Revista Electrónica Sinéctica E-ISSN: 1665-109X [email protected] Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente México

GUELER, MARITZA Memorias de una pasión. Proyecto Con la Boca Abierta Revista Electrónica Sinéctica, núm. 26, febrero-julio, 2005, pp. 108-119 Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente Jalisco, México

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MARITZA GUELER*

* Periodista , direc- acia fines de diciembre de 1993 el actor, “Entre la tele y Saltimbanquis, prefiero Saltimbanquis tora y fundadora de la revista H Danzahoy en español, la pri- director y maestro Lito Cruz comenzó su Ho- porque te ve más gente. En la tele no te ven en todo el mera y única revista sobre menaje al teatro argentino, en un intento por re- mundo porque algunos miran otros programas. Sería lindo danza escrita en español y publicada en internet en los cuperar el pasado del teatro por medio de los estar en la tele pero haciendo Saltimbanquis.” Estados Unidos. Radicada en principales autores y sus obras. Trató de encon- Fanny, 8 años San Francisco, California, trar un espacio apropiado para exhibir los tra- colaboró como editora gene- ral y crítica de espectáculos bajos de esa muestra. ¡Una sala de teatro! Ago- El comienzo en varios medios del área de nía por la que deben pasar todos los teatristas la Bahía. de , sin excepción, y el teatro de La El 4 de mayo de 1994, en el barrio de La Boca, Ribera fue el último bastión de su peregrinar; en Buenos Aires, Argentina, ordenaron la cap- un teatro devastado, con una larga y penosa his- tura de los principales “barra brava” del Club toria de cierres y aperturas, que no sólo estaba, Atlético Boca Juniors, vinculados con la muerte y aún lo está, sometido a los antojos de una de los hinchas del club River Plate. Ese mismo política cultural errática y a los presupuestos de día, en la Secretaría de Cultura de la Nación se los sucesivos ajustes sino también a la imposibi- firmó el proyecto Con la Boca abierta. El actor lidad de sacar de nuevo a flote la actividad cul- Lito Cruz fue el director artístico, Carlos Cavanna, tural en el barrio. el administrador, y junto a ellos, dos asistentes, A partir de esa primera experiencia Lito Cruz un grupo de diecinueve actores, Roberto comenzó a esbozar, junto con el entonces subsecre- Palandri, director de la obra Saltimbaquis, la tario de Cultura de la nación, José Luis Castiñeira coreógrafa Antoinette San Martín, una asistente de Dios, un proyecto participativo para revivir el y diecinueve niños de las escuelas públicas de La teatro de La Ribera, para lo cual debía conquis- Boca. Todos ellos se comprometieron (por el tar a los más desamparados: los niños, hijos de periodo mayo–diciembre) a llevar adelante este familias marginadas, de escasos recursos econó- sueño del que se desconocía el final. El proyecto micos y pocas esperanzas. La violencia y el tráfico apuntaba a integrar el teatro a la comunidad a de cocaína dominaban un barrio sumido en los través de la participación activa de los niños de acres y rancios olores de un río contaminado, la zona. negro y pastoso, que parecía tragarse la vida por Algunos podrán decir, apuntó Cruz: un cono oscuro y nauseabundo. febrero-julio 2005 108 Sinéctica 26 S ENDEROS ¿Qué importa que veinte chicos hayan descubierto el tar a los chicos. Ellos nos darían la posibilidad teatro como una razón de vida? Son sólo veinte, ¿y los de entrar en la familia”. En el barrio comenzó a otros? Sin embargo, el efecto “contagio” cumple su activarse una necesidad de participación que cometido algunas veces. El teatro va creando simpa- estaba latente. tías, adhesiones, voluntarios. Un efecto comparable “Hay que visitar los conventillos1”, “hay que con el sistema de las manchas de aceite sobre un papel repartir volantes”, “hay que hacer carteles” (y se absorbente: muchas manchitas separadas entre sí, en quedaban hasta la madrugada pintando y di- un momento se transforman en una sola mancha. bujando letras), “hay que preparar cuentos para contar en las escuelas”, “hay que pintar esa pa- Como parte del plan, había que rescatar un tea- red”, “hay que pintar ese barco abandonado”. tro en ruinas, plantado en el corazón de un Nadie eludía las órdenes, y un par de días des- barrio marginal, marcado por la violencia del pués llegó la solución. “Vamos a hacer la feria fútbol, donde se refugiaron inmigrantes indo- artesanal nocturna”, se le ocurrió a Cruz, y como cumentados y malvivientes. Los niños fueron los por arte de magia aparecieron los reflectores, los protagonistas principales de este cambio provo- permisos, y se inauguró la feria. “Hay que invi- cado por la presencia del teatro en el barrio, tar jubilados para la muestra de teatro leído”, empero, por cuestiones legales no se les pudo dijo. Sacó su auto y salió a recorrer todos los hacer contrato dado que eran menores de edad, centros para jubilados del barrio. Los viejitos, de modo que se acordó que cobraran parte de que sólo lo conocían a través de la pantalla chi- las ganancias de la recaudación de las entradas, ca, se deslumbraban al verlo como un ser real de la cual quedó 70 por ciento para la compa- con quien podían hablar, tomar mate, pedirle ñía y 30 por ciento para el teatro. Se estableció autógrafos. Un actor de la televisión, con quien un sistema de cooperativa. No obstante, para compartían análogas vivencias del pasado, venía hacer efectivo el pago era necesaria una resolu- a invitarlos al teatro, se interesaba por ellos. “Si ción de la Secretaría de Cultura, que llegó el 30 no fuera por Lito, nunca hubiera podido venir de diciembre de 1994: “Si bien este mecanis- al teatro”, dijo una viejita. mo puede despertar el interés económico de los padres —recalcó Cruz—, tampoco podemos El principio del cambio usufructuar de los chicos y no pagarles”. Por problemas con el presupuesto y de partidas, como “Lito, creo que voy a dejar el fútbol por ésto”, le es habitual, actores y directores cobraron por espetó Marcelo, uno de los niños que por ese primera vez, y en diferentes fechas, en septiem- entonces ya formaban parte del primer elenco bre de ese año. Los bolsillos de Lito Cruz y de de niños actores elegidos para el proyecto Con Carlos Cavanna se convirtieron voluntaria e la Boca Abierta. Ese fue el primer síntoma de involuntariamente en la caja chica de un teatro que algo estaba pasando. No importaba cuán- que comenzaba a caminar con escaso apoyo de tos sentían lo mismo sino que algo empezaba a la prensa. La falta de dinero para mantener el moverse en ellos a partir del primer contacto teatro se fue acentuando con el paso del tiem- con el teatro. La idea básica era colaborar o ha- po, y resultó difícil encontrar el vehículo legal cer un aporte a la educación a través del teatro: para solventar los gastos: focos, artículos de lim- pieza, cañería vieja... Esto tiene que ver con la visualización de una deca- Cruz pidió ayuda y colaboración a la gente dencia del teatro como parte de la educación y de su del barrio: “Partí de la imagen de ver a ese ba- exacerbación como vehículo comercial, elitista y ego- rrio caído —comentó—. Si el barrio no está céntrico, que se desvincula de sus orígenes. Es necesa- movilizado culturalmente, no se puede pensar rio partir de la base de que el teatro es una representa-

en la posibilidad de que el teatro de La Ribera ción donde la gente se ve a sí misma y puede reflexionar febrero-julio 2005 exista. Y como primera medida, apunté a resca- sobre sus temas. En el caso de los chicos, es de supo- 109 Sinéctica 26 S ENDEROS ner que si desde la infancia participan de manera acti- bailara y así empecé. Ya me iba a ir a mi casa. Era la va en el teatro, no sólo como espectadores, el teatro primera vez que bailaba y me dió mucha vergüenza. formará parte de su experiencia infantil, y posible- Después, todo fue magia.” Romina, 11 años mente tendrá alguna importancia en su vida. De esta manera el teatro también tiene que ver con la inten- Puesta a punto ción de que este país vuelva a tener las raíces teatrales que tuvo. La descripción del estado edificio del teatro se vinculaba a esta larga historia de desamparo Con la Boca abierta rescató el teatro como una cultural y social. Los pisos de la sala y el servicio disciplina propia de la comunidad. Estos niños, eléctrico estaban por completo destruidos des- por haber formado parte activa de una experien- de hacía largo tiempo. Escombros, nada más que cia teatral, quedarán cautivados por el resto de escombros. Sólo permanecían intactos los sus días y serán buenos espectadores de teatro. murales del pintor Benito Quinquela Martín, Ofrecer alternativas diferentes a las de la televi- creador de este teatro. El primer paso fue tratar sión, que sólo soluciona el aspecto del entrete- de poner un poco de orden enmedio de ese caos Con la Boca nimiento y la información, es y fue un gran de- que casi tornaba al teatro en un sitio inservible. abierta rescató el safío. Sin embargo, en el caso de este proyecto, A medida que los expertos recorrían sus instala- teatro como una la gente encontró dentro del arte otro camino ciones, las sorpresas y los peligros se acentuaban que le permitió sentirse más viva y más huma- cada vez más. disciplina propia na. El arte, aunque sea en su nivel más elemen- El frío llegó con el calendario, irremisible- de la comunidad tal, induce a una reflexión sobre uno mismo, mente. Y con él, la cruel perspectiva de albergar sobre el sentido de la vida y las relaciones hu- a 500 niños en una sala helada, con corrientes manas. de aire capaces de romper los vidrios de las puer- La Boca, lugar donde se gestó el proyecto tas de entrada. En la sala había cinco estufas de Con la Boca abierta, era un barrio casi abando- gas radiante, cuya fuente de alimentación era nado, física, anímica y espiritualmente. Un ba- una manguera flexible que pasaba por la zona rrio sin entusiasmo y sin perspectivas de tener de los talleres eléctricos. Las inundaciones suce- un lugar propio. Los más jóvenes estaban su- sivas, provocadas por las lluvias o la crecida del mergidos con desesperación y adicción en el riachuelo, que a veces superaban el metro de mundo del fútbol, que operaba como canal de agua, hicieron intransitables ciertos sectores, en proyección de ciertas aspiraciones marcadas por special el sótano. La humedad formaba parte las pautas culturales de la sociedad: ganar dine- del paisaje como un magnífico juego de man- ro de manera segura y rápida. Sin embargo, es chas. El agua brotaba por los conductos del aire posible arriesgar la hipótesis de que el fútbol acondicionado y se depositaba en el lado izquier- también funciona como una vía de escape para do del escenario. los graves conflictos familiares, en los que la pro- Mientras la reconstrucción se ponía en mar- miscuidad, el maltrato y la delincuencia alcan- cha, director y actores trataban de encaminar el zan límites insospechados. proyecto cultural sin contar con las condiciones “Después de un tiempo —observó Cruz— mínimas de trabajo. Había que recibir a 1,000 los chicos no sólo se limitaron a venir para hacer niños por día. Cuando la reconstrucción del tea- sus funciones sino que empezaron a venir los tro estaba “casi terminada”, Lito Cruz hizo una días en que no tenían que trabajar. A veces se convocatoria a la gente de La Boca: biblioteca, acercaban a ver las funciones de los adultos, o museo Quinquela Martín, Universidad Popu- las de sus otros compañeros”. lar, Bomberos voluntarios, Asociación de Artis- tas Plásticos, centros de jubilados, Prefectura “Al principio no quería ir al teatro porque no me anima- Naval, escuelas primarias y secundarias, Asocia- febrero-julio 2005 ba a bailar, pero después, mi mejor amiga me dijo que ción Pintores de Caminito, Administración de 110 Sinéctica 26 S ENDEROS Puertos, Centro Odontológico, Casa Cuna, raron la tarea de montar Saltimbaquis en el tea- Comisaría 24, Concejo Vecinal, centros de Ar- tro de La Ribera con niños seleccionados en las tesanos, Club Rotario, murgas2 y medios de escuelas del barrio. A la convocatoria se presen- comunicación. Buscó cierta complicidad. Sabía taron 35 chicos, de los cuales sólo quedaron diez que ellos jugaban con ventaja por formar parte para formar el grupo A, y luego incorporaron a del barrio y conocer su entorno de cabo a rabo. diez más, que integraron el grupo B. Ninguno “Hay que crear un vínculo —imaginó Cruz—, de ellos tenía experiencia previa en el teatro. Más una ‘cadena humana’ entre el destinatario últi- tarde, cuando las funciones comenzaron, se hizo mo que puede ser un pibe3 llorando en un rin- una nueva convocatoria, 70 inscritos, con la in- cón de un conventillo y el escenario del teatro”. tención de ir seleccionando los elencos de las No quiso invadir el barrio sino integrarlo a las próximas obras que se montarían en 1995, ba- actividades del teatro. Los primeros en formar sadas en poemas y textos de Elsa Bornemann. parte de ese fenómeno fueron los niños selec- Desde su primer estreno en el país en 1982, cionados para integrar el elenco de Saltimban- Saltimbanquis mantuvo una característica identi- quis, una comedia musical basada en Los músi- ficatoria: la participación de niños en el elenco. cos de Bremen, de los hermanos Grimm. La experiencia se inició en Capital Federal y lue- Fascinados y deslumbrados por la presencia go se repitió, con el mismo criterio, en otras de Lito Cruz: “ese actor que sale en televisión”, ciudades y siempre dirigida por Palandri: “A tra- sintieron que la fantasía que les presentaba la vés de todos los años en que venimos haciendo pantalla podía hacerse realidad, y que ellos eran esta obra —aseguró Palandri—, nos hemos dado los elegidos. Lito, dueño de una conmovedora cuenta de que la clave principal es trabajar con ternura, supo acercarse a ellos sin mezclar los chicos de la zona. El método es que el grupo se roles: ni padre ni abuelo ni confesor ni director arme detrás de un objetivo común: contar la ni compinche, sólo fue Lito Cruz, con lo mejor historia al público”. Este cuento reafirma valo- y lo peor de sí mismo. En esta oportunidad se res esenciales que deben reforzarse en forma per- quitó las máscaras de actor para dejar paso a la manente dentro de la temática infantil: la unión, tibieza del gesto. el amor, el respeto y la libertad. La intuición es el camino para la intelectualización posterior. El contacto con los chicos es muy natural —conta- ba—, muy simple, y casi distante. Cuando llegan, Cómo lo hicimos vienen los 20 a darme un beso, pero casi nunca hablé con ellos. Simplemente aprendí sus nombres. La idea El primer día es ser una figura que está funcionando, sin que me confundan con un nuevo papá, el instructor o el pro- Nervios, caritas de susto, vergüenza, ganas de fesor. Sólo quiero que les quede claro que soy alguien salir corriendo, entusiasmo... Había que empe- que tiene que ver con el teatro. Y si bien no sé muy zar de alguna manera. “Hicimos presentaciones bien cómo se produce la catarsis en el hogar, advierto, mentirosas para jugar con lo que es la verdad y porque me lo cuentan los padres, que el chico quiere la mentira en el escenario”, cuenta Roberto que las zapatillas estén muy blancas y perfectas. Si Palandri. Cada uno era algo distinto de lo que tienen una manchita, les hace lío. De esta manera realmente era: “Soy una nube y vivo detrás de advierto que se va gestando cierto respeto y cierta esas montañas”, “soy un bombero”, “soy una pureza por el trabajo. bailarina”, y así fueron sumándose. A estas “pre- sentaciones mentirosas”, como las denominó En el principio Palandri, se integraron tres o cuatro adultos para inducirlos a entrar en el juego. Luego se hicie-

Roberto Palandri como director de la obra, y ron las presentaciones verdaderas. “Se transfor- febrero-julio 2005 Antoinette San Martín como coreógrafa, enca- mó en un ejercicio grupal —agregó—, con la 111 Sinéctica 26 S ENDEROS intención de entrar a jugar con ellos en la im- televisión y de las dificultades que se presenta- provisación y también de estimular aspectos ban para crear algo propio. La carencia del há- creativos. Más tarde, el grupo se fue agrandan- bito de la lectura entorpece el desarrollo de la do y ya intervenían los actores”. imaginación. Durante la improvisación el niño participa Después llegó la búsqueda de coreografías y con el cuerpo, la palabra, su sensibilidad, sus hubo que establecer las relaciones con los amos recuerdos y sus sueños; toda su personalidad está y los animales. Antoinette y Roberto recuerdan empeñada en superar ese desafío, aun cuando aquellos primeros tiempos con una enorme ter- lo rechace. En muchos casos los aspectos psico- nura. La relación con los chicos los ponía a prue- lógicos conspiran contra el proceso de desinhi- ba todo el tiempo: “En un momento me dí bición e impiden el desarrollo de habilidades cuenta de que estaban enganchados con el tra- comunicativas y la expresión creadora en sí mis- bajo, porque pedían más tiempo de ensayo — ma. Esos obstáculos motivacionales interfieren dijo San Martín casi con complicidad—. De de tal forma que pueden aparecer como una golpe se encontraban manejando un lenguaje aparente incapacidad. El miedo a no saber qué nuevo junto a un grupo de adultos que jugaban es lo que piensan las otras personas de ellos, a como ellos”. Tenían que comprender el texto de evitar errores que puedan ser mal vistos o criti- la obra, encontrar el ritmo de las canciones y cados, y hasta el mismo desconcierto de estar adaptarse a las consignas de Antoinette y Ro- en un espacio desconocido, pueden conspirar berto. Se hizo necesario explicarles por qué se contra la libertad de un niño. hacía cada cosa. “El trabajo fue como ponerle coreografía a “Me gustaría que a Saltimbanquis se incorporara una una bandada de pájaros —describió San Mar- tortuga, porque soy muy lenta para estudiar”. tín—. A partir del gran desbande, hay que em- Paola, 12 años pezar a indicarles donde está el nido, la rama, el sitio donde comer”. Con sus grandes ojos oscu- Asustados y temerosos, los niños subieron al ros y brillantes, su figura menuda y su voz sua- escenario dispuestos a internarse en un mundo ve y vigorosa al mismo tiempo, Antoinette San desconocido en el que se pondrían a “prueba”. Martín, fue creando la coreografía en función “¿Serviré?” “¿Me quedaré?” “¡Cómo me gustaría de la propuesta temática de la obra. Nunca ol- ser el mejor...!” “¿Qué nos harán hacer?”... Esas vidó que los protagonistas eran niños y que te- preguntas surgían como remolinos en sus ca- nían que mantener la frescura y la gracia, sin bezas, y no sabían qué hacer. Al principio, caer en el caos y el desorden. “Antoinette y Roberto”, así los llamaron desde “La coreografía es como una abstracción el primer día, centraron su atención en los ejer- geométrica —explicó la coreógrafa—. La mayo- cicios de adaptación y de integración grupal, de ría de los movimiento los traduje a través del los cuales ellos también formaron parte. “Trata- movimiento de un animal para facilitar la com- mos de elaborar la noción ‘cuerpo’ —asegura prensión”. Ella sabía que no estaba trabajando Palandri—. Saltimbanquis es un cuerpo grande con bailarines ni con adultos. Eran niños sin con muchas partes: manos, ojos, corazón... y si ninguna formación a los que no había que qui- fallaba una de las partes, fallaba la totalidad. tar su espontaneidad. Debían mantener su rol Trabajamos mucho sobre esa idea unificadora, de niños. Antoinette no quería ver bailarines en que es también el mensaje de la obra. El plan- el escenario sino niños. Así fue enseñándoles a teamiento fundamental de la pieza es la unión hablar con el cuerpo. Y tuvo que empezar desde de los desprotegidos (niños y animales); más el principio, por el balbuceo. desprotegidos que ellos no hay”. Era necesario hacerles entender que el duen- Coreógrafa y director coincidieron en la ten- de tarda tiempo en aparecer, y cuán imprescin- febrero-julio 2005 dencia de los niños a repetir los modelos de la dible era encontrarlo dentro de sí mismos. Y el 112 Sinéctica 26 S ENDEROS duende aparecía por momentos sin que ellos del teatro algo más de lo que reciben como es- alcanzaran a descubrirlo. pectadores.” “Como si de pronto se metieran en un libro de cuentos —acotó San Martín—. “De Saltimbanquis me gusta todo, menos agarrarle la Sin embargo, cuando se cierra el libro, ya no mano a las chicas”. Jorge, 8 años forman parte de ese cuento. Esto es lo más difí- cil de lograr. Los chicos deben seguir mante- Es habitual que los chicos sean espectadores frente niendo su actitud de niños, pero en el momen- al hecho teatral, el cual pasa a formar parte de to en que entran en el cuento, tienen que actuar una actividad extraescolar. Los maestros apenas como los personajes de ese cuento”. alcanzan a fomentar la participación a través de Roberto Palandri partió de la premisa de fo- teatralizaciones, o llevándolos al teatro a ver mentar la creación a partir de la libertad. No una obra que luego se comentará en la clase. Una obstante, la intención fue generar cierto con- situación diferente se plantea cuando el chico se trol, sin que ese control limitara la libertad integra al teatro de manera activa y acepta sus creativa del niño. “Sin embargo —agregó San reglas de juego. La posibilidad de participar Martín—, el chico no cree en esta propuesta “desde adentro” en la construcción del espectá- ajena al autoritarismo, ellos esperan que en al- culo despierta en ellos una serie de sensaciones y gún momento aparezca, buscan la autoridad. conductas diferentes: valoriza el grupo, amplía Esta actitud se advierte en algunas repeticiones sus posibilidades de socialización y comunicación, de conductas”. construye actitudes positivas para la funcionali- dad del grupo y acentúa la colaboración y la in- “Yo quiero estudiar para ser actor como Lito Cruz, para tegración. “En el caso de Saltimbanquis —dijo hacer esas películas como las que él hizo en contra de la San Martín—, los chicos de la platea hacen una droga”. Marcelo, 11 años doble identificación al ver a un igual que está jugando con los animalitos y contando un cuen- Todos los días llegaban “puntuales” a las 13.30, to que habla de la unión de los desprotegidos”. con su bolsito preparado y se metían directa- “Creo que es la bisagra perfecta que Saltimban- mente en el camerino. Se cambiaban haciendo quis tiene como obra de teatro infantil —agregó algún chiste o una vacilada y volaban al escena- Palandri—. Por otra parte, no obliga a los chicos rio donde Antoinette los esperaba. Al principio a representar un rol de semiadultos, ni los aleja todo resultaba novedoso, sin embargo, a medi- de sus conductas de niño.” da que avanzaba el trabajo y se acercaba el estre- no, las repeticiones les resultaban cada vez más “Dejé la tele por el teatro porque me aburría mirando la aburridas. Los ensayos duraban hasta seis horas tele. En el teatro te diviertes más”. Claudia, 10 años por día, y casi cercanos al debut terminaban a la hora de la cena. Aún así, ellos mismos pedían El planteamiento inicial puso especial atención más horas de ensayo, más días, más tiempo. en enseñarles un lenguaje nuevo para ellos, el Cada uno debía ocuparse de su camerino, si del teatro. Al mismo tiempo, Palandri y San bien eran compartidos. “¡Acá no hay ninguna Martín se propusieron partir de las pautas del mamá que esté levantando sus cosas!” — “teatro-juego” con la intención de provocar enfatizaba Antoinette. Y los camerinos se con- el desbloqueo corporal y emotivo a partir de un virtieron en un sitio más acogedor que sus pro- trabajo en libertad, con sus formas, reglas y con- pias habitaciones. Cada uno trajo sus juguetes, venciones, sin descuidar el placer y el sentido sus posters preferidos, sus muñecos de peluche. lúdico. A los pocos días de escuchar a Antoinette refe- “No trabajamos para formar niños actores — rirse a ellos como “una bandada de pájaros”, uno

afirmó Palandri— sino para que puedan tomar de ellos trajo un cartel de pájaros. febrero-julio 2005

113 Sinéctica 26 S ENDEROS Desde el primer momento tuve que trabajar a dos Tampoco sabían muy bien su propia edad, ni puntas: la relación afectiva, y la profesional —recordó sus nombres ni lograban precisar dónde vivían. Antoinette—. A veces me hacían confidencias. Han Algunos mendigaban. Se fueron invitando uno llorado más de una vez por situaciones familiares. Al- a uno. Al principio eran sólo dos. gunos no se daban cuenta de lo que les pasaba, y Es importante que los chicos den vueltas por solamente charlando con ellos, u observándolos, se el hall después de la función —comentó Cruz—, podía advertir que el chiquito no tenía apoyo ni con- que a veces paguen y a veces no. He pensado el tención. Hay cosas que son muy personales, referidas tema del dinero, y he tratado de que no se rela- a padrastros, castigos y malas situaciones familiares. cione al teatro con el dinero. De esta forma se Tratamos de contenerlos, escuchándolos como una va introduciendo de una manera más simple, mamá o un papá. No obstante, siempre intentába- sin caer en un sectarismo estéril. Si tengo, cola- mos inducirlos para que confiaran en alguien de su boro. Pero a mí me parece que todo se centra en familia. el contagio. Tal como ocurrió con Los Pitu. Al cabo de un tiempo tal vez vengan 50. Ese es un El teatro fenómeno impredecible.

“El camarín4 es sagrado”. Nazareno, 10 años “Se me cumplió un sueño. Yo quería hacer teatro”. Ana, 11 años El viernes 15 de julio estrenó el grupo A de Sal- timbanquis. La sala del teatro se llenó de niños Octubre fue el momento propicio para poner vagabundos o “chicos de la calle” como suele en marcha los Cuentos de Boca en boca, para con- identificarlos. A ellos se sumaron las familias de tinuar con la idea inicial de involucrar al barrio los protagonistas que, por primera vez, pisaban en todas las actividades del teatro. De vecino a un teatro. Emoción, alegría y esperanzas. Du- vecino: “visitar para que nos visiten”. De esta rante el fin de semana se repitieron las funciones. manera, distintos grupos de actores recorrían las En la vida cotidiana, el dinero que escasea, escuelas contando cuentos. Esta mecánica se el miedo, la violencia y la marginalidad se plan- manejó a través de la coordinadora del distrito taban con sus fatales mordazas. Pero el teatro escolar, quien a su vez hizo el contacto con los estaba allí, con su luz particular y casi sublime. directores. Una experiencia que ya había comen- Poco a poco, con el mismo esfuerzo con el que zado en las plazas, y luego en las vecindades . El se intenta hacer caminar a un inválido, el teatro día que llegaron a la primera casa de huéspedes, se convirtió en el corazón de un fenómeno cul- los chicos empezaron a aparecer por todos la- tural. “Como el teatro abarca todas las discipli- dos. En una lucha contra el sedentarismo que nas —afirmó Cruz—, tenía la sensación de que impone la televisión, el espectáculo fue a buscar las otras iban a empezar a funcionar cada una a a la gente. La intención fue proponer algo dis- su tiempo. Era necesario incorporarlo a la vida tinto que los obligue a apagar la televisión. cotidiana del barrio. En principio fuimos invi- La propaganda del teatro estaba asegurada. tando a la gente para que viniera a ver el edifi- La cantidad de espectadores aumentó, y el tea- cio. Tenía la sensación de que el teatro debía ser tro se llenó de esos niños que vivían en las ve- participativo, nosotros no podemos llegar al cindades. Los adultos optaban por obras como barrio con un espectáculo y sentarnos a esperar “Venimos de muy lejos”, el ciclo de “Los gran- que venga la gente”. des del teatro”, o la orquesta de tango Juan de A poco de haber comenzado las actividades Dios Filiberto, espectáculos que se incorpora- aparecieron los primeros niños, Los Pitu5, los lla- ron también a este proyecto de “revivir” el tea- maron, quizás por su tamaño. Algunos no al- tro. “El teatro comenzó a existir porque nos canzaban a balbucear palabras, otros apenas te- metimos en las casas para decirles: ‘Señores: aquí febrero-julio 2005 nían cuatro años y los más grandes casi 10. hay un teatro y les pertenece’”, dijo Cruz. 114 Sinéctica 26 S ENDEROS “Nunca se me había ocurrido hacer teatro antes. Cuando reciben el cuidado y la asistencia que ellos no entré por primera vez sentí mucha emoción. Había algo pueden darle. Una merienda, al menos frugal, agradable. La primera vez me agarró un nudo que no es mejor que sentir el fantasma del hambre ace- podía ni gritar ni hacer nada”. Héctor, 11 años chando en los rincones de la casa. Los docentes saben del doloroso ruido de las panzas vacías, En la escuela y en el barrio del desgano hipoglucémico, de la abulia de la anemia... Es jueves. Fecha de campeonato de fútbol. Los chicos pierden sus clases nuevamente. La vio- “Mis hermanos me cargan,7 me dicen un montón de cosas: lencia y el desmadre amenazan sin piedad. An- bailarín, por ejemplo. Pero no les doy bolilla. Si mi mamá dar por las calles de La Boca en las horas previas me dice que no voy más al teatro porque estoy flojo en la y posteriores a las de un partido de fútbol es escuela, me pongo a estudiar”. Jorge, 8 años arriesgar la vida a cada instante. Aunque todo permanezca en calma, el vaho de esa violencia “Sin descuidar el colegio”, fue la consigna de contenida con el sutil olor de las cuentas pen- Roberto Palandri y Antoinette San Martín. dientes se cuela por el aire. Denso y oscuro, el ¡Maestros en estado de alerta! Cuando comenzó El teatro se tráfico letal de cocaína hace hueco en las esqui- el proyecto Con la Boca abierta, los chicos no convertía en una nas con ropajes diferentes. El fanatismo permi- lograban el equilibrio, bajaron la capacidad de esperanza vital te regurgitar el odio de la marginación y la po- trabajo en el aula, se sintieron “estrellas” —no que los breza. Y los chicos allí, observando el ir y venir todos—, se creyeron omnipotentes. Los prime- de los camiones repletos de fanáticos de fútbol ros meses de ensayo los desbordó la nueva pro- emocionaba y los con su pasión sudorosa, pegajosa por el hollín. puesta y la sobrecarga de trabajo. Ninguno es- trastornaba taba acostumbrado a hacer otra actividad fuera “Teatro y futbol. Si tuviera que elgir no sé qué haría. de la escuela, con excepción de tres de ellos que Fútbol: ganar, salir campeón. Teatro: ser mejor actor. En la practicaban yudo y fútbol, y el teatro se presen- cancha siento emoción y arriba del escenario siento taba como una alternativa infinitamente más alegría”. Héctor, 8 años atractiva que las clases de todos los días. Esta- ban cansados, agresivos, somnolientos. Sólo pen- “¡Hay sudestada!6, tenemos que irnos. No va- saban en el teatro: “A mí la escuela no me inte- mos a poder salir de aquí en cuanto llegue el resa, a mí me interesa el teatro. Mi vida es el agua”. Y el agua llega, lodosa, animal, invadien- teatro” —desafió uno de los Saltimbanquis a su do recónditos espacios, devorándolo todo. El ria- maestra, mientras descuartizaba un bolígrafo y chuelo desborda con sus fétidos olores conta- llenaba de tinta pegajosa el pupitre. minados, y otra vez se suspenden las clases. Las —¡Qué estás diciendo!, —gritó la maestra páginas de los cuadernos se quedan en blanco, con impotencia—. ¡Nunca vas a poder ser un esperando que el río baje, que desaparezca el buen actor si sos un burro!... riesgo feroz de electrocución y que todo vuelva El teatro se convertía en una esperanza vital a esa inestable normalidad que se convierte en que los emocionaba y los trastornaba. El tiem- condena permanente. Opaco, cruel, desafiante po se encargó de encontrar el equilibrio: es el paisaje diario. Los niños vuelven a faltar a la escuela. En el río, o en el fútbol está la excusa Tal vez el maestro advierte que los chicos están más colectiva y válida. Siempre faltan. agresivos —admitió la coordinadora del distrito esco- Desde hace más de 20 años la institución lar—, pero esa es una reacción positiva, es porque está escolar fue cambiando su perfil como consecuen- tomando desenvoltura para expresarse en libertad. Es cia de las transformaciones socioeconómicas y lo mejor que les puede pasar. Hay que canalizar la

políticas del país. Para esas familias, la escuela agresividad en otros proyectos, y permitirle que febrero-julio 2005 se convierte en un depósito en el cual sus hijos disienta. No queremos chicos pasivos y obedientes, 115 Sinéctica 26 S ENDEROS recalcó. Necesitamos niños que sepan desempeñarse diseños curriculares de los niveles primario y en un medio crítico como es este. De lo contrario, mal secundario. En ellos, los aspectos creativos es- puede ser transformador de la sociedad y de la reali- tán pautados de acuerdo con lineamientos ge- dad. nerales que desechan la originalidad y la capaci- dad individual para descubrir diferentes perfiles “Seño, tengo que venir muy limpio para traba- de creatividad. El alumno y el docente se con- jar en el teatro” —repetían. Adquirieron nuevos vierten también en víctimas de una estructura hábitos, como hablar con corrección, decir gra- que obliga a la deserción. cias, abrir la puerta a la maestra, pedir por fa- vor. “Mejoraron la conducta notablemente — El teatro, los chicos y la familia continuó la maestra—, eran chicos golpeadores, agresivos, escupían en el piso, se sonaban la na- La noticia se desparramó como esas famosas riz sin pañuelo, venían sin peinarse... A través manchas de aceite que imaginó Lito Cruz. En de estos cuatro chicos del grado que están en el los colegios el rumor fue creciendo y entre los teatro, se incentivó el cambio de todo el grupo. amigos se pasaban el dato. Aparecían en Ellos sirvieron como agente transmisor, no sólo “patota”,8 apoyándose unos a otros. Marcelo se en los chicos del grado sino con los de otros resistió. Sus amigos le insistieron hasta conven- grados.” cerlo. Con sus gestos ariscos, y un poco de trom- Los chicos encontraron en el teatro una sali- pa, llegó al teatro. No quería saber nada, ese era da a esta muerte cotidiana. Trataron de defen- su discurso. No obstante pasó todas las pruebas der con todas sus fuerzas ese espacio que les per- sin hacer un sólo comentario en la casa. El si- tenecía íntimamente. Si la condición para seguir lencio tenía cierta justificación: el temor al fra- era “estar bien en el colegio”, algo inventaban caso y las vaciladas del resto de los hermanos para que las calificaciones subieran y no les qui- eran un peso pesado para ellos. —Se la tenía taran ese espacio conquistado. Lo defendieron guardada —comentó el padre con gesto de: “es- con celo. tos son mis hijos”—, nos decía que se iba a es- tudiar a la casa de los compañeros y venía al “Todo lo que estoy haciendo en el teatro lo voy a guardar en teatro a audicionar. un lugarcito de mi corazón como un lindo recuerdo”. La conmoción llegó para toda la familia. Los Silvana, 8 años más chicos se instalaron en el teatro para ver a “su” Marcelo. Cuando Jorge su hermano descu- Los que están trabajando en el teatro adquirieron brió Saltimbanquis, se anotó sin dudarlo en la mayor soltura de cuerpo y de adentro, comentó otra segunda selección. El resultado era evidente: maestra, porque cuando el cuerpo se suelta, también sabía todos los pasos, los textos, la música... Sólo ocurre lo mismo con el interior. Los chicos superaron faltaba demostrarlo: el trance de los primeros meses de ensayo. Después de un tiempo debo reconocer que comenzaron a mover No tuvo que adaptarse demasiado porque el herma- mejor el cuerpo, estaban disciplinadamente activos y no practicaba en casa —contó el papá—. Además, se fueron habituando. Debería establecerse un con- esto es contagioso, tengo un chiquito de dos años que tacto más directo entre los maestros y el teatro para anda cantando las canciones de Saltimbanquis. Toda corroborar el rendimiento de los chicos en la escuela. la familia tiene la camiseta de Saltimbanquis. Marcelo De lo contrario, estamos creando desertores. dejó el fútbol por el teatro —remarcó. Confesión que suena intrascendente para cierto entorno, pero que La escuela, tal como está estructurada, se pre- en La Boca es casi un símbolo de evolución y cambio. senta como una obligación sin recompensa. Y la opción entre escuela y teatro no admite dis- De pronto los chicos sintieron un interés muy febrero-julio 2005 cusión. En esta opción colaboran también los fuerte por el teatro. Una pasión incipiente que 116 Sinéctica 26 S ENDEROS no habían manifestado antes por ninguna otra principio se enojaba con Antoinette, se rebela- actividad, ni siquiera por el fútbol. Ensayaban ba, protestaba en casa: Hay dos caminos —le sin parar. Salían de la escuela y volaban al tea- explicó su mamá—, continuar y aguantar lo que tro. Soñaban con el teatro. Pasaban el día ente- te dice tu maestra o abandonar”. ro cantando las canciones de Saltimbanquis, “Fanny tuvo cambios notorios en su cuerpo trataban de reproducir las coreografías... Se bus- —advirtió la mamá—, se le nota que hace gim- caban entre ellos, se acercaban, generaban nue- nasia. Me acuerdo que antes, cuando la manda- vos vínculos. Un torbellino de nuevas sensacio- ba a gimnasia y a danza, no quería ir. También nes los perturbaba y les hacía perder el norte. tuvo cambios en la forma de vestirse”. Eran muchas cosas al mismo tiempo. Estaban invadidos por esa magia inexplicable del teatro “Para mí es algo muy especial trabajar en el teatro, es algo y no lograban despertar. Montados en una in- mágico”. Soledad, 12 años mensa nube azul llegaron al planeta donde los sueños son posibles. El hall del teatro se convirtió en un lugar de juego y de encuentro. Los espectadores pasaban “El día que nos dijeron que no nos podían pagar mucho, le por allí para encontrarse con “los artistas”, prac- dije a mi mamá: ‘A mí no me interesa , me ticaban la media luna, hablaban con los actores interesa lo que yo hago, porque me gusta mucho’. Con tal de y disfrutaban de esta nueva posibilidad de te- ir al teatro haría cualquier cosa”. Claudia, 10 años ner un espacio para ellos. Los saltimbanquis, lo adoptaron como una agradable costumbre donde De una manera o de otra, los padres de los chi- el afecto abría sus cauces sin condicionamientos. cos se adhirieron al proyecto a través de sus hi- Saltimbanquis planteaba una alternativa de vida, jos. Descubrieron el teatro por sus hijos y no la unión, la libertad, el amor. De una manera o perdieron una sola función. En cada una de las de otra, los chicos, sin saberlo, empezaban a funciones, no perdían ninguna, se emocionaban, interiorizar el mensaje de la obra. se entusiasmaban y sentían el orgullo de verlos hacer lo que querían. Sabían la obra de memo- El fin ria, cantaban las canciones igual que los hijos y, por momentos, se les despertaban las ganas de “El teatro es un milagro.” Marcelo, 11 años subir al escenario también. Los niños estaban provocando esa transformación que imaginó Lito Cuando llegó septiembre el proyecto Con la Cruz cuando gestó este proyecto: la familia se Boca abierta volvió a trastabillar luego del insó- integraba al teatro y a la vida cultural del barrio lito y abrupto alejamiento del secretario de a través de sus hijos. Cultura de la nación. A fin de año, y con un Los cambios fueron apareciendo inevita- nuevo secretario de Cultura a la cabeza, el pro- blemente. Las ganas de sobresalir, la reafirmación yecto llegó a su fin. El teatro de La Ribera pasó de la autoestima, los deseos de permanecer en a ser una dependencia de la municipalidad de ese mundo diferente, se fueron acentuando la ciudad de Buenos Aires. Nuevas autoridades en ellos. Subir al escenario era un encuentro con y nuevas políticas culturales dejaron sin efecto la magia y la alegría. Era el pequeño espacio de el proyecto Con la Boca Abierta. Contradicto- felicidad. rias, complejas y escurridizas fueron las respues- “Al margen de que estar arriba de un escena- tas. ¿Cómo fue el traspaso del teatro de La Ri- rio los hacía sentirse estrellas —confirmó una bera de la nación a la municiplalidad? ¿por qué? de las madres—, fue positivo para ellas porque ¿por qué La Ribera tiene que responder a la po- les impuso disciplina y responsabilidad. Paula lítica cultural impuesta desde un teatro del cen-

sufrió mucho ante la rectitud del trabajo. Al tro? Nadie supo dar una respuesta creíble. febrero-julio 2005

117 Sinéctica 26 S ENDEROS “Quisiera ser un camello porque tiene dos jorobas. Y en esa movilización grupal se gesta la concien- también quisiera ser una paloma para volar en libertad”. cia de un objetivo común: el teatro es de todos, Omar, 14 años el arte es de todos. A medida que el teatro se fue imponiendo en Sería absurdo enumerar historias o teorías refe- el barrio, se gestaba un fenómeno paralelo entre ridas a las formas de influencia del arte en el los chicos actores y espectadores. Los primeros mundo infantil. Es una etapa en la que la sensi- aprendieron a trabajar con pautas prestablecidas, bilidad está menos parapetada y los canales in- y se incorporaron a una disciplina con un obje- ternos permanecen abiertos a cualquier propues- tivo concreto que era sacar el espectáculo ade- ta. Por lo general, quienes tuvieron una primera lante. Al mismo tiempo debieron integrarse a experiencia con el arte en la infancia, se sienten un equipo y convertirse en un grupo. Una pro- tocados directa o indirectamente por ella, y en puesta nada fácil para la Argentina del indivi- su vida de adultos le tienen cierta simpatía o dualismo y el éxito personal. Para los niños se empatía. Algunos optan por romper los cáno- hacía complejo funcionar con conciencia de gru- nes de las profesiones estables y seguras, “dig- po, aun cuando este estuviera integrado por nas de personas serias”, y se introducen en las amigos, conocidos del barrio o del colegio. La filas del arte como único camino profesional. idea de integrarse a un nuevo entorno, ajeno al No obstante, en La Boca, o en cualquier barrio pequeño círculo de individualidades gestado en marginal, la presencia permanente de un teatro la escuela implicaba, en especial para estos ni- en el que la comunidad interviene de manera ños, una lucha interna en exceso movilizadora. activa podría provocar un efecto diferente, de Se vieron obligados a concientizar otros códigos marcadas connotaciones sociales. Ya no se trata- de comunicación y a adoptar una actitud soli- ría de casos aislados, movidos por un interés daria con los otros. Si bien la movilización in- individual (que nunca deja de existir) sino que terna que se produce en un niño–espectador no es semejante a la del actor en cuanto a la inten- sidad de la vivencia, los espectadores observan el fenómeno desde otro ángulo. Las características de la sociedad contempo- ránea y, más en concreto, de argentina, han pro- vocado en la niñez una carencia absoluta de los incentivos esenciales. La escuela es una especie de “operación” a la que deben someterse sin nin- guna garantía. Este fenómeno, íntimamente re- lacionado con la pérdida de valores, se advierte con mayor fuerza en las comunidades margi- nales. No hay metas, no hay modelos, no hay ideales. Sin embargo, la reapaertura del teatro de La Ribera provocó una sacudida interna en esos chicos que permanecían invadidos por la abulia y la desidia. Desde el momento en que los padres pisa- ron el teatro y tomaron conciencia de que se abría un camino diferente para sus hijos, se re- creó el vínculo entre ambos. En ese primer año los cambios no fueron sustanciales en la rela- ción, no obstante, un hilo muy delgado delineó febrero-julio 2005 un triángulo en cuyos vértices estaban la casa, 118 Sinéctica 26 S ENDEROS los chicos y el teatro. Muchos padres quizás es- las lágrimas y bailaban. Las narices coloradas y pecularon con la posibilidad de llevarlos luego los ojitos hinchados: a la televisión (actitud parecida a la de los pa- dres de clase media), con la intención de salvar- Cuando escuchamos a los chicos que trabajaron con se. ¿Qué padre desecha la fantasía de convertir a Lito en este proyecto —observó José Luis Castiñeira sus hijos en grandes estrellas? de Dios, músico y ex funcionario—, o hablamos con No importaba el escaso número de niños que sus padres, advertimos que han encontrado una ra- trabajaban en Saltimbanquis. A medida que pa- zón de vida, de orgullo. Y una pasión diferente a la saba el tiempo aparecieron ciertos cambios casi deportiva, que está tan depreciada, tan llena de muer- imperceptibles en sus actitudes y conductas, te, de patrioterismo y miseria humana. Una pasión rasgos que insinuaban una incipiente reafir- que ya no puede ser más el único modelo de la socie- mación de la personalidad, el entusiasmo por dad boquense. una meta determinada, y la ilusión. Sólo por eso el proyecto valía la pena. Las maestras “Si Lito se va, el teatro se terminó para nosotros coicidían: “Son chicos sin mayores motivacio- —lloraba desconsolada Paola”. Otra vez la pos- nes”. El entorno oscurece y opaca de manera tergación, el desamparo, el olvido. “No quere- inevitable. Contra viento y marea, y con las tra- mos que nos saquen el teatro”, decían a coro. El bas insalvables de la burocracia estatal que, como sentimiento de pertenencia estaba en ellos, los tantas veces repetía Lito Cruz, “es una rueda vínculos de afecto, el espacio propio. La incohe- cuadrada”, el proyecto siguió adelante durante rencia caía de nueva cuenta sobre los desampa- todo el año. El objetivo fundamental se cum- rados. plía inexorablemente: la integración del teatro al barrio. Las familias se conmocionaron. Tener Notas a sus hijos en el teatro no era lo mismo que ver- los deambular por las calles. 1. Casas de inquilinato 2. Compañía de músicos callejeros “Después del susto del principio quería venir siempre al 3. Niño teatro. Era la primera vez que bailaba y me dió mucha 4. Camerino vergüenza”. Romina 5. Referencia a Los Pitufos, personajes de un programa de televisión para niños. El 18 de diciembre del 1994, en la última fun- 6. Tormenta con fuertes vientos del sudeste ción de Saltimbanquis, los chicos lloraron du- 7. Fastidian rante la representación de la obra. Se secaban 8. Pandilla febrero-julio 2005

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