Calendario Litúrgico Litúrgico - Pastoral Pastoral
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Portada CLP 2020-2021 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA Comisión Episcopal de Liturgia Calendario Contiene: -Calendario Litúrgico Litúrgico - Pastoral Pastoral. -Salmos responsoriales y sugerencias de cantos. 2020-2021 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia Calendario Litúrgico - Pastoral 2020-2021 Ciclo «B» Año «impar» LI 0058-2020/2021 impresión.indd 1 26/11/20 9:05 Este Calendario Litúrgico-Pastoral ha sido elaborado por el Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española de acuerdo con el Calendarium Romanum, las Normas Universales sobre el Año litúrgico y sobre el Calendario, y el Calendario Propio de España. © CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA No está permitida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la repro- grafía y el tratamiento informático. Edita: LIBROS LITÚRGICOS - CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA C/ Añastro, 1 - 28033 - MADRID Teléfono: 91 343 96 62 - Fax: 91 343 96 65 Julio de 2020 ISBN: 978-84-17459-18-5 Depósito legal: M-11766-2020 Imprime: Unigraf S.L. (Estellaprint) 28938 Móstoles (Madrid) Impreso en España LI 0058-2020/2021 impresión.indd 2 26/11/20 9:05 PRESENTACIÓN Suyo es el tiempo y la eternidad. A él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Las palabras que encabezan esta presentación, como es bien sabido, perte- necen a la celebración de la «Madre de todas las Vigilias», cuando el sacerdote graba el cirio pascual antes de encenderlo con el fuego nuevo. En efecto, en el corazón del año litúrgico, la Vigilia pascual, los cristianos reconocemos a Cristo como Cronocrátor que, victorioso, vive por los siglos y gobierna el tiempo y la eternidad. Esta es la realidad que nos recuerda el Calendario Litúrgico-Pastoral en el su- ceder de los días. Al Padre por Cristo en el Espíritu Santo presentamos la ofrenda de nuestro tiempo convertido en alabanza, intercesión, súplica, petición… Así, con la celebración cotidiana de la eucaristía y de la Liturgia de las Horas, el tiempo es santificado, haciendo que se convierta en «tiempo de salvación» en el que el creyente acoge la acción salvífica de Dios y le obsequia la alabanza más sincera. De esta forma, por la liturgia de la Iglesia podemos ser alcanzados por Dios y por él ser transformados según sus designios. Y esto incluso en los momentos más difíciles por los que puede pasar la hu- manidad, como el pasado año con la pandemia de la COVID-19. Incluso en esa situación no se interrumpió el culto divino, si bien es cierto que hubo de hacerse de forma extraordinaria sin la participación de fieles o con muy pocos. No obs- tante, por la pertenencia al Cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia, todos los creyentes pudieron sentirse no desamparados de la mano misericordiosa de Dios y a todos pudieron llegar los beneficios de la súplica que cada día se elevaba a Dios. En este sentido, podemos decir en verdad, con J. R. R. Tolkien, referido al Señor Jesús: «Cada momento que paso sin ti es un momento de tiempo perdido». Para que la liturgia cotidiana pueda realizarse con fidelidad al sentir de la Iglesia se publica cada año este Calendario Litúrgico-Pastoral. Las indicaciones litúrgicas que aquí se recuerdan pretenden facilitar la verdadera y fructífera par- ticipación en la sagrada liturgia, aplicando las normas contenidas en los libros litúrgicos, especialmente en la Ordenación General del Misal Romano, en las Normas Universales sobre el Año litúrgico y el Calendario, en la Ordenación General de la Liturgia de las Horas y en la Ordenación de las lecturas de la misa. LI 0058-2020/2021 impresión.indd 3 26/11/20 9:05 4 – PRESENTACIÓN Esperamos que esta nueva edición del Calendario Litúrgico-Pastoral siga sien- do considerada una guía útil y práctica, y sirva para los fines que nos propone- mos. Al mismo tiempo, cada año tratamos de mejorarla corrigiendo las erratas que, casi necesariamente ante tal cantidad de datos, van apareciendo y nos co- munican los amables usuarios. Asimismo, agradecemos a quienes hacen posible que esta útil herramienta al servicio de la pastoral litúrgica salga a la luz cada año. Ramón Navarro Gómez Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia LI 0058-2020/2021 impresión.indd 4 26/11/20 9:05 EL AÑO LITÚRGICO Y EL CALENDARIO El curso del año 1. La santa Iglesia celebra la memoria sagrada de la obra de la salvación realizada por Cristo en días determinados durante el curso del año. En cada semana, el domingo —por eso es llamado «día del Señor»— hace memoria de la Resurrección del Señor, que, una vez al año, en la gran solemnidad de la Pascua, es celebrada juntamente con su Santa Pasión. Durante el curso del año, la Iglesia conmemora todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación hasta el día de Pentecostés y la expecta- ción de la venida del Señor; y conmemora los días natalicios de los santos (NUALC, 1). Conmemorando así los misterios de la Redención, abre las riquezas del poder santificador y de los méritos de su Señor, de tal manera que, en cierto modo, se hacen presentes en todo tiempo para ponerse en contacto con ellos y llenarse de la Gracia de la Salvación (SC, 102). En los diversos tiempos del año litúrgico, según las prácticas tradi- cionales, la Iglesia va instruyendo a los fieles por medio de ejercicios piadosos del alma y del cuerpo, de la enseñanza, de la oración y de las obras de penitencia y misericordia. La celebración del año litúrgi- co posee una peculiar eficacia sacramental, ya que Cristo mismo es el que en sus misterios, o en las memorias de los santos, especialmente de su Madre, continúa la obra de su inmensa misericordia, de tal modo que los cristianos no solo conmemoran y meditan los misterios de la Redención, sino que están en contacto y comunión con ellos, y por ellos tienen vida (CO, 231). Esfuércese el obispo para que el espíritu de los fieles se oriente sobre todo a las fiestas del Señor y a guardar en su significado espiritual los tiempos sagrados del año litúrgico, de forma que lo que en ellos se celebra y se profesa con la boca sea creído por la mente, y lo que cree la mente, se manifieste en el comportamiento público y privado (CO, 232). LI 0058-2020/2021 impresión.indd 5 26/11/20 9:05 6 – EL AÑO LITÚRGICO Y EL CALENDARIO El día litúrgico en general 2. Cada día es santificado por las celebraciones litúrgicas del pueblo de Dios, principalmente por el sacrificio eucarístico y por el Oficio Divino. El día litúrgico comienza a medianoche y se extiende hasta la media- noche siguiente. Pero la celebración del domingo y las solemnidades comienzan ya en la tarde del día precedente (NUALC, 3). Además de las celebraciones litúrgicas de las que se compone el año litúrgico, existen en muchas regiones costumbres populares y ejerci- cios piadosos. Entre ellos apréciense seriamente los que contribuyan a favorecer la piedad, la devoción y la comprensión de los misterios de Cristo, y cuídese que «vayan de acuerdo con la sagrada Liturgia, en cierto modo se deriven de ella y a ella conduzcan al pueblo, ya que la Liturgia, por su naturaleza, está muy por encima de ellos» (SC, 13; CO, 233). El domingo 3. En el primer día de cada semana, llamado día del Señor o domingo, la Igle- sia, según una tradición apostólica que tiene sus orígenes en el mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el Misterio pascual. Así pues, el do- mingo ha de ser considerado como el día festivo primordial (NUALC, 4). 4. Puesto que el día del Señor es el núcleo y el fundamento del año litúrgico por medio del cual la Iglesia despliega todo el misterio de Cristo, el domingo solamente cede su celebración a las solemnidades y a las fiestas del Señor; pero los domingos de Adviento, de Cuares- ma y de Pascua tienen precedencia sobre todas las fiestas del Señor y sobre todas las solemnidades. Las solemnidades que coincidan en estos domingos han de celebrarse el lunes siguiente (v. gr. Inmacula- da Concepción, San José y Anunciación del Señor), sin embargo, la obligación del precepto, si la hubiera, no se traslada. Cuídese que el domingo se presente e inculque a la piedad de los fieles como el día festivo primordial, de tal manera que también sea día de alegría y de liberación del trabajo (cf. SC, 106). Las solemnidades, las fiestas y las memorias 5. Al celebrar el misterio de Cristo durante el curso del año, la Iglesia venera también con amor particular a santa María, Madre de Dios, y propone a la piedad de los fieles las memorias de los mártires y de otros santos (NUALC, 8). LI 0058-2020/2021 impresión.indd 6 26/11/20 9:05 EL AÑO LITÚRGICO Y EL CALENDARIO – 7 6. Los santos que tienen un relieve universal se celebran obligatoria- mente en toda la Iglesia; los otros o son inscritos en el calendario para que puedan ser celebrados libremente, o se dejan para el culto particular de cada Iglesia, o nación o familia religiosa (NUALC, 9). 7. Las celebraciones, según la importancia que tienen, han de distinguir- se entre sí y denominarse de la siguiente manera: solemnidad, fiesta, memoria (NUALC, 10). 8. Las solemnidades son los días principales y su celebración comienza con las primeras Vísperas, el día precedente. Algunas solemnidades (Na- vidad, Epifanía del Señor, Ascensión del Señor, Pentecostés, San Juan Bautista, Santos Pedro y Pablo, Asunción de la Virgen) tienen también una misa propia para la vigilia, que ha de emplearse en la tarde del día precedente, si la misa se celebra en horas vespertinas (NUALC, 11).