Literatura Para La Re Taguardia Nuestro Conflicto En Ginebra
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
I RESUMEN DE NOTICIAS | I —/-O axnactón fa^aosa ^o^nparúev nr mcuírugaóa ¡a población crtHI de I I Barcelona. | 5 — preveen paro en ^eve oíoHiectmentos guerreros rn rj sector aet g I Crflíro, I I Comité Nasiond de la V. i . ha desautorixtuio o ta ComtsiÓn El*’- g I emvdiHfO, ofreciendo su inconatetond adhesión al Goléeme. | Sierra ^asjca a '^t'revwones en yaiencia para casos de hompardeos aéreos nocturnos, 3 "—En ta Sociedad de ÍTbeiones * oiit«í a hacer uso de la Paiahra el señor 1 ORGANO DE ACCION NACIONALISTA VASCA ^tvorex del Vaya. | I —lili el puerto de ¡bisa, un chucero alemán afecto al control disparó con^ § NUMEBO SUELTO: 16 CENTIMOS g tro dos amones de la KepúbUca. Esto/ respondieron a ¡a agresión arrojan^ S Año 1937 DOHINOO, 30 DE HAYO BILBAO Núm. 144 = do aigunas bombas, que Pradujeron un mcendio o bordo. I F La qnerro en pfMtoles Literatura para la re Lado feliz y risueiio de la guerra Nuestro conflicto en La vida de campaña no es t^n mala como dicen que dicen. Vamos a verlo ahora. Todos los días, cuando el alba viene a lavarse la cara en el río, taguardia los gudarls nos levantamos presurosos a verla. Pero ella— ninfa Ginebra silvestre y púdica— no se deja ver y se envuelve en la toballa de la niebla, desapareciendo enseguida. Hay quien se lava y hay tam Con ser tan Interesante, tan denso y emotivo lo que ha rtteho el se Hace ya varios días que la Prensa y las radios facciosas se dedican bién quien deja esta preocnpaclón en suspenso (el cocinero, por con el mayor afán a mentir. A mentir sin tasa, sin medida, sin pararse a ñor Alvarez del Vayo en Ginebra, debemos parar preferenlemento la ejemplo). Después, a las siete y media (hora oficial), desayuna alennión en lo que han dicho los demás. Porque, fuera de aquí, fuere üel pensar en el efecto que esas informaciones puedan <cousar en la zona leal mos, cuando desayunamos, un líquido turbio que se parece mucho y en el extranjero. Mentiras tan burdas, tan srucsas, de tal ealíbrc, que terreno de combate, son los demás quienes han de decidir en las cues al cafó con leche y que, cuando |q analizamos detenidamente, nos tiones que intencionaaamente nos afectan. sólo pueden ser admitidas por hombres de excelente fuena Te y que ca* lleva a suposiciones descarriadas y antipatrióticas. En este líquido rescan en absoluto de toda otra información. indefinible remojamos el pan d e cada día y nuestros berrinches Después del señor Alvarez del Vayo hablaron al (kinsejo los seño £s inútil pretender traer aquí todo ese cúmulo de mentiras. Son tan cotidianos. Luo'^o se señala el servicio de cada uno. Algunos co res Delhos. Litvinoff y Edén, delegados de Francia, ü. R. S. S. e Ingla- tas, que difícilmente conseguiríamos dar una idea de la realidad. Antea, gen perra y juran y perjuran, protestando contra la Injusticia que ierra, reapectivamonte, Y dejando sentado por delante que aun en una también mentían abundantemente; pero desde hace días, como decimost con ellos se comete. Esto es aburrido y monótono, como la lectu*- cuestión tan concreta como es el conflicto de España, ouva solución, se ha intensificado tanto el sistema, que no hay más remedio que pen* ra de! reglamento. Nunca, que yo sepa, ha llegado la sangre al con arreglo ai Pacto, sería clara y rápiaa, juegan los más variados in sar que ocurre algo raro en terreno faccioso. Algo que va no se puede evi río, y eso que aquí ci río pasa cerca. Aire, t^opa... tereses do otras naciones y las más -«.omplejas conveniencias de la política tar con discursos “(patrióticos". inlemacional, liemos de consignar que las palabras escuetas pronun^a- Del servicio, no quiero hablar nada. E&o, que lo consignen los das por los tres delegados citados nos lian sido favorables. Tenemos como ejemplo el dooumento que el cabecillas Franco ha en* cficlafes en sus partes. Por fin, llega la gran hora de los quintos: vlado ai Consejo de la Sociedad de Naciones para protestar contra la ud- iFajina! Palabra máqioa, de resonanofa árabe: nue habla de oasis, No nos hacemos la ilusión—ya lo hemos di<*o:iquí antes de ahora__ mlsión de! señor Del Vayo en aquel organismo. Las informaciones reci de cararFanas cargadas y de siesta bajo la sombra de las calmas, de que todos ellos se nos muestren propicios desinteresadamente. A no bidas de Ginebra anunciarou que la lectura del texto de dioho duoumen- pajina, si ustedes no le saben, es la hora sagrada del rancho; nos temerse quede España pueda salir una* conflagración europea, las pala to había causado hilaridad. ¿Qué otra cosa puede producir tal esperpen afianzamos bien los pantalones por la cintura, y con la escudilla bras de alguno de ellos pudieron haber sido distintas; las de otros, tal to? Conocemos algo al jefe ¿el llamado “ cuarto diplomático del genera de metal en la mano, nos vamos situando estratégicamente junto vez mucho más categóricas. Nos toca, sin embargo, ahora, dejar de lado lísimo", y no nos extraña tal desparpajo. Pero como ese señor no tiore a la cocina: este aspecto de la oueslión y analizarla desde el punto de vista de las pelo de ionio, hay que desechar la idea de que haya pretendido que el rea-tidades inmediatas: saber si esas reuniones de Ginebra y las del 0>- Cbnsejo ginebrlno lo tomase en serio. No. Ni el documento, en realidad, — A ver, baranda; echa aquí rancho oomo escombro. milé de no intervención en Txmdres, a donde Mr. Edén ha conseguido lle estaba escrito para Ginebra. Estaba escrito para el interior, para la zona Se come, se dc'ilutc, se regüelda sin miramiento alguno. Así da var sin gran esfuerzo el conflicto, puedan tener algún resultado prácti rebelde. ¿Qué ocurre en el campo faccioso para llegar a ese extremo? gurbio. Entre compañeros, todo pasa. Cuando a uno le ochan buen co, no en favor dc nosotros precisamente, sino en detfensa del derecho ¿Es que cunde por todas partes la desilusión, el desengaño, y se preten alpiste, los preocnoaciones se olvidan. Desgraciadamente, atora, 4a innegable que no«t asiste. Y hemos de confesar que nos sentimos opti de enfervorlxar n la retaguardia con grandes inyet'eiones de optimismo duración do la guerra ha Impuesto el plato único. Pero no impor mistas. Aún ha de dar muchas vueltas ia cosa; aún vendrán dificultades literario? No puede ser otra ^o«a, Er. el documento en cuestión, la únicA ta, Todavía nos queda el recupsr dc| “reenganche”. Lueno, un ol- y dilaciones; aún tendremos que c.mvencamos de que un esfuerzo gue habilidad que &e aprecia es la de relacionar todos los crímenes, todos garrlto, que nunca falta. Y a tumbarse un poco a la sombra de los rrero nuestro será lo mejor para ganar posiciones internacionales; pero, los procedimientos, todos los actos de barbarie, todas las tiranías, todas árboles, si es que los requotés y la avlrción alemana nos de.lan. A de cualquier forma, los discursos de los tres delegados que han habla las expoliaciones ocmelidas por los fascistas, y cargárselas al Gobierno soñar, a filosofar con la tripa Mena. A dejar que nuestra fanta do a continuación de Del Vayo nos indican que no debemos ser pesimis legítimo. iPero si llegan a decir que todos los cargos de la zona rclielde sía ascienda at délo con o| humo de nuestro cigarro. A soñar que tas respecto a la suerte que pueda caber a la proposición inglesa de re han sido elegidos por sufragio! ¿También eso lo va a creer su reta se vive c a vivir que so sueña. Esto es hermoso. Yo, antes no Ri tirada dc “ voluntarios", que es lo menos que la Sociedad de Naoiones de guardia? maba, pero aqni— Iq confieso—voy temándole gusto al tabaco. Y, be hacer para que no quede pisoteado el indiscutible o indiscutido dere* sobre todo, libros, ni historias, ni ooétl- Despuée de lo de Gemlka^ que. según lo dicen todavía ayer, “ya es eho que nos asiste. coa. Hacerse un poco animal, otro pooo veaetal v otro ooco piedra. El señor Diilbos ha mostrado ciatamenle sus simpatías por nosotros tá el mundo entero convencido de que la incendiaron los rojo-separa (TAgtBIEN D'OS. EN SU SAP*DUPtA. QU<SO HACERNOS OOMO tistas". apenas si queda un pueblo en Bizkaya que no hayamos reducido y por el (Sobiemo legítimo. Pero el señor t>clbo.s es francés, y si ha re P.-ST«n51 F«?Ur.E8. P E ^ N''SOTFí>S NUPOa CO»Y- conocido y proclamado el derecho qtie asiste al Gobierno de la Repúbli a cenizas. Y lo <pie no hemos quemado, lo vamos a quemar, se^n ellos. PPEmPPPLE. Y POR ESO, DIOS NOS CASTIGO, HACIENDONOS Vamos a quemar la iglesia de Begofía, ^ vamos ca y que procurará satisfacerlo, ha añadido: “ sin olvidar los altos Inte HCMEFES.) Lu^o, otra vez al servicio. La tardo se hace larga, reses de la paz de> mundo" Francia, comprende que tenemos ra^n: a destruirlo todo. pero con oí entrrtentmlcntn de los trimotores se va tirando. Uno, Ellos no rectifican posiciones nunca, ellos no sufren bajas nunca, pero sabe que en Btiropa hay dos Estados bélicos que, fracasados rotun poco a poco, 80 va haciendo a ta Idsa de que un día, a la vuelta damente en sus intentos de arreglar la gravísima crisis interior de sus ellos mmda dan un paso atrán. ¿?aben ustedes como explican el asalto de un aire esnuinado, nuede dejar aquí su petlelo, para que se lo de Duestroe soldados a la posición 1 1 .