LA IGLESIA DE CASA De La Conservación a La Misión
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Benjamín Bravo Pérez David A. Díaz Corrales, O.P. Antonio Espinoza Mendoza Jesús Flores Aparicio, O.P. Dante G. Jiménez Muñoz Ledo Toribio Tapia Bahena Para comprender LA IGLESIA DE CASA De la conservación a la misión Benjamín Bravo Pérez David A. Díaz Corrales, O.P. Antonio Espinoza Mendoza Jesús Flores Aparicio, O.P. Dante G. Jiménez Muñoz Ledo Toribio Tapia Bahena ! Editorial Verbo Divino Avenida de Pamplona, 41 31200 Estella (Navarra), España Teléfono: 948 55 65 11 Fax: 948 55 45 06 www.verbodivino.es [email protected] Diseño de cubierta: Francesc Sala. © Benjamín Bravo Pérez, David A. Díaz Corrales, Antonio Espinoza Mendoza, Jesús Flores Aparicio, Dante Gabriel Jiménez Muñoz Ledo, Toribio Tapia Bahena, 2010. © Editorial Verbo Divino, 2010. Impreso en España - Printed in Spain. Fotocomposición: Megagrafic, Pamplona (Navarra). Impresión: Gráficas Lizarra, Villatuerta (Navarra). Depósito legal: NA. 1.809-2010. ISBN 978-84-9945-107-7 Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción previs- ta por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos - www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Autores Benjamín Bravo Pérez como delegado de pastoral en la II vicaría de la ar- quidiócesis de México. Nacido en el año 1940. Presbítero de la arqui- diócesis de México. Doctor en Teología Pastoral por la Universidad Pontificia de México. Licenciado en Antonio Espinoza Mendoza Teología Dogmática por la Universidad de Inns- bruck (Austria). Asesor Pastoral de la arquidiócesis Nacido en Tehuacán, Puebla, en 1977. Estudió de México. Profesor de Teología Pastoral en la Uni- en el Seminario Mayor de Santa María de Guadalu- versidad Pontificia de México y de Pastoral Urbana pe de la diócesis de Tehuacán. Se ordenó sacerdote en el Instituto de Formación Teológica Intercongre- el 5 de febrero de 2004. Ejerció su ministerio sacer- gacional de México. Miembro fundador del Espa- dotal en la Parroquia de Nuestra Señora de las Nie- cio de Pastoral Urbana. ves. Del año 2004 al 2007 estudió la licenciatura de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de México. Del año 2007 a la fecha es vicario parro- David A. Díaz Corrales, O.P. quial de la Parroquia de San Nicolás, Juez del Tribu- Nacido en Veracruz (México) en 1961. Licencia- nal eclesiástico de la diócesis de Tehuacán y profesor do en Administración de Empresas por la Universi- de Derecho Canónico del Seminario de la diócesis a dad Iberoamericana (México) y licenciado en Teo- la que pertenece. logía por la Universidad de Friburgo (Suiza) con especialidad en Teología Dogmática. Catedrático desde hace doce años de Eclesiología, Sacramento- Jesús Flores Aparicio, O.P. logía (Orden y matrimonio), Mariología e Historia de la Iglesia Antigua y Medieval. Profesor de la Es- Nacido en México en 1972. Realizó estudios de cuela Dominicana de Teología de la Ciudad de Mé- Filosofía en el CEFTA (Centro de Estudios Filosófi- xico y catedrático, investigador y coordinador del cos Tomás de Aquino), perteneciente a la provincia Plan de Desarrollo Institucional del Instituto de de Santiago de México de la Orden de Predicado- Formación Teológica Intercongregacional de Méxi- res. Obtuvo el grado de bachiller en Teología por el co (IFTIM). Sacerdote dominico. Ha sido promotor IFTIM (Instituto de Formación Teológica Intercon- vocacional, maestro de novicios, regente de estu- gregacional de México), afiliado a la Pontificia Uni- dios, socio del prior provincial y párroco. Colabora versidad Javeriana. Actualmente está concluyendo AUTORES 5 la licencia en Historia Eclesiástica en la Universi- Toribio Tapia Bahena dad Pontificia de México. Nacido en el año 1967. Sacerdote de la diócesis de Lázaro Cárdenas. Licenciado en Teología Bíblica Dante Gabriel Jiménez Muñoz Ledo por la Universidad Pontificia de México (1992- 1994). Realizó sus estudios de doctorado en Sala- Nacido en el año 1962. Presbítero diocesano. Li- manca (España), Roma y Jerusalén (2000-2004). Es cenciado en Teología Dogmática por la Universi- candidato a doctor en Teología Bíblica. Ha colabo- dad Gregoriana, Roma. Profesor del Seminario de rado en la pastoral bíblica nacional como secretario Celaya. Miembro del Consejo Nacional de Semina- ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral Bí- rios y Vocaciones (1995). Actualmente es secretario blica (2004-2007). Actualmente es secretario de la de la Dimensión de la Doctrina y la Fe de la Comi- Dimensión para la Animación Bíblica en la Comi- sión Episcopal para Pastoral Profética y párroco en sión Episcopal para Pastoral Profética en la Confe- la diócesis de Celaya. rencia del Episcopado Mexicano. 6 PARA COMPRENDER LA IGLESIA DE CASA Presentación in duda el título del libro parecerá extraño a no tecimiento histórico y sociológico, que se convirtió Spocos: La Iglesia de casa. Término poco usual en término teológico-pastoral. Posee un contenido dentro del vocabulario teológico-pastoral. Es la tra- tan rico que no se agota en lo que hoy llamamos fa- ducción que hemos elegido para una estructura milia nuclear. Tal parece que en la traducción Igle- pastoral antigua del tiempo de san Pablo: kat’oikon sia doméstica se pone mayor énfasis en el término ekklésia, en griego. Este término ha sido traducido Iglesia que en el vocablo casa. Tratamos en este li- al latín como Ecclesia domestica, que en español bro de recuperar la fuerza pastoral que tiene la ca- toma el nombre de Iglesia doméstica. En este libro sa, ya que por siglos fue, si no olvidada en la prácti- preferimos traducir kat’oikon ekklésia por Iglesia ca y en su reflexión, al menos oscurecida. de casa. El término kat’oikon ekklésia se encuentra en Explicamos la razón: en algunas ocasiones el textos de la Sagrada Escritura. Toribio Tapia pro- papa Juan Pablo II identificó la Iglesia doméstica fundiza la comprensión de oikía y oikos, que en con la actual familia nuclear: papá, mamá e hijos. Grecia se utilizaban para designar la casa como El Concilio Vaticano II, sin embargo, evitó identifi- edificio, pero sobre todo para referirse a las perso- carlos, al precisar que la familia nuclear es «seme- nas que pertenecían a ella debido al parentesco. jante» a una Iglesia doméstica. Son sólo dos textos, Describe las características de sus integrantes, ade- pero muy significativos: Lumen gentium 11 y Apos- más de los tipos de familia entonces existentes. Es tolicam actuositatem 11. En ellos se afirma que «in de suma importancia la distinción que hace entre hac (familia) velut Ecclesia domestica», «la familia, la familia nucleada de aquel entonces y la familia en esta especie de Iglesia doméstica». No afirma que nuclear actual. Para Toribio, la opción por la casa la familia nuclear es la Iglesia doméstica, tan sólo no fue una necesidad del desplazamiento del cam- dice que se le asemeja. Parece salvaguardar el sen- po a la ciudad, sino que fue uno de los espacios pri- tido de familia, integrada por parientes, huéspe- vilegiados de la actuación de Jesús. Y no por tener des, siervos, esclavos, miembros de la empresa fa- la casa un valor en sí mismo, sino por las posibili- miliar y aun amigos. dades que tenía para la realización de lo realmente absoluto: el Reino de Dios. De ahí que la elección No pretendemos objetar la identificación he- de la casa por parte de Jesús y sus primeros discí- cha por el Papa. Nuestro propósito es acercarnos al pulos no es un simple cambio de lugar, es un cam- espíritu del Concilio. Consideramos que la Iglesia bio de mentalidad; es la sobrevaloración de un es- de casa, más que un concepto teórico, fue un acon- pacio en el que es posible construir unas relaciones PRESENTACIÓN 7 más incluyentes a partir de unos parámetros más es, pues, simplemente una comunidad de creyentes dignos. La casa permitió al cristianismo reafirmar- que se reúne, sino la comunidad de fe reunida. La se en la vida diaria, en un espacio no sacro. proximidad geográfica que propicia la casa cercana está en posibilidad de generar un signo sensible de Desde la dogmática Dante Jiménez fundamenta inserción en el Cuerpo de Cristo. la Iglesia de casa en la vida de Dios-Trinidad. Cómo esta vida, que es relación de personas, con una mi- El análisis histórico que este mismo autor y Jesús sión común en función de la plena comunión con Flores hace sobre la recuperación de lo local de la carácter de entrega incondicional, se refleja tanto Iglesia a través de los siglos, refuerza la justificación hacia dentro de ella como hacia fuera. La comunión de llamar Iglesia a esta localidad doméstica. Nos li- desde esta óptica no se entiende solamente como bra de la tentación de suponer que la Iglesia de casa categoría eclesiológica, sino como categoría teoló- es algo nuevo. Pone su origen en la acción pastoral gica. En la Iglesia de casa se tiene la comunión trini- de las comunidades apostólicas, en la misma comu- taria y la comunión eclesial. De esta forma, el voca- nidad de Jerusalén. La descripción que hace de la blo Iglesia tiene un significado pluridimensional, ya comunidad de Antioquía, a la que caracteriza como que indica, por una parte, las asambleas de Dios en el hogar primordial de las misiones cristianas, es ilu- determinados lugares (una ciudad, un país, una ca- minadora para la Misión Continental a la que todas sa), y por otra, significa también toda la Iglesia en su las Iglesias de América Latina y el Caribe han sido conjunto. Así, «la Iglesia de Dios» no es sólo la suma convocadas en la V Celam. La experiencia de la Igle- de las distintas Iglesias locales, sino que éstas son a sia de casa, tenida en los primeros siglos del cristia- su vez realización de la única Iglesia de Dios.