PLAN LOCAL DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y DESARROLLO SOSTENIBLE DE LA CUENCA DE

CONSULTORÍA ESPECIALIZADA EN PATRIMONIO CULTURAL

Equipo de trabajo

Coordinación general: Lic. Marcela Caporale Investigación patrimonial: Lic. Marcela Caporale y Lic. Elena Vallvé Patrimonio paisajístico: Lic. María de los Ángeles Bazet y Arq. Lic. Isabel Hareau

INTRODUCCIÓN

Se presenta el informe final de relevamiento y sistematización de la información existente a nivel bibliográfico para la identificación del patrimonio cultural de la cuenca de Laguna del Sauce, a fin de contribuir a la formulación del Plan Local de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible de la Cuenca de la Laguna del Sauce. Asimismo, se propone una zonificación del territorio en relación al tipo de bienes patrimoniales -prehistórico, histórico, paisajístico, edilicio del siglo XX, colecciones de material arqueológico, artístico-, al conocimiento científico que sobre ellos se dispone en la actualidad y a su estado de integridad/conservación. A partir de este diagnóstico primario, se realizan recomendaciones a contemplar en el ordenamiento territorial de la cuenca en relación a los criterios de gestión y actuación específica para la protección, conservación, investigación y/o puesta en valor de estos recursos culturales.

PATRIMONIO CULTURAL

“El patrimonio cultural en su más amplio sentido es a la vez un producto y un proceso que suministra a las sociedades un caudal de recursos que se heredan del pasado, se crean en el presente y se transmiten a las generaciones futuras para su beneficio. Es importante reconocer que abarca no sólo el patrimonio material, sino también el patrimonio natural e inmaterial” (Unesco 2014: 132). El patrimonio cultural permite enriquecer el capital social pues fomenta el sentido de pertenencia, tanto individual como colectivo, ayudando a mantener la cohesión social y territorial. La importancia económica que ha adquirido el patrimonio cultural a través del desarrollo del turismo patrimonial, implica nuevos desafíos para su gestión, haciendo foco en la sostenibilidad para encontrar un “justo equilibrio entre sacar provecho del patrimonio cultural hoy y preservar su “riqueza frágil” para las generaciones futuras” (Unesco 2014:124). El desarrollo sostenible en vinculación con el patrimonio cultural implica por un lado su protección frente a condiciones ambientales adversas y al daño intencionado y por otro su gestión y renovación permanente apostando a su reconversión para que pueda ser relacionado con el presente. “Todo enfoque que mire sólo al pasado correrá el riesgo de convertir el patrimonio en una entidad rígida y congelada, que perderá su pertinencia para el presente y para el futuro” (Unesco 2014: 132).

El territorio de la cuenca de la Laguna del Sauce presenta una gran riqueza de bienes culturales – resultado de las actividades de los hombres y mujeres que han poblado y hecho uso de este espacio por miles de años-. Sin embargo, no significa que todos estos bienes integren automáticamente el Patrimonio Cultural del área sino que son potencialmente patrimonializables. Para integrar dicho Patrimonio Cultural deben ser “activados”, es decir se deben seleccionar determinados referentes de ese repertorio patrimonial para preservarlos y difundirlos. El poder político –gobiernos nacionales, departamentales, locales- junto a la sociedad civil son quienes activan el patrimonio. Esta “patrimonialización” debe basarse en compromisos, consensos y participación social (Prats 1998). La identificación de los diferentes actores involucrados en el proceso de activación de los bienes culturales permite comprender sus roles, intereses, puntos de encuentro y desencuentro, facilitando el entendimiento para llegar a un consenso colectivo, que es el único que permite lograr que las acciones se sostengan

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en el tiempo (Mayoni 2016). Otras acciones como las protecciones legales y la creación de regulaciones para la gestión y preservación, se hacen mucho más efectivas cuando la patrimonialización es el resultado del consenso y cuando se produce un verdadero proceso de apropiación de esos bienes culturales.

La adecuada gestión del patrimonio cultural de la cuenca de la Laguna del Sauce, requerirá de la cooperación entre lo público –Intendencia, Municipio, organismos e instituciones nacionales- y lo privado –actores locales, propietarios de predios en los que se encuentran los bienes culturales, propietarios de colecciones privadas-. “La gestión del patrimonio se convierte en una herramienta necesaria para sacar el máximo partido de un recurso cultural que se concibe como especialmente útil para el progreso integral de las comunidades y los pueblos, en tanto que input cultural con potenciales efectos redistributivos y reequilibradores con consecuencias directas sobre el bienestar general. A este respecto, su valor e impacto social puede ser comparable al recurso constituido por el medio ambiente” (Ballart 2008: 107).

Se debe agregar, que por tratarse de bienes de interés público -lo que implica responsabilidad por parte del estado, la comunidad y los profesionales en la materia- deben generarse políticas de conservación con énfasis en dos aspectos: por un lado la generación de información científica de base que profundice en diversos aspectos aún por conocerse, y por otro lado, la valorización y revalorización social de los bienes culturales. Asimismo la protección pública debe abordarse a través de figuras de protección nacionales, departamentales y locales y de políticas de planificación integradas al ordenamiento del territorio y al uso del suelo.

Los bienes patrimoniales a los efectos de este trabajo corresponden a: bienes prehistóricos bienes históricos colecciones de museos públicos y privados bienes urbano-arquitectónicos bienes artísticos bienes paisajísticos

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CRITERIOS GENERALES DE GESTIÓN INTEGRADA DEL PATRIMONIO CULTURAL

Se plantea una serie de criterios de actuación que permite integrar los recursos culturales a las políticas de ordenamiento territorial y que puedan constituir un insumo para el diseño de una política pública de gestión del patrimonio cultural de la cuenca de la Laguna del Sauce.

● Trabajar desde el concepto de desarrollo sostenible con una perspectiva económica, cultural y social del mismo, compatibilizando las actividades productivas con la preservación y protección de los recursos culturales, para de esta forma favorecer el desarrollo económico, social y cultural de la población.

● Trabajar desde un a gestión planificada y preventiva que implique un proceso de planificación de la protección del patrimonio cultural diseñado previamente. De esta forma se podrán aplicar criterios de actuación fruto de una reflexión y orientados a alcanzar determinados objetivos.

● Disponer de información de base actualizada sobre la presencia de bienes culturales en el territorio que implique la actuación de equipos interdisciplinarios, que deberá estructurarse en base a las siguientes actuaciones: - inventario de recursos culturales, evaluación y zonificación de áreas de interés, valoración patrimonial de los mismos. - fortalecimiento de los mecanismos legales efectivos de protección de los bienes patrimoniales. - desarrollo de una gestión integrada que implique fundamentalmente actividades de coordinación interinstitucional e interdisciplinaria, investigación, preservación, difusión y participación.

● Diseñar estrategias de preservación y puesta en valor de los bienes culturales identificados teniendo en cuenta su especificidad. Considerando, por un lado al bien cultural inseparable de su contexto ambiental (paisaje) y a la necesidad de su conservación in situ; y por otro, al papel que juega este patrimonio para la sociedad. Más allá del conocimiento científico que las disciplinas vinculadas al estudio del patrimonio pueden generar para un ámbito académico restringido, es necesario alcanzar una valoración social del mismo a través de su difusión.

MARCO LEGAL NACIONAL DE GESTIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

En nuestro país, el marco legal a través del cual se realiza la gestión del patrimonio cultural es la Ley Nº 14.040 del año 1971. Dicha ley crea la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación (CPCN) y establece sus cometidos. En esta normativa se establece, como única categoría de protección, la declaración de Monumento Histórico Nacional (MHN), a los bienes muebles o inmuebles vinculados a acontecimientos relevantes, a la evolución histórica nacional, a

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personajes notables de la vida del país a lo que sea representativo de la cultura de una época nacional. Más recientemente se señalan como objetivos estratégicos de la Comisión la preservación de obras, objetos, documentos, yacimientos arqueológicos y paleontológicos que se consideren Patrimonio Cultural de la Nación; interviniendo en la planificación y ejecución de proyectos macro regionales y mundiales en el área de su competencia, a través de las comisiones técnicas del MERCOSUR y del Patrimonio Mundial, así como en otros Organismos. Este marco legal no ha tenido mayores modificaciones desde el año de su creación, por lo tanto no se han adecuado los mecanismos legales e institucionales de gestión del patrimonio a la realidad actual, las nuevas conceptualizaciones del patrimonio cultural no han sido incorporadas ni al marco legal ni a la práctica de las instituciones estatales responsables de esta temática, constituyendo un atraso significativo en relación a las políticas patrimoniales y experiencias internacionales (Caporale 2011).

La definición por parte de este marco jurídico de una única figura de protección, la cual responde a la lógica de objetos, sitios arqueológico o paleontológicos acotados o construcciones, se transforma en una herramienta de gestión sumamente rígida que no contempla la riqueza, variedad y complejidad de lo que hoy se consideran recursos patrimoniales. Asimismo, no se contempla la necesaria articulación de los recursos patrimoniales con la temática del turismo para que estos puedan constituir verdaderos recursos turístico-patrimoniales (Caporale et al. 2015). Por otra parte, la falta de un inventario nacional de bienes arqueológicos, objetivo dispuesto en la propia Ley, ha imposibilitado el desarrollo de una gestión estratégica y una política de planificación en la protección y puesta en valor de estos bienes. Puesto que no se puede valorar lo que no se conoce, ni se puede gestionar un bien si no se ha evaluado su estado de conservación. Un inventario nacional de bienes patrimoniales implica estrategias de identificación, localización, caracterización y evaluación de las entidades culturales de un territorio determinado, con el objetivo de generar un producto que sirva como sustento tanto para la investigación, preservación y puesta en valor de los mismos, constituyendo un instrumento de base de toda gestión del territorio.

A nivel departamental, en 2008 mediante el decreto 3844 de la Junta Departamental de Maldonado se crea la Comisión Departamental de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de Maldonado, la que funciona bajo la dependencia del Gobierno Departamental en la órbita de la Dirección de Cultura. Dicha Comisión tiene entre sus cometidos: asesorar al Municipio en el señalamiento de los bienes a declararse de Interés Patrimonial, promover la identificación, preservación, rescate, puesta en valor e integración al ámbito social, cultural y productivo, de los bienes patrimoniales del departamento, apoyar y colaborar en la confección de Proyectos de Manejo de Áreas (para los casos en que el bien patrimonial se encuentre o pertenezca a un particular, o estando en un área pública) y elaborar un inventario con los bienes de significación histórica, artística y cultural del departamento. El artículo 186 del Decreto promulga tres niveles de protección (Grado de Protección 1, 2 y 3) que serán de aplicación para la elaboración de los Planes Especiales de Ordenamiento, Protección, Mejora e Integración.

A partir de la promulgación de la Ley Nº 18.308 de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, surge un marco legal de gestión planificada del territorio a nivel nacional, que es

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definido como las acciones transversales del Estado que tienen por finalidad mantener y mejorar la calidad de vida de la población, la integración social en el territorio y el uso y aprovechamiento ambientalmente sustentable y democrático de los recursos naturales y culturales (Art.3 ). Desde el punto de vista de la gestión del patrimonio cultural, la importancia de esta normativa radica en que se establecen criterios y herramientas para la conservación, uso y valorización del mismo. La gestión de los bienes patrimoniales, constituye un criterio ordenador de la gestión territorial, abriendo la posibilidad de tener un criterio de conservación patrimonial a nivel de política pública y para todo el territorio. En el Art. 4º se especifica que, la identificación y definición de áreas, por su interés ecológico, patrimonial, paisajístico y cultural, constituyen materia del ordenamiento territorial. En el Art. 5° se mencionan los principios rectores del ordenamiento territorial y desarrollo sostenible, indicando que entre ellos está el definir objetivos estratégicos que resulten compatibles con el patrimonio cultural; así como la tutela y valorización del conjunto de bienes de interés ambiental, científico, educativo, histórico, arqueológico, arquitectónico o turístico. La ley también plantea la creación de ámbitos de integración y coordinación nivel nacional y departamental, apuntando a resolver las ineficiencias creadas por la intervención pública sectorial sobre las políticas territoriales a nivel departamental. Lo cual permitiría una gestión integrada e intersectorial de la temática vinculada a la protección y uso de los bienes culturales.

A nivel departamental, el patrimonio cultural es contemplado tanto en la Directrices Departamentales y Microrregionales de Ordenamiento Territorial (decreto 3867/2010). En el primer caso se prevé que los Programas de Actuación Integrada deberán contemplar diversos impactos entre los que se incluyen aquellos vinculados al patrimonio cultural, histórico, arqueológico y paisajístico. Por otra parte, cuando se define la Microrregión de la Laguna del Sauce-Portezuelo--Laguna del Diario, si bien se promueve la gestión del patrimonio en su totalidad, se hace hincapié en el patrimonio arquitectónico-paisajístico ya conocido y bajo el amparo de la Ley 14.040 (propuesta urbana de Bonet y arboretum Lussich). Respecto al patrimonio paisajístico entre 2011 y 2014 se elaboran las “Pautas Generales de Ordenamiento Paisajístico para el área rural e interfases urbanas” de Maldonado que constituyen la primera propuesta de ordenamiento paisajístico a escala departamental de .

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METODOLOGÍA Y ESTRATEGIAS DE TRABAJO

El enfoque metodológico de este trabajo se basa en el concepto de paisaje, entendido como la relación intrínseca entre seres humanos y ambiente, en donde la cultura es el agente, la naturaleza el medio y el paisaje cultural el resultado (Sauer 1925). Por este motivo la conformación del equipo de trabajo incluye además de dos antropólogas con especialización en arqueología y manejo costero integrado, a dos paisajistas (se incluye en Anexo I un informe específico sobre paisaje). Teniendo en cuenta los objetivos y alcances del presente trabajo se diseñó una estrategia metodológica que apuntó al relevamiento bibliográfico (artículos científicos, notas de prensa, información en redes sociales, libros con información histórica) y su posterior sistematización. La información obtenida se complementó con dos salidas de campo. La primera, en la que se procuró llevar a cabo un acercamiento al área de estudio, recorriendo varios puntos identificados como relevantes a nivel bibliográfico y la segunda, más focalizada en la ciudad de Pan de Azúcar y en donde se incluyeron entrevistas de tipo abierto a varios actores locales1 vinculados al patrimonio cultural de la cuenca de la Laguna de Sauce y de la ciudad de Pan de Azúcar.

La información fue volcada en fichas individuales en donde se incluyeron los siguientes ítems: tipo de bien (prehistórico, histórico, urbano-arquitectónico, paisajístico, artístico, colecciones de museos); afectación legal, régimen de propiedad; ubicación relativa; padrón, coordenadas, grado de integridad, valoración patrimonial, descripción y antecedentes, uso actual, referentes locales y bibliografía. En total se relevaron 45 bienes patrimoniales –algunos por sus características fueron tomados como unidad pero se trata de conjuntos, por ejemplo, conjuntos de cairnes/vichaderos o de corrales de piedra-.

A los efectos de generar un formato más amigable y de lectura menos engorrosa, se generó un nuevo conjunto de fichas, esta vez agrupando ciertos tipos de bienes debido a características similares. Por ejemplo, las construcciones en piedra seca correspondientes a mangueras, mangas y corrales conforman una sola ficha, las guardias reales se unificaron en otra, lo mismo las colecciones arqueológicas en manos de privados. Cada una de estas fichas se adjunta en el Anexo II y contiene información en relación a los bienes patrimoniales, junto a recomendaciones específicas para cada caso. Además, cada uno de los bienes patrimoniales identificados se georreferenció generándose un archivo .kmz que posteriormente fue levantado en Googleearth a los efectos de identificar cada punto en el mapa de la cuenca y cuya ubicación, junto a la información de cada una de las fichas, permitió generar diferentes Zonas de Gestión Patrimonial. La zonificación del territorio no sólo contempla puntos, sino áreas de protección, cada una vinculada a valores agregados (importancia social y/o importancia científica, amenazas antrópicas y naturales, grados de protección y/o grado de integridad, proyectos de iniciativa local, potencial turístico, entre otros).

1 Se llevaron a cabo entrevistas al Sr. Marcelo Cuadrado (aficionado a la arqueología y coleccionista con gran manejo del área, sobre todo en lo que tiene que ver con vichaderos/cairnes); a la Sra. Nélida Piriz (Sociedad de Amigos del Patrimonio de Pan de Azúcar), a la Sra. Sofía Rodríguez, hija de Domingo Rodríguez, actualmente a cargo, junto con su familia, del Museo El Galpón.

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Figura 1: Mapa de localización geográfica de los puntos de interés patrimonial inventariados. Fuente: elaboración propia sobre imagen de Googleearth

RESULTADOS

A) Sistematización de la información del inventario

De la sistematización del inventario surge la necesidad de llevar a cabo valoraciones patrimoniales y de grado de integridad de la mayoría de los bienes relevados, pues no se cuenta con datos publicados al respecto. Respecto de la protección patrimonial, la aplicación a nivel nacional de la normativa ha derivado en un listado de bienes catalogados como MHN, sobre los cuales tiene competencia la CPCN, que en su expresión regional o local resulta bastante restringido. En la cuenca de la Laguna del Sauce y sus proximidades, estas carencias se manifiestan, en que a pesar de la existencia de importantes bienes culturales (varios de ellos sujetos a diversas amenazas antrópicas y naturales) sólo cinco, ninguno de ellos dentro de la cuenca, han sido declarados MHN: el Cerro de los Burros (bien prehistórico), la pintura rupestre del cerro Pan de Azúcar (bien prehistórico), el trazado urbano de Punta Ballena y el proyecto original Solana del Mar (bien urbano- arquitectónico) y la estancia y arboretum Lussich (bien urbano-arquitectónico y paisajístico). A nivel Departamental el Molino José Montanelli, fue declarado Bien de Interés Patrimonial en 2010. Sin embargo, la mayoría de los bienes patrimoniales de la cuenca se encuentran desprotegidos, impidiendo que se desencadene un proceso de diseño de un plan de manejo de estos sitios.

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Es importante destacar que de acuerdo a la información relevada, la mayoría de los bienes patrimoniales se encuentra en predios privados. A su vez, salvo escasas excepciones (propuesta de visitas de Mina la Oriental), ninguno de estos bienes tiene un uso actual vinculado con su valor patrimonial. Ambas situaciones, junto al hecho de que la protección a nivel normativo para la mayoría de estos bienes es muy débil (artículo 14 de la Ley 14.040), los sitúa en un escenario futuro a corto y mediano plazo de alto riesgo.

De acuerdo a la información procedente del relevamiento bibliográfico y de las entrevistas, el patrimonio cultural de la cuenca presenta las siguientes amenazas:

bienes bienes colecciones de bienes bienes bienes prehistóricos históricos museos públicos urbanísticos- artísticos paisajísticos

y privados arquitectónicos

canteras* x x x

parques eólicos* x x x

obras de x x x x infraestructura*

agricultura* x x x

acción de x x coleccionistas

acción de agentes x x x x x naturales

reutilización** x x

vandalismo x x x x

falta de x x x x mantenimiento

falta de protección x x x x x x legal

forestación* x x x

desarrollo urbano* x x x

sustitución de x x monte nativo

*Estas actividades generan remoción de sedimentos de distinto volumen que pueden afectar bienes patrimoniales actualmente enterrados. **Se trata del desmantelamiento de montículos prehistóricos o estructuras de origen colonial/primeros inmigrantes del área, para la reutilización de las piedras que los conforman.

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B) Reseña sobre el Patrimonio Cultural de la cuenca de la Laguna del Sauce

A continuación se presenta una síntesis de la historia del territorio comprendido en la cuenca de la Laguna del Sauce, correspondiente al relevamiento bibliográfico llevado a cabo para este trabajo y que refleja su rico patrimonio cultural. En esta reseña, así como en las fichas incluidas en el anexo, se incluyen algunos sitios arqueológicos que se encuentran por fuera de los límites de la cuenca de la Laguna del Sauce en el entendido de que para una comprensión global de las sociedades humanas pasadas no es posible compartimentar y delimitar espacios que en el pasado no conocieron de límites administrativos ni geográficos tal como los entendemos y percibimos en la actualidad.

La historia del uso y ocupación humana de este territorio ha dejado una infinidad de vestigios materiales: desde estructuras de piedra de origen indígena -vichaderos y cairnes-, caleras y caminos de la época de la Colonia, molinos y cercos de piedra levantados por inmigrantes europeos, hasta las actuales plantaciones de olivos y vides y las explotaciones mineras. Todos ellos son testimonio de diversas actividades humanas y de las modificaciones que ellas han generado sobre el entorno a lo largo del tiempo. Su estudio, protección, puesta en valor y divulgación son la única forma de acceder al conocimiento, comprensión y valorización del patrimonio cultural del área. La ausencia de investigaciones arqueológicas sistemáticas en la cuenca de la Laguna del Sauce, así como la escasa información a nivel histórico y paisajístico, se presentan como un desafío para pensar estrategias para la gestión sostenible de estos bienes culturales y de los territorios en los que se enmarcan.

A nivel general la región suroeste del departamento de Maldonado es un área con diversidad de sitios arqueológicos prehistóricos que dan cuenta de la presencia de grupos cazadores- recolectores-pescadores con diferentes grados de complejidad. Estos grupos se asentaron en una variedad de ambientes -costa, sierra, bañados, arroyos- e hicieron uso de los recursos tanto terrestres (flora y fauna) como acuáticos, generando un gran número de sitios que dan cuenta de un continuum de ocupación humana a lo largo de por lo menos 12.000 años (ver fichas 2, 3 y 4). Sobre los límites de la cuenca, en una de las laderas del cerro Pan de Azúcar, otra huella del pasado indígena destaca en el paisaje: una pintura rupestre ejecutada en color ocre y con motivos geométricos. La gran cantidad de afloramientos graníticos ubicados en la cuenca de la Laguna del Sauce con similares características a los que ofician de soporte de la pintura en cuestión y de otras ubicadas en las localidades rupestres de Flores y Durazno, junto a la ausencia de investigación respecto de la temática, hace necesario pensar en la cuenca como un posible territorio de producción y uso de arte rupestre. A ello debe sumarse la explícita mención a una pintura rupestre en los alrededores de la Laguna del Sauce que hace Seijo en su publicación de 1931 (ver ficha 1 en Anexo II).

Para una mejor comprensión de las sociedades humanas que habitaron este territorio y su relación con el medio, es necesario hacer hincapié en los cambios que a nivel ambiental se han producido a lo largo del tiempo. En este sentido, la superficie cubierta por el cuerpo de agua del sistema de lagunas que conforman la Laguna del Sauce (del Sauce, de los Cisnes y del Potrero), ha sufrido varias modificaciones a causa de factores de origen tanto natural como antrópico.

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Estudios paleolimnológicos2 efectuados (Inda 2011) permitieron reconstruir la génesis y evolución de este sistema, sus respuestas frente a eventos globales pasados (ingresiones y transgresiones marinas, por ejemplo), su interacción con el paisaje circundante y su relación con el ser humano. De acuerdo a Inda (2011), este sistema de lagunas (al igual que el resto de las lagunas costeras del este del país), se habría formado a partir del Máximo Transgresivo del Holoceno, hace aproximadamente 5500 años cuando el mar alcanzó entre 4 y 6,5 msnm actual. En ese momento la laguna presentaba una extensión superior a la actual como consecuencia del aumento del nivel del mar. “Esta expansión habría implicado el anegamiento de vastas superficies, particularmente hacia el Oeste en la Laguna del Potrero y hacia el Norte en la Laguna del Sauce. La topografía restringiría la expansión mayor hacia otras direcciones” (Inda 2011:90). Durante la siguiente fase regresiva, el sistema se tornó dulceacuícola y se retrajo su extensión. Sin embargo, hacia aproximadamente 2500 años AP se registra un nuevo cambio a condiciones marino salobres, con un aumento del espejo de agua. La tendencia a la retracción de la laguna se habría visto enlentecida o revertida debido al aumento relativo del nivel del mar registrado para ese momento. Una situación bastante similar se da en la actualidad, cuando a partir de la construcción de una exclusa en la década de 1940, nuevamente aumentó el nivel de la laguna revirtiendo la tendencia de retracción, pero esta vez debido a causas antrópicas.

A partir de la llegada de los primeros europeos se generan profundos cambios tanto en el paisaje como en las sociedades indígenas: fricciones, desplazamientos, pérdida de tierra, disminución demográfica, genocidio…Pero “...los indígenas no desaparecen automáticamente de escena, comparten su lugar primeramente con los europeos y luego con los nuevos nativos del país. Luchan, se resisten y terminan mezclándose física y culturalmente, dando lugar al nacimiento de nuevas formas culturales” (Tamagnini 1992: 186-187). Estas nuevas formas culturales tienen su correlato a nivel material e inmaterial. Por ejemplo, algunas de ellas podrían corresponderse con ciertos tipos de amontonamientos de piedra: cairnes y vichaderos que para algunos autores corresponderían a los siglos XVII a XIX (Lezama 2007; Sotelo y Gianotti 2015-2016) Los cerros y serranías de la cuenca de la Laguna del Sauce presentan gran cantidad de estas manifestaciones, entre ellos el cerro Tupambaé (ver ficha 5 en Anexo II). Uno de los cronistas que las describió fue el naturalista Charles Darwin quien en 1832 recorre varios lugares de Maldonado, entre ellos el cerro Pan de Azúcar y la Sierra de las Ánimas (Darwin 1845). Al respecto hay un proyecto de un vecino y estudioso de la ciudad de Pan de Azúcar que propone como atractivo turístico el itinerario de Darwin por el departamento.

Varios de los toponímicos de la cuenca de la Laguna del Sauce, y del departamento de Maldonado, se corresponden con vocablos guaraníes: Tupambaé, Aiguá, Carapé. De acuerdo a Curbelo (2013), el uso de los topónimos de origen guaraní hasta el día de hoy tiene que ver con el hecho de que a medida que se comenzaron a usar fueron quedando plasmados en mucha de la cartografía de la época, especialmente la de origen jesuita, transformando la memoria oral en memoria escrita. Para González y Rodríguez “es muy factible que en épocas prehispánicas una parte de nuestra toponimia ya fuera guaraní, pero que la mayor parte de ella proviene de los

2 Los estudios paleolimnológicos se basan en el uso de indicadores indirectos (análisis de organismos microscópicos o de partes de organismos macroscópicos) y el estudio de testigos sedimentarios a través de parámetros fisicoquímicos, granulométricos y cronológicos (Inda 2011).

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siglos siguientes, teniendo en cuenta la importante corriente migratoria que hacia fines del siglo XVIII va a determinar el establecimiento de un número muy elevado de indígenas en nuestro territorio”(1982 :310). Para algunos investigadores (ver por ejemplo Florines et al. 2011) muchos de estos vocablos indígenas presentes en la toponimia nacional tienen su origen en la Vaquería del Mar de la Compañía de Jesús, cuyos territorios llegaban hasta Maldonado. Eran los arrieros y pastores de origen guaraní misionero quienes manejaban los rebaños de los jesuitas valiéndose de las horquetas, rinconadas, abras y quebradas de la zona y quienes a modo de ubicarse en el paisaje habrían nombrado a muchos de los accidentes geográficos de la zona, cuyos nombres perduran hasta hoy. En lo que respecta a las construcciones vinculadas con la Compañía de Jesús, la mayor parte de ellas corresponden a puestos de estancia y capillas ubicadas al norte de nuestro actual territorio formando parte de la estancia del pueblo de Yapeyú. Sin embargo, los indios misioneros desde su rol de arrieros de las estancias misioneras o como individuos escapados de las misiones que pasaron a formar parte de la población rural, desempeñaron un papel importante en la construcción de ranchos y corrales (González y Rodríguez 1991).

Al contingente indígena siempre presente, debe sumarse la mano de obra europea que se asienta en la zona y que trae consigo técnicas constructivas como la de piedra seca. Esta técnica se integra al paisaje productivo ganadero del área: cercos, corrales y mangueras (ver ficha 11), viviendas, cascos de estancia fueron levantados encastrando una piedra con otra, sin utilizar argamasa (ver ficha 10). Durante la Colonia las guardias reales (ver ficha 7) jugaron un rol importante no solo asociado a sus funciones de vigilancia y protección, sino como elementos aglutinantes de población. En el caso de la guardia de Pan de Azúcar, dio origen a una población diseminada a su alrededor que hacia 1823 solicita la construcción de una escuela, una iglesia y un cementerio. Sin embargo para la fundación de Pan de Azúcar (ver ficha 12) deberá transcurrir casi medio siglo, en ese momento el vecino Francisco Bonilla, uno de los fundadores del pueblo y abuelo de Álvaro Figueredo, distribuye sarmientos de vid y el pueblo nace así rodeado de viñas. Hacia el este, bordeando la Laguna del Sauce, se instalan agricultores y hortelanos, inmigrantes canarios; chacareros, quinteros, surgen trigales, huertas y viñedos (Lara 2013). En esos primeros años se construyen molinos hidráulicos para el procesamiento del trigo, tanto en el arroyo Pan de Azúcar como en el Renegado (ver ficha 8). En torno a la villa de Pan de Azúcar (declarada pueblo en 1887) surgen emprendimientos económicos que han dejado hasta el día de hoy sus huellas. Pero el paisaje productivo de la cuenca de la Laguna del Sauce no se redujo a establecimientos ganaderos (vacunos, ovinos, caballares), al cultivo de vides y trigo y a su procesamiento en los molinos. La riqueza geológica del área: granitos, mármoles, dolomitas, lajas, areniscas, sienita, cobre, calizas, carbonatos, arena, malaquita, entre otros (Arrighetti y Gianotti 2012), ha marcado su perfil desde épocas de la Colonia (ver ficha 6). Un rosario de canteras, caleras y minas se distribuye a lo largo de la cuenca. Las explotaciones de los recursos mineros pueden rastrearse hacia mediados del siglo XVIII cuando comienzan a funcionar la Calera del Rey, la mina de cobre La Oriental (ver ficha 6) y la cantera de Burgueño. La explotación de recursos geológicos continuó durante el siglo XIX y junto a ella una nueva corriente de inmigrantes talladores y canteristas italianos se asentó en la cuenca. Hacia 1938 se inicia la producción de cemento en la cantera de Nueva Carrara, la que dio origen a localidad de Pueblo Gerona (o km 110).

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El desarrollo de la red vial acompasó el poblamiento y el perfil productivo de la cuenca. Al viejo Camino Real, que permitía transportar la cal de la Calera del Rey a otros puntos de la Banda Oriental (las huellas de las carretas y caballos fueron conformando un trillo que con los años se transformó en Camino Real y posteriormente en las rutas 9, 93, 38 y 60 y del que en la actualidad no queda más que el paso sobre el arroyo Solís Grande), se sumó la etapa de los viajes en diligencias y más tarde el ferrocarril. De esta segunda etapa, debe rescatarse que en el barrio La Viviana de Pan de Azúcar se levantó una de las primeras postas, donde se refrescaban viajeros y se cambiaban caballos (Klein 2015). Más tarde, de la mano de Francisco Piria la estación de Pan de Azúcar se comunicaba con la del puerto de Piriápolis y una locomotora de trocha angosta transportaba materiales extraídos de las canteras y pasajeros.

Debe entonces entenderse el territorio de la cuenca de la Laguna del Sauce como un espacio que alberga las huellas físicas, testimonios gráficos, escritos y orales de un paisaje heterogéneo que ha marcado el perfil del área desde tiempos prehistóricos. El valor patrimonial de la cuenca no reside en la calidad de cada elemento de forma aislada, sino que debe entenderse como conjunto. Se trata de espacios densos de significado que atesoran información, anécdotas y vicisitudes. Son espacios que tienen el suficiente potencial como para generar la información de base necesaria para ofrecer una interpretación rigurosa pero al mismo tiempo atrayente que narre una historia o varias historias capaces de atraer turistas e inversiones y que a su vez aporten a potenciar la identidad local.

C) Zonificación para la gestión

Figura 2: zonificación para la gestión de los bienes culturales de la cuenca de la Laguna del Sauce. Fuente propia sobre imagen de Googleearth

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Como ya se mencionó, a partir de criterios de valoración científica y patrimonial y de valores agregados, se definen las siguientes Zonas de Gestión, las que incluyen pautas básicas de manejo y recomendaciones generales.

ZONA A Definición: Es la zona en la que está probada la existencia de bienes patrimoniales de valor relevante, que han sido investigados (ya sea por proyectos de investigación académica o por Estudios de Impacto Ambiental) o reconocida su importancia patrimonial a nivel nacional y/o departamental; por lo tanto se cuenta con caracterización cronológica y cultural de los mismos.

Descripción: Zona A1 Incluye sitios prehispánicos declarados MHN como las Pinturas rupestres del Cerro Pan de Azúcar (CPCN 1260/005) y el Cerro del Burro (CPCN 249/014); así como la localidad arqueológica costera desde Aº Tarariras hasta Aº Potrero , que a pesar de estar por fuera de los límites de la cuenca se incluyeron como antecedentes arqueológicos por su relevancia científica y patrimonial y su cercanía geográfica al territorio en estudio. También se incluyen en esta zona las colecciones de materiales arqueológicos privadas pertenecientes a W. Suárez y M. Cuadrado. Zona A2 Sitios históricos producto de la fundación de la ciudad de Pan de Azúcar (caserío de Rapa, capilla de Nuestra Sra de los Dolores, edificio de los catalanes Sancho, Tous y Cervera y cementerio de Pan de Azúcar) y alrededores , y de las diversas actividades productivas en torno a esta ciudad. Se trata de viviendas de personajes ilustres de la ciudad ( el museo Alvaro Figueredo y el museo Religioso Monseñor Jacinto Vera), ruinas de guardias militares (Guardia de Pan de Azúcar y Guardia de San Antonio), molinos (M.Cordone y J.Montanelli), caleras y minas (Mina la Oriental y La Calera del Rey) y estaciones de AFE (Pan de Azúcar y K110), así como Monumentos Histórico Nacional de carácter arquitectónico y urbanístico (Arboretum Lussich ,urbanización de Punta Ballena y Solana del Mar). También se incluye en esta zona la colección de materiales históricos de D. Rodriguez. Zona A3 Bienes patrimoniales artísticos de la ciudad de Pan de Azúcar , incluye murales de artistas como Páez Vilaró y Tola Invernizzi, representan temas como el tango y el candombe y personajes como Fontanarrosa y el indio Miguel, personaje emblemático de la ciudad. Zona A4 Bienes paisajísticos como el tramo del camino del Arco del Sol, ruta panorámica Nº60, mirador las Cumbres en sierra Ballena, paisajes productivos de olivares y vides, y el Parque Zorrilla de la ciudad de Pan de Azúcar.

Actuaciones recomendadas: En esta zona de protección patrimonial no se podrán realizar actividades de alteración del suelo y de estructuras en pie sin previa autorización a las autoridades y profesionales vinculados a la gestión del Patrimonio Cultural. Remitiendo a la institución competente una solicitud para que se incluya la obligatoriedad de evaluación de impacto ambiental a los emprendimientos que se presenten para ser desarrollados en ese territorio, en aplicación de la ley 16.466. Son áreas de

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prioridad para la investigación científica y la preservación in situ de ciertos sectores de estos bienes. Deberán aplicarse categorías de protección patrimonial (Monumento Histórico Nacional y Bienes de interés departamental), estas categorías constituyen un instrumento de protección específico para bienes culturales en la cuales las instituciones nacionales y departamentales tienen competencias. Recuperación y conservación de murales al aire libre, los acervos y edificios de museos. Generar incentivos tributarios para la recuperación de fachadas o edificaciones de particulares. Mejora de equipamiento urbano y cartelería, promoviendo proyectos de puesta en valor de estos bienes. Fomentar estudios e investigaciones sobre el patrimonio arqueoló•gico y cultural del territorio.

ZONA B Definición: Es la zona donde está probada la existencia de bienes patrimoniales, pero se requiere de la verificación de su importancia histórica, arqueológica y/o patrimonial, así como su estado de integridad. Los puntos de interés que definen esta zona han sido incorporados al inventario de la cuenca y presentan una caracterización cronológica y cultural preliminar.

Descripción:

Zona B1 Se refiere a los sitios prehispánicos (amontonamientos de piedras: cairnes/vichaderos y sitios superficiales) localizados en Sierra de las Ánimas, Cerro Tupambaé, Cerro Betete y Sierra Ballena. Colecciones de material arqueológico prehispánico de G. Aznares y E. Rueda. Zona B2 También integran esta zona los sitios históricos localizados en el entorno de la ruta 60 desde de la ciudad de Pan de Azúcar hasta la Mina la Oriental (km 37), estructuras murarias, corrales y mangueras de piedra seca, viviendas rurales, etc.

Actuaciones recomendadas: Estos bienes requieren de una evaluación patrimonial, hasta tanto no se realice la misma deberán protegerse de ciertos factores de alteración antrópicos y naturales así como la implementación de zonas de protección o áreas de exclusión. No podrán realizarse actividades que impliquen alteración del suelo y/o de estructuras en pie sin previa consulta de las autoridades competentes.

ZONA C Definición: Se define como un área con probabilidad de aparición de vestigios de actividades humanas prehistóricas considerando los patrones de localización de los sitios ya identificados en la región, aunque su ubicación no se pueda establecer con toda seguridad o estos pueden aparecer dañados. El escaso conocimiento a nivel arqueológico del área genera vacíos de información en varios sectores de la cuenca. Sin embargo, de esta ausencia de información no deben inferirse a priori zonas de baja presencia o ausencia de sitios arqueológicos, sino que lo que indica son zonas de déficit de conocimiento. Por otro lado, en base a la información que se dispone en la actualidad (datos de aficionados y coleccionistas, investigaciones arqueológicas sistemáticas y estudios de

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impacto arqueológico en el área, conocimiento a nivel arqueológico sobre grupos cazadores- recolectores de la región), es posible determinar algunas tendencias en torno a la distribución espacial de los sitios arqueológicos prehistóricos y por ende a los patrones de asentamientos de los grupos de habitaron el territorio de la cuenca de la Laguna del Sauce.

Descripción: Se extiende, por el sector adyacente las costas de la laguna y cursos de agua de la cuenca (Aº Renegado, Aº Sauce, Aº Pan de Azúcar y Aº El Potrero) Las mismas se vinculan a asentamientos de poblaciones prehistóricas. También se extiende sobre afloramientos rocosos comprendiendo un área de expectativa de hallazgos de arte rupestre. Los estudios paleoambientales realizados para la Laguna del Sauce han permitido una aproximación a la dimensión cronológica de los sitios arqueológicos circundantes, al correlacionar su ubicación planialtimétrica con las diferentes líneas de borde lagunar a lo largo del tiempo. El modelo de reconstrucción de la línea de costa propuesto por Inda (2011) ha permitido ajustar la zonificación en lo referente a identificar probables áreas de ocupación humana. Esto se ve reforzado a nivel de los patrones de asentamiento regionales, ya que el registro arqueológico da cuenta de la ocupación de las costas de lagunas, ríos y arroyos (Brum 2011 y Caporale et al. 2014). Para el área además, algunas crónicas históricas apoyan este hecho, por ejemplo, Valdés de la Vanda en 1600 escribe que “había alrededor de la laguna (del Diario) poblaciones de indios ocupando los bordes de la laguna...” (Seijo 1999: 218).

La presencia de por lo menos una pintura rupestre (cerro Pan de Azúcar), junto a la ausencia de investigaciones arqueológicas sistemáticas para la cuenca de la Laguna del Sauce y más específicamente de investigaciones sobre arte rupestre, hace necesario prestar especial cuidado a la hora de desarrollar emprendimientos que alteren los afloramientos rocosos y su entorno. Para el área en cuestión, los afloramientos rocosos que corresponden al Basamento Cristalino (Terreno Nico Pérez), y a las llamadas Sierras del Este, -unidad orográfica compuesta por sierras redondeadas y cerros de tipo crestados con abundancia de afloramientos- (Spoturno et al. 2012), presentan bochas de tipo granítico, redondeadas debido a la meteorización y la erosión y con superficies lisas que son el tipo de soporte seleccionado para ejecutar pinturas rupestres.

Actuaciones recomendadas: Se deberían definir zonas de cautela arqueológica las márgenes de ríos y arroyos así como las cimas de cerros y sierras. Se recomienda realizar una prospección sistemática con el objetivo de identificar posibles sitios arqueológicos. Hasta tanto no se realicen estas actuaciones se deberán implementar Estudios de Impacto Arqueológico para aquellas actividades y emprendimientos que impliquen alteración del suelo y explotación de afloramientos rocosos como medida de protección del área. A medida que avance la investigación en esta zona se podrá ajustar la valoración arqueológica y patrimonial más detallada de la misma.

ZONA D Definición: Esta zona ha sido definida como de menor importancia relativa dado de los factores de alteración antrópicos que actúan en la misma. Desde el punto de vista arqueológico es una zona de alta probabilidad de ocurrencia de sitios prehistóricos, sin embargo las urbanizaciones presentes en el área han afectado notoriamente el territorio.

Descripción:

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Comprende las áreas de desarrollo urbano: Ocean Park, y Sauce de Portezuelo.

Actuaciones recomendadas: Se propone realizar una prospección sistemática para identificar posibles sitios o materiales aislados e integrarlos al inventario general del área, evaluando su potencial de información de acuerdo al grado de alteración sufrida. En el caso de llevarse a cabo obras de saneamiento, será necesario desarrollar Estudio de Impacto Arqueológico y seguimiento de obra.

ZONA E Definición: Esta zona se refiere a la matriz que conforma el territorio de la cuenca con escasa información que permita identificar bienes culturales. Sin embargo, de esta ausencia de información no deben inferirse a priori zonas de baja presencia o ausencia de sitios arqueológicos, sino que lo que indica son zonas de déficit de conocimiento.

Actuaciones recomendadas: Se recomienda realizar una prospección sistemática con el objetivo de identificar, inventariar y caracterizar los sitios. Hasta tanto no se realicen estas actuaciones se deberán implementar Estudios de Impacto Arqueológico para aquellas actividades y emprendimientos que impliquen alteración del suelo y estructuras en pie, así como explotación de afloramientos rocosos, como medida de protección del área. A medida que avance la investigación en esta zona se podrá ajustar a la valoración arqueológica y patrimonial más detallada de la misma.

Ejemplos de bienes patrimoniales de la cuenca de la Laguna del Sauce. Fuente: salidas de campo equipo de trabajo

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E) RECOMENDACIONES DE GESTIÓN INTEGRADA DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LA CUENCA DE LAGUNA DEL SAUCE

La riqueza patrimonial de la cuenca de la Laguna del Sauce se visualiza a través de múltiples manifestaciones que dan cuenta del relacionamiento que los diferentes grupos humanos han tenido y tienen con el medio natural. A los efectos de velar porque ese patrimonio, finito y no renovable, no se pierda -teniendo en cuenta la acelerada rapidez de las transformaciones sobre el territorio- y se transmita a las generaciones futuras, se hace necesario generar una serie de recomendaciones que promuevan la gestión, investigación, divulgación, promoción y protección del patrimonio cultural de la cuenca de la Laguna del Sauce. Considerando que la gestión del patrimonio cultural debería de estar sistemáticamente integrada a las políticas de planificación a escala local, departamental y nacional, para el caso concreto de la la cuenca de la Laguna del Sauce se proponen recomendaciones en los tres niveles, incluyendo la participación activa de la población local. Finalmente es importante destacar que a fin de generar verdadera conciencia y apropiación de ese patrimonio, “es conveniente dar a los bienes del patrimonio cultural y natural una función activa en la vida de la colectividad integrando en una política general lo realizado en nuestro tiempo, los valores del pasado y la belleza de la naturaleza” (UNESCO 1972).

Las recomendaciones que se sugieren a continuación son de carácter general, incorporándose algunos ejemplos aplicados a ciertos bienes patrimoniales identificados. Las recomendaciones específicas para cada tipo de bien o para ciertos bienes que por diversos motivos necesitan de ciertas recomendaciones particulares, se podrán encontrar en las fichas correspondientes (ver anexo fichas).

1. Elaboración de un inventario exhaustivo y participativo de los bienes culturales

Teniendo en cuenta que la información que se ha generado respecto del patrimonio cultural de la cuenca de la Laguna del Sauce es escasa y limitada, se considera esencial llevar a cabo un inventario de los bienes culturales presentes. Este equipo de trabajo pudo inventariar 45 bienes culturales, de acuerdo a la metodología desarrollada y los límites de esta consultoría. Sin embargo es altamente probable que este número aumente con el desarrollo de prospecciones en territorio y/o implementación/profundización de investigaciones. Una condición fundamental a la hora de proponer la sistematización de la información a través de inventarios tiene que ver con el hecho de que son entidades abiertas y dinámicas que se nutren continuamente de los resultados de las investigaciones en el área. Además por el propio hecho de que el patrimonio está vivo y en continua transformación, bienes que no son patrimonio en la actualidad podrán serlo en el futuro. Se propone entonces generar los mecanismos para llevar a cabo un inventario exhaustivo, sistemático y actualizado permanentemente de los bienes patrimoniales de la cuenca de la Laguna del Sauce. Los inventarios son herramientas que no sólo generan una base de datos que permite identificar bienes, sino que facilitan la gestión y protección de los mismos -a través de la evaluación del estatus patrimonial y de las condiciones de conservación- y pueden ser el primer paso hacia la investigación científica y patrimonial de un área o de un tipo de

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patrimonio determinado. Asimismo, son una herramienta útil para dar a conocer y reconocer el patrimonio cultural de un área. En este sentido, la realización de inventarios participativos a través del involucramiento de diversos actores relacionados a la temática patrimonial, permite integrar aquellos bienes que la población local considera oportuno preservar, además de incluir los declarados MHN o protegidos a nivel departamental y los propuestos por investigadores y profesionales que trabajan en el ámbito patrimonial (consulta a expertos).

2. Investigación de los bienes culturales

Como ya se señaló las investigaciones a nivel arqueológico, antropológico, histórico y paisajístico han sido escasas y puntuales, por lo tanto debería de propiciarse el desarrollo de programas de investigación que permitan profundizar la caracterización cultural de área. Además del desarrollo de investigación académica debería trabajarse en el desarrollo de líneas de trabajo de investigación en gestión, es decir que se esté en consonancia con las necesidades de la toma de decisiones con fines de manejo (uso, protección, monitoreo y puesta en valor) . De esta forma también se estaría fomentando el fortalecimiento de la vinculación entre la investigación científica y aquellos actores sociales para quienes se está revalorizando los bienes culturales.

3. Investigación social del patrimonio cultural

Se recomienda propiciar el desarrollo de la investigación en torno a la percepción social del patrimonio cultural: conocer qué es patrimonio para la población local es el primer paso hacia la protección y revalorización de su patrimonio, ya que permite identificar aquellos bienes que están siendo invisibilizados y que requieren de tareas de divulgación para su conocimiento y apropiación. Además, permite visualizar elementos patrimoniales valorados por la población local y que forman parte de su sentido de pertenencia e identidad, que quizás no hayan sido señalizados como bienes patrimoniales por otros actores. Los estudios sobre percepción social pueden llevarse a cabo a través de encuestas, cuestionarios, talleres.

Por otro lado, y teniendo en cuenta que muchos vestigios materiales de las actividades humanas llevadas a cabo en la zona tienen aún su correlato a nivel de la historia oral, se hace imprescindible identificar, registrar, preservar y divulgar aquellos aspectos de la memoria oral que permitan reconstruir, complementar, contrastar o confirmar y, en todos los casos, aportar al conocimiento del patrimonio cultural del área. Tal es el caso del caserío de Rapa del que hasta el día de hoy los viejos pobladores de Pan de Azúcar y aledaños tienen recuerdos de sus últimos habitantes, técnicas constructivas, etc. Otro ejemplo bien podría ser aquel relacionado con la historia oral vinculada a la función de los cientos de corrales y cercos de piedra seca presentes en la zona (para mayor detalle ver anexo de fichas).

Ambas recomendaciones se basan en el diagnóstico patrimonial llevado a cabo por este equipo de trabajo y se sustentan en el hecho de que una de las líneas de acción del Plan Estratégico de Pan de Azúcar 2025 (Arrospide et al. 2017) tiene que ver con el fortalecimiento de la identidad local.

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4. Desarrollo de un programa de educación patrimonial

Teniendo en cuenta características específicas del registro arqueológico histórico y prehistórico del área, en relación a su escasa visibilidad y desvalorización como recurso a preservar, se propone llevar a cabo un programa de educación patrimonial que acompañe las pautas de manejo de las zonas patrimoniales presentadas y recorra transversalmente las políticas sectoriales para alcanzar con éxito a los distintos actores sociales. El mismo resulta necesario como instrumento de información, capacitación y concientización tanto a nivel de instituciones vinculadas al patrimonio y a la gestión de la cuenca como a nivel de centros educativos y de los propietarios de predios en donde está constatada la presencia de bienes patrimoniales que actualmente no gozan de protección legal.

5. Desarrollo de programas turismo cultural sostenible

Considerando que el turismo es una actividad que puede aportar grandes ventajas a nivel socioeconómico y cultural, pero que al mismo tiempo puede afectar el patrimonio natural y cultural, a la vez que contribuir a la pérdida de identidad local, se hace necesario generar políticas de turismo que apunten al desarrollo sostenible y al desarrollo local de la cuenca de la Laguna del Sauce. Para que un recurso natural o cultural tenga valor turístico debe ser transformado en producto turístico, es decir se le debe agregar valor, ponerlo en mercado y garantizar su competitividad y la sostenibilidad (Ratto 2013). A esos efectos es necesario generar/mejorar infraestructuras (senderos, servicios básicos como baños, etc. ), generar/mejorar equipamiento (ofertas de alojamiento y gastronomía variadas y para diversos públicos, tiendas de souvenirs, artesanías, productos típicos, etc.), generar/mejorar instalaciones (centros o senderos de interpretación, guías especializados, señalización clara y con información útil a través de cartelería en el territorio, folletos, páginas web, apps para smart phones, etc.). En este sentido para el caso de la cuenca de la Laguna del Sauce si bien existen algunas rutas que ofrecen experiencias alternativas al turismo de sol y playa (entre ellas el Arco del Sol, el museo al aire libre de Pan de Azúcar, la ruta del Olivo), la escasez o ausencia de información tanto en territorio (cartelería, folletos, centros de interpretación) como a nivel web (links o páginas web desactualizadas, que no funcionan, con escasa información), la pobre infraestructura y la casi total ausencia de instalaciones, hace que no sean ofertas conocidas o aún peor, que las experiencias de los turistas no sean positivas. Si no se generan los mecanismos para hacer de estas rutas un verdadero producto turístico, están condenadas al fracaso. Propuestas de circuitos temáticos como el Arco del Sol, la Ruta de la Cal, el Camino de Darwin o circuitos que se vinculan a actividades como el senderismo o rutas de mountain bike, deben ser vistos como una oportunidad para la gestión y promoción del patrimonio cultural dado que potencian su conocimiento y puesta en valor, siempre y cuando se desarrollen dentro de un plan de un plan estratégico de turismo cultural con la participación de todos los actores implicados de los sectores público y privado. Estas recomendaciones se relacionan con una de las líneas del Plan Estratégico de Pan de Azúcar 2025 (Arrospide et al. 2017) que tiene que ver con el desarrollo un turismo alternativo y en donde se propone la potenciación de productos vinculados al ecoturismo, turismo de aventura y turismo rural y la conservación y puesta en valor del patrimonio histórico y cultural.

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6. Fortalecimiento de la gobernanza

El fortalecimiento de la gobernanza es otro de los ejes de acción del Plan Estratégico de Pan de Azúcar 2025: “Pan de Azúcar Participativo”, en el cual se pretende dinamizar el entramado interinstitucional a través de la “potenciación de la articulación interinstitucional y del trabajo en redes, tanto al interior de las organizaciones de la sociedad civil como entre éstas y el sector gubernamental” (Arrospide et al. 2017: 100). En este sentido, se recomienda el trabajo de la temática patrimonial en torno a espacios de participación ya existentes en el territorio como los Municipios de Pan de Azúcar, Piriápolis, San Carlos y Maldonado, la Comisión de Patrimonio Departamental, las Direcciones de Cultura y de Turismo de la IDM, la Comisión de Cultura de la Junta, la Comisión de Amigos del Patrimonio de Pan de Azúcar, la Biblioteca y la Casa de la Cultura Municipal Prof. Ricardo Leonel Figueredo, la Casa de la Cultura y Museo Álvaro Figueredo, las comisiones barriales de Pan de Azúcar, entre otros. A los efectos de promover políticas culturales específicas sobre el patrimonio de la cuenca que sean consensuadas y articuladas y en las que participen distintos actores, se propone implementar Foros Patrimoniales con reuniones periódicas.

Debido a que durante las tareas de investigación bibliográfica y a través de las entrevistas llevadas a cabo por este equipo de trabajo se constató la existencias de diversos tipos de proyectos de promoción, puesta en valor e investigación del patrimonio cultural del área, se recomienda llevar a cabo un inventario de proyectos y microproyectos propuestos por actores locales, departamentales y nacionales. De acuerdo a la información recabada algunos de esos proyectos fueron ejecutados pero no se conocen sus resultados ni repercusiones, mientras que la mayoría quedaron en el plano de las propuestas. Este es el caso de la Ruta de la Cal (proyecto de la IDM); el proyecto de puesta en valor de la guardia de Pan de Azúcar presentado por un vecino de Pan de Azúcar en el presupuesto participativo de 2010, la ruta de Darwin presentada por otro vecino de Pan de Azúcar en una instancia de talleres de Creación de Proyectos Ciudadanos en 2007. El objetivo es generar una base de datos de proyectos inconexos pero con un objetivo en común -la protección y puesta en valor del patrimonio cultural en pos del desarrollo local- y buscar los mecanismos para la materialización de esos proyectos o que esos proyectos nutran a otros nuevos.

7. Aplicación de categorías de protección del patrimonio cultural

Especialmente para los bienes culturales incluidos en la ZONA A propuesta en este trabajo, se recomienda utilizar figuras de protección legal como la de MHN (ley 14.040) o la de Bien de Interés Patrimonial (Junta Departamental de Maldonado, decreto 3844), así como articular con herramientas de Ordenamiento Territorial (Ley 18.308) a fin de asegurar la protección normativa del patrimonio cultural de la Cuenca de la Laguna del Sauce. Asimismo, se recomienda fortalecer las competencias en los tres niveles para promover procesos de descentralización: nivel nacional a través de la CPCN, nivel departamental a través de la Comisión de Patrimonio Departamental y local a través de la Comisión de Amigos del Patrimonio de Pan de Azúcar. Estas instituciones en sus distintas escalas pueden promover figuras de protección de sitios o localidades arqueológicas, de edificios o paisajes de relevancia para su conservación.

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El propio proceso de selección y presentación de los bienes para ser protegidos podrá constituirse en un proceso participativo en torno al cual se nucleen intereses comunes y al mismo tiempo, se otorgue valor al propio bien. En este sentido en la zonificación propuesta se avanza en la identificación de sitios y bienes culturales que podrían recorrer este proceso.

Por último, mientras no se profundice en la implementación del inventario patrimonial propuesto para el área, lo que redundará en nuevos bienes patrimoniales y en un ajuste de las Zonas de Gestión propuestas en este documento, y mientras no se apruebe el Plan de Ordenamiento de la cuenca de la Laguna del Sauce actualmente en elaboración, se recomienda se haga uso del principio precautorio estableciéndose medidas cautelares de interés general a efectos de evitar acciones públicas o privadas que puedan resultar contrapuestas a lo recomendado en este documento.

8. Enfatizar la necesidad de llevar a cabo estudios de impacto a nivel cultural dentro los EsIA

La Ley de Evaluación de Impacto Ambiental (Ley 16.466) en su artículo 2 considera como impacto ambiental negativo o nocivo a toda alteración del medio ambiente causada por las actividades humanas que entre otras cosas, perjudique o dañe las condiciones estéticas o culturales del medio. Por lo tanto, los estudios de impacto ambiental en muchos casos requieren de estudios de impacto cultural (arqueológico, antropológico, paisajístico). Para el caso de la cuenca de la Laguna del Sauce, la riqueza patrimonial constatada en este documento, hace imprescindible que se soliciten Estudios de Impacto Cultural para todos aquellos emprendimientos en donde se realice remoción de sedimentos o se afecte de alguna manera las características paisajísticas del área (por ejemplo plantaciones forestales).

Asimismo, se recomienda articular los EsIA, con las Zonas de Gestión y con el inventario propuesto para mejorar la toma de decisión en relación a la pertinencia o no de la aplicación de este instrumento en cada emprendimiento. La aplicación y uso eficiente de los EsIA constituye por un lado, avances en el conocimiento científico del área y por otro, un insumo para el monitoreo de las actividades en territorio y actualización del inventario. Los estudios de impacto deberán adelantarse a los trabajos de campo antes que se comience con los movimientos de tierra, se deberá exigir la etapa del seguimiento de obra y fortalecer el monitoreo y control de las áreas de exclusión patrimoniales recomendadas en los EsIA.

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ANEXO I Informe Patrimonio Paisajístico

2

EVALUACIÓN PAISAJÍSTICA

Informe realizado por:

Lic. en Diseño de Paisaje María de los Ángeles Bazet Arq. y Lic. en Diseño de Paisaje Isabel Hareau.

MARCO TEÓRICO

El paisaje se ha visto desde las últimas décadas del S.XX, como un bien común, una fuerza para el desarrollo, un medio para incrementar la autoestima, identidad y calidad de vida de la población en general.

El interés por el paisaje y los estudios específicos en la materia, se han venido procesando a nivel mundial, por lo menos desde hace 30 años, y han dado lugar a abordajes sistemáticos y legislaciones que regulan las intervenciones en el territorio desde la planificación del mismo.

A grandes rasgos, se encuentran dos posiciones diferentes, que han dado lugar a caminos diversos, a veces antagónicos, otras complementarios. Por una parte encontramos el abordaje norteamericano, estrechamente vinculado a los estudios ecológicos, en los que existe una clara identificación entre los conceptos de paisaje y ambiente, en los que el hombre juega un rol similar al de otros organismos que interactúan en dicho ambiente; por otra parte, el abordaje europeo, especialmente francés, ha puesto el acento en la construcción cultural del concepto de paisaje, en la que el hombre juega un rol fundamental, diferente al resto de los organismos que habitan determinado ambiente: la cultura construye el vínculo simbólico entre el territorio percibido y quienes habitan y perciben dicho territorio.

Según el enfoque norteamericano, el paisaje existe con o sin presencia humana, y la noción de unidad de paisaje presenta un notable solapamiento con el concepto ecológico de parche, según el modelo de matriz, parche y corredor. El énfasis se sitúa en los aspectos de sustentabilidad ambiental.

En el enfoque europeo, es precisamente la presencia humana y su impronta cultural, la que distingue los conceptos de ambiente, territorio y paisaje, siendo la unidad de paisaje, un concepto complejo, operativo en la articulación entre un territorio percibido, gestionado, sobre el que se actúa y la identificación sumada a la calidad de vida de la población que lo habita o lo visita. El énfasis se ubica en los valores histórico-patrimoniales y en el recurso económico detrás del paisaje. A partir de un mismo lugar, existen infinitos paisajes, tantos como observadores, puntos de vista, situaciones y momentos puedan existir.

Los paisajes no son entidades tangibles, sino construcciones culturales abstractas. En su dimensión social, son convencionales, los relatos que construye una sociedad a partir de la percepción y valoración de los lugares que habita (“paisaje cultural” es por tanto, una expresión redundante).

Los territorios, son intrínsecamente dinámicos, mutan a través del tiempo, en procesos más o menos acelerados, con o sin participación antrópica, y cuando se verifica la participación humana, manifestando o no una voluntad expresa al respecto. Los paisajes resultantes, por lo tanto, también.

La valoración de un paisaje, no es hereditaria, puesto que no se trata de una facultad inherente a las personas, que se manifiesta en todos de la misma manera. La valoración social de los paisajes, por ser un proceso cultural, se trasmite entre los miembros de la sociedad que comparten dicha cultura, y en el proceso de transmisión se va transformando de la misma manera.

3

Cada generación, por su parte, “naturaliza”, es decir que incorpora como si fuera propio del medio, aquello que forma parte de su entorno desde que tiene conocimiento, mientras que las personas, ofrecen diversos grados de adaptación y aceptación a los cambios que ocurren en su entorno inmediato, en el transcurso de sus vidas.

MARCO NORMATIVO CONCEPTUAL

Nuestra legislación vigente en materia de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, incorpora la noción de paisaje _sin especificar su alcance_, pero es deudora directa del abordaje que se le ha dado al tema en Europa y más específicamente en Andalucía, España.

Según el Convenio Europeo del Paisaje aprobado por el Consejo de Europa, el 20 de octubre de 2000, en su artículo 1, se elabora una serie de definiciones, tales como:

a) por “paisaje” se entenderá cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos;

b) por “política en materia de paisajes” se entenderá la formulación, por parte de las autoridades públicas competentes, de los principios generales, estrategias y directrices que permitan la adopción de medidas específicas con vistas a la protección, gestión y ordenación del paisaje;

c) por “objetivo de calidad paisajística” se entenderá, para un paisaje específico, la formulación, por parte de las autoridades públicas competentes, de las aspiraciones de las poblaciones en lo que concierne a las características paisajísticas de su entorno;

d) por “protección de los paisajes” se entenderán las acciones encaminadas a conservar y mantener los aspectos significativos o característicos de un paisaje, justificados por su valor patrimonial derivado de su configuración natural y/o la acción del hombre;

e) por “gestión de los paisajes” se entenderán las acciones encaminadas, desde una perspectiva de desarrollo sostenible, a garantizar el mantenimiento regular de un paisaje, con el fin de guiar y armonizar las transformaciones inducidas por los procesos sociales, económicos y medioambientales;

f) por “ordenación paisajística” se entenderá las acciones que presenten un carácter prospectivo particularmente acentuado con vistas a mejorar, restaurar o crear paisajes.

De lo anterior se desprende que las diferencias fundamentales en cuanto a lo que implican los procesos de protección, gestión y ordenación de los paisajes, radica en la intensidad/profundidad y velocidad con que se promueven y operan las transformaciones de los mismos.

En cuanto al ámbito de aplicación, el Convenio Europeo del Paisaje en su art. 2 dice:

“…el presente Convenio se aplicará a todo el territorio de las Partes y abarcará las áreas naturales, rurales, urbanas y periurbanas. Comprenderá asimismo la zona terrestre, marítima y las aguas interiores. Se refiere tanto a los paisajes que puedan considerarse excepcionales como a los paisajes cotidianos o degradados”.

La Iniciativa Latinoamericana del Paisaje –LALI por su sigla en inglés– establece en su Declaración de 2012 un marco de conceptos y acciones que fomentan la valoración del paisaje como una estrategia para el beneficio humano y económico local. Se destaca la importancia de “establecer medios de 4 monitoreo, seguimiento, evaluación y reprogramación de políticas sobre el paisaje y su concreción en medidas para el mejoramiento en la gestión del territorio y de las actividades económicas y culturales” (Iniciativa Latinoamericana del Paisaje, 2012: 20), lo cual, además de ser un interés común para el paisaje en América Latina, constituye un objetivo apremiante hacia dónde orientar esfuerzos con miras a su instrumentalización, y reiterar la importancia del autoconocimiento y valoración como aspecto clave para cualquier propuesta metodológica.

En el ámbito de los países suscriptores del Convenio Europeo de Paisaje, el Ordenamiento y Planificación Territorial, se abordan desde la perspectiva del paisaje, con un real compromiso y participación de las poblaciones involucradas. El paisaje opera como ámbito articulador de confluencia de diversas disciplinas con sus propias especificidades, abarcando las dimensiones físico-espaciales, ecológicas, socio-culturales, económico-productivas, políticas, entre otras.

En nuestro medio, recién se comienza a abordar una discusión profunda acerca de lo que se comprende por paisaje, sus implicaciones prácticas operativas, el compromiso de la población en el tema en cuanto afecta su calidad de vida. El paisaje se percibe por parte de ciertos operadores, como recurso a ser explotado, por ejemplo por el turismo, o vinculado al concepto de patrimonio a ser preservado pero, en cualquier caso, como elementos excepcionales.

También está extendida la idea de que el paisaje conlleva una valoración positiva del mismo, y de que aquellos lugares que no son excepcionales o se ven degradados no constituyen paisajes, y por tanto no merecen ser tenidos en cuenta en un proceso de Ordenamiento y Planificación Territorial, a menos que se desee transformarlos radicalmente.

ÁREA DE ESTUDIO: CUENCA LAGUNA DEL SAUCE.

El agua.

Singularidad de los Paisajes de Agua: la mayor parte de la superficie terrestre está cubierta por agua, pero solo el 3,5% del agua es agua dulce y se encuentra a nivel superficial, en forma de lagunas, humedales, ríos y arroyos; a nivel subterráneo, en forma de acuíferos naturales y en los polos y cimas de montañas, en forma de hielo.

El agua ha sido históricamente uno de los principales articuladores del paisaje. Las sociedades humanas se establecieron en lugares donde había cerca, al menos, un hilo de agua. El agua está presente en mayor o menor medida en muchos paisajes, como componente funcional y como símbolo, especialmente en aquellos territorios donde el elemento es escaso. El agua, como señala Eduardo Martínez de Pisón (2006), “Es clave de la relación con la tierra, cargada de símbolos, eje que ordena el mundo”.

De la calidad de los paisajes de agua depende la calidad de vida de las sociedades. Cuando un paisaje de agua se degrada, muestra la mala relación entre el agua y las personas que habitan a su alrededor.

Relieve.

La topografía de la región forma parte de las estribaciones del sistema Cuchilla Grande, el más destacado al sur del Río Negro, y el que aloja las mayores elevaciones de nuestro país, alrededor de los 500 msnm. Las sierras, se desarrollan en dirección Norte-Sur, y se prolongan hasta el Río de la Plata, estableciendo los límites de la cuenca: oriental (Sierra de la Ballena), septentrional (de Sur a Norte: Cuchilla de la Calera, Sierra del Sauce, Sierra de Cabral y Sierra de Carapé) y occidental (Sierra de las Ánimas). Esta región, constituye el extremo meridional del Terreno Nico Pérez. 5

A grandes rasgos, podemos reconocer dos grandes zonas: al Norte, una zona serrana, constituida por colinas (con pendientes entre el 6% - 12%), colinas fuertes (pendientes entre12% - 18%) y sierras (pendientes mayores al 18%); al Sur, lomadas (pendientes entre 1,5% y 6 %), llanuras (pendientes entre 0,5% y 1,5%) y planicies (menos de 0,5% de pendiente) rodeando los grandes cuerpos de agua, y conformando el albardón o angostura, que separa las lagunas del Río de la Plata. Esta franja de tierra tiene un ancho de unos 4 km y es una zona bastante baja con alturas máximas que apenas sobrepasan los 30 msnm. En la angostura se observa que al Norte de la divisoria de aguas, las pendientes moderadas, son más pronunciadas que en la vertiente Sur, en que son suaves.

Por su parte, los cerros que delimitan la cuenca presentan abundantes afloramientos rocosos, y han servido para el establecimiento de canteras extractivas, proveyendo calizas, mármoles, granitos, y pórfidos, principalmente.

Superficie y población.

La cuenca del sistema de Lagunas del Sauce, los Cisnes y el Potrero comprende una superficie de unos 720 km² de los que casi 47 km² están constituidos por los cuerpos de agua lagunares.

En dicha cuenca, se ubican las siguientes localidades urbanas: Pan de Azúcar, La Capuera-El Pejerrey, Gerona, Ocean Park, Nueva Carrara, Sauce de Portezuelo, Sierras del Tirol, Chihuahua, Las Cumbres y, parte de Punta Ballena y Club del Lago.

La población de la cuenca según información tomada del censo 2011, se integra del siguiente modo: Pan de Azúcar con 6597 habitantes, La Capuera-El Pejerrey con 2838, Gerona con 679, Ocean Park con 234, Nueva Carrara con 156, Sauce de Portezuelo con 127, Sierras del Tirol con 62, Chihuahua con 37, Las Cumbres con 14 y una estimación de unos 775 habitantes rurales dispersos.

El área del departamento de Maldonado es de unos 4793 km², y su población de 164.298 habitantes, de los que 5159, constituyen la población rural dispersa, y 8713 habitan localidades de menos de 1000 habitantes. La densidad media es de 34 hab/km².

En términos relativos, podemos expresar que la cuenca representa el 15% de la superficie del departamento, y que alberga el 7% de la población departamental, estando localizada el 94% en áreas urbanas, de las que el 12% habita en localidades de menos de 1000 habitantes. La densidad media de la cuenca es de 16 hab/km².

Entre el último censo registrado en 2011 y el presente 2018, el acelerado proceso de población sufrido por La Capuera, se ha extendido a su vecinos Ocean Park y Sauce de Portezuelo, lo cual es apreciable a simple vista en la comparación de imágenes satelitales históricas y presentes, y que sin duda se harán evidentes en cuanto estén disponibles los resultados del próximo censo nacional de población y vivienda.

Es de notar, que alrededor del 25% de la población de la cuenca, se ha afincado allí en los últimos 15 años, lo que se traduce en el desarrollo de relaciones de pertenencia e identidad de esa población con el territorio adquiridas por elección.

Dinámicas de transformación en el territorio.

En los últimos treinta años, el Departamento de Maldonado ha sufrido profundas transformaciones territoriales, en los ámbitos rurales, urbanos y suburbanos, y la cuenca de la Laguna del Sauce no ha sido ajena a los mismos. 6

Al proceso urbanizador de generación de balnearios de incidencia tan importante a lo largo del S. XX, se le sumaron desde las últimas dos décadas del siglo pasado, nuevas modalidades, integradas por los barrios cerrados, clubes de campo y chacras turísticas, la mayoría de los cuales se ubican a lo largo de los 122 km del litoral del Río de la Plata y Océano Atlántico, al sur de la ruta 9, casi sin interrupciones entre el Arroyo Solís Grande (límite departamental al Oeste), y la Laguna Garzón (límite departamental al Este), recogido en el TÍTULO III Ordenanza de Protección y Preservación de las Zonas de Riberas del Departamento de Maldonado (Decreto Junta Departamental 3682 de 3 de Diciembre de 1993) del LIBRO II Medio Ambiente. Parte Legislativa del VOLUMEN VI: Ordenamiento Territorial - Desarrollo Sostenible – Medio Ambiente del DIGESTO DEPARTAMENTAL: “ Decláranse zonas suburbanas todas las áreas rurales existentes comprendidas dentro de la faja conformada por los límites departamentales, la línea de máximas crecientes del Río de la Plata y el Océano Atlántico definida por el Artículo 38 del Código de Aguas y una línea imaginaria ubicada a 2000 (dos mil) metros a partir de esta última, medidos hacia el interior del territorio”.

El Arroyo El Potrero y su desembocadura con sus padrones rurales, constituyen una de las pocas excepciones remanentes, entre las urbanizaciones de Chihuahua y la de Ocean Park, en el extremo Sur de la cuenca.

Una de las consecuencias directas de tal proceso, es que en los hechos, casi han desaparecido los paisajes de playas no urbanas. Los últimos remanentes, se encuentran en las urbanizaciones y emprendimientos no consolidados (hasta el momento).

Concomitantemente, encontramos vigente, el instrumento de ordenamiento territorial más poderoso a nivel paisajístico (aunque el paisaje no se mencione explícitamente), recogido en el TÍTULO IV Ordenanza de Uso y Manejo de Bosques Costeros Urbanizados en el Departamento de Maldonado (Decreto Junta Departamental 3602 de 11 de Noviembre de 1988) del LIBRO II Medio Ambiente. Parte Legislativa del VOLUMEN VI: Ordenamiento Territorial - Desarrollo Sostenible – Medio Ambiente del DIGESTO DEPARTAMENTAL.

En los objetivos de dicho documento se expresa: “El bosque urbanizado se integra como una específica condicionante a la definición microclimática y ambiental de la costa del Departamento, complementando el cordón de playas y otros atractivos que la han convertido en el principal recurso del Departamento… El manejo del bosque incluye medidas que tienden a preservar el género dominante del mismo pinus, ya que su imagen es parte fundamental en la percepción de la identidad de la zona. El instrumento básico de la preservación del bosque será la reforestación continua de todos los predios que aseguren en el tiempo y en el espacio, la existencia del bosque.”

El ámbito de aplicación de esta norma, abarca desde Balneario Solís hasta el Faro José Ignacio y comprende expresamente entre otros: Ocean Park (localidad 47); Punta Ballena (localidad 58): excluidos los padrones ubicados al sur del límite del fraccionamiento del Club de La Ballena S.A., calle F y calle Nº4 del fraccionamiento de Franca S.A.; Sauce de Portezuelo (localidad 67); La Capuera (localidad 75). También expresa: “Cuando se incorporen nuevas zonas a las áreas urbanas o suburbanas del Departamento, el Decreto que las cree deberá señalar expresamente si integran o no el área de aplicación de esta Ordenanza. No se podrán calificar como suelos urbanos o suburbanos áreas rurales forestadas sin que se las incorpore a las zonas de aplicación de esta Ordenanza.”

La densidad mínima forestal se establece: “A los efectos de asegurar la continuidad perceptiva de la masa boscosa, todo terreno con construcciones comprendido en las zonas enumeradas, deberá tener con carácter permanente una densidad mínima exigible de un pino cada 75 metros cuadrados de superficie total del predio. 7

Los predios baldíos deberán tener con carácter permanente una densidad mínima exigible de un pino marítimo cada 30 metros cuadrados de superficie total del predio. En todos los casos por lo menos el 50% de los pinos deberán ser pinos marítimos (Pinus Pinaster). No se contabilizarán a los efectos de cumplir con este mínimo exigible árboles a plantar de otras especies. En caso de tratarse de un predio forestado con otras especies, se podrán disminuir en un 50% la densidad mínima exigible de pinos, siempre y cuando la densidad total se mantenga por encima del 30% de la mínima exigible…

Faja costera. La Intendencia Municipal de Maldonado deberá reponer la forestación reconstruyendo las barreras de protección destruidas por instalaciones y equipamientos, sin afectar la dinámica de arenas imprescindible para la preservación de las playas…

Las plazas, parques y espacios públicos comprendidos en las áreas definidas por el artículo D.226 deberán tener una densidad mínima de un pino cada 50 metros cuadrados…”

Como se puede apreciar, una porción significativa de las zonas afectadas por esta disposición, originalmente no fueron forestadas con pinos marítimos: algunas fueron forestadas con eucaliptus, y otras permanecieron sin forestación, pero si se hubiese cumplido estrictamente con esta norma, la transformación territorial habría alcanzado proporciones mayores a las que se verifican en el presente.

En sentido estricto, el bosque urbano patrimonial de pinos, que responde a las plantaciones iniciadas por Henry Burnett a fines del S. XIX para detener el avance de los médanos sobre la ciudad de Maldonado, y siguientes que originaron el concepto de barrio jardín y estuvieron en el origen de la expansión de hacia el bosque concretada a partir de la década del ’30 del S. XX, podría circunscribirse al territorio comprendido entre la Laguna del Diario y el Arroyo Maldonado, al Sur del Camino Lussich, Avenida Luis A. de Herrera, Rambla del Humedal y Avenida Aparicio Saravia, pero más allá de tales límites, constituye una verdadera operación de transformación radical del paisaje urbano costero.

Es evidente también el cambio de percepción operado por la sociedad en los últimos tiempos, en los que la tendencia se orienta a la conservación de la cobertura vegetal nativa, más que a la implantación de especies exóticas como el pino marítimo, por lo que a la fecha, resulta en la urgencia de revisar la vigencia y alcance de esta normativa, a la que ni siquiera la propia Intendencia se ajusta, en las campañas de arbolado de espacios públicos de las zonas comprendidas.

Por su parte, la Ley N° 15.939, reglamentada por el Decreto Nº 452/988 de 06/07/1988, introdujo importantes transformaciones en el medio rural, al impulsar la forestación con fines industriales en una amplia porción de los suelos departamentales, muchos de los cuales se encuentran en los límites de la cuenca de la Laguna del Sauce, especialmente en la porción Norte, caracterizada por su relieve de serranías.

Las explotaciones forestales con fines madereros y papeleros (pulpa de celulosa), recurren a la implantación de especies exóticas, tales como el eucaliptus y el pino fundamentalmente, y desde la promulgación de la ley, el área destinada a estos fines se ha incrementado progresivamente. No tenemos conocimiento acerca de qué sucede en esas tierras, una vez que se extingue la explotación forestal, tanto a nivel productivo como paisajístico.

Paralelamente, en la porción Sur de la cuenca, de relieve menos pronunciado, se ha verificado un importante incremento de la producción de soja, con los manejos asociados al mismo, impulsado por los precios internacionales del producto.

Las grandes extensiones dedicadas a monocultivos, ya sea forestales, forrajeros, o se soja, suponen grandes impactos a nivel ecosistémico y también paisajístico. 8

Al mismo tiempo, en parcelas rurales más pequeñas, se ha verificado un importante crecimiento de los olivares, con destino principal de producción de aceite de oliva extra virgen, así como de viñedos. Dentro de los límites de la cuenca, por el momento no se han instalado almazaras para el procesamiento de la oliva. Ambos cultivos, promueven cierto tipo de actividad turística vinculada a la gastronomía, y en la medida en que no se generalicen en forma desmedida, suponen la incorporación de valores de paisaje asociados a la diversidad.

El sector minero, se encuentra muy presente en la cuenca de la Laguna del Sauce, particularmente en las proximidades del Arroyo Pan de Azúcar, donde se concentran caleras, la cementera de Gerona, canteras de mármol, y otras, que incluyen procesos de transformación del mineral extraído. No hemos encontrado estudios acerca del potencial contaminante de tales actividades, ni sus posibles interacciones biológicas con los crecimientos algales y de cianobacterias en los cuerpos de agua.

La presencia de canteras extractivas a cielo abierto, supone dos tipos de afectaciones paisajísticas de entidad: la que se produce por las modificaciones en la conformación topográfica del lugar en el que se ubican, y los remanentes de las operaciones de cierre de la explotación, aunque la reglamentación más reciente, supone la presentación y ejecución de planes de cierre de las explotaciones mineras.

También, queremos mencionar los procesos de transformación inducidos por las chacras turísticas: la micro fragmentación de las parcelas en los mínimos exigibles de 4,9 ha, el abandono de la función productiva agropecuaria, el crecimiento de la jardinería ornamental a escala territorial, el aumento de la edificación en medio rural, la proliferación de tajamares y lagunas artificiales con fines puramente ornamentales, que están afectando sensiblemente los ciclos hidrológicos naturales, aunque tal fenómeno no haya sido aún cuantificado.

Por ejemplo, la iniciativa del circuito de promoción turística del Arco del Sol, por la zona interior del departamento, que atraviesa el extremo Norte de la cuenca, en el sector de las nacientes del Arroyo Pan de Azúcar y sus afluentes, se acompaña de una amplia faja a ambos lados de la ruta, de zonas declaradas como potencialmente transformables de suelo rural a suelo suburbano o urbano, lo que estaría poniendo de manifiesto una voluntad de desarrollo de emprendimientos de tipo club de campo o chacras turísticas (como la que ya se implementó por el PAI de “Las Cañas”).

En este sentido, valen las consideraciones del párrafo anterior, sumado a una observación adicional: muchos de tales emprendimientos suponen restricciones al libre acceso a los cuerpos de agua y a los puntos de observación panorámicos del sector serrano.

Las rutas que atraviesan la cuenca, concentran amplios valores escénicos, pero carecen de regulaciones que aseguren el mantenimiento de dichos valores (por ejemplo que impidan la plantación de cortinas de árboles, o construcción de cercos o muros a sus lados que oculten las visuales desde las mismas, como ocurre en el Camino del Cerro Eguzquiza, ubicado entre y San Carlos, un poco más al Este del departamento).

Las laderas de los cerros que rodean la cuenca y sus cumbres, también constituyen puntos a ser tenidos en cuenta de manera explícita en un plan de manejo integrado de la cuenca desde el punto de vista paisajístico. Claramente no es lo mismo la imagen que ofrece la Sierra de las Ánimas con sus afloramientos rocosos y sus parches de monte nativo, que la que ofrece la Sierra de los Caracoles, con la imponente presencia de los aerogeneradores instalados, que si bien se encuentra fuera de la cuenca de la Laguna del Sauce, integra las cuencas visuales percibidas desde la misma, o el efecto de la urbanización en la falda de la Sierra de la Ballena. Es imprescindible operar una discusión y establecer criterios y objetivos claros acerca de los valores paisajísticos que implican, de modo de orientar su desarrollo en forma sostenible. 9

Hay dos elementos particularmente destacables desde el punto de vista paisajístico que integran las cuencas visuales desde la cuenca hidrológica de la Laguna del Sauce: el Arboretum de Lussich, y la urbanización de Punta Ballena de Bonet, ambos integrados al listado de bienes patrimoniales. Originalmente, las plantaciones realizadas por Lussich, comprendían la urbanización de Bonet, y otras que se desarrollaron posteriormente en los alrededores. Bonet fue especialmente cuidadoso en la preservación del bosque previamente implantado, al trazar la urbanización de Punta Ballena, pero no hemos encontrado disposiciones regulatorias en cuanto a la preservación y manejo del patrimonio vegetal implantado en la zona.

Como corolario, podríamos expresar, que es clave extremar los cuidados en la implementación de instrumentos de ordenamiento territorial que tiendan a la generalización de determinados aspectos en forma indiscriminada (bosque urbano patrimonial, forestación, chacras turísticas y demás). La principal riqueza paisajística departamental, proviene precisamente de su variedad y combinación. Las generalizaciones sólo aportan trivialidad y un claro empobrecimiento.

MIRADORES, RUTAS Y SENDEROS PANORAMICOS.

Las zonas elevadas de la cuenca proporcionan los puntos de visuales panorámicas lejanas, mientras que las zonas bajas, por su amplitud, permiten destacar las áreas lacustres y su fondo escénico serrano.

Tomado de la Metodología del Observatorio de Paisatge de Catalunya:

“Las rutas, senderos y miradores, son unas vías poderosas de interacción con los paisajes contemporáneos. Estos miradores e itinerarios, también juegan un rol importante respecto a la evolución y valoración de los paisajes.

Los miradores son lugares en posiciones destacadas desde los que se disfrutan vistas panorámicas, que promueven valores como la contemplación. No se trata de mera contemplación visual, sino también sensorial, emocional, experimental. En general se encuentran en posiciones elevadas, accesibles. Se seleccionan según los siguientes criterios:

 Visibilidad: con extensas vistas panorámicas

 Proximidad visual: desde los que se perciben mejor los elementos que caracterizan a determinada unidad de paisaje.

 Representatividad: desde los que se captura la riqueza y diversidad de las unidades de paisaje, así como la variedad de sus componentes (urbano, periurbano, costero, montañoso, agricultor, minero, entre otros).

 Diversidad: desde los que se perciben los principales valores paisajísticos (natural, estético, histórico, social, simbólico, productivo).

 Alcance: miradores estructurados en una red tal que permite la percepción de todo el territorio.

 Accesibilidad: por auto o a pie, a distancias menores a 30 minutos de marcha.

 Variedad de locaciones: lugares destacados, naturales o construidos, con personalidad local o regional e importante significado simbólico

 Popularidad: conocidos y valorados por el público, identificados en los procesos de participación de actores relevantes y población en general. 10

 Sinergia: en lo posible se deben priorizar los miradores con acceso existente y cartelería identificatoria

 Complementariedad: en lo posible, deben integrarse a los itinerarios paisajísticos.

Siguiendo la misma filosofía y criterios que para los miradores, se articula una red de itinerarios para vehículos motorizados y otra para senderistas, que recorren no sólo los paisajes más valorados, sino también aquellos más degradados.”

La definición y caracterización de miradores e itinerarios, generales y también temáticos, con participación de la población, representa un campo abierto de oportunidades.

BIBLIOGRAFÍA.

AA VV.: La Frontera del Agua. El paisaje costero del Uruguay, Instituto de diseño de la Facultad de Arquitectura, UDELAR, y otros, Montevideo, primera edición 2010, 256 p. ISBN: 978-9974-0-0631-7. http://www.upv.es/contenidos/CAMUNISO/info/U0670786.pdf www.catpaisatge.net/fitxers/publications/metodologia_catalegs/Documents_3_ENG.pdf

Digesto Departamental de Maldonado, versión vigente a setiembre 2018.

J. GALINDO GONZÁLEZ; J. SABATÉ BEL. El valor estructurante del patrimonio en la transformación del territorio, 2009. ISSN 1657-9763.

MARTÍNEZ DE PISÓN, E. El significado cultural del paisaje. En V Reunión de los talleres para la aplicación del Convenio Europeo del Paisaje. Los objetivos de calidad paisajística: de la teoría a la práctica. Girona, 2006. Inédito.

Pautas y recomendaciones para el Ordenamiento Paisajístico del departamento de Maldonado en su área rural e interfases urbanas. Capítulo 7. Transformaciones en el Espacio, segunda etapa del asesoramiento, Instituto de Diseño de la Facultad de Arquitectura I CURE I Universidad de la República I Intendencia Departamental de Maldonado, 2014.

STEFFEN, Manfred e INDA Hugo, editores (2010): Bases técnicas para el manejo integrado de Laguna del Sauce y cuenca asociada, Universidad de la República y South American Institute for Resilience and Sustainability Studies (SARAS), Baferil S.A., 154 p. ISBN: 978-9974-0-0694-2.

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ANEXO II Fichas inventario

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- FICHA 1 -

Tipo de bien patrimonial: prehistórico, pinturas rupestres del Cerro Pan de Azúcar

Identificación en Figuras 1 y 2: zona A1, número 1

Descripción y antecedentes: En la ladera sur del cerro Pan de Azúcar, localizado en la Reserva de Fauna departamental, se encuentra un sitio arqueológico prehistórico cuya principal manifestación cultural es una pintura rupestre. La misma fue ejecutada sobre una superficie lisa de un bloque de sienita rosada, se trata de diseños geométricos abstractos simples y complejos -cruciformes, peiniformes enmarcados, entre otros- de color rojo (Peláez 1973). Fue descubierta por primera vez por el Ing. Agr. C. Pfaffly en 1878 y publicada años más tarde por J.H. Figueira en “Los primitivos habitantes del Uruguay” (1892). Esta pintura presenta a nivel de diseño ciertas recurrencias que la vinculan con el resto de las pinturas rupestres de Uruguay (localidades rupestres de Chamangá - Flores- y Maestre de Campo -Durazno-, pinturas de Colonia Quevedo -Colonia- y Sierra de Mahoma -San José). Estas recurrencias morfológicas sugieren cierta estandarización que podría estar indicando algún tipo de interacción social: uso de rutas o itinerarios culturales comunes, relaciones comerciales o peregrinajes (Podestá 2009; Vallvé 2013; Vallvé et al. 2015).

Valoración patrimonial: Declarado MHN (CPCN 1260/005) Es un sitio que por sus antecedentes arqueológicos pueden vincularse a otras áreas arqueológicas, siendo significativo para estudios regionales. Además posee valor a nivel educativo para la difusión de la interpretación que se haga de sus contextos y de este tipo de manifestación cultural. Se valora la buena visibilidad y accesibilidad que presenta para el público general dado que se encuentra en un parque público departamental.

Actuaciones recomendadas: No podrán realizarse actividades que impliquen alteración del suelo y/o afloramientos rocosos sin previa consulta a las autoridades y profesionales vinculados a la disciplina arqueológica. Por ser MHN, tiene potestades sobre el sitio la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación (MEC) por lo tanto cualquier intervención sobre el sitio debe contar con la aprobación de la mencionada institución. También se deberá actualizar/implementar un plan de manejo del sitio y monitoreo, así como programas de puesta en valor (mantenimiento de la cartelería explicativa y señalética).

Los afloramientos rocosos presentes en el área de la cuenca de la laguna del Sauce, corresponden el Basamento Cristalino (Terreno Nico Perez), y a las llamadas Sierras del Este, unidad orográfica compuesta por sierras redondeadas y cerros de tipo crestados con abundancia de afloramientos de morfología de bochas y composición granítica (Spoturno et al 2012). A nivel arqueológico estas bochas de tipo granítico, redondeadas debido a la meteorización y la erosión, son el tipo de soporte seleccionado para ejecutar pinturas rupestres. Estas pinturas, que ascienden a un total de 79, siguen el mismo patrón de ocurrencia: superficies lisas de bloques rocosos ubicados en las colinas y lomadas cristalinas del centro sur del territorio uruguayo (Cabrera y Florines 2013). Para el área en cuestión, y siguiendo el mencionado patrón, en la actualidad la única pintura conocida es la registrada en Cerro Pan de Azúcar (Pelaez 1986), sin embargo Seijo (1931) menciona la existencia de otra en la zona de la Laguna del Sauce. La ausencia de investigaciones arqueológicas sistemáticas para la cuenca de la laguna del Sauce y más específicamente de investigaciones sobre arte rupestre, hace necesario prestar especial cuidado a la hora de desarrollar emprendimientos que alteren los afloramientos rocosos y su entorno. 13

- FICHA 2 -

Tipo de bien patrimonial: sitios prehistóricos costeros

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A1 número 2

Descripción y antecedentes: Se han identificado un importante número de vestigios arqueológicos, a lo largo de 30 km de costa que se extiende desde el A° Tarariras al A° del Potrero y se caracteriza por playas arenosas, puntas rocosas y cerros próximos a la costa, conformando un paisaje distintivo y de gran atractivo para el turismo. Desde el año 2004 viene siendo investigada de forma sistemática por el Programa de Arqueología Subacuática – Centro de Investigaciones del Patrimonio Costero (PAS-CIPAC) con una perspectiva integral, que contempla las diversas manifestaciones materiales e inmateriales del patrimonio cultural, así como su preservación, puesta en valor y gestión. (Brum 2014).

Valoración patrimonial: Sujeto a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971, Art.14) pero sin una figura específica de protección.

Actuaciones recomendadas: El desarrollo de la investigación arqueológica permitirá continuar trabajando para determinar con exactitud las condiciones en que se encuentra cada sitio y los factores de riesgo. Dado que la zona en su conjunto está sometida a los impactos que implica el desarrollo urbano costero y la dinámica natural, se deberán implementar medidas de cautela arqueológica (Estudio de Impacto Arqueológico). Por tratarse de una zona comprendida en un proyecto de investigación, es recomendable que la institución responsable del mismo sea notificada ante cualquier actuación sobre el área.

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- FICHA 3 -

Tipo de bien patrimonial: sitios prehistóricos del Cerro de los Burros

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A1, número 3

Descripción y antecedentes: Esta localidad arqueológica fue descubierta hacia la década del 1960. A partir de esa fecha se han ubicado sitios en la cima del cerro y en sus alrededores que lo han caracterizado como sitio “cantera” -aprovisionamiento de materias primas- y de elaboración de artefactos líticos. Un sitio muy próximo al cerro -Urupez (Meneghin 2004)- se ha sido caracterizado como un espacio donde se habrían desarrollado actividades múltiples (manufactura de instrumentos uni y bifaciales, obtención de formas bases y reparación de armamento) muy próximo a un curso de agua y muy cercano al Cerro de Los Burros, fuente de materias primas líticas de muy buena calidad (Nami 2001). El sitio Urupez presenta además la particularidad de ser el único sitio con puntas “cola de pescado” que ha sido datado mediante 14C AMS para Uruguay, con una antigüedad de ca 12.500 años AP (Meneghin 2004). Estas puntas son de relevancia pues han sido propuestas como elementos tecnológicos diagnóstico del poblamiento americano durante la transición del Pleistoceno Tardío - Holoceno Temprano. Hasta el momento se presenta como uno de los pocos sitios del Paleoindio (primeros grupos humanos que poblaron el continente) localizados en la zona costera de nuestro país.

Valoración patrimonial: El cerro de los Burros fue declarado MHN (CPCN 49/014, padrones 1287 y 1463), y cuenta también con protección departamental (resolución 4287/2013). En la exposición de motivos para su declaratoria, el Departamento de Arqueología de la CPCN aduce que la localidad arqueológica contiene un conjunto de valores muy significativos para el conocimiento del poblamiento prehistórico temprano del continente y tiene características particulares que indican su alta potencialidad como soporte de investigaciones científicas, así como también, para acciones educativas y de recreación (CPCN 2013:10). Su valor patrimonial se ve reforzada por su relevancia ambiental y paisajística, pues la zona posee paisajes, ambientes y especies valiosas y únicas que ameritan su conservación.

Actuaciones recomendadas: No podrán realizarse actividades que impliquen alteración del suelo sin previa consulta a las autoridades y profesionales vinculados a la disciplina arqueológica. Por ser MHN, tiene potestades sobre el sitio la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación (MEC) por lo tanto cualquier intervención sobre el sitio deben contar con la aprobación de la mencionada institución. También se deberá actualizar/implementar un plan de manejo del sitio y monitoreo, así como programas de puesta en valor (mantenimiento de la cartelería explicativa y señalética). Por tratarse de una zona comprendida en un proyecto de investigación, es recomendable que la institución responsable del mismo sea notificada ante cualquier actuación sobre el área.

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- FICHA 4 -

Tipo de bien patrimonial: sitios prehistóricos de Sierra Ballena

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona B1 número 4

Descripción y antecedentes: Este sitio prehistórico localizado en la ladera NE de un cerro de la Sierra de La Ballena se conoce a partir de un Estudio de Impacto Arqueológico (Suárez 2011, expediente CPCN 0042-2011). Esta zona tiene como antecedente un trabajo de relevamiento arqueológico realizado en la década de 1980, el cual da cuenta de un sitio superficial precerámico (Pinto y Varela 1980).

Valoración patrimonial: Sujeto a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971, Art.14

Actuaciones recomendadas: Se requiere de un relevamiento sistemático del área de la sierra para actualizar la información sobre la integridad de estos sitios, hasta tanto no se realicen estas actuaciones deberán protegerse de ciertos factores de alteración antrópicos y naturales. Asimismo es recomendable la implementación de zonas de protección o áreas de exclusión.

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- FICHA 5 -

Tipo de bien patrimonial: prehistórico, cairnes y vichaderos

Identificación en Figuras 1 y 2: zona B1, números 5.1, 5.2 ,5.3 y 5.4

Descripción y antecedentes: Las estructuras de piedra denominadas cairnes y vichaderos caracterizan el paisaje arqueológico de las tierras altas tanto en la región centro-norte como en la región este de Uruguay. Se trata de estructuras circulares y en forma de montículo que varían entre 2 y 10 metros de diámetro y cuyas alturas son inferiores a 1 metro y que presentan cierta estandarización en cuanto formas y tamaños y respecto a la técnica constructiva, caracterizada por la superposición de bloques de piedra seleccionados por su tipo y tamaño y colocados de forma tal que han perdurado sin desmoronarse. Pueden hallarse aisladas, aunque en general conforman conjuntos en las cumbres de los cerros (Femenías 1983; Figueira 1958; Sotelo 2012). A nivel cronológico, las fuentes escritas las vinculan a los siglos XVII a XIX. Desde el punto de vista arqueológico, la obtención de dataciones absolutas se presenta, a las luz de las tecnologías actuales, como una dificultad. Sin embargo en excavaciones realizadas en este tipo de estructuras, se obtuvieron dataciones relativas (Lezama 2007) y absolutas (Sotelo y Gianotti 2015-2016) que proponen un origen indígena vinculado a momentos históricos. En cuanto a la adscripción cultural, Sotelo (2016) sugiere que los territorios donde se encuentran este tipo de estructuras fueron ocupados por parcialidades guenoa-minuanes durante los siglos XVII y XIX. Si bien aún no hay resultados concluyentes en cuanto a su función, las fuentes documentales históricas los vinculan con lugares de entierro y celebración de rituales, ceremonias y encuentros (Femenías 1983; Sotelo 2014). Por otro lado, los datos provenientes de la investigación arqueológica, no son concluyentes en cuanto a la función funeraria de estas estructuras, sin embargo sugieren que se trata de elementos estructuradores del paisaje que probablemente tuvieron más de una función. Respecto del área de la cuenca de la Laguna del Sauce, las referencias a este tipo de estructuras provienen de diversas fuentes: a) Documentos y crónicas históricas. Por ejemplo, las del naturalista Charles Darwin que en su visita a Maldonado en 1832 hace referencia a estos amontonamientos de piedra en la Sierra de las Ánimas. En 1862, los integrantes de una expedición española al Pacífico se detienen en el cerro Pan de Azúcar y en el Betete, donde narran la existencia de sepulturas y de otras estructuras de piedra (Seijo 1945). b) La propia toponimia del lugar donde muchos de los cerros hacen referencia a denominaciones indígenas (Tupambaé, Betete, entre otros) o a ciertas alusiones vinculadas a la funebria (sierra de las Animas). c) También es importante destacar la labor de varios coleccionistas y aficionados de la arqueología. Entre ellos, el primer antecedente de este tipo se debe al Prof. José H. Figueira quien junto al periodista y escritor Julio Piquet visita el cerro Tupamabé en 1881. La información sobre esa excursión fue publicada en 1958 por su nieto J.J.Figueira, en esta se relata que algunas de las estructuras fueron desmontadas en busca de indicios de sepulturas pero que el resultado fue infructuoso, aclarando que en muchos casos apoyan sobre la propia roca. Otro aficionado, el Sr. Marcelo Cuadrado (a quien entrevistamos con motivo de este trabajo), puede considerarse informante clave al momento de llevar a cabo un inventario de este tipo de estructuras. Cuadrado es vecino de Pan de Azúcar y por más de 40 años ha visitado y registrado a nivel fotográfico muchas de estas estructuras. Él nos relató como de las más de 200 estructuras localizadas en la cima del cerro, hacia 1967 quedaban la mitad, en 2004 unas 20 y en 2014 las que quedaban fueron afectadas por maquinaria para colocar una antena (Cuadrado com. pers 2018). 17

Valoración patrimonial: Bienes sujetos a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971, Art.14) pero sin una figura específica de protección. Los Estudios de Impacto Arqueológico solicitados por la DINAMA con motivo de la construcción de parques eólicos, dan cuenta de este tipo de estructuras (Marozzi 2013; Suárez 2011) en la propia cuenca o en territorios circundantes. En los EIArqu. consultados , las estructuras no se vieron directamente afectadas por la construcción de los aerogeneradores, aunque debe destacarse que la percepción del espacio a nivel visual, así como el contexto arqueológico de las estructuras sí se vio afectado.

Actuaciones recomendadas: Se requiere de una evaluación del estado de integridad patrimonial, hasta tanto no se realice la misma deberán protegerse de ciertos factores de alteración antrópicos y naturales. También se recomienda la implementación de zonas de protección o áreas de exclusión y la realización de un relevamiento sistemático de campo a los efectos de evaluar el estado actual de estos sitios. El área de los cerros y serranías de la cuenca de la Laguna del Sauce presenta alta potencialidad de ocurrencia de este tipo de estructuras de origen indígena, por lo que se recomienda se tomen las precauciones necesarias a la hora de llevar a cabo emprendimientos que involucren las laderas y cumbres de los cerros. Por otro lado, ninguna de estas estructuras goza de algún tipo de protección legal específica a nivel departamental o nacional (otras estructuras de similares características se encuentran protegidas, por ejemplo los amontonamientos de piedras en la cima del cerro Charrúa en el departamento de Tacuarembó fueron declaradas Monumento Histórico Departamental en 2010). Por tratarse de un tipo de manifestación propia de los grupos indígenas de este territorio de las cuales aún no se conoce lo suficiente a nivel científico y considerando que muchas han sido destruidas, es altamente recomendable que algunas de ellas sean protegidas legalmente al mismo tiempo que se promueva su investigación y divulgación a nivel local y departamental. Finalmente, tanto las estructuras en piedra como las pinturas rupestres, fueron creadas por grupos humanos que les atribuyeron un significado especial y que de cierta forma transformaron un paisaje natural en uno cultural al seleccionar ciertos soportes y ciertas elevaciones para llevar a cabo estas manifestaciones. En este sentido la separación entre naturaleza y cultura se desdibuja, pues es el medio físico el que funciona como enmarque de estas manifestaciones. Por tal motivo sería ampliamente recomendable seleccionar algunos sectores para que su protección no sólo afectase al bien cultural sino a su entorno.

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- FICHA 6 -

Tipo de bien patrimonial: históricos, vinculados a la explotación de recursos minerales

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A2, número 6.1, 6.2, 6.3, 6.4 ,6.5 y 6.6

Números 6.1 y 6.2: Calera del Rey y Calera Nuñez

Descripción y antecedentes: Es de destacar, pues ha marcado el perfil de la cuenca de la Laguna del Sauce, la riqueza geológica de la zona: granitos, mármoles, dolomitas, lajas, areniscas, sienita, cobre, calizas, carbonatos, arena, malaquita, entre otros (Arrighetti y Gianotti 2012). La explotación económica de estos recursos geológicos se remonta a mediados del siglo XVIII cuando comienza a funcionar la Calera del Rey (figura 1, número 6.1) que proveyó de cal a construcciones como la Fortaleza de Santa Teresa, la Iglesia de San Carlos, algunos edificios emblemáticos de Maldonado y fue utilizada en las viviendas que se iban construyendo en el área (Lara 2013). La búsqueda del oro y la plata y luego de cobre, impulsó a los primeros exploradores de estos cerros. Hoy quedan como testimonio algunos socavones y galerías y las ruinas de las antiguas caleras, entre ellas, la Calera del Rey, cuya producción es ya mencionada en 1760. Si bien es la más emblemática, pues fue la primera, no es la única e incluso hay otras en mejor estado. Tal es el caso de la calera Nuñez (figura 1, número 6.2), ubicada sobre el arroyo Viejo Molino que mantendría su horno en buen estado de conservación (Lara 2013). La gran cantidad de caleras ubicadas en el departamento de Maldonado llevó a que la Intendencia de ese departamento hace algunos años promociona un proyecto turístico denominado “La ruta de la cal”. En el marco de este proyecto se desarrolló una investigación etnoarqueológica, la cual generò un importante cúmulo de información respecto de las caleras, que con sus canteras y obradores -incluye horno y su chimenea- galpones para los obreros y áreas de actividad asociada al desmonte de leña, descarte de materiales y caminaría externa e interna, constituyen un verdadero paisaje cultural característico del área (Curbelo y Sosa 2012).

Valoración patrimonial: Bienes sujetos a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) pero sin una figura específica de protección. Para el caso de La Calera del Rey, ubicada en un camino vecinal a la altura del km 28 de la ruta 60, si bien se encuentra en un predio municipal y hace algunos años se realizó un proyecto de puesta en valor, de acuerdo a la información recabada se encuentra actualmente cerrada al público.

Actuaciones recomendadas: La conjunción de lo material y visible junto a todo aquello producto de los comportamientos culturales que dieron origen a ese paisaje, hace de las caleras de la cuenca de la Laguna del Sauce un patrimonio cultural que bien vale la pena continuar investigando. Por otra parte, el proyecto turístico “La ruta de la cal”, es un emprendimiento que podría ser retomado poniendo en valor este tipo de vestigios y haciendo visible un tipo de patrimonio que se encuentra desvalorizado. Asimismo, la Calera del Rey, luego de una valoración patrimonial a efectos de evaluar su actual situación, debería ser protegida a nivel normativo local y/o nacional. Por ubicarse en un predio municipal y de fácil acceso, también se debería implementar un plan de manejo del sitio y monitoreo, así como programas de puesta en valor (cartelería explicativa y señalética). 19

Números 6.3 y 6.4: cantera Nueva Carrara y Pueblo Gerona (o km 110)

Descripción y antecedentes: Hacia 1890 comienza la explotación intensiva de granitos y pórfidos en la zona, sin embargo hay referencias de que la cantera Nueva Carrara, antiguamente cantera de Burgueño, habría comenzado a explotarse a partir de 1749. Esta cantera que continúa en actividad hasta la actualidad fue la proveedora de calizas y mármoles para construcciones en Argentina y Montevideo, entre ellas el Palacio Legislativo. Con ella, surge una interesante corriente migratoria de talladores y canteristas italianos. En 1938 se inicia la producción de cemento en la cantera de Nueva Carrara, la fábrica que estaba junto a la estación del km 110 de la vía férrea, dio origen a localidad de Pueblo Gerona, o km 110.

Valoración patrimonial: Bienes sujetos a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) pero sin una figura específica de protección.

Actuaciones recomendadas: Muchas de las canteras explotadas durante el siglo XX se encuentran hoy inactivas (Arrighetti y Gianotti 2012), si se plantea la posibilidad de una ruta turística vinculada a la actividad minera, alguna de ellas podría ser incorporada, pues representan un mojón más de la historia minera de la zona. De esta forma además, se podría recuperar un espacio actualmente en desuso. Respecto a la cantera Nueva Carrara, la situación es diferente pues actualmente se continúa explotando. Este hecho implica que en determinados momentos la visita a la cantera puede ser peligrosa debido al manejo de explosivos y maquinaria pesada. En relación a Gerona, de acuerdo a la información relevada existiría un grupo de artesanos y colectivos rurales que venderían sus productos, sin embargo en la visita de campo efectuada por este equipo de trabajo no se constató presencia de artesanos ni de venta de productos. Si aún existe tal iniciativa, debería ser promocionada de manera apropiada tanto a nivel de sitios web como de folletería y señalética a los efectos de dar a conocer tal actividad. A nivel de patrimonio arquitectónico/histórico, especialmente en las afueras del pueblo, se reconocieron algunos edificios y estructuras que pueden ser incluidos en un listado patrimonial. Se recomienda evaluación patrimonial multidisciplinaria del pueblo y sus alrededores en la que participen arquitectos, arqueólogos e historiadores.

Número 6.5: Mina La Oriental Parque arqueológico-minero

Descripción y antecedentes: Se trata de un yacimiento minero de cobre descubierto en 1774 que continuó la explotación hasta mediados del S XIX, pero de forma discontinuada. Este hecho generó, un paisaje cultural singular en el que es posible apreciar diferentes tipos y metodologías de explotación minera. Presenta diversas edificaciones, galerías y elementos originales de los distintos momentos de la explotación minera. Actualmente se lleva a cabo una muy interesante propuesta de desarrollo turístico que incluye distintos itinerarios y visitas guiadas a diverso público objetivo. Las propuestas del parque generan a su vez, ciertas necesidades como alojamiento y alimentación que actualmente son satisfechas por otros emprendimientos cercanos. Es de destacar la predisposición de la propietaria a trabajar en conjunto con diversos científicos a los efectos de generar información que aporte a un mejor conocimiento del área tanto a nivel geológico como de la historia de uso del predio.

Valoración patrimonial: Bien sujeto a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) pero sin una figura específica de protección. 20

Actuaciones recomendadas: Debido a que constituye un paisaje cultural singular que refleja buena parte de la historia de la Cuenca de la Laguna del Sauce se recomienda se generen los mecanismos para su protección a nivel normativo departamental y/o nacional. Por otra parte, por tratarse de uno de los pocos emprendimientos turísticos con fuerte apuesta a la historia local y a la difusión de diversos aspectos vinculados con temáticas tan diversas y a su vez complementarias como la geología, la botánica, la historia y la arqueología, se recomienda promoverlo como caso piloto a los efectos de buscar fuentes de financiación para un proyecto que conjugue la protección, la puesta en valor, la investigación interdisciplinaria y el desarrollo local.

Número 6.6: Cantera y Castillo de Piria.

Descripción y antecedentes: La antigua cantera ubicada en el Cerro Pan de Azúcar era parte del complejo agroindustrial y balneario desarrollado a fines del siglo XIX por Francisco Piria, el cual incluía la explotación de minerales, la cosecha de vinos y otros productos , la actividad ganadera y la fundación de una ciudad balnearia, Piriàpolis (Klein 2015). Esta cantera constituía parte del circuito que comunicaba la estación de Pan de Azúcar con la del puerto de Piriápolis a través de una locomotora de trocha angosta que transportaba materiales extraídos y pasajeros. En esta zona se concentra buena parte de la oferta de atractivos turísticos, de indudable valor como parte del patrimonio histórico y cultural de la zona, como son la antigua Iglesia del Pueblo Obrero, la Administración Central (hoy Quebradas del Castillo), el Castillo de Piria, la ex-bodega de Piria, la Estación de Cría de Fauna Autóctona y el acceso al Cerro Pan de Azúcar (Taller territorial microrregión-piriápolis, ITU2009).

Valoración patrimonial: El área de la cantera de Piria, la cual conserva el antiguo pasaje del tren en un túnel de roca, así como parte de la maquinaria de época utilizada para la extracción de piedra, está sujeta a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) pero sin una figura especifica de protección. El Castillo de Piria fue declarado MHN (CPCN 1238/984), en 1980 es adquirido por la Intendencia Municipal de Maldonado para su restauración; actualmente es un museo municipal constituyendo uno de los atractivos históricos más relevantes no solo de Piriápolis, sino de todo el territorio, con un muy buen estado de conservación.

Actuaciones recomendadas: El área de la cantera requiere el estudio, recuperación y conservación de estos bienes, la evaluación de su actual situación y su eventual protección a nivel normativo local y/o nacional. Por ubicarse en un predio municipal y de fácil acceso, también se debería implementar un plan de manejo del sitio y monitoreo, así como programas de puesta en valor; fortaleciendo su integración al circuito turístico a través de su acondicionamiento y exposición. Hasta tanto no se realicen estas actuaciones, deberán protegerse de ciertos factores de alteración antrópicos y naturales así como la implementación de zonas de protección o áreas de exclusión para su protección “in situ”. En relación al bien MHN tiene potestades la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación por lo tanto cualquier intervención sobre el sitio deben contar con su aprobación.

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- FICHA 7 -

Tipo de bien patrimonial: históricos, guardias militares coloniales

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A2, número 7.1 y 7.2

Descripción y antecedentes: En la época de la Colonia el territorio de la Banda Oriental fue protegido mediante un sistema de guardias con asentamiento permanente y con dotaciones de soldados que variaron en número según la importancia de la guardia. Entre las funciones que cumplían estos destacamentos se encontraban las de “…establecer una resistencia permanente a las invasiones de indígenas y malhechores a las charcas y estancias, capturar fugitivos, reprender el robo de caballadas y el ganado en pie que eran introducidos en los dominios de Portugal y las faenas clandestinas de cueros y su extracción también para el territorio luso-brasileño. Brindaban también apoyo a los establecimientos rurales y amparo al vecindario campesino y gente de paso y percibían y oprimían a los que aplican el calificativo de vago, cuando recorrían los campos sin las respectivas licencias” (Barrios Pintos 2000: 337). En la zona de la cuenca de la Laguna del Sauce se encontraban dos guardias: la de San Antonio y la de Pan de Azúcar, que además de realizar todas las tareas que llevaban a cabo estas guarniciones militares, debían de cuidar del ganado caballar de los Potreros del Rey, aquí ubicados. Si bien ambas cumplieron importantes funciones poco se sabe en la actualidad de ellas y varias publicaciones las confunden o les dan otros nombres.

Respecto de la guardia de Pan de Azúcar, Martínez Rovira (2004) la ubica sobre el Camino Real (que a esta altura coincide aproximadamente con el trazado de la ruta 9), en un lugar equidistante entre el cerro y el paso real del arroyo de Pan de Azúcar. De acuerdo a este autor la guardia ya existía hacia 1759 y continuó activa hasta bien entrado el siglo XIX. A fines de ese siglo sus paredes fueron desmanteladas y las piedras llevadas a la cercana población de Acosta –a 8 cuadras al NE también sobre el Camino Real. Si bien Martínez Rovira en 1972 la localiza y excava sus cimientos, no hay más información que la profundidad de los mismos: 80 cm. Esta guardia además de cumplir las funciones típicamente castrenses, sirvió de posta de correos, enfermería y posada. Además muchos de sus hombres tenían sus propios campos en la zona obtenidos como recompensa por sus servicios militares o mediante la simple ocupación o denuncia. Todo ello dio origen a una población diseminada en torno a la guardia y como consecuencia, a varios pedidos de licencia de pulperías y a la solicitud por parte de un grupo de vecinos de establecer en las inmediaciones de la guardia una capilla, una escuela y un cementerio. En su carta al Barón de la Laguna los vecinos aducen que para recibir los servicios religiosos deben viajar entre 6 y 12 leguas y que los días de lluvia muchos arroyos no dan paso, por lo que se hace necesario contar con una capilla (Martínez Rovira 2004). Si bien esta solicitud quedó frustrada debido a la convulsionada situación sociopolítica del momento, demuestra que ya casi medio siglo antes de la fundación de Pan de Azúcar (1874) había suficiente población en la zona como para reclamar ciertos servicios considerados esenciales.

De la guardia de San Antonio o guardia Vieja –data del año 1751-, ubicada al norte de la laguna del Sauce, cercana al cruce de la ruta 9 y la 12, no hay consenso de su exacta ubicación entre quienes se ocuparon del tema. De acuerdo a Seijo (1931) a la guardia corresponden las construcciones que se ubican en la cima del cerro San Antonio, mientras que Martínez Rovira (2004) considera que se hallaba a la orilla del arroyo Maldonado Grande, sobre un albardón. Tal como sucedió con la 22 guardia de Pan de Azúcar, alrededor de la guardia Vieja se levantaron varias construcciones producto de las distintas actividades llevadas a cabo: ranchos para los soldados, habitaciones en piedra para el jefe y los oficiales de la guarnición, corrales y mangueras de piedra para la caballada y el ganado usado para la alimentación de la tropa. De acuerdo al plano que publica Seijo (1931) en la cima del cerro había dos habitaciones con ventanas al W y un gran corral de piedra. En las imágenes satélites actuales (googleEarth 2017), pueden visualizarse claramente ambas estructuras no así el corral, que debió haber sido desmantelado en algún momento posterior a 1931.

Valoración patrimonial: Bienes sujetos a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) pero sin una figura específica de protección.

Actuaciones recomendadas: De la ausencia de consenso y de investigaciones sistemáticas respecto de las guardias reales, surge la necesidad de profundizar la investigación a través de estudios multidisciplinarios que involucren historiadores, arqueólogos, aficionados y pobladores locales. Es importante destacar que para el caso de la guardia de Pan de Azúcar, en 2010 el Sr. Domingo Rodríguez, en ese momento director del museo El Galpón, presentó un proyecto para el presupuesto participativo que si bien no tuvo prosperidad debería ser considerado como un antecedente importante a la hora de la investigación y puesta en valor. Se requiere de un relevamiento sistemático del área a para actualizar la información sobre la integridad de los restos, hasta tanto no se realicen estas actuaciones, deberán protegerse de ciertos factores de alteración antrópicos y naturales así como la implementación de zonas de protección o áreas de exclusión para su protección “in situ”. El estudio, recuperación y conservación de estas construcciones históricas permitirá la integración de las mismas al circuito turístico a través de su acondicionamiento y exposición. Por tratarse de bienes patrimoniales de singular importancia ya que formaban parte del sistema defensivo colonial y una de ellas dio origen a una población diseminada en torno a la guardia que finalmente devino en la actual población de Pan de Azúcar, se recomienda su protección a nivel normativo local y/o nacional.

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- FICHA 8 -

Tipo de bien patrimonial: históricos, molinos hidráulicos

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A2, número 8.1 y 8.2

Descripción y antecedentes: En torno a la villa de Pan de Azúcar (declarada pueblo en 1887) surgen algunos emprendimientos económicos que han dejado hasta el día de hoy sus huellas. Cuando se funda Pan de Azúcar en 1874 el vecino Francisco Bonilla, uno de los fundadores del pueblo y abuelo de Álvaro Figueredo, distribuye sarmientos de vid y el pueblo nace así rodeado de viñas. Hacia el este, bordeando la Laguna del Sauce, se instalan agricultores y hortelanos, inmigrantes canarios; chacareros, quinteros, surgen los trigales, las huertas y los viñedos. (Lara 2013). En esos primeros años se construyen molinos hidráulicos para el procesamiento del trigo, uno de los más emblemáticos es el Molino Montanelli de 1884, que aún conserva las máquinas originales de madera y que goza del privilegio de ser el único bien protegido a nivel departamental (2010) de la cuenca de la Laguna del Sauce. Según cuentan, la madera utilizada en sus entrepisos y vigas corresponde a partes recuperadas de los navíos encallados en la costa (Lara 2013). Si bien este es el más conocido, hay otros molinos distribuidos a lo largo de los cursos de agua de la cuenca de la Laguna que deberían ser inventariados y que necesitan de una valoración patrimonial. Uno de ellos es el molino de Miguel Cordone –también utilizado para moler trigo para hacer gofio- y ubicado en el arroyo El Renegado. De la estructura en piedra y ladrillo de principios del siglo XX se conservan la sala del molino, la rueda hidráulica y muela pero en precarias condiciones: han sido cubiertos por vegetación y no cuentan con ningún tipo de protección. En el mismo predio se encuentran los restos de una escuela rural (Lara 2013).

Valoración patrimonial: Bienes sujeto a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) El Molino Montanelli fue declarado Bien de Interés Patrimonial Departamental en 2010.

Actuaciones recomendadas: Se requiere de un relevamiento sistemático del área ocupada por ambos molinos e investigación a nivel arqueológico para actualizar la información sobre la integridad de los restos. Hasta tanto no se realicen estas actuaciones, deberán protegerse de ciertos factores de alteración antrópicos y naturales. También se recomienda la implementación de zonas de protección o áreas de exclusión para su protección “in situ”. El estudio, recuperación y conservación de estas construcciones históricas permitirá la integración de las mismas al circuito turístico a través de su acondicionamiento y exposición. Respecto del molino Montanelli, por ser Bien de Interés Patrimonial Departamental, Comisión de Patrimonio Local de Maldonado tiene potestades sobre este bien, por lo tanto cualquier intervención sobre el mismo deberá contar con la aprobación de la mencionada institución. De acuerdo a la información bibliográfica recabada, fueron varios molinos hidráulicos que existieron en las cercanías de los arroyos Pan de Azúcar y El Renegado. A efectos de recuperar este fragmento de la historia de la cuenca de la Laguna del Sauce, se recomienda se promueva un estudio multidisciplinario que involucre historiadores, arqueólogos y actores locales interesados en la temática, a los efectos de llevar a cabo un relevamiento, ubicación e inventario de todos los vestigios de molinos de la zona.

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- FICHA 9 -

Tipo de bien patrimonial: colecciones de materiales arqueológicos e históricos Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A1 números 9.2, 9.4 y 9.5 Zona B1 números 9.1 y 9.3

Descripción y antecedentes: Se trata de colecciones públicas y privadas, perteneciente a sitios de ocupación prehistórica aún existentes y a otros ya desaparecidos. Se realizó un relevamiento preliminar de la información existente con referencias a cinco colecciones arqueológicas: W. Suarez, E. Rueda, M. Cuadrado, G. Aznares, y D. Rodríguez. Si bien estas presentan limitantes desde el punto de vista metodológico, como la pérdida de información contextual por su carácter de recolecciones asistemáticas y selectivas, adquieren relevancia como generadoras de información complementaria, fundamentalmente en aquellos sitios que en la actualidad han desaparecido.

Valoración patrimonial: Sujeto a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) pero sin una figura específica de protección.

Actuaciones recomendadas: Las colecciones de G. Aznares y de E. Rueda requieren de una evaluación patrimonial. Las colecciones de Suárez, Cuadrado y Rodríguez no cuentan con un inventario sistemático ni con figura de protección específica, por lo cual se recomienda propiciar actividades que fomenten acuerdo de manejo entre distintos actores vinculados a la conservación de este patrimonio. Por ejemplo se podría desarrollar un proyecto de revalorización de las colecciones arqueológicas públicas y privadas. Dicho proyecto tendría como objetivo potenciar el diálogo de saberes (saber académico y conocimiento local) a través de un inventario de colecciones, en conjunto con los propios coleccionistas, que incluye el relato de los aficionados sobre la historia de los sitios arqueológicos. Este es el caso de colecciones que actualmente se encuentran en manos de privados como las del Sr. Suárez, el Sr. Marcelo Cuadrado o los herederos del Sr. Rueda o aquellas que forman parte de acervos de museos locales privados como las del Museo Álvaro Figueredo o museo El Galpón. Este último alberga una colección integrada por diferentes testimonios de la historia de la ciudad: objetos de la vida cotidiana, principalmente del siglo XIX, una colección numismática, algunos ejemplares de instrumentos líticos y cerámicos prehistóricos, fotografías, planos, postales antiguas. Fue fruto del trabajo del Sr. Domingo Rodriguez, ferviente defensor del patrimonio de Pan de Azúcar, actualmente se encuentra administrado por sus hijos y cuenta con escaso apoyo para su conservación a nivel de autoridades departamentales o nacionales.

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- FICHA 10 -

Tipo de bien patrimonial: histórico, construcciones rurales

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona B2, números 10.1, 10.2 y 10.3.

Descripción y antecedentes: Diversas técnicas constructivas forman parte de las tradiciones rurales de nuestro país y otorgan cierta homogeneidad al entorno de la Laguna del Sauce: construcciones en piedra seca1 (para corrales y mangas de piedra ver ficha 11), paredes de terrón o de palo a pique, construcciones de piedra con argamasa de cal y arena (por la proximidad a los hornos del cal) muchas veces revocadas, techos de paja a dos aguas, tabiques interiores apuntalando las cumbreras, pocas aberturas, cuerpos separados, pisos de barro apisonado. Más adelante se incorporan nuevos elementos: paredes y pisos de ladrillo, tejas y rejas de hierro forjado (Martínez Rovira 2004). Al día de hoy se preservan innumerables ejemplos de este tipo de construcciones que son reflejo de un modo de vida particular y acervo cultural del área.

Actuaciones recomendadas: El desarrollo de estudios sobre esta temática así como inventarios de viviendas y construcciones rurales permitiría la evaluación del estado de integridad de estos bienes, hasta tanto no se realicen estas actuaciones no podrán realizarse actividades que impliquen alteración del suelo y/o de estructuras en pie sin previa consulta de las autoridades competentes.

1 La técnica de piedra seca implica la construcción de estructuras en piedra sin utilizar morteros o argamasa. Esta técnica tiene una tradición milenaria en Europa y llegó al Río de la Plata de la mano de inmigrantes vascos, italianos, catalanes, gallegos y canarios, entre otros. Recientemente la Unesco (2018) incluyó en la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial la técnica constructiva de piedra seca ya que ha dado forma a diversos paisajes culturales y es representativa de distintos modos de vida y tradiciones culturales de Europa.

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- FICHA 11 -

Tipo de bien patrimonial: histórico, corrales y mangas de piedra

Identificación en Figuras 1y 2: Zona B2 números 11.1, 11.2, 11.3, 11.4 y 11.5

Descripción y antecedentes: Construcciones de origen europeo como mangueras y corrales, conos y mojones. De acuerdo a varios autores (Barrios Pintos 1965; Florines et al 2011; Lezama 2004; Nahum 1968; Roland 2010; entre otros), los corrales, cercos, mangas y mangueras de piedra seca se asocian a la explotación más intensiva, a la necesidad de mayor control y uso exclusivo de las pasturas y a la introducción del ganado ovino, en tanto que actividades como la esquila requieren del encierro de los animales para su ejecución. Este cambio en la producción pecuaria pudo darse a partir de que en el país se logró una mayor estabilidad política luego de la Guerra Grande. Desde ese momento y en aquellas zonas donde la disponibilidad de piedra lo permitía, estas estructuras se tornaron parte del paisaje rural. A finales del siglo XIX el alambrado vino a cumplir las mismas funciones que estos cercos y corrales y entonces muchas estructuras fueron abandonadas y terminaron desmoronándose, otras fueron recicladas utilizándose sus piedras para nuevas construcciones y otras son utilizadas con los mismos fines que antaño hasta el día de hoy. Estos cercos y corrales pueden ser mucho más que mudos testigos de una época, encierran valiosa información que permite dar cuenta de diferentes patrones constructivos asociados quizás a las distintas “comparsas” de inmigrantes europeos que aportaron sus conocimientos y técnicas, y probablemente a mano de obra esclava, ya que la cantidad de hombres que requería su construcción bien podría haberse valido de una situación social que perduró en el medio rural hasta entrado el siglo XIX.

Valoración patrimonial: bienes sujetos a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971).

Actuaciones recomendadas: Se requiere de una evaluación del estado de integridad patrimonial, hasta tanto no se realice la misma deberán protegerse de ciertos factores de alteración antrópicos y naturales así como la implementación de zonas de protección o áreas de exclusión. En general para todo Uruguay y en particular para la cuenca de la Laguna del Sauce estas estructuras no han sido relevadas ni investigadas de forma sistemática. Una excepción es el estudio detallado del cerco de la sierra de los Caracoles (Florines et al. 2011). Por otra parte, la ausencia de protección legal los transforma en un patrimonio muy vulnerable y fuertemente amenazado por factores antrópicos y naturales. Teniendo en cuenta la gran cantidad de corrales, mangas y mangueras de piedra seca presentes en la cuenca de la Laguna del Sauce y a los efectos de conocer su origen, función y cronología, se recomienda llevar a cabo un estudio detallado a nivel cartográfico, documental, dominial, de historia oral y arqueológico (por ejemplo, para identificar técnicas constructivas). Los resultados de esas investigaciones y su posterior divulgación en el medio local redundará en un mayor conocimiento por parte de la población, lo que a su vez podrá generar en mecanismos de protección social y posibilidades de puesta en valor e inclusión de algunas de estas estructuras en circuitos turísticos locales o departamentales.

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- FICHA 12 -

Tipo de bien patrimonial: urbano-arquitectónico, edificios históricos de la ciudad de Pan de Azúcar

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A2, números 12.1, 12.2, 12.3 y 12.4

Número 12.1: Caserío de Rapa

Descripción y antecedentes: El Caserío de Rapa considerado el preámbulo fundacional de Pan de Azúcar y ubicado en un sector del Camino Real ubicado entre la zanja de Fontes y el A° El Renegado, al SE de la actual ciudad de Pan de Azúcar sobre la ruta 9, conserva hasta el día de hoy los restos de aquellas primeras construcciones, entre ellas los de la primera escuela de la zona. Eran sus pobladores agricultores y hortelanos de origen canario provenientes de Maldonado. Cuando aquellos pobladores fundan Pan de Azúcar lo hacen en una zona más alta, para así evitar los riesgos de las inundaciones que en muchos casos los dejaban aislados (Lara 2013).

Valoración patrimonial: Sujeto a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) pero sin una figura especifica de protección.

Nùmero12.2: Edificios emblemáticos de Pan de Azùcar

Descripción y antecedentes: Una vez conformado el pueblo y a lo largo de su historia diversos edificios y personajes -entre ellos el indio Miguel, la poetisa Blanca Luz Brum y el compositor y músico José Pierri Sapere- han contribuido a enriquecer el rico patrimonio de Pan de Azúcar. A los tres años de fundado el pueblo, se construye la capilla de Nuestra Sra de los Dolores que fue la primera capilla de la ciudad. Por ella pasaron varios referentes eclesiásticos del país como Jacinto Vera o Pedro Podestá. En el edificio de la antigua casa parroquial, cuya fachada original no ha sufrido ninguna modificación en el curso de los años, se guardan los archivos parroquiales desde el estado de Capilla, Vice parroquia a Parroquia, con documentos de bautismo y casamiento de la primera época. Entre ellos está el libro de Confirmaciones donde está asentado con el Nº 139 del día 3 de mayo de 1881, la última confirmación realizada por Monseñor Jacinto Vera antes de su fallecimiento acaecido en esta ciudad. Asimismo, en el patio de dicho edificio se conservan los restos de la primera capilla (Lara 2013; Klein 2015). Otro edificio que merece destacarse es el de los catalanes Sancho, Tous y Cervera que fue posada, posta de diligencias, confitería y casa de comidas. La ciudad de Pan de Azúcar cuenta ademàs con tres museos: el museo Alvaro Figueredo, el museo Religioso Monseñor Jacinto Vera y el museo El Galpòn. El museo Alvaro Figueredo contiene principalmente material indígena (instrumentos líticos y cerámica) de la zona de la cuenca de la Laguna del Sauce donado por varios coleccionistas locales, entre ellos el Sr. Marcelo Cuadrado. También cuenta con material paleontológico, así como algunos elementos de la historia y el arte local. El museo Religioso Monseñor Jacinto Vera, se encuentra en el edificio que oficiara de vivienda del primer obispo de Uruguay y exhibe materiales de la primera iglesia de Pan de Azúcar como confesionarios, imágenes, libros de anotaciones y documentos en general. Para visitar cualquiera de los tres museos es preciso coordinar previamente pues no tienen horario de atención fijo. Si bien los tres se encuentran dentro de la pàgina web del Sistema de Museos, la información que contiene acerca de ellos es muy escasa.

Valoración patrimonial: Sujetos a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) pero sin una figura especifica de protección. 28

Actuaciones Recomendadas: Mantenimiento y conservación de edificios patrimoniales. El cementerio de Pan de Azúcar presenta una importante cantidad de monumentos funerarios de origen italiano que deberían ser inventariados y evaluados a nivel patrimonial. Respecto de los museos, a los efectos preservar su acervo es preciso diseñar una política de gestión que implique primeramente la realización de un inventario detallado de los materiales de cada museo. Se recomienda hacer uso de la plataforma digital de colecciones museológicas del Sistema Nacional de Museos, MESTIZA (disponible en forma gratuita), ya que de esta forma la información no sólo se alberga en la institución correspondiente sino que también queda respaldada en un servidor central. Asimismo se hace necesario trabajar en torno a la conservación preventiva (control de plagas, de PH, de humedad, etc.) y a la preservación de las piezas (manipulación, exhibición, almacenaje, etc). Por último, el buen funcionamiento de un museo que comunique de manera eficiente el legado patrimonial a través de un guión museográfico moderno, con una variada oferta de actividades culturales, requiere de la necesidad de tener a disposición los recursos humanos necesarios, sin descuidar la participación e involucramiento ciudadano, haciendo énfasis en que el cuidado del patrimonio es una responsabilidad compartida.

Número 12.3 y 12.4: Estaciones de AFE

Descripción y antecedentes: Restos arquitectónicos pertenecientes a las antiguas estaciones de AFE de Pan de Azúcar y Km 110.. A principios del siglo XX el ferrocarril hace su irrupción en Pan de Azúcar. De la mano de Francisco Piria la estación de Pan de Azúcar se comunica con la del puerto de Piriápolis y una locomotora de trocha angosta transporta materiales extraídos de las canteras y pasajeros. “El tren pasa por Pan de Azúcar. La locomotora a vapor es un verdadero espectáculo: la bocina que anuncia su próxima llegada, el clásico ruido de las ruedas en los separadores, los soplidos de su caldera, la campana de la estación autorizando la partida y el silbato del guarda. Largos trenes de carga o de pasajeros irrumpen en el silencio de la noche y se constituyen en una simpática referencia de las horas. La Estación, prolijo edificio de madera, se llena de bolsos y cajones y es durante largos minutos, escenario de charlas ocasionales. Mientras tanto, funcionarios trasladan bultos a un galpón, ponen otros sobre la balanza, van y vienen, en una actividad que llena el lapso entre dos trenes” (Vaccaro 2000: 234). Unos pocos años más tarde, en 1913, se amplía la línea del Ferrocarril Uruguayo del Este para hacerla llegar hasta la Estación de Pan de Azúcar, facilitaba el transporte de pasajeros entre Montevideo y Piriápolis. Actualmente la estación de Pan de Azúcar mudo testigo de todo aquel bullicio, se encuentra sin protección legal y en el abandono. Klein 2015).

Valoración patrimonial: Sujeto a la protección general dada por la ley Nº 14.040 (1971) pero sin una figura especifica de protección.

Actuaciones recomendadas: Se requiere de un relevamiento sistemático del área para actualizar la información sobre la integridad de los restos, hasta tanto no se realicen estas actuaciones, deberán protegerse de ciertos factores de alteración antrópicos y naturales así como la implementación de zonas de protección o áreas de exclusión para su protección “in situ”. El estudio, recuperación y conservación de estas construcciones históricas permitirá la integración de las mismas al circuito turístico a través de su acondicionamiento y exposición.

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- FICHA 13 -

Tipo de bien patrimonial: urbano -arquitectónico, urbanización Punta Ballena y “La Solana del Mar”

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A2, número 13

Descripción y antecedentes: A mediados del siglo XX el arquitecto catalán Antonio Bonet diseña el proyecto de urbanización de 1500 hectáreas en Punta Ballena y un conjunto de edificaciones entre las que se destaca particularmente "La Solana del Mar". Tanto el proyecto de la urbanización "Punta Ballena" -parcialmente concretado-, como la citada obra; son ejemplos cuyos valores trascienden la escala nacional para convertirse en punto de referencia a nivel Ibero-americano (CPCN 2009). Se destaca la calidad del diálogo entre la naturaleza y el proyecto urbanístico, cuya singularidad evitaba la destrucción del paisaje generando una estructura circulatoria con una vía de alta velocidad, caminos vehiculares de pequeña velocidad y senderos peatonales vinculados a través de pasarelas de madera y una diferenciación clara entre la zona residencial y las zonas de uso público (CPCN 2009).

Valoración patrimonial: Declarado MHN (CPCN 813/009).

Actuaciones recomendadas: Por ser MHN, tiene potestades sobre el sitio la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación (MEC) por lo tanto cualquier intervención sobre el bien debe contar con su aprobación. También se deberá actualizar/implementar un plan de manejo del sitio y monitoreo, así como programas de puesta en valor (mantenimiento de la cartelería explicativa y señalética). Por ejemplo, es de destacar que en 2018 la Unión Vecinal de Punta Ballena y Lagunas del Sauce y del Diario junto a la Intendencia de Maldonado organizaron un taller para la recuperación de la memoria e identidad de Punta Ballena. Asimismo, en el marco del Día de Patrimonio, se generó una propuesta de puesta en valor que invitaba a recorrer e intervenir parte del trazado de Punta Ballena. 30

- FICHA 14 -

Tipo de bien patrimonial: urbano arquitectónico, arboretum y museo Antonio Lussich

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A2, número 14

Descripción y antecedentes: En 1896 el escritor y empresario dedicado al salvataje de naufragios, Antonio Lussich, compra 1800 hectáreas en la sierra de Punta Ballena y se dedica a la creación de un arboretum. Actualmente alberga 400 especies exóticas y 80 autóctonas y desde 1972 se encuentra administrado por la Intendencia de Maldonado. Cuenta además con un pequeño museo donde se exhiben fotografías antiguas, documentos y objetos que pertenecieron a Lussich, una colección de azulejos Pais de Calais del siglo XIX y una pequeña colección de material arqueológico prehistórico. Allí también habitualmente se hacen exposiciones de arte.

Valoración patrimonial: Declarado MHN (CPCN 1238/984). En 1963 la ley 13.181 declaró de interés general la conservación, fomento y aprovechamiento del bosque Lussich prohibiéndose la tala de sus especies.

Actuaciones recomendadas: Por ser MHN, tiene potestades sobre el sitio la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación (MEC) por lo tanto cualquier intervención sobre el bien debe contar con su aprobación. También se deberá actualizar/implementar un plan de manejo del sitio y monitoreo, así como programas de puesta en valor (mantenimiento de la cartelería explicativa y señalética).

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- FICHA 15 -

Tipo de bien patrimonial: artístico, “Museo al Aire Libre” de Pan de Azúcar

Identificación en Figuras 1y 2: Zona A3, número 15

Descripción y antecedentes: Representado por los murales ejecutados en paredes y muros de diferentes edificios diseminados en la planta urbana de la ciudad. Comenzaron a pintarse en 1998 como forma de generar una atracción turística diferente y complementaria del clásico turismo de sol y playa ofrecido por el vecino balneario de Piriápolis. La ciudad cuenta con obras de importantes artistas como Carlos Páez Vilaró, Roberto Fontanarrosa, Tola Invernizzi y Hermenegildo Sabat. Se encuentra dentro de la pàgna web del Sistema Nacional de Museos.

Valoración patrimonial: De acuerdo a lo que se pudo observar en la visita llevada a cabo en octubre de 2018, varios requieren de tareas de conservación y restauración. Asimismo, no se encuentran debidamente señalizados, pasando en muchos casos inadvertidos.

Actuaciones recomendadas: Siendo una interesante iniciativa que propone un tipo de visita fuera de la convencional cuando se trata de museos, su falta de mantenimiento y adecuada promoción deberían ser atendidos a la brevedad pues su conservación se encuentra amenazada. Es importante destacar que todas las intervenciones, tales como la consolidación, limpieza y restauración, deberían ser llevadas a cabo por profesionales en la materia tras una cuidadosa planificación del tipo de intervención a realizar y una previa investigación a fin de conocer entre otras cosas, los diferentes procesos de degradación que están afectando dicho patrimonio cultural (ICOMOS 2003).

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- FICHA 16 -

Tipo de bien patrimonial: paisajísticos

Identificación en Figuras 1 y 2: Zona A4, números 16.1, 16.2, 16.3, 16.4 y 16.5

Descripción y Valoración patrimonial : Se trata de zonas identificadas como de gran valor escénico, como el tramo del camino “Arco del Sol”, los paisajes en torno a la ruta 60 y 12, paisaje productivo olivares y viñedos, mirador las Cumbres en Sierra Ballena, entre otros. En parcelas rurales más pequeñas, se ha verificado un importante crecimiento de los olivares, con destino principal de producción de aceite de oliva extra virgen, así como de viñedos. Dentro de los límites de la cuenca, por el momento no se han instalado almazaras para el procesamiento de la oliva. Ambos cultivos, promueven cierto tipo de actividad turística vinculada a la gastronomía, y en la medida en que no se generalicen en forma desmedida, suponen la incorporación de valores de paisaje asociados a la diversidad. (Bazet y Hareau 2018) Asimismo, se destaca dentro del área urbana de Pan de Azúcar el parque Zorrilla por su valor como espacio recreativo.

Actuaciones recomendadas: Se reconoce que una parte importante de los valores patrimoniales de la cuenca están relacionados al paisaje circundante, por lo que se recomienda desarrollar un plan para la conservación de la cobertura vegetal nativa, así como la protección de los valores escénicos de rutas que atraviesan la cuenca (ruta 60 y ruta 12) y la protección de las laderas de los cerros que rodean la cuenca y sus cumbres, Además del objetivo de atracción turística se busca preservar el acceso al disfrute y vivencia del espacio perceptivo público, por lo cual se recomienda medidas que garanticen le la percepción del paisaje desde puntos de vista del espacio público, por ejemplo, desde caminos y rutas panorámicas. Aplicación a los proyectos o emprendimientos localizados en la cuenca, estudios de impacto ambiental paisajístico como instrumento técnico jurídico de protección.