Víctimas De Los Hechos Del Palacio 176
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ADVERTENCIA El texto que aquí se presenta se encuentra pendiente de corrección de estilo y de edición. La Comisión de la Verdad sobre los hechos del Palacio de Justicia se reserva, por tanto, el derecho de hacer modificaciones textuales previas a la impresión final. La Comisión de la Verdad advierte que las conclusiones y recomendaciones que aquí aparecen son presentadas con carácter de definitivas. Las modificaciones arriba mencionadas de ninguna manera cambiarán esas conclusiones y recomendaciones. Diseño de portada y contraportada: Pablo Prada CONTENIDO Introducción 9 Creación y alcance del mandato de la Comisión de la Verdad 9 El desarrollo del trabajo de la CVPJ 12 Marco jurídico que orienta el trabajo de la Comisión de la Verdad 14 Estructura del Informe Final 17 I. La situación de Colombia para la época de los hechos del Palacio de Justicia 18 De Julio César Turbay Ayala a Belisario Betancur Cuartas 18 El Gobierno del Presidente Betancur y su política de diálogo con los grupos guerrilleros 20 La ley de amnistía promovida por Belisario Betancur 21 Las Comisiones de Paz 23 El M-19, el proceso de paz, la tregua, la ofensiva armada y la ruptura del proceso 24 El origen del movimiento 19 de abril, M-19 24 Principales acciones del M-19 desde su creación hasta la toma del Palacio de Justicia 26 El M-19 dentro del contexto guerrillero colombiano 29 El acuerdo de tregua o el comienzo del fin de un proceso que apenas se iniciaba 30 Las relaciones del Gobierno Betancur con las fuerzas militares 35 La situación del poder judicial y el rol desempeñado por la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado 38 II. Un antecedente relevante: la toma de la Embajada de República Dominicana 44 Los hechos, la respuesta del Gobierno y el desenlace de la toma 44 La toma de la Embajada como un antecedente relevante de la toma del Palacio de Justicia: similitudes y diferencias 49 III. Antecedentes inmediatos de la toma del Palacio de Justicia 54 Los hechos de 30 de septiembre de 1985 en el sur de Bogotá 54 El atentado contra el General Rafael Samudio por parte del M-19 56 Las amenazas a la Corte Suprema y el Consejo de Estado y la respuesta de las autoridades 57 IV. Los hechos del 6 y 7 de noviembre de 1985 69 V. Los hechos posteriores a la toma del Palacio de Justicia 113 Las torturas y tratos inhumanos y degradantes a sobrevivientes trasladados a instalaciones militares 113 Análisis de los hechos posteriores desde una perspectiva de antropología forense 119 El manejo de la escena del crimen 122 Irregularidades cometidas durante el levantamiento de cadáveres 126 Sobre las necropsias y el método de identificación empleado por el Instituto de Medicina Legal 135 Número de personas fallecidas 138 La identificación de las personas fallecidas 140 La inexplicable orden de inhumación de algunos cuerpos 143 Causas de la muerte de las personas fallecidas en el Palacio de Justicia o con ocasión de los hechos 145 Sobre las horas de muerte 149 Sobre los estudios balísticos 152 Indicios de ejecuciones sumarias 154 Acerca de las intervenciones de la Fiscalía General de la Nación 157 Sobre la exhumación en el Cementerio del Sur 158 Acerca de los análisis e identificación en 1998 y 1999 160 Sobre las actuaciones de la Universidad Nacional de Colombia 162 Análisis técnico de los incendios producidos al interior del Palacio de Justicia y las responsabilidades institucionales 163 VI. Las personas desaparecidas en el Palacio de Justicia 169 La tesis del Tribunal Especial de Instrucción 171 El caso de Ana Rosa Castiblanco Torres 175 El drama y la lucha solitaria de las familias de los desaparecidos: víctimas de los hechos del Palacio 176 VII. Procesos adelantados en relación con los hechos del Palacio de Justicia 178 Jurisdicción penal 178 Jurisdicción penal militar 184 Procesos disciplinarios 186 Comisión de Acusación – Cámara de Representantes 189 Jurisdicción contencioso administrativa 190 Procedimiento ante el sistema interamericano de derechos humanos 192 VIII. Las responsabilidades derivadas de los hechos del Palacio de Justicia 194 VIII.1. La responsabilidad del M-19 195 El mando del M-19, los integrantes del comando y la planeación de la toma 195 La demanda y la proclama del M-19 al ingresar al Palacio 199 Hipótesis sobre los objetivos de la toma 201 La conexión del narcotráfico 202 Tipo de armamento y munición utilizados 208 La responsabilidad del M-19 a la luz del DIH 209 VIII.2. La responsabilidad institucional del Gobierno 216 Responsabilidad derivada del deber de prevención a cargo del Estado 216 La actuación del Presidente de la República y de sus Ministros en el desarrollo del asalto y de la recuperación del Palacio de Justicia 220 La libertad de expresión y la censura a los medios de comunicación 228 La asunción de responsabilidad por parte del Presidente Betancur 229 VIII.3. La responsabilidad de la fuerza pública por la operación militar 231 El descubrimiento de los propósitos del M-19 y la planeación de la operación militar 231 El mando de la operación y el personal desplegado 233 Los objetivos de la operación militar de retoma del Palacio de Justicia 235 El uso de la fuerza por parte del Estado: límites y legitimidad 242 El respeto debido a la vida e integridad de los rehenes y las personas puestas fuera de combate 258 Recomendaciones 269 Derecho a la verdad 269 Reparaciones 271 Justicia 273 Garantías de no repetición 274 Epílogo 276 SUPLEMENTO 280 Semblanza de los Magistrados fallecidos en el Palacio de Justicia 281 Alfonso Reyes Echandía: Maestro sin fronteras 281 Fabio Calderón Botero 283 Manuel Gaona Cruz: Pensador y demócrata universal 285 José Eduardo Gnecco Correa: La fuerza constructiva del recuerdo 287 Fanny González Franco: Pionera en la Justicia 288 Ricardo Medina Moyano: Humanista de espíritu sublime 289 Carlos Medellín Forero: Paradigma de sensibilidad y compromiso 290 Horacio Montoya Gil 292 Alfonso Patiño Rosselli 293 Pedro Elías Serrano Abadía: Consagrado catedrático penalista 294 Darío Velásquez Gaviria 294 Homenaje a la memoria de las personas desaparecidas en el Palacio de Justicia, realizado por sus familiares 296 Lucy Amparo Oviedo de Arias 296 Ana Rosa Castiblanco 297 David Suspes Celis 299 Cristina del Pilar Guarín Cortés 300 Cristina: me conformo con un fragmento de tu cuerpo 301 Bernardo Beltrán Hernández 302 Carlos Augusto Rodríguez Vera 304 Luz Mary Portela León 305 Héctor Jaime Beltrán Fuentes 306 Gloria Anzola de Lanao 308 Texto relativo a Gloria Isabel Anzola, mi mamá y esto cómo influyó en mi vida 309 Gloria Stella Lizarazo Figueroa 310 Norma Constanza Esguerra 311 Bibliografía 313 Artículos 316 Entrevistas de la Comisión de la Verdad 316 Jurisprudencia nacional 318 Jurisprudencia y doctrina internacional 322 Corte Interamericana de Derechos Humanos 322 Sentencias 322 Opiniones consultivas 323 Comisión Interamericana de Derechos Humanos 323 Otros tribunales 323 Consulta en páginas de internet 323 Periódicos y revistas nacionales y regionales 324 Prensa internacional 324 Archivos 324 “Si queremos vivir y entregar vida a nuestros hijos, si creemos que vamos a allanar el camino hacia el futuro, entonces debemos, primero que todo, no olvidar” Profesor Ben Zion Dinur, Yad Vashem, 1956 Introducción 1. Hace 24 años, un hombre exigió que cesara el fuego. El llamado fue desoído. Esa vida fue acallada en medio de una pira fatal a la vista de todos los colombianos, atónitos y silenciosos. El gesto de Alfonso Reyes Echandía mal podría ser visto como el acto –por demás comprensible y humano- de una víctima sacudida por el miedo; es, en realidad, una demanda ética cuya grandeza aún debe ser valorada y ponderada por nuestro país. 2. “Que cese el fuego” no es simplemente el pedido de detener una desproporcionada operación militar desatada en respuesta a un demencial ataque de un movimiento guerrillero, que provocó el Holocausto del Palacio de Justicia, sino la exigencia de pensar una forma distinta de resolver los desacuerdos entre colombianos; un llamado al rechazo a la violencia; una exhortación al diálogo y al respeto irrestricto de la vida humana por sobre consideraciones estratégicas. Sabemos que el llamado de Reyes Echandía no recibió ni siquiera el mínimo reconocimiento de una respuesta. 3. El 6 y el 7 de noviembre de 1985, Colombia renunció a la palabra y dejó que las armas, en su feroz e irracional intercambio, reemplazaran el Estado de derecho y los valores ciudadanos esenciales. 4. Como ayer, Colombia sigue debatiéndose entre el pedido moral de cesar el fuego y la lógica implacable de las armas, en una dicotomía que los clásicos padres del derecho ya habían identificado con sobriedad. ¿Es cierto que cuando habla la espada, la ley calla? ¿Estamos forzados a ignorar la voz de nuestros hermanos que exigen diálogo, inteligencia y compasión? ¿Es que la ley y nuestro derecho a vivir en paz no son más que rehenes de la violencia? 5. Las secuelas de la violencia en el Palacio de Justicia persisten casi un cuarto de siglo después de su ocurrencia y muchos de los interrogantes surgidos durante esas 28 horas trágicas aún subsisten. Colombia se debate entre quienes consideran éste un capítulo cerrado de la historia del país, quienes no aceptan una reflexión acerca de las dimensiones y responsabilidades de lo ocurrido entonces, quienes desconocen lo sucedido, y quienes aún esperan una respuesta de la justicia frente a lo acaecido. 6. Simultánea y paradójicamente, ningún hecho como la toma armada y sangrienta del Palacio de Justicia por parte del M-19 y la exorbitante operación de respuesta de las fuerzas armadas del Estado colombiano ha generado –y sigue generando- tan profundas divisiones en el país, actitudes beligerantes de negación de lo sucedido, evasivas, unilaterales; verdades a medias que no admiten espacio para la discusión civilizada.