Documentos Para La Historia De La Pintura Espaola
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;.(»•* 7 r/ Mercedes Agvllo y Cobo MARiA Teresa Baratech Zalama DOCVMENTOS PARA LA V-i HISTORIA r'fi DELA PINTVRA ESPANOLA 1./^]" i^). ^^} ;/} MUSEO DEL PRADO 1996 Digitized by the Internet Archive in 2011 with funding from Boston Library Consortium IVIember Libraries http://www.archive.org/details/documentosparala02agul PORTADA; Grabado tomado del libro de Vicente Carducho "Di£ogos de la Pintura" (1633) © Museo del Prado NIPO: 304 - 95 - 004 - 2 ISBN: 84 - 87317 - 46 - 4 Deposito Legal: M - 6.090 - 1996 Imprime: ARIES INDICE Prologo VII Introduccion IX Siglas utilizadas XI I. Documentos de caracter biografico 1 II. Documentos varios 131 Indices: 163 1. Onomastico 165 2. Iconografico 191 3. Topografico 205 PROLOGO Con este libro el Museo del Prado contina una Hnea de publicadones que habia iniciado en 1994 con la edicion del I tomo de "Documentos para la Historia de la Pintura Espanola" del que fue autora D" Mercedes Agullo y Cobo. Dar a conocer documentos de archivos relacionados con los pintores espaiioles es contribuir a divulgar mejor la actividad que estos tuvieron en los diferentes planos en que aquella se desarrollo: su vida privada y su vi- da profesional. Pero tambien representa una excelente ocasion para brindar a los investigadores, conocedores o curiosos interesados en estos temas, una herramienta basica para desbrozar caminos, enderezar entuertos o Ous- trar lagunas. En este campo de trabajo todavia son posibles las sorpresas y la sed insaciable del investigador encontrara tambien en esta ocasion ayuda para sus trabajos o remedio para satisfacer su pura curiosidad. Las tasaciones, los inventarios o los contratos dan pie para el mejor conocimiento de la sociedad en la que se movian los artistas y hablan tambien del protagonismo profesional de estos; las noticias biograficas amplian el ambiente intimo en que se movian o trabajaban. La utilidad de esta publicacion se encuentra garantizada por el interes de lo locaHzado en los archivos con- sultados; su rendimiento inmediato no se hara esperar ya que esta sobradamente contrastado por los investigado- res el resultado obtenido con volmenes anteriores. C Mercedes AguUo y Cobo y D" Maria Teresa Baratech Zalama, coautoras del presente volumen, han si- do durante muchos aiios reconocidas profesionales en los trabajos de archivos y su prurito queda demostrado en la exactitud de sus transcripciones y en el valor concedido a estas piezas documentales. Personas como eUas son imprescindibles para que los "conocedores" de la pintura argumenten sus atribuciones con la fiabOidad que con- ceden los contratos, las cartas de pago o los inventarios coetaneos. Jose Maria Luzon Nogue Director del Museo del Prado VII INTRODUCCION El interes que viene prestando el Museo del Prado a la publicacion de estos «Documentos» ha hecho po- sible la edicion de esta segunda entrega en la que colabora Maria Teresa Baratech, quien durante muchos aiios ha trabajado en el Archivo Historico de Protocolos de Madrid y cuya dedicacion, buen hacer y generosidad son bien conocidos por cuantos hemos investigado en dicho Archivo. Resultado de su trabajo son los datos documentales que, debidamente desarrollados y unificados en sus elementos de acuerdo con los criterios adoptados en nuestras publicaciones anteriores, pasan a integrarse en este volumen con los de aportacin propia. La multiplicacion de publicaciones autonomas y locales da motivo actualmente a una dispersion que hace en muchos casos imposible su consulta y ocasiona duplicidades ante la dificultad de su comprobacin. Por ello, es tanto mas de agradecer que el Museo del Prado haya iniciado la impresion de estos bloques documentales de ma- yor entidad y amplitud y de mas facil consulta. En este Volumen II se ha iniciado la transcripcion de documentos procedentes del Archivo de la Casa Ducal de Osuna, investigacion que ha sido preciso suspender por haberse trasladado sus fondos a Toledo, y se ha interrumpido tambien el «vaciado» del Archivo parroquiaI de Santa Cruz de Madrid, donde el nuevo parroco no facilita estos trabajos. Del conjunto de documentos que ofirecemos merecen destacarse, en el terreno biografico, los correspon- dientes ajuan Carreno de Miranda, con curiosas noticias sobre su ascendencia, nobleza (sus antepasados partici- paron incluso en la conquista de Zamora) y familiares contemporaneos, y los muy interesantes relativos al disco- lo hijo de don Antonio de Pereda, Joaquin Antonio, al que se relaciona en la nomina de pintores, ya que en su testamento mardfesto estar pintando un Cristo de la Misericordia, y cuya biogfafia queda bien establecida (padre de una hija ilegitima criada en casa de sus padres, casado con mujer de rica dote, deudor mltiple), asi como sus reproches a don Antonio, que resulta a traves de las manifestaciones de su hijo como muy cicatero (solo habia re- cibido de el el alquiler de la casa que habitaba y tres cuadros) y en continuos pleitos con su hijo incluso en con- tra de las disposiciones testamentarias de su primera mujer. De no menor interes son los documentos relativos a Juan de Alfaro, que conservaba a su muerte una im- portante coleccion de pinturas del Greco, Borgianni, Verones, Valdes Leal; de Montero de Rozas, cuyo Inventa- rio permite la atribucion de nuevas obras; o de Andres de Smidt, con datos que abarcan desde su establecimien- to en Madrid en 1655 y carta de vecindad de 1664 a 1683, en que con su mujer y su hija, estaba de partida para su ciudad natal, Amberes. Una variante en los contratos de aprendizaje lo constituye el de Pedro de Aibar con Antonio de Pereda, en 1652, que trabajaria en su propio provecho sabados, domingos y fiestas, obHgandose su maestro a entregarle los colores para ello. Y el de Gabriel de Olias, asentado con Vandepere en 1662, y en el que se determino que empezase inmediatamente a trabajar con su maestro, puntuaHzandose que no le podria hacer fi-egar, barrer, ni ir por agua a la fuente ni traer nifios, lo que viene a confirmar el papel de «criadita para todo» que en la mayoria de IX los casos tenian los aprendices, cuando no se pagaba por su ensefianza. Destaquemos tambien alguna referencia a obra realizada, que viene a matizar noticias ya sabidas o propor- ciona nuevas: como el traspaso de la pintura de los retablos de San Agustin y San Nicolas de Tolentino del Cole- gio de Doiia Maria de Aragon de Madrid, a Pedro de Torres por Juan Pantoja de la Cruz, para que las acabase, en 1602; la «Adoracion de los Reyes», relacionada en el Inventario de bienes del licenciado Lopez de Ajebar, Te- niente cura de la madrileiia parroquia de San Sebastian, por Alonso del Arco, como obra de Martinez del Mazo; la abundancia de obras (copias o supuestos originales) de los Bassano, Orrente o Ribera. Y, por iiltimo, el amplisimo e interesante documento del siglo XVIII procedente del Archivo de Osuna, en que se informa (el documento parece un borrador, por las mil correcciones y trachaduras que presenta) sobre la posible adquisin de pinturas para la Casa. Son destacables las referencias a Procaccini, que juega aqui un papel analogo al que en documentacion del XVI se atribuye a Tiziano en su supuesta visita a Espana y en el XVII a la autoridad de Rubens. Un ejemplo mas de la relativa fiabilidad de los documentos (y recordamos como flagrante alguno de G6- mez de Mora) es la declaracion testamentaria del pintor Agustin Mufioz de Rojas, yerno de Santiago Moran, en la que manifiesto que habia intervenido fraudulentamente en el casarmento de una mujer diciendo que era su hermana y a la que dot en 600 ducados, siendos falsos parentesco y dote. En algunos casos, los datos relativos a un artista se prolongan en el tiempo, o se aportan datos que parecen superfluos (algunos documentos relacionados con los Carducho, que Ilegan hasta 1795; de Sanchez CoeUo, que corresponden a 1661), o de los Ungo de Velasco. Solo los que trabajan en una biografia determinada, seran ca- paces de agradecer esta minuciosidad, y a ellos va destinada. La iconografia de nuevo nos insiste en lo ya sabido: el predominio de la tematica religiosa (con sus varian- tes de moda piadosa pero constante y reiterativa) , el interes entre las clases sociales mas favorecidas por temas mi- tologicos o de historia clasica, encubridores en muchos casos de pinturas de desnudo o de contenido erotico. Y una vez mas hemos de hablar de la imprecision y confusion en los generos. Se han conservado al mixi- mo las denominaciones originales, sin tener evidencia, en muchos casos, de su exacto contenido: si es facil inter- pretar que significa un pais de ermitafios, no lo es un pais de claveles u otro de diferentes frutas, (es de suponer con un segundo plano de lejania), que actualmente denominariamos bodegon, palabra, sin embargo, empleada pocas veces de manera generica. No es menor la confusion con las «laminas», termino habitualmente usado para la pintura sobre cobre, pero tambien empleada para referirse a pintura sobre agata, cristal, marmol e incluso pa- pel, lo que ocasiona una nueva confusion con las «estampas». Por ltimo, sefialar que la imposibiLidad de poder reunir en un mismo volumen documentos de un mis- mo pintor, dificulta la compresion total de una vida o de una obra, pero este si que es problema de momento irresoluble y que solo se veria pahado si se constituyesen grupos de investigacion (tan dificiles) de analoga forma- cin y objetivos, que hicieran posible la publicacion de obras de gran entidad. Mercedes Agullo y Cobo X SIGLAS UTILIZADAS AHP: Archivo Historico de Protocolos. Madnd. AMP: Archivo Municipal. El Puerto de Santa Maria (Cadiz). APJ: Archivo de Protocolos.erez de la Frontera (Cadiz). AV: Archivo de Villa. Madrid. LBS: Libro de Bautismos.