Los Desconocidos De Siempre
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AL FINAL DE LA ESCAPADA Los desconocidos de siempre. Age & Scarpelli , los desconocidos de siempre 66 VENTANA INDISCRETA │N°7 │Universidad de Lima AL FINAL DE LA ESCAPADA Agenore Incrocci. Furio Scarpelli. Age & Scarpelli son considerados los grandes artífices de la comedia a la italiana, pero su impronta va más allá del humor. Firmaron los guiones de 117 películas en las que alternaron la risa, el drama, la crónica social y la aventura. Desde la comedia más clásica, pasando por el western de Leone, hasta los conflictos sociales de la Italia de la segunda Scarpelli , mitad del siglo XX, ambos guionistas permearon la pantalla de una honesta socarronería que perdura hasta hoy. Giancarlo Cappello VENTANA INDISCRETA │N°7 │Universidad de Lima 67 AL FINAL DE LA ESCAPADA Al servicio del El futuro de la posguerra era prome- lo lleva a vivir una temporada en el tedor y la gente reclamaba sueños po- cementerio, en el estudio de un pin- emperador sibles, no historias truncas. tor y en el mismísimo Coliseo, hasta que consigue acomodarse en un lu- Si hay que buscar una cantera para Mientras esto ocurría en las calles, joso departamento que también ha el talento que se desplegó durante la Marc’Aurelio , sin perder el humor sido vendido por la inmobiliaria a edad de oro del cine italiano, la revista característico, buscaba un nuevo otros varios inquilinos... Es decir: la Marc’Aurelio aparece como el espacio lenguaje que empatara con la sensi- doctrina hecha película. El éxito que donde confluyeron una banda de vir - bilidad de la reconstrucción italiana. obtuvo Totó cerca casa ( Totó busca tuosos que luego daría vida a pelícu- A la postre, la crítica sardónica que casa , 1949) significó un gran espal - las fundamentales. Una lista apura- tan bien había funcionado en tiempos darazo a las ideas de la revista: abajo da contaría entre sus filas a Cesare de Mussolini terminó trasladándose las penas, arriba las risas. Zavattini, Stefano Vanzina (“Steno”), al cine gracias al empuje de los cua- Mario Camerini, Vittorio Metz, Mar- dros más jóvenes. Para la revista, el El trabajo en Marc´Aurelio permitió cello Marchesi, todos nombres que neorrealismo era solo un cine de uri- a los guionistas desarrollar la capaci- descollaron, en medio de la monoto- narios y retretes ( “cessi e vespasiani” ) dad de generar tanto reacciones pri- nía fascista, por cultivar una mirada y lo convirtió en su némesis y alicien- marias como reflexiones punzantes. satírica sobre la realidad italiana. te esencial. Aunque mucha tinta ha Las puyas, sátiras y reconvenciones Age y Scarpelli coincidieron en corrido para explicar que este devenir que dedicaban a la política, los políti- Marc’Aurelio en 1948, cuando Vito de no significaba un respaldo político, lo cos y la vida cotidiana de los italianos, Bellis retomó la publicación. Ageno- cierto es que Marc’Aurelio terminó se trasladaron al cine sin ambivalen- re Incrocci, un tipo risueño y siempre haciendo el trabajo para la Democra- cias. Pronto las películas de Totó, con dispuesto a participar de cualquier cia Cristiana. El proceso puede pare- el que colaboraron en una veintena cer confuso y contradictorio, pues los encargo, llegó recomendado por Ma- de guiones, empezaron a resultar in- mismos que atacaban a Rossellini y rio Mattoli, para quien había escrito el cómodas: una cosa era ser gracioso y Zavattini, dos ex Marc’Aurelio , tam- guion de I due orfanelli ( Los dos huér- otra muy distinta ser gracioso con las bién firmaban los filmes más irre - fanos , 1947). Furio Scarpelli cargaba cosas serias. Totó fue varias veces im- verentes y trasgresores; pero como con un apellido famoso en el periodis- pelido a alejarse de los caricaturistas explica Aldo Viganó, todo adquiere mo y esperaba destacar por méritos políticos, pues el público lo acusaría coherencia cuando se enmarca en el propios. Aun sin conocerse, durante de ser un esbirro de la propaganda proyecto de “refundación del arte ita- la primera reunión editorial ambos comunista, pero los efectos fueron liano post neorrealismo” que empren- promovieron las ocurrencias del otro y inversos. Algunas películas más tar- dió la revista. En su afán por plantear esto pronto se convirtió en rutina. Los de, Age y Scarpelli eran el Lennon y el un norte ético y estético para la nueva humoristas congeniaban, estaban en McCartney del cine italiano. Italia, Marc’Aurelio alentó un cine li- la misma sintonía y pronto acometie- bre del “poder” del neorrealismo (la ron su primer trabajo cinematográfico, industria seguía enmarcada en sus Hijos de la guerra, Vivere a sbafo ( Vivir la vida gratis , parámetros) y libre del Poder. 2 1949), una película de Giorgio Ferroni. padres de la commedia Por ello, cuando se presentó la Por esos días, la Democracia Cris- oportunidad de colaborar en un pro- La biografía de los guionistas es algo tiana, imbuida de lleno en el Plan yecto significativo, Metz y Marchesi que no suele circular en el tráfico de Marshall, perseguía nuevos aires recomendaron a Age y Scarpelli como información cinéfila. Sin embargo, en para la península y la poética deca- los nuevos escritores de las aventu- ella puede encontrarse datos que ofre- dente del cine de Rossellini colisio- ras de Totó, ese Chaplin parlanchín cen luces acerca del carácter y el tono naba con sus intereses propagandís- e italianísimo que fue Antonio de de sus historias. Age tuvo una niñez ticos. Giulio Andreotti, a la postre Curtis. El proyecto había sido ofre- itinerante. Viajó con la compañía de primer ministro, llegó a tildar a De cido antes a Fellini, redactor regular actores de su padre por toda Italia y Sica de antipatriota porque consi- de Marc’Aurelio , y a Sergio Amidei, creyó que lo suyo estaba en ese gre- deraba que el éxito de Umberto D pero el primero estaba terminando mio. Tentó suerte como doblador de (1952) había asentado una idea falaz el guion para una película de Pie- películas, pero le fue mejor escribien- de lo que era Italia. Y este espíritu, en tro Germi y Amidei, famoso por sus do diálogos agudos para programas cierta forma, también lo compartía el arranques de ira, había echado de de radio y el teatro de variedades. público, pues el neorrealismo había su casa a los directores. A cargo del Empezó la carrera de derecho solo suprimido los temas de género, los timón de la historia, Age y Scarpelli para darle gusto a su padre, a quien héroes y personajes estereotipados, construyeron una formidable come- la Primera Guerra Mundial truncó el las bandas sonoras, todo lo que de dia de enredos que jugaba con ele- sueño de ser el primer universitario Hollywood la gente adoraba. Incluso mentos del neorrealismo, pero a la de la familia, pero abandonó las le- actores como Alberto Sordi parecían vez se apartaba decididamente de él. yes cuando llegó la Segunda y fue re- insatisfechos: “Todos sabemos que En el filme, Totó es un hombre ava - querido en el servicio militar. Lo que la vida no es hermosa, no tienen que sallado por la guerra que vive en el ocurrió con él en este tiempo resulta recordarnos eso. Al contrario, la gen- aula de clases de una escuela con su digno de cualquiera de sus guiones. te quiere sentirse bella, fuerte, vital, familia. Cuando deciden reconstruir- Pasó de aliado de los alemanes a com- como Clark Gable o Robert Taylor”. 1 la, inicia un disparatado periplo que batirlos en la resistencia francesa, 68 VENTANA INDISCRETA │N°7 │Universidad de Lima AL FINAL DE LA ESCAPADA fue hecho prisionero por los nazis y, trabajar como ilustrador en distintas neorrealismo, al que se liberó de sus tras conseguir escapar, fue obligado revistas. Scarpelli era un as con las pretensiones formalistas para hacerlo a servir un año en el ejército ameri- palabras, aunque le gustaba referirse concomitante con distintos aspectos cano porque su filiación y lealtad no a su estilo como la “anti retórica”, pues de la tradición de la península, por resultaron del todo claras para algún sus personajes dicen muchísimo con ejemplo las obras de Plauto, pródigas general. Cuando estuvo nuevamente muy pocos recursos. Este talento se en personajes alocados y pícaros, co- en casa, retomó su trabajo en la radio hace particularmente evidente en la merciantes malvados, viejos verdes y y empezó a colaborar con distintas saga de películas dedicadas a Bran- gruñones, parásitos, soldados fanfa- publicaciones de humor. caleone, absurdo caballero andante rrones; la impronta de Maquiavelo, A la guerra volvería años después, que vive aventuras al frente de un Ruzzante y la commedia dell´arte pero esta vez como guionista en la pe- ejército menesteroso y harapiento en también se dejaron sentir en un cine lícula de Monicelli La grande guerra la Europa medieval. Para estos filmes, popular que reseñó los esfuerzos, (La gran guerra , Premio León de Oro Scarpelli se empeñó en recrear dialec- sueños, tragedias y vicisitudes del en 1959). Sus días de recluta nutrie- tos, modismos y sintetizar vicios del italiano de su tiempo. Pronto la pan- ron el libreto de situaciones cómicas lenguaje para ponerlos en boca de los talla se llenó de personajes que re- y dramáticas que obraron el milagro personajes de acuerdo con el tipo so- taban la adversidad de la posguerra, de convertir un tema casi tabú como cial que retrataban. De este modo, la pobres incapaces de declinar ante la la masacre y los mutilados del Piave, marginalidad fue llevada a todo nivel, suerte o de perder el tiempo en la- en un delirio colectivo (“casi a modo incluso a los ámbitos del lenguaje, ya mentaciones, que buscaban solucio- de exorcismo”, diría Zavattini años que la intención de Monicelli era usar nes, a veces disparatadas e irreales, después) que infiltró para siempre la a Brancaleone para retratar las condi- pero que luchaban sin perder nunca tragedia histórica con los patrones de cionantes que había impuesto la Gue- el buen humor.