La Cueca: Arte, Mención Música
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Margot Loyola Palacios Además de los videos Danzas Tradicionales de Chile a cueca, siempre dando que hablar. En el año 2000, cuando aún era el Osvaldo Cádiz Valenzuela (1994), La Zamacueca (1999) y Los del Estribo, Can- conservador del Fondo Margot Loyola, recuerdo que alguien me preguntó tos y Danzas Populares de Chile (2001). si un libro sobre la cueca podría llegar a ser la obra emblemática de nuestra Su discografía incluye 14 lp, 10 cassettes y 10 cds, ade- Lartista. La verdad es que entonces no me pareció una buena idea. Si bien Margot ha más de otras ediciones en diversos países extranjeros. sido una gran bailadora y la principal maestra de esta danza, su mayor nivel de logro El año 1994 es reconocida con el Premio Nacional de en el plano interpretativo musical lo alcanzó –según mi modesta opinión– en el cultivo La Cueca: Arte, mención música. El año 2006 la Pontificia Universidad Católica de Val- de la tonada y el canto mapuche... paraíso, en reconocimiento a su tarea investigadora, le Finalmente, algún vidente convenció a Margot Loyola de concluir este trabajo y mis Danza de la vida y de la muerte concede el grado de Doctora Honoris Causa. viejas aprehensiones tuvieron que ceder ante la contundente evidencia del material En el año 2010 la Universidad Arturo Prat de Iquique presentado aquí. Y es probable que el nigromante no fuese otro que Osvaldo Cádiz, el le concede el grado de Doctora Honoris Causa. mismo que por décadas ha sido compañero de baile y de los otros tantos pasajes de la Fundadora de la Academia Nacional de Cultura Tradi- cional que lleva su nombre. vida de la Loyola. Ahora Cádiz es también –y por vez primera– el coautor de una de las Margot Loyola Palacios más importantes publicaciones de la maestra. Por cierto, la cueca es una materia que Margot Loyola y Osvaldo Cádiz y Osvaldo Margot Loyola Recopiladora, investigadora y cantante ejemplar. Su no puede abordarse cabalmente sin la dimensión del otro y, sin duda, Cádiz ha sido Osvaldo Cádiz Valenzuela personalidad artística es muy grande destacando siem- el segundo pañuelo en este largo y popular tablado. Junto con ser complemento y leal pre su vocación de maestra, de investigadora y por so- El profesor Cádiz ha desarrollado una extensa y tras- apoyo de cuanto proyecto y desafío ha enfrentado Margot en los últimos cincuenta bre todo de intérprete. cendente labor en la investigación, difusión y do- años, Cádiz contribuye decisivamente a que este libro incluya y trate lo que, por regla En 1952 estudió en Perú, con Porfirio Vásquez, el pa- cencia de la cultura tradicional. Su sólida formación general, otros trabajos han omitido: la inefable condición del hombre y la mujer triarca de la música negra y con José María Arguedas. y permanente perfeccionamiento abarca entre otros, uniéndose sublimes en cada pie bailado. Consciente de esa diversidad indomable, la En Chile, con Carlos Isamitt, Oreste Plath, Eugenio los campos de la escenografía, la expresión corporal, notable dupla Loyola-Cádiz hace de este libro un testimonio vital donde le devuelven Pereira Salas, Malucha Solari, Pablo Garrido y Luis técnicas de investigación, todo lo cual lo ha volcado Advis. Con Lauro Ayestarán y Marita Fornaro en a la cueca la lozanía que las expresiones populares tienen cuando en efecto lo son. con singular éxito en la formación, dirección y aseso- Uruguay. Y en Argentina con Ercilia Moreno Chá, ramiento de diversas agrupaciones (folclóricas), en la Ajenos a maximalismos y lejanos al modo que ya otros autores se han aproximado a Antonio Barceló y Carlos Vega. dictación de seminarios nacionales e internacionales, esta sensible materia, Loyola y Cádiz nos presenta un firmamento donde titilan con Su aporte a la investigación de la música chilena es in- en diversas publicaciones e innumerables actuaciones, singular fulgor las luces de aquella irreducible diversidad que le ha dado a este género calculable, pues ha desarrollado una importante labor actividades que le han valido el reconocimiento na- perdurable sustancia. de documentación viajando en muchas oportunidades cional e internacional como lo avalan innumerables a lo largo del territorio nacional. premios y galardones obtenidos. Agustín Ruiz Zamora Creando una Escuela en torno a su forma de traba- Actualmente se desempeña como docente del Insti- jar, realizando múltiples registros etnográficos, tanto tuto de Música de la Pontificia Universidad Católi- de audio como fotográficos. Registros que, en parte ca de Valparaíso, es además director de la agrupación se encuentran albergados y difundidos por el Fondo folclórica de la PUCV, director de la agrupación de muertela de y vida la de Danza Margot Loyola de la Pontificia Universidad Católica proyección folclórica Palomar y director de la Acade- de Valparaíso. mia Nacional de Cultura Tradicional Margot Loyola Margot Loyola ha desarrollado múltiples actividades Palacios. de estudio que han dado origen a los libros: Bailes de • Tierra (1980), El Cachimbo (1994), La Tonada: testi- En portada se ha reproducido: EDICIONES UNIVERSITARIAS DE VALPARAÍSO monios para el futuro (2006), y hoy, La Cueca: danza PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO Zamacueca, óleo de Manuel Antonio Caro de la vida y la muerte. Museo Nacional de Bellas Artes Cueca: La CONTINÚA EN SOLAPA POSTERIOR 9 789561 704701 La Cueca ~ 1 Margot Loyola y Osvaldo Cádiz La Cueca: Danza de la vida y de la muerte Ediciones Universitarias de Valparaíso Pontificia Universidad Católica de Valparaíso © Margot Loyola Palacios y Osvaldo Cádiz Valenzuela, 2010 Registro Propiedad Intelectual Nº 125.610 ISBN 978-956-17-0470-1 Ediciones Universitarias de Valparaíso Pontificia Universidad Católica de Valparaíso www.euv.cl E.mail: [email protected] Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Sistema de Biblioteca − www.pucv.cl Fondo Margot Loyola Palacios − http://margotloyola.ucv.cl Av. Brasil 2950 − CP 2374631 − Valparaíso − Chile Teléfono 56 (32) 227 3261 − Fax 56 (32) 227 3183 E.mail: [email protected] Versión digital disponible en http://margotloyola.ucv.cl/lacueca/ Impreso en Salesianos Impresores S.A. HECHO EN CHILE 4 ~ Margot Loyola y Osvaldo Cádiz Índice Agradecimientos . pág. 7 Prólogo de Agustín Ruiz. 9 Prólogo de Boris Alvarado. 13 Introducción . 17 Primer Pie De cómo estudio, canto y bailo . 21 La cueca, vivencias y reflexiones . 23 Las escuelas de temporada . 25 Testimonios y personajes . 31 Viajes a Perú tras la huella de la marinera. 63 Búsqueda en Argentina de elementos de la cueca . 81 Álbum Fotográfico . 93 Segundo Pie Estructura de la cueca esencial. 113 Aspectos musicales de la cueca . 120 a. Estructuras básicas y morfológicas. 120 b. Modalidades interpretativas del canto . 122 c. Los acompañamientos. 125 Principales rasgueos que acompañan a la cueca. 137 Animaciones y brindis. 140 La coreografía. 150 Función y ocasión de la cueca . 160 El carácter . 162 Tercer Pie Transcripciones . 167 Palabras Finales . 289 Bibliografía . 291 Glosario . 295 Localización Geográfica. 301 La Cueca ~ 5 Agradecimientos Dedicamos esta obra “a la vida, que nos da vida para vivirla”. Cristina Álvarez Adasme, amiga cercana y maestra que siempre nos ayuda a caminar por la misma senda. Atilio Bustos González, siempre dispuesto a la ayuda incondicional en favor de nuestras inquietudes. Juan Pablo López Aranda, Director Coordinador General de la Academia Nacional de Cultura Tradicional Margot Loyola Palacios, con nuestro reconocimiento hacia sus convicciones y lealtad. Argentina Benítez Vergara (q.e.p.d.), que nos acompañó en la gestación de este trabajo. Colaboradores Cristina Álvarez Adasme Juan Pablo López Aranda Argentina Benítez Vergara Andrés Cortés Ardiles Sergio Sepúlveda Salinas Rodrigo Fernández López Ricardo Romero La Cueca ~ 7 Prólogo La cueca, siempre dando que hablar. En el año 2000, cuando aún era el conservador del Fondo Margot Loyola, recuerdo que alguien me preguntó si un libro sobre la cueca podría llegar a ser la obra emblemática de nuestra artista. La verdad es que entonces no me pareció una buena idea. Si bien Margot ha sido una gran bailadora y la principal maestra de esta danza, su mayor nivel de logro en el plano interpretativo musical lo alcanzó –según mi modesta opinión– en el cultivo de la tonada y el canto mapuche. No obstante, mi preocupación de fondo era de orden político, porque escribir sobre la cueca en Chile es, en buen romance –como habría dicho mi padre–, meterse en camisa de once varas. Generalmente, nadie queda conforme, o mejor dicho, todos terminan peleados, cuando aparece en Chile alguna publicación importante sobre el tema. Es que, por lo general, las autorías muestran la pronunciada tendencia a establecer decálogos autoritarios sobre este asunto sensible que, de una u otra forma, es propiedad de todos. Quiérase o no, cualquier acto literario acerca de la cueca en Chile, arriesga instalarse en las inmediaciones de un juego discursivo, mediante el cual el poder ha buscado en las altisonancias de la tradición, el fundamento de una pretendida legitimidad. Que duda cabe que la cueca es una danza que ha tenido la capacidad de sobrevivir a tantos otros bailes populares que ya han desaparecido. Por lo mismo, en su pervivencia muchos quieren ver lo esencial y más acendrado de una raza chilena, cual si la danza y la nación fuesen una y la misma cosa. Iconos y alegorías bucólicos han emergido mediante suyo, haciendo carne el principio vitalista con que algunos románticos alemanes intentaban explicar, hace ya más de un siglo, el carácter del alma popular. Otros, guiados de un prurito reivindicatorio, ahora quieren liberar a la tan querida danza de aquel imaginario unilateral y reactivo a la alteridad, construyendo nuevos discursos que bordean las nociones de clase social. Se enarbolan entonces argumentos prácticos en casi concomitancia con las marginales rutas de las tribus urbanas contemporáneas. La emergencia de una fuerza joven, actualmente reclama para sí la primacía de un estilo que, si antaño fue marginado, hoy es elevado a la calidad de epopeya.