La Mafia En El Cine Criminal Coreano Contemporáneo: Características E Influencias
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Actas – V Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – V CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2013 La mafia en el cine criminal coreano contemporáneo: características e influencias Luis Miguel Machín Martín – Universidad de La Laguna Resumen: En el contexto de la nueva ola de cine surcoreano que se inicia a finales de los años 90 del siglo pasado, creció un género por encima de los demás en el país coreano: el género criminal. Apoyándose en una nueva generación de cineastas (como Park Chan-wook o Bong Joon-ho) el cine criminal coreano ha llamado la atención del mundo cinematográfico. Este estudio se enmarca dentro de otro estudio más amplio titulado Cine criminal coreano en el S.XXI: características e influencias . El objetivo del estudio era identificar rasgos comunes en los diferentes filmes de la filmografía seleccionada (que abarca un número superior al de 100 películas) así como detectar influencias de obras y movimientos cinematográficos internacionales en el cine criminal coreano. Palabras clave: cine; criminal; mafia; Corea. 1. Consideraciones previas Cuando se haga referencia al «cine coreano», siempre será el cine de la República de Corea (Corea del Sur) el mencionado, excepto cuando se precise lo contrario. Los nombres coreanos romanizados se escriben, normalmente, con el apellido delante del nombre compuesto, así, por ejemplo, en el nombre Song Kang-ho, el apellido corresponde a Song, y el nombre compuesto corresponde a Kang- ho. La romanización de los nombres y títulos coreanos puede seguir varias fórmulas, lo que, en ocasiones, determina que haya variaciones entre ISBN-13: 978-84-15698-29-6 / D.L.: TF-715-2013 Página 1 Actas on-line: http://www.revistalatinacs.org/13SLCS/2013_actas.html Actas – V Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – V CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2013 diferentes textos. Así, por ejemplo: el nombre del director Kim Jee-woon puede ser transcrito también como Kim Ji-woon. Ello no supone una alteración sustancial, pero ha de tenerse en cuenta. El método utilizado para citar cada película es el siguiente: Título de comercialización en español –o en su defecto en inglés– (romanización del título original en coreano , nombre del director, año de la producción). Por ejemplo: Motel Cactus (Motel Seoninjang , Park Ki-yong, 1997). La cita completa sólo se realizará la primera vez que el filme sea mencionado en el texto. A partir de esa primera vez, cada vez que sea nombrado, sólo se aludirá a su título de comercialización en español (o en inglés), con el fin de agilizar la lectura del trabajo. 2. Introducción Plagado de ciclos de subida y de bajada, el cine coreano ha experimentado constantes nuevas olas y años decadentes. Desde el final de los años 90 del siglo pasado, el cine de Corea experimentó cambios en cuanto a estilo y tono cinematográfico, precediendo a lo que vendría luego: otra nueva ola . Una ola que traía cineastas formados en el extranjero, una ola dispuesta a competir técnicamente con las industrias mejor dotadas, una ola ambiciosa, que miraba desde dentro hacia fuera, partiendo de la misma sociedad coreana pero tomando algunas referencias externas. Este fenómeno no sólo se manifestó en el interior de la industria coreana, también se vio reforzado enormemente por el público en las salas de cine, salas, por cierto, ampliadas en número con la llegada de los multicines a finales de los 90 (Brown, 2007: 6). El cine coreano gustaba a los coreanos, que es más de lo que se puede decir en otros países. Esa relación simbiótica no se cimentó solo en acuerdos implícitos, sino en acciones reales y concretas. Alberto Elena (2004: 18) revela uno de esos factores integradores: En este progresivo encuentro con el público influye sin duda la medida adoptada por el nuevo gobierno de Kim Young-sam, primer presidente elegido democráticamente en la historia del país, ISBN-13: 978-84-15698-29-6 / D.L.: TF-715-2013 Página 2 Actas on-line: http://www.revistalatinacs.org/13SLCS/2013_actas.html Actas – V Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – V CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2013 restaurando la cuota de pantalla para el cine coreano, fijada a la sazón en 106 días al año de exhibición obligatoria de producciones nacionales. Pero los apoyos y guiños al cine de los sucesivos gobiernos elegidos no paran ahí. Lee Chang-dong, célebre director de películas como Oasis (Hangul , 2002), Secret Sunshine (Milyang , 2007) o Poetry (Shi , 2010) ocupó el cargo de ministro de cultura entre 2003 y 2004. Este hecho no sólo ejemplifica la voluntad de un Gobierno para potenciar la cultura y arte en su país, sino que denota inteligencia. Lo que no hubiera sido inteligente es dar la espalda al crecimiento de una actividad económica que puede llegar a ser realmente potente –de hecho ya lo es. Ese potencial industrial aprovechado se refleja en números. El siguiente gráfico expresa la evolución de la cantidad de producciones realizadas en la República de Corea en la última década: Tabla extraída del informe anual de la KOFIC (2011) Desde el inicio de la pasada década han aumentado casi exponencialmente las producciones. La tabla anterior no contiene datos del intervalo entre 2000 y ISBN-13: 978-84-15698-29-6 / D.L.: TF-715-2013 Página 3 Actas on-line: http://www.revistalatinacs.org/13SLCS/2013_actas.html Actas – V Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – V CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2013 2002, sin embargo la Korean Film Council (KOFIC) ya elaboraba informes desde 2000, así que acudiendo a esos documentos se descubre que el número de películas coreanas producidas y estrenadas oscilaba entorno a 40. Si se compara este dato con la tabla, las conclusiones son claras: el boom del cine coreano llegó, como año de catarsis en 2003, año en que el número de producciones se duplicó para seguir subiendo en fechas sucesivas. Sin embargo, el fenómeno no se queda ahí. Las producciones no son estrenadas minoritariamente, pues la proporción de cine coreano que se ve en el mismo país es enorme, y esto lo refleja la siguiente tabla: Tabla extraída del informe anual de la KOFIC (2011) Alcanzar, de media aproximada, un 50 % de cuota de mercado a lo largo de una década, compitiendo con superproducciones extranjeras, es toda una hazaña, y demuestra la querencia del espectador hacia su cine. Por supuesto, las medidas de protección impuestas desde el Gobierno han ayudado, como si ISBN-13: 978-84-15698-29-6 / D.L.: TF-715-2013 Página 4 Actas on-line: http://www.revistalatinacs.org/13SLCS/2013_actas.html Actas – V Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – V CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2013 de aranceles se tratase, a solidificar el producto nacional frente a la oferta extranjera. Si se quisiera hacer un ranking cuantificando los géneros en la industria del nuevo cine coreano, los relacionados con el crimen ocuparían las primeras posiciones. Pero ¿cómo florece en tan poco tiempo un género en un cine que tradicionalmente no se ha ocupado de él? (Cueto, 2007: 73). Es una pregunta con respuesta compleja, pero viene a ejemplificar la osadía con que la nueva ola coreana ha sido capaz de apropiarse de géneros con límites tan difusos. Porque, aunque el cine negro ha creado sus propios códigos desde su aparición, siempre ha habido dudas de su correcta demarcación. Así, Heredero y Santamarina, aluden a la «frecuencia con la que el cine negro convive o se amalgama con moldes genéricos que, a veces, pueden considerarse vecinos suyos y que, en otras ocasiones, le resultan, al menos en teoría, completamente ajenos» (1996: 129). No es de extrañar, por tanto, que resulte tan difícil enmarcar cualquier película que se aproxime al cine policial o de suspense, máxime cuando «nos enfrentamos a cinematografías ‘periféricas’ o ‘exóticas’» (Cueto, 2007: 73). El género a veces viene disfrazado de cine de acción o de suspense. Además, en Corea del Sur se ha dado una mayor mezcolanza de estilos cinematográficos, mezcolanza, por cierto, perfectamente integrada en cada película. En general, y más concretamente en el caso coreano, es complicado acotar bajo una misma denominación un género noir sin topar con desviaciones, matices y aristas varias. El nuevo cine coreano, asimismo, aún se encuentra en una situación de auge, que lleva a nuevas derivaciones y que complica su estudio. Por tanto, esta investigación ocasionalmente se aproximará a películas que no siempre pueden etiquetarse como negras o policiacas, pero lo hará siempre intentando que la frontera no quede muy lejos del objetivo inicial. Sorteada, no sin dificultades, la problemática del género, puede afirmarse que en los últimos 10 años el noir coreano se ha apoyado, fundamentalmente, en ISBN-13: 978-84-15698-29-6 / D.L.: TF-715-2013 Página 5 Actas on-line: http://www.revistalatinacs.org/13SLCS/2013_actas.html Actas – V Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – V CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2013 dos grandes temas que son, en la cinematografía mundial, casos paradigmáticos del cine criminal: por un lado, la inagotable fuente de los asesinos en serie, por otro lado, la mafia y sus entresijos. Más allá de esto, hay temáticas que subyacen de los leit motivs principales, como el odio irracional hacia la mujer y lo que la feminidad representa, o la amistad. La venganza también tiene su espacio pero, en general, funciona como consecuencia: consecuencia de asesinatos, consecuencia de un trono criminal robado. Si bien, la célebre Old Boy (Oldeuboi , Park Chan-wook, 2003) puede ser considerada como « la película » de la venganza, constituyente de una nueva línea argumental, cuya acción es la venganza y cuya reacción, de nuevo, es la venganza. 3. La mafia y sus mecanismos en el cine surcoreano Rodeado de ejemplos a seguir, Corea adapta a su idiosincrasia el concepto de mafia cinematográfica que tan bien se ha integrado en Hong Kong o Japón.