Los Militares Federales Antes, Durante Y Después De La Decena Trágica the Federal Army Before, During and After the Ten Tragic Days
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Los militares federales antes, durante y después de la Decena Trágica The Federal Army before, during and after the Ten Tragic Days Edwin Alberto Álvarez Sánchez Museo Casa de Carranza Pedro Celis Villalba Instituto Cultural Helénico Cómo citar este artículo: Edwin Alberto Álvarez Sánchez y Pedro Celis Villalba, “Los militares federales antes, durante y después de la Decena Trágica”, en Boletín del Archivo General de la Nación, núm. 7 (enero-abril 2021), novena época, pp. 9-67. Recibido: 14 de septiembre de 2020 • Aprobado: 9 de noviembre de 2020 Resumen Este artículo busca reforzar las nuevas explicaciones propuestas por Bernardo Ibarrola y Edgar Urbina acerca de la Decena Trágica y sobre la conducta seguida por los generales federales para con los gobiernos de Francisco I. Madero y Victo- riano Huerta y, por tanto, contribuir a matizar la opinión generalizada sobre que el Ejército Federal en su conjunto fue el artífice del derrocamiento de Madero. Sin embargo, también fijamos nuestra posición personal, que no siempre coin- cide con dichos autores. Palabras clave: Ejército Federal, Decena Trágica, Victoriano Huerta, Francisco I. Madero, Revolución mexicana Abstract This paper seeks to enforce the new explanations that have been proposed by Bernardo Ibarrola and Edgar Urbina in relation with the Ten Tragic Days, as well as the behavior of the generals of the Federal Army towards the adminis- trations of Francisco I. Madero and Victoriano Huerta, and, therefore, to change the opinion that maintains that the Federal Army as a whole ousted President Madero. Nevertheless, we make clear our differences with Ibarrola´s and Urbi- na´s approach. Keywords: Federal Army, Ten Tragic Days, Victoriano Huerta, Francisco I. Madero, Mexican Revolution Edwin Alberto Álvarez Sánchez | Pedro Celis Villalba Los militares federales antes, durante y después… A partir de la publicación de la tesis doctoral de Santiago Portilla en 1995 han visto la luz numerosas investigaciones que, con o sin intención concreta de hacerlo, han ido contribuyendo al análisis de la historia militar de México. Sin embargo, ha sido hasta años recientes que se comienzan a dar los primeros pasos firmes para el afianzamiento de esta área de estudio desde un punto de vista sólido y académico. Y aunque no podemos hablar de una historia militar mexicana consolidada, entre otras cosas por no existir aún trabajos que sean una síntesis de los avances producidos en los últimos años y por no haber robustecido un debate en torno a las nuevas ideas, conviene considerar visiones tan variadas como las que contienen las más recientes investigaciones sobre el tema. En este sentido, nos suscribimos a las intenciones generales de las inves- tigaciones de Bernardo Ibarrola, quien en los últimos años ha introdu- cido de forma clara en el análisis histórico del porfiriato y la revolución variables de corte eminentemente militar. En 2019 Ibarrola publicó un interesante análisis historiográfico en torno a la Decena Trágica, en el que muestra que, después del triunfo constitucionalista, se gestó una explicación tradicional sobre cómo se desarrollaron los acontecimientos de febrero de 1913. Un ingenuo presidente Madero fue víctima de un maquiavélico Victoriano Huerta, quien tal como el Ricardo iii de las obras de Shakespeare,1 planeó desde un principio —esto es, desde el 9 o 10 de febrero— derrocar al primer mandatario. En consecuencia, dedicó los días siguientes a una “guerra falsa”, en otras palabras, a simular que combatía contra Félix Díaz y Manuel Mondragón, encerrados en la Ciudadela, cuando en realidad negociaba con ellos tras bambalinas, culminando con el Pacto de la Embajada y el cuartelazo del 18 de febrero, al que siguieron las renuncias forzadas de Madero y Pino Suárez, así como sus homicidios. Ibarrola señala que esta narración, surgida de la necesidad de legitimar al movimiento constitucionalista, fue perpetuada después por los histo- riadores académicos, pasando por Daniel Gutiérrez Santos, Jesús Silva Herzog, Charles Cumberland, Stanley Ross, Michael C. Meyer, Frie- 1 Enrique VI, tercera parte, acto v, escena vi; Vida y muerte del rey Ricardo III, acto i, escena i. Boletín del Archivo General de la Nación 10 Número 7 (enero-abril 2021) • ISSN: 0185-1926 • ISSN-e: 2448-8798 Edwin Alberto Álvarez Sánchez | Pedro Celis Villalba Los militares federales antes, durante y después… drich Katz, Bertha Ulloa, Luis Garfias Magaña, Alan Knight, Jose- fina MacGregor, Javier Garciadiego, Enrique Krauze, Ariel Rodríguez Kuri, Felipe Ávila, Pedro Salmerón, Antonio Saborit e incluso el escritor Paco Ignacio Taibo ii.2 El citado autor también alude al libro de Adolfo Gilly, Cada quien morirá por su lado. Una historia militar de la Decena Trágica, que en su opinión ofrece una novedad interpretativa por plantear que el derrocamiento de Madero obedeció en parte a “un conflicto entre militares, en gestación desde la caída de Porfirio Díaz, y agudizada en la campaña contra los zapatistas, en la que sus mandos sucesivos —Huerta y Ángeles, precisa- mente— habían puesto en evidencia talentos totalmente distintos respecto de la nueva situación generada por el movimiento revolucionario”.3 No obstante, de acuerdo con Ibarrola, Gilly cae en la tentación de repetir la explicación de la guerra falsa contra la Ciudadela, emprendida por el general Huerta. El propio Ibarrola dedica la mitad de su texto a proponer una expli- cación alternativa, que queda a ser demostrada en el futuro con docu- mentación militar más amplia; propone que Huerta tomó el mando sin la intención previa de derrocar a Madero. Fue con el transcurso de los días, luego de constatar la imposibilidad de derrotar a los insurrectos, que decidió negociar con ellos.4 Ahora bien, el interés de este texto no es única ni principalmente el desarrollo militar de la Decena Trágica, sino la conducta de los militares federales ante los gobiernos de Madero y Huerta. A este respecto, es importante referirse a dos autores que han trabajado al Ejército Federal 2 Ibarrola, “La rebelión de la Ciudadela”, pp. 159-172. 3 Ibarrola, “La rebelión de la Ciudadela”, p. 175. 4 “[…] debido a la posesión del mayor arsenal del país por parte de los amotinados, con armas de última generación cuyas características operativas todavía no eran bien comprendidas, ocurrió un estancamiento militar que hacía imposible su derrota rápida y llevó a la búsqueda de una conclusión del conflicto por medio del acuerdo y no de la fuerza; el golpe militar del 18 de febrero que concluyó con el gobierno de Madero fue condición previa para concretar este acuerdo, no su consecuencia”. Ibarrola, “La rebelión de la Ciudadela”, p. 159 (resumen). Boletín del Archivo General de la Nación Número 7 (enero-abril 2021) • ISSN: 0185-1926 • ISSN-e: 2448-8798 11 Edwin Alberto Álvarez Sánchez | Pedro Celis Villalba Los militares federales antes, durante y después… durante el periodo 1910-1914. Edgar Urbina dedicó sus tesis de maes- tría y doctorado a estudiar a dicho ejército. En la primera, impresa en 2011, “La ‘guerra interior’ en el ejército federal. Una larga crisis madu- rada entre mayo de 1911 y febrero de 1913”, describe con pormenor el fracaso de Madero para ganarse la confianza y simpatía de los militares federales y explica las motivaciones de aquellos que se sublevaron el 9 de febrero de 1913, así como de Huerta. También expone cómo las tensiones entre los federales y los civiles, tanto porfiristas como revolucionarios, afectaron al gobierno de Madero.5 Asimismo, reconoce una y otra vez la fidelidad profesional de los federales hacia el gobierno maderista. Por otra parte, siguiendo a Stanley Ross, Urbina suscribe la versión de la “guerra falsa” y de que Huerta comenzó a conspirar contra Madero desde el 10 de febrero.6 En su tesis doctoral “El Ejército Federal. Unificación, disolución, herencia y destino (1913-1920)”, Urbina hace un estudio extenso del Ejército Federal que va desde el establecimiento de un marco teórico centrado en la moral militar, pasando por una prosopografía de sus altos mandos durante el huertismo, la descripción de su contingente humano y armamento, logística, finanzas, su órgano oficial de prensa, las campañas de combate contra los revolucionarios, hasta la incorpo- ración de algunos elementos federales a facciones revolucionarias luego de los Tratados de Teoloyucan. Es un primer ejercicio para escribir la historia del Ejército Federal. Lo importante para nosotros es que refrenda lo planteado en su tesis de maestría en relación con la ética profesional de los militares federales y cómo influyó en su relación con los gobiernos de Madero y Huerta. 5 Aunque la “fidelidad profesional” es una categoría subjetiva como el “miedo”, esta se abordará siguiendo como marco teórico referencial el neoinstitucionalismo histórico, principalmente a través de lo expuesto por Luis Medina en su trabajo Invención del sistema político mexicano, que muestran las categorías de análisis que el neoinstitucionalismo pro- pone para lograr una mayor comprensión de los mecanismos de sociabilidad dentro de las instituciones. Medina, Invención del sistema. 6 Urbina, “La ‘guerra interior’”, pp. 234-236. Boletín del Archivo General de la Nación 12 Número 7 (enero-abril 2021) • ISSN: 0185-1926 • ISSN-e: 2448-8798 Edwin Alberto Álvarez Sánchez | Pedro Celis Villalba Los militares federales antes, durante y después… El otro autor es Mario Ramírez Rancaño, quien es el que más prolí- ficamente ha escrito sobre el Ejército Federal.7 En particular, nos interesa llamar la atención sobre las ideas expuestas en dos de sus trabajos. En 2008 publicó el artículo de divulgación “Generales ʻcon sobrado espíritu militarʼ”. Posteriormente, en 2011 publicó el artículo académico “Durante y después del desastre: algunos supervivientes del Ejército federal”. En ambos, inspi- rado por Antímaco Sax y Francisco Bulnes, el autor concluye que la derrota del gobierno huertista en 1913-1914 frente a la revolución constituciona- lista, se debió a que los generales federales “eran viejos, cobardes, inútiles y miedosos”, lo cual explica por qué “ante el empuje de simples aficionados a las armas, profesores de escuela, rancheros, bandoleros, y resentidos sociales, los expertos en la ciencia militar se espantaron y huyeron”.