Asturias Siglo Xxi
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ASTURIAS SIGLO XXI CASTRILLÓN El crecimiento metropolitano Castrillón es hoy el único concejo que aumenta su población en la aglomeración avilesina. Metropolitano y residencial es un territorio de futuro vinculado a la evolución de Avilés. Castrillón ha recogido durante décadas el escaso crecimiento metropolitano de la aglomeración avilesina. Desde inicios de los 80, el estancamiento de la ciudad de Avilés y el retroceso de la periferia industrial de Corvera o del mundo rural de Illas, han dejado a Castrillón como único territorio de crecimiento del nodo urbano-industrial de Avilés. A los lastres que arrastró la aglomeración en su paisaje industrial y en la contaminación respondió Castrillón con su cercanía a la costa, su paisaje agradable y su poblamiento abierto. Piedras Blancas recogió la mayor parte de este crecimiento hasta aproximarse a los 10.000 habitantes. Salinas simplemente se limitó a mantener su volumen demográfico, en torno a los 5.000 habitantes, incluso con algún retroceso en los últimos años. En general las parroquias tienen un comportamiento positivo o cercano al estancamiento, sin que haya aquí los fuertes retrocesos habituales del mundo rural asturiano. Las parroquias de Laspra, que incluye a Piedras Blancas, Bayas y Pillarno crecen lentamente, mientras que Santa María del Mar y Quiloño están en situación de equilibrio. Santiago del Monte y Naveces han perdido población lentamente. 70 núcleos de población dan fe de la complejidad y extensión del poblamiento sobre un territorio concejil que ha crecido poco en los últimos 25 años, apenas 2.000 habitantes, hasta alcanzar los 23.000 habitantes. Es hoy uno de los principales concejos metropolitanos de Asturias, únicamente superado por las cinco ciudades principales y Siero. Piedras Blancas y Salinas se han convertido en centros urbanos metropolitanos secundarios pero de gran importancia al localizar el crecimiento del nodo de Avilés. El escaso dinamismo de esta ciudad en las dos últimas décadas propició que el crecimiento haya sido, sin embargo, escaso. Pero crece y es uno de los pocos que han mantenido el crecimiento en los años de la crisis, del duro ajuste industrial. Junto a Oviedo y Gijón, Llanera, Siero y Noreña, es decir las dos ciudades principales y los concejos de difusión metropolitana del crecimiento. Y el único que crece en la aglomeración avilesina. Pero incluso en este pequeño número de concejos que ha aumentado su población, la natalidad es mucho más baja que la mortalidad. Por tanto, su crecimiento se basa en la llegada de inmigrantes o en el desplazamiento de población desde otros concejos, movimientos que compensan el desfase negativo entre nacimientos y defunciones. Mal endémico de Asturias que ya hemos comentado en otros concejos y del que no se salva nadie, tampoco Oviedo y Gijón. ¿Cuándo dejaremos de mirar hacia otro lado, de desarrollar políticas sociales absurdas, desconectadas de la realidad y afrontaremos de forma decidida el problema?. Castrillón tiene una población activa diversa como corresponde a un municipio urbano en crecimiento. Pero su función principal es la residencial. De ahí el altísimo porcentaje de población activa que se desplaza a trabajar a los concejos vecinos, particularmente en la industria. De ahí también la baja tasa de actividad y el alto paro relativo. Necesita el concejo compatibilizar en mayor medida residencia y actividad, ampliando su suelo empresarial y su sector terciario, hoy dependiente del centro urbano avilesino y las grandes superficies comerciales metropolitanas. En el borde urbano, Castrillón tiene áreas de paisaje de alto interés. Destaca la gran playa metropolitana de Salinas y El Espartal, hoy en proceso lento de recuperación frente a los golpes recibidos de la actividad industrial, portuaria y residencial. Dispone de patrimonio minero e industrial de gran interés y unos acogedores valles, antaño rurales y hoy reconvertidos en residenciales, en su mayor parte. La ganadería resiste en estos valles, en poco más de 200 explotaciones, de las que ya solo 18 se dedican a la producción lechera. El empleo en el sector ha ido cayendo hasta el 3% actual, unos pocos centenares, frente a los 1.300 empleos de la industria, los 3.500 del sector terciario y los 800 de la construcción. Empleo y actividades diversas en espera del impulso de la ciudad principal, que no acaba de soltar el lastre de la crisis industrial y enfocar con decisión el crecimiento. Cuenta Castrillón también con el aeropuerto regional, de impulso obstaculizado hasta la fecha por la lejanía y las malas comunicaciones, dejado a su suerte durante décadas. Parece ahora despertar de su letargo de aeropuerto de provincia. Debería potenciarse como nodo fundamental de la comunicación exterior de la región. Sobre todo cuando su potencial competidor, el AVE, parece recortar sus alas. La línea del Cantábrico no figura en los planes a medio plazo, en cambio se incluye la de Alicante- Almería. Casualmente el noroeste español es le territorio de menor crecimiento en los últimos treinta años. La línea de Pola de Lena a Gijón y Avilés se va postergando, sin una voluntad clara de realizar un trazado de alta velocidad. En cambio Málaga, una aglomeración metropolitana similar en tamaño a la de Asturias (según los datos del propio Ministerio de Fomento -PEIT 2005-2020-), tendrá AVE (hasta el centro de la ciudad, con nueva estación) este mismo año y también metro. Pequeñas diferencias. El eje urbano Piedras Blancas-Salinas tiene un evidente potencial de crecimiento basado en su atractivo residencial. Pero debe mejorar su calidad urbana, sus equipamientos y servicios. El papel del ayuntamiento y de la cooperación comarcal, en el ámbito de Avilés y en el área metropolitana asturiana, es fundamental. Castrillón necesita del crecimiento de Avilés para poder seguir creciendo a su vez. Las líneas básicas para asentar el crecimiento futuro: ordenación del territorio, concentrar el crecimiento urbano en Piedras Blancas-Salinas, mejorar la articulación urbana y el límite con la ciudad de Avilés, seguir trabajando en la corrección del impacto industrial en el paisaje (Arnao, El Espartal, San Juan de Nieva), posibilitar el crecimiento ordenado del mundo rural, bien conectado a los núcleos urbanos de servicios, aumentar las dotaciones y equipamientos urbanos, potenciar el crecimiento del sector terciario y desarrollar suelo empresarial vinculado a los enlaces de la autovía. Asturias no dispone de muchos concejos que hayan resistido el impacto de la crisis, solo seis de 78. Por ello deben acentuarse las políticas de refuerzo del nodo urbano-industrial avilesino y debe actuarse de una vez y de forma decidida para recuperar la natalidad regional, hoy el mayor elemento de riesgo para el futuro de la región asturiana. .