Chile: Sueños, Derrotas, Esperanzas
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1 CUEValeUCO Chile: sueños, derrotas, esperanzas. JOSÉ VALENZUELA FEIJÓO. 2 A la memoria de Oscar Cuéllar Saavedra (1940-2020), amigo del alma. Para los que hoy, en Chile, vuelven a luchar por un mundo mejor. “Lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar, por un gobierno obrero, obrero y popular”. Canto en los tiempos de Allende. 3 4 5 INDICE: Capítulo I: Chile: insurgencia popular generalizada. I.-Distribución regresiva y un crecimiento que se debilita. ¿Ser = tener? II.- Rebelión de las capas medias asalariadas. Su componente moral. III.-Nuevos mutantes. Ayer izquierdistas. Hoy: trepadores, corruptos y neoliberales. IV.- Descrédito de los políticos. Corruptelas y descomposición. V.- Evolución de la economía. Un breve alcance. VI.- Servicios básicos. ¿En favor de quiénes? VII.- Algunas interrogantes mayores. VIII.- Las transformaciones propuestas y las necesarias. Apéndice: Trabajo enajenado según Marx. Capítulo II: Desafíos, ilusiones, posibilidades. I.- ¿Grandes transformaciones por una ruta capitalista? II.- ¿Qué modelo de capitalismo? III.- Trabajo fabril y libertad sustantiva. Un alcance. IV.- Triunfos, esperanzas, problemas. Apéndice: La situación mundial. Los problemas de orden mayor. Capítulo III: El problema de la organización: la degeneración burocrática y el mandar obedeciendo. I.- El problema. II.-R. Michels: una visión fatalista. III.-El Orden Burocrático- Formal (OBF) y sus problemas. IV.-Medidas contra-restantes: Lenin. V.- Medidas contra-restantes: Mao. VI.- Desajustes mayores. La teoría versus la voluntad. VII.- El problema central. Dos tipos de acumulación originaria. VIII.- De nuevo China. Algunos datos básicos. El caso de la “burguesía burocrática de Estado.” IX.- La emergencia de la burguesía burocrática de Estado. Propiedad estatal y separación de los trabajadores de los medios de producción. X.- Relaciones de propiedad socialistas. Contenido y factores de descomposición. XI.- De la tecno-burocracia a la burguesía burocrática de Estado. XII.-Organizaciones populares y partidarias: ¿la descomposición es fatal? 6 XIII.-Explorar e impulsar nuevas formas de organización: “mandar obedeciendo”. Capitulo IV: Economía y política en Chile: una nota. I.- El clima social. II.- Paréntesis: lucro, capitalismo y capital financiero. III.- La economía. IV.- El bloque de poder. V.- Algo más sobre la articulación económica del bloque de poder. VI.- Los últimos años: un breve vistazo. Capítulo V: Neoliberalismo y consumo alienado. El impacto cultural. I.- Algo sobre el patrón de acumulación neoliberal. II.- Inseguridades y consumo como símbolo. III.- Consumo de ostentación y culto por “el cambio” que no es cambio. IV.- Consumo y arribismo social. V.- Seamos felices: ¡vamos al “mall”! VI.- Los demonios de la ideología dominante. VII.- “La muerte en el alma”, ¿hay salidas? VI.- Pinochet como agente de la violencia neoliberal. I.- La necesidad histórica subyacente. II.- Neoliberalismo: el polo desarrollado. III.- Neoliberalismo: el polo subdesarrollado. IV.- El agente subjetivo y su personalidad. El caso de Pinochet. V.- El golpe de Estado y la defensa del orden establecido. VII.- El gobierno de Allende: una transición frustrada. I.- Propósitos. II.- Algunos antecedentes sobre el desarrollo previo. III.- Auge del movimiento de masas. IV.- El programa económico de la Unidad Popular: aspectos centrales. V.- La dinámica del proceso y la política económica. VI.- Dos problemas centrales. VII.- Un comentario final. VIII.- Post-scriptum 7 Capítulo I: CHILE: INSURGENCIA POPULAR GENERALIZADA. I.- Distribución regresiva y un crecimiento que se debilita. ¿Ser = tener? Para políticos e ideólogos neoliberales, los que manejan una impresionante prensa internacional, el caso chileno se considera como una “joya de la corona”. A semejanza de los “tigres asiáticos”, Chile se califica como el “jaguar” del cono sur. Se habla de crecimiento, de modernidad, de una sociedad altamente organizada, casi sin anomia. En Chile, el modelo neoliberal nace con el sangriento golpe de Estado encabezado por Pinochet y la larga dictadura que le siguió. Parafraseando un texto famoso, “vino al país chorreando lodo y sangre por todos los poros.” Durante Pinochet y los inicios del régimen civil, a veces la economía creció muy rápido. En otras, experimentó caídas profundas. En promedio, la tasa de crecimiento, entre 1974 y 2000 fue de 4.4% anual: se duplicaba cada 16 años. Y entre el 2001 y el 2018 creció al 3.8% anual: se duplica cada 19 años.1 En el largo período se pueden distinguir una fase de muy alto crecimiento: entre 1990 y 1998 el PIB crece a un alto 7.4% anual. Y otra fase en que los ritmos de expansión flaquean bastante, especialmente en los últimos años: entre 2014 y el 2018 el crecimiento ha descendido a un 2.2.% anual. La inestabilidad del crecimiento también ha sido elevada: se triplica respecto al patrón de acumulación previo. Lo que siempre ha permanecido es la tremenda desigualdad del modelo. En 1972, presidencia de Allende, la participación de los salarios en el Ingreso Nacional llegó a un 56%. Luego del golpe, cinco años después, en 1978 bajó a un 40% y en 1988 llegó a un 32%. (¡57% de la cuota alcanzada con Allende). En el 2005 (régimen post- Pinochet) estaba en 32% y en el 2015 subió a un 38%. Algo por debajo de la cuota alcanzada por la dictadura en 1978. Con Pinochet, la tasa de plusvalía se duplicó y acercó a un 4.0. Primero, por un fuerte descenso en el salario real (el que cae a la mitad en los primeros años de la dictadura). Luego, con cargo al mecanismo de la plusvalía relativa (mayor productividad en ramas productoras de bienes salarios, de la agricultura en especial) y, sobremanera, con el de la plusvalía absoluta: la jornada legal, hoy es de 48 horas a la semana, amén de que abundan las horas extras. Y se comprende: con tal tasa de explotación, la distribución del ingreso resulta brutalmente regresiva. Y con el alto grado de monopolio, dentro del sector capitalista también la desigualdad es muy alta: la propaganda, habla del “libre mercado”, pero lo que impera son las prácticas monopólicas, en fijación de precios, colusión, trampas, etc. Y si la distribución del ingreso es muy regresiva, la distribución de la 1 Cifras a partir de Cepal-Stat. En Chile, este crecimiento duplica al logrado por México en su período neoliberal (1982 a la fecha), Y como el incremento demográfico chileno es muy inferior al mexicano (menos de la mitad), el diferencial del ingreso per cápita se ha tornado muy elevado. Hacia 1970, estos indicadores eran, gruesamente, más o menos similares. 8 riqueza (activos físicos y financieros) es mucho peor: en el 2017, la mitad de los hogares (50%), operaba con una riqueza media de 5,000 dólares. El 10% más rico tenía activos por 750.000 dólares y el 1% más rico operaba con activos por familia de 3 millones de dólares.2 En este tramo, la diferencia respecto a los de abajo era de ¡600 veces! En breve, un dato que es simplemente insultante Para los trabajadores (incluyendo capas medias asalariadas), la situación ha sido especialmente dura: los neoliberales privatizan y/o sueltan el precio de servicios básicos (salud, medicamentos, educación, agua, luz, gas previsión social, etc.) y éstos se comen buena parte de los salarios. Las familias recurren a los préstamos bancarios y terminan con una carga financiera inmanejable. Pero hay algo más: el sistema empuja con fuerza increíble el consumo de ostentación: si Ud. no compra tales o cuales bienes, su estatus social se derrumba. Lo cual afecta hondamente a las capas medias asalariadas, las que pasan a vivir con un estrés hondo y permanente. Durante casi 4 décadas, se le ha predicado: “si quieres ser, debes de tener”; “si nada tienes, nada eres”. Al cabo, parece que los asalariados empiezan a captar lo anti-humano de la prédica neoliberal. De seguro, el ser no pasa por el hambre, pero tampoco por la enajenación de lo humano. Consideremos los dos quintiles más pobres en la distribución del ingreso. Muy probablemente, el nivel de vida material (en términos absolutos) de esos segmentos es de los más altos de América Latina (lo que no es para enorgullecerse, por la alta miseria de tales capas en la región). Ese nivel, tal vez es sólo inferior al de Uruguay (el que forjara Muxica). Además, el porciento de la población en extrema pobreza es de los más bajos de la región: un 3.5% en el 2016. En México, en el 2015, los que estaban en pobreza extrema llegaban a un 20.6%. En Uruguay, a un 0.3% en 2016. 3 Como sea, en Chile, el costo psicológico de estar en la parte baja de la distribución es abrumador. El chileno de hoy vive en la rabia, en la inseguridad, en el miedo existencial. En la frustración de los sueños nunca alcanzados. Y como el porciento de la población ocupada rural hoy es muy bajo (9.1% de la ocupación total en el 2017), tenemos que el enojo es básicamente algo que se concentra en los medios urbanos. Lo cual, le da un obvio carácter diferente a la protesta y, además, le otorga un posible potencial anti-capitalista que no se debe olvidar. II.- Rebelión de las capas medias asalariadas. Su componente moral. En el levantamiento popular hay un factor que se debe subrayar. Se trata de la masiva participación que en él han tenido las capas medias asalariadas, La que ha sido tal vez más masiva y decisiva que el de la de la clase obrera tradicional: los obreros o “cuellos azules (los “blue collars” de W. Mills). Estos sectores, valga insistir, si comparamos su nivel de vida absoluto con el resto de América Latina, muy probablemente se sitúan en los niveles más elevados. El PIB per-cápita de Chile es alto: 15247 dólares en el 2017, cotejado con $ U.S. 8851 en la media de América 2 Datos de Cepal a partir de Encuesta del Banco Central.