Iii.2. El Retroceso De La Agricultura
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explotaciones de menor tamaño y en las parcelas más pequeñas. La inviabilidad económica de la mecanización significa que los agricultores no pueden incrementar la productividad de la tierra y del trabajo, y esto se traduce en un estancamiento o incluso retroceso de las rentas obtenidas de las actividades agrícolas. La inviabilidad de la mecanización implica también una pérdida de competitividad frente a otras regiones de la provincia, de España, y de ]a Comunidad Europea y, sobre todo, la pervivencia de las duras condiciones de trabajo asociadas a la agricultura tradicio- nal, uno de los principales factores de rechazo social al trabajo agrario. El resultado de la combinación de todo ello es la dismi- nución progresiva del número de explotaciones, de la superficie cultivada y de la población activa agraria, y la consolidación de una tendencia al mantenimiento de aquellas explotaciones y empresarios que pueden integrarse al denominado sector agra- rio avanzado. III.2. EL RETROCESO DE LA AGRICULTURA El retroceso de las actividades agrícolas se ha traducido en una significativa disminución del número total de explotaciones y de superficie destinada a usos agrícolas. Según el Censo Agrario, entre 1982 y 1989 desaparecieron cuatrocientas cuarenta y una explotaciones, en un proceso generalizado que afectó con mayor intensidad a las explotaciones inferiores a veinte hectáreas y se manifiesta en la mayoría de los municipios. En los años ochenta disminuye el número de explotaciones con Superficie Agraria Utilizada (SAU) y desaparecen numerosas explotaciones con superficie inferior a veinte hectáreas produ- ciéndose, en consecuencia, una disminución de los aprovecha- mientos agrícolas. El número de explotaciones con tierra des- cendió entre 1982 y 1989 en trescientas noventa y siete unidades, pero todavía fue mayor el de.scenso de las explotaciones con Superficie Agrícola Utilizada (SAU) al desaparecer cuatrocientas cincuenta. Ahora bien, este descenso afectó básicamente a las explotaciones con menos de veinte hectáreas de SAU y en espe- cial a las inferiores a cinco. Por el contrario, el número de explo- taciones con más de veinte hectáreas de SAU se mantuvo prácti- camente sin variaciones (gráfico 12 y tabla 49). Es decir, que la desaparición de explotaciones y de SAU afecta únicamente a las 303 Gráfico 12 Evolución del número de explotaciones con SAU segíui superficie. 700 600 500 400 300 200 100 0 (5 ha. )-5 (10 ha)•10 (20 hc^r20 (50 ha. )-50 ha. ^ 1982 ® 1989 Gráfico 13 Supe^cie censada, SAU, supe^cie labrada y sin labrar ( 1982/89). 70mi1 ha 60mi1 ha 50mi1 ha 40mí1 ha 30mi1 ha 20mi1 ha l Omil ha Omil ha S.CENSADA S.A.U. SIN LABRARLABRADA ^ 1982 ® 1989 Fueute: (;ensos ^lgrarios de 198Y }^ I^J89. 304 Tabla 49: Evolución del níunero de explotaciones según Superficie Agrícola Utilizada ( 1982-89). D4unicipio N" de explolatxones agrupadas segtín SAU c5 has. >=5 y<10 >=10 y <20 x20 y >=50 Has. has. has. c50 has. l 982 1989 1982 1989 1982 1989 I 982 1989 1982 1989 Aldealcorvo 26 20 1 1 2 5 0 0 ] 1 A. de la Serrezttela 16 5 1 0 2 0 2 2 1 1 rlldehorno 13 11 9 4 6 8 11 7 4 5 Aldeonte 1 0 0 4 15 15 23 26 10 5 Barbolla 2 2 4 7 21 12 40 31 9 9 Boceguillas 18 6 10 6 18 7 11 ]5 5 6 C. del Río 14 7 17 15 17 18 5 8 0 2 C. de Mesleón 19 ]2 5 12 3 7 4 4 0 2 C. de Fuentiduei^a 15 3 9 3 7 5 7 11 4 3 Castrojimeno 40 6 4 3 1 0 0 1 1 1 Castroserracín 43 4 1 0 4 4 0 0 0 1 C.de Abajo 9 3 25 8 21 4 3 2 2 3 C. de Arriba 9 19 11 30 39 5 6 3 1 2 C. de Castilno^^o 14 4 14 9 18 15 30 34 11 6 Duruelo l-i 9 15 10 18 14 5 7 5 5 Encinas 0 0 0 1 5 8 18 16 11 4 N. de A}^so 3 3 4 4 13 11 8 6 4 6 N. de Enmedio 4 4 3 4 9 8 10 16 10 5 N. de las Cue^as 0 2 1 3 0 8 0 10 2 4 Pradales 42 3 1 0 2 1 4 3 4 3 Se ítb^eda 164 97 91 54 107 72 72 53 21 27 Sotillo 0 0 0 0 3 5 11 9 ]2 14 Torreadrada 19 4 12 13 18 14 13 7 1 3 Uruetias 65 43 46 48 45 40 12 20 5 5 V. de Tabladillo 18 16 36 24 4& 50 9 12 0 1 Total 571 283 320 263 440 336 304 303 124 124 Fuente: Censas Agrdrios 198? ĉ 1989. 305 explotaciones más pequeñas, justamente aquellas en las que no se puede desarrollar una agricultura basada en la mecanización de las actividades, confirmándose un proceso detectado en ótras áreas de montaña españolas (Martínez, 1989). La evolución de la SAU y de la diferencia entre esta y superf cie total censada confirma la hipótesis del retroceso de la agricultura. Ya en el año 1982, de las 63.291 hectáreas censadas, solo 35.210 integraban la Superficie Agrícola Utilizada, mientras que siete años después la superficie total censada desciende hasta las 60.065 hec- táreas y la SAU hasta las 35.110 (gráfico 13). Ahora bien, la dismi- nución de la SAU y del número de explotaciones además de con- firmar el retroceso de la agricultura, introduce un nuevo aspecto: el descenso de las hectáreas cultivadas implica la expansión de la superficie que admite usos ganaderos y forestales. Si bien los datos del Censo Agrario no permiten calcular con total exactitud la proporción de superficie labrada en la comarca 9, podemos hacernos una idea aproximada de cual es la situación asu- miendo previamente que la mayoría de las tierras de las explota- ciones se localizan en alguno de los municipios del territorio anali- zado 10. Aceptando esta idea, podemos estimar que una pequeña parte de la superficie comarcal, alrededor de129.3% es decir 21.966 hectáreas, estaba labrada en 1982, porcentaje que disminuyó hasta el 28.5% (21.390 hectáreas) en 1989. El descenso del número de hectáreas labradas implica un incremento proporcional de la superficie que puede tener aprovechamientos ganaderos y foresta- les, aspecto fitndamental para el futuro agrario de una comarca que, cada vez más, se orienta a las actividades ganaderas. A1 respec- to, conviene señalar que en el período analizado la superficie dedi- cada a pastos aumenta tanto en términos absolutos como relativos, e igual ocurre con la clasificada como "otras" (gráficos 14 y 15). Además, resulta oportuno tener en cuenta que en el capitulo "her- báceos", al que corresponde alrededor de199% de las tierras labra- das en 1982 y 1989 (gráfico 16) , están incluidos los barbechos, y que estos también son aprovechados para el alimento del ganado, mien- tras que la superficie no censada, que no hace sino aumentar a lo y En el Censo la unidad de referencia es la explotación y esta puede estar formada por tierras localizadas en más de un mL^nicipio, con lo no se puede efectuar el cálculo exacto del níimero de hectáreas labradas en cada municipio. 10 Lo más frecuente es que las tierras se localicen en el mtmicipio donde está censada la explotación o, en todo caso, en uno próximo perteneciente a la zona de estudio. 306 largo del período analizado, también puede ser usada con fines ganaderos. En resumen, los datos manifiestan que la reducción de los usos agrícolas del suelo implican un incremento del número de hectáreas susceptibles de aprovechamiento ganadero. III.2.1. MENOS EXPLOTACIONES, MA.S SUPERFICIE CULTIVADA POR EXPLOTACION Como se ha visto, durante la década de los ochenta el número de explotaciones y la superficie agraria censada sufrieron un fuerte retroceso. La disminución fue proporcionalmente muy superior en el primer caso y en consecuencia tuvo como resulta- do el crecimiento de la superficie media por explotación, que pasó de 32.1 hectáreas en 1982 a 38.2 hectáreas en 1989, una ten- dencia que se verifica según el Censo Agrario en dieciséis muni- cipios entre 1982 y 1989 , manteniéndose desde 1989 a 1991 en otros catorce según los datos del Directorio de Explotaciones 307 Gráfico 14 Evolución de la superficie sin labrar segíui aprovechamientos. 50mi1 ha 40mi1 ha 30mi1 ha 20mi1 ha lOmil ha Omil ha f^l^ 1bta1 Pastos Forestol Otros ^ 1982 ® 1989 Gráfico 15 Superficie sin labrar. 40% 20% 0% PASfOS FORESTAL OTRAS ^ 1982 ® 1989 Fuente: Censos Agrarios de 1982 y]989. 308 Gráfico 16 Superficie labrada. 100% 80% 60% 40% 20% 0% HERBACEOS OTRAS ^ 1982 ® 1989 Fuente: Censos Agrarios de 1982 y 1989. (tabla 50), y que se debe a dos factores. El primero, ya señalado, es ]a desaparición de gran níimero de pequeñas explotaciones, dinámica que en si misma implica un incremento de la superfi- cie media por explotación. El segundo es el aumento de las explotaciones que permanecen en activo. A1 comienzo del capítulo comprobamos que la disminución del número de explotaciones entre 1982 y 1989 afecta sobre todo a las menores de ve_inte hecráreas, y que ello se debe a su escasa rentabilidad. De entre todos los grupos de explotaciones, la dis- minución se concentra principalmente en las menores de cinco hectáreas que se localizan en los municipios más montañosas y están formadas por las parcelas de menores dimensiones. Sólo en Aldeanueva de la Serrezuela, Castrojimeno, Pradales y Sepúlveda desaparecieron doscientas siete de las doscientas ochenta y ocho explotaciones menores de cinco hectáreas, y en Cerezo de Abajo, 309 Tabla 50: Evolución de la superficie media de las explotaciones con tierras entre 1982 y 1991.