Entie las flores de la Primavera

T REANUDAMOS AKTIACH LA MARCHA ©ASI AVISO AL PUBLICO Y COMERCIO EN GENERAL

Bl LBAO. Ya disponemos de excelente hprino de trigo y presentamos uno nuevo serie de galletas riquísimas, de fina calidad, que recuerdan las de ¡os mejores tiempos.

Se.llama todavía ''Aproximación'' esta serie porque no queremos usar nuestros nombres clásicos, que tan grabados en su mente tienen los consumidores, hasta que podamos ofrecer la garantía de una selección adecuada de . primeras materias, entre las de primera calidad de que empezamos a disponer.

Hemos empezado a fabricarlas el 1.° de febrero. Exisfen ya en el comercio vde algunas plazas, pero como el mercado esfá desabasfecido, se tardará en que estas galletas estén, a la venía en toda España,

ARTIACH 1SI Los comerciantes que devuelvan envases al confiamos los en• * • ---#1 cargos, tendrán turno preferente en el servicio de los mismos.

Pida usted hoy a su proveedor estas sabrosas galletas:

CASI, prácticamente una María; POPI, de avellanas, muy nu• tritiva; HOJALDRINA, de rico hojaldre, sin azúcar, que recuerda d "Cracker", y la pequeña SIN-AZ, también sin azúcar; él sa• broso BIZCOCHO Artiach; la popular PINOCHO y, sobre todo, el gran surtido FLOR DE HARINA, de dieciocho clases y dieciocho sabores.

OESTE ARTIACH CADA SEMANA! jñfwiin Tlf, irfH Tf

Administración.- CmiTmtm». w^Ur* T A guerrft no ha terminado todavía. Cuando en el atardecer de la *>lAfi>iK»« 14730 y MTSf JL/ 861111811141 anterior se hablaba de que en aquellas horas iba a publicarse un comunicado, de las Naciones Unidas en que se declaraba así, la JJIo IX * Nt&Eft. 41S credulidad prendió fácilmente porque todo era ya posible. Un día más, ^ ,M „ ^ ^ taag otra semana... Virtualmente, la noticia podía llegar en cualquier momento, MW «» H Wl W Wli Ahora es Goebbels, el ministro de Propaganda alemán, quien en tono m^mHHHH tremendamente dramático exclama: «La guerra toca a su fin.» «Estamos en el último acto de un drama trágico.» Y es así cómo van cayendo ciudades Une de los más recientes retratos de de gran importancia y otras convirtiéndose en ruinas, de las que si acaso se salva una iglesia o una esta• la señora Traman, esposa del nuevo tua, y cómo van siendo prisioneras figuras de renombre casi mítico: Von Papen, un Krupps, von Macken- presidente de los Estados Unidos sen con su ancianiad y su historia de casi un centenar de años... (Fot. Pando, recibida por radio) ¿Se fijó en Yalta la fecha de la conferencia de San Francisco en la convicción de que la guerra en Euro• pa estaría terminada para esta fecha del 25 de abril, en que había de abrirse? Por lo menos, el pronóstico parece aproximado. Unámonos ahora a la voz del Sumo Pontífice y a la invoca• ción del arzobispo de Toledo y Primado de las Españas, que el jueves, en el Cerro de los Angeles, donde se venera al Sagrado Corazón de Jesús, pedía para que «la paz que se avecina no sea fundada en la fuerza, sino en la energía del derecho, ungida del suave amor de la fraternidad cristiana».

La Exposición Nacional de Industrias Eléct^icas,, que se ha inaugurado esta semana, representa el exponente de nues• tra capacitación en días <|tie pudieran llamarse «superhistóri- " eos». Él progreso de las industrias eléc• tricas de España, y como consecuencia de cetras industrias Don Felipe A. Espil, nuevo embajador de la nación argentina en España derivadas, se ha lo• (Fot, Cifra) grado venciendo di• ficultades que pare- cían insuparables. Más de doscientas Empresas concurren al interesante certa• men que exponen sus productos en seiscientos cuarenta stands instalados en Machen sen los dos pisos y labo• ratorios de la Escue• la Especial de Ingenieros Industriales y en pabellones especial• mente construidos. El hecho de que actualmente se apliquen a jas tareas del cine sonoro más de 20.000 productores de esta rama de la electricidad es más elocuente que cualquier comentario. España, frente a los que no quisieron comprendernos, trabaja y prospera en la paz bien ganada. Don Carlos Pinilla, nueve secretario del D. Mariano Calcen, jefe dd Sindieato del Ministerio de Trabajo, que recientemen• Metal te ha tomado posesión de su cargo (Fot. Vival) Entre los valores de la nueva generación, que en poco tiempo adquirieron nombre y prestigio, estaba este de Federico Izquierdo Luque, que a través de su labor diana periodística en la dirección de Juventud y en cuantas manifestaciones literarias tomó parte evidenció su relevante personalidad. Muy joven —vein• ticuatro años— ha desaparecido por voluntad de Dios, que lo ha querido para sí. No es éste el desconsuelo habitual al comentar uña pérdida. Es el duelo y la tragedia de quienes éramos sus amigos y camaradas de trabajo, le conocíamos íntimamente y sabíamos to• do su porvenir y los muy importantes servicios que prestaría a España desde, su puerto. Inteligente, cuito, lleno de sensibi idad, con estilo propio y gran visión política, la pérdida de Federico Izqui rdo Luque es una desgracia para el periodismo español. Que Dios le dé el descanso que él se merece y que ha con• seguido en una breve vida, llena de sa• crificios, heroísmos, trabajo y aciertos.

Federico Izquierdo Luque, director de Homenaje a Francisco Cacares. La Prensa «Juventud», uno de los más firmes va• y personalidades de las letras ofrecieron el lores de la nueva generación, que ha fa• jueves un acto de simpatía al secretario de llecido repentinamente en' Madrid la Asociación de la Prensa, señor Casares (Fot. Vival) BHHHMBIBI CTUAUDAD GRAFICj

Xas modistas de sombreros cele• braron, eld*.a de su Patrono, la Divina Pasto• ra, con una fiesta religiosa y una verbena popular

En el Ministerio de Asuntos Exteriores El comisario de se ha celebrado la primera Junta gene' abastecimiento ral de la Exposición del Libro Misional don Rufino Beltrán, al que Español, bajo la presidencia del Padre le ha sido im• Legísima puesta la meda• lla de Oro del Mérito Peniten• ciario

El arquitecto Los estudiantes de Agrononña españo• don Manuel les que han visitado en Oporto el Insti• Ambrós, que ha tuto del Vino sido agasajado por sus recien• tes triunfos

El embajador de los Es• tados Unidos, mísíer Ar- mour, que presidió el ofi- ció celebrado por la muer• te de Roosevelt

Camaradas de Zo "Sección Femenina, pertenecien íes a los distritos madrile• ños que han tomado par• le en las pruebas del 'IV Concurso Nacional de Coros y Danzas cele- bracio en Madrid NACION

^ Vna Comisión de Manila ha visitado a i S. E. el Jefe del Estado para agradecerle las medidas tomadas a fin df proteger a los españoles residentes en aquellas islas

El gene• ral Mo• nasterio, que ha su• do desig• nado ca• pitán ge• neral de la sépti• ma Re- gion mi• litar

El general señor Con asistencia de los Mi nistrot Se» cretario del Movimiento, en repre• Bautista Sánchez, sentación del Caudillo, y de Manna, nuevo capitán ge• se ha celebrado el acto inaugural de neral de le quinta ¡a Exposición de Industrias Eeléctri- cm, interesante certamen organiza- Región éa por el Sindicaio del Metal

S. E. el Jefe del Estado, en la Comisión de Santander, que le Entrega de despachos n los nuevos tenientes de entregó la Medalla de Oro del la Guardia Civil, acto celeirado en el Centra Combatiente de Estudios del benemérito Instituto LA CRIPTA DE tOS HEROES

DEL A W T" Ü A R í O DE NUESTRA SEÑORA DE CABEZA

Cortejo funerario que acompañó los restos de Haya y Cortés ua lagar iestacaéo ana nueva obra: la á«t t*éa de héroes del Santaarlo ée Nhestra Se• hasta la tumba en el de la Cabeza, «a Sierra Morena, que se Santuario. el lunes pasado para recibir los restos de (Fot. Muro) capitanes don Sastíago Corté» j don Carlos Haya, héroes da la «papaya de aqael asedio. U traslado de estos gloriosos restos tato la ¡apa fdaebre mis «erara y lleaa Se graadesá. reeorrer los cuerpos de estos soldados las sen• das qae eoadaeoa al solar de m gloria, originé Aspecto de las ruina!; qae el recuerde de aquéllos adquiriera la corpo• reidad cuya imagea atesora la Historia. del histórico Santua• rio de Nuestra Señora Pero he aqai qae después de presenciar el mag- de la Cabeza, en ao cortejo funerario, cortejo ea doade los arco- aes de Cortés y de Haya eran llevados a hom• donde se abre la puer• bros per los beaeméritos saporTiTieates de ta ta de la cripta de gesta, por aquellos soldados de otros Cuerpos « los héroes. lastitutos a los que estaTíeroa aaldos, hemos (Fot. Muro) llegado a la cripta qae se les destina como lagar de reposo «temo. Ko Mea llegamos a ella, el mejor testigo de lo qao fné aquella epopeya aoe sale al eacaeatro. Esta es parte de las ruinas del histérico Santua• rio, qaa abren sas brechas al sol para recordar Interior de la cripta, y para ieceiéa del fatara. Iroso de raiaas es, paes, el acceso a la cripta; galería qaa m abre con una pintura mu• en los eimleatos del templo, Altime rcfagio qae ral que simboliza la las defeasores y de más de mil qalaieatas muje• gloria del soldado que res, aaeiaaos y alies tuvieroa hasta el momen• muere por la Patria. to ea qae se agotaróa las maaicioaes. (Fot. Muro) £1 paateóa de héroes, qae a la vez lo será de la Comaaidad Triaitaria, qae atenderá al caito del templo, está éonstraido ea ana galería abierta éa la roca; al centro de la misma se ha dispaeste la sepultura del capitán Cor• tés; aaa horaaclaa de piedra, presidida por aa Craeitijo, coBstitaye ésta; aaa reda lo• sa cabra los restos del héroe. A derecha e Izquierda de esta capilla se extienden las des nares de la cripta, al toa• do de las cuales existen dos raotiros deco- ratiros dlstiatosí ea el de la derecha aa se• vero altar de estilo bizantino; a la izquier• da, aaa pintara mural qae simboliza ia gloria del soldado qae muere por sa Pa• tria. En las paredes de estas naves, en la roca, están las bóvedas qae haa de reci• bir los restes; loa motivos ernameatales soa, paes, lámparas, rejas y candelabros de hierro qae eoajagaa coa la severidad del lagar y la reciedumbre de la piedra. Detalle de graa ralor emorioaal es la eatrada de este paateóa; ésta se abre ea aa rote de la muralla a cayos- lados apare- cea dos coronas de laurel y roble doradas. Por encima de la cripta se destaca ea aaa de los maros del Santuario aaa moaamen- tal eran de los Caldos, magnifica obra de rejería. Frente a esta puerta aparecen tres creces de piedra qae Indican que aüi fué doade cayó raortalmeate herido el capitán dea Saatlage Cortés». Luego la suerte ha querido qae sea ea este lagar ea donde se abra la puerta de la inmortalidad de ios hé• roes y la del repeso eterno de sas restos...

CECILIO BARBES A N

c EN ESPAÑA RESURGE Ll AFIGIOII1 LOS CABALLOS

quí está ya la primavera y ya también eft La Zarzuela el esplendor distinta. El noble ejercicio de montar a caballo se mantiene vivo. Lo que pasa es que, como todo en la vida., estamos ante algo sobre lo que influyen extraordinaria• mente 'as circunstancias.

La a/tesón es tmdteiommi entrs nmoirm

—Lo que ha desaparecido es el caballo como elemento necesario para la vida. —Claro. Ya no es preciso. Sólo e.i las Acadeunas Militares tiene una utilidad fija determinadamente precisa. Ahora bien; íi íiíición a los caballos nunca ha decaído, y menos en España, que tiene una gloriesa t«uJijón en el ejercicio de cabalgar. —Tiene fama de ser deporte caro. —Desde luego. Ponga usted de dos a tres mil duros un caballo ciomado, y des• pués todas las consecuencias. —¿Y cómo se cotizan los de carrera? —¡Eso resulta fabuloso! Con decirle que un caballo de raza, buena estirpe, llega a valer de 50 a 75.000 pesetas, ¿qué no pedirán por uno seleccionado, mimado, qui zá triunfador en una famosa lid, pero ya ennoblecido con sólo su aceptación para por der tomar parte en las grandes competiciones? —Entonces la extensión de este noble arte nó puede ser muy amplia. —¿Por qué? Todos los inconvenientes se superan, y la afición se ha despertado hasta en las clases medias, y esto justifica las mejores esperanzas. Mary Carrillo, aplaudida anima, exquisito temperamento, es una

—Lo que no ha perdido su fama es el caballo español. —España, pues, continúa honrando el fuerte sello propio que en este —Siempre ha sido famoso, y acaso el más brioso y bello de todos. Desde los ro• nob'c arte le dió su primer gran aprendizaje: él árabe. manos tem-i-v.)* pruebas. Y no hay aficionado a caballos que no conozca ^1 libro del —Aquél logró para los jinetes españoles formas propias, y la escue• duque de Kcw.:íistle, donde aparecen distintos ejemplares ingleses, árabes, turcos, la española se hizo famosa en toda Europa. Tanto, que los emperadores mas únicamente el español tiene el adjetivo de «soberbio». de Austria no tuvieron más caballos que españoles, y establecieron «a Y a continuación nuestro interrogado exalta su nervioso cuerpo, su cabeza alti• Viena una escuela sólo para la enseñanza y aprendizaje del cabalgar a! va, su larga crin, su espléndida cola... uso nuestro. Y hoy está viva y pujante la escuela. Dei cmhalgttr mi um nmttrm • * *

—Y ¿cómo está ahora en España la enseñanza de la equitación? Y yo añado que también otra vez la afición, pues si bien ésta siempre —Tras la muerte del marqués de Bogaraye sufrió un colapso. Este representaba ha estado latente en el entusiasmo español, las circunstancias obligaron en el siglo pasado la escuela francesa de Baucher frente a la llamada «exterior», de a que no tuviera expresión externa, que ya hoy nos llena de admiración Inglaterra. Pero un profesor de la Escuela de Equitación de Alcalá, el capitán Val- al ver pasar los bellos grupos de jinetes y ^nazonas, y más al volver a dés, venció la crisis. Y ya su marcha ha sido importante, manteniéndose las escuelas contemplar la noble emulación de La Zarzuela con un esplendor verda • que un discípulo de Valdés, llamado Gregorio García Astrain, aprendiera ea Italia deramente subyugante. Sobre todo, por el conjunto de bellísimas caras con Capridi, el famoso impugnador de Ba-ucher. que arrastrar; ha«ta allí l6s caballos. 1 —Pero, ¿nuestra escuela? —Subsiste, y mantiene so preeminencia RAFAEL DE URBANO

En España tiene una gloriosa tradición el ejercicio de cabalgar Ya cruzan la Avenida del Ceneralíiimo eso* grupos de caballistas que surgen con con formas propias y hasta una escuela que se hito famosa en la primavera toda Europa A VIAD ORES ESP A NOLES EN PORTVGAL.--EI general don Eduardo González Galiarza. que en• cabeza 2a misión de 2a Aviaciin es• pañola que visita el vecino país, re• vista las tropas lusitanas, que le rin• dieron honores., a su llegada al aeró• dromo de Lisboa

MATERIALES PLASTI La parte transparente de esta torre- ta de un avión inglés —uno de los últimos modelos en uso— no es de vidrio, sino está hecha de materiales plásticos precedentes de la celulosa. Es inastillable, se obtienen super• ficies curvas de muy pequeño y es indeformable y muy ARMA SECRETA. — Aunque resistente a los grandes picado desde meya de 1941, ésta es U cambios de temperatura primera fotografía de un avión ingté, 9Ín hélice, en el que por primera vea en «I mundo la propulsión se ha reatisado por medio de una turbina

- LEIPZIG. — Vista del Palacio de Justicia y de la ciudad de Leipzig, una de las mayores poblaciones de Alemania, con 707.400 habitantes en el censo de 1939, y que ha sido ocupa• da por hs fuerzas aliadas. En sus al• rededores tuvo lugar, en octubre de 1913, la eBataüa de las Naciones*

ACTUALIDAD

LOS JEFES DE LA AVIACION ALIADA,— JE» el Cuartel general aliado de la H FuerxáAérea Tác• tico. De izquierda a derecha: el capitán Sutcliffe; el ma• riscal del Aire, sir Arthur Cuningham, comandante en ] jefe dé la II Fuerza Aérea Táctica; el general Brere- ton, jefe del I Ejército aéreo aliado, y el vicemariscal Croom, del Estado Mayor de la II Fuerza Aérea Táctica aliada

MURALLAS DE LA CHINA. — Ante un mode• lo, hecho a rigurosa escala, de la muralla que rodea a una antigua ciudad del S.E. de China, donde se hallan aún las tropas japonesas, un instructor americano {con el puntero), auxiliado por un intérprete (a su izquierda), explica una maniobra tác• tica a los oficiales chinos.

EN CONTACTO CON LA AVIACION. — Dos marineros del buque in• signia del vicealmirante Mac Cain, de la Tercera .TREINTA BOMBARDEOS NOC• Flota norteamericana del TURNOS.— Los servicios auxiliares de la* Pacifico, transmiten las Reales Fuerzas Aireas preparan las bombas órdenes y reciben los men• que'han de ¡levar los aviones «Mosquito» en sajes de los cazas y bombar• su trigésimo ataque nocturno consecutivo a la dees en vitelo desde el buque capital del Reich. En estas treinta acciones portaaviones a que pertene• seguidas se han lanzado sobre Berlín dos cen. Así el mando permanece mil toneladas de explosivos. Estos aparatos en constante contado con los estén «2 momio del vicemariscal del Aire, aparatos, de los que recibe Bennett informes exactos. ( Fot.Ortiz) >ra medie de les escombros que llenan une de la* plazas de Bonn, ocupada por les olio* dos, se conserva intacto el mo• numento a Betthoven, nacido en dicha ciudad {Fot. Pande)

INUNDACIONES EN HOLANDA.—Como la Pren• sa ha dado cuenta, los alemanes han abierta las compuertas di Zuiderxee y han inundado grandes extensiones del territo• Q*1—• i rio de los Países Bajos para impedir el avance de tos Ejéf cites aliados. Un «jeep % in• glés se ve detenido por las aguas en una de las carreteras &>- landesas.

PUENTES DE PONTONES. — El magnifico puente de pontones rea- Usado P°r los ingenieros militares nor• teamericanos para sustituir al puente Ludeniorff, de ferrocarril único que inicialmente quedó en pie sobre ei Rhin y a través del cual los aUadot establecieron su primera cabeza de puente { en Remagen, en la orilla oriental del rio). qt-y.

UNA IN TANTANEA PRECISA —Mo• mento en el que es• talla sobre un mer• cante alemán y en sus proitimidades, varias bombas lan• zadas desde un ae• roplano inglés tipo «Mosquitc», en un ataque realizado en aguas noruegas. El fotógrafo ha cap- - lado el i oslante pre• ciso de las explo• siones, todavía so• bre el buque, en una ágil maniobra* del avión atacante. En Noruega se en• cuentran, además de las antiguas guarniciones ale• manas, siete divi• siones del Reich que, tras arduas marchas, han efec• tuado una retirada desde Finlandia. oñA Milagros me hablaba de su hija. en casa. Por estos días falleció cierta 8eñorR> amiga D —Se criaba espigadilla, nerviosa, 3.], -ada, mía de siempre, y Rosita me acompañó al entierro delgadísima. Y esto, preocupándome, mu, mo• y a las misas. Cuento esto porque tiene interés, tivo de alegría para ella. como -usted verá. La familia de esta difunta, gente —Por nada del mundo quisiera engordar, ma*: 4 de posición, hizo un funeral adecuado. Esme• V - -decía^- -. Uná ligereza de pluma, una silueta larga, róse en unos recordatorios: -preciosas esquo1itas fina, estilizada, si además se acompaña de una señalando el día -de las misas. Rosita examinaba y alegría y vivacidad de pájaro, es el modelo de mu• leía la esquela. Por estos días se me desmejoró algo chacha moderna, un precioso ejemplar de la moda, más y ello dilató- mi sobresalto, cuando se me acer• mamá. ca, a Ja hora de acostarnos, y con una sonrisa en• —-Pero ¿dónde has aprendido eso, nena? Si tus cantadora —encantadora en su dulzura de cre• amistades son otras chiquillas como tú, que ape• púsculo me dice: ¿—«Tengo que pedirte una cosa.* nas os habéis asomado a los ventanales de la vida, —¿Una cosa, hija? ¿qué sabes tú, hija mía? —Una cosa que no jne negarás. — No lo sabía, pero lo he oído, mamá. Cuando —Claro que no, pero me pones en cuidado. estamos en casa de doña Angustias, oigo, oímos —Que cuando me muera, que será pronto, anun• lo que dicen. Hablan Pepita y doña Nieves, y nos• cies íni entierro y las misas en tarjetas que sean otras escuchamos. Me dirás que esté feo, pero nos tan bonitas como éstas. exigir en el acto a mi hija y a Miguel aclaración de gusta oír, saber. Esas palabras mías de antes, al —Eso dijo; le respondí nó sé qué,- para alejar sus palabras. No era prudente. Luego he sabido definir a la muchacha moderna, no son mías: son de ella esta idea, pero quedé luego muy preocupa• cuán prudente es a veces Ja más descarada impru• de don Manolo el médico, ese que dicen que quiere da. ¡Qué ocurrencia de niña —me dije;—. Consul• dencia. Porque me fué revelado en este momento a Dolorc^tas. Son bonitas palabras. Angelines y taré al médico, porque esto me parece enfermedad lo que los chicos habíanme ido ocultando con as• yo, al oírlas, las anotamos en un papel. y del espíritu. El no comer ni dormid., y esta idea tuta reserva: que estaban enamorados, que se. — Mi hija tenía entorn os poco más de catorce de morirse.,. Consulté, y el doctor volvió a recor• veían lejos de mí y que el estudiante había in• años. Había comenzado el Bachillerato, interrum• darme los aires del campo y del mar, pero con disr- . fluido en'mi hi ja para fingir gravedad, y sobre su piéndolo a causa de unas extrañas jaquecas que tracciones; que la niña se acompañara de gentes padre para esta invitación. ningún médico acertó a combatir. de su edad. En este tiempo, acabado el curse vino —Pues hasta ahora, señora —dijele—, no veo — Anemia —decían—. Airea de campo o de mar; a Madrid don Andrés, y al enterarse" de mi secreta gravedad. mejor aún de mar. preocupación por Rosita, nos ofreció, mejor dicho, —Ya le he dicho antes que el morir no es siem• —Pero como en mi viudez —sola ya con mi nos rogó y suplicó que aceptáramos pasar el ve• pre lo peor. Una vez en la finca, no pudieron ocul-- hija— habían mermado mucho mis recursos, íba• rano en su finca del Guadalquivir. Y como en ver• tar su pasión los enamorados; y una cosa era ha• mos a buscar el airo del campo a la Dehesa de la dad lo necesitábamos, accedí, a pesar de que nues• cer a los parientes pobres una caridad y otra en• Villa y hasta Puerta de Hierro algunos soleados tra amistad, entibiada por los años y muerto mi tregarles su único hijo. Y la situación empeoraba, días de primavera; pero ¡el mar...! Madrid está marido, no me autorizaba mucho a recibir tal porque los padres pensaron en mi complicidad. enclavado en Castilla, esta Castilla tan enrique• favor. Pero, ¡qué no hará uno por los hijos, señor! Supondrá usted mi dolor y mi vergüenza cuando cida de Historia, esta Castilla de quien el poeta Y ¡qué sabe una nunca lo que conviene ni lo que doña Elena-me arrojó al rostro la reticencia. Dis• dijo que no podía ver el mar. ¡El mar! Mi niña lo no «Onviene hacer! Si yo no fuese t&n religiosa —de• pusimos el regreso en el acto, pero por dificultades soñaba, Jo contemplaba en unas postales medite• cía la dama—, creería en el destino; en la fata• de transporte hubo que diferirlo hasta la mañana rráneas y en unas revistas ilustradas. Soñaba ella, lidad. Al tomar el tren en busca de Ja salud y la siguiente. También esto fué astucia de Miguelj en soñábamos. alegría de mi hija, tuve un triste presentimientos- complicidad con mi niña. Aquella madrugada ocu• —Iremos al Mediterráneo, o si no, al Cantábri• Fueron unas palabras que oí a Miguel, sin impor• rrió la desgracia. —ztl co —le decía para animarla, para crear en ella tancia paía otra persona que no fuese la madre de —¿Desgracia? una esperanza;—. Y mientras este sueño marino Rosita. Sentados ya —don Andrés junto a mí y —rSorprendiendo la buena fe de un sacerdote que m realizaba o no, ¿qué dirá usted que hacíamos, se• el estudiante al lado de mi hija—, aquél dijo: quería mucho ai chico, en la misa de alba se le ñor? Rosita y yo nos dimos al delicioso entrete• —¿Tp convences? (y le hablaba a media voz, di• presentaron y los casó. nimiento de leer novelas del mar: Pierre Loti, simulando). Todo sale como me había propuesto. —No veo, pues, tanta desgracia. José Conrad, Edgardo Pqe..., narracioi>es en don• —Teve un sobresalto y me hubiese apeado; fué —Véame a mí, ya tan sola, y compadézcame. de era el mas- el principal protagonista, aunque hu• como Una anticipación de la desgracia; pero da• La familia del novio perdonaba.y acogía a los chi• biese en Jos relatos unos héroes humanos y un»S ban yjj» la salida, y aunque no, ¿cómo hubiese ex• cos, pero a condición de~ mi alejamiento. Y aquí humanas pasiones: plicado a don'Andrés ni a mi hija ni a nadie aque• estoy, en mi soledad, • viviendo en mis recuerdos lla resolución tan aparentemente absurda? Aunque y conformándome con algunas líneas fugaces y don Andrés hubiese oído las dichas palabras, no sécietas que mi pobre Rosita, ¡tan-felizf, escribe — ¡Qué sufrimientos, qué alegrías, qué recuer• descubriera en ellas gravedad alguna por donde apresuradamente a su infeliz mamá. dos, qué sueños! Y todo para quedarme tan sola hallar justificación a nuestra retirada. Algo advii- como me he quedado. Una piensa que los hijos tió en mí, sin embargo, aquél, ^porque dijo: «¿Le BOBEBTO MOLINA puéden ser el apoyo de una en la vejez... Y lo son, impresiona á usted viajar, Milagros?» si no se nos van, si no se los lleva un violento so» •—de buena gana contárale mi susto, mis pre• pío pasional o se nos mueren, que es peor... ¡Y sentimientos, mi suspicacia; pero ello parecíame ao siempre es lo peor! imprtjdente por inexplicable. Tomaríame por se• No tengo que decir la edad de la dama que se ñora Be poco juicio. Y callé lo que pensaba, sin me confesaba. Haty'a entrado en ese cuadrante cronológico en el que la mujer inspira un bonda• doso respeto exento de inquietudes: oscuro y sen• cillo vestido, vida de recogimiento y de oración, una sonrisa cortés, una indulgente y bondadosa palabra, una tolerante comprensión para todo... •—Cosita —continuaba—, mejorada un tanto, sintió de nuevo la molestia de sus jaquecas y se vió tocada de una melancolía dulce, triste, suave, de aire romántico: Ofelia en el acto cuarto de'- Hamlet. ¡Lo que yo intentaba para distraerla, para que no cultivase aquella pena tan sin causa 11 exterior...! Era ima melancolía... artística. Diré \ mejor «.literaria, porque surgió del resultado de nuestras lecturas del mar. Porque además de ti• fones y naufragios; de argentadas noches en que las aguas parece que duermen; encanto de los fior• dos noruegos y de fiís playas mallorquínas, ade• más de todo esto había en las novelas amores, apasionados episodios, todo eso que constituye el argumento. Rosita, sensitiva, impresionable, se sin• tió heroína de novela y —más que retorno real de su jaqueca— me parece que esto fué creación suya, y creación suya también la tristeza... Pero ¿y el no comer y poco dormir? Aquello ya no po• día ser literatura, creo yo. Prwiocidad —dije a la dama—. ¿Estaría Ro• sita enamorada? ¿Hablaba con alguien? —Tal vez si —dijo la señora—, por lo que des• pués sucedió; pero entonces no lo podía pensar yo de aquella niña que, como el personaje de Ba- nie, parecía no tener deseo de dejar de ser mña. Había venido de Savilla un pariente de mi difunto para instalar a su hijo en una pensión. Nos visi• taron; hablaban los chicos; fuese a los pocos días pl padre —don Andrés—, y el muchacho— Mi- gael— nos visitaba cuando no tenía estudios, mas bion los domingos, y hasta alguno que otro comía LA FI PURA DE / QUIJOTE, según ic s dibujantes inglese 3, franceses a ñ o 1 e s r OMO han "visto" los diimjantos ai ventero —un mastuerzo achaparra• C ingleses, franceses, italianos, ale• do y zafio— qu? lo anne Caballero... manes y holandeses a nuestro se• Es difícil, imposible, pintar a las ñor Don Quijote? dos figuras inmortales. No hay mane• Uso lo pinta rodeado de bandados ara de hacer la filiación gráfica del Hi• «on mantas al honabro, retaco?, y aom- dalgo y su Escudero, que constituyen treros calañeses, y & las mujeres con las dos mitades psíquicas, del hom• mantones de Manila; otro lo interpre• bre. ta, gráñcasníate, como un lao^go mu• En la gran obra 3a realidad se hace ñeco desgonzado; otro -pone al Hidal• ensueño, y él ensueño, realidad. Los go de rodilias, con enormes tógoteB lar dos grandes tipos, al pai^osir contra- .dos, y en actitud sumisa, suplicando dictoríos, se complementan. Es la vi• da, con su dualidad eterna, la que bu• lle en les páginas maravillosas del "Quijote". Si Sancho «s lo acoróodatick>, lo me- sisrado, la vida cotidiana, la vulgari• dad, eso que llamamos la "baje rea» lidad", lo que está pegado a la tíerra, Don Quijote es la exaltación, la qui mera, k alucinación, la fantasía, i^ua « •nvierte la venta misérrima en can• tillo encantado, la albarda en jaez, y la vacia abollada de barbero en yfhno de Mambrino. Separar a Don Quijote de Sancho es réroper el equilibrio. Es mutilarlos. Por eso en el gran libro sienten ípiedad el El monumento a Don Quijot* m la Plaxa de 'Españc uno del otro, y caminan junt:s, y las desgarradur&s y los golpea arrancan quejas lo irdsmo en Im grasicntas car• dad, y d hombre por cuya paiabra nos Cervantes oreó su obra con su pro• nes del Escudero, que en bs huesos reconocemos comió, hermanos tfdos los pia sustancia. Con su famosísimo libro que rompen la piel de! Hidaiteo. españoles; CJervantes «s universal, op- dictó a le» españoles la ley de nuestra La herida de uno hace sangrar sil mo k) es skmqpee el genio, que pone de unión, ley indsstructóbíe y eterna. otro. Y este dolor de las figuras de reítíe.ve en gui obra lo que tiene el hom• Los dábuíjantes extranjeros, al pintar ficción maravillosas ocíntagia la sen¿i- bre dé común con «J hombre en la ti«- a Don Qui jote, lo "nadonaflizan". No bilidad de las criaturas vivas que se rra. interpretan la giran figura, sino que la sienten acongojadas por los vapuleos ¡Qüé ^pañol es Don Quiijote y qué "traducen". El Quijote alemán ^s de de que son víctimas Don Quijote y nniversall Cuando pasa Doni Quijote traza gigantesca', con enormes bigota Sancho. Dos hombres extraordinarios, se forma una fenomenal algarabía. El ms caídos sobre el acerado peto, feus uno ruso y otro alemán —Híine y Tur- Caballero remueve con su presencia lo grandes espuelas sujetas al* calcañar, guenef—, lloraron sobre el libro y su- vulgar y cotidiano. Todas Has visiones como dos. estrellas rutilantes y su cara frforon congojas ai seguir Sa ruta es• de la realidad se ponen en pie y sa ar• que parece escuOipida en una roca; ei piritual del "Quijate*. man para combatir las visáemes del enr Hidalgo ingiés tiens someros bágotállos, Porque Cervanteis no es sólo la voz sueño. a» faz es huesuda y pequeña, y sus ojos están como adormilados- La luna de la raza, el esjxiñol que .penetró con El Hidalgo significa el sopío heroi• que asoma por entre las blondas y bían su pupila gigantesca en V>s e&tratos co, el paso de la quámeíra, que pone en cas nubes dan un tono esp-«tral y fan- más profundos de nuestra nacionaíi- p'ligro lo vulgar y consuetudinario. * itasmagórica a la cara, deí Caballero. Galeotes, venteMB, truhanes, pejugar Esta %ura del inglés Hayman está íeros, mozas de partido, aristócratas, llena de dignidad. hrautores de la gleba y da palacio, altos El Quijote francés de David signifi• y bajos, salen armados al camino a ca un alma grande d?ntro de una fé• aporrear a Don Quájete. Bs la aven- rrea armadura. El Hidalgo comienza tura, el hombre extraordinario que su peligrosa jornada con gran entere• pr'gona y defiende su razón —que es za. Un retazo de nube va pegado a la sinrazón para los otros— por medio de punta de la lanaa, c:mo primar trofeo la lanza y de la espada. Es la indivi• de su salida» Sus ogos, de exaltado, es• dualidad cimera, acérrima, que quiere crutan la lejanía manchega. Es posible imponerse a la colectividad, a la ma• ílusUafión francesa que ya vislumbre a los primeras ene• sa, quj se siente amenazada por el Hi- migos, porque ¡ay del que le lleve 3 a dalgx contraria! Le cara,de Don Quijot? tie• Don Quijote impone su verdad a ne un aire agresivo, dramático, en tan• cintarazos, y los demás defienden la su• to en la faz bonachona, plácida ^ tran• ya a palos. Don Quijote está Soco pa• quila de Sancho, no se esboza ni se ra los demás y los demás están locos presi'nte ninguna, catástrofe. para el Caballero de la Triste Figura. En la línea del dibujante hay res• El buen, Alonso Qnijano ha salido a peto o mancilla, como lo hay en ia pa• reformar eJ mundo, a volver por los labra escrita Cada dibujante lo hac? fueros de la justicia y de la equidad, y el mundo se le resiste y lo apalea. de su cuño y de su tierra. En unos hay Es- Do» Quijote el drama del ideal reverencia y en otros incomprensión, Pero es tan grande el modelo qu» ro• ¿SÍ al ponerse en contacto con la impureza de la realidad. La carne se duele de l^s ba sa# siempre el talento interpretativo extravíos de la mente, que lo arrastran d:l artista gráfico. Porque el Hidalgo a peligrosísimas aventuras. Por eso, significa el ideal y éste

ocos días faltan para que dé comienzo la Conferencia mundial prepa• ratoria de la paz en la bella ciudad del Pacifico. La emoción despertada P en todos adquiere cada día que pasa unas dimensiones y unos carac• teres apasionantes. , „ , Nace la Conferencia de los acuerdos de Bumbarton Oaks, como ocasión a íín de cambiar impresiones o iniciativas que sirvan para organizar de for- raa defimtiva un organismo mundial cuya misión primordial sea preservar al mundo del futuro de más guerras. _ , Y fué en la histórica Conferencia de Yalta cuando los «tres grandes» aco• gieron esta sugerencia y determinaron que se celebrase dicha Conferencia, eligiéndose la ciudad de San Francisco pora tal objeto. I Para los españoles esta elección remueve viejas memorias, y cuantos acu• dan a la capital de California, representantes y personal adjunto de todas laa naciónes del mundo, tendrán ocasión de admirar en todos los lugares de este Estado vestigios de nuestra grandeza espiritual. Los delegados, secre• tarios, periodistas y cuantós ahora estén presentes en San Francisco, apre• ciarán cómo nuestra cultura permanece latente en aquellas tierras. Cuando recorran la capital observarán cómo el espíritu hispano surge a cada paso. Nada más entrar en la //a perspecliro qu> ofrece ta bahía, como una insinuación del sabor español que futografía puede parecer a impera por toda la región, aparece una serie de ñmple vista una colonia de policromos chalets, d© los que muchos de ellos bellos v elegatites chalets de están construidos al bellísimo estilo colonial es• cualquiera de nuestras po' pañol. ' • blaciones andaluzas, como, De las iglesias que tiene San Francisco, muchas por ejemplo, el hatño de La son dignas de ser citarlas y aun de describirlas, pero Caieta, de ta incomparable ahora nos ocuparemos • únicamente de la que tiene más valor histórico, que es la.de Nuestra Señora Málaga. Y. sin embargo, de los Dolores, que se encuentra en el mismo cen• estas villas pertenecen a la tro de la ciudad. Tiene Misión y Capilla adjunta ciudad de San Diego que, y fué inaugurada en el año 1776, coincidiendo con como casi todas las de la re• «l establecimiento de Juan Bautista de Anza, ca- gión, están construidas én el pitan de Caballería del Real Presidio de Sonora (Méjico), que ai frente de irnos centenares de oolo- nizadorés españoles buscaba una ruta hasta el mar. Cuando las personas que han ido a San Francisco con motivo de ía Conferencia paseen por el magnífico y excepcional parque de «Golden Gate», ante su vista se ofr«ceré un artístico grupo esouítónco tallado en piedra que representa el busto de nuestro glorioso y genial Miguel de Cervantes, y en un plano inferior se postran sus inmortales personajes, Don Quijote y Sancho Panza. Cuando visiten la ciudad escolar de Leland Stanford, quedarán gratamen• te impresionados al contemplar la belleza arquitectónica de sus edificios de genuino estilo español. Constantemente oirán hablar en castellano: en el seno de la asamblea, puesto que está elegido como uno de los |tres idiomas oficiales; en los gran• des hoteles, en los espectáculos, en los comercios, en !a calle y en las resi• dencias particu'ares. El español es una lengua do incomparable eufonía que por su vastedad se le puede denominar universal. En Estados Unidos cada día adquiere más desarrollo nuestro idioma; baste decir que después del inglés es el español el que más se habla. "Lo anteriormente escrito es lo que se refiere a la capital propiamente dicha, pues al visitar las distintas ciudades del Estado californiano se acusa aún más la influencia española. Cuando en sus respectivos automóviles los forasteros de todo ©1 mundo corran, por las magníficas pistas y desfilen ante su retina Sac Diego, San Juan, San Pedro, Santa Ana, Riverside, Long Beach, Fasadena, Los Angeles y Hollywood, quedarán maravillados de su perspec• tiva hispana, y los que conozcan España se creerán transportados al incompa• rable ambiente andaluz: cielo intensamente azul, .sol radiante, casas que pa• recen cortijos, rasgueos de guitarra y mujeres morenas que, en belleza y gracia, poco difieren de las de Granada o Sevilla. Pntpamtivot febriles para Im magna reunión

El alcalde de San Francisco, míster Lapham, dándose cuenta exacta de la responsabilidad a él conferida, inmediatamente de recibir la comunicación oficial de Washington de que la Conferencia se celebraría en su ciudad, co- menzó a estudiar con la colaboración de técnicos especializados en estos me• nesteres de organizar grandes alojamientos y todos los servicios necesarios. San Francisco tiene excesivamente recargado su censo de pobliacón debido a la aglomeracón de personal tanto militar como civil, ya que por su situa• ción estratégica ha resultado ser la base general de los Ejércitos nortéame- ticanos que operan en Extremo Oriente. Los hoteles y todas las residencias oficiales están totalmente ocupados, y así no es empresa fácil organizar d» una manera perfecta los alojamientos. Disponer del local que sirva para celebrar las reuniones de la Conferencia sera de pocas dificultades, pues para este cometido se habilitará el teatro de la Opera, de suntuoso aspecto y de gran capacidad, o el Ayuntamiento aue

• dispone de un magnífico salón de actos. Lo complejo, lo verdaderamente difícil es proporcionar alojamiento a cua• tro, cinco o siete mil personas que acudirán antes del día 25 del actual a la ciudad de San Francisco. No solamente irán los delegados de las naciones acompañados de sus secretarios, écmcos, intérpretes, mecanógrafas, sino que, también, se presentaran centenares de periodistas de todo el mundo —norte- . americanos serán unos trescientos— y muchos turistas, que aprovecharán esta oportunidad poco Pbtio de una casa de Son frecuente de ver convertido San Francisco en el Francisco, que acusa el estilo mayor centro do actividad política que jamás se de los gloriosos eobrisadores conoció. hispanos {Fots. Totar) ¡Qué esp,>ct.áculo más original ofrecerán las ave- mdas de San Francisco cuando deambulen seres df todos los Continentes hablando en todos los idio enanas de

DE LA i ueva York por televisión

mas conocidos; Sus cafés, sus restaurantes, sus clubs de lujo, sus teatros, por todos lados bullirán de una multitud hetero• génea que formará el más efectivo supercoamopolitiemo que nunca se pudo igualar! Los servicios se van preparando rápidamente. Las instala• ciones de centenares de teléfonos en las dependencias anejas, bares bien acondicionados, donde se facilitarán refrescos —lós norteamericanos saben que durante las reuniones hará mucho .4! calor, motivado por la primavera californiana, siempre sofocan• te, y también por las acaloradas discusiones entre los asara- bleístas—í instalación de micrófonos por todos los ángulos del salón y la de televisión, pues está ya decidido transmitir desde Nueva York las sesiones pienarias. La teniión pmlifiea mundialm torne a la Confgreneia En estos días de abril, a pesar de las constante» noticias sen• sacionales que se reciben de loa distintos teatros de guerra, aobre todo de los europeos, no se aparta del primer plano de

¿Strá éste un patio de una casa de Sevilla o de Córdoba? No; no Los Angelé», es de ninguna casa de como ioda» la» Andalucía. La foto• ciudades cali- grafía está tomada en formonaa, fué una residencia aris• fundada por es• tocrática de la ciudad pañole*. Este de San Francitco, edificio que te• donde aparece, con mo• mos, ¡fue es el tivo de una fiesta, la Hotel de ta Ki- señorita de la casa lla, de aspecto ataviada a la mansa itorUamericuim, está decorado y amueblado con el más puro esti• lo español: azu• lejos, patios con actualidad a la proyectada esbeltas colum• Conferencia de San Fran• nas árabes, re- cisco. Jas, faroles y En torno a ésta ya se- tintos de clave- perfilan los matices políti• cos de cada una de las Na• ciones Unidas, principal• mente entre las grandes potencias. Cada una de «Has toma sus posiciones. Se viven momentos de indescriptible ansiedad. Las emisoras de todo el mundo, el telégrafo, el teléfono, transmiten cons• tantemente, con una celeridad febril, la informa• ción y comentarios que surgen cada minuto con motivo de esta reunión mundial. Las rotativas vomitan millones y millones de ejemplares quíj son leídos con avidez cada día por los habitantes de los cinco Continentes. Todo ©l mundo tiene pues• ta su atención en esta colosal Conferencia. Los ner• vios humanos están en la máxima tensión. Coti• dianamente en la Prensa mundial va aparecien• do con grandes titulares en primera plana la noti• cia sensacional, como éstas que se reproducen tex• tualmente: «Polonia no será invitada a la Confe• rencia mientras no forme su Gobierno», «Italia pide un puesto en la Conferencia», «La Conferen• cia de San Francisco seré aplazada», «No se. aplaza• rá la Conferencia de San Francisco», «Rusia pide tres votos», «Stalin no da importancia a la Confe• rencia», «Pesimismo ante la Conferencia», «Recelos en Wáshington y Londres», «Delicada situación de los tres grandes», «Francia quiere libertad de movimientos», «En Yalta se tomaron acuer• dos secretos», «¿Asistirán los neutrales a la Confe• rencia?», La muerte de Roosevelt, i influirá en la marcha de la Conferencia, o todo seguirá igual con el nuevo presidente Truman? Y así van pasando estos días que faltan para celebrar la Conferencia, manteniendo al mundo en una constante expectación. Ni en los tiempos del Congreso de Viena ni la Liga de Naciones en Gine• bra han producido tanta emoción como esta pro• yectada reunión internacional. Las palabras del anciano político surafricano Smuts, que dicen: «Si se fracasa en San Francisco la Humanidad va al desastre», ¿es una advertencia digna de que la ten• gan en cuenta todos los representantes de las na• ciones que el próximo día 25 se van a reunir en la bella capital del Pacífico?

MANUEL TOVAR MODAS

abís i-ecobra su normalidad. En sus bule» vares los grupos de lindas mtdm«to9 po• nen de nuevo su nota bella y alegre a ¡a salida de los talleres. Las grandes casas P de modas lanzan sus dictados al mun• do femenino; creaciones de un arte q-ue encierra en sí toda la sencilla elegancia del refinado buen gusto francés. Lucien Lelong .1 ha presentado una lindísima colección fara primavera, en la que figuran modelos de tra- jos de chaqueta muy originales, a la vez qiie sencillos, hechos en franelas de lana en tonos claros y ceñidos con anchos cinturones de la misma tela, abrochados con hebillas forra^ das. Entre los modelos de Lanvin dominan los adornos de pasamanería; uno de los ves• tidos más bonitos que ha creado para la temporada está hecho en marocain de lana negro; el corte de su falda es semirrecto y el cuerpo lleva solapitas, abrochándose con cuatro botones de plata y pedrería; este modelo lleva bolsillos en la falda y en el pecho, cuyas carterillas, cortadas en forma redondeada, van orladas con un fino galón de pasamanería y madroñítos de seda. Ma- deleine Vramant, con su gusto exquisito, ha elegido para sus creaciones de vestidos, \ para tarde, vaporosos teroiopéios de gaM, | m. negro, rojos oscuros y azules; las for. f

Traje de tarde negro de la casa Hobe; lleva drapeados en las caderas, formando panieles con bolsillos. La modelo luce una deliciosa toca de flor, en diversos colores

mas de estos modelos son amplias y juve• niles, como las de los traje" en seda que pre• senta. En varios vestidos hemos visto un nuevo modelo de escote grande, muy favorecedor; está cortado en pico y lleva unas pincitas marcando la forma del busto. . En las colecciones de sombreros gozan de la máxima predilección las flores y los velos. To• cas cubiertas de flor son el tocado más moderno para las fiestas de tarde; favorecen muchísimo y su belleza armoniza con todas las toüettea. Las pajas gruesas y transparentes dominan en los eombreros de grandes alas, cuyo efecto es en• cantador. También las pajas charoladas están muy de moda y se adornan con lazos de ehiffon blanco o de colores muy vivos. Junto a las telas de grandes flores estampadas triunfan las de rayas horizontales sobré fon• dos oscuros; las listas se agrupan en ellas por tamaños diferentes y forman un segundo ra• yado muy original. Y adornan• Elegantísimo modelo para do toda clase de tejidos, encajes, tarde con pliegues desplan• muchos encajes; filigranas de chados, hecho en terciopelo- seda, bellísimas y delicadas, que salieron de unas manos femeni• gasa negro, firmado por la nas para adornar con su elegan• Vestido en íavlatd rayado anuí marino y ¿lance. afamada modista francesa cia a otra mujer. Completa la tfagancia de este conjunto un me- Madehine Vramant dernísimo sombrero de gruesa paja transparente XOBITA en los mismos to.nos Calumnia a una ciudad acomodamiento a la mayo• ría de ellas. AM03 a ver, señores ¿quién quiere otra?. Pri• Desde los ríos crece y tre mera segunda parte del horroroso crimen de Pa la otra ciudad hasta la ¿Qué rascacielos de hoy V Cuenca, por una pesia gorda. ¡Animarse, seño• plaza donde están «1 Ayun• se eleva con tal gracia co• res! Gozarán ustedes del terrible suceso que pone pa• tamiento y la Catedral, y vor y espanto en las almas más duras y envilecidas. van y vienen las calles, lim• mo esta casa colgada de Primera y segunda parte por una perra gorda. pias como patenas, al ampa• la dudad del encanto? Allí está, en la rinconada del mercado que se celebra ro de los palacios y las caso• en 3a pSaza Mayor de la villa, el coplero andrajoso y nas. Esta Cuenca se abre y truhán, trotamundos y buscavidas, quien señala, con desgaja —fruto maduro por Un puntero afilado en la ímentira y Ja cadumnia, el re• el sol de los siglos— tn pla- pulsivo (y repugnante lienzo en que, cuadriouladas, zueias y rúas que os asaltan muéstranse al corro de papanatas las escenas —sangre y emparedan, os .sorprender: del matadero y almagre, azul escandaloso y amarillo y os asustan. Lai casas, des• pajizo— del imaginario crimen cometido en una de plomadas, desniveladas, ab• las ciudades más puras, señoriales y virtuosas de Cas- surdas, abren un cauce de ace• tilla- lai guitairta, destemfCada y envilecida, acompaña ra a acera, a fin ds dar paso a la cantilena y la gente adquiere esas pepeluchos de a personas y bestias, y en_las colorines donde unas coplas degeneradas clavan a tejados casi llegan a Juntar• se, no sabemos si para echar Cuenca «n la Cruz de la ignominia. por tierra toda la ciencia ar• La ciudad, acaso asustada- o dolorida de la falta ja• quitectónica y todas las ma• más cometida, se oculta en el remolino formado por la temáticas, o al objeto sarcás- Serranía, la Mancha y la Alcarria, 'como en un recodo tico de jugar con vuestra de humildad y aislamiento, allá donde Cristo dió las fantasía y gastaros una te• tres voces. Y por esto —a veces la demasía en la mo• rrible burla. ¡Porque, señor, destia es un pecado—, touando a alguien (se le invita a ¿á cuenta de qué vienen que visite la .mágica altura conquense, [tras de moatrar aquellas casas angostas y oli• su asombro y eootrañeza. replica al instante: ""¿Y a vadas como torres morunas, mí qué se me ha perdido en Cuenca?" O también: "¿Es q u-e, indefectiblemente, o s que Cuenca existe?'*. -conducen, si las seguís, a Da lástima y pena oír taües dislates. Porque en unos espantosos precipicios Cuenca, señor, se le ha perdido a usted unos de los donde esas mismas casas lugares más encantadoras, sugestivos y bellos de Es• abren balcones y ventanales paña, y existe -^¡ya lo creo que existe!—, existe la y hunden sus* cimientos? Y ciudad, de abajo arriba, toipecabJe e intacta, desde los si os deeíais a ver estas mis• ríos, qu2 ponen galón de plata al pie dn altar, hasta mas viviendas desde el llano, el Santo Copón catedralicio. Está en su montaña, ver• jamás un espectácukttan ex• tical y enhiesta, erguida y poderosa, firmes las casas, traordinario encenderá de di• las piedras y los chopos, tres alturas en competencia cha vuestro ánimo, pues conv- para crear el vértigo y «1 encanto. probaréis que cuándo Nu^va York y Chicago —las ciuda• des tipo de los rascacielos— La» calles conquente* no habían sido fundadas, En Cuenca hay dos ciudades: una abajo y otra ni América descubierta, arriba, y nada tienen que ver 3a una con la otra. La y CParis, Berlín y .Vle-^ de abaijo es una ciudad lisa y llana, con hotelei; co• na no lucían edia- mételos, bares, cines, talleres, iglesias, mercado,, jar• cios de-gran al• dines, una Delegación de Hacienda, un Gobierno ci• tura, y ni en vil lalguna estatua...üna icitKlaüi de vida propia e in• los sutños del más dependiente, que va d:sde la Plaza de Toros y la esta- farrtás- cito férrea hasta los puentes sobre el Júcar y el Rué- car, semejante a cualquiera otra de tercer orden en y, acaso, ¡superior en urbanismo, limpleía y ' tico

e indinada que la infalibilidad de «rquiteetura per• amorosa y ese toro de Iberia, fino y encarado, que al sonaje pastar en el praderío de Híspanla perdió su mansedum- de Que- ' bre de buey romano para convertirse en la fiera bravia vedo o d a y desafiadora que arranca luces al sol y lleva pañuUoa Vélca de Gut- de» sangre sobre su testa? ¿En qué alfar de Alcora, de vara se perfllab i Manises, de Alba de Tomes, de Cantalejo, de Vargas, , la edificación a má". de Talav.'ra y Puente del Arzobispo se coció mejor, ni elevación que un ter• con más prudente paciencia, el barro y le dieron des• cer piso, en Cuenca ya pués más pintoresco y brillante baño de colorines? ¿Qué las casas, asomadas al Hué- pueblo de España puede mostrar tan añeja y noble an• car y al Júdar, mostraban tecedencia en el arte de la cerámica popular, en eS ca• ocho, diez y doce plantas. charro caseao y de usó, en el botijo, en la jarra y en la cazuela en que reposa y se refresca el agua, se asienta y espejea tí vino y cae desde la olla el cocido, Uerrtro», cacharrero» o el guisado envuelto en un'vaho apetitoso? y sastres En cuanto a los sastres... No vi nunca tantos en otra ciudad española. Sólo en una calle pueden con- taise, creo, que hasta ocho talleres casi seguidos. Y Si a estM; herreros de sastres nobles, antiguos, trádloionaies, a los que acaso Cuenca les llamásemos forja• no importaría cortar ni confeccionar, ño digo yo una dores, no se incomodarían, a levita o un frac novecentista, ni siquiera una chupa buen seguro, los plateros, de raso y unos calzones, de veludlllo, una capa de los pues hexri.ros tan artistas no Tercios o una casaca real los hubo en otra paite. ¡Qué v:rjas, santo cielo, las de la Catedral! No las superad ni La» piedra», el rio y la» cata» las segovianas, ni las de Sa• Si vais por la carretera de Vlllalha, al lado del Ju - lamanca y Sevilla, ni las mis• car, veréis a un lado unas piedras deforma, lisas pa• mas de León y Zamora. Aun• godas, monolitos gigantes, torres truncadas, llamas in- que algunas ventanas de To• ¡móvaes y fustes columna rios, una fantasmagoría del ledo muestran rejas maestras rfeino (mineral, y en la ladera del río, tí^nido y en• y en varias iglesias burgaie- cantado por tí paisaje, chepos de aStura excesiva, afi• f-af y del Obispado de O^ma ladas y bellos como palos de navio engalanado o astas vimos el hierro trabajado de pendones grandiosos, al lado de esc» otros áiboles cerno la cera, el portento de que llaman desmayos y semejan fuegos artificiales en la forja tiene su tesoro ec la la apoteosis lumínica. En la otra orilla del cauce, cor• Catedral anglonormanda oe tadas a pico, las casas-de la ciudad, de treinta, de la ciudad conquense. Y aun cuarenta metros de altura, con balcones y ventanas en ahora, estos herreros de ca• anárquica disposición, en distribución caprichosa, sin misa azul y delantal de cue• orden ni concierto, peto impresionantes en su aspecto ro, bronceados y tiznadas co• y engaste. Y así, el río es una cinta que puede atar mo un perol puesto a la lum- un ramillete de piedras, chopos y casas, en ofrenda Jue. dan al hierro la nobleza, a la Naturaleza y al Hombre.

blo no resolverá el dables, pero ase• problema, ciertamen• quibles a los íTIl te; pero lo reducirá a dios de la mayor limites insospecha• parte de lo? ¿Qué solució dos, y es evidente ocupantes. La F que aplicado el es• iniciativa privada fuerzo del hombre a puede hacer mu• labores del raáxim jm cho, ya su estimu• rendimiento acadé• lo acuden las re Opinm den Felipe Trigm mico, se evitará el desbordamiento que anega con cau• cien tes disposicio• dal incontenible la gran urbe. Si al éxodo producido nes. Sin embargo, ontinuamos en este número con la encuesta ini" por el descontento añadimos la fuerte destrucción con creo que dado la ciada en el anterior sobre el problema de la vi• que culminaron pasados acontecimientos, el gran pro• elevación de precios de ios materiales, los organismo: C vienda'. El arquitecto jefe de Construcciones blema de la vivienda no es de extrañar que haya lle• oficiales creados para este objeto y el Municipio püí' del Ayuntamiento de Madrid, don Felipe Trigo, com• gado a ser una preocupación de carácter extraordi• den ayudar más eficazmente que nadie a la solución parece en este retablo de opiniones, dando ideas per• nario. ya que no es la colocación de capital su finalidad pri tinentes sobre el particular. En su despacho oíiciai, —¿Y cómo se podría resolver todo esto? mina. El problema estético tiene gran importancia en pleno Madrid clásico, hablamos con el señor Tri• —Forzosamente ha de ser a largo plazo, ya que no es Esperamos con interés conocer el estilo de esos núcleo! go, quien nos contesta asi a la primer pregunta: sólo la falta de viviendas lo que hay que combatir, de viviendas que han de edificarse en el mundo, ha —Es, sin duda, uno de nuestros grandes proble• sino el cerco asfixiante e insalubre que rodea la capi• ciendo compatibles la rapidez, la economía, la solidez, mas... El análisis de las causas no es nada fácil ni po• tal; y como lo primero y fundamental es el estudio, la higiene y la belleza; problema el más difícil que pue drá pretenderse contestarlo en unas palabras... La ya aprobado^ de la ordenación de la ciudad, será pre• de presentarse a un arquitecto con los medios de gran urbe atrae..., la aldea se despuebla y el éxodo ciso, sin duda, la formación de núcleos de carácter dispone actualmente. Pero la técnica tiene la obliga tiene lugar siempre hacia la ciudad, que crece en su provisional en viviendas de tipo humilde, pero do;ta- ción de solucionarlo y lo solucionará. De ello surgiri vida progresiva y polifacética, creando el pozo y el das de un mínimo de condiciones higiénicas para po• quizá un nuevo modo arquitectónico y una manen problema de la vivienda, que surgen sin remedio con der actuar sobre lo que se ha de extinguir y aun para de construir que marcará época en ta historia de li el hacinamiento en las viviendas humildes y aun en albergar la población que densamente se hacina en vivienda de la humanidad. las chozas de los espacios suburbanos... cualquier parte. Hay que llegar á la conistrucción de —Luego ¿usted cree...? casas de tipo económico con la ayuda del Estado, y •—Que la ordenación urbana de las grandes ciuda• en tanto preparar y organizar sobre el suelo la urba• La tesis de dmn Mmmmei Herrero Pmlaeioe des es una consecuencia de la ordenación social de nización, que, al término de la catástrofe mundial, per• toda una nactón. El mejoramiento de la vida en el pue- mita, con la adquisición de materiales, y el rendimien• El arquitecto-jefe de Urbanismo del Ayuntamiento to indispensable, el apoyo resuelto de lá iniciativa pri• vada, que alivie la carga que pesa hoy sobre el Estado Don Modeste h fe Otero Habla el míAt López Otero

No podía faltar en esta información la autoridad indiscutible del maestro de arquitectos don Modestó López Otero, miembro de las Reales Academias de la Historia y de la de Bellas Artes de San Fernando, di• rector de las obras de la Ciudad Universitaria y cate• ¿em: drático y ex director de la Escuela Superior de Arqui• tectura. Le visitamos en su residencia, entre libros y planos. He aquí su respuesta breve y enjundiosa: —-La escasez de las viviendas en las grandes ciuda• des no es solamente un problema nacional, sino eu• ropeo. El aumento de habitantes en las ciudades tiene un origen muy complejo; pero siempre de carácter económicosocial. Madrid, en cincuenta años, casi ha duplicado su población, y desde el año 1939 aumentó en un veinte por ciento, sin que la construcción urba• na haya seguido e' mismo ritmo de crecimiento; —¿Cómo cree usted que se podría resolver ei pro-- blema de la vivienda? Don Felipa —Hay que hacer viviendas cómodas, sanas y agra-

m A DE LA VIVIENDA?

de itadrid, don ticar con carestía de Manue! Herrero materiales y moles• t puede ofrecer? Palacios, habla tias, aumentadas, na• también para los turalmente, por la lectores, expo• nueva ordenanza que lito de cuatro ilustres niendo particula• a! incrementar los es• b$s añaden más res puntos de vis• pacios libres en be• ta cúe dan al pro- neficio de la salu portante problema nlema de la vi• bridad de la vivien• vienda un origi- da encarece la parte m nai enfoque. He construida. aquí la tesis que —¿Qué solución sostiene ei señor Herrero Palacios: tiene, a su juicio, la —El problema de la vivienda es de todos conocido, crisis de la vivienda? y. aunque son varias las causas, podemos asegurar que —Varias. La ley Pri no son principalmente las. destrucciones consecuencia de 25 de noviembre *k de la guerra el motivo principal, sino el aumento na• de 1944 es de espe• Uoi tural de población de las ciudades de primer orden, y rar que provoque un aumento en la construcción pri• dene. Todo esto, en contrapartida, es lo que ha hech ha. más aún el enorme incremento de la población flotan• vada de la vivienda de la clase msdia. La vivienda de que ningún alma de buena intención pueda encentra 1 leí te que acude a la capital a fijar de una u otra forma suburbios no tiene más medio de ejecución que la por las buenas un piso. du residencia. Son gentes sin oficio ni profesión deter• construcción de grandes núcleos por el Estado, Pro• —¿La solución, pues? , minadas, que viven parásitos como funestos interme• vincia o Municipio. Aunque muy difícil de conseguir, —Cuando este trasiego acabe, cuando las gentes 'ga diarios del' mercado negro^ y que mantiene la pobla• es necesario también la reintegración de los elementos acierten a encontrar su asiento y cuando termine la gin ción a su costa, pagando un gran sobreprecio por lo sin función útil y determinada a sus lugares de origen, vida entendida como tienda de campaña. Cuando no que de otro modo tendría"un valor normal. El gran descongestionando Us grandes capitales de gentes que exista la lacra de solares en pleno centro de la ciudad. ¡aumento de colonia extranjera, como consecuencia de no dan utilidad alguna a la comunidad. Los arquitec• Cuando se comprenda la necesidad de crecer y cons• la situación exterior, es otro factor que influye en per• tos han de tender a construir con eíemantos primiti• truir por los aledaños (bien que con una estupenda vos nacionales, pues al acabar la guerra la gran de• juicio de la vivienda, a la que dedican cantidades su• red de comunicaciones), ¡¡ah, entonces!!... Entonces manda que se nos hará del exterior agravará aua más periores a nuestra cotización normal. Por otra parte, surgirán esos preciosos papeles blancos que en los bal• la escasez de materiales que nos son familiares actual• el enorme incremento del valor de los solares hace cones anuncian el piso desalquilado. Esos papeles que mente. Y, por último, un mayor desprendimiento por pensar a la propiedad que es más interesante ver au• la Real Academia llama «albaranes» con vieja palabra^ parte de la propiedad privada, sacrificando en la cons• mentar cómodamente el valor de los terrenos aue edi- que es tan antigua como la palabra misma. trucción de viviendas parte de sus intereses en bene• IOSS ALTABELLA ficio de todos, como es deber cívico a que estaraos obli• oh fes gados por todas razones.

Lm vas dtl eronhtm don Mm~ rimno fíodrigmz d e Rivmt

Un cronista de Madrid no podía faltar a esta en• cuesta. Y, sobre todo, un cronista como Mariano Ro• dríguez de Rivas, el joven escritor que diariamente toma el pulso a la ciudad registrando a través de su sensibilidad sus gracias y desgracias, sus penas y sus alegrías, sus problemas y soluciones... He aquí las res• puestas del brillante colega: —Creo que el problema de la vivienda se deriva, de una parte, de las destrucciones de la guerra, y de la otra, del éxido de! campo hacü la ciudad. Lo que he titulado «la monomanía de todos en Madrid» ha con• tribuido a agravar este problema. Y el crecimiento de una industria artificiosa y artificial para ía que es fá• cil prever un porvenir negro y lamentable- Éi reajus• te de la vida devolverá cuartos desalquilados. Pues las gentes tendrán de nuevo, quieras que no, que en• Dan Maríantf cajarse allí en donde la existencia de cada une !»s or• Rodríguez de Palacios Rima» PUBLICITAS

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LAS CE1

A segunda Exposición «felebrada por este ar• presión de un estudio creativo. Originales bellísi» Blat es joven; no pasa más allá de los treinta. tista en. Madrid ha constituido un verdade- mos en tibores, ánforas y floteros de colores pla• Es serio, y su rostro taciturno semeja al de un L ío éxito de sus cerámicas únicas, que éJ rao- teados y rojos exaltan mi visión y mis sentidos. monje. Le abordo: dela exclusivamente para cada exhibición. Alfon• La cerámica de Blat no trae barroquismo; es se• —¿Cuándo sentiste tu vocación a la cerámica? so Blat, en la Sala del Museo de Arte Moderno, ha vera y elegante; más bien de tipo inglés. —Podría decir que desde que nací, pues no co- expuesto toda la obra que realizó durante el pe• noet ntro arte que me llenara más que éste. ríodo de unos años, tras investigaciones de Jas téc• —¿Quién fué tu maestro? nicas más exigentes y estudios de conciencia que —No tuve maestro. Después de cursar en Ja Ba» experimentó en el Extranjero, Sus viajes a Ale- cuela de Artes y Oficios salí fuera de mi tierra a inania, Austria-Hungría y Sévres los aprovechó buscar lo que me hacía falta. Varios años en el Ex• bien. Nada dejó por apíender y conocer hasta con• tranjero me pusieron al corriente de los profundos seguir una obra perfecta que pudiese rivalizar con estudios de la química aplicada a este arte, están» la más conocida del Extranjero, La cerámica del do de vuelta el año 1931. En Beniraamet, donde joven ceramista valenciano es la que han exalta• vivían mis padres, instalé el taller y el horno do en otros países los más célebres tratadistas de y me puse a trabajar aprovechando las enseñan• la Química aplicada a la industria. Los volúme• zas que hube de recoger. nes de Brognart, de Salvetad, de Boulet y de Po- —¿Tenemos en España buenos ceramistas? louse evidenciaron pronto que Blat había estu• —Pocos. No hay que confundir a los alfareros diado a fondo las notabilidades científicas de este decoradores con los ceramistas. Mi obra está for• arte. mada por estudios tan especiales, que no tienen El arte cerámico radica en las fórmulas, análi• comparación con la vulgar cerámica. .Cadapieza sis y -experimentos, que a veces causan pérdidas puede decirse que es un experimentó especial de considerables. 2ÍO es una alfarería decorada, más óxidos y arcillas plásticas que se cuecen a 1.260 ca• o menos atractiva y amena, la cerámica de Blat. lorías. La loza y la porcelana no tienen que ver con Se sujeta a los términos, a las gamas y a la estruc• el barro más o menos preparado por el alfarero. tura que forma en conjunto la belleza intrínseca —Estas materias, ¿son españolas? de todo su valor cerámico, con el estudio de las —Todas. En España tenemos de todo, desde laa pastas de porcelana, loza y gres, en cuyas mate• tierras refractarias hasta el cobalto, los amarillos rias interviene la composición química de las ar• y todas las materias minerales, desde el cobre al cillas en grano o en cuarzo que se fabrican combi• estaño, para formar los esmaltes o barnices espe• nadas por los óxidos de hierro, el sílice, alúmina ciales. y cal. Fórmulas o métodos empleados por los más —¿Cuándo fué tu primera Exposición? célebres ceramistas de Europa, que Blat no ha —El año 36, en Los Amigos del Arte. Las dos• olvidado, y venciendo desvelos o amarguras, su• cientas piezas oue expuse las vendí. Fué mi pri• perando alegrías y satisfacciones, el joven maes• mer éxito en Madrid. tro llegó a la cúspide de su más adorado sueño —¿Trabajas todo el año sin que el cambio de feliz. La cerámica que ha podido crear Blat no tie• clima pueda influir en tu labor? ne rival en España. Cierto es que Manises, Madrid, —Lo mismo se puede trabajar en invierno que Barcelona y otras regiones superan en arte cerámi• en verano. co y consiguen buenas piezas; pero no se pueden —¿Qué clase diriges en Valencia? comparar a la actual cerámica que fabrica Blat. —Soy el maestro de taller de la Escuela de Ar• Son distintas estas cerámicas de todas las que tes y Oficios. otros maestros fabricai'. porque Blat no crea más —J¿Qúé otras aficiones amas, fuera de la cerá• que una pieza de cada modelo. Son ejemplares mica, en tu descanso? únicos y en cada uno hay que poner una atención —Puede decirse que ninguna. Mi descanso es el y un estudio especial. Quizá el único maestro que estudio constante de fórmulas químicas para me• podemos señalar hoy en España, de relieve, sea jorar mi labor. Los libros qUe leo son todos do ce• Antonio Peyró, por ser un artista completo en rámica. No tengo nunca vacaciones. este difícil arte entre los demás. —¿Preparas alguna Exposición en el Extran• Al visitar, su Exposición;.con más de cien piezas jero? instaladas en mesas y vitrinas, observo la diversi• —Quisiera realizar una en Portugal. Después, dad de esmaltes que componen la decorativa ex- pienso en América. —El día de la inauguración, ¿qué personalida• des asistieron? —Con el marqués de Lozoya, otras de 'as artes LIBRERIA DEL RADIOTECMICO y las letras y el señor Carceller. Estoy contento. TODAS IAS OBRAS NACIONAUS Al despedirme del joven ceramista Alfonso Blat, ¿^feMgP r AlGUNAS EXTRANJERAfc-M una leve sonrisa asoma en su rostro de severo pen• sador y estudioso. Comprendo que así hay que ser NgT^ RADIO y SUS APliCAflAlES artista: dueño de sí mismo. D. HOA CATAIOGO G«ATI» A PL. 8€RENGUER EL GRANDE. I, 2. J. 2 -. BARCELONA J. GL1LL0T CABRA TA LA a a ser abierto de nuevo, después de una reforma que-ara- V pha y mejora notablemente su plástica, ese Museo Ro• mántico de la íntima calle de San Mateo, iniciativa y ue- nerosidad del marqués de la Vega Inclán. MADRID EN SV FISONOMIA Evocación de un palacio del viejo Madrid. De un palacio romántico, precisamente. Doble señorío el de sus salas, por su pompa nobiliaria y por su empaque romántico. Que «decimos que una persona o un paisaje son románticos —frase feliz de LOS ROMANTICOS Salaverria— y ya los hemos aristocratizado». Este caserón es, pues, dos veces noble, y ahora, con la re• forma que en él se hace, subraya más y mejor todas esas co• Va a ser reabierto el Mu• DE LA CALLE DE lecciones de cuadros de autógrafos, de libros, de muebles, de seo, cpie reproducirá un objetos, que congregadas ahí son exprésión exacta y represen• palacio aristocrático de tativa de una época, de una atmósfera, de una historia en la la primera mitad del XIX que la imaginación era más que nada. SAN MATEO Digo que pronto, en cuanto terminen las obras que en el edificio se realizan, volverá a ser abierto el Museo Romántico. Nuevamente veremos el salón de Isabel II; y el cuarto de ' i; y el de Larra; y~el gabinete Remisa; y el viejo patio castellano, trepado de hiedra,. Por ahí ha-pasado la emoción de mucha gente, de toda la gente a la que se le ha que• dado conmovida el alma por una canción liejana, por un verso remoto o por un amor im• posible. Y el Museo Romántico es, además, con el señorío de su reposo, una tierna caricia sobre todas las prisas y todos los vértigos de esta vida eléctrica de nuestro tiempo. Por éso, porque la vida es cada día un torbellino mayor, seguiremos buscando el se• dante de las salas y las crujías del Museo Romántico. Y en ellas tornaremos & saludar como a viejos amigos a los grandes románticos que hay pintados en los óleos que decoran las estancias. Sí, si, vamos a ver de nuevo esos inefables retratos del poeta Quintana, de doña Elisa Flaquer, del marqués de la Romana, de Eulogio Florentino Sanz, de Teodora Lamadrid, de Julián Romea... Y ese gran cuadro, maravilloso, en el que aparece don Ventura de la Vega leyendo una obra ante los actores de su tiempo. Cuadros que pintaron Esquivel, Vicente López, Alenza, Eugenio Lucas, Valeriano' Béc- quer, Jenaro Villamil, Suárez Llanos, Carnicero y tantos otros artistas cuyos nombres se po• nen en pie en cada evocación del período romántico. Y también hay cuadros de. Goya en este Museo. Y uno de ellos, el de San Gregorio ef Mag• no, presidirá la capilla que, como todos los palacios nobiliarios del viejo Madrid, tendrá este gran casilicio que va a reabrir sus puertas al público curioso de esa época de emoción y de referencia.

El espíritu de la reforma es ése: reconstruir un palacio madrileño de la primera mitad'del siglo xix, un palacio completo, acabado y minucioso de detalles característicos de ese tiempo. Para ello se crean nuevas salas, en las que figurarán las obras de arte, los muebles y obje• tos que poseía en su casa el marqués de Vega Inclán y que ha iegacLo a ese Museo que él fun• dara años atrás. Entre los nuevos cuadros que guardará el Museo Romántico hay un Greco, un Zurbarán y un posible Velázquez, obras que engalanarán la estancia dedicada a despacho, la cual será como un vestigio de siglos más distantes. Poética la evocación. Poesía y romanticismo embrazados y fundidos bajó el arco solem• ne de un palacio señorial. • • , Acababa de cumplir veinte años la instalación del Museo Romántico cuando se empren dió en él esta gran reforma que viene a concertar todas las estancias de una antigua casa aris• tocrática. El salón, el despacho, el comedor, la alcoba, el estudio —en él se exhibirán unos cua• dros pintados por el propio marqués—, la capilla, el gabinete, la antesala... Un palacio rico en cuadros, en libros, en techos, en miniaturas, en cerámicas, en lámparas, en muebles, en alfombras, en atmósfera de los días del romanticismo...

Y la calle de San Mateo, recogida, resguardada de un tráfico demasiado chirriante, con fachadas amplias, grandes balcones y herrajes a los que asomaron su curiosidad aquellas mujercitas que todas las mañanas veían pasar, a la misma hora, al mismo oficiJ del regi• miento de la Güardia que allí tenía su cuartel. También esto era en los años del romanticis• mo. Cuando los caballeros se peinaban «a lo lord Byron» y las damas encarga• ban sus trajes de tafetán a madame Petibón. La calle de San Mateo es ya de por sí romántica, y acentúa este encanto el viejo palacio que es Museo, o el Museo que es palacio. Arquitectura sobria, se• vera y présta a la evocación de otra edad. Plástica que no queda limitada a una lámina curiosa, sino que tiene amplias y nutridas salas. ¡Y en una de ellas el án• Exterior del palacio gulo incongruente de una sátira del romanticismo, hecha por aquel gran román • de la calle de San Ma• tico que se llamó Leonardo Aleríza! te®* donde se halla GASTAN PALOMAR instalado el Museo Romántico, que pron• to va a reabrir sus puertas

El patio, sugerente, como surgiendo con• creto y emotivo de en• tre el Museo dormido de los recuerdos

§e ultima el ornato de la capilla, en la cual figurará un cua• dro religioso pintado por Goyo {Fots, Mentes) ¿Y SI NOS DEJARAMOS LA BARBA?

Por FRANCISCO RAMOS DE CASTRO

¿Seríamos lo que somos si nos dejásemos la barba? O, por el contrario, al damos la barba una expresión distinta haría distinta, también, la orientación de nuestras actividades? He aquí el tremendo problema filosófico que hoy nos plan- leamos y que tratamos de resolver con la exposición de estos cinco personajes, prestigiosos y populares, a quienes la barba muestra con un aspecto diferente al propio de sus profesiones. Un minuto de silencio, que vamos a estudiarlos

Mohamed- He aquí al ben - Manolek, nuevo profesor moro notable de idiomas de —notabüi simo la Universidad, para muchos—, hombre de vas• descendiente del tísima cultura Profeta, a quien en loa conoci• se indica en el mientos idiomd- Isldm para ocu• ' ticos. Lo que él par ei Califato. enseña en su có- • M ohamed- tedra es el espe• ben-Manolek es ranto; pero, si hombre de tan guis'em, podría profunda cultu• demostrar su sa• ra como amplia biduría, con la sencillez de sen• Se encuentra entre nosotros él popularísimo y pres• misma solidez, timientos. Asilo tigioso investigador policial caMonés Rafael-Hito Somo- en la enseñanza sika, a quien se reconoce como sucesor dst Charlia del griego, del evidencia que, a armenio, del gó• pesar de su alto Chan, cuya personalidad aventaja por la variedad de los tipos que interpreta, a los que da vida con asom• tico, del sánscri* rango, se para to, del zmdo, del con todos los brosa realidad. Su reciente actuación en linas bodas de complicada y misteriosa preparación, ha constitui• annamita y éel "moriíos" que le k a s ik umuko, salen al paso, a do uno de los más grandes éxitos de Somo-zika/, p, quien felicitamos efusivamente. aunque le moles• los que conven• ta mtrakán* cí y -darninci con la firme persuasión de sus alegatos. Actualmente, por tierras del Califato, nos seria gra• Sabe don Alfredo —tal es su nombre—, que la bar• ba le echa qxñnce años encima; pero se la deja, por- tísimo que MoftamacWje» Manolek sé áecidieee a venir qm una vez •que se afeitó totalmente, al mirarse al a Madrid, donde con iantaa y Mn profundas simpatías espetfo, se vió con cara de critioo teatral. cuenta. INTERPRETACIONES Y esto le molestó mucho a don Alfredo. "ET" Niño de Ava-hal. terror de los "caminantes" por —¡DiSz igatílasl ¡Veinte iguotesi ¡Cücuent» iguales! la audacia, firmssa y seguridad de sus "golpes", que (Ea un espectador de corridG'

B

/^u&BlES- tejí pos - 3ePAf I f fueron muy aplaudidos, en unión de Marcos Redondo. NTE EM EL UMBRAL DE ^ • Guillermo Sampedro ha sido nom~ ~ ' " " ~—n oraao represéntame ae m Empresa atí, teatro Aioemz. • Tina Gaseó y Femando de Granada, LAURA DE HOMTEMAil que están r&uizundo una •oruiante tem• perada en el San Femanao, ae t>evuia, será el.título de la comedia non estrenado uuunamente "La escala rota", de Juan Ignacio Luca de Tena, para LOLA MEMBRIVES con extraordinario éxito. Y entre comedia y comedia • Luisa Puchoi y Mariano O sores em• cuartillas nuevas para pezaran muy pronto los ensayos de una comedia de su hijo mayor, Pepe Luis, MEMORIAS T OLfIDOS que es un escritor notaoie además de en el próximo "hiayo, me pondré a escribir, par» gracioso actor. esté acabada cuando nos embarquemos. ' 9 Lina Santamaría y Enrique Guitart —¿Cuándo Será el viajeí han sido baja en la compañía de come• —En junio. Embarcaremos hacia el día 20. dias de que es empresario el señor FáU —Usted escribe con rapidez, ¿verdad, don Jacintol gueras. Este ha reorganizado su forma• Don Jacinto Benavente, con María -=Sí. Vengo a tardar en una comedia veinte dú. I ción, a la que ha sido incorporado Ma• Isabel Pallaris y Ricardo Calvo veinticinco, un mes, a veces, algo más. En escrib i nuel Dicenta. Bardén y Olvido Rodrí• claro. En pensarla tardo más. Me gusta madurarla '^i guez seguirán figurando en ella. var el teína en la cabeza cuanto más tiempo mejor CHACHARA < a 'mirable, }>ai a gloria de los letras de EL «MODO DE HACER» DE DON JACINTO • Parece ser que el popularisimo maes• España, la vitalidad de don Jacinto Be- —¿Hace usted plan escrito para sus comediast tro Alonso se posesionará en breve del E naven te. Hoy, en 1945, como antes, en —No. Nunca. Soy enemigo de ordenar o prior», rígida 1930, y en 1920 y en 1910, su nombre continúa • Don Jacinto íBenavente ha acepta, teatro de Id Latina si se desueiven deter• mente, la acción; de encasillarla, de marcarla un itinera minadas dificultades que aun no han sido si"ndo expectación máxima en los carteles tea• rio previsto ya y del que no se podrá salir. Yo llevo todg áo tas proposiciones que fe han sido he- trales. Nadie como él atrae fervores y entusias• '¿has por la Empresa del teatro Muni• tanjadas. Entre tanto, el popular compo• la obra —su toma, sus personajes, sus situaciones— en mos. la cabeza. Creo que es mejor dejar al asunto y los perso.1 cipal de Santiago de Chile para acom• sitor está dando los últimos toques a ¡a Don Jacinta va camino de «us setenta y nue• pañar a Lola Membrives durante la partitura de la obra que estrenará Celia ve años. Lleva ya m&s de cincuenta de teatro. najes en una cierta libertad. temporada qua la gran, actriz realizará Gámez en el Alcázar, y de cuyo libro es Ha escrito cerca de ciento cincuenta obras para LAS «MEMORIAS» este invierno en la capital chileña. autor et simpático Paco lozano, y tra• la escena. Ha obtenido la más alta condecora• baja también intensamente en la zar• ción literaria universal: el Premio Nobel. Y he —¿Y sus Memoria», don Jaaintcí ¿Cuándo upat eceránt • El primer estreno de to compañía zuela de Pilar Mülán Astray y Luis Fer• aqui, tras de todo ese extraordinario bagaje —No sé. No las he acabado aún. Y aun acabadas, no Rosario García Ortega y Carlos Díaz de nández Sevilla "Cayetana ¡a rumbosa", humano y teatral, que en ésta temporada es• sé si me decidiré a su publicación. Las empecé en Valen, Mendoza será "Humo", de Joaquín Ro. cénica de 1944 a 1945 él ha sido el autor que cia, cuando la guerra. Después, poco a poco, las voy ha- que estrenará en Barcelona Marcos Re• ciendo, sin prisa, por él gusto de ir recordando cusas. Las •mero Marcherd. La obra será dada a dondo. más y con mejor éxito ha estrenado. Sus dos conocer probablemente durante Ja ac• anteriores comedias —Nieve en mayo y Don titulo Memorias y olvido». Porque hay en ellas también • No sería extraño que Mariano Azaña Magín el de las magia»— se han hecho cente• olvidos. No acudo, para la precisión de fechas y datos, tuación del citado "elenco'* en Zara, a periódicos, a documentos. Todo está en el recuerdo, góaa. y su compañía pasaran —no ahora, sino na-ios eu Madrid. Ahora, La ciudad doliente nos da una nueva muestra de la jugosa fertilidad Lo que he llegado a olvidar es porque en realidad no de• mucho más adelante— al teatro Maravi- bía tener importancia. - • Celta Gámez ha repuesto ayer en el intelectual del maestro. Tabletean los aplausos lias para hacer una temporada a base de del estreno, y don Jai lato habla ya de las obras —Sin embargo, tiene usted una extraordinaria me• Cómico, de Barcelona, la opereta de precios baratía. Entre tanto, en el teatro próximas. Y del próximo viaje... moria... ; Sáena de Heredia y Váaptez Ochando de la calle de Malasaña él género poli• —Recuerdo bien muchas cosas. Otros las he olvidado. "Si Fausto fuera Faustina", que, amo es ciaco sigue haciendo las delicias de tos LA FUTURA LABOR Cuando algún hecho, algún detalle, Se me graba bien en sabido, alcanzó en Madrid más de tres• chamberüeros. el pensamiento, no se me va con facilidad. Ya vé usted; cientas representaciones. recuerdo, por ejemplo, perfectamente, ol color de los pri• m Rombal, Barmm y Eulogio VOasco —Tengo—dice—acabado el primer acto de una comedia que destino a Valeriano León. Y meros trajes de luces que vi eu la primitivo plaza de to. • "LOs cachorros", adaptación lírica están al habla para afrontar un impar- quisiera p merme a t rabajar en seguida en una ros de Madrid. Pero ño en la que hace unos años derriba• de la comedia benaventiana '« este tí- tante negocio a base de revistas de gran obra para Lola Membrives. Es el estreno mío ron, sino en la otra, en la anterior, en la que estaba en tulo, ha obtenido recientemente en Cór• espectácuia. y hasta se nos he asegurado que ella llevará a Buenos Aires. la pla«a de la Independencia. doba un excelente éxito. Los autores de que ya están tos iréis dedicados a la lee- —iSe llamará la nueva obraí... « TRABAJAR BAJO UNA CIERTA CONTRARIEDAD ¡ la adaptación, Rafael Duyós y José Oje- tura de obras y ala selección de nombres —Seguramente, Laura de Montemar... Pe- —{Trabaja usted a cualquier hora, don Jacinto, o tó?' da, así como el maestro Romo, autor de Aprobables" y «postoXesr' elementos ro no he empezado todavía a trabajar en de la música, asistieron ai estreno y que han de tntetrrar la compaifia: ella. La llevo fn el pensamiento, y un día. np f>l hábit" triíl>a;ar a uiia hora determinada?

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SUPER AUMENTO VEGl TAt UE AL I O PODER NUTRITIVO Y RECONSTITUYENTE HUEVO VIAJE A AMERICA Antes del estreno de /#EI Caso de Alicia StandvYch" Una charla por radio con Rodenas 7 Del Corral

. A mí me pone nervioso entrar rn un teatro —Vengo a hacer una información del es• donde Se representa comedias policíacas. No treno. ¿Aquí no se va a poner «El extraño lo puedo remediar, pero es así. Tal vez por caso de Alicia Standvych»? esto, cuando el jueves por la tarde llegué a —Alicia... Alicia... No señor, yo no conoz• Maravillas, me costó trabajo dar con la puerta* co má* que a Pilarín Ruste. Pero aquí no hay de entrada. En realidad, ello no es nada fácil nadie, señor.. tampoco. Preguntó a la taquillera, y ante mi —Qué usted lo cree así; pero ¡vaya si hay! natural asombro, responde. Están andando por todo esto ios espíritus ma• —¿Para qué quiere usted entrar? Aquí no lignos que agitan los. dramas de ladrones y bay nadie. Estoy sola. policías. Tenga la bondad de dejarme, que voy —¿Y no le da miedo, señorita? a hablar con ello*. Ella rie ante mi estupor. El vigilante me mira extrañado. ¿Miedo por qué...? En fin, vaya usted por Recuerdo que la radío tiene un dispositivo la otra puerta a ver si por casualidad hay al• de emisiones. Enchufo y grito: guien. — ¡Miguel Ródenas! ¡Miguel Ródenas! ¡Mi• Doy la vuelta a la manzana. Allí encuentro guel Róden as!... Aquí el escenario de Mara• dos o tres puertas iguales. Llamo a una y villas. E¡ autor de «Lo Hadad doliente», cm ¡os es- espero... Nada. Llamo a otra, y nada. Llamo Espero, y la voz de Ródenas resuena cñtores Felipe Sassoné y Manuel Diez Cresp» a la última, y ¡nada! —¿Qué quiere'*? ¿Qué haces ahí a esta» Pero para algo uno tiene también sus afielo» horas? nes, y hasta ciertas facultades policiacas. Y —Vengo, come quedamos, a hacer la infor• —Escribo a cualquier hora; pero preferiblemente por unos minutos después he conseguido descerra• mación de! ensayo. la tarde o por la noche. Yo creo que hay que trabajar jar la puerta principa! y colarme hasta el — ¡Eso se avisa! «iampre con una cierta contrariedad, disgustado ^or algo. escenario, por sórdidos y oscuros pasillos, sin —Bueno, pues dime algo de la obra. Trabajar de otra manera —alegre, contento, de buen que nadig me vea. Es -realmente de miedo el —Pues nada. Una comedia policiaca. huroor_ cuesta más. Lo que entonces gusta es vivir escenario de un teatro a oscuras. Tardo mucho —¿Dramática? simplemente. «En el campo trabajará usted mucho», me en orientarme. Tropiezo con un sofá, luego rol —Desde luego, muy dramática. dicen. Y no es asi. Porque en el campó, con aquella quie• mano «e posa sobre una radio. Estoy en el —¿La has escrito tu solo? tud con aquel aire, con aquella luz, sólo se piensa en res• gabinete donde hace unas noche1* vi caer muer• —En colaboración con Enrique del Corra!. pirar gozosamente, en vivir. Ya le digo: conviene una cier• to a un hombre, huir a un ladrón y esposar a Doy, inmediatamente, los tres gritos de lla• ta contrariedad, un cierto desasosiego para ponerse a un grave y serio caballero... Como entonces mada habituales -y Enrique del Corral suena escribir... oigo una voz misteriosa que me grita: en la radio. La vieja te"ria del dolor como fuente del »rte... —¿Qué hace usted ahí? ¿Cómo ha entrado? —Aquí ABC, Enrique del Corral, ¿Quién —Eso es. - y ¿Quién le ha abierto? me llama? — i Estará usted ahora mucho tiempo fuera de Es- — ¡La radio!, pienso desplomándome sobre —Que estoy hablando con Ródenas de «El jaña? extraño caso de Alida Standvych», y quiero No sé. Veremos... Mi propósito es ir a la Argentina, el sofá. Pero en este momento el escenario se llena de luz, y ante mi, contemplo a un hom• que usted me diga algo también... Escuche. egresar a España y volver ft la Argentina... bre, gs el vigilante de! teatro. . ¿Hay muchos muertos? JOSE MONTERO ALONSO —¿Qué desea usted? Rodenas quería - que hubiéramo's matado a tres o cuatro, pero yo creo que con uno va bien la cosa. —¿El asunto es solamente policiaco...? —Ródenas ha exigido que intervenga tam• TRES ESTRENOS EN ESTOS DIAS bién el amor. —Yo creo esto siempre necesario, en la escena como en la vida—dice el aludido— Migtul Ródenas y Enrique del Corral, a compafiía de la Comedia nos ha dado esta semana otra «novela escenificada», £« ciudad doliente, de don porque la vida síñ amor no se comprende... autores de «El exíraño caso de Alicia Jacinto Benavente. Obra de tesis; pero en la que el maestro no logra la precisión característica en sus —De manera —concretó— que hay crimen, Slanvyt k L producciones^ de este tipo, la acción, más narrativa que episódica, desconcierta y desorienta. Así, el pró- amor... logo nos hace esperar algo de profundo análisis psicológico; pero apenas iniciado el segundo cuadro la comedia —Intriga—añade del Corral. toma un giro superficial e intrascendente, queda reducida a la exposición de un caso vulgar, en el que lo más —Sorpresa's—interviene Ródenas. Alicia,— ¡Es la verdad, Alfredo! ¡Es la interesante es el tipo principal de la enferma. En esto? don Jacinto ha puesto toda su maestría, hasta conseguir —¿Un éxito entonces, gueridos autores? verdad! ¡Te pido que me creas! {Silencio en definirlo con rotundoá trazos de realidad. Ha ofrecido así buena ocasión de lucimiento a Mary Carrillo, quejha —Nosotros—responden a un tiempo—, con Alfredo.) No; no me crees. Lo leo en tus ojos. dado calor y humanidad a la doble figuración que le ha sido encomendada con tino y acierto de excelente ac• ese propósito la hemos escrito. Ahora el púr triz.. No juega en la doble ficción —per el paiecido de las hei manas— la caracterización, asi que ]aint«rpieta- No me crees. No me cree nadie. Todos creen Mico y Marqueríe,dirán... que yo maté a Taylor y oculté e! cadáver... ción se confía sólo al gesto, al ademán y a la voz de la actriz. Y hemos de declarar que en la empresa MaiyXta- — ¡Hombre Marqueríe! Esperad que voy a rrillo ha logrado la mayor fortuna. Los momentos en que ella intervienen son los que el interés de la comedia se conectar con él... Loly,—Sí, si, usted. ¡Usted ha sido! levanta. Lo demás parece sólo" como encaminado a buscar el efecto de estos instantes. Hay, en lo demás, dig• Pero la radio chilla, silba, truena... Alkia,—¿Quién es usted para acosarme? no de destacarse, una buena galería de tipos pintorescos, un diálogo agradable, sustancioso, adobado de! me• ¿Qué derecho tien^ para ello? (En transición jor ingenio benaventiono, y situaciones de buen efecto teatral. La voz del vigilante truena más que la radio. suave.) Si; usted sí puede hacerlo, Uíted si, Con Ma y Carrillo destacaron en la bien conjuntada interpretación Mariano Asquerjno, admirable actor —¿Le queda mucho señor, La obra fué escuchada con atención, celebrada en diálogos y frases y e! autor,salió muchas veces a la esce» —¿Cómo?, ¿por dónde...? —Por cualquier parte. Por la radio misma, /4//rerfo.—¡Alkia! r a entre grandes ovaciones del público que llenaba la sala. Fordson.—¿Qué dice tfsted? Maravillas, siguiendo so ciclo policíaco, estrenó la comedia titulada Las garra* de la fiera, de Guillermo querido amigo. Gionnini, traducida con buen acierto por Tai amona y •Laurentis. Juzgada sin un severo análins de la lógica Ahora es él e! que se desploma en el sofá. Ld/y.—¡Cállese! Alicia.—(Acercándose a Loly) ¡Si; usted de cuanto en ella ocurre, la obra resulta sumamente interesante, llena de complicaciones, que se resuelven las UNA ESCENA DE-.EL EXTRAÑO CASO DE más de las veces por medio de habilísimos trucos de fuerte efecto teatral,in» garras de la fiera oculta sagaz• ALICIA STANDVICH» amaba a Taylor; pero él amaba a otra mujer! mente la figura del criminal, que no se nos revela basta la última escena, en un inesperado y bien resuelto lan• ¡A Alicia Standvich, y no pudo luchar contra ce. Ello acrecienta el atrayeute interés de la obra. Estimable la interpretación, sobresalieron en ella Pilarín ESCENA DE MIGUEL RODENAS Y ENRIQUE ella! Por eso optó por retirarse a tiempo. "Ruste y Rosita Yarza, y de ellos. Soler Mari, Calvo y Del Río. Grandes aplausos confirmaron el éxito. DEL CORRAL Entonces se fijó en otro, en Alfredo, para Y vamos con Los bodas de Camocho, de Adolfo Torrado, en el Pontalba. Una cosa entre saínete y Alicia—Alfredo—Loly—Fordson juguete cómico o disparate escénico, o... Ya hemos quedado en que a este,género que el autor cultiva se le reemplazar con este amor nuevo el desengaño l¡ama «torradúmo», a falta de otra más adecuada definición. Dentro de este «torradismo». Las bodas de Ca- Alicia.- ¡Tómelo como quiera! de aq«e! otro.1 wo.Ao son de lo mejor. En ella pasan cosa* insospechadas, propios del »torradismo», lós personajes se Alfredo —Alicia, eso es absurdo H. DE LOS RBY«S expresan en ese tono especial del «torradismo», las situacio. > es se plantean con esa gracia despreocupada y arbitraria; „ Ha^R^RMaBBaraaBB I ero casi siempre de positivo efecto, tan del «torradismo», y BÍHIHBf todo, gracias a Dios, como ocurre también en este género sin- jiular, acaba en boda. El pobre señor Camacho, un bendito de Dios, un verdadero ángel convertido en tendero de ul• tramarinos enamorado do una señorita que sueña cou ca• sarse y con la que él sueña casarse y con la que se casa al fin, tuvo en Rafael López Somozo un singular intérprete, de tal modo singular que afirmamos no haber visto mejor intérprete de esta clase de obras: Estuvo toda la noche en fcl más hilarante «torradismo». En el mismo tono destaca• ron Fuensanta Lorente, Mercedes Muñoz Sampedro, Elvira Quintilla. Carmen Echevarría, Antonio Fernández, Ramón Elias, Juan Cortés y todos, en fin. El público rió de lo lindo y aplaudió al final de coda acto, obligando a Torrado a salir muchas veces al palco escénico, ívuestra enhorabuena. Finalmente, en el teatro Español, fce ha estrenado en sec- c-ón infantil el cuento de piratas titulado Lot corsario» de. \ Trapisonda, original de Máximo Conde. Llena de graciosas peiipecias, animada y viva la acción, sencillo y ocurrente el ":álogo el autor con habilidad que le acredita de buen dra- n: aturgo, mantiene en suspenso el interés del público infan. «I, que con risas constantes, aplausos y exclamaciones, ma• nifestó su complacencia. Cuidadosamente montada con finas decorados de Burgos, graciosos figurines de Viudes y unas inspiradas ilustraciones musicales de los maestros García Cote y Ramírez Angel, y dirigida con singular acierto por Koberto Carpió, la obra obtuvo además una excelente en. terpretoeión, en la que descollaron Emi-Mary Leseara Na- tividad Macho, Marina R. Marqueríe, Maruja Recio, Maribel Ramos, José Luis Heredja, Domingo Almendros, Manuel de la Rosa y Serafín García Vázquez. de HIMS boda» de Cantacho», de Adotjv Torrado, estrenada En el capítulo de reposiciones consignemos la de Lo» cha- Ra fael L. Somozay Fu nsanla l toe, de Muñoz Seca y Pérez Fernández, en el Cómico, obra tn Fontalba, y Miir¿an> 4«f t r , Jesús Tordetill",* principales figuras de al^a ciudad en la que Mariano Azaña realiza una de sus mas felices ac• », d' Jadntu flt'fijrv«,'p, rstrrnada en el teatru a* la Comedia tuaciones, y la de La tia de Garlos, en Lara, muy bien inter• pretada por Martínez Soria y A<>ur.ciór. Montijano. Y nada más por hoy.—R. LA NOCHE DEL ESTRENO

, -• ¡ - • LA DAMA DESCONOCIDA 00

piera dónde le hlceron el sombrero a la señora que lo SISTIMOS al es• tra en un cafetín a una dama muy triste debajo de un acompañó aquella noche, serta la gran pista para en• treno en ti Pala• sombrero enorme, que parece un tobogán enfundado, y A contrarla y demostrar la inocencia de Curtís, a quieu cio de la Música se la lleva a ver el ¡espectáculo. ejecutarán si la dama no aparece. de "La dama descono• —¡ Mira que una señora llorando con «se sombrerot» —¡Todo esto es demasiado ingenuo! cida". Pasaron ya dos puísto en la cabeza!... i Vamos, es ridículo! Y al lado de Franchot busca el sombrero salvador noticiarios: modas —¡Calla, por Dios! Atiende. r... ¡y lo encuentra! Franchot la matará; ya está qui —con sombreros de vi• La dama triste oculta su nombre. Cuando Alan vuel• tándose la corbata; ¡qué manía! rutas para las muje• va a casa, enciende la luz y halla en sus habitaciones Mí amiga me tiene cogida una mano, y aprieta, aprie• res y trajes de noche a trts detectives y a su mujer, que tiene una corbata ta cada vez más fuerte, hasta hacerme daño, para la ruina de los puesta; pero tan apretada, que ha fallecido de la pre• —¡Qué odioso Franchot! hombres— y un repor• sión. Por fortuna, el detective llega a tiempo de frustrar taje (He guerra. Entre —¿Quién llamaría a los detectives? ¿Qué estarían el crimen, y Franchot se tira por un balcón. Franchot Tone ellos, emparedado co• haciindo ahí. a oscuras? Mí amiga rtspira profundamente y afloja la mano. ma un "sandwich", Alan tiene un amigo, el escultor Franchot Tone, que ¡Hemos pasado un mal rato! Franchot Teme es un nos ofrecieron un delicioso documental de fkstas nup está chiflado. Franchot opina que sus manos de artista actarazo inmenso. Curtís y Ella se casarán; se lo de• ciaJ;s en Mallorca. La película es breve. Hubo un des• no d-b:n emplearse en la bajeza de matar a nadie; clara él de un modo orlginalisimo por un dictáfono que canso tras de los "NO-DO", y ahora la ducha de sean por eso estrangula a sus víctimas con una corbata. tkne en su despacho. Este final tan manoseado restó bras sobre la sábana lanza esta novela policíaca de —•¡Valiente tipo! ta nuevo y bonito; suprime la anticuada norma del wllliam Irlsh, dirigida por Robert Siodmak. —»iChisst...! abrazo. Para mejor reconocer los dífectoe de una película no Es que Franchot estaba leaamorado de la esposa de MI amigo Bendaña, el critico de "Radio Cinema", me hay como llevarse una amiga charlatana al cine. Yo se Alan; mas como no le hacía caso, ello motivó el ase• dice en «1 vestíbulo; lo recomendaría a todos los críticos. Uno es SEncillo, y sinato. Sí Curtís demostrara dónde había iestado en el —le, película es vulgar hasta que aparece Franchot sin propósito se hunde en el argummto de la proyec• momento en que se perpetró el crimen, no pasaría nada. Tone; luego, su gesto, sus manos, ¡qué manos: expresan ción que lo distrae de los otros factores del film. Pero Pero no lo prueba, porque no puede dar él nombre de por sí solas más que todo el argumento cada vez que ella irá dispertándonos a cada momento con sus pue la señora con quien estuvo. Y los Tribunales le acusan las mueve! riles observaciones al sentido frío de la crítica, de la y condenan. Míenos mal que tiene una secretaria que qua son grandes maestros. es un sol, Ella Batnes, ¡una preciosidad! —Dejemos al "catneraman" su parte, querido; ¡hay —¡No me explico por qué han de presentarnos a esos que vtr cómo "pesca" la fotografía! —¿iPor qué vestirán tan pobretones los agentes de hombres en mangas de camisa y a isa s ñora gorda Saludo a Mari Delgado: investigación "en las ptelículas americanas? ¡No concibo comiendo membrillos a mordiscos en un Juicio del que —¿Sabe usted algo de "Un hombre de miedo"? por qué los policías hayan de ir tan desplanchados y depende la vida o la muerte de un señorl —t¿El guión de Romero Marchent? Sí; tengo enten• masticando ""chiclef" a todas horas, ni por qué los pe• —¡Mira, hija: esos hombres en mangas de camisa dido que lo hace Parellada. ¡Mire a Conrado Blanco! riodistas han de poner los pies sobre las mesas, ni son los componentes , del Jurado, y están asi poique ¿Qué hay de cosas, Conrado? ¿Es ciei-to que prepara el por qué!... tienen calor! guión cinematográfico, de su comedia "Ciento volando"? —(¿Quieres callar? ¡No me entero de nada! —Y porque ¿jo tienen educación. —(Efe cierto. Ya veremos qué pasa. Alan Curtís está disgustado con su mujer. Hoy se —Y esa mujer devora membrillos porque titne ham- —Yo se lo recomendaría a todos los críticos: pára cumplían cinco años de su matrimonio, y por hacer bra. ver los defectos de una película, no hay cosa como con ella las paces tomó dos billetes para llevarla a un Y porque no 1* da vergüenza. llevarse una amiga charlatana. Y si es fea, mejor teatro de revistas. Ella persista en e! disgusto y se nie• —Es espertar la vida. ¡Tú qué sabes! ga a acompañarlo, y AJan, todo imlan<;62lcQ. "ncucr. Ella ftaines csíá enaaiorada de Alaa, su >-f:. 31 su• LEOCADIO MEJIAS

mm CREMA UNIVERSAL 3.00 pfoi. CREMA NORMAL 4.S0 ptot. CREMA SIN GRASA 4.5 0 ptat. COLO CREAM 10.00 ptat. LOCION CUTANEA 15.00 pts$. CREMA LIMPIADORA 12 00 ptat. (IMPUESTOS APANTE) LA LOZANIA DE LOS 15 AÑOS ESCUEIA RADIO «fc^ Se perpetuará en su cutis, con el uso diario de estos Pof pocas pesetas, en su propio domicilio y sin descuidar sus actuales maraviHost)s productos, a base de Sales y Lodos de ocupaciones aprenderá usted a fondo lo técnica de RADIO, CINE SONORO La Toja, de reconocida eficacia radiactiva para nutrir Y TELEVISION. Durante el curso construirá usted con el motériol recibido y suavizar ki piel. más de cien montajes, entre ellos estos mooerrios dpo/ctps, comprobador de válvulas y receptor superhelerodinó quedando todo de su propieded. Y sobre todo habrá adquirido uno carrero que le haró'tnonfor en la vida CATORCE AÑOS DE. EXPERIENCIA

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Por vez primera en so carrera cinematográfi• "Si fracaso en esta película, me consideraré ca, Antonio Casal luce un bigote. fracasado en el cine", afirma el popular actor.

VA "Creo que lograré la mejor interpretación de "En esta película pongo corazón, corazón y mi vida", dice Jo sita Hernán. corazón", asegura el director Lucia.

- tico cinematográfico. Y el buen Paco, ajeno a —El que yo esperaba. *3 cuanto le rodeaba e incluso a mi saludo, conti• Antonio es la naturalidad nuó como había salido de casa: es decir, ento• hecha actor de cine. Por nando, a media voz, un estribillo absurdo; eso le creí capaz de triun• L éxito artístico y económico de la comedia Vn hom• far en un tipo auténtico de bre de ncjocio*. raagistralmente interpretada por Ra• Una trucha pesqué, galán maduro. Y la adap• E fael Kivellefi y Conchita Montijano, ha detei minado, dos truchas pesqvé, tación al rostro de Casal a los casi tres años de vida escénica de la ya popular obra, tres truchas pesqué, de un bigote ha bordado gu adaptación a la pantalla. pesqué, pesqué. • la figura. Se «rueda» actualmente Un hombre dt negocios en los UM trucha pesqué, —¡Y Josita} Estudios de Sevilla Tilms. La película está dirigida por pesqué... —Maravillosa. Se ha Lnt ia y protagonizada por Antonio Casal y Josita Hernán. adueñado hasta tal punto Y yo lo creí, porque Hernández Blasco es in• de la psicología de su per• capaz de apresar otro pescado. sonaje, que no hay necesi• Un bigote par una rancian Cuatro días más tarde volví a localizar a mi dad en muchos casos ni amigo: on la jarra de 1» mesa del bar. Paco Her• de repetir una vez la es• Hace un poco más de una semana la casualidad me en- nández Blasco pretendía una musicttlización de cena. frentó con Paco Hernández Blasco, el duro y certero cri- lo déla truchita. —;Qué días de rodaje se Y fué cuando le piegur.tí: han proyectado? —Paco, ¿qué es eso que lle\'as cantando diez —Sesenta y cuatro. Y días seguidos? serenta y cuatro serán en Y la respuesta de mi colega fué tipo Ollen- la realidad. dorf: —iHoias total de labor? —Sube el \¡3rnes a Sevilla Films. Te manda• •—Desde que se inició el Casal, Josita Hernán, el director Lucía y el crítico H ré el coche. Y p< r esta canción verás un bigote, proyecto hasta poner la de «bigote». palabra fin, una? mil dos• nández-Blasco, momentos antes de empezar a trabaj cientas. charlan con nuestro colaborador El éireetor Lucia explica lo de —¡Pesetas presupuesta• toe trucha» y otra* cosa i más das para Un hombre de negocios''. triunfar en todos los personajes que interprí —Exactamente no lo sé. Creo que dos millo• Y como Josita Hernán está ahora «junt TA director Lucia es uno de los más jóvenes nes cien mil. mí», la abordo. e intelipentíS realizadoies de España. Y, como Y aquí concluye mi charla con Lucia. El di• hombre, dinámico, enemigo de perder el tiem• rector es reclamado al plato. Pero antes me po. Por lo que mi interrogatorio surge tele• observa: Lo que dice la muchacha sin nm gráfico: •. —Diga, si quiere, que mi labor en esta pe• —¿Quiere decirme. Lucia, qué es eso de las lícula es poner corazón, corazón y corazón. Esta diminuta, rubia y graciosa criatura i truchas que aquí entona todo el mundo? Exactamente lo que pongo. se llama Josita Hernán es una figura femen —Una cancioncilla que cantan Josita Hor- «fuera de serie». No porque a los cinco mi tos de un diálogo sostenido con ella se maní Un bigote para uno. Antonio Casal '—por pri• nán y Ar tonió Casal en una «aceña campestre. En ñalidad. nada; pero gracioso de resultado. nen nombres como Aristófanes. Platón, De mera vez con bigote en su carrera—> tiene que —Hablando precisafrente de resultados, Antonio Vasal y eu bigote vente y Maurois •—pongo por ejemplo—, • soportar esta inspección de sus mostachos efec• ¿cuál es el ele Ai.toni'i Casal en esto para él porque estas citas de autores u otras de ol: tuada por Josita Hernán nuevo papel í Está tan natural el popular actor con el bigo• surgen de forma espontánea y absolutamc te que parece propiamente cuyo. lógicas. Con lo que quiere decirse que una c Casal también sale, en las respuestas, por el versación con esta moderna y encantadora < registro telegráfico. ' dita se trasciende de esencias de exquisi —Antonio—pregunto—, ;c6ino te encuen• tertulias literarias de fin de siglo. tras con bigote? Y Josita Hernán me dice sobre su actua< —De perilla—rae responde. en Un hombre de negocios: — ¿Y con el papel de la película? —Estoy satisfechísima de mi pap«íl por —Al pelo. creo que de entre todos los que he realiz —Sin más expresiones capilares, ¿quieres de• éste es el que va mejor con mi psicoloeía. A cirme si te ha preocupado al protagonizar Un más. Lucia ha sabido determinar de un m hombre de negocios la sombra de Rivelies? magistral todo el dinamismo y desenvoltui i CAPITOL.—Claudette Colbert nos muestra una vez til, maleable, capa/, de adquirir todas las di- Casal es rápido en la respuesta: la protagonista, y hacérmelo tener presenta más en Alondra del Cielo sus facultades de excelente có• mersiones que se le exijan. —No, francamente. Hay un modo de hacer La charla con Josita la cortan la presei mica, unidas a una juventud y frescura que parecen ser en el cire y el teatro diametralmente opuestos. en el plato de don Manuel Fernández Cuc eternas. El argumento, de disparatada comicidad, en la La interpretación teatral de Rivelies es insu• director de Marca, y de don Manuel Casani que se mezclan a pai tes iguales una esposa, el marido y PALACIO I>E !.A PRENSA.—.Mickey Roe - perable. Y la he admirado con verdadero en• director de FOTOS. Acompañan a los peric un adorador, ro ofrece ninguna novedad y si mucho de ney sigue en Armonías de juventud la serie de tusiasmo. Nu obstante, yo aspiro a hacerla tas López Marín, autor de l'n hombre de n esa falta de preocupaciones morales, caracteiSeticas en películas de ambiente juvenil acompañado t e esencialmente cinematográfica. dos; el inspector general de producción, si esta clase de cintas. Se trata,"de divertir y esto se consigue. Judy Ga land. El magnífico cómico que hay -—El papel que haces en esta película, An• Casauova, y el jefe de producción, señor en el pequeño actor sigue la tráyeitoiia a8.«ii.- tonio, ¿para ti constituye una origi^lidad? querella. AVENIDA.—Una dama en apuros no tiene otro mérito dente trazada en sus anteriores prodiu-cíones, Si, y una etapa decisiva en mi carrera ar• Y como el director Lucia y los protagoni que la magiñfica interpretación del papel de joven aloca• y que si no ee malogra al pasar de un estado a tística. Estoy tan encariñado con mi actuación de Un hombre de negocios caen bajo la rá da representado por Irene Dunne. Todo lo que no sea ella otro, como ocunió co.! otros muchts, nos ha de en esta cinta que si fracaso en ella me conside• de preguntas de los dos maestros de perif dar en la madurez de su juventud uno de U s raré fracasado en el cine. ¿ tas, yo opto por el punto y final. ea una perfecta pesadez sin el menor interés para los espec• más acabados cómicos mundiales. Armonía* dr tadores. El trabajo de la protagonista no es sólo de una • -jPor...? juventud son hjStorietas de jóvenes en parif- -Porque p! iu tur, *i lo e» e!. verdad, debe ajustada vis cómica; nos muestra un temperamento dúc• mimade personas mayores, ht- IIFKNAXríLZ í'AST.i m^mmmmmmmmmr cha con bastante lujo y no po, a gracia. SOLUCION DE CONJUNTO PALACIO DE LA MUSI• AiwM sin granizo, Di es no lo hizo. CA. —A pesar de su aire mis- terioso-policíaco. La dama des• De iu«z <1« poca cor-ciencia, r.o esperar justa sentencia. conocida ea una película que desborda el cauce corriente de las de esto tipo. Magnífica• Mucha mecha y peco pico. - te harán sabio y quizá rico. mente realizada con una téc• nica que en encuadre» y lucefc nos recuerdan mucho a Or- SOLUCION A BABEL son Welles, el dirCctor de A7 MARI'LLE: Albaricoque, «n alemán.—AJAR: Entreabierto, en in_ cuarto mandamiento, la trama glós.—KARAKOES: Cacatúa, en francés.—FELL; Alfil, cu persa.-- «in demasiadas complejidades ZALDIA; Caballero, «a rosco. está bien conducida a un buen desenlace. La mejor actuación la de Franehot Tone, perfecto SOLUCION AL TECLADO DE LETRAS en su papel de malo. les apellido» que usted tenia qjtie componer son éstos: 1. VELAZQUEZ. — 2. CAJAL. — 3. UNAMUNO. — 4. CERVANTES. — 5. BENAVENTE.—6. NIETO.—7. PRIM.—8. DATO.—9. UZCJD'JN.- CALLAO. «Unión Pacífi 10. CHURRUCA. co» es la hisCoria del célebre Y apastamca cía» si co lo logró, ahora que usted los lee, le eiroearril que atraviesa Irs suenan. Estados Unidos de Este a Oeste con los múltiples «zaie< de su construcción, ya roi.o- SOLUCION AL AVERIGÜELO SI PUEDE cidos a través de ia r.ovi ia ti El caso del cuarto declarante Zane Grey, titulada El rai/a- El inspector comprobó que mentía cuando vio ed perpei «scrito a Uo de hierro, y dr i« que tam• máquina. Un hembre que ha -rendido las ropas no tiene máquina bién se liizo su currespoiidieu- OB escribir, y a las tres de- la mañana, con-su efpcsa afectada por te película coij el mismo nom• un ataque, no va a piccuráisr-la fuera de casa, pudisndo hoceriq bre de la que esta sólo viei e c nano. a ser una buena rejietición. Los dir-ctorea de «Aíarca» y FOTOS* señores Fernándet Cuesta y Casam con el aittor, inspector de producción, director y protagonistas de «Un hon SALINAS de negocios» LA CANCION DEL RHIN

S un» mañaiiíi luniiuusa de mayo de 1939, giendo a pasajeros de rodas ciasen y nacíohalida el Overland, hermoáo barco de '12.000 tone• des. Turistas deseosos de conocer el curto del E ladas, surcaba las aguas del Elba; las ver• Rhin; el barco brillante y coquetón, un verdadero des márgenes del río estaban abarrotada* de una «yacht» de recreo, con todas ias (*umodidades ape• muchedumbre juvenil y risueña que agitaba sus tecibles para esta clase de viajes,.se fué llenando manos y lanzaban gritos de salutación a los es• lentamente de un abigarrado, risueño y estruen• Neuschwanstein pañoles que en dicho barco llegábamos a Ham- doso pasaje. Españoles, ingleses, alemanes y ume burgo remontando el curso del Elba desde su ricanos hablan a un tiempo, semejando el pequeño unión con el mar abierto. barco una torre de Babel. Aquí, la pareja de recién Je luz: vamos poi el Céiitro d«l ancho rió. A dfie- Centenares de embarcaciones rodeaban la mole casados, en su más feliz viaje; allá, jóvenes de clia e izquierda .«e levantan, en las escarpadas már• del barco y en él íbamos nosotros con, la ilusión la «rubia Albión», ávidas de turismo y deporte. genes, campos verdes y floridos, y en ellos, alzán• de conocer nuevas tierras, de las cuáles era ya Abundan los clásicos grupos de alemanes de am• dose como atalayas, castillos y castillos. un anticipo optimista el paisaje que a ambos la• bos sexos, que en derredor de un velador entonan, Los célebreá (castillos del Rhin» nos dejan asom• dos del río se nos presentaba a nuestra vista. al son del acordeón, típicas canciones brindando y brados: son muestras de la defensa qué ios roma• De Hamburgo, por soberbia autopista,^ fuimos bebiendo con amarillo vino del Rhiu. nos establecieron contra las invasiones germanas. a Hannóver; de aquí a Bal Bidingen, lugar re• «La canción del Rhin», por doquior, la más ale• Xonschwánstein, Burg Ratz, Marlsburg, desta• cogido y pintoresco, y más tarde a Wies Badén, al gre canción alemana, que nos hacía ov >car aqué• can su silueta y reflejan sus torres en las azules lado de Francfort del Main. lla, popularísima, que una célebre canzonetista aguas. Fué desde Wies Badén cuando a los tres días española pusiera en boga a principios de siglo. Ségtiimos navegando y en cada pequeña ciudad de nuestra arribada a Hamburgo estábamos en el La canción del Rhin, de este rio a donde las «ale• ribereña el barco hace una parada para que bajen Rhin. gres chicas» ibaix a soñar y amar... pasajeros, suban nuevos turistas y así la pobla• Un barco totalmente pintado de blanco, atra Nosotros, tos que por primera vez viajamos por ción del pequeño navio se va renovando. Hemos wlo a nn rudimentario pmbaro.adpro, iba ato el Rhin, nos deslumhramos ante el paisaje lleno pasado Bacharach, Coblenza (en la unión del Rhin y del Mosela), descendemos a Remajen. ¡Quién nos iba a decir entonces que iba a tener tanta, importancia la pequeña población! Colonia Xuestrn viaje ha durado la mayor parte del día; Eternos disfrutado de un delicioso paisaje y nues• tros ojos se han cansado de mirar y admirar. Pero aún les exigimos un mayor esfuerzo para en últi• mo término absorber toda la belleza de la catedral de Coionia, que se alza ante nuestros ojos en el término de nuestro viaje, al desembarcar an la bella ciudad del Rhiñ. Evocación del Rhin, de este río que visitamos en una primaveral mañana de 1939, cuando en tugar del tronar del cañón sólo se oían alegres y típicas cañeiones . «Las canciones del Rhin». NEMESIO V. CUESTA

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ESPAÑA

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o soy muy Viejo, todavía no ha llegado a esa cifra en años que puede considerarse para N el hombre la mitad de cu vida, y mn embargo •ate la realidad deslumbrante y asombrosa del paracaidismo aturo la boca, si remuevo mis recuer• dos. Pasaba» hará de esto unos veinticinco años, una temporada en Segó vi a y en plenas ferias, y recuerdo que el número fuerte era el lanzamiento . en paracsidas de un arriesgado hombre: «El Greco», éaa mítico ser, entonces, que al igual que el fa• moso «Capitán Milá», bravo argonauta, jugaba su vida por el aire. «Milá» en un globo; «Él Greco», con un voluminoso paracaidas, que era necesario transportar en un carro hasta el desvencijado ávida. Volaba éste jadeando por ei espacio y a una altu• ra, entonces también inverosímil, veíase al hom• bre situarse en una ala del aparato y al momento desplegábase una tela y por fin el paracaidas arrastraba al hombre, que no se lanzaba m\ es• pacio, sino que era a él arrastrado. Miles de per• sonas contemplaban emocionadas su descenso en imaMké» mi«m$ vuela mfermodi» ÍUvando « lord* a hs paroeaidines, «fenfe* para imtm fácil campo. Después he podido presenciar otras pruebas de esta índole y llegar a conocer perso• nalmente al famoso «parachutista» «El Greco». No hace muchos años y pocos antes de él morir, io volví a ver en las Ramblas, de Barcelona, iba algo derrotado y acompañado de un muchachito. Le preguntó por su vida, y me dijo que su espectáculo estaba ya arruinado, porque la gente ya no !e in• teresaba el paracaidismo, por haber pasado éste a ser consustancial de la aviación, que prosperaba; ya existía la linea regular B^celona-Madrid-Sevi• lla, en la que viajaban corredores de paños y via• jantes de mercería, la aventura ya estaba abur• guesada y por ello dejó de ser aventura. «El Greco» entonces me dijo preparaba un sensacional n¿ mero de careo para el Olimpia, de Barcelona: lan• zarse en paracaidas desde la cúpula del circo hasta la pista, en verdad arriesgado experimento, y creo que la autoridad prohibió tal espectáculo por el evidente peligro; era el suicidio por el hambre: y - allá se fué «El Greco», ramblas abajo con sus nos• talgias. Y desde entonces ya no volví a acordarme de los paracaidas ni cuando volaba en los ren• queantes aviones de la «Iberia» de entonces. Volví a acordarme de ellos cuando en Shanghai, conoci al director del más importante periódico de l china ciudad, que me confesó que llegó a Shsnghe de «manager» de uña joven «parachutista» norte• americana que dedicóse a asombrar a los chinos, como a mí me asombró «El Greco» en Segovía. Volví a olvidarlos hasta que él avance relámpc de los alemanes en Francia despertó ai mundo «ate la realidad de una nueva arma, que ya so rumoreaba era invención táctica do los rusos. Cien• tos de paracaidistas cayeron, como todo el munde recuerda, en la retaguardia francesa y por la sor- presa ocupaban nudos de comunicaciones y de articulaban, hostigándolo, ai Ejército francés. ~ mméúta ¿mhmk ya. ta seda «• ha despkgadv normtatmeaie pués vino el espectacular descenso en Creta, desde entonces, salvo muy aisladas y secretas tuaciones, los paracaidistas pasaron a ser unidades de choque del Ejército alemán, una especie de brava y dura Legión que combatía en vanguardia y sin paracaidas. Y la guerra, con sus alternati• vas, llegó en su callada preparación y gestación final al fantástico alarde de ese colosal descanso de más de treinta mil paracaidistas al otro lado del flhia. Creo que el paracaidismo ha llegado al máximo de su efectividad, ha llegado a su desti• no. Ya lo mismo da treinta mil que trescientos mil hombres caídos del aire sin ninguna pierna quebrada, sin ninguna desorientación. Hombres, perros, radios, armas, víveres, medicinas, caño• nes, todo di elemento bélico de varias divisiones con sus Estados Mayores, sus planos, sus ofici• nas de campaña, so organización sanitaria, sos fusileros, sus enlaces, sus motocicletas, sus auto• ti móviles..., todo ha descendido del cielo al infíemd de ios campos de batalla, que han visto en un mo• mento florecer en sus yermos las gigantescas co• rolas de seda de los paracaidas.

¿Qué sentirán esos hombres cuando la atmós• fera los absorbo con ese sonido de succión? Pa• rece como esas partículas que flotan sobre el agua que desaparece por un orificio, sienten el vértigo que rueda para ser rápidamente tragadas por el inisterio< Lo que sí es cierto es que el hombre, acostumbrado a lanzarse de cabeza al abismo, es un gigante, es un valor humano capaz, después, de las mayores empresas. Los paracaidistas son el más exacto símbolo del águila que audaz se lanzase certera y majestuosa sobre su presa. Sedosas crisálidas de futuros hom• bres de presa, enérgicos y audaces para la con• quista del mundo de la paz.

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El domingo, al resultar co• gido y derribado Felipe Goniá leí, se inventó en nuestro rue• do el «anti quite», que consiste en Impedir por todos los me• dios que el toro se aleje dema• •SSIS2I siado del lidiador volteado: hu• bo capotazos desafortunados, coleos inoportunos, etc.; pero, EL DOMINGO, EN LAS VENTAS a pesar de lodo, el gran bande• rillero resultó ileso.

Algunos sectores del público UNA NOVILLADA madrileño van olvidando el Re-* glameoto y las disposiciones que rigen en los espectáculos taurinos. Asi lo demostró hace ENTRETENIDA El quinto njvillo cogió aparato sámenle a Felipe González, sin días una absurda protesta con• que en el «lanzamiento» ocurriera mas que la pérdida de la «cas• tra un sustituto de Tovar, y el domingo la que motivó un cla• tañeta»; que es eso negro que se ve por el aire... Alrededor del nombre de Felipe González dejó en e" ro caso de accidente de la lidia Guardiola existe «na cierta graderío el deseo de volverle {Apunte de Antonio Castro) que dejó sin un pitón a otro prevención de peligro que, sin a ver banderillear: no fué cosa sustituto de Escudero. ofender la dignidad de la di• corriente en efecto la labor nez se limitó a enviarlo al mó la franela sin puntear en visa, ensombrece un poco el del diestro con los rehiletes Bien es verdad qué el «uni• prestigio de la vacáda. El do• en la mano, y de ella destaca• desolladero con plausible bre• el encuentro. vedad. cornio» que resultó después del mingo pasado una corrida de mos —con especialísimo re• Rafael Llórente siguió man• golpe era lo menos estético del novillos vino a desmentir ple• lieve-— aquel segundo par cla• Resumen: bien los novillos, teniendo enhiesto el pabellón, mundo; y que los banderille• namente la opinión de los pe• vado a su primer enemigo, con ganas de agradar los mata• bien ganado a lo largo de tres ros no entraban ni a tiros a simistas; por los chiqueros sa• cuya limpia, ágil y bella fac• dores, bien la Presidencia y tardes difíciles en nuestro rue• cumplir su oficio más que por lieron cinco astados, tercia• tura no tuvo nada que envi• regular —lamentamos tener do. Tiene ya que luchar, como el lado Inerme; y que nos que• dos, de peso y tipo acorde con diar a los mejores pares cla• que decirlo— un sector del pú- todos los que han alcanzado damos sin ver la segunda fae• las exigencias benévolas del vados por los mejores bande• I blico, que por no conocer el algún triunfo, con la reserva na de Carlos Jiménez. presente taurino, cuyas condi• rilleros de la torería. ' Reglamento, quita con su ac- o la hostilidad del público, ... Pero, iqué se va a hacer!... ciones "para la lidia no ofrecie• Con la muleta, en cambio, » titud frente a hechos norma- pero no podemos silenciar el ' Razón para chillar, no había ron en ningún caso dificulta• o no da más de sí o no le deja• j Ies la razón a posibles protes- gesto —pleno de decoro, en ninguna. des insuperables. ron sus enemigos exhibir cuan• i tas futuras en los que quizá época tan comercial— de no Hubo alguno —tercero y to de bueno traiga. Salió del ' íe acompañe el acierto. rehuir su presencia en las Ven• La primera oreja del año paso con decoro, y no es poco. cuarto, por ejemplo— que lle• I Hoy por hoy, nadie tiene tas e incluso a acudir a la ter• la cortó Llórente; la sea nuda gó ideal para la muleta, y de En cuanto al vallisoletano derecho a escandalizar porque cera cita con un ganado que se la llevó Llórente... jE& que ellos el tercero, con embesti• Carlos Jiménez, nos gustaría un toro que se inutiliza duran• no eligen por fácil muchos no• los demás no tienen interés ea da fraiicaínente excepcional también volver a verlo, para te la lidia sea retirado después. villeros menos afortunádos. llevarse trofeos a casa? de puro suave. El primero de emitir sobre su toreo dictamen Aaertó —a nuestro juiéio— a Ya habrá tiempo de gritar lo largo de la tarde y condicio• Nuestro buen amigo Bellón cuando salgan por los chique-" nó el lucimiento a la eficacia ha definido ya para siempre ros toretes que por chicos, fla• en una lidia llena de dificulta' la «gaonera». Dice, dada la fa• cos o inválidos estén ya inúti• des. Como matador demostró cilidad cora que la ejecutan al• les para la lidia desde mucho de nuevo su valiente facilidad gunos diestros, que debe ser antes de pisar los corrales... y, en conjunto, apuntamos «la manoletina de Méjico»... gustosos en el «haber» del dies- ¥ tiene razón que le sobra. DOS CIPRES t' o de Barajas un nuevo tanto bien ganado. ¡Qué desilusión!... {Hasta los Alvarez Pelayo es un buen pablorromeros se caen a ve- torero; tal vez carezca de • EL JUEVES, EN «sal» en el conjunto del condi• mento taurino, pero en cam• {Cosa nunca vista!... Un LA MONUMENTAL bio corre la mano con lentitud peón a punto de caerse salva encomiable; busca con preste• su integridad física agarrando- za el terreno y embebe bien se al capote de un compañero... al toro con el trapo. De haber jCómo se llamará esa suerte? cobrado en su primero la es• Pablorromeros tocada que despenó al quinto Por fin, el Jueves, bajo la de la tarde, quizá hubiera ovación más f uerte de la tarde, rondado una oreja que por el hemos visto picar con arreglo Si en torno a los Guardiola aire andaba. a los cánones un toro... {En• hay una atmósfera de preven• horabuena a todos!... {Gracias! ción, otra aureola rodea desde Guerrita viene —como to• 2 hace tiempo a los colores de dos sus paisanos— con coraje ¥ de Sevilla... jqué? Pablo Romero. «¡Creo que Fu• y brío a la fiesta. Alegre, va• Un muletazo de Llórente, a su segundo toro lano exige Pablorromeros!...» liente y vistoso, animó el fes• Porque aquí mañana tene• «Mengano dice que no torea en tejo con su voluntad de ganar mos gitanería, mejicaneria y Llórente fué creciendo en ner• más definitivo: su primer no* Madrid hasta que le echen Pa• la pelea. No le acompañó por «talaveranía»... vio, a pesar de la buena laboí villo era tan dócil, tan mane• blorromeros...» Y ello se afir• completo lá suerte en el lote del matador, y el lote del me• jable y tan pastueño, que sin ma como si el pretenderlo fu• j y un rasgo de pundonor le I>. e. jicano Felipe González no restar mérito a cuanto con él era el acabóse... hizo echarse la mineta a ja estuvo —sin hacer nada feo— hizo el lidiador no nos dió oca• mano difícil, cuando el último a la altura de los novillos res• sión para opinar más honda• La verdad es que, como se enemigo, como ya hemos di• tantes. mente sobre su calidad lidia• vió en la novillada del día 19, cho, buscaba el bulto con un semblanza breve y certera del dora. 1 las reses de 16 histórica vaca• sentido que no habían demos• gran torero cordobés, hecho, En sexto lugar se corrió una da salen más dóciles que la trado sus hermanos. La cogi• no con. la visión de un crítico res de Escudero, que al rema• Todo cuanto hizo lo hizo mayoría de las que por ahí da —bíutal y aparatosa— de• taurino, sino con el espíritu tar contra el estribo de, un pi• bien, y esa su primer faena fué andan; embisten mejor y con jó en manos del torero de Ba• de un espectador inteligente quero perdió «la mitad de sus un modelo de quietud y buen más suavidad que muchas exi• rajas el regalo. Concluyó con que asiste a la popularidad de elementos ofensivos», no per• arte; un deseo —digno de ser gidas por los ases, y sólo ofre• eficacia y brevedad y fué un hombre famoso. mitiendo, por consiguiente, ni agradecido, pero generalmen• te de malas consecuencias;— cen como dificultad —supera• aplaudido. El «cuaderno» está obtenien• que Carlos Jiménez nos divir• ble cuando enfrente hay un do un buen éxito de venta. tiera ni que nosotros poda• de alargar el adorno, prolon• gó la cosa y restó rapidez al torero—el mostrar una casta La entrada, un lleno; la Pre• mos enjuiciar el genio del to• tan legítima y una bravura sidencia, acertada... esta vez rete. trámite final, robando con ello la oreja al maestro. Supone• tan pegajosa que sólo mule• sólo a ratos. Rafael Llórente confirmó mos que al ver luego cómo en tas muy contadas son capa• la impresión de su primera t&r- el instante oportuno Llórente ces de tenerlas a raya sin per• DON CIPRES de de esta temporada. Sabe se dejaba caer sobre el morri• mitir que el genio crezca y de toros; lidia a los toros y pue• llo de -su enemigo sin hacer aquello acabe en una desigual de con los toros; por si no fue• caso de quienes protestan pelea ganada «a priori» por ra bastante, mata bien a los siempre que el espada monta el toro. toros; de manera que no debe el acero, se daría Jiménez Un "cuaderno" De los seis novillos lidiados extraf^an^t nadie que las dos cuenta de que muchas veces el jueves, sólo uno presentó oreja»? ciadas en los festejos los que gritan porque la faena alguna dificultad grave; fué el para Manolete celebrados hasta el domingo es breve son los mismos que sexto animal: un «meleno» to• en Madrid, fueran a parar, una regatean la oreja cuando el tras otra, a sus manos, ni que rete de peso y buena cabeza matar fué largo... auguremos al de Barajas, de que llegó a la muerte con sen• Elíseo Bermudo-Soriano, el persistir además en su cami- En el sexto «medio novillo» tido y fuerza. Los otros cinco notable escritor, ha publica• Cogida de Guena, el mejicano de no pundonor, un buen por• ya hemos dicho que, por una fueron relativamente mane• do lo que él titula un «cuader- ¡ {Fots. Somos Yuboro) venir en el escalafón, desgraciada incidencia. Jimé- jables e incluso la mayoría to• no» titulado Manolete. Es una | Importantes declaraciones del Presidente del Madrid

«Si el Barcelona y el Madrid lerminaran la IGNACIO ARA nos declara cuando Liga empala do ó a 38 punios, como es muy Y cómo peleará con PACO BUENO posible — dice San• tiago Bernabéu—, el «Luis de Santiago puede ser uno de los más grandes púgiles Madrid invitaría al club azulgrana a jugar entre que ha dado el boxeo europeo» - afirma el gran campeón ambos una fínál de Li• ga en Monljuich» UTACA con butaca coin• —¿Y tú no podrías retarlo oflclafcnente? cidimos en el Fontalba. —Sí. Pero no TOS interesn, porque, una vez retado y El grave problema de lo» B en noche de eatieno, el señalada fecha al oombate, hay que cejebrar éste por públicof y ia fecha da inou-. gran campeón Ignacio Ara y lo que s4a, sin que uno tenga derecho a .señalar bol• gunción del nuevo campo* el autor de estas lineas. Y, sa, y rep-to que ¡ese ais un teombate en e4 que se juegan Santiago fternabéu de Chatr anín naturalmente, aprovedhamoe muchas cojas, y no es justo entregarse a él por un k» entraacUs para pegar la pinto de lentejas. Porque yo de lo que .vivo es dei hebra. No siempre se coge boxeo, y ya*no voy oslando para celebrar, como hace XPONEMOS a Santiago Beroobéu el motivo de nuaWro vi tan a Uro a una figura como quines añou, veüititrés peieas casi jssguidate en una E TaiJ: u *****•^nA* Ara. que no vUre más que temporada ¿dio en España. para el ring y para el gim• -«•Tienes razón, Ignacio. ¡Ah! Y en enhorabuena —H coso e» que no quisiere, hablar, porque tendría a«, nasio, y suele querer pocas por ese fenómeno da Uuis de Santiago que tienes de dear verdade. como puñés; pero, en Ka. ¡¿¿JTt™ iSZ , uno que decir las cosas doras! Así es que... ATsoTrim^™ cosas con los periodistas, por• discípulo. que él "no quiere propagan• —Ya sé que se me censura porque hasta ahora, no das". " ^ ^T?,™t*JS.Z ?ás °««dixado en Españtt 7««^ le he ,dgjado enfrentarse con gente de categoría. M ya e» hafa qw los pailidcs lo.: ganen los equipe» y nada mas Hay planteado hoy en el mueftacho ya hace itien$» que quería encanarse con que los equipo». Yo creo que los que tienen que educar a le» pugilismo nacional un pro• Vaillés, y al prohibírselo yo, lloraba como una criata- público» san Jos dirigentes ds ico Clubs ds cada ciudad cea blema candente, acerca del ra. Pero mi obligación es cuidarlo, ¿sabe usted? Lo la estrecho colaboración de los cronista» deportivos. Es, pues, cual vienen desde hace más Ignacio Ara puse con Jhonson por eso ntfano. Híay que tener en una labor politioa a hacer, qu» nosotros, «n MaAid, tenemos de tres meses fundiendo sin cuenta: que era la sexta pe- de» sobra todo» emitida, y a esta dbedsce gu» en tedas casar plomo las linotipias: _ •del posible combate tea que hacía de profesional. partes se reconozca la bondad y la depottividad del público Ara Paco Bueno, del que no se ha publicado aun una Ahora ya. sí. Le he visto lo madrileño. Es que e» muy penoso, penoso, cómo no» vemos tratados por eac« campes por eso» púWicos cuyo» eayieos explicación autorizada y concreta. Y vamos a ver si bastante para que no tema enfrentarlo con aquel espa• fueron antes tratados magníficamente en Madrid. Por ejemplo; Iv bonseguimos nosotros ahora, aprovechando la feliz todo» recordarán cómo el Castellón fué tratado en Chámortín ñol que se crea el mejor én coincidencia deT mencionado encuentro, en la fila se• esta tenjporada, ol día que jugó contra el Madrid. El públi• gunda del patio de butacas del (teatro Fontalba. su peso. co, puesto en pie. Pi» ovacionó, al 3te «jplaudió. incluso más —Mire —comienza dMéndonos Ara—, de ese posi• —Entonces... Puede ser un que al Madrid; al din siguiente lo critica lo cubrió de elo. ble oomjbate mío con Paco Bueno se ha hablado mu• notición, Ignacio. glo». Pues, bien... cho y «penas se ha dicho nada. Yo no me niego a —Y lo voy a dar a us• —S> trató a vosotros, ten oasmbío, mal, «-3 Castellón, ¿verdad» pelear Con Paco Bueno^ ni mucho menos. Lo que ocu• ted, sí, señor. Diga que Luis rre es que a mí, lo que se dice en serlo, aun no me ha de Santiago no rehusa en- -Se no» trató de un modo injusto e ftnpropio, olvidando habdado nbdie de esa pelea. Hubo un organizador que frentarse ni con VaJdés, ni no sólo lo que nuestro público había hecho antes con el me apuntó el asunto, diciéndotae de toontar (el combats con libreto, ni con Menjíbír Casteilón. sino las más etementalea ieglas de cortesía con el en iel Frontón Recoletos y al tanto por dentó, y, na• ni can Llovera, ni con el pro- ferastero, oonio ya tuve d gusto de decirte a un periodl^- de Costallán, en .el mismo Casteüáa. Y como esto n? repite, turalmente, no le dejé pasar adelanté. Le contesté que pío Juanita Martín, aunque desgraciadamente, por lo que afecta al Madrid, oct bfstarte etp no ¡podía ser. fES Racctetos no afora lo que yo creo éste fe llevara dos o trés kilos ' frecuencia, hof que darse cuenta de cómo tienen que jugar merecer ganar en Una pelea con Paco Bueno, en la de ventaja. Con Valdés es nuestros muchacheo por ahí, desafiándoV» todo, riera prdet que á& que me (juego, entre otras cosas, todo él presti• huis de Santioeo con quien él quisiera medirse ganar. Cómo jugaron en Castellón derecchando bravura. Si gio de veinte años de boxeador, ¿comprende? Repito primero. nos acobardamos nos comen, pero nuestros hambres cumplie. que yo no tengo miedo a Paco Bueno; pero vamos ha• —¿Y tú crees, Ignacio?... ton una vez más con su deber. cer ese combate en aquellas condiciones ique los tíos Y Ara nos ataja: —Suele ocurrir eso en las ciu£ndes pagúenos. merecemos, a montarlo debidamente. —Yo creo que como pega y boxea Luis de Sant'ago —Yo tengo raá» miedo a los partides ll tmados «fácil*»», ouo a los otros. Porque los público» de esos partidos «fáciles».. —Montarlo... ¿Dónde? ! V3 pega ni boxea hoy -ninguno de su peso en Espa- na, y qua a todos los puede tirar. Y de esto pronto Y lo prueba de gus- lo labor educadora de Jes públiccs co• —Pues en un local más amplio, en la miraría Plaza rresponde o kw Directiva» y a la Prensa, que hay que ver vamos a convencernos. de Toros, ¿por qué no? Y en eteas condiciones d pode• gracias al esfuerzo de dirigentes y crenistos cómo qusdcm mos ir al porcentaje. Esa pelea mía con Paco Bueno R. sonjadas para siempre aquellas diferencias surgidas en un podría organizarse en la Pla• momento entre el público de Madrid y el d? Barceíono, a' za de Toros de Madrid, en él exínemo de que al venir a jugar el Barcelona a Obám¿rtir mes da mayo o junio. ¿Ahí todos vieron ecm eí afecto con («u» «e le, recibiói y r-n cúan^ los organizadores! Yo estoy o no»otre>s al ir a jugar o Le» Cort», «1 público catalán tior. dispuesto. Y puesto que dicen no tratado oon una cordiaUdcd y un cariño verdadeTCT.r.snt" inolvidables. Y'asi debe ser en todas partes. que Paco Bueno también fmnm ie la mmt diuis quiere enfrentarse conmigo... —Y de ta liga. Santiago, ¿qué eeoeros? —Todo puede depender del rssultodo prime«) * l rwtid' | Vamos a ello! de Miesttdla, entre el Valentío y el BaraalcBia, v luego de —Seme sincero, Ignacio. VT UEVAS compliccdonec han aparecido m e»ta Se- el de Sevilla. ¿ÍESs bueno Paco Bueno? *•' gxtxia División, cono consecuencia de lew últimos —Hay un ambiente per ahí... ¿No lo ha» cbsesivodo? resaltado» del esto hace cobrar mayor —Es un excelente boxea• áoainqc, y —Ya lo creo que lo lie obscrwrdo. Es míe rn tedoí? rartes interés a «sta oc«i.p£Ucjón, por la dura lucha que dor, sí señor. Me cogió en mi hay. gentes mol intencicnodas. Yo me han dicho cié-ríos ru• el' coesequir «i ascenso, más tratándose de combate con él en Valencia ófrico y more». Que si el Madrid v« a hncsr e4*» cen e4 Vn'^n-a. equipo» que, aparte de cm historial, tienen hoy día O»»» si el Valentía va hacer esto otro con reí BarcV na. un golpe en el segundo asal• íu-írUs ecujuntia y un entusiasmo sin limite». Han ildioteces, chico!, Porque aadie hará o aadie c>ebe lo to, que me dejó "groggui" pa• llegado a ocupar los primeros puestea, cuordo scla. hocn qu» no debe hacetee ¿me entiendes? Per .fe> que rerwKírr al ra los cnco asaltos siguien• mente faltan trss iornadas «ara que dé fia esta reñida ifcdtld,, ou?des publicar guie te he dióhoi yo, su Preiwdenite. tes. Me hizo mucho daño: liga; cuatro equipo» que. entre lo» aficionados, cuentan qu» ~m y nroc«d« Sos "aprendimos" bastante en aqueJ combate. Es, pues, «1 Hércules st que ocupa el primer lucrar, todos. Hoy av** actuar codo cual en su puerto, •norau» Jo que a 141 punto de Ventaja ssbr» su» perseguidores más no «s gano bien no le pertenece a ur>o ;Ms entl«nd-»s? cercanc». Equipo éste de busna histeria, como lo de• muestra sus actuaciones en Primera División, en tem• —Te entiendo, Santingo. Pero... Aparte de -tedas estas co. poradas anteriores, y que de nuevo va a ecusequir sas tta ínfl'resantps. tú ¡vyA e^neros, far*ta*\***.e n .'a l.iq«' ck d e RADIO —Yo, rrano esoerar... Mira. Yo lo que te digo es óue toi struva nnsrño su propio rec?; «4 ascenso automático, para ocupar «1 puesto que un día dejó. Está haciendo uno brillante temporada, y el estrtn la» cesa» normalmrrnfe. por rest»ltadeCONTABIllDAD eoc «1 duro Alcoycne; mientras que fuera sé enfren• verdaderamente comoeón. en iu-ticto. k-Vo tvT un-s dénmns tará con el Mallorca y la Redi Sociedad. de puntuación, por un gol o gol y ineW<»s decir au-> el nu^> Chamo^n se lt>au- con la entrega de abundante material. un seoundo puesto al A'ccycno. y p»guido d-» H^r-u. gurará en el «tofio del próximo 060 1946, ya totalinente con- Ies. más bien qur del Teres, a aulen no suponeno» (luido. T q» hasta que se Inaugure el nuevo campo se »«- Radio-Enseñanza.- capas de sealisoe un gran esfuerio final. guirá jugando, sin Intesnipolón, es eí viejo, o «ta eo el

Apartado 2 70 .-Cruz, 11.-Madrid ; RIENZI u FRASEGRAMA DE PROVERBIOS Preguntas tontas Averigüelo si puede El caso del cuarto declaixiníe Cada recuadro de los que tiene el Se las propor-emoB a •usted para que titud, habrá usted compuesto, tres re• 2as haga otro. No nos atrevemos a ha• gráfico en blanco debe usted llenar• franes. cerlas noaotros; pero de la rapidez, y Cuando el inspector se disponía a lo con una palabra. La cQ«a no es tan fá^ il como pa• exactitud en la respuesta puede usted tomar declaración al cuarto testigo Las definiciones que le Orientarán rece, ni tan difícil como aparenta, deducir la viveza mental dei interro- estaba determinado a su última de• se las damos también, pero no olvide pero en todo momento es muy dis• cisión. Podían ocurrir dos cosas: que No permita que le tarden más de que una vez lleno, si lo hace con exac• traída. Compruébelo, el declarante mintiera o no. Según quMce segundos en la contestación, y todos los antecedentes, una sola men• pregunte: tira bastaba para de• Antonio es más viejo que Juan y mostrar q\ie el cuar• Juan más viejo que Pedro. to declarante había '¿Ouáa es más Joven de los tres? compuesto una coar• tada, en cuyo caso era el culpable, pues• to que un acusado ¿Qué pariente suyo es hijo de la her• ^^B^m: ¡nocente jamás pre• mana de su madre? . para un plan falso de declaración como medio de defensa. He aquí el interrogatorio: ¿ES posible que un hombre viva se• •* *. * tenta años en dos ciudades? EL INSPECTOR.—¿Por qué marchó de su casa, precisamente, la fecha anterior al robo en el piso del vecino? ¿Es cierto este epitafio? "Aquí reposa el cuerpo de un hombre EL DECLARANTE.—Señor inspec• que murió en un naufragio y no fué tor: Recibí una llamada, por carta ur• hallado.» gente, de mi hermano. Me imploraba que acudiera inmediatamente junto a él y me explicaba, como puede us• ¿Cuántos bisabuelos tendría usted si ted ver en esta carta, que su esposa viviesen todos? había sufrido un ataque, que no po• día adquirir los medicamentos ne• cesarios porque en su hogar no tenían DEFIN1CI0NES Aguardar- — 4A) Equitativa. — 4B) Un automóvil, en las ruedas delante• ni dinero ni objeto alguno que poder Dictamen.—4I)) Excesiva.—4E) Pá• ras, tiene en cada una 16 radios, y en . vender para proporcionárselo. Insis• lias traseras, doce radios. Cuando an• itA) Mes con cinco letras.—iB) Ne• bilo.—5A) Conjunción.—5B) Limi• da él coohe, ¿qué radios se mueven más tía también en que ya habían empe• gación.—iC) Agua congelada.—iD) tado.—5C) Cúspide.—5D) Pronom• de prisa? ñado desde las sábanas hasta los li• bros. Y, finalmente, me confesaba Omnipotente.—i E) Negación.—2 A) bre.—5E) Formarán.—6A) Docto.— • » • Artículo.—2B) Creó.—2D) Preposi- 6B) Conjunción.—6C) Tal vez.—6D) que su estado de desesperación no le ¿Por qué la hierba es un buen ali• permitía hacer la carta más extensa, ción.—2E) Autoridad jurídica.—3A) Acaudalado. mento para el ganado? ni más explícita. Preposición.—3B) Escasa.—3C) Sen• ¿Porque os 'vende, porque es barato timiento interior.—3D) Nada.—3E) (Las solucionas en la página 25) o porque es alimento natural? El inspector alargó la mano para coger la carta, estaba escrita en un papel aprovechado de la hoja de un calendario. Algunas faltas de orto• El mundo «o es un misterio grafía y desórdenes propios de mal mecanógrafo. Firmaba Juan y fecha• para el pe todo lo sabe TECLADO DE LETRAS ba en un pueblecito próximo de la Como notas suelta^ dé un& sinfonía de nombres famosos, le damos a ciudad a las tres dé la madrugada de Los perros pequine- usted estas letras. Le invitamos a que las coloque de la forma que crea un viernes. El inspector ordenó inmediatamen > , , ses eran tan mimados más conveniente con tal, e^o sí, que logre usted hacer sonar con ellas un apellido consagrado, en la matéí'ia quñ le indicamos. te que detuvieran al declarante. \ Cj' ¿>or la realeza china, A que su exportación fué 1. Con estas letras, EQ^IULZVEA, componga el nombre de un famoso pintor. . -. • s B A 8 E L prohibida por decre• 2. Con estas letras, AJCLA, componga el nombre de un famoso mé• 3La fisonomía de la palabra es tan en- to imperial. Los primeros llegados a dico • • • vr ganadora como su fonética. Nosotros le 3. Con estas letras,* MNOUUAO, componga el nombre de U1 famoso fi• damos aquí cinco palabras distintas. Occidente fueron sacados de con• lósofo • • • • Usted, querido lector, del* limitarse a 4. Con estas letras, EAETCSRVN, componga el nombre de un famoso escribir en las lineas en Manco lo que trabando por un inglés. significan y en qasé idioma están escri• escritor. *• - tas, y comprobará cómo hasta el más 5. Con estas letras, TNEENBVAE, componga el nombre de un famoso solvente pcaiglota comete algún error. Una de las estatuas , comediógrafo. . . . • de Amenaotep" 111 f'- 6. Con estas letras, TNOEI, componga el-nombre de un famoso ci• MARI'IÜJE neasta; ¿A yié iMgM (Wite tecí? ¿Qué qntat

E. T c tas I O W S.~TALLERES; IMAVERA EN LOS JARDINES L ALCAZAR SEVILLANO mi ISTE año, los efluvios primaverales han des• pertado a ios árboles, cuando dormitaban aún en su letargo oficial de! invierno. El sol sacó «us furias de fuego antes de tiempo, y con pince• les de oro se puso a pintar de verde los campos y jardines, echando con malos modos al inquilino invierno, que, con todo derecho, permanecía en• raizado en sus lares. El campo protesta del aura entrometida que le obliga a reverdecer a des• hora; no quiere palpitar sus fecundidades ante el calor anticipado que lo persigue. Pero el jardín soberano y acicalado, que se ne de la rusticidad de gu rival, ha festejado la llegada de la primavera, porque siempre abominó del invierno, que lo en• sucia de hojas muertas y lo desfleca con sus hielos. Y he aquí que el gran laberinto depos jardines maravillosos del Alcázar sevillano han poblado de frondas sus bosques cultivados y rebosan de primavera sus patios engalanados de flores, por• que Ta alegría de la vida se desborda ya en ellos con amorosas imaginaciones. Paseamos por sus escondrijos inefables, donde se recatan espíritus de huríes y de fátimas; ca• minamos por senderos recónditos, con manantia• les escondidos, que entonan au canción perenne de agua perdida; con fuentes de cristal fugitivo, en las que apagan su sed las aves canoras; todo Junto a la gahria del Grutesco se halla el estanque del rey Don Pedro, cuyas aguas sirvieron para ele• infantil, minucioso, delicado, como una joya frá• gir al jaez de la leyenda gil y refulgente. Y todo perfumado por los alien• tos del naranjo embriagador. Aquí, ios surtidores recitan versículos del Co• rán. A la sombra de los mirtos, entre revoloteos de pájaros inquietos y suspiros de ñores ruboro• so perciben ecos de fábulas orientales y au- ros de hadas retozonas, que juegan entre los imoneros y las palmeras. Paseando por sus fron• dosas enramadas, se comprende fácilmente la lo• cura del poeta y la extravagancia del filósofo ro• mántico. En estos rincones de parnaso se viví- el espíritu y as inspira el artista. El mundo las contrariedades, de las congojas y del dío- lor, ha quedado lejos. Hemos llegado, sin saber• lo, al país del encanto y de la fantasía, como en los tiernos cuentos infantiles. Los muslimes se dejaron adheridos » las pie• dras musgosas de sus muraliones los últimos ge• midos d© su desventura. Y las torres bélicas de ís vetusta alcazaba guardan aun, entre la coion» de almenas dormidas, la canción quejumbrosa y soñadora de los guerreros del último emir sevi• llano, Almotamed ben Abbad. A la entrada, junto a la muralla, se halla di es• tanque del rey don Pedro. Cuéntase de este mo• narca que debiendo fallarse un pleito confuso y embrollado, quiso elegir un juez astuto que lo desenredase. Cortando una naranja, mandó po• ner la mitad sobre la superficie del agua. Hizo desfilar a varios jueces, preguntándoles qué era lo que flotaba. «Una naranja», respondían todos ellos. Al fin llegó otro que trayendo hacia sí el objeto con una rama, lo tomó con la mano y dijo: «Media naranja, señor». Y aquél fué el elegido. E» él jardín de la Danza, llamado así por una ninfa y un sátiro que, en actítu»! de bailar, coro• nan dos altas columnaH de mármol, recordamos a Romaiquía, Ja dulce esposa del poderosa y ya- líente Al-Motamid, que para festejarla, simuló una En la* avenidai pienas s mañanas primaverales, hay rincones como éste, llenos de copiosa nevada con grandes cantidades de hojas encanto de almendro.

En el jardín Grande, el san• dores por entre los resquicios del pavimento enladri• guinario Abbad II enterraba las llado, al manejar un mecanismo da juegos do agua. calaveras de sus enemigos entre ¿Quién iba a decir al muy noble señor don Pe• los perfumados arrayanes y sem• dro Téllez, primer duque de Osuna» que la puerta braba flores en sus cráneos para de su palacio, en Marchena, tristemente arruina• recrearse en el macabro deleite do, formaría, con su arquitectura gótica florida, la do contemplar, humilladas, las entrada a los Jardines del Alcázar sevillano í Y cabezas de los que conspiraron aquí está, alineada en reata, con las torres alme• contra su poder. nadas y musgosas. Desde el pabellón de Carlos En el jardín del León, las palmaras cimbrean V, rodeado por arcos de medio sus frágiles troncos, por entre loa que pasearon punto, que apean sobre columnas los reyes abbaditas su poderío y doña Leonor de de extraños mármoles, se ve oo Guzmán su tristeza prisionera. Por estas alame• rrer por el fondo la galería lla• das sombreadas fraguaría el rey don Pedro sus mada del Grutesco, por las la• asesinatos y su justicia, como el de su hermano bores de piedra arenisca y mul• bastardo, don Fadrique, perseguido por los salo• ticolor que la ornamentan. nes y muerto a golpe de maza por don Ñuño Fer• Puertas misteriosas conducen nández de Roa. a jardines embalsamados, que Eñ el estanque de bóveda ojival, que en el só• convidan al descanso, a la me• tano del palacio se hunde, se bañaba doña María ditación y a la melancolía. Sus de Padilla, la hermosa favorita del Rey Cruel. avenidas, llenas de macetas y de Y dice* la leyenda que cuando lo ver-'^icaba, le trinos de pájaros cantores, ise hacían tertulia don Pedro y sus cortesanos. Cons• visten de sol, en las dulces ma• tituía una fina galantería el que los caballeros ñanitas primaverales, y se ciñen bebiesen del agua en que sé bañaban las damas. el manto plateado de luna en las Preguntóle el rey a uno de ellos la razón de su noches estivales, perfumadas de descortesía. «No lo hago, señor —contestó éste— claveles encendidos. En algunos para evitar que si hallo agradable la salsa, pueda paseos brotan infinidad de surtí- antojárseme la perdiz.»

CELESTINO M. LOPEZ-CASTRO Fuente monumental v escondí' da en el jardín de Lein (Foto, del autor).