La Mirada Recuperada. Memoria De Mujeres En Las Calles De Málaga
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LA MIRADA RECUPERADA Memoria de Mujeres en las calles de Málaga S l S LA MIRADA RECUPERADA Memoria de Mujeres en las calles de Málaga S S Víctor M. Heredia Flores 2007 Área de Igualdad de Oportunidades de la Mujer. Ayuntamiento de Málaga Asociación Málaga Monumental Editan: Ayuntamiento de Málaga. Área de Igualdad de Oportunidades de la Mujer Asociación Málaga Monumental Autor: Victor Manuel Heredia Flores Diseño y maquetación: Juan Carlos Rica - Trazart Foto de portada: Eduardo Nieto Planos: CEMI Imprime: Depósito Lega: MA- Impreso en España. Printed in Spain. No hallarás otra tierra ni otro mar. La ciudad irá en tí siempre ............................................................KAVAFIS Sólo cuando la mirada se abre al par de lo visible se hace una aurora ..................................................................................MARÍA ZAMBRANO ......... PRESENTACIÓN La realidad cultural de Málaga está formada por una rica herencia proveniente de los sucesivos asentamientos de las civilizaciones medite- rráneas, que sucesivamente escogieron nuestro territorio urbano para desarrollar sus actividades desde hace más de treinta siglos. Basta un paseo por nuestras calles, especialmente por las del centro de la ciudad, en su casco antiguo, para percibir dicha herencia. Existen muchas formas de acercarse a ese pasado rico en enseñanzas para propios y extraños, pero una original y casi inédita es hacerlo a través de la mirada de las mujeres que dan nombre a algunas de nuestras vías públicas. Es eso, precisamente, lo que propone este libro que tiene ahora en sus manos: Una detenida e interesante historia de las mujeres que dan sus nombres a 460 calles, avenidas y plazas. Un trabajo de investigación y análisis concienzudamente realizado por su autor, Víctor M. Heredia Flores. Es cierto que ese número de calles sólo representa el 7 por ciento del total del callejero de Málaga, pero no es menos cierto que este homenaje a todas ellas, actrices, periodistas, escritoras, religiosas, políticas, personajes de la literatura clásica universal y española o malagueñas destacadas, era una deuda que venimos ahora a pagar con todas ellas. Vendrán más, y será justicia, ya la Dirección General de la Mujer prepara una propuesta para ampliar el callejero de la ciudad con nombres de mujeres ilustres o de necesario recuerdo. Esta obra propone unos itinerarios interesantísimos por las calles de la ciudad, donde además de reconocer más a fondo nuestras calles, podremos informarnos sobre la historia y trayec- toria de aquellas mujeres que le dan nombre. El libro representa una nueva forma de conocer y disfrutar de nuestra ciudad, tanto para sus habitantes como para las personas que nos visitan. También supone una oportunidad de entender cómo la discriminación de siglos tiene que ser superada en los espacios de la memoria urbana. Invito a las malagueñas y malagueños a que disfruten de los recorridos propuestos en este libro como un primer paso en ese sentido. Vendrán más obras como esta que vayan sacando a la luz las miles de pequeñas historias femeninas que, de una forma callada y discreta pero igualmente imprescindible y necesaria, han ayudado a conformar nuestra ciudad tal y como hoy la conocemos. Francisco de la Torre Prados Alcalde de Málaga 9 Memoria de Mujeres en las calles de Málaga INTRODUCCIÓN “Quédese para las mujeres del mañana el despertar a más plena vida; el convertir en realidades aspiraciones a un amplio reconocimiento de la personalidad femenina en toda la complejidad de aspectos que ofrece una vida más completa. Digamos con un gran filósofo: “Las utopías de hoy son las realidades del mañana”. Cuando el sol sacude sobre la tierra su cimera de oro, no desvía de las cabezas femeninas la alegría de su luz; a todos alcanzan por igual sus dones”. Suceso Luengo (1909) “Al indagar sobre el pasado de las mujeres se puso de manifiesto que su historia no era una historia inmóvil y corta, sino compleja y sugerente, que hacía visibles a las mujeres como constructoras de lo político, de lo social, de lo económico y de lo cultural. Las mujeres podían estudiarse a través de las huellas dejadas por mujeres reales, pero también a través de los discursos y representaciones que diseñaban unas mujeres soñadas, imaginadas y representadas”. Guadalupe Gómez-Ferrer (2006) Cuando se construyó el actual edificio del Ayuntamiento, a principios del siglo XX, y se pintaron en el Salón de los Espejos los retratos de las personalidades más importantes de la historia de la ciudad, sólo se incluyó una mujer entre los veinte protagonistas representados: la actriz Rita Luna. Años más tarde, en 1956, cuando se decidió dar un nombre al Instituto Femenino se dijo que, una vez que había que descartar el de “Nuestra Señora de la Victoria” por ostentarlo ya el masculino, no se podía recurrir al de ninguna mujer que hubiera destacado históricamente por “la inexistencia de mujeres famosas por su santidad, ciencia o dotes literarias oriundas de Málaga o su provincia”, según frase de la propia directora, la poeta María Antonia Sanz. Poco después, en 1962, el archivero municipal selec- cionó seis nombres de malagueñas famosas que debían figurar en un monumento que una conocida empresa proyectaba construir al ama de casa española: Santa Argéntea, María Sagredo, Madre Petra de San José, Trinidad Grund, Josefa Ugarte Barrientos y Rita Luna. Según cita Juan Antonio Sánchez López en su libro La voz de las estatuas, el comentario que acompañaba a dicha selección es bastante ilustrativo del pensamiento dominante hasta hace muy pocos años: “Estos nombres que son de una santa, una heroína, dos fundadoras de instituciones benéficas, una religiosa y otra seglar, una poetisa y una célebre actriz, corresponden además a mujeres de su hogar y de elevadas condiciones morales”. La recopilación de biografías femeninas malagueñas más antigua es la Galería de malagueñas del cronista Narciso Díaz de Escovar, que apareció en 1901 con el subtítulo de “Apuntes para una obra 11 LA MIRADA RECUPERADA biográfica de las mujeres, hijas de esta provincia, o residentes en ella, que se han distinguido por su talento, piedad, valor, ilustración”. Con las limitaciones propias de la época representó un primer intento de dar cierta visibilidad histórica a las mujeres malagueñas, incluyendo entre ellas no sólo a las nacidas en esta tierra sino a todas las que de algún modo estuvieran vinculadas a Málaga. Posteriormente no se ha realizado una obra de similares características, aunque recientemente sí han aparecido biografías de personalidades femeninas y libros dedicados a recoger repertorios biográficos sectoriales, como las Escritoras malagueñas del siglo XIX de Isabel Jiménez o las Mujeres malagueñas en el flamenco de Gonzalo Rojo. En cuanto a las más recientes colecciones de biografías de malagueños ilustres, se puede decir que la presencia femenina en las mismas es poco más que simbólica. Antonio Bueno Muñoz, en sus Cien malagueños notables de 1956 sólo incluyó a cinco mujeres sobre un total de 59 perso- najes (eran Rosario Pino, Josefa Ugarte, Trinidad Grund, Lorenza Correa y Rita Luna). Había prevista una segunda parte que nunca se llegó a publicar con 44 biografías más, de las que la única representante femenina era la antequerana Cristobalina Fernández de Alarcón. Peor proporción nos da un libro más cercano en el tiempo: Málaga, personajes en su historia, coordinado por Miguel Alcobendas. Entre los cien personajes seleccionados a partir de una encuesta realizada entre inves- tigadores y personalidades de la cultura malagueña sólo encontramos a cuatro mujeres: Rosario Pino, Ana Delgado, Lorenza Correa y Cristobalina Fernández de Alarcón. Más recientemente, el repertorio de Malagueños en la Historia seleccionaba 41 biografiados con cuatro mujeres: Trinidad Grund, Amalia Heredia, Rita Luna y María Zambrano. En lo que respecta a la huella urbana de las mujeres, apenas se podía referir hasta hace bien poco un único monumento dedicado a una mujer (a Rosario Pino, en la plaza de Bailén), tres lápidas (una en recuerdo de una escritora, otra de una actriz y la tercera de una maestra) y una corta lista de calles con nombres femeninos, en su absoluta mayoría religiosos. Los mencionados ejemplos demuestran bien a las claras la secular vigencia de la denominada invisibilidad social de las mujeres. Si durante siglos han sido objeto de un escaso reconocimiento social se ha debido a dos factores principales: por un lado, a la notable dificultad, casi siempre insuperable, para acceder a posiciones de responsabilidad, empezando por el simple acceso a los estudios medios y superiores; y por el otro, a la prevalencia de unas estrictas normas sociales de género que relegaban a las mujeres al mundo privado, reservándoles el hogar como su espacio propio al mismo tiempo que quedaban marginadas de los demás ámbitos de la sociedad. Las mujeres, sujetas a una concepción social de seres incompletos e inmaduros, débiles e inconclusos, quedaban relegadas al territorio de la vida doméstica, excluidas de la vida social y profe- sional y reducidas a los escenarios de lo privado. En nuestras calles los cierros que decoran muchos edificios decimonónicos nos reflejan crudamente esta situación. Una de las formas de reconocimiento social más comunes es la distinción, a aquellas personas que se estiman socialmente merecedoras de tal honor, con un monumento o con el nombre de una calle o plaza. Este ha sido un campo en el que las mujeres han quedado históricamente marginadas hasta fechas muy recientes. 12 Memoria de Mujeres en las calles de Málaga Por eso, la ingente tarea de normalizar la situación social de la mujer, y de facilitar su acceso a la cultura y la educación y su incorporación al mundo laboral, se ha desarrollado también en el de los nombres de las vías públicas. La secular discriminación de la mujer se ha plasmado, como en tantos otros órdenes de la vida, en los callejeros de las ciudades. Era, y es, fácilmente constatable cómo las calles y plazas ostentan denominaciones masculinas en la absoluta mayoría de los casos.