veinte, prácticamente todo lo que producía riqueza centro del país donde aún imperan los estereotiposdel fronte­ era propiedadde extranjeros.Los mexicanos no podían -ya no rizo como undesnacionalizado por efecto de la cercaníageográ­ digamos serpropietarios de negocios- ni siquiera acceder a los fica con Estados Unidos. Frente a esos estereotipos, don Crispín trabajosde ciertonivel de salario. No se les permitía como cho­ sólo podría ser explicado como un caso aislado, rodeado por feres, meseros,croupiers, cocineros,etcétera. La reivindicación sus antítesis. La lectura del testimonio de don Crispín ilustra lo de la soberaníaeconómica en Baja Californiaempezó por los absurdo de tal explicación. Su vida cubre la corta historia de trabajosa donde no se les permitía llegar. Aquellas luchas del los asentamientos urbanosde Baja California,donde la preser­ sindicalismo en Ttjuana tuvieron una consigna que se podía vación de los valores,costumbres, creencias religiosas, patrones leer en lasparedes de los principales negocios: "El trabajo en familiares de comportamiento, representan una cotidianidad Tijuanaes para los que viven en Tijuana". Desde esos tiempos cultural cuya identidad con lo mexicano se evidencia en el con­ alpresente hay toda una historia de reconquistade la soberanía traste con la "otredad" de la cultura anglosajona. económica, cuyo reconocimientoes arrebatado por los estereo­ Esta obra no es sólo el homenaje emocional del nieto al abue­ tiposcon que seve al fronterizodesde el centro del país. Don lo. Aunque es una motivación legítima,no hubiera sido sufi­ Crispínparticipó activamente en aquellas luchas sindicales, que ciente para la decisión institucionalde publicarla. A juicio de marcaronel origen de la reconquista de la economía de Baja los evaluadores externos,se tratade un testimonio de valor ex­ California.La experienciadel abuelo, rescatadapor Víctor Ale­ cepcionalpara el entendimiento de una comunidad fronteriza. jandro,nos habla del aislamiento de la parte más septentrional

----...--10 Don Crispín. Una crónica fronteriza Víctor Alejandro Espinoza Valle

del país, cuya integración por carretera al resto de la nación Don Crispín, un testimonio de historia oral, hay en e fiCCl · ón 1 y • .. d en a d escnpc1on, d e 1as aún no llega a los cincuentaaños de historia. Del testimonio de llas a extraordinaria consistencia 1 en las dé adas de los años don Crispínpodemos inferir que la tendencia de la integración �ndi:nes de vida de los migrantes � El ole o de la Frontera de una economía fronteriza a la del país vecino ha ido de total veinte y treinta. Con estas do� obras, � � la histona de este compl� a parcial y no a la inversa como sugerirían los estereotipos. Nortecontribuy e alentendimiento de Quizá la mayor riqueza del testimonio de don Crispín esté jo fenómeno. en lo que representa para el estudio de la cultura fronteriza. Nos ofreceun riquísimo muestrario de valores,creencias, nor­ mas, tradiciones y mitosque hablan del carácter del fronterizo de una manera contraria a las visiones estereotipadas.Ahora sabemos, por las investigaciones realizadas en El Colegio de la Frontera Norte, que la mexicanidad de los fronterizos se refuer­ za con la interacción con el extranjero y no al revés. El refuerzo de la mexicanidad en estas latitudes no quiere decir algo así como más que, o el doble de la mexicanidad de los habitantes de otras regiones del país. Quiere decir una seguridad de ser lo que los vecinos no son. Es precisamente la interacción más in­ tensacon el extranjero lo que caracteriza a la experiencia fronte­ riza, lo que permiteuna definiciónmás accesible de lo mexicano en la frontera. Lo mexicano acá es lo no gringo. Aunque de una manera diferente, la publicación de Don Crispín Una crónica fronteriza se agregará a un título anterior: Lasaventuras de don Chipote o cuando los pericos mamen, de Daniel Venegas,quien escribió esta novela por entregas a un periódico en español de Los Ángeles en los años veinte. Esta novela, pio­ nera en su género,se refierea la vida de los migrantes mexicanos en los traques y en los files.Sobre todo en la experiencia de don Crispín en los trabajos de construcción de los ferrocarriles en Estados Unidos, encontramos numerosas coincidencias con las experiencias del personaje don Chipote, de la novela de Vene­ gas. Ambas obras contribuyen al entendimiento de la realidad del fenómenomigratorio de trabajadores de México hacia Esta­ dos Unidos. Aunque Lasaventuras de don Chipote ... es una obra

12 --....---- Introducción

LAmicrohis torianace del corazón y no de la cabeza como la macrohistoria. El microhistoriador suele acercarsea su objeto más por simpatía o por an(patiaque pmel meroaJrf.n de saber; su madera es más de poeta que de cientifíco. En la microhistoria seconfunde n más que en cualquierotro tipohistoriográfico el sujeto y el objeto' ti serque se expresa,el ente expresado y el ser comprensivo.Quien la rtfteTtsuele ser parte del asunto relatado,y quien la lee lo mismo.

Invitación a la microhistoria Luis González

A travésde las narracionesde lahistoria fronterizase va tejien­ do la tramade lavida cotidiana.En ellas,escenarios y personajes muestransu cara real,desmitificada y trascendente. Las pala­ bras de don Crispínconstituyen una versión singular de la biografía socialde la fronteranorte. Una voz que desde la calle o el llano nos habla no sólo de experiencias personales, sino que se afana por recreary reconstruirlas diversas atmósferas en las que seha desarrollado la vida de los fronterizos.En estas narracionesencontramos la dimensión humana de la historia, endonde los actores centralesson el propio narrador y sus com­ pañeros de ruta. Don Crispínes unnarrador popular excepcional. Forma par­ te de una generaciónque, merced a sus condiciones, tuvo que cultivarla transmisión oral de conocimientos para preservar su identidad.Con particularagudeza, la memoria de don Cris­ pínnos conducepor los recovecosde una historia menuda, sim­ ple, perojustificadamente válida para el gruesode la población. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

Lo que cuentan los mayores representa el insumo primordial uestra pouL lación. De ahí la importancia de darle la de que se vale la microhistoriapara descifrar sus misterios. Don P arte de n 0mbre como don Crispín, capaz de hilvanar una Crispín reafirmala validez de esta visión secular de los acon pal b h te­ � � ª � rtirde los hechosmen udos, valiéndose única- o y il histonas P a cimientos fronterizosdiciendo: "Así fueronesas c sas, ni modo m ª u de su rodioio·osa memoria y de s s 1infin 't' os recursos que no, si yo lo vi, no me lo contaron". En ello reside el secreto rnente P de sus certezas: don Crispín desempeña un papel protagónico orales. º puntual de la frontera n�rte; Este trab ªl . no es una historia · en cada uno de los acontecimientos narrados. Habla desde el pormenonzadade 1 os ta p o se deti e enla reconstrucción centro mismo de sus historias, pero no como un testigo más, m 2 - tosoc de un pueneblo. Pretendeser una crónica basada en his distante, impasible, sino como un actor comprometido con sus asun . . . a or al' que aunq ue ambientada en diferentes cmda des de 1a convicciones. Desde los años treinta,cuand o inicias u partici­ ton . . , ntera, su destinofinal es Tecate, Ba1a C aliforrua. E s unacro- pación sindical y política, adquiereel compromiso de "luchar fro . . histórica, que al recoger acontecmuentos d e 1os últím'os por las causas del pueblo" desde el pueblo mismo. De ahí su nica . enta an·os de vida fronteriza,nos recreaen los pormenores visión críticay desmitificada sobre la construcción cultural en oncu . . . . trucCl ón socialde nuestraidentidad. Por sus con tem- la frontera. de 1 acons . . · trabajoes parientecercano de la microhistona, a ue 11 a Don Críspín recorreen su viaje personal el itinerario de los dos, este . � . d finidacomo historia local, de espacios breves, como histona fundadoresfronterizos. Desde el sur intenta una y otra vez la 3 , según las palabras de Gonz lez. residenciaen el norte. Alconseguirlo, junto con sus compañe­ d: la, aromosa tierruca", �� � _ . no tienepor objeto la reconstrucc1oncronologica ros de ruta en los años treinta, refuerza la vía por la que siguen Smembargo , , . strictusensu, aunque s1 s teresa arribando las generaciones de paisanos, quienescon sus accio­ de los acontecimientos en � � nes cotidianasvan tejiendolas nuevas señas de identidad. por narrar hechos, costumbres,sufrimientos y descubnmientos, de pormenores que han Lo que nos cuenta don Crispín constituye, sin duda, la histo­ leyendas, cuentos,farsas y toda clase _ o ria que el pueblo recuerda1 Con sus narraciones contribuye a servidopara cimentarla identidadcultural de los frontenz s. combatirla desmemoria social. Quizá muchos de los aconteci­ Hacia finalesde 1977 elaboré un primer proyecto de inves­ mientos aquí presentadosno quedaron registradoso recibieron tigaciónq ue teníapor objetorecuperar las experienciasvitales tratamiento distinto enla historia, pero lo que me parece más de don Crispín a través de numerosas entrevistas. Éstas, que significativoes que de manera muy semejante a la de don Cris­ fueronaplicadas durante 1978, sirvieron de insumo fundamen- pín, son recordados y platicadosesos acontecimientos por gran

ZUtilizo el sentidoasignado por CarlosMonsiváis al trab�jod la crónica: "Persiste . . � 1En don Crisp!n confluyendos característicasimportantes para la microhistoria: es ( ) unadefinición de trabajode la crónica:reconstrucaó� /1�erana de. sucesoso figuz:as, protagonista y narrador de sus acciones.Al respecto de los informantesclave en la Sfflffl>donde el empeñoformal domina sobrelas urgenaasinfo �ttvas.En la cróruca, historia matria,Luis González comenta:"Los protagonistas de la pequeñahistoria son el ¡uegoliterario usa a discreción la prim� pe_�na o � libre��te los acont� generalmente individuos del pueblo raso; o si se quierede la elite local, que difiere aauentos como vistosy vividos desde la mtenondad aJena. Tradiaonalmente -sm muy pocode la masalocal. Lamicrohistoria es el relato individualizadode loshumildes, queeso signifique ley alguna-, en la crónicaha privado la recreaciónd � a�ósferas y � de los vecinos que rara vez aparecen en la secciónsocial de los periódicos y quizá ¡essobre la transmisiónde noticiasy denuncias",Carlos M.0 1váis. A ustedes � nuncaen la seccióneconómica", Luis González, Invitadón a la microhistoria,Biblioteca J:'::ta. .Antología dt la crónica en México,México, ERA, segunda edia n, 1981, pp.13. Joven,47, México,SEP-FCE

tal para diseñar, ocho años después, en febrero de 1986, un don Crispín sus narraciones es se­ El lenguaje utilizado por � gundo proyecto. El proyecto definitivo fue puesto en march de la frontera. Éste mcorpora elementos a el 1 enguaJe· coloquial . en enero del año siguiente, gracias al apoyo de El Colegio que, fuertemente enraiz dos en los ha- de la del español antiguo, los � Frontera Norte (El Colef). El instrumento de investigación pri­ comunidadesrurales del sur del péllS,han llegado b.1 tantes de las . . mordial fue una extensa guía de entrevistas asmusmom. t egra los c?mpo- a las que gustosa­ al norte por bocade sus migrantes; le provee. La vecindad con mente dio respuesta don Crispín durante el verano de 1987. nentes que la realidad fronteriza ec no, . co entre s s Desde su domicilio teca tense,don Crispínpronto desbordó con EstadosUnidos no sólo implica contacto � � � convivencia y comun1- su charla la agenda de trabajo, a la vez que facilitaba nueva­ habitantes: significatambién intensiva culturales. De ahí que la menteel acceso a su archivo documental y fotográfico. Muchas c:ao. ón con sus respectivos productos · dle os f rontenzos fueron las ocasiones en que nos sentamos a corregir y ampliar forma y los contenidos del habla popular entre los sus narraciones. Entre sonrisas, como para atenuar la fatiga del expresen esa realidad,si bien hay un origen común de la trabajo, varias veces me comentó: "Si te siguiera contando mis primeros asentamientos de mexicanos en ambos lados andanzas, fácilmentetendrías material para otros libros",yn o fronteray esto lleva a compartirformas dialectales en el habla lo dudo. Si bienlas entrevistasrepresentan el insumo fundamen­ c:hic:ana;por ejemplo,la incorporación de anglicismosy otros tal del trabajo, fueron consultados diferentes archivos en las girosidiomáti cos supera la utilización que hacen de ellos los ciudades de San Diego, California,Estados Unidos y México, habitantes de "este lado" de la línea. Don Crispín, el migrante D.F., a la vez que se revisaron distintas fuentesbibliográfica s y que llega a Ciudad Juárez en abrilde 1924 procedentede Zaca­ hemerográficas. tec:asy que seincorpora al trabajoferrocarrilero en Estados Uni­ La primera transcripciónde las entrevistas me situó ante la dos hasta junio de 1926, comparte el itinerariode don Chipote magnitud de la empresa: tenía ante mí un complejo documento de Jesús María Domínguez, personaje central de "la primera de aproximadamente quinientas cuartillas,que había que desci­ novela chicana".'Son los mismos móviles, ilusiones, épocas, frar,complet ar, precisary hacer accesible para los futuros lec­ rutasy enganchadosa trabajossimilares. Pero don Chipote nos tores. Ésta, que ahora presento, constituye la séptima versión narrasus aventurasdesde Estados Unidos y en ellas se perfilan del trabajo.En ella tratode apegarmeestrictamente a lo contado ya los rasgos fundamentalesde la narrativa chicana.Don Cris­ por don Crispín,respetando giros idiomáticos,modismos, an­ pintranscurre sólo dos años en aquel país y termina por asen­ glicismos y la estructura del lenguaje por él utilizado.Prescindo tarsetierras en bajacalifornianas. Comparten experienciasgene­ en lo posible de engorrosasnotas de pie de página que pudieran racionales, pe.rolas cuentanen estilosy épocas diferentes: don desviar la atenciónde las narraciones.Muchas de ellas son acla­ Chipote está más cerca del habla chicana; don Crispín, de la racionesdel narrador o aquéllas que ayudan a ubicar al lector fronteriza. en el contexto. Atendiendo al espíritu que animaesta obra, he Cada unode los siete capítulos que componen el libroobede­ optado por sustituiralgunos nombresde personajes que en ella ce a su propia lógica,pero mantienenentre sí unaestrecha rela- aparecen.Apelo a la comprensióndel lector atento y lógicamen­ te eximo de cualquier responsabilidad a la precisa memoria de •0arue1V enegas,Las aTJt11turasde don Chipoteo cuandolos pericos mamen, Colección Fron­ don Crispín. tera, México,SEP-Cefnomex, 1985. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

di i mbre de 1929. Desde a í cióntemática y cronológica.En el primer capítulonos adentramos de Tijuana, Baja California, en � � � su reenganche al traba¡o por los confinesde la vida familiarde don Crispín, transcurri­ narrará sus peripecias para sobrevivir, el da en La Estanzuela, Zacatecas. Años formadores,de creencias ferrocarrilero y una nueva aventura para llegar a Tecate en y de acopio de tradiciones que volverán a recrearse en los dos invierno de 1930. Este capítulo explora el periodo comprendido últimos capítulos. Especial atención nos merecen dos etapas entre1929 y 1969, el cual se centrará en sus 39 años de trabajo de su vida en las que narrará su recuerdo, primero, de las trági­ enel ferrocarril San Diego y Atizona.Este ferrocarril,propiedad cas correrías de las diferentesfacciones revolucionarias por su de los estadounidenses Spreckelsy Pontius, había entrado en pueblo y las respectivassecuelas de tristeza y desolación rega­ operación en1919 y se distin�a por seguir un� ruta típi�ame�­ das a su paso; y en segundo lugar, la etapa comprendida entre te fronteriza: partiendode la ciudad de San Diego, Califorma, 1926 y 1929, los años de su regreso de Estados Unidos, cuando condestino a Yuma,Atizona, ingresaba una y otra vez en territo­ se encuentra con los levantamientos cristeros, objeto central de rio mexicano. A través de estas narraciones se muestra la decisi­ sus anécdotas. va contribución del ferrocarrilpara el surgimiento y desarrollo En el segundo capítulo, don Crispín nos conduce, desde la de las ciudadesfronterizas. En este caso particular merece la óptica de los años veinte, por algunas de las rutas más impor­ penadestacar el hecho de que el San Diego y Arizona fue,hasta tantes de la migraciónde mexicanos a Estados Unidos: Ciudad 1948, el único medio de comunicación terrestre de los bajacali­ Juárez, Nogales, Mexicaliy Tijuana. Su primer crucepor Ciu­ fomianoscon el resto del país: siguiendo la ruta hasta Yuma, dad Juárez en 1924, desde donde cuenta los pormenores de la Atizona,era posibleentroncar con el tren que ibaa Tucson para contratacióny reenganchede los mexicanos rumbo a las labores de ahí seguir hasta Nogales, Sonora.También en este capítulo ferrocarrileras,ejemplifica las penurias y discriminacionesatá­ don Crispíndescribe con amplitud la vida al interior de la com­ vicas sufridaspor nuestroscompatriotas en su intento por con­ pañía, es decir,se detiene en la explicación de los procesos técni­ seguir mejores condiciones de vida. Posteriormente, en 1929, cos de trabajo,narra la evoluciónde las máquinasferroc arrileras, en Nogales, Sonora, verá impedido su cruce legal a Estados nos habla de la organizacióny las condiciones de trabajo, de la Unidos, por lo cual decidirá la temible travesía por el desierto vipa de los trabajadores en la ciudad y del rechazo social hacia sonorenseen compañía de dos prófugosvasconcelistas: Alfonso este tipode empleo; abunda sobre los procesosde organización y Benjamín, sobrinos del general PlutarcoElías Calles. Así llega sindicalante el deteriorode sus condiciones de vida; habla sobre a Baja Californiaen diciembre de ese año. En el intermedio de los compañeros que se fueron rumboa Estados Unidos con el tan trágicasaventuras, don Crispínnos detallasus experiencias Programade Braceros y,finalmente, de la venta del ferrocarril de dos años de trabajoen los ferrocarriles de Estados Unidos. Ordaz en 1969 y, con ella, del finiquito de Con lujo de detalles describelos procesos técnicos,las condi­ al gobiernode Díaz ciones de vida y de trabajo, sin olvidar las relacioneshumanas los trabajadores. en los campos ferrocarrilerosy el ingeniodel cual echaban mano En el siguiente capítulo se relatan, en primer lugar, las im­ los trabajadorespara sobrevivir en ese mundo extraño. presionesque le causarona nuestroprotagonista las ciudades En el tercer capítulo, titulado"Nos llamaban los cholos, los fronterizasde Nogales, Ciudad Juárez, Mexicali y Tijuana en despaletados", asistimos a la llegada de don Crispín a la ciudad los años veinte. Para él, "Esos pueblos de la frontera estaban

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como muy abandonados". Una vez establecido en Baja Califor­ sindicales y políticasen Teca te. La suya en1 as luchaspop ulares, nia, don Crispín nos cuenta, entre otras cosas, cómo se comuni­ a la disección de los compo­ es a visión críticaque conduce caban territorialmente aquellos habitantes, la forma enque ha­ local.Dos experiencias influirán decisi- nen esdel poder político . cían su comercio, historias sobre los chinos en Mexicali y los u; , 1 . 'd d ente ensus compromisos: su incorporacron aas actív1 a es vam 1 'd rusosen Ensenada, la proliferación de cantinas y casas de jue­ · dicalesferroc arrileras durante e peno o card' erusta y su p�ir- go al amparode la estadounidense LeyVolstead de 1920, la im­ �pa ciónen el Comité Pro Estado, que lograría, en 1952, el re­ portancia de las políticasdel coronel Esteban Cantú (1915-1920) c:ocimiento de Baja Californiacomo estado de la federación. para la economía social de Baja California. En segundo lugar Así, la temáticadel capítulo discurrirá por dos planos princi­ nos recreaen los pormenoresde la vida urbana de Tecate. Princi­ nos referirálas p cipales lu�a.s po�ul�res pales: por un lado, � p�ente narracómo encontróel pueblo a su llegada en 1930 y enfav or de la introduccióny extensión de los serv1c1os pubhcos como fue el proceso de urbanización y crecimientoeconómico durante los años cincuenta y sesenta, mediantelas que se logra­ hasta finalesde los años cincuenta; sin duda, se trata de una re­ ron, entre otras obras, la formación de nuevas colonias, la flexión compartidapor muchos tecatenses acerca de hechos y ampliación de redes de electrificación,la introducción del agua en en procesos considerados como trasc d tes. y la pavimentación de algunas vías importantes del pueblo; Transitan por este apartado, entre otros, los indígenas que por otro lado, abordará críticamente las historias veladas del llegaban al pueblo desde las rancheríasy los repatriados por la poder local. Desde la ópticade su militancia, nos brinda su ver­ gran depresiónde los años treinta. Explica cómo se repartieron sión acerca de los mecanismos internos de configuración de los predios,se hicieron nuevas construcciones "de adobe" y la grupos y políticaslocales desde finalesde los años cincuenta formacomo quedó trazadoel centrotecatense con la presidencia hasta principios de los setenta. También en este apartado re­ municipaly el Parque Hidalgo incluidos. En este renglóndesta­ flexionaampliam ente sobre temas relevantes de la política: el can también las transformacionesde la aduana y la importancia papel que hombrey mujer deben desarrollar en la sociedad y comercialy culturalque reviste"desde aquellos años" el cruce en los partidospolíticos, así como sobre los deberes del líder; fronterizo.No olvida tampoco la presencia del comercio chino señala cuáles han sido los principales obstáculos para la demo­ y sus anécdotas. Don Crispín nos recuerda cómo llegó la luz cratizaciónsocial y hace hincapié en los cambios que urgen en "también del otro lado" y la extensión de sus redes en los años el partidooficial y que son los que el pueblo demanda. Por úl­ cuarenta, acompañadas de los primeros aparatos telefónicos. timo,cu enta una experiencia de ejerciciode gobiernoen tre1985 Por último, le merecen atención los orígenes de tres de las in­ y 1987, cuando actúa como subdelegado enel poblado Francisco dustriastípicam ente tecatenses:los ladrillos,el vino y la cerveza, Zarcodel municipiode Ensenada. Setrata de una experiencia Y en particular sobre esta última refieresu accidentada historia compartida-y poco documentada- en las municipalidades de desde su fundaciónen 1943 hasta 1954, año enque seríaadquiri­ nuestropaís. ¿Cómo se ejerceel gobiernoen la aldea? Sin recur­ da por sus actuales propietarios. sos perocon mucha imaginación,precisamente como de la que . el capí�o_quinto, "Compromiso popular y luchas polí­ hace gal � a don Crispín:"Aunque no había muchas opciones para ticas , don Cnspm nos habla de sus experiencias participativas allegamos recursos,de algúnmodo resolvíamoslos problemas".

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Tecate" es la historia del primer grupo El capítulo "Cultura en la frontera. El mosaico vital" recoge "Éramos Los Ases de en 1931. Como segundo violín fragmentosde la cultura popular en la frontera.A partir de las musical de recate que surgió asiste a bodas, ctl!r.pleaños y otros amenas narracionesde don Crispín,la nociónde cultura se vuel­ del cuarteto, don Crispín y letra a los sentimientos po- ve tangible y se materializa en las prácticas cotidianas de los festejos, endonde le pone música an y polleasy corridos no protagonistas.Aquí se descubreno sólo por dónde arriban las ulares. Las cuadrillas se organizab la de cilindro novedades científicasy culturales, sino, lo que es más impor­ � hacían esperar. También al amparo de música y gitanos al pue­ tante, la manera en que son recibidasy las formas que adquiere arribaron los primeroscircos, los húngaros (o) an ando la socializaciónde su conocimientoentre el pueblo. blo. Ésos que con paso cansino todavía and por ahí ech am­ En un primer apartado, don Crispín hace suyas las leyendas cartas y adivinando suertes. Este capítulo se cierra con una de la frontera. y otros cuentos conocidos en su niñez y juventud en La Estan­ plia reflexión sobre lo que significa vivir y ser zuela, Zacatecas, así como los que encontrará enTecate y que Para don Crispín, los habitantes de la frontera"siempre es gente aún hoy siguen en boca de sus habitantes. Particular atención de lucha y de provecho". le merecela llegada de los primerosautomóviles envueltos en ''Para curar la vida" es el título del último capítulo del libro. airesde modernizacióny que implicará el desplazamiento de Con él recordamos algunos de los métodos tradicionales de y, lo que es los habituales medios de transporte(la diligencia y el ferroca­ curación empleados hasta nuestros días en México rril).En el tema de los mediosde comunicación -cine, teatro, más importante -para los propósitos de este trabajo-,emplea­ televisión, radio, periódicos, correo y telégrafo- su puesta en dos por los mexicanos de ambos lados de la frontera. No se escena enlos años treintay cuarentarepresenta el primercontac­ trata,de ninguna manera, de presentarun recetario de medicina to permanentede los tecatensescon el exterior. Por ello provoca tradicional; sólo se incluyen algunos de los "remedios" común­ un verdadero vuelco cultural acompañado de sus respectivas menteempleados y que sirven para ilustrarlos conocimientos dosis de festividad, misterio y fascinación popular. También de don Crispínen la materia. Con sus explicaciones queda claro seránrecordados algunos de los oficiostradicionales: los prime­ cómo el uso de métodos y mediosnaturales de curación se gene­ ros fotógrafos, capaces de motivar acontecimientos sociales a ralizaronen nuestraspoblaciones, debido al peso de las tradicio­ su paso; los médicos y las parteras alumbrados por la experien­ nes culturales, a la carencia de alternativasmédicas modernas cia; la llegada paulatina de las religiones en los años cuarenta, y por la confianza ejercida con sus resultados. La medicina sin olvidar las vocaciones pedagógicas y la extensión de la in­ tradicional ha sobrevivido a los embates de la modernidady fraestructuraeducativa en el pueblo. sigue siendorecurso contra nuestros males. En un primer mo­ En el apartado sobrelas tradicionespasa revistaa una amplia mento,don Crispín se remonta al escenario familiar para expli­ gama de actitudes,costumbres y festejos de los bajacalifornia­ carnos el origen de sus saberes. Sus padres, primero, y don nos. Aquí se interesapor demostrar cómo las tradiciones se han DoroteoLlamas, después, le fueron mostrando los secretosdel ido modificando con el cursode los años; por eso ser compadre, arte de curar la vida. Así, a los 16 años descubreque "la quiro­ amigoo novio "ya no es lo mismo que antes". Pero también los prácticaes la cosa más maravillosa que puede haber". Este oficio bautizos, el casorio y luna de miel incluida, han cambiado. lo ha ejercido en Tecate -conevidente sentido altruista- desde Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

a o a ac o a o a n a n h ce más de 50 añ s. A su puert han udid infinid d de r a buentérmin la investig ció . Mi gratitud t mbié ona o la o d la a n l lo neva o la a a a l ó l pers s de amb s d s e líne . Ge te de pueb , hombres P:berto Henández H. p r buen cogid que e mereci e a ona la l a o a o o a ado n odo o n o a de cienci , pers jes de elite, de "a t p lític ", ric s y p bres to y su apoyo brind e t m me t . De maner o o o o o l on ec ono o a la do o a rancher s... han sid beneficiad s p r l s singu ares c oci­ P:culardese o expresar mi rec cimient , ct r Bár­ o c o d on o o o n a o ola o ac ó a l a mient s prá tic s e d Crispín. P r ell c ntinuame te h A. Qriscrollp r su invaluable c b r i n par e des ­ o o a la o al d o o o d l c tara a ón l a la a o ación de recibid fert s b r es e médic s quir práctic s e as iu­ rrollode la investig ci . En primer ug r, en el b r ad d o o l y c o ón l o í o o n l o a licación d es e San Dieg , L s Ánge es San Francis o, Calif rnia; a versi de proyect , as c m e e diseñ y p o la a do a a a o la tercer a d l o d do per siempre s ha s bi rechaz r p r seguir ejerciend su de la guíade entrevist s urante e veran e 1987. En segun la o d d la o a o on ón d o o a a o b r es e "este d ". En un siguiente apart d , d Crispín lugar, en la revisi e l s archiv s de l ciud d de San Dieg , a a o l o a o a ón la a ón l a ítulo s c del muestrari de "sinfínde c s s que ha descubiert " Californi , y en la discusi de primer versi de c p o lo o o l a o o la a a o l a o a o n algun � �e s remedi s c múnmente emp e d s p r medici­ primero, Igualmente gr dezc e p yo ?e � rge Gust v �e ­ n onal a a a c n o ó co o a a la o �on o a n o a tra 1cr par comb tir p de imie t s cr ni s y c tidi ­ doza en las ingrat s b res de transcnpc1 , pr ces mie t no � no a on o a o co o a ca lo on n s. Finalmente, s brind sus impresi es s bre las ctivi­ técnico de los text s y sus mentari s cer de s c te idos d n o n a l dades de brujos y curanderos y así marca las necesarias dis­ generales del trabajo. Mi agra ecimie t permane te a Is be n o a a a ó la l c d a a tancias con las prácticas médicas tradicionales. Muestra cómo MartínezV., quien co t d p cienci escuch e tura e c d d l o a a al esos oficios se abocan a enfermaro curar a las personas a través una de las cuartillas e as siete versi nes, p r después señ ar o l ol o o a de métodos misteriosos y fascinantes. Métodos llegados a la lagunasy formular p sib es s uci nes. Asimism fue decisiv a ó a o a o on a o a a on n o su colaboración para la titul ci n de est br . AJ rge F. Her­ fr ter -com much s otras práctic s y c ocimie t s-desde n lo con l a o n a a o nández, amigo de la historia matria, con quien come té s ­ e sur del país y que ún h y sigue fuertemente enr iz d s en l n a o l o n l a a tenidosdel trabajo y de quien recibí estimu antes come t ri s. as creencias p pulares, "e tre a r z ". a o o a o o o no a on a a ón A mi am dreMaría Luisa Valle Q. y mis herman s Ge rgin , De t d es s cuent d Crispín. Apen s qued rinc í o o l o n a a a al no a o o a o a Leny,Ivette e Iván, as c m a Charito y Abe , p r uestr his- de l vid cultur escudriñ d p r sus andanz s y mem ri , o a o a a a o a a t ri c mpartid . ello p�sar de su modesti cuand afirm : "Mi fuerte es l qui­ o o a a n o a o a a ropráctica. No puedo dedicarmea tanto, no puedo saberlo todo . 'Dese dejar c nstancia de mi gr decimie t D r Eli Feliciány a Martha Alicia Ortega por su invaluable apoyo téc­ Si así fuera,serí a una miscelánea". nico para llevar a buen término esta nueva edición. Asimismo a o o o a a o o a c ón o c o a a n o a o o n a agr dezc a Alf ns C r ve p r l reproduc i fot gráfi a. Dese expresar mi gr decimie t El C legi de la Fro ter o o a o a on a a o tu ón o o o n o ó a o o P r últim , mi gr titud p r siempre d Crispín V lle C s­ N rte, insti ci que ent d m me t me brind su p y on ala a no a a o o a a la a o a n a a o a n o la tañeda, pues c sus p br s s brind l p rtunid d de par el b r ció de este tr b j . Precis me te p r s "tierru­ n o a a a y n a a onoc o o a a o a oa indagar en uestra hist ria -p s d prese te-- p r c er cas" de d n LuisG nzález, en l ciud d de Zam r , Mich cán, o d lo a o o o la c l a a o a a a n más de cerca much s e s r sg s definit ri s de u tur un tarde del mes de ctubre de 1986 pl tiqué mpli me te popular en la frontera. del proyecto con Jorge A Bustamante y Amelia Malagamba. on o o la o a a n a Desde ent ces recibísus c mentari s y s lid rid d ecesari V.A.E.V. ¿Cómo me voy a quitar la sangre? ¿Cómo voy a jurar una bandera hipócritamente? De todas maneras allá, en el otro lado, saben bien que es sangremexicana, no se la puede quitar uno.

DonCrispín Capítulo r

EnLa Estanzuela, Zacatecas. Recuerdos de otrostiempos

Naá el 5 de diciembre de 1907 en el rancho El Rodeo, munici­ pio de García de la Cadena, antes La Estanzuela, Zacatecas.5 Mi padre se llamaba José Valle González y mi madre, Macedonia Castañeda Lozano, ambos nacidos en el mismo municipio. De los abuelos o bisabuelos dicen que eran de procedencia espa­ ñola. Cuando menos mi bisabuelo paterno.Él traía el apellido del Valle. Sellamaba, creo, José del Valle, pero ya a mi abuelo José le quitaron el "del". Por eso mi padre y nosotros ya fuimos ''Valles". Alguna gente criticaba a mi bisabuelo por tener un apellidoespañol; le decían el "Viejodel Valle". Tal vez por eso quiso quitarse el "del". , En lo que se refiere a hermanas y hermanos, yo conocí a dos hermanas y cuatro hermanos con mi persona. El nombre del mayor era Bartola, seguía Dominga, luego su servidor, Crispín Valle, Heriberto, Presentación y José. Dicen que además mu­ rieron otros seis hermanos pero no los conocí. A la fecha sólo vivo yo.

5 "La Estanzuelaes el nombrede un municipio y su cabecera, del sur de Zalatecas. Su apellido oficial es Garda de la Cadena desde 1935, pero la seguimos llamando la Estanzuela. Es tambiénuno de los 808 municipios del país con alta marginación. Su población actual debe de sercercana a los 5 000habitantes". Francisco J. Núñezde la Peña,"La llamamosLa Estanzuela: Una microhistoria", en Relacio11es. Estudios de historia y sociedad,número 16, Morelia,Mich., El Colegio de Michoacán, 1983, p. 72. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

Toda la familia se mantenía de la agricultura. Mi padre, cuan­ Al morir mi papá, mi madresiguió con el mismo interés en que do estaba muy pobre, empezó a cargar leña en mulas para ven­ todos estudiáramos. No recuerdo el nombre de la escuela, pero derla. Mi mamá se quedaba en el ranchito y ahí sembraban y el director se llamaba Víctor Flores. En ese tiempo las escuelas vendían su leñita para irse manteniendo. Así fue como empe­ estaban en casas particulares; no tenían edificio propio. Casi zaron a hacer su fortuna. Llegaron a tener bastante. Todavía siempre daban las clases en la casa de mis padres, porque tenía nosotros alcanzamos a ser favorecidospor muchas cosas que uncorre dor muy grande. Como no había espacio, tenían a todos ellos nos dejaron: ganado,caballada y tierras. Mi papá murió los alumnosjuntos, pero divididos en grupitos. El maestrosiem­ el 17 de julio de 1917, y mi mamá, en 1940, cuando ya tenía su preestaba en medio, cuidándonos. Era muy celoso y cuidadoso pasaje y todo listo para venirse conmigo al norte; pero enfermó con todos porque tenía señoritas hasta de 15 años. En ese enton­ y ya no se pudo. ces se estudiaba ocho horas con intervalo de una hora al medio­ Todos los hijos fuimosa la escuela particular pues no había día nomás. No cuatro, como ahora. Fue hasta 1926 o 1928, no del gobierno.Mis hermanasse dedicaban al hogar, ayudaban recuerdo bien, cuando hicieron unsalón para la escuela. en la misma familia,en lo más serio, el hogar de ellas. 6 No todos terminamos la primaria; sólo mi hermano el mayor, Bartolo. Les decían la escoba Cuando ya iba él a Guadalajara a la escuela alta, mi papá murió y ya no pudo seguirle, así es que volvió a dedicarse a la agricul­ En 1914, los carrancistas7 sacaron a toda la gente de los ranchos. tura aunque luego emigró una temporada a los Estados Unidos Carranzamandó a todos al pueblo y luego arrasaron con todo. buscando un mejor empleo. Al otro lado hacía varias cosas, por Por eso les decían la escoba: se llevaban burros, ligaban con las ejemplo, decía que pizcaba naranja en Baltimore, California. mujeres, saqueaban la ropa. Las soldaderas se llevaban todo lo Los demás hermanos nos quedamos. Yo llegué hasta el quinto que podían. Lo que yo digo-y lo puedo justificar- es que el go­ grado. En La Estanzuela sólo había primaria, entonces había biernofue más tirano con la gente que los revolucionarios. Los que ir a Guadalajara a estudiar la secundaria pues era la ciudad villistas respetaban muchoa todas las familias, pero los carran­ más cercana. A Guadalajara se hacían dos días bien andados cistas no. Cometían muchos abusos, muchos robos. Se llevaban en mula o a caballo. En ese tiempo, a principios de siglo, se el ganado, echaban las caballadas a los sembradíos, llegaban a usaba puro burro para la carga. No había automóviles, todavía las trojes donde había mucho maíz, lo sacaban y en la calle se lo no se conocían. No había nada. Como tuve que dedicarme a las tirabana los caballos. Así hasta que se vino el hambre. Cuando labores del campo, aprendí a montar muy bien, tanto que hasta vino se acabó todo. Ni cerillossiquiera había. gané varios premios en las coleaderas. Todos temían a los carrancistas. La bola llegaba corriendo, Mispadres no sabían leerni escribir. Por eso tenían el empeño cometiendo abusos. A los carrancistas la gente los conocía por de que nosotrossí aprendiéramos,que siquiera supiéramos leer.

7"La Revolución Mexicana y la cristiadatambién tuvieron que ver con LaEstanzuela , • "También teníamos que ir cuando menos los sábados a la doctrina. En ese tiempo, lugar de hechos y cunade revolucionarios, cristeros y miembros de la defensa".Véase segúneso, todo mundo era católico". FranciscoJ . Núñez de la Peña, op. cit.,p . 73. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

la descripción de la ropa. Por eso cuando llegaban huían todas a tenía un hermano c 1on ca, que después se cambió villista, las mujeres a los arroyos, a las cuevas, a donde se podía. Ya a , . . eralen el gobiernoen Mex1co, Pedro Calonca, que era quien nomás se divisaba que venía una polvareda y a esconderse las en se levantaron dos sobrinos de mis 0 yaba. En esa batalla chamacas y todo, porque hasta las violaban. La gente del pueblo r :: Isabel y Tomás Flores Valle. A ellosles tocó ir hasta San que se daba cuenta arrancaba delante a avisar "Ahí viene la j:and el Teúl -hoy González Ortega- a avisar a los villista� de escoba". Tambiénllegaron a La Estanzuela los zapatistas y los carrancistas en La Tetilla y prepararles 1ap resen ciade las tropas · villistas. Ésos sí respetaban a las familias. Si había una queja O ' la emboscada del lienzo. Despues' d e tres d'ias d e ocupac�o� 1 es se cometía un desorden contra la población por parte de los ca­ cayeron, Ahí casi se acabaron a la escoba, y es que los v1llistas rrancistas,la auxiliaban. Si los carrancistas sabíanque un villista pusi eronsus sombreros en unos lienzos para dest antearlos. Lle­ se había levantado en el pueblo-¿y el pueblo qué culpa tenía?­ aronlos carrancistas abriendo fuego y los villistas les dispara­ querían acabar con todos, ahorcaban a la gente, la fusilaban. �n desde otroslugares y les causaron muchas bajas. Estuvieron Abusaban de las señoritas. peleando treso cuatro días y cuando ya se estaban acabando a En La Estanzuela había puros caminos reales,puras veredas, loscarranci stas,éstos pidieron refuerzo a CrescencioCorrea -un como antes en Baja California;pero aquí siquiera había carros señorbien parecidoy valienteque vivía en Colorada­ de caballos; allá casi ni se conocían; nomás había carretas para que llegóy sorprendió a los villistas por la retaguardia, y los recoger las cosechas. Por esos caminos llegabala bola. Una vez desalojó del lugar. Hubo una matazón. Por cierto, durante el los c�rrancistas llegaron a un pueblo que se llama La Tetilla, desalojo, las soldaderas seguían haciendo comida entre las ba­ localizado entreEl Rodeo y La Cejadel municipio de La Estan­ las; no tenían miedo. Nomás se oía un balazo y ahí caía uno ª zuela. Ahí en los cerros de La Tetilla estaba un destacamento, muerto sobre el comal. 9 q�e según esto era la "defensa" civil. Estaban tranquilos co­ Los villistasque quedabanse refugiaronen un edificio gran­ miéndose una vaca cuando llegaron los carrancistas al pueblo de, cercano al lugar de la batalla, pero hasta ahí los siguieron y Y p' os hicieron chuza. Pobres muchachas, se pintaron con tizne se los acabaron. Sólo muy pocos lograron huir, entre ellos Isabel Y todo para que no las violarany no les valió, ahí abusaron de y Tomás, pero poco después los agarraron en una emboscada las chamaquitas y de todo lo que pudieron. La "defensa" sí se c&eade Guadalajara. Entre ellos se dijeron: "No te vayas a dejar dio cuentade los abusos pero teníanmiedo de bajar. Los carran­ colgar más que madre". Los fusilaron, pero no se dejaron cistas eran conducidos por los Calonca. Uno de ellos, Ignacio ahorcar.Cu ando terminóesa batalla y vino Crescencio Correa, abrieron unos zanjones que los del pueblo íbamos a ver y a an an 1 donde acarreab a todos los muertos; les echab aguarrás "EI pueblo de La Tetillaestá en un hoyo circundadopor los cerros, entre otros' el lla- mado cerroHueco". pa' quemarlos ... cantidad de muertos... y vieranque cuando se 9An las atr dadescometidas por los revolucionarios,los vecinos decidieron organizar ,� °';! están quemando, por los nerviosy la lumbre,se sientan, se hacen las defensas de los �ueblos.Tal como lo documentaLuis Gonzálezpara el caso de San José de �racra, Michoacán: "Para defender el pueblo sus bienes,sus familias del bola y se enderezan. Sí, nosotros veíamos todo eso. _ ' acechoextenor, losveanos acordaron constituiruna 'defensa ". Pueblo en vilo. México Ya les digo, los carrancistas llegabana las casas golpeando a SEP-":E, 19�, p. 117. Estafigura social persistióhasta la conclusión de la Cristiadae� los anostremta. las mujeres,quitándoles todo lo que tenían. Los de Villa y Zapata Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

casi no admitían mujeres; ésas eran contadas; pero con los ca­ rrancistas todo estaba lleno, hasta con criaturas. Llegaban a te­ ner los niños ahí mismo. Nomás se ponían una garra así, en la espalda recogían al chamaco, se subían al caballo y se iban. Las mujeres andaban, como quien dice, con las enaguas arrastrando; usaban sus carrilleras, pero era pura robadera. En su gobierno, carranza fue muy tirano: y ése tiene su historia, nomás que no la dicen. Cuando empezó la revolución yo estaba muy niño -porque empezó en el 10-. Estaban con esos detalles de Pancho Villa. Como he leído su historia,cuando empezó, Pancho Villa no se llamaba así; Doroteo Arango era su verdadero nombre y él fue quiendefendió más a la nación en la revolución. Pancho Villa es para mí, y para mucha gente, el que merece ser un héroe porque nos defendió hasta de la invasión americana, y siempre fuemuy respetuoso.La gente lo quería porque peleaba la causa justa, no la bribonada, peleaba la causa... él y Zapata... y los traicionaron. Yo conocí a Villa en Tlaltenango, hoy Sánchez Román, Zacatecas, en 1918 o 1919, si mal no recuerdo. Era igua­ lito como lo ven en las películas. Estaba la tropa ahí parada y luego él caminandoen su caballo. Sí señor, pasé cerca de él. Era chaparro, con su bigote " así" como sale, igualito. Por eso nomás lo ves y dices: "Ése es Pancho Villa". larevolución tuvo esa cosa muy dura. Acabaron con todo lo que había de comer. La gente muriéndose de hambre. ¿Por qué? porque unos ya teníany no les importaba. Vuelvo a repetir: echaban las caballadas a los sembradíos, sacaban todo el maíz de las trojes y lo tiraban; mataban a las reses, se llevaban cuanto podían, hasta gallinitas, y todito se lo cargaban. Les decían la escoba porque llegaban barriendo con todo: burros, caballos, puerquitos y luego seguían y golpeaban a la gente porque no José, C:ispín y J:Ier!berto Valle, Tecate, B.C. 1942 (archivo les daba, y no les daba porque ya no había. Fue muy triste la fotográfico deCnspm Valle Castañeda. En adelante AFCVC.). revolución. Don Crispín. Una crónica fronteriza Víctor Alejandro Espinoza Valle

tirarcon rifle de anteojo y fregar a los que es­ Matabanpero no abusabano cuatroanécdotas sobre los acomodaron para o, arriba en los portines. Ahí estaban todos los cristeros en Zacatecas taban enel templ agraristas vestidos con la ropa de los santos y de las vírgenes. neció fueron al pie de la iglesia y empezaron el LA BATALLA DE SANJUAN DEL TEÚL cuando ama fuego. Trozaron las comunicaciones y aquél que se arrimaba al ya lo estaban matando, y luego con las granadas de Muy cerca de San Juan del Teúl en el pueblo de Florencia -un portínp'os riba, pa'l techo de la iglesia. En los canales corría la pueblo muy rico en agricultura-, se dio una batalla. Los del manopa'r • tantos muertos. Los cristeros matarona los del templo agrarismo,10 por hacerse del lugar, les avisaron a los de San Juan sangrede estaban adoloridos por lo que les habían hecho. Ellos del Teúl11 que se fueranpara allá y atacaran el pueblo. Agarraban porque pero no abusaban.12 Al último quedaron unos cuantos a los niñoschiquitos y los mataban; los aventaban como pelotas mataban , ya estaban decididos a desbaratarla pero el padre y con los máuseres les daban "de marrazos"; violaron gente; enla torre andabacon ellos) se negó. Entonces les gritaron "Tantos hasta guajolotes y todo se llevaron; echaron a la gente fuera, le (que tienen,si no se salen de aquí vamos a acabar con todos". prendieron fuego al pueblo y se establecieron en la iglesia. En­ días o quedó en ruinas, quemado. Oías aullar a los perros tonces, en respuesta, el pueblo de Florencia se levantó como El puebl y los gallos que quedaban cantaban como lamentándose. cristero.Ahí fue donde "nació" Pedro Sandoval. por ahí los agraristas les empezaron a agarrar miedo a los cristeros. Para proteger a la gente, los cristerosla metieron en cuevas Así y comenzarona organizarse. Un día alguien se vistió de mujer LADEL INTRIGANTE y por fin llegó hasta la plaza. Anduvo comprando verduras con un canasto y viendo cómo estaban las cosas. Aparentemente Los cristerostambién respetaban mucho a la gente, sobre todo ya no había cristeros, porque ya no sonaban, pero en la sierra a la Virgen, y lo digo porque cerca de La Estanzuela, en La Ceja, estaban reuniéndose.Una noche decidieronsitiar el pueblo. Así, vivía un hermanodel general cristeroPedro Sandoval y cuando la gente ya no pudo entrar ni salir. Entonces se vinieron y llegaban sus hombres no podían tocar a nadie. Aunque había llegaron al panteón -que está a un kilómetro de la iglesia- y se unosque se las daban de cristeros, resulta que eran purossoplo­ nes y cuando los descubrieron ya les andaba. Huyeron, si no se 1 IIEIo g. �iemo de Callesorganizó tropasde agraristas para enfrentarlosa los cristeros. los truenan. Eran muy intrigantes; a mí me acusaron de que La cnstia��· por tanto,fue una. v�dadera guerraentre campesinos. Así lo explica Luis Go��· Cuand� el gobiernovio que no podía fácilmentevencer a los rebeldes con teníaarmas y caballos para ayudar a los federales. Yo tenía un su. e¡éroto d� 70 mil hombres pensóen el refrán:'para que la cuñaapriete debe ser del caballo, pero armas no -aunque les diré que a un primo mío le mismo palo · Lanzócampesinos contra campesinos. Puso en manos de los agraristas que ya �b!anre �bido tierras,en manos de unos30 mil agraristas, fusilesy municiones habían descubierto algunas-. Cuando me iban a caer, un solda­ para aruq� cnsteros.Les dio armasy losobligó a peleara las órdenesde jefesmilitares que los utilizaríande vanguardiasy en generalpara las tareaspeligrosas y duras". do conocido me mandó avisar en la noche para recomendarme Ibídem, P· 151. A�emás, con ello semultipticaron los enemigos a los cuales hubieron y �e enfrentarlos cnsteros:tropas _f �erales, defensas socialesde los pueblos agraristas. 12"C? mo _qU1era,. 1 as f echarías de los cnsteroseran poca cosaal lado de los incendios, Enla obr_a _deJeanMeyer, ÚIcnstiada. ÚI guma de los cristeros, vol. l. México, Siglo xx,, � v10laoones, las matanzasy los saqueos de los federales",Luis González. Pueblo en octavaediaón, p. 213, se hace menciónde la batallade San Juandel Teúl que tuvo vilo,op. di., p. 161. lugar enagosto de 1928, de la cual fue protagonista Pedro Sandoval. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

que huyera. Me fuial pueblo y hablé con el tal general Sandoval la batalla de La Estan­ A pesar de la muerte del general, en y con su gente. Lle é al campamento y me metí a escondidas encabezados por Sandoval, que gu zuela triunfaron los cristeros para hablar con el cuñado de él y con su hermanay explicarles fueun criste ro de los buenos. lo que pasaba. Después me llamó el general. Ya le dije cómo es­ taba la cosa y mandó reunir a la tropa.Ahí el general preguntó: LOSCRISTEROS AVILA CAMACHO CONTRA "¿Quién es el tal PatricioMariscal?, tráiganmelo. ¿A ver las salió de Zacatecas con un armas que dijo que tenía este hombre?" -le preguntó el general En a época Manuel Ávila Camacho hoy Sánchez al intrigante."P' os sí, yo sé que tienelas armas"-dijo el Mariscal. ba :ón a perseguira los cristeros. En Tlaltenango, "Por Para esto, el general ya sabía que yo no tenía armas y que le Roroán , llegó preguntando: "¿Dónde están los cristeros?". vuelve a preguntar: "A ver, ¿pues cuáles armas tiene? Usted es ahíandan " -le contestó un teniente-. "¿ Y por qu�, no 1os, aca� -nomas as1 el que debe de tenerlas". El otroque ya no hallaba dónde escon­ b ?" -volvió a preguntar-. "Porque no podemos derse. "A ver tú, fulano, cuélgame a este hijo de... por andar le�jo el teniente-. "Pues vamos a ver cómo nos va" -dijo Ávila haciendo chismes aquí". "No, no -ya casi llorando decía el camachoy ordenó la salida. Saliendo de Tlaltenango, al llegar Mariscal-, hago lo que quieran pero no me cuel en". "A ver gu a uncerrito empezó la balacera. Nomás se oían los gritos: "¡Nos tú -dijootra vez el general-, saca el espadíny dale una docena vana acabar, general!". "¡Qué nos van a acabar... !" -contestaba de espadazos a este hijo de toda ... en la espalda. Y ahoritita me él-. Ibacon unas ramas arrastrando para despistar a los cristeros traeese caballoy las armasque dice usted que tiene este señor" y disparando; y ahí va todo el batallón siguiéndolo. Después -le gritaba-. "Ya ve, usted es el que las tenía, no yo" -le dije-. metieronen un cañon y ahí les fue mal pues les empezaron a Pero a fuerzasquería que lo fregarana uno ... Y le fue mal porque se de acá y de allá. Sus soldados nomás se hacían bolas. Gana­ le quitaron las armasy lo azotaron. Despuésandaba apenado y tirar podían, pa' la arboleda,pa' donde fuera. Luego le suplicaba a Sandoval que lo perdonaran. banpa' donde los caballosrodaban con los piedrones que les aventaban;las los traían locos... el arroyoiba creciendo de LA MUERTE DE PEDRO SANDOVAL bombas de mano sangre,de caballos,de todo ... ochentacristeros le acabaron el Tiempo después, en la batalla de La Estanzuela, mataron al batallón. fea se echó pa' tras.Como general Pedro Sandovalcuando perseguía a los agraristas. Éstos Cuando ÁvilaCarnacho vio la cosa el asistente. Fue a nomás se la llevaban robando, haciendo daños y matando. En teníamuy buen caballo se salió con todo y gente e esa batallamurió Sandovalluego de ser herido por un ranchero. refugiarsey a pedir refuerzos. Entonces le mandaron Pedro Sandoval se metió en un carrizal,lo sitiaron y le empe­ instrucciones para que se moviera rumboa Guadalajara. Re­ zaron a echar lumbre para sacarlo pa'l lado del panteón. Ahíse cuerdo que al llegar a García de la Cadena realizó una buena 1 cubrió en una construcciónde adobe. Cuando estaba viendo acción. 3 Resulta que un soldado había abusado de una de las por un hoyito de la puerta, entróel balazo que le dio en el puro ojo.Y ahí fue donde quedó muerto.No les valió mucho porque llLuisGonzález nos dice que durante la cristiadaManuel Ávila Camacho secaracterizó al finallos desalojaron del pueblo. como "un anticristeromisericordioso y tolerante", ibídem, p. 208. Víctor Alejandro Espinoza Valle

hijas de una señora viuda de apellidoCastro, contando con la complicidad de un sargento. La señora fue y se quejó con el ge­ neral, contándole lo que había pasado. A vila Camacho reunió a la tropa yllevó a la chamaca para que le señalara a los culpa­ bles. Después de que los identificó, el general dijo: "Aquí les voy a demostrarque también nosotros hacemos justicia". Y ahí en presencia de todos los fusiló, a uno por consentiry ayudar al abuso y al otroporque lo hizo. Capítulou Los cristeros nunca se acabaron; sólo negociaron la paz. Y es que siempre tuvieron mucho apoyo entre los católicos. La gente estaba con los cristeros, no les temían. Vieron que los cristeros Al norte, por estas vías nunca abusaban de las familias. Ellos matarían pero no abusa­ los 16 años tuve que emigrar de La Estanzuela. Como se es­ ban; mataban al enemigo pero no había abuso de las familias. A taba acabando lo que nos dejómi padre, tuve que salir a buscar trabajopara poder ayudar a mi mamá y a mis hermanos. En La Estanzuelatodos sabían que en el norte había trabajo y salían

conese rumbo.14 Algunos entraban en Estados Unidos de mo­ jados, de contrabando,pero en el río Bravo muchos morían aho­ gados o asesinados. En1924 salí rumbo al norte acompañado de mi sobrino San­ tos Mariscal y de otro amigo. En el camino se incorporó Agapito Toribio.Como no había transporte,caminamos ocho días desde La Estanzuelahasta la capital de Zacatecas, donde tomamos el trenCiudad a Juárez.Llegamos a esa ciudad el 12 de abril. Ahí, ellos cruzaronde contrabando,pero yo arreglé papeles con un dinero que me mandó mi hermano Bartolo desde Baltimore. Enrealidad el dinero era para que me regresara a Zacatecas

14 "Casi siemprelos hombresemigraban solos. Muy pocos con sus familias. En ese año (1924] LaCeja tendría unos 2 000habitantes. La Estanzuela ternamás, debe de haber tenidounos 5 000 o 000.6 Algunos [migrantes]regresaban uno, dos o tresaños después de su partida, otrosya no. Lamayoría iba a trabajaren las faenas del campo. Otros Ibana las labores que el ferrocarrilrequería por esos años debido a las obras de su instalaciónen el sur de EstadosUnidos. Llegaban lo más lejosque podían.La suerte decidía la distancia". Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

al lado pues no quería que fuera a trabajar a Estados Unidos, que por­ coyote me estaba esperando para acompañarme ameri­ que estaba muy chamaco. cano, a El Paso, Texas. Claro que para despistar pasamos sepa­ Cuando llegué a Ciudad Juárez me quedé como arrimado rados, pero él me guió a señas hasta el hotelito Iturbide, donde en el hotel de la señora Felicitas,una viejita sola que ya hasta me presentó con el señor Joaquín Alvidres, quien se encargó de me quería adoptar. Días después conocí a un amigo que me reengancharme al trabajo sin necesidad de presentar la boleta ayudó a arreglar la emigracióny a engancharme al ferrocarril. de sanidad. Fuimos muchos los que nos arreglamos con él. Y es Lo conocí en una fonda por medio de una muchacha llamada que resulta que en El Paso estaban las oficinas de reenganche, Lupe, que era quien me calentaba mis tortillas. Un día Lupe le endon de te pedían la emigración y la boleta de baño y te subían dijo al coyote15 que por qué no me ayudaba a emigrarme. El a los trenes rumbo a los lugares de trabajo.Esa boleta era muy coyote dijo: "Sí, si me da cinco dólares yo le ayudo". A mí me difícilde conseguir. Los que entraban en el baño eran tratados convino pagarle porque si no hubiera durado meses para que como animales. Los bañaban en un lugar que parecía un subte­ me tocara turno,pues cuando llegabasa las oficinaste enlistabas rráneo, Ahí los formabanen fila,todos encuerados:a las mujeres y había como 300 por delante.Así es que cuando el coyote me por un lado y a los hombres por el otro. Les echaban agua fría, dijo: "P' os a ver si consigue los centavos", yo ya los traía bien luego caliente y les aventaban jabón. Después los pasaban for­ guardaditos. Laotra era pasarte con un pollerode mojado, y así mados a vacunar. Repetían lo mismo con la ropa y los zapatos, no te detenías en los trámites. echándolesal finaldesinfectante. Por eso los zapatos quedaban El día 18 [de abril] me presenté a las ventanillas, ya bien todos churidosy ya no servían para nada.Era una discriminación aconsejado.El coyote me había dado instruccionespara que no bárbara. ¡De veras, así lo hacían! Los gringos decían que no tuviera problemas en el trámite de la emigración. Primero me podías ir a trabajar si no te desinfectaban antes. Afortunada­ llevó a su casa, me puso un traje y el bigotito bien arreglado, menteyo no pasé por eso, pues Alvidres me ayudó a subir al quedé bien elegante y ahíme lleva. Me presenté en la primera tren.En parte también lo logré porque me puse elegante. Con ventanilla y pagué por adelantado los ocho dólares que costaba los centavos que me quedaban compré algo de ropa y así me el trámite. De ahíme puse a hacer cola paraentregar los recibos presentéel día que me tocó partir. y dar mis datos personales, pero ese día se hizo tarde y ya no Pero no fue fácilsubir al tren. Lo tuve que intentarvarias alcancé. Así es que me tuve que presentara las 8:00 de la mañana veces. Había un viejoencargado de revisar la lista de los que del díasiguiente. Y fuebien sencillo: únicamente me pregunta­ subían y de recogerlos papeles, que me maltratóh asta que pudo ronque cómo me llamaba, que dónde había nacido, que cuántos y luego me echó pa' atrás. Con eso me conoció y otra vez que años tenía... No te pedían ni acta de nacimiento, ni cartas de tratéde subirme me volvió a bajar. Entonces Joaquín Alvidres nada, si no, no me hubieran dejadopasar, porque me puse 20 me recogió la emigración y mi número de lista y los entregó, años y apenas tenía 16 cumplidos. Ya al salir con los papeles, el dándole instruccionesa otro señor -el mismo dueño del Hotel Iturbide- de que entretuviera al viejo ése. Me pegué al que seguía en la fila y logré colármelepor la espalda. Cuando me 15"Eseseñor era un coyoteporque teayudaba a que entrarasen las oficinasa arreglarla emigración". descubrió arriba quisobajarme, pero otro vigilante le hizo la Víctor Alejandro Espinoz a Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

s eña de que me dejara s , en paz. "Pá ale' pues hiJ'o de la · · , L p.RIMEROSCONOCIMIENTOS Y UN ITINERARIO dijo al último. ' · , me os s s De e e modo alí rumbo 16 a Gallup, Nuevo México. En el tre campo había casi pura gente verde. Uno que otro sabía íba os todos los reenganch n Enel � ados con diferentes destinos. En de ahí en más, habíapuro grandulón verde. Quienes realidad, no s algo, pero �abí�o ª dónde nos llevaban. s s , , Tú te reengancha­ s eñaron el trabajo ferrocarrilero fueronuno manitos del b y no s b1as s no ens � � rupa donde iba , ni a qué tipo s s s nume de trabajo. Sí, a Distrito Federal. A í e que fueron los mismo mexicanos quie­ toco a donde me llevaron. Al s llegar a Gallup no bajaron s el trabajo. como a 180 hombres porque ne nos enseñaron yo me contaba hombre ¿verdad? mí me favoreció esto: me dijeronque pa' que hablara inglés ya tenía 16 años. ' ·' A mascara tabaco. Pues sí, me compré una caja de chew tobacco y al otrodía ya me andaba. No, p' os me fue re'mal. Entonces vi a En los ferrocarrilesde Estados Unidos uns eñorque andaba mascando tabaco. Se llamaba Juan Hol­ s s Ll�gamos a Gallup, Nuevo México, guín,y le pregunté: "Oiga, ¿a u ted le gu ta esto?". "Sí, cómo el 21 de abril de 1924. Ahí s s s 17 baJaron a toda la gente s no", me conte tó. Entonce se lo di y con e o me lo "granjeé". y la e tuvieron llamando· U nos nos que- damo f s a armar un campo Él era de los mayordomos y veía que p'os yo no podía, ¡qué cercano y al resto los trasladaron a otros más alejados s sabía yo! Cuando no lo veía el jefe grande iba y me ayudaba y . No llevaron caminando s s s ha ta donde e ta­ s s ban lo c os s s me decía cómo hacer las co a . Me acuerdobien de que los pri­ � d:l ferrocarril;é to tenían su es s s tufay una cami­ s s s s s s ta�, pero m cob11as ninada. s mero día de trabajo traía la mano toda entumecida y Ahí formamo el campo ambulante numero 3 del ferrocarrilSanta Fe. andabacomo encorbado por el dolor de espalda y de las piernas. Nos ponían unas tareas bien pesadas, perole s fui agarrando el modo viendoa Olguín, quien las sacaba en un ratito. Después me pasarona la tienda o comisaría pa' que le ayuda­ ra al encargado, un señor alemán. Ahí prontole agarré al trabajo pues me puse a pichonear. Todo fue muy desahogado. A los seis :tneses me ascendieron,me dieron un puestecito como bande­ rero. Cuidaba las cuadrillas de los trenes, llevaba mibandera y unos petardos para hacerles señas a los trenes. Estuve otros seis meses ahí y luego me metieron de mayordomopara entre­ nar a la gente del campo. Eran unos 80 trabajadores ... Así fue como aprendíla cosa del ferrocarril. Por cierto que el primer dineroque gané se lo mandé a mimamá para que se arreglara

Línea del ferrocarril San Die g o & Anzona, · _tramo 1918 (archivo Tecate-lijuana, fot0 g . ráfi, co de al Sociedad Histórica 1 de San Dieg O ' ' "Cuandopasamos a EstadosUnidos, no conodamos lo que era la vida". Colecoon licor.En adelante AFSHSD). 17Granjear:ganarse las consideracionesde alguien. Hacer méritos. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

su dentadura. Sí, p' os lo poquito que ganaba lo mandaba a Za­ carril, La cosa cambió cuando llegaronmayordomos mexicanos que venían del Distrito Federal, Chihuahua y Michoacán. Eran catecas. Algunos también mandaban; otros tomaban mucho y jugaban. ya ferrocarrileros de oficio. Entonces se asentó el trabajo. En los campos de Nuevo México y Arizona habíamos casi CONDICIONES DE VIDA Y TRABAJO purostrabajadores mexicanos, procedentesde todos los estados. Muy al principio me junté con Juan Plascencia, un profesor de Ganábamos 2.80 y 3.04 dólares al día, trabajando ocho horas. Los Altos de Jalisco, quien traía a su hijo Pedro y a un sobrino En cierto pedazo de línea pagaban 2.80 y en otros lugares más de nombre José Plascencia. El profesor fue el que nos enseñó a duros o en los ramales más lejanos3.04 dólares. Seguido nos hacer la comida y de todo. Recuerdo que nos ponía a estudiar cambiaban de línea. No teníamos prestaciones,nada. Trabajába­ unahora diaria y después a rezar el rosario. Esa temporada la mos toda la semana menos el domingo, pero, p' os qué ganaba pasé muy a gusto con ese grupo de compañeros. Después nos uno. El domingo, nuestro día libre, lo aprovechábamos para apartamos: ellos se fueron a su tierray yo me quedé en el campo alistarla ropa de la semana siguiente: desde el sábado nos lle­ dos años más. vaban unos tanques de agua que usábamos para lavarnos;luego Pocosde mis compañeros habían trabajado antes en los ferro­ planchábamos la ropa con unas planchas calentadas con leña. carriles. Yo fui adquiriendo experiencia ayudado por uno de Así se la llevaba uno el domingo. Por eso casi no íbamos a la los que les dicen manitos, o sea uno del Distrito Federal. Les ciudad; muy pocas veces salimos a pasearnos.En una ocasión decían así porque para todo te decían manito: "Oye, manito, aproveché un tren que había para la cumbre del Grand Canyon esto", "Mira, manito, aquello". Me hice de amistad con él para y me fui a conocer. Recuerdo que desde esas alturas los carros que me enseñara, porque yo estaba chico. Les repito: un día me chew tobacco se veían chiquititos. aconsejaronque masticara para que aprendiera a No nos hacían contrato, así que nos despedían con la misma hablar inglés y no batallara. Cometí el errorde tragarme un pe­ voz cuando querían. En invierno rebajaban la gente desde 80 dazo. ¡Usted se imagina!, me vi en apuros. Entonces se lo regalé hasta 25. Anúnunca me quitaron; me cambiaban de un campo al mayordomo Juan Olguíny le caí bien. Después me ayudaba a otronomás. Peroa mí y a varios, casi todos los que empezamos en el trabajo; nos cuidaba porque nos daban tareas muy duras. juntos, no nos quitaron. Teníamos contratos informales; era ... Él era de los buenos trabajadores. A los seis meses, me pidió el ¿cómo les diría ... ?, verbal. Sí, era trabajo permanente hasta que comisario,un alemán muy buena gente, para que le ayudara a lo desocuparan a uno; no eran contratos. Éstos los fueron a dar despachar en la tienda. La tienda estaba en un carro del ferroca­ 18 cuando la Segunda GuerraMundial. rril. Le llamabanla supply. Ahí vendían la comida y la ropa. Cuando llegué al ferrocarril,la mayoría de los mayordomos eran griegos. Pero los fueron sacando porque tratabanmuy mal 11Daniel Venegas explica cómo operabanesos negocios, especies de tiendas de raya: a sus trabajadores. Los cambiaron por irlandeses y luego por "Las compañíasferrocarrileras y el suplai están de acuerdoy como las ofici nas de reen· &ancheson dependencias de lasmismas, resulta que desde quese ap untanpara trabajar, alemanes. Con excepción de estos últimos, los mayordomos tienenpor fuerzaque comprar enel suplai y éste, desde ese momento,tiene un cliente extranjeros no querían a la raza mexicana. Cuando estaban los forzado,obli gado a comprarle su mercancíaal precioque se le antoja, con una, la única ventaja, de que lesfía para el primerpago. Es esto por lo que los reenganchistasles dan griegos desocupaban casi todos los días de cinco a 10 hombres; de comer a losque pescan,pues saben queen cuantoempiecen a trabajar,el suplailes los corrían por cualquier cosa. Y es que también los mayordo­ exprimehasta dejarles en cada pago nomás haciendola cuenta". Las aventuras de don mos extranjeros eran neófitos; no conocían el trabajo del ferro- Chipote ...p. 48. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

Nos la fiabany luego la descontaban del sueldo. Era como tien­ trabajando. Ahíestuve otrosseis meses hasta que me regresaron da de raya. También a este joven le caí bien. Recuerdo que hasta al trabajo de vías, pero ya como mayordomo. Me tocaba prepa­ yaques tuve una dificultadcon uno de los mayordomos. Resulta que rar a toda la gente que iba a poner la vía. Usábamos unos estuvo corriendogente y el supply estaba perdiendo mucho di­ -enMéxico les dicen gatos- para levantar la vía y meter por nero. Fui y le dije al comisario alemán que habían corrido a delante las tallas-que iban embarradas de cresotao brea negra, unoscinco o seis trabajadores,le di el chisme y fue a ver al ma­ con lo que alcanzaban una duración de 35 años-; después tenía­ yordomo. Total, se pelearon. Luego telefoneó a la compañía y mos que enderezar la vía con estacas; lo más difícil para nivelar quitaron a ese mayordomo y mandarona otro.Entonces ahí sí eran las curvas, pues con la pura vista tenían que quedar dere­ estuvimos en sana paz. Llegó un alemán de sustituto, un señor chitas para evitar que los trenes entraranen ellas de golpe y se grandote de nombre Bill Macallester y que resultóser muy buen descarrilaran. Y es que la curva se compone de varias partes: hombre.Cuando lo vimos por primera vez dijimos: "Uh, éste primero, la tangente o tramo parejo de la vía que llegaa la cur­ nos va a tratar peor; está re' grandote", pero nos equivocamos: va; luego sigue la espiral o entrada a la curva y finalmentela fue muy respetuoso. Segúnél no hablaba español, pero un mu­ elevaciónde la curva. Ya les digo, era difícil trabajar y nivelar chacho descubrió que sí lo sabía; fingía que no entendía nomás los tramossin contar con grandes herramientas.Más bien,acom­ pa' ver cómo nos portábamos. Empezó a traergente que supiera pañados de mucha imaginación. trabajar para que nos enseñaran a todos. Después lo mandaron Si de repentellegaba una orden teníamos que ir a otros esta­ a hacer otrocampo, a organizarloy nos llamó para que fuéramos dos.19 Por eso a nosotros nos mandaron de Nuevo México a Arizona;luego de Atizona a California,y al último otra vez a a ayudarlo. En ese momento teníamos un mayordomo griego 20 de nombre W.Davis, que se enojó mucho porque nos le fuimos. Nuevo México; así andábamos. TerminamosenAlbuquerque, Y es que éramos trabajadoresmuy capacitados;pura gente esco­ donde estaba la división de los trenes pa'l Paso, Texas, y luego gida con la que no batallaba: ya nomás nos deóa lo que teníamos para arriba, pa'l norte de Estados Unidos. que hacer y listo. Pero nos quisimos ir al campo de William pa­ Las condiciones de vida en los campos eran malas. Había ra ayudarle al mayordomo Macallester. Eso fue allá por el ramal pura gente sola y se vivía de manera muy pobre; nomás contá­ de Phoenix, Atizona,en el ferrocarrilSanta Fe. bamoscon dos estufas por carro o furgón. Teníamos que com­ Cuando llegué al campo de Atizona seguí trabajando por prar la comida en la supply y cocinar como pudiéramos. Un seis meses en las vías. El trabajo era difícil.Por eso la paga era campo llegaba a tener hasta 10 furgones. En cada uno había de 3.04 dólares al día. Había que poner y quitar tallas y rieles, ocho camarotes o literas, divididos en dos bloques de cuatro, dejar nivelada la vía. Después de ese tiempo me ascendieron a banderero. Fly man le dicen allá. Me tocaba cuidar a las cuadri­ 1'"Loscampos eranambulantes: se movían conforme se iban echando y reparandolas llas del paso del tren.Cuando éste se aproximaba le hacía señas vías. Por lo regularen cada campo había 80 trabajadores,que se dividían en secciones con una bandera roja -a la que también le llamábamos sign­ y cuadrillas.Para cambiar de campo seutilizaban carros plataforma en losque setrans­ l!rtabanlos materiales". para que bajara la velocidad. Teníamos algunas claves para Además, el que tenía cierto tiempo de trabajar en la compañía podía solicitar su indicarles a los maquinistas dónde se encontraba la cuadrilla cambio a otroscampos, lo mismo que pedir pasespara viajar enel tren". Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

aunque en ocasiones nos llegaban a meter hasta a 10 ferro­ y le contesté: "Pues, señor cónsul, lo siento mucho pero yo creo carrileros por carro. Servicio médico sólo teníamosen caso de que ni usted sabe". Y se enojó: "Mexicano son of a gun", me em­ accidentesgraves. Entonces era cuando traían a un doctor, por­ pezó a decir. Pero el que me echó más leña fue el secretario del que si un trabajadorse sentía mal se aguantaba; tenía que cu­ cónsul, a pesar de que era mexicano. Empezó a echar: "Mexi­ rarse ahí, como se pudiera. Esas malas condiciones se debían a canos sebosos", "hijos de ...". P'os yo les contesté. Y él ya con la que no había quién nos defendiera. Nunca pudimos organi­ emigración en la mano: "Entonces no te doy nada y ahorita te zamos para defendemos, porque si a alguien le notaban algo vamos a mandar a la cárcel, hijo de ... ", empezaron a decirme. lo despedían. Corrieron a algunos, pareceque le avisaban a los Como el consulado estaba junto al hotel en que estaba hospe­ patrones. No sé. Luego uno tiene infiltrados a los soplones. dado, me fui a refugiar ahí. Llegué y le dije al encargado del Nunca se pudo. hotel lo que pasaba. Éste era un señor chaparrito, pero muy Estuve hasta junío de 1926 enEstados Unidos y me regresé bravo. "Ah, sí -me dijo-,métete a encerrar en tu cuarto". Ade­ a Zacatecas. Fui a ver a mi mamá y a saber cómo la estaba pa­ más era influyente el chaparrillo. Llegaron el comandante y los sando la familia. polidas buscándome y les dijo: "Pues ahí está, pero no. De aquí no lo sacan por haberle contestado al cónsul, ese jijo de la ... Ahorapor Nogales ¿Entonces qué hacen? Dejanque traten a su genteasí los gringos, ustedes lambiscones jijos de ... ". Y les puso una maltratada el En diciembre de 1929 volví al norte, ahora por Nogales. Por la chaparrito. cristiada no pude regresar antes. Esa vez me acompañaron Inés Entoncesdecidimos irnoshasta Mexícali buscando arreglar Mariscal y Nacho Jáuregui. Para agarrar el tren a Nogales tuvi­ la entrada a Estados Unidos. El viaje desde Nogales fue otra mos que caminar a caballo dos días, desde La Estanzuela has­ aventura. ta Guadalajara. En ese tiempo no había carros, no había nada; siempre tenías que andar a caballo, en burro o en mula. Lo que Rumboa Baja California fuera. No había transportes:apenas empezaban a entrar los ca­ rritos modelo 1928 ahí en Guadalajara, uno que otro y de pedal. Ahí Nogalesen supimos de dos personas que iban con rumbo Por cierto fue enGuadalajara donde mi hermano Heriberto los a Baja California. Hablamos con ellos y decidieron llevamos conoció y hasta les tuvo miedo cuando los vio por primera vez. cobrándonos 20 dólares a cada uno. En total éramos cuatro los Yo no; ya había comprado carrito al otro lado. Bueno, pues sa­ que necesitábamos salir,pues en esa ciudad se nos pegó otro limos de Guadalajara y llegamosa Nogales. Yo primero quería muchacho. Los raiteros eran dos hermanos:Alfonso, el mayor, arreglarla emigración porque en el camino me la habían robado y Benjamín.Nosotros no sabíamos que eran sobrinos del general con todo y cartera, sacándomela de la bolsa del pantalón. En Calles y que venían huyendopor cuestionespolíticas. Cerramos Nogales fui a ver al cónsul americano. Llegué muy bien. Él ya el trato y quedamos de vemos en la noche. Ya a esas horas nos tenía la emigraciónen la mano y la dificultadfue que me pre­ llevaron hasta un subterráneo donde tenían su carro. Era un guntó: "¿Quiénes fueronlos promotores de la guerra de 1914 ?". Chevrolet 28 color verde, nuevecito. Cuando llegamos a ese Víctor Alejandro Espínoza Valle Don Críspín. Una crónica fronteriza

lugarescondido dijimos: "Esto no está bien, aquí hay algo raro". y Benjamín iban a refugiarse con su papá, que era q ue Alfonso Pero ya no pudimos hacemos para atrás. Salimos después de timbre -comose les decía antes a los empleados de 1 agente del . media noche2 y ahínada más afuerita de Nogales nos empe­ el mdulto. H 'enda-, mientras arreglaban zaron a dar armas: puras calibre45. Nos dijeron: "Muchachos, ªº a temamos que Como necesitábamos comida, agua y gasolin ' nosotros nos vamos jugando la vida. Somos prófugos, no por problema porque esta a atestada entrar a Sonoyta, pero era un � rateros, sino por habemos rebelado en la política. Somos vas­ arriesgó a entrar disfrazado y de soldados. Por fin Benjamín se concelistas". gasolina, carne seca, pan y a logró burlar a la tropa. Trajo � En las garitas nos estaban esperando. Ahí mismo, en la . Gas lma pri­ ocade agua: sólo cinco galones, que no eran nada � mera, se nos echaron encima a balazos, pero no lograron dete­ 165 millas, p vimos suficiente para seguir. Mexicali estaba a nemos: pasamos volando. En la siguiente garita lo mismo. Ca­ medio del desierto. Luego, ;ro de puro camino de tierra, en minamos todo el día y por media noche llegamos a Magdalen le entramos a, por la tarde, se nos ocurrió comer. Asamos carne, donde se encontraba su tío, RodolfoEllas Calles,en ese tiempo pan y nos dio más sed. Entre la que nos tomamos y le echa­ gobernador de Sonora. Fuimos a su casa y sus sobrinos le con­ al radiador se nos acabó el agua al amanecer. Más adel�te taron lo que pasaba. Él les dio unos pocos centavos y :S con todo y familia, dijo: encontramos a un señor quien, arriesgando "Váyanse el por aquí, porque por acá viene la montada. Váyanse sehabía atrevido a cruzar el desierto. Ahí se le había muerto luego luego". Agarramos rumboa Altar. Y ahí, como no cono­ caballo pero logró enviar a su familia a San Luis �o Colorado. cíamos, perdimos el camino y tomamos otra ruta que llevaba a Así, 14 millasantes de ese pueblo, nos quedamos tirados. Estu­ la sierra Pinta. A medianoche llegamos a una ranchería. De vimos tresdías sin agua para tomar y menos para el carro. Ya pronto empezamos a oír "ladridos" de perros y una aulladera no podíamos dar ni paso de la sed y el hambre. Recuerdo que como de coyotes. Pero no: eran gritos de los indios yaquis. el chamacoque se subió con nosotros en Nogales empezó a de­ Alfonso y Benjamín dijeron: "Mejor vámonos de aquí. Está sesperarse y a llorar. Entonces tomamos un acuerdo: "Todo peli oso. Esto es reserva de indios", y arrancamos asustados, a ir matando", y el gr aquel que se fuera desesperando lo íbamos _ sin rumbo, y salimos a la carretera que iba a Sonoyta.Paramos n;iuchachop' os ya no lloró. A la cuarta noche vl.ffiosunas luc�s muy cerca de esta población y ya para amanecer se nos acercó de carro y empezamos a gritar: "Agua, agua", pero no nos hi- un carro de militares. Se bajó un señor alto, fornido y nos cieron caso. preguntóque de dónde veníamos. Le contamos lo que nos había Un rato después aparecióuna diligencia22 y esa sí respondió pasado en la ranchería y nos dijo: "Milagrosamente salieron a nuestrosgritos. Sebajó el chofery dijo: "Miren, les voy a llenar bien, porque quien entra a la reservano sale vivo. Sale hecho el radiador para que lleguen a San Luis". A esas horas casi no garras". Le explicamos que íbamos a Baja California, pero no podíamos hablar. Entonces una señora pasajera nos dio a tomar

21"Ese día era el 5 de diciembre[d e 1929], fechade mi cumpleaños, así es que los cumplí en el camino y los muchachos me hicieron la e bulla. Éramos seis pasajeros en total: llamabandiligencias a los automóvilesde transporte colectivo.Eran marca Dodg Ignacio e Inés Mariscal, e e e e 21'1.es el muchacho d 15 años qu senos pegó n Nogal s, Alfonso, Grand Ten unashileras de bancas y alambre alrededor para que no se n amín y yo línea Pros. ían Be j ". cayerala gente". Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

una copita -tequilera- de agua, porque dijo que si nos daba bande enviar por exprés, ¡y ellos que venían a refugiarse con más podíamos carbonizarnos. él! Ahí mismo se pusieron a llorar. Después fuimosa una de las Vieran cómo me costó trabajo pasar el agua. Luego otra se­ fondas del mercado a buscar que comer. Llegamos con una se­ ñora nos preguntó: "¿Cuántos son?". "P'os seis", y agarró y ñora muy joven de nombre Lupe, a quien le contamos toda la nos dio una gordita de harina a cada uno. Nos supo a gloria. aventura. Ella sólo nos dio una tacita con caldo porque "Si co­ ¡Qué gordita más sabrosa! Nunca había comido una gordita men más pueden morirse -dijo-, y ahora, pa' que no tengan tan buena como ésa. La copita de agua y la gordita nos salvaron. tentaciones de comida, súbanse al carro". Entonces decidimos Y otra: que era invierno,si no, no lo estuviera contando. ir a buscar a la hermana de Alfonso y Benjamín, quien estaba Muy de mañana llegamos a San Luis y lo primero que vimos casada con el secretario del gobernador,Alfonso Sánchez creo fue un restaurantechino. Como ya andaban barriendo el lugar que se llamaba. Pero al llegar a su casa y después de que entre y traíamos mucha hambre, decidimos pasar a comer. Pero no los hermanos se reconocieron,nos encontramoscon la novedad quisieron recibirnos; menos vendemos nada. Yo creo que se de que al cuñado lo habían cesado. Total, puras de malas. En asustaron, pues estábamos todos llenos de tierra después de esa casa nos quedamos tres días. Nos bañamos, compramos ocho días de haber salido de Nogales. Descubrimos una cantina ropa y comimos bien. y nos pusimos de acuerdo a ver quién iba a comprar un trago Por cierto que al día siguiente de nuestra llegada, Benjamín de tequila. "Yo me animo a comprarlo", dije. Al llegar a la barra, recibióun telegrama en donde le avisaban que estaba indultado empezaron a rodearme, a acercarse, viéndome raro. (¿Cómo y que teníaque presentarse a su trabajo como agente de exprés me vería barbón y lleno de tierra?). Le pedí al cantinero una en la estación de Nogales. Pero como Alfonso, que era coman­ botella de tequila, pero sólo se me quedaba viendo. Le volví a dantede la aduana también en Nogales, no consiguió el indulto, pedir la media de tequila, le dijeque traíadinero, que la pagaría, se quedó en BajaCalifornia. En Mexicali decidimos ir a probar 23 pero igual, sólo viéndome. Hasta que saqué 10 dólares y los suerte a Tijuana, ya que en el Casino de Agua Caliente traba­ puse sobre la barra cambió su actitud.Le conté de nuestra aven­ jaba un americano de apellidoTruman, conocido del papá de tura y total, me vendió el tequila. En el carro nos echamos un Alfonso,quien nos ayudaría a acomodamos. Alfonso consiguió trago cada uno y nos quedamos bien dormidos.Al amanecer tr�bajo de cantinero y yo de jardinero. Pasó el tiempo y un día, vimos otra vez movimientoen el restaurante chino y nos acer­ caminandopor la colonia Libertad,me lo encontréacompañado camos, tratando de que nos vendieran comida, pero no, nos la de su esposa. Trabajaba de nuevo en la aduana como coman­ volvieron a negar. Y ahí mismo decidimos mejorsalir rumbo � dante. Ahímismo me ofreció trabajo. Fue la última vez que nos Mexicali. vimos. Para llegar a Mexicali tuvimos que atravesarel río Colorado. En una panga cruzamos, con todo y carro. Llegamos como a Zl"EnMexicali fui al consulado americano buscando arreglar la emigración, pero me las 11:00 de la mañana y fuimos directo al mercado municipal, encontn!con que el cónsul de Nogalesme había levantadoun reporte en toda la frontera. � cóns�de Mexicalime dijo: 'Aquí tengo unreporte en donde se indica que no puede en donde Alfonso y Benjamín encontraron a un amigo que les ptSarru una pulgada de EstadosUnidos porque lo meten a la cárcel'. Lo mismo me dio una mala noticia: "Hoy les enviamos a Nogales el cuerpo � �ando llegué a Tijuana.Ahí en la línea también me dijeron: 'No salga de México, nuanugo, porque está peligroso'. Ya por no dejar fui al consulado de Ensenada y el de su padre, quien murió de un ataque cardíaco". Se los acaba- cónsulme repitió el reporte". Capítuloru

Nos llamaban los cholos, los despaletados

Llegué a Tijuana, Baja California, el día que inauguraban el Hipódromode Agua Caliente,24el 28 de diciembre de 1929. Ahí mismocomencé a trabajarplantando zacate en los jardines junto conotros hombres. Trabajábamostoda la noche para que ama­ necierabien sembrado. Sacábamos los pedazos de los jardines del casinoy los llevábamos a trasplantar al hipódromo. Así es­ tuvetrabajando unos dos o tres días hasta que me di cuenta de que la estaba haciendo de esquirol. Yo no sabía lo que era eso. Lo que pasa es que cuando llegué, los trabajadoresdel Casino de Agua Caliente estaban en huelga. Me di cuenta del movi­ mientocuando llegaron los dirigentes de la CROM a hablar con nosotrospara organizarnos.Yo mejor decidí renunciar pues no era miidea la de boicotear a los compañeros trabajadores. Como no tenía trabajo en la ciudadacepté una oferta que me hicieronpara ir a trabajar unastierras a la zona de Playas.

14Hi2B de diciembrede 1929 fue inaugurado el segundohipódromo de la ciudad (el primero,localizado en la colorua Llbertad,había sido inaugurado en 1916), que iniciósus actividades administrado por la firma Agua Caliente Jockey Club. Al respectopuede consultarse el artículode Conrado AcevedoC., David Piñeray Jesús Ortiz,#Semblanza de Tijuana1915-1930", en Historiade Tijuarra. Semblanza general, Iljuana,UABC·Xl Ayuntamiento, 1985, pp. 93-105. ica fronteriza Don e nsp. 1'n . Una crón 1 Víctor Alejandro Espinoza Valle \ su ordo- e o e taron de mí a may . es erme, l c m n o e renta n a as a no a a arril . Al v e o e o e lla Ahímism m ro un c it . En Playas habí n da e oc uen e sona que lu g lu g _ m � ' lOS f rr alemán b a p r estaba muy solo, era puro monte. Estuve cuatrosemana s trat steer a un . a e ncia escnta. Ah1 an- -o É ta e s teru'a algun ref re o e se r o e use a b be r s e p• • a reg un rm 1 robante d d mb ar alg . M p " ar cha " una pi dras a p o en a n comp � con tn6 p r eñ s as de rec m d ció ! os a tos e os ue os e os terre os o o é la cart or os e un c balli d l d ñ d l n . Mi únic c mpa­ tno le ens "' te o e e das p l am u....-ic: os que h aib� ,... nid , xt ndi e era e o ue e a a os u os tnba mient no s o ñ ro un p rr bulldog, q m cuid b de l m ch coyo­ los no a o a mí, pero �e egun d de .. o ue tenía trab j par t s ue ab s a es o e ab o er d q os s o e eón e q h ía. Eso anim l n m dej an d rmir. Conlas canos. M o st os Unid , m d p ri o o h bía sid enE ad o es e a o t a ue e s o a os on o omo, i]c m o de guarnici n d l ar d ení q charle chic t z , tr arles tnay rd .ª s as or semana ganand 2.25 a aib a 1ar tre dí p e o u os as o er asar o e s u "Vas tr ora en ant o .h a- l chic te pa' ah yentarl y í p d p la n ch . De p és de vi,a : es e a ecate. Ah , cu a e te tien qu ir T e ese e o e b r b o a a a o dí, , p ro or o o e secc1on, . d ti mp decidí irm a usca tra aj l ciud d. Junt al dólar al a as er may d m d a t vamos e end a ue e e e e n a as t e s o o�· d d e no an, do Parq T nient Gu rrerom rentaro un c i a. D ahí alía ya p sa r s s rar". "Bue , ¿y cu o n erte y b á e pe to os os as a us ar e e e e ar a os s uy 1 v� �. fu o te as a Te- d l dí b c l . M mant nía d limpi p ti , Está m t na mism v a a 0 e pregun e-, . "Maña . es e os e a e eltr b 1 ?· -l e es on arreglarjardin ; hacía d cualquier c a p ro nunc p dí dinero rne da a a os · efes d la tac1, · a a u te voy dar par l 1 a o n uen a e a s e e e o o e o on un e a t q e a u t regal d . U b dí tuv l u rt d c n c r al matrim nio cate c r a e ate otro dí , m y em-" e e o la ida ar T c . Al e e enes e u o r ue os e e om� �p z, e F mánd z, qui m ayudaron m ch . E an d ñ d una Así fu c os tos a'l viaj . Mi capital osas e hic!un taqui p a a e e e se a as or rano recogi nusc �ue ya pan dería: l Panad ría F mánd z. E dí , al p ar p enfren­ p ' onesto e voy-pense, -, alfin so ta "P'os c m e s ora at o e a ar ero e o a � pla as as o de t vi a la eñ tr and d rregl un gallin y m frecí era un , e a p é al C in o e as siet de la mañan ar e rato es s e su o e se o e e o mil nch ; . A l a s o es ayud l . Un d pué ll gó marid , l ñ r Áng l F r­ teng a o o o habí tran p rt a cart y c m n a en e re 1 e uana nández, y me presenté Estaban muy agradecidos y me dieron Agu C� ! =� ª �e or sue e al salir d Tij . o o a Teca . P rt , nan o c n s comida y un dólar. Al despedirme me dijeron que si no hallaba salí cami os aría Méndez ha ta sen- or d e no mbre J é M a a o e e to os os s a a ana er a a es e o .:i:wo unrai 'te un tra e e or- tr b j m fu ra d l día l p d ía ayud rl n l rne a sa e ahí o v z a pi , c e . ·0 a erca de L Pre . D ' ue era or o e os es o e e n o a d 1JOJ iu1.. l c q fu . "Aquí p l m n tien c mida -m dij ro - y la z n o or el cerro Colorad . puedes llevar el pan que quieras". Y así lo hice. Por esos días, · 0 p tambiénv olví a trabajar de eventual en el hipódromo. Trabajaba o e s los lunes recibía de dólar. Ese dinero lo ocupaba para para p r o o cortaba � y 2.50 té=�·��·:::::���":i:': ó so en su troque. Ahí, c ::�:!i'.:m e ru o r a n o ' o ue se o e era s s a erta m alanz un r e e c mp ar mi j bó pa l q fr ci . Otro día agarrab Pu on es e le ace qué y l p dí se e o P oco · Ent c m a os r os en ar e a a ba e s bra o a yo, d tuv un os e oy par l anch a tr l l rb chada, a la em da arro o to ense, .. "P' yo m v e o º E nese m men p a o s e e n a as e o pero m 1. n�?, · , o e o cuidar gan d . A í m mantuv e Tijuan c i l añ . raite, an o a esand l arroy eras as1 es que cu d ib atrav aunque no qui ' a o - e a s u o· d pe e su a a�e � trá . Se p corrí y me l bí enl p tr�que, Y me fui a Tecate w re ayudo a�:�:: �l e e o e bajo. 1 q l rol dij : "N m 5 � � a a alta para a ar a te, tod ví !e f no e º 0y a trab 1 1eca e e as a or e as o a ente pero m b ªJ· · Vi r or suer e lo El 17 de dici mbred l 30 p ab p l C in Agua C li y a o e o camm· a " P t a es o uy cans d d tant · en o on a e er ros on os u llegar y y t y � e to a a fábrica me c ntré c una cu drilla d f rocarrile c l q e . r on e egamos dir c l n en e eJÓ segui c 'l . Ll había platicado días antes y que sabían de mi experiencia en co v ó y m d

60 --,,-- Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispin. Una crónica fronteriza

o era el mes de diciembre hacía un frío y un d malta.25Com :ntarrónh orribles y yo no tenía en dónde pasar la noche. En­ :onces decidí entrar en la oficina de la fábrica y pedirle a uno de los jefes que me dejara dormir en el almacén, pues de otro modo me iba a morir de frío. Le enseñé las cartas de recomen­ ' dación y la de trabajo que me había dado el alemán. Total que aceptó y le dijoal velador, el señor Jorge Maizon, que me dejara donnir entreun montón de sacos. Al otro día conocí a don Ca­ pracio Valencia,quien me recomendó que fuera a la casa de la familia Downey a ver si me podían dar alojamiento. Era una casa grande de dos pisos. Cuando entré, ahí en el segundo piso estaban unas mujeres muy pintadas que se empezaron a reír cuandome vieronen la planta baja con mi abriguito en el brazo. Mejordecid í no quedarme en esa casa. Me salí y fui directo a la estación del ferrocarril.Ahí, Salvador Castro Fiol, el guardavías, prometióconseguirme alojamientoen la casa del señor Marcial Chávez, quien era viudo y se había quedado con sus tres niños. Él me dio posada. Luego el mayordomo de la estación me ex­ tendió una orden para que fuera al "otro lado", a Tecatito y pidiera todo lo que necesitara, y todo porque iba bien recomen­ dado. Los demás ferrocarrileros se disgustaron: no les pareció que siendo nuevo llegara con consideraciones. Por eso me mal­ tratabanal principio; pero cuál fue la sorpresa de que ascendí primeroque ellos y con el tiempo llegué a ser su jefe. Así empecé a tra'bajaren el ferrocarrilel 20 de diciembre de 1930.

Enel ferrocarril SanDiego y Arizona

El ferrocarril de Tecate pertenecía a la Compañía San Diego Torre del Hotel Agua Caliente, Tijuana,1934 (AFSHSD). and Atizona Railway y estaba en operación desde 1919. Sus

15"En ese entonces en Tecate sólo funcionaba la fábrica de malta, en donde además elaborabanlúpulo para la cerveza;no había más industrias.Las otras posibles fuentes de trabajoeran el ferrocarrilo los ranchos,donde había que andar barbechando, cul­ tivandola tierra, haciendoleña o amarrandozacate". Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronter iza

dueños eran los norteamericanos J.D. Spreckels y otro señor apellidado Pontius.26 El ferrocarril partía desde San Diego, Ca­ lifornia,y entrabaen territorio mexicano por Tijuana. Laprimera estación por la que pasaba era estación García; luego seguía hasta la de ValleRedondo; de ahí a la estación de Tecate, para finalizar en la estación Lindero, llamada así porque por ahí regresaba nuevamente al otrolado. En total, en este primer tra­ mo corría 71 kilómetros y medio. Con el tiempo le llamábamos ferrocarril Tijuana-Tecate a ese recorrido,pues la gente lo usaba seguido para transportarse entre esas dos ciudades. Aureliode Vivanco, en 1924 describía así el itinerario típica­ mente fronterizo del ferrocarril San Diego & Arizona: Trabajadores de la construcción, Tijuana,1930 (AFSHSD). La parte fronteriza del Distrito Norte, cuenta con dos tramos de Vía Férrea: entre Tijuana y Tecate, y entre Mexicali y Los atraviesa el monumento de la linea divisora internacional. Algodones. El primer tramoque tiene 70 kilómetros de largo, El Ferrocarril lnter-California, sirve en iguales condiciones lo sirve el San Diego Railway, ofreciendo al público todas de comodidades para el público, un tramo de 83 Kilómetros, las comodidades necesarias y modernas.Este ferrocarril pe­ penetrando por Mexicali, y pasando por Packard, Ampac, netrapor Tijuana, desde los Estados Unidos y pasa por: Ar­ Palaco, Pascualitos, Sesbania,Casey, Cucapahs,Hechicera, güello, García,Matanuco, Eduardo, Redondo, Rita, La Puerta, Volcano, Bataques, Tecolotes, Paredones, Cuervos, Diegui­ Tecate y sale por Lindero, para volver otra vez a territorio nos, Empalme y Los Algodones,volviendo a Estados Unidos americano. Es obra costosa en su construcción, porque tuvo de donde procede (Lower California Up to Date. North and que vencer grandes dificultadesdel terreno. En la parte me­ South of the Peninsula, p. 410). xicana tienecuatro túneles, siendouno de ellos mitad ameri­ cano y mitad mexicano, por estar sobre la montaña que ' El San Diego y Arizonaera conocido como ferrocarril Inter­ california en el tramo que iba de El Centro, California, a Me­ 26En Tecate, como en muchas de las ciudadesde la fronteramexicana, el ferrocarril fue· xicali,de donderegresaba a Estados Unidoscon destinoa Yuma, el impulsor fundamental del desarrollo socioeconómico. El ferrocarril San Diego y Arizonase construyó por iniciativade John D. Spreckels, unciudadano de San Diego Arizona.Tanto San Diego como El Centro y Yuma eran impor­ "Traficanteen azúcar, quien proyectó construirun ferrocarril que conectara con el Sud­ tantes puntos de entronque con otros ferrocarriles.A San Die­ Padfico en San Diego para atravesar lasmontañas Rocallosas, bajar al desierto de Ocotilloy Valle Imperial, llegara El Centro y Calexico,California e internarseen México go llegaba el ferrocarril Santa Fe, procedente del estado de por Mexicali, para despuésretomar al estado de Arizona y entroncar con el ferrocarril Nuevo México. En El Centrose juntaban el San Diego y Arizona que viene de la costa del OcéanoAtlántico, es decir, unir las dos gigantescas costas oceánicas[ ...] Esta magnaobra se inició en 1907 [... ] El ferrocarrilSan Diego-Arizona y la líneaprincipal del SouthernPacifico Sud-Pacífico, que hacía fue finalizado en su construcciónel 15 de noviembre de 1919". Jorge RamfrezLópez, ''Tecate" en Panoramahistórico de Baja California,Mexicali, B.C., Centrode Investigaciones la rutaLos Ángeles-Yuma. Precisamente en esta ciudad entron­ Históricas UNAM·UABC,1983, pp. 317-318. cabacon el ferrocarril que salía rumboa Tucson, Arizona, y de Don Crispín. Una crónica fronteriza

alúa Nogales, Sonora. Por cierto, hasta 1948 no hubo otra forma segura de comunicarse desde Baja Californiacon el resto del país si no era por la vía del ferrocarril Nogales-Yuma, tomando el Jntercaliforniaa Mexicali. La otra era arriesgarse a cruzar en carro el desierto, con el peligro de morir en la aventura. En 1932, la empresa del Southem Pacific boicoteó al Sélll.Die­ go y Arizona para quedarse con él. Le prendieron fuego a los túneles y lo presionaron. Por eso cuando el San Diego y Arizona se vio quebrado fue comprado por el Pacífico. Así, hasta el final, el ferrocarril que pasó por Tecate fue el Sud-Pacífico.

ToroVENÍ A DEL OTRO LADO: LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO

Mi primer puesto fue de peón de vía, teniendo como trabajo el or..> de dar mantenimientoa las vías. Era un trabajo irregular, pues )(- sólo eran tres días a la semana. A cada rato me cambiaban de LIJ I: sección o me daban comisiones, como la de acompañar a los auditores para revisar los rieles. Si alguno tenía una reventadi­ ta o algún defecto teníamos que cambiarlo. Ése era mi trabajo a veces. Después, en el año 37, pasé a ser ayudante de carpinte­ ro enel Departamento de Puentes y Edificios, cargo en el que estuve hasta el 40, cuando fui ascendido a guardavía en la sección3 de Valle Redondo. En 1943 me enviarona la sección 2

J en la estación García, como ayudante d� mayordomo, ocupán­ dome de relevara los mayordomos cuando estaban de permi­ so, de vacaciones o por enfermedad. En ese mismo año se me presentóla oportunidad de ascender. Fue de manera accidental pues enese momento la compañía nos quería mandar a Estados Unidos a trabajar a mí y a 12 compañeros más. Como habían estadorecortando a toda la gente extra que habían contratado durante la Segunda Guerra Mundial, requerían trabajadores para tender más vías. Era el mes de agosto y me habían dado vacaciones para que arreglara mis cosas, pero resulta que el Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

día 15 se murió el cabo de la estación y decidieron que yo era el y al que tenía que estarlo asesorando. Eran aguzadoslos extran­ más indicado para sustituirlo.Para ocupar el puesto tuve que jeros, pues luego se fijaban en los que teníamos más capacita­ ir a hacer un examen de conocimientos a las oficinasdel ferro­ ción.Esto a los trabajadorescon más tiempo en la compañía no carrilen San Diego. Lo pasé y ascendí a mayordomo. Estuve les parecía. Yo los oía hablar de mí, pero me quedaba callado, nueve años en Estación García,pero mi familiavivía en recate. no les decía nada. Con el tiempo se fueron convenciendo de Sólo nos podíamos ver el fin de semana o en las vacaciones.27 que no estaba contra nadie y que no había llegado a quitarles Por eso hice la lucha por cambiarme a recate. En 1952 murió el su trabajo.Así me fui encarrilando. mayordomo de esa ciudad y pedí mi cambio. Para el mes de Para el trabajo en las vías, los trabajadores nos organizába­ mayo me dieron la plaza y regresé. Recuerdo que en estación mos en cuadrillas. Varias cuadrillascomponían una división y García ya no querían dejarme salir los compañeros; ya me es­ éstas eran las encargadas de dar mantenimiento a las secciones. timaban. Las seccioneseran las zonas o perímetrosde trabajo con su resi­ Desde un principio, por el hecho de traer recomendaciones dencia.Por ejemplo,entre rijuana y recate había tres secciones: de los ferrocarriles de Estados Unidos, los jefes me pedían que la primera era la secciónde García, que comprendía del kilóme­ les enseñaralo que sabía. En especial el jefe de la estación de tro al1 23; la segunda, la sección de Valle Redondo, que cubría recate, un alemán que no sabía mucho del trabajo ferrocarrilero el tramodel kilómetro 23 al 46; por último, la sección de recate, que iba del kilómetro 46 hasta Lindero,o sea el kilómetro 71 y medio.Otras secciones por el lado americano eran: San Diego, con su residenciala estación número 1, Campo, High Pass, Ja­ cumba,Carryso, El Coyote y Ocotillo.

Estaciónde ferrocarril de Tecate (circa 1920. AFSHSD).

27"Mi esposaJosefina y mi hija MariaLuisa iban enel trena visitarme.A vecestambién yo iba a recogerlasa Tecate.Como la casadel ferrocarrilen la que vivía tenla mucho terrenoy agua, aprovechabapara sembrar elotes, calabacitasy otrasverduras. Cuando ellas llegabanles tenla de todo.Ahí nos la llevábamos a gusto. Como estabacerquita SeñoresPontiu s, J.D. Spreckels y coronel Esteban Cantú Jiménez, Tijuana,nos íbamosa vecespara allá de paseo". Tijuana, noviembre 1919 (AFSHSD).

-y-68 Don Crispín. Una crónica fronteriza Víctor Alejandro Espinoza Valle

En lo que respecta a los materiales e instrumentos de trabajo que utilizábamos,todos venían del otro lado.También allá esta­ ban los talleres para la reparación de las máquinasy motores. Así, todo nos llegaba de Estados Unidos: durmientes o tallas, spikeso espigones -quese usaban para elevar los durmientes-, clavos, tornillos, tuercas, guachas o arandelas, pernos, rieles, placas o planchuelas, madera, gasolina,aceite, petróleo ... hasta el granito que echábamospara nivelar el terreno.Esos materiales nos los enviaban en las góndolas de los carros del ferrocarril y los guardábamos en un almacén cercano a la estación. Las decisiones de trabajose tomaban en San Diego. Allá esta­ ban todos los jefes grandes: el marshal,el gerente, el jefe de in­ tendentes,el ingenieroresidente y el jefe de vía. Por medio de teléfonos portátilesnos comunicábamos. Ellos nos hablaban pa­ ra informamos del despacho de trenes o nosotroslo hacíamos Jefes y mayordomos mexicanos y estadounidenses del �erroca1:il San para saber del movimiento.De allános decían cómo venía el Di ego & Arizona y mariachitijuanense. Acto en memona del Heroe de tren, o sea que el trabajolo hacíamos en combinación. Además Nacozari.Estación García, Tijuana,1945 (AFCVc). seguido pasaban los jefesamericanos en tránsito y nos daban instrucciones. Nosotrossólo en caso de mucha emergencia cru­ zábamos al otrolado o cuando teníamos necesidad de llevar materiales a Campo. Teníamosque enviarlesa los jefes dos tipos de informesy pa­ ra eso usábamos unos formatos.El primero era semanal. Diario registrábamosel material utilizado:número de durmientes,s pikes, pernos,aceite, etcétera, y alfinal de lasemana lo mandábamos a San Diego. Ese informeera muy importante porque para pagar las nóminas comparaban el gasto de material con el número de horas trabajadas.Ahora, el otro informeera más completo y se rendía mensualmente.Era lo mismo entodas las estaciones. Como mayordomo me correspondía hacer los informesy la nómina de los trabajadores.Ésta tenía que mandarla dos días Trabajadoresferrocarri leros durante una nevada en Tecate, 1950(AFCVc). antes de la fecha de paga. En un principio,cada 15 días llegaba de San Diego el pagador de la compañía y nos entregabalos Don Crispín. Una crónica fronteriza Víctor Alejandro Espinoza Valle

cheques. Después comenzaron a enviarlos desde San Francisco bía dos capataces: uno texano y otro mexicano de apellido Al va­ a Mexicali y de ahí nos los hacían llegar a Teca te. La responsabili­ rado. Eran muy tiranos esos foremen. Creo que hasta era más dad de mi trabajo como mayordomo era muy grande: ser el verdugo con su raza el mismomexicano que el americano. Nos jefe de la división que controlaba desde el mantenimientode hacían cumplir con jornadasde ocho horas pero bien traba­ vías hasta el inventario de materiales. Era difícil ese trabajo, jadas. Para que no perdiéramos tiempo,nos arrimaban un balde pues los informes teníanque ir en inglés y además tenía que con agua que cargaban en un burrito. Nomás te echabas un tra­ hablarlo cuando pasaban los jefes. También el trabajo en las go y a seguir trabajando, así sin despegarte. Si ocupabas hacer vías exigía conocer mucho de números para hacer los cálculos tus necesidades en el monte, medían el tiempo para ver cuánto de nivelacióny trazado de rieles. ¡Estaba trabajoso, no crean! tardabas; si ibas más de una vez en el día, inmediatamente iban En la jefatura de estación el trabajo era más administrativo. a ver si de veras era cierto que tenías la necesidad. Llegaban Se dedicaban a la administraciónde la estación y al movimiento hasta este punto: una vez al compañero Salvador Castro se le de carros, o sea, se encargaban de todo lo relacionado con los murióun chamaquito y le pidió permisoal cabo americano para pasajeros y la carga que movían en los furgones. Los señores velar y enterrar a su criatura, pero éste lo corrió. Le dijoque si Luis Jiménez Espinosa y Femando Ceceña Castro fueron jefes le importaba más el niño que su trabajo,p' os que mejorse fuera. Afortun de estación por muchos años. adamente los jefes de San Diego se dieron cuenta de la Otro de los puestos importantes era el de escribiente. Éste se injusticiay cambiaron al cabo. Pero así nos trataban. encargaba de llevar las actas, de recoger los reportes de los ca­ Para entrara trabajar en el ferrocarril sólo se necesitaba soli­ rros, de documentarlas mercancíasy engeneral de todo el tránsi­ citarlo.No había enganchadores como en Estados Unidos. El to. Los documentos elaboradospor los escribienteseran enviados método era muy sencillo: ir con los jefes y pedirles el trabajo. a San Diego y parece ser que de ahí a Chicago. El escribientede Además, los trabajadoresteníamos derecho a meter a familia­ la estación de Tecate fue el señor Sóstenes Gómez Bombat. reso amigos. Por ejemplo,con mirecomendación entraron un En los puestos administrativostambién hubo norteamerica­ primoy dos hermanos, Heriberto y José. También la empresa nos. Recuerdo a un telegrafista de nombre George, que cubría contratabatrabajadores en las ciudades de Hermosillo y Mexi- el tumode noche.Cuando él murió entróa sustituirloJosé Vene­ • cali.Algunos de los compañeros ya vivían en Tecate antes de gas, unseñor medio especial,pues había llegado huyendoa Te­ ingresaren el ferrocarril; otros, como en mi caso, habíamos lle­ cate. Resulta que siendo telegrafista durante la revolución,había gado de fuera buscando el trabajo. Había quienes venían de descubiertoun complot preparadopara asesinar al general Obre­ Puebla, Chiapas, Hidalgo, Michoacán y Baja California Sur. gón, haciendo estallar un tren. También fueron telegrafistaslos Aunque los había también, pocos eran nativos de Baja Cali­ señores Pedro Charles Elíasy Juan Sabino Augusto Rodríguez. fornia.No podía ser de otra forma pues estas tierras las fuimos poblandolos emigrantes. LAs CONDICIONFS DE TRABAJO No teníamos contratos de trabajo. Por eso la compañía nos podíacambiar fácilmentede sección si decidía hacer reajustes En el ferrocarrilde Teca te, como enlos Estados Unidos, los jefes de personalen la estación. Cuando llegaba el cambio, la gente nos tratabanmuy mal. Cuando empecé a trabajar en Teca te ha- Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

prefería irseque quedar sin trabajo. O aceptabas o renunciabas. uivocados, de que no era el peor de los trabajos,porque los Así de fácil. Ahora, si había algún problema en las vías a causa 0r arriles ayudaronal mejoramiento de las ciudades. de algún accidente o por mal tiempo-lluvia o nieve- teníam e oc os Nos llamaban los cholos porque se decía que los primeros la obligaciónde presentamos a trabajar de noche. A partir de trabajadores de los ferrocarriles del norte habían lle�ado de 1931, con la entradaen vigor de la Leyfederal del trabajo, empeza­ Cholula, Puebla. Entonces todos éramos cholos. Todav1a en los ron a pagamos las horas extras al doble, porque todavía en el aftoscuar enta nos gritaban en la calle: "Ora vendidos, tholos 30 nos las pagabancomo en Estados Unidos: a tiempo y medio. despaletados ... ". Las muchachas no, tomaban en c�enta a los Como la compañía no nos daba alojamiento, resultaba muy 'óvenes ferrocarrileros. No los quenan porque segun esto era difícilconseguir en dónde vivir. Tecate era muy pobre en los J ura gente que se "aceitaba", que trabajaba en lo más bajo. Por años treinta;no había calles buenas, ni electricidad;menos agua p ·1 ' eso para ellas resultaba penoso s1 as veian acompana-d as por potable. Por eso la vida fue muy difícil para los trabajadore s. alguno de nosotros. Sólo en estaciónGarcía los cabos podían recibir alojamiento . . en También en Estados Unidos los ferrocarrileros fuimos mal la misma casa que tenía la empresa. La gente se acomodaba co­ vistos, pero sobre todo los que éramos de origen mexicano. Por mo podía. Prácticamente no recibíamos prestaciones fuera del ejemplo, la gente de Nuevo México nos apodaba los zz�n�matos, sueldo. Cuando en caso de mucha necesidad íbamos al hospital, debido a la forma en que se vestían los hombres en Mexico. En por ejemploa causa de un accidente o enfermedad grave, nos aquellos años se usaba una faja de hilo envue�ta en la :intura, lo descontaban.Lo mismo cuandola compañía nos prestabasus enlugar del cinturón de piel. En Estados Urudosdec1an que estufas para cocinaren la casa, nos cobraba un tanto por ciento. los mexicanos usaban la corbata en la cintura, como zurumatos. Por ser una empresa americana nuestros sueldos eran en dó­ Así es que para ellos todos éramos zurumatos. lares, pero hasta donde recuerdo nosquitaban ciertos impuestos Enlos años treintalos ferrocarrileros, incluyendo a los maqw­ de Estados Unidos, siendo que vivíamos en el lado mexicano. nistas,vestíamos más o menos igual: pantalón de mezclillaazul A partir de 1934, con la creacióndel sindicato, fue el gobierno con tirantes, una yompa o chamarra también de mezclilla, pa­ mexicanoel que empezó a quitamos impuestos, pero ni así ob­ liacate o pañuelo de colores y una gorrita común y corriente tuvimos mejores condicionesde trabajo. Según con ese cam­ peroque casi siempre era de color negro. Sólo en los trenes de bio íbamos a tener más garantías, ¿pero cuáles?, si al último pasajeros los operadores iban todos bien uniformados lle:an­ hasta nos corrieron sin reconocernosla antigüedad. do una gorra con su distintivo,y es que los trenes de pasa1eros eran de categoría. Por eso sus trabajadores tenían mejorpresen­ Nos LLAMABAN LOS CHOLOS tación y prestigio. Hacia principios del 40, la empresa decidió que los jefes lle­ Además de lo duro que era el trabajo, la gente del pueblo nos váramos distinto vestuario, y nos recomendó el uniforme de teníamala idea. Pensaban que el trabajo del ferrocarril era in­ caqui. El resto de los trabajadorespodrían vestir como quisieran, ferior, que era ridículo y sucio. Nos llamaban los cholos, los siempre y cuando no usaran pantalón ancho ni cabello largo despaletados. Con el tiempo se dieron cuenta de que estaban para evitar accidentes, pues al trabajar en los armones el pan- Don Crispín. Una crónica fronteriza Víctor Alejandro Espinoza Valle

talón ancho podía engancharse en las ruedas o en un spikeO clavo largo de las vías, como alguna vez llegó a pasar.

LAS MÁQUINAS Y SU OPERACIÓN

En tantos años de trabajo en el ferrocarril me tocó conocer di­ ferentes tipos de máquinas. Desde las de leña hasta las de diésel. Recuerdo que la primera que conocí fue una de vapor. Eso fue en Zacatecas en el 24. Me llamó la atención porque echaba mucho humo y tenía fuerzapara jalar varios vagones. Cuando llegué al ferrocarril Santa Fe, en Nuevo México, todavía opera­ ban algunas máquinas de leña. En especial me acuerdo de una máquina chiquita en Williams, que usaban para bajar madera de la sierra. Eran máquinas muy antiguas y bastante lentas. En Máquina de vapor del ferrocarril San Diego & Arizona, cada estación había los montones de leña para cargarlas e ir (circa, 1920. AFSHSD). atizando.En la parte de adelante tenían una especie de embudo, la parte de atrás de la que servía como salida de la chimenea. Pero se podría decir en máquina y era un tanque grande que que eran máquinas que no tenían mucha fuerza: caminaban había que llenar en cada estación por medio de unas garzas muy lento. que recogíanel agua de los tinacos surtidores. Estos tinacos erande madera, muy anchos y altos y agarraban cantidad de Era difíciltrabajar en esas primeras máquinas -de leña-, ya galones de agua. Los tinacos se llenabancon bombas. En la ruta que como no usaban todavía los cabesotes para engancharlos carros, al arrancar daban tremendos jalones y todo mundo al del San Diego y Atizona había tinacos en San Diego, estación suelo. Los furgones se agarraban por medio de cadenas. Ese García,Valle Redondo y Tecate. Para que los trenes pudieran tipo de amarre se usó hasta el 24 o 25, año en que un mexicano 'caminarteníamos que calentar los depósitos con mucha anti­ inventó los cabesotes. En los trenes de pasajeros también se ba­ cipación. Por ejemplo, para saliren la mañana se atizaba por la tallaba mucho. Éstos tenían puras bancas de madera, de modo noche. Para hacerlo por la noche, empezábamos en la tarde. Si que si la gente no estaba lista al momento de arrancar o de pa­ no teníansuficiente vapor, las máquinas no podían correr. Todo rar se caía fácilmente. Así me tocó ver cuando pasé por Ciu­ el sistema de esos trenes trabajaba con vapor: para avanzar se dad Juárez. utilizabanunas palancas que abrían el paso del vapor y hacían Muy pronto comenzaron a circular las máquinas de vapor. funcionar las pesas de las ruedas, que empezaban patinando y Eran máquinas muy modernas,más fuertes y rápidas que las luego agarraban vuelo; cuando salían de noche nomás se veía de leña. El vapor se producía atizando la máquina con carbón el chisperoque aventaban las ruedas. Para frenar usaban unas de piedra para calentar el depósito de agua. El depósito estaba mangueras que llevaban el aire hasta los frenos. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

quinas de diésel descompo�an má� las vías; al transitar jala­ ban los rieles y por eso hab1a necesidad de ponerles pernosa los durmientes. Recuerdo que cuando recibimosla primeramá­ quina nos tocó calarla de Tijuana a Tecate. Ahí veníamos los jefecillos enfrente, parados en la trompa de la máquina; venía despacito y nosotros viendo a los operadores realizar su trabajo. Aquí recuerdo el famoso Tren Loco. Así habíamos bautizado un tren local que nos traía los materiales de trabajo. Cuando llegaba nos trepábamoscomo changuitos a descargarlo y que­ dábamos manchados de negro, como changuitos. También se usaron tres tipos de máquinas pequeñas, cono­ cidaspor la gente como "carruchitas".Las primeras eran unas carruchasde cimbra. Ésas fueron las más antiguas y se usaron Desfilede ferrocarrileros el Díadel Trabajo.1 de mayo de 1957 (AFCVc). hasta el 24 más o menos. Eran muy peligrosas pues fácilmente te agarraban un pie. Funcionaban con pura tracción mecánica: Esas máquinas de vapor se fueron perfeccionando. En un abajo de las ruedas llevabanun engrane chiquito que hacía jalar principio tenían fuerza para jalar 30 o 40 carros, pero ya para el las ruedastraseras. Entonces ahí iba uno dándole para arriba y 26 o 27 llegaban a jalar hasta 125 carros. Me acuerdo que las de otropara abajo, Así caminaban,como en las películas mudas. 1938 fueron las mejores.Tanto los trenesde pasajeros como los Lascargábamos de material y cabíamos hasta ocho trabajadores de carga corrían muy recio con el vapor. Por cierto que los trenes y unmayordomo, quien iba parado a un lado manipulando el de carga llevaban atrás un cabús donde viajaba la tripulación y freno.Después de esas carruchasde cimbra vinieron los armo­ al que la gente le llamaba la "casita". nes de vía, que eran ya motores de vía y funcionaban con diésel. La tripulaciónde los trenes de vapor se componía de cinco Esos armonestenían tanta fuerza que hasta servían para jalar personas: el conductor, el maquinista, el fogonero, el garrotero ' motores y material más pesado. Por último,por los años treinta y el banderero. En los trenesde carga se usaban unas banderas vinieron las carruchasde gasolina, también llamadas autovías, que servían para que un tren marcara al otro y así evitar los ac­ porquetenían tipo de automóvil. Ésas las usaban los jefes gran­ cidentes. Como al principiolos maquinistas no utilizaban ra­ des para hacer sus recorridos.Como quien dice, fueronya "ca­ dios, los trenes de pasajeros se daban la contraseña por medio rruchitas"de categoría. de un cordón que al jalarlo aventaba vapor y silbaba. Luego ya vinieronlas máquinas de diésel. Aunque no recuer­ Los trabajadores organizados do bienel año, debió de ser como en el 40. Ésas eran más mo­ dernas:trabajaban con botoncitos y ya permitían, con una sola, Para el 33, como nuestras condicionesde trabajoeran muy malas mover todas las máquinas que se quisieran. Por cierto, las má- y la nueva Leyfederal del trabajo nos amparaba, empezamos a Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

tener inquietud por organizarnosy reclamar mejor trato. Revi­ samos la ley y de ahí surgió la idea de movemos. Lo primero que hicimos fue ir a Tijuana a los tribunales del trabajo para buscar la información que necesitábamos para la protección de los trabajadores. Allá nos dijeron que sólo organizados en un sindicatolograríamos lo que nos proponíamos. Al principio no teníamos mucha idea de cómo formarloporque la gente no tenía experiencia sindical; pero como ya no aguantábamos a los jefes, decidimos movilizarnos.Primero nos reunimos en la estación de ValleRedondo y decidimos nombrar una comisión encar­ gada de la organización. En la comisión quedamos otros dos compañerosy yo, quienes inmediatamente nos trasladamos a Tijuanaa informarde los acuerdos. Ésta vez sí nos hicieron ca­ so. Las autoridades laborales escucharon nuestros argumen­ Trabajadores ferrocarrileros en Mexicali, B.C., tos y se fueron dando cuenta de las condiciones en las que nos 9 de diciembre de 1934 (AFCVc). quería tener la empresa. Entonces llamarona las partes a la ne­ gociación. Ahílogramos llegar a acuerdos importantes con la empezaron a brincar contra la empresa, pero ésta les ganó la empresa, pues el gobierno mexicano nos dio facultades para jugada, pues aprovechandola inquietud de los trabajadorespor que elaboráramos nuestras peticiones de acuerdo con las nece­ organizarse les formó un sindicato. Era un sindicato "blanco", sidades de los trabajadores. Uno de los logros más importantes queinmediatamente aceptó que en la secciónde Mexicali siguie­ en esas negociaciones fue la mejora salarial: como a los oficinis­ ranlas diferenciasentre los salarios de oficinistasy trabajadores tas les pagaban en dólares y la empresa era americana, les exigi­ de las vías. Para estos últimos acordó que les siguieran pagando mos trato igualitario,o sea, que a todos nos pagaran en moneda en "plata" pero a un tipo de cambio de 2.40 pesos por dólar, americana o su equivalenteen moneda nacional al tipo de cam­ •cuando ya en ese momento era de 2.80 por uno. Era unverda­ bio que rigiera en el momento del pago. Aceptaron pagarnos derorobo. en "oro". Después de las negociaciones, la empresa amenazó Al año siguiente, en 1934, los líderes de Mexicali lograron con corrernosa los comisionados;pero nosotros lescontestamos organizar la sección Tijuana y Tecate del Sindicato Regional de que si nos corrían les iba a ir mal pues los trabajadores estaban Trabajadores Ferrocarrilerosde Baja California,con su sede en con nosotros. Con eso se calmaron. aquella ciudad. Eso generó mucha inconformidad, pues los tra­ Los compañeros de Mexicali, que pertenecían formalmente bajadores no estábamos de acuerdocon tener un sindicato man­ a la Compañía Inter-California,tenían los mismos problemas goneado por la empresa. En las dos secciones se dio la lucha que nosotros: los oficinistas ganaban en dólares y el resto del hasta que logramos reorganizarnosy echar fuera a los líderes personal en "plata". Cuando les informamosde nuestros logros que nos habían traicionado. De esa forma surgió en Baja Califor-

---.-80 -....-81 Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

nia la sección 35 del Sindicato de TrabajadoresFerroca rrileros 28 conla s mismas condiciones de trabajo que en el lado mexicano, de la República Mexicana. A míme eligieronsecretario general aunque decían que al menos les daban muy buena comida. de la delegación número 1 de Teca te. ()tros trabajaron en los campos del ferrocarril cercanos a la fron­ tera, Dejaban a la familia en Tecate y regresaban cada ocho días Hubo quien se fue de bracero pues tenían un permiso especial que les permitía entrar y salir seguido de los Estados Unidos. Y claro que les daban esas faci­ A partir de 1942 ofrecieroncontratos en Estados Unidospara ir lidades porque los mexicanos que hacían los puentes eran me­ a trabajar a las faenas del campo, a las fábricas y a los ferro­ joresque los gringos. carriles, pero siemprecontrataron a más trabajadores del campo 29 que a ferrocarrileros.- Los trabajadoreseran contratados en Ti­ y se acabó el ferrocarril juana o Mexicali; les hacían convenios individuales por seis meses; cuando pasaba ese tiempo,a muchos no se los renovaban En 1969, el gobiernode Gustavo Díaz Ordaz declaró sin valor a y eran echados de nuevo a México, aunque hubo quienes vol­ la empresa y la adquirió mediante una transacción simbólica vieron a contratarse por fuera del programa. A casi todos se los de aproximadamente cinco mil dólares. Nos finiquitaron y con llevaban con las mismas condiciones de trabajo que teníanen eso muchosde los 40 trabajadoresde la sección de Teca te, que la fronteramexicana, sólo que se trataba de periodos de traba­ teníamos más de 30 años de servicio, perdimos la jubilación. jo seguros. Despuésde 39 años de trabajar para la empresa me despidie­ Muchos compañeros de la empresasolicitaron irse a realizar ron.Nos dijeron: "Aquí están estos centavos, ¿los toman o los trabajosde carpintería.Se llevaron a los hombresque más sabían dejan?".Entonces fuimos a plantear nuestro problema a los tri­ del oficio.30 Hicieron puentes en el desierto y en la sierra y lle­ bunales de Tijuana, pero allá nos advirtieron que si el repre­ garon a estar hasta un año en las construcciones, pero siempre sentante sindical venía de nuestro lado algo se podía hacer; peroque si venía cargado del lado de la compañía, que nos ol­ y 21El SlFRM fue el primer sindicato de industriaen nuestro país. Como explica Antonio vidáramos agarráramos lo que nos ofrecían. El representante Alonso,el gremio de los ferrocarrileros se distinguió "tanto (por) la defensa de sus del sindicato nacional naturalmente venía del lado de la empre­ intereseseconómicos, como (por) su negativaa depender simplementede los dictadm oficiales. La constitución del SlFRM selogró en el IV Congreso Ferrocarrilero,que se sa. También los dos delegados que habíamos mandado a ne­ empezó a preparar a finalesde 1932 y fueclausurado el 10 de enero de 1933. A partir gociara México se habían vendido. Fue una maniobra entre el de tal fecha quedó constituido el SlFRM con treinta y cinco mil trabajadores agrupa­ dos". Véase Antonio Alonso,El movimiento ferrocarrilero en México 1958/1959. México, gobierno,el sindicato nacional y la empresa. Los perjudicados ERA,1975,p.62 fuimoslos trabajadores.Así se acabó el ferrocarril.Aunque dicen 29En el mismo sentidoRoberto González Pérez comenta: "En 194.3el gobiernomexl· canoaceptó unacuota adicional de emigrantesde 50 mil hombres y otra de 6 mil de que ahora anda por ahíun trenecito viejo con turistas, que va trabajadoresno agrícolas necesarios para la reparación de vías férreas y el trabajoen de Campo, California,a Tijuana. minas". "En 1942 E.U.A. clamaba por los braceros mexicanos", diario, uijornada, 5 de mayo de 1987,p. 6. 30''Comoya expliqué antes,en esetiempo a mí también me querían mandara Estados Unidosjunto con 12 hombres, muy bienescogidos, a hacer trabajos delicados para los que no contaban con personal calificado". Capítulo1v

En la frontera los pueblos estaban como muy abandonados

La primeraimpresión

Cuando llegué a Ciudad Juárez en abril de 1924, me encontré conun pueblito pobre y sucio,31 lleno de cantinas y prostitución. Lo mismome pareció Nogales en diciembre de 1929; era muy deplorable.Los pueblos de la fronteraestaban como muy aban­ donados¿Cómo dijera? No tenían lucimiento. Aunque del lado americanola cosa no era muy diferente, sólo estaba un poquito mejor.

MlooCALI

Loprimero que conocí de Baja Californiafue Mexicali en 1929. Era unpueblo lleno de cabarets, de burdeles. Mexicali también

11"1nclusola genteestaba medioatrasada. Recuerdo una anécdota muy chistosa que me sucedióen Ciudad Juárez en eseaño: un día estaba platicando con dos señores, Macedonioy AnastasioCastañeda, y ya para retiramos,Macedonio le dijo a Anastasio: 'Apaga la luz,apaga el foco', y empieza éste a soplarle al foco.Y nosotrosmuertos de nsa.A la otranoche va de nuevo: que empieza Anastasio a querer prender su cigarro en llilfoco, y como nos reíamos, enojado decía: 'P'os cómo no va a prender, si está re�ente'.¿Cómo ven? Y esoque Anastasia era un mono grandote,al que le decían B11T1aga.Esto que lescuento no esuna charra, fue cierto. Toda esa gente me tocóver en esosaños". Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

Mundial. era chico y su gente estaba pobre, porque aunque era un valle u}saron de Mexicali durante la Segunda Guerra agrícola muy bueno, las tierras las tenía acaparadas una empre­ �r azón fue que comenzó a correr el rumor de que se estaban sa norteamericana. Además, en ese tiempo todavía seg Según esto, los chinos las raptaban y las uían p er&endo mujeres. los descu· barbechando con tirosde mula pues no había tractores. En Mexi­ etfan en los túneles para servicio de todos, pero cali nomás había dos o trescalles con pavimentoy eran las supo que a muchas de esas mu�eres se l,as cer­ :rieron. También se Incluso salieron fotos canas a la línea internacional. La zona de Pueblo Nuevo era llevaron a China a trabajar en el campo. a trabajar pura terracería y cuando llovía se hacía un lodazal terrible. Lo enlos periódicos en donde se veía cómo las obligaban solicitaron amparo mismoen las otras calles: empezaba a llover y ya no podías a latigazos, como si fueran caballos. Ellas le Marías para salir pues se te iban haciendo los pies de barro, grandotes, y al general Cárdenas, quien se las trajo a las islas Por batallabas mucho. atenderlas. Ahí muchas murieron, pero otras se salvaron. No es sino hasta con Cárdenas cuando empieza a progresar esos motivos, después ninguna mujer mexicalense quería ca­ Mexicali: reparte las tierras y se forman los ejidosy las colonias. sarsec onchinos. Cambió todo por esa razón. Tambiéna él le toca combatir la prostitución y el vicio. LosRUSOS ENSENADAEN HlsrORIASDE CHINOS Porfirio Díaz otorgó, en 1902, concesiones de tierras en el valle Algo que me llamómucho la atención fue la zona de La Chines­ de Guadalupe a inmigrantes rusos,por un período de 50 años. ca, que estaba enfrente de la línea fronteriza. Ahí había muchos Su compromiso era construir escuelas, carreteras, pero al pare· burdeles, prostitución y, por supuesto, cantidad de chinos.32 cer no cumplieron. Pero había más chinos en los túneles de La Chinescaque en la Siendopr esidente,Lázaro Cárdenas visitó el valle para ins· ser. superficie. Abajo era un herviderode puros chinos trenzudos. peccionar que las tierrasestuvieran repartidas como debía de las A los chinos los corrieron, los sacaron de los túneles y los Enese momento se estaban dando las expropiaciones compañías extranjeras en el valle de Mexicali. Pero fue hasta los'años cincuenta, con el gobernador Braulio Maldonado, 32Al hablar de la historia de Mexícali resultaimposible prescindirde la referenáaa su Maldo­ poblaciónde origen chino. A principiosde siglo seregistran las primeras migraciones cuandollegó a su fin la concesión. Al iniciar su gobierno, -principalmentede cantoneses-,que las tierras abiertas al cultivo por las compañlas nado se encontró con que se había terminado la concesión. estadounidenses requirieron. Desdeentonces, la población china en Mexicali no sólo y man· es presenáaeconómica -<:on sus respectivas transformaciones que llegaban hastasus Entoncesdeclaró las tierras comopropiedad de la nación nuevas versiones de comerciantes prominentes- sino presencia mítica exaltada en dó poner la bandera nacional en el valle de Guadalupe. Así se cuentos,leyendas y certezasculturales. Al respecto,Miguel Antonio Meza,en su trabajo "Loscoolies que abrieron las tierras y sembraron el primer algodón", en Cultura 11orlt, repartieronlas tierras. ProgramaCultural de las Fronteras, número 4, pp. 24-25,refiere lossiguientes datos demográficos:"Es importante observarque la primera alusión ofiáal a la población china, ocurre durante el régimen del gobernador Abelardo L. Rodríguez, cuando De Tecate a Tijuana consignaque la colonia china de Mexícaliera superior a 7 000personas [ ... ]Otras fuentes indican que en 1920 habla en Mexícali 10 000 chinos y 700 mexicanos. Respecto al panorama nacional,se indica queen el año de 1913 sehablan censado a 12 679 en todo PorfirioDíaz dio muchas concesiones y títulos de tierras; eso el país". ocasionóque los extranjeros se quedaran con los terrenos. En

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Mexicali, la Colorado River Land Company dominaba casi todo Tijuana era casi puro monte. Ahí por la Libertad había muchas el valle, y en Tijuana la Compañía San Ysidro, asociada con veredas. La primera calle pavimentada fue la Revolución. Así Argüello, controlaba desde Rosarito hasta Valle Redondo, muy es que en la temporada de lluvias se hacían unos lodazales bár­ cerca de Teca te. En toda esa zona no se conseguía un título para baros desde La Mesa hasta el Hipódromo.Todo eso era pura un pedazo de tierra. Los señores Argüello argumentaban que parcela en donde sembraban mucho y de todo y regaban con eran los dueños de toda la tierra. ¿Cómo iban a ser dueños de aguade la presa Rodríguez. Los propietarios eran casi todos Tecate?33Cuando Cárdenas llevó a cabo el reparto agrario, que­ españoles; pero desde los tiempos de Cárdenas para acá se em­ dó al descubierto cómo estaban trazadas las tierras: casi todo pezaron a repartirlas tierras. estaba repartido entre dos compañías. Ya en tiemposdel gobernadorEsteban Cantú funcionaban A principios de los treinta Tijuana tendría unos5 000 habi­ las cantinas ylos burdeles. Ahí en la calle Primerahabía muchos. tantes y tan sólo dos colonias,La Libertad y la Morelos; pero como en esos años empezó la zona libre34 y en Tecate casi no había comercio,íbamos mucho para allá de compras. En Tijuana comprábamos en los Almacenes El Edén, y aunquehabía otros por ahí, preferíamos esa tienda, que estaba por la calle Primera y que era de japoneses. Yo ganaba muy poquito,pero traía unos sacos de este tamaño con 20 pesos; el azúcar valía cincocentavos el kilo;lo mismo el frijol; los zapatos buenos costaban trespesos plata, y los vestidos, tres cincuenta. Todo era muy barato. En Tijuanano había más que una mueblería, La Universal, la que después pasó a ser Almacenes del Norte -€n donde por cierto compré mis muebles en 1937-, y una joyería que no re­ cuerdo dónde estaba. Fuera de esos comercios y las cantinas,

Calle principal de Mexicali, 1904(APSHSD). "CelsoAguirre Beltrán ensu libro Brevehistoria del estado de Baja California(Quinto Sol, 1987, p. 124), nos dice sobrelas concesionesa la familiaArgüello: "[ ... ] el 6 de agostode Dondeestá la Escuela Alba Roja había un burdel: se llamaba El 1879'. siendo presidente de la Repúblicadon PorfirioDfaz, y ya habiendo fallecidodon �tiago[Argüello] el 9 de noviembrede 1862, su señoraviuda, doña Pilar Ortega, re­ Molino Rojo. Erael centrode prostitución más grande de Mé­ obe un nuevo títulode propiedad de dicho presidente, conrelación al rancho nombrado xico. Subiendo hacia la avenidaRevolución estaba un local LaTía Juana". �al como indic� D�vid Piñera y Jesús Ortiz en su trabajo, "Panorama históricode llamado El Venus. Sobre la pura Revolución, entre las calles TI1uana1930-1948 , siendopresidente de la república Abelardo L. Rodríguez ordenó "para Tijuana y Ensenada la creación de los Perímetros Libres Experimentales, por Cuarta y Quinta, estaba el ForeignClub, que era un gran casino. decretofechado el 30de agosto de 1933.Éstos se definieron comolas circunscripciones Ahíestaban las puras jugadas. Otrocasino famoso era el Casino territoriales habitadas, para las que se autoriza la libre introducción de mercancfas, materias primasy productos, exclusivamente destinadosal consumode los habitantes de Agua Caliente, un centrode juegos muy grande que además de dichas circunscripciones", en Historiade Tijuana. Semblanza general, op. dt., p. 133. contabacon su buen hotel.

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En las cantinas de Tecate también había mesas de juego. A hí todo el desierto. La otra era tomar el tren de "tránsito", que sa­ llegaban muchos americanos. Se localizabansobre l a e � � nida lía de Nogales, iba a Tucson y entraba por Caléxico a recoger el Hidalgo y sus dueños eran los hermanos Sarana; Jose Higuera pasaje, regresaba otra vez a Calexico y de ahí seguía a Tecate y Sandoval era el tahúr. Él hacía las jugadas, corría la ruleta,daba n¡uana. Entonces el ferrocarril sí usaba el carro de pasajeros, las cartas ... era muy bueno para eso; en la ruleta tenía la trampa. que era custodiado por un "emigrante"norteamericano 1/ Yo lo veía desde afuera. Por debajo de la alfombra estaba el bo­ otro mexicano. Perocomo veníasde tránsito,no necesitabas pasapor­ tón para saber más o menos por donde debía caer la bolita. te. Gracias al general Lázaro Cárdenas nos pudimos Oprimía el botón ocultoy listo. unir por . . ferrocarrilcon Sonora.Lueguito que entróde presidente ordenó Ya les digo, a las cantinas ibala gente a divertirse, a buscar el entronque.35 la prostitución. Hasta películas pornográficastenían. Eso sí, lle­ Para viajar de Mexicali a Tecate por carretera agarrabas gaba mucho, mucho americano. Tambiénse sabía de casas por de el lado de La Rumorosa. Era pura terracería; pero cuando citas, como la que tenía María Yescas, quien conseguía mujeres llovía ahíestab a ladificultad, porque había curvas donde para la cosa mala. los carros no podían subir.Había una compañía de troques: Durante la SegundaGuerra Mundial venían los soldados y Islas, se llama­ ba, que duraba hasta ocho días parallegar de marinosdel otrolado a gastar su dinero. En esos años dio Tijuanaa Mexicali. se el Seiban juntos tres o cuatro camiones progreso fuerte en frontera.Entonces empezó a modernizarse para jalarse con cadenas la y poderpasar. Dos choferes tecatenses todo. Hubo más mueblerías, cines, cantidad de carros; todo se hacían el recorrido en 1932: don Juan Flores y Honorato Llanos. desarrolló. Seguramenteantes de la guerra Estados Unidos es­ taba muy atrásen la ciencia. Carretera pavimentadade Mexicali a Tecate hubo hasta el gobiernode Miguel Alemán. Los comerciantes de Ensenada y Ttjuanapresionaban para que no construyeraporque no que­ LAsCOMUNICAOONES se rían que los turistas viajaran a esas ciudades.36Pero Maldonado Por esos años era muy barato transportarsepor ferrocarrilde ordenó que la carretera se hiciera a como diera lugar porque Tecate a Tijuana. Uno cuarenta plata te cobraban. Durante el ,era muy necesaria. También bajosu gobiernose construyó la día había varias corridasde trenes.Como a las 8:00 de la mañana carreteraentre Tecate y Ensenada. pasaba un tren,el número 3, que venía del este rumboa Tijuana. Y de allá salía otroa las 5:00 de la tarde: el número 4. En lano­ che corría el tren"mixto". Le decían así porque era un trende o .. gobiemEl ? del presidenteCárdenas sentó desde carga que traía un carro de pasajeros. Pasaba por Tecate com a del luego las basespara la construcción � Sonora-BajaCalifornia, cuya primera etapaa Puerto Peñasco, exler_Wón de 254kilómetros enuna las 10:00 de la noche y regresaba de Tijuana como a las 2:00 de dejótotalmente terminada". Véase Celso AguirreBeltrán, o op. al., p. 81. la mañana. Todos eran trenes de la compañía San Dieg Y 11EI �or turísticoentre Tijuana y Ensenadahabía quedado comunicado ra pavunentadadesde por carrete­ Arizona. 1927, cuando el gobernadorAbelardo L. Rodríguez(1923-1929) lostrabajos respecti En ese tiempono había carreteras buenas. Para llegar de So- vos.Véase "Semblanza de Tijuana1915-1930", de Conrado . o Cárdenas,David Piñeray JesúsOrtiz, enHisloria de Tijuana. Semblanza or .,.=al ., p . 105. general, nora a Baja California,te venías por Nogales, arriesgando P Don Crispín. Una crónica fronteriza Víctor Alejandro Espinoza Valle

RECUERDODE CANTÚ

El coronel Esteban Cantú fue el mejorgobernador del Distrit Norte. Repartió tierras y comunicó a todos los lugares de Bél]a ·º Califonua. . A to d o el mundo hacía trabajary trajoa mucha gent de Baja CaliforniaSur para poblar estos lugares. Entre esa gen� te llegóa Tecate la familia de mi esposa, la familia Quiñones. Fue un gobernadorpobre a pesar de que la economía se ma­ nejaba en dólares. En esos tiempos los trabajadores ganaban tresdólares a la semana. Después fue senador por Baja Califor­ niay también salió pobre. Ya les digo, se metía hasta en los bi­ llares y le preguntabaa la gente en qué trabajaban. Si estaban desempleados se los llevaba a trabajar; no quería gente vaga. Les ofrecíatrabajo porque tenía apuro de conectar, mediante la carretera,a todas las poblacionesde Baja California.En ese tiem­ po iniciaron la carretera Mexicali-Tecate. Se hizo la brecha a Panorámica de Tecate (drca, 1910, AFSHSD). puro pico y pala y se logró pasar La Rumorosa.37 Segúnme han platicado, antes de esa carretera, la gente pasaba las montañas No había luz ni agua; menos fuentes de a caballo y con mulas cargadas, como andan los mineros. como 500 habitantes. sólo un molino raquítico y estaban terminando No fue sino hasta cuando nombraron gobernadora Cantú trabajo.Había 38 La única calleera la Hidalgo, era de tie­ cuando se empezó a poblar Baja California,ya que trajo mucha la fábrica de malta. estaballena de fango. Lo quehoy es el centrode gente de Baja CaliforniaSur en barcos, ofreciéndoles tierras y rra y siempre fango. Entre rancheros y gente del pueblo se trabajo. la ciudad era puro contaban 500 almas. el rancho de los Romero, de los Tecate Había cantidadde ranchos: Downey, el de los González, también el de don Leopoldo Flores. del señor Pedro Llegué a residir a Tecate en diciembre de 1930. El 20 de diciem­ Lo que hoy es la colonia Espinoza era el rancho Romero-Irineo y bre, cuando comencé a trabajar en el ferrocarril,Tecate tendría Adams. Cerca del Cuchumá estaba la familia Ruperto-; la familiaBarrios vivía en lo que hoy es el ranchoLa Be- 3'11ajo el gobi mo del coronel EstebanCantú Jiménez (1915-1920) se realizaron los tra­ La hoy colonia El Encantoera el rancho del señor . � Puerta. ba¡o� para ururpor carreterade terracerlaa Mexicaliy Tijuana.Tal esel testimonio de A� Bel�án: "Desdeel primer año de su gobiernoatacó el problema secular de los ba¡acalifo�anos,la faltade vías de comunicación,ya que a iniciativasuya se iniciaron los tra�a¡os hasta �u �ompleta realización del camino a Picachos, para unir las llEnefecto," en1929 AlbertoV. Aldreteinstaló la Compañía Manufacturerade Malta, poblaaonesde Mexicali,recate, � ju� y �ada, atravesandola empinada cuesta S.A.", Adalberto Walther Meade, Tecate.Cuarto municipio.Mexicali, B.C., Universidad de La Rumorosa,con elevadasy difícilespendientes. El ingeniero Enrique Alducín fue Autónoma de Baja California,1983, p. 107. su constructor",op. cit., pp. 96-97. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

renstain, y la Pro-Hogar, el rancho de Leopoldo Flores. Para el arrosde caballos que duraron dos o tres días para llegar,según rumbode la carretera a Ensenada,por Tanamá, estaba el rancho del coronel Cantú. �entan ellos. Eso fue por 1915, en tiempos de los Serrano, luego seguía el de los Cota; en seguida, lo porque no había gen e. que Lostraj eron para poblar . � hoy es San Lorenzo era el del señor Cuéllar. Luego el señor Bo­ Todavía en los años treinta la gente se dedicaba a la cna de nillatenía el suyo en Tanamá y su vecino era don José Edm.undo anado y a la agricultura de temporal. El ganado era muy ba­ de carne Guajardo. Después de un rancho baldío estaba el rancho de mi ;ato: una res grande y fuerte costaba 30 dólares. El kilo suegro, José María Quiñones. Donde están las ladrilleras de oro. En Tecate de la mejor costaba 50 centavos plata o una peseta Cerro Azul ahíestaba el señor Llanos, y el de los Cota llegaba sembraba por todas partes. Yo sembraba allá por la estación hasta el cañón Manteca. :1 ferrocarril, Se daba mucho el maíz, la calabaza, el frijol; de Segúnlas pláticas que tuve conlos viejosresidentes, la mayor todo; la tierraera muy fértil. parte de la gente llegóa Tecate desterradade Sonora,en tiempos de Porfirio Díaz. La versión era que se trataba de malvivientes LosINDIOS TECATENSES y ladrones que se dedicaban a robar las "conductas"39 o diligen­ cias. Entonces, para no matarlos, los echaban al desierto con Había muchosindígenas en Teca te. La mayoría vivían en la sie­ todo y familia para que se murieran en la cruzadao para poblar rra,allá por el rumbo deNejí. También algunos eran dueños de estas tierras,pero que les fuera imposible volver allá. Perocomo ranchoscercanos al pueblo, localizadosen San José, Peña Blanca Tecate estaba virgeny era muy fértil, llegó esagente y agarrólo -dondehoy todavía existe una reservación-, el cañón Mante­ mejor.Había también mucho ganado bronco, caballada, burros, ca y el Cuchumá. Uno de los últimos que murió fueAmbrosio de todo. Además la agricultura de temporal era muy buena y Sine, quien era hijo de un americano y una indita; murió hace se daba de todo. Por eso a la gente que vino de Sonora le tocó dos años.41 También cercano a San José estaba el rancho de otros quedarse con los mejoresranchos. Luego comenzaron a aman­ indígenas, la familia Meza. Por cierto, todavía vive una de las sar animalesy se hicieron de su buen ganado.40 lújasmayores. El resto de los pobladores llegaron procedentes de Baja Ca­ , Los indígenas bajaban de la sierra y de los ranchos al pueblo liforniaSur. De allállegó mi señora y su familia. Los trajeron para los festejosde las fiestas patrias. También llegabanlos indí­ en barco desde San José del Cabo hasta Ensenada. De ahí en genasdel "otro lado", procedentesde las reservas de Campo, de El Cajón, California,y de todas esas partes. Llegaban en cara­ vanas con sus calesas y acampaban al finalizarla avenida Hi­ dalgo (al oestede la ciudad), donde hasta hace poco estaba el 39"Seles llamaba conductaso galeras a las diligenciastiradas por caballos". �orge RamírezLópez planteaque haciamediados del siglo pasado "El territorio te­ MercadoEl Triunfo. Aquellose llenaba.Por cierto que por 1937, catenseprincipia a poblarsepor rezagos de caminantes,aventureros, mineros del estado de Sonoraque acudfanal llamado de la fiebre de oro en Califonúa en 1848, quienes desilusionadoso cansados, seestablecían en sus campiñas [ ... J Los primeros colonos

establecidosen unplan organizado acapararon lasmejores superficies, donde fuera "M Ambrosiole vendió su ranchoa un señordel que no recuerdoel nombre, el que a su posible la agricultura y cría de ganados". "Tecate", en Panorama histórico de Baja vezse lo cambióa don Marcelino Contreraspor un establo.Contreras le había comprado California,pp. 316-318. el establoa don Pablo Márquez". Don Crispín. Una crónica fronteriza Víctor Alejandro Espinoza Valle

y la gente vio una oportunidad de hacer negocio, em­ como en Tecate todavía no había iglesia, llevamos a bautizar de malta e a a agarrar todos los terrenos.42 mihija la mayor y a otros muchachos a la reservación de Carn� p z ron lotes cercanos a la línea empezaron a venderse en 1933. po. Mi hija tuvo oportunidad de haberse emigrado o de obtener Los pré en esa zona porque en el centro era muy fangoso y ciudadanía americana, pero nunca fue por el acta de bautismo y0 com te opinaba que era muy difícil llegar a construir. Y y� ven Al pueblo también venían los indios a comprar provision� la gen des que hoy es una de las partesprincipales del pueblo. Ya y luego a tomar a la cantina de Roberto Sarana. Él aprendió el uste construyeron la aduana de adobe en 1936, pues quedé dialecto indígena y ahí les sacaba sus centavitos. Les hada su cuando uy cercano. Por cierto que esos terrenos nos los vendieron bebida de alcohol con hielo. ¡Puro veneno! Luego llegaban a m _ s porque el señor Jesús del Río, entonces delegado cambiar una res por una botella de licor de un dólar. Un día un muy barato , encontró el expediente que estipulaba la compra del amigo agarró unos vidrios de esos que sirven para hacer fogatas municipal antú. Llamó a toda la gente y nos dijo: "Tiene que Y se fue a la sierra a cambiárselos por sus animales. Les ofrecía general C repartirse este pueblo" y nos enseñó el expediente. A mí me un vidrio por res. Por cierto que con Sarana trabajaba de canti­ Chale había tocado un lote sobrelo que hoy es la avenida Revolución, �ero un señor de origen griego: un tal Vargas, quien cu­ o como resultóque mediante una maniobra suspendieron nosamentedespués se quedó con un rancho, allá por Tanamá, per su puesto por un año a Jesús del Río, el sustituto,de apellido que era de unos inditos: el rancho que ahora es del papá del ex de dárselo a su hermana, que vivía gobernadorXicoténcatl Leyva. Bogarín, me quitó el lote para del otrolado. Después regresó el señor Del Río como delegado por mi terreno. Ahí le expliqué lo que HICIMOSNUESTRAS CASAS DE ADOBE y un día me preguntó había sucedido y me ofreció otrolote cercano a la línea fronte­ que fue donde construí. Por eso yo digo que en el Parque Nos alumbrábamos con puras lamparitas. Tampoco había dre­ riza, estatua de Eustaquio Sarana, debería naje; menos agua potable. Había un sólo teléfono y las oficinas Hidalgo, en lugar de la estar la del señor Jesús del Río, lo mismo que la del coronel del telégrafo y el correo, que se localizaban muy cerca de don­ a re y ayudaron a este pueblo. de hoy es el Parque Hidalgo. Toda la zona del centro actual era C ntú; ellos spetaron cercano a la aduana construí yo mismo mi pura yerba del manzo y tule. Donde hoy están el Mercado Muni­ ' En ese terreno casa. La hice de puro adobe. En ese tiempo se hacían las cons­ cipal, la comandancia de policíay la iglesia principal, práctica­ en Teca te madererías; sólo en Ti­ menteera una laguna. Ahí había pececitos y la gente iba a pescar. truccionesde adobe. No había juana conseguías materiales y era muy difícil transportarlos. Es por eso que la avenida Hidalgo la arreglan y con el tiempo con lo que conseguía. También el pavimento se destruye;son terrenos muy fangosos. Por eso cada quien hacíasu casa La presidenciamunicipal y el Parque Hidalgo comenzaron a construirsea principios de los años cincuenta.Incluso yo puse una banca y participéen la construcciónde un tramodel parque. ª"Elcoronel EstebanCantú habla adquiridode la nacióntodos los terrenoscomprendi­ dosentre la avenidaHidalgo y la avenidaMéxico, a unlado de la linea divisoria, para Esos terrenoslos regaló el señor Salazar, el abuelito de Ricardo formar el pueblo. No selogró eseproyecto original porque loscaciques monopolizaron las tierras". Sández, para obras del pueblo. Pero cuando se instaló la fábrica Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

LAPA SADA

A principio de los años treinta se pasaba la frontera sin nece­ sidad de pasaporte. Entraba por la garita y de regreso teníados opciones: pasar a la aduana mexicana y solicitar una &"Wªde mercancía americana pagando impuestos o regresar por el mon­ te, con mi costal lleno de comida. Precisamente de esta manera pasé una noche -cuando me casé-, la cama matrimonial que había comprado en SanDiego 43 junto con otros muebles. A San Diego iba en carro porque para el otro lado, por lo menos, había carreterasde terracería. Llegaba de regresoa Teca te viejo o Teca­ titoy dejabala mercancía encargada con un señor y en la noche la pasaba. La línea divisoria era tan sólo un alambre, como en los ranchos, pero puede decirse que no había cerco. Había una vereda por donde regresábamos y como no había luz eléctrica, ¿cómo nos miraban? Por cierto que a los pocos años de vivir en Tecate obtuve mi Aduana de San Ysidro, California,1934 (AFSHSD). pasaporte local,una vez que el cónsul de Nogales (aquél que me había levantado el reporte queme impedía cruzarlegalmen­ íbamosa SanDiego y como podíamos traíamos materiales. Aun­ te a Estados Unidos) fue a dar a la cárcel. La historia es ésta: re­ que ya había carpinteros y maestros albañiles, por lo regular sulta que un día, cruzandopara Tecatito (California), el celador eran muy chafas. No usaban el nivel: pura plomada. Pero había míster Richard me dijo: un viejito de nombre Lázaro Laguna, que era muy bueno para -¿Por qué no sacas pasaporte? Si te encuentras con una pa­ construir.Por cierto, sobre la avenida Hidalgo todavía quedan trullate puede agarrar y hasta a la cárcel puedes ir a dar por no algunas delas casas hechas por él. Cuando llegué a Tecate ese traerpapeles. viejitoestaba construyéndoleuna casa al señor Valencia. -P' os no me dan -le contesté-. Fíjese que tuve una pequeña También el señor Valverde, que era español, teníasu buena dificultaden Nogales. casa sobre la que hoy es la avenida Juárez, donde fue hasta -A ver, pásate -dijo,y me llevó a la oficina del jefe, míster hace poco la Panadería La Esperanza. Ahora, la escuela funda­ William Wollin. dora de Tecate, la primaria Padre Kino, que por muchos años fue la únicaescuela, también era de puro adobe y se localizaba � Tecate es hasta el gobierno de Lázaro Cárdenascuando se decretala zona libre: sobre la avenida Hidalgo, donde hoy se encuentra el Colegio HEl dla 10 de marzo de 1935 [Cárdenas] ordenala ampliaciónde los perímetroslibres para las poblacionesde Mexicaliy Teca te ypara San Luis RíoColorado, Sonora". David de Bachilleres. Piñera y Jesús Ortiz,"Panorama de Tijuana1930-1948", enHistoria de Tijua11a,p. 134. Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

A éste le platiqué toda la historia. Entonces me enseñó el re­ contraban en ese lugar porque era la calle que salía directo a la porte endonde el cónsul de Nogales explicaba que me reportaba zona de los hoteles y cantinas, por la que llegaba el turismo porque no sabía leer. Ahí le comprobé a Wollin que eso no era americano.Después, en 1936, construyeron la segunda aduana. cierto y le dije: También fue de adobe, pero ya se le ubicó en donde está ahora, -Pídale al cónsul que le diga la verdad,que le explique cómo al finalizarla calle LázaroCárdenas. Ahí mismo la modificaron me ofendió. a mediados de los años cuarenta y a fines de los sesenta ia am­ -Si me estás diciendo la verdad te voy a ayudar -me dijo pliaron. En esa ocasión me obligarona venderles casi la mitad Wollin-. Vuelve dentro de tres días. de mi lote, pues colindabacon sus terrenos. Así se fue moder­ Volví y al entrar me palmeó la espalda: nizando la aduana. -Mala suerte, muchacho, me echaste mentiras. -Bueno, ni modo -le contesté-, yo le dije la verdad. Los QUE PASARONREPATRIADOS Ya después se rió y agregó: -No te creas. Sí era cierto lo que me contestaste. Tráeme En 1932 me tocó ver la llegada de mexicanos repatriados a Ba­ unosretratos y te vamos a devolver la emigración. ja California.Por esos años empezaron a expulsar a los emigra­ Pero ya no quise, no me interesó vivir en los Estados Unidos dos de Estados Unidos debido a la crisis tan espantosa que se de nuevo, donde además, por la crisis, ni trabajo había. Sólo vivía. Del otro lado ya no había trabajo pero tampoco en éste; aceptéel pasaporte. Días después supe lo que había pasado. Al acá también estábamos en crisis. Los que regresaban eran tra­ cruzarpor la aduana, mister Richard me pidió que habláramos bajadores, pues como siempre, a éstos les toca la peor parte. En en sus oficinas.Ahora estaba como jefe interino de emigración. Tecate no tuvieron problemas para pasar por la aduana. En ese Me preguntó: tiempodon Fortino Flores Avilés era muy buen administrador -¿Sabes dónde está tu "amigo",el cónsul de Nogales. y le dio facilidades a la gente. Creo que en Tijuana tampoco los -No -le contesté. tuvieron, pero no recuerdo el nombrede las autoridades adua­ -En la cárcel de San Quintín -me dijo-.Ese cónsul se la de- nales. Muchos iban hasta la ciudad de México; otros se queda­ bía al señor Wollin;le había hecho una jugada muy perra y no ' ron Tijuanaen y Mexicali.Pero en estas ciudadestampoco había hallabala formade vengarse. Tú fuiste el que le dio la clave pa­ trabajo. Por eso procuraban regresar al interior, a sus lugares ra saldar sus cuentas. Lo hicieron que retirara el reporte de toda de origen. la frontera y no sólo le quitaron el empleo, sino que fue a dar a El gobernadordel territorio de Baja Californiaera el licencia­ la cárcel. do Carlos Trejoy Lerdo de Tejada.Era muy ingenioso. Le decían -Yo nunca supe qué pleito se traían.Pero le aplicaron la ley el Choyitos porque para darle de comer a la gente los ponía a y se fue a San Quintín.Le costó muy caro al cónsul de Nogales plantar choyas. Primero teníanque plantarlas y luego quitarlas. su desprecio por los mexicanos. A cambio les daba su ración de comida y poquito sueldo para Las oficinas de la primera aduana de Tecate se localizaron al que pudieran vivir. Los entretenía y por eso decían que estaba finalizarla que hoy es la callePortes Gil. Eran de adobe y se en- loco, pero era para que no anduvieran vagando, porque él pen-

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TECATENSE saba que si nomás les regalaba la comida, entonces la recibirían EL coMERCIO 44 y se irían a hacer otras cosas que no debían. a dos hotelitos, a cantina Por Teca te pasaban familias enteras. Algunos traían sus mue­ En1930 , en Teca te sólo habí un billar, � os se o o o a más. Todos esos comerci l ca­ bles, los enseres de la casa; el ferrocarril de pasajeros del San unre staurancit . N h bía e e a u a a a e a Hidalgo (hacia el est d .l ci ­ Diego y Arizona venía lleno. La mayor parte procedían del esta­ �ban al finaliz r l v nid as os es aban o a o e eca tito, había tres tiendit . D t do de California, de Los Ángeles y de allád el lado de Nevada. dad). Al otr l d , n T o o más a a y la otra, la del señor Lynns, p c A mí me tocó andar con ellos. Con algunos platicaba ahí en el pegaditas a l líne , � . a us o as ercanas a la línea se localiz ban J t ferrocarril. Sep araba e l tren y p' os tenía o portunidad de pre­ retirada. L as tiendit c ra o o a e o es Gil. Una era de la seño J hns n guntarles. Ellos se sentíantrist es y atrasados. Lo quelam entaban donde termina la c ll P rt e o e se or a a a e o Alfonso Valencia. Por ci rt , l ñ era que se había acabado el trabajo en todas partes y no sabían y enfrente est b l d d n o e a. o ue vendía camisería y todo tip d rop qué hacer. Tenían que salir de Estados Unidos. No se pudieron Valencia era el únic q a ues­ a o porque no pagaba rent ni imp quedar a trabajar en el ferrocarril en Tecate porque tampoco Además vendí muy barat su esos tiempos. Pero un buen día ahí les podían ofrecer algo. Nosotros éramos en ese tiempo seis tos. Éstos casi ni existían en ego a la tiendita y ahí cab� todo. trabajadores y nos daban tres días de trabajo a la semana. Aun­ hijo Manuel l e prendió fu � s a e a y 45 e ar os CharlesLynns estuvo ma l J da, que algunos traían experienciaf errocarrilera y agrícola, no se Luego, la tienda d C l e s o o u e surtida. Recuerdo que l eñ r Lynns pudieron acomodar en Tecate. La crisisl os echófu era y el gobier­ digamos que n m y bi n os ero su esposa era a mericana. Nosotr no mexicano s ólo les pudo facilitar la entr ada. L os residentes era de Chihuahua p os s a a comprar la provisión. Teníam de Teca te nomás decían que ahí tampoco había trabajo; de este íbamos seguido ha t allá a a asar as e había un poco de dificult d par p lado estaban los mismos tiempos. Por eso solamente pasaron. quecaminar b tant y o a a e a o a arita mexicana, p ues t d ví n Ya cuando vino lo de producir y lo de la mejoría fue cuando nuestra mercancí p r l g e or o a enías que pagar el d recho p empezó la Segunda Guerra Mundial, porque antes no. Tecate no había z n libre y t es ue acíamos era aga- casi todo. Así es que, como dije ant , lo q h a a u Por esa falta d ' rrar monte para evitarnos pasar por l d ana. � u a o a Diego. Además a T1- comercio teníamos que ir a Tij an San e a a e os, y no se diga a T c ­ �Efectivamente,la crisis obligó algunos gobernantesmexicanos a instrumentar me­ juana llegaban puros productos am rican didas ingeniosaspara ��plear a los repa�ados. David Piñera R. yMa. Isabel Verdugo o a ropa era s o o a del otro lado, por ejemplo, t da l de J�z, � su �b�¡o La gran depresión y los repatriados", publicado en la obra te. Ca i t d vení colectiva Visiónhistónca de lafrontera norte de México (Mexicali,B.C., UABC, 1987), tomo americana. m, p. 167, señalan:"[Los repatriados], con las esperanzasde regresara los Estados Uni­ 46 os r e a e ezó a venir hace poco. Algun p o- d�, sequedaron � la frontera, aumentando los problemas de las autoridades para La cosa m xican mp alim tarlos y alo¡arlos, pues no sabían qué remedio aplicar cuando los recursos e o a aerlos de México a � , ductos, frutas y verduras emp zar n tr muruapalesse a gotaban. . PeroChoyitos sí aguzó el ingenio. -15�n l.eferinoD_i e�o Ferreira cuenta que cuandole hlcieronjuicio de deportación, tuvieronque pedirinformes acerca de su persona:"Alli dieron informes míos del Sur P�dfico,Sant a Fe, Unión Pacifico,de lamisma corte de Pasadenadonde yo había vi­ *"Y ya sabemosque lo mejor quese produceen Méxicoes pasado sin etiquetap a el vido much°:iai\�, de l? �ue Y? era". Laura Cummings, "Don 2.eferino: villista, bra­ � otrol ado. Por ejemplo, buenaparte del calzado que vendena llá, enEstados Urudos, �o Y repatriado , traba¡o mclwdo enla obra Visiónhistórica dt lafrontera norte de México, ibídem, p. 165. estáhecho en León, Guanajuato".

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mediados de los años treinta.Por ejemplo, aquí no había aguaca­ te, uva, ni algodón. En aquellos años aquí se sembraba muy buena lechuga y papa, pero curiosamente la gente no la quería comprar de este lado;47 tenía que ser americana. Pero esas ver­ duras las pasaban al otro lado, inclusopor las veredas cercanas a mi casa, y las vendían en las tiendas de Tecatito. La gente de aquí iba y las compraba y regresaba feliz diciendo: "Mira qué diferencia con la mexicana". También era muy común el sistema de comprar mercancías norteamericanas por medio de catálogos. Casi todos los catálo­ gos eran para comprar en las tiendasSears, encargando los pro­ ductos por el correoamericano. Entonces se pedía ropa, zapatos y demás mercancías a Nueva York, Chicago y sobre todo a Los Ángeles, aunque también de México llegaban,por ejemplo,telas y aretes, pero todo por medio del servicio exprés del ferrocarril. Casasde adobe. Tecate, 1918 (AFSHSD). Así llegaba también el correo. Todos los bultos y mercancías llegaban al almacén de la estación y de ahí los distribuían.

REDHOTELERA

Como dije anteriormente,en los años treintasólo había enTecate dos hotelitos. El Hotel Tecate, que estaba en la avenida Hidal­ go, y el Hotel Contreras, por la calle Portes Gil. Los dos eran de ' adobe. Según esto,el Hotel Teca te era el hotel para los turistas. Setrataba de unos cuantos cuartos y en la parte de abajo contaba con unacantina que teníajuegos de mesa y un restaurante. Su dueño era Eustaquio Sarana. Después su hermano Roberto puso muy cerca de ahí otra cantina y en 1933 abrieron una tercera

-17"0trpproducto que enEstados Unidos no sepudo sembrar es el plátano. Ellos lo im­ portande Méxicoy Sudamérica -Brasil y Cllile-.Es unplátano muy bonito y la gente va y lo compra allá y dice: 'Mira qué plátano americano tan bonito', y resultaque Detalle del ranchoLa Puerta. Tecate, 1956(AFSHSD). comemos el mismo producto que nosotrossembramos, ¿verdad? Es curioso". Víctor Alejandro Espinoza Valle Don Crispín. Una crónica fronteriza

cantina a la que la gente llamaba "la cantina de los españoles", Y LLEGÓ LA LUZ porque precisamente la atendían dos señores -uno llamado Juan- de origen español. El Hotel Contreras se componía de Entre 1934 y 1935 empezó a entrar la luz de la Compañía Barba­ puros cuartitosde adobe y su dueño era Vicente Contreras.En chano. Las redes venían del lado americano, aunque la corriente esos hotelitos se conseguía alojamiento. No iba mal la cosa. la enviaban una parte del otro lado y otra de rijuana. La Compa­ ñía Barbachano en realidadera americana, pero sus instalacio­ 48 EL COMERCTO CHINO nes estaban en rijuana. En la zona donde se localiza mi casa -muy cerca de la línea internacional-, todavía en 1940 no se Por el 32 o 33, Pancho Mangenton puso una tienda de abarro­ recibíaelectricidad. Por eso decidimos pagar por la instalación tes y un restaurante de comida china en recate. Eustaquio Sa­ de los postes y gestionar el establecimiento de las redes. Los te­ rana le rentó unos locales ubicados muy cerca de las cantinas léfonos también comenzaron a instalarse por los mismos años en la avenidaHidalgo. Cuando yo llegué a recate, Pancho ya que la luz y por la misma Compañía Barbachano.49 teníabuen rato de vivir enel pueblo. Nació enChina y parece Por cierto,fue hasta principios de los años cincuenta cuando que llegó procedente de California. Lo queríamos mucho por­ la gente empezó a conocer más el sistema telefónico. Lo digo que siempre fue muy buena gente. Que yo sepa, no estaba casa­ porque todavía en el 48 hubo quien llegó a asustarse con los do el chinito. Pero el que sí se casó con una mujer mexicana, aparatos. Por ejemplo,un día estando en la estación del ferro- llamada Mercedes, fue JoaquínChang. Ella y sus hijoschinitos -nativos de recate-viven todavía en el pueblo. Fueron Joaquín y su hermano Mariano quienes se hicieroncargo del comercio -l8Enefecto, sobrela avenida A de Tijuana, hoy conocida comola avenida Revolución, seencontraba la empresaBarbachano. Al respecto,Conrado Acevedo Cárdenas,David cuando Pancho Mangenton decidió irse de recate. Piñera y Jesús Ortiz,en su estudio citado,p. 95, nos dicen:"Al lado de los centrosnoc­ Por cierto una vez sucedió un asesinato en la tienda de Man­ turnosse fueron estableciendootro tipo de negocios como los de los hermanos Rubén y Manuel Barbachano, que en 1914 fundaron la Compañía EléctricaFronteriza, que gentony fue él quien lo descubrió. Resulta que había otro chi­ groporcionabaservicios de luzy teléfono. Instalaronsus oficinasen la avenida A Sur". 9En 1924, Aurelio de Vivanco daba cuenta de los buenos oficiosde la empresaBar- no de nombre José María, que le ayudaba a Pancho trayéndole ,bachano, enel tono siguiente:"[ ... ] Pronto tendrá Tijuanaservicio nacional de teléfonos la verdura en su troquecito. Recuerdo que José María usaba un por haber celebrado el señor Barbachanocontrato respectivo con la Secretaríade Co­ municaciones y Obras Públicas para instalar un completo sistema telefónico en las arete. Pues un día llegó de rijuana con una mujer y Pancho se poblacionesde Mexicali y en Tijuana.Con este servicio,el comerciode ambas ciudades recibirágrandes ventajas. Seráuna empresanetamente mexicanay los serviciosestarán dio cuenta. Al parecer quiso abusar de ella en la tienda y lama­ conectados con losteléfonos de EstadosUnidos, pudiéndose hacer,en consecuencia, tó. Después la envolvióen una lona y la echó al troque. Cuando las comunicacionesinternacionales. Según resulte para la empresa, seharán análogas instalacionesen Ensenaday otros pueblos del DistritoNorte. Según pudimos saber a Pancho Mangenton descubrió unas manchitas de sangre en el última hora, el servido nacional de teléfonos será inaugurado oficialmente por el gobernadordel Distrito,el próximo16 de septiembre. Otrode los adelantos materiales piso, y sabiendo que José María había llegado con aquella mujer, que el señorBarbachano ha implantadoen 1ijuana,es el haber construido diez casas decidió dar aviso a la policía. Entonces se fueron siguiéndolo y habitaci.ones con todas las comodidades modernas y necesarias para rentarlas econóuucamente a los empleados públicos que según las últimas disposiciones allá en La Rumorosa lo encontraron a punto de echar a la mujer Baja Californiaal gubema.mentales,tienen forzosamente que vivir ensuelo mexicano". a un voladero. Ahí fue cuando lo agarraron. Se lo llevaron y ya día,op. at. Añosmás tarde, el periódico El heraldo de Baja California,en su edición del 11 d� octub� de 1947, da�a cuentade la primera comunicacióntelefónica entre Baja Califor­ nunca se supo. ruay la audad de México:"Hoy a lasnueve horas fueinaugurada por el señorPresidente

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