Oscuridad Y Confusión El Pueblo Y La Política Venezolana Del Siglo XIX En Las Ideas De Antonio Guzmán Blanco
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Gustavo Adolfo Vaamonde Oscuridad y confusión El pueblo y la política venezolana del siglo XIX en las ideas de Antonio Guzmán Blanco Universidad Católica Andrés Bello Caracas, 2018 © Gustavo Adolfo Vaamonde © de esta edición digital, 2018 Universidad Católica Andrés Bello y Fundación Empresas Polar Diseño de portada: Reyna T. Contreras M. Corrección: Diagramación: Estela Aganchul Depósito legal: ISBN: Caracas, 2018 Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperación de la información, ni transmitir alguna parte de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, etc.), sin el permiso previo de los titulares de los derechos de autor Agradecimientos Mis más sinceros agradecimientos a los profesores, empleados y estudiantes compañeros de la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela, quienes me motivaron a dedicarme a esta importante profesión que ha atrapado el interés y ha desatado tantas pasiones y polémicas entre los hombres durante el trans- curso del tiempo. Al doctor Elías Pino Iturrieta, historiador por medio del cual conocí el mundo de la historia de las ideas. Reconozco, además, el desprendimiento que tuvo para sacar tiempo de su saturada agenda para poder orientar este trabajo de investigación. A la Universidad Católica Andrés Bello por su con- tribución en la edición de esta investigación. A la Fundación Polar por el invalorable apoyo que brinda a la divulgación del conocimiento histórico y al crecimiento profesional de muchos venezolanos. A mis respetados colegas de la Fundación Polar, Ma- nuel Rodríguez Campos y Luis Felipe Pellicer, por la oportunidad que me dieron para trabajar y aprender junto a ellos en tan distinguida institución en donde la historia es el pan nuestro de cada día. A mi madre, mujer de fuertes ideales quien me in- culcó los primeros principios acerca de la importancia de las ideas en el mundo moderno. Al doctor Luis Eduardo Aveledo cuyo compañerismo e incondicional amistad me han dado gran confianza para emprender el trabajo en equipo. A mis compañeros de la Casa de Estudio de la His- toria de Venezuela “Lorenzo Alejandro Mendoza Quin- tero”, quienes soportaron mis momentos de distracción durante la elaboración de esta investigación. Al profesor Rafael Strauss cuyos consejos y pujanza me dieron sobrados estímulos para terminar este tra- bajo. A mis familiares, quienes a pesar de la distancia los siento muy cerca de mi vida y son un estímulo perma- nente para mi crecimiento personal. A la hermosa, encantadora e inteligente economista Karelina Salazar, cuyos conocimientos y paciencia con- tribuyeron para finalizar esta investigación. Al Estado venezolano y al Consejo Nacional de In- vestigaciones Científicas quienes hicieron posibles tanto mis estudios de licenciatura, así como también, los de Maestría. A todos esos hombres y mujeres, muchos de ellos desaparecidos en la actualidad, quienes se dedicaron a reconstruir y explicar el pasado de los hombres y cuyos escritos atraparon mi interés y determinaron esta vida de historiador que estoy llevando y que tanto orgullo me hace sentir. A Olga Josefina. Espero que este escrito retribuya tanto amor y comprensión y toda una vida de apoyo para dedicarme al estudio del pasado. Gracias. A Karelina, gran apoyo y sostén de mis pensamientos por tan largo tiempo. A Alex Enrique, Zafira, Ivelisse, Valeria y Paula, ya que ustedes, mis lindos querubines, han sido una hermosa inspi- ración. Esta investigación es una muestra del trabajo que he hecho para mostrarles un mundo mejor. “... Para comprender la ordenación de las socie- dades humanas y para discernir las fuerzas que las hacen evolucionar, importa prestar atención a los fenómenos mentales, cuya intervención es incon- testablemente tan determinante como la de los fenómenos económicos y demográficos...” George Duby Historia social e ideologías de las sociedades “... Usted es un hombre cabal i enérjico más que cruel i severo. Jeneralmente puntual i cumplidor de su palabra i sus convenios, vigoroso i eficaz. Usted gasta poca paciencia con los perezosos é in- formales (...) usted cree en un Dios más que en las formas i ceremonias de la Iglesia. No es mui incli- nado á creer, pero tiene alto respeto á la verdad i á Dios. Usted se complase en practicar el bien (...) Es apasionado á la oratoria y la elocuencia. Está dotado de una imajinacion activa. Habla en es- tilo brillante i afluente; sin embargo, no se aparta de la verdad i se mantiene siempre dentro de los límites del decoro. Recuerda bien los sucesos i asuntos de su propia vida i los por menores de las cosas. Nelson Sizer, profesor de Frenolojía (Carácter frenológico del señor A. Gusmán Blanco. Nueva York. Febrero 26 de 1857). Índice Prólogo......................................................................................13 Introducción .............................................................................23 I. El pueblo venezolano en el pensamiento de Antonio Guzmán Blanco .......................................................................35 El pueblo venezolano descrito por Antonio Guzmán Blanco .................................................................................55 Dos apreciaciones antagónicas acerca del pueblo venezolano. ..........................................................................80 Un concepto de pueblo ........................................................90 Los “buenos ciudadanos” del guzmancismo .......................105 Observaciones sobre un publicitado decreto.......................133 II. La política venezolana del siglo XIX descrita por Antonio Guzmán Blanco .....................................................................159 Una temprana vocación política .........................................159 La política Venezolana del siglo XIX descrita por Guzmán .179 “Liberales” contra “Oligarcas” ...........................................192 La Oligarquía.....................................................................208 Los “ambiciosos de machete” .............................................227 La legitimación de la represión política en Venezuela .........239 Los agitadores de sotana .....................................................255 Conclusiones ..........................................................................263 Apéndice documental ..............................................................273 Apéndice número 1 ...........................................................273 Apéndice número 2 ...........................................................278 Apéndice número 3 ...........................................................280 Fuentes primarias ....................................................................283 Bibliografía auxiliar .................................................................287 Fuentes hemerográficas ............................................................295 Documentos citados ................................................................297 Prólogo La figura y la obra de Antonio Guzmán Blanco han adquirido una nueva significación en la historia de Ve- nezuela, gracias a los análisis que los miran desde una perspectiva solvente y contemporánea. Un estudio tan concienzudo y novedoso como el de María Elena Gon- zález Deluca, Negocios y política en tiempos de Guzmán Blanco, por ejemplo, se inscribe dentro de tal orienta- ción. Lo mismo sucede con el texto de Mary Floyd, Guzmán Blanco (La dinámica política del Septenio), cuyo interés desborda los rastreos usuales. Hay en sus contenidos una búsqueda capaz de sacar a Guzmán de las explicaciones cuyo objeto ha sido, esencialmente, enterrarlo sin redención en el infierno republicano o su- birlo en procesión hasta el Olimpo de la patria. Tal vez merezca el personaje una plaza en las pailas de ese averno ya superpoblado, o una estatua en la ro- tonda de los hombres ilustres, cuyas galerías también ha sufrido una explosión demográfica, siempre que, si no queda más remedio, esté en cualquiera de los lugares partiendo de explicaciones convincentes como aquellas que contienen las referidas obras, cuya intención es la comprensión de un hombre y de su tiempo para que la posteridad ofrezca un juicio equilibrado sobre su tránsito partiendo del consejo de sus necesidades. No es Guzmán un mandón corriente, un dictador como muchos de los del siglo XIX, sino un animal político capaz de convertirse en la clave para estudiar muchas de las permanencias y de las deficiencias de la política ve- nezolana a través del tiempo. De allí la necesidad de co- menzar a mirarlo con la debida atención, olvidándose, en principio, de condenas y laureles que no vienen a ser otra cosa que colgajos innecesarios. Su control prolongado del poder, personalmente o mediante acólitos; su empeño en modernizar a Vene- zuela desde la perspectiva francesa sin desarraigar plena- mente los factores tradicionales que impedían la moder- nización; su curiosa estimación de las institucionalidad y la legalidad, capaz de llevarlo a crear regulaciones ade- lantadas y a estimular actitudes de cuño cosmopolita de las cuales podía renegar según sus caprichos e intereses; la contradictoria manera de entenderse con los prota- gonistas de entonces, hombres de armas, políticos, in- cipientes burócratas o letrados con quienes coqueteaba o a quienes humillaba, de acuerdo con cada situación; los rasgos de su carácter, que podían transportarlo de la mesurada traducción de los hechos a una arbitraria lec- tura, a una posición susceptible