Las Cuatro Décadas Centrales Del Siglo Pasado, Entre 1830 Y 1870
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MATERIAL SIN FINES DE LUCRO, SÓLO CON FINES DIDÁCTICOS E INFORMATIVOS 2-9-15 KERC/ FAD UNAM Las Exposiciones Internacionales Las cuatro décadas centrales del siglo pasado, entre 1830 y 1870, constituyen un periodo en el que la prosperidad material se acentúa y, aunque persisten notables desigualdades, se experimenta una generalizada mejora de las condiciones de vida de las que se benefician casi todos los sectores de la sociedad. En buena medida, estos cambios fueron debidos a las grandes transformaciones que se produjeron en el mundo de los transportes y a los progresos experimentados en el abastecimiento de los productos alimenticios. Michael Biddis ha escrito que las transformaciones económicas de aquellos años provocaron una serie de cambios que modificaron la vida ordinaria de los europeos en un grado sólo comparable a la revolución que supuso la aparición de las herramientas neolíticas. Desde mediados de siglo, especialmente, esta expansión económica resultó notable y claramente perceptible en países como el Reino Unido y Bélgica, que tenían un indudable liderazgo en los procesos de transformación económica que llevaron a la sociedad capitalista, pero también empezaron a notarse en Francia, en Prusia, y en otros pequeños Estados alemanes. La Exposición Internacional de Londres de 1851, en la que catorce mil empresas expusieron sus productos, fue la primera gran demostración del nacimiento de una sociedad próspera y consciente del progreso que se experimentaba. Biddis ha sugerido que el Crystal Palace, construido por Joseph Paxton para albergar la Exposición, podría representar una catedral secular en la que se ponía de manifiesto el esplendor de la nueva religión del progreso material. Las celebraciones de esta nueva liturgia continuarían con las exposiciones de París (1855), Londres (1862), de nuevo París (1867), Viena (1873) y, ya fuera de Europa, Filadelfia (Centennial Exhibition de 1876).La amenaza revolucionaria, persistente desde medio siglo antes, comenzó a alejarse en el horizonte, mientras que la percepción generalizada de mejoras, a partir de los avances en los campos científico y tecnológico, alcanzó a las circunstancias normales de la vida diaria, y los habitantes de los países más avanzados empezaron a adquirir el convencimiento de que era posible el cambio y la mejora permanentes. A lo largo del siglo XIX la institución museística conocerá un desarrollo impresionante articulándose, según las indicaciones del historicismo dominante, en sectores diferenciados para las diversas ramas del saber (ciencia, tecnología, historia, arte) dentro de los cuales es interesante observar el surgimiento de los museos de arqueología (...) o de artes decorativas y aplicadas (...). La función didáctica muy evidente en estas instituciones, pensadas en estrecha relación con 1 MATERIAL SIN FINES DE LUCRO, SÓLO CON FINES DIDÁCTICOS E INFORMATIVOS 2-9-15 KERC/ FAD UNAM las escuelas de artes y oficios y con el objetivo de mejorar la calidad de la producción de objetos de uso y de decoración se pierde en cambio en los museos artísticos; su separación de las academias, la progresiva pérdida de prestigio de estas últimas respecto del desarrollo del arte, quitaron al museo su valor de escuela, de colección de modelos ejemplares. La función conservadora, solicitada no sólo por la ampliación del campo de las colecciones sino también por la necesidad de salvar los testimonios históricos del pasado, amenazados por el advenimiento de la era industrial y las profundas transformaciones impuestas a las ciudades antiguas por los desarrollos imponentes del nuevo urbanismo deviene cada vez importante. A la organización en toda Europa de los grandes museos nacionales opone Italia, por sus condiciones históricas particulares -marcado policentrismo, tardía realización de la unidad nacional- la creación de una compacta red de museos locales (cívicos). También en España, tras la desamortización de 1835, aparecen los primeros museo locales. En 1844 se crearon las Comisiones Provinciales de Monumentos una de cuyas finalidades esenciales era la formación de colecciones museísticas, a las que siguieron los primeros museos municipales y eclesiásticos, algunos de ellos de gran importancia. Del mismo modo, mientras en otras partes los museos son preferentemente realizados ex novo, en Italia y también en España se afirma la tendencia a reunir las colecciones en edificios de relieve histórico y monumental y a mantener los antiguos núcleos museísticos en sus sedes históricas. En Italia y en nuestro país, por lo tanto, es menos evidente el valor de prestigio atribuido al museo en el crecimiento de la ciudad del siglo XIX, advertible en la creación de complejos monumentales, ... Dentro de una tipología arquitectónica ya consolidada ... el ordenamiento del museo decimonónico refleja los desarrollos de la nueva ciencia histórica del arte, articulándose en secuencias cronológicas por maestros y por escuelas (...). Es típica de esta fase la tentativa de “ambientar” las obras, según criterios posteriormente refutados por la moderna museografía pero que expresaban entonces la búsqueda de una relación coherente entre el espacio del museo y el carácter de las colecciones. Este aspecto es particularmente evidente en la creación de las “casas-museos” donde el mobiliario, la decoración de las salas y la disposición de las obras se proponen como expresión de los gustos y de las elecciones del coleccionista creando un clima especial que aún hoy se tiene en cuenta para el cambio de privado-público de las casas con sus colecciones en forma de donación o de fundación (...). En España los museos surgidos del coleccionismo privado van estrechamente unidos a nombre tan ilustres como J. I sonro Galdiano, F. Mares, el marqués de Cerralbo, J. Camón Aznar o el conde de Valencia de don Juan. Asimismo, debe señalarse la importancia de las aportaciones privadas en la configuración de museo como el Museu d'Art de 2 MATERIAL SIN FINES DE LUCRO, SÓLO CON FINES DIDÁCTICOS E INFORMATIVOS 2-9-15 KERC/ FAD UNAM Catalunya (inaugurado en Barcelona en el año 1934). A partir de la segunda mitad del XIX se asiste al crecimiento en número y entidad de los museos estadounidenses por un activísimo coleccionismo privado y a menudo de largo alcance, que se alimentaba, a través del intenso mercado del arte, en las fuentes inagotables del arte europeo e italiano especialmente, y sostenidos por la ambición autorrepresentativa de la joven nación (...). En la modernidad del siglo XIX se van a desarrollar discursos científicos que otorguen al pasado carácter de documento, a ello contribuyen el historicismo y positivismo decimonónico. Serán en esta época cuando aparezca la concepción del Patrimonio como una creación de una cadena temporal que se pretende reconocer como cultura (González, M. 2000). Hacen del siglo XIX un periodo de transición entre el coleccionismo de épocas anteriores y la democracia cultural de finales del siglo XX. Es en esta sociedad industrial donde la burguesía se va a acercar a los museos, pero seguirán siendo museos de élites, de grandes colecciones privadas, marcando un status en la sociedad industrial. El siglo XIX es el siglo del nacimiento de las ciencias, y ellas van a suscitar la necesidad de exponer sus tesoros y descubrimientos. Esta es la época en la que deviene al museo un mito cultural que ejerce una fascinación magnética sobre todas las ocupaciones humanas, sea cual sea su naturaleza, todo termina yendo a parar a los muros de sus salas y a los escaparates de sus vitrinas: desde el Museo del Sello en Milán hasta un Museo de Jaulas de Pájaros en Westfalia. (Balaños, Mª. 1997). Este es el siglo de las colonizaciones y las grandes potencias van a llenar las vitrinas de sus museos de piezas de las colonias, hay un gran gusto por lo exótico, lo lejano y lo culturalmente distinto. Las obras de arte se exponían en paredes y vitrinas sin ningún elemento pedagógico que las explique, eran obras tan maravillosas que hablaban solas, totalmente descontextualizadas. Por regla general los museos no acogían sino a los artistas ya consagrados por el paso del tiempo. La única excepción notable era el Museo de Luxemburgo, fundado en Paris en 1818, que se había creado expresamente para exhibir las obras de los artistas vivos que el estado francés compraba en los salones. No tenía por costumbre conservar sus 3 MATERIAL SIN FINES DE LUCRO, SÓLO CON FINES DIDÁCTICOS E INFORMATIVOS 2-9-15 KERC/ FAD UNAM colecciones, por lo que no se puede considerar propiamente un museo siguiendo los criterios de la época. Sin embargo, lentamente a finales del siglo empezaron a aparecer museos de este género, destinados a exhibir el arte que los artistas realizaban en sus talleres. Este hecho representa la emergencia de una nueva complejidad en el concepto del museo y también en el modo de trabajar de los artistas (Balaños, Mª. 1997). Las exposiciones universales En 1798 se realizó una exposición en París, con todos los productos fabricados en Francia; tuvo tanto éxito que se organizó otra exposición ese mismo año. Tras una tercera, inaugurada por Napoleón Bonaparte en 1802, se decidió organizar este tipo de encuentros cada tres años. En Estados Unidos, el Instituto Franklin de Nueva York, creado en 1824, organizaba cada cierto tiempo exposiciones con los últimos avances científicos. El Instituto Americano de Nueva York, creado en 1828, organizaba muestras anuales en las que se presentaban los últimos inventos y productos industriales. En Gran Bretaña se organizaron exposiciones periódicas en ciudades como Birmingham, Liverpool y Manchester, y en Irlanda, la Real Sociedad de Dublín las organizó a partir de 1829 cada trienio en Dublín; al principio sólo se mostraban productos nacionales, pero más tarde fueron introduciéndose también productos extranjeros. Sin embargo, la importancia de este tipo de exposiciones de alcance local empezó a decaer a medida que cobraban importancia las exposiciones de mayor alcance, tanto de productos industriales como de obras de arte, que organizaban museos y bibliotecas. A partir de la segunda mitad del siglo XIX cobraron importancia tres tipos de exposiciones.