REVISTA #20 diciembre/2015

ATACAR PARA GANAR, LA ESENCIA HISTÓRICA DEL JUEGO DEL BARÇA

EL VIEJO PROFESOR LUCESCU

AGÜERO, LESIONES Y GOLES ÚNICO E IRREPETIBLE

Ilustración: Marc Vicens EDITORIAL

EL CÓMO

El pensamiento convencional dice: lo que importa es el resultado. Aunque matiza que también importa cómo se consigue, otorga indiscutible prioridad al resultado.

Yo digo que dicho pensamiento es falaz. Lo más importante es el cómo porque el resultado siempre es y será pasajero y reemplazado. El resultado no es eterno ni duradero. El resultado se pierde sumergido en una marea de resultados en la que unos solapan y ocultan a otros. Lo que trasciende no es el resultado porque hay resultados cada día y a todas horas, resultados que enmascaran, suplen y esconden otros resultados. Hay más resultados que amaneceres. Lo que trasciende no es cuántos amaneceres vives, sino cómo los vives.

El Cómo tiene mala fama por una razón fundamental: sus detractores han pretendido definir el concepto -y parecen haberlo conseguido- como algo meramente estético, cuando no es así. Ellos mismos lo reconocen si, apurados por el reloj o las angustias del resultado, apelan a “ganar como sea”. El “como sea” equivale a todo menos a un esmero estético, de ahí la contradicción estentórea. No estoy reivindicando la derrota ni negando la importancia del resultado, sino situando al Cómo en primera fila de todas las prioridades.

El Cómo es trascendental. Es prioritario porque constituye nuestra auténtica elección. Es el camino que decidimos tomar. Es el guión que pretendemos escribir. Es el rostro que queremos mostrar. Es la riqueza que ansiamos atesorar. Es nuestra primera y nuestra última palabra. Es lo que somos y lo que queremos ser. Y además depende en gran parte -y mucho más que el resultado, siempre azaroso- de nuestra voluntad, firmeza, propuesta o elección. Por todo ello es mucho más importante que el resultado, un factor que será sepultado por otro resultado. El Cómo perdura.

Martí Perarnau

CLUB PERARNAU / REVISTA #20 DICIEMBRE 2015

Este es el número #20 de la revista del Club Perarnau. Se publica en diciembre de 2015. Como todos los contenidos del Club, esta revista es exclusiva para los socios.

Editorial Primera Impresión ÍNDICE

Atacar para ganar, la esencia histórica del juego del Barça ���������������������������������4

El viejo profesor Lucescu ��������������������������������������������������������� 30

Agüero, lesiones y goles ����������������������������������������������������������� 35

Jürgen Klinsmann, ¿modelo agotado? �������������������������������� 45

Estadios míticos mundiales ���������������������������������������������������� 56

Federer: Único e irrepetible ������������������������������������������������� 101

Diez años del Katrina ������������������������������������������������������������� 116

All Blacks: La construcción de un equipo ������������������������ 138

Autores ���������������������������������������������������������������������������������������� 144 ATACAR PARA GANAR, LA ESENCIA HISTÓRICA DEL JUEGO DEL BARÇA

Jaume Marcet

La evolución táctica del juego del Barça ha caminado siempre en paralelo con los avances que el fútbol ha sufrido desde sus inicios. La incidencia de los entrenadores ha ido ganando peso con el paso de los años y el juego ha adquirido complejidad y matices. Durante décadas futbolístico caminaba hacia un juego más físico y defensivo pero aún así el Barça no abandonó su esencia. En la manera de jugar del FC se pueden apreciar constantes y puntos que se han mantenido a lo largo de la historia. El estilo de juego ofensivo y alegre ha sido un denominador común en un club en el que los aficionados han deseado siempre ganar de una determinada manera. El camino para lograr el triunfo ha sido en general la apuesta por un fútbol de ataque y con un protagonismo muy alto del balón. La idea de juego ha sufrido algún parón y retroceso, pero en general la historia del Barça en el aspecto futbolístico supone un largo recorrido en búsqueda de la excelencia del juego. Los esquemas tácticos han ido variando, pero han sido mutaciones o evoluciones graduales y raramente ha habido giros o cambios de orientación futbolística radicales. LOS PRECURSORES

El primer once de la historia del Barça no es ni tan siquiera un once: fueron diez los jugadores que en el antiguo Velódromo de Horta se enfrentaron a un rival conocido como Colonia Inglesa, que también dispuso sólo de diez futbo- listas. Ese 8 de diciembre de 1899 se celebró el primer partido de un Barça imposible de ordenar tácticamente. Sin la figura de un entrenador, aquel día jugaron Urruela, Wild, Lomba, Ossó, Llobet, López, Terradas, Gamper, Kunzle y Schilling. El partido acabó con triunfo visitante (0-1).

En el segundo partido de la historia del club azulgrana ya se alinearon once jugadores y ante el Català FC el Barça logró el primer triunfo (3-1). Poco se sabe de cómo era el juego en esos primeros encuentros, pero se intuye que al margen del portero el resto de jugadores actuaban en ataque acumulando delanteros intentando marcar en cada ataque, sin un orden o plan trazado previamente. El primer partido oficial corresponde al 20 de enero del 1901, en el campo Hotel Casanovas, con triunfo azulgrana ante el Hispania Athletic Club en partido correspondiente a la Copa Macaya . El primer entrenador de la historia del club es el inglés , que dirige al equipo azulgrana en 1917. Habían pasado 18 años sin la necesidad de contar con un técnico que ordenase tácticamente al equipo. Con la presencia de un ‘míster’ en el banquillo poco a poco el juego gana en orden.

LOS DORADOS AÑOS 20

La década de los 20 supone una de las épocas más gloriosas de la historia del Barça con un fútbol más desarrollado, organizado y donde ya podemos advertir los primeros esquemas tácticos, tanto del FC Barcelona como de sus principales rivales.

El equipo del Barça que disputó el desempate del Campeonato de Catalunya contra el Espanyol, en Terrassa, posa como se hacía en la época, mostrando la distribución espacial de los jugadores, dispuestos en 1-2-3-5. De atrás hacia delante y de izquierda a derecha: Paco Bru – Reguer, Amechazurra – Torralba, Massana, Costa – Tarré, Sega- rra, Peter Wallace, Paulino Alcántara, Peris. (Foto: Archivo Diputació de Barcelona).

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Índice Revista#20 PerarnauClub El once tipo de esa década se distribuía con un 1-2-3-5, un esquema que perdu- rará durante muchas generaciones. Es el esquema conocido como “la Pirámide”. EQUIPO TIPO AÑOS 20 1-2-3-5

BRUGUERA PLANAS

TORRALBA SURROCA PIERA SANCHO MALLORQUÍ

MARTÍNEZ SAMITIER

PAULINHO

SAGI

El Barça, como el resto de conjuntos de la época, era un equipo muy largo con dos defensas puros, tres centrocampistas con una misión más defensiva que ofensiva y cinco atacantes que eran quienes buscaban el gol. El equipo queda- ba, por lo tanto, partido en dos bloques, cinco que defendían muy atrás y cinco que atacaban muy cerca del área, con la ayuda eso sí de “La Vella” Torralba y Samitier, que ejercían de medios-alas con mucho recorrido en defensa y ataque.

La primera liga española de la historia se disputa en la temporada 1928/29 y, con Romà Forns de entrenador, el equipo base que consigue el primer títu- lo liguero es el siguiente

EQUIPO TIPO 1928/29 1-2-3-5

PLATKO WALTER

MARTÍ

SAURA GUZMÁN PIERA SAMITIER CASTILLO

AROCHA GARCÍA

PARERA

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Índice Revista#20 PerarnauClub En este equipo destaca especialmente la presencia del gran portero húngaro Platko y la posición en ataque del “Hombre Langosta” Pep Samitier, conside- rado después de Gamper el segundo mito de la entonces breve historia del club. Este once puramente ofensivo sigue contando con Vicenç Piera, un extremo con unas cualidades técnicas portentosas. “La Bruja” es uno de los referentes de un equipo que tiene a Arocha como jugador más avanzado y a Paulino Alcántara como gran goleador ejerciendo la función de interior zurdo. Una posición muy cercana al área y que en aquellos momentos era todavía la de un atacante auténtico que apenas tenía responsabilidades defensivas, ni tampoco bajaba al centro del campo para generar juego. Los tres centrocam- pistas eran los encargados de suministrar balones a los cinco delanteros.

Pep Samitier, el “Hombre Langosta”, dibujado por Xavier Salvador.

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Índice Revista#20 PerarnauClub AÑOS DUROS

Después de una década fantástica para el barcelonismo, en la que el club y los aficionados disfrutan de un fútbol alegre vistoso y lleno de triunfos, el Barça sufre en los años 30 y 40 un contexto político convulso en el que la guerra civil y el triunfo del bando nacional frenan su progresión futbolística.

Antes de la explosión de la Guerra Civil el Barça contaba con un buen grupo de futbolistas que querían reeditar las glorias de loa añorados Samitier, Pau- lino, Piera o Sagi Barba.

El equipo tipo en 1936, con Patrick O’Connell en el banquillo, seguía siendo un clásico 1-2-3-5 muy encorsetado con los roles muy diferenciados entre los jugadores destructivos y los atacantes.

EQUIPO TIPO 1936 1-2-3-5

NOGUÉS ZABALA

ARGEMÍ

ARESO FRANCO VENTOLRÀ RAICH BALMANYA

ESCOLÀ BARCELÓ

FERNÁNDEZ

En este equipo destaca la presencia de un futbolista con un físico privilegia- do, Domenec Balmanya, que supone el relevo natural de Samitier. Balmanya no disponía del talento natural de ‘Sami’, pero lideraba al equipo gracias a su empuje y carácter. Ventolrà era también un digno sucesor de Piera actuando como extremo diestro puro, destacando por sus medidos centros a los golea- dores Raich y Escolà. Escolà es seguramente el primer ‘9’ clásico de gran ca- tegoría del Barça y Raich, con el ‘8’ a la espalda, más que interior diestro actúa como un segundo delantero centro con una facilidad goleadora pasmosa.

LA POSGUERRA, DURO TRÁNSITO

Este Barça prometedor se rompe con la Guerra Civil y sufre mucho para recomponerse en la posguerra. Para calibrar las dificultades de un Barça que en el inicio de los 40 vive ‘secuestrado’ por el régimen franquista, que 8

Índice Revista#20 PerarnauClub designa a dedo los presidentes del club, es signi- ficativo destacar lo que se vivió en la temporada 1941/42, cuando fue necesaria una promoción ante el Murcia para que el Barça conservara la ca- tegoría. Aquel equipo que resistió en Primera Divi- sión de manera heroica seguía presentando en el campo un 1-2-3-5 rígido.

Josep Escolà, “El Catedrático”, el primer gran EQUIPO BASE POSGUERRA ‘9’ clásico del Barça. 1-2-3-5

NOGUÉS ZABALA

RAICH

BENITO ROSALENCH SOSPEDEA ESCOLÀ FRANCO

MARIANO BALMANYA MARTÍN

VALLE

Hay que destacar la evolución de Balmanya que siguiendo la estela de Sa- mitier con los años pasó de volante a atacante, aprovechando su potencia y llegada al área. Raich, en cambio, retrasaba su posición a la zona medular y Escolà encontraba en Mariano Martín un extraordinario compañero en el área: Mariano era un finalizador de primer nivel. El esfuerzo de jugadores ve- teranos como Escolà, Raich y Samitier, con trayectorias muy dañadas por la Guerra Civil, fue clave para que el Barça se reconstruyera y pudiera caminar hacia otra década prodigiosa: los años 50.

KUBALA REVOLUCIONA EL JUEGO

Superada la posguerra el Barça se repone; el club crece y se consolida como un referente social y cultural en una Catalunya con pocas vías para expresar su identidad. En el aspecto futbolístico la llegada de Kubala y la consolida- ción de una serie de grandes jugadores de la casa suponen una mezcla que comporta muchos éxitos y una sensible mejora en el juego.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Laszi Kubala, un maravilloso prodigio técnico y físico, fue el gran líder del Barça de les Cinc Copes. Ilustración: Xavier Salvador.

El Barça de “les Cinc Copes” es un equipo que, entrenado por Daucik, presen- ta una evolución táctica notable. Uno de los centrocampistas que en los años 40 ejercía de tercer defensa ocasional retrasa su posición a la zaga, pasando a jugar el sistema 1-3-2-5. El once básico de aquel equipo pentacampeón era el siguiente:

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Índice Revista#20 PerarnauClub EQUIPO DE LES CINC COPES 1-3-2-5

SEGUER RAMALLETS

GONZALVO III BIOSCA

SEGARRA BASORA KUBALA BOSCH

VILA CÉSAR

MANCHÓN

Seguer es un lateral que ya puede incorporarse puntualmente al ataque. En el centro del campo, Gonzalvo III asume funciones creativas mientras que Kubala, teórico interior, tiene libertad para moverse a su antojo. El húngaro revoluciona el juego del Barça gracias a su potencia, técnica depurada, dis- paros con efecto y su habilidad para mejorar a sus compañeros.

Basora y César, con una larga trayectoria a sus espaldas, viven una segun- da juventud gracias a Lasczi. Basora es clave por su finura en los centros y capacidad goleadora mientras que César es un ídolo en Les Corts gracias a los cabezazos portentosos. Jordi Vila es habitualmente titular en aquella temporada 50/51, pero la canción de Serrat haciendo referencia a Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón dejó en el olvido al habitual interior zurdo de aquel equipo.

Estanislao Basora, inmortalizado por Xavier Salvador, fue un extremo derecho tan formidable que la prensa francesa le apodó con el sobrenombre de “el monstruo de 11 Colombes”. Índice Revista#20 PerarnauClub De izquierda a derecha, Basora, César, Vila, Kubala y Manchón.

MÉTODO HH

Con el Barça consigue estar en europea del fút- bol en cuanto a metodología de entre- namientos y variantes tácticas. HH es un genio en la motivación y psicología de grupo asumiendo toda la presión y liberando de cargas al equipo.

Tácticamente HH no se desvía del 1-3- 2-5, pero incide mucho más en aspec- tos defensivos. Los marcajes hombre a hombre no sólo los llevan a cabo los za- gueros, los dos volantes son claramente de contención con la idea de liberar al quinteto ofensivo. HH es el primer téc- nico que pondera la del FCB como instrumento útil para generar fut- bolistas que tengan un extra de com- promiso con el club. El ideal de Herrera pasa por un armazón sólido formado por jugadores de casa y atacantes con vito- la de cracks desequilibrantes fichados del exterior.

Antonio Ramallets,, el gran guardameta de los años 50 y 60, visto por la pluma 12 de Xavier Salvador. Índice Revista#20 PerarnauClub El equipo tipo de Herrera no difiere en exceso del Barça de les Cinc Copes aunque poco a poco van ganando peso jóvenes valores catalanes como Olive- lla, Rodri, Gensana, Flotats o Vergés.

Un once tipo con HH no difería mucho del siguiente:

EQUIPO BASE HH 1-3-2-5

OLIVELLA RAMALLETS

SEGARRA RODRI

GRÀCIA TEJADA KUBALA GENSANA

SUÁREZ EVARISTO

CZIBOR

Kubala empieza a perder protagonis- mo por su avanzada edad y en los par- tidos lejos de Les Corts el liderazgo lo asume el joven Luis Suárez, un interior zurdo completísimo que en el 3-2-5 de la época cuenta como delantero, pero progresivamente retrasa más su posi- ción a la zona medular para ayudar a los dos volantes puros. Los interiores de- jan de ser simplemente atacantes para ejercer de enlace con los dos extremos y el ariete. Los equipos además van in- virtiendo en esfuerzos para compensar y equilibrar la disposición táctica acu- mulando más efectivos atrás, con lo que es más complicado recibir balones al borde del área.

Zoltán Czibor, extremo zurdo, ágil y po- tente, uno de los tres mágicos húngaros del Barça. Ilustración: Xavier Salvador. 13

Índice Revista#20 PerarnauClub El bloque de HH es el que roza la gloria en Berna en la final de la Copa de Eu- ropa de 1961. HH ya no dirige el equipo, pero ni Brocic ni Orizaola, entrena- dor accidental, aportan novedades especialmente significativas en un equipo que pierde ante el Benfica la llamada “final de los palos”, con cuatro balones estrellados en la madera que impidieron poner el colofón a una gran época. Fue el último partido de Luis Suárez, traspasado al Inter, y el final de trayecto de mitos del club como Ramallets o Kubala.

Aquella primera final de la Copa de Europa perdida por el Barça tuvo este once y disposición táctica:

FINAL COPA DE EUROPA

1961, BERNA OLIVELLA RAMALLETS 1-3-2-5 SEGARRA GENSANA

GRÀCIA KUBALA KOCSIS VERGÉS

SUÁREZ EVARISTO

CZIBOR

Kubala era un jugador con gran dinamismo, pero jugó muy pocas veces de extremo. El húngaro llegó muy diezmado físicamente y Orizaola le buscó hueco aquel día como ‘7’. El equipo estaba más que nunca dividido en dos bloques: el portero, los tres defen- sas y los dos volantes, todos jugadores catalanes y muchos de ellos de la cantera estaban encargados de dotar al equipo de solidez; y el segundo bloque, formado por tres húngaros, un brasileño y un galle- go, cinco de los mejores futbolistas del momento, todos cracks, con un potencial técnico insuperable. Una delantera que tenía un elemento diferencial en Kocsis, uno de los jugadores más completos y se- guramente menos valorados de la historia del club.

14 Sándor Kocsis, posiblemente el mejor cabeceador de la historia del Barça. Ilustración: Xavier Salvador. Índice Revista#20 PerarnauClub Kocsis ha sido, probablemente con César, el mejor cabeceador de la historia del Barça pero además combinaba la habilidad rematadora de un ariete con la magia y facilidad para crear goles de un superdotado técnico. Evaristo era un ‘9’ brasileño que derrochaba fantasía, mientras que Czibor era un reputa- do extremo zurdo potente ágil y goleador.

LA TRAVESÍA DEL DESIERTO

El trauma de la final de Berna y la depresión económica posterior a la cons- trucción del no tuvieron compensación con una buena gestión deportiva en la década siguiente. Los 60, tan revolucionarios en lo social, fueron futbolísticamente años muy oscuros para el Barça. El Barça de Kuba- la era ya un recuerdo brillante muy alejado del fútbol tristón que el Camp Nou ofreció en esos años.

La venta de Suárez por 25 millones al Inter lastró a un equipo que pasó en pocos años de contar con una delantera con excedente de talento a tenerse que conformar con un ataque muy limitado. Es una década en la que los entrenadores pasan con más pena que gloria. La mayoría no superan una temporada de estancia en el banquillo y tras el fracaso de cada año se cambia al inquilino del mismo sin que ello aporte soluciones futbolísticas.

La mayoría de técnicos son gente de la casa como Kubala, César, Gonzalvo II, Seguer, Sasot o . Técnicos que en su idea de reverdecer viejos laureles apuestan por un fútbol ofensivo que, sin grandes cracks, no cuaja. El público reclama resultados, pero ya se empieza a considerar tam- bién como una imperiosa necesidad que el buen juego sea el camino a seguir. En los años 50 el aficionado culé se ha acostumbrado a un juego brillante y a la vez eficaz al que no quiere renunciar. Es una década sin apenas éxitos, pero en ningún caso se renuncia a una identidad futbolística que siempre pasa por jugar al ataque.

En un contexto futbolístico mundial donde la fuerza se impone a la técnica (Inglaterra gana el Mundial del 66) el clásico 1-3-2-5 va cayendo en desuso y poco a poco se gana un defensa a costa de un delantero y el esquema más recurrente pasa a ser el 1-4-2-4

Es difícil buscar un once tipo de los 60 porque en los primeros años se vive de los coletazos del “Kubala Team” y en los últimos años de la década ya se apre- cian signos de un fútbol total que va a cambiar muchos clichés. Este sería un once tipo de una de las épocas más complicadas de la historia del Barça.

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Índice Revista#20 PerarnauClub EQUIPO BASE AÑOS 60 1-4-2-4

BENÍTEZ SADURNÍ

OLIVELLA

MULLER

ELADIO

RIFÉ PEREDA FUSTÉ

ZALDÚA

ZABALLA

Josep Maria Fusté, el primer “noi de Linyola”. En una defensa de cuatro hombres, uno de los grandes atractivos de aquel mo- mento era observar la capacidad ata- cante del lateral paraguayo Julio César Benítez, un ‘2’ avanzado a su época con un gran talento ofensivo que murió pre- maturamente siendo aún jugador en activo por causas aún desconocidas (oficialmente, por una mariscada en mal estado).

Ferran Olivella, lateral en una zaga de tres, pasó a ser central con uno de los mejores y más contundentes centrales de la época, el andaluz Gallego. En el centro del campo Muller era un com- plemento para el fino interior y el ‘10’ de Linyola, Josep Ma- ria Fusté. Fusté era un futbolista de la casa dotado de una técnica maravillosa y fue pieza fundamental de la España campeona de Europa ante la URSS en 1964, con el mítico gol de Marcelino. Fusté era considerado uno de los ma- yores talentos ofensivos de la Europa de la época. Esta calidad que poseían los jugadores de creación no estaba en consonancia con los atacantes, buenos jugadores pero lejos de ser cracks de nivel mundial. El cierre de las fronteras impide que el FCB pueda recurrir como en los 50 a talento extranjero de la talla de Evaristo, Kubala o Czibor. 16

Índice Revista#20 PerarnauClub CAMINO DEL FÚTBOL TOTAL

La llegada de al Barça en 1969 supone el primer paso ha- cia la modernización del juego azulgrana. De nacionalidad inglesa, pero con un libreto procedente del fútbol holandés, Buckingham pretende un cam- bio en la propuesta del juego del Barça. Dominar los partidos y atacar en base a un esquema muy rígido tiene que dar paso a un concepto más di- námico en el que los delanteros han de colaborar más en defensa y los zagueros tienen que estar más implicados en la construcción del juego. Uno de los teóricos delanteros retrasa su posición para ocupar mejor los es- pacios y del 1-4-2-4 se pasa al 1-4-3-3, un esquema que se ganará con el paso del tiempo un lugar privilegiado en el imaginario de los aficionados barcelonistas.

Vic Buckingham, dirigiendo su primer entrenamiento como técnico del Barça, el 2 de enero de 1970. (Foto: FC Barcelona).

Una de las frases que se le atribuyen a Buckingham es la que le comentó a un grupo de directivos a los que dijo: “¿Cuánto les cuesta a ustedes el fútbol base anualmente? Con ese dinero mejor sería invertirlo en un gran fichaje”. Hay quien lo interpreta, como (entrenador en el fútbol base del Barça desde 1971 a 1978), como un desprecio a la cantera; y hay quien entiende, como Josep Maria Minguella (ayudante de Buckingham), como una petición de mayor inversión e interés en los equipos inferiores.

FÚTBOL TOTAL

Tras dos temporadas con una evolución positiva del juego pero sin los resul- tados esperados Buckingham deja el cargo a , quien también llega procedente del Ajax. A diferencia de lo que sucedía en los años 60 en este relevo técnico sí se advierte una coherencia ideológica en la elección del entrenador. Michels profundiza en los cambios introducidos por su predece- 17

Índice Revista#20 PerarnauClub sor y le añade un carácter y energía muy característica del que fue bautizado como “Míster Mármol” por la contundencia de su mensaje. Los métodos más desarrollados de la época para preparar físicamente al grupo llegaron de la mano de un Michels que además introdujo mucho más trabajo con balón. El cénit de la filosofía Michels se alcanzó con el fichaje de Cruyff, que revolu- cionó española, conquistada por el Barça tras catorce años de sequía, con un juego portentoso. El fútbol de los Países Bajos en el Mundial de 1974 tuvo un avance en aquella temporada 1973/74 con el 0-5 logrado en el Ber- nabéu como obra maestra. Aquel día, Michels alineó este once

EQUIPO 0-5 BERNABÉU (17-Febrero-1974)

1-4-3-3 RIFÉ MORA

COSTAS

JUAN CARLOS TORRES

DE LA CRUZ ASENSI REXACH CRUYFF

SOTIL

MARCIAL

La posición de Cruyff hacía imposible concretar qué esquema era el utilizado por Michels. Cuando Cruyff actuaba en el medio del campo se asemejaba a un 4-3-3 claro, pero cuando Johan actuaba más en punta Sotil se escoraba a la izquierda y Marcial retrasaba su posición a la de volante. Además, Rifé ya no era extremo sino lateral y Juan Carlos era un volante muy creativo lejos de los peones que normalmente se situaban por delante de la zaga. Rexach tam- bién era un extremo inusual ya que se encontraba más a gusto rematando y actuando cerca del área que abriéndose a la cal como un exterior clásico. Las piezas encajaban para un estilo de fútbol total nunca visto, con un desplie- gue físico en el que todo el equipo atacaba con el balón y todos defendían sin la pelota. La idea de medio equipo atacando y medio defendiendo de los años 50 y 60 había quedado desfasada.

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Índice Revista#20 PerarnauClub , en una de sus más céle- bres acciones con el Barça, retratado por Xavier Salvador.

VACILACIONES

La llegada de Núñez a la presidencia del Barça coincidiendo con la marcha de Cruyff y la llegada de la democracia supone nuevamente una época de urgencias históricas y ausencia de un plan definido a la hora de elegir los entrenadores.

Pasan de manera efímera mitos como Kubala y HH o antiguos jugadores como o Rifé. La llegada de supone una apuesta por el estilo de fútbol alemán que triunfa en los 80. Con Schuster y Lattek parece que la idea puede funcionar, pero de nuevo hechos inesperados como el secuestro de provocan que se escape una liga que el Barça tenía en- carrilada. Con el fichaje de Maradona se busca argentinizar también el ban- quillo y el escogido es César Luis Menotti, con el bagaje de haber ganado el Mundial de 1978.

Menotti impone un estilo menos físico y de más toque, con dos cracks subli- mes y una plantilla de nivel medio que acompañe a las dos grandes figuras. El Barça de Menotti jugaba de esta manera.

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Índice Revista#20 PerarnauClub EQUIPO TIPO MENOTTI 1-4-4-2

SÁNCHEZ URRUTI

ALEXANKO

VÍCTOR

SCHUSTER

CARRASCO MARADONA ALONSO

MARCOS

Menotti apostaba por un 1-4-4-2 con matices. Sánchez había pasado de in- terior a lateral y Julio Alberto era también un lateral zurdo muy profundo. En el centro del campo el perfil era el opuesto: dos peones de brega incansables y generosos como Víctor Muñoz y corrían para el lucimiento del mejor pasador en largo que ha visto el Camp Nou, , y el virtuoso y mago más genial que se había visto jamás con el balón en los pies, especialmente en su zurda, Diego Armando Maradona. En el ataque, la no- vedad es la ausencia de un ‘9’ y la presencia de dos extremos hábiles como Carrasco y Marcos muy abiertos.

Maradona y Schuster, dos figuras gigantescas en el Barça de Menotti.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Este Barça alternó grandes tardes de fútbol con actuaciones para olvidar, sobre todo debido a la ausencia de uno de los cracks por lesión o enferme- dad. Era un equipo diseñado en función del desequilibrio de Schuster y Mara- dona y cuando faltaba uno de ellos el ‘invento’ se demostraba poco útil.

Tras la marcha de Menotti, el presidente Núñez volvió a sorprender y des- pués de un alemán y un argentino llegó un inglés. no era como Vic Buckingham, un británico con una concepción holandesa del fútbol. La llegada de Venables supuso un cambio radical en la manera de entender el juego. El Barça de esos tres años (1984-87) es el que menos coincidencias tiene con el estilo ofensivo y de toque que ha caracterizado al club en la ma- yor parte de su historia.

Venables aplicó su idea de “pressing” que triunfó en el primer año ya que los ri- vales de la liga española no supieron contrarrestar esta propuesta. El Barça se sentía más cómodo sin balón y en ocasiones renunciaba al juego combinativo para enviar un pelotazo arriba y poder ir a presionar al rival, robarle el balón y así atacarlo sin que este pudiera organizar un sistema defensivo bien escalonado.

Las jugadas de estrategia también se trabajaron que nunca y se consiguió una cifra de goles de córner impensable hasta entonces.

Aquella primera temporada de Venables en el Barça el once tipo fue este:

EQUIPO TIPO VENABLES 1-4-4-2

GERARDO URRUTI

ALEXANKO

CALDERÉ MIGUELI

SCHUSTER JULIO ALBERTO

ARCHIBALD ROJO VÍCTOR

CARRASCO

El esquema táctico era parecido al de Menotti con un 4-4-2 con Schuster de eje creativo y dos peones, aunque Calderé tenía más llegada que Alonso. Rojo, que era extremo, ejerció de mediapunta en una demarcación similar a la de Maradona. Arriba seguía el extremo hábil Lobo Carrasco, pero en lugar 21

Índice Revista#20 PerarnauClub de Marcos jugó Steve Archibald, un punta muy móvil que no era ni delantero centro ni extremo, ni tampoco destacaba por su fuerza o habilidad pero era pícaro y oportunista. Más allá del dibujo táctico, el cambio residió en el con- cepto del juego y la intensidad. De los entrenamientos por la tarde y la dudo- sa cultura del esfuerzo que pregonaba el clan argentino se pasó a un trabajo más metódico de Venables.

LA IDEA DE CRUYFF

En la temporada 1988/89 se produce una decisión clave en el devenir del juego y la propuesta futbolística del Barça. Núñez parece decidido a con- tratar a , famoso por sus planteamientos defensivos en el Athletic y Espanyol, pero finalmente el elegido para sustituir a Aragonés es Johan Cruyff. El holandés dirige durante ocho años el Barça y más allá de sus cuatro títulos de Liga y la primera Copa de Europa establece un estilo que entronca con la idea del Barça de Kubala y Michels y lo sistematiza en el fútbol base, un hecho clave para el futuro del club.

La primera Copa de Europa para el Barça llegó en 1992, en Wembley, con el Dream Team dirigido por Johan Cruyff.

Tácticamente Cruyf apuesta por un 1-3-4-3 inédito, sin centrales contun- dentes ni un ‘9’ finalizador. Los rondos y el juego de posición se convierten en una manera de entender el juego muy especial en la que la técnica prima y el control del balón es un arte. En los ocho años de Cruyff hay cambios y evoluciones en sus esquemas, pero este podría ser un equipo tipo del “Dream Team” apodo con el que pasó a la historia este conjunto: 22

Índice Revista#20 PerarnauClub EQUIPO TIPO DREAM TEAM 1-3-4-3

FERRER ZUBIZARRETA

KOEMAN EUSEBIO

GUARDIOLA SERGI

STOICHKOV BAKERO AMOR LAUDRUP

BEGIRISTAIN

En la defensa podrían optar a un sitio Nando, Serna o incluso Goiko. En ataque, Salinas era el jugador número 12. La posición de líbero creativo de Koeman y la de ‘4’ por delante de la defensa de eran clave para garantizar una salida limpia del balón. En el centro del campo los peones de brega daban paso a volantes de toque como Eusebio y Amor. Bakero, más limitado de ta- lento, destacaba por su carácter, llegada a gol y sacrificio. Arriba Laudrup era el antidelantero rematador, un falso nueve para filtrar pases a los extremos y desquiciar a los centrales. Los extremos también habían mutado su rol. Ya no eran centradores de balones para el ariete, sino que eran delanteros camu- flados en la banda para encontrar espacios y trazar diagonales. Stoichkov lo hacía por velocidad y potencia mientras que era fino y listo y Salinas, aunque poco académico resultaba muy eficaz.

EL POST-CRUYFFISMO

Con la marcha de Cruyff, y antes de la llegada de Van Gaal, el barcelonismo vive un año de contrastes en el que se festejan los tres títulos conseguidos por , pero se discute su idea de fútbol. Se abandona el juego de posición de Cruyff y se busca potenciar la contundencia en las áreas con un esquema hasta entonces inédito en el Barça.

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Índice Revista#20 PerarnauClub EQUIPO TIPO ROBSON 1-4-2-3-1

FERRER VITOR BAIA

COUTO

FIGO GUARDIOLA ABELARDO

POPESCU SERGI DE LA PEÑA

RONALDO

El fichaje de Ronaldo le otorga al Barça de Robson un poder intimidador enor- me, que aprovecha a la perfección un equipo con grandes talentos ofensivos (Figo, Luis Enrique y Giovani) y un exceso de centrales de calidad (Couto, Abelardo, Nadal, Blanc y Popescu). Robson utiliza al rumano Popescu como doble pivote junto a Guardiola y en ocasiones incluso refuerza la defensa con tres centrales y dos carrileros. Más allá del esquema táctico (1-4-2-3-1) la esencia futbolística del cruyffismo desaparece en aras de un equipo con un estilo mucho más similar al de los grandes equipos europeos. El Barça no pierde su potencial, pero si su estilo diferencial.

Luis Figo, a las órdenes de . 24

Índice Revista#20 PerarnauClub La llegada de Van Gaal supone la recuperación de la identidad histórica del Barça con un entrenador que se reconoce heredero de Rinus Michels. Vuelve el fútbol-control y el 1-4-3-3 como base táctica de un equipo que busca la profundidad con dos extremos totalmente abiertos y en ocasiones estáticos. Aunque comparten la esencia futbolística, los métodos de Van Gaal son an- tagónicos a los de Johan: Louis impone su rigidez y método casi científico y el juego gana en sistematización, pero pierde ingenio e improvisación.

EQUIPO TIPO VAN GAAL 1-4-3-3

REIZIGER HESP

ABELARDO

FRANK LUIS ENRIQUE DE BOER BOGARDE FIGO GUARDIOLA

COCU KLUIVERT

RIVALDO

Después de Van Gaal y con Joan Gaspart de presidente, Serra Ferrer, Rexach y Antic dirigen al Barça en una época difícil en la que, por momentos, los resul- tados negativos dejan de lado la búsqueda del fútbol característico del Barça. Con la llegada de Joan Laporta y la apuesta por de nuevo el jue- go se ve impulsado con una mezcla de estilo holandés con matices italianas. Rijkaard mezcla su ADN holandés con la experiencia en el calcio, formando un Barça consistente defensivamente y de nuevo alegre y sistemático en ataque.

EQUIPO TIPO RIJKAARD 1-4-3-3

BELLETTI VALDÉS

PUYOL

MÁRQUEZ XAVI EDMILSON GIO GIULY

DECO ETO’ O

RONALDINHO

25

Índice Revista#20 PerarnauClub Con Rijkaard, el Barça regresó a su juego de raíces holandesas. Ilustración: Álex Santaló.

Rijkaard empezó su andadura apostando por un 1-4-2-3-1 con Quaresma y Luis García de extremos y de ‘10’, pero el equipo no funcionaba y con la incorporación de Edgards Davids en el mercado de invierno de la tem- porada 2003/04 el equipo se equilibró mediante un centrocampista más y la reubicación de Ronaldinho a la posición de extremo zurdo. Iniesta y Messi fueron ganando protagonismo en un equipo en el que marcaba la diferencia el carácter y clase de Deco en el medio del campo y la efectividad y rebeldía de Samuel Eto’ o en un ataque repleto de fantasía y gol. 26

Índice Revista#20 PerarnauClub El carácter reposado de Rijkaard funcionó en los tres primeros años, pero se mostró como ineficaz en las dos últimas temporadas, con lo que se buscó un revulsivo en el banquillo para seguir aprovechando una generación única de talento surgida de .

LA ERA DE LA MASIA Y PEP GUARDIOLA

Pep Guardiola, que había ascendido al Barça B a Segunda B, le dio una vuelta de tuerca táctica al equipo: juntó sus líneas y radicalizó el juego de posición. La idea de dominar los encuentros a través del balón alcanzó su máxima ex- presión en unos años donde el estudio del rival y la profesionalización al máximo de todo el cuerpo técnico y auxiliar que trabaja para el primer equipo fue clave. Guardiola buscó reinventar cada temporada sus movimientos tác- ticos para sorprender al rival. Empezó con un ‘9’ clásico y acabó con Messi actuando como futbolista más avanzado pero ejerciendo de falso 9. Pep al- ternó también el 1-4-3-3 con el 1-3-4-3 buscando, en su última temporada, encajar a Cesc Fábregas en el equipo. El centro del campo formado por Ser- gio Busquets, Xavi e Iniesta más Messi de falso 9 es considerado como téc- nicamente inmejorable a través de una idea de juego irrenunciable concebida desde La Masía, donde los cuatro se formaron como futbolistas.

Con Pep Guardiola como entrenador, el Barça ganó 14 títulos en cuatro temporadas. (Foto: Jordi Cotrina).

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Índice Revista#20 PerarnauClub EQUIPO BASE GUARDIOLA 1-4-3-3

ALVES VALDÉS

PIQUÉ

PUYOL XAVI BUSQUETS ABIDAL PEDRO

INIESTA MESSI

VILLA

Con la marcha de Guardiola, primero y Tata Martino después intentan alargar el ciclo triunfador de Guardiola, pero con Luis Enrique volve- mos a apreciar una evolución en la manera de jugar del equipo.

Sin perder su esencia, Lucho busca mezclar el l juego de posición con un fút- bol más vertical y sin renunciar a los contragolpes. Con Luis Enrique pierde peso el centrocampismo y se busca ser más contundente en las áreas.

EQUIPO BASE LUIS ENRIQUE 1-4-3-3

ALVES VALDÉS

PIQUÉ

MASCHERANO RAKITIC BUSQUETS ALBA MESSI

INIESTA SUÁREZ

NEYMAR

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Índice Revista#20 PerarnauClub Luis Enrique, en el estadio olímpico de Berlín tras ganar la Champions League de 2015.

Los fichajes de Neymar y Luis Suárez han posibilitado conformar una delan- tera de lujo que Luis Enrique quiso situar en principio con dos puntas y un mediapunta por detrás (Messi), pero mediada la temporada Neymar volvió a la izquierda, Suárez a ser el único ‘9’ y Messi actuó nuevamente como en la era Rijkaard de extremo diestro, una posición únicamente de punto de parti- da que permite al argentino actuar con libertad de movimientos, bajando en ocasiones al centro del campo y gobernando los partidos a placer.

Jaume Marcet @jaumemarcet 29

Índice Revista#20 PerarnauClub Ilustración: Alex Santaló

Alberto López Frau EL VIEJO PROFESOR

LUCESCU 30 Índice Revista#20 PerarnauClub Hay personajes en el mundo del fútbol que no tienen el reconocimiento que me- recen: uno de ellos es el gran Mircea Luces- cu (Bucarest, 29/07/1945). Para entender al técnico que ha sido, y que aún es, hay que remontarse muchos años atrás. Mundialista como jugador con Rumanía en 1970 en tie- rras mexicanas, tres años antes, en 1967, tuvo una experiencia que le cambió su for- ma de ver la vida, y por supuesto de ver el fútbol. Así, cuando llegó al banquillo de Shakhtar , en el ya lejano año 2004, cambió por completo la política de fichajes del club —el Shakhtar era un club hasta aquel momento basado en jugadores locales, con poco espacio para los foráneos—. Para entonces Lucescu ya tenía claro que Brasil iba a ser un buen vivero, idea que no le surgió de un día para otro. En la gira que Mircea había realizado con Rumanía, previa a las Navidades de 1967, fue cuando quedó prendado para siempre. Esa gira comenzó a cambiar la historia de un personaje que nació en un país donde las normas del socialismo más estricto no permitían que la palabra “libertad” asomase por ningún sitio.

ucescu fue un delantero que jugó la LA ESENCIA DEL BRASILEÑO mayor parte de su carrera en el Dina- Lmo de Bucarest, aunque en tres eta- Rumanía ya vivía bajo el yugo del dic- pas distintas. A sus 22 años aún no había tador Nicolae Ceausescu, y para los ju- debutado con la selección absoluta, pero gadores nativos de la época resultaba sí jugaba con la Rumanía B. En aquellos muy difícil imaginar ni siquiera cómo años se estilaba que todos los países tu- era la vida allende sus fronteras. Luces- vieran una selección A y otra B. Lucescu cu estuvo tres días en Dakar, capital de estaba concentrado con la B de Rumanía Senegal, esperando un visado indispen- en África, concretamente en el Congo, sable para poder viajar a Porto Alegre. para jugar en Kinshasa un amistoso con En una entrevista concedida años des- la selección local, cuando de repente re- pués a la revista francesa France Foot- cibió una llamada de la Federación para ball, declaró que Brasil le había abierto incorporarlo a la selección absoluta que los ojos respecto al fútbol—fue desig- se encontraba en Brasil realizando una nado mejor jugador de aquel torneo en gira. Lucescu, como loco de contento por tierras brasileñas—, y también acerca la oportunidad con la selección absoluta, de otros aspectos de la vida. Dejó una comenzó un periplo de varios días para frase en aquella entrevista que resume poder llegar a Brasil y jugar allí en una ex- bien lo que la experiencia influyó en su periencia que terminaría cambiando su forma de pensar:

vida para siempre. 31

Índice Revista#20 PerarnauClub “Es muy fácil imaginar cuánta admiración En la selección había jugado 74 veces. y deseo experimenté yo, un joven jugador, Su carácter inquieto le llevó a no confor- cuando llegué de un país socialista cuya marse nunca, hasta el punto de que en existencia en el mundo solo se conocía a 1990, siendo ya entrenador del Dinamo través de un mapa. En esa época, toda- de Bucarest, y habiéndose retirado como vía sin preocupaciones, descubrí la esen- jugador en 1982, volvió a jugar un par- cia de cada brasileño: fútbol, samba, pla- tido con un Dinamo que ganó de nuevo ya y sexo. Así entendí que para ellos esto Liga y Copa, ya con 45 años. es suficiente para ser felices”. Su carrera como técnico había comen- Aquella vivencia le unió de alguna forma zado en 1979 como jugador-entrenador de por vida con el país sudamericano y del Corvinul Hunedoara. La Federación desde que terminó su carrera profesional rumana no tardó en darse cuenta de su como jugador siempre ha girado sus ojos talento también en los banquillos y le hacia las jóvenes promesas brasileñas. captó rápidamente. Tras trabajar con las Nunca hacia los primeros espadas, ya categorías inferiores debutó como selec- consolidados, sino hacia futbolistas pro- cionador camino del Mundial 82, aunque metedores, que son los que han contribui- no logró clasificar a su selección para do en la última década a que su Shakhtar dicho campeonato. Sí lo hizo para la Eu- haya sido, por momentos, uno de los equi- rocopa del 84, compartiendo grupo con pos más vistosos del viejo continente. Portugal, España y la República Federal de Alemania. No pasó de la primera fase, pero ya había conseguido devolver al fút- Desde que terminó su carrera bol rumano al primer nivel europeo. profesional como jugador siempre ha girado sus ojos hacia las jóvenes promesas brasileñas. CULTO, SIETE IDIOMAS, MENTE ABIERTA… Rumanía se enfrentó en aquella gira de finales de los sesenta a equipos como el Como soberbio estratega que es, la Italia Flamengo, Vasco de Gama e Internacio- campeona del mundo con nal de Porto Alegre. Su condición de am- se dejó casi todas sus posibilidades de bidiestro, su buen regate y la movilidad acudir a la Europa en Bucarest un 16 de por todo el frente del ataque no pasaron abril del 83. Rumanía batió a Italia, con inadvertidos para sus rivales ni para la un gol de Laszlo Boloni. Aquel día Luces- prensa de la época. Su estilo como ju- cu estuvo en el foco mediático del fútbol gador se asemejaba al que muchos ju- europeo por primera vez. Rumanía formó gadores brasileños de la época maneja- con Moraru en la puerta; Rednic, Ungure- ban. Cuando tres años después disputó anu, Augustin y Stefanescu en defensa; el Mundial de México 70 con Rumanía y Iorgulescu, Klein y Boloni en medio cam- se enfrentó al super-Brasil de Pelé, ya ha- po; Geolgau y Balaci por detrás de Cama- bía sido seducido por la esencia del fútbol taru, arriba. Atrás, Ungureanu y Rednic y la vida de aquel país; Lucescu ya tenía eran duros, Boloni tenía muchísima cali- un trocito de su corazón en Brasil antes dad en su pierna izquierda y sería el an- de enfrentarse a la deslumbrante selec- tecesor de otros grandes ‘10’ del fútbol ción de los “cinco dieces”. Guarda en casa rumano como Hagi o Dorin Mateut, héroe como un tesoro la camiseta que usó Pelé del Dinamo que años después entrenó el en aquel partido y que intercambió con él. propio Lucescu.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Tras no poder clasificar a Rumanía para Shakhtar, Rinat Ajmetov, decidió poner en el Mundial de México 86, fue relevado sus manos el futuro de un club al que en por el técnico de moda en aquel momen- aquellos tiempos aún le costaba mirar al to en su país, , que venía extranjero. Lucescu buscó de inmediato el de conquistar la Copa de Europa con el salto de calidad en Brasil, no podía ser de Steaua en Sevilla ante el Barcelona. otro modo. Intentó y sigue intentando traer jugadores jóvenes brasileños, con Lucescu es una persona culta, habla sie- grandes condiciones técnicas, y mejorar- te idiomas y su mentalidad, muy abier- les con la disciplina europea, como juga- ta, le facilita tener contactos por todo el dores y como personas; la mezcla que es mundo. Le gusta que sus equipos sean Lucescu como persona reflejada en sus los protagonistas de los partidos y en el jugadores. No hay que confundir la disci- Shakhtar se ha visto perfectamente re- plina con el látigo; de hecho, con el juego flejado. El Lucescu técnico es una mezcla que intenta practicar su idea es generar de las influencias que ha ido cosechando un clima idóneo donde esos jóvenes juga- y asimilando: la disciplina, casi militar dores que llegan se sientan implicados para algunos aspectos, combinada con para poder rendir mejor. la libertad total que manejan sus equipos cuando se trata de atacar, además de la Rumanía en la que él nació, jugó y dirigió Su idea es generar un clima idóneo desde su nacimiento hasta los inicios de donde esos jóvenes jugadores que la década de los 90, con la influencia y llegan se sientan implicados para admiración que le dejaron sus viajes a poder rendir mejor. tierras brasileñas. El equipo más mediá- tico que dirigió jamás fue el Inter de Mi- lán posterior a Gigi Simoni, pero no tuvo Tácticamente es un amante del 4-2-3-1. tiempo de arraigar en el tormentoso ban- En su línea de mediapuntas incluye movili- quillo neroazurro. dad, capacidad técnica, verticalidad y gol, temporada tras temporada. Willian, ahora SALTO DE CALIDAD en el Chelsea, fue en sus temporadas en BRASILEÑO el Shakhtar un jugador que arrancando desde la banda izquierda y siempre ha- Tras entrenar en tres países diferentes, cia dentro era capaz de hacer que jugase Rumanía, Italia y Turquía, el dueño del todo el equipo entero. Una maravilla. 33

Índice Revista#20 PerarnauClub A Lucescu le gustan los centrales con permitido ganar muchos títulos interna- buena salida de balón y laterales muy lar- cionales, solo la Copa de la UEFA de gos, que centren bien, y que participen 2009, pero lleva ocho Ligas, cuatro Co- permanentemente de la construcción pas y siete Supercopas desde que el vie- del juego. Darijo Srna, capitán e icono jo profesor es el técnico. Además, es un del club, es el perfecto espejo de ello. El habitual en la Liga de Campeones con un lateral croata es la extensión de Mircea nivel muy superior al equipo histórico por Lucescu en el campo. A Lucescu le gusta excelencia en la antigua Unión Soviética que su equipo toque y avance en bloque y en la actual Ucrania, el Dinamo de Kiev. sin renunciar a jugar en largo cuando es necesario y entrar por banda, casi siem- pre con sus laterales. El Shakhtar los forma y se aprovecha de los primeros años en El primer brasileño que le funcionó fue los que despuntan, después debe Francelino Da Silva Matuzalem. Llegó de asumir su marcha e inicia el proceso la mano de Lucescu en 2004 y en dos con nuevos talentos. años jugó 68 partidos y dejó 25 goles. El rendimiento de Matuzalem fue la mejor justificación posible ante su presidente A sus 70 años es imposible saber cuándo acerca de la idoneidad de buscar en Brasil Lucescu dirá basta. En la actualidad todo todo el talento del que carecía el equipo. está muy complicado, por la situación del país, y en concreto de la ciudad de Do- Lo que Lucescu ha instalado en la golpea- netsk, ubicada en el foco del conflicto, da y magullada Donetsk es un modelo de pero el “astuto” (le apodan Furbescu, la club, un modelo que tuvo en los brasileños palabra procede de furbo, astuto en ita- Matuzalem o Jadson (estuvo de 2005 a liano) Mircea por el momento sigue ejer- 2012 en el club) sus pioneros, pero que ciendo su magisterio una campaña más. sobrevive año a año pese a la venta de sus mejores futbolistas.

El Shakhtar los forma y se aprovecha de Alberto López Frau los primeros años en los que despuntan; @Albercampeontv después debe asumir su marcha e inicia el proceso con nuevos talentos. No le ha 34

Índice Revista#20 PerarnauClub AGÜERO, LESIONES Y GOLES

Emmanuel Ramiro

Todos en algún momento hemos admirado sus arrancadas, sostenidas por un tren inferior que recordaba a viejos rockeros del área. Ahí donde prime- ro se dispara y luego se pregunta, Sergio se siente feliz. Casi tanto como cuando siendo un enano no despegaba sus ojos del televisor viendo a su personaje favorito, Kum-Kum, el protagonista de una serie japonesa de di- bujos animados. De aquellas tardes heredó su apodo cuando saltó por pri- mera vez al terreno de juego. Lo hizo con poco más de 15 años y su cuerpo frágil no se resintió a los golpes de la élite . Sería mucho después cuando su motor, esas piernas que le abren atajos en el área, se gripara en forma de lesiones. Todos en algún momento hemos pensado también que sin ellas Sergio Leonel Agüero hubiera peleado por los premios individua- les bañados en oro. 35

Índice Revista#20 PerarnauClub ceptado por todos —expertos, preparadores y futbolistas— que la conti- nuidad y la confianza son los cimientos sobre los que se asienta la carre- de cualquier goleador, la del Kun ha estado llena de altibajos. Trufada por meses en los que sus goles y su juego señalaban un horizonte de balones y botas doradas, de Premier League teñidas de sky blue y de sueños mundia- les bajo el sol albiceleste. Sin embargo, el tiempo se congelaba en un tackling sobre la lluvia, en una aceleración que se apagaba entre roturas de fibras o pin- chazos musculares y en recuperaciones anticipadas. Ahora que Agüero apura una de esas recuperaciones, ahora que cumple una década en Europa es mo- mento de hacer balance y analizar hasta qué punto su progresión, impacto y ascendencia en sus equipos se ha visto limitada por las lesiones. En el recuer- do, junto al rosario de goles y celebraciones se cuelan los gestos de dolor, las ausencias y los días viendo el fútbol pasar sin chutar a la pelota.

UN 2015 CASI IDÍLICO

“El Kun Agüero está en el mejor momento de su carrera”, aseguraba con una media sonrisa el pasado mes de agosto. Su equipo acababa de vencer con contundencia al Chelsea de Mourinho y el delantero argentino había sido un verdadero quebradero de cabeza para la zaga blue. Pellegrini, poco dado a los elogios, ahondó esa tarde en la aportación de su principal estrella: “Esta temporada puede estar mejor que la pasada. Está maduro y mejorando en muchas cosas. No creo que tenga problemas con sus lesiones, la pasada temporada ya no tuvo problemas de musculatura, será muy impor- tante para nosotros”.

Y tenía motivos para la confianza el chileno. El buen inicio de temporada del City se sustentaba en gran parte en las actuaciones del Kun. El delantero argentino continuaba la senda iniciada la temporada pasada y su idilio con el gol se coronó en su partidazo contra el Newcastle. Cinco tantos que ilumina- ban el otoño británico y encaramaban a los citizen a lo más alto de la Premier. Agüero marcaba diferencias con seis dianas en ocho encuentros que eleva- ban su porcentaje a los 0,75 goles por partido. Pero entonces llegó el déjà vu. El vuelo transoceánico. Las eliminatorias sudamericanas. El desgarro en el bíceps femoral. Un mes de baja, cuando mejor estaba.

“En la 2013-14 cada tres sesiones tenía que parar, y tenía que someterme a toda una serie de trabajos de rehabilitación. Eso ahora ha mejorado. Necesitaba llevar una vida más saludable”.

Era la primera vez que tenía que parar por lesión en 2015. Y su secreto tenía nombre y apellidos: Giuliano Poser. La asistencia, en esta ocasión fuera de la 36

Índice Revista#20 PerarnauClub cancha, se la había dado un buen amigo suyo, Leo Messi. Agüero, hastiado de las continuas lesiones que sufrió en las dos últimas temporadas pidió ayu- da a su compañero de delantera en la albiceleste a finales del año pasado. El de Rosario le recomendó al galeno italiano con el que tan buenos resultados ha obtenido. Poser, experto en nutrición, le diseñó una dieta equilibrada con la que el delantero del City tuvo que limitar los hidratos y proteínas proce- dentes de la carne, la pasta y también los azúcares.

De esa manera, dejó atrás un calvario de lesiones musculares que le limitaban hasta en los entrenamientos: “En la 2013-14 cada tres sesiones tenía que pa- rar, y tenía que someterme a toda una serie de trabajos de rehabilitación. Eso ahora ha mejorado. Necesitaba llevar una vida más saludable, empezando por la comida y desde entonces no he tenido una lesión muscular”. Los resultados no se hicieron esperar y en la temporada 2014-15 Agüero terminó coronán- dose como máximo goleador de la Premier League, con 26 goles en 33 parti- dos, con un ratio de 0,79 G/P en los 2540 minutos disputados.

En la Champions League también completó una magnífica hoja de servicios. Aunque se perdió el trascendental encuentro en el Olímpico frente a la Roma en la fase de grupos, guió a los suyos hasta los octavos de final con seis goles en siete encuentros. Allí quedaron apeados por el que más tarde se- ría campeón de Europa, el FC Barcelona. En la 2014-15, el Kun disputaría 3200 minutos repartidos en 42 encuentros en las islas, marcando 32 goles. Si sumamos los partidos internacionales disputados con su selección la cifra se alza hasta los 50 encuentros y los 39 goles en la que supone ya la tempo- rada más productiva para el delantero argentino de 27 años.

LOS NUBARRONES DE MANCHESTER

La fragilidad de su físico había marcado buena parte de la aventura del Kun en Inglaterra. Su andadura con los citizen en cualquier caso arranca bien, 37

Índice Revista#20 PerarnauClub muy bien. En su primera temporada en la Premier, Agüero encaja en el puzle de Mancini como la pieza maestra y con 23 años no le pesa el salto a una nueva liga. La aclimatación al país y a la cultura del fútbol británico también resulta inmediata. El argentino demuestra la misma habilidad para sortear los rivales como las lesiones y en su debut en la Premier League participará en 34 encuentros en los que 23 goles para un total de 2592 minutos. Ese vigesimotercer gol permitiría que la Premier se vistiera de azul cielo en Manchester 44 años después.

En la 2011-12 sus únicas ausencias de importancia se producen en la Pre- mier. Agüero es baja en la jornada ocho y no vuelve a perderse un partido hasta la 27, aunque sería tres jornadas después cuando saltarían las alar- mas, con una lesión que Mancini calificó de “estúpida”. Ocurrió en la jornada 29, cuando tras jugar los 90 minutos frente al Chelsea recibe un golpe en el tobillo. En ese momento no parecía revestir mayor gravedad, pero al aplicarle un espray anestésico se le produce una quemadura en la parte superior del pie derecho. El resultado son 15 días en el dique seco, siendo baja en las jornadas 30 y 31 donde el City firma sendos empates. Aquello casi les cues- ta el campeonato a los Sky .

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Índice Revista#20 PerarnauClub En su segunda temporada en Manchester (2012-13) los problemas, en for- ma de lesiones comienzan muy pronto. Una lesión de rodilla producida el 19 de agosto, en la primera jornada de la Premier, le tendrá alejado de los terre- nos de juego algo más de un mes. En ese tiempo se pierde cuatro partidos, tres de ellos de liga inglesa (Liverpool, Queens Park Rangers y Stoke City) y el debut en la Champions frente al Real . El siguiente parón llega con el recién estrenado año, tras las exigentes jornadas navideñas de la Premier. El 1 de enero frente al Stoke City sufre una lesión en el tendón de la corva de su pierna derecha que le tiene en el dique seco durante 18 días. Se pierde cuatro partidos entre Liga y Copas inglesas.

Justo dos meses después, el 1 de marzo de 2013, su rodilla vuelve a hacer crac. Un golpe en un entrenamiento le impide disputar el partido frente al Aston Villa; es el primero de los cuatro que se pierde en ese mes. Hasta abril no volverá a pisar un terreno de juego y el City termina segundo esa Premier, con Mancini destituido a dos jornadas para el final y con un nuevo fiasco en la Champions donde no consiguen clasificarse ni para la Europa League al ser cuartos de su grupo. Las ausencias reiteradas le impiden al Kun tener la continuidad deseada esa temporada. En la 2012-13 juega 40 partidos, 30 de ellos en la Premier y cinco en Champions. En total marca 17 goles en to- das las competiciones y supera los 2700 minutos sobre el campo.

Pero entonces vuelve a romperse. Agüero no lo sabe todavía, pero acaba de arrancar su annus horribilis.

Lejos de mejorar, la situación se complica aún más en la temporada 2013- 14. Con el Mundial en el horizonte la temporada arranca bien para el City aunque al Kun le cuesta encontrar portería. Sus goles, sin embargo decantan el derbi de Manchester en el que se imponen a los diablos rojos por 4-1. De aquel partido se retira con molestias musculares y para evitar males mayores es baja en la siguiente jornada. Después de aquello volverá con la puntería afinada. Su gran racha goleadora (10 goles en 10 partidos) catapulta a los citizen hasta lo más alto de la clasificación. Pero entonces vuelve a romper- se. Agüero no lo sabe todavía, pero acaba de arrancar su annus horribilis.

En el memorable partido frente al Arsenal, ese que termina con un marca- dor más propio de Wimbledon (6-3 para los sky blues), Agüero solo juega 50 minutos. En ese momento sufre un desgarro en la cara posterior del muslo derecho que lo apartará más de un mes de los terrenos de juego. En total se perderá ocho partidos entre mediados de diciembre y el 18 de enero de 2014. El Kun vuelve con gol, pero solo once días después deja cojo al City. En el partido frente al Tottenham sufre una rotura en el abductor derecho que lo tendrá en el dique seco otros 30 días perdiéndose hasta cinco partidos, incluida la ida de los octavos de Champions League frente al Barça.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Acorta plazos y disputa 45 minutos en el Camp Nou. Su musculatura no aguanta más. En esta ocasión sufre rotura en el muslo de la pierna izquierda.

Precisamente ante la urgencia del resultado, el delantero argentino fuerza para estar en la vuelta. Acorta plazos y disputa 45 minutos en el Camp Nou. Su musculatura no aguanta más. En esta ocasión sufre rotura en el muslo de la pierna izquierda. Estará otros 30 días de baja en los que se perderá cinco partidos. Para rematar la temporada sufrirá un desgarro en el muslo derecho el 7 de mayo frente al Everton. Una lesión menor que solo le aparta de los terrenos de juego durante una jornada.

En la Copa del Mundo 2014 los fantasmas reaparecen; será en el tercer par- tido contra Nigeria. Aguanta 38 minutos en el campo y una sobrecarga en el abductor de la pierna derecha le impedirá disputar los partidos de octavos y cuartos. Volverá para semifinales, donde su lanzamiento desde los once metros en la tanda de penaltis será decisivo para que la Albiceleste alcance la final. Esa temporada es la más accidentada del Kun y a pesar de su pre- sencia intermitente los citizen terminan ganando una liga casi inesperada. En la Premier jugará solo 23 partidos marcando 17 goles. Sumando Copas inglesas y Champions alcanza los 34 encuentros, siendo sus cifras goleado- ras más que aceptables con 28 goles. En el Mundial jugará cinco partidos; no marcará en ninguno.

Desde entonces, el Kun parecía haber dejado atrás las dolencias musculares y había esquivado los golpes de los rivales. Pero llega diciembre de 2014 y es cuando cierra su annus horribilis con una nueva lesión. El 6 de diciembre, de nuevo contra el Everton, sufre una distensión en el ligamento lateral inter- no de la rodilla derecha. La lesión le tendrá 30 días de baja en los que se pier- de cinco partidos. Hasta el momento había sido su última lesión muscular. En ese periodo de reposo obligado es cuando vía Messi conoce a Giulano Poser.

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Índice Revista#20 PerarnauClub DE NIÑO A HOMBRE EN EL MANZANARES

El Sergio Agüero que llega al Calderón el verano de 2006 es la nueva espe- ranza rojiblanca. Un niño para hacer olvidar a otro. Con 17 años es vendido al Atlético de Madrid con apenas año y medio de experiencia en la ya por en- tonces devaluada Liga argentina. Los colchoneros pagan 23 millones de eu- ros a Independiente por él. “El niño más caro de la historia” titulará Marca el día que se hace oficial su fichaje. La apuesta por él es total. Juega todos los partidos, los 38 de Liga, siendo titular en 25 de ellos, aunque es cierto que le cuesta encontrar portería y termina la temporada de su debut en Europa con tan solo seis goles y tres asistencias.

La segunda temporada es la de su confirmación. Viene de jugar y ganar el Mundial Sub’20 de Canadá con Argentina. Allí se ha proclamado además máximo goleador con seis goles en siete encuentros, incluido el que abre el marcador en la final. Desbordado de confianza regresa a España para co- mandar la nave rojiblanca. El Kun es ya imprescindible para los suyos. Juega 37 partidos de Liga (se pierde uno por acumulación de amarillas), es titular en 35 y marca 19 goles. Esa temporada es la de mayor carga de partidos de su vida. Un total de 63 en los que suma 4714 minutos de juego y 36 goles en total entre club y selección. Agüero tiene 20 años recién cumplidos.

Tras dos grandes campañas los cantos de sirena empiezan a llegar en forma de ofertas desde el Paseo de la Castellana. Pero en la 2009-10 todavía viste de rojiblanco y aparecen las primeras dolencias.

La siguiente temporada (2008-09) arrancará también en estado de gracia. En agosto se cuelga el oro en los JJOO de Pekín junto a su amigo Leo Messi. Allí juega cinco partidos y marca dos goles, ambos en la semifinal frente a Brasil que certifican el pase de la Albiceleste a la gran final. Después de la gloria olímpica llega a tiempo para el debut en Liga con el Atleti. El Kun vuelve a salirse y prácticamente calca los números del año anterior. Juega 37 par- tidos —unas molestias musculares le impiden jugar contra el Villarreal en la jornada 8—, y marca 19 goles en Liga. Su estreno en Champions es prome- tedor, tres goles en los dos primeros partidos pero no vuelve a marcar ya en los seis restantes. El Atlético caerá en octavos frente al Oporto por diferen- cia de goles marcados fuera de casa. En total, ese año jugará 59 partidos, alcanzando los 4474 minutos y los 26 goles.

Tras dos grandes campañas los cantos de sirena empiezan a llegar en forma de ofertas desde el Paseo de la Castellana. Pero en la 2009-10 todavía viste de rojiblanco y aparecen las primeras dolencias. El primer parón importante se produce el 8 de diciembre cuando sufre una pequeña rotura en el abduc- tor del muslo derecho. Está un mes de baja donde se pierde cuatro partidos, tres de Liga y otro de Copa frente al Sevilla. Regresará el 9 de enero para jugar 18 minutos y marcar un gol al Valladolid. En la jornada 27 será baja por 41

Índice Revista#20 PerarnauClub acumulación de tarjetas y las tres últimas de Liga; Quique S. Flores prefiere darle descanso ante las finales de Copa y Europa League que le esperan.

Esa temporada termina levantando el título europeo que maquilla una mala temporada en Liga y la eliminación prematura en Champions. En la Europa League juega ocho partidos y marca dos goles, en la Champions participó en los seis encuentros, en los que hace dos dianas. Al Kun le influye la irregulari- dad del equipo y el cambio de entrenador en otoño. Sus cifras goleadoras se resienten y en 31 partidos de Liga marca 12 goles. La 2009-10 la termina con 60 partidos, incluyendo dos partidos del Mundial de Sudáfrica donde los focos solo apuntan a Messi y Maradona. En total más de 4000 minutos en los que alcanza la veintena de goles.

Su última temporada en el Atleti es quizá la más convulsa en cuanto a ausen- cias se refiere. Y eso que el inicio no puede ser más esperanzador. Alzan la Supercopa de Europa en Mónaco frente al Chelsea. La sensación es que el Atlético, por fin, ha vuelto. Con la intención de ser la tercera vía frente a Madrid y Barça, los colchoneros empiezan ganando en las dos primeras jornadas. De San Mamés sale tocado Agüero con una contusión. Fuerza para jugar en la jor- nada tres contra el Barça y aguanta 52 minutos sobre el terreno de juego. Una nueva contusión le obliga a retirarse. Se perderá la jornada cuatro. Vuelve en la cinco, para jugar los últimos quince minutos y termina con una rotura de fibras en el glúteo. En total estará un mes de baja y se pierde cinco partidos, tres de Liga y dos de Europa League. No termina de coger el ritmo.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Quizá ese último recuerdo vestido de rojiblanco donde molestias y lesiones aparecen, junto con las dos últimas campañas como citizen, estas sí, plagadas de bajas y ausencias, son las que han creado la imagen de fragilidad que desprende Kun Agüero en el imaginario colectivo del aficionado.

A su vuelta, el Kun endereza el rumbo de su equipo con siete goles en siete partidos. Pero una nueva rotura fibrilar a mediados de enero le tendrá dos semanas en el dique seco. Tiempo suficiente para perderse la vuelta frente al Madrid en Copa y dos partidos de Liga. Sería su última baja por lesión en el Atleti, aunque su última ausencia sería en la jornada 30 por acumulación de tarjetas. A pesar de las dolencias de esta campaña Agüero termina jugando 43 partidos, 32 de ellos de Liga, en los que suma un total de 3455 minutos y 29 goles. Es su despedida de la Liga española y su año más goleador en el campeonato doméstico (20 goles).

Los números, tozudos, nos niegan esa sensación y hablan de un jugador que salvo en su annus horribilis (diciembre 2013-14) ha jugado regularmente y sus periodos de baja no han ido más allá de los 30 días. De hecho, en sus diez años en Europa ha estado presente en el 86,2 % de los partidos de Liga.

Quizá ese último recuerdo vestido de rojiblanco donde molestias y lesiones aparecen, junto con las dos últimas campañas como citizen, estas sí, plaga- das de bajas y ausencias, son las que han creado la imagen de fragilidad que desprende Kun Agüero en el imaginario colectivo del aficionado. Los núme- ros, tozudos, nos niegan esa sensación y hablan de un jugador que salvo en su annus horribilis (diciembre 2013-14) ha jugado regularmente y sus perio- dos de baja no han ido más allá de los 30 días. De hecho, en sus diez años en Europa ha estado presente en el 86,2 % de los partidos de Liga. Y los picos de forma del argentino coinciden con los momentos estelares de sus equi- pos. A día de hoy ha mejorado su musculatura y los cuidados para regatear las lesiones. En este tiempo se ha consolidado como el jugador diferencial de los citizen y uno de los mayores talentos de la Premier. Su salud, por tanto, debería ser cuestión de Estado para la parte azul de Manchester.

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Índice Revista#20 PerarnauClub LOS NÚMEROS DEL KUN

Partidos Goles/ Porcentaje Temporada Minutos Goles Liga Partido de victorias

2014-15 33 2540 26 0,79 61 (Premier)

2013-14 23 1538 17 0,74 70 (Premier)

2012-13 30 1945 12 0,4 63 (Premier)

2011-12 34 2597 23 0,68 76 (Premier)

2010-11 32 2708 20 0,63 44 (La Liga)

2009-10 31 2202 12 0,39 35 (La Liga)

2008-09 37 2953 17 0,46 54 (La Liga)

2007-08 37 2945 19 0,51 51 (La Liga)

2006-07 38 2484 6 0,16 45 (La Liga)

Emmanuel Ramiro @emmanuelrf

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Índice Revista#20 PerarnauClub JÜRGEN KLINSMANN, ¿MODELO AGOTADO?

Agustín Galán

Estados Unidos no estará en la Copa Confederaciones de 2017. México volvió a reclamar su trono en la CONCACAF en un torneo creado ad hoc para deshacer la igualdad entre los dos últimos campeones de la Copa Oro. Con las eliminatorias para el Mundial de Rusia recién comenzadas, el papel de EE. UU. en la región está puesto en duda, así como la idoneidad de Jürgen Klinsmann para seguir al frente del cargo, no sólo de seleccionador, sino también como director deportivo de US Soccer.

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Índice Revista#20 PerarnauClub n 2011, la selección estadounidense ocupaba su lugar habitual en el tablero del fútbol internacional, manteniendo la rivalidad permanente Econ México y sellando su plaza fija en el Mundial, cita a la que no falta desde 1990. Con Bob Bradley como seleccionador se alcanzó un hito his- tórico con la presencia en la final de la Copa Confederaciones 2009 tras derrotar a España, vigente campeona de Europa, en semifinales en uno de los partidos de más infausto recuerdo de la era de . Brasil hizo doblar la rodilla a la selección estadounidense, y en Sunil Gulati, presi- dente de la federación, quedó el poso de que EE. UU. podía aspirar a más. Se debía aspirar a más.

La decisión de prescindir de Bob Bradley, profundo conocedor del fútbol nor- teamericano y padre de una de las mayores promesas del momento, —hoy con más de cien internacionalidades—, vino basada por las dos últimas Copas Oro, en las que EE. UU. sumó dos derrotas frente a Mé- xico. El Tri se zafó con facilidad en 2009 de una selección carente de sus mejores jugadores (5-0) y en 2013 protagonizó una vibrante remontada en la que se pasó del 2-0 favorable a los estadounidenses al 2-4 final, coronado por una obra de arte de Giovani dos Santos frente a Tim Howard. “Hablare- mos la semana que viene”, contestó secamente Sunil Gulati a un periodista del New York Times cuando le preguntó por correo electrónico si había llega- do la hora de dar un paso adelante en la evolución del soccer.

Comenzó entonces un periodo de rumores que ilusionaba bastante a la afi- ción. Sven-Göran Eriksson, Rafa Benítez o fueron algunos de los entrenadores de renombre internacional que comenzaron a aparecer en las páginas deportivas como candidatos, junto a otros nombres más rela- cionados con la MLS que siempre surgen en este tipo de quinielas (Sigi Sch- mid, Dominic Kinnear o Jason Kreis). De entre todos ellos, el que encabezaba siempre estas listas era un alemán: Jürgen Klinsmann.

COPIANDO EL EJEMPLO DE REFUNDACIÓN ALEMANA

Klinsmann es una de las personas que han tenido un rol relevante en el cambio radical que ha sufrido el fútbol alemán en lo que va de siglo XXI.

Klinsmann es una de las personas que han tenido un rol relevante en el cam- bio radical que ha sufrido el fútbol alemán en lo que va de siglo XXI. Como seleccionador, guió a la Mannschaft a las semifinales del Mundial 2006, de- jando paso a Joachim Löw en una transición sin traumas que terminó dando sus frutos con la conquista de la Copa del Mundo en territorio brasileño. Tras abandonar el banquillo de la selección alemana, Klinsmann buscó continuar su carrera como entrenador a nivel de clubes, pero la experiencia del Bayern no resultó provechosa, saliendo por la puerta de atrás en los cuartos de final de la Champions League 2009 ante el todopoderoso Barcelona de Pep Guardiola.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Aquella experiencia desastrosa pareció suponer el punto final del Klinsmann entrenador, que hizo las maletas y regresó a su refugio californiano. En las costas que dan al océano Pacífico encontró la calma en su retiro como juga- dor, apurando aún más su carrera en una breve estancia en el Orange County Blue Star, en el que militó bajo el seudónimo de Jay Goppingen sin que nadie reparara en la presencia de un campeón del mundo y de Europa en campos sin apenas gradas ni expectación. El momento le pedía regresar a ese segun- do plano, Löw continuaba su carrera en solitario con éxito y en el entorno del Bayern nadie parecía echarlo de menos.

Pasó la semana de rigor y Sunil Gulati hizo el anuncio: Jürgen Klinsmann sería el 35º entrenador en la historia de la selección estadounidense a partir de ese momento. En la mente del presidente, urgido a evolucionar el fútbol del país, estaba el proceso que la DFB estaba llevando a cabo en esos momentos. Si Klinsmann fue uno de los elegidos en ese retorno de Alemania a la cúspi- de, podría hacer lo mismo con EE. UU., convertirse en el rey absoluto de la CONCACAF y buscar un nuevo límite en un Mundial, con las semifinales como meta soñada. Los acercamientos persistentes que habían existido en los úl- timos años entre el dirigente y el entrenador por fin llegaron a buen puerto, con la clasificación para el Mundial 2014 a punto de comenzar para EE. UU.

DEBUT Y PERIODO DE AUGE

El primer partido de Jürgen Klinsmann en el banquillo estadounidense fue precisamente ante México, aún con las heridas del 2-4 abiertas, en un amistoso veraniego. La primera acción relevante del técnico alemán fue indicar que no se serigrafiara ningún nombre en las camisetas de la selec- ción. Los titulares saldrían al campo numerados del 1 al 11 y los suplentes esperarían su oportunidad con los dorsales del 12 al 18. En el capítulo que estaba por escribirse, los nombres no valían de nada si no venían acompa- ñados de rendimiento, algo que tuvo continuidad hasta el Mundial 2014, cuando Landon Donovan, el gran referente de la afición, no fue convocado por decisión de Klinsmann. 47

Índice Revista#20 PerarnauClub “Estamos construyendo algo grande”, desveló Tim Howard tras ese primer partido ante los mexicanos, que terminó con 1-1 gracias a un gol de Robbie Rogers. El camino hacia el Mundial 2014 fue liderado sobre el terreno de jue- go por , ya que en esos momentos Landon Donovan comenzó a mostrar lo que parecían ciertos signos de declive pero que en realidad ence- rraban un periodo de depresión que llevó a la estrella de LA Galaxy a aparcar el fútbol durante un periodo de tres meses. Dempsey, por otra parte, estaba plenamente asentado en una liga de primer nivel como la Premier League y echándose a la nueva selección a la espalda rumbo a Brasil. La relación en- tre Donovan y Jürgen Klinsmann nunca volvió a ser la misma, y la tensión se pudo percibir tras su retorno a los campos.

EE.UU. consiguió ganar la Copa Oro 2013 y asegurar su pase al Mundial con unos lustrosos 22 puntos en el Hexagonal de la CONCACAF. La hegemonía estadounidense había vuelto a la región con mayor solidez que nunca, pero ocultaba un reverso que en la federación no siempre se tuvo en cuenta. El auge de las barras y estrellas había coincidido con un periodo sin preceden- tes de descomposición del fútbol al sur del Río Grande. Desde la salida de Ricardo La Volpe ningún entrenador consiguió generar ilusión al mando del Tri, por mucho que Hugo Sánchez o Sven-Göran Eriksson gozaran de un buen cartel. El camino hacia el Mundial lo comandó José Manuel de la Torre, y con el Chepo se llegó a un momento crítico en el que corrió peligro la presencia en Brasil, hasta el punto de que tuvo que hacerse cargo de la selección Víctor Vucetich en un incómodo playoff a doble partido frente a Nueva Zelanda al que se clasificaron gracias precisamente a sus vecinos del norte y que fue considerado una humillación por los analistas mexicanos. El hecho de que EE. UU. se hubiera clasificado como líder de la CONCACAF pasó a un segun- do plano para los aztecas cuando se constató que Costa Rica y Honduras sacaban varios cuerpos de ventaja a México en ese momento.

Jürgen Klinsmann consiguió sumar la Copa Oro a su palmarés, pero también cabe destacar en esta ocasión que México apostó por una selección B dirigi- da por Luis Fernando Tena. Apareció entonces un nuevo contestatario ante la 48

Índice Revista#20 PerarnauClub potencia histórica —Panamá eliminó al Tri en semifinales— y EE. UU. tuvo un camino expedito hacia el título. Landon Donovan fue el mejor jugador del tor- neo y el máximo goleador, lo que disparó el triunfalismo en el seno de US Soccer, respaldado estadísticamente con doce victorias consecutivas e incluso una victoria frente a Alemania, situada en ese mo- mento en el segundo puesto de la clasificación mundial de la FIFA.

En la cúspide del organigrama, justo por debajo de Sunil Gulati, aparecía un Jürgen Klinsmann plenipotenciario.

PLENOS PODERES Y EL ADIÓS DE DONOVAN

Sunil Gulati observaba con satisfacción cómo EE. UU. volvía a dar que hablar a nivel internacional y consideró oportuno subir la apuesta una vez consuma- da la clasificación para Brasil’14. Dos años y medio después de su contrata- ción, Klinsmann recibió una oferta de renovación por cuatro años al frente de la selección absoluta y el cargo de director deportivo para organizar todo el desarrollo del soccer desde sus categorías inferiores y buscar así el objetivo de ser la nueva Alemania del fútbol internacional. Para ayudar en las tareas con las categorías inferiores, US Soccer también contrató los servicios de (exinternacional en la década de los noventa). Pero en la cúspide del organigrama, justo por debajo de Sunil Gulati, aparecía un Jürgen Klins- mann plenipotenciario. 49

Índice Revista#20 PerarnauClub Klinsmann se echó definitivamente en contra a la opinión pública al ir prescindiendo paulatinamente de Landon Donovan.

En los meses que separaron este anuncio de la fase de clasificación del Mun- dial, Klinsmann se echó definitivamente en contra a la opinión pública al ir prescindiendo paulatinamente de Landon Donovan. A pesar de que el ata- cante de LA Galaxy estaba recuperando su mejor forma y había sido pieza capital en el triunfo en la Copa Oro, el hecho de que se retirara voluntaria- mente durante los primeros meses de la clasificación para el Mundial termi- nó siendo decisivo para el técnico alemán, que en más de una ocasión apun- tó individualmente al rendimiento que ofrecía sobre el césped: “Me falta un poco de Landon aquí y allá”. El jugador constantemente reivindicaba su com- promiso con la selección en los últimos años, y su episodio de depresión ya era algo público. Mientras tanto, Klinsmann seguía apuntando al rendimiento y a la meritocracia como los dos pilares en los que basaba sus convocato- rias, lo que terminó suponiendo una bomba cuando se hizo oficial la lista de 23 para el Mundial y se hizo patente lo que muchos temían: la cuenta de los Mundiales de Landon Donovan se detuvo en tres (Corea del Sur y Japón’02, Alemania’06 y Sudáfrica’10).

EE. UU. conformó el grupo de la muerte en Brasil’14 junto a Portugal, Ale- mania y Ghana. En términos de análisis, cualquier resultado que supusiera la clasificación para octavos de final podría ser considerado como positivo para Jürgen Klinsmann y su cuerpo técnico, y eso es lo que finalmente se consi- guió. Aprovechando que Ghana vivía una situación tensa dentro del vestuario que llevó a varios jugadores a dar por terminada su etapa como internaciona- les y que Portugal dependía en exclusiva de un mermado físicamente, que llegó a admitir que no debió de haber jugado ese Mundial, EE. UU. se clasificó en segundo lugar por detrás de Alemania. 50

Índice Revista#20 PerarnauClub En octavos de final se apreció una de las actuaciones individuales más des- tacadas de toda la competición protagonizada por Tim Howard, que situó un nuevo récord de paradas en un partido del Mundial con sus 17 intervenciones ante Bélgica. A pesar de la buena labor del meta del Everton, Bélgica terminó llevándose el partido por 2-1 y dejando en la cuneta a los norteamericanos. De soñar con una campanada histórica que los llevara hasta las semifinales a caer en octavos hay dos rondas de distancia, pero si además el tropiezo se produce con Donovan enclaustrado en una cabina de comentarista aportando su punto de vista para la televisión estadounidense, resulta natural pensar que a ojos del aficionado al soccer la vitola de hombre-milagro con la que muchos habían etiquetado a Klinsmann al llegar al cargo parecía injustificada.

Su labor como director deportivo también empezaba a ser analizada, y los datos no dejaban en buen lugar al alemán. Las selecciones sub’20 y sub’17 no sólo no tuvieron protagonismo en los Mundiales que se disputaron en Nueva Zelanda y Chile, sino que a nivel regional tampoco prometían demasiado, sin alzar nin- gún trofeo de la CONCACAF. La sub’23 también disputó el Preolímpico recien- temente, pero no consiguió asegurar su pase de forma directa y se jugará su presencia en Río de Janeiro a todo o nada en un playoff contra Colombia.

GUERRA CON LA MLS Y DECLIVE

El hecho de haber transcurrido todo un año de partidos amistosos tras el Mundial ha ayudado a que la presión sobre Jürgen Klinsmann no se viera au- mentada, sin nuevas pruebas reales con las que juzgar su labor, aunque la 51

Índice Revista#20 PerarnauClub cantidad de pruebas y rotaciones que ha venido llevando a cabo en esos par- tidos de preparación para la Copa Oro dejaba entrever una sensación de im- provisación que confronta con los pensamientos que tenía Sunil Gulati cuan- do lo contrató. Klinsmann comenzó a poner y quitar jugadores sin que se pueda extraer un mínimo criterio en sus decisiones, y de las concentraciones anuales que realizaba tampoco parecía surgir ese sentimiento de unidad que defendía cuando tomó posesión del cargo en 2011. Los dorsales seguían sin tener un dueño claro, pero las convocatorias cada vez veían a más jugadores llegar de todos los rincones del mundo.

La presencia de jugadores alemanes con orígenes estadounidenses ha comenzado a ser una constante en las convocatorias, incluso de la segunda categoría alemana, lo que ha sido considerado como un insulto en el entorno de la MLS.

El auge de la MLS en las dos últimas temporadas no ha pasado inadvertido para Jürgen Klinsmann, aunque no ha sabido capitalizarlo en su favor. A ojos del alemán, el retorno a esta liga por parte de internacionales consagrados como Clint Dempsey, Michael Bradley o Jermaine Jones es perjudicial para los intereses de la selección, ya que considera que alejados de la élite eu- ropea pierden roce competitivo. Por ello, la presencia de jugadores alema- nes con orígenes estadounidenses ha comenzado a ser una constante en las convocatorias, incluso de la segunda categoría alemana, lo que ha sido considerado como un insulto en el entorno de la MLS.

Don Garber, el comisionado de la liga estadounidense, criticó públicamente este desdén continuado de Klinsmann hacia la competición: “Mandar el ne- gativo mensaje a los jugadores —especialmente a los de EE. UU.— de que llegar a la MLS no va a ser bueno para su carrera o para su estado de forma va en detrimento de la propia MLS. Parece que sigue el mismo patrón que con las críticas a Landon [Donovan]”. Estas declaraciones no cayeron en saco roto en la federación estadounidense, en la que salió el propio presidente, Sunil Gulati, a defender a su seleccionador y director deportivo: “Dejen que sea claro. Si Don o alguien critica al equipo nacional o su éxito, eso dice algo de forma inherente sobre dónde está la liga”.

Klinsmann ha seguido convocando a las grandes figuras, pero en cada con- vocatoria es habitual ver a jugadores procedentes del Fulham (actualmente en la Segunda división inglesa) o el Sandhausen, así como a hombres habi- tualmente suplentes en sus equipos (Ventura Alvarado en el América) o pro- mesas extremadamente jóvenes sin nada demostrado en la élite que apare- cen (Jordan Morris) y desaparecen (Julian Green, hoy en el filial del Bayern) con la misma rapidez. Esta tendencia se aprecia también en las categorías inferiores. El delantero centro de la sub’23, Jerome Kiesewetter, juega en el Stuttgart; y en la convocatoria hay jugadores también procedentes de equipos como el Fulham o el Molde noruego. En la sub’17, eliminada en la 52

Índice Revista#20 PerarnauClub fase de grupos del Mundial, la estrella absoluta es Christian Pulisic, jugador de la cantera del .

Sunil Gulati defiende siempre públicamente que Klinsmann no sólo está cen- trado en el largo plazo, sino que también busca resultados a corto plazo. Sus constantes experimentos en las convocatorias y los onces titulares termi- naron teniendo una influencia negativa en la Copa Oro 2015. Tras una pri- mera fase bastante discreta en el juego frente a Panamá, Haití y Honduras y un trámite engañoso ante Cuba (6-0) en cuartos de final, fue Jamaica quien apartó a los estadounidenses de la lucha por un título que está siempre entre las exigencias básicas de todo seleccionador.

Esta eliminación supuso la inevitable disputa de un playoff para decidir cuál de los dos últimos campeones de la CONCACAF representaría a la región en la Copa Confederaciones 2017 (se le dio aire de oficialidad con el nombre de CONCACAF Cup e incluso un trofeo). México consiguió recobrar la estabili- dad mexicana perdida alzándose con un título muy marcado por las polémi- cas arbitrales y, esta vez sí, supuso una vara de medir adecuada para EE.UU. La organización del torneo decretó que el partido se disputaría en el de Pasadena, donde la comunidad latina tiene una notable presencia y en el pasado se llegó a ver partidos entre México y EE. UU. en el que el balan- ce era de un aficionado estadounidense por cada nueve mexicanos. El exin- ternacional de origen mexicano Herculez Gomez reaccionó rápidamente a esta noticia: “EE. UU. juega de visitante esta final”. La buena acogida que está teniendo el fútbol en los últimos años, no obstante, equilibró un poco esta diferencia, y en las gradas del mastodóntico estadio californiano había un balance de 70/30 favorable a México.

El ambiente en los días previos a este partido recordó al de las grandes finales, con una rivalidad muy marcada entre ambas selecciones y agudizada en las redes sociales por parte de las aficiones.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Jürgen Klinsmann convocó para este partido a los grandes iconos de la se- lección en los últimos tiempos —Altidore, Dempsey y compañía— y a juga- dores de segunda fila como Bobby Wood, del Union Berlin, o Danny Williams, del Reading inglés. El ambiente en los días previos a este partido recordó al de las grandes finales, con una rivalidad muy marcada entre ambas seleccio- nes y agudizada en las redes sociales por parte de las aficiones. Durante los noventa minutos del partido, los comentaristas mexicanos de FOX Sports no ocultaban su extrañeza por la presencia aún de Klinsmann en el banquillo estadounidense, remarcando que de haber estado al cargo del Tri, su vuelta a la placidez del retiro californiano se habría consumado hace tiempo.

El partido llegó a la prórroga y todo parecía destinado a decidirse en una tanda de penaltis tras marcar Wood el 2-2 a escasos minutos del final. Paul Aguilar se vistió de héroe en el minuto 118 y México comenzó a reservar los billetes para el torneo de campeones que tendrá lugar en Rusia un año an- tes que el Mundial. Jürgen Klinsmann volvía a estar contra las cuerdas. Igual que hizo en anteriores ocasiones, el seleccionador volvió a cargar las tintas de forma individual contra uno de sus jugadores, en este caso con . Klinsmann lo acusó de haber fingido una lesión en la prórroga y bo- rrarse del partido en el momento crucial, apartándolo de la selección de for- ma indefinida, pero su club, el Borussia Mönchengladbach, emitió un parte médico cuando su jugador volvió certificando que, efectivamente, el lateral estadounidense sufría una lesión en el muslo.

UN FUTURO COMPLEJO

La responsabilidad de dar la cara por Klinsmann volvió a recaer en Sunil Gu- lati una vez más. El presidente de la federación justificó el cuarto puesto en la Copa Oro diciendo que “el progreso no es lineal para nadie. Hay tropiezos en el camino, y éste es claramente uno. El equipo estaba a tope en prima- vera y hoy está en un punto bajo, pero éstas son las normas para todos”. Al mismo tiempo, rechazaba cualquier tipo de comparación entre la situación que llevó al cese a Bob Bradley y la actual. La comodidad de la fase previa al Hexagonal —un grupo con Trinidad y Tobago, San Vicente y las Granadinas y Guatemala— puede llevar a bajar la exposición pública de Klinsmann en los próximos meses, pero la calma absoluta está lejos de llegar. Una ventaja que tiene el técnico de Göppingen es que los recientes éxitos de la selección femenina hacen que el presidente de la federación tenga más actos públi- cos de alabanza a las tricampeonas del mundo que de justificación de sus compañeros de la masculina. En contra, por supuesto, está el hecho de que Klinsmann perderá cualquier comparación con el equipo que dirige Jill Ellis.

Grant Wahl, el analista más reputado del fútbol estadounidense, informó que hay una guerra de poder dentro de la federación entre Jürgen Klinsmann y Jay Berhalter, director comercial de US Soccer, que poco a poco está asu- miendo las funciones de director deportivo que pertenecen al alemán. Unido a esta pérdida de protagonismo de facto está la presencia de entrenadores que se postulan para suceder al alemán cuando llegue el próximo tropiezo en el campo. Miguel Herrera, sin equipo tras el escándalo posterior a la Copa 54

Índice Revista#20 PerarnauClub Oro, estuvo en la órbita tanto de Chicago Fire como de la selección, algo que recibió con agrado, aunque su destino está ligado al Tijuana mexicano.

Quien sí aparece con fuerza en el horizonte de la selección estadounidense es el colombiano Óscar Pareja, que ha firmado dos grandes temporadas con Dallas en la MLS. El entrenador de los texanos, con una trayectoria consoli- dada en la MLS primero como asistente en Colorado Rapids y hoy en Texas, no oculta su ambición de estar presente en un Mundial, y realiza diagnósticos que van más allá de la selección absoluta: “A nivel de selección nacional es- tamos muy frágiles, y lo ha demostrado la sub’17 y la selección preolímpica (…). Si nosotros no hacemos un trabajo más agresivo, los jugadores no se desarrollan y no llegan, y es algo en lo que podemos meter mano. El espacio que hay entre Primera división y el fútbol universitario es muy grande. Si de- jamos que los muchachos se eduquen, que es una cosa muy positiva, pero no se les da buen entrenamiento, se pierde mucho tiempo también”. Pareja no sólo señala los puntos débiles de Jürgen Klinsmann, sino que también propo- ne potenciales soluciones en una demostración de capacidades que podrían suponer una amenaza definitiva para el periodo renovador del entrenador que ha intentado exportar el éxito alemán a EE. UU.

Agustín Galán @Agustin_Galan

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Índice Revista#20 PerarnauClub ESTADIOS MÍTICOS MUNDIALES

Alberto Cosín

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Índice Revista#20 PerarnauClub Hace unos meses publicamos un amplio reportaje sobre estadios le- gendarios en España y hoy procedemos a repasar otros míticos co- liseos mundiales que vivieron su periodo de gloria hace ya muchos años. Recintos que albergaron finales de la Copa del Mundo, Euroco- pa y Juegos Olímpicos o encuentros clave del Campeonato Sudameri- cano. Lugares que quedaron impregnados del encanto del balompié y de la magia de enormes jugadores que figuran en el olimpo del fútbol.

WEMBLEY

La Catedral del fútbol mundial. Un estadio que ha albergado una final de Copa del Mundo, de la Eurocopa de Naciones, de Juegos Olímpicos, cinco de la Copa de Europa, dos de la Recopa, sede habitual de las finales de FA Cup y residen- cia de la selección inglesa en numerosos encuentros a lo largo de su historia.

Construido por Sir Robert McAlpine en principio solo para la Exposición del Im- perio Británico de 1924, finalmente se optó por dejarlo en pie y utilizarlo para eventos deportivos. Situado donde antes estaba la Torre de Watkin, aquellos terrenos ya habían presenciado partidos de fútbol, puesto que en 1880 se juga- ba habitualmente. El proyecto fue encargado a los arquitectos Sir John Simpson y Maxwell Ayrton, mientras que en el ingeniero de la obra que concluyó en 300 días fue Sir Owen Williams. El estadio conocido al principio como Estadio de la Exposición del Imperio Británico o Empire Stadium costó 750.000 libras de la época, y tras la muerte poco después de James White el multimillonario Sir Ar- thur Elvin adquirió el recinto y creó la compañía de Wembley.

Las gradas con más gente (se calculan 200.000 espectadores) de la que permitía el aforo, 127.000 personas, estaban a rebosar y muchos de ellos tuvieron que situarse en los aledaños del terreno de juego.

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Índice Revista#20 PerarnauClub La inauguración del coliseo se produjo el 28 de abril de 1923 con la disputa de la final de la FA Cup de ese año. En ella estuvo presente el rey Jorge V para presenciar un encuentro histórico. Las gradas con más gente (se calcu- lan 200.000 espectadores) de la que permitía el aforo, 127.000 personas, estaban a rebosar y muchos de ellos tuvieron que situarse en los aledaños del terreno de juego. Todo ello obligó a la policía a actuar y uno de ellos a lomos de un caballo blanco se erigió en el gran protagonista de la tarde al desalojar a los hinchas que pisaban las áreas. El choque se inició con 45 minutos de retraso y el ganador final fue el Bolton, que se impuso por 2-0 al West Ham.

Arquitectónicamente tenía un aire más brasileño que un estilo inglés. Los graderíos eran horizontales y simétricos y los fondos eran curvados, pero el gran hándicap es que se situaban bastante lejos del verde. Un tercio del estadio (45.000 personas) podía observar los partidos sentado gracias a las butacas que se colocaron en las tribunas. La más famosa fue la tribuna prin- cipal, techada desde un principio, donde se hallaba el palco real y que para acceder a ella debías subir unos célebres 39 escalones. En el exterior, si algo llamaba la atención era su fachada victoriana. Dos torres gemelas de color blanco y 38 metros del altura marcaban la entrada a la gran tribuna, al norte del estadio.

Una de las más importantes renovaciones tuvo lugar en 1963, cuando se añadió el marcador eléctrico y se techaron las gradas con una mezcla de alu- minio y vidrio translúcido. La capacidad de Wembley fue disminuyendo con el paso de las décadas y tras tener que alojar a todos los espectadores senta- dos y cumplir con las normas de seguridad el aforo se estableció definitiva- mente en 82.000 butacas.

En grandes competiciones internacionales Wembley empezó su leyenda en el año 1948. En los Juegos Olímpicos de Londres se disputaron cuatro due- los, los dos de semifinales, el de la lucha por el bronce y la final que se llevó la Suecia de Gren y Nordahl al doblegar a Yugoslavia. 18 años más tarde en el único Mundial celebrado en suelo británico acogió un total de nueve encuen- tros: cinco del grupo 1 en el que estaban encuadrados Inglaterra, Uruguay, México y Francia, los cuartos entre los pross y Argentina, las semis con los 58

Índice Revista#20 PerarnauClub anfitriones y Portugal y la final donde el cuadro dirigido por Sir Alf Ramsey se proclamó campeón del mundo ante la Alemania de Beckenbauer. Por último, en 1996 en la Eurocopa de Naciones el estadio capitalino albergó seis cho- ques: los tres de Inglaterra en la fase de grupos ante Suiza, Escocia y Países Bajos, los cuartos donde los penaltis dieron el pase a los inventores del fút- bol, las semis en las que un fallo de Southgate permitió el acceso a la final a Alemania y el partido por el título que decidió el teutón Bierhoff con un gol de oro en la prórroga.

También fue el campo elegido para la final de la Copa de Europa, y en su interior levantaron el título el Milan en 1963, el Manchester United en 1968, el Ajax en 1971, el Liverpool en 1978 y el F.C. Barcelona en 1992.

Además, también fue el campo elegido para la final de la Copa de Europa, y en su interior levantaron el título el Milan en 1963, el Manchester United en 1968, el Ajax en 1971, el Liverpool en 1978 y el F.C. Barcelona en 1992. No fue el único torneo continental que optó por finales allí, puesto que la Recopa lo utilizó en dos oportunidades con un grato significado para el West Ham de Moore, Peters y Hurst o el Parma de Brolin, Benarrivo y que se proclamaron vencedores.

En su propio país lo habitual era que el último partido de la FA Cup se jugase sobre el tapete de Wembley. En total fueron 72 finales (sin contar los replay) desde 1923 al 2000 con la única salvedad de los años en que no hubo tor- neo por la II Guerra Mundial (de 1940 a 1945), siendo de las más recordadas la ya mencionada del “caballo blanco” en 1923; la que tuvo lugar en 1927, cuando el Cardiff fue el primer equipo no inglés en alzar el título; la de 1931 con un ganador de la Second Division, el West Brom; la “final de Matthews” en 1953 con el extremo destrozando a la defensa del Bolton; la sorprenden- te derrota del Leeds de ante el Sunderland de la categoría de plata en 1973; la de 1988 con el Wimbledon venciendo al Liverpool o la de 1995 en que el Everton tuvo como héroes a Rideout y el arquero Southall frente al Manchester United.

Para la selección inglesa fue su estadio nacional y allí gestaron enormes triunfos que pasaron a la historia de los pross. Partidos memorables del British Home Championship, en su mayoría contra la “Tartan Army” que les proporcionó el triunfo en el torneo en 1930 tras una goleada por 5-2; en 1955 en una gloriosa tarde de Dennis Wilshaw y Nat Lofthouse; dos años más tarde gracias a una diana del malogrado Duncan Edwards; en 1969 con sendos dobletes de Peters y Hurst; en 1975 tras aplastarles por 5-1; o en la última edición del Campeonato en 1985 al ganar por 2-0. O cho- ques fantásticos en los que doblegaron a importantes conjuntos, como por ejemplo Argentina en 1951 y 1980, Brasil en 1956 por 4-2, a sus vecinos escoceses por 9-3 en 1961, Francia en 1969, Italia en 1977, Países Ba- jos en 1996 o Portugal en 1998.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Pero no todo fueron alegrías, en Wembley los locales también sufrieron de- cepciones y derrotas muy duras. Una de ellas fue la cosechada ante Hungría en 1953 por 3-6 en uno de los duelos más famosos de la historia del balom- pié. Además, también entraron en la leyenda negra los partidos perdidos ante Escocia en 1928 y 1967, Irlanda del Norte en 1957, Alemania Occidental en 1972, Brasil en 1981 y 1995 y Francia en 1999 o el empate a uno frente a Polonia que evitó el pase al Mundial de Alemania de 1974.

Si el primer partido en que Inglaterra visitó Wembley fue el 12 de abril de 1924 para enfrentarse a Escocia en el Campeonato Británico, el último tuvo lugar contra Alemania en un duelo de clasificación para el Mundial de Japón y Corea del Sur el día 7 de octubre de 2000. Un bagaje histórico de 223 en- cuentros y los mejores futbolistas ingleses como Dean, Matthews, Charlton, Keegan, Lineker, Gascoigne o Rooney brillando con luz propia y protagoni- zando goles y jugadas para el recuerdo.

Aunque no tuvo un equipo que regularmente dispusiera de sus instalaciones para jugar partidos, tanto Arsenal como Leyton Orient ejercieron de local en alguna ocasión. Los gunner disputaron sus encuentros de Champions Lea- gue allí en la temporada 1998-99 y 1999-2000 llegando a derrotar al AIK y el Panathinaikos. Mientras que el cuadro encarnado lo utilizó para diez cho- ques entre los años 1930 y 1931.

Incluso la FIFA en unos partidos donde un combinado de grandes jugadores mundiales se veía las caras con Inglaterra escogió Wembley en 1953 en el 90 aniversario de la Federación Inglesa y en 1963 con motivo del centenario de dicho estamento. En esos choques, los aficionados pudieron deleitarse entre otros con nombres de la talla de Kubala, Boniperti, Ocwirk, Yashin, Ma- sopust, Gento, Di Stéfano, Kopa o Djalma Santos.

En cuanto a otros deportes o diferentes acontecimientos hay que destacar el atletismo en los Juegos del 48 con Blankers-Koen y Zátopek como figu- 60

Índice Revista#20 PerarnauClub ras, partidos de hockey sobre hierba, rugby, fútbol americano, competicio- nes ecuestres o carreras de galgos y la celebración de conciertos de música. Grupos o artistas como Celine Dion, Tina Turner, Madonna, Oasis, Queen, The Who, Pink Floy, las Spice Girls, The Bee Gees, U2, Bruce Springsteen, Bon Jovi o Elton John llenaron el estadio y firmaron actuaciones que perma- necen en la memoria de todos los asistentes.

Con la llegada del nuevo siglo se aprobó la demolición del extraordinario templo londinense. El último partido correspondió a la Charity Shield del año 2000 en la que el Chelsea se impuso por 2-0 al Manchester United el 13 de agosto. En octubre el estadio cerró para siempre sus puertas y dos años más tarde se completaron las obras de aniquilación del recinto.

En 2003 se llevó a cabo el proceso de reurbanización del terreno para co- menzar la construcción del actual Wembley, que se levantó sobre las cenizas del antiguo. Del viejo campo se decidió guardar parte de una de las torres gemelas que actualmente figura como monumento en un parque de la zona norte de Overton Close.

DELLE ALPI

El estadio turinés apenas llegó a la mayoría de edad al estar en pie durante 19 años. En ese periodo de tiempo fue criticado por ser un campo frío, des- angelado, de mala visibilidad y por su situación alejado del centro. Los dos equipos de la ciudad, Juventus y Torino, convivieron en Delle Alpi mezclando sensaciones positivas con otras más amargas.

El Ayuntamiento de Turín a finales de los años 80 aprobó la construcción de un nuevo recinto para que jugasen allí los dos clubes más importantes y además fuese sede del Mundial de Italia en 1990. El proyecto se encargó al Estudio 61

Índice Revista#20 PerarnauClub Hutter y en apenas dos años fue levantado. La Juventus y el Torino abandona- ron el Comunale y un combinado de ambos equipos fue el encargado de inau- gurar el coliseo con un amistoso frente al Oporto el 31 de mayo de 1990.

La distancia al terreno de juego, las vallas que impedían la visión a las primeras filas, la cercanía a los Alpes y la habitual niebla en invierno eran demasiados impedimentos para que la gente se trasladara fuera de la ciudad a presenciar un partido. Como récord para olvidar figura en los anales un encuentro de Copa entre Juventus y Sampdoria en el que la asistencia fue de 237 almas.

Con una capacidad para 69.000 personas las normas de seguridad rápida- mente bajaron el aforo a 67.229 espectadores. Sin embargo, el estadio casi nunca se llenaba (únicamente lo hizo en un choque ante el Real Madrid en 1996) y habitualmente en partidos de Liga de ambos conjuntos la media era de 30.000 o 40.000 hinchas. La distancia al terreno de juego, las vallas que impedían la visión a las primeras filas, la cercanía a los Alpes y la habitual niebla en invierno eran demasiados impedimentos para que la gente se tras- ladara fuera de la ciudad a presenciar un partido. Como récord para olvidar figura en los anales un encuentro de Copa entre Juventus y Sampdoria en el que la asistencia fue de 237 almas.

La elección del nombre del estadio tuvo mucho debate y aunque se barajaron , Gigi Meroni, o finalmente se dio una lista de cinco nombres a los ciudadanos de Turín que selecciona- ron Delle Alpi. El recinto tenía tres niveles, la zona baja, el segundo anillo y la parte alta. Dividido en cuatro áreas, que tenían el nombre de Scirea, don- de había 15.000 asientos y se sentaban los hinchas más entusiastas de la Juventus, la Curva Maratona para otras 15.000 personas con los ultras del 62

Índice Revista#20 PerarnauClub equipo bianconeri, la Tribuna este donde se encontraban en buena parte so- cios del club y en una zona acotada los hinchas visitantes, y la Tribuna oeste, la parte más prestigiosa y cara que también daba cobijo a la prensa y los medios de comunicación.

Ejemplo de arquitectura modernista, Delle Alpi era una fantástica joya. Dis- ponía de medidas antisísmicas, tenía una estructura abierta pero techada y un sistema de audio espectacular con un grupo suspendido en el centro del campo y a 40 metros del suelo. Su costo fue creciendo paulatinamente has- ta superar en tres veces lo presupuestado y rozar los 200 millones de euros. Las dimensiones del terreno de juego eran 105x68 metros y estaba ubicado entre la Strada Comunale di Altessano, la Via Druento, el Corso Grosseto y el Corso Gaetano Scirea.

El club bianconeri en sus 16 años de permanencia en Delle Alpi acumuló numerosos éxitos a partir del año 1995. Cinco Scudettos con Marcelo Lippi, Del Piero, Zidane, Nedved, Montero, Deschamps o Buffon de protagonistas y un inmenso respeto en Europa donde conquistaron una Champions y una Copa de la UEFA amén de varias finales en estos torneos. Pese a no ser un estadio caliente en la máxima competición continental algunos equipos como el Real Madrid, Ajax, Manchester United o Mónaco vivieron noches negras en su historia. En sus últimos tiempos allí lograron dos Ligas más que final- mente fueron revocadas por el Calciopoli, un escándalo deportivo de fraudes arbitrales en el que estuvo involucrado el Director General Luciano Moggi y Antonio Giraudo, uno de los administradores.

Por su parte, el Torino tuvo sensaciones contrapuestas. Estrenó el terreno de juego nada más ascender de en 1990 y sólo dos años después llegó a la final de la UEFA tras ganar en su cancha al Boavista, el AEK de Atenas o el Real Madrid. Además, unos meses antes levantó en Delle Alpi una mítica Copa Mitropa venida a menos al doblegar en la final al Pisa, y en 1993 con- siguió la Coppa de Italia en buena medida debido al 3-0 que cosechó en la ida de la final ante la Roma. Pero en 1996 llegó una crisis deportiva cuando descendió de categoría. Durante la siguiente década fue un equipo ascensor que logró volver a en 1999 o 2001, aunque finalmente se despidió del campo en la división de plata del calcio italiano.

En el Mundial, Delle Alpi acogió cinco encuentros, siendo los tres prime- ros correspondientes a la primera fase del grupo C donde se encontraban Brasil, Costa Rica, Escocia y Suecia. La verde-amarela fue local en los tres choques y todos ellos los resolvió con una victoria por la mínima. A conti- nuación también abrió sus puertas en octavos para el partido de los par- tidos, un Brasil-Argentina. El 24 de junio de 1990 el cuadro dirigido por Lazaroni y con futbolistas de la talla de Careca, Jorginho, Dunga o Branco y la albiceleste de Maradona, Ruggeri y Bilardo se enfrentaron en un duelo que ganó Argentina con un tanto de Caniggia. Por último, el templo turinés presenció in situ una de las semifinales, concretamente la que disputaron Alemania e Inglaterra y que resolvió desde los once metros con triunfo ger- mano tras fallos de Pearce y Waddle.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Posteriormente, Italia también jugó un par de partidos amistosos sobre el verde de Delle Alpi. El primero tuvo lugar en 1992 frente a los teutones, que resolvió desde el punto de penalti, y ocho años más tarde retornó para verse las caras con los ingleses. En aquella ocasión también se hizo con la victoria al marcar Gattuso en la segunda parte.

Una de las características del célebre estadio era su pista de atletismo al- rededor del césped, un antojo del presidente de la IAAF, Primo Nebiolo, un hombre muy influyente y que además era natural de Turín. Sin embargo, la ausencia de una pista de calentamiento impidió que se pudiesen desarrollar eventos atléticos de importancia. Sí pudieron celebrarse varios conciertos de importancia en los años en que Delle Alpi estuvo operativo. Por allí pa- saron por ejemplo enormes artistas como Madonna y los Rolling Stones en 1990, Metallica en 1993, U2 en el año 2001 o Police en 2007.

La compra por 25 millones de euros en junio del año 2003 del estadio por parte de la Juventus obligó al Torino a pagar un alquiler por jugar en Delle Alpi hasta 2006, momento en que se trasladaron al estadio Olímpico tras los Juegos de Invierno. El uso en exclusividad del campo y del terreno du- rante 99 años animó a la Vecchia Signora a dar el paso definitivo para re- modelar de forma íntegra el recinto. A finales de 2006 se inició el proceso de demolición de Delle Alpi, que terminó en 2009 para levantar una cancha más acogedora y útil. Se prescindió de la pista de atletismo y muchos de los materiales del templo turinés fueron reutilizados para construir lo que es actualmente el . El honor de jugar allí por última vez le correspondió a la Juve, que se impuso por 2-1 al Palermo en partido de Liga el 7 de mayo de 2006.

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Índice Revista#20 PerarnauClub WANKDORF

Uno de los estadios que ha tenido la fortuna de albergar una final de un Campeonato del Mundo. Dicha final además es histórica en el mundo del balompié por lo que significó a nivel deportivo. También a lo largo de su existencia sobre el césped del Wank- dorfstadion se jugaron una final de la Copa de Europa y otra de la Recopa.

El estadio, ubicado en Berna, vio nacer su leyenda el 18 de octubre de 1925 cuando tras siete meses de obras se inauguró con un torneo amistoso en el que participaron el Old Boys de Basilea, el Servette y el Young Boys, equipo que utilizaría habitualmente sus instalaciones. Mientras que para contemplar el primer choque internacional hubo que esperar al 8 de noviembre, cuando la selección helvética se impuso a por 2-0.

El trabajo fue realizado por los arquitectos Scherler & Berger y en el comple- jo deportivo inicial cabían 22.000 personas en el recinto. La tribuna principal constaba de 1.200 asientos cubiertos y además también se construyeron un campo de entrenamiento anexo y un restaurante, una sala de formación y los vestuarios dentro del coliseo bernés.

En 1930, el Young Boys se proclamó allí campeón de Copa tras derrotar al Aarau en una década en la que el estadio sufriría múltiples cambios. La pri- mera fase de expansión entre 1933 y 1934 trajo un segundo campo de entrenamiento a las afueras del Wankdorf. Dos años más tarde se levanta- ron las famosas dos torres en las esquinas este y oeste (en ella se encon- traba el gran reloj que marcaba el tiempo del partido) y se empezó a traba- jar en dar iluminación al terreno de juego. Por último, la tercera expansión logró una ampliación de la tribuna y los graderíos hasta conseguir un aforo para 42.000 personas.

La adjudicación a Suiza de la Copa del Mundo de 1954 obligó de nuevo a un proceso completo de renovación en la cancha. Los arquitectos W. Haemmig y V. Muzzulini buscaron la fórmula para aumentar la capacidad y lo obtuvieron creando más gradas para aficionados de pie. En total se logró llenar el esta- dio con 56.000 personas en gradas sin asientos y 8.000 con opción a bu- taca, siendo el mayor aforo que jamás tuvo el campo. Para la reinauguración el Young Boys se enfrentó a la selec- ción húngara que sería protagonista del Mundial pocos meses después.

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Índice Revista#20 PerarnauClub En el gran torneo de selecciones el Wankdorf fue sede de un total de cinco choques. Tres de la fase de grupos donde Uruguay se impuso a Checoslova- quia, Alemania Occidental a Turquía e Inglaterra a Suiza. El cuarto partido fue una semifinal que ha pasado a la historia con el nombre de la “Batalla de Berna”: Hungría y Brasil se dieron cita en el Wankdorf para un duelo violen- to, tosco y agresivo en el que los magiares ganaron por 2-0 y donde fueron expulsados Nilton Santos y Humberto, por parte brasileña, y Bozsik, por los húngaros. Allí, una semana más tarde también se decidió al nuevo campeón del mundo. Los húngaros con la mejor generación de su historia sucumbieron por sorpresa ante un equipo alemán perfectamente dirigido por Sepp Her- berger y liderado en el campo por Fritz Walter. Fue el ‘Milagro de Berna’.

El Young Boys, inquilino en el Wankdorf, vivió su mejor época sin duda a finales de los 50, cuando alzó cuatro Ligas de forma consecutiva y se codeó también con los mejores del continente. Ese éxito obligó a colocar de forma habitual el sistema de iluminación para que pudiese disputar partidos de noche. En 1959 en un plantel en el que se encontraban los internacionales Eich, Flückiger, Bi- gler, Schneiter o Eugen Meier, el equipo alcanzó las semifinales de la Copa de Europa ante el . En la ida con un lleno total se doblegó a los galos por la mínima, aunque en el partido de vuelta el conjunto de Albert Bat- teaux logró remontar la eliminatoria y echar a los suizos.

En una noche de infausto recuerdo para los culés, el cuadro lisboeta se hizo con el partido y el título. Los jugadores blaugranas se toparon con los palos cuadrados en cuatro ocasiones en una final conocida como la de los postes.

Dos años más tarde el recinto capitalino fue el elegido para acoger la final de la Copa de Europa. A ella llegaron el Benfica de Eusebio y el F.C. Barcelona de Kubala. En una noche de infausto recuerdo para los culés, el cuadro lis- boeta se hizo con el partido y el título. Los jugadores blaugranas se toparon con los palos cuadrados en cuatro ocasiones en una final conocida como la de los postes. Sin embargo, este regusto amargo para los catalanes pudo ser restituido muchos años después, cuando en el césped del Wankdorf levanta- ron la Recopa de Europa frente a la Sampdoria en 1989.

En las décadas de los 60, los 70 y los 80 apenas hubo reformas y únicamen- te se realizaron pequeñas obras para el mantenimiento de las gradas, las torres y los accesos. Sí se propusieron proyectos a una mayor escala para una reconstrucción parcial, pero todos fracasaron. Se pretendió construir nuevos graderíos para que entrase más gente, crear un pabellón polidepor- tivo con gimnasios y piscina y también cubrir todo el estadio, entre otros as- pectos. En ese periodo el Young Boys dejó de ser un referente en Suiza y únicamente conquistó un Campeonato de Liga. Fue en la campaña 1985-86 cuando entrenaba al club de la capital Aleksander Mandziara y en la plantilla se encontraban Dario Zuffi, Georges Bregy, el sueco Prytz o el danés Lunde.

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Índice Revista#20 PerarnauClub A finales de siglo, concretamente en 1997, un plebiscito en la ciudad aprobó un plan de renovación del distrito de Wankdorf. En él se incluía la demolición del legendario estadio para la edificación de uno nuevo. En 2001 las excavadoras se posaron sobre la hierba para empezar los trabajos que concluyeron con la voladura de las gradas en agosto. Para el recuerdo queda el último partido sobre aquel recinto disputado entre el Young Boys y el Lugano el día 7 de julio.

Uno de los símbolos del campo, el célebre reloj de la marca Longines, no fue destruido, y para dejar un testimonio original de los tiempos gloriosos del es- tadio fue restaurado y trasladado a la Quartiersplatz de la ciudad helvética.

RASUNDA

Mundialmente conocido por ser el estadio donde Pelé se coronó a los 17 años y Brasil conquistó su primera Copa del Mundo tras la debacle del “Ma- racanazo” sufrida ocho años antes. Ubicado en la ciudad sueca de Solna, fue el campo del AIK y del equipo nacional durante 75 años y en ocasiones tam- bién jugó allí el Djurgårdens IF.

La inauguración oficial tuvo lugar el 17 de mayo de 1937 por parte del rey Gustavo V, que en su discurso se equivocó y habló del estreno de un estadio de tenis.

El recinto comenzó a construirse a mediados de los años 30 tras las ruinas del antiguo Rasunda, un campo mucho más pequeño en el que llegaron a ce- lebrarse un par de partidos en los Juegos Olímpicos de Estocolmo de 1912. La inauguración oficial tuvo lugar el 17 de mayo de 1937 por parte del rey Gustavo V, que en su discurso se equivocó y habló del estreno de un estadio de tenis. Minutos más tarde saltaron al campo la selección sueca y la inglesa para un amistoso que concluyó con clara victoria de los pross por 0-4. Sin embargo, un mes antes el AIK ya había estrenado su nuevo templo con un apabullante triunfo frente al Malmö.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Los arquitectos encargados de diseñar el coli- seo fueron Birger Borgström y Sven Ivar Lind, que optaron por dar un aspecto muy británico al estadio. Había cuatro tribunas independientes y diferentes y luego los fondos eran de aspecto idéntico. Además, y para dar más espectacu- laridad al campo los graderíos se encontraban uno justo encima del otro.

Rasunda estaba a las afueras de la ciudad y contaba con un aforo para 40.000 espectado- res y un césped con unas dimensiones de 105x68 metros. Sufrió continuas renovacio- nes para no acusar el paso del tiempo y su mo- mento cumbre llegó en 1958. Suecia organizó el Mundial de fútbol masculino y en su interior se disputaron siete partidos. Los anfitriones ju- garon tres encuentros en los que derrotaron a México y la URSS y empataron con Gales, y también los aficionados pudieron contemplar las semis y la final. Brasil se impuso a Francia en uno de los mejores partidos del torneo, y en la histórica final se encontraron a Suecia. Fue el 28 de junio de 1958 con casi 50.000 personas en las gradas cuando los Pelé, Vavá, Zagallo o Garrincha dieron cuenta de los suecos en un choque fantástico.

Las constantes ampliaciones de aforo en Rasunda llegaron a su máximo es- plendor en 1965, cuando consiguieron alojar a 52.943 personas para un duelo de clasificación para el Mundial de Inglaterra entre Suecia y Alemania Occidental. En las esquinas del campo se pudo aumentar la capacidad con la edificación de nuevas gradas en una época en la que el fútbol se veía de pie. 68

Índice Revista#20 PerarnauClub Posteriormente, y ya en la década de los 80 se tiró la tribuna principal para reemplazarla por una nueva, los extremos del campo quedaron totalmente cubiertos y se levantó un edificio de oficinas entre la tribuna oeste y sur co- nocido por sus famosas cristaleras de espejo. El campo fue reinaugurado el 20 de abril de 1985 con un duelo entre AIK y Örgryte IS que ganaron los primeros por la mínima. Años después y tras ponerse al día con la seguridad, se colocaron asientos (casi 20.000 en la zona alta y 16.300 en la parte baja e intermedia) y la capacidad se estabilizó en 36.600 personas.

El AIK tuvo grandes instantes en Rasunda, pero si hay que destacar cua- tro fueron los protagonizados en 1937, 1983, 1998 y 2009, años en que se logró la Liga. El traslado en mitad de la campaña 1936-37 hizo que se cantase el alirón en casa en un curso en el que doblegaron al IK Sleipner. Casi medio siglo después se logró la Allsvenskan en 1983 en un equipo en el que figuraban entre otros Dahlkvist o los finlandeses Virtanen y Nieminen. Los dos últimos entorchados son relativamente recientes. En 1998, dirigi- dos por el inglés Baxter y con Limpar y Mellberg como máximas figuras, se obtuvo el título tras superar al Helsingborg y el Hammarby. Mientras que en 2009 Rasunda vio a su equipo campeón gracias a las aportaciones del ar- gentino Óbolo, el ugandés Mutumba o los suecos Tjernström y Johansson. Los hinchas de Solna también consiguieron disfrutar viendo a varios de los mejores jugadores suecos de la historia que vistieron los colores del AIK. Por ejemplo, en la década de los 40 pasó por allí Henry Carlsson, en los 50 Len- nart Skoglund, Orvar Bergmark y , en los 60 Roland Grip o en los 70 Sanny Åslund.

Además, la Copa del Mundo de 1958 no fue el único evento futbolístico de importancia que figuró en la historia de Rasunda. En la década de los 90 y en apenas seis años de distancia, allí se celebraron encuentros de la Eurocopa de Naciones, el Mundial femenino y la final de la Recopa de Europa. En 1992 Suecia organizó la Eurocopa y en el coliseo de Solna se jugaron los choques de la fase de grupo de los anfitriones donde firmaron tablas con Francia y ganaron a Inglaterra y Dinamarca, y las semis en donde Alemania se hizo con un puesto en la final tras derrotar el cuadro entrenado por Tommy Svensson. Por su parte, en el Mundial de 1995 únicamente acogió un choque pero fue la final donde 17.000 espectadores vieron alzar el título a Noruega. Por úl- timo, en 1998 la final de la Recopa entre Chelsea y Stuttgart se disputó un 13 de mayo con triunfo blue.

El fin del mítico estadio se inició en 2012 con la construcción del moderno Friends Arena cerca de Rasunda. Ese año cerró sus puertas, no antes de vol- ver a ver un partido entre Suecia y Brasil en el que se llevó la victoria el con- junto dirigido por Mano Menezes. El último choque oficial lo disputó el AIK frente al Nápoles en la Europa League, siendo el charrúa Cavani el jugador que perforó las mallas de Rasunda por última ocasión.

Días más tarde el recinto que durante muchos años también acogió a grupos de música como AC/DC, Van Halen o Queen en 1986 fue abierto para que los aficionados del AIK se despidiesen y pudieran llevarse a casa recuerdos como partes del césped o butacas. La demolición finalizó en 2013 y en la zona actualmente hay bloques de apartamentos. En sus 75 años de vida el 69

Índice Revista#20 PerarnauClub AIK jugó allí más de 1.000 encuentros y fue el estadio de la selección sue- ca en 205 ocasiones. También para la historia queda como el único estadio junto al Rose Bowl en Los Ángeles en organizar sendas finales de Mundial de fútbol masculino y femenino.

HIGHBURY

Uno de los estadios más coquetos y longevos del fútbol inglés. Con el Arse- nal como huésped principal, Highbury se convirtió a lo largo de sus casi 100 años de existencia en uno de los campos más populares y distinguidos del panorama mundial.

En 1910 llegó a la presidencia del Arsenal Henry Norris, que fue el encar- gado de trasladar al equipo al norte de Londres, a unos terrenos que había arrendado en Highbury durante 21 años tras el pago de 20.000£. Para el diseño del campo pensó en el célebre arquitecto Archibald Leitch, en cuyo historial también figura la autoria de los estadios del Liverpool, Celtic o Man- chester United.

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Índice Revista#20 PerarnauClub El terreno tuvo que nivelarse, se levantó una tribuna principal en la parte oriental que daba cabida a 9.000 espectadores y se colocaron gradas en los otros tres lados. El costo ascendió a 125.000£ y después de construirse rápidamente en verano fue inaugurado con un partido de Liga de Segunda División del curso 1913-14. Aún había zonas en obras cuando el Arsenal derrotó a Leicester por 2-1 el 6 de septiembre, siendo el visitante Tommy Benfield el primer jugador en perforar las mallas del campo.

La primera gran renovación del estadio se produjo entre 1932 y 1936 por parte de Claude Ferrier Waterlow. Por entonces el Arsenal ya había comprado el recinto cinco años antes y realizó unas obras que convirtieron a Highbury en una de las canchas más modernas y atractivas del continente. Con un estilo art déco la tribuna principal era la más avanzada del país, con un aforo para 4.000 personas sentadas. Además, se renovaron los fondos donde la gente asistía de pie a los partidos y tras invertir 175.000£ la capacidad to- tal del estadio llegó a los 50.000 espectadores.

También se situaron en el recinto las oficinas del club y el famoso salón de mármol en la entrada principal al campo, donde poco después se colocó el busto en honor a Herbert Chapman. Una de las últimas actualizaciones fue techar la grada norte e instalar en la zona sur el reloj que coronaba el grade- río. En esa época se dio el nombre oficial al coliseo de coin- cidiendo con el cambio de nombre de la estación más próxima de metro, que pasó de Gillespie Road a Arsenal.

Highbury fue un puesto de socorro durante la II Guerra Mundial y sufrió algunos desperfectos por los bombardeos en la ciudad que fueron subsanados en la década de los 50.

El Príncipe de Gales asistió a la reinauguración del campo, cuyas dimensiones eran 100x67m. El 9 de marzo de 1935 el estadio escribió una de las pági- nas de oro de su historia al registrar su récord de asistencia con 73.295 per- sonas para un duelo liguero frente al Sunderland. Posteriormente, Highbury fue un puesto de socorro durante la II Guerra Mundial y sufrió algunos des- perfectos por los bombardeos en la ciudad que fueron subsanados en la dé- cada de los 50.

Con un sistema de iluminación desde 1932, lo que ayudó a ser el primer campo en el que se televisa un partido, la capacidad del estadio fue men- guando con el paso de los años. A finales de los 60 dispone de un límite de 63.000 asientos y en 1988 baja hasta los 57.000. Tras el informe Taylor y la tragedia de Hillsborough, se reduce hasta los 41.000 y con la nueva norma de tener un recinto en el que todos estuvieran sentados el aforo se establece de forma definitiva en 38.500 butacas. Tomó además un estilo muy caracte- rístico cuando se cerró totalmente y las cuatro gradas formaron ángulo rec- to sin tocar las esquinas. Los nombres oficiales de dichas zonas eran North 71

Índice Revista#20 PerarnauClub Bank, donde estaban los seguidores más leales, Clock End con dos sectores para los hinchas visitantes, West Stand para los socios y el East Stand con los aficionados discapacitados. De los últimos detalles que se instalaron en el campo fueron las dos grandes pantallas de televisión ubicadas en los cór- ners sureste y noroeste.

La historia del Arsenal en su estadio, donde llegó a jugar más de 2000 par- tidos con un porcentaje de victorias del 60 %, se inició en la categoría de plata del fútbol inglés. Tras la I Guerra Mundial ascendieron a Primera, y con la llegada del técnico Herbert Chapman en 1925 tuvieron unos años glorio- sos. En la plantilla estaban históricos como Hapgood, David Jack, Male, Alex James o , y pese al fallecimiento del entrenador se lograron cinco Ligas desde 1930 a 1938. A partir de entonces el equipo no mantuvo su nivel y aunque hubo triunfos importantes con , Reg Lewis, Laurie Scott o Jack Kelsey como en 1948 y 1953, hasta 1970 el club no volvió a saborear la gloria. Una Copa de Ferias y un doblete de Liga y Copa en 1971 le situaron entre los mejores del país y el continente antes de sufrir una se- quía de casi 20 años que sólo fue interrumpida con la FA Cup de 1979.

A finales de los 80 el Arsenal recuperó el prestigio perdido gracias al ren- dimiento de futbolistas como Tony Adams, Lee Dixon, David Seaman, Paul Merson o Alan Smith, y en 1994 alzó otro título europeo, la Recopa frente al Parma en Copenhague. La llegada del mister francés Wenger dio aires re- novados a una entidad que desde 1998 vive instalada en la élite europea. El técnico galo con una lista de extraordinarios futbolistas que encabezan Ian Wright, Bergkamp, Vieira, Petit, Overmars, Pires, Henry o Cesc conquistaron tres Ligas y cumplieron con nota en la máxima competición continental que estuvo cerca de conquistar en 2006. Grandes noches europeas en Highbury ante Juventus, Real Madrid, Lazio, Borussia Dortmund o Villareal dieron no- toriedad a un conjunto de fútbol exquisito y estilo preciosista que causó ad- miración en toda Europa.

En el siglo prácticamente que estuvo abierto, Highbury también celebró grandes partidos internacionales de la selección inglesa, tanto encuentros amistosos como oficiales de clasificación para una Copa del Mundo o del Home British Championship, y además fue sede de dos partidos de los Jue- gos Olímpicos en 1948 (GB-Países Bajos y Dinamarca-Italia de cuartos). El primero fue siete años después de su inauguración, cuando Inglaterra cayó ante Gales en un choque del Campeonato Británico, y el último ante Luxem- burgo, en la búsqueda de un billete para el Mundial de Chile. Por el camino fueron derrotadas claramente selecciones como Bélgica en 1923, España en 1931, Hungría en 1936 o Francia en 1947. Sin embargo, si hay un par- tido que se recuerda fue el que se vio en 1934 ante Italia. Los transalpinos, campeones del mundo, visitaron el estadio londinense en un duelo que acabó llamándose “La Batalla de Highbury”. Un partido de choque, fuerza, agresivi- dad y violencia. Varios jugadores de cada equipo sufrieron importantes frac- turas y el fabuloso llegó a declarar que fue el partido más violento que había jugado. Inglaterra con un Eric Brook inspirado se hizo con el triunfo por 3-2.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Otros deportes también tuvieron cabida en el interior de Highbury y allí por ejemplo se jugó al cricket o el béisbol y se celebraron varias veladas de boxeo importantes como la que protagonizaron Muhammad Ali y Henry Cooper en 1966. Además, en los comienzos del coliseo londinense se jugó al rugby y allí se vieron las caras Inglaterra y Australia en una gira de los oceánicos entre 1921 y 1922.

La gran demanda de entradas y el aumento en el número de socios hizo plan- tearse a la directiva gunner a principios del siglo xxi la posibilidad de levan- tar un estadio de mucha más capacidad, dado que los 38.500 asientos de Highbury se hacían muy escasos. La renovación del legendario campo era imposible por la desaprobación del vecindario y la única solución fue trasla- darse a un nuevo recinto. El Arsenal con Henry como capitán saltó por última vez al tapete de Highbury el 7 de mayo de 2006 para un encuentro frente al Wigan en el que el delantero galo firmó un triplete.

En la actualidad hay un complejo residencial de viviendas de lujo con una zona verde y un parque en la ubicación en que se encontraba el césped. Ade- más, se dejó en pie la fachada original del estadio y aún puede leerse el letre- ro de Arsenal Stadium y verse el logo gunner.

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Índice Revista#20 PerarnauClub DA LUZ

Uno de los estadios más impresionantes de Portugal y de Europa en su tiem- po. Fue el coliseo donde el Benfica residió casi medio siglo y en el que com- pletó los mejores años de su larga y prolífica historia.

A mediados de los años 40 el Benfica compró unos terrenos en el barrio de Carnide y construyó un campo de fútbol que pasaría a ser propiedad suya en 1969. El encargado de la idea fue el presidente de la entidad Joaquim Bogal- ho, que pidió la ayuda de los aficionados para sufragar los costes del nuevo recinto. Para ello aumentó la cuota de los socios y con las donaciones y el ofre- cimiento de numerosos aficionados para trabajar en la construcción de Da Luz se logró que se aprobase su plan. Además, todo quedaba en casa puesto que el arquitecto elegido fue João Simões, un antiguo jugador del club.

La primera piedra se colocó el 14 de junio de 1953 y año y medio después se abrieron las puertas por primera vez. El costo total ascendió a 12.037.683 escudos y para la inauguración se eligió al Oporto. En ella estuvo presente el presidente de la República, el general Craveiro Lopes, y los blanquiazules se vengaron de la derrota en el estreno de Das Antas con un triunfo por 1-3.

En ese momento Da Luz daba cobijo a 40.000 personas gracias a sus dos niveles en el anillo. Sin embargo, los éxitos y la demanda de localidades hicie- ron que se realizasen numerosas ampliaciones en las décadas sucesivas. En 1960 con la luz artificial ya funcionando comenzó la edificación de un tercer anillo en uno de los laterales que conseguía meter ya a 70.000 personas en el campo. Y en 1985, con el anillo distribuido y concluido por toda la cancha, se convirtió con 120.000 espectadores en el estadio con más capacidad de Europa y el tercero del planeta. Las normas de seguridad UEFA en los 90 hicieron descender el aforo a las 78.000 localidades tras tener que instalar asientos (todos rojos, el color de la entidad) en todos los graderíos.

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Índice Revista#20 PerarnauClub En la historia quedan como los partidos con más afluencia un choque de Liga frente al Oporto en 1987 con 135.000 hinchas en las gradas, un partido de semifinales de Copa de Europa ante el OM en 1990 con 130.000 almas o la final del Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA cuatro años después, en el que 127.000 compatriotas animaron a su selección.

En la historia quedan como los partidos con más afluencia un choque de Liga frente al Oporto en 1987 con 135.000 hinchas en las gradas, un partido de semifinales de Copa de Europa ante el OM en 1990 con 130.000 almas o la final del Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA cuatro años después, en el que 127.000 compatriotas animaron a su selección. Además, también fue sede de finales europeas como la Recopa en 1992 entre Werder Bremen y Mónaco, la Copa Latina del año 1953 que enfrentó a Stade de Reims y Milán, de la vuelta de la Copa de la UEFA de 1983 donde el Benfica empató con el Anderlecht y se quedó sin poder levantar el título, y de la Copa Inter- continental en 1961 y 1962, cuando peleó por el trofeo con el Peñarol y el Santos respectivamente.

También la selección jugó sobre el césped de Da Luz muchos partidos inter- nacionales. El primero tuvo lugar el 21 de abril de 1971 frente a Escocia en un duelo de clasificación para la Eurocopa del año siguiente, y el último se produjo frente a Estonia el 6 de octubre de 2001 en otro encuentro de cali- ficación para un gran evento, en este caso el Mundial de Japón y Corea del Sur. En total, Portugal se dejó ver en 29 ocasiones por Da Luz, logrando im- portantes triunfos contra Polonia, la URSS o Dinamarca.

Las águilas, por su parte, comple- taron un historial espectacular en los 49 años que residieron en Da Luz. Allí empezó a dar los prime- ros pasos Eusebio, el líder de un equipo que maravilló al panorama futbolístico en los 60. Una gran hegemonía en su país que también tuvo su apogeo en Europa con la obtención del máximo torneo con- tinental en 1961 y 1962. Años en que también deleitaron en Da Luz hombres como Costa Pereira, José Augusto, Coluna, Aguas o Germano y en los que sucumbieron fantásticos conjuntos como el Oporto, el Sporting, Os Belenenses, Vitória de Guimarães o Ujpest Dozsa, Rapid de Viena, Tottenham, Dukla de Praga, Real Madrid o la Juventus en el viejo con- tinente. Todo ello de la mano del histórico técnico magiar Béla Guttmann.

La vieja Catedral, apodo colocado por los aficionados encarnados, fue un se- guro de vida y un auténtico infierno para los equipos que debían disputar allí un partido. El ambiente creado por más de 100.000 personas en las gradas era impresionante, sobre todo a partir de la conclusión del tercer anillo, don- de normalmente se situaban los hinchas más acérrimos de la entidad.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Tras la marcha del mítico delantero mozambiqueño —en 1992 a las afueras de Da Luz se colocó una estatua en su honor— a mediados de los 70 el club continuó conquistando trofeos pero en una menor proporción. En la década de los 80 con otros legendarios futbolistas como Manuel Bento, Diamanti- no, Chalana, Nené, Carlos Manuel o Veloso se alcanzaron cinco Ligas y se estuvo cerca de levantar dos trofeos europeos. Los últimos años en Da Luz fueron de una gran sequía y el último alirón data del curso 1993-94, cuando con Antonio Oliveira en el banquillo se ganó la Liga por delante de sus viejos rivales Oporto y Sporting.

La consecución por parte de la Federación Portuguesa de la Eurocopa de Naciones de 2004 abrió el debate y la necesidad de tener nuevos estadios preparados para esa cita. El antiguo Da Luz debía dar paso a un nuevo coli- seo tras las propuestas rechazadas de una profunda renovación del campo. La asamblea de socios del club en 2001 dio el visto bueno a la construc- ción, y a comienzos del año 2003 el Benfica celebró su último encuentro en el famoso templo capitalino frente al Santa Clara. Entonces, parte de las gradas habían sido demolidas, pero no fue hasta el verano cuando el estadio pasó a mejor vida.

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Índice Revista#20 PerarnauClub BÖKELBERGSTADION

Situado en la ciudad germana de Mönchengladbach, fue la residencia como local de los potros durante 85 años hasta su demolición. En su césped, el Borussia conjugó tiempos de enormes triunfos y victorias con otros de sin- sabores.

La primera idea para construir el estadio surgió hacia 1914. Sin embargo, el estallido de la I Guerra Mundial hizo posponer los planes unos años y no fue hasta 1919 cuando pudo verse la obra terminada. Se inauguró en septiem- bre, el día 21, y en aquel momento se le bautizó con el nombre de Westdeuts- ches Stadion.

En el periodo de entreguerras, el Gladbach logró algún Campeonato Regio- nal de Renania y varias Ligas del distrito, Liga creada por el Comisionado del Reich. El campo se mantuvo intacto hasta que los bombardeos de la II Guerra Mundial le dejaron muchas secuelas. Por ello en 1952 comenzó la primera gran renovación del coliseo teutón. Algunas zonas de la grada tuvieron que reconstruirse por completo y aprovechando la coyuntura se ampliaron para dar capacidad a más gente. En 1954 finalizaron las nuevas tareas, pero sólo seis años más tarde y tras levantar la Copa el conjunto dirigido por Bernd Oles invirtió parte del dinero ganado en construir nuevas tribunas de cemen- to techadas y alcanzar un aforo de 32.000 espectadores, casi todos ellos de pie. Además, fue entonces cuando se empezó a conocer el campo con el nombre de Bökelberg.

En los años posteriores se añadió luz artificial al campo y también se ex- pandió la grada este del campo, se colocó el primer marcador electrónico en 1974 y se renovó totalmente la tribuna principal en el año 1978, logran- do la mayor capacidad histórica del recinto, 34.500 espectadores. Todo ello vino provocado por unos años 70 gloriosos en lo deportivo. En su país tuvo una bonita y dura pugna con el Bayern de Beckenbauer, consiguiendo cinco Ligas (tres de ellas consecutivas) y una Copa. Pero además esa rivali- dad también se trasladó a Europa, donde el Gladbach no tuvo tanta suerte en la máxima competición. Aún así logró alcanzar en dos ocasiones la pres- 77

Índice Revista#20 PerarnauClub tigiosa Copa de la UEFA en 1975 y 1979. Los cul- pables de este magnífico periodo fueron leyendas de la entidad que aún hoy en día son recordados por los viejos aficionados que iban los domingos al Bökelbergstadion; nom- bres de la talla de Net- zer, Bonhof, Heynckes, Simonsen, Vogts, o Udo Lattek.

En Europa visitar el Bökelbergstadion era un terrible dolor de muelas para aquellos equipos que pretendían salir indemnes. Sobre el terreno de juego de los potros sucumbieron, entre otros, fabulosos conjuntos como la Juventus, el Dinamo de Kiev, el Estrella Roja, el Liverpool, el AS Saint-Étienne o el Real Madrid. Pero no siempre lo acaecido en el césped fueron buenas noticias. Uno de los hechos más desagradables se produjo en un choque frente al In- ter el 20 de octubre de 1971. Cuando los alemanes vencían por 2-1 una lata golpeó en la cabeza del italiano Boninsegna. El árbitro no suspendió el cho- que y el Gladbach acabó apabullando a los nerazzurri por 7-1. Sin embargo, y tras la protesta transalpina la UEFA mandó repetir el choque a partir del botellazo en el Olímpico de Berlín.

En los 80 el nivel del equipo bajó aunque tuvo temporadas en las que con- tinuó luchando por la , pero el gran declive se produjo en los 90. En el año 1995 se obtuvo la última Copa de la historia del club hasta la fecha y cuatro años después y tras un curso muy malo se descendió a la categoría de plata, quedando en la última posición con 21 puntos. El as- censo tuvo que esperar dos campañas, pero con la entrada del nuevo siglo regresaron a la primera división del fútbol germano y en la élite pudieron despedirse de su mítico campo. 78

Índice Revista#20 PerarnauClub A mediados de la anterior década fueron ya muchas las voces que pedían la jubilación del Bökelbergstadion para dar paso a un nuevo recinto que estuviese a la altura del siglo XXI.

A mediados de la anterior década fueron ya muchas las voces que pedían la jubilación del Bökelbergstadion para dar paso a un nuevo recinto que estu- viese a la altura del siglo xxi. Al igual que en otras ciudades, los antiguos re- cintos fueron desapareciendo y en 2002 se inició la construcción del actual Borussia-Park. El Borussia jugó su última campaña en el curso 2003-04 y se despidió del campo en un choque frente al TSV 1860 Múnich el día 22 de mayo que acabó con victoria. Mientras que el balón corrió por aquel césped, hubo una última oportunidad con motivo de un partido del filial del Gladbach ante el Bonner SC en mayo de 2005.

La cancha quedó abandonada durante un año en el que las instalaciones se fueron avejentando más hasta que en 2006 un plan de urbanismo optó por derruirlo. Al terminar todo el proceso de demolición se edificaron un conjunto de viviendas que permanecen en la actualidad.

DE MEER STADION

El antiguo y pequeño estadio del Ajax durante más de 60 años. Allí el club capitalino escribió las páginas más grandes de su historia y vivió el periodo dorado de la entidad a principios de los 70, gracias en parte a hombres como Johan Cruyff, Rinus Michels y Stefan Kovacs. 79

Índice Revista#20 PerarnauClub Durante la construcción, el Ajax sufrió penurias económicas y cerca estuvo de tener que cancelar la obra.

Los primeros éxitos del equipo “ajacied” se remontan a los años posteriores a la I Guerra Mundial. Por ello, los dirigentes optaron por la construcción de un nuevo estadio de más capacidad que diera asilo a todos sus aficionados. El proyecto fue encargado a un socio del club y distinguido arquitecto de nombre Daan Rodenburgh. El club adquirió unos terrenos en el barrio de Wa- tergraafsmeer, al sur de la ciudad, y con un presupuesto de 300.000 florines se iniciaron las obras.

Durante la construcción, el Ajax sufrió penurias económicas y cerca estuvo de tener que cancelar la obra. Sin embargo, al final lograron salir adelante y el estadio abrió sus puertas por primera vez el 9 de diciembre de 1934. En un amistoso se enfrentaron Ajax y el Stade Français con un resultado de 5-1 para los neerlandeses. El primer partido oficial tuvo lugar unos meses más tarde, el 24 de febrero de 1935 frente al ADO Den Haag y el primer balón que besó las redes fue obra del visitante Rinus Loof.

En un principio, con una capacidad para 22.000 personas y un tamaño de 105x68 metros, estaba construido en ladrillo con un estilo de la nueva es- cuela de La Haya. En las cuatro esquinas, entre las gradas, se edificaron cua- tro pequeñas casas idénticas y enfrente del campo había dos canchas de entrenamiento, que junto al gimnasio dentro del estadio dotaban al recinto de un aspecto polideportivo. Las tribunas realizadas en madera (con un gran coste de mantenimiento) acomodaban a 4.500 personas cada una, mientras que en los fondos para que la gente viese de pie el fútbol entraban un total de 13.000 personas (6.500 en cada una). En su mayor momento de esplendor se llegaron a juntar 29.500 aficionados en el campo, tiempos en los que ya existía un restaurante dentro de las instalaciones y la cancha se encontraba iluminada por las cuatro torretas de luz artificial que había en cada córner. Las últimas reformas tuvieron que ver con una moderna sala de prensa y lo- calidades VIP en las gradas a finales de los años 80.

La trayectoria del Ajax después de la II Guerra Mundial fue muy irregular has- ta 1966. A partir de entonces dio un giro de 180º tras la llegada a la presi- dencia de Jaap van Praag, el desembarco en el banquillo de Rinus Michels y la aparición de mitos como Cruyff o Neeskens, convirtiéndose en uno de los grandes de Europa. Dominó el fútbol del país a su antojo y esa hegemonía pasó también al continente. Normalmente y para dar cobijo a todas las so- licitudes el Ajax disputaba los partidos frente al Feyenoord y PSV en Liga o 80

Índice Revista#20 PerarnauClub los de Copa de Europa en el estadio Olímpico de la ciudad. Aún así, entre sus noches europeas a recordar De Meer cuenta con un 5-1 frente al Liverpool, un 3-0 ante el Benfica y un 3-0 contra el Celtic en las Copas de Europa de los años 1966, 1968 y 1971 respectivamente, un 3-0 ante el Athletic Club en la UEFA de 1978 y un 4-0 ante el Nápoles en la Copa de Ferias de 1970.

En los 80 y los 90 de la mano de otros extraordinarios futbolistas como Ber- gkamp, Van Basten, Blind, Rijkaard o Van der Sar, el Ajax siguió coleccionan- do Ligas y Copas en los Países Bajos y también trofeos en Europa con la consecución de una Recopa, una Copa de la UEFA y una Champions League en 1995 con Van Gaal como técnico, pocos meses antes de decir adiós a De Meer. Como hecho desagradable también hay que mencionar el lanzamiento de una barra al portero del Austria Viena, Franz Wohlfahrt, en un partido de la Copa de la UEFA del año 1989. A consecuencia de este acto el Ajax fue sancionado a estar dos temporadas sin participar en competiciones euro- peas, aunque finalmente se redujo a una sola campaña.

En los últimos años de vida del le- gendario estadio se cubrieron los fondos, se instalaron butacas, al- gunas de ellas de color rojo en los laterales y el aforo bajó hasta las 19.000 personas para adecuar- se a las nuevas normas de segu- ridad de la UEFA. Pero el campo acusaba el paso del tiempo y la gran demanda de entradas por parte de los socios y aficionados del equipo. Por ello, a principios de los 90 se llegó al acuerdo de levantar un estadio más moderno, amplio y acorde a los tiempos. Se pusieron las primeras piedras en el Ámsterdam Arena y en 1996 la primera plantilla comenzó a jugar sus cho- ques en el colosal estadio. La despedida de su añejo campo tuvo lugar el 26 de abril de 1996 en un encuentro liguero frente al Willem II, siendo el gran protagonista George Finidi, que perforó la red contraria en tres ocasiones.

De Meer fue demolido dos años más tarde para construir una urbanización de viviendas llamada Park De Meer y un parque. En la actualidad lo único que indica que allí estaba la cancha del Ajax es que las calles tienen nombre de otros esta- dios míticos como Wembley o Anfield, los puentes próximos fueron bautizados en honor a históricas figuras del club como Cruyff, Haan, Suurbier o Vasovic y en una plaza hay un dibujo que señala dónde estaba el centro del campo.

Además, la cancha no fue sede únicamente de partidos del Ajax, sino que en sus más de seis décadas de historia tuvo la fortuna de acoger a la selección neerlandesa. En total el combinado nacional jugó cinco partidos y en todos ellos se hizo con el triunfo. En la fase de clasificación para el Mundial de 1974 y México 1986 derrotaron a Islandia y Chipre respectivamente, mien- tras que en la calificación para la Eurocopa de 1988 de nuevo los chipriotas 81

Índice Revista#20 PerarnauClub hincaron la rodilla en De Meer. Los otros dos duelos fueron de carácter amis- toso y en 1984 doblegaron a Dinamarca y en 1992 a Yugoslavia. También dispuso del honor de ser el campo en la final de la Copa en los años 1961, 1967 y 1983, todos con victoria del Ajax.

DAS ANTAS

Uno de los estadios más reconocidos y espectaculares de Portugal. Durante más de medio siglo fue sede del Oporto, que allí realizó muchas conquistas y cantó varios alirones ligueros.

En los años 30 y 40 el Oporto jugaba en el Campo de la Constitución, pero pronto se quedó pequeño. En 1949 el club compró unos terrenos de 48.000 metros de superficie en la zona oriental de la ciudad, en un lugar llamado An- tas. Pronto se colocó la primera piedra y empezó a levantarse el nuevo tem- plo de la entidad. El proyecto lo llevó a cabo el arquitecto Oldemiro Carneiro y vio la luz el 28 de mayo de 1952 con una inauguración en la que estuvo pre- sente el presidente de la República, el general Craveiro Lopes. Oporto y Benfica se vieron las caras en un amistoso que terminó muy mal para los locales, al conseguir la victoria el cuadro benfiquista por un apabu- llante 2-8.

En un principio, el recinto contaba con un aforo para 44.000 personas y una pista de atletismo alrededor del terreno de juego. El campo esta- ba dividido en seis zonas claramen- te diferenciadas, con la parte Supe- rior Norte, Superior Sur y Arquibancada más lejos del césped y los mejores asientos situados en El Poente y la Maratona. Esta última zona no estuvo construida hasta los años 70, cuando se colocó en el lado 82

Índice Revista#20 PerarnauClub opuesto de la tribuna principal, lo que hizo que la capacidad subiese hasta los 65.000 espectadores. Poco a poco el estadio se fue modernizando en otros aspectos y, además de colocarse una pista de ciclismo, se puso la luz artificial en 1962 y se levantó un pabellón deportivo dentro de las instalacio- nes en el que disputaban sus encuentros los equipos de balonmano, balon- cesto y hockey sobre patines.

La eliminación de la pista de atletismo en 1986 sirvió para ganar profundidad en el campo y poder acoger a 95.000 personas, todas de pie, siendo uno de los estadios más grandes de Europa.

Las últimas reformas que se produjeron en la década de los 80 y los 90 tu- vieron que ver con el aforo del coliseo portuense. La eliminación de la pista de atletismo en 1986 sirvió para ganar profundidad en el campo y poder acoger a 95.000 personas, todas de pie, siendo uno de los estadios más grandes de Europa. Sin embargo, pocos años después las estrictas normas de seguridad de la UEFA y la obligación de ver el fútbol sentado hicieron re- ducir el aforo a 55.000 espectadores.

En cuanto al equipo se vivieron formidables etapas sobre el suelo de Das An- tas a finales de los 50, finales de los 70 y sobre todo en la década de los 80 y los 90. El actual presidente, Pinto da Costa, que estuvo en la inauguración del terreno de juego disfrutó de su ídolo, Hernani, y de otros maravillosos jugadores como Jaburú y Pedroto en los 50 y Simões, António Oliveira o Fer- nando Gomes en los 70. En los 80 los Dragões se doctoraron en Europa y el mundo del fútbol con la conquista del triplete formado por la Copa de Euro- pa, la Supercopa europea y la Copa Intercontinental. Das Antas se convirtió en inexpugnable y doblegaron a equipos como el Brondby, el Dinamo de Kiev o el Ajax gracias al fantástico rendimiento de los Futre, Madjer, António Sou- sa, Józef Młynarczyk, João Pinto y Juary.

En la posterior década confirmaron su tiranía en el fútbol luso logrando ocho Campeonatos de Liga y cuatro Taças de Portugal. Como homenaje a Das An- tas también levantaron allí las dos últimas competiciones domésticas que ju- garon como local en las campañas 2002-03 y 2003-04 con José Mourinho en el banquillo y Vitor Baia, Ricardo Carvalho, Maniche o Deco en el plantel, e incluso disputaron varios partidos (Real Madrid, OM y Partizan en la fase de grupos) de la Champions alcanzada en 2004.

La selección portuguesa también utilizó el campo para sus partidos y en 1952 jugó por primera vez ante Austria. También pasaron por allí Inglaterra, España, Alemania, Rumanía, Checoslovaquia, Italia y los Países Bajos, hasta que en 2003 el equipo entrenado por Scolari se despidió para siempre de Das Antas en un choque frente a Brasil. El santuario de Oporto también se usó en numerables ocasiones para otros eventos y conciertos. Sin duda, uno de los más recordados en la ciudad fue el protagonizado por el artista Frank Sinatra en la primavera de 1992. 83

Índice Revista#20 PerarnauClub La llegada del nuevo milenio supuso el principio del fin para el nuevo campo. Portugal iba a organizar la Eurocopa de 2004 y para esa fecha estaría cons- truido el estadio do Dragão, la nueva casa del Oporto. En 2001 tiraron abajo el pabellón polideportivo y por fases se fue haciendo con el resto del estadio a partir de noviembre de 2003. Aún con el nuevo terreno de juego en pie el Oporto disputó ocho encuentros más en Das Antas hasta que llegó la despe- dida frente al Estrela da Amadora el 24 de enero de 2004.

VIEJO GASÓMETRO

Uno de los estadios más famosos y populares de Argentina y Sudamérica desde la primera mitad del siglo xx. Fue durante muchos años el hogar de San Lorenzo de Almagro.

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Índice Revista#20 PerarnauClub

Los dirigentes de la entidad vieron necesario tener un campo propio y en 1915 compraron unos terrenos en Almagro (no existía aún el barrio Boedo), en la Avenida de La Plata al 1700 y entre las calles Inclán y Las Casas. La obra fue bastante costosa y los socios fundadores de la entidad con Scara- musso y Federico Monti al frente tuvieron que buscar dinero y acudir a colec- tas para asegurar la construcción.

Nunca tuvo nombre oficial y debido a su parecido con los depósitos de gas que se utilizaban en ese momento se le conoció como El Gasómetro.

El recinto se inauguró el 7 de mayo de 1916 con un partido entre San Lo- renzo y Estudiantes de La Plata que se llevaron los cuervos por 2-1. Nunca tuvo nombre oficial y debido a su parecido con los depósitos de gas que se utilizaban en ese momento se le conoció como El Gasómetro. San Lorenzo en los primeros años no pudo abordar su compra y lo alquilaba cada vez que tenía un partido fuera, pero esto cambió a partir de 1929.

Fue en ese año cuando con las obras se consiguió elevar la capacidad a 75.000 espectadores. Los sectores Norte y Oeste con sus tribunas daban asilo a 40.000 personas, mientras que con la edificación de la tribuna Sur y el paredón de Avenida de la La Plata se situaban los restantes. Disponía de unas dimensiones de 110x70m y las estrellas del continente pudieron disfrutar de su magnífico césped con la celebración del Campeonato Sud- americano de 1929 y 1937. En la primera edición acogió tres encuentros y allí Argentina se proclamó campeona tras derrotar a Uruguay con tantos de Ferreira y Evaristo. Mientras que en 1937 se disputaron 13 encuentros, destacando el desempate para conocer al vencedor del torneo entre la albi- celeste y Brasil: dos goles del gran delantero Vicente de la Mata en el tiempo extra dieron el trofeo a los anfitriones.

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Índice Revista#20 PerarnauClub En la década de los 30 llegaron los primeros trofeos de la era profesional y San Lorenzo alzó el Campeonato de Primera División en 1933 y la Copa de Honor en 1936. Fueron tiempos en los que jugaban míticas figuras como Arrieta, Diego García, Gabriel Magán, Tarrío o Ricardo Alarcón. Unos años más tarde, concretamente en 1939, para redondear un estadio espléndido se colocaron focos de luz artificial (el primero en Argentina), lo que confirmó al Gasómetro como uno de los mejores terrenos de juego del país.

El estadio se quedaba pequeño para ver a sus ídolos y con el discurrir de las temporadas se fueron incorporando leyendas como Farro, Pontoni o Martino.

Varios equipos europeos como el Chelsea o el Hajduk Split visitaron la cancha en sus giras por Sudamérica y el tirón con los fichajes de Lángara y Zubieta tras la Guerra Civil española abrieron unos años de gloria para San Lorenzo. El estadio se quedaba pequeño para ver a sus ídolos y con el discurrir de las temporadas se fueron incorporando leyendas como Farro, Pontoni o Martino. La famosa expedición del equipo por Europa en 1947 que aún se recuerda en muchos lugares trajo a la entidad numerosos ingresos, siendo algunos de ellos empleados en su excelente estadio. Se construyó un nuevo gimnasio y se dio un toque de chapa y pintura a toda la estructura.

Sin embargo, y a pesar de lograr algún título relevante como el Campeonato de 1959 con Sanfilippo o la aparición posterior de Los Carasucias (Doval, Areán, Casa, Teich y Veira) y Los Matadores (invictos en el Metropolitano de 1968) comenzaron a llegar tiempos difíciles. El campo presentaba zonas modernas como las nuevas torres de iluminación junto a otras desgastadas que acusaban el paso de los años. La economía no permitía lujos y apenas se podían realizar partidas de dinero para renovar partes del estadio. 86

Índice Revista#20 PerarnauClub Ya en los 70 hubo un repunte con los nuevos éxitos del plantel en el que figu- raban Ayala, Heredia, Rezza, Scotta, Olguín o Chazarreta, pero en 1979 el mítico estadio fue historia. El alcalde de Buenos Aires llevó a cabo una reor- denación urbana en la que no tenía cabida el Gasómetro. Se dictó una ley que decía que en los terrenos del campo cuervo se edificarían unas viviendas y tras construirse una sociedad fantasma se expropió el campo a San Lorenzo a cambio de 900.000 dólares.

La última vez que los hinchas de San Lorenzo pudieron ver a su equipo en el Gasómetro tuvo lugar el 2 de diciembre de 1979 en un partido frente a Boca que concluyó sin goles. Las máquinas excavadoras empezaron a realizar su trabajo en 1981 y a pesar de lo estipulado jamás hubo bloques de viviendas en ese lugar.

Tiempo más tarde se instaló un supermercado en la zona y en 2012 tras muchos años de lucha con la alcaldía de Buenos Aires se le devolvieron los terrenos en los que estaba ubicado el estadio. El acuerdo con la cadena Ca- rrefour se produjo en 2014 y el supermercado pasará a estar situado a unos metros de su lugar actual, ya que San Lorenzo tiene la intención de construir un nuevo estadio que estaría listo para 2018. De este modo regresarán a Boedo y los aficionados más jóvenes podrán celebrar los goles de su equipo en el punto exacto donde lo festejaron sus padres y abuelos.

En sus 65 años de vida el campo conocido por muchos como el “Wembley porteño”, también fue sede habitual de conciertos de jazz, actividades en carnaval o fiestas con el tango como protagonista.

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Índice Revista#20 PerarnauClub ESTADIO FILADELFIA

El santuario del mítico Torino de Valentino Mazzola, que pereció en un trágico accidente aéreo en Superga en 1949, y compañía. Los hinchas granatas que iban cada 15 días a Filadelfia presenciaronin situ durante varios años a uno de los mejores equipos del mundo que han existido jamás.

A mediados de los años 20 del pasado siglo el Torino no tenía estadio propio y se vio en la necesidad de construir uno. Para ello el conde Enrico Marone Cinzano, presidente de la entidad, creó la “Sociedad Civil Campo Torino” y con su dinero y el de otros entusiastas del equipo empezaron a levantar el nuevo recinto. El lugar escogido fue un barrio a las afueras de Turín llama- do Filadelfia. Concretamente, se situó entre las calles Via Filadelfia, Tunisi, Giovanni Spano y Giordano Bruno y el coste final de la obra ascendió a 2,5 millones de liras.

El ingeniero al que se le asignó el proyecto era un profesor de la Universidad Politécnica de Turín llamado Miro Gamba, mientras que los trabajos de cons- trucción los llevó a cabo Riccardo Filippa. En un principio había dos enor- mes gradas que daban cobijo a 15.000 espectadores (1.300 en la tribuna, 9.500 en las gradas y 4.000 en el parterre). Los graderíos estaban hechos de hormigón armado, aunque los asientos eran de madera y había algunos detalles en estilo art nouveau.

Alrededor del recinto, de una superficie de 38.000 m2, se situaba un muro exterior de 2,5 metros de altura, la fachada principal era de ladrillo rojo y en la zona anexa al estadio se levantó otro campo para los entrenamientos. El terreno de juego medía 110x70 metros y disponía de un drenaje excelente. Por debajo de él alojaba un total de catorce cuartos, donde se instalaron los vestuarios, la enfermería, la caseta del árbitro y el jardinero o salas para los directivos del club y tomar algún tentempié. Además, se cavó un túnel para que los jugadores pudiesen alcanzar el césped directamente desde los ves- tuarios, algo inusual en aquella época. 88

Índice Revista#20 PerarnauClub La inauguración se produjo el 17 de octubre de 1926 y a ella asistieron el príncipe heredero Umberto II, la princesa María Adelaida y un total de 15.000 personas. El choque enfrentó en un amistoso al Torino y el Fortitudo de Roma y finalizó con clara victoria granata por 4-0. En los prolegómenos además bendijo el campo el Arzobispo de la ciudad, monseñor Giuseppe Gamba.

Los éxitos llegaron con celeridad y en el curso 1926-27 conquistaron el Scudetto gracias en parte a su ataque extraordinario conocido como “Trío Maravillas” y formado por , y Adolfo Baloncieri.

Los éxitos llegaron con celeridad y en el curso 1926-27 conquistaron el Scudetto gracias en parte a su ataque extraordinario conocido como “Trío Maravillas” y formado por Julio Libonatti, Gino Rossetti y Adolfo Baloncieri. Sin embargo, poco después lo logrado en el campo se lo quitaron en los des- pachos, al revocarle el triunfo liguero por un tema de amaños de partidos en el que estaba involucrado el internacional Luigi Allemandi.

En 1928 se colocaron las taquillas para la venta de entradas, y en 1930 se amplió la tribuna principal consiguiendo que entrasen 30.000 personas. Sin embargo, la II Guerra Mundial fue una pesadilla para el recinto granata. El coliseo se vio muy dañado por los bombardeos y entre las zonas más destrui- das se encontraban el césped y los accesos al campo. También fue ocupado por el ejército estadounidense, que lo utilizó para jugar al béisbol en su tiem- po libre, y en 1946 tras terminar el conflicto recibió un buen lavado de cara.

Fue entonces cuando el club turinés vivió su periodo más glorioso. De la mano de un equipo de leyenda que capitaneaba Valentino Mazzola y en el que brillaban Ballarin, Rigamonti, Loik, Menti u Ossola, se obtuvieron cinco 89

Índice Revista#20 PerarnauClub Scudettos consecutivos. Un plantel que figura en la historia del fútbol por su estilo de juego y su competitividad, llegando a firmar un récord en el estadio Filadelfia de 93 partidos seguidos ganando, un total de seis años. En esa cancha también apabullaron a la Unione Alessandria por 10-0 el 2 de mayo de 1948, la mayor goleada hasta la fecha en el calcio italiano.

Pero todo se acabó tras la tragedia de Superga, en la que falleció buena parte de la escuadra y el Torino tuvo que comenzar prácticamente de cero.

Pero todo se acabó tras la tragedia de Superga, en la que falleció buena par- te de la escuadra y el Torino tuvo que comenzar prácticamente de cero. En 1959 con en la presidencia del club se planeó convertir el campo en un espacio público, pero la idea fracasó y el Torino que jugó esa campaña en el Comunale y descendió a la Serie B regresó a casa. Con la mís- tica de su campo y el apoyo de sus incondicionales el equipo retornó a la élite del fútbol italiano, hasta que en 1963 se despidieron oficialmente del esta- dio. Con un Torino-Nápoles el 19 de mayo que acabó en tablas, los granatas pusieron fin a su trayectoria en el célebre campo en Liga, mientras que el adiós en partido oficial fue frente al Vasas el 19 de junio en la Copa Mitropa.

Durante un tiempo el espacio se usó para espectáculos públicos y a partir de 1970 el equipo se entrenó habitualmente en sus instalaciones. Los pro- yectos de renovación y reutilización fracasaron pese a los intentos de los presidentes Orfeo Pianelli, Sergio Rossi o Gian Mauro Borsano, y en 1989 el primer equipo dejó de entrenarse allí cada día. Los equipos de la cantera sí continuaron jugando algunos partidos en el Filadelfia, hasta que en 1994 se cerraron las puertas definitivamente.

La degradación del estadio fue muy rápida y hubo hasta algún colapso en parte de las estructuras. Las excavadoras iniciaron su trabajo en 1997, aunque una de las gradas permaneció en pie junto a una portería, una vieja entrada al campo y los murales que rodean al césped, en los que se puede leer Filadelfia.

En la actualidad y tras muchos años de lucha por parte de la entidad y sus aficionados hay un acuerdo para reconstruir el estadio. El proyecto de la Fundación Estadio Filadelfia fue aprobado por unanimidad y, respetando el antiguo coliseo, los arquitectos Marco Aimetti y Eraldo Martinetto diseñaron un recinto muy moderno y acorde a los tiempos. Habrá dos campos, en los que se podrá entrenar la primera plantilla y uno de ellos, con una tribuna para 4.000 personas, lo utilizará el equipo primavera para sus encuentros. La pri- mera piedra fue colocada el pasado 17 de octubre de 2015 y se espera que en un año concluyan las obras.

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Índice Revista#20 PerarnauClub JOSÉ ALVALADE

El Sporting Club de Portugal tuvo como terreno de juego el Lumiar hasta que en 1956 se inauguró tras año y medio en obras el estadio José Alvalade, firmado por los arquitectos Antonio Augusto Sá da Costa y Anselmo Fernán- dez; este último, tiempo después, entrenador del equipo lisboeta. Conocido así por José Alfredo Holtreman Roquette, uno de los fundadores de la enti- dad en 1906, tenía en principio una capacidad para 60.000 espectadores.

La ceremonia de inauguración tuvo lugar un 10 de junio y además de un lleno a rebosar tuvo la presencia del Presidente de la República, Francisco Cravei- ro Lopes. Se cantó el himno nacional, hubo un espectáculo de color y baile y más de 1.500 atletas desfilaron con el uniforme del Sporting. Después, la primera plantilla del equipo de fútbol reforzada con futbolistas de otros clu- bes lusos se enfrentó al Vasco da Gama brasileño, que se llevó la victoria en un partido amistoso por 2-3.

Situado en la Rua Francisco Stromp, estaba dotado de un terreno de juego de 105x68 metros, pista de atletismo y la posibilidad de que también sirvie- se para el ciclismo. Uno de los primeros avances del campo tuvo que ver con la puesta en marcha de un servicio de iluminación, siendo el primer estadio luso en adquirirlo. Para ello se disputó un encuentro nocturno que tuvo como invitado a una selección húngara repleta de brillantes futbolistas.

Mención aparte merece esa eliminatoria frente a los red devils en la que remontaron en casa el 4-1 cosechado en tierras inglesas. En la vuelta en el José Alvalade y con 30.000 hinchas en las gradas se consiguió un 5-0 histórico ante una escuadra en la que formaban Charlton, Best, Law o Foulkes.

El recinto no llegó a tiempo para la primera Copa de Europa y el Sporting jugó en el estadio Nacional. Sin embargo, los éxitos no tardaron en produ- cirse y en el curso 1957-58 el conjunto capitalino con Travassos y Vasques 91

Índice Revista#20 PerarnauClub como líderes levantó el título de Liga. Meses después allí jugaron en la máxi- ma competición continental frente al Utrecht o el Standard de Lieja, pero el gran triunfo tuvo lugar en otro torneo, la Recopa. En la temporada 1963-64 sorprendieron a propios y extraños con una victoria muy merecida en la que dejaron en el camino al APOEL de Nicosia, el Manchester United, el Olym- pique de Lyon o el MTK en la final. Mención aparte merece esa eliminatoria frente a los red devils en la que remontaron en casa el 4-1 cosechado en tierras inglesas. En la vuelta en el José Alvalade y con 30.000 hinchas en las gradas se consiguió un 5-0 histórico ante una escuadra en la que formaban Charlton, Best, Law o Foulkes.

Por su parte, la selección lusa también utilizó el estadio capitalino en muchas ocasiones para sus partidos internacionales. A lo largo de los 47 años de historia del campo jugó en 19 ocasiones, tanto encuentros amistosos como oficiales. El primero se produjo en 1957 frente a Irlanda del Norte en un cho- que valedero para el Mundial de Suecia del año siguiente. Además, combina- dos como el francés, belga, suizo, italiano, polaco, sueco o austriaco pisaron ese terreno de juego en las décadas posteriores. La despedida del equipo nacional del vetusto Alvalade tuvo lugar el 17 de abril del 2002 con Brasil como adversario.

La gran reforma del templo lisboeta se produjo en 1983 bajo la presidencia de João Rocha. La principal novedad fue cerrar el estadio completamente por la zona lateral que faltaba con un nuevo graderío que hizo aumentar el aforo a 72.000 personas. Además, se construyeron un pabellón polideporti- vo y una piscina, y se aprovecharon las obras para instalar un tartán moderno en la pista de atletismo y desmantelar la zona habilitada para el ciclismo. Ya en los 90 y con las medidas de seguridad impuestas por la UEFA la capaci- dad descendió a 52.000 asientos, tras colocar butacas en todo el recinto.

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Índice Revista#20 PerarnauClub En los últimos años de existencia del campo los aficionados vieron desfilar por el césped a Oceano, Balakov, Figo, Sá Pinto, Simao, Schmeichel o Qua- resma, y en la temporada 2001-02 se alzó la última Liga de la historia en el antiguo José Alvalade. Sólo un año después el coliseo blanquiverde cerró sus puertas para siempre para dar paso al nuevo José Alvalade, que sería uno de los estadios principales de la Eurocopa del año 2004.

Por último, destacar que otra de las principales características del estadio lisboeta fue la de dar cobijo a numerosos artistas que celebraron allí sus conciertos. Principalmente, en la década de los 90 tocaron U2, REM, Bon Jovi, Dire Straits o David Bowie en unos eventos a los que asistieron más de 70.000 personas. Además, y gracias a la pista de atletismo, hubo competi- ciones deportivas, y ahí solía entrenar el equipo del club. En cuanto al ciclis- mo, se realizaron exhibiciones en las que participaron entre otros Louison Bobet o Joaquim Agostinho, y el campo fue final de etapa en varias ocasio- nes de La Vuelta a Portugal.

VOLKSPARK STADION

Edificado en el año 1953, fue la casa de uno de los mejores clubes alemanes de la historia, el Hamburgo. Llamado Volksparkstadion (estadio Parque del Pueblo) por situarse en un parque de similar nombre, empezó a levantarse en 1951 con materiales que provenían de barrios de Hamburgo destruidos por los bombardeos de la II Guerra Mundial.

El terreno de juego tenía 105x68 metros y una capacidad para 76.000 personas, pudiendo además albergar otros deportes diferentes al balompié como por ejemplo el atletismo, dada la existencia de un anillo con pistas alre- dedor del campo. La tribuna principal constaba de dos pisos que albergaban a un total de 20.000 personas, 12.000 de ellas sentadas en bancos de ma- dera y con un techo que les cubría de las inclemencias meteorológicas.

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Índice Revista#20 PerarnauClub El primer partido liguero en el Volksparkstadion fue en la jornada dos, el 31 de agosto frente al Saarbrücken y la estrella del equipo, Uwe Seeler, no faltó a su cita con el gol.

El estadio abrió sus puertas por primera vez el 12 de julio de 1953 y apenas unos meses más tarde la selección teutona jugó allí un encuentro clasifica- torio para el Mundial de Suiza ante Noruega. En 1960 se instalaron focos para tener la capacidad de disputar choques por la noche y el Hamburgo se mudó en 1963, dejando su antiguo estadio de Rothenbaum y coincidiendo con el inicio de la Bundesliga. El primer partido liguero en el Volksparkstadion fue en la jornada dos, el 31 de agosto frente al Saarbrücken y la estrella del equipo, Uwe Seeler, no faltó a su cita con el gol.

Ya en la década de los 70 y tras la confirmación oficial de que Alemania or- ganizaría el Mundial de 1974 se produjo un lavado de cara en el coliseo ham- burgués. Se modernizaron las instalaciones, se construyó una nueva tribuna cubierta con 20.000 asientos y se instaló un marcador electrónico. Con todo ello, la capacidad bajó a 61.200 personas con 28.500 butacas. Fue enton- ces cuando los hinchas más apasionados del HSV comenzaron a situarse en la curva oeste para animar a su equipo.

Durante el Mundial fue sede de tres partidos del grupo uno, en el que se encon- traban Alemania Occidental, la RDA, Chile y Australia. Los aussies jugaron allí frente a las dos selecciones germanas, pero el gran encuentro que tuvo lugar en sus entrañas fue el 22 de junio de 1974 a las 19:30 horas. En ese momen- to, Bransch y Beckenbauer, capitanes de la RDA y la RFA respectivamente, saltaron al campo encabezando a sus equipos para un choque histórico de la Copa del Mundo. 90 minutos después y dejando la política de lado, la RDA se hizo con un sorprendente triunfo gracias al célebre tanto de Sparwasser.

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Índice Revista#20 PerarnauClub El conjunto dirigido por primero y después, y con futbolistas como Kaltz, Magath, Keegan, Hrubesch, Memering o Rolff en el plantel, se proclamó tres veces campeón de la Bundesliga (en 1979, 1982 y 1983).

Una de las mejores épocas del Hamburgo se vivió a finales de la década de los 70 y principios de los 80. El conjunto dirigido por Branko Zebec primero y Ernst Happel después, y con futbolistas como Kaltz, Magath, Keegan, Hrub- esch, Memering o Rolff en el plantel, se proclamó tres veces campeón de la Bundesliga (en 1979, 1982 y 1983). En esos años el Volkspark fue uno de los estadios más difíciles de Europa y allí hincaron la rodilla clubes como el Real Madrid, el Dinamo de Tbilisi, la o el Olympiacos. En 1980 el Hamburgo se quedó a las puertas de coronarse campeón continental, pero lo lograría tres años más tarde tras derrotar a la Juventus en Atenas.

Alemania volvió a organizar un gran torneo internacional en 1988 y el re- cinto de Hamburgo fue sede de un partido de semifinales. El destino quiso que se vieran las caras dos de las selecciones más potentes de Europa por entonces: los Países Bajos y los anfitriones germanos. El Volksparkstadion colgó el “no hay billetes” y 60.000 personas se reunieron para apoyar a su equipo nacional. Sin embargo, y pese a que se adelantaron en el marcador, los neerlandeses remontaron y se llevaron la victoria en un fantástico duelo de poder a poder.

En los 90 el coliseo empezó a dar muestras de antigüedad y cada vez le era más complicado cumplir los requisitos de seguridad impuestos por la UEFA. 95

Índice Revista#20 PerarnauClub Por ello y también por la intención de Alemania de organizar el Mundial de 2006, el Senado de Hamburgo tomó la decisión de construir un campo mo- derno y acorde a los tiempos. El estadio se vendió por la cantidad simbólica de un marco y la demolición se hizo por fases. El nuevo recinto se ubicaría en el mismo lugar, con la única diferencia de que sería rotado 90º para aprove- char mejor la luz del sol. El club hamburgués siguió jugando en ese césped hasta que en agosto del año 2000 abrió oficialmente sus puertas el nuevo Volkspark (conocido ahora como Imtech Arena).

STADIO NAZIONALE PNF

La construcción de este estadio, conocido popularmente como el viejo estadio de Turín y que podía dar asilo a varios deportes, se produjo en el año 1911, con motivo del 50 aniversario de la unificación italiana. El arquitecto elegido para el diseño fue Marcello Piacentini a petición de Luigi Lucchini, el autor de la idea y que era presidente del Instituto Nacional de Educación Física.

Decorado con el clásico estilo romano incluía además enormes estatuas, guirnaldas de bronce y cuatro grandes columnas alineadas.

Ubicado junto a Villa Flaminia, cerca de la colina Parioli y la Piazza del Popo- lo, tenía una gran semejanza con el estadio Olímpico de Atenas. Decorado con el clásico estilo romano incluía además enormes estatuas, guirnaldas de bronce y cuatro grandes columnas alineadas.

Edificado sobre una superficie de 32.000 m2, tenía unas dimensiones de 220 metros de largo y 120 de ancho para poder acoger sobre todo competi- 96

Índice Revista#20 PerarnauClub ciones de atletismo. Había dos gradas conectadas por un semicírculo, estan- do una de ellas abierta. Sin embargo, la Gran Guerra hizo que el proyecto no fuese acabado y en 1927 se procedió a la renovación del estadio.

Se restauraron varias zonas dañadas, se levantó una tribuna de hormigón para 7.000 personas, se construyeron una piscina al aire libre, un gimnasio y un hotel de tres plantas con capacidad para 600 personas y el campo de fútbol cumplió las medidas requeridas con 105x68 m. Todo ello rodeado por una pista de atletismo convertible en velódromo de cuatro carriles (cinco en la recta). La capacidad ascendía a más de 40.000 personas y el nombre a partir de entonces fue el de Estadio del Partido Nazional Fascista por inicia- tiva de Augusto Turati.

La inauguración tuvo lugar el 25 de marzo de 1928 con un encuentro amis- toso entre Italia y Hungría en el que venció la azzurra por 4-3, con dos goles de Leopoldo Conti, uno de Libonatti y otro de Gino Rossetti. Poco tiempo después el Lazio en fútbol y el Rugby Roma en el deporte del balón ovalado empezaron a disputar sus partidos allí como locales. Además, la selección transalpina lo usó como sede de muchos choques internacionales y allí se vieron las caras con Austria, Suiza, Escocia o Inglaterra.

La adjudicación del segundo Mundial de fútbol a Italia para el año 1934 pro- vocó nuevos cambios en el coliseo capitalino. En el lugar donde se encon- traba la piscina se edificó una grada y en la zona de la recta de atletismo se aumentó un poco más la capacidad, consiguiendo un aforo para 47.300 es- pectadores. La escuadra azzurra debutó allí y en octavos de final se deshizo de Estados Unidos con suma facilidad. Durante el resto del torneo se juga- ron sólo dos partidos más allí, aunque uno fue una semifinal y el otro la gran final. El partido de semifinales lo disputaron Checoslovaquia y Alemania con 15.000 asistentes en las gradas y en el duelo por el título Italia se impuso a los centroeuropeos en el tiempo extra.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Para la historia queda cómo jugadores de la talla de Combi, Monti, Meazza, Orsi o Schiavio dirigidos por Vittorio Pozzo se proclamaron campeones del mundo sobre el césped del mítico estadio.

Para la historia queda cómo jugadores de la talla de Combi, Monti, Meazza, Orsi o Schiavio dirigidos por Vittorio Pozzo se proclamaron campeones del mundo sobre el césped del mítico estadio. Un lustro más tarde y con Europa sumida en plena II Guerra Mundial, la Roma se trasladó también al campo para actuar como local en sus partidos, logrando allí su primer título liguero en el curso 1941-42 con como gran figura.

Ya en la década de los 50 el recinto quedó anticuado y los dos grandes equi- pos de la ciudad emprendieron su traslado al estadio Olímpico de Roma. Por entonces y tras la caída del fascismo en Italia el campo llevaba el nombre de Estadio Nacional, pese a que tras la desgracia del Torino en Superga muchas voces optaron por bautizarlo como Estadio Torino.

Finalmente en 1957 y tras casi medio siglo de historia donde, además de jugarse al fútbol y al rugby y organizarse carreras de atletismo, se vieron veladas de boxeo y competiciones de natación, el estadio fue demolido. En su lugar se levantó dos años después el estadio Flaminio, recinto donde la selección de rugby italiana ejerce como local.

POCITOS

Cancha que estuvo situada en Mon- tevideo y muy célebre porque allí se jugó el primer partido de la historia de la Copa del Mundo el 13 de julio de 1930 a las 15:00 horas. En ese choque se vieron las caras Francia y México y a los 19 minutos se estre- nó el marcador mundialista con un tanto del galo Lucien Laurent, que batió de volea al guardameta azte- ca Bonfiglio.

Ubicada entre las actuales calles de Coronel Alegre, Charrúa Silvestre Blan- co y Avenida Soca del barrio de la capital conocido como Pocitos, este esta- dio cobró vida el 6 de noviembre de 1921. Las desavenencias entre Nacional y Peñarol impidieron un duelo entre los dos grandes y para la inauguración finalmente jugaron los carboneros frente al River Plate argentino con un re- sultado de empate a uno.

El terreno de juego bautizado así por la antigua estación de tranvía que se erigía en esa zona tenía unas dimensiones de 109x73 metros y un aforo para 98

Índice Revista#20 PerarnauClub 10.000 personas. Las tribunas estaban hechas en madera y la zona del pal- co estaba en el córner Sur, con un pequeño techo en lo alto y con los ves- tuarios y el cuarto para los árbitros bajo su estructura. Únicamente existía un acceso por la calle Gabriel Pereyra con el puesto para adquirir la entrada rodeada de una gran arboleda y coronada con un portón traído del campo de Las Acacias (antiguo campo del club capitalino).

El cuadro manya disputó sus encuentros como local tras la inauguración y durante los 12 años posteriores. Tiempos en los que corrieron por aquel pasto el maestro Piendibene, Juan Anselmo, Álvaro Gestido, Lorenzo Fer- nández o Carlos Riolfo. Momentos en los que Peñarol se hace con los títu- los nacionales en 1921, 1928, 1929 y 1932, se mantiene invicto en los clásicos frente a Nacional o fomenta la leyenda de que ganaba los parti- dos en los últimos momentos gracias a su inconfundible garra y el apoyo de su hinchada.

La marcha del conjunto aurinegro tras la completa construcción del esta- dio Centenario en 1933 asestó un duro golpe al recinto de Pocitos, que años después dejó de existir. Poco a poco, además, fue cre- ciendo urbanísticamente y con la llegada de la década de los 40 la cancha empezó a ser demolida. En 1946 ya no quedaba ni una pista de que allí había existido un estadio de fútbol tras la edificación de numerosas vi- viendas para la clase media.

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Índice Revista#20 PerarnauClub En la actualidad y tras arduas investigaciones del arquitecto Héctor Enrique Benech, se conoce la situación donde se encontraba la cancha y como ho- menaje hay ubicado un arco que conmemora el primer gol en un Mundial de fútbol y una escultura justo en la zona en la que estaba pintada la línea del mediocampo (ambas realizadas por Eduardo di Mauro).

Alberto Cosín @albertocosin

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Índice Revista#20 PerarnauClub Ilustración: Marc Vicens

ÚNICO E IRREPETIBLE

Fernando Murciego

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Índice Revista#20 PerarnauClub oger Federer. Para los amantes de la raqueta, escuchar estas doce le- tras es sintonizar con el propio sonido del tenis. Es encontrar auxilio en Rla búsqueda de un concepto indefinible. Dar respuesta a una pregunta hueca, sin solución. Cuando la Revista me propuso escribir un artículo so- bre el suizo se me dispararon los niveles de adrenalina, parecía una de esas piezas que se escribían sin esfuerzo, que salen solas simplemente porque tratas de algo tan universal y popular como es el mejor tenista de todos los tiempos. O así lo entiendo yo. Pero luego me paré a pensar y vi que, allí donde vislumbraba facilidad, se hallaba todo lo contrario. “Un retrato potente, ver- daderamente extenso, una especie de medio libro”.

Estas eran las pautas que requería el escrito, un auténtico reto para alguien que lleva eclipsado con el helvético casi desde que tiene uso de razón. ¿Cómo contar algo distinto acerca de él? ¿Cómo enfocarlo de manera diferente? Retratar a una leyenda, todavía en activo, para que todo el mundo sea consciente de quién es, qué ha hecho (y sigue haciendo) y demostrar por qué será recordado para el resto de los tiempos. Ésta última idea me eclipsó: "¿Por qué será recordado para el resto de los tiempos?". ¿Por qué él y no otro? Algo debe de tener Roger Federer en su ADN que lo hace especial, que le hace único e irrepetible. Quizá su tenis, su personalidad, sus palabras, o quizá todo su conjunto proyecte ese aura casi ficticia de un privilegiado llamado a hacer historia. El desafío es mayúsculo, pero el sujeto bien merece un esfuerzo periodístico de la talla de su talento.

UN PROYECTO NADA FÁCIL

Para situarnos, hay que viajar a Basilea hace exactamente 34 años y cuatro meses. Es ocho de agosto de 1981, sábado, y a las 08:30h de la mañana nace un niño fruto de la relación entre un suizo (Robert) y una sudafricana (Ly- nette) que desde bien pequeño se aficiona a todos los deportes que va des- cubriendo. “Teníamos siempre una pelota, y si se la pasábamos la devolvía enseguida, mientras que los otros niños la lanzaban en múltiples direccio- nes”, relata su madre, dejando ver que su amor por el tenis, o por intercambiar objetos mediante un drive de película, ya iba brotando en su interior. Aunque como siempre, la amenaza del fútbol estuvo latente hasta el último momen- to, un hobby que finalmente quedó aparcado en un segundo plano. “Roger tenía que hacer deporte, si no se movía, se ponía insoportable”, afirma Lynet- te, quien también fue entrenadora de tenis en sus días mozos, al igual que Robert. Éste incluso llego a competir aunque nunca a nivel profesional. Pese a que el talento era una evidencia con la adolescencia ya a medio camino, su progenitor no estaba dispuesto a estar toda una vida invirtiendo dinero en una promesa que acabara ahogándose en la orilla. “No voy a financiarte has- ta los 30 años para que vagues en torno al puesto 300 del ránking”. Pobre inocente, no sabía lo que le esperaba por delante.

Mientras tanto, el joven pupilo se fijaba metas que cualquier otro niño que- rría abordar: “Uno siempre sueña con ser futbolista y hacer el gol del año de chilena en la final de un Mundial”, expresaba el muchacho. “O también con una victoria en la final de Wimbledon, arrodillándose sobre el césped, como todos tus ídolos hicieron”. No iba desencaminado. 102

Índice Revista#20 PerarnauClub “Era como un salvaje. Tras el final del segundo set, en las pantallas del estadio mostraron cómo nos enfadábamos durante el partido. Primero él, luego yo, luego él y de nuevo yo. Mientras veía aquello solamente pensaba en que tal esperpento no podía volver a ocurrir”.

Pero aquel proyecto de estrella no iba a ser algo tan fácil. Había talento, por supuesto, y había mimbres para convertir ese caldo primitivo en una escalera sin techo hasta el cielo. La criatura iba madurando y, aunque llevaba una vida diferente a la de los demás niños, la etapa de la adolescencia no la pudo evi- tar. Y con ella, los conflictos. Hubo tardes de desgana, alguna bronca que otra con sus padres, los primeros éxitos como junior y también los primeros desencantos. Los primeros puntos ATP, las primeras victorias, con sus co- rrespondientes derrotas y algún capítulo excéntrico del que poca gente se acuerda ahora. Paul Dorochenko, el que fuera su preparador físico cuando el suizo apenas contaba con 18 primaveras, relata que era una persona con mucho carácter y que, además, sufría de hiperactividad. Aunque por delante de todo subraya lo buena gente que era y todavía es. “Una de las claves de su cambio de personalidad fue encontrar a Mirka -su futura mujer- y las tre- mendas cantidades de dinero que las marcas le pusieron sobre la mesa”, ma- nifiesta el técnico francés. Alguno de esos puntos de inflexión, por no decir el más recordado, que enterraron al Roger problemático por el Roger apacible fue su capítulo en Roma 2001 junto a Marat Safin, donde el propio suizo acabó avergonzado por su actitud en pista cuando las cosas no salían bien. “Era como un salvaje. Tras el final del segundo set, en las pantallas del esta- dio mostraron cómo nos enfadábamos durante el partido. Primero él, luego yo, luego él y de nuevo yo. Mientras veía aquello solamente pensaba en que tal esperpento no podía volver a ocurrir”.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Meses antes de aquel episodio oscuro, Federer había probado en primera persona el sabor de la frustración. Fue en el año 2000, en el torneo de Mar- sella, ciudad donde disputó su primera final como profesional. Solamente llevaba un par de calendarios en el gran circuito, codeándose ya entre los grandes, y fue en la cubierta francesa donde Roger descubriría que en este deporte no siempre se podía ganar. “Estoy muy nervioso por encontrarme en esta primera final, me he puesto la meta esta temporada de ganar un título y estoy ante una buena oportunidad”, comentaba el helvético horas antes de la gran cita. Cosas del destino, al otro lado de la red se hallaba Marc Rosset, también suizo y espejo en el que mirarse desde sus inicios. Tras el duro va- rapalo de aquella tarde de febrero (2-6, 6-3, 7-6), el hijo de Robert y Lynette acabó completamente roto, convencido de que nunca sería capaz de levan- tar una corona ATP. Tenía 19 años y ese resbalón le vino grande, tanto que esa misma temporada repetiría el fiasco en otra final, esta vez en Basilea, su hogar. Allí el verdugo fue el sueco Thomas Enqvist (6-2, 4-6, 7-6, 1-6, 6-1) un especialista en partidos por el título, con lo que el sabor amargo de la derrota de Marsella renacía en el frío octubre haciendo saltar de nuevo las alarmas del todavía inexperto genio. “Dos de dos”, pensaría Roger. “A este paso mis padres me dejarán de apoyar económicamente si no consigo darle la vuelta a la situación”, reflexionaba el hombre que iba a cerrar aquel curso dentro del top-30. Ni se imaginaba lo mucho que le iba a cambiar la vida en apenas unas semanas.

EL PRIMERO DE 88 TÍTULOS

De nuevo febrero. Temporada 2001. Otra vez bajo cubierta, pero cambiando Francia por Italia. Torneo de Milán. Era la tercera parada del año para un Fe- derer que llegaba con dos derrotas en el bolsillo, ambas ante jugadores ga- los. En Sidney ante Grosjean y en Australia frente a Clément. Aquí, sobre la moqueta transalpina, Julien Boutter (#67) esperaba en el partido definitivo, la tercera oportunidad de su carrera para estrenar su palmarés profesional. 104

Índice Revista#20 PerarnauClub El suizo cabalgaba ya en la posición número 27 del ranking mientras que su rival, ya cerca de la treintena, se situaba lejos de los sesenta primeros. No fue fácil, pero como no podía ser de otra forma, la esperada recompensa se acabó haciendo realidad. “¡Qué alivio!”, confesó Roger a los micrófonos. “Cuando eres un niño siempre sueñas en ganar este primer título y en cómo será. Ha tenido que pasar mucho tiempo para que llegara este momento y, la verdad, espero que de ahora en adelante se me hagan más fácil disputar estas finales”, concluyó tras conquistar la corona en Milán en tres correosos sets (6-4, 6-7, 6-4). Las personas que se encontraban en el estadio vivieron un día histórico, aunque no se darían cuenta hasta muchos años después. La primera conquista del mejor jugador de la historia había acontecido ante sus ojos. Por delante, todavía faltaban 87 títulos más hasta el día que hoy pisa- mos. Y los que quedan por contar.

El verano llamaba a las puertas y Wimbledon aparecía en el calendario. Un escenario inigualable lleno de liturgias y costumbres legendarias, un lugar que Pete Sampras había convertido en el jardín de su casa gobernándolo hasta en siete ocasiones.

En aquel 2001 llegaron más finales, un buen ejercicio de resultados que fue- ron apareciendo, en parte, gracias a la incursión de Peter Lundgren como su nuevo entrenador, el hombre con el que iba conquistar los primeros grandes trofeos y empezaría a allanar un camino de éxitos que nadie cuestionaría en la primera década del nuevo milenio. Aunque para llegar ahí todavía quedaba mucha leña que cortar. Una nueva final, la primera en Rotterdam, volvía cru- zarse en su camino, donde Nicolás Escudé, otro francés (años más tarde se vengaría triturando a los Gasquet, Tsonga, Simon, Monfils…), le obligaba a recoger la bandeja de plata. Pero aquel año la mejor de las noticias no sería un título, ni siquiera una final, sino una victoria que iba a colocar a Federer reluciendo frente a todos los focos internacionales. El verano llamaba a las puertas y Wimbledon aparecía en el calendario. Un escenario inigualable lle- no de liturgias y costumbres legendarias, un lugar que Pete Sampras había convertido en el jardín de su casa gobernándolo hasta en siete ocasiones. Las cuatro últimas, de manera consecutiva.

En cinco mangas y con un "superbreak" -el relato parecía diseñado por Hitckcock-, Roger Federer dejaba el trono de Wimbledon sin su rey (7-6, 5-7, 6-4, 6-7, 7-5) y lloraba al ver cómo su ídolo no saldría campeón esta edición por octava vez en su carrera.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Después de superar la primera semana de competición (ya lo había hecho en Roland Garros donde cayó en cuartos de final ante Álex Corretja), el desafío que aparecía en octavos le provocaba tanto miedo como motivación. Sam- pras versus Federer, el duelo que todo el mundo quería ver, el presente rey contra el futuro príncipe. Puede parecer extraño, incluso injusto, pero aquel sería el único pulso que la vida nos iba a regalar entre estos dos magos. Y en aquella batalla, para más morbo, se iba a cerrar una época gloriosa de dominio estadounidense en el All England Club. En cinco mangas y con un superbreak -el relato parecía diseñado por Hitckcock-, Roger Federer deja- ba el trono de Wimbledon sin su rey (7-6, 5-7, 6-4, 6-7, 7-5) y lloraba al ver cómo su ídolo no saldría campeón esta edición por octava vez en su carrera. Él había tenido la culpa, pero tampoco podría ocupar su vacante, ya que Tim Henman acabaría con él en la siguiente ronda. Igual que meses más tarde lo haría en una nueva final en Basilea, la segunda que perdía de manera con- secutiva ante su público. Once años más tarde, aquel despistado joven de coleta flácida y pubertad incipiente, luciría las mismas copas doradas que su ídolo, víctima en aquella tarde de julio.

2002 fue un año complicado, podemos llamarlo de transición. Seguían llo- viendo las finales y los títulos (el primero en Masters 1000, en Hamburgo ante Safin), aunque los palos más duros llegaron precisamente donde más felicidad había recibido el curso pasado. Pierde la final de Milán, donde de- fendía corona, ante Sanguinetti, pero lo peor estaba por llegar. En Londres, allí donde había sentenciado al heptacampeón del torneo doce meses atrás, se vio superado en primera ronda por un croata que acaba de cumplir la ma- yoría de edad, asestándole un incalculable golpe moral (6-3, 7-6, 6-3). Aquel muchacho se llamaba Mario Ancic y pintaba a futuro número uno, lástima que las enfermedades y las lesiones no le dejaran avanzar.

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Índice Revista#20 PerarnauClub SU PRIMER GRAND SLAM

La final con Phillippoussis tiene tintes de drama pero el suizo la cierra en tres mangas con maestría y serenidad (7-6, 6-2, 7-6). Se tira al pasto, llora, igual que lo hicieron sus ídolos, igual que se imaginó de pequeño.

Federer comienza entonces a deambular sin victorias en sus cuatro próximos torneos hasta que por fin recupera la sonrisa en Viena, alzándose el título. En su primera Copa de Maestros llega a semifinales donde cede ante el lí- der de la clasificación, Lleyton Hewitt. Entonces llega 2003, vol- vemos a empezar, o mejor dicho, empezamos a volver. Roger se reencuentra sí mismo y gana cuatro títulos en la primera mitad del curso. Queda eliminado en Roland Garros en su debut, pero en Wimbledon llegaría la reválida. Su primer Grand Slam iba a ser sobre hierba, en el mismo césped donde había asaltado el reinado de ‘King Pete’. Siete parti- dos, 21 sets a favor y solo uno en contra (contra Fish en tercera ronda). La final con Phillippoussis tiene tintes de drama pero el suizo la cierra en tres mangas con maestría y serenidad (7-6, 6-2, 7-6). Se tira al pasto, llora, igual que lo hicie- ron sus ídolos, igual que se imaginó de pequeño. Su primer título había tardado en llegar. Su primer Slam no pasó de la primera oportunidad. Quién le hubiera dicho a aquel joven ‘pierde-finales’ que iba a salir campeón también de las seis siguientes. Por si fuera poco, esa temporada la cierra capturando su primera Masters Cup, en su segunda participación, y ante Andre Agassi en la final. Roger vivía en una nube, pero lo mejor estaba todavía por llegar.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Domina con mano de hierro el vestuario masculino durante 237 semanas de manera consecutiva, récord todavía vigente en la ATP.

La etapa siguiente es simplemente brutal. Una auténtica barbaridad. Un ejer- cicio de dominación a lo largo del tiempo en el que Federer llega a copar lo más alto del ránking un 2 de febrero de 2004 y ya no lo suelta hasta el verano de 2008. En esa travesía de 2004 a 2007, el suizo disputa 13 finales de Grand Slams de 16 posibles, ganando once, de las cuales solo deja escapar dos Ro- land Garros ante un joven de Manacor que insiste en ocupar su trono. En total, 42 títulos en cuatro años que sitúan a Roger como el jugador más talentoso de todos los tiempos y el que más se acerca a la perfección, aunque digan que no exista. La Era de los Ferrero, Roddick, Hewitt, Safin o Nalbandian acaba sien- do un auténtico paseo militar para el de Basilea, quien domina con mano de hierro el vestuario masculino durante 237 semanas de manera consecutiva, récord todavía vigente en la ATP. Para colmo, todo esto lo logra sin un entrena- dor referente: viaja solo en 2004, prueba con Tony Roche dos temporadas y en 2007 “ficha” a Severin Luthi como acompañante intermitente de aventuras, alguien que ya nunca más saldría de su círculo de confianza. No hay superfi- cie que se le resista ni torneo que no le vea llegando a la final o levantando el trofeo ese domingo, sin embargo, como en todas las películas de Hollywood, siempre acaba apareciendo un antagonista, o en este caso, un segundo prota- gonista que acabaría ocupando el cartel principal.

NADAL, LA KRYPTONITA

El más grande de la historia había encontrado su némesis, su punto débil, su mayor enemigo dentro del terreno de juego y, sin embargo, un gran tipo con el que guardar una buena amistad fuera del tenis.

Su nombre es Rafael Nadal y, sin él, la historia de Roger Federer no hubiera sido la misma. Tanto para bien como para mal. Nacido en Mallorca cinco años después de que lo hiciera el helvético, Rafa trabajó desde pequeño tanto o más que el suizo para llegar a ser número uno. Con unas condiciones para el deporte sensacionales y unos valores ejemplares adquiridos desde la cuna, el español se convirtió en la kryptonita de nuestro héroe, ganándole hasta seis finales de Grand Slam hasta el mismo día que hoy vivimos. Al principio se limitaba a competir contra él -perdónenme la expresión, ya hubiera querido el resto haber podido competir ante este monstruo que salió derrotado en su primer encuentro ante Rafa-, luego subió un escalón superándole con amplia comodidad sobre las canchas de tierra batida, haciendo de Roland Garros un lugar impenetrable para el suizo, hasta que al final la burbuja se acabó ce- 108

Índice Revista#20 PerarnauClub rrando en cualquier parte del globo, en cualquier superficie y en cualquier situación. El más grande de la historia había encontrado su némesis, su pun- to débil, su mayor enemigo dentro del terreno de juego y, sin embargo, un gran tipo con el que guardar una buena amistad fuera del tenis. Bajar del número uno, empezar a perder finales y, sobre todo, verte superado una y otra vez ante el mismo obstáculo supuso un antes y un después en la carrera del genio de Basilea. Supuso una pausa y una doble reflexión para trabajar más duro que nunca y volver más fuerte que antes. Pero antes de este bajón inesperado, toda esta serie de acontecimientos acaban tomando su forma absoluta en lo que muchos llaman “El mejor partido de la historia”.

Después de cinco sets de lucha, varias interrupciones por la lluvia y casi cinco horas de batalla, Rafa Nadal terminó haciendo realidad un sueño del que muchos le habían privado a principios de su carrera vistas sus condiciones sobre la pista.

Hablamos, cómo no, de la final de Wimbledon 2008. Allí donde Federer había reinado en las cinco últimas temporadas y donde Nadal llevaba resbalando en los dos últimos cursos. Y quien dice resbalando dice chocando ante el 109

Índice Revista#20 PerarnauClub suizo en el duelo definitivo. Era un choque de estilos y personalidades cele- brado en el mejor paraje posible. Aquello significaba mucho más que un par- tido, mucho más que un título. Estaba en juego un relevo generacional en el propio palacio del campeón, un testigo que entregar a quien llevaba cuatro años tocando a la puerta para gobernar el circuito. Después de cinco sets de lucha, varias interrupciones por la lluvia y casi cinco horas de batalla, Rafa Nadal terminó haciendo realidad un sueño del que muchos le habían privado a principios de su carrera vistas sus condiciones sobre la pista. Era campeón de Wimbledon (6-4, 6-4, 6-7, 6-7, 9-7), sí, el que solamente sabía pasar bo- las y jugar en polvo de ladrillo había derrocado al pentacampeón en su hogar y ahora se disponía a rematar la jugada en los Juegos Olímpicos de Pekín, donde terminaría de asaltar la parcela más cara de la clasificación, la azotea del ránking.

“Esto me está matando”, sollozó el suizo frente al respetable. Parecía el final del libro, hundido por su falta de resultados y su ausencia de soluciones.

Allí empezó a desmoronarse el castillo de Federer, donde su ánimo y su tenis se cogieron de la mano para escapar de una pesadilla a la que todavía le falta- ba un último revés: la final de Australia 2009. Pista dura, Melbourne, nunca un español había ganado allí y Rafa llegaba tras un partido ante Verdasco que le había dejado para meterlo en la ambulancia y tratarlo durante varios días. Ni con esas. El balear se repuso a base de ilusión y una fortaleza mental ya incuestionable para endosar una última estocada a la confianza del helvético (7-5, 3-6, 7-6, 3-6, 6-2). Roger volvía a perder, esta vez incluso lloraba ante las 15.000 personas de la Rod Laver Arena. “Esto me está matando”, sollozó el suizo frente al respetable. Parecía el final del libro, hundido por su falta de resultados y su ausencia de soluciones. Menos mal que estamos hablando del mejor tenista de la historia.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Un sueco al que Federer le deberá toda la vida un favor eterno. Robin Soderling, un clásico de los cuadros finales que nunca había dado un ruido en las grandes citas, se coló de lleno en la historia de nuestros protagonistas firmando la primera derrota de Rafa Nadal en el segundo "major" de la temporada.

Llega Roland Garros, el Grand Slam maldito del que había salido con la bande- ja de plata en los tres últimos cursos. Siempre detrás del mismo hombre. Era 2009 y todos esperaban la misma final de siempre, los mismos personajes en este relato parisino, pero no, hubo un actor que se coló en el reparto. Un sueco al que Federer le deberá toda la vida un favor eterno. Robin Soderling, un clá- sico de los cuadros finales que nunca había dado un ruido en las grandes citas, se coló de lleno en la historia de nuestros protagonistas firmando la primera derrota de Rafa Nadal en el segundo major de la temporada. Aquella sorpresa le dejaba vía libre al de Basilea para conquistar la corona que le faltaba, la que deshacía por completo el debate del GOAT. Por supuesto, no la desaprovechó. Con el propio Soderling enfrente, manchado de arcilla hasta las rodillas y con lágrimas en los ojos, el suizo celebraba por fin su Grand Slam (6-1, 7-6, 6-4). Tenía 29 años y ya había tocado el cielo en todos los alberos del calendario. Hasta sus más íntimos detractores se alegraban, era como un círculo que to- dos esperábamos que en algún momento se cerrase.

ROGER 2.0

Y fue allí, en París, donde la vida de Roger cambió para siempre de manera fulgurante. Pero aún quedaban páginas que rellenar en esta maravillosa tem- porada. Wimbledon le brindaba la mano para regresar a comandar el ránking por segunda vez, menos de un año después de descender al segundo cajón. Se trataba de un torneo especial, como cada verano, aunque esta vez se su- 111

Índice Revista#20 PerarnauClub maba el hecho de que acababa de ser padre de dos gemelas preciosas y ejercía ya de marido de Mirka desde el pasado mes de abril. ¿Podría un cabe- za de familia seguir rindiendo de manera óptima en su disciplina deportiva? Las malas lenguas decían que no; Federer demostró que sí y, a día de hoy, todavía lo sigue confirmando. Victoria dramática ante Andy Roddick (5-7, 7-6, 7-6, 3-6, 16-14) con Paul Annacone aplaudiendo entre la multitud, el entrenador que había vuelto a sacar petróleo de un yacimiento inagotable. Aquel 2009 acabaría con la cuarta final de Slam de la temporada (perdió en Nueva York ante Del Potro) y una sensación dulce de haber recuperado a un Roger 2.0, mucho más experto y mejorado en algunos aspectos. Pero con la misma hambre e instinto competitivo.

Más sabiduría ante la adversidad, más tranquilidad en situaciones de tensión, más experiencia frente a los desafíos y mejor disposición a la hora de enfrentarse a los problemas. Si por algo Roger Federer se ha mantenido en la brecha hasta los 34 años ha sido por cumplir cada uno de estos requisitos.

La treintena ya era una realidad, ese horizonte donde la historia dice que las piernas ya no reaccionan igual y que el relevo generacional acaba superán- dote por las buenas o por las malas. Aunque claro, siempre hay excepciones que confirman la regla. Es cierto que el nivel de éxitos ha bajado, que el cuer- po ya no está capacitado para rendir al máximo durante tres semanas con- secutivas y que, en las grandes plazas, los pulmones más jóvenes parten con cierta ventaja. En los últimos cinco años (2010-2015), Federer tan solo ha alcanzado seis finales de Grand Slam, que al fin y al cabo son las pruebas por las que medimos las capacidades de un jugador. De esas seis, solo dos ter- 112

Índice Revista#20 PerarnauClub minaron con su nombre serigrafiado en la copa (Australia 2010 y Wimbledon 2012), siendo ésta última la última ocasión en la que vimos al suizo conquis- tar un major y, de paso, ocupar el número uno por tercera vez en su carrera. Mucho ha llovido desde aquella lección de veteranía (4-6, 7-5, 6-3, 6-4) ante un Andy Murray que pensaba que jamás lograría acabar con la maldición de Fred Perry (al curso siguiente le llegaría su recompensa), y que se vengaría semanas después del suizo arrebatándole el oro en los Juegos Olímpicos de Londres (6-2, 6-1, 6-4). La edad es un factor que puede agobiar y apartarte de los focos, pero también puede ser un gran compañero de viaje siempre que se le sepan extraer los componentes positivos. Más sabiduría ante la ad- versidad, más tranquilidad en situaciones de tensión, más experiencia frente a los desafíos y mejor disposición a la hora de enfrentarse a los problemas. Si por algo Roger Federer se ha mantenido en la brecha hasta los 34 años ha sido por cumplir cada uno de estos requisitos, aunque sí, todavía le sigue entrando esa especie de miedo y respeto cuando una gran oportunidad se le presenta en su camino. Supongo que esto será algo genético en todos los grandes campeones. Hasta para alguien acostumbrado a cruzar en ilimita- das ocasiones las puertas del cielo.

DESAFÍO A LAS LEYES DE LA CIENCIA

La última etapa entraña el abismo y el renacimiento del deportista, y luego, de la persona. Primero con un 2013 donde toda la maquinaria matemática del suizo se para debido a una mala programación de la temporada, una le- sión de espalda en el peor momento y una intención milagrosa de recuperar- se sobre la pista que no da resultados. Aquel año, además, regresa el mejor Nadal después de siete meses inactivo para arrasar ante cualquiera que se interponga en su camino. Los periodistas, tan osados como impulsivos, lo dieron por muerto, firmaron su lápida y escribieron bonitas esquelas recor- dando los grandes hits de una trayectoria profesional inolvidable, al alcance de ningún otro. Nadie pensaba que, solamente un año después y tras un pa- rón obligatorio, el campeón de 17 Grand Slams y número uno durante 302 semanas (dos buenos récords grabados en su factura) volvería para tumbar a los mejores, conquistar cinco coronas ATP y pelear con Novak Djokovic por el cetro mundial. La noticia era una exclusiva y las consecuencias iban más allá de los resultados.

Solo entonces el mundo del tenis entendió que a las leyendas jamás se les puede enterrar, que el que tuvo, retuvo y que el caso de Roger Federer se escapaba de cualquier proceso corriente.

Roger había desafiado las leyes de la ciencia y la física, había arrancado cada página que le mandaba rumbo al cementerio cambiándola por amistosos car- teles luminosos de bienvenida. El genio de Basilea navegaba otra vez en los grandes mares y acechaba a los navíos más peligrosos del océano, a base de 113

Índice Revista#20 PerarnauClub un talento infinito, una astucia digna del mejor de los piratas y una estabili- dad emocional y familiar que le hacían moverse sobre la pista con la misma soltura que hace quince años, cuando pintaba sus primeros raquetazos en el tour. Por si fuera poco, Stefan Edberg formaba parte de su tripulación; el te- nista que más le había impresionado de pequeño ahora le dirigía desde la grada. Prácticamente, digamos que era imposible no motivarse ante esta co- yuntura. Solo entonces el mundo del tenis entendió que a las leyendas jamás se les puede enterrar, que el que tuvo, retuvo y que el caso de Roger Federer se escapaba de cualquier proceso corriente.

Tras él vendrá el recuerdo de una figura que fue elegida para marcar un antes y un después en la historia de esta disciplina y que, por suerte para todos, aceptó el mandato.

Y después de varios miles de palabras llegamos al final de esta pieza. Un reco- rrido que apenas refleja el 30 % de la carrera de un tenista irrepetible y un 2 % de un deportista único. Lo que deje Roger Federer el día que se marche será algo más que 90 títulos en una vitrina y algo más que dos décadas de golpes imposibles. Tras él vendrá el recuerdo de una figura que fue elegida para mar- car un antes y un después en la historia de esta disciplina y que, por suerte para todos, aceptó el mandato. Una persona que representó en cada partido la importancia del respeto, la tolerancia, la deportividad, el trabajo y, por supues- to, la genialidad. Tuvo en su mano todos los ingredientes para hacer historia y no desperdició ni uno solo, ni siquiera el del fracaso, ya que la felicidad más grande solo llega después de un momento de debilidad. También Roger pasó por ello, exponiendo su humanidad pese a que al verle jugar no lo parezca.

Roger Federer y el tenis, el tenis y Roger Federer. Dos conceptos que siempre irán de la mano a través del tiempo. 114

Índice Revista#20 PerarnauClub Ahora el suizo camina con 34 años en su mochila, cuatro hijos a sus espal- das, una mujer que le cambió la vida y millones de personas que condicionan sus horarios con tal de verle ganar un partido más, de verle levantar el puño en señal de victoria por enésima vez, de verle hacer lo que más le gusta mien- tras ejecuta lo que más nos gusta a nosotros. A veces pienso si el privilegia- do es él por haber encumbrado al tenis o nosotros por haberlo presenciado. Quédense con la segunda. No vengo a decir nada nuevo, nada que ya no se- páis, pero es importante remarcar este par de ideas en una sola urna. Roger Federer y el tenis, el tenis y Roger Federer. Dos conceptos que siempre irán de la mano a través del tiempo. Su llegada al circuito cambió la historia y su despedida, ojalá que dentro de muchos años, nos cambiará la vida. El tenis seguirá, llegarán otros, saldrán nuevos campeones, pero ya no será lo mis- mo. La huella que deje será tan profunda como positiva, especialmente para quienes le vimos jugar, para quienes le vimos caer y luego le vimos triunfar. Roger va mucho más allá de una victoria, de las estadísticas o del deporte. “Amo lo que hago, para mí el tenis no es un trabajo”, dijo en su día el suizo. Trabajo nos costará a nosotros imaginar tu tenis cuando ya no estés, aunque ese amor que cosechaste mantendrá viva la ilusión de, algún día, volver a deleitarnos con alguien como tú. Aunque sepamos que es imposible.

Fernando Murciego @fermurciego Ilustración: Marc Vicens Fotos: Getty Images

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Índice Revista#20 PerarnauClub Ilustración: Alex Santaló

DIEZ AÑOS DEL KATRINA

Daniel Cana

Vivir en Nueva Orleans, Luisiana, era hasta hace una década sinónimo de convivencia multicultural, de gusto por la música, la buena cocina y el ocio nocturno, de folklore y carnaval pero también de industria y de comercio portuario, del teatro de Tennesse Williams, de las historias de vampiros de Anne Rice y de constante primer plano en las calles del jazz de King Oliver y Louis Armstrong. Con los contrastes de cualquier metrópoli estadounidense, The Crescent City era capaz de arropar a sus ciudadanos manteniéndolos libres de grandes tragedias pese a vivir casi completamente por debajo del nivel del mar. El Estado de los pantanos y de los bosques lluviosos no había sido ajeno a las catástrofes naturales, sobre todo en cuanto a huracanes. Luisiana recibió la visita de Camille, Juan, Andrés y Georges, pero más allá del paso del huracán Betsy, que inundó en 1965 gran parte de Nueva Orleans y dejó cerca de ochenta muertos, la ciudad se había mantenido más o menos segura en la historia reciente. Hasta 2005.

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Índice Revista#18 PerarnauClub KELLY OUBRE JR.

Con apenas nueve años de edad, Kelly Oubre Jr., natural de NOLA, como cual- quier niño de su edad, aterrado ante el televisor, preguntaba a su padre sobre las diferencias entre un huracán y una tormenta normal, o varios porqués del tipo “¿Huracán? ¿Qué es eso? ¿Por qué aquí en nuestra ciudad y en otros sitios no?”. Oubre Sr. disimulaba ante su hijo, pero se preocupaba al ver las noticias y los mapas del tiempo que mostraban lo que se acercaba. Tanto que, pese a vivir en esa casa desde hacía muy poco tiempo, enseguida tomó una decisión que terminó de confundir al chaval: “Recoge tus cosas, nos vamos”.

Trabajo, casa, familia, amigos… Todo quedó atrás mientras avanzaban por la carretera interestatal 10 dirección oeste hacia Houston, a donde llegaron por la mañana. Las noticias ya dejaban pocas dudas: inundaciones, destro- zos, cuerpos flotando en el agua. Era el 29 de agosto de 2005 y el Katrina, que fue calificado con categoría 5, había tocado tierra en la costa sudeste de Luisiana y sus efectos alcanzaban Nueva Orleans. Casi dos mil fallecidos por el impacto directo de uno de los huracanes más mortíferos de la historia de Estados Unidos, más de 135.000 millones de dólares en daños y, sobre todo, la asunción de que todo el sistema de ingeniería civil de una ciudad en pleno siglo xxi no estaba preparado, y que la presupuesta bondad de la con- dición humana se resquebraja cuando los gobiernos quedan sobrepasados y se convierte en algo más parecido al caos o a la anarquía.

Tanto Kelly Oubre Jr. como su padre tuvieron que aprender a convertirse en sobrevivientes. Largos periodos de desempleo, tristes habitaciones de motel o noches en el coche durante un par de meses, dificultades para encontrar escuela, etc.

Como los Oubre, casi 250.000 personas se desplazaron a Houston huyendo de la región del Golfo de México. Pese a que contaron con toda la hospitalidad posible, la cantidad de nuevos habitantes en tan poco espacio de tiempo inevi- tablemente dejó historias de supervivencia como las de esta familia. Tanto Kelly

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Índice Revista#20 PerarnauClub Oubre Jr. como su padre tuvieron que aprender a convertirse en sobrevivientes. Largos periodos de desempleo, tristes habitaciones de motel o noches en el co- che durante un par de meses, dificultades para encontrar escuela, etc.

Tras lograr establecerse en Texas, Oubre Jr. ingresó en el instituto George Bush de Fort Bend, y durante su último año fue transferido al Findlay Prep en Henderson, Nevada,. Finalmente, se matriculó en la Universidad de Kansas para jugar al baloncesto con los Jayhaws. Su año como freshman tuvo altos y bajos. Llegó al campus de Lawrence como un posible sucesor de la estre- lla, Andrew Wiggins, acompañado de una buena reputación baloncestística desde Findlay Prep, esperando convertirse en uno de los proyectos más in- teresantes de cara a dar el salto a la NBA vía draft. Sin embargo, su entre- nador, Bill Self, no estaba excesivamente impresionado con su currículum de secundaria. Self quería más defensa, aprovechando la rapidez en los movi- mientos laterales de Oubre y su potencial capacidad de intimidación. Ni una cosa ni otra; durante sus primeros nueve partidos en Kansas, con promedios de apenas tres puntos, malos porcentajes de tiro y en general pocos minutos y nulo interés de los reclutadores de la NBA. Jugadores que él conocía como Stanley Johnson, Justise Winslow y Emmanuel Mudiay se posicionaban con claridad en los top 10 de todos los rankings pre-draft, mientras él pasaba desapercibido o directamente ignorado.

Pero Oubre no culpó a sus compañeros, ni a su entrenador, ni a nadie. Habló con el coach para saber cómo mejorar y lo consiguió: 11,2 puntos con 45 % de acierto desde ese momento, perfeccionamiento de su ya talentosa me- cánica de tiro para completar una muy buena temporada, logrando algunas distinciones individuales del All Big 12 que culminaron en la elección 15 del NBA Draft 2015 por Atlanta Hawks, para ser traspasado la misma noche del draft a los Washington Wizards. Buena posición, interés de equipos como Boston o Houston y, en general, una fuerte inyección de moral para el juga- dor: “Había muy buenos jugadores en este draft, pero siento que soy uno de los mejores”. Seguramente, es difícil no tener confianza en uno mismo tras superar aquel viaje nocturno huyendo del Katrina y las duras semanas que vinieron después: “Ahora que soy mayor, puedo mirar atrás y es como, ¡wow!, lo manejamos bien. Uno no entiende lo que está sucediendo cuando eres un niño. Pero ahora con perspectiva estoy sorprendido y al tiempo agradecido

La tormenta desgarró a su familia y lo separó de sus amigos pero, de una manera quizá difícil de entender desde fuera, también lo ayudó.

de cómo mi padre nos mantuvo en pie y logró que me sintiera positivo a tra- vés de todo aquello. Mi padre me mostró lo fuerte que era en esa situación. Es por eso que he llegado a donde estoy hoy. Me enfrenté a muchas adversi- dades ya. Puedo conseguir un montón de cosas”.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Sobre su ciudad natal, Oubre no olvida, y sus palabras son similares a las de otros desplazados en 2005: “Viví en Houston mucho tiempo, pero Nueva Orleans es mi hogar, mi corazón, la ciudad que me crió. Desde el mismo día en que nos fuimos pensaba en volver”. De momento, Oubre no ha regresado, ya que acaba de iniciar su carrera en la NBA. Dada su posición en la cancha, base, tendrá mucha competencia en Wizards, con Bradley Beal, Jared Dud- ley o veteranos como Gary Neal. El 31 de octubre ya jugó su primer partido en la Liga, un testimonial minuto en la pista de Milwaukee Bucks, tras una es- timulante Summer League en Las Vegas. Le será difícil entrar este año en la rotación de su equipo, pero el camino ha comenzado y su experiencia vital le hará ser paciente: “Sé que mi oportunidad llegará. No pasa nada si no ocurre de inmediato. Ya pasé por algo así en Kansas. Nunca perdí la fe en mí mismo. Mucha gente dice que debí quedarme otro año en la universidad y que voy a fracasar, pero todo eso lo único que hace es motivarme. Voy a tener mi oportunidad”. Han pasado diez años, pero en retrospectiva Oubre está agra- decido. La tormenta desgarró a su familia y lo separó de sus amigos pero, de una manera quizá difícil de entender desde fuera, también lo ayudó: “Me ha permitido estar donde estoy hoy. Cuando juguemos con los Wizards en NOLA voy a tener que comprar muchas entradas, toda mi familia estará allí”.

PJ BROWN

Quien ya jugaba en 2005 en Nueva Orleans en el equipo NBA, los Hornets, era PJ Brown. Él es el único de aquel grupo que mantiene vínculo con la ciu- dad diez años más tarde. Ningún compañero o entrenador de la época conti- núa relacionado con el equipo o con NOLA. El propietario de entonces está recluido en Tennessee. Incluso el apodo y el logo de la franquicia han cambia- do. El Katrina golpeó el suburbio de Slidell, donde vivían Brown y su familia cuando jugaba en los Hornets y donde vive ahora una vez retirado de la com- 119

Índice Revista#20 PerarnauClub petición. Los días de jugador de PJ terminaron en Boston, en 2008, y con la gloria de contribuir al título de los Celtics aquel año.

“La devastación no se puede definir con palabras, había que estar aquí para verlo por uno mismo”.

Semirretirado a los 38 años mientras ayudaba a su familia a regresar a Nue- va Orleans intentando recuperar la normalidad post-Katrina, Ray Allen lo convenció para terminar allí la temporada. Brown respondió con tiros cru- ciales en los playoffs y una ingente aportación defensiva que mereció los elogios incluso de Kevin Garnett. Descorchado el champán y celebrado el anillo frente a Los Angeles Lakers, PJ no tuvo dudas acerca de su siguiente parada: home sweet home, New Orleans. “Tuve mucha suerte. Muchas vidas cambiaron para siempre. La devastación no se puede definir con palabras, había que estar aquí para verlo por uno mismo. Conducías por la ciudad y todo estaba normal y luego, una semana más tarde, era como estar en el ro- daje de una película de terror, como una pesadilla viviente. La recuperación llevó mucho tiempo y para mucha gente, sobre todo para los que se fueron y nunca regresaron, jamás habrá una recuperación completa”.

La NBA también tuvo suerte. El Katrina convirtió a los Hornets en un equipo nómada durante dos años, y los efectos del huracán dejaron conectadas a tres ciudades para siempre, en términos baloncestísticos: Seattle perdió a los Sonics, Oklahoma City ganó a los Thunder y Nueva Orleans obtuvo un control más estrecho de una franquicia que es ahora más querida que antes.

PJ Brown pronto fue reclutado desde su instituto en Winnfield, Luisiana, para matricularse en LTU (Louisina Tech University), donde conoció a la que sería su esposa, Dee, que jugaba en el equipo femenino. Él era desgarbado y apa- rentemente no podía driblar o tirar a canasta con cierta consistencia. Sí era capaz de rebotear y taponar, lo que le sirvió para ser elegido en segunda ronda 120

Índice Revista#20 PerarnauClub del draft por los New Jersey Nets, cuyo general manager era Willis Reed, tam- bién nativo de Luisiana. Brown permaneció tres temporadas en los Nets y lue- go cuatro en los Heat de Miami. Después fue traspasado a Charlotte, donde fue distinguido en los mejores equipos defensivos del año. Tras dos cursos allí, en 2002 la franquicia fue recolocada en Nueva Orleans. El propietario, George Shinn, fue acusado de secuestro y agresión sexual en Charlotte. Un jurado no lo condenó, pero el juicio y su mala reputación posterior le llevaron a dejar la ciudad y, como consecuencia, supuso el traslado de los Hornets a NOLA. Shinn no ha regresado desde 2002. “Cuando el equipo se trasladó, me sentí como en una nube”, dijo Brown. “Tener la oportunidad de jugar ba- loncesto profesional en tu Estado natal ante tu familia era especial. Y resultó serlo incluso mucho más de lo que yo había imaginado”. Después de llegar dos temporadas a playoffs, el nivel del equipo disminuyó y la asistencia de público se resintió. Pero Brown estaba feliz y en casa. Una casa que diseñó y de la que dirigió su construcción personalmente, y a la que le restaban ape- nas unos meses para estar terminada.

Al igual que el resto del país, Brown estaba al tanto de que un huracán iba a atravesar Florida a finales de agosto de 2005 y se dirigía hacia el Golfo, pero no estaba seguro de su fuerza y ​​de la trayectoria definitiva.

Al igual que el resto del país, Brown estaba al tanto de que un huracán iba a atravesar Florida a finales de agosto de 2005 y se dirigía hacia el Golfo, pero no estaba seguro de su fuerza y ​​de la trayectoria definitiva. Él, sin embargo, era de Luisiana, y por lo tanto sabía qué hacer. Solo para estar seguro, dos días antes de la llegada del Katrina, PJ y su familia se dirigieron a Lafayette, a unas pocas horas de distancia. “Cuando eres de por aquí, ya sabes que siem- pre que un huracán llegue al Golfo, tienes que estar preparado para evacuar. Pensé que iba a estar en el rango de la categoría 1-2, una de esas tormentas que se degrada a tormenta tropical y que estaríamos de vuelta a casa en tres o cuatro días. Pero Katrina no fue así”. Brown no pudo regresar a casa y evaluar los daños hasta pasada una semana. 121

Índice Revista#20 PerarnauClub A treinta minutos de la ciudad, PJ Brown está ejerciendo de entrenador de su hija, Kalani, una potencial estrella de voleibol y baloncesto, mientras dis- fruta de su jubilación. Slidell tiene la calma pre-Katrina aunque, diez años después, la sensación del lugar es diferente. “Todos nos emocionamos cuan- do pensamos por lo que esta ciudad ha pasado, y cómo nuestras vidas y las vidas de las personas que conocemos han sido afectadas por ella de alguna manera. Es algo que forma parte de mi vida y así será para siempre”.

CHRIS PAUL Y LOS NEW ORLEANS HORNETS

Cruzando el país, en Winston-Salem, Carolina del Norte, la primera elección de los Hornets en el draft NBA de 2005, un pick 4, un prometedor base de Wake Forest llamado Chris Paul preparaba las maletas para viajar a NOLA y empezar el training camp. Paul se sintió en estado de shock después de que su madre lo despertara aquel 29 de agosto. “No me lo podía creer. Es algo que nunca olvi- daré”. Paul apenas terminaba su adolescencia pero ya mostraba habilidades de liderazgo mucho más allá de su edad. Cuando su abuelo murió en un robo a mano armada, Paul lo honró en su siguiente partido en la escuela secundaria al anotar un punto por cada año que su abuelo vivió (61), para luego derrumbarse en lágrimas en brazos de su padre. Fue a Wake Forest y a pesar de su corta estatura rápidamente se convirtió en uno de los mejores jugadores del país y su elección en el draft fue una decisión fácil para los Hornets.

Los Hornets cayeron en un estado cercano al pánico. El Katrina los desplazó casi de inmediato.

Paul se convirtió en un símbolo. Pese a que su vinculación con Nueva Orleans aún no era muy fuerte, él ofreció ayuda de muchas maneras: dedicando tiem- po en visitas a los refugios y después amueblando casas o en proyectos de voluntariado aportando comida o juguetes para los niños. “Nueva Orleans es 122

Índice Revista#20 PerarnauClub un lugar especial y cualquiera haría todo lo posible para ayudar”, decía. “Yo no estaría donde estoy hoy sin esta ciudad”.

Mientras tanto, los Hornets cayeron en un estado cercano al pánico. El Katri- na los desplazó casi de inmediato. Su pabellón, el New Orleans Arena, podría haber sido reparado a tiempo para jugar al final de la temporada 2005-06, pero los alrededores estaban gravemente inundados. De todos modos, jugar al baloncesto profesional en Nueva Orleans tan pronto después del Katrina hubiera sido visto como insensible por la opinión pública y una señal de prio- ridades equivocadas. Tampoco la NBA ni el comisionado, David Stern, llega- ron a valorar seriamente esa posibilidad.

PJ Brown trasladó a su familia a Houston durante la recuperación, y su esposa e hijos se quedaron allí durante casi un año. Él, por su parte, vivió en OKC, viajaba a Luisiana para comprobar los progresos en la reconstrucción, y luego conducía hasta Houston para visitar a la familia. Bromeaba con que la Interestatal 10 debería llevar su nombre.

Inicialmente los Hornets querían jugar sus partidos en Baton Rouge, en el cam- pus de la LSU, pero el pabellón también era necesario como refugio, por lo que esos planes se descartaron. Un puñado de ciudades ofertaron de inmediato acoger a los Hornets, con el añadido de que eran ciudades que una vez habían tenido equipos NBA. También otras que simplemente querían NBA. En última instancia, todo se redujo a los pabellones, y en ese sentido el de Oklahoma City fue el claro favorito. San Diego, Kansas City, Louisville, Nashville, etc. Pero la NBA quería Oklahoma, también por ser una ciudad sin otros equipos profesio- nales de ningún otro deporte que pudieran competir a efectos financieros con el baloncesto. Pronto se confirmó: el Ford Center vendió casi diez mil abonos de temporada para un equipo que en NOLA ocupaba el final de la lista en cuan- to a espectadores. Aquella primera temporada tras el Katrina, los Hornets ju- garon 35 partidos en Oklahoma, uno en Baton Rouge, uno en la Universidad de Oklahoma y, a finales de la temporada, cuatro en Nueva Orleans. Pero OKC era su base de operaciones. Los Hornets consiguieron un buen contrato de arrendamiento para el pabellón y el calendario NBA estaba casi definido. En realidad, como en cualquier otro negocio, el dinero se impuso sobre cualquier otra cosa. Aquella solución “temporal” duró dos años.

PJ Brown trasladó a su familia a Houston durante la recuperación, y su es- posa e hijos se quedaron allí durante casi un año. Él, por su parte, vivió en OKC, viajaba a Luisiana para comprobar los progresos en la reconstrucción, y luego conducía hasta Houston para visitar a la familia. Bromeaba con que la Interestatal 10 debería llevar su nombre.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Como decíamos, en cuanto al baloncesto, el Katrina conectó tres ciudades. Seattle está a miles de kilómetros y a dos zonas horarias de distancia de Luisiana, pero igualmente sintió el paso del huracán. En la temporada 2005- 06 los Sonics estaban deprimidos tras el final de la era Gary Payton-Shawn Kemp. Solo ganaron 35 de 82 partidos aquella temporada y 31 en la siguien- te. La parte buena fue que con esos resultados obtuvieron el pick 2 para el draft de 2007. No pudieron elegir en el primer lugar al hombre que presun- tamente iba a cambiar la jerarquía de la Liga, el pívot Greg Oden, así que se conformaron con un alero llamado Kevin Durant.

Para entonces, el equipo ya estaba inmerso en un conflicto entre los con- tribuyentes y los políticos sobre cuestiones de la cancha. El Key Arena se consideró no apto por la NBA y el dueño de los Sonics, Howard Schultz, no tuvo éxito en las negociaciones para la construcción de un nuevo pabellón, financiado por la ciudad, o al menos para una expansión del vetusto Key Are- na. Exploró la idea de vender el equipo en 2005 pensando que tendría una contraoferta de un comprador local, cuando en Seattle llovían los millones de dólares procedentes de la industria del software. Pero nada de eso fructificó y, con la ayuda de la NBA, Schultz regresó a la búsqueda de comprador fuera de Seattle. (Curiosamente, Steve Ballmer, el número dos en Microsoft, en aquel momento no estuvo interesado en comprar los Sonics, pero años más tarde trató de llevar los Kings de Sacramento a Seattle como un coinversor en un intento de compra por valor de mil millones de dólares, para finalmente adquirir Los Angeles Clippers por dos mil millones. Podría haberse quedado como los Sonics por 350 millones y construido un pabellón nuevo con finan- ciación privada en Seattle y todavía habría ahorrado dinero).

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Índice Revista#20 PerarnauClub Los Hornets brindaban por su nueva y temporal ciudad, Oklahoma City. La ciudad no tenía equipos profesionales de élite ni demasiadas opciones de entretenimiento deportivo viables, por lo que carecía de historial y experiencia en prestar apoyo a un club local.

Mientras tanto, los Hornets brindaban por su nueva y temporal ciudad, Oklahoma City. La ciudad no tenía equipos profesionales de élite ni dema- siadas opciones de entretenimiento deportivo viables, por lo que carecía de historial y experiencia en prestar apoyo a un club local. Pero si alguien tenía algún temor, pronto desapareció. No solo por la venta de tickets, sino por la pasión y el cariño que la ciudad demostró a aquel equipo. “Fue realmente especial”, dijo Brown. “El cálido abrazo que la comunidad nos dio fue genial. Estaban emocionados y querían hacer todo lo posible para que estuviéra- mos cómodos, y lo lograron. Nuestro primer partido allí, contra Sacramento, fue como un ambiente universitario. Igual que el torneo de la NCAA. No fue así solo aquella noche. Fue así durante toda la temporada”.

Los Hornets llevaron 18.168 aficionados por partido a Oklahoma. La tempo- rada anterior, en Nueva Orleans, ocuparon el último lugar en asistencia con 14.221 espectadores de media. Se especuló con su permanencia allí, pero finalmente los Hornets regresarían a NOLA para la temporada 2007-08. “Siempre pensé que la ciudad merecía un equipo y necesitaba un equipo, así que cuando me enteré de que los Hornets se quedaban en Nueva Orleans fue realmente excitante”, dijo Paul.

“Siempre pensé que la ciudad merecía un equipo y necesitaba un equipo, así que cuando me enteré de que los Hornets se quedaban en Nueva Orleans fue realmente excitante”, dijo Paul.

Pero OKC no había dicho su última palabra. Uno de los principales hombres de negocios de la ciudad, Clay Bennett, se fijó en la demanda de baloncesto. Él quería ser dueño de un equipo NBA y llamó a Schultz para comenzar nego- ciaciones. En julio de 2006 Bennett compró los Sonics y dijo que el equipo se quedaría en Seattle pendiente de la construcción de un nuevo pabellón en menos de doce meses. Pero, como los fans del basket se temían, la ciudad de Seattle ya había construido recintos caros para los Seahawks y para los Mariners, y no hubo posibilidad de un tercero.

Kevin Durant jugó su temporada de rookie en Seattle, pero para entonces Bennett ya tenía clara su estrategia de salida. Con todas las opciones de financiación pública agotadas y los plazos incumplidos, Bennett anunció en noviembre de 2007, cinco meses después de que Durant fuera drafteado, que los Sonics se dirigían a OKC. Los timings fueron impecables. Los Thun- 125

Índice Revista#20 PerarnauClub der, el nuevo nombre del equipo, se estrenaban con una estrella joven y ca- rismática. Y OKC suministraba una fiel base de fans que se mantiene sólida y entregada hoy día.

“Después del primer año que pasamos allí, yo dudaba de la viabilidad de un equipo de la NBA en Oklahoma City”, confesaba Brown. “Pero me gustó estar en esa ciudad. A todo el mundo le gustó. Y en base a eso, yo pensaba que la NBA iba a funcionar. Y así ha sido”.

Pero de repente todo se desmoronó. David West, su mejor hombre interior, se lesionó. El crecimiento general del grupo se estancó. El entrenador Byron Scott fue despedido y el propietario, Shinn, empezó a tener problemas financieros y personales.

Por su parte, el impacto de Chris Paul en la franquicia fue inmediato. Fue elegido el Rookie del Año en la ciudad de Oklahoma, y cuando​​ los Hornets volvieron a Nueva Orleans, dirigió como base titular una temporada de en- sueño. Ganaron 56 partidos en la 2007-08 como inesperados campeones de la División Suroeste. Llegaron a liderar las semifinales de la Conferencia Oeste por 2-0 ante los San Antonio Spurs, llevando la serie hasta un séptimo partido que enloqueció a la ciudad pese a la derrota final. Lograron 49 vic- torias la temporada siguiente. “Bastante increíble”, reconocía Paul. Pero de repente todo se desmoronó.

David West, su mejor hombre interior, se lesionó. El crecimiento general del grupo se estancó. El entrenador Byron Scott fue despedido y el propietario, Shinn, empezó a tener problemas financieros y personales y la franquicia se contagió. Shinn quería vender pero no pudo encontrar un comprador. Paul amaba a Nueva Orleans, pero se cansó rápidamente del circo que siempre rodeaba a los Hornets. Él ya era una estrella por entonces y no quería perder sus primeros años NBA en un ambiente que le resultaba extraño.

La NBA compró los Hornets de Shinn por 300 millones, poniendo a la Liga en la incómoda posición de tener la última palabra en la toma de decisiones, lo que culminó con un veto de Stern a un trade que enviaba a Paul a los Lakers y Pau Gasol a Houston Rockets, entre otros involucrados. “Por razones de baloncesto”, fue la versión oficial. CP3 fue traspasado a los Clippers una se- mana más tarde y las dos siguientes temporadas los Hornets ganaron 21 y 27 partidos, respectivamente.

Por supuesto, desde que ellos fueron salvados por Tom Benson (dueño de los Saints de la NFL) que compró el equipo y lo rebautizó como Pelicans, y con la llegada de Anthony Davis, que prometía y pronto confirmó ser uno de los cinco mejores jugadores de la Liga, la situación mejoró. Los Pelicans llegaron a los playoffs la temporada pasada al clasificarse en la última jornada de la temporada regular. Solo fueron el número 24 de 30 en cifras de asistencia 126

Índice Revista#20 PerarnauClub de los partidos en casa, pero con Davis y un nuevo entrenador, las proyec- ciones son optimistas. En lugar de salir de su contrato de rookie buscando ofertas, Davis firmó una extensión este verano por valor de 145 millones en cinco años. Si no hubiera hecho eso, en el verano de 2017, él habría sido el agente libre no restringido con más ofertas en la historia de la NBA. Acerca de Nueva Orleans, Davis dijo: “Aquí es donde quiero estar”.

EDDIE LACY

Quince años de edad tenía Eddie Lacy cuando el Katrina terminó en ape- nas unas horas con la única vida que él y su familia habían conocido hasta ese momento, y aún una década más tarde le cuesta hacer memoria y revi- vir unos recuerdos que, como adolescente, debían de estar muy alejados de sentimientos como el miedo y de problemas relacionados con inundaciones o de moho en la paredes de su casa en Gretna, apenas a ocho kilómetros de Nueva Orleans. “Nunca hablo de ello, realmente no me gusta. ¿Por qué habría de hacerlo?”. Tras insistirle, el hoy running back de los Green Bay Packers ac- cede a hablar tras un entrenamiento durante el training camp de la reciente pretemporada ante los periodistas, con tristeza y algo de sarcasmo: “Si que- réis hablamos de las cosas positivas de todo aquello”.

“Odio revivirlo. Cuando algo ajeno toma el completo control de tu vida, todo queda atrás…”. Todo, incluyendo una modesta hucha con algunas monedas que allí quedó para los saqueadores que inundaron, como el agua, la ciudad. La familia de Lacy trató de sobrevivir, mudándose repetidamente también en territorio texano, pero con la mirada puesta en su ciudad natal y en regresar en cuanto fuera posible. “No tengo muy claras las razones de mis padres para regresar a Gretna. Supongo que simplemente no podían permitirse otro lugar”. Cuando Lacy firmó en 2013 su contrato de 3,4 M $ por cuatro años como rookie con los Packers, tenía clara su máxima prioridad: comprar una nueva casa para sus padres. Un lugar que iba a durar. Un espacio que no solo protegiera físicamente sino que permitiera establecer vínculos emocionales para cualquiera que lo necesitara. Un refugio ante cualquier tormenta, de lluvia o de lo que fuera. “Querían empezar de nuevo pero allí, en casa, y eso 127

Índice Revista#20 PerarnauClub es lo que tienen”. Las cosas no son como eran hace diez años. Es imposible. Pero Lacy lo tenía claro: “Me encanta ver a mis padres felices. Eso es lo que más me importa”.

CHRIS CLARK

Chris Clark, profesional en la NFL desde 2008, actualmente offensive tac- kle en los Houston Texas, recordaba lugares de su infancia en Nueva Or- leans, su ciudad natal, que ya no existen. Él vivía en el Lower Ninth Ward, y esa zona nunca se ha recuperado plenamente tras el Katrina. La mayor par- te de sus pertenencias, incluyendo las camisetas y los cascos de fútbol de su época en la escuela secundaria y en la universidad, fueron arrastradas por la tormenta sin poder evitarlo. Cuando Clark regresa por razones de- portivas, ve las partes de Nueva Orleans que aún están afectadas por la devastadora tormenta pese a los diez años transcurridos. “Es algo que te pone contra las cuerdas como persona. Porque uno conoce su ciudad y se da cuenta de los cambios. Otras personas, o los turistas, quizá no se den cuenta, pero los que somos de aquí… sí”.

La mayor parte de sus pertenencias, incluyendo las camisetas y los cascos de fútbol de su época en la escuela secundaria y en la universidad, fueron arrastradas por la tormenta sin poder evitarlo.

Clark estaba en la Universidad de Southern Mississippi cuando la tormenta sacudió su ciudad natal. Su madre tenía fuertes raíces en Nueva Orleans y le dijo que no tenía la intención de irse. “Lo último que escuché decir a mi madre fue simplemente que ella se iba a quedar en casa, como siempre. Que quizá se iría la luz, pero que no pasaría nada mucho más grave”. A continuación, los teléfonos se apagaron. Hattiesburg, donde se encuentra el campus de Southern Mississippi, fue también azotada por el Katrina. Cuando las noti- cias ya no podían ocultar la gravedad de los daños de la tormenta, Clark reci- bió una llamada de su hermano en Dallas, a través de la cual se enteró de que su otro hermano había conseguido sacar a su madre de Nueva Orleans antes de que fuera demasiado tarde. De repente todo cambió, y Clark comprendió que su apacible vida universitaria dejaba de ser tan sencilla. Su compañero de habitación también era de Nueva Orleans, y pronto se encontraron vivien- do en su pequeño apartamento de dos dormitorios durante unos días ocho personas, miembros desplazados de su familia. Todo lo que tenían para coci- nar era una parrilla de carbón, pero ni comida, ni agua ni electricidad.

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Índice Revista#20 PerarnauClub Clark condujo de vuelta a Nueva Orleans cada fin de semana durante la temporada baja de fútbol americano universitario para ayudar a su madre a reconstruir la casa.

El medio hermano de Clark, Avery, se mudó de Nueva Orleans para nunca regresar. Su abuela se sentía de la misma manera, despreciada por unas au- toridades incapaces de atender a todos los damnificados y decepcionada por el trato recibido de una ciudad que pensaba que conocían, a pesar de que las circunstancias la obligaron a regresar hace unos años. Su madre también regresó y todavía vive allí. Clark condujo de vuelta a Nueva Orleans cada fin de semana durante la temporada baja de fútbol americano universitario para ayudarla a reconstruir la casa. Con orgullo contaba que pintó casi todas las paredes. Todavía ama Nueva Orleans, y se alegra de que la ciudad haya sido capaz de avanzar en los diez años que han pasado. “Me encanta Nueva Or- leans. Pero ha cambiado tanto…”.

LANDON COLLINS

Estaba en la escuela primaria en Nueva Orleans cuando su madre se asustó lo suficiente como para mover a toda la familia hacia el norte de Mississippi, pese a que en tormentas anteriores siempre se habían mantenido en casa.

A Landon Collins no había que obligarlo mucho a recordar lo ocurrido hace una década. “Todo, lo recuerdo todo”, decía el día antes del pasado draft de la NFL, en mayo en Chicago. Con 11 años en 2005, Collins no pensaba en nada parecido a ser profesional de fútbol americano, ni siquiera en planes 129

Índice Revista#20 PerarnauClub para la universidad. Estaba en la escuela primaria en Nueva Orleans cuando su madre se asustó lo suficiente como para mover a toda la familia hacia el norte de Mississippi, pese a que en tormentas anteriores siempre se habían mantenido en casa. Seguramente esa decisión salvó la vida de Landon. La casa de su padre en la parroquia (subdivisión política con la que se gobierna en el estado de Luisiana, equivalente al concepto de condado del resto de es- tados en EE.UU.) de Plaquemines, quedó partida por la mitad, con una parte desplazada a cinco millas de la carretera.

Collins y su familia se marcharon de la ciudad en una caravana de diez vehí- culos, llegando a convivir hasta veinticinco personas en una vivienda de tres dormitorios, sobreviviendo con comida envasada y en general sufriendo una temporalidad cercana a la de las personas sin hogar. “No teníamos nada, ni siquiera podíamos disfrutar de las cosas cotidianas como una temporada de fútbol”. Hasta aquí podríamos llegar. Aquello fue el punto de inflexión.

La familia regresó a Nueva Orleans y Collins llegó a ser uno de los jóvenes proyectos de jugador más prometedores de todo el país. Pese a las protestas de su madre que prefería la cercana LSU (Louisiana State University), firmó con Alabama, manteniendo igualmente su devoción por su ciudad natal. En las horas previas al draft, Collins fantaseaba con jugar un partido como pro- fesional en el majestuoso Superdome, el estadio de los New Orleans Saints, el orgullo NFL local y que sirvió como refugio de miles de personas durante el huracán. “Sería una locura poder jugar allí”. Collins fue elegido en segunda ronda por los Giants de Nueva York. El pasado 1 de noviembre, pudo disfrutar de su sueño en uno de los lugares donde tuvo lugar la pesadilla, y participar de un partido espectacular que ganaron los Saints a los Giants por 52-49. “Ese equipo hizo tanto por la ciudad. Ese equipo y los Hornets nos dieron esperanza tras el Katrina”. Pero para ellos también fue difícil.

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Índice Revista#20 PerarnauClub LOS SAINTS Y JOHN CARNEY

La noche del 27 de agosto de 2005, en Nueva Orleans, uno de los miembros de los Saints, el kicker John Carney, intentaba dormir. En el exterior, silencio, una quietud que bien podía calificarse de sepulcral. El huracán Katrina se acercaba y el equipo se iba. La noche anterior, los Saints habían jugado un partido de pretemporada contra los Ravens de Baltimore. En ese momento, Carney no tenía forma de saber que no iba a jugar en el Superdome de nuevo hasta el año 2006. No tenía forma de saber que dejaría NOLA el domingo por la mañana y que no la volvería a ver tal cual era hasta ese momento.

Esa noche, The Big Easy, otro de los sobrenombres de la ciudad, estaba inquieta. Apenas corría el aire. Pocos coches. Menos aún personas a pie en las calles. “Estaba empezando a parecerse ya a una ciudad abandonada”.

Esa noche, The Big Easy, otro de los sobrenombres de la ciudad, estaba in- quieta. Apenas corría el aire. Pocos coches. Menos aún personas a pie en las calles. “Estaba empezando a parecerse ya a una ciudad abandonada”, rememoraba Carney. “Definitivamente fue la calma antes de la tormenta”. Pero si algo no trajo el Katrina fue calma. El huracán prácticamente partió la ciudad y el estado de Luisiana en dos. Los diques fallaron. Casi la mitad de los fallecidos lo hicieron ahogados. Nueva Orleans casi perdió la mitad de sus habitantes censados en el año 2000, entre muertos, evacuados y migrantes.

Mientras, a más de dos millas de distancia, en San José, California, los Saints se preparaban para otro partido de pretemporada, esta vez contra los Raiders. El lunes por la mañana, los jugadores y el personal pensaron que la ciudad había sobrevivido al huracán. Por la tarde, las imágenes de satélite comenzaban a revelarse para mostrar la terrible realidad. Barrios que parecían intactos en una pantalla de ordenador, en realidad, habían sido arrasados. Los miembros del equipo se apresuraron a contactar a los 131

Índice Revista#20 PerarnauClub amigos y familia que no habían sido evacuados o que no se habían unido al equipo en el último vuelo chárter desde el aeropuerto Louis Armstrong International. Por ejemplo, el long snapper Kevin Houser necesitó una se- mana para poder contactar con su mejor amigo.

Lo que sí pudieron ver todos fue la rápida degradación de la situación en la ciudad. Los disturbios y el pillaje en las calles, la gente en los tejados de las casas como último recurso, las multitudes de desplazados en el Superdome. Tenían un partido el jueves, pero casi todos los componentes del equipo dije- ron a los entrenadores y a la NFL que no querían jugar. Pero aparentemente nadie escuchó. Comenzaba una temporada para los Saints repleta de con- flictos. En su mayor parte, los jugadores se mostraban públicamente tranqui- los. Ya conocían la tragedia que había caído sobre Nueva Orleans y como es comprensible sentían el fútbol como algo trivial.

“Desde luego, no podíamos pasar por alto u olvidar la parte más valorable de toda esta historia”, dijo Carney. “Lo que la ciudad tuvo que soportar y el valor de tantos héroes que dieron un paso adelante y estaban allí sobre el agua para salvar vidas y reconstruir lo que se pudiera”. Incluso el quarterback de los Saints de aquella época, Aaron Brooks, sabía qué decir: “El fútbol era se- cundario. Por muchas razones diferentes”.

La historia de la NFL ha maquillado convenientemente lo ocurrido en la temporada perdida de los Saints de Nueva Orleans. Los Saints de 2006, al parecer, surgieron de las ruinas del huracán Katrina para unir a toda una ciudad.

Secundario sí, pero no irrelevante. La historia de la NFL ha maquillado convenien- temente lo ocurrido en la temporada perdida de los Saints de Nueva Orleans. 132

Índice Revista#20 PerarnauClub Un lugar común indeleble perdura: los Saints de 2006, al parecer, surgieron de las ruinas del huracán Katrina para unir a toda una ciudad, comenzando con una icónica patada de Steve Gleason; un retorno en el campo, y un retorno simbólico desde las aguas. Sin embargo, es más plausible pensar que el equipo de 2005, envuelto en la controversia y el conflicto, vivió un interminable año representando a una ciudad bajo el agua y en guerra, abandonado por su Liga y por el sindicato de jugadores.

Pero la difícil relación de los Saints con Nueva Orleans comenzó antes de que el Katrina rompiera los diques de la ciudad. A finales de abril de 2005, el due- ño, Tom Benson, intentó apretar al máximo al estado de Luisiana para obte- ner un acuerdo más favorable en el alquiler del Superdome. Sus condiciones: quería subsidios en efectivo que costarían 16M $ en dinero público mediante un nuevo impuesto y se negó a pagar una cuarta parte del coste de la reno- vación del estadio, como requería el estado de Luisiana. Un par de semanas más tarde, Benson dejó caer una amenaza que ya era familiar: su abogado reveló que Benson tenía interés en mover la franquicia hacia otros lugares, dado que las negociaciones por el tema del Superdome no avanzaban. Las ciudades candidatas fueron San Antonio, Albuquerque y, por supuesto, Los Ángeles. Un funcionario de Nueva Orleans calificó las exigencias fiscales de Benson como “algo más allá del umbral del dolor”.

Como resultado, el equipo se fue, pero no por elección propia. Después del Katrina, el Superdome sufrió tantos daños que era imposible que los Saints continuaran jugando allí. La gerencia se esforzó para encontrar un hogar adecuado en tan poco tiempo. Así, jugaron su primer partido como “locales”, el 19 de septiembre, contra los Giants de Nueva York… en el Giants Stadium. La end zone fue pintada de colores oro y negro, los dis- tintivos de los Saints. El Comisionado Paul Tagliabue (que nunca había visitado Nueva Orleans o a los jugadores de los Saints) fue amable antes del partido en un discurso desde el centro del campo, pero para muchos todo aquello no era más que un paripé político. “Fue una especie de bro- ma”, dijo Carney.

Perdieron el partido, claro. Y con él la ilusión de jugar más partidos en casa en un estadio NFL durante lo que quedaba de temporada. Disputaron cuatro jornadas en Baton Rouge cuando el equipo universitario de LSU no necesita- ba el campo. Después, la siguiente parada de los itinerantes Saints fue San Antonio, ciudad donde el propietario Benson ya era dueño de una casa, un rancho y varias empresas. Naturalmente, no pasó mucho tiempo para que Benson estableciera más lazos con el alcalde Phil Hardberger con vistas a un movimiento permanente. El Alamodome acogió tres partidos en casa hasta que un torneo de voleibol de la NCAA interfirió y dejó de nuevo a los Saints sin hogar. “No nos informaron en la medida de lo que debería haber sido todo el proceso”, se quejaba Brooks. “Eso no hizo mucho para nuestra moral. Lue- go nos dijeron que nos iban a dividir los partidos entre varias ciudades… Lo siento, pero no me jodas… ¿Habláis en serio?”.

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Índice Revista#20 PerarnauClub “Así que acabas pensando, bueno, ¿regresaremos aquí para el entrenamiento tras la temporada? ¿Deberíamos estar buscando una casa más permanente? ¿Deberíamos estar buscando escuelas para nuestros hijos o no?”.

Lo de San Antonio sí iba en serio, así lo quería Benson. Pero la ciudad solo podía ofrecer un estadio de segunda clase a los Saints en comparación con sus homólogos de la NFL. No solo era el voleibol universitario o, peor aún, espectáculos de rodeo; en realidad sus instalaciones estaban muy por de- bajo de los estándares del fútbol profesional estadounidense. Al final, lo que terminaba ocupando las mentes de los jugadores era saber dónde estarían la siguiente semana y sobre todo dónde jugarían la próxima temporada: “Así que acabas pensando, bueno, ¿regresaremos aquí para el entrenamiento tras la temporada? ¿Deberíamos estar buscando una casa más permanen- te? ¿Deberíamos estar buscando escuelas para nuestros hijos o no?”, recor- daba Carney. “Así que había mucha incertidumbre. Y ciertamente todo eso no hacía mejor a un jugador o a un entrenador, más bien todo lo contrario”.

Fuera de campo las preocupaciones se acumulaban para los jugadores de los Saints. El rápido éxodo de Nueva Orleans había significado el desarraigo de sus hijos y la búsqueda de nuevas escuelas. Las empresas propiedad de los jugadores dejaron de operar. Muchas de sus casas habían sufrido graves daños, o como en el caso de Carney, intento de robos. Y tratar de conse- guir información o documentos importantes significaba encontrarse con la Ley Marcial reinante en la ciudad. Carney recuerda enviando a su esposa de vuelta a Old Metairie; necesitó dos acompañantes para ello, un doctor que utilizó su pase médico para buscarla a través de los puestos de control de la Guardia Nacional, y otro amigo veterano de Vietnam como protección.

De vuelta en Texas, los jugadores pasaron la mayor parte de la temporada pagando todo de su bolsillo, los fondos de la NFL no llegarían hasta más tar- 134

Índice Revista#20 PerarnauClub de. Pero, como decía casi avergonzado Aaron Brooks, donde esto tuvo real- mente un verdadero y profundo impacto fue en el resto de trabajadores de la organización que no disfrutaban de un rango salarial como el de los jugado- res. “Nadie se centró realmente en el bienestar de los jugadores, así que ima- gina en el del resto del personal o en el de la organización”, dijo Brooks. “Y ellos estaban pasando por las mismas cosas. Nosotros en el fondo podíamos resolver los problemas más fácilmente porque teníamos el dinero para ha- cerlo. ¿Pero qué pasaba con las secretarias y el resto del personal? ¿Qué pasaba con la gente de taquillas? Todo el mundo sufrió”.

“Nadie”, se quejaba Brooks. “Nadie cuidó de nuestra espalda”.

Al final, y a pesar de las circunstancias atenuantes, extremas, los Saints se enfrentaron en gran medida a todo por sí mismos. El comisionado Tagliabue no visitó al equipo hasta que la temporada casi había terminado y la asociación de jugadores (NFLPA) apenas luchó por mejores instalaciones o por las opciones de reubicación. “Nadie”, se quejaba Brooks. “Nadie cuidó de nuestra espalda”.

En 2004, un año antes del Katrina, los Saints no podían presumir ni de un tro- feo Vince Lombardi como vencedores de una Super Bowl. En treinta y siete temporadas, solo siete presencias en playoffs, sin ganar un partido de pos- temporada hasta el año 2000. Muy poco para un equipo nacido en 1967. Re- sulta muy difícil pensar que otra franquicia con más pedigrí hubiera sido tan ignorada ante una situación así. “Fuimos un equipo que quedó huérfano”, en descriptiva expresión de Carney. Al final, la tensión pasó factura y el vestuario se convirtió en un polvorín, con los jugadores inevitablemente cayendo en ac- titudes infantiles y egoístas. La cultura de grupo, aquello que mantiene unido un equipo, imprescindible en un deporte como el fútbol americano, se desva- neció. Terminaron la temporada con tres victorias y trece derrotas, todos los jugadores vieron empeorar sus estadísticas, el entrenador, Jim Haslett, fue despedido al finalizar el curso y Aaron Brooks perdió hasta el apoyo de los fans 135

Índice Revista#20 PerarnauClub por quejarse de asuntos exclusivamente deportivos cuando el drama post-Ka- trina era aún más que evidente: “No me retracto de lo que dije hace diez años. Solo creo que lo podría haber dicho de una manera diferente, para que la gen- te pudiera entender lo que realmente me importaba. No creo que mucha gente lo sepa, pero me encanta Nueva Orleans, me encanta la cultura, me encanta la gente… pero alguien tenía que salir en nombre del equipo”.

La cultura de grupo, aquello que mantiene unido un equipo, imprescindible en un deporte como el fútbol americano, se desvaneció.

Fue un final muy poco lustroso para Brooks, posiblemente el mejor quarter- back de los Saints desde Archie Manning. Haslett no volvió a encontrar tra- bajo como entrenador jefe en NFL y, en general, el recuerdo de los dos se ha difuminado rápidamente de la memoria colectiva del equipo. Drew Brees y Sean Payton ocuparon rápidamente su lugar, dentro y fuera del campo. Brooks siente que fallaron a la gente de NOLA en 2005: “Muchos de nosotros queríamos estar allí, ayudar, ser parte de la reconstrucción de la comunidad. Pero todo eso era muy difícil de hacer desde San Antonio”. Sin embargo, tam- bién dejó espacio para la autocrítica: “También hicimos cosas mal. Parece que no, pero sí. Nos contentamos con dejar pasar la temporada, haciendo poco para disipar los rumores de mudanza definitiva a San Antonio mientras el Superdome se caía a pedazos. También se equivocaron los que mandaban en la ciudad. Si nuestros fans estaban contentos, entonces nuestro equipo también lo estaba. Pero si nuestro equipo no era feliz, entonces la ciudad tampoco. Porque Nueva Orleans es el equipo. La ciudad de Nueva Orleans es su equipo de fútbol”.

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Índice Revista#20 PerarnauClub John Carney regresó a NOLA en la primavera de 2006. Apenas reconoció la ciudad que había dejado atrás aquella mañana de domingo de agosto. “Pa- recía como si el huracán acabara de pasar apenas hace unos días. Me que- dé en estado de shock”. La noche del 25 de septiembre de 2006, la ciudad se sintió como si regresara de su tumba, para contemplar el retorno de los Saints al Superdome, un regreso que nadie terminó de creer hasta que no vieron a los jugadores efectivamente salir de los vestuarios. Casi quince mi- llones de personas vieron aquel partido ante los Falcons. “La ciudad cobró vida para aquel partido. Estábamos de vuelta”.

Los Saints llegaron a los playoffs aquella temporada. Ganaron la Super Bowl en 2010 en Miami por primera vez en su historia (ante los Indianapolis Colts de Peyton Manning, nativo también de NOLA e hijo del histórico Archie), y aquella patada de Gleason y las celebraciones de los jugadores, con sus hijos y familias, de Bree con su trofeo de MVP, ayudaron a maquillar la cicatriz que arrastraban y a convertir su historia en una más parecida a la de Cenicienta. El equipo de 2005 pronto desaparecería entre sombras de color oro y negro. Siempre se está a una jugada de no volver a jugar nunca más.

Daniel Cana @dcana

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Índice Revista#20 PerarnauClub Javier Señaris LA CONSTRUCCIÓN DE UN EQUIPO La evolución de los All Blacks desde 2007 hasta 2015

“Remember that rugby is a team game; all 14 of you make sure you pass the ball to Jonah” “Recuerden que el rugby es un deporte de equipo; 14 de ustedes deben asegurarse de pasarle el balón a Jonah [Lomu]”.

O a Cullen, Howlett, Rokocoko, Sivivatu… Ese planteamiento fue el que lastró a los All Blacks en los mundiales desde 1987 hasta 2011. Los recursos individuales servían para ganar la inmensa mayoría de los par- tidos, pero no alcanzaban para triunfar en la gran cita del rugby.

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Índice Revista#20 PerarnauClub ace poco más de cuatro años, Nue- UN CAMBIO va Zelanda tenía en su haber tantas ESTRUCTURAL HCopas del Mundo como Inglaterra y la mitad de las que habían ganado Sud- En el Mundial 2007 pudimos ver a una se- áfrica y Australia. Actualmente son el lección formada por jugadores tan deslum- único equipo que tiene tres títulos mun- brantes como , , diales, son el único equipo que ha conse- , , Luke McAlis- guido ganar dos mundiales consecutivos ter, , , Sitiveni y han contado por victorias todos los par- Sivivatu… Todos ellos tuvieron, a posterio- tidos (14) de los dos últimos mundiales. ri, exitosas carreras en clubes europeos a donde llegaron como fichajes estrella y ju- El fracaso en el Mundial de 2007 había gadores de referencia, algo que no habían dejado su futuro lleno de dudas y obligó conseguido alcanzar en los All Blacks. a un cambio radical en el funcionamien- to de toda la estructura interna de los El cambio que arranca tras la derrota All Blacks. Hay un ejemplo, salvando ante Francia en Cardiff el 6 de octubre todas las distancias, que permite po- de 2007 es estructural. Desde esa fecha ner en perspectiva lo que sucedía con hasta el 31 de octubre de 2015 (final del los All Blacks. La selección brasileña de reciente Mundial de Inglaterra), los All fútbol estuvo 24 años sin conseguir el Blacks han jugado 109 Test matches: triunfo en el Mundial; siempre partían 95 victorias, 2 empates y 12 derrotas; como favoritos, siempre parecían te- 3.518 puntos a favor (32,28 de media ner la mejor lista de jugadores y nunca por partido) y 1.693 puntos en contra conseguían rendir al máximo nivel como (15,53 de media por partido). conjunto. Su ejemplo se puede extrapo- lar, perfectamente, a los neozelande- ses: una pléyade de estrellas cuyo nivel El cambio que arranca tras la individual estaba por encima de su nivel derrota ante Francia en Cardiff el 6 como equipo. de octubre de 2007 es estructural.

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Índice Revista#20 PerarnauClub El balance de estos ocho años de enfren- Williams, Richie McCaw, Andy Ellis, Dan tamientos contra las grandes potencias Carter, , y Mils del rugby mundial ha sido el siguiente: Muliaina. Jugadores que representan a la perfección el nuevo ideario: el jugador • Australia: 27 partidos, 21 más destacado tiene que ser el equipo. victorias neozelandesas, 2 empates, 4 victorias de los Wallabies. • Sudáfrica: 19 partidos, 13 victorias neozelandesas, 6 de los Springboks. • Inglaterra: 11 partidos, 10 victorias neozelandesas, 1 del XV de la Rosa. • Francia: 10 partidos, 9 victorias neozelandesas, 1 del XV del Gallo. • Argentina: 9 partidos, 9 victorias. • Irlanda: 8 partidos, 8 victorias. • Gales: 7 partidos, 7 victorias. La evolución de los All Blacks en este pe- • Escocia: 4 partidos, 4 victorias. ríodo mantiene un paralelismo absoluto con la carrera de su recién retirado ca- pitán, Richie McCaw: 148 Test matches (sobre 185 test disputados por el equi- EL JUGADOR MÁS po neozelandés desde su debut el 17 de noviembre de 2001): 131 victorias, 2 DESTACADO ES EL EQUIPO empates y 15 derrotas; 110 caps como Diez jugadores repitieron la experiencia capitán con 97 victorias; 2 Mundiales, mundialista de 2007 en 2011: Tony Woo- 7 Tri Nations/Rugby Championship, 10 dcock, , , Ali Bledisloe Cup; Mejor Jugador del Año en 2006, 2009 y 2010.

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Índice Revista#20 PerarnauClub El mensaje al anunciar su retirada no long after we’re all gone. It’s been an ab- pudo ser más claro: “I really had no desire solute pleasure to have shared the road to [play overseas]… to go play rugby just with him”. to earn a fat cheque really didn’t spin my wheels”. No traducimos las palabras de Steve Han- sen para que no se pierda nada de la carga emocional con la que alguien tan comedi- do como el seleccionador neozelandés se despedía de su jugador totémico.

Tampoco dejan ninguna duda las pala- bras que Steve Hansen (seleccionador neozelandés) le ha dedicado en la rueda de prensa de su despedida:

“In my opinion, he will go down not only as the greatest All Black of all time, but the greatest captain we have ever had and possibly the greatest player to have ever played the game in the modern era.

To play 148 Tests is something to be marvelled at on its own, particularly with the physical demands of the position he plays. But the more impressive thing about those 148 games is the quality of the performances he produced. Hav- LA AUTOCRÍTICA, ing been involved in the majority of those FUNDAMENTAL Test matches, I can’t recall him ever play- ing a bad game. La referencia al fracaso de 2007 nunca deja de estar presente, la autocrítica ha His ability as a leader will be something he sido un elemento fundamental en el de- will be remembered for. Leadership doesn’t sarrollo del equipo. come to anyone naturally, it’s a learned skill. After the adversity of 2007 and the También resultan especialmente revela- criticism that came with that, Richie’s doras las opiniones de Achi Pastrana (ár- mental toughness and desire to improve bitro internacional argentino) respecto al really shone through. It’s those qualities 7 neozelandés: “Se retira el más grande that have made him, in my view, the great- de la historia, Richie McCaw. Placer ver- est leader of the All Blacks of all time. lo jugar y honor de haber estado en una cancha cuando él jugaba. Decían que no He’s been an inspiration to us all. Not le cobraban los penales que hacía. Para only has he enhanced the jersey during mí el jugador que más sabía el reglamen- his time, but he has left a lasting legacy to. No hacía ni ese 10 % de PKs”. that will be talked about by many people

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Índice Revista#20 PerarnauClub Decíamos que Richard Hugh McCaw re- en el equipo neozelandés, los jugado- presentaba a la perfección ese espíritu res que habían mantenido un nivel de de equipo que se comienza a gestar en rendimiento alto en la selección no 2007, y no es el único: , veían amenazado su puesto, pese a que Keven Mealamu, Tony Woodcock, Dan otros jugadores hubieran podido tener Carter, Ma’a Nonu, Conrad Smith, Kie- unas prestaciones más altas en sus ran Read, Andrew Hore, Justin Marshall, franquicias. Las únicas apariciones que Owen Franks, y Sam White- se produjeron “saltándose el escalafón” lock son 13 de los 16 jugadores que más tuvieron a los alas como protagonistas: caps tienen con los All Blacks. El bloque Julian Savea en 2012 y Nehe Milner- de jugadores desde 2007 se ha mante- Skudder en 2015 consiguieron, por su nido de una forma mucho más constan- rendimiento en , hacerse te que hasta entonces. El caso de Sam merecedores de dar el salto a los All Whitelock resulta paradigmático: ha ju- Blacks y convertirse en los depositarios gado en 73 de los 75 Test matches que del 11 y el 14. Por contraste, Aaron han disputado los neozelandeses desde Cruden (antes de la lesión) e Israel Dagg 2010 (el año de su debut). habían perdido la confianza del cuerpo técnico (por motivos extradeportivos el primero y por su bajo rendimiento el se- gundo). La relajación no tiene cabida en RESPETO A LAS la actual estructura de los campeones JERARQUÍAS del mundo.

La máxima de los cuerpos técnicos diri- La máxima de los cuerpos técnicos gidos por y Steve Han- dirigidos por Graham Henry y Steve sen ha sido “lo que funciona no se cam- Hansen ha sido “lo que funciona no se bia”, es ahí donde han radicado gran cambia”, es ahí en donde han radica- parte de los éxitos logrados. El respeto do gran parte de los éxitos logrados. a las jerarquías ha sido otra constante

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Índice Revista#20 PerarnauClub La evolución neozelandesa no se detie- la responsabilidad de portar el 7 que du- ne, mientras la mayoría de selecciones rante catorce años fue de Richie McCaw. —especialmente las europeas— están Falta por dilucidar si Aaron Cruden será el buscando y utilizando backs de gran pre- heredero de o si el escalafón sencia física, los All Blacks han utiliza- ha corrido hacia Beauden Barrett. Sonny do, en su equipo tipo en el Mundial, solo Bill Williams y Malakai Fekitoa serán dos backs por encima de los 100 kilos los encargados de tomar el relevo de la (108 Ma’a Nonu y 107 Julian Savea): “extraña pareja” formada por Ma’a Nonu Ben Smith, Conrad Smith, Nehe Milner- y Conrad Smith. Skudder, Dan Carter y Aaron Smith no superan los 95 kilos. La habilidad por en- Como decíamos, no hay espacio para la cima de la fuerza. improvisación en una maquinaria tan per- fecta como la de los All Blacks. Por eso La victoria ante Australia en la final del son el mejor equipo del mundo. Mundial ha supuesto un fin de ciclo en el equipo de Steve Hansen. Las retira- das de Keven Mealamu, Tony Woodcock y Richie McCaw, y la marcha a Europa Javier Señaris de Dan Carter (), Ma’a Nonu @RutgerBlume (Rugby Club Toulonnais) y Conrad Smith (Section Paloise) implican un relevo gene- racional cuya transición se ha preparado de forma minuciosa y escalonada duran- te años. Dane Coles ya había tomado el relevo de Mealamu en el puesto de ta- lonador, Joe Moody parece el principal candidato a ocupar el puesto de 1 con regularidad, y sobre Sam Cane recaerá

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Índice Revista#20 PerarnauClub AUTORES

Jaume Marcet @jaumemarcet

Alberto López Frau @Albercampeontv

Emmanuel Ramiro @emmanuelrf

Fernando Murciego @fermurciego

Agustín Galán @Agustin_Galan

Daniel Cana @dcana

Alberto Cosín @albertocosin

Javier Señaris @RutgerBlume

DIRIGE ILUSTRADOR Martí Perarnau Xavier Salvador @xaviramisa COORDINA Marc Vicéns Eric Pujol

Alex Santaló EDITA @alexsantalo María Victoria Hernández @ehmaribrie Darío Ojeda @DarioOjeda

DISEÑO Y MAQUETACIÓN Hormigas y Cigarras @HoryCig

Para consultas o intercambio de opiniones, escribir a: [email protected] REVISTA #20 diciembre/2015

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EL VIEJO PROFESOR LUCESCU

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ÚNICO E IRREPETIBLE

JÜRGEN KLINSMANN, ¿MODELO AGOTADO?0

DIEZ AÑOS DEL KATRINA

ESTADIOS MÍTICOS MUNDIALES

LA CONSTRUCCIÓN DE UN EQUIPO