Teodosio Lares Y La Instrucción Pública En México, Siglo XIX José Luis Acevedo Hurtado Universidad Pedagógica Nacional
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1 Teodosio Lares y la instrucción pública en México, Siglo XIX José Luis Acevedo Hurtado Universidad Pedagógica Nacional. Unidad Zacatecas [email protected] La historiografía mexicana ha abordado el periodo que va desde la Constitución de Cádiz hasta la implementación de la Segunda República. Sus personajes e instituciones han sido estudiados, principalmente a partir de su vida pública y de la consolidación de las instancias de los poderes de gobierno. Resaltan personajes como Benito Juárez e instituciones como la Suprema Corte de Justicia. Sin embargo, personajes con ideas distintas a las impuestas han sido marginados por la historiografía positivista e institucional. Los temas de relevancia han sido permeados de liberalismo y republicanismo, en ocasiones olvidando que éstos se construyeron a partir de la tensión con otros conceptos como orden y monarquía. Desde nuestra perspectiva, recobra importancia aportarle a la parte olvidada por la historia. En el presente ensayo se retoma parte de la obra de Teodosio Lares, algunas de las instituciones públicas y algunos elementos del tema educativo. Teodosio Lares nación en 1806 cuando las políticas monárquicas se encontraban en pleno auge, le tocó vivir una época de grandes transformaciones como fue el paso a las naciones republicanas, formó parte de las instituciones educativas y judiciales tanto en el poder ejecutivo, legislativo y judicial. Pero no sólo formó parte de estas instituciones, sino que las vivió, las estudió y realizó propuestas para su mejora en beneficio público. Aquí sólo nos limitaremos a seguir su trayectoria en el campo de la instrucción, aunque cabe anotar sus aportaciones al campo de la justicia y la administración, producción retomada veladamente por los liberales. “Teodosio Lares y la instrucción pública en México, Siglo XIX” es un ensayo que describe una parte de la trayectoria y los aportes que realizó este personaje con la clara intensión de instituir en la vida pública el aspecto educativo, que se pensaba podría transitar hacia al progreso a este país. Primero anotamos la formación de Lares, aunque no contamos con suficientes fuentes (Dosse, 2007), revisamos que la instrucción del periodo de basó en la Constitución de Cádiz y su reglamentación; en seguida anotamos, cómo Lares participó como director del Instituto Literario de Zacatecas en los exámenes de los niños y profesores de instrucción primaria de la capital; y como presidente de la Subdirección de Instrucción Primaria propuso un proyecto sobre la recaudación y distribución de los fondos de enseñanza pública. Como catedrático del Instituto participó prácticamente en todos los estudios secundarios, preparatorios y profesionales, impartiendo 2 gramática, filosofía y derecho. Fue autor y traductor de varias obras: Las principales reglas del estilo epistolar, Elementos de filosofía moral y Elementos de psicología, así como presidente de varios actos públicos de los estudiantes. A nivel nacional elaboró dos documentos que consideramos importantes: El plan general de estudios y Lecciones de derecho administrativo, que le valió para ser profesor en el Colegio de San Ildefonso. El único mérito que realizamos fue hacer el seguimiento cronológico de Lares mediante el concepto de instrucción pública. Hay mucho más sobre la vida y obra de este autor, que en parte ya ha sido abordadas por Vela Leatrice Lynn, Florence Tousaint Alcaraz, Francisco Wiechers Veloz y Jesús Antonio de la Torre Rangel1, pero nosotros no limitamos a la instrucción pública y a lo que las fuentes nos proporcionaron, esperando contribuir en el campo de la historiografía de la educación decimonónica en México. 1. Lares y su instrucción José Teodosio de Jesús Lares Macías, nació el día 26 de mayo de 1806 en Asientos de Ibarra, distrito minero que pertenecía entonces a la Subdelegación de Aguascalientes de la Intendencia de Zacatecas. Cuando Teodosio tenía unos 6 años, edad propicia para cursar las primeras letras, la Constitución Política de la Monarquía Española decretó que era facultad de las Cortes, entre otras, establecer un plan general de enseñanza pública uniforme en todo el reino, además de instalar escuelas de primeras letras en todos los pueblos de la monarquía, en las que se enseñaría a leer, escribir, contar y el catecismo de la religión católica, que por primera vez comprendería una breve exposición de las obligaciones civiles. Dos años después, se conformó una comisión para la elaboración del Proyecto de Decreto para el Arreglo General de la Enseñanza Pública2, el cual estableció que toda enseñanza costeada por el Estado, sería pública y gratuita; se instalarían escuelas en cada pueblo que tuviera 100 vecinos; la enseñanza sería uniforme en método y libros. Los niños aprenderían a leer con sentido, escribir con claridad y buena ortografía, la aritmética y sus reglas elementales, el catecismo religioso y moral que comprendía los dogmas de la religión y las máximas principales de buena conducta y crianza. Cabe señalar que, a diferencia de la Constitución, este Proyecto planteó la posibilidad de que se enseñara en las escuelas públicas de primeras letras la aritmética completa, elementos sucintos de geometría, los principios del dibujo para las artes u oficios y un catecismo político en el que se expondrían los derechos y obligaciones civiles para la formación de los ciudadanos. 1 Se suman a estos autores, otros como Lucio Cabrera, Andrés Lira, José Luis Soberanes, Mario Melgar Aladid, Jorge Fernández Ruiz, Jesús Castañón y Rosalina Ríos Zúñiga. 2 Proyecto de Decreto para el arreglo general de la enseñanza pública, en Ruiz, 1970, pp. 161-393. 3 En estos años la política sobre instrucción prácticamente no varió, aunque las condiciones de cada pueblo sí tuvieron diferencias. España era aún una monarquía y Zacatecas era parte de ella. Aquí se señaló que la instrucción primaria tenía como propósito “formar ciudadanos religiosos, amantes de la patria, justos y benéficos… [que] les enseñen hablar, leer, escribir y contar”3, además se les exigió a maestros y alumnos el estudio del catecismo del padre Jerónimo Ripalda, que incluía contenidos sobre el nombre y señal del cristianismo, credo, padre nuestro, oraciones, mandamientos, sacramentos, indulgencias y misericordia. Teodosio realizó sus estudios de segundas letras en el Colegio de San Juan Bautista de Guadalajara, aproximadamente de 1818 a 1823. Las cátedras que tuvo que cursar en artes fueron matemáticas, física, gramática, geografía, cronología, latín, lógica, literatura, historia, moral, derecho natural, economía política y estadística. En la facultad de derecho de la Universidad de Guadalajara estudió hebreo, griego, historia, literatura, bibliografía, numismática, antigüedades, economía política y estadística, pero principalmente los principios de la legislación universal, historia del derecho civil, elementos de derecho romano, instituciones del derecho español, fórmulas y práctica forense. Se consideró básico el latín para la enseñanza del derecho romano, los demás cursos eran impartidos en castellano. La Constitución de 1824 fue la base para elaborar los documentos rectores de la educación. En el caso de Jalisco, bajo el gobierno de Prisciliano Sánchez, se realizó el primer Plan de instrucción del estado en 1826. En este marco se cerró la Universidad de Guadalajara y en febrero de 1827 inició el nuevo Instituto, precisamente poco antes de que Teodosio terminara sus estudios de abogado, en septiembre del mismo año (Cárdenas, 1999: 189 y 219-220) Teodosio quedó como abogado para usar y ejercer su oficio, expidiéndole el auto del examen el Tribunal Superior de Justicia de Jalisco para que le sirviera de título el 6 de agosto de 1827. Lares juró fidelidad a la religión y luego a la Constitución4. Teodosio, una vez aprobado para ejercer en la abogacía por el Supremo Tribunal del Estado de Jalisco, se trasladó a la ciudad de Zacatecas, en donde el 27 de septiembre de 1827 se le expidió el despacho de incorporación en el Número de los Abogados del estado por el Supremo Tribunal de Justicia. En un principio sólo se dedicó al campo de la justicia, fungiendo como fiscal de imprenta, asesor en causas de oficio y juez de letras en Aguascalientes, pero a la brevedad se involucró en los asuntos de instrucción pública. Teodosio fue llamado por el gobierno de Zacatecas en 1836 para pasar a Jerez como catedrático y director de la Casa de Estudios. Un año después, ésta se trasladó a la capital como Instituto 3 ahez, fondo Ayuntamiento, serie Enseñanza, caja 1, exp. 27, Arreglo de las Escuelas de Primeras Letras, según la Constitución de 1812, Zacatecas. 4 bpej, Archivo de Exámenes de Abogados, caja 1, exp. 19, Guadalajara, 1827. 4 Literario y Teodosio fue nombrado juez primero de lo civil en la capital, pero por poco tiempo, ya que luego pasó a ser magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del estado de Zacatecas, manteniendo a la vez la dirección del Instituto. 2. Lares y la instrucción primaria en Zacatecas El Instituto Literario de Zacatecas, bajo la administración de Teodosio Lares, fue el responsable de examinar a los alumnos de las primarias de la capital. Al fin de cada periodo escolar los niños y niñas de las escuelas públicas a cargo de los preceptores Antonio González y José María Fernández asistían al Instituto con el objeto de que la junta de profesores realizara la evaluación sobre sus conocimientos en la doctrina cristiana, lectura, aritmética y las reglas de urbanidad. Las principales conclusiones a las que llegaron los catedráticos, fueron que los estudiantes de la instrucción primaria no sabían quién era Dios, desconocían los principios de buena crianza, “todos conocen apenas las letras, algunos mal las juntan, ninguno escribe ni hace cuentas”5. Los argumentos de los profesores de primaria por los bajos resultados fueron la falta de asistencia de los niños a la escuela debido principalmente a los oficios a los que eran destinados, a la ubicación distante de las escuelas y a la falta de libros. Sumado a esto, se consideró el atraso de los estudiantes debido a la falta de formación de los profesores y a la falta de supervisión a las escuelas por parte de los ayuntamientos.