Culturas Musicales Transfronterizas. La Petenera En México Y España
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1 CULTURAS MUSICALES TRANSFRONTERIZAS. LA PETENERA EN MÉXICO Y ESPAÑA Lénica Reyes Zúñiga1 Universidad Nacional Autónoma de México José Miguel Hernández Jaramillo2 Universidad de Sevilla Resumen La petenera es una pieza de tradición oral, interpretada en México y en España, que evidencia el intercambio musical trasatlántico existente entre ambos países durante siglos. Se configura como un sistema de transformaciones precisamente en este diálogo, y por tanto lo consideraremos un sistema musical transfronterizo. Nos aproximaremos a su proceso de conformación y sus transformaciones, desde una perspectiva sincrónica y diacrónica, durante los siglos XIX y XX, considerando tanto referencias historiográficas como los resultados obtenidos de un análisis musical estructural, concretamente el análisis paradigmático. Dicho análisis fue realizado con la ayuda de un software de desarrollo propio que automatiza el proceso. Palabras Clave Petenera; sistema musical; transfronterizo; análisis paradigmático 1 Nacida en la Ciudad de México. Realizó sus estudios de Licenciatura y Maestría en Música con especialidad en Etnomusicología en la Escuela Nacional de Música de la UNAM y desde hace siete años ha incursionado en el estudio del campo del psicoanálisis lacaniano. A partir de entonces, se ha dado a la tarea de vincular ambas disciplinas en sus investigaciones y reflexiones musicales. 2 Nacido en Sevilla, realizó estudios de Ingeniería Informática en la Universidad de Sevilla y está realizando su tesis doctoral dentro del programa de doctorado “Estudios Avanzados de Flamenco” de dicha universidad. Actualmente trabaja en la Universidad de Sevilla, con una beca de excelencia, investigando sobre la aplicación de nuevas tecnologías al análisis de músicas de transmisión oral. 2 Abstract The petenera is an oral tradition song located in Mexico and Spain that shows the transatlantical musical exchange between both countries for centuries. It is configured as a system of transformations due to this dialog, and, therefore, we consider it as a transboundary musical system. In this paper we offer an approach to its conformation process and transformations, from a synchronic and diachronic point of view, throughout the last two centuries, taking into account historiographic references as well as results obtained after a structural musical analysis, specifically the paradigmatic analysis. This analysis was made with the support of software developed by ourselves to automate part of the process. Keywords Petenera; musical system; transboundery; paradigmatic analysis En México, la petenera es una pieza musical que ha sido definida genéricamente como un son que se interpreta en distintas regiones del país. En cada una de estas regiones la encontramos con características musicales, interpretaciones e instrumentaciones propias. Así, por ejemplo, la petenera huasteca se localiza en la zona Huasteca y está enmarcada dentro de los sones huastecos, interpretándola el trío característico de esta región, compuesto de violín, jarana y huapanguera; se denomina petenera jarocha, si se interpreta en el sur de Veracruz, englobándose dentro de los sones jarochos, tocándose con jaranas y requintos. De esta manera, en varios Estados de la República Mexicana encontramos peteneras clasificadas como son jarocho, son huasteco, son istmeño, son de artesa, son tixleco, etc. Para nosotros, esta categorización presenta diferentes problemáticas porque un gran número de manifestaciones musicales de México con distintas características son clasificadas con el nombre de son, provocando la pérdida de las particularidades de cada una de ellas. Por el contrario, pensamos que la petenera en México es una pieza musical que tiene características musicales y temáticas que la diferencian claramente de otros sones en cada cultura musical en que se reproduce, y que, al mismo tiempo, comparte en mayor o menor medida estas características entre las diferentes versiones homónimas del país. La petenera en España es conocida principalmente por ser uno de los palos, o estilos musicales, que constituyen el flamenco. Se canta con acompañamiento de guitarra, y su carácter es solemne y pausado. Además de su modalidad flamenca, 3 también encontramos variantes locales de peteneras, menos conocidas, que han perdurado por la tradición oral en diversas regiones de España, como Castilla-León, Valencia, Menorca, Extremadura, Andalucía, etc. Estas peteneras suelen tener un carácter vivo y desenfadado. Se suelen acompañar con los instrumentos propios de cada región (guitarras, bandurrias, dulzainas, flautas, tamboril, etc.). Es así que a la petenera la encontramos en lugares distantes, y en formas muy diversas; sin embargo, todas ellas comparten determinados rasgos musicales. ¿A qué se debió esta diversificación? ¿Tienen entre sí relación alguna las distintas modalidades de peteneras? Ante la escasez de estudios de este tipo y, paradójicamente, ante la diversidad de teorías formuladas sobre sus orígenes -teorías de poco sustento que emergieron principalmente en la investigación musical mexicana y en el ámbito del flamenco-, la búsqueda de respuestas a estos interrogantes fue uno de los estímulos para iniciar hace unos años nuestro trabajo de investigación. En México se ha considerado tradicionalmente que la petenera llegó desde España y, por lo mismo, se piensa que las variantes regionales son derivaciones de la versión andaluza. Por otro lado, los estudiosos del flamenco han formulado diferentes teorías sobre su origen, siendo también las que marcan una ancestría autóctona andaluza las predominantes hasta este momento. El reconocimiento de la influencia de músicas americanas en el flamenco hasta ahora se ha limitado a etiquetar ciertos palos como de ida y vuelta atribuyéndoles un supuesto origen americano. Sin embargo, trabajos de investigación recientes como el que aquí presentamos están haciendo patente que estas influencias americanas son más complejas de lo que se piensa, siendo la petenera un claro ejemplo de ello. Rastreando posibles antecedentes de la petenera, hemos localizado algunas piezas en el repertorio sefardí que tienen una relación muy estrecha con ella. Algunas de estas canciones, supuestamente originarias de la época medieval y conservadas desde entonces en las comunidades sefardíes orientales, poseen una estructura métrica análoga a la de la petenera y contienen el verso “Niña de mi corazón”, tan propio de la petenera. Hay otro ejemplo aún más significativo, la canción A la una yo nací, que presenta unos rasgos musicales muy similares a la petenera, con una estructuras armónico-rítmicas análogas y frases melódicas coincidentes en un alto porcentaje. Ello nos hace pensar que la petenera pudo derivar de estas canciones. Sea como fuere, fue en tierras americanas, y más concretamente, en México, donde surgió la petenera con dicha denominación, como veremos más adelante. 4 Las músicas, ritmos y danzas provenientes de América llegan a España a través de los puertos de Sevilla desde el siglo XV y de Cádiz desde principios del siglo XVIII, los cuales poseían la exclusividad en el intercambio marítimo con los territorios españoles de ultramar, sobre todo con los puertos de Veracruz en México y La Habana en Cuba. Con celeridad, estas manifestaciones culturales son acogidas con entusiasmo por la población que las va asimilando, expandiéndose por el resto de Andalucía, España y Europa. Es en esta ciudad de Cádiz donde localizamos, en las primeras décadas del siglo XIX, una abundante presencia de piezas musicales procedentes de América, sobre todo de México y Cuba. La llegada de estas músicas pudo deberse principalmente a dos motivos: el primero de ellos, a los flujos migratorios de población, tanto afro-americana en un primer momento, como de comerciantes, marineros y viajeros en una etapa posterior; y el segundo, a la intensa actividad artística que se desarrolló entre ambos continentes. Las compañías artísticas tomaban cantos y bailes de una de las orillas, y los llevaban a la otra presentándolos como algo novedoso y original, haciendo de este hecho un reclamo comercial. El carácter alegre, festivo y sensual, rayando en lo lascivo de estas músicas y danzas, resulta tan atractivo al andaluz, que no duda en asimilarlas como propias. Ello favorece un desarrollo paralelo de estas piezas, que con el paso del tiempo irán adquiriendo una personalidad propia debido a la incorporación de elementos autóctonos andaluces y españoles no existentes en América, como por ejemplo la presencia de la población gitana en calidad de intérpretes, etc. Una de estas canciones americanas3 que arribaron a Cádiz fue la petenera. Una serie de referencias hemerográficas a partir de 1826 (Gamboa y Núñez 2007: 431-432) testimonian ya la presencia de la petenera en dicha ciudad. Estas peteneras se anuncian con los calificativos de “nueva”, “americana” y “veracruzana”, estos dos últimos denotando su procedencia y el primero de ellos, que suponía una novedad al ser de reciente aparición. Estos datos, así como la documentación localizada referente a su existencia en México algunos años antes, afianzan la hipótesis de que la petenera apareció como tal en dicho país para luego ser llevada a España. 3 Esta denominación era la que se solía emplear en España para las canciones que venían de América. 5 La primera de estas referencias mexicanas que hemos localizado corresponde a un programa de teatro donde se anuncia que se “bailará la petenera”, intercalada entre dos comedias, fórmula habitual en las representaciones de la época. Esta