Plantas No Nativas Naturalizadas De La Península De Baja California, México
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Botanical Sciences 91 (4): 461-475, 2013 TAXONOMÍA Y FLORÍSTICA PLANTAS NO NATIVAS NATURALIZADAS DE LA PENÍNSULA DE BAJA CALIFORNIA, MÉXICO PEDRO P. GARCILLÁN1,4, JOSÉ LUIS LEÓN DE LA LUZ1, JON P. REBMAN2 Y JOSÉ DELGADILLO3 1Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, La Paz, Baja California, México 2San Diego Natural History Museum, San Diego, California, EEUU 3Facultad de Ciencias, Universidad Autónoma de Baja California, Ensenada, Baja California, México 4Autor para la correspondencia: [email protected] Resumen: Se presenta un inventario exhaustivo de la fl ora no nativa naturalizada de la península de Baja California. Se parte de la relación de especies referidas a la península de Baja California por Espinosa-García et al. (2000) en su base de datos Malezas introducidas en México, además se revisó extensamente la literatura científi ca publicada acerca de la fl ora o vegetación de alguna parte o del conjunto de la península. Se eliminó a las especies sin respaldo en especímenes de herbario. No se consideraron espe- cies casuales, ni presentes exclusivamente como cultivos. Se analizó su origen geográfi co, formas de vida, ciclo de vida y estatus invasor. Los resultados muestran 233 taxones no nativos naturalizados en la península de Baja California, pertenecientes a 230 es- pecies, 149 géneros y 37 familias. La familia Poaceae contiene casi un tercio (31%) de las especies, seguida por Asteraceae (13%), Brassicaceae (8%) y Chenopodiaceae (5%). La mayoría de las especies proceden de la Cuenca del Mediterráneo y Eurasia (38%). La forma de vida herbácea es dominante (91%), frente a sólo 6% de arbóreas y 3% de arbustivas. La mayoría de las especies son de ciclo de vida anual (54%), frente a un 34% de especies perennes. Se identifi caron a 18 especies (8% del total) con comportamiento invasor en la península de Baja California. Palabras clave: Baja California, fl ora, plantas invasoras, plantas no nativas. Abstract: We present a comprehensive inventory of naturalized non-native fl ora of the Baja California peninsula. As a starting point, we used the list of species referred to Baja California peninsula by Espinosa-García et al. (2000) in his database Malezas Introducidas en México, and then exhaustively reviewed the scientifi c bibliography for fl oristic fl ora and vegetation publications on various parts and the entire peninsula. We eliminated those reported plant taxa that lack specimens deposited in herbaria. Casual species (waifs) or species only found as cultivated plants were not included. We analyzed their geographic origin, life form, life cycle, and invasive status. We found 233 naturalized non-native taxa on the Baja California peninsula belonging to 230 species, 149 genera and 37 families. Poaceae has almost one-third of the total species (31%), followed by Asteraceae (13%), Brassicaceae (8%), and Chenopodiaceae (5%). The majority of the non-native plants are of Mediterranean and Euroasiatic origin (42%). Herb is the dominant life form (91%) and only 6% are trees and 3% are shrubs. Most species are annuals (54%), while 34% are perennial species. We identifi ed 18 species (8% of the total) as highly invasive species in the Baja California peninsular region. Key words: Baja California, fl ora, invasive plants, non-native plants. a expansión de las actividades humanas, a nivel del pla- Gaines, 2003; Ehrenfeld, 2010), así como en las actividades L neta, se ha intensifi cado dramáticamente en los últimos económicas (Pimentel et al., 2000, 2005; Vilà et al., 2009); siglos (Turner II et al., 1990; Vitousek et al., 1997). El mo- pero también ofrece estimulantes oportunidades de estudio vimiento de especies asociado directa o indirectamente a di- de procesos ecológicos, biogeográfi cos o evolutivos (Sax et chas actividades (especies exóticas, introducidas o no nativas al., 2005; McMahon et al., 2006; Richardson, 2011). Desde sensu Pyšek et al., 2004), ha aumentado incesantemente en la publicación en torno a 1960 de las dos obras fundacionales los últimos siglos, tanto en su número como en su alcance del área de las invasiones biológicas: Elton (1958), y Baker geográfi co (Mack et al., 2000; Mack y Lonsdale, 2001). Este y Stebbins (1965); el interés sobre el tema y la conciencia de intercambio biológico afecta a la diversidad y el funciona- sus implicaciones no ha dejado de crecer (Mooney y Hobbs, miento de los sistemas ecológicos a distintos niveles (Sax y 2000; Mack et al., 2000; Sax et al., 2005; Richardson, 2011). 461 GARCILLÁN ET AL. Los inventarios regionales de especies no nativas consti- que la conforman (Baja California y Baja California Sur), tuyen una información clave en la comprensión de las inva- así como sus islas correspondientes del Golfo de Califor- siones biológicas. La disponibilidad de listas de especies no nia y del Pacífi co, incluida Isla Guadalupe. Esta región se nativas para una región determinada permite la realización extiende a lo largo de casi 9 grados de latitud, desde 22° de estudios comparativos y ayuda a entender los patrones 52’ a 32° 42’ N, con una extensión de 145,359 km2, y una taxonómicos y biogeográfi cos de la invasión de plantas línea de costa de 3,624 km (33% de la costa total de Méxi- (Pyšek, 1998; Sax, 2001; Villaseñor y Espinosa-García, co) (INEGI, 2011). Este largo apéndice de tierra, dispuesto 2004; Pyšek y Richardson, 2006). Asimismo, constituyen el en paralelo al continente, contiene en 1,300 km de longi- punto de partida para explorar los patrones históricos de la tud una singular réplica en miniatura de la transición de invasión (Pyšek et al., 2003; Sol et al., 2008), analizar la biomas que ocurre en México (Figura 1): desde la región existencia de atributos de las especies no nativas que puedan tropical con lluvias de verano en su extremo sur, hasta determinar su capacidad de colonización (Sutherland, 2004; la vegetación de carácter mediterráneo con precipitación Pyšek y Richardson, 2007) y la susceptibilidad de distintos de invierno en el noroeste peninsular; conectadas ambas ecosistemas a ser invadidos (Davis et al., 2000, 2005; Ri- por una región desértica de escasa precipitación y varia- chardson y Pyšek, 2006). La disponibilidad de esta infor- ble proporción de su estacionalidad, que constituye a su mación base es de gran ayuda para desarrollar estrategias de vez, el brazo peninsular del Desierto Sonorense (Hastings manejo y control (Hulme et al., 2009; Khuroo et al., 2008). y Turner, 1965; Garcillán et al., 2010). Esta diversidad de La información acerca de especies no nativas en la pe- biomas, conjuntamente con la variedad topográfi ca y cli- nínsula de Baja California se puede remontar a las primeras mática actual, y la compleja historia geológica y climática crónicas de la época misional (del Barco, 1780). Sin em- han generado una región de gran heterogeneidad ecológica bargo, su presencia en los estudios fl orísticos ha sido mar- (González-Abraham et al., 2010). ginal. En el caso de las plantas, la única información sobre Se considera que los primeras poblaciones humanas se especies no nativas a nivel peninsular está contenida en la asentaron en la península hace aproximadamente 10,000 fl ora publicada por Ira Wiggins hace ya más de tres décadas años (Davis, 2003; Fujita, 2006), y se estima que el tamaño (Wiggins, 1980), donde señala explícitamente 168 taxones introducidos o escapados de cultivos (6% del total de 2,705 taxones contenidos en dicha fl ora); y en la monografía sobre la familia Poaceae para la región (74 taxones) publicada por Gould y Moran (1981). León de la Luz et al. (2009) publica- ron una primera aproximación de las malezas (i. e., especies colonizadoras de zonas perturbadas), tanto nativas (85 taxo- nes) como no nativas (58 taxones), para el estado de Baja California Sur. El resto de la información existente sobre plantas introducidas o invasoras está dispersa en trabajos de diversa naturaleza y alcance geográfi co. Compilaciones de plantas no nativas existen ya para el conjunto de México (Villaseñor y Espinosa-García, 2004) y para regiones cir- cundantes a la península de Baja California como Sonora (Van Devender et al., 2009) y California (Bossard et al., 2000; Hrusa et al., 2002; Cal-IPC, 2006, 2007; Dean et al., 2008). Sin embargo, no existe aún una lista de especies no nativas para la península de Baja California. El objetivo del presente estudio fue elaborar una lista de las especies no nativas naturalizadas de la península de Baja California, explorar sus afi liaciones biogeográfi cas e indicar aquellas especies en que se ha observado comportamiento invasor. Esta información básica no pretende ser defi nitiva, sino servir como un punto de partida que ha de ser necesa- riamente revisado y actualizado en futuras evaluaciones. Materiales y métodos Figura 1. Península de Baja California y sus tres grandes regiones Área de estudio. En este estudio se consideró la península de bióticas: Mediterránea, Desértica y Tropical, de acuerdo a Gonzá- Baja California como el área delimitada por los dos estados lez-Abraham et al., (2010). 462 Botanical Sciences 91 (4): 461-475, 2013 PLANTAS NO NATIVAS DE LA PENÍNSULA DE BAJA CALIFORNIA de la población peninsular fue relativamente bajo (aprox. gen de los taxones en términos continentales: Eurasia, Asia, 50,000 personas) hasta el inicio del establecimiento euro- Europa (Urales-Mar Caspio-Cáucaso como límite oriental peo en 1697 (Aschmann, 1959). A partir de esta fecha, la aproximado), Cuenca Mediterránea, África (incluyendo población nativa decreció drásticamente y la densidad de aquellas especies de distribución limitada a África del Nor- población humana no volvió a los valores previos al esta- te o África del Sur), Norteamérica, Sudamérica y Australia. blecimiento europeo hasta casi dos siglos después (Deasy y Sin embargo, se señala aquellos taxones que aunque se dis- Gerhard, 1944). Además del impacto sobre la población hu- tribuyen de manera natural en México y/o sur de los Estados mana nativa, el establecimiento europeo en la península sig- Unidos, se consideran que son exóticos en la península de nifi có la introducción de la Revolución Neolítica; esto es, la Baja California.