Perú Hoy. Más a La Derecha Comandante
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Más a la derecha Comandante desco Más a la derecha Comandante Perú Hoy Más a la derecha Comandante Jorge Acevedo R. Rafael García M. Gustavo Ávila P. Carlos Loret de Mola Eduardo Ballón E. Raúl Mauro M. Hugo Cabieses C. Iván Mendoza V. Humberto Campodónico S. Erick Pajares G. Julia Cuadros F. Alexandro Saco Oswaldo de Rivero Eduardo Toche M. José Díaz Gallardo Eduardo Toche M. (compilador) desco Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo - 2014 Código 14130 TOCHE MEDRANO, Eduardo; compilador Perú Hoy, Más a la dererecha Comandante, Lima: desco, 2014. 320 p. Estado / Economía / Educación / Geopolítica internacional / Chile / Medios de comunicación /Conflictos sociales / Canon regional / Narcotráfico / Salud / Aduanas / Minería artesanal e ilegal / Gran Mercado Mayorista de Lima / Cambio climático / Política energética / Ollanta Humala / Perú Tirada: 1000 ejemplares. Primera edición. Corrección de estilo: León Portocarrero Iglesias Coordinación: Mónica Pradel S. Carátula y diagramación: Juan Carlos García M. (511) 226-1568 Foto de carátula: Andina. Prensa / Presidencia Fotos interiores: Fedepaz / Mario Zolezzi / Andina (Vidal Tarqui) ISBN: 978-612-4043-60-4 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2014-09541 Impresión: Roble Rojo Grupo de Negocios S. A. C. Américo Vespucio 110, Urb. Covima, La Molina © desco Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo León de la Fuente 110. Lima 17 - Perú (511) 613-8300 www.desco.org.pe Julio de 2014 Contenido Presentación 9 Parte I Política y gobernabilidad Castilla: a la derecha, ¡derecha! Eduardo Ballón E. 19 El Estado y los conflictos sociales en el gobierno de Ollanta Humala Iván Mendoza V. 39 La aduana del Perú: transformaciones, logros y perspectivas Rafael García M. 57 El nuevo orden geopolítico sudamericano y la posición internacional del Perú Oswado de Rivero 79 Socios superando diferencias: Chile y Perú después del fallo José Díaz Gallardo 95 Parte II Sociedad y democracia La disputa por el sistema de salud Alexandro Saco 113 Libertad de expresión y empresa. La concentración en debate Jorge Acevedo R. 133 Nueva Ley Universitaria, con la voluntad no basta desco 151 El boyante negocio del narcotráfico Eduardo Toche M. 169 De La Parada a la movida de Santa Anita. Mitos e hipótesis Hugo Cabieses C. 187 Parte III Economía y gestión de recursos La construcción política del Presupuesto de la República Raúl Mauro M. 211 El gobierno de Ollanta Humala y la política energética Humberto Campodónico S. 233 El canon para las regiones. ¿Hacia un nuevo escenario? Gustavo Avila P. 253 Situación y perspectivas de la minería artesanal e ilegal en el Perú Julia Cuadros F. 273 Otras políticas climáticas: ruptura de episteme y diálogo de saberes Erick Pajares G. y Carlos Loret de Mola 289 Notas sobre los autores 313 Presentación Un año atrás, en su Mensaje a la Nación, el presidente Ollanta Humala corroboró lo que hasta el momento eran solo conjeturas para muchos: su poca destreza para dirigir el rumbo del país en situaciones que se vislumbraban complicadas. Como nunca, evidenció sus resistencias a la autocrítica y poca capacidad para leer atentamente el malestar que manifestaba la calle, aun cuando entonces no se expresaba nítidamente ese descontento en las cifras que arrojaban las continuas encuestas de opinión. Para el caso, puntualicemos solamente dos aspectos, que con el transcurso de los meses devinieron en cruciales, en los que el presidente Humala no estuvo atento: los indicios que sugerían una muy probable desaceleración en el crecimiento y la cada vez mayor exigencia en la seguridad ciudadana. En su lugar, recordemos, ya era clamorosa su preocupación para facilitar y crear mayores y mejores condiciones para la inversión privada, la aceleración de la inversión pública y el implícito compromiso con las industrias extractivas, adelantada por el todopoderoso ministro de Economía semanas antes del discurso presidencial, inaugurando así, como veríamos posteriormente, una marca característica del segundo tramo de la administración del presidente Humala. 10 A partir de ese momento primó la política de baja intensidad, lo cual no le venía nada mal a un mandatario más bien parco que dejaba un importante margen de maniobra al entonces premier Juan Jiménez, hasta que despertó de su letargo y, según refieren algunos, motivó la renuncia de este último por no estar de acuerdo con algunas de sus afirmaciones y, según el propio Jiménez, porque había llegado el momento del relevo para adecuar al Gabinete al nuevo momento político que se formaría con la proximidad de las elecciones locales y regionales. En otras palabras, desde la óptica oficialista, el recambio ministerial obedecía a la necesidad del presidente Humala de contar con un Gabinete que priorizara el trabajo social y regional, teniendo en cuenta el importante escenario electoral que se formaría en el 2014. Créase o no, ese fue el argumento que se esgrimió para la designación de César Villanueva, entonces presidente regional de San Martín, como primer ministro. Habrá sido seguramente la fina intuición política que se le reconoce a Villanueva la que lo condujo a pedir licencia por 45 días y no directamente la renuncia al cargo regional. En efecto, no debió transcurrir mucho tiempo para que los hechos apoyaran la actitud prudente de este, pues solo cuatro meses después estaba presentando su renuncia al no aceptar presiones provenientes desde un lado informal en el ejercicio del poder que fue tomando forma cada vez con mayor nitidez en el gobierno humalista: la primera dama, que devino en presidenta de un imaginado Partido Nacionalista Peruano, para guardar de alguna manera las formas que fueron y continuaron siendo violentadas sin consideración alguna. Villanueva, a su vez, fue reemplazado por un integrante del primer Gabinete ministerial que había sobrevivido incólume las sucesivas crisis y cambios. René Cornejo fue el termómetro usado por un desprestigiadísimo Congreso de la República para pulsear a un Ejecutivo que se había acercado a sus mismos ínfimos niveles de simpatía. Ironías de la democracia, la ratificación congresal del Gabinete Cornejo se convirtió en un triste espectáculo en que el 11 Legislativo y el Ejecutivo, con su respectiva intervención presidencial, que agregó mayor patetismo al asunto, disputaron a quién correspondía la mayor deslegitimidad. A Cornejo no lo salvó una inexistente habilidad política de los operadores nacionalistas, sino las reiteradas promesas personales de corregir las «distorsiones» políticas que se habían generado en el Ejecutivo con la activa presencia de la esposa del Presidente. Es decir, prendiéndoles velas a todas las vírgenes y santos que encontró a su paso. Esa es la manera como se hace política en el país. Por eso, nadie siente que debiera prestarse importancia a la política peruana. Así, salvo los mineros informales que alguna vez apoyaron financieramente la campaña de Humala, no parecen ser muchos los que se interesen por saber los resultados obtenidos por el ahora ministro del Interior para asegurar su «triunfo» ante la minería informal e ilegal, de las que somos campeones mundiales. De igual manera, tenemos dudas ciertas que despierte algún interés un inefable ministro de Defensa que hasta el momento no sabe explicar qué ocurre en la zona del Valle del Río Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). Tampoco creemos que nos resulte de interés el porqué la señora Carmen Masías fue relevada repentinamente de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA). Más aun, sospechamos que no son muchos los peruanos a quienes puede interesarle sinceramente lo que haga DEVIDA. Asimismo, estamos seguros de que no genera ninguna inquietud, ni para bien ni para mal, la opinión o los anuncios que pueda ofrecer el ministro del Interior y su alta propensión a la teatralidad, pese a que la inseguridad ciudadana es el principal problema que percibimos los peruanos y peruanas. De igual manera, aparecerán como hongos en la humedad los indicios que nos podrían hacer sospechar de manera creciente que la gestión del expresidente Alan García se pareció mucho a lo que se tipifica como un narcogobierno, pero seguramente seguiremos poco menos que impasibles. 12 Así, no es el reciente «paquete reactivador» la señal de la consolidación del esquema neoliberal en el país. Es la enorme brecha abierta entre la sociedad y la política que el actual gobierno se ha esforzado en ensanchar, aun cuando lo debilite al punto tal que la sola reaparición del operador montesinista, Óscar López Meneses, significó la renuncia del ministro del Interior y el alejamiento del asesor en seguridad de Palacio o, yendo a un rubro completamente distinto, anuncie un Plan Nacional de Diversificación Productiva a través de uno de sus ministros estrellas sin provocar mayores entusiasmos ni críticas. Pero, debe prestarse atención al hecho de que en esa brecha ha venido configurándose un nuevo país que no tiene nada que ver con esas clases medias de 900 soles de ingreso mensual de las que hablan los organismos multilaterales. Ese es el país que reside en las zonas grises informalizadas e ilegalizadas que, para algunos, no están ni necesitan estar políticamente representadas en tanto surgieron al lado del Estado o contra este, mientras que para otros, por el contrario, están mucho mejor representadas que aquellas que constituyen el lado formal del país, lo que puede constatarse averiguando las actividades de muchos de nuestros parlamentarios. Algunos dirán, entonces, que por sernos tan ajena, la política formal perdió todo sentido. Aunque, para otros, la política solo estaría expresando el país realmente existente. Al respecto, este volumen de Perú Hoy pretende ser, como siempre, una invitación a la reflexión y al debate. Los quince artículos que componen este nuevo número se organizan en tres grandes secciones. La primera de ellas está dedicada a la política y a la gobernabilidad, la segunda organiza distintos ensayos sobre sociedad y democracia, mientras que la tercera se ocupa de los temas económicos y de gestión de recursos.