DE LA PAZ DE ABRIL A LORENZO LATORRE

NUMERO 58/FEBRERO 1972 /PRECIO $ 150 ADERNOS DE MARCHA Cuadernos de MARCHA es una publicación uruguaya mensual, editada por MARCHA en Tall. Gráf. 33 S. A Director: Carlos Quijano Administrador: Laureano Sebé B artolom é M itre 1414 - T eléf.: 8 56 60, 91 33 25 y 98 51 94 C asilla de C orreo N9 1702 Montevideo - © Cuadernos de MARCHA de los artículos originales y de las traducciones en castellano. Queda hecho el depósito que marca la Ley. Impreso en Uruguay - Printed in Uruguay \ FACULTAD de HUMANIDADES y » E S 'NSTITUTO DE CJEiyCíAS HISTORICAS

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N U M E R O 5 8 FEBRERO 1972

SUMARIO-

INTRODUCCIÓN

LA GUERRA CIVIL Y LOS PARTIDOS, por Carlos María Ramírez ....

EL BANQUETE DE LA JUVENTUD Discursos de Carlos María Ramírez, Daniel Muñoz, Julio y Obes, Pablo de María, José Pedro Vareta ...... 15

LOS PROGRAMAS DE LOS PARTIDOS

Club Radical, , Club Libertad . . . 23

DEL AUGE DEL PRINCIPISMO A SU CAÍDA (1872-1875), por Juan A. Oddone ...... 35

EL 10 DE ENERO DE 1875. Testimonios y versiones de Joaquín de Salterain, Juan Domingo Lanza, Pablo de María, “ El Siglo"; el editorial postumo de Francisco Lavandeira; Mensaje de Ellauri; la última palabra del principismo;.Llega Latorre, el salvador; Cartas de José Pedro Ramírez ...... //<§y%7 "¡.... ^

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9 Este es el segundo de los Cuadernos dedicados a analizar él turbulento período que se extiende desde la Revolución de 1870 a la dictadura de Latorre. Del apogeo del principismo al apogeo del militarismo. El tercero es­ tará dedicado a Latorre y a la Revolución Tricolor. Un breve itinerario del proceso ayudará al lector a penetrar en la mara­ ña de sucesos,: viejos de un siglo pero que cobran hoy una trágica actualidad. 1868 — Asesinato de Flores y Berro. . 1868 — Asume la presidencia Lorenzo Batl¡e. 1870 — Revolución de Timoteo Aparicio y Anacleto Medina. 1871 — Los principistas entran en escena: aparece La Bandera Radical y se funda el Club Radical; folleto de Carlos Marta Ramírez, “La guerra ci- wjf-y Iqs partidos”. 1872: Presidencia Gomensoro - La Paz de Abril - Banquete de la juven- \ í tud - Militantes del Partido Colorado fundan el Club Libertad - Manifiesto y programa del Club Radical - Manifiesto y programa del Club Nacional - Cisma del Partido Colorado - Elecciones generales. 1873 — Elección de Ellauri - EUauri renuncia dos veces; pronunciamien­ to müitar que exige el retiro de la segunda de §sas renuncias - Las cámaras del 73 y el auge del principismo - Elecciones de senadores. 1874 — La crisis econórnicp - Lucha entre candomberos y principistas - Alzamiento de. Máximo Pérez y Gervasio Galarza - Él asesinato de Romualdo Castillo en Paysandú. ■ - ...... 1875 — La elección de Alcalde Ordinario el 19 ¡fíe enero - Su posterga­ ción para el 10 - Los asesinatos del 20 de enero - Motín militar del 15 de etie- ro encabezado por Latorre, con la colaboración del coloradismo neto - Desig­ nación de Pedro Varóla gobérnádor provisorio y después presidente de la República - Caída del principismo - Cesantía de sus legisladores; expulsión a Lq Habana de algunas de las figuras más representativas de esa corriente. CAREOS MARIA RAMIREZ

LA GUERRA CIVIL' Y IOS PARTIDOS • En enero de 1871 Cárlós María Ramírez, que había actuado á comienzos dé la Revolución de Timoteo Aparicio como secretario del jefe gubernis- ta Goyo Suárez, publica, después de su frustrada experiencia en los campos de batalla, su folleto “La guerra civil y los partidos” donde condena a una. y otros. Dé ese folleto damos la segunda parte. Los partidos vecha esa disposición para elevarse sobre las ruinas de la libertad pública. Sin prever para nosotros tal extremidad, las funestas he prevenido ya contra los peligros consecuencias que arrastra el espíritu de V®* de los partidos cuando sus discusio­ partido, deben inducirnos a desanimarlo y nes tomen un carácter geográfico; dejad­ contenerlo; ese espíritu en todas partes don­ me ¿hora preveniros contra los perniciosos de reina, no deja nunca de agitar los con­ efectos del espíritu de partido en una acep­ sejos nacionales y de debilitar la acción pú­ ción más general. Ese espíritu es desgracia­ blica; enciende los odios, fomenta y produ­ damente inseparable de nuestra naturaleza; ce insurrecciones; da la influencia a los ex­ se une a las más fuertes pasiones del cora­ tranjeros e introduce la corrupción en to­ zón humano; existe bajo diferentes formas dos los ramos dél gobierno; y es así como la en todos los gobiernos, pero es sobre todo política y la voluntad de una nación están en los gobiernos populares donde ejerce ma­ sometidas a la política y a la voluntad de yores estragos y se puede en verdad consi­ otra nación.” derarlo como sü más encarnizado enemigo. La dominación alternativa de las facciones (Adiós de Wáshington al pueblo aviva esa sed de venganza que caracteriza dé los Estados Unidos,) las disensiones civiles. És ella misma un despotismo horrible y acaba por traer otra I más durable, Los desórdenes y las desgra­ cias que de ella resultan, preparan a los El espectáculo de la guerra civil me ha hombres para buscar la seguridad y el re­ hecho pensar muy largas horas sobre los poso en el poder de uno solo: y más tarde partidos en que los orientales Sé dividen, y o más temprano, más hábil o más feliz que al levantar mi cabeza dé la cavilación, pro­ sus rivales, el jefe de alguna facción apio- funda, he visto desvanecer la sombra de mu»

m u m o tsm I chas preocupaciones poderosas, y germinal sus mejores tiempos uno de sus más cons­ el rayo de una bella esperanza presentida. picuos miembros, hubieran tenido que re-, Los partidos en la guerra civil nacidos, petir mil veces, las palabras históricas de en la guerra civil educados, me parecieron Arístides, a propósito de sus eternas disen­ destinados a conservar eternamente las fac­ siones con Temístocles: ciones, de su madre y el carácter de su —¡Oh! atenienses, si queré's.vivir tran­ maestra. quilos, ambos debemos caer en el abismo Los apercibí con sus divisas de ejército, 'donde caen los condenados! con sus viejas armas- heredadas y con sus tradicionales recuerdos de combate, siempre II dispuestos a reabrir su inacabable duelo, apenas interrumpido para dar a los paladi­ Fuera de su tiempo, de- los sucesos que nes un fugitivo instante de reposo. les diéi on vida, de los errores que los hicie­ Estudié su espíritu, analicé su índole, y ron necesarios, los partidos actuales son in­ vi que el ideal grabado en ellos, como el conciliables con -los primordiales elemen­ paraíso de la religión escandinava, es la re­ tos de la sociedad y del estado. producción indefinida de la lucha en los ili­ Inconciliables con el espíritu de las ins­ mitados cielos de la historia. tituciones democráticas. El mundo ha conocido muchas veces ese Inconciliables con el desarrollo de los in­ género, de facciones irreconciliables que no tereses materiales. ven el fin de sus debates sangrientos sino Inconciliables con las formas cultas de en las cadenas dé la"tiranía interna o bajo sociabilidad. el yugo de la servidumbre nacional. Inconciliables con la estabilidad del or­ Ahí está para los pueblos meridionales den público. cuyo temperamento tan fácilmente los in­ Inconciliables con el principio dé la na­ duce a la idolatría política como a la idola­ cionalidad. tría religiosa, ahí está el .ejemplo palpi­ tante de las Repúblicas Itálianas con sus III Güelfos y Gibelinos implacables, no sacia­ dos de cadalsos, de proscripciones y de gue­ He dicho que inconciliables con el espí­ rras hasta que sobre los unos'y los otros se ritu de las instituciones democráticas. levantó un tirano de hierro o clavó su ban­ El gobierno que esas instituciones esta­ dera de conquista el extranjero! blecen es un gobierno de discusión, de tran­ Los partidos formados por esas extra­ sacción y de armonía. ordinarias épocas de convulsión y de tras­ Discusión de todas las opiniones sinceras. tornos que nunca faltan a la vida de los Transacción entre todos los intereses pueblos, no pueden conservarse y perpe­ honrados. tuarse en el futuro sin someter la sociedad Armonía para todas las aspiraciones le­ a la repetición periódica de la crisis doloro- gítimas. ’ sa en que nacieren. ¡Y bien! Yo he visto que los partidos de mi patria niegan la discusión de toda idea El fanatismo y el ardor del combate los. extraña al dogma individual de cada uno. acompañan siempre, trasmitidos de genera­ ción en generación como el legado de las en­ Rechazan la transacción con todos los fermedades impuras, hasta que una muerte intereses que no se identifiquen servilmen­ desastrosa viene a interrumpir la sucesión te a los suyos propios respectivos. de tantos sufrimientos incurables. Rompen la armonía para toda aspiración ¿Qué fuera de la Francia si en vez de que no se amolde a la naturaleza de sus as­ relegar al estudio severo de la historia las piraciones exclusivas. pasiones desencadenadas en su revolución Veo todo eso, tanto en las preocupacio­ gloriosa, hubiese aspirado, invocando el re­ nes y pasiones que a cada paso me revelan, cuerdo del 31 de Mayo o del 9 de Termidor, como en los hechos de intolerancia, de atro­ a continuar el sangriento, drama dé las lu­ pello y de violencia que me muestran en chas entre girondinos y jacobinos, entre ro- cuarenta años de consecutiva anarquía. bespierristas y termidorianos? El lema de la democracia, es el que os­ Esos partidos hubieran tenido que repe­ tenta esa república’ sublime cuya influen­ tir mil veces, como ya lo había hecho en cia convierte los supremos desastres de la Francia en fuente de regeneración y de gistratura judicial, de la municipalidad, del grandeza: jurado, de la carrera militar, y hasta de las Libertad, igualdad, fraternidad. universidades... . ¡Y bien! Como los impíos que profanan Cada partido, tan inexorable para los y pisotean el ara, los partidos de mi patria errores del partido contrario,. como ciego han escarnecido y destrozado esa fórmula para los suyos. propios, cree purificar' por divina.. ese medio a la sociedad escandalizada y ul­ Ni un soló día, ni una sola hora, ni un trajada. solo instante acasó, ninguno de los partidos Si unos y otros se mirasen juntos en ha reconocido al otro el derecho franco y cualquiera de esos campos, donde una no­ leal a esa manifestación irresistible de la ble emulación debiera reinar tan solo, to­ vida moral dignificada, a esa libertad que dos se verían amenazados de muerte por los hombres aman con el entusiasmo que los espectros lívidos que su imaginación en­ les enciende la hermosa, con la solicitud' fermiza les presentaría entre ellos. que. les inspiran los hijos, con el respeto ,E1 paria de . la India, el bárbaro de la que al hacedor profesan. civilización latina, o el judío de la civiliza­ Ni ün solo día, ni una sola hora, ni un ción cristiana, era menos odiado y despre­ solo instante acasó, ninguno de los partidos ciado que cada partido, por cada partido de ha reconocido al otro el derecho a esa con­ mi patria. sagración solemne de la personalidad hu­ Las castas del Oriente, las sectas de la mana, íntegra y respetable en cada ser, esa Edad Media, o las clases de la vieja Europa, igualdad fortificante que a todos hace lle­ no eran tal vez más enemigas. var la frente erguida, entre las diversida­ ¿Cómo encontrar entonces, en ese ho­ des y gradaciones infinitas de la suerte. rrible caos de antagonismos y de choques, • Ni un solo día, ni -una sola hora, ni un la gran unidad moral que sirve de funda­ solo instante acaso, ninguno de los partidos mento al ejercicio de las instituciones de­ ha reconocido al otro el derecho a ese cris­ mocráticas? tiano complemento de la existencia indivi­ ¿Cómo encontrar al pueblo? dual, siempre expansiva, esa fraternidad afectuosa que congrega y enlaza a todos los IV hijos de una misma tierra pára descender unidos las fáciles pendientes de la buena He dicho que inconciliables con el de­ fortuna y del .placer, o pararemontar acom­ sarrollo de los intereses materiales. pañados las escabrosas cimas de la adver­ Ese desarrollo puede operarse en los es­ sidad y del dolor. tados por dos medios: la acción general de Libertad, igualdad, fraternidad, — todo los gobiernos, la acción local del municipio. lo ha negado el partido al partido én la pa­ La acción general es impotente y la ac­ tria, como el hermano que niega al her­ ción local es nula, en el divorcio de los par­ mano la mesa, el lecho y el calor de la lum­ tidos de mi patria. bre en el hogar. La acción géneral necesitaría ejercerse Los pensadores de la Europa aristocrá­ por medio del empréstito que reparte sobre tica desvelan su ingenio buscando la com­ el presente y el porvenir, el peso de' las ero­ binación conciliadora que de participación gaciones que van a beneficiar los intereses en el gobierno a todas las fuerzas orgánicas permanentes de los pueblos. del pueblo, por medio de la representación Fuera de los empréstitos, el estado no en­ de las más insignificantes minorías en el contraría nunca el medio de realizar ningu­ seno de los grandes parlamentos del estado. na de las arduas empresas que civilizan y Mientras tanto, los partidos de. un país dan poder a los pueblos. apuran los refinamientos de la Pero el empréstito es imposible bajo él intolerancia y de la fuerza para negarse en­ régimen actual de los partidos. tre sí la más pequeña co-participación en ¿Cómo establecer solidaridad alguna en­ todos los cargos y en todos los honores de tre el presente que es de unos y el porvenir la organización política y civil. que será probablemente de los otros? Gran satisfacción y gran victoria si ca­ Hay gobiernos del Partido Colorado, hay da partido consigue haber cerrado al otro gobiernos del Partido Blanco; no encontra­ las puertas del, Poder Ejecutivo, de.la ma­ reis el gobierno.nacional. ñ a f éeèffli® eeltòade? hay crédito blan- el vándalo! y (viva el dictador! mañana, ja­ m t úo encontrareis crédito público. más llegarán a ser el templo de la educa­ El Gran Libro de la Deuda es para cada ción común donde depositan todos sus sim­ partido un asiento de los compromisos rui­ patías y su óbolo. nosos que cada cual contrae con el objeto ¿Cómo responder de esta manera a las de Hacer la guerra a sii adversario. virtuales necesidades de progreso que ex­ En él queda grabada la injuria de las perimentan los pueblos civilizados de la condiciones usurarias que el crédito de par­ tiérrá? tido acepta en nombré del crédito público; ¡Gobernantes de partido! Aun con lás là vergüenza del dinero que se recibe en mejores intenciones, con el mayor deseo del nombre de la nación para despedazar a la bien público, estáis condenados a merecer nación! la maldición de las generaciones Cuyos des­ Así en veinte años de dominación alter­ tinos tenéis la desgracia dé regir! nativa, los partidos han sido incapaces dé légáí al país una sola obra de duración y V de importancia. La intensa crisis económica, cuya in­ ¡He dicho que inconciliables con las for­ fluencia tanto exacerba los dolores de la mas cultas dé la sociabilidad! guerra civil, hubiera podido salvarse con el ¡Ah! ¿no consigue escapar tampoco al gran empréstito de Londres, y el acero de azote de los partidos, ese tranquilo paraíso los partidos rasgó sus cupones ya ¿Obre el de los sentimientos elevados que constitu­ mostrador del gran mercado. yen la sociabilidad? Y domo la acción general es impotente, ¿La armonía turbada y rota en las regio­ la acción local es nula e imposible. nes políticas, no encuentra al menos un asi­ Ella ño podría ejercerse sino con la aso­ lo en el cultivo de las relaciones intelectua­ ciación voluntaria que robusteciese el mu­ les y morales donde el corazón se expande nicipio, convirtiéndolo en agènte de civili- como en un oasis de fraternidad y de paz? sación y de progreso en cada pueblo. ¿Siquiera la mujer, ese bello ángel de ¿Pero qué harán jamás esas mezquinas amor y de concordé, no habrá quemado sus juntas de partido y dé círculo, rodeadas de preciosas alas en el espeso fuego de los un vecindario que se odia y se persigue odios, ni salpicado su alba túnica en la san­ entre sí? • gre hirviente del cómbate? Llenos de sincero fanatismo, cada cual Halagüeña esperanza que la realidad profesa la exageración de la dignidad Ofen­ desmiente a cada paso! dida; los beneficios del verdugo repugnan Todo está contaminado y dividido por a là víctima que en ellos descubre el insi­ el mismo espíritu de siempre. dioso intento de hacer amable la esclavitud Ese escritor, es un escritor de partido: y la deshonra. sus enemigos le niegan el talento. Cada partido se complace en presenciar Ese orador es un orador de nartido: sus y poner a prueba la inercia desfalleciente enemigos le niegan la elocuencia. del opuesto, Ese poeta es un pceta de partido: sus —Así nada le deberá la patria, dice ca- • enemigos le niegan la ’nspiración y el gen'o, da cual en su interior. Ese sabio es un sabio de partido: sus ene­ migos le niegan el tesoro de la ciencia. Y si el partido victorioso consiguiese rea­ Hasta ese estudiante humilde es un es­ lizar ima obra, construir un puente, un fe­ tudiante de partido: sus enemigos le niegan rrocarril, Un telégrafo, el partido vencido el amor al estudio y la precocidad. no saludaría con júbilo ese bien; lo mira­ Niegan todo eso o lo reconocen con do­ ría con humillación profunda... acaso cón lor, porque cada partido sufre al ver qüe el los espasmos de'la ira, porque su razón hi­ partido contrario robustece sus elementos pocondríaca podría mostrarle los cimientos de inteligencia y de saber. de la obra amasados con la sangre y los . Sobre esa base, levantad el templo de las huesos de los campeones caídos en las re­ musas, calzándoles coturno con divisa! cientes luchas. Soñad con la literatura, esa fuerza mis­ Todo se contamina con la influencia de teriosa en que Mme. de Stael veía Uno díe ese espíritu fatal. los más poderosos vínculos de la sociabili­ Las escuelas donde hoy se grita (Muera dad humana progresiva.1 Pero tampoco os fRicinéis creyendo en Apenas se restablece la herida, esa ban­ la permanencia de las otros. dera inmortal vuelve a flamear como se­ Ése salón, donde la gracia y la cultura guro anuncio de combate. y el buen tono se dan cita para embelezar Aislado y exclusivo, el partido del po­ las horas ingratas de la vida, ese salón do­ der no consigue siquiera someter sus ele­ rado, lleno de armonías y de flores, no deja mentos propios, de manera que la anarquía .de ser un galón de partido que también tie­ interna lo devora mientras el partido pros­ ne enemigos-y de donde también se alejan cripto se alecciona y regimenta en la des­ unos para no ¡mancharse con el róce nau­ gracia. seabundo de los otros.! El orden es el ejercicio armónico de to­ Y esa mujer bien educada, cuyo corazón dos los derechos; cada partido suprime el sólo debiera rebosar en sentimientos deli­ derecho del contrario; por eso todos los par­ cados de moderación y de hermandad, cu­ tidos se han mostrado incapaces de radicar yos labios sólo debieran proferir palabras el orden en la efectividad de la paz. de melancolía y de duelo ante las sangrien­ Una autoridad que por su origen y sus tas luchas de los hombres, cuyas mànos sólo , actos rechaza el apoyo de las simpatías de debieran ser piadosas vendas para curar las todos, y una libertad que por su naturaleza heridas que unos y otros abren en el campo y sus tendencias no abre a todos sus celo­ de batalla,- esa mujer demente guarda en su sas puertas, están eternamente condena­ eprazón latidos de animadversión y de ira, das a luchar sin entenderse ni producir si­ lleva a sus labios imprecaciones de muerte quiera una solución que satisfaga las exi­ y bprda con sus manos la divisa de los-fe­ gencias parciales de la una o de la otra. roces combatientes. ' Una autoridad de partido, sólo puede ¡Espectáculo sacrilego! mantenerse por la fuerza, el rigor y la vio­ Yo he visto a las matronas y las vírgenes lencia. abandonar el digno silencio del hogar y lan­ Una libertad de partido, sólp puede zarse a la arena turbulenta de los bandos, triunfar por la conspiración y la asonada. pálidas y furiosas, agitando la tea de los Los mág cándidos espíritus se pierden en odios y exhortando á la orgía de la guerra, esa imposible tentativa de fundar principios como aquellas bacantes desgreñadas que en universales sobre bases exclusivas y egoís­ la cima del Ayentino tumultuoso, un día lle­ tas. naron de estupor y de vergüenza a la vieja República Romana... Por la fuerza de las cosas, y tal vez sin saberlo, el tribuno se convierte en dema­ VI gogo; en mandón el gobernante.- Esta dura ley que rige las grandes lu­ He dicho que inconciliables con el or­ chas de partido a partido, se reproduce fiel­ den público!, mente en las luchas intestinas que disuel­ ¿Hasta cuándo proseguiré midiendo el ven siempre al partido del poder. inmenso abismo que los sucesos han cavado ¡Ah! Yo he sufrido dos veces el destie­ entre los partidos y la felicidad de mi rro, y cuando reflexiono tranquilo sobre patria? aquellos sucesos extraordinarios de mi vida, Hable por mí la historia y muestre el or­ me reconozco el paladín vencido de una li­ den público turbado tres veces en 1853; dos bertad que mis amigos eran incapaces de en 1855; una en 1858; otra en 1863; tres ve­ fundar por el camino'que yo les señalaba ces en 1868; una en 1869 y otra en 1870! —víctima inocente de una autoridad que Casi como las cosechas, una revolución mis enemigos de entonces no podían con­ por año! - servar sino por las medidas arbitrarias a que recurrieron sin piedad. ¿Y cómo sería de otro modo con esos partidos enemigos que viven fuera de las Hombre público que aceptas la falsa tra­ instituciones, fuera del progreso, fuera de dición de los partidos! la sociabilidad? He ahí el porvenir que se te ofrece. Cada partido vencedor deja al partido La independencia de carácter, te condu­ vencido el puñal de la derrota en el cora­ cirá a la incitación de la anarquía. zón y la bandera de la libertad en las 1 La posición oficial será para tí um­ manos. bral del despotismo! YIÍ. ¿Cuándo los vistéis reunidos y mezcla­ dos para solemnizar las grandes glorias de He dicho que inconciliables con el prin­ la patria en alguno de esos aniversarios sa­ cipio de la nacionalidad, y esta proposición grados que parecen decretar con la majes­ desesperante se encuentra demostrada por tuosa autoridad de la razón, el armisticio el estudio franco de los hechos. para todas las disensiones, la tregua para Partidos inconciliables con el espíritu de todos los odios y el olvido para todas las las instituciones democráticas, con el desa­ venganzas? rrollo de los intereses materiales, con la Esos dos campamentos enemigos, atrin­ subsistencia de los vínculos sociales, con la . cherados como los campamentos romanos, estabilidad del orden público, deben nece­ de donde nadie sale y adonde nadie entra; sariamente ser inconciliables con el princi­ esos dos campamentos que reciben a bala­ pio de la nacionalidad. zos hasta los parlamentarios que por acaso No basta un mismo suelo, una misma los pretenden inducir a la concordia, nunca lengua, una misma religión y una misma ra­ podrán formar ni nacionalidad ni patria. za para constituir la nacionalidad de un ¡ Nunca una bandera —la bandera de las pueblo. nueve fajas!— consigue cobijarlos para las Ese suelo hermoso, que debiera ser el mismas filas de una lucha. * vínculo propicio de todos los intereses pa­ El inflexible axioma de la jurispruden­ cíficos, se ha convertido en fácil teatro de cia latina advérsus hosfem eterna auto- sanguinarias luchas. ritas est, que traducido al lenguaje vul­ Esa lengua sonora, destinada a trasmi­ gar quiere decir “contra el enemigo todos tir las expresiones del trato social y de las los medios son buenos”, es en resumen el letras, es el terrible emisario de ofensas y código de los partidos enconados. recriminaciones eternas. —¡Antes el extranjero! dice cada cual Esa religión, esa religión de paz y de en su interior, y el extranjero qué lo sabe clemencia que enseñabá el Cristo, ha cedi­ se hace abrir las puertas o enseñar el ca­ do su influjo a una religión de guerra y de mino de la patria por la mitad de sus hijos exterminio que los partidos se enseñan mu­ contra la otra mitad armados en implaca­ tuam ente. ble guerra.- Y esa raza generosa que unida como una Así, el estandarte de Palermo se mantu­ sola familia hubiera podido crecer en cien- vo nueve años sobre la cumbre del Cerrito. . da y en riqueza y en poder bajo los aus­ Así el estandarte brasileño flameó en picios del trabajo y de la paz, se arruina y nuestras campiñas y ciudades.8 se degrada y se extingue en heroicos sacri­ Así el estandarte paraguayo llegó a to­ ficios de guerras civiles criminales, como car nuestras fronteras! si esa raza estuviese predestinada a morir Así, perdiendo cada día el pudor de la por la exageración de sus más relevantes independencia nacional, las fuerzas euro­ calidades. peas bajan a defender las propiedades de A más del suelo, del idioma, de la reli­ sus súbditos al primer peligro de nuestros gión y de la raza, hay una suprema unidad cotidianos disturbios. moral, indispensable a la existencia y a la ¿En dónde estamos? fuerza de las nacionalidades. ¿En un pueblo libre o en una factoría Unidad de sentimientos, de ideas y de del Oriente?. glorias que recibe su consagración y su for­ ¡Ah! yo puedo perdonarlo todo a los par­ ma en el culto sublime de la patria. tidos — la ruina, el retroceso moral, la san­ Esa unidad fundamental es la que ha gre a torrentes derramada—... roto el antagonismo fatal de los partidos. Lo que ño les perdonaré jamás, es el pu­ ¿Cuándo los vistéis congregados por un ñal clavado en el corazón de la nacionalidad mismo sentimiento o por una misma idea, oriental. formar una de esas muchedumbres entu­ siastas, en donde no palpita más que un so­ VIII lo corazón, donde no piensa más que una sola cabeza y cuyas decisiones parecen lle­ Con dolor y desconsuelo, me siento la var la irresistible energía de aquel grito conciencia de que he trazado un cuadro lle­ que acompañaba la marcha de las cruzadas no de realidad y de vida, donde no hay un cristianas: Dios lo quiere!? tinte falso, donde no hay una perspectiva '-s exagerada, .donde faltan acaso muchas som­ Iban encerradas su desaparición y su bras todavía... • muerte. ' , Los partidarios, al menos los partida­ En nombre de los mismos principios, las rios que razonan, así lo comprenden y .lo masas han podido fulminar a los tribunos, sienten, conservando el cuitó de un ídolo y con la lógica de los hechos desbaratar sus que consideran gastado pero no perdido. quiméricos propósitos. Los conozco a fondo porque me honro de Esos que pretenden reformar y regene­ haber militado en sus filas con el ciego en­ rar a los partidos, los más odiados y calum­ tusiasmo juvenil. niados entre las filas del partido opuesto al Ellos aspiran a la regeneración de los que defienden, son también los menos pres­ partidos, quieren desposarlos con las insti­ tigiosos entre sus propios partidarios, con tuciones democráticas; pugnan por uncirlos cuyas ideas a cada paso están en pugna; y al yugo del progreso; pretenden suavizar­ al fin terminan por lanzarse a sabiendas en los en las formas de la sociabilidad; inten­ la corriente de los errores comunes, o por tan someterlos a los dioses tutelares de la afrontar con hidalguía un martiro que muy paz y no desesperan de incrustarlos en el pocos lloran y que a ninguno aprovecha. espíritu de la nacionalidad. Ya es tiempo de cambiar de plan. ¿Pero cómo? — ¿Por qué medio? — ¿En Ya es tiempo que las nuevas generacio­ qué camino? nes viertan el sudor de la fatiga y del des­ ¿Conservando la organización tradicional velo, depositando la semilla de la idea en de los partidos? tierra más fértil para la misteriosa vegeta­ ¿Dejando eri sus manos la. bandera resr ción del porvenir. pectiva del pasado? ¿Poniéndolos frente a frente con la vieja IX divisa de la lucha? ' : Buscan lo irrealizable, lo imposible; fra­ Ahí están esos partidos que hoy hacen la casarán en su empresa, agobiados de desen­ desgracia de la patria. canto y de fatiga. ¿Cuál es el deber de una conciencia hon­ La idea tiene sus utopías, como la fuer- - rada? za sus insensateces. Un tirano del Oriente ¿Acompañarlos ciegamente en su carre­ quería“ azotar al Océano como a uno de sus. ra de ruinas y de sangre? 1 débiles esclavos, y no faltan soñadores que ¿Mezclarse a ellos para caer vencidos en quieren gobernarlo como a una de sus teo­ la inútil tentativa de llevarlos a más ale­ rías deslumbrantes. ' gres vías? Mientras conservéis la organización tra­ ¡No! ¡Mil veces no! dicional dé los partidos, ella ha de respon­ El deber de úna conciencia honrada es der a su origen y a sus fines: el avasalla­ apartarse de ellos, y desde los resplandores miento, la subyugación absoluta de un par­ de una nueva vida moral, transfigurada, por tido por el otro. la reconciliación de lá libertad y de la fra­ Mientras dejéis en sus manos la bandera ternidad, invitarlos a dejar las densas tinie­ respectiva del pasado, ella será siempre el blas de la lucha en que se debate su exis­ símbolo de represalias y venganzas que gi­ tencia actual. rarán alrededor de ese pasado prestigioso. Mientras continuéis poniéndolos frente a X frente con las viejas divisas de la lucha, ellas los convocarán eternamente a la gue­ ¡Y cómo! rra civil en que no han cesado nunca de ¿Esos partidos que tú mismo has dise­ lucir. ñado, llenos de resabios, de pasiones, de Esa. organización, esa bandera, esa divi­ venganzas,, de aspiraciones violentas y de sa, o significan los _ recuerdos y las pasio­ tendencias feroces, esos partidos que tú nes del pasado, o no significan nada y nada mismo no crees posible transformar, esos valen. partidos recalcitrantes y coléricos, son los El instinto de las masas lo ha compren­ que consideras susceptibles de desaparecer dido mejor que la sabiduría de los tribunos. alguna vez? La reforma y la regeneración de los par­ ¿Lo que no puedes reformar, acaso lo tidos han sido impopulares porque en ellas podrías destruir? ¡Sí! las leyes dé la neturaìeza me lo en­ cálnia bonancible, cómo á lá erupción ds los señan. > volcanes sucede una vegetación fecunda y ¿No éa más fácil arrancar dé raíz la plan­ generosá... ta venenosa qué haòèrìé dáf óptimos frutos? No es lá voz dé Antonio la que va á con­ ¿No es inás fácil poner diqUés al torrèn­ mover eí corazón del puéblo; és la túnica te que obligarlo a correr comò una mánsa ensangrentada dé César; es la túnica ensan­ fuente? grentada dé Íá patria. ¿Ño es más fácil apagar él incendio qué Cuántas veces éñ el mundo, lós herma­ ■déspojaf dé su calor a las siniestras llámas? nos divididos y enconados por la rivalidad ¿No es más fácil màtar la fiera qüé dó; y por Íá ofensa y por los odios, no han ol­ mesticarla? vidado sus enemistades sacrilegas, juntó ál Asíj M más fácil qué reformar á los ^ár- lecho de una madre moribunda qué ha sen­ tidos, suprimirlos, despojarlos dé un prin­ tido revivir eí cuerpo y rejuvenecerse él al- cipio dé vida qué yá es incompatible con el má con ese bello espectáculo de expansión biénéstar y con la marcha progresiva dèi y de arrepentimiento! pueblo. Y yó tengo fe Dios mío.... Cuando úna institución política O social Si los partidos oriéntales son todavía ca­ está destinada á perecer sobré íá tierra, na­ paces de un movimiento de abnegación y de da puede contener su decadencia ni evitar virtud, ellos depondrán sus divisas y sus ar­ Sii ruina. mas ante el lecho de la pátriá exánime; la Los qué pretenden lo contràrio, ño hacen rodearan contritos, y cubriéndola con las ca­ sino éntérrar junto con esos elementos có- ricias de la concordia y dé ia páz, la volve­ rrompidosj sus ilusiones sinceras y sus es­ rán bien pronto a la gloria de Süs más her­ peranzas honradas. mosos días! En vano se quiso reconciliar a la monar­ quía con los pueblos y á là razón con el pa­ pado. Eí porvenir Los pueblos van destruyendo tronos y la razón hace tambalear al ùltimo de los Uñ áóuvel univers moral n'áiieñd Papas, pour se fqímér que de rertconírer dans Así se cumple la sentencia del Evangélio . le vide des cieux déseris ün atóme cuando dicé qué él vino nuevo debe verter­ moral. se en odres huevos. Edgard Qüinét, Cada época tiene su espíritu, y cádá es­ píritu necesita formas propias. La ley del porvenir, que es la de là fra­ ternidad. y éi amor, no puede germinar ni “jh IECESIDA.D de creencias, espíritu li- desarrollarse ya en lá sinagoga de los anti­ ~ * bré dé prévénciónés inveteradas, co­ guos partidos, razón ajeno al odio, celó de propa­ ganda, ardientes simpatías, desinterés, ab­ . X I . negación, buena fe, entusiasmo por todo ló qué es buéno, bello, Simple^ grande, honra­ ¡Y cómo! do, religioso”, tales eran los preciosos atri­ ¿Intentas hacer triunfar la ley de la fra­ butos que Federico Bastiat descubría en la ternidad y del amor, cuando la guerra pa­ juventud ál dedicarle la sublime obra de sea por toda la república su estandarte ro­ las Armonías económicas, y tales también jo; cuando en la feroz batalla el amigo ve las fuerzas vivas aue yo evoco, pobre in­ caer al amigó, el hermano al hermano y el térprete de una gran idea que ha fascinado padre al hijo idolatrado; cuándo en todas las mi alma, al dirigir a la juventud de mi pa­ almas parecen alzarse horribles votos de tria estas humildes páginas de olvido, de represalia y de venganza? reconciliación y de amor. ¿Crees que alguien apercibirá entré él En presencia de una guerra cruel, san­ choque de las lanzas y bayonetas relucien­ grienta y desastrosa, donde se agitan parti­ tes, ei apacible color de tu modèsta oliva? dos extraviados é incapaces de restablecer ¡Sí!; porque el exceso del mal éngen¿ aisládáméñté ni él ordén ni la libertad, hay dra con frecuencia la reacción dèi bièn, cò­ un trabajo inmenso de pacificación y de rno a las borrascas desencadenadas sigue là fraternidad, que no espera consumarse con él iraésistiblé étópüjé Sé liñá léy divina, si­ ¿es qüe hubiesen dejado a nuestro alcance. no la vigorosa iniciación dé álgtinMs á lá a s Entre esos dos heroísmos ¿cuál és más puraá y váliéhtes. patriótico y más noble? Lás áécíoñés héróicás háñ sido y serán ■ Si hay en el hombre un alma, úna ley siempre el bello ideal de toda jüvéñtüd So­ 'moral, una chispa divina, él valor cívico és bré lä tierrá. la suprema virtud de la política. El qué lé pide débilidad 6 cobardía sólo Recojámbs ñüestró espíritu; y tengámos iricürré en Sü desdén y su desprecio. '.la resolución de oír ésa vtíz interior que ¡Espacio para él ágüilá! jcänipö abierto habe niubhö tiempo nos murmura entré las piará él léóñ! ¡vastos ciélds pärä él ángel! exageraciones fibtidias del espíritu de par­ LÖ que yo -lér pidö a lá jüvéñtüd dé mi tido, Unión, concordia y fé. ¡patrié, lo qué ifté pidö ä mi mismo, ño és Lia misión dé las generaciones qüé na­ un acto de debilidad 6 cbbardíá; v ben á lá vida¡ no puede ser la herencia im­ ESjüñ gráñ acto dé béroísmó; de heroís­ puesta del pasado, sino las aspiraciones es­ mo igüál, péró'más elévádo, iSiás hümäho pontáneas del futuro. y más febüñdo qüé él Béroísmo áésplégádo, Abandonemos él imperio de lá fantás­ en la guerrilla y la refriega de la lücha. tica leyenda; la santidad de los odios, la glo­ Süpoñéd üñ torrente desbordadö que co­ ria de las guerras civiles. rre ä lös äbismös; üñ hömbre sé láñza ä fa­ ¡Nuevos horizontes; nueva vida, paz y vor de 1§ corriente y süpérior ä sü furia fraternidad! ¡plfecé öiäjeStüoSämeftte ádéláñtáfle en la Vertiginosa bárréra; ötrö hoihbre sé láñza II éóñtrá la corriente* y lä dömiriä y lá ven­ ce bön öfgullö dé lös iñsoñdablés préci- Entre ése tumulto dé armas fratricidas, pibios. qüe destruyen y; desángren ä lä patria, le­ Eñtré ésos dös heroísmos, ¿cüál és ñiás vantemos la säntä oliva de la paz, símbolo gfäridiösö y eñvidiablé? dél trabajo honrado, de la tranquilidad pa­ Süpdñéd üñ iñcéñdib voraz qué. lévañta ra el hogar y de la soberanía para él pue­ á las ñUbes sü penacho; üñ hombre péñe- blo, del bienestar para todos. tra entre las llamas, atraviesa el füégo e Libres de pasiones y de odios, imparcia­ iltünüiädo por resplandores sihiéStrbs; lle­ les con todas las virtudes y benevolentes va la déstfübcióñ más allá qué la fuérza na­ con todos los errores, porque hó son accio­ tural del éléméñto; otro hömbré, penetra nes individuales de lös hombres, sino resul­ también entre las llamas; átraviésá él fue­ tados generales de una época, intercedamos go y pone fin a los estragos levantándose entre todo® los partidos . cómo neutrales, ergüidö y satisfecho frente ä lös edificios como parlamentarios, y como interventores. qué salvó dé Horrible füiñái Intercedamos para moderarlos, conte­ Entre esos dos heroísmos/ ¿cuál és más nerlos, désafmarlós. generösö y meritorio? Páre pedirles qué den pör términádas Suponed ahora —¡qué digo, suponed!— sus querellas, qüe hägäh üná tránsabbión mirad ahora Uña guerra civil encarnizada. honorable, que búsqüen ä todo trance el HOy ños ärföjämös áí torbellino dé sus medio de respetarse y garantirse mutua­ pasiones violentas; y ho§ dispútaiñOs él hb- mente. nor de sobrépásár el déseñbadéhamiéñto de Para intimarles que se olviden, que se las furias. disuelvan, qué desaparezcan, tratando de Ños bohfüMiinOi bön süs llämäfadäs de alcanzar lá divisa del mérito eh lá práctica sangré, y ardemos en deseo de iluminar bon de las virtudes domésticas, en las gratas fa­ ellas nüévOs teatros donde nuestra figura tigas de la vida privada y. eh lai grandes Sé destaqúe vencedora. discusiones euya era debé abrirse con la re­ Mañana estaríamos también én ése ira­ conciliación de los partidos en ei hogar pa­ cundo torbellino,' péro resistiendo y domi­ terno de la soberanía näbional. nando läs pasiones qüé a nuestro alfédédór Moderados y previsores; tratemos de dar se éñtféehicáséní satisfacción ä lös intereses materiales, qüe Estaríamos también entré ésas llamara­ son lös más exigentes eh toda sociedad de das de sangre, pero téñtándd Un supremo heterogéneos elementos, y de abrir un an­ ésfüérzO ¡para äüögärldS y réparáf los ma- chi» báiibé al desarrollo de las aspiraciones morales que deben completar y coronar la El portaestandarte solamente; después obra humanitaria del progreso. vendrán los jefes. Para el estado, una administración hon­ Los partidos están muy lejos de ser to­ rada, enérgica y extraña a las influencias do; el país, pacífico es superior al país re­ de las facciones, que no se ocupe de parti­ volucionario. dos, ni de intrigas, ni de miserias, sino de Las facciones se abultan y aparecen policía, de escuelas, de caminos, de trabajos grandes por la algazara de los gritos, por el públicos, de reformas laboriosas y fecundas. barullo de las armas, por lo terrible de los Pará el pueblo, una convención constitu­ espectáculos que ofrecen. yente, donde todos, absolutamente todos los La capital del terror, con 750.000 habi­ orientales con uso de razón, puedan ser re­ tantes, no alcanzaba a dar 5.000 votos bajo presentados y representantes, donde el pro­ la presión de aquellas bandas que se llama­ blema histórico del pasado quede relegado ban pueblo y nos admiran... como estudio de los eruditos o como decla­ Multitud de . elementos neutrales espe­ mación de los rabiosos, y donde las institu­ ran sólo úna iniciativa vigorosa para afi­ ciones, la política y la sociabilidad reciban liarse bajo la bandera de la humanidad y una transformación fundamental bajo la in­ la razón. fluencia de sus majestuosas decisiones y de La fuerza de una idea justa es incalcu­ sus solemnísimos debates en que resonaría lable, cuando da el primer arranque en el potente y vencedora la voz de las ideas seno de una sociedad impresionada. modernas por el órgano del nuevo partido Si los partidos se elevan a esa medita­ que, después de haber dado paz a la repú­ ción tranquila donde las pasiones callan co­ blica le daría independencia fundada en la mo ante la majestad de un templo, ellos espontánea voluntad de la nación y liber- verán qué la fraternidad, ese noble e indes­ ' tad organizada bajo los más hermosos prin­ tructible sentimiento de corazón bien pues­ cipios del derecho y porvenir consolidado to, ha sido en una u otra hora la aspiración por el desarrollo virtual de la riqueza y por suprema de todos los hombres que: se han la práctica universal de la justicia. distinguido en la república, o por sus ta­ Esas dos fuerzas —una de conservación lentos, o por sus virtudes, o por su buena y otra de impulso, una de orden y otra fortuna. dé progreso— operarían la regeneración de Esa aspiración ha sido frustrada, o com­ la república, y su advenimiento sería la primida muchas veces, pero nunca ha de­ época inicial del nuevo calendario de la pa­ jado de existir y de manifestarse. tria redimida y transfigurada por la abne­ Sólo ha faltado abnegación, confianza, gación sublime dé sus hijos. 4 lealtad. ¿Qué se necesita para poner en juego Ese movimiento espontáneo y generoso, esas dos fuerzas salvadora»? es el que yo querría confiar al corazón in­ Que hagamos oír a los. partidos el voto genuo de gallarda juventud. de los muertos, el grito que sale de las tum­ El pacto de la sinceridad sólo necesita bas, el mandamiento que baja de loa cielos: la firma de sus miembros como garantía Paz y fraternidad. de cumplimiento y buena fe. ¿Quién violaría el juramento hecho an­ - in te la sangre de sus conciudadanos, ante I03 dolores sagrados de la patria? Esa bandera no flamea porcia vez pri­ mera en las disensiones civiles de mi patria. Ese pacto vencería, o quedaría sin fru­ Tampoco tengo la primacía al enarbolar­ to en el alma de unos cuantos visionarios; la en la contienda actual. pero los apóstoles de la fraternidad ten­ Aquí y fuera de aquí; otros, a quienes drían siempre dos asilos, donde se senti­ envío el saludo de mis ardientes simpatías, rían fuertes contra la derrota, contra la dia­ han sabido mantenerla contra el huracán triba y la calumnia. violento de los odios. En el hogar encontrarían una voz apa­ Yo sólo aspiro a que sea la juventud sionada que en nombre de las madres orien­ quien haga, suya esa bandera y la levante tales, les diría: sois buenos porque habéis con el poderoso entusiasmo de su fe. querido suprimir las lágrimas y el duelo ¿Quién más digno que la juventud de sin fin de las familias! ser el portaestandarte de una gran cruzada? En la conciencia, encontrarían otra gra- ve y santa voz que les diría a su tumo: ha­ Y dentro de mi corazón, he visto esa nu­ béis sido humanos y patriotas; queríais, la be de los cielos, he oído esa voz del ángel paz y la fraternidad! que aplaza a los partidos, para ensayar sus fuerzas contra el enemigo común... el ene­ IV migo común, que es la ignorancia, el de­ sierto, la pobreza, la barbarie, la misma gue­ Hay en las tradiciones heroicas de la rra civil.... Francia, una leyenda que mil veces ha preo­ ¿Se realizará este sueño de la fantasía? cupado mi espíritu como si presenciara un ¿Obedecerán al ángel los partidos, se cuadro de realidad y de vida, bajo la in­ desprenderán de sus divisas y se abrazarán, fluencia de presentimientos extraños. como los paladines de Cario Magno para En medio de malezas, dos paladines de sentarse jüntos en el banquete de la paz y Cario Magno, luchan con desesperación en de la fraternidad? duelo a muerte; pasa todo un dí_a; los ca­ Tú lo dirás, ¡oh juventud, tú lo dirás! ballos yacen a los pies de los combatientes; brota el fuego dé las brillantes corazas; se Montevideo, enero 4 de 1871. rompen las espadas' en la furia del combate. Los paladines mandan buscar otras ar­ mas, y bastante vino para reparar las fuer­ zas; beben en la misma copa y recomienza POST SCRIPTUM el duelo. Así pasan los días, con mil sucesos ex­ Llegan de la campaña noticias de nue­ traordinarios y diversos, mientras los. pa­ vos triunfos conseguidos por las* armas del ladines descargan incesantes golpes sobre gobierno, y la reacción del Partido Blanco sus armaduras destrozadas. aparece definitivamente perdida. Apenas un Instante de reposo; y el due­ Mis ideas no se modifican por eso; creo lo recomienza siempre con furor. de todos, modos que la guerra ha de durar, Al fin, en lo más recio de la lucha y en con los desastrosos caracteres de la monto­ lo más negro de la noche, baja. del cielo nera, y que después de terminada, la paz una nube y envuelve a los campeones. sólo será una tregua inquieta, llena de ma­ De esa nube sale un ángel que los salu­ lestar y desconfianza. da con dulzura y en nombre del Dios que En el presente o en el porvenir, la ban­ creó cielo y rocío les manda hacer la paz dera del Partido Nuevo es la únicá que pue­ y los aplaza para combatir al enemigo co­ de dar a la república organización, liber­ mún en Roncesvalles. tad, y progreso. Los caballeros obedecen; se desprenden \ Enero 14 de 1871. de sus cascos y se abrazan caminando jun­ tos a un festín! En esos paladines de Cario Magno, que 1. Ustedes los orientales —decía el doctor Vé- lez Sarsfield a los desterrados de febrero, en una buscan fuerza en la misma copa de vino, reunión familiar—, están tan peleados que ya no yo he visto a los partidos de mi pátria que pueden ni encontrarse juntos; cuando fui a Mon­ reciben inspiración del mismo espíritu. tevideo solía visitarme mi sobrino el doctor Sienrá y Carranza; un día entró el señor D. José Cándido En ese duelo a muerte, que se prolonga Bustamante, y mi sobrino se escurrió de la sala siempre, tras ligeros instantes de reposo, calladito; entra al rato el doctor D. Cándido Juanicó, y entonces le toca al señor Bustamante el turno de arrancando en girones el escudo y la cota escurrirse como mi sobrino, y sospechó que si no de los combatientes, yo he visto la guerra se escurrió después el señor Juanicó, es porque no civil encarnizada que con breves treguas entró ningún otro oriental a visitarme. 2. ¡Algunas de ellas tan gloriosas y desgra­ va raleando las filas de las generaciones ciadas! orientales. 3. 1854. 1858. 1865.

número ss / febrero i m 1 | © En Conmemoración de la Paz¡ se celebro él 13 de abril de 1872, el Ban­ quete, de la Juventud. Muchos fueron tos oradores qué en ése acto par­ ticiparon. , Damos los discursos que consideramos, por éí texto o por el autor, ihás significativos. ' ■

DISCURSO DEL DOCTOR CARLOS bastardas, la nave del estado zozobrando con MARÍA RAMIREZ la vida y la fortuna de úna generación entera, con la gloria y la dignidad de un pueblo; por Señores: - ' . doquier ayes de muerte, estruendo de crecien­ Voy a interrumpir la alegre y tumultuosa te ruina; átribuladorés presagios de un cata­ algazara de las primeras Horas * del festín, clismo irreparable;.. y ante ese cuadro de de­ abriendo en nombre de la comisión encargada solación y dé amargura, la juventud inerte, sin de organizar este banquete, la hora solemne timón hi brújula, sin fe y sin esperanzas, como de las altas expansiones del espíritu, y al ha­ uña agrupación de náufragos qüe se han re­ cerlo declaro ingenuamente que no siento va­ fugiado en débil leño, y a cuyas torvas almas, cilar mi ánimo ni temblar mi voz, porque en las angustias de la desgracia común ñó llevan el fondo de esta débil copa he déscübierto gé- más pensamiento que el de la hora en que les , nerosos y varoniles estímulos para las almas tocará devorarse unos á otros. jóvenes, risueñas esperanzas para el adveni­ Hoy, de la noche a la mañaná —transfor­ miento dé las libertades democráticas, gran­ mación sublime— alumbra el día un claro sol, diosas e inspiradas profecías para el porvenir parece qüe los vientos huyeran sin fuerza ni de la república, el porvenir de la patria. vigor para luchar más tiempo y que las olas No extrañaréis señores, estas singulares vi­ buscasen lecho para un reposo eterno, mien­ siones de mi ahná, cuando todo lo que estamos tras la fuerte nave prosigue intrépida en su presenciando debe aparecemos como gigantes­ ruta; se creé sentir los golpes reparadores del co sueño, con que alguna hada misteriosa trabajo, el cante alegré y varonil de la ma­ —acaso la de los patrióticos consuelos— ha que­ niobra, los expansivos coloquios que suscité el rido vivificar nuestras frentes agobiadas pór él ánheladó término del viñiér'y-fflfcl f e J á j üvén- desencanto y la fatiga... tud, ayer inerte, ayer' acairamaflá tnyidjda, Un sueño, señores,, un sueño. ayer colocada entré Ayer, deshecha la tempestad de las con­ deí naufragio, hoy so®f¿&/ Ias ,íM|¿?;altas ém i\ tiendas civiles; ragiendo él huracán de lós néncias dél bajel, y'u n * odios y bramando el mar de las ambiciones con una sola idea, ¿f¡m aa sóll||i§}z éxclániái.; o DEriWiT q \ . jL* Ab- . - s - - í -v' iHerral, ¡tierra!, al ver realizada la paz entre recogemos todos en las dolorósas lecciones de los oriéntales y cercano el día de la recons­ la historia, en el progreso y virtud de las ideas, trucción nacional. en las irresistibles exigencias de una nueva Si este ^espectáculo no es grande, solemne, era que se inicia con fuerza providencial para majestuoso, debiéramos pensar que todo en la patria. este mundo es vacío como una ceremonia de No más nuestras discordias civiles lleguen . iglesia y frívolo como una función del Alcázar; a punto de cavar entre los orientales^sangrien- si este espectáculo no tuviera la virtud de in­ tas fosas y odios irreconciliables, que hacen fundimos los más elevados pensamientos y las de los hijos de una misma tierra agrupaciones más delicadas emociones, forzoso fuera con­ hostiles y enconadas como aquellas clases que fesar que Dios no quiso colocar en nuestras destruyeron en un día la revolución francesa, almas la llama eterna del ideal, ni nuestras como aquellas castas impías del Oriénte, como madres supieron infiltrar en nuestras venas el aquellos terribles Hermanos enemigos que la fuego inmortal del patriotismo; más como a la musa antigua inmortalizara con horror en la verdad, tras las creencias y aspiraciones fugi­ tragedia. tivas que suscita el día en cada uno, en todos No más los supuestos partidos orientales, nosotros resplandece esa etemá llama del ideal en el ciego e incesante furor de la contienda, y como a la verdad, más intenso y poderoso osen arrojar de los altares patriotas esa sacro­ que nuestras dulces atenciones del bogar, que santa y bien amada libertad, deidad sublime nuestros bellos desvarios juveniles, hay en to­ que ampara y dignifica a todos los partidos dos nosotros un latido que responde al Culto orientales con su manto. sagrado dé la patria, debemos esperar que en Np más en el. viejo calabozo de estado, en ©ste sitio, momentáneamente convertido en nuestras exóticas Bastillas, la mano del esbirro. templo de una religión desconocida, no lle­ pueda impunemente aherrojar las manos de gará a pronunciarse una palabra que deje de algún soldado de la idea, ni en el tablado re­ ser un himno puro a lo que hay más grande, pugnante del cadalso aparezcan otras, frentes más universal y luminoso en el dogma de la que las marcadas por la justicia social con el democracia moderna. estigma de .un crimen vulgar abominable. Débiles pasiones del pasado, vagas intui­ No más entre los orientales, un solo des­ ciones del futuro, tradicionales recuerdos, em­ terrado pasee en extranjeras playas, su melan­ briagadoras utopías, estremecimientos nervio­ colía mortífera, ni de este bello y rico suelo, sos que dejó la lucha, sentimentales impulsos próspero hasta en medio de sus revoluciones que la reconciliación inspira, pequeños recelos, perpetuas, volcán eternamente cubierto de ve-> expansiones magnánimas, variedad indestruc­ getación florida, edén en donde se dan cita los tible del espíritu, síntomas geniales de una extraños para respirar un aire puro y cultivar época, todo se mueve y palpita en nuestras una tierra pródigamente generosa... nunca de aliñas sin romper la santa unidad del pensa­ este bello y rico suelo, se véan los orientales miento que congrega a la juventud de todos obligados a huir con paso triste, para vivir en los puntos del horizonte político, a solemnizar las miserias de la emigración, con los oios las mismas alegrías patrióticas en este gran puestos en la patria, mientras no llega el día banquete fraternal. Al fin, señores, al fin, lo de poner én ella el incendio de una guerra digo con orgullo, somos una juventud... Espe­ civil inevitable. remos... mañana-hemos de ser un pueblo.. No más en la cabeza de un oriental extra­ Qué importan entonces las divergencias y viado por el vértigo fatal de las pasiones, aso­ las discusiones que nos esperan quizás al sepa­ me el pensamiento de inmiscuir al extranjero ramos de esta fiesta! Cuando los hombres se en nuestras divisiones intestinas, ni de nues­ escuchan, se acercan y se mezclan cordial­ tras filas se alcen nunca manos bastante cri­ mente unos con otros, dos ideas opuestas que minales para abrir al enemigo antiguo la fron­ se encuentran, son como dos copas que se tera que un día se vio obligado a trasponer rompen al chocarse con el brindis de la amis­ con nuestras lanzas y bayonetas en su espalda. tad o del am or... Con el estallido, ¿alguno Ahora bien, como primera realización de sintió en su mano leve herida? Será el ad­ estos grandes votos del alma, vemos este no­ versario quien ' acuda solícito a estancar la bilísimo banquete a que concurren todos, sal­ sangre involuntaria e inofensivamente vertida! vando sus opiniones sobre el pasado y reser­ Mientras tanto, aprovechando la divina tre­ vando sus aspiraciones pará el porvenir; vemos gua entre la nueva lucha fraticida y la fecunda, los primeros albores de una libertad tanto más lucha democrática, gocemos de algunas horas fecunda, cuanto mayor templanza sepamos te­ é s acuerdo elevando al délo santos votos que ner para ejercitarla; vemos romperse la tabla

JA CUADERNOS DE MAECHA de las proscripciones y cesar en el Curso de DISCURSO DEL DOCTOR DON JULIO los procesos políticos; vemos a los orientales HERRERA Y OBES dispersos como los israelitas volver alegremen­ te al hogar patrio, y debemos esforzamos por­ Señores: que no quede uno solo de los alejados en La poesía nos habla de aquellas arpas cóli­ nuestros cuarenta años de guerra, sin concu­ cas que los griegos colgaban de las ramas de rrir al día de la reparación, al gran día de la los sauces, y de cuyas débiles cuerdas el suave patria, viniendo a compartir nuestros trabajos, aliento de las brisas arrancaba sonidos tan nuestras fatigas, nuestras luchas, ya que al fin dulces y conmovedores que hacían llorar' de ha llegado la hora de ser libres; de ser gran­ ternura ..a cuantos los escuchaban al pasar. El des, de que valgamos por nosotros' mismos en humano corazón es como aquellas arpas poé­ la ' vida activa de las virtudes y de los sacri­ ticas suspendido al árbol de la vida, en medio ficios, para que así no nos asemejemos con de la tenebrosa selva de las pasiones y de los nuestra infatuación de tradiciones y recuerdos, intereses personales, hasta que el soplo de un a esas pobres ciudades musulmanas que no sentimiento noble y generoso roce sus delica­ presentan al viajero otro vestigio de su es­ das fibras para que exhale como en este ins­ plendor y su grandeza, que suntuosos y dila­ tante sentidas y melodiosas armonías. tados cementerios. Pero no es sólo un efímero sentimiento el Con la mente fija en esos votos y libando que aquí nos reúne: no son únicamente lós en este vino la santa fe del porvenir, os in­ corazones los que vibran al unísono en un rap­ vito, señores, a brindar por la paz, por la li­ to de generoso entusiasmo; éste es el resultado bertad, por la concordia, por la reconstruc­ de un proposito reflexivo; son las ideas que ción y -la regeneración de la patria! no han podido sustraerse a la ley inmutable de adelanto y de perfeccionamiento que rige DISCURSO DEL SEÑOR DON al universo moral lo mismo que al universo DANIEL MUÑOZ físico. ¡Ah! Retémplese la fe de los descreídos. Señores: Levántese el espíritu de los que se dejaron En vano la conciencia a veces se esfuerza abatir por la tenacidad y las contrariedades de en convencémos de nuestra insuficiencia in­ la lucha. Sólo el bien es eterno. Sólo el mal telectual, en vano el labio se resiste a verter es perecedero y transitorio. las pobres ideas que se agitan en la mente; el Las ruinas, los sepulcros de que los catar corazón quiere hablar, y ante el poderoso im­ cdsmos sociales cubren la superficie de la tie­ pulso de sus violentos latidos, la . conciencia rra, obligan al incansable peregrino del pro­ calla, obedece el labio, y da más expansión a greso a detener el paso para llorar tristemente las tiernas expresiones del sentimiento. sobre aquellos fúnebres monumentos de la in­ La idea que a todos nos nivela, la idea de sensatez humana; pero su viaje remoto de jus­ la regeneración de la patria querida, se sobre- ticia y libertad no se detiene jamás definiti­ pone a todas las susceptibilidades humanas. vamente. Desde el Asia hasta la América, su A su realización se encaminan todos nues­ paso está marcado en la región política por las tros esfuerzos con el corazón henchido dé ale­ usurpaciones que derrumba y las instituciones gría, pero si desgraciadamente alguno, desca­ liberales que levanta. Él es quien al pasar in­ rriándose del verdadero camino, nos atacase visible por nuestro lado va déjando flotantes en el goce de nuestras libertades, entonces, en en el aire en sutiles efluvios todos esos sen­ vez de confiar la defensa de nuestros légíti- timientos generosos, todas esas aspiraciones tos derechos, a la sangrienta lanza de un cau­ elevadas que el espíritu respira insensiblemen­ dillo oscuro e ignorante, nos defenderemos con te, absorbiendo en ellos el principio de vida el escudo de la razón, atacaremos con la in­ y de grandeza que trasmitirá después a la so­ vencible lanza de la justicia, y al impulso de ciedad en esa respiración del alma que se estas dos grandes fuerzas triunfaremos induda- llama el pensamiento. . blemente, no haciendo rodar las ensangren­ Dulce y consoladora verdad, señores, en tadas cabezas de nuestros adversarios por las momentos en que Europa pretende convertir faldas de nuestras cuchillas, sino derribando en religión de estado la razón de los grandes como quiméricos castillos, todo lo que se opon- ejércitos y de los mejores cañones. gi a la realización del programa político que Dulce y consoladorá verdad, señores, para nos hemos dictado, sintetizado en la más be­ nosotros donde la política del. éxito ha escar­ lla comprensión de la democrácia: necido y vilipendiado a los que no tenían más Libertad, igualdad, fraternidad. fuerza para defenderse que su derecho ni más

HÚMERO S8ZJB5BRERO 1972 1? prpfgqeiQn que lnvggar, que las sgyeras pres­ la conciencia las ideas elevadas y los senti­ cripciones de la ley. mientos generosos. No es cierto, no, no es cierto que los más La luz artificial de estas bujías representa débiles y los más indefensos sean los que en la primera aurora del día de justicia, qüe viene el combgte diario de la vida no ciñen, más a disipar las heladas tinieblas de esa larguí­ cáseo que sus ideftS, pi esgrimen más árrnas sima noche de cuarenta años de dolores y con­ qpe sq lrazdn, ni agitan más pendón que $í de gojas por que la patria en delirio ha atravesado. la libertad, Este banuete en qug toman asiento con­ ' ¡La? ideas!, jsebre ese ogsgg fulgente se han fundidos jos hombres de todos , lo? partidos, qqgbrado .en jkdazo? la$ seculares espadas del cubierta todavía la frente con el polvo del despotismo» . , combate y sin que ninguno haya tenido que '¡La razón'!, espada flamígera que convierte .. abdicar las ideas y las creencias que defen­ en prgánggl a quien }g g?grimg confra el igal, diera ayer y. que sostendrá mañana, es el sím­ ¡La lihertadt pendón sacrgsantQ que Ja bu- bolo de ese otro grande, espléndido banquete, njapidad S§ viene trasmitiepdQ triunfante de: nacional, en .que tendrán también su asiento ggperaeiéh en generación, desdg ]as llanuras y ?u cubierto todas las ideas, todas las aspira­ de Maratón, hasta las cumbre? del Calvario ciones, todos los intereses que se agiten y tra­ y desde fe cumbre de] Calvario hasta las al­ bajen dentro del terreno inviolable de lá ley.' menas d§ la Bastilla y desde las almgna§ de la En este momento nosotros cerramos el pe­ Bastilla hasta los capipq? inmortales de Maipú ríodo estéril de las luchas armadas de partido y de Ayacughg, de §arandi y de Ituzaingó. y abrimos g] período fecundo de las luchas ¿as ideas tienen en sí mismas qpa fuerza incruenta? de la democracia, que1 en vez de ta] de proyección, que una vez disparadas por tener por árbitro la suerte variable de las ar­ ia ballesta humana de la palabra, van a herir mas, tiene por juez supremo la opinión del necesariamente gn el corazón a la iniquidad Q país, mapifgstack libremente en las urnas elec­ al error que les sirve de blanco. torales. Su triunfo es cuestión de tiem@9= y el tiem­ La república al arrojar las melladas armas po sólo destruye la materia. §glQ amenaza las y descender del fatigado corcel en que tuvo creaciones de fe fuerza, sglg aterra a lgs usur­ que montar un día para conquistar su inde­ padores y a los niaívádos, pendencia nacional primero, y su libertad po­ El hombre se impácieptíi en la vida pqr= lítica después, nos pone de manifiesto sus san­ qué en ella só]o tiene un moipento fugaz para grientas heridas y no? pide a todos que apli­ realizar sus obras, la vejez |e persigue en g] quemos sobre ellas la venda piadosa dé la presente, su porvenir está surcado por el rayo justicia, ungida en el bálsamo suave y repa­ inevitable de Ja nraertg. rador de Ja concordia y de la fraternidad. Pero para las ideas no corre e} ti§mpp; las En vez de caudillos ignorante? y viciosos, ideas nognyejgcgn; las ideas n@ pueden mo­ nos pidg ciudadanos austéros e ilustrados; en rir; ellas cuprítan para hacer su obra con la vez de sangrientas victorias, nos pide institu­ juventud eterna dé Ja esperanza, egn el por- ciones sabia?; en vez de ejércitos aguerridos, venir sin límites de la inmortalidad: Su triun- nos pide cámaras populares. fq es seguro e imperecedero, pues los triunfos Hoy gomo en tiempo del orador romano gloriosos y durables no sqn (os que se imponen debemos exclamar: “¡Qedant arma togoeF In­ por Ja fuerza, sino jos qu§ se rgajizan por el clínese el yajpr ante la inteligencia y la virtud; convencimiento y la razón; no son Jos que se ine]ín§se k fuerza ante el dereeho. conquistan matando Sino los que se eonsiguen No más persecuciones; no más proscriptos; muriendo. no más mártires políticos sobre cuyos sepul­ La prueba de ese poder, misterioso e fn- cros hayan de despedazarse, los vivos en ho­ cansable de las idea?, k tengpigs patente e locausto sangriento a los irritados manes de innegable ante los ojos, los muertos, Esta fiesta expansiva y gprdial eptre fran­ Levantemos dentro del templo de nuestro cos y declarados adversarios políticos que has­ corazón junto a los recuerdos y las afecciones, ta ahora só}q sg habían mezclado 80 1§s san­ qug constituyen el culto externo del partidario; grientos entreveros de la? guerra? civiles, g§ la levantemos un altar a la nueva deidad que va sublime manifestación extema de. Ja revolu­ a presidir en adelante los destinos políticos ción interior que se ha operado gn los espí­ del país: la tolerancia. ritus, aquí gstá marcado con signo? ¡pequí- Nosotros estamos probando prácticamente vosos §1 largo canajno que en medió del cho- que no es necesario recurrir a fas utopías ge: que tumultuoso de la? pasiones han heghó §0 . nerosas de las fusiones; que no es necesario que los ciudadanos oculten como un paaron ciones. 5i ei cnoque es demasiado violento, la de ignominia los colores que simbolizan sus lucha electoral puedé convertirse éh batalla tradiciones en el pasado y, sus aspiraciones én y la batalla en nueva guerra civil. el porvenir, para que puedan aun en medio Hagamos todos la promesa, pues, de hacer de lá lucha, chocar las copas y hacer un brin­ lo posible por calmar en vez de irritar esas dis entusiasta por lá felicidad y el engrande­ pasiones; contraigamos el compromiso de tra­ cimiento de la patria. bajar en la prensa, en los clubes, en las rela­ Yo sé bien que los partidos actúales, de- ciones particulares, porque todos los-ciúdada- leznables, como todo lo que es humano están nos vayan a las urnas llévando una idea pa­ llamados a modificarse y desaparecer én tin triótica en la cabeza y un sentimiento gene­ día más o menos remòto. Yo digo más; yó roso en el corazón, eñ vez dé llévar úna divisa anhéló porqué éso süéeda cuanto antes. en el sombrero y un púñal o ún revólver eh là Péro para que éso suCéda justamente es ne­ mano. cesario abrir el campo franco de lá lucha en Que el nuevo grito de ja las urnas! qúe va véi de amurallarlo despóticamente. a remplazar al viéjo grito de ja las armas! Es en el trabajo, es en el combate que se sea un grito de paz en vez de ser un grito reconocerán los hermanos de la idea* y se de guerra. ' buscarán y se estrecharán para marchar unidos à !a conquista del ideál común. DISCURSO DE DON PABLO DE MARÍA Es en él variado y armónico desarrollo de la c'ividad individual solicitada por la atrac­ Señores: ción magnética de los intereses y de los sen­ La paz de la répública y la significación timientos en armonía con lá naturaleza moral política de esté banquete, son los temas casi de cada uno, que se formarán esos nuevos y obligados de todos los discursos. A la paz, la futuros partidos que han de llamarse al com­ he defendido antes de firmarse, la he salu­ bate en nombre de là ciencia, en vez de en dado después de realizada, y éñ cuanto a la nombre de un color; y se han de combatir con fiesta simpática qüe nos reúne, creo que he la palabra y la razón en vez de emplear la nicho lo bastante con ias palabras que he espada y el fúsil, y ' se han dé agrupar en consignado én lás páginás de El Siglo. fin a la sombra de una de ésas banderas dé Sin embargo, en este acto solemne, no de­ principios bajo cuyo lema de guerra brillan be haber un solo labio que permanezca mudo. siempre puras las nueve fajas bicolores del Sobre todos los hombres jóvenes pesa el deber pabellón nacional. indeclinable de decir dos palabras, y yo voy La causa de todos nuestros males ha es­ a cumplir ese deber porque tengo miedo da tado en haber llevado la intransigencia y él ser delincuente. fanatismo político hasta convertir en crimen No es por satisfacer un deseo sino por lle­ lo que era un derecho sagrado de cada uno, nar una sagrada obligación, que mi palabra, creyendo sinceramente los más que un blanco como desafinada y discordante nota, viéne a y un colorado.no se podrían saludar so pena romper la mística armonía del himno de con­ de traición, sino a la manera que los terroristas cordia qué en alas dé la inspiración y del ta­ franceses del 93, hacían saludar a los nobles en lènto se eleva hasta él trono dèi Señor. la plaza dé la guillotina, con cabeza y todo. El banquete es la única fiesta que. podía Tolerancia recíproca de uno para con otro, expresar con su elocuencia el sentimiento uná­ respeto escrupuloso del gobierno a las opi­ nime de la juventud montevideana. Los ban­ niones de todos: tal-es el remedio que nuestros quetes populares son el símbolo más acabado males necesitan, y el objeto a que deben con- de la unión, porqué là unión reina siempre , cúrrir todos nuestros esfuerzos y aspiraciones. entre los que comparten un mismo alimento en Me he extei-dido demasiado y voy a con­ una misma mesa. cluir aprovechando este momento de expansión Hemos nacido bajo un mismo cielo; hemos para exigir de todos los presentes una promesa orado en los mismos altares; hemos crecido en que no por ser hecha con las copas en la mano las mismas costumbres y vivido al amparo de sérá menos solemne y obligatoria. las mismas Ieyés. La misma luz coloró nuestra El período que se abre és. de labor y de frente; el mismo aire hinchó nuestros pulmo­ lucha. Todas las pasiones, todos los intereses nes, dando calor è impulso a nuestra sangré; encontrados que los partidos encierran en su uña sola bandera nos cobija, y la tierra en seno y que la reciente guerra ha removido qué grabamos nuestra planta es la qúe sostuvo violentamente, van a ponerse en movimiento nuestrá cúna y qué guarda las cenizas vene­ y a chocar impetuosos en las próximas élec- randas dé nuestros progenitores. Pero sin èst© jl cúmulo d.e circunstancias ya podemos exclamar bido de las balas el ruido del taller, y el plácido alborozados —hemos estado bajo el mismo te­ rumor de la locomotora. , cho y alrededor d e 'la misma mesa— somos Las primeras razas humanas, decía un es­ hermanos! critor, veían con terror pasar ante sus ojos a la Fraternicemos hoy en el banquete de la hidra que. resoplaba sobre la superficie de las juventud. Mañana yo os emplazo para sentar­ aguas, al dragón que lanzaba fuego y al grifo nos juntos en el banquete de la patria. que era el monstruo, de los aires y que volaba La fiesta que en este instante celebramos con las alas del águila y las garras del tigre. importa un aplauso a la paz de la' república, El hombre, sin embargo, ha tendido sus lazos, y aun significa más: significa, señores una pro­ los lazos sagrados de la inteligencia, y ha apri­ testa tremenda y elocuente no sólo contra la sionado en ellos a los monstruos. Ha domina­ guerra civil del presente, sino contra todas las do a la hidra, y se llama steamer; ha dominado guerras civiles de los tiempos futuros. al “dragón’ y se llama locomotora; y en medio Los orientales acaban dé estampar la pa­ de la guerra colosal que ha hecho temblar al labra paz en el libro de los hechos consu­ suelo de Europa, el genio francés ha domina­ mados. Aun falta otra palabra para formar el do al grifo hadando el modo de dar dirección lema que se ostenta en el escudo paraguayo: a los globos, aerostáticos. paz y justicia. Pero hay otro monstruo, que ha roído las La paz señores, que festejamos, no es la entrañas del humano linaje, en todas las épo­ última sino la primera piedra del edificio na­ cas del tiempo y en todas las zonas de la tie­ cional regenerado. El tiempo de descanso no rra, y ese monstruo, señores, es la guerra, ha llegado aún. Bendigamos, sí, con fervor y vampiro abominable que con la sangre huma­ entusiasmo el iris de la paz que luce en los na se sustenta. espacios, pero no abandonemos el yunque del La inteligencia, obedeciendo a la ley de la trabajo cruzados de brazos como el sectario de perfectibilidad, ha transformado a los horren­ Mahoma ante el fastasma de la fatalidad. dos seres en agentes de prosperidad y de gran­ El grito que ha llevado la noticia feliz de deza. ¡Sólo la fiera de la guerra civil vive en el k paz, desde la casa del poderoso hasta él salvajismo. Sepamos, señores, domesticarla, un­ humilde rancho del paisano, es la voz que ciéndola al gran carro de la libertad y del . convoca al taller a los obreros, Manos a la obra. progreso. La juventud, verdadero Jesucristo .de los pue­ Este banquete, gran paso dado en tal sen­ blos, tiene una misión santa que llenar; debe tido, llena nuestro corazón de alagadoras es­ dar ejemplo. Trabajemos, señores, levantemos peranzas, que ojalá no se disipen como las la enseña del progreso moral y material,-ra­ brumas del Río de la Plata al asomar, el lu­ diquemos en la república la libertad en el or­ minar del día. den y el orden en la libertad, y probemos Pero si la juventud logra que en el futuro que la sórdida voz del egoísmo no encuentra esas esperanzas se traduzcan en hechos; cuan­ eco en el aliña purísima, del joven. Empren­ do el país se halle regenerado al calor de las damos la expedición de los modernos argo­ nuevas ideas; cuando reine el consorcio su­ nautas buscando con ahinco. ql vellocino de oro blime de la libertad, de la justicia y del de­ de- la libertad. recho; cuando se convierta en elemento de ¿Qué importa que una, diez y cien veces trabajo la lanza ensangrentada de la guerra sea vana nuestra empresa? La juventud es co­ civil, entonces, señores, las madres dirán a sus mo el gigante de la mitología que en cada hijos mostrándoles a alguno de los soldados del caída redoblaba sus fuerzas. Luchemos aunque pacífico ejército que formamos: aquél es uno seamos vencidos. Dadme los despojos de todas de los jóvenes patriotas que el 13 de abril de las derrotas y yo alzaré con ellos un esplén­ 1872 dieron el primer golpe al edifico de las dido templo y haré nos sea propicio el Dios desgracias públicas. de las victorias. Cuando la generación que ahora se encuen­ Ha habido señores, una oración ferviente tra en la naciente aurora de la vida, con la para cada una de las divinidades y sin em­ conciencia de su poder y de su fuerza, reclame bargo, ni la ofrenda de una simple palabra el puesto honroso que le corresponde en la se ha depositado en el primer altar de los república, el genio del futuro mostrará en su pueblos. faz una sonrisa, porque entonces los ciudada­ Antes que brindar por ,1a patria; antes que nos orientales confundidos bajo los anchos plie­ brindar por la paz de la república; antes que gues de una misma bandera, preferirán al hu­ brindar por la fraternidad y la unión de sus mo de la pólvora el humo dél carbón, y al sil­ hijos, quiero decir señores: ¡viva la libertad! DISCURSO DEL SEÑOR DON JOSÉ público del que no debiéramos avergonzarnos} PEDRO VARELA apenas si en el áspero terreno de ios hechos, en el duro campo de la realidad, habrá ún solo Señores: . año que no marque una fatalidad y una ver­ güenza para la república. Ésa es la historia, Invitado a usar de la palabra, voy a hacerlo el dualismo de los partidos políticos, la con­ con gustó, aun cuando no estoy seguro de dis­ mixtión de los elementos más encontrados, pa­ poner por completo del pleno goce de mis fa­ ra la realización de pequeñas aspiraciones. Los cultades intelectuales. Por la misma razón de caudillos,, entregando a los hombres inteligen­ que no puede ponerse en duda la austeridad tes e ilustrados, la redacción de los documen­ de mi vida, estoy muy lejos de avergonzarme tos públicos, la mentira de las palabras ofi­ porque en una fiesta de esta naturaleza, los ciales, la falsedad de las doctrinas que jamás vapores del champagne, pueden oscurecer mi se ponen en práctica; los hombres inteligentes razón. e ilustrados, auxiliándolos con su esfuerzo, y En los grandes días y en las grandes fiestas entregándoles el dominio de la realidad. dé Iá patria yo me hago un honor en dejar De ese camino que hemos recorrido siem­ a un lado el reposo y la austeridad dél resto pre, arrastrados por el extravío de las pasio­ de mi existencia. nes, necesitamos separamos al fin, entrando de Señores: frente en la senda que conduce al estableci­ Venidos si no de todas las extremidades de miento de la libertad, a la radicación de la la república, de todas, las extremidades del justicia y del derecho. mundo político en que vivimos* nos encontra­ Abrigando las mismas ideas, profesando los mos reunidos en el banquete de la fraternidad mismos principios, alentando las mismas aspi­ y la concordia, todos los hombres jóvenes de raciones, debemos sentimos unidos y serenos, Montevideo. La juventud de Montevideo, el fuertes para vencer al caudillaje, que hasta cerebro.de la república, que se desarrolla ante ahora ha gobernado a su mtojo la república. mis ojos, y en cuya cuenca voy a hacer que Todo nos une: sólo el extravío’de la pa­ resuenen mis palabras. sión política nos separa. : Nacidos éntre el tumulto de las pasiones en­ Por eso yo me siento feliz y orgulloso da conadas, crecidos éntre los motines, entre las haber contribuido en algo a la realización da asonadas, entre las revueltas.. la paz, que nos permite contemplar esta pri­ ¿De dónde venimos- a dónde vamos los mera manifestación colectiva de la más gran­ hombres jóvenes de la república que llevamos de, de la más fecunda de las revoluciones que sobré, nuestros hombros el porvenir y la fe­ ha habido hasta ahora en la república: de la licidad de la patria? revolución de ideas. Después de habernos entregado sin reser­ Días de agitación y de lucha se nos pre­ vas a las alegrías del entusiasmo, de haber vi­ paran para salir del caos en que hemos vivi­ vido durante algunos días la grata vida del do, entrando de nuevo a la vida regular de sentimiento, necesitamos detenemos y mirar la nación. dentro de nosotros mismos, para saber el ca­ Mi voto, el más decidido y más sincero, es mino que hemos de seguir al continuar la . co­ que al día siguiente de las elecciones genera­ menzada y hasta hoy dolorosa vía. les, tras de todos los afanes y las agitaciones Débiles acaso por el número, somos fuertes de la lucha, podamos encontramos reunidos, por la conciencia de nuestras convicciones, por como hoy, en el banquete de la fraternidad el culto que profesamos a los principios de­ y la concordia. • , ■ mocráticos, por la aspiración a radicar la li­ bertad y el bien. CONCLUSIÓN Cuarenta años hace que nuestros partidos se agitan inconscientes en el torbellino de las Para completar la colección de los discur­ pasiones políticas, presentando cada uno de sos y brindis pronunciados en el banquete que ehos una entidad diforme en la que se en­ tuvo lugar eh la noche del 13 de abril, faltan cuentran los elementos progresistas unidos a los que pronunciaron los señores José María los elementos retrógrados, y los representan­ Muñoz, Ernesto Velazco, Aureliano Rodríguez, tes de la ilustración y del progreso, aunando Leoncio Correa, Antonio Carbalho, Jorge Iba- sus esfuerzos , con los representantes de la bar­ rra, José. Pedro Ramírez, Pablo Goyena y Se­ barie. gundo Flores. En esos cuarenta años de vida indepen­ Respondiendo al pedido que nos permití*- diente, apenas habrá uno que otro documento mos hacerles, estos señores nos han contestado n s m e r q . i laza J

que ñabienclo improvisado las breves palábras en las asambleas, en él gobierno de la repú­ qüt allí pronunciaron, les sería imposible re­ blica! cordarlas, no creyendo además que debieran Unidos seríamos invencibles; lo que nos publicarse como discursos los brindis inspira­ debilita y nos pierde es el que nos despeda­ dos por el acto mismo-a que asistían. zamos entre nosotros mismos, sirviendo de ése En consecuencia de esto nos hemos visto modo de pedestal y de escalá a las ambicio­ forzados a cerrar este pequeño libró con los nes bastardas, que han gobémádo a su antojo discursos que en él se encuentran. lá república, y háñ cóñvertidó la patria en Vaciados en formas más o menos elegantes, táller dé inicuas violénciás y dé más iñicüás todos ellos réspóncen a las mismás ideas fun­ explotaciones! damentales, todos acusan haber sido pronun­ Los jóvenes de hoy, son los hombres de ciados por sectarios de una misma religión. mañana; el pórvénir éñterp les pertéñecé. Les Y sin embargo, en las tristes horas de la pertenecerá también lá cülpá si él pueblo con­ guerra civil que acába de terminar se halla­ tinúa como hasta ahora en el embrutecimiento ban en filas opuestas, muchos de los que pro­ dé la ignorancia, en la póbrézá dej atrasó, en claman hoy las mismas ideas; y lo que es más el dolor intenso de la guerra civil! Suya será extraño aun, entonces, como ahora, profesaban la gloria si arranca a los viejos partidos su esas mismas ideas y rendían culto á esos mis­ tradicional rencor, a los malos góbiémós sü mos principios. tradicional injusticia, al pueblo flagélado su No fue necesario pues, para que concu­ tradicional extravío, y a los ciudadanos todos rrieran todos al banquete de lá juventud, que de la patria su tradicional intolerancia. Suya dejaran en jirones su conciencia, en pedazos será la gloria si llega pronto el día en qúe los sus Convicciones. Sólo tuvieron qué dejár, en hijos de la República Oriental puedán repetir lá noble expansión de la fraternidad, la pasión con verdadera y legítima satisfacción las gran­ enconada dé los partidos tradicionales. des palabras dé Beaumarchais: Soy ciudadano. ¡Ah! si dejáramos todos para siempre ése Por nuestra parte, hemos recogido en un libro los discursos pronunciados en el bañquété maldito extravío de los partidos tradicionales, de la juventud, como la mejor ofrenda qué como lo dejamos por un momento para entre­ podemos depositar en el altar de la patria. La gamos a la indecible alegría producida en to­ corona de la fraternidad y dé la esperanza, do; por la determinación dé. la guerra civil! ¡Cómo nós encontramos reunidos en el ban­ formada con los votos sinceros de toda la quete de la juventud, reunidos ños encontra- juventud de Montevideo. . riamos en los clubes populares, en la prensa, José Pedro Varela.

m OTUBiisfes m m Manifiesto del Club Radical

{Montevideo, mayo 50 de 187 por la patria desoirán }a gran voz del tiempo, serán sordos a las salvadoras' exigencias, de la MANIFIESTO época y en yez de levantar una bandera nueya, i una bandera pura, a cuya sombra, pon abso­ Las grandes crisis de los pueblos, cuando luta independencia del , pasado, puedan agru­ el despotismo o la anarquía los conduce al parse tódós ips elementos liberales y progresistas._ hprde del abismo de la disolución social, suelen que indudablemente g?P5tén en los do? partidos providencialmente terminar en una época in­ que han dividido y arruinado Ja república, quieta de renovación moral y de revolución recojan úfanos del fango y de la sangre en que política, aunque el germen de . las nuevas ideas se han revolcado durante los últimos veinte brota sobre las ruinas de las ideas caducas, y años, todas las tradiciones que fueron, con sus nuevas fuerzas de reorganización y de vida estandartes de rencores y venganzas para con­ surgep a recoger la hereqeia esterilizada y per­ vocar en ambos campamentos enemigos a Jos dida por los decrépitos elementos del pasado. viejos combatientes de estériles y degradantes Somos los contemporáneos poco capaces de lides. juzgar con verdadero espíritu de justicia los Una propaganda constante y ardorosa, des­ signos geniales del tiempo que vivimos; pero lumbrando los espíritus con el espejó mágico si "hemos de interpretar el inmenso jubiló con de los recuerdos y desperando dos dormidos que de uno a otro confín de la república ha odios con la evocación sangrienta de los críme­ saludado el pueblo la incruenta terminación de nes históricos, ha abierto muchas- inteligencias la lucha fratricida, debemos firmemente creer despejadas ai sofisma deleznable de la nece­ que nos toca asistir a una gran era de patrió­ sidad de Jos viejos partidos, y ha cerrado mu­ ticas y regeneradoras esperanzas. chos nobles corazones al sentimiento generoso Falta saber ahpra si esas generosas esperan­ de la reconciliación. . . zas llegarán a ser frustradas por la ciega rein­ La unión entre lps ciudadanos que profesan cidencia §0 §1 cuitó dg le? antiguos ídplps, ppr iguales principios, aunqye en Ja lucha dg los la servil repgtigiÓB de lps errores, que a título bando? Layan militado.- ejjos o sus padres, en de consecuencia política vienen imponiendo al fijas opuestas, Jm llegado a ser considerada, al país una cadena de calamidades públicas. amparó del extrayíp producido por el sofisma y / Falta saber si todos los que piensan y sienten el miedo de apargcer apóstatas, como un yerda-

\ ?ÍÚJMEHp 58/FEgHEliP X?72 clero crimen político aun por aquellos mismos de cuán pródiga vitalidad son capaces los par­ ciudadanos que en horas de meditación tran­ tidos orientales cuando se trata de destruirse quila la proclamaron y practicaron como un mutuamente. • acto dignó de elogio; mientras se ha enaltecido Mientras nuestros conciudadanos de ambos como el cumplimiento del más austero de los partidos más dignos por su ilustración notoria, deberes del ciudadano, el más servil sometimien­ por su honradez intachable, por su espíritu to a las tradiciones, la unión estrecha e' indi­ progresista y liberal y su amor a las institu-, soluble con los antiguos compañeros de armas, ciones democráticas, han sentido escrúpulos in- .aunque no se trate ya de luchas armadas y sálvables en su conciencia política para reunir sean cuales fueren por otra parte sus principios sus esfuerzos durante la paz en la obra común y sus aspiraciones políticas. de hacer a nuestra patria próspera y libre, hése­ Se ha conseguido inmovilizar así a los viejos les visto durante la guerra estrecharse-sin rubor partidos en un antagonismo insensato que no en monstruosa comunidad política con los ele­ tiene razón alguna de ser en la actualidad, es­ mentos más corrompidos y más retrógrados que terilizando por largos años sus mejores elementos cada uno de los partidos encierra en su seno; en una rivalidad absurda, en una lucha dolo- héseles visto ir a golpear la puerta de los ran­ rosa en que, si el triunfo ha sido alternativamen­ chos donde el caudillaje más despreciable y te para cada uno de los partidos, el desastre ha más sangriento se anulaba por la acción del sido siempre para el país. tiempo y de la paz, para volver a levantarlo Predestinada por el más feliz concurso de a las más altas categorías militares y a los más circunstancias favorables a elevarse en poco encumbrados puestos de la administración pú­ tiempo a las altas cumbres del progreso en todo blica; héseles visto por último, secar con mano sentido, nuestras infortunada patria ha sido con­ firme, sin hesitación y sin lástima, las más abun­ vertida, por el choque infecundo y perpetuo de dantes fuentes de la prosperidad pública para sus partidos' personales, en un pueblo estacio­ apagar la sed del monstruo insaciable de la nario, si no retrógrado. En cuarenta años de vida guerra, sacrificando el presente y vendiendo a independiente, ¡cuán pocos esfuerzos hechos en precio vil el futuro, en holocausto al éxito ma­ el sentido de la reforma y el mejoramiento de terial en una lucha suicida sin porvenir y sin sus instituciones! Mientras otros pueblos cultos, gloria. en cuyo seno se agitan verdaderos partidos de Para mantener su . dominio imposible de principios, van consignando en sus leyes fun­ afirmar por la razón y por la fuerza de la opi­ damentales todas las grandes verdades mora­ nión del país, ambos partidos han esgrimido las les y políticas puestas en evidencia por la civi­ armas de la arbitrariedad y del asesinato po­ lización del siglo en que vivimos, nuestros par­ lítico, prohibiendo reuniones públicas, cerrando tidos de guerra nos mantienen estacionados en diarios, encarcelando y desterrando sin más de­ é? año de 1830, con una constitución que fue lito que el ejercicio de sus derechos políticos adelantada en sü tiempo, pero que reclama en y suprimiendo en fin las más esenciales y huma­ nuestra época serias reformas para ser puesta nitarias garantías de la seguridad individual. en armonía con los progresos a que, en las ideas Para ensanchar sus filas clareadas por el de­ como en las costumbres públicas, ha llegado sengaño o la fatiga, todos los medios han sido felizmente nuestra patria por el simple trans­ buenos. Ambos partidos han deshonrado sus curso del tiempo y por la sola fuerza de las cosas armas confiándolas a presidiarios. Las cárceles a pesar de la- letra de sus leyes y de la inacción se han abierto para dar soldados a los dos par­ de sus partidos. tidos. 'La promesa de matar blancos o de _rnatar Si poco han hecho los partidos por el ade­ colorados, ha equivalido a la absolución de lanto de las leyes; si nada han hecho por la los jueces. Para alistarse en cualquiera de los reforma de la Constitución del estado, bien poco dos partidos ño ha sido necesario manifestar también hicieron por el progreso material. La opiniones sino rencores. El odio tradicional, el campaña es un desierto. Nuestros desgraciados sentimiento de la venganza hereditaria, han su­ pueblos del interior ostentan ruinas hasta en plido a la convicción política. A nadie se ha sus plazas públicas. El campo asolado, los ho­ preguntado lo que piensa; a todos lo que de­ gares en escombros, la orfandad y ía miseria en­ testan, El santo amor de los principios ha lutando y entristeciendo a la nación del uno al hecho lugar en los corazones a la abominación otro extremo del territorio, están en todas partes ; de las personas; y quien ha podido presentar maldiciendo el furor de los antiguos partidos. por todo título una espada, una lanza, y mu­ Incapaces de hacer el bien, las últimas lu­ chas veces un puñal alevoso de más antigua chas están ahí para atestiguar cuanta energía, fecha enrojecido en la sangre de sus conciuda­ danos del partido opuesto, ese ha sido saludado esforzarse así por conseguir uno - de esos triunfos en ambos ejércitos como más leal y .consecuente verdaderamente fecundos, duraderos y'_ gloriosos, partidario. los únicos capaces de regocijar al país entero en Eso han sido los partidos, a tal estado de que la victoria no pertenezca ni a los colorados degradación Ies hemos visto todos descender. ni a los blancos sino a lós más ilustres hijos ; Mientras tanto, una nueva era de repara­ de la república. ción se abre para la república. .- Nuestra elección está hecha. Bajadas por mutua impotencia las armas El primer camino ha sido trilládo pór -todos fratricidas, y sometida a la decisión del pueblo. los partidos desde que nos constituimos en na­ soberano la cuestión de predominio, las pacíficas ción independiente. Los triunfos por ese medie y saludables agitaciones de la democracia van a adquiridos han sido fatales. Ellos han condu­ suceder al tumulto y al estrago de los com­ cido a la república al lastimoso estado .en que bates. El sufragio desatará él nudo que no ha se encuentra. podido ser' roto por la espada. La voluntad po­ Nosotros creemos que es acto de patriotismo pular ungirá a- los más dignos con el óleo de ensayar él segundo convencidos de que él con­ la victoria, y el país podrá entrar de nuevo 'én duce a la paz reparadora y fecunda, a la li­ en la ancha senda de la legalidad y marchar bertad benéfica asegurada para todos, al im­ por ella libre y rápidamente a la conquista de perio de la justicia imparcial, al reinado de las sus grandes destinos. leyes soberanas y al empleo de todas las fuerzas 'En tan solemnes circunstancias, teniendo vivas del país en la obra de su civilización y de presente lo que han sido hasta ayer mismo los su engrandecimiento. partidos; en presencia de los resultados nega­ Profundamente penetrados de estas ideas loa tivos o desastrosos de sus perpetuas rivalidades ciudadanos que suscribimos estas líneas estamos sin fundamento y ante la consideración dé los de acuerdo en declarar: peligros que para la- paz pública y para las ins­ Que en nuestro concepto los denominados tituciones pueden resultar de la lucha electoral partido blanco y colorado, no tienen razón de que se aproxima, si a ella vienen los partidos ser en la actualidad, habiendo sólo sobrevivido con su viciosa organización tradicional y Sus a su época y a los sucesos que le dieron causa divisas de guerra, ¿cuál es la actitud que el por un evidente anacronismo; patriotismo bien entendido impone a los ciu­ Que no estando la actual división de los dadanos? orientales determinada por cuestión alguna de Dos caminos se presentan desde, luego a principios, y sólo por antipatías, rivalidades y nuestra elección. odios tradicionales heredados de las pasadas Fusionar con todos los elementos gastados, contiendas, no tienen otro carácter esos parti­ corrompidos y retrógrados de los partidos en que dos que el de bandos o partidos personales; respectivamente hemos militado, formar en ellos Que en tal concepto y sin envolver en la mis­ cuerpos políticos rivales, estimular su antago­ ma condenación a los partidos de principios nismo ya demasiado amenazador y violento, ha­ que pueden formarse y cuya aparición anhela­ lagando a cada uno con la idea de su respec­ mos y promovemos, reputamos la perpetuación tiva superioridad, fundada en sus pasadas glo­ de los actuales partidos personales como un rias y en los crímenes del contrarioj y llevarlos peligro inminente para la conservación del orden y acompañarlos así a una competencia perju­ social y una amenaza constante al reinado de dicial y a un triunfo de resultados mezqúinos, las instituciones, al bienestar y al progreso de la en que los elementos progresistas del partido república. vencido quedarán esterilizados para el bien pú­ Que no podemos continuar formando aso­ blico, mientras los estacionarios y retrógrados - ciación política con esas agrupaciones ciegas en del partido que triunfe se levantarán cómo una que, bajo el nombre de Partido Blanco y Parti­ remora al progreso del país. do Colorado, se reúnen bajo una misma ban­ O bien, unirse por las ideas, prescindiendo dera, por el sólo vínculo del compañerismo de de la tradición, los hombres que profesen el culto las armas en las pasadas luchas, o bajo el de unos mismos principios, constituirse en aso­ imperio de esos recuerdos, ciudadanos entre ciación política al servicio exclusivo de los in­ quienes la experiencia de. todos los días nos está tereses progresistas y liberales del país, procurar mostrando existir diferencias radicales en ma­ por todos los medios legítimos la exaltación a teria de opiniones y de principios políticos. las más altas magistraturas nacionales, de los Que encontrándonos animados de idénticas hombres de ambos partidos más capaces de ser-, aspiraciones y profesando el culto de aquellos vir aquellos intereses y aquellos principios, y grandes principios de la libertad moderna, que

HÚMESO 5 8 /FEBRERO 1372 'M. hacen la felicidad y la honra de los pueblos más Eduardo Castellanos, Francisco R. Gómez, Ru­ civilizados de nuestro siglo, nos asociamos para fino Gurméhdez (hijo), Juan A. Artagaveitia, trabajar unidos por su triunfo por los medios Miguel I. Méndez, Eduardo Brito del Pino, Juan legítimos, de la propaganda y el sufragio. Victorica, Jacobo A. Varela, Joaquín Baena, Que reconociendo en los Partidos Colorado Juan Viana Giró, Horacio Areco, Juan J. Ál- y Blanco la existencia de ciudadanos ilustrados, várez, Anselmo Dupont, Ricardo Romero, José rectos, sinceros entusiastas amigos del progreso . Luis Baena, Luis M. Surraco, Juan Villalengua, y de las libertades -públicas, en todos los casos Ricardo Pettis, Julio Gómez, Felipe de Santiago, en que el pueblo sea llamado a manifestar su Hermán Thode (siguen las firmas) voluntad por el sufragio, buscaremos’ indistin­ tamente nuestros candidatos para las magistra­ Diario La Paz, Montevideo, 2 de junio de turas populares tanto como en nuestras propias 1872. filas, en las filas de ambos partidos, prefiriendo siempre a los ciudadanos por su competencia, PROGRAMA DEL CLUB RADICAL por , sus talentos y por sus virtudes personales, y jamás por los colores de sús divisas de guerra. • [Montevideo, mayo 30 de 1872] Que convencidos de que los dogmas funda­ mentales de la igualdad y de la libertad, con­ Artículo ls — El Club Radical es una aso­ sagrados en principio en la Constitución del es­ ciación nueva e independiente que no reconoce tado, han sido sin. embargo desconocidos y ata­ solidaridad con ninguno de los partidos del cados en disposiciones especiales de la misma pasado, constituciónj contrarias a la igualdad y a Artículo 2S — El Club Radical condena y las leyes vigentes restrictivas del ejercicio de la rechaza la fusión o amalgama que partidos o libertad en algunas de sus más útiles, más nece­ elementos personales de ideas y aspiraciones sarias y más grandiosas manifestaciones, daremos distintas de las suyas propias, fundando su fuer­ nuestro sufragio para legisladores en los próxi­ za moral en el presente y sus esperanzas de mos comicios a aquellos de nuestros ciudadanos fuerza material para el. futuro en la estrecha que, sean cuales fueren sus opiniones sobre la uniformidad de los principios y propósitos que tradición de los partidos, estén dispuestos a em­ forman el vínculo inquebrantable de la aso­ prender la reforma de la constitución en el sen­ ciación. tido de restablecer el imperio absoluto de la Artículo 39 — El Club Radical piensa que la igualdad y asegurar el más amplio goce de las discusión del pasado, provocando recriminacio­ libertades sociales a todos los habitantes del nes ardientes y antagonismos brutales que no estado. tienen razón de ser en nuestro tiempo, encierra Respetando el derecho con que muchos de un peligro para la conservación del orden pú­ nuestros conciudadanos —a quienes nos liga el blico y el afianzamiento de las instituciones li­ vínculo de las mismas creencias políticas— han bres; pero desligándose de los antiguos partidos de continuar afiliados en los mismos partidos y considerándose exento de pasiones para juz­ por no compartir nuestras opiniones sobre la garlos, se ocupará de ellos con dignidad y con inconveniencia de su perpetuación, invitamos altura siempre que lo considere necesario, para a los que participan de nuestras ideas a reu­ la defensa de sus doctrinas. nirse a nuestros trabajos, a fin de poder'formar Artículo 4®— El Club' Radical aplaude que una asociación que, fuerte por el núcleo de sus todos los ciudadanos concurran a la reconstruc­ afiliados, simpática con su carácter conciliador ción del país; y verá el triunfo de sus aspiracio­ y tolerante, y útil por sus tendencias progre­ nes en la formación de nuevos partidos de sistas y sus aspiraciones liberales, pueda ejercer- principios, propendiendo a que ese movimiento influencia saludable en los destinos de la re­ regenerador de la vida democrática, no se es­ pública. terilice por la intolerancia de los viejos bandos. José María Castellanos, Manuel Acevedo, Artículo 58 — El Club Radical anhela ver Miguel Herrera y Obes, Aureliano Rodríguez a todos los elementos sanos, liberales y progre­ Larreta, José Pedro Vareta, Alejandro 'Zurria­ sistas sin distinción de colores, convocados al rán, Carlos María Ramírez, Ruperto Butler, José trabajo reparador de la administración pública, Vicente Villalba, Gonzalo Ramírez, Emilio Ro­ y condena como la más abominable de las mero, Eduardo Hamilton, Cristóbal A Salva- fórmulas políticas aquella que por bo.ca de los ñnch (hilo), Juan S. Risso, Fernando Menck, magistrados ose decir al pueblo: gobernaré por C t Ios María de Pena, Cornelio Villagrán, Má­ mi partido y para mi partido. ximo Nin, Eduardo. E. Gómez, Carlos Gradín, Artículo 6? — El Club Radical anatemiza tpda intervención extranjera en los asuntos inr dustria, de la agricultura y del comercio, la temos del país, y mirará como fin primordial inmigración extranjera, de las vías de eomu? de sus esfuerzos la conservación de todos los nicación y de las instituciones de crédito; tra­ 'derechos inherentes a la independencia y a la bajando también por la formación de la esta­ soberanía nacional. ■ . dística general, por. el arreglo de la deuda pú­ Artículo 7a El Club Radical anatemiza las blica y la reforma d? nuestro sistema rentístico. ejecuciones ordenadas sin forma de proceso ni Artículo 14* — El Club Radical se ¿forzará sentencia, legal y propenderá a la abolición de por conseguir que se haga inmediatamente prác.r la pena de muerte en materia de delitos po- tica la organización dada al Poder Judicial, por ■ líricos. la Constitución del Estado, creándose la Alta Artícelo 8a t— El Club Radical quiere el Corte de justicia, y estableciéndose jueces ,le<: reinado de la libertad política en sus más am­ trados en los departamentos por lo cual el país, plias manifestaciones. Libertad de prensa bajo en sus diversas comunidades políticas, cuenta con la exclusiva e inviolable jurisdicción del jprado. el necesario competente personal. Libertad de reunión y asociación sin más límite Artículo 15a — El Club Radical propenderá que el respeto a la tranquilidad pública. Li­ a que el país inicie la reforma de la constitu­ bertad de sufragio, eficazmente garantizada por ción y con este objeto defenderá y propagará lea la imparcialidad y la abstención de las autorir siguientes principios constitucionalés, dades civiles y militares en el acto de los co­ Consagración expresa de todos los derechos micios públicos. individuales declarándose nula toda ley que su­ Libertad o seguridad individual a cubierto prima o restrinja preventivamente en su ejer­ de las interpretaciones fraudulentas que se han cicio. dado al artículo. 81 de la constitución. Apropiación a nuestro estado social y a Artículo 9® — El Club Radical quiere e} nuestra organización política de las garantías del reinado imparcial de la igualdad, ya en las re­ habeas Corpus inglés y establecimiento precepti­ laciones del ciudadano con el estado, ya en la vo del juicio por jurado'en materia criminal. de lo§ ciudadanos entre sí, y pugnará, por el más estricto cumplimiento de las leyes que regulan Imposición de la responsabilidad a todos los aquel sagrado principio. funcionarios públicos por los aqteS ilegales en que dañen derechos o intereses de cualquier ha­ Artículo 10a — EJ Club Radical viendo en bitante del país. la fraternidad el lazo que da vida y fuerza a Prohibición absoluta, bajo severas responsa­ Jas naciones, combatirá las aberraciones dél bilidades de que los tribunales apliqqep' leyes fanatismo político, Ja perpetuación de los odios, derogatorias de la Constitución del estado. la glorificación de las venganzas, y demosr trará prácticamente que la diversidad de ideas Extensión del plazo de residencia fijado a y de aspiraciones no debe nunca dividir en los miembros del Poder Ejecutivo. Elección de ejércitos enemigos y feroces a los hijos de una presidente por intermedio del colegio de electo­ misma tierra. res nombrados al efecto y cpn ese exclusivo Artículo 11? — El Club Radical considera mandato: la arbitrariedad cometida contra un solo ciu­ Extensión del derecho de sufragio a todas las dadano, sea cual sea su opinión y sus antece­ Glasés de la sociedad, con un sistema electoral dentes, como un ataque a la sociedad entera capaz de asegurar la representación de las mi­ y declara uno de sus más sagrados deberes, el norías. de defender por todos los medios posibles el Derogación de algunas de las incompatibili-' derecho agredido en la persona de sus adver­ dades parlamentarias establecidas por el artice®» sarios políticos: lo de la constitución. Artículo 12a — El Club Radical no admite Planteamiento del municipio administrativo, otro principio de autoridad que el emanado judicial y militar sobre la base de una descentra­ de la soberanía del pueblo, bajo la custodia lización prudentemente combinada con la inge­ de las instituciones patrias: pero, dentro de rencia política del poder central. ese límite, reconoce como una necesidad supre­ Organización de la Guardia Nacional o las ma del país, el respeto al poder público y la milicias sobre la base de la elección popular con sucesión pacífica de los que sean llamados a arreglo, a los principios uniformemente adoptar ocuparlo, dos en toda la unión americana y en otros Arricplo 13a — El Club Radical en el or­ pueblos libres. den dé los intereses materiales promoverá .inr Asignación de un fondo y rentas fijas, expresa cansablemente [sic], el desarrollo de la inr e inviolablemente afectas a la obra de la edur

/ catión, puesta al alcance de todos los habi­ también, déstrúyén; las convicciones se elabo­ tantes del estado. ran con el andar del tiempo como las comen- •Y en general todas las reformas que tiendan tés subterráneas de agua, .y como ellas forman a garantizar la libertad, y a consolidar el go­ una- fuente inagotable de vida... Ardua em­ bierno del pueblo por el pueblo. presa es formar un partido de principios, pero Artículo 16® — Siendo muchas de las refor­ de la realización de ese trabajo todo lo espera mas indicadas, susceptibles de realizarse en le­ nuestra patria: yes orgánicas, de acuerdo con el. artículo 17s El Club Radical no busca... adhesiones de la constitución, el Club Radical trabajará en precipitadas e inconscientes. Emancipación de­ el sentido dé conseguir que esas reformas sean liberada de las tradiciones impuestas es lo pri­ implantadas por la asamblea que el país elegirá mero que pide a sus adeptos, adhesión razona­ próximamente. da a sus principios, es lo que exige a los que Montevideo, mayo 30 de 1872. quieren llamarse correligionarios. .. Por el mo­ mento lo que importa es tener alzada la ban­ Diario La Paz, Montevideo, junio 2 de 1872. dera, dar representación a la idea, ser un ejem­ plo vivo de que es posible romper toda soli­ daridad con los antiguos bandos, aunque se ha­ Circular del Club Radical ya en mala hora pertenecido a ellos.. . Lo de­ a ios compatriotas de ios departamentos más ha de venir traído por el desarrollo lógico de los sucesos y de la conciencia pública. El ex­ ■ [16 de julio de. 1872] travío de los viejos partidos nos arrojará en su marea creciente a. los ilusos. Las nuevas gene­ El Club .Radical aspira a disolver a los an­ raciones apartadas de la influencia que deslum­ tiguos partidos... mostrándoles el antagonis­ brará a la generación actual no acertarán si­ mo interior en que se agitan y la verdadera quiera á descifrar el enigma de las divisas del solidaridad que envuelve a muchos de los que pasado y descubrirán en el nuevo símbolo la aparecen cómo intransigentes adversarios. ... ' encamación moral de las aspiraciones de las ; El Club Radical señala a cada partido sus necesidades de la época.. errores y .sus crímenes; reconoce a cada partido No procedemos con la febril agitación, con sus servicios y ' sus méritos, y , combinando en la precipitada impaciencia de los partidos que una religión sublime la más rígida severidad de se afanan y se apuran porque conocen que se convicciones con la más humana fraternidad va su tiempo. Somos un partido de porvenir y de sentimientos, quiere sellar la alianza moral nos basta obrar con perseverancia, con seguri­ de todos los hombres de principios contra to- dad, con calma. Aliente y fortifiquemos a to­ doc los elementos de violencia y dé desorden... dos inquebrantable fe de que si alguna vez el .\o nos alucina, sin embargo, ni la verdad, país ve desaparecer esas facciones, será porque v t ¡a santidad de nuestra causa. Grande es el habrá predominado al fin el dogma fundamen­ temperamento nervioso de nuestra raza, la in­ tal de nuestro Club; formación de partidos de fluencia de los recuerdos y de los sentimientos principios con absoluta y categórica indepen­ del pasado. Grande es en las almas inexpertas dencia de los partidos personales en que se di­ e atractivo del número, del.ruido, y de la falsa vide actualmente la república. g oria. El odio anda ligero su camino y la idea hace a paso lento su jomada. Las pasiones bro­ Diario La Paz, Montevideo, 17 de julio de tan en ün segundo como el rayo y como él 1872. ’ -

Manifestación de principios y propósitos del Club Nacional [7 de julio de 1872] gobernando con su partido y para su partido, llegó a hacerse intolerable aun para sus corre­ OLOCADO el país desde 1865 en una si­ ligionarios políticos, el Partido Nacional se vio C tuación irregular y violenta, creada por el forzado a tomar las armas con el designio de Tormén dictatorial inaugurado en aquella épo­ llegar cuanto antes a la reconstrucción de los ca, y agravada esa situación tiajo la adminis- poderes públicos, bajo el imperio de la cons­ .tración del ■ general don Lorenzo Batlle, que titución y de las leyes. En las diversas tentativas que se hicieron gaies, aspiren a dirigir los destinos de la re» a fin de poner término a la guerra civil que pública. fue necesario mantener para alcanzar ese pro­ “Como consecuencia de esta declaración, pósito, el Partido Nácional ha comprobado por sostendrá para sí y para los demás, a la par sus declaraciones y por sus actos que colocaba de las garantías individuales que la constitu­ sobre toda otra aspiración, la noble y patrióti­ ción consagra, la libertad de la., prensa, la li­ ca de buscar el restablecimiento del orden bertad de asociación y de reunión, la libertad constitucional en la franca y leal apelación a de sufragio. la soberanía popular. “Considera que sólo el respeto recíproco de Desgraciadamente, el tardío reconocimien­ estos derechos primordiales puede desarmar a to por parte del gobierno del general Batlle los partidos, convirtiéndose definitivamente en del propósito funesto que encerraba su'pro­ elementos solidarios del progreso y felicidad grama político, los intereses ilegítimos vincu­ de la república. lados a su administración y las antiguas pa­ “El Club Nacional obedece a una aspira­ siones de partidos avivadas durante la lucha, ción del patriotismo oriental que ha tenido sus hicieron imposible la - alta solución de princi­ manifestaciones gloriosas, sin que los grandes pios que todos los buenos ciudadanos anhe­ principios en que se funda hayan llegado a laban. realizarse aun en toda su amplitud; no conde­ Después de grandes dificultades en que se na ni glorifica los partidos del pasado; no se puso a prueba el patriotismo y el desprendi­ considera ligado en su marcha futura a los miento de los ciudadanos en armas del Par­ hechos en que aquella aspiración haya sido tido Nacional, cúpole por fin al gobierno ac­ contrariada o desconocida, y condena todo es­ tual la suerte de firmar el Convenio de Paz, fuerzo que tienda a la organización o perpe­ aunque mutilado en una de siis clásulas más tuación de partidos o bandos personales, de esenciales. partidos exclusivistas y tiránicos que renova­ El Convenio de Paz no ha podido satis- ’ rían las calamidades de otras épocas, poniendo facer completamente las más altas aspiracio­ en peligro lás conquistas, a caro precio alcan­ nes del patriotismo; pero el Partido Nacional zadas, en favor de la libertad y del orden. ha salvado su responsabilidad pugnando por “El Club Nacional admite en su seno a la más amplia y legítima solución, hasta donde todos los ciudadanos, cualesquiera que hayan era conciliable con los sufrimientos del país sido anteriormente sus opiniones políticas y y con la seguridad del estado. siempre que acepten las ideas fundamentales Con todo, si lá Convención de Páz, en los consignadas en este programa. términos en que ha sido ajustada, no es el “El Club Nacional, consecuente con sus de­ mayor bien que pudo hacérsele al país, ella claraciones y con el espíritu elevado que lo le ha evitado la gran calamidad de la prolon­ anima, propenderá a llevar a la representa­ gación indefinida de la guerra civil y ha abier­ ción nacional y a la presidencia de la repúbli­ to: a todos los partidos el terreno de las luchas ca a los ciudadanos más capaces de realizar­ pacíficas y legales. las, por sus virtudes y por sus talentos, y no vacilará en escogerlos fuera del seno de su Decidido por su parte el Partido Nacional comunidad política, siempre que estpn da a ejercitar sus derechos y a cumplir los debe­ acuerdo, con las ideás y . propósitos fundamen» res que la convención le impone, confiando en tales que ella profesa. que los depositarios del poder, público llenar “Siendo los representantes del pueblo le­ rán el compromiso especial y solemne que gisladores y a la vez electores de presidente han contraído, de garantir a todos los ciuda­ de la república, vicio de que adolece la cons­ danos el libre ejercicio de sus derechos políti­ titución actual, el Club Nacional no hará de­ cos, persiguiendo y evitando todo fraude y to­ pender la designación de sus candidatos de da coacción, el Club Nacional de Montevideo la adhesión a determinada candidatura presi­ levanta como bandera electoral para los pró­ dencial, sino que se fijará principalmente en ximos comicios y como vínculo de unión entre las aptitudes o condiciones que reúnan para sus correligionarios políticos, la siguiente de­ desempeñar dignamente el cargo de legislado­ claración de principios y propósitos, a cuyo res, en la seguridad de encontrar así también triunfo consagrará sus esfuerzos: buenos electores. “El Club Nacional admite como un princi­ “El Club Nacional propenderá a que sus pio fundamental de libertad y de justicia la candidatos respondan por sus ideas e "ilustra­ coexistencia de los partidos que, buscando su ción a las necesidades más vitales de la actua­ influencia y preponderancia por los medios le- lidad, y considera que son de las primerast "—El mantenimiento de la paz como bien centralización administrativa que no responde suprema para la nación y base de toda mejora a las exigencias de la época. y de todo progreso. “—La seguridaá y garantías más eficaces “—El restablecimiento del orden y de la en favor de la propiedad rural, único medio moral administrativa. de subsanar los quebrantos que ha sufrido y “—El afianzamiento del crédito público. de que no permanezcan incultos e improduo “—Él respeto escrupuloso de los compromi­ tivos nuestros campos. sos legalmente contraídos por el estado! “—El fomento y la mayor difusión de la . “—La reducción en cuanto, sea posible de educación e instrucción del pueblo, única base los gastos de la administración pública^ a fin firme de las instituciones democrática^, de dismimiir los impuestos y de alejar la com­ “—La difusión de la enseñanza agrícola @ binación económica o financiera que pudiese industrial, prestándole la atención que hasta esterilizar las fuerzas productivas del país, cu­ hoy le ha faltado, y en que se cifra en gran yo desenvolvimiento reclama la mayor solici­ parte la riqueza y el porvenir del país. tud de parte del estado. “El Glub Nacional propenderá, en una pa* “—La reforma de la ley de elecciones, con labra, a que se realicen todas aquellas refor­ arreglo a la mayor subdivisión de los distri­ mas que pueden contribuir a elevar las con? tos o circunscripciones electorales y al siste­ iliciones morales de la población y al desen­ ma que mejor consulté la representación de las volvimiento de la riqueza y prosperidad de minorías. la república. “—La creación de la Alta Corte, y reorga­ “El Club Nacional, por último, reconoce nización de la administración de justicia en la conveniencia de que la Constitución de ía la capital, como en los demás departamentos, República sea reformada, adaptándola a las depositándola en magistrados de ciencia y de exigencias de la époct y a la marcha progre­ probidad intachables/ y dándole todo el ensan­ siva de la sociedad. che y descentralización necesarios, a fin de “Con qn gobierno regular, que los orienta­ que todo el país goce de sus beneficios. les tienen ja esperanza de alcanzar en los pró­ —“La consagración de la responsabilidad ximos comicios, emanado del pueblo, que des? civil dé todos los funcionarios públicos por el canse en el sólido pedestal de la opinión públi­ quebrantamiento de los derechos, libertades y ca y reciba de ella §q única fuerza¿ serán reali­ garantías establecidas en la constitución y las zables todas ja? aspiraciones patrióticas y se leyes. alejarán las causas de perturbación interior y “—El mejoramiento de las cárceles y fun­ las complicaciones extrañas que han llegado á dación de la penitenciáría. poner eh conflicto la autonomía de la nación. “—La abolición de la pena de muerte por No será posible tejner entonces ni las aberra­ delitos políticos. ciones del fanatismo político, ni jas venganzas “—El establecimiento del gobierno munici­ sangrientas, ni ja peipietuacipn de los odios pal, confiando a los pueblos y distritos rurales del pasado ” el manejo de sus propios intereses abandona­ dos hasta hóy, cuando no absorbidos por una Diario La Democracia, 9 de julio de 1872.

Programa del Club Libertad

[30 de mayo de 1872] o de restablecer el imperio de las institución«« holladas, ora fuese para defenderse contra res­ “El Club Libertad es la asociación espontá­ tauraciones funestas, se asocia hoy para una lu­ nea de todos los ciudadanos que por sus ante­ cha pacífica, constituyéndose en Centro elec­ cedentes o sus simpatías adhieren al partido toral. político‘que en las grandes crisis por que atra­ Hoy como entonces, se propone, ante todo, vesó la república, procuró identificarse con las consolidar una situación de instituciones, de ga­ instituciones del país, y que obligado a la lu­ rantías y de libertad, obstando por todps los cha armada se distinguió desde su origen con medios que. sugiere el patriotismo y que forta­ el nombre de Partido Colorado. lecen la perseverancia y la unión, a que eí com­ Como antes se. asoció para las luchas ar­ bate pacífico pueda dar al partido blanco la madas, cediendo a la necesidad imprescindible, restauración que en vano buscó en la lucha ar­ ora fuese de reivindicar derechos desconocidos mada. Fero como ese solo propósito sería un propó­ Vamos a verlo. sito negativo, declara que propenderá a dar al El programa que sostenemos encierra estas país una representación digna en las cámaras le- textuales e inequívocas frases: “Se propone AN­ gislativas, empeñándose en llevar a ellas lo que TE TODO, el Partido Colorado, consolidar en el seno de su propió partido exista de más una situación de instituciones, de garantías y honorable, de más inteligente y de más ilus­ de libertad, obstando por todos los medios que trado, a fín de cumplir las promesas que el par­ sugiere el patriotismo y que fortalecen la per­ tido colorado viene haciendo al país desde lar­ severancia y la unión, a que el combate pací­ gos años atrás. fico pueda dar al partido blanco la restaura­ En - cuanto a la lucha misma, procurará ción que buscó en vano en la lucha armada”. dignificarla, no sólo ejerciendo resueltamente ¿Y en estas terminantes palabras rio se pro­ todos los derechos inherentes al sufragio popu­ claman elevados principios, no se consagran as­ lar, sino concurriendo con su esfuerzo colecti­ piraciones honradas, no se encierran patrióti­ vo en todas las esferas legítimas de acción y cos propósitos ? de influencia, a que esos derechos sean respe­ Desafiamos a los que nos combaten a que tados en todos Iós ciudadanos de la república, formulen más justos y más puros principios. cualesquiera que sean las opiniones que pro­ Lo que es claro y terminante no necesita fesen. de interpretaciones para ser comprendido, como El programa del centro electoral que acaba la luz del sol no necesita vidrios para lucir en de tomar la denominación de “Club Libertad”, el espacio. puede reducirse a pocas palabras. El programa del Club Libertad no admite Entrárá á la lucha electoral con su orga­ mistificaciones. nización de partido político; sostendrá candi­ ¿Proponerse “consolidar una situación de daturas del seno de;su comunidad, sin aceptar instituciones” es lo mismo que proponerse con­ en ningún caso y por ninguna consideración; solidar una situación de arbitrariedad? pactos o fusiones con el partido blanco, cuyos ¿Proponerse “consolidar una situación 1 de •resultados han sido siempre contraproducentes garantías” es lo mismo que proponerse fundar y funestos; y, por fin, en ésta como en todas una situación de atentado y de escándalo? las crisis políticas, desplegará- a todos vientos ¿Proponerse, en fin, “consolidar una situa­ la bandera de los grandes principios que cons­ ción de libertad” es lo mismo que proponerse tituyeron la gran epopeya que inmortalizó la establecer una situación de despotismo y de vio­ Defensa de Montevideo.” lencia? Y todo esto se propone realizar el Club Li­ HABLEMOS CLARO bertad. Todo esto ha consignado expresamente en su programa. Entre los diversos reproches que se dirigen Las torcidas interpretaciones son imposibles. al programa sancionado anteayer por el Club ■El que haya .aceptado el programa del Club Libertad, hay uno que descuella por su origi­ Libertad y en vdz de trabajar por las garantías nalidad y que a primera vista es el más'serio, tutelares trabaje por el imperio vergonzoso del pero que verdaderamente es el que menos fun­ atentado, habrá mentido/ damento tiene. E1 que haya, en fin, aceptado ese mismo Se dice que el programa aclamado no con­ programa, y en vez de ser soldado de la liber­ signa un solo principio, que habla de hombres tad, sea satélite del déspotismo, será un viola­ pero .no de ideas, de las pasiones del corazón dor de ese programa. ¡Instituciones, libertad, pero no de los dogmas de la inteligencia, y se garantías!, dice la bandera que se acusa, y agrega que si todos los círculos en que un día ante un programa. que consagra tan hermosos estuvo dividido el Partido Colorado aceptan sin principios, no son iguales todas las doctrinas, esfuerzo ese programa, es porque su vaguedad como no son iguales todas las acciones ante el en materia de principios deja libre campo a las rígido fiel d« la justicia. más divergentes doctrinas y a las más opuestas En la ley fundamental del Estado que- esta­ interpretaciones. blece la forma representativa-republicana, no ¿Pero son verdaderos estos cargos? ¿Es cier­ caben. todas las formas de gobierno, no cabe to que en el hermoso programa del Club Li­ la autocracia. Cuando lo contrario se nos prue­ bertad caben igualmente el bien y el mal, la be, entonces creeremos que la doctrina del des­ libertad y el atentado, los propósitos patrióticos potismo. puede deducirse de un programa que y honrados y las bastardas y mezquinas ambi­ levanta bien alta la bandera gloriosa de Ja li­ ciones? bertad. Para desmentir todas las acusaciones ahí es- de los diarios que jamas han lamido la mano tá el programa del Partido Colorado, lacónico de los déspotas y que han tenido siempre para pero terminante, conciso pero claro. el derecho un himno, para la arbitrariedad una ¡ Feliz de la república cuando ese programa protesta. se haya cumplido! Levántese un verdadero liberal y diga que ¡Feliz de la república, cuando se haya “con­ tiene vergüenza de prohijar nuestro honrado solidado en ella una situación de instituciones, programa. de garantías y de libertad!” El problema político que el país va a re­ El programa del Club. Libertad encierra los solver es terminante. propósitos que la asociación se prepara a cum­ La república está dividida en dos campos. plir en la lucha electoral y después de ella. En En el uno está el Partido Blanco que represen­ la lucha electoral: impedir la restauración del ta el elemento reaccionario y la fuerza retró­ partido blanco; llevar a la Asamblea lo que en grada. En el otro, el Partido Colorado, que sig­ el seno del partido liberal haya de más hono­ nifica el elemento liberal y la fuerza progresis­ rable e ilustrado, y concurrir con su esfuerzo ta. Al Partido Radicál no lo contamos como colectivo a- que los derechos de todos los ciu­ potencia verdadera en esta lucha, porque, como dadanos, sin excepción alguna, seán respetados dicen sus miembros, es un partido del porvenir, y garantidos. Después de la victoria: consolidar no del presente. una situación de instituciones, de garantías y La derrota de un partido importa el triun­ de libertad. Y, en fin, antes de la lucha y en fo del otro. Si el partido liberal cae vencido, la lucha y después de la lucha, el Partido Co­ lá restauración blanca se levantará vencedora. lorado desplegará a los vientos la bandera in­ Éste es el dilema que se nos presenta: ésta es mortal de la Defensa. la verdadera cuestión que hay que resolver. El Club Libertad hace uso de un sagrado El peligro más inminente es el que primero derecho al tratar de llevar a la Asamblea a los debe dominarse. Cuando la llama del. incendio ciudadanos que merecen su confianza: cumple asoma, es preciso ante todo sofocarla. Y la con su deber ál trabajar por que no se coarte la • restauración es el peligro que más de cerca nos libertad de un solo ciudadano, y responde dig­ amenaza, la restauración es el incendio. Acu­ namente a la voz del patriotismo al identificar damos a él y apaguémoslo. su causa con la de las instituciones nacionales. El problema político actual no da espera. Un programa dé un club exclusivamente Es' del presente y debe resolverse en el presente. Si dejamos que el edificio arda; si permiti­ electoral, no puede ser un curso completo de mos que la restauración temida se consume, política, ni una disertación filosófica sobre de­ cuando tratemos de reparar el mal ya será tarde. recho constitucional, como una . proclama de un general, antes dé la batalla, no puede encerrar Venzamos al tradicional y funesto adversario y fundemos en la república la libertad en el un sistema entero de estrategia. La concisión debe concillarse con la claridad y la energía orden y el orden en la libertad. Si comprometemos nuestro triunfo, esperan­ én todo programa de combate. Y el que venimos defendiendo responde perfectamente a estas ne­ do las brisas del futuro, sin-fijarnos en el vien­ to del presente que azota nuestro rostro, ¿cuál cesidades. será la suerte de la patriá? Comprendemos-- que el Club Radical como El Partido Blanco, dueño exclusivo del pre­ partido qüe nace recién, tenga que formular un ' sente,. habrá operado su restauración preñada extenso programa, para expresar los móviles que de odio y de venganza; la bandera de los prin­ han impulsado a sus miembros a separarse de cipios que quiere salvarse estará por el suelo y los viejos partidos y para desarrollar sus re­ entonces a los colorados y aun a los radicales cientes doctrinas y sus nuevos propósitos; pero sólo les quedará la esperanza... no vemos tal necesidad en el programa de un ¡Esperar! Triste consuelo, que si puede ali­ partido político que hace cuarenta años existe viar a las almas doloridas, no puede halagar al y lucha en la república, y que se ha distinguido ciudadano. en todas las épocas por su constante aspiración Los pueblos no viven sólo de la esperanza, a la libertad y a la justicia. y la política no es como la poesía que sólo gira Para el Partido Colorado basta y sobra con como mariposa alrededor de falaces ilusiones. consignar sus propósitos fundamentales. Creemos dejar probado, que en los pliegues LA UNIÓN ES LA FUERZA de nuestra bandera hay principios inscriptos y que el programa que nos hemos dado y que nos Nuestros lectores nos harán la justicia de enaltece y dignifica, es digno de ir al frente creer que al escribir el aforismo que precede no tenemos la pretensión de decir nada nuevo. dos en determinadas individualidades: son. pa­ Pocas sentencias habrá en efecto más repetidas, trimonio del pueblo. por más que en muchas ocasiones la conducta Naturalmente. no hay diferencia sustancial de los hombres y de los partidos políticos pue­ entre los programas de los dos clubes mencio­ da hacer creer que no.sieinpre se tiene presente. nados: no podía haberla. Iniciados los trabajos preparatorios para la Y ya que tocamos este punto, permítasenos próxima lucha electoral, han surgido en él par­ extrañar que nuestro colega La Paz no haya en­ tido político de que son órganos El Siglo, La contrado en el programa del Club Libertad Tribuna'y Los Debates dos agrupaciones políti­ otra idea, otro pensamiento ni otro propósito cas. La una ha tomado el nombre de Club Li­ que el de hostilizar al Partido Blanco. , bertad; la otra, que empezó por llamarse Club Nos parece, sin embargo, que bien clara y Liberal, ha cambiado su denominación por la terminantemente, sin reticencias ni ambages se de Club Colorado. dice en aquel documento que el partido qua ¿Qué son, qué representan, que significan ha formado dicho club “se propone ante todo estas dos agrupaciones? consolidar úna situación de instituciones, de ga­ Una y otra son ramas de un mismo tronco. rantías y de libertad”. .Una y otra enarbolan la bandera de aquel par­ •No sabemos que esto pueda ser equívoco tido, que desde e l, recinto de la capital de la y dejar duda alguna. La comisión directiva al república, cercada por las tropas de Rosas, y firmar este documento, y el club al aprobarlo, Oribe, proclamaba los principios inmortales de . han afirmado una vez más la conocida bandera la libertad y del derecho, y que en la borrascosa que aquel partido ha enarbolado constante- • historia de la república ha pugnado por hacer mente. , efectivas las instituciones y establecer práctica­ Por centésima vez repite nuestro colega que mente el régimen democrático. la conducta del Partido. Colorado en el gobier­ ¿Qué razones hay entonces para que esas no no ha sido la realización práctica de los dos agrupaciones continúen separadas, en vez principios que proclama. de unirse en un esfuerzo común? Nosotros quisiéramos que en la historia de Por nuestra parte no encontramos ninguna: los partidos y de los gobiernos nos señalase La y nos felicitamos de que en uno y otro club Paz un ejemplo de esa perfecta consecuencia. haya surgido la idea de la unión. Apresurémonos a añadir que no por eso es­ La idea de que en uno de los clubes do­ tamos satisfechos de lo pasado, ni renunciamos minase la influencia de los pelucones y en el a nuestro propósito de continuar combatiendo otro el brioso empuje de la juventud indepen­ las infracciones de principios que en adelante diente, nos parece falsa. puedan cometerse; pero tenemos la firme con-- Es contrario a la índole de los partidos li­ vicción de que estamos en el buen camino, y berales el levantar ídolos de barro. No es con­ que difundiendo la educación política, comba­ forme a su naturaleza el someterse ciegamente tiendo los abusos y perseverando en las sanas al impulso que quieran comunicarle determina­ doctrinas hemos de,.llegar al fin, a la realiza­ das personalidades, por encumbradas que sean. ción perfecta del ideal, siempre superior a lo La juventud tiene siempre en ellos ancho cam­ que consiente la humana naturaleza, a la prác­ po para hacer sentir sus generosas aspiraciones tica ordenada de las instituciones democráticas. y sus levantados propósitos; y si los hombres Confiadamente esperamos que una vez i vi­ aleccionados por una larga experiencia y enca­ ciado el pensamiento de refundir en una sola necidos en el servicio de la patria hacen oír agrupación las dos del mismo partido que hoy su voz y aventuran su consejo, éso no quiere existen, el patriotismo ha de vencer cualesquie» decir que pretendan ejercer dominio ni tutela ra dificultades que ocurran para su realización, sobre sus conciudadanos. que serán siempre de poca monta en compara­ La voz de la razón y los estímulos del pa­ ción con la importancia del objeto. triotismo son los dioses a quienes rinden culto los partidos liberales; y éstos no están encarna­ Diario El Siglo - 1? de junio de 1872 JUAN A ODDONE

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EJ, profesor Qddone ha rehecho especialmente para Cuadernos de Mah- cha gsíe ensayo, que analiza específicamente él período comprendido eptre la Paz de Áhrü y el Motín de Enero de 1875.

L 1? de marzo de 1872, al término de su pe­ de nuestros partidos políticos. Así lo percibía E ríodo legal, el genesál Lorenzo' Badie por entonces el doctor José María Castellanos —aún no concluida la paz definitiva— re­ reflexionando sobre las consecuencias de la signa en el presidente del Senado la primera Paz de Abril. “Indudablemente —decía Caste­ magistratura que asumiera en 1868. llanos— la solución que han tenido los sucesos Por entonces, el anhelo pacifista era unáni­ no es la más ajustada a los principios ni satis­ me damor en los partidos y la opinión. Las face las aspiraciones de los que creen que los zozobras económico-financieras del 68 y su pe­ derechos acordados por las leyes pueden ser nosa proyección sobre la administración Batllfe materia de pacto esencial para poder ejercerlos habían doblegado el erario, luego de dos años el ciudadano, pues esos derechos nacen desde de devastaciones y apremios bélicos, al último el momento de la promulgación de la ley, no límite de su estabilidad. Arruinadas las cose­ necesitan declaraciones' o pactos posteriores chas, diezmadas las haciendas, vigente la in- para poder ejercerlos; pero es preciso convenir, conversión, retraído el comercio, la situación no obstante, en que después de tantos años en amenazaba desembocar en el desquicio total que el desconocimiento de todos los derechos de nuestra economía. políticos del partido caído era el principio sos?- En ios bandos en pugna el agotamiento mu­ tenido por el partido que estaba en el poder, tuo y la indecisión de las acciones militares vol­ el reconocimiento de esos derechos, aun cuan­ vía impostergable el cese de las hostilidades do pactados y sólo puestos en práctica en par­ al cabo dé una campaña qué languidecía en te, importa una gran conquista.” 1 guerrillas y escaramuzas. •En el clima optimista que auguraba la pa­ Las gestiones pacifistas, que sufrían un im­ cificación, la juventud montevideana ilustrada passe desde el malogrado acuerdo gestado por reacciona frente a las prácticas de los partidos Lamas, y Herrera y Obes, logran cuajar en de­ tradicionales y, por encima de las divisas, se finitivo entendimiento bajo la presidencia pro­ aviene a procurar nueyas fórmulas de coexis­ visoria de Tomás Gomensoro. tencia. “Creo que lo que nos separa no son los Las fórmulas aceptadas por los contendien­ principios opuestos de nuestra profesión polí­ tes jalonan un nuevo capítulo en la evolución tica —observaba Eduardo Brito del Fino— sino los intereses y sobre todo las pasiones nacidas aistórico de los partidos orientales. La. coyun­ a la sombra de las primeras luchas de nuestros tura de la paz marca el decurso inicial de una grandes caudillos, acrecida, enconada, y perpe­ reconstrucción política, ahora viable gracias a tuada hasta nuestros días por los excesos de la las garantías que otorgan la paz, la libertad y guerra civil perdurable en que vivimos en­ la concordia. Fé en el porvenir, que anticipa vueltos”, 2 nuevas formas de convivencia partidaria bajo El Siglo, viviendo “la revolución interior la égida de los principios y la más amplia to­ que se ha operado en los espíritus”, barajaba lerancia para todas las opiniones; abjuración las conclusiones que el balance de la situación de la guerra civil y la promesa de una regene­ arrojaba: “Nos hemos dejado llevar en estos ración cívica que relegue a . la historia los jui­ días por la muchedumbre; envueltos en las cios sobre el pasado, compendian el programa oleadas del pueblo, hemos podido sentir sus de los comensales del 13 de abril. latidos, escuchar su voz, penetrarnos de sus as­ Aún no extinguidos los ecos de los discur­ piraciones, y se ha fortalecido nuestra fe y se sos fraternos del 13 de abril, cuando vuelve a ha robustecido nuestra esperanza en la próxi­ promoverse desde la prensa el debate que, ma regeneración de esta república. Entiénda­ abierto un año antes con la escisión de Carlos se bien: al hablar de próxima regeneración no María Ramírez del Partido Colorado y con la entendemos, no queremos significar que en un fundación de La Bandera Radical-, venía a re­ abrir y cerrar de ojos, como por , ensalmo se plantear el discutido ensayo de la fusión de vaya a transformar la faz del país, a desapare­ nuestros partidos, predicado por Andrés Lamas cer los odios, a moralizar los partidos, a crearse y condenado por Juan Carlos Gómez. Sus pri­ una administración regular y ordenada, a edu­ meros antecedentes se remontaban a la época carse el pueblo, a garantirse completamente la de Giró cuando el efímero intento de abolir propiedad y a desarrollarse la agricultura. Por los bandos tradicionales. Lamas había sido sil mucha que sea nuestra fe en la virtud de los profeta ortodoxo y el gobierno de Pereira la principios democráticos leal y rectamente apli­ más palmaria demostración de su divorcio con cados, no pertenecemos a la escúéla de los dul­ nuestros hábitos políticos. Ante el emblema camaras políjdcos, no conocemos el famoso es­ radical que ahora enarbola el nuevo guía de pecífico que de la noche a la mañana puede una nueva fusión —no de partidos sino de hom­ verificar el milagro de regenerar a un pueblo, bres— se levanta desde filas coloradas la opo­ sabemos que el pueblo es uno de los indispen­ sición de quienes ordeñan en nombre de los sables elementos para toda-elaboración social muertos de Quinteros y de la libre coexisten­ y que no está en manos del hombre precipitar cia de los partidos, todo intento que rememore la madurez de los pueblos al calor r artificial la tradición fusionista de Giró, Lamas y Pe­ de sistemas'que no tienen consonancia con las reira. costumbres. Pero sí creemos qué las circunstan­ El Siglo, ya en guardia frente a los trabajos cias permiten ya marchar con paso más seguro radicales prevenía, en la víspera del Banquete, a la realización de ese ideal que consiste en acerca de las intenciones que soslayaba en su asegurar al mayor número posible de los indi­ colega de principios La Paz: “...E n tre noso­ viduos que componen una sociedad la mayor tros la causa de la fusión está vencida quizá felicidad posible en la tierra, a garantirle a to­ pará no volver a levantarse; la razón en la his­ dos el libre ejercicio de su libertad, y de sus toria asocia su anatema para hundirla, impo­ derechos individuales. Creemos que la repúbli­ sible' es refundir en uno solo todos los siste­ ca toca a un período de su historia en- que, mas. .. La fusión no sólo es inmoral sino que muerto el caudillaje y encendido en el corazón es imposible, porque no pueden resumirse en del pueblo el anhelo por conservar la paz, cabe uno todos los pensamientos, todas las aspiracio­ dar amplio desarrollo a los abundantes gérme­ nes, todas las pasiones y todas las ambiciones, nes de riqueza que atesora este suelo que han que siendo legítimas son sentimientos respeta­ de ser poderosísimos elementos para ambientar bles del corazón humano.” 5 el reposo público...” 3 La fracción principista que se aglutinaba en Aquel consenso doctrinario que proclama­ tomo al diario El Siglo, dirigido entonces por ba bajo nueva luz la coexistencia de los parti­ José Pedro Ramírez, insistía en proclamar su dos vino a formularse como primera manifes­ adhesión al partido colorado de la Defensa. tación teórica en la oratoria del Banquete de Desde esa postura, rechaza pues todo progra­ la Juventud, que sucedió a la Paz de Abril. 4 ma político que condenara a los partidos tra­ Las ideas y los prítacipios que se proclaman dicionales: “La fusión iniciada en 1851 y ter­ entonces traducen los reclamos de un califica­ minada en la revolución de julio del 52; la fu­ do núcleo de opinión frente al comportamiento sión practicada en 1855 y terminada en la re- voiución de Quinteros de 1857, la fusión des­ principista— sin abandonar su Danaerá ni con­ prestigiada, la fusión antipática, la fusión mal­ denar su pasado. decida, la fusión inmoral como la llamaba el De ese modo, se definían en dos planos di­ doctor Juan Carlos Gómez, es la solución que vergentes sendas actitudes del principismo: por con nuevo ropaje se nos ofrece en 1871 para un lado, quienes sin renegar de su divisa adop­ nuestras cuestiones políticas. El mayor defecto tan la prédica doctrinaria como programa de que puede tener toda idea política que aspira su partido; por otro, quienes renunciando a las a los honores de una solución práctica es no viejas banderas —fuera de las agrupaciones ser practicable y el menor de los defectos que- blancás y coloradas— un nuevo partido desti­ tiene la idea de fusión es no ser practicable... nado a obrar la transformación política que Todo partido con signos más o menos aparen­ aguárda la república. tes y visibles, responde a una necesidad socialj A la luz deja polémica que con ese motivo a una tendencia más o menos instintiva, a una mantienen El Siglo y La Paz, José Pedro Ra­ aspiración más o menos inconsciente. Por eso mírez deslinda posiciones de modo categórico: mueren, lo mismo que nacen espontáneamente “El Siglo formará en las filas del partido polí­ por su propia virtud ajenos a la voluntad y a tico que desde 1843 viene manifestando en me­ los cálculos de los hombres. Ningún partido dio de las luchas más bastardas, de los errores nace fuera de tiempo, ni muere sino cuando más lamentables y de los extravíos más dolo­ debe morir, ni vive sino euando tiene razón de rosos, una tendencia constante hacia el esta­ ser; son la obra del tiempo y de los aconteci­ blecimiento de gobiernos legítimos que hagan mientos y es necesario dejar que el tiempo y una verdad las instituciones liberales que nos ■ los acontecimientos realicen su obra providen­ rigen, o en otros términos, El Siglo, servirá la cial de transformación incesante.” 6 causa de la comunidad política que ha sido lla­ En realidad no era la fusión de los partidos mada por razón de su distintivo de guerra el en sentido estricto el norte político de los re­ Partido Colorado.” 12 dactores de La Paz. “Se propende a la regene­ En verdad, tal actitud no parece ajena al ración de los partidos —dice el órgano radical- temor de una victoria electoral del Partido levantando sobre ellos la propaganda indepen­ Blanco, para cuyo conjuro no sé escatimarán diente de las ideas y no encerrándoles en el las concesiones y los acuerdos dentro de filas círculo abrumador de la tradición que sólo sir­ coloradas. Veladas insinuaciones primero, d i­ ve para mantener una agrupación disciplinada rectas negociaciones luego, moverán a los ele­ y personalísima.” 7 O, más precisamente, “la mentos de El Siglo a estrechar posiciones junto unión de los ciudadanos que profesan iguales a los hombres de La Tribuna y Los Debates principios, aunque en la lucha de los bandos, para enfrentar al adversario tradicional. hayan militado ellos o sus padres en filas Con miras, pues, a presentar un frente úni­ opuestas”. 8 Los redactores de La Paz ante la co en las elecciones de noviembre de 1872, se ofensiva que emprendía José Pedro Ramírez produce el acuerdo entre los elementos netos y desde El Siglo, aclaraban el alcance de sus principistas. Dicho acuerdo cristaliza én la opiniones: “No se pretende... lo que sería fundación de un club colorado que, concillan­ utópico y contrario al espíritu de las socieda- do las miras de José Cándido Bustamante y de ' des modernas, destruir la diversidad de opinio­ José Pedro Ramírez, se denominará Club L i­ nes; lo que se busca y se quiere es reunir en bertad. ' ' un esfuerzo común a todos los que piensan de En verdad, la pregonada unión no Uega a un mismo modo, a todos los que buscan el concretarse sino parcialmente. No todos los triunfo de unos mismos principios”. 9. Para ello, principistas colorados seguirán el gesto de Jo­ entienden imprescindible abandonar “los parti­ sé Pedro Ramírez y Julio Herrera y Obes ten­ dos tradicionales en su camino de errores y de diendo la mano en el seno del Club Libertad extravíos” 10 en el entendido de que esos par­ a quienes apuntalaban el gobierno de Lorenzo tidos son ya “incapaces de responder a las exi­ Batlle. El doctor José María Muñoz —uno de gencias del presente y a las necesidades del por­ sus más enconados adversarios— en una de­ venir ... Tal vez el presente les pertenezca to­ claración enviada a El Siglo niega su adhesión davía, pero el porvenir se les escapa y viene a al Club Libertad.14 Por otra parte, tampoco es mano de los que abandonan los errores y. las unánime el consenso de los colorados netos preocupaciones del pasado.” 11 para un buen avenimiento con el grupo elec­ En otra actitud —en cuanto ajuste de idea­ toral. Francisco Bauzá, que representa desde les y realidades— los conservadores y los futu­ Los Debates la fracción personalista más re­ ros nacionalistas propendían a. la transforma­ calcitrante del Partido, aglutina a sus parti­ ción de los partidos —mediante la propaganda darios en otro círculo, en principio llamado Club Liberé, y definitivamente proclamado amplia tolerancia como base primaria de la como Club Colorado. 15 convivencia cívica, abjurando dé los gobiernos No obstante transitorias connivencias, y pe­ unilaterales y de su fórmuja “gobernaré con mi se a la vaguedad expresa de su programa, el partido y para mi partido”^ * Club Libertari tipificà en verdad la línea doc­ En el áspecto doctrinario, el programa de trinaria del priricipismo colorado, a cuya pré­ principios del Club Radical supera sin duda, dica parece obedecer su programa: .. .“se pro­ por su concisión y rigor, al del Club Libertad,, pone ante todo consolidar una situación' de Establece ja teoría de los derechos indiyiduaíes instituciones, de garantías y de libertad... en bajo la forma de libertad de prensa, libertad esta «romo en todas las crisis políticas desple­ de reunión y asociación, libertad de sufragio y gará a todos los vientos la bandera de los gran­ seguridad individual comp premisas ineludibles des principios que constituyeron la gran epo­ para el ejercicio pleno de la Vida política; prpr peya" que inmortalizó la defensa de Montevi­ clama el principio de Ja igualdad’ ante la ley, deo.” 18 ’■ ' ■■ ' " . ' ’ ..... ya del individuó o bien del ciudadano, en sus . Una semana después que la reunión popu­ respectivas vinculaciones con el Estado, lar del Teabro Nacional sancionara la funda­ Para el logro práctico de éstos propósitos ción del Club Libertad, el Club Radical se de­ prevé la reforma constitucional que permitirá finía a su vez como 'entidad política mediante restablecer el imperio absoluto de la igualdad su propio programa de principios. y de asegurar ej más amplio goce de las liber? Los antecedentes ideológicos de la nueva tades sociajes a todos los habitantes del esta­ agrupación proceden del mismo cuño liberal do”. Consigna asimismo, en el orden de las rea? que nutrió a los redactores principistas de El lizaciones materiales; una serie de aspiraciones Siglo. Sus figuras rectoras, Garlos María Ramí­ que vienen a concretar las necesidades más ur­ rez y José Pedro Varela, procedían de la lla­ gentes por que atraviesa el país Juego de la de­ mada fracción “conservadora” del Partido Co­ vastadora guerra civil y el consiguiente que­ lorado y estaban unidos a sus colegas de El branto de la hacienda. Siglo por una común tradición ideológica. Co­ En filas dej partido del Cerrito iba a operar? mo se" consignara, la prédica radical comienza se asimismo, luego de la Paz de Abril, un mo­ en plena revolución de Aparicio con el alejar vimiento de opinión tendiente a encauzar al miento de Carlos María Ramírez de la redac­ Partido Blanco en la senda de lqs principios. ción de El Siglo y la fundación de La Bandera No obstante, antes de la pacificación, menu­ Radical. José Pedro Vareía, hasta entonces fer­ dearon jas tentativas de trocar la divisa tradi­ viente colorado, abandona igualmente el perió- cional por una bandera doctrinaria. 20 . dico conservador para emprender, en la tesi­ Durante la contienda del 7Q, desde la im­ tura de Carlos María Ramírez, y desde el dia­ prenta volante del ejército rebelde, el periódico rio La Paz, su campaña por la pacificación de La Revolución anticipa el surgir del nacionalis­ lá república y la conmixtión de los partidos. mo. Con ej cese de las hostilidades esa'expre­ Al «roncluir la guerra civil, los elementos sión principista es asumida por el diario La principistas que se agrupan en torno a ja re? Democracia, a partir dej l 9 de junio de 1872. daccióñ de La fa z confían en la voluntad po­ En su primer número se inscribe la profesión pular del sufragio para iniciar uña era de rer • de fe política de ja nueva fracción blanca, cuperación. 17 que funda el Club Nacionalista. Bajo su pro­ Cuando ye la luz el programa del Club posición “paz y libertad electoral” esboza los Radical, su desvinculación con Iqs partidos tra­ principios 'de la futura organización institución dicionales es ya un hecho consumado, “¿j Club nal. En taj entendido condena a los partidos Radical es una asociación nueva e indepen­ exclusivistas, reclama la reforma de Ja Consti­ diente que no reconoce solidaridad con ningu­ tución y de la ley electoral y preconiza la des­ no de los partidos del pasado.” 18 Esa ruptura centralización administrativa. se hace más explícita luego: “El Club Radicai “En la lucha electoral en que vamps a en­ —reza el programa— condena y rechaza ja fu­ trar —advertía La Democracia— los partidos sión o amàlgama con partidos o elementos per­ deben buscar su bandera fuera de las terribles sonales de ideas y aspiraciones de las suyas peripecias revolucionarias que dejamos muy propias, fundando su fuerza moral en el prer atrás, para ofrecer a la nación, otras perspecti­ sente y sus esperanzas de fuerza material para vas que sus agitaciones y su continua inseguri­ el futuro en la estrecha uniformidad de jos dad, que es la única que representaría en el principios y propósitos que forman ej vínculo. presente uñ? tradición más ó menos gloriosa inquebrantable de la asppiación.” 10 La novel pero ligada siempre a los hombres y a antiguas agrupación preconiza, bajo su bandera, la más divisiones. EJ pasado debe ser relegado al jui- ció tranquilo de la historia... El Partido Na­ ha iniciado la transición del período de las cional, congregándose bajo la invocación del es­ guerras civiles, con sil séquito obligado de cau­ píritu democrático, fiel a su lema, ha aceptado dillos, partidos personales, y divisas, al perío­ la paz como una condición de vida para la na­ do de reconstrucción política y administrativa. cionalidad y se propone aunar y combinár los En tal situación nos explicamos perfectamente ; esfuerzos. para salir de la crisis que atravesa­ el trabajo de descomposición y transformación mos... El Partido Nacional ha reconocido y qué se está elaborando ,en- las entrañas de los reconoce que el hecho accidental de la paz partidos. Éstos han estado hasta ahora organi­ sería sólo una tregua si se hiciese esperar la zados para la lucha armada, porque la guerra, solución radical de los problemas que esteri­ civil constituía la trama de la vida política. La lizan y conmueven nuestra existencia. Ilumina­ intransigencia, no en los principios, que esa in-; do por esa verdad se propone pugnar por to­ transigencia no es más que probidad política, dos los medios legítimos, por las conquistas Ib la intransigencia con las personas que milita­ berales que han dé dignificar a los hombres y ban en opuestas filas era la primera virtud del a los partidos abriéndose otro campo de ac­ partidario porque los partidos eran legiones ción... Nuestros extravíos y desórdenes no son armadas, porque los correligionarios eran ca-, exclusivamente la obra de los hombres. Ema­ maradas de campamento; porque los adversa­ nan en mucha parte de los profundos vicios de rios eran los enemigos; porque el lazo de la la organización social y política. Trabajar por unión entre los partidarios no era él progra­ suprimirlá, por levantar a la república de su ma de sus, ideas sino el color de su divisa.” 2* postración en el interior y exterior es el pro­ La pregonada renovación ideológica se cum­ grama de La Democracia.” 21 , 1 plió desde los clubes principistas eludiendo ex­ La exposición de principios que encierra el presamente el lema filiatorio que los confun­ manifiesto del 7 de julio de 1872, patentiza las diese con las antiguas divisas. El contenido de divergencias entre la fracción popular y la mi­ los tres programas no presenta diferencias ca­ noría doctrinaria: “El Glúb Nacional de Mon­ pitales. No obstante, y más allá de las propo- tevideo levanta como bandera electoral pára­ siciones teóricas, la fuerza de los hechos otor­ los próximos comicios y como nimbo de unión gó a cada agrupación, un contorno peculiar entre sus. correligionarios políticos la siguiente que resultaba de las fórmulas efectivas que las declaración de principios y propósitos a cuyo distintas fraeéiones adoptaban para llevar a la triunfo consagrará sus esfuerzos. El Club Na­ práctica sus supuestos doctrinarios. cional admite como un principio fundamental Sin duda, el partido radical se resentirá en de libertad y de justicia la coexistencia dé los maytir grado en su encaje con la realidad. Su partidos... no condena ni glorifica los parti­ programa principista, concebido con arreglo a dos del pasado... y condena todo esfuerzo un penetrante análisis histórico de nuestros par­ que tienda a la organización o perpetuación tidos, es incompatible sin embargo i con nues­ de partidos o bandos personales, , de partidos tra idiosincrasia política. Al margen de las elites exclusivistas y tiránicos que renovarán las ca­ ilustradas; las masas populares de la ciudad o lamidades de otras épocas poniendo en peli­ la campaña no conocen otra alternativa que gro las conquistas a caro precio alcanzadas, en las divisas tradicionales cediendo así a arrai­ favor de la libertad y del orden.” 22 gadas convicciones o a la coacción del más Tal el espíritu contemporizador con que fuerte. el nacionalismo enfrenta a los demás partidos, El Club Radical se traza una meta utópica “sin odios ni exclusiones”, al punto de procla­ al proponer la regeneración de la vida políti­ mar la prescindencia de todo color político ca al margen de los partidos existentes. en la elección de los candidatos a los cargos Julio Herrera’ y Obes, enfrentando a José de gobierno, inclusive la primera magistratura Pedro "Várela,. correligionario de principios, le del país. reprocha su despego de la realidad denuncian­ A mitad de camino entre la Faz de Abril do la esterilidad de aquellos esfuerzos: “Y ese y las elecciones de noviembre del 72, los par­ es justamente el cargo que yo hago a los radi­ tidos orientales, librados al impulso vivificante cales, que profesando unos mismos principios del combate cívico se empeñan en una fecun­ y persiguiendo unos mismos fines, hayan ra­ da obra de regeneración. leado sus filas por la deserción, debilitando Aludiendo a ese proceso de cambio, y mi­ nuestras fuerzas sin aprovechar las suyas, ro­ diendo sus perspectivas, El Siglo observaba: busteciendo así indirectamente el partido per­ " ... este país se encuentra a nuestro juicio al sonal y retardando la obra patriótica de re­ principio de la evolución histórica verificada construcción política y social que elaborábamos ya en Chile y en la República . Se juntos y que juntos habríamos apresurado y tal vez sí no consumado estaba ya a punto de con­ «del Club Libertad mantiene, sin proclamar un sumarse. Si es necesario transformar y disolver lema tradicionalista, un marcado apego a las los partidos, es necesario que esa transforma­ tradiciones de su partido, pues en ellas encar­ ción se opere- dentro de los partidos mismos na el origen y la esencia de los principios libe­ por el roce silencioso del tiempo y de las ideas. • rales que sustenta. “Nos llamamos liberales Empezar por segregarse de los partidos para —manifestaba El Siglo— sin tener inconvenien­ dirigirlos; empezar por declararse sus enemi­ te en declarar que somos los antiguos colora­ gos para exigir después obediencia y respeto dos.” 27 En la línea del partido de la Defensa, es una pretensión insensata. Esta es la gran di­ y confiando en su auspiciosa gestión futura, ferencia que hay entre los radicales y los con­ promueven los conservadores una política ex­ servadores. Los unos están en las nubes, mien­ clusivista, proponiéndose elegir a sus candida­ tras que los otros están en él camino prácti­ tos dentro del coloradismo, en marcado con­ co.” 24 > traste con los restantes grupos principistas que, Anotando el mismo vicio de inadecuación a esos fines, postulan prescindencia de ban­ que señalara Julio Herrera, Agustín de Vedia deras. salía al paso del idealismo radical con pru­ El manifiesto del presidente Tomás . Go- dente advertencia: “La bandera que nosotros mensoro prologa el 19 de julio de 1872 la in­ hemos enarbolado en la prensa es precisamente tensa campaña electoral. El gobierno proviso­ la condenación del tradicionalismo histórico rio prometía ser garantía de orden y legalidad que se ha pretendido imponer a los partidos; y parecía encaminado a observar una estricta a su sombra han podido y pueden, agruparse, neutralidad en los comicios: “ ...m i gobierno con absoluta prescindencia del pasado, todos —declaraba Gomensoro— garantirá a todos la los elementos liberales y progresistas... no les libre emisión del pensamiento, la libertad de exigimos ni tenemos derecho á exigir a los ciu­ reunión y todos los trabajos lícitos que tien- dadanos una retractación de sus antiguas opi­ dap al convencimiento y no a la violencia y al niones, o una condenación del pasado en que fraude. Cuanto más difícil es una situación, han militado tal vez con un propósito sano y tanto más eficaces son los principios para sal­ patriótico. Deseamos simplemente que se aso­ varla .. . tengamos fe en la eficacia de la ver­ cien a nosotros en la obra del bien presente y dad de las instituciones, en los principios libe­ en el trabajo fecundo del porvenir y es aquí rales con que se han salvado otros pueblos y solaméáte donde diferimos con el Club -Radi­ en la tolerancia por las opiniones de todos.” 28 ca.— No podemos aceptar ese juicio severo No obstante, luego del cierre del Registro y fulminante de los partidos orientales qüe se Cívico en el curso de cuya confección La De­ desata en el manifiesto del Club Radical.. ,” 25 mocracia había denunciado algunas irregula­ Por tales razones, y mejor avenido con la ridades, comienzan a sucederse, junto con las realidad del país, el Club Nocional no conde­ tachas, las protestas de la prensa nacionalista naba los pairtidos tradicionales sino “que rele­ sobre la inscripción fraudulenta, que se cum­ gaba el pasado al juicio sereno de la historia”. plía ante la indiferencia o el amparo oficial. Dentro de las filas de su propio partido el na­ Frente a las primeras' denuncias, el princi- cionalismo se propone llevar a cabo su obra pismo colorado, sopesando los reclamos de La constructiva, tomando del pasado el caudal de República y La Democracia, admitía la irre­ experiencia_necesario para la obra del porvenir. gularidad del proceso pre-electoral. “Demasia­ La fracción colorada principista, dirigida do sabemos —confesaba El Siglo— que hoy es por José Pedro Ramírez, se avino a integrar el absolutamente imposible la realización de un Club Radical aceptando, en principio, una ideal perfecto de vérdad y legalidad a que as­ alianza de hecho con el elemento personalista. piramos. .. por qué milagro habría de conver­ Sé entiende así propender a la evolución del tirse repentinamente la lucha armada de que partido, y, ante todo, cerrar el paso a los blan­ apenas hémos salido en escuela de vida demo­ cos en las elecciones de noviembre. Definiendo crática? No pidamos a los hombres y a las co­ sus puntos de vista, decía El Siglo: “Nuestra sas más de lo posible... Trabajemos sin des­ tarea no es sólo de propaganda, sino de acción. canso para aproximamos cuanto sea posible... Mientras predicamos lo que entendemos por la Pero si descubrimos en la obra que hemos em­ verdad y el bien, luchamos en los clubes y en prendido defectos que de antemano nos decía; las urnas para triunfar de los blancos, y para la sana razón que rio podían dejar de aparecer someter 'los elementos reaccionarios y disolven­ en el crítico período que atravesamos, no co­ tes de nuestro partido al culto sincero de nues­ metamos la insensatez de retroceder y empezar, tros grandes principios políticos.” 26 de nuevo la obra... en el pueril empeño de Cabe consignar que el núcleo “conservador” llevar a cabo una obra perfecta... no sembre- mos ae nuevo la oía ae lá guerra civil, arran neutrales.,. dueño absoluto el Partido Colo­ cando de cuajo la semilla de la paz que a cos­ rado del terreno de la acción, estamos bajo el ta de tantas fatigas estamos sembrando. . . ” 29 imperio de la más violenta anarquía. Fraccio­ Pero el malestar acrece con la proliferación nes antagónicas e inconciliables son las que de denuncias sobre ilegalidades cometidas en constituyen ese partido, pero como resultado el interior del país, sin que a elío obste el celo natural de la situación insostenible en que se desplegado por el diligente ministro de Rela­ encuentra desde que empezó la lucha electo­ ciones Exteriores doctor Julio Herrera y Obes. ral. hoy esas mismas fracciones se dividen y A fines de setiembre hace crisis el enrarecido subdividen hasta lo infinito. No hay dos opi­ clima preelectoral: desoídas las protestas de niones conformes: no hay un solo centro polí­ los dirigentes radicales y nacionalistas, la Co­ tico qüe tenga alguna constancia y. que sea misión Directiva del Club Nacional de Mon­ capaz de dominar el desborde de la anarquía. tevideo convoca a una reunión en la Barraca Desde los más austeros principistas hasta los de Irigaray para encarar la actitud a asumir más reaccionarios y más personales, todos los frente a los abusos en tachas e inscripciones elementos constitutivos de lo que se llama el del Registro Cívico. Partido Colorado levantaron por única ban­ El Manifiesto del Club Nacional del 6 de dera al iniciarse la lucha electoral la de «gue­ octubre definía así la situación: “.. .el Partido rra al partido blanco». Todos sus esfuerzos, to­ Nacional ve defraudadas en estos momentos das sus aspiraciones, se reducen a vencer al sus esperanzas, y retardada la realización de tradicional adversario. Vencido éste, alejado los grandes propósitos con que emprendió la del campo electoral, el vínculo de unión dél .lucha electoral. En momentos tan supremos co­ Partido Colorado desaparece... Vuelven a for­ mo los presentes, cúmplenos conservar inalte­ mar entonces en campos opuestos las faccio­ rable el depósito de nuestras creencias y estre­ nes antagónicas que realizaron la fusión in­ charnos én tomo a la bandera de los princi­ moral... Pero no en balde en la prensa, en pios que hemos proclamado y sostenido... los clubes, en los cafés, en las reuniones pri­ Cúmplenos dar un alto ejemplo de abnegación vadas, en todas partes, se ha sostenido a capa y de civismo conservando la templanza y mo­ y espada que no había tales disidencias... no deración que son el más fuerte escudo de los en balde se ha tenido como bandera el progra­ partidos de principios... Es ésa la más noble ma del Club Libertad que, vago e indeciso, ofrenda que podemos deponer en los altares dejaba a cada uno la facultad de interpretarlo dt la patria.’ 30 a su antojo... Se unieron para vencer a los De ese modo se anticipaba la abstención blancos, sin preocuparse de los medios... electoral decretada oficialmente por la comi­ [Obtenido el triunfo con la abstención del par­ sión directiva del Club Nacional el 9 de no­ tido nacionalista]... Llega añora el momento viembre. La propaganda de La Democracid de cumplir la parte secundaria del programa en los días subsiguientes se centra en tomo a del Club Libertad, llevar a la representación este epígrafe: “La abstención es un deber por­ nacional a los hombres más inteligentes y más que es un deber dejar solos a los que cometen honorables... Pero ahí muere la decantada un acto oprobioso, cuando no se tienen los me­ unión y empieza la anarquía... ¿Cuáles son dios para impedir su realización.” 31 los hombres más inteligentes y más honorables Como resultado de este accidente político, del Partido Colorado? No se entienden siquie­ se rompe el equilibrio —en cierto modo preca­ ra el doctor José Pedro Ramírez y Pedro Bus­ rio— que mantenía en aparente cohesión a las tamante, y eso solo muestra a la evidencia has­ dispares figuras del Club Libertad. La elimi­ ta dónde es profunda la anarquía. . . ” 32 nación virtual de un sector del tradicional ad­ El cisma era ya inevitable cuando nuevos versario venía a abreviar una etapa en función hechos fundamentaron los temores de Varela. de la cual se habían gestado los acuerdos colo­ El coronel Pagóla, jefe político de la capifeal, rados. La fracción colorada neta decide enton­ procedía a incautarse de unas mil balotas de ces desprenderse del lastre principista para co­ sus subordinados, poniendo así en tela de jui­ par las urnas con sus propios elementos. cio las garantías ofrecidas por el presidente de José Pedro Varela -ex-colorado y, en ra­ la república. Las renovadas promesas de Go- zón de la abstención también decretada por mensoro, deslucidas ante su indecisa actitud su partido, mero observador de los hechos- frente a Pagóla, motivan la enérgica renuncia previo la inevitable crisis del Club Libertad: del doctor Julio Herrera y Obes, quien, al “Resuelta la completa abstención, del par­ • abandonar la cartera de Relaciones Exteriores, tido blanco, alejados temporal y definitiva­ denunciaba el dirigismo electoral desemboza­ mente del campo electoral todos los elementos do del gobierno. 33 .• .Pese ai malestar que anunciaba la ínmi- re ge una comisión airecnva en ia que usted ngnte ruptura, ambas fracciones prpaiguen. dis­ y yo y los hombres de nuestras afinidado? y cutiendo" en torno a la confección «je la? listas; propósitos están ep una insignificante minoría, ep puya instancia sobrevendrá la escisión de­ podría aspirar a otra cosa que a constituir en finitiva- En aquellas febriles jornadas de no­ la cámara" una mayoría ilustrada, inteligente y viembre, la bÜHjS dfi nombres y candidatos honorable?,,. Los partidos que luchan con su fue dispuesta es toda la gama de sus posibles organización de pártido y aspiran a presen­ combinaciones. tarse unidos en la Jucha, tienen' ngcesariámsnte Algunos elemeptps colorados, ante ej des­ que hacer concesiones a las exigencias de conocimiento de los . principios de) programa . círculo y a ja veleidad dg opiniones, En Jos leí (¡lufa ¿libertad qué involucraban esos nrn- .moyimiéntOS' populares y gn Jg acgión política Jabarispos 4§ última hora, §§ apartaron d§ la pp se pugde proceder con ej perfecto criterio agrupación ante la. .gvideBeia del desacuerdo. fipn, que una academia de sabios juzga jas Une" de eJJps, el ductor Pedro Bustamante, aptitudes y [os méritos de Iqs diversos 'candi­ pripeipisfa d§ pota, decía en su parta renuncia datos que se le proponen para ingresar en su a lá comisión'directiva d§l QlUh Libertad \ “La seno” . unión d§l partido real y positivamente ng exis­ En víspera de |a reunión de! Chib Liber­ te ni existirá jamás... ajsepararme de] Qlüb ta d en §1 Teatro , José Pedro Rgmí- Libertad no es mi propósito abstenerme sino re? insistía en su prédica pripcipista tratando antes que nada llevar mi pobre concurso .indi­ fie acallar recelos y evitar nuevas deserciones. vidual ’a. otro centrp electoral, si es que toda­ “Hemos sostenido siempre —decía— que el vía quedan entre rjQsptrgs una docena dg’ eiu- Partido Colorado y gl Partido Liberal eran dadahos dispuestos a luchar por e] bien y a no sinónimos,, La calificación de liberal signi­ dejarse imponer p dominar por (qs qué en rea­ ficaba ¡a bandera política, el programa y ’Jos lidad no son ips más Sipo Ips más "audaces y principios del partido., - el cojor de Ja divisa gritones.”34 Bonifacio Martínez, asimismo de­ do constituye doctrina, no puede ser el único safecto a la lista que aceptara José. Pedro Ra­ lazo de una aspgiaeiqn política,.,” E] diario mírez, adopta idéntica actitud que el doctor1 exhortaba a !a calma en medio de aquella Pedro Bustamante, . - confusión de opiniones e intereses y ahora; a La carta contestación de Ramírez a Martí­ su torno, también se aferraba a un pregario nez; es un valioso docnmento que sienta afren­ equilibrio de fuerzas que §e deshacía'ante el te al problema electoralrr- la tesitura del grupo reclamo de las ambiciones personales. más pujante de Jas fijas prinpipistas coloradas. En [a reunión del Teatro San Felipe, José En rigor, Ramírez entiende qué ej único mqdo Pedrq Ramírez juega, aún a triunfo, su últi­ de edrrar el paso a los elementos personalis­ ma parta electoral, Tiene la convicción de que tas es concurrir a jas urnas con listas mix­ el únieo medio de obtener la consagración del tas, dadas jas concesiones que ¡a necesidad prineipismo dentro dej Partido Colorado resi­ impone- “Creo tener =dec)ara Ramírez^ tan­ de en la confección de una lista mixta; ésa fue, to o más culto a los principios que usted y por ofra parte, la línea de conducta que se que el doctor Bustamapte, y no he creído pre­ trazó desde el primer momento, como única varicar aceptando,.,, Ras listas mixtas] en to­ solución viable? “En política -d ecían los he­ das partes los ciudadanos más austeros y más chos ?e toman cómo son, no como deberían ser; intransigentes llegado ej momento de Jg ac­ se busca el bien posible, np el bien absoluto,,. ción, sea ella militar O pacífica, pero acción con una lista de candidatos todo? intachables, al fin, han aceptado elementos qué BQ repre­ todos ilustrados, era una utopía e) triunfo deci­ sentaban la más completa austeridad y jg más sivo sobre los elementos personales, obtenido alta ilustración a condición de gsogurór pl éxi­ en. un día, desde que ese triunfo tan completo to de |a lucha y de no desnaturalizar en su sólo puede ser fruto de algunos años de lucha, esencia los propósitos de) centro polítíco a de la marcha progresiva de las ideas, del tra­ que pertenecen. Con más razón estaban obli­ bajo pausado de la propaganda.” 36 Consecuen­ gados a proceder así jos que habían definido temente, la asamblea de) Club Libertad, com­ nuestro actitud por e] hecho de organizar el puesta por setecientos ciudadanos, sancionó Ctub Libertad en Jas condiciones que .arran­ una lista integrada por una mayoría principis- caron Una sena protesta del doctor jqsé María ta, aunque presidida por Tosé Cándido Bus­ Muñoz y qu§ usted y Bustamante no aproba­ tamante, colorado neto, ®7 ron Sin duda eugndp continuaron pertenegjen- Pesg a so encabezamiento. Ja lista implica­ dp al club y formaron parte de §u comisión ba un triunfo piingipista ppr cuya razón Ips directiva... Cuando aceptábamos formar par­ netos, qu§ coptában cpn hplgada'superioridad en la masa colorada, no podían aceptarlo, jo- > sados en 24 horas.. . y ¡la comisión directiva se Cándido Büstainánte es el primero en re­ inspirándose en los sentimientos más eleva­ nunciar. Le siguen Paullier y Magariños Cer­ dos... ha resuelto suspender los trabajos em­ vantes, mientras que en las reuniones de los prendidos y aconseja a sus correligionarios que cafés y en las tertulias partidarias se comenta­ se abstengan de concurrir a las urnas con la ba que la pretendida Ésta mixta respondía á lista que el Club Libertad había proclama­ una combinación dé signo principista. 38 El do, . . ” 41 22 dé noviembre él cisma del Club Libertad Con acentuada frialdad se cumplió él acto estaba, de hecho, consumado. Los elemen­ electoral en la capital de la república. El Sin­ tos netos ■ disidentes habían resuelto la con­ glo anotaba qué habían sido muy considera­ fección dé una nueva lista, con arreglo a sus bles las abstenciones y que sólo un reducido privativos intereses. “La división de los círcu­ número de ciudadanos acudieron a emitir su los se dibuja más que nunca pronunciada... voto: "Se abstuvieron de votar en Montevideo El cisma provocado tiende a acentuar más y los principistas, los blancos y los radicales, sólo más la división del Partido Colorado”... es­ votaron, pues, los colorados netos y los partí- cribe José Pedro Ramírez en El Sigla del día diarios del gobierno”. 42 Censuraba, por otra 23,89 reiterando en última instancia sú llama­ parte, “la influencia directriz del gobierno, que do a la unión colorada: “Es tiempo ya que de se ha hecho sentir en la formación de la Lista una vez por todas se declare pública y solem- que ha obtenido la mayoría confeccionada en . nemente si el Partido Colorado es una colec­ virtud de una transacción de última hora entre tividad política con principios, tradiciones y los elementos' oficiales y los colorados netos.” 48 propósitos comunes, o si el programa por to­ Algunos elementos principistas de la comisión dos aceptado es úna bandera bajo la cual se directiva del Club Libertad se prestaron a la abrigan adversarios irreconciliables... El transacción con los netos y, en consecuencia, tiempo apremia y cada hora que pasa agrava fueron incluidos a última hora en la lista triun­ la situación.” 40 Pero ya era demasiado tarde. fante, entre otros, los nombres de Julio He­ El periódico conservador hace pública la re­ rrera y Obés, Pedro Bustamañté y Juan Car­ nuncia de José Cándido Bustamante al Club los Blanco. , Libertad, fundamentada en que ‘la lista de AI cabo de los tres días que mediaban en­ diputados aprobada en el San Felipe era el tre la reunión del Teatro San Felipe y la de resultado dé la combinación de un círculo”. la Cancha de Valentín, los términos de la Con la renuncia circula una proclama dirigida ecuación electoral se habían invertido: el nú­ por los netos disidentes del Club Libertad: cleo principista —mayoría en la lista del día Jósé| Cándido Bustamante, Pedro J. Varela, 20— pasaba a Ser minoría en la del 23. En ver­ Juan J. Costa, Federico Paúllier, Francisco La- dad, pese a los denodados esfuerzos de José viña y Otros [ ..] en la que después de exaltar Pedro Ramírez, la disparidad de fuerzas entre las tradiciones y glorias militares del Partido ambas fracciones venía a imponer esa solución Colorado, invitaban para una reunión en la de último momento. Los guarismos electorales, Cancha de Valentín a efectuarse el propio día a despecho de los trabajos del doctor Ramírez, 23 á las 3 de la tarde. El resultado fue la con­ denunciaban la derrota —al menos en la capi­ fección de una nueva lista de candidatos enca­ tal— del último baluarte del principismo. Con­ bezada por José Cándido Bustamante y Pedro secuentemente, el doctor Ramírez, amarga­ Varela, que en su gran mayoría respondía a mente aleccionado, decide retirarse de la vida los reclamos de la fracción neta. política y renuncia a la dirección .de El Siglo, Para la comisión directiva del Club Liber­ admitiendo expresamente los cargbs que se le tad, parcialmente desintegrada por las sucesi­ habían venido imputando: “El resultado de la vas renuncias de principistas y netos, a esca­ lucha electoral con sus episodios que son del sas horas del acto eleccionario, era imposible dominio público, me imponen el deber de re­ reestructurar' la lista aprobada el 20, lo cual tirarme de la éscena política, empezando por venía a significar que los elementos principis­ separarmé de la prensa periódica. Reconozco tas al concurrir solos a las urnas, sufrirían una que son justas la mayor parte de los cargos aplastante derrota electoral. Frente a semejante que se me hacen y renunció a levantar aun eventualidad, dicha comisión publicó un ma­ los que no lo sean. Mis amigos políticos y so­ nifiesto, aparecido en la mañana del domingo bre todo la noble juventud de Montevideo, ne­ 24 de noviembre, en el que aconsejaba la abs­ cesitan de otro publicista en la prensa y de tención. “Lá coalición que a última hora se rea­ otro ciudadano en los trabajos de la política lzó entré fracciones diversas del¡ Partido Colo­ militante para realizar sus altos y patrióticos sado no puede resistirse con trabajos improvi- propósitos. Yo me he gastado y me he quebra-

m M S ñ Q Sf/FIBEEBO 1872 tio en la lucha y no puedo ya. responder a toral, eran aün ínüelimcias ai promediar ei mes sus generosos esfuerzos en bien de la patria. de octubre. No se sabía a ciencia cierta si se­ Por fin, en medio de la derrota vergonzosa ría sostenido por los colorados netos o por los que hemos sufrido, y en la cual me asigno la principistas conservadores, pero aunque Go­ peor parte, sólo aspiro a que se reconozca la mensoro / carecía en el consenso general del sinceridad de mis intenciones, única cosa que arraigo del doctor Muñoz, su candidatura, en estoy dispuesto a defender.” 44 razón de la jerarquía oficial del cargo que de­ Á1 aceptar la renuncia del doctor Ramírez, sempeñaba disponía de posibilidades de triun­ El Siglo reafirmaba su tesitura principista: “El fo. 1S doctor Ramírez reconoce lisa y llanamente, sin Alternativamente, en el coloradísimo neto ambajes ni subterfugios, que se ha equivoca­ se insinuaban asimismo los nombres de Pedro do. En consecuencia, se siente quebrado y Varela, Femando Torres y José Claudio Bus­ gastado para continuar la lucha en que ha tamante, que sin duda aguardaban la decisión perseverado por diez años... En cuanto a El de Gomensoro para concretar o deponer, sus Siglo, seguirá siendo lo que ha sido; seguirá pretensiones. defendiendo los principios que ha defendido. El partido blanco no presentaba candidato Afirmará la bandera que las últimas oscilacio­ propio. Obviamente sus posibilidades eran me­ nes de estos días empezaban a hacer vacilar nores y en la' hora de las definiciones sus re­ y será siempre un instrumento de propaganda presentantes eligirían entre los nombres en puesto al servicio de la libertad y de las insti­ juego. tuciones.” 45 La dirección del diario fue enton­ El principismo conservador, si bien no ocul­ ces asumida por Julio Herrera y Obes y Jacin­ ta desde El Siglo su preferencia por el doctor to Albistur, incorporándose a la redacción po­ Muñoz, demora ostensiblemente la proclama­ lítica el joven Pablo De María, flamante egre­ ción de su candidato presidencial. Es factible sado de las aulas universitarias. 46 suponer que su deliberada dilación obedecía a En verdad, el fracaso que pregonaba Ra­ una hábil estrategia: al no pronunciarse en mírez>-magnificando sin duda su'propia de­ forma expresa por el doctor Muñoz, ó bien, rrota personal—no privó al principismo de una no excluyendo de plano a Gomensoro, podía indiscutible victoria. Si bien los comicios no atenuarse la influencia de la máquina oficial en otorgaban una mayoría absoluta a las fraccio­ favor del coloradismo tradicional. nes principistas, la lista cólorada mixta de A comienzos de noviembre Gomensoro, ce­ Montevideo, los nutridos votos del nacionalis­ rrando,expectativas, toma partido por lá frac­ mo, (que, desoyendo la abstención, gana ven­ ción neta y con él se vuelca la decisiva gravi­ tajas en San José, Canelones, Florida y Cerro tación del oficialismo. “Candidatura de frau­ Largo) y los triunfos parciales del Partido Con­ de, de coacción y de violencia", como la cali­ servador en otros departamentos, permitieron ficará el órgano radical, ella despierta y en­ el acceso de la elite doctrinaria a la legislatura ciende los encontrados intereses que se agru­ de 1873. pan en tomo al debatido problema presiden­ Paralelamente a la campaña electoral de cial. noviembre, ya se barajaban en el año 1872 Desde el diario La Paz, el radicalismo le­ nombres y posibilidades para la futura presi­ vanta frente a la candidatura candombera la dencia de la república. bandera principista que simboliza el doctor Jo­ El doctor José María Muñoz era en rigor sé María Muñoz. 49 —por su filiación política, sus condiciones per­ “La candidatura nacional del doctor Mu­ sonales y su limpia ejecutoria cívica— unáni­ ñoz” —tal la había proclamado el diario de me candidato de los partidos de principios. Varela— venía a sancionar la tácita elección Ausente quince años del país al que se rein­ de las otras fracciones doctrinarias. El pronun­ corpora luego de la paz de abril, al prome­ ciamiento de Gomensoro aumentó los recelos diar el año 72, el doctor Muñoz descolla en la que inspiraba a los nacionalistas e hizo, de he­ nómina de posibles aspirantes presidenciales. cho, innecesaria la cautelosa expectativa que S* sonada renuncia a la comisión directiva del hasta entonces observara el principismo colo­ Club Libertad y su rígida intransigencia con rado. Así, pues, desde La Democracia se cla­ el personalismo contribuyeron a acrecentar su maba por un candidato nacional que goberna­ prestigio en filas principistas. 47 se fuera de los partidos, en momentos en que Don Tomás Gomensoro, por su parte, se­ sólo el doctor Muñoz podía ofrecer esas ga­ gún ja opinión pública aspiraba a la primera rantías. En el mes de febrero de 1873 el Club . magistratura. Sin' embargo, su actitud frente Nacional se pronuncia por Muñoz. 30 El Par­ ' a los grupos colorados y su plataforma elec­ tido Conservador, por su parte, reclama “un hombre de principios, honorable y enérgico" soro— por los elementos del principismo cojo*. para ocupar la primera magistratura y pulve­ rado. riza la candidatura de Gomensoro y las even­ No obstante, en el momento de proceder a tuales de Pedro Varela,. José Cándido Busta- la primera, votación en la asamblea, Gomenso­ mante y Francisco A. Vidal. , ro contó con veintitrés electores, diecinueve La interrogante que margina el problema Muñoz y siete Ellauri. Los candomberos, se­ presidencial durante el período que antecede guros de no conseguir el triunfo de Gomenso­ a da elección de marzo permite barajar-las-res­ ro, deciden- consumar la derrota de Muñoa pectivas posibilidades. Por encima de todos los trocando su candidato por Ellauri; así alcanza candidatos el doctor Muñoz es quien se sin­ éste la mayoría necesaria y resulta electo, ino­ dica con mayores cartas de triunfo. Fuera de pinadamente, por treinta votos contra dieci­ su influencia oficial, la candidatura Gomenso­ nueve. 52 ro parece el producto de una heterogénea El primer sorprendido parece haber sido el combinación de fuerzas, montada por los ele­ propio Ellauri, que no deseaba ni esperaba mentos netos'de ambos partidos para cerrar semejante derivación. En consecuencia, con­ el paso al candidato principista. vencido de que su elección no provenía de una La popularidad de Muñoz es sometida a voluntad mayoritaria expresa, sino de la im­ prueba en una manifestación programada en posibilidad de elegir a otro candidato, pre­ su homenaje y como adhesión a su “candida­ viendo falta de apoyo en la Asamblea y en tura nacional” para el 27 de febrero en la Pla­ la Opinión, presenta su renuncia espontánea el’ za Constitución. El caluroso apoyo que en la 1° de marzo. 53 Luego, ante el asedio insisten­ ocasión se le tributó vino a consolidar la espe­ te de uná comisión delegada por la Asamblea, ranza en las crecidas posibilidades que se ofre­ acepta el retiro de la renuncia a cambio d® cían de su triunfo inmediato. 51 su confianza. Entre la nómina de candidatos accesorios Pero el panorama seguía siendo confusa —Andrés Lamas, Manuel Herrera y Obes— Los conservadores aceptaban a Ellauri a re­ también figuraba el doctor José E. Ellauri, gañadientes y veían, con decepción mal disi­ quien por su moderación representaba —den­ mulada, la derrota de Müñoz consumada por tro del Partido Colorado— un temperamento los candomberos. Los nacionalistas, fieles a. su equidistante entre Gomensoro y Muñoz. A candidato, desde La Demacrada repudian en cierta altura había sido bandera de los can­ Ellauri a su tradición de partido y al elemento domberos (netos), antes que se pronunciasen colorado neto que lo consagraba. Por su parte, por Gomensoro; ahora, sus fluctuantes posibi­ los radicales, con idénticos motivos, lanzaban lidades contaban con un corto número de elec­ desde La Paz su fogoso anatema contra el tores adictos y con la propaganda de El Siglo, nuevo gobernante. que prohijaba alternativamente su nombre jun­ Ante la situación insistentemente adversa, to al de José María Muñoz en una hábil es­ eleva Ellauri por segunda vez su renuncia al peculación que sin duda le favorecía. “Muñoz sentir que a su alrededor se formaba —según o Ellauri. Ellauri o Muñoz” era la proclama de su propia expresión-- “un peligroso vacío”. Su­ El Siglo, con lo que, sin abandonar a su can­ ceden entonces el desconcierto y el malestar, didato favorito —Muñoz— se atraía al grupo y ante el grave riesgo que vuelve a plantear de Ellauri y a los representantes indecisos, a dicha renuncia se reiteran desde diversos sec­ quienes se ofrecía así una doble posibilidad tores las exhortaciones para que el presidente de votar contra los netos. se reciba en su cargo. En estas circunstancias La víspera de la elección presidencial la se produce en la Plaza Constitución un des­ situación parecía ser la siguiente: la candida­ pliegue de fuerzas armadas con la evidente tura Gomensoro, auspiciada por las fracciones pretensión de impedir la renuncia presentada netas coloradas y blancas, también, por impe­ por e! doctor Ellauri. Un nuevo rechazo recibe rio de circunstancias, representaba la oposi­ la negativa de Ellauri por parte de la Asam­ ción al principismo y a su ostensible candida­ blea y el indeciso senador, eompelido a go­ to. El doctor Muñoz, unánimemente apoyado bernar, emite un manifiesto refiriendo las con­ por los conservadores (mera estrategia es la diciones en que aceptó proclamación de Ellauri por El Siglo) y los na­ ■ tancia— la presidencia. cionalistas es, en apariencia, el inminente triun­ “Elevé pues, por se fador. El doctor Ellauri, que resistía su pro­ —declara Ellauri— y / clamación y no aspiraba a gobernar, era sos- nueva crisis política ’ _ ténido por siete electores adictos subsidiaria­ los ciudadanos bien jphqncionadós® mente —como último recurso frente a Gomen- ligios que deja entrev comprender que me raitaba concurso de opi­ •a puja entre las tracciones doctrinarias y ne­ nión, ahora tengo la franqueza de confesar tas; Si se midén las consecuencias de la elec­ que siento reaccionar la opinión en el sentido ción, el panorama no podía ser más desalen­ de mi permanencia en el puesto para el que tador para el nuevo jefe del Ejecutivo Ante fui elegido y que vuelvo a verme rodeado de los elementos netos el triunfo de Elláuri sólo la mayoría de los ciudadanos cuyo consejo y venía a significar en verdad, la derrota de apoyo nècesito. La gran mayoría de todos los Muñoz; para los hombres de principios, Ellau- ciudadanos, de todos los círculos políticos mé fi constituía el elevado precio pagado por lá rodea y ine exige que retire la renuncia que derrota de Gomensoro. Su tortuosa elección había elevado y como me apercibo que en resulta, por ende, de la imposibilidad material efecto pódríán producirse sucesos graves de dé dirimir por sí -principistas y candombe­ insistir eh ella, hé resuelto retirarla porqüé ño ros- el prob ema presidencial. En este vicio me siento con bastante coraje para afrónlar de ori-en reside sü Forzosa iri >perancia futura. la responsabilidad de los males que pueden Poco p día prome er el hüévo presidente -in­ sobrevenir al país.” 54 vestido bajo semejables circunstancias- en uña , Aqüél insólito despliegue militar en la Plaza época en qüe aun primaba un cerrado exclusi­ Constitución revestía, por su inequívoca inten­ vismo de partido. Ellauri, al fin de cuentas, no ción coactiva, la gravedad de iin hecho sin pre­ representaba genüiñameñte ni al sector can­ cedentes. “Desgraciadamente —observaba El dombero, defraudado por la dérrota de Go­ Siglo en un balance de los acontecimientos— lá mensoro, ni al principismo en pleno, pese a lá intervención de la fuerza armada vino a agra­ tibia adhesión que le tributara la fracción con­ var la situación. Los batallones, qüé deben es- servadora colorada. tar sumisos siempre a la autoridad legal, exi­ Por fuerza de los hechos, los netos dé am­ gieron que el presidente retirase su renuncia.” bas divisas saludaban desde su prensa el ad­ Y agregaba: “Exigir con las armas en la maño venimiento de Elláuri come üñ triunfo de su un acto político del presidente de la repúbli­ causa, aunque cabe suponer que más bien fes­ ca, es sublevarse contra la autoridad del mis­ tejaban la derrota dé Muñoz. Eü filas priñéi- mo, es infringir la Constitución del Estado, pistas divergen las opiniones sobré el nuevo que es ley suprema, y la ordenanza militar presidente. El grupo conservador de El Siglo, que es léy de ejército”. 55 La Asamblea, lesio­ pese a su reticente frialdad inicial, saludá bien nada en sus fueros, condena desde la bancada pronto en Ellauri el triunfo dé los principios principista la asonada militar y pide la inter­ liberales sobre el personalismo y propone el pelación del ministró de Gobierno. 88 Por pri­ ápoyo incondicional al Ejecutivo como única mera vez, el ejército de línea como expresión garantía de lás iñstitucioñes. 89 de la fuerza armada, surgía en actitud ame­ El nacionalismo, sin embargo, defraudado nazadora en el escenario de la vida cívica. en su candidato el doctor Muñoz, condena al Las censuras vertidas en la prensa y en presidente Ellauri por la fracción que repre­ là cámara revelaban lös alcances del insólito senta y por el elemento qüe lo elevara á sü suceso. El militarismo, que alcanzaría prima­ cargo. Traduciendo la opinión nacionalista, cía a la vuelta del motín dél 75, había aso­ Agustín de Vedia, años después y luego del mado por primera vez el 2 de marzo de 1873. destierro a La Habana, evocaría con estás pa­ “El fin no justifica los medios —manifestaba labras la elección de Ellauri: “Hay triunfos El Siglo— y lo que hoy se hace con propósitos que abochornan como hay derrotas qué digni­ sanos, mañana puede emplearse con planes fican”. atentatorios y criminales. Aceptar el hecho Igualmente la menguada pero combativa producido el domingo, sería dejar sentado un fracción radical expresaba su desafección al precedente funestísimo.” 57 Y el órgano princi­ presidente, eñ quieñ encamaba la tradición pista, columbrando las posibles proyecciones de las divisas: “Hemos perdido una gran oca­ del hecho, envolvía en su observación üna pro­ sión —decía el editorial de La Paz del 2 de fètica advertencia: “Ayer iban los batallones marzo—, ha sufrido el país una inmensa de­ paja obligar al presidente de la república a rrota”. que continúe en su puesto. Mañana podrían No obstante, eran dispares las apreciacio­ ir a exigirle que renunciase a él: Emplear la nes sobre la situación y sobre lá personalidad fuerza armada en determinar soluciones polí­ de Ellauri dentro de la comunidad radical, en ticas que comprenden a los poderes públicos cuyo seño las divergencias personales venían es siempre pefigfoso.” 88 enturbiando su hórá crepuscular. 60 Las dis­ El flamante presidente de là república ve- crepancias habían comenzado en el fragor de uía a resultar de tal modo el híbrido saldo de la campaña electoral del 72, con las disidencias entre Carlos María Ramírez y José Pedro Vá­ cuanto al fracaso de sus respectivos candida­ rela. Ahora, dividido el partido luego dg su tos, se opera una definitiva ruptura entre am- abstención electoral,' recibe su golpe de gra­ 'bas fracciones. La prensa principistas que tanto cia con la derrota del candidátp principista. había contribuido a operar esa escisión, sa­ Los agresivos editoriales de La Paz arrecia­ ludaba, ej hecho como índice auspicioso de ron en gus últimos días de existencia, con­ nuestra evolución política: “$9 es pierfo que tra el gobierno de Ellauri, “Puedo asegurarle en esta república la división de partidos sea desde ya ---decía el director del periódico a entre, blancos y colorados. Hqy se dividen los José María Castellanos— que Lq. Paz. cuyo partidos en principistas y candomberos o en título me pertenece exclusivamente y cuya di­ principistas y netos... La transformación d® rección nó estoy dispuesto a abandonar, no los partidos está consumada, Inútil es ne­ sostendrá el gobierno del doctor ÉUauri pa­ garlo.” 62 sando bajo la? horcas caudinas ele las farsas El principismo, en efecto, había inculcado indignas qup venimos presenciando hace tres un renovado aliento . de civismo en nuestra días... trataré de demostrarle que jas conve­ azarosa convivencia partidaria- Su filosofía pg-, niencias verdaderas del país aconsejan comba­ lítica, rezumada del liberalismo, constitucional tir a los gobiernos que se elevan poi medios y dinamizada por q! ejemplo norteamericano, . ilícitos; que no es tina cuestión de personas ha cuajado en un amplio programa de rege­ sino de principios fundamentales la que en­ neración institucional, cuya temprana aplicar traña ¡a elección del l 9 de marzo; que ej doc­ clon se ensaya bajo el gobierno de EUauri, tor Ellauri simboliza la más absurda intransi­ desde un régimen ¡de aqipíia coexistencia par­ gencia, el más refinado egoísmo político y Jas tidaria. “Han cesado las estériles luchas dg - ideas más estrechas.''61 •bandos v los cótobafes qqe en nombre de El 15 de marzo,'La Paz se despedía de ja intereses ■ raquíticos veníamos presenciando prensa montevideana, epilogando su segunda desde hace cuarenta años --anota El Siglo-- y postrera época. Paladín del radicalismo que con mengua de la dignidad nacional y. perjui­ con Un depurado programa doctrinario preten­ cio de los intereses de la patria. Es otra lucha dió extinguir los partidos tradicionales que eran más civilizadora, es Otro combate más noble exuptp reflejo de nuestra azarosa vida demo­ y generoso el que se inicia: la lucha de la crática, nq logra sobrevivir 9 sus contradiccio­ democracia —el combate en la tribuna parla­ nes y ¿ una aptitud de aislamiento intransigen­ mentaria.. Hemos llegado felizmente a un te que le impidió adecuar su mihtáncia a las resultado que hace algunos años nos hubiera dimensiones de la realidad. parecido un sueño: a k constitución de una La escisión de los grupos principistas de} Asamblea verdaderamente nacional, porque es tronco de los partidos tradicionales f había re­ aceptada por ej país entero, porque en ella corrido yá un largo camino entre la Paz de todos los partidos están representados." & Abril y la elección de EUauri’ La prédica doc­ En la Cámara dé Representantes el prinei- trinaría, fustigando sin descanso la acción de pismo promoverá con el ejemplo ja pregonada las fracciones personales, y la reestructuración , revólución espiritual, Allí se confundirán con­ de los partidos en 1872, puntualizaban ya ¡as servadores y nacionalistas en propósitos y as­ diferencias, que separaban a los nuévos anta­ piraciones comunes, así pomo más de una yg* gonistas. Las ocasiónales concesiones del prin- estrecharán filas blancos y colorados netos pa­ cipismo conservador dentro de filas coloradas ra enfrentar la coalición principista, “La fuer­ no pasaron de combinaciones electorales de za de ks ideas, Ja realización de sus aspira­ circunstancias. A comienzos de 1873, de regre­ ciones llevadas a la prácticá tenían necesaria­ so de su experiencia de} Club Libertad, el dia­ mente que operar esa descomposición química rio doctrinario confesaba: “El Siglo, que en se­ que hoy se verifica en e] cuerpo legislativo! tiembre se esforzaba por mantener al Partido separando en nuevas y distintas capas los ele­ Colorado unido bajo la bandera de la libertad, mentos homogéneos de uno y oteo partido”- * convencido hoy por la experiencia de la impo­ La experiencia legislatíva deslumbró sin sibilidad de la empresa, rompe todo vínculo duda a los principistas de). 73, empeñados en con las fracciones personales y tremola su bati­ transformar ks bases de nuestro compórfa- dera con profunda fe en que a la larga ha de miento político. En e} debate parlamentan«; vencer todas las resistencias y triunfar de todos se cifraba el alcance de las meipientes con­ los obstáculos:" quistas alcanzadas; “Comprobamos pues, cog Ahondadas las diferencias luego de {a elec­ lo que sucede en gl cuerpo legislativo, la era ción de Ellauri, que en cierto modo consigna­ de transformación y de progreso en que han ba la mutua derrota de principistas y netos én entrado los partidos políticos de nuestro país. A las luchas armadas suceden, las luchas de de exclusivismo y de persecución que han sido principios, a la razón brutal de la fuerza, la la semilla de todas nuestras revoluciones y fuerza irresistible de la razón, a la prepotencia guerras civiles, dominadas por las ideas de to­ del sableóla omnipotencia de la palabra. . . ” 65 lerancia a todas lasf opiniones y de respeto a Al promediar el año 73 vuelven a movili­ todos los derechos, y bajo su influencia los zarse las fuerzas políticas que ahora concurrí- . partidos enemigos coexistiendo al ampaírp de rán a las elecciones de senadores de noviem- las instituciones y desarrollando armónicamen­ . bre. La lucha que se anuncia promete asumir, te su actividad dentro de la esfera de su de­ desde la prensa doctrinaria, el carácter de una, recho sin choques violentos ni cataclismos po­ ejemplar contienda cívica. En su. transcurso, líticos. El orden sustituyendo a la anarquía; eí principismo vuelve a saludar con optimismo, la libertad al despotismo; la paz a la guerra renovádo los síntomas del advenimiento de civil. La libertad de la prensa, la libertad de una nueva época: "Derrame la opinión por to­ reunión, la libertad de sufragio proscritas y das partes sus manifestaciones, sean la prensa, perseguidas largo tiempo por los gobiernos la tribuna, los comicios, las grandes válvulas despóticos, coronando el edificio de nuestras ' que sirvan a expandir el espíritu público y instituciones políticas y sociales.” 68 entonces las aspiraciones encontradas de los Una incipiente conciencia civilista se ha centros públicos, no estando comprimidas, no gestado al amparo e influjo de esa bandera cu­ estallarán como antes con estrépito. La lucha ya acción fecunda, más allá de la capital, ha en el terreno tranquiló de la democracia, mar­ prendido en el interior de la república, donde ca evidentemente para nuestro país el adve­ hasta ayer no existían más que blancos y co­ nimiento de una nueva época. Son los viejos lorados. “La idea ha formado una escuela: la errores que se derrumban. Son las prácticas escuela ha engendrado el partido. La idea que que han hecho su tiempo, cediendo su lugar- le dio vida continúa animándole y atrayendo a ideas más patrióticas, y a principios más no­ a él nuevos prosélitos.” b les... Y ya nos parece oír a nuestros hom­ Así se operaba, paulatinamente, sin los re­ bres prácticos llamarnos ilusos y tachando de nunciamientos utópicos que proponía el radi­ paradojales nuestros juicios. Pero ¡cuidado! calismo, la transformación natural de los par­ Los hechos han de demostrar, tarde o tem­ tidos tradicionales por aquel “roce silencioso prano, quiénes son los que sostienen la verdad del tiempo y las ideas” que anticipara Julio y quiénes los que pagan tributo a vanas ilu­ Herrera y Obes. “Los hombres escépticos y siones.” 66 recalcitrantes al progreso de las ideas. . . nos El acercamiento entre las fracciones pfinci- decían cuando empezábamos a predicar estas pistas que realizan obra conjunta en la cámara ideas: «Ustedes se hacen ilusiones, no ven las sé estrechó acentuadamente durante el período cosas como son en sí; los hechos han de des­ electoral. En verdad, luego que eí partido con­ vanecer ese castillo de naipes que están uste­ servador ' hubo acallado, sus entusiasmos por des levantando. La transformación de los par­ la causa colorada y ante la identidad de miras tidos tradicionales no existe sino en la fanta­ con que junto á los nacionalistas apreciaban sía de algunos visionarios de la capital. Vayan los problemas del país desde la prensa y la ustedes a la campaña y verán que allí no hay cámara, venía a consumarse —de hecho— un principistas, nacionalistas, ni conservadores; entendimiento tácito que mancomunaba a am­ hay blancos y colorados como los ha habido, bas tendencias doctrinarias bajo una amplia toda la vida, nada más.» Callamos entonces y bandera principista. 67 esperamos... Lo único que dijimos fue: «Es­ “Entre dos años”; éste es el título del edi­ tamos persuadidos de que las elecciones no torial con que El Siglo saluda al año 1874 el se van a reñir como, ustedes creen entre blan­ 1? de enero. “El año que expira deja en los cos y colorados; sino entre principistas, y lla­ límites de la tumba como patrióticas ofrendas men ustedes como mejor les cuadre a los ad­ todos los abusos corregidos, todas las conquis­ versarios de principios»... Han venido las tas del progreso realizadas o consumadas en elecciones y los hechos han confirmado ple­ su transcurso. La arbitrariedad sustituida por namente. .. nuestras previsiones. No han sido el imperio de las instituciones, los gobiernos las divisas de la guerra la bandera de la lu­ personales, producto de la violencia y de la cha. Ésta se ha empeñado en un nuevo terre­ fuerza, cediendo el puesto a los gobiernos de no. . . Hoy han sido las luchas entre las tra­ principios emanados dé la voluntad nacional diciones y los hábitos del pasado y la necesi­ manifestada en el ejercicio del derecho de su­ dad y aspiraciones del presente. No se han fragio; el caudillaje prepotente abatido y de­ presentado aún los candidatos —como se pre­ rrotado en ambas orillas del Plata; las ideas sentarán un día— llevando en la mano su pio- grama político, claro y definido. Acabamos de. ma oposición que se hace al gobierno y se salir de la guerra civil. Han aparecido ya los completará el cuadro de abatimiento.” 71 J elementos del nuevo período que se inicia, Las dificultades financieras acentúan la de­ pero aún la sitüáción está en embrión. .. el presión a que aludía el ministro en su mensaje resultado de las elecciones ha demostrado que de enero de 1874. no es sólo en la comunidad de principios y de El Poder Ejecutivo, apremiado por el dé­ doctrinas. Ése es el verdadero lazó, el único ficit y por las erogaciones del presupuesto, vínculo, lo que forma y mantiene homogéneos e imposibilitado de lograr nuevos emprés­ y compactos los partidos.. Fuera de ahí no titos honrosos, propone soluciones . de emer­ hay más que intereses personales. . . ” 89 gencia (venta del Mercado Viejo y de los El ejemplo de los comicios de noviembre cuarteles, economías en el presupuesto, • ven­ del 73 era evidente, y el triunfo ideológico ta de la deuda pública afecta a la conver­ que eí principismo se atribuía resultaba in­ sión de los billetes bancarios). bajo forma de cuestionable. Se estaba en el camino más recto proyectos que las cámaras remisas no sancio­ hacia los gobiernos emanados de la voluntad nan con la premura que la situación reclamad nacional mediante el ejercicio del derecho de Un hálito de desconfianza entorpecía desde sufragio. 1S74 las gestiones del gobierno de Ellauri, cu­ Si bien la pregonada evolución no había yas peripecias económicas anunciaban un de­ jalonado todo el camino que le asignaba el senlace incierto. vehemente entusiasmo del órgano principista, El mensaje del Poder Ejecutivo del 15 de el año 73 marcaba una etapa de fecundo febrero consignaba: “La situación creada por aprendizaje civilista: “Las elecciones que eran el progreso sucesivo del déficit... cuya, in­ no hace mucho la acción de guerra o un sim­ fluencia sobre la marcha general de los ne­ ple movimiento militar dirigido por la volun­ gocios de la industria y el comercio, no es hoy tad omnipotente de tal o cual caudillo, son dudosa para nadie, se hace ya insoportablé; hoy un acto pacífico de la vida democrática y si ella pudiera prolongarse hasta fin de año, en que todos los ciudadanos y todos los par­ difícil será prever toda la gravedad de los tidos se disponen a ejercer un derecho con peligros con que amenazaría al país, y los arreglo a su conciencia libre. .. Prensa libre conflictos que produciría”. 72 que ilustra la opinión discutiendo todos Jos Culminaba así la funesta incidencia del año' candidatos; coexistencia pacífica de todos los anterior en las rentas nacionales. En 1873 se partidos y participación de todos ellos en los debió hacer frente a las. consecuencias de la trabajos electorales. .. todo ello es un triunfo, guerra civil; soportar una calamitosa crisis mo­ un gran triunfo dé nuestras ideas. . . Son las netaria y padecer una epidemia que comple­ doctrinas liberales las que triunfan. . . ” 70 mentó él descalabro con la consiguiente res­ tricción comercial. 73 . No obstante el paulatino áfincamiento de La ficticia prosperidad que había inmedia­ la prédica principista, el gobierno de Ellauri tamente' sucedido a la Paz de Abril con con­ estaba amenazado en su base económica por fiadas inversiones de valores y auge general de la estrechez de recursos. que heredara de las los negocios, al amparo de una confianza ilimi­ administraciones precedentes. tada en la paz y la coparticipación de los parti­ La situación financiera venía acusando un dos, se detiene bruscamente a mediados de alarmante desequilibrio. “Si el crédito del esta­ 1873. La aguda crisis comercial de ese año acu­ do se halla hoy debilitado —declaraba el minis­ só con creces, las ruinosas consecuencias de tro de Hacienda a comienzos de 1874— débese aquella inflación que en el graficismo de Eduar­ en primer lugar a la deuda pública que absorbe do Acevedo se traducía como “fiebre de los ne­ la mitad o más de las rentas, gracias a admi­ gocios en un organismo profundamente debi­ nistraciones despilfarradoras y derrochadoras, litado”. 74 Los precios ahora bajan, disminuyen a las locuras de muchos y a las luchas fre­ las importaciones y se extrema la reticencia cuentes en que hemos vivido. Un país de del mercado”. 75 El pánico sucede al optimis­ 400.000 habitantes que- deduce la mitad de mo, la retracción a la expansión, y desde sus rentas, o sea cinco millones de pesos para allí el malestar se proyecta hacia el. gobier­ el servicio de deudas viejas, no puede menos no. “Languidece el comercio —decía El Si­ de sufrir las consecuencias deplorables que es­ glo al esbozar las líneas generales de la si­ tamos sufriendo hoy; agregúese el atraso de tuación—, escasea el metálico; los bancos no la riqueza y de la producción nacional, la falta prestan; decaen los negocios y se siente para­ de una confiasza perfecta en la estabilidad de lización y malestar. Y como consecuencia de la paz, la crisis comercial y monetaria, la mis­ este estado de cosas se alza un clamor de queja y descontento, y en vez de buscar las cerrada oposición que cumplía en la cámara causas de la penosa situación que atravesa­ la bancada neta, condenando de plaño las so­ mos, sé acusa a los poderes públicos y con es­ luciones que frente al angustioso problema pecialidad al Ejecutivo porqué no pone reme­ económico arbitraba él Poder Ejecutivo. Ellau­ dio con linos cuántos decretos qué bagan ri, en efecto, presenta al parlamento dos pro­ afluir el numerario, renacer la confianza y el yectos de . emisión menor por los bancos en ' crédito.” 76 Las • calamidádés agropecuarias, én un plazo de once años, mediante el adelanto fin, con mortandad de haciendas y pérdida al estado de dos millones de pesos en oro se­ dé cosechas, complementan él cuadro sombrío llado a cambio de títulos de deuda pública. con que se inicia el año terrible de 1875. 77 La mayoría candombera desecha este criterio Fracasado el empréstito que sé había in­ y vuelve a insistir en la emisión por la junta tentado negociar en Londres, por sus desven­ dé Crédito Público tampoco viable cómo solu­ tajosas condiciones (Misión Pérez Gomar-Büs- ción inmediata. tamante), malogrados los proyectos discutidos Eñ el clima dé violencia que margina aque­ en la cámara durante el período anterior y llos últimos días del régimen, el doctor Pedro menguadas las rentas nacionales por los efec­ Bustamante asume, la defensa de] proyectó del tos de la crisis comercial, el Ejecutivo se ve Poder Ejecutivo freñté a la indiferencia hostil abocado a una inminente bancarrota. o la intransigencia agresiva de la oposición ne­ Ellauri encomienda la cartera de Hacienda ta. 78 En su incisivo discurso denuncia las ma­ al doctor Pedro Bustamante, que ya la desem­ niobras de la mayoría personalista de la cámara peñará eñ los albores de la crisis del 68. . El contra el Poder Ejecutivo, y el ímpetu avasa­ flamante ministro asumía en setiembre sin fon­ llante de esa facción, que a esa altura ya no tre­ dos en la tesorería ni recursos para arbitrarlos, pida en “imponer los ministros al Podér Ejecu­ a fin de cubrir los gastos del presupuesto de tivo”. Escéptico en cuanto al principio de la los dos meses anteriores (julio y agosto). Ven­ emisión menor —al que se opone en teoría— Bus­ ciendo dificultades de toda índole pudo abo­ tamante le sostiene ahora a todo trance cual narse él remanente. Pero continuaba en pie el obligada transacción con la realidad. Luego problema de los meses subsiguientes. Improbos de demostrar la necesidad del proyecto como esfuerzos cumplió el ministro Bustamante con imposición de circunstancias, mide, con alcan­ miras a la salvación económica dél gobierno ce de profecía, el destino que aguarda al tam­ de Ellauri; empero, todas süs gestiones, más o baleante gobierno: “Quiero suponer, señor pre­ menos viables en principió, epilogaron en el sidente, que esta hipótesis va a realizarse; que fracaso. el proyecto del Poder Ejecutivo va a ser de­ El Ejecutivo convoca a la Asamblea Gene­ sechado y que el proyecto de la minoría de ral para ün período extraordinario, haciendo la comisión va a ser sancionado. ¿Qué suerte présente en el mensaje la impostergable ne­ le queda a este proyecto? Y me intereso, se­ cesidad de procurar recursos para cubrir el ñor presidente, doblemente por ello porque déficit y establecer uñ cierto equilibrio entre podría también preguntar: ¿qué suerte le que­ loS ¿gresoS e ingresos en los últimos meses da al Poder Ejecutivo?... ¿Cuál va á ser la dél año en cursó. No obstante se cierra el situación del gobierno? Desechado el proyecto año 1874 con un déficit de § 3:632.000. del Poder Ejecutivo (sancionado por el sena­ Para los enemigos del principismo la co­ do) por'la Cámara de Representantes, dese­ yuntura era por demás propicia al inculpa- chado él proyecto de la Cámara de Represen­ miéntó dél gobierno doctrinario. A la sombra tantes por ‘ el honorable señado, ¿qué que­ de la crisis, especulando con la opinión des­ da?. .. Nada. Y si queda nada, ¿qué viene?... concertada y coii la inercia de Ellauri, se ar­ Creo que valé la pena pensar en eso un poco! maba entretanto el brazo de la reacción. Esta situación es ya sin nombre; será una si­ A principios de 1875 el asesinato del Te­ tuación sin remedio constitucional. . . ” 70 niente Romualdo Castillo —de filiación princi- La diagnosis del estado político y finan­ pista— configuraba un cercano anticipo de ciero de la república que traza Pedro Busta­ la conspiración que se cernía sobré el país. mante, envuelve el último alegato del princi­ La prensa opositora, desde La Tribuna, El pismo,. aferrado ál gobierno de Ellauri. Uruguay, La Patria y también -aunque con El comentario de El Siglo, insistía en las otras miras— desdé La Democracia y La Idea, consecuencias del vacío que se abría ante el vapuleaba sistemáticamente al gobierno sub­ gobierno: “Rechazando en general la Cámara rayando su inercia, su inadecuación a la rea­ de Representantes él proyecto del senado, ha lidad y su ineptitud frente a la crisis econó­ declarado que no qüiere ocuparse del asunto, mica.'A la campáña periodística se sumaba la es decir, ha declarado que nó quiere dar recur- sos al Poder Ejecutivo. ¿Qué vendrá dé ésta 2. Discurso de Eduardo Brito del Pino, 13 dé sitüációñ?” sü La ágoñía económica dél régimen abril de 1872, en El banquete dé la juventud, Colec­ ción de los discursos pronunciados en él Bátiqüété qué se proyecta sobre lá armazón vital de las insti­ tuco tugar en la nóclie del 13 dé abril de 1872, Mon­ tuciones. Anté lá indigencia total de recursos, tevideo, 1872, p. 47. sé desquiciaban los resortes de lá administra­ . 3. No Itaij que alarmarse, én El Siglo, Montea ción, cuéstioñálidOse dé nueve. las conquistas video, i i de abril dé 1872, ñv 2220, 4. El Banquete de la Juventud se llevó a cabo que él civilismo había empeñosamente consa­ en lá nobhe del 13 de abril de 1872 én el gran salón grado. de la Confitería Oriental. Seguii él testimonio de Lá Con los sucesos que cubren la primera Paz, “concurrieron doscientas personas jóVénes y al­ quincéna dé éñéro de 1875 se abrevia él colap­ gunas que Uo lo eran y fueron invitadas igual”, Lá comida sé sirvió luego dé lás séis de lá tarde y a las so prineipista. Los incidentes electorales del 1? siete Carlos María Ramírez pronunció él primero dé de enero y la sangrienta jomada del 10, no ba­ los discursos qüe se prolongaron durante cuatro horas. cán sino precipitar —como concurrentes violen- Hicieron riso dé la palabra: Garlos Maria Ráiüírez, ‘ tos— él desenláce qüé había previsto Pedro Carlos Ambrosio. Lerena, Alejandró S, de Züinarañ, Da­ niel Muñoz, él corone] Emilio Vidal, Emilio Romero, Bustamante. . ' Julio Herrera y Obés, Pablo Dé Mariä, Gonzalo Ra­ En los prolegómenos del motín, el princi- mírez, Jüan A. Ramírez, Florencio Escardó, Francisco pismö, vüélvé ä presentar üñ frénté único dé Estrázulás, Eduardo Brito dél Pino, Miguel Hérréfa lucha ä lös grupos netos qüé se disponen á y Obes, Eduardo Dé Macchino [sie], Manuel Berdier, A. García Lagos, Jaime Estrázulás, José Mariä GáSté^ avasallarlo. El Siglo, La Democracia y La Idea llanos, Alfredo Castellanos, Ildefonso García Lagos, Jo­ aglutinan uná vez más a conservadores, nacio­ sé Pedro Varela. Jacóbd A. Várela, José María Muñoz, nalistas y radicales. 81 Ernesto Velazco, Auréliáiió Rodríguez, Leoncio Correa, Montevideo vive en un clima de zozobra Antonio Carvalho, Jorge íbarra, Jbsé Pedro Ramírez, • Pablo Goyena y Segundo Flores. (Cfr. El banquete de cuya atmósfera tiñe de subida violencia la la juventud, etc., cil.; La Paz, Montevideo, 16 dé simple elección de Alcalde ordinario y De­ abril de Í872, n* 355.) v fensor dé menores; En Ocasión dél áCto va a 5. El Siglo, Montevideo, 12 de abril de 1872, librarse el último enfrentamiento entré las frac­ ni 2221. ciones personalistas y los grupos doctrinarios; 6. Las consecuencias de las ideas, én Él Siglo, Montevideo, 15 dé mayo de 1872, n i 2244. Está en juego la vigencia del sistema qüe ha 7. La Paz, Montevideo, 9 dé mayó dé 1872, n* postulado él pfincipisiho, asi Como el ensayo 331. dé convivencia política, de garantías individua­ 8. Manifiesto dél Club Radical, Montevideo, 30 de mayo de 1872, en Lá Paz, Montevideo, 2 dé junio les y dé libertad electoral planteado a partir de 1872, n? 349. / . - / „ de la Paz de Abril. “Ño es cuestión de blancos 9. Lá Paz, Montévideo, Ö dé mayó dé 1872* y colocados, subraya El Siglo no és cuestión de nv 831. partidos lo qüe vá a debatirse, los qüe procla­ 10. Ibid. ' ■ . . man lo contrario falsean a sabiendas la ver­ 11. Ibid. . v:.;''./ :■ láy El Siglo en el período dé lucha, en El Siglo, d a d .., Se trata de una cuestión puramente Montévidéó, 5 de mayo dé Í872, &i 2237. SOCial.” 82 v . 13. La retíñión se éfectuó el 20 dé mayó en él Después dé lös sucesos dél 10 dé enero en Teatro Nacional, asistiendo, según, cálculos dé ¡ Él- Sí¿ la Plaza Matriz, el vacío de poder es ya defini­ glo, unos quinientos ciudadanos. José Cándido Bus­ tivo La intransigencia que a última hora le- tamante propuso como nombré Club dé lá Unión déí Partido, pero losé Pedro Ramírez y Jülip. Mérréra y rrjüesfran algunos sectores 1e. prinHpísni m- One- ¿ii senda- Jriciirsós ,iié reivindican ios deréchos señados contra lá ititOridad le El laur contri­ de j .rtido jo . orado, recuerdan sü ejecutoria, exaltan buye aun a apurai el derrumbe del gobierno, lös principios liberales qüe idéñtificáñ ál párttdó ají la Defensa y proponen él nombré dé Club Libériád, facilitando la alternativa del golpe militar. Se decidió que llevase tal denómiriáción y él acta dé Gört el mótín dél L5 de ehéro. el civilismo adhesión qtíedó a dispbsiciór dé íós interesados éñ sufría una de su más -onadas derrotas Lo- par­ las imprentas de La Tribuna y Él Siglo, .(Cfr.: Lá tidos personalistas definían a su favor la cri­ reunión popular, en El Siglo, Mó’ video, 21 dé má- sis política de ¡875; pero i cambio de su efí­ yo de 1872, nv 2249.) ■ Al día siguiente, el órgano colorado prineipista daii- mera imposición surgía -encamado en el ejér­ do cuenta de ios resultados qué süfgíáñ dé la .reunión cito dé línéá— ün nuevo centro dé poder qüé popular, présentaba. i modo de tnbólicO e§pldäiäzö? durante una larga década imprimirá su depri­ las credenciales con qué sragiá la hueva agrüpáéióñ política: “Él Club Libertad, ño es im grupo aislado dé mente sello a la evolución institucional del ciudadanos ni es úna asociación de determinadas in­ país. dividualidades, es el partido colorado qúé sé reúne en un propósito común, es el partido colorado qüé NOTAS se organiza y qué se hiergue [ticí adoptando por lema la mágica palabra Libertad que ha sido lá dei­ í. Gfr¿: Juan É. Fivéí Devoto,. La hora dél ptin- dad de sus ó .das y el ideal dé sus aspiración és cipism o, éñ Marchó, Montevideo, 9 dé setiembre dé y levantando en alto la bandera qüé íégarOñ ä sus 19419, hijos los héroes de huéstra ope'-a legendaria.. . Lá batalla decisiva que va a librarse debe encontramos 21. Nuestro propósito, en La Democracia, Mon­ unidos en una única idea y en un propósito patriótico tevideo, 1* de junio de 1872, ni 1; común y si las lamias de nuestros adversarios se 22. Manifiesto del Club Nacional, Montevideo, La quebrado ante los cuadros de nuestra ■ infantería, 7 de julio de 1872, en Biblioteca Nacional, Monte­ hoy igualmente las maquinaciones reaccionarias han video, Colección Melián Lafinur, t. 108, y en La d e . estrellarse contra el cuadro c i to de nuestras Democracia, Montevideo, 9 de jubo de 1872, nv 36. voluntad r En los momentos solemnes que atravesa­ 23. Situación de los partidos, en El Siglo, Mon­ mos, cuando vamos a jugar en el palenque del libre tevideo, 4 de diciembre de 1872, nv 2408. Sufragio nuestra legitima preponderancia en la direc­ 24. n Arando como el mosquito, en El Siglo, Mon­ ción- de los destinos nacionales, s- ' antipatriótico y tevideo, 19 de enero de 1373, nv 2454. funesto preparar la disolución de nuestros elementos 25. El programa del Club Radical, en La Dem o­ y la lidá de nuestras fuerzas con esas rivalidades cracia, Montevideo, 2 de junio de 1872, nv 2. siempre mezquinas y si mpre condenables que han 26. Carta de ¡osé > Pedro Ramírez a Juan Carlos comprometido tantas veces el triunfo necesario de las G óm ez, Montevideo, 20 de octubre de 1872, Cues­ buenas causas... Creyentes de un dogma político, tiones Orientales, en El Siglo, Montevideo, 20 de soldados de uñ partido, usaremos de un derecho irre- octubre de 1872, n« 2370. nundable quemando un cartucho contra las dos agre­ 27. Se advierte asimismo cierta condescendencia gaciones -políticas- que se presenten en el .campo —de . circunstancias— hacia el sector personalista que disputándonos la'corona de los triunfadores: el partido acompaña al grupo conservador en el Club Libertad: viejo de los blancos y el partido nuevo de los fu- “El Siglo —dice el órgano principista colorado— for­ aionistas.. ." (Cfr.: El Clu’ Libertad, en M Siglo, mará en las filas del partido político que desde 1843 Montevideo, 23 de mayo de 1872, nv 2251.) viene manifestando en medio de las luchas más bas­ 14. Cfr.: E l Siglo, Montevideo,’ 23 de mayo de tardas y de los errores más lamentables y de los ex- 1872, n* 2251. tr i úos más dolorosos, una tendencia constante hacia 15. Cfr.: La unión, hace la fuerza, en E l Siglo, establecimiento de gobiernos legítimos que hagan Montevideo, 1« de junio dé 1872, no 2257. una verdad de las instituciones liberales que nos ri­ La agrupación que encabezaba Francisco Bauzá gen, ' en otros términos, El Siglo servirá la causa —consigna Pivel Devoto— de filiación católica, recha­ de la comunidad política que ha sido llamada por zaba la unión con el grupo principista que obedecía razón de sn distintivo de guerra el partido colorado”. a las directivas liberales. En ese-, sentido condenará, (Cfr.: El Siglo, Montevideo, 15 de junio de 1872, n? junto al Obispo Jacinto Vera, la Profesión de Fe Ra­ 2274 y 5 de mayo de 1872, n 349. 32. (Cfr.: La anarquía, en La Paz, Montevideo, 19. Programa dél Club Radical, Montevideo, 30 24 de noviembre de 1872, nv 488). de mayo de 1872, artículo 2

HÚMERO 58/ FEBRERO »72 ü . 50. Candidatura a lá Presidencia de la República El Siglo apuntaba: "Montevideo entero piiedé dái del ciudadano Dr. D. José María Muñoz. A nuestros de o fe: jamás sé ha visto én está ciudad; ni éh él Compatri .tas y correligionarios políticos: Nuestra linea caso de acontecimientos patrióticos aia manifestación de conducta en lá crisis actual está por el programa más espontánea; más ninni i y en la cuál hayan político que nos ha servid de bandera en la lucha estado reunidos como está vez los divérsoá éléméntos electoral;. ese programa que consagra nuestras aspira­ de eSa colectividad qüé se llama pueblo. Más dé 3.000 ciones y réspoñdé á lás grandes exigencias de lá época p^ onas se congregaron én la plaza pública ä lá sola . a un candidato dignó y capaz por sus virtudes y süs invitación anónima publicada esta mañana en La Paz, talentos, ié hacer efectivas aquellas patrióticas aspira­ La D acracia y éste rió ./." (Gfr.: E l Siglò, ciones... nos hemos acercado al ciudadano D.- José Montévideó, 28 de febrero de 1873, né ¿479:) M? Muñoz a fin dé obtener, como hemos obtenido de La Paz fécógíá en su editorial las pálábras pro­ su parte, la fránca manifestación de los propósitos fun­ nunciadas por Muñoz desde lös balconés de sü resi­ damentales que llevaría al gobierno de la República... dencia: “Gobernaré; dijo contestando a imo de las jó­ Según sus propias declaraciones el ciudadano D. José venes oradores qüe le había dirigido la palabra; go­ M. Muñoz sólo subiría al poder para hacer un go­ bernaré si füesé elévado a lá priméra magistratura bierno, nacional sobre la basé dél estricto cumplimiento del páís, gobernaré con el pueblo y por él pueblo” de la Constitución de la República; para iniciar y de- (Gfr.: Lá Paz, Montevideo; 28 dé febrero dé 1873, sárfóllár nriá política dé reparación, dé paz y de con­ n» 567). cordia y para convertir en una verdad práctica el Después dé lá derrota, José Maria Muñoz, un régiméh de igualdad y de justicia, dentro del. cuál to­ documento qüé enaltece la austeridad cívica a è su dos los elementos nacionales éstáñ llamados a frater- carácter, manifestaba a Süs conciudadanos : “Verifi­ • nizar en lá labor común de la civilización y del pro­ cada la elección de presidènte de la república: debió greso. Por los antecedentes de su vida pública de quin­ a mis conciudadanos y al país én générál la mani­ ce años a esta parte, por las condiciones de su carác­ festación dé ini más alta gratitud por él alto hbñór ter persona] y por las seguridades que ha dado antes con que ha sido favorecido mi nombre por todos lös de ahora, creemos que él ciudadano D. José M? Mu­ órganos de opinión pública q- ° han dado a mi can­ ñoz, responderá en la Presidencia de la República didatura la significación de las más nobles y patrió­ tanto como puede exigirse en la situación presénte, ticas aspiraciones. El país no sé engañaba: yö habría a lás legítimas aspiraciones nacionales.. . Declaramos llevado al poder público el contingente dé lá íiiás que nuésfro candidato a la Presidencia de la Repú­ leal y decidida voluntad dé entrar de lléüO én la blica e s ’el ciudadano D. José M? Muñoz. Juan P. era de reorganización política y social que me im­ Carama,' Octavio Lapido, Bernabé Carada, José Váz­ ponía la opinión pública. A los adversarios de mi quez Sagastume, Juan José de Herrera, Joaquín Re­ càndida tura debo manifestarles que, reconociendo jus­ quería,, Ricardo Alvarez, Carlos Lerena,- Agustín de ticia en varias de sus apreciaciones respectó a mis ap­ Vedia. (Cfr. La Democracia, í '-'ntevideo, 20 de fe- titudes dé hombre público, han Sido muy injüsíós én i>r ro de 1873, rfi 217.) suponerme una ambición müy vülgár y en negarme 51. La prensa priricipista invitaba al pueblo pa­ las cualidades dé buen ciudadano dispuesto siempre ra la manifestación en apoyo a la candidatura Muñoz, a prestar a la patria los, servicios qué están én la con estás expresiones: Se “convoca a todos los habi­ ésfera dé mis facultades. Dé las calumnias é insultos tantes de lá capital sin distinción de nacionalidad ni que se mé hán dirigido durante la discusión dé mi de extremos, ni de opiniones políticas que simpaticen candidatura, no he tomado rióla. Lamentando, en mi con la candidatura del Dr. José María Muñoz para papel de ciudadano, qué hayan sido defraudadas las presidente dé la República. Las m.-nifestaciones po­ espèrànzas del páís y haciendo votóS por sü felicidad, pulares dé la clase y con el objeto de la que hoy espero que él señor director dé Lá Paz se sirvá dar debe efectuarse, son uná consecuencia necesaria del publicidad a estás lineas én el periódico qué ha sido principió democrático de gobernar con la opinión pú­ lino dé lós primeros y el más genuino órgano dé la. blica. .. Nadie puédé ser indiferente a la crisis po­ proclamación dé mi candidatura. José María Muñoz. lítica porque atraviesa él país y que va a resolverse Montevideo; 5 de marzo de 1873.” (Gfr.: Lá Paz, con la elección de presidente de la República el pró­ Montevideo, 6 de marzo de 1873; V> 572;) ximo lude marzo... El objeto principal de la mani­ 52. “Uno de los candidatos de El Siglo, él doc­ festación filé pónér de manifiesto, hacer visible y tor José E. Éllaüri, ha sido electo presidente a w ¿ tangible lá popularidad de la candidatura del Dr. titucional dé la república pör -’na mayoría dé 30 José María Muñoz qué sus necios ad efsáriós-con su votos contra 19. Los 30 votos han sido lös 23 goirièh- impotencia para combatirlo bajo el punto de vista de soristás unidos a los 7 éllauri^às qué existen èri la sus talentos y virtudes, han dado éñ llamar can- Asamblea Generäl. Lös 19 votos én contra hán sido didaturá dé familia.. . El único objeto real y posi­ los 9 representantes nacionalistas qüé söiiteniäa là iäin- tivo de i manifestación de ho- es evidenciar que didatura. Muñoz y los 10- Conservadores qiié sOsténíán el voto dé la Asáinbléá responde y es fiel intérprete las candidaturas alternativas de Muñoz y Ellauri Éste de la voluntad nacional... Al. mismo tiempo la ma­ resultado ci tradictorio; de aparecer él doctor Ellauri nifestación de hoy es el mejor desmentido que podemos sostenido por sus adversarios naturales y de. Corazón, dar _ los que nos atribuyen la rid>cu!-> - contra sus amigos y correligionarios verdaderos, se de­ q lerer imponer al país nuestras ideas individuales y be a las evoluciones é intrigas de última hora. Là can­ nuestras simpatías de fa ilia y té amim.rl” tOFr.: didatura Ellauri hábía sido de hecho eliminada áyér E l Siglo, Montevideo, 27 de febrero de 1873, n? 2478.) durante el día por no ser posible formarle mayoría Comentaba La Democracia si día siguiente de la en el cuerpo legislativo. En vistá dé ésto y de la manifestación: "El gran meeting de ayer hará época resistencia públicamente manifestada dél doctor Élláuri sin duda en la República. Támás se ha visto reunión para ser llevado a la presidencia de la república, sus pública más numerosa y escogida, y en pocas ha re- amigos hicieron Converger todos sus trabajos péra im­ sú’tado Ciertamente mayor espontaneidad y entusias­ pedir el triunfo dé la candidatura calamitosa dé D.l mo. El comercio tenía en ella süs más dig os repre- Tomás Gomensoro, concurriendo a fortalecer la dél f . tantes, los partidos se encontraban allí confundi­ doctor Muñoz qüe el país enteró ¿clamaba y qüe dos. .." {CSx.: La DerriocrOcia, Montevideo, 28 de cóñtabá en la Ás¿fnbléá con üri friérté núcleo dé 9 febrero de 1873, a? 222.) nacionalistas. Eñ OonseéüéñCiá, se (éóñtrajércm éompñk. misos qué una vez contraídos no era posible rompei m os... Dejar ál doctor Eli .uri éa él vacío és decre­ honorablemente. Cuando los gomensoristas, que ha­ tar la ruina de la patria... Creemos que el doctor bían cantado su triunfo jactanciosamente, se conven-’ EÜatiri no ha sido franco en sus procederes; creemos cieron le qué estaban perdidos; cuando vieron que que es justísima la censura qué guardan nuestras ■ al­ loS sostenedores dé !á candidatura Muñoz resistían él mas para la conducta del correligionario y del ami­ cohecho con que se lés quería arrastrar a la candi­ go... El doctor Ellauri, como hombre, cómo amigó, datura Gómeñsoro, armónica hasta él último momenti' nonio candidato, podrá merer»- quizá lás más adver­ en sus. fines y propósitos,, ciiárido vieron al fin qué sas y las más justas acusaciones; pero él doctor Ellauri las véhémentes aspiraciones del país iban a sei col­ como funcionario; como autoridad pública, merece madas con la presidencia dèi doctor Muñoz, echaron nués acatamiento y,nuestro icurso mientras cum­ a un rincón al señor Gomensoro y levantaron la ;án- pla fielmente su programa y ejerza el poder qué él didatura del doctor Ellauri, como una estratagema pueblo le há confiado, dentro los limites de la párá obligar a los ellauristas a desprenderse de los justicia y ,1a ley... Abandonando al doctor Ellauri, muñózistas y. llevar a los nacionalistas; poi odie a i , ibatiéndolo. sistémáticámente; Haciendo imposible su Ellauri, a la candidatura arruinada de Gomensoro. gobierno regular y tranquilo, sólo una perspectiva sa En momentos de entrar ä la cámara el señor Camino divisa lúgubre y vergonzosa: ó ei gobierno dé dòli aseguraba a tos nacionalistas sostenedores de Muñoz Tomás Gomensoro o él gobierno, de dóh Pedro Vá­ que no tenían compromiso álgünó por Ellauri y los rela: Es decir, cuatro años dé desorden, dé èorfup- instaba con la aineuáza del triunfo ele . éste a que se cióh y de anarquía. (Ctr.: Posiciones definidas. unieran ,a los gomensoristas; garantiéndoles él triunfo P. D. M., en El Siglo, Montevideo, 5 de marzo dé de la elección. Si ios muñózistas hubieran aceptado, 1873, m? 2482). el pastel estaba hecho; los gomensóristás volvían a su Y en el mismo número, el articulo editorial cón- candidato de corazón y dé intereses . ós tignaba: “Politicamente h que nos cohtráriábá era quedaban burlados y el pais estaba perdido. Pero por que el doctor Ellauri, que hasta el lo dé marzo fi­ tortimi, »os ntiévè representantes nacionalistas recha­ guraba al frénte de éste diario como candidàto a la zaron lá proposición, declarando qué serian fieles al presidencia de la república, hubiera sido elevado ál compromiso contraído .con lós conservadores pitia sos­ poder por el elemento más desprestigiado del país, tener lä candidatura del doctor Muñoz, y esto descon­ sirviendo para vencer la candidatura dél doctor Mii- certó Íós plañes siniestros ,y falaces de los. candom­ ñoz y con, ella ej elemento sarió qué lá sostenía: El beros... Así és como ha sido électo el doctor D. triunfo del partido personal o candombero èra pues Jóse È. Ellauri presidente de la república; con sin­ negativo; se redücía ¿ haber impedido que. triünfásá cera alegría de sus adversarios, por necesidad y de 1 candidatura del doctor Muñoz... Todás lás dudas circitásianciás, y. con verdadera räbia y despecho de que aún pudiesen abrigarse a éste respectó, están des­ sus electores por fuerza. . . ” ( Ctr. : La elección jjjirér vanecidas en el manifiesto que él nuòvo presidènte de sidencial, en El Siglo, .Montevideo, 4 de marzo de la república acaba de dar al pueblo. . . E1 dóctòr 1873, n? 2481.) Eliáuri sé apresura a deci \r ál país qtiè no tiene 53. El doctor Ellauri dirige un manifiesto al pue­ vínculos dé ningún genero con el elemento que en blo éxplidáhdo la situación: “Creia yo y creí since­ fi rzà' dé la necesidad ha concurrido a elevarlo à la ran-ènte cuándo llegó á mí la noticia de que había presidencia de la república, así comò declara también sido èlècfò presidente de la reñública, que la inipo- ■" crii , la èfééheià de qiie no contaba con pi >po- n teheiá dé las dös fracciones en r¡iie estaba dividida del elemento inteligente y sano de su partido. lo que la Asafribléá había impuesto aquella transacción de' lo inducía a presèntar là renuncia. dè sii cargo... .” última hora, péro comprendiendo, que en esas .condi­ (Off.: La nueva situación, en El Siglo, Montevideo, ciones mi Candidatura. nò podía renreseritar la volun­ 5 de marzo de 1873. n» 2483). Y el diàrio conser­ tad de lá máv.oria dé lá Asamblea ni contar acaso con vador abría enérgica campaña eh siis páginas, lá dé el concursó dé la • opinión pública. elevé en el acto apoyó decidido a las nuevas autoridades: “El elemento mi renuncia de .tan elévádo cargo”. (Gfr.i A mis con­ personal está vencido. Ès la gènte decente y honora­ ciudadanos y cd país, éh 6/ • Siglo. Montevideo. 4 de ble, ilustrada e inteligente, là que asume lá direc­ marzo de 1873, ni 2481). ción de los destinos públicos... Por odió al doctor 54. ,. A rni-j conciudadanos y al país, José E. Ellau­ Muñoz se han plegado al doctor Ellauri, á quien han ri, éh El Siglo, Montevideo, 4 de marzo dé 1873, combatido ardientemente.. . Aceptamos ál doctor no 2841. Ellauri . cualesquiera que hayan sido lás circunstan­ 55. :Lfl situación, éh El Siglo, Montevideo, 4 de cias de su elección; lo aceptámos y fódéaihós lá au­ marzp de. 18*73, h1? 2481. toridad que inviste, no sólo por haber sido uno dé 56. Dirigiéndose a la cámara decía el doctor nuestros candidatos, sino porque llama á sii lado a José Pedro Ramírez: “El hecho era siuriàinente grave: un ministerio digno y honorable y porqué representé importaba uh acto verdaderamente censurable, verda­ desdé ahora su gobierno el impèrio de lás institucio­ deramente digno de represión y de castigo. (Gfr. nes y. sobre, torio, el predominio del élemento sano Diario de Sesiones de la Cámara de Representantes de del país...” (Ctr.: Los sucesos de hoy, éh E l Siglo, la República Oriental dèi Uruguay, t. XVIII, p. 136, Montevideo. 4 de marzo de 1873, n? 2481). Montevideo, 18791. 60. José María Castellanos y José Pedro Varelé 57. La interpelación, en El Siglo, Montevideo, 6 discrepaban sustaneialménte resnécto a lá actitud á de marzo de 1873. nV 2483. asumir frente al gobierno de Ellauri. “No creó —le 58. Ibíd. decía Castellanos— mie lina propaganda como la qué 59. Escribía Pablo De María en El Siglo el 5 usted ha iniciado sea la que convénga á lós intere­ de riiárzó: “Dos opiniones antagónicas camnéan entre ses bien entendidos del pais ni á los de la asóciáción los hombres dé principios. Los unos quiéren abando­ de que Eormámós parte ;.. no creó con usted qüé el nar, el nuevo gobierno, v sóbr- él la responsa­ doctor Ellauri sea el representante de lá más absiifdá bilidad de todas las calamidades. Los otros están dis­ intransigencia de partido, dél niás refinado egoísmo puestos a rodearlo y compartir con él la dirección de politico y de lás más estrechas ideas. Y nié fundo Jos negocios públicos. mientras sé conserve fiél a Su para no pensar como usted —' niié nuestro común magnificó programa dé principios. El partido conser­ amigo Carlos María Ramírez o Gonzalo, su hermano vador forma resueltamente en las filas de éstos últi- (que no1 téñgo presente en esté momento cuál de los dos ha sido), me decía hace poco tiempo: que partido?... Las descomposiciones y agrupaciones de estaban tan modificadas las ideas de Ellauri que le ; las fracciones políticas no se verifican con esa rapidéz había oído decir: estaba convencido que no se po­ instantánea que. el colega cree posible, porque los par­ día hacer buen gobierno sino prescindiendo, de los tidos se componen de doctrinas y de hombres, y fetos antiguos partidos... El doctor Ellauri no era el can­ tienen hábitos y pasiones que retardan el efecto de didato del candombe, el candombe lo ha elevado por­ la solución de las ideas. Por eso los fenómenos polí­ que veía perdida su candidatura," Concluía Castella­ ticos requieren siempre tiempo para producirse, y eso nos afirmando que a Ellauri no le unía ningún com­ explica la aparente anomalía que El Uruguay encuen­ promiso con los elementos personalistas. (Cfr.: Él doc­ tra." (Cfr.: A yer y hoy, en El Siglo, Montevideo, 8 tor José María Castellanos, en La Paz, Montevideo, de octubre de 1874, n® 2945.) . > 3 y 4 de marzo de. 1873, ni 570.) 72. Eduardo Acevedo, Notas y apuntes, Contri­ 61. Carta de José Pedro Varela a José Marta bución al estudio de la historia económica y financie­ Castellanos. El doctor José María Castellanos, en La ra de la República Oriental dél Uruguay, t. I, p. 252, Paz, Montevideo, 3. y 4 de marzo de 1873, ni 570. Montevideo, 1903. 62. Los partidos orientales, en El Siglo, Monte­ 73. Mensaje del Poder Ejecutivo, Montevideo, 15 video, 18 de octubre de 1873, ni 2662. de febrero de 1874, en Eduardo Acevedo, N otas y 63. Proyectos importantes, en El Siglo, Monte­ apuntes, etc., cit., t. I, p. ,272. video, 14 de marzo de 1873, ni 2490. 74 Ibid., t. H, p. 240. 64. Transformación y progreso de las ideas polí­ 75. Ibíd. ticas, en El Siglo’, Montevideo, 10 de julio de 1873, 76'. El Siglo, Montevideo, 30 de agosto de 1874. ni 2581. 77. “Según una comisión especial de la que for­ 65. Ibfd. man parte los señores Domingo Ordoñana, Lucas' He­ 66. E l Siglo, Montevideo, 17 de agosto de 1873, rrera y Obes y Enrique Artagaveytia, de 1872 a 1874 ni 2612. la riqueza agropecuaria sufrió una mortandad de seis 67. Cfr.: Los partidos, en El Siglo, Montevi­ millones de ovejas y corderos, dos millones y medio deo, 23 de octubre de 1873, ni 2666; Partidos, nom­ de vacas y temeros y cien mil yeguas y potrillos... bres y divisas, en El Siglo, Montevideo, 6 de no­ Es necesario agregar que en 1874 se perdieron casi viembre de 1873, ni 2677; Candidaturas en Soriano, totalmente las cosechas de maíz y trigo avaluadas en en El Siglo, Montevideo, 13 de noviembre de 1873; un. millón y medio de pesos. (Cfr.: Eduardo Acevedo, ni 2683; Cerramos las filas, en El Siglo, Montevideo, Notas y apuntes, etc., cit., t. n, p. 244.) 15 de noviembre de 1873, ni 2685; Aspectos de la 78. Así denominada en razón de su ubicación lucha electoral, en El Siglo, Montevideo, 2l de no­ en la sala de sesiones. viembre de 1873, ni 2690; Las elecciones en Soriano, 79. Pedro Bustamante. La última batalla política en El Siglo, Montevideo, 27 de noviembre de 1873, y financiera dél gobierno del doctor Ellauri, Páginas ni 2695; Las elecciones del Durazno, en El Siglo, Mon­ o'oidadas, en Revista Nacional, n® 146, p. 296. tevideo/27 de noviembre de 1873, n? 2995; Saluda­ 80. La cuestión recursos, en El Siglo, Montevi­ mos al porvenir, en El Siglo; Montevideo,' 17 de di­ deo, 8 de enero de 1875, n® 3020. ciembre de 1873, ni 2711; La Democracia, Montevi­ 81. El 6 de enero tiene lugar la reunión de la deo, noviembre de 1873, todos los números. Barraca Eolo, a la que concurrieron —según. El Si­ 68. Entre dos años, en E l Siglo,. Montevideo, l i glo— más de 500 personas. “Militares y simples ciu­ de enero de 1874, ni 2723. dadanos; hombres de todos los partidos siii abdicar 69. La excepción confirma la regla, en El Siglo, de sus respectivas convicciones se encontraban allí Montevideo, 13 de enero de 1874, ni 2731. identificados con la grandiosa idea de defender la li­ Según la prensa pfincipista, los netos se negaban bertad electoral... No se trataba de . pactos ni de a reconocer la transformación que se venía operando ligas, ni de fusiones ni de bastardos acomodamientos en los partidos políticos orientales. Anota E l Siglo: personales... No se exigía a ningún ciiidadano que “Es singular lo que acontece en la esfera política. abdicase de sus convicciones... ¡Nol Eran hombres Los órganos de los colorados y blancos netos, como y no máquinas los que se reunían. Eran ciudadanos si obedeciesen a una misma consigna, niegan resuel­ libr-s e independientes y no instrumentos ciegos sin tamente la radical transformación que ha sufrido la voluntad los que se asociaban para llevar a cabo la división y clasificación de los partidos en la república. más grandiosa obra d" civismo de la época actual. Para ellos aquí no hay más que blancos y colorados. Al la reunión el docto: Dupont. redactor de La Y entretanto, ellos mismos, a despecho de sus afir­ [dea. . . El doctor Muñoz, como presidente, abrió el maciones, dan con su conducta testimonio de lo con­ acto, interpretando en su aplaudido discurso las ideas trario. La Tribuna y La Patria se dan la mano y y los sentimientos que animaban a todos los ciudada­ combaten a La Democracia y a El Siglo." (Cfr.: El nos congregados. Hicieron us sucesivamente de la Siglo, Montevideo, 6 de noviembre de 1873, n® 2677,) palabra los señores Agustín de Vedia, doctor D. Pa­ 70. Aspectos de la lucha electoral, en E l Siglo, blo De María, D. Anselmo Dupont, doctor José Váz- Montevideo, 21 de noviembre de 1873, n® 2690. ' quez Sagastume, D. Eduardo Flores y el doctor Julio 71. “Los hombres de La Democracia, nacionalis­ Herrera y Obes. El señor Alfredo Castellanos leyó una tas, aunque unidos con los conservadores por el círcu­ carta del comandante Pereda.. . Los concurrentes lo de las ideas y de la comunidad de los propósitos nombraron por aclamación,' en medio de una salva no forman, sin embargo, con los hombres de El Siglo, de entusiastas aplausos, la comisión encargada de pre­ una sola y única agrupación. Conservadores y nacio­ sidir los trabajos, en la que estaban confundidos ele­ nalistas están destinados, en una época no remota, a mentos de las tres fracciones principistas: doctor José fundirse en un solo partido: el partido. liberal; pero María Muñoz, doctor Agustín de Vedia, D. Eduardo hoy por hoy, en el momento, que escribimos, son dos Flores, teniente coronel E. Pereda, doctor Juan José fracciones homogéneas que conspiran a un fin común. de Herrera, doctor Aureliano Rodríguez, D. Antonio Son sumandos destinados á ' una suma que. aún no . Villalba, D. Rufino Gurméndez, doctor Héctor García está terminada...” (E l Siglo, Montevideo, 8 de mar­ W iclc...” (Cfr.: El gran mitin del miércoles, en El zo de 1874, n® 2775.) “Pero, ¿por qué se pregunta Siglo, Montevideo, 8 de enero de 1875, n® 3020.) El Uruguay... si conservadores y nacionalistas -pro­ 82. ¡A las urnas!, en El Siglo, Montevideo, 5 de fesan los mismos nrincinios no se funden en un solc enero de 1875, n® 3018. EL 10 DE ENERO DE 1 8 7 5 ¡Versión de los sucesos del 10 de enero gar de los sucesos, en tanto las demás personas de 1875, narrados por Joaquín de Salte- de mi familia asistían a las fiestas de la rain, conservados en un manuscrito ori­ bahía. . . Cuando subiendo por la calle Ituzain- ginal en el archivo del profesor Oddone] gó, desde' 25 de Mayo, hasta Rincón llegué a la plaza, serían poco más o menos, las 2 de la . /Yo, estudiante entonces, pertenecía al gru­ tarde, si mi memoria no me traiciona. Numero­ po de jóvenes redactores de la «Revista Uru­ sos grupos de electores merodeaban: unos al­ guaya», donde figuraban Carlos de Pena, rededor de la mesa instalada; otros en la plaza» José Román Mendoza, Eduardo Acevedo Díaz, todos aprestándose, al parecer, para votar. En­ Miguel Isabelino Mendy, Alberto Palomequey tre ellos, formados en su mayoría por rostros Juan César Roldós. Caldeada la atmósfera de de personas conocidas, recuerdo perfectamente la época con la intemperancia de todos los ban­ al entonces comandante Juan José Gomensoro, dos y enconados los espíritus, sin que una sola a Carlos Viana, al mayor Soto (Eugenio), a voz inspirada en la experiencia de la historia y Ramón Márquez, a Francisco Lavándéira, a ajena a las pasiones del momento, se hiciera oír Antonio Gadrín (estos últimos murieron mo­ con la autoridad dé la moderación, sucedió mentos después); Soto, vestido de uniforme mi­ forzosamente lo que tenía que suceder: el es­ litar, defendiendo palmo a palmo la existen­ tallido de la violencia y el triunfo del atentadq. cia, hasta caer en la puerta del'Cabildo; Ra­ Eso fue el 10 de enero de 1875, que recuerda món Márquez, herido primero en la cabeza, mi memoria como si se tratara de un asunto de recogido* luego por sus amigos Segundo Flores actualidad, tanta fue la impresión que produ­ y Serafín Salazar, que lo sentaron en un banco jera en mi ánimo... para defenderse y ultimado villanamente por “Era un día de domingo, de sol espléndido la espalda, por uno de sus antiguos peones; y de calor excesivo, durante el cual Montevi­ Gradín, caído sin combatir, herido también en deo se vio recorrido por numerosos forasteros, los momentos de buscar refugio con otros mu­ venidos de Buenos Aires, para asistir, entre chos en la iglesia. Agustín de.Vedia con su tra­ otras fiestas, a las regatas internacionales que dicional chambergo; Julio Herrera y Obes so­ debían llevarse a término en el puerto y que, lo, y como siempre sonriente y afable... realmente tuvieron lugar, en los mismos instan-- “A pesar de mi inocente curiosidad, algo ra­ tes del estallido revolucionario. ro creí vislumbrar en el aspecto siniestro de “La curiosidad propia de mi inexperiencia algunos semblantes; en el desparpajo de los (tenía yo 19 años) me llevó justamente al lu- que ni siquiera ocultaban los mangos de los

NÚMERO 58/FEBRERO 1972 SZ pañales y la calata de las pistolas y en el es­ ¡Testimonio de Juan Domingo Lanza, pectáculo poco tranquilizador de las divisas ro­ en versión narrada a Eduardo de Salte- jas en el sombrero... Efectivamente, salieron rain Herrera en 1946] , a relucir las armas y comenzaron a correr lás gentes en direcciones opuestas; unos hacia la .. .“Ese domingo tuvimos que ir al Banco Matriz, otros hacia afuera de la plaza. Por ha­ (Wanklin) por exceso de tareas y luego a me­ llarme yo entonces, casi en la esquina de Itu- diodía pensaba salir a caballo con mis amigos zaingó y Sarandí, empujado por los grupos, se­ hasta el Paso de las Duranas. Llego a la Plaza guí con rumbo a la Policía (Cabildo) en tan­ Matriz, punto de cita, y me acerco al atrio de to se oían gritos de vivas y mueras y aparecían la iglesia, donde funcionaba la mesa electoral. ál frente de , un pelotón ',en actitud sediciosa, Mis amigos decían: “Todo va bien, muy los coroneles Fortunato Flores y Bartolomé bien”... Pero después de mediodía, en que Quinteros, de particular, con divisa roja, revól­ nos habíamos detenido en el atrio, me pareció ver amartillado y bien poco risueños, por cier­ —habrá sido una ilusión— sentir como la señal to. En este preciso instante se oyeron varios de un fulminante, o algo así, y empieza, en se­ tiros; el tumulto aumentó en todos sentidos; guida un tiroteo entre el grupo de colorados nuevas detonaciones sucedieron a /las primeras i candomberos», que estaba situado en un om- y empujado por el tropel seguí contra mi vo­ bú frente a la confitería del ruso —donde está ó. luntad en dirección a la antigua Ciudadela, hoy boy el Club Uruguay— y el otro grupo, el de Plaza de la Independencia, hasta enfrentar con los «principistas», en el ombú de la esquina de. la de “El Uruguay”, periódico político redac­ Rincón e Ituzaingó donde estaba el “Club In­ tado entonces por don Is^ac de Tezanos. Al lle­ glés”, local éste que fue invadido por la gente gar a 'esté sitió detuve mi marcha con ánimo y en cuya azotea se estableció un cantón de de refugiarme en 1$ redacción, donde contaba personas armadas. Empieza, pues el tiroteo, y con personas amigas, pero mis esperanzas re­ cunde el pánico entre el gentío apiñado en el sultaron frustradas por hallarse la puerta cerra­ sitio de la Matriz. Se presumía que iban a acri­ da, ostentando un letrero manuscrito, donde se billar a balazos, al grupo de votantes. Pero, fe­ M an estas palabras; «Se entra por atrás». Con lizmente, el tiroteo no fue dirigido a la gente todo, que semejante ayfcso debiera abrirme, los del atrio, sino cruzado entre los grupos men- ojos, absolutamente a ciegas de lo que se tra­ cionadoc. maba, torcí mi rumbo hasta dar con el sitio "D. Inocencio M. de Yéregui, era el cura de Señalado y sorprenderme con el espectáculo si­ da Matriz,' en aquella época. Al iniciarse el ti­ guiente; tino de los redactores del diario y que roteo, las personas que estaban más cerca de recuerdo se apellidaba Romero, repartía a la las puertas de la iglesia, se metieron dentro y multitud apiñada y armada. hasta los dientes, cerraron, quedando fuera un grupo muy gran­ Avisas rojas, incitándola a que marchara a la de, que no había tenido tiempo de colarse. Yo plaza “en defensa del partido”. Instintivamen­ estaba en este grupo. Pero, apareció el padre te, y sin darme perfecta cuenta de aquel bo­ Yéregui y ordenó que se abrieran las puertas chorno, me alejé de la imprenta, para tomar para refugiar a la gente y ahí me metí yo. Ca­ el tranvía que en aquel entonces salía de la minando por las naves de la iglesia, encuentro Plaza de la Independencia hacia la Unión. Con a D. José María Muñoz (jefe de los “prjneipis- todo serme difícil el acceso, por la cantidad - tas”). Era un, hojnbre'bajito, simpático, distin­ de gente que como yo pretendía lo mismo, lo­ guido, que entonces tenía el sombrero de co­ gré, mal que mal, posesionarme de un asiento. pa en la mano izquierda y un pañuelo blanco Y allí hubiera permanecido, si momentos des- con lina pistola, en la derecha. Yo vi esto y se­ ués, a la altura de 18 de Julio y- Convención, guí caminando por las naves, con gente disemi­ E« ayes de uno de los pasajeros, al parecer nada o escondida, hasta en la escalera del pul­ mal herido, cuya sangre corría a borbotones pito y bajo los altares, tal era el pánico gene­ por la parte inferior del abdomen y me prepa­ ral. raba a socorrerlo, cuando del balcón de la casa “Sigo caminando por la iglesia con mis com­ próxima —antigua farmacia del León de Oro- pañeros y llego al altar mayor. A la izquierda una voz conocida me interpelaba gritando: había una puerta que conducía a la sacristía **—Deje a ese hombre que está muerto”. El de y a la derecha un depósito de cajones y tras­ la voz era mi amigo doctor Demetrio Aguirre; tos viejos. Aquí había gente también, y entre el herido, siniestro personaje, a quien acababa ella el doctor Justino Beláustegui (redactor de de ver esgrimiendo daga y pistola en la Plaza “La Democracia”) sentado en un cajón. Alre­ Matriz,.. y su herida curó perfectamente, por dedor de él varios ciudadanos comentando los primera intención...” sucesos. D. Justino estaba triste, dominado por tin pesar profundó, uíi estado dé abatimiento Conviene pues que sin abandonar íós puestos ante los hechos ocurridos. de Concentración convenidos para defenderse “Estando ahí nosotros llega Ricardo Flores, en caso de ser agredidos, algunos amigos se e n -' con la indumentaria de verano y el pantalón cuentren también en él atrio.” blanco todo manchado de sangre —“¿Vienes he­ “Participando yo de la misma creencia rido,” le gritan. —“No” dice él. “Fue levantan­ püéstp que lá lista popular llevaba una gran do á Lávañdeira y a Márquez, que me manché mayoría incontrastable, tomé del brazo a mi la ropa”. .. Ellauri ordenó que el Batallón ÍV amigo Abella y le dije: “Vamos á dar ese avi­ de Cazadores, dé Latorré, füera a restablecer so que es juicioso.” él orden. Pero nadie quería salir de la iglesia Salimos dél café y aún no habíamos llega­ si no se presentaba el presidente...” do a la vereda que cuadra a la plaza, se sintió un tiro qüé füe suficiente pará lanzarnos al des­ [Eugenio Petit, Muñoz d trazar la silueta campado que teníamos enfrente, desnudando espiritual de Pablo De María, señaló, algunas Abéllá sü éStóqüe y empuñando su revólver y de sus evocaciones del 10 de eneró] yo una pistóla dé dos tiros, única arma qué llevaba. “Vi á Julio Herrera batirse Como un león. El tiro aquel, ál que sucedió al instante un Estaba parapetado bajo un árbol, sin saco, con vivo fuego graneado, había sido la señal de la las mangas de la camisa remangadas. Fue, de matanza preparada Sigilosamente bajo los de­ todos nosotros, el que tiró más tiros. Y, cuan­ rruidos árcóS del Mercado Viejo; frente a noso­ do le faltó la munición, pedía á gritos a sus tros y a pocos paSos yacía Cadávér el infortu­ amigos más balas.” nado LaVaüdéira, a quien pude reconocer por Paseando un día Con sü hijo Pablo, salu­ el traje. Aquello había pasado como un re­ dó a una persona, y dijo: —“No sé quién es ése lámpago. señor, pero üos estuvimos tirando tiros toda la En la esquina de Las Pirámides, frente a lo tarde del 10 de enero, bajo un árbol... sin que del Ruso y del Cabildo, individuos de todas ninguno le pegara al otro. Desde entonces lo layas que habían sacado a relucir divisas colo­ saludo porqué füe muy valiente...” radas y se conoce que estaban perfectamente armados y organizados^ hacían fuego sobre el [La gacetilla del diario “Él Siglo”, con­ pueblo con carabinas y fusiles, parapetándose signaba dos días después de los Suce­ algünoS tras láS casas y tras los árboles. sos:] Abélla había hecho fuego Varias Veces con su revólver y descargado yo uno solo de m is “...A las 11 y media de la mañana):.' la tiros; á la Sazón qué uü individuo emponcha­ plaza presentaba un aspecto de animación y do y con puñal en mano corría en dirección a entusiasmo Único, indescriptible. los grupos netos. Por un lado los sostenedores de la lista Tal vez fue el mismo que viendo caer ál neta con SUS figuras siniestras y amenazado­ desgraciado Ramón Márquez herido mortal- ras profiriendo a cada instante compadradas menté sé aproximó a él como para pretender contra la gen é de levita; el-'1 otro toda la ju­ auxiliarlo y le hundió varias Véces lá daga en ventud decén.e é ilustrafa de Montevideo en el corazón. actitud tranquila y respetuosa pero firme, es­ Eü esté instante perdí dé Vista á ini amigó perando su tumo para ejercer el sufragio. Abejla qué según Supe después sé había incor­ Pero antes de la una de la tarde fuimos al porado al director de Él Siglo, julio Herrera y café de Gault, situado en la misma cuadra de O bes y otros ciudadanos que cruzaban la pla­ la iglesia, que estaba llenó de juventud. . . nos za bajo un fuego mortífero. retirábamos del café cuando al pasar Cerca de Solo yo en aquel punto, me dirigí al café una mesa dónde se encontraban mis amigos de Gault nuevamente, procurando un abrigó Segundo Flores y Lerena, nos llamó el pri­ contra las balas. Con el mayor Trianón entra­ mero. .. y dijo: “Compañeros le toca el turno mos en el Club Inglés eü el momento en qüé á D. José María, refiriéndose al doctor Muñoz se cerraban las puertas; dentro había gran can­ que en ese momento reemplazaba cún otro tidad de personas, que se habían refugiado por ciudadano a uno de la comisión para custo­ estar desarmadas o pór haber agotado las mu­ diar la mesa, y es preciso estar preparados y niciones. Estaba herido en una de las habita­ prevenidos. Avísele a Márquez, Octavio y los ciones Ricardo Tajes. La indignación que en demás que antes de las cuatro éS casi Seguro aquel instante manifestaba aquella juventud que los netos viéndose perdidos, producirán el impotente para resistir la ágrésióñ de lá fuer­ conflicto asaltando la mesa y- a la comisión. za, era indescriptible...

NÚSáEH© S8/FSBHEHO 1972 ■ [Editorial, de El Siglo, del 12 de enero, Pedro Varela se pararon junto a un qmbú ller bajo el título “Los asesinos del pueblo”.] vando a su alrededor a su gente a quien habla­ ron. Isaac de Tezanos manifestó que la elec- . “Los ciudadanos que sostienen la Lista Po­ ción estaba perdida a causa del arreglo hecho pular han sido asesinados cobarde y alevosa­ sobre el modo de llevarse la votación. Un ca­ mente por los forajidos de campaña con divi­ pitán Pereira replicó a ésto que aun no estaba sas coloradas. El hecho estaba previsto, prepa­ perdida la elección porque se podía voltear la rado y calculado. mesa. Se habían preparado fusiles y reunido na­ Pues entonces a hacerlo, porque ya no que­ politanos en varios puntos cercanos a la plaza. da otro remedio, dijo Tezanos, levantando el Antes de salir para ir a la plaza a votar se bastón que tenía en la mano. Á este movimien­ repartieron en la imprenta “EL Uruguay” da­ to que era sin duda una señal convenida, par­ gas de una vara de largo que habían sido afi­ tió un tiro de un grupo apostado frente al atrio ladas cuidadosamente el día antes. Una hora de la Matriz. antes de darse la señal de la degollina se re­ Inmediatamente los grupos de los netos se partieron a todos los grupos de cachafaces di­ formaron en batalla apareciendo todos los in­ visas de paño colorado de cuatro dedos de an­ dividuos con divisa colorada en los sombreros. cho. Simultáneamente hicieron una descarga sobre . . Creemos que el atentado estaba resuelto y los que sin el menor recelo, confiados en la era inevitable, pero lo que lo apresuró fue la tranquilidad aparente que reinaba en toda la evidencia que adquirieron los netos de que es­ plaza conversaban dispersos en todas direc­ taban vencidos... en el terreno de la lega­ ciones. lidad. En esta primera descarga cayó muerto Con balotas falsas y todo,' aun haciendo vo­ Francisco Lavandeira de un balazo en el cora­ tar dos veces a cada ciudadano, el triunfo es­ zón y fue herido gravemente en la cabeza Ra­ taba; de nuestra parte, teníamos tres votos por món Márquez. Los ciudadanos así agredidos cada uno de ellos. de improviso, intentaron resistir formando gru­ No contaban ellos con este hecho inespe­ pos, pero fue imposible; la inmensa cantidad rado, como no contábamos nosotros tampoco de curiosos que llenaban la plaza arrasó en su con él, porque aunque la reunión de la Barraca fuga tumultuosa y despavorida a los que bus­ Eolo nos enseñaba que era grande el movi­ caban la incorporación a sus amigos. miento de opinión que se operaba, nunca creía­ Apenas quedaron en la plaza veinte o trein­ mos tuviese Ja magnitud que tuvo. ta ciudadanos que después de descargar sus Creyéndose seguros de la mayoría acepta­ pistolas se encontraron desarmados, pues la ron el arreglo que al empezar la votación se mayor parte no llevaba tiros de repuesto. les hizo con el objeto de evitar conflictos, a sa­ En cambio los sicarios de divisa colorada, ber: que la votación fuese alterna, votando de en número de trescientos, acantonados en va­ a diez individuas. rias casas de la plaza y armados de fusiles, ha­ Así se practicó en efecto, llevándose la vo­ cían fuego mortífero y sostenido sobre todo el tación con todo orden hasta la una de la tarde que tuviese aires de gente decente. en que, agotados sus votos, cuando aun no ha­ La lucha era desigual e insostenible. bía votado una tercera parte de nuestros co- El jefe político, animado de las mejores in­ rreUgicmarios, se apercibieron que la votación tenciones, intentó varias veces salir de la po­ estaba perdida irremisiblemente para ellos. licía a restablecer el orden sin poderlo conse­ Entonces resolvieron dar el golpe. ~ guir, viéndose reducido a la deposición de sus Al efecto, hicieron salir de la mesa electo­ elementos y el deber de defender su posición ral a los miembros que les pertenecían. Al mis­ en encerrarse en el Cabildo. mo tiempo Isaac de Tezanos, convertido en Ca­ Los netos aprovecharon de este abandono talina dé Médicis se presentó en el atrio de la para ultimar a puñaladas a los heridos y robar Matriz diciendo a sus parciales que se retira­ a los muertos!! Este acto de salvajismo da la sen a la plaza porque era necesario suspender medida de la clase de gente que compone el la votación. partido colorado neto. En efecto, se retiraron todos, incluso los Después de. un combate de cerca de media miembros de la comisión directiva neta, aban­ hora, , llegó a la plaza el Batallón 1? de . Caza­ donando la mesa. Conjuntamente entraban a la dores que se hadaba apostado en la Casa de plaza, Policarpo Fernández con diez o doce Gobierno, para ocurrir a restablecer el orden cachafaces de su catadura y Belén con veinte así que fuese necesario. hombres de caballería. Isaac de Teaznos y ÍD, Este batallón en vez de venir por la cade Rincón que era la más próxima: a la plaza, to­ combatientes, agitados aún por el calor de las mó por la de Sarandí entrando por el costado uchas y con el corazón palpitante por la im­ que ocupaban los netos. presión de los amigos muertos y heridos en Es general la aseveración de que él bata­ ese luctuoso día. han querido pronunciar su llón entró dando vivas al partido colorado. Lo juicio. Pero ese juicio apasionado podrá servir mismo sucedió con el Batallón 4? dé Cazado- _ para agitar más los ánimos, para empujar al res que vino después del primero. país a mayores calamidades, pero no piará de­ El oficial y aún los jefes de esos batallones terminar la acción de los poderes públicos. El 'fraternizaron con los forajidos de divisa co­ gobierno ha ordenado se levante Iá informa­ lorada. .. ' • ción correspondiente de lo ocurrido e impues­ to de su resultado hará que los culpables, fue­ LEl editorial postumo de "Lavandeira]. sen quienes fuesen, sean juzgados y castigados. “Conciudadanos: si un gobierno que pro­ . . . “Jamás se trabó entre nosotros una lu­ cede así no tiene vuestras simpatías, si a un cha más trascendental y de mayor magnitud, gobierno que rinde así culto a la ley no lo después de los grandes días de la indepen­ apoya la opinión, yo no puedo deducir sino dencia. una cosa: que lo que el pueblo pretende es “Están en tela de juicio las bases funda-. lo que yo no consentiría nunca, que el gobier­ mentales en que reposa nuestro orden político no participe de sus pasiones, que recoja un y social. girón de la patria, que desgarre la anarquía “Si los ciudadanos se dejan imponer hoy y tome parte también encella, constituyéndose por la fuerza, y triunfan los elementos bárba­ en opresor de la libertad de unos y protector ros por medio de la agresión y de la violencia, de la licencia de otros. Reconoced, ciudadanos, la soberanía popular vuelve a ser una mentira que esto importaría alejarse de la política que escrita en nuestros códigos y quedan para los se ha trazado el gobierno y volver a los tiem­ próximos comicios generales librados los des­ pos en que el partidismo ciego no se detenía tinos : del país a las imposiciones de los más ni ante la silla del magistrado. Y así por el fiiertés, de los más desalmados, de los que contrario; condenando como condeno de la no tienen reparó para lograr sus fines en con­ manera más severa el sangriento suceso del vertir el sufragio en lucha sangrienta, en inno­ domingo, sólo explicable en aquellos desgra­ ble pugilato de pulperías. ciados tiempos, estoy resuelto a mantener y “Es la suerte de las instituciones la que va reivindicar para todos con mi autoridad el de­ a jugarse hoy en el atrio de la Matriz. recho que pertenece también a todos los ciu­ “Nuestras instituciones, la democracia orien­ dadanos, cualesquiera que sean sus opiniones tal, están salvadas si los ciudadanos concurren políticas, esperando qüe en ésa obra el go­ a .depositar su voto y. no se dejan imponer por bierno, .será apoyado y asegurado por la las amenazas ni por la agresión armada, cual­ opinión. • quiera que sea el resultado de la votación pa­ “Montevideo, enero13 de 1875. cífica. "Ya que los registros están adulterados por José E. Ellauri* el fraude y no arrojan ellos la expresión de la mayoría legal, ¡que no alcance igual éxito la [Última palabra de. los principistas.] violencia! “¡A las urnas, pues, todos los ciudadanos! “A nuestros comitentes y al pueblo: “¡Que nadie falte a la cita del deber cívi­ “Después de los gravísimos sucesos a que co! ¡Que nadie abdique el derecho más gran­ ha asistido consternada la población de Mon­ de del ciudadano! tevideo; desde que el pueblo convocado para “¡A las urnas! ¡A las urnas!” (¡A las timas! ejercer la atribución del sufragio, ha sido agre- . en La Democracia, Montevideo, 10 de enero dido por bandos de criminales regimentados de 1875, n

BÉ' euA dm üQ i ta i [Çofi« de José Pedro Ramírez, esçrttgi hombres de la situación; pero cuando s® $m§ en alta mar a bordo de la barca Puig, que cada uno de los ciudadanos aprehendidos cuando era deportado a La Habana lo ha sido con conocimiento anticipado de ío en- : 1875? - -• ' ' "" ' " que debía suceder y hasta, han facñitadp todo el hecho de su prisión, se ha de comprender “El 24 de febrero [1875], desde las prime­ que esos ciudadanos ep todo pensaban meno? ras horas del día empezó a circular el rumor en conspiraciones tenebrosas, si bien es noto­ de que el gobierno tenía los hilos de una cons­ rio que algunos de ellos sp encontraban poseí­ piración que se tramaba y que procedería a dos de una exaltación extrema, tan justa como practicar numerosas prisiones. motivada, respecto de los hombres y de la si­ Yo por mi parte, estaba tan extraño a lo pri­ tuación fundada sobre la base del motín y la mero copio ignorante de lo segundo... traición. El 24, día de las prisiones, vine a mi quin­ Ya he referido cómo fui yo reducido a prir ta un poco tarde (de diez a diez y media de la sión,’ Véase cómo se aprehendió a los demás. mañana). A las dpce del día más p menos tuve Los hermanos Flores fueron aprehendidos la primera.noticia de los rumores que pircula- en el cementerio, haciendo parte del cortejo bap. Por. fip a las 4 de la tarde supe d e: una fúnebre a la señora viuda de E). José Esté- manefg eyidente que se había dictádp ordep ves, de 4 y media a 5 de la tarde. de prisión . respetó de jtreipta y tpptos ciucjaT ' D. Juan Jpsé de Herrera fue detenido a }a danos, V que había s|dp cppiunieada a Ja po­ misma hora al salir de )a imprenta de “La De­ licía. mocracia” e .invitado.a pasar aj departamento Mientras esperaba que se me viniera a de policía por indicación del señor jefe po­ aprehender; yo, el gran criminal complicado lítico. ' ' en conspiraciones tenebrosas, según las ñutas D. Agustín de Vedia fue solicitado en su oficiales qpe han yisto te, ípz pública, llegó e) casa e invitado en los mismos términos. señor dpn Ézequiel Pérez a pedirme ep nom­ En Jos mismos términos fue solicitado tam­ bre del señor don Carlos Navia que tuviese la bién en su propia casa, a las cinco de la tarde, bondad de pasar por su banco. Él señor Na­ Julio Herrera ÿ Obes. Julio Herrera preguntó via me propuso me quedase en su casa, pero al comisario si era una invitación del jefe polí­ yo rechacé el ofrecimiento. Mis presentimien­ tico para pasar a su despacho la que le comu­ tos que de cierto no acusan mi criminalidad, nicaba o una orden de prisión. El comisario porque se fundaban en la lógica de los ante­ contestó que no podía afirmar ni una cosa ni cedentes y en el conocimiento de los hombres, la otra y Herera y Obes replicó que fuese a se confirmaron. averiguarlo, porque si se trataba de ima invi­ Apenas había llegado yó a mi estudio, cuan­ tación no la aceptaba, porque ni tenia nada do se presentó un comisario de policía a sig­ que hablar con el jefe politico ni deseaba verló. nificarme que tenía orden del señor jefe po­ El comisario se retiró y volvió al cuarto de ho­ lítico de conducirme al departamento. ra, intimándole orden. de prisión; Julio He­ Una vez allí se me detuvo un momento en rrera, que en la tenebrosa conspiración, si no la comisaría de órdenes, mientras el comisario jugaba el rol de Bruto, por lo menos tendría el pasaba al despacho del jefe a dar cuenta de su dé Casio, dispuso, pues, de tiempo más que su­ comisión. El comisario volvió y me hizo pasar ficiente para poner a salvo su cabeza; pero, ea a una pieza situada en los altos del edificio y vez de eso, se entregó como un manso cordero. frente por frente con la pequeña capilla en Don Aureliano Rodríguez Larreta fue que se celebran los oficios del catolicismo en aprehendido a las nueve de la noche en la favor de los presos comunes; allí me encontré puerta de su casa, cuatro horas después de es­ con D. Agustín de Vedia, D. Juan José de He­ tar asegurados los cabecillas y cómplices de rrera, D. Julio Herrera y Obes y los cuatro la conspiración. hermanos Flores. Don Anselmo E. Dupont lo fue más tarde r Cualquiera que haya leído las notas oficia­ todavía. Durante toda la primera noche paseó les respecto a este suceso y las versiones de la como de costumbre por toda la calle 25 de prensa oficial, se habrá imaginado que, mer­ Mayo, estuvo en el club y en otros sitios pú­ ced a la suspicacia y actividad desplegada por blicos y recién a las 10 y media de la noche el gobierno y sus delegados, se ha tomado in fue tomado en su propia casa. ■ fraganti delito o poco menos a una multitud Don Cándido Robido fue sacado de su ca­ de ciudadanos que conspiran contra las insti­ sa a las 11 y media de la noche por el coman­ tuciones, y que daban por base de sus trabajos dante de serenos. Don Osvaldo .Rodríguez fue un atentado criminal contra la vida de los pro- tomado con su señora a las 9 y media de la no­

#8 / F E B B H ao 1972 li? che. Hasta esa hora había recorrido las calles Allí estábamos sin. saber hasta dónde lle­ inquiriendo noticias de sus amigos presos, ha­ garía el número de amigos a'quienes cabría la bía estado en el club y en otros parajes públi­ suerte de ocupar un lugar en la cárcel pública; cos y había regresado a su casa. pues no teníamos dato alguno para suponer Mi hermano Octavio fue traído al Cabildo quiénes estarían comprendidos en la lista de a las siete y media u ocho de la noche, habién­ proscripción remitida a la policía, y la presen­ dose presentado él personalmente a la comi- cia de los ciudadanos que iban llegando nos saríá del Cordón, para evitar que apareciesen desorientaba cada véz más. personas armadas en su casa. Así procedió por­ Aquellos ciudadanos eran sin duda aprehen­ que tuvo aviso, de que el comisario de aquella didos por sus opiniones conocidas y notorias sección se preparaba para venir a buscarlo. de hostilidad al nuevo orden de cosas, y en Juan R. Gómez, por fin, fue tomado en su idéntico caso se encontraba un centenar de casa quinta del Paso del Molino, a la 1 de la ciudadanos notables. mañana dél día 25, habiéndose retirado a ella después de conocer las prisiones efectuadas, al­ Pero lo que nos causó verdadero asombro gunas de las cuales presenció personalmente fue encontrar entre nosotros al coronel don en la tarde del 24 Fortunato Flores y al señor senador don Juan Si no hubiese otros antecedentes y otros P. Caravia, cooperador importante el primero, medios de dejar evidenciada la verdad de las del movimiento militar del 14 de enero, agente revelaciones oficiales respecto a la célebre confidencia] del gobierno pocos días antes; y conspiración, el conjunto de estos hechos sería una de los senadores el segundo, que había bastante para poner en transparencia la inicua rendido pleno homenaje a la nueva situación. farsa que se ha hecho y la perversidad del de­ Hoy mismo yo no alcanzo a explicarme esa senlace que se le ha dado. conmixtión de individualidades políticas dé Durante la noche del 24 y madrugada del tan diversa significación, y me inclino a creer 25, fueron llegando pues, los ciudadanos a que que no es sino el efecto del régimen de la ár- acabo de referirme, debiendo agregar a éstos bitrariedad tan fecundo en extravagancias de el nombre del Sr. D. J. P. Caravia. todo género...

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El tercer “VACONMIGO” es de Juan Zorrilla de San Martín

"TABARE" Prólogo de ALBERTO ZUM FELDE

UN VOLUMEN DE 168 PAGINAS

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