Redalyc.Esclavitud, Familia Y Parroquia En Cuba. Otra Mirada
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Revista Mexicana de Sociología ISSN: 0188-2503 [email protected] Universidad Nacional Autónoma de México México PERERA DÍAZ, AISNARA; MERIÑO FUENTES, MARÍA DE LOS ÁNGELES Esclavitud, familia y parroquia en Cuba. Otra mirada desde la microhistoria Revista Mexicana de Sociología, vol. 68, núm. 1, enero-marzo, 2006, pp. 137-179 Universidad Nacional Autónoma de México Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32112598005 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Esclavitud, familia y parroquia en Cuba. Otra mirada desde la microhistoria* AISNARA PERERA DÍAZ MARÍA DE LOS ÁNGELES MERIÑO FUENTES1 Resumen: El método de la reconstrucción pa- Abstract: The method of parish reconstruction rroquial no ha tenido seguidores en Cuba, espe- has had no followers in Cuba, particularly cialmente en relación con la familia negra vi- in relation to black families living in slavery viendo en esclavitud o libertad. La causa or freedom. The main reason for this have been fundamental ha sido tratar de aplicar acríti- the attempts to uncritically apply the models camente modelos elaborados por historiadores drawn up by European demographic histo- demógrafos europeos. Nuestra propuesta metodo- rians. Our methodological proposal, supported lógica, avalada por la reconstrucción de más 500 by the reconstruction of over five hundred familias a lo largo de todo el siglo xix es factible de families throughout the 19th century, can be ser aplicada en todas las regiones de la isla donde applied to all parts of the region where series of existan series conservadas de registros parroquia- parish records have been preserved. In this les. De esta manera podremos obtener una exce- way, we would have an excellent geography of lente geografía de la familia negra cubana, con Cuban black families, with their possible points sus posibles puntos de contactos y variantes of contact and regional variations. regionales. Palabras clave: esclavitud, familia, registros parroquiales, cruzamiento de fuentes. Key words: slavery, family, parish records, cross-referencing sources. LA RECONSTRUCCIÓN DE LA FAMILIA NEGRA. FUENTES Y MÉTODOS n agosto de 1895 un moreno adulto de treinta años recibía las aguas del bautismo en la parroquia de Ascenso de San Felipe y E Santiago del Bejucal, muchos años habían transcurrido desde que el último esclavo africano adulto pasara por dicha ceremonia. Bartolomé Santana, hijo de la morena Doña María Juana de la Cuesta * Artículo ganador del primer lugar del Premio Latinoamericano en Ciencias Sociales, tercera edición. 1 Las autoras son miembros del Seminario Permanente Hispano-Cubano de Familia, Identidad Cultural y Cambio Social adjunto al Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana “Juan Marinello”, Ciudad de La Habana, Cuba. Correo-e: <[email protected]>. D. R. © 2006. Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales. Revista Mexicana de Sociología 68, núm. 1 (enero-marzo, 2006): 137-180. México, D. F. ISSN: 0188-2503/06/06801-05. 138 AISNARA PERERA DÍAZ Y MARÍA DE LOS ÁNGELES MERIÑO FUENTES de nación gangá,2 no recordaba ni estaba seguro de si había sido bau- tizado, ese mismo mes y año contrajo matrimonio con María Tomasa Cáceres González, natural de Quivicán; para mayor lucimiento se vela- ron, algo que casi nadie hacía, y escucharon la misa nupcial. En un ins- tante este descendiente de africana reproducía dos momentos cruciales de la tradición católica: bautismo y matrimonio, con lo cual fundaban una familia según los preceptos canónigos. Para algunos investigadores interesados en el tema de la historia de las familias en Cuba, comportamientos como el descrito son más bien excepciones: las familias de esclavos y sus descendientes son un objeto de estudio más bien disperso, difícil de seguir y de apreciar bajo la lupa que todo lo observa, por lo que se absolutiza con generalizaciones, trans- polando resultados de otras realidades más o menos similares a la nues- tra, o alegando la falta de buenas fuentes documentales. Por suerte para todos, hemos superado en nuestro medio acadé- mico la rotunda negación que hace más de treinta años realizara Manuel Moreno Fraginals refiriéndose a la imposibilidad de la existencia de rela- ciones familiares dentro de la plantación. Aun cuando el centro de su estudio no sea la familia, su enfoque económico-estructuralista lo con- dujo a menospreciar el ángulo social de la plantación azucarera. Un núcleo familiar dentro de la plantación era un cultivo de invernadero: un cuerpo extraño naturalmente rechazado. Como la esfera de producción y sub- sistencia venía impuesta a los esclavos, rígida e inapelablemente, éstos no conocían la responsabilidad económica, personal o familiar, porque carecían de economía propia, ni podían ejercer la jerarquía de la consanguinidad. No tenían obligaciones sociales ni familiares, porque toda la actividad estaba reglamentada en función de la producción.3 2 El tradicional tratamiento de Don y Doña fue una conquista del movimiento por los derechos civiles lidereado por Juan Gualberto Gómez. Las demandas fundamentales fueron la entrada de niños de color a las escuelas públicas, la eliminación de la dualidad de inscripciones en los libros de bautizos y que las cédulas de vecindad no distinguieran entre blancos y negros. 3 Manuel Moreno Fraginals, El Ingenio. Complejo económico social cubano del azúcar, tomo II (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1978), 45. Para una crítica de este aspecto de la obra de Moreno, véase Ma. del Carmen Barcia Zequeira La otra familia. Parientes, redes y descendencia de los esclavos en la Cuba (La Habana: Fondo Editorial Casa de las Américas, 2004), 28-30 Revista Mexicana de Sociología 68, núm. 1 (enero-marzo, 2006): 137-179. ESCLAVITUD, FAMILIA Y PARROQUIA EN CUBA 139 Así, la labor de la investigadora Gloria García ha sido de gran impor- tancia. Su experiencia en el manejo de diversas fuentes y el análisis que de éstas realiza la conducen a la formulación de un importante aporte; al presentar una serie de documentos generados por esclavos donde se pone de manifiesto el valor que estos le daban a la familia, reconoce la existencia en las plantaciones de relaciones familiares, ya fuera a través de parejas casadas formalmente o “por la manigua”, frase que reconocía y valoraba la consensualidad entre los miembros de las dotaciones.4 Los atinados señalamientos que junto a un importante cuerpo de evidencias presenta esta investigadora se unen a las sugerencias que des- de mediados de la década de los años ochenta realizara Rebecca J. Scott en su valioso estudio “La emancipación de los esclavos en Cuba. La transición al trabajo libre 1860-1899”.5 Ambas alentaban, cada cual desde sus posiciones e hipótesis, la realización de estudios que profun- dizaran en lo que era una verdad histórica: la familia en esclavitud fue un ideal posible y realizable a pesar de todas las adversidades. Mirando a nuestro alrededor, en Cuba habíamos quedado a la zaga. Mientras que los estudios de familias cautivas en Brasil, el Caribe angló- fono y Estados Unidos se desarrollaban en medio de provechosas polé- micas e investigaciones, en nuestro país el análisis social de la esclavitud no pasaba de los aspectos etnográficos iniciados por Fernando Ortíz. Asumíamos que las relaciones consensuales y la ilegitimidad eran heren- cias coloniales, desviaciones más bien practicadas entre los sectores lla- mados populares, donde por supuesto se incluía a los descendientes de africanos, argumentándose que el esclavo, por su condición civil, no tenía nada que ver con todo el sistema de relaciones basadas en la consanguinidad y la afinidad. En el caso de que se le reconociera el pa- rentesco, se argüía que éste era burlado constantemente por los amos, quienes los vendían o donaban, separando a madres y padres, hermanas y hermanos, padrinos y ahijados, algo cierto, pero que, si se observa únicamente desde el sentido práctico de la transacción monetaria, cierra toda posibilidad de asumir a la familia negra como objeto de estudio. Las indagaciones que se desarrollaron en dichas áreas geográficas se movieron desde diversas tendencias; a partir de la antropología y la sociología, e incluso desde la historia, muchos especialistas vieron al 4 Gloria García, La esclavitud desde la esclavitud (La Habana: Editorial Ciencias Sociales, 2003), 30. 5 Rebecca J. Scott, La emancipación de los esclavos en Cuba. La transición al trabajo libre 1860-1899 (La Habana: Editorial Caminos, Centro Martin Luther King Jr., 2002). Revista Mexicana de Sociología 68, núm. 1 (enero-marzo, 2006): 137-179. 140 AISNARA PERERA DÍAZ Y MARÍA DE LOS ÁNGELES MERIÑO FUENTES negro esclavo como un ser incapacitado para la vida familiar.6 Pero estu- dios como los realizados por Barry Higman, en torno a pequeñas comu- nidades de las islas Trinidad-Tobago7 y Jamaica,8 y por Michael Craton con material estadístico de varias haciendas azucareras de Barbados,9 sugerían un cambio en las conclusiones que se habían planteado duran- te más de 40 años. Con el mismo interés de fundamentar la existencia de familias a pesar de la esclavitud trabajó Hebert Gutman en Estados Unidos.10 Las fuentes que utilizó Gutman —registros de plantaciones— han sido califi- cadas por María del Carmen Barcia