El Problema De Los Sistemas Desde La Reología De Xavier Zubiri
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“El problema de los sistemas desde la reología de Xavier Zubiri: para una metafísica contemporánea de la sustantividad” precedida por la “Presentación para defensa de tesis doctoral” Autor: Carlos Sierra-Lechuga Fuente: Cedida por el autor Publicada como tesis doctoral por: Pontificia Universidad Católica de Valparaíso URL estable: https://drive.google.com/open?id=1GNWtrckAr1fSLjC4eS8RHZW3xArjfRlr El uso de este documento indica la aceptación del copyright reservado al autor, quien ofrece los documentos aquí contenidos sin fines de lucro como ayuda a académicos, investigadores y estudiantes, a fin de poder ser utilizados siempre que se den explícitamente las referencias correspondientes Para más información, por favor contacte [email protected] O visite: www.carlossierralechuga.blogspot.com © Carlos Sierra-Lechuga, 2019 Presentación para defensa de tesis doctoral Resumen: En este documento se comparte la presentación de la tesis doctoral del día de su defensa. Se recorren tres puntos: 1) presentar la tesis y su argumento de una forma esquemática, 2) hablar del propio desarrollo de la investigación y 3) apuntar a dónde se ha abierto la investigación. Esta presentación duró treinta minutos exactos, mientras que el examen en total duró tres horas. Presentación para defensa de tesis doctoral. Carlos Sierra-Lechuga 18/10/2019 Viña del Mar, Chile Primero que todo, quiero agradecer a la mesa de jueces por estar aquí, por haber revisado mi trabajo y, de antemano, por sus comentarios venideros. Es una honrosa motivación contar con dos expertos en la obra de Zubiri como Esteban y Ricardo, a uno en la metafísica clásica como Patricio, a otro en la teoría de sistemas como Ronald y a otro en la metafísica de la ciencia como Aldo. Para mí es muy significativo que sus áreas de experticia tengan jurisdicción sobre momentos clave de mi texto. Si me permiten, comenzaré con esta presentación en la que no repetiré lo que ya han leído en el «libro» (que es como llamaré a la «tesis», porque la tesis es una posición, no todo el libro donde se intenta justificar dicha posición); no repetiré lo del libro sino que 1) presentaré la tesis y su argumento de una forma esquemática por tenerla presente, 2) lo que me interesa ahora es hablarles del propio desarrollo de la investigación y 3) apuntaré brevemente a dónde se ha abierto la investigación en estos cinco meses luego de haberla entregado. 1) A propósito de la tesis. Como saben, en el libro se trata el problema de la constitución de la realidad que, como tal, es ya de entrada un problema metafísico. En su historia, la metafísica ha preguntado, habida cuenta de que hay realidad, cómo es que la hay. Es decir, ha intentado determinar qué es realidad, qué «hace» (por así decirlo) que lo real sea real; desde Jonia, pasando por Leibniz, hasta los metafísicos contemporáneos. Para tal problema, la solución tradicional ha sido sostener que lo real es la substancia, entendiendo por ello en general una realidad acabada en sí misma que, como tal, está de algún modo aislada, siendo así un soporte de atributos por lo menos no tan reales como ella. Ese aislamiento constituye a la substancia como algo que no requiere de relaciones vinculantes o, por decirlo ya con los términos precisos, que no requiere de estructuras, i.e. la substancia (sea lo que sea en términos de contenido) no está estructurada ni en su interior ni con otras substancias. Un substancialista sostendría que, si una substancia A tiene por «partes» B y C, entonces B y C no son substancias o, si lo Presentación para defensa de tesis doctoral. Carlos Sierra-Lechuga 1 son, entonces A nunca lo fue.1 Por eso, nombré «independencia consecuencial» a su razón formal: ella es independiente y todo lo otro (llámense atributos, modos, accidentes, etc.) es mero «consecuente» suyo. Esa posición tradicional se ha mantenido desde por lo menos Aristóteles (el canónico, naturalmente) hasta por lo menos finales del siglo XIX e incluso hoy en algunas sofisticaciones. Pero a inicios del siglo XX, con gente angloparlante como Whitehead, o del continente como Hartmann, se atacó abiertamente la idea de la constitución de la realidad como fundada en entidades independientes y terminadas desde sí mismas (o el que la realidad fuese «la» substancia por antonomasia). Categorías como novedad, dependencia, sistema, apertura y, a la postre, estructura dinámica se opusieron frontalmente a las tradicionales (ser en sí mismo, inmutabilidad, substrato, etc.), pues si todo sistema es estructural, entonces lo radical en ellos no está en ninguno de sus elementos ni en el sistema en general, sino en las relaciones vinculantes, por lo que metafísicamente hablando éstas son «prioritarias». Así, la unidad que caracteriza a los sistemas es la expresión o actualización de una estructura: es unitario porque es estructural y no estructural porque sea unitario. Se dice, pues, que las estructuras son instanciadas en sistemas. Por lo tanto, la posición substancialista, en la que dada una cierta realidad concreta toda ella pende de un elemento substancial suyo como en un «soporte de propiedades», quedaría descartada. Así pues, el problema de que trata el libro es el de determinar si la realidad es constitucionalmente substancia o estructura, bien entendido que ambas son mutuamente excluyentes. Se presentaron exponentes de las tesis substancialistas, luego su contraparte en tesis estructuralistas y se argumentó cómo éstas parecen más acordes con lo que hoy 1 Me parece que esto queda claro en las siguientes palabras de uno de los mayores substancialistas contemporáneos, Edward Feser: “The Thomistic interpretation of hylemorphism insists on the doctrine of the unicity of substantial form, according to which a substance has only a single substantial form. Suppose A is a substance, and has B and C as parts. Since A is a substance, it has a substantial form. Do B and C have further substantial forms of their own? If they did, then they too would be substances. In that case, though, A's form would relate to B and C as an accidental form relates to secondary matter. But then A wouldn't really have a substantial form after all, and thus not really be a substance. So, if A really is a substance, then its parts B and C must not themselves have substantial forms or amount to true substances in their own right. There is only the single substantial form, the form of A, which informs the prime matter of A. Another way to look at it is that if B and C had substantial forms, then they would be what actualizes the prime matter so that it constitutes a substance (or two substances in this case, namely B and C). In that case, the prime matter wouldn't potentially be a substance, but would already actually be a substance. That is to say, it would be secondary matter. But then there would be nothing left for the substantial form of A to do qua actualizer of prime matter. It would serve merely to modify an already existing substance and thus amount to an accidental form rather than substantial form. So, again, a substance A can really only have one substantial form.” Feser, Edward, 2019, Aristotle's Revenge: The Metaphysical Foundations of Physical and Biological Science, Neunkirchen-Seelscheid: Editiones Scholasticae, p. 26. Presentación para defensa de tesis doctoral. Carlos Sierra-Lechuga 2 sabemos del mundo. Es obvio que nos decantamos por estas últimas, pero con un matiz que tematiza nuestra propia posición. Esa posición es la que me interesa dejar bien explícita en este breve recuento, a saber, que, dado este problema –el de si la realidad es fundamentalmente substancia o estructura— y, concretamente, dado este problema en su expresión contemporánea, nuestra tesis fue creer que «cierto momento» de la filosofía de Xavier Zubiri puede ayudar a resolverlo en la medida en que con herramientas de esa filosofía pueden salvarse e incluso superarse momentos de la querella. He ahí mi posición o, mejor, mi hipótesis que valdría justificar en las más de cuatro centenas de páginas dedicadas a convertir esta hipótesis en tesis. Nada más, pero también nada menos. Nótese, pues, que tenemos un problema: las tesis substancialistas contra las estructuralistas como posiciones excluyentes respecto de la constitución de la realidad. Nótese también que tenemos una hipótesis: «cierto momento» de la filosofía de Zubiri puede resolver el problema (o ayudar a ello). Nótese, junto con esto, cómo digo «cierto momento» y no así «la» filosofía de Zubiri en general –ya veremos que esto es crucial. Y nótese, por último, que estas tres advertencias son coherentes con el título mismo del libro: El problema de los sistemas (primera advertencia) desde la reología de Xavier Zubiri (segunda y tercera advertencias). Esta aclaración quiere hacer evidente que el libro versa sobre un problema, en virtud de lo cual ese problema es el sujeto de la oración que titula el libro entero; y que la «reología de Zubiri» no es sino el «desde» desde el cual se tratará el problema. Por lo tanto, el libro no trata, ni buscó tratar, de la «reología de Zubiri» sino que la usa en virtud del problema del que sí trata. El tamiz de esta disertación doctoral, pues, no fue el doxográfico. Así y todo, es notoria la presencia del pensamiento de Zubiri (sobre todo a partir de la segunda parte del libro) quien ataca la idea de substancia por lo menos desde los años de 1960 y parece que luego en definitiva la aniquila, ya para inicios de 1980. Pero ciertamente es uno de tantos dentro de una oleada de pensadores que afrentan el substancialismo. ¿Por qué elegirlo a él? Porque, a nuestro parecer, «cierto momento» de su filosofía tiene un potencial explicativo que no hallamos en algún otro pensador o doctrina; además, porque ese «momento» no ha sido lo suficientemente explotado aún para tratar el problema; y, por último, porque su filosofía suele permanecer aquende las fronteras de un séquito de especialistas, de modo que el momento de nuestro interés no ha sido llevado ad exteriora a fin de utilizarlo en un problema efectivo más que en uno de intérpretes.