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El bimaristán, un modelo de islámico

Historia de los primeros centros psiquiátricos del mundo

Caries G. Bárcena Arabista. Director del lnstitut d'Estudis Sufís de Barcelona

THE , A MODEL OF ISLAMIC HOSPITAL. BARCENA C. Keywords: History of lslamic , Bimaristan, lslamic Hospital, Musictherapy. English abstrae!: An explanation of the bimaristan, a model of lslamic Hospital during the Middle Age, and an analysis of his way of healing the mental illness, including the use of the music as a therapy. were considered as the soul's , precursors of today's psyc hiatric hospitals, and its name cames from bimar (illness) and istan (house) ..

Sentado junto a la. fontana Sin ámmo de exagerar, joven mundo islámico fue el rumorosa que ocupa el patio podemos afirmar con certeza escenario primordial del central del bimaristán Nur-ed­ que una de las mayores con­ cultivo y desarrollo no sólo ya Din de Damasco, en la sole­ tribuciones de la medicina de la medicina, sino de las dad de una refulgente mañana islámica al campo de la psi­ ciencias en su generalidad. de sol invernal, el viajero, quiatría ha sido justamente la Los siglos VIII y IX estuvieron aturdido por la bella y delica­ creación y desarrollo de los marcados por la asimilación da sobriedad del lugar, con­ bimaristanes, las primeras de los diferentes saberes médi­ vertido hoy en "Museo de his­ instituciones psiquiátricas cos a su alcance: el griego, por toria de la medicina y la cien­ que se conocen en el mundo. un lado, y el indopersa por cia islámicas ", experimenta Un motivo de ello, puede ser otrQ. En un primer momento, toda suerte de sensaciones, no que, desde sus orígenes, el el protagonismo recayó en todas ellas fácilmente descrip­ ha abogado por el res­ eruditos que, en la mayoría de tibles. Deambular por sus pecto y dignidad de los per­ los casos, no eran musulma­ diferentes estancias, contem­ turbados mentales. nes, sino cristianos adscritos a plar sus muros ornados con la secta n�storiana. motivos caligráficos y arabes­ El objetivo de estas líneas cos, es como emprender un no es sino tratar de rescatar En la legendaria Bayt al­ viaje, un largo y fascinante del olvido la memoria de Hikmah o Casa de la Sabidu­ viaje en el tiempo. dicho modelo islámico de ría, fundada el año 830 en hospital, especializado con el Bagdad, convertida por en­ Los bimaristanes esparcidos paso del tiempo en el trata­ tonces en capital del califato aquí y allá por la geografía del miento de la locura. Segura­ abbasí y centro intelectual del Próximo Oriente, de Egipto a mente, son muchas las leccio­ mundo, con sus observatorios ·Siria y de Turquía a Irán, ejer­ nes que aún hoy podemos astronómicos, hospitales, bi­ cen una poderosa atracción extraer escuchando el silencio bliotecas y escuelas, se lleva­ sobre el viajero, que se ve habitado de los bimaristanes ría a cabo un monumental · asaltado de inmediato por que, desafiando al paso del trabajo de traducción al toda suerte de interrogantes a tiempo y a la desidia, aún per­ árabe, la lengua de conoci­ propósito de unos estableci­ manecen en p1e. miento de la época, de lo que mientos, hoy en desuso, desti­ los árabes conocen con el nados en el pasado, más o nombre de ciencias de los menos lejano, al tratamiento la medicina islámica antepasados ('ulíim al­ de las llamadas enfermedades awa'il), esto es, las ciencias del alma, así como a la ense­ Durante buena parte de la exactas y las físico-naturales, ñanza de la ciencia médica. Edad Media, el entonces la filosofía y, por supuesto, la

NATURA MEDICATRIX W 62 ENERO 2001 medicina. Entre las numero­ sas obras traducidas cabe subrayar, principalmente, las de Galeno, cuyo magisterio resulta indiscutible tanto en la medicina islámica como, más tarde, en la europea. Al mismo tiempo, se vertió al árabe un gran número de tex­ tos de autores hipocráticos.

Con todo, el papel de los árabes y persas islamizados no se limitará tan sólo a la mera transmisión mimética del legado médico antiguo, punto este no siempre remar­ cado lo ·suficiente. Paulatina­ mente, árabes y persas se con­ vertirán en auténticos vehícu­ los del pensamiento intelec­ tual, sustituyendo a los grie­ gos en dicho papel de privile­ gio. Será a partir del siglo X cuando la civilización islámi­ ca comience de verdad a desa­ rrollar, sistematizar de forma lógica y enriquecer los conoci­ mientos previamente adquiri­ dos, imprimiéndoles su sello particular. Los primeros La edad dorada de la medi­ cina islámica cubrirá los bimaristanes se siglos X y XI. Será en ese levantaron en el periodo cuando brillen con siglo VIII, en luz propia los persas Ar-Razí, Imágenes del bimaristan Arghun en Alepo que en sus años mozos había tiempos de los sido un fino intérprete de filológicas utilizadas por los La mayoría de los estudio­ laúd, e Ibn Sina, el Avicena de traductores de la época para sos sostiene, sin embargo, que Omeyas los latinos, cuyo Qaníin fi-t­ subsanar dicha carencia: la fue en tiempos del califa Tibb o. Canon de la medicina, transliteración de las palabras Haríin ar-Rashí:d (786-809) exposición pormenorizada de griegas, el préstamo de térmi­ cuando fue creado en Bagdad todo el saber médico conoci­ nos nuevos procedentes del el primer bimaristán del do entonces, fue utilizado siriaco y el persa -caso del mundo islámico. Muy proba­ como libro de texto en las vocablo bimaristán- y, por blemente, su antecedente más facultades de medicina euro­ último, el esfuerzo por hallar inmediato fue el hospital de la peas hasta bien entrado el un equivalente dentro de la ciudad persa de Yundisapíir, siglo XVII. Es más, aún hoy misma lengua árabe, opción entonces bajo la dinastía sasá­ lo sigue siendo en India y ésta no tan empleada. nida. Dicha ciudad, al sudoes­ Pakistán. te del actual Irán, constituía No existe un consenso uná­ un importante centro intelec­ Aunque los primeros bima­ nime acerca de la construc­ tual que agrupaba a los médi­ ristanes del mundo islámico ción de los primeros bimaris­ cos más reputados del mo­ daten del siglo IX, éstos verán tanes. Hay quien sostiene, el mento. Algunos de ellos ejer­ su máximo esplendor, precisa­ ampliamente citado doctor cerían más tarde su profesión mente, a finales del siglo XI y Issa Bey entre ellos, que se en el nuevo hospital de Bag­ a lo largo de todo el XII. levantaron ya en el siglo octa­ dad, donde al mismo tiempo vo, en tiempos de los omeyas. enseñarían todo su saber médi­ Desde el punto de vista de la co. Conocemos, al menos, a Los primeros fe musulmana, suele referirse veinticuatro de dichos médi­ que el primer hospital islámi­ cos, entre los que había espe­ bimaristanes co, al menos, su precedente cialistas en oftalmología, ciru­ La palabra bimaristán (hos­ simbólico, lo mandó construir gía y ortopedia. pital) proviene del persa el propio profeta Mahoma, bimar, enfermo, e istan, lugar, quien, tras una de sus con­ Los médicos que ejercían y casa, asilo. Lengua de la poe­ tiendas, mandó levantar una enseñaban en la Bagdad cali­ sía preislámica y de la revela­ carpa en el interior mismo de fal eran judíos, cristianos, ción coránica, el árabe carecía la mezquita de Medina desti­ principalmente nestorianos, de una terminología científica nada a atender a los heridos zoroastrianos y, por supuesto, precisa. Tres fueron las vías en el campo de batalla. musulmanes. Conviene subra-

NATURA MEDICATRIX W 62 ENERO 2001 yar este dato, puesto que si orígenes de éste son de carác­ conservadores que veían en algo distingue al bimaristán ter caritativo. algunas prácticas médicas islámico es su carácter secu­ una verdadera amenaza para lar, exclusivamente médico, Entre los siglos IX y XI, la buena fe. en el que los médicos eran Bagdad vio multiplicarse el escogidos en función de sus número de bimaristanes, gra­ A partir del siglo XI se fun­ saberes y no de su fe. De otro cias, en buena medida, al . dan algunos hospitales nue­ lado, esto diferencia al bima­ mecenazgo de los califas y vos en ciudades como Alepo y ristán islámico del hospital príncipes ilustrados, quienes, Antioquía. No obstante, di­ que se extendería, más tarde, al mismo tiempo, amparados chos establecimientos no en el orbe cristiano. Mientras en su poder, supieron acallar serán sino el preludio de la aquél nace con una preocupa­ las voces oscur::mtistas de que, un siglo más tarde, será ción estrictamente médica, los aquellos hombres de religión la gran eclosión de los bima­ ristanes en el Próximo Orien­ te. Así, por ejemplo, el emble­ mático bimaristan Nur-ed­ :------·�·-- -·- · ¡ Din de Damasco, al que nos hemos referido ya y sobre el ¡ que volveremos más tarde, se twan construyó el año 1154. Dicho 1 edificio, inspirado arquitectó­ nicamente en el tipo de casa del J urasán, sirvió de modelo a hospitales posteriores como los casos de ( 1206) y Bursa (1390) en Turquía o el gran bimaristán Al-Mansurí de El (1284).

Un viajero de la época, el valenciano Ibn Yubayr, que Si algo distingue recorrió el Próximo Oriente al bimaristán es entre los años 1183 y 1185, nos ha dejado en su rihla su carácter -libro de viajes-· una jugosa secular, descripción, precisamente, del bimaristán Nur-ed-Din de exc lusivamente Damasco. Dice así nuestro médico compatriota:

L-.-, "En esta ciudad hay unas veinte madrazas, dos hospita­ i les, antiguo y moderno. El moderno (el bimaristán Nur­ ed-Din) es el más importante y el más grande de los dos. Su asignación diaria es de unos enzrée ,--- quince dinares. Tiene unos 10 1s M 1 o� ==�s·== ==�==� intendentes en cuyas manos '--··- están los registros donde se recogen los nombres de los

Plano e imágenes del bimaristan Núr al Dln en Damasco

NATURA MEDICATRIX N' 62 ENERO 2001 enfermos, los gastos que son te de la ciudad, accesible a como Ar-Razí, Avicena o Ave­ necesarios para sus remedios, todo el mundo. Las visita? de rroes, por no citar sino los sus comidas y muchas otras los familiares y amigos de los más conocidos entre los médi­ cosas. Los médicos van allí internos eran incitadas por cos filósofos musulmanes, cada día por la mañana, exa­ los propios médicos y forma­ proclamarán que la dimen­ minan a los enfermos y orde­ ban parte de la propia tera­ sión psicológica está íntima­ nan la preparación de los pia. Dos buenos ejemplos de mente ligada a los problemas remedios y los alimentos que ello lo constituyen los bima­ somáticos. Para ellos, así les sean buenos, según lo que ristanes Argíln y Nur-ed-Din pues, las enfermedades del convenga a cada individuo de Alepo y Damasco, respec­ organismo pueden tener un entre ellos. El otro hospital tivamente, aún hoy en pie, en origen psicológico. Cuerpo, funciona conforme a esta des­ el corazón mismo de ambas mente y emociones forman cripción, pero la organización ciudades sirias. una trama indivisible. Todo es mejor en el moderno. El está en todo. antiguo está en la parte occi­ La disposición arquitectó­ dental de la venerada aljama " nica del bimaristán no es gra­ Siguiendo las huellas de sus tuita. En cierta manera, la dis­ predecesores griegos y su tribución del espacio y los ele­ medicina humoral, que inclu­ El caso andalusí mentos que lo ocupan: pie­ ye elementos indios, persas y dras, árboles, flores y plantas, chinos, los médicos del La introducción del bima­ fuentes y agua en movimien­ mundo islámico consideraban ristán en el occidente musul­ to... están en función del que las enfermedades menta­ mán fue tardía. El primer hos­ carácter del edificio. Al fin y les poseen un carácter somáti­ pital se levantó, el año 1190, al cabo, todo ha de contribuir co. Según ellos, la salud y el en la ciudad de Marrakech, a la curación de los enfermos. bienestar personales depen­ bajo los auspicios de los Se construye y se decora con den del equilibrio de los cua­ almohades. Pero aún fue más la intención de actuar sobre el tro humores: sangre, flema, tardía en la España musulma­ psiquismo de los internos, ya bilis amarilla y bilis negra, los na. Realmente, el caso anda­ que se parte de la idea de que cuales, a su vez, poseen dife­ lusí resulta cuando menos la belleza, basada en el equili­ rentes cualidades: calor, frío, paradójico. Dos instituciones brio, la proporCión y el ritmo, sequedad y humedad. Se parte de la de rancio abolengo islámico es sanadora. idea que la como la , dedicada al El funcionamiento correcto estudio del Corán y del resto La mayoría de los bimaris­ de los humores depende, prin­ bel leza, basada de ciencias islámicas, y el tanes posee un aspecto formal cipalmente, de la alimenta­ en el equilibrio, bimaristán, verían la luz en similar. Por lo general, se ción y de la digestión de los época francamente muy tar­ trata de un edificio principal alimentos, de ahí que una de la proporción y día. de planta cruciforme, cons­ las tareas primordiales del el ritmo, es truido alrededor de un patio médico sea prescribir una Hay quien sostiene que en central rectangular, en medio dieta equilibrada. Pero que sanadora el siglo XIII, la ciudad de del cual se halla una fontana. los humores de una persona Valencia ya contaba con un En una de las alas del bima­ actúen con armonía también bimaristán; pero no es más ristán se abren diversos patios depende del aire que se respi­ que una hipótesis todavía por más. Los ángulos del edificio, ra, de la excreción, del equili­ probar. Lo cierto es que el pri­ por su parte, están ocupados brio entre actividad y reposo, mer hospital del que tenemos por habitaciones destinadas a de la actividad sexual, de la noticia segura se construyó en la intendencia y servicios, calidad del sueño y de las a mediados del siglo como cocinas, almacenes, far­ emociones. A decir de la XIV. Con todo, los hospitales macia, hamman o baño y medicina islámica, la enfer­ tuvieton que ser conocidos en letrinas. medad se apodera del orga­ Al-Ándalus a la fuerza desde nismo cuando existe un dese­ bien temprano. Un español, En cuanto a la decoración quilibrio entre los humores. Ibn 'Abdún al-Yabalí, llegó a del edificio, ésta consiste En ese sentido, la enfermedad ocupar el prestigiosos cargo mayormente en motivos cali­ mental será la consecuencia de director del bimaristán de gráficos de versículos corá­ de una perversión de los El Cairo, a mediados del siglo nicos relativos a la salud y su humores. IX. De regreso a la península, mantenimiento. Esto por lo años después, trabajó como que respecta a los bimarista­ médico de la corte. Y, por lo nes fijos, ya que, al parecer, Tratamiento visto, su caso no fue el único. también existieron algunos otros de carácter ambulante. de la locura Antes que nada, hemos de Arquitectura hablar de la diversidad de Medicina humoral métodos terapéuticos utiliza­ para sanar dos en los bimaristanes. La El bimaristán en modo Desde sus primeros inicios, elección de una terapia espe­ alguno fue concebido comci la medicina islámica puso el cífica dependía de varios fac­ un lugar de exclusión. Jamás acento sobre la influencia que tores como, por ejemplo, la se ocultó de la vista de nadie, la mente y las emociones ejer­ naturaleza de los síntomas de ahí que estuviese ubicado cen sobre el organismo de la presentados por el paciente, siempre en el centro palpitan- persona y viceversa. Sabios sus medios y condición social,

NATURA MEDICATRIX N" 62 ENERO 2001 así como de la capacidad del O 5 10M ======propio terapeuta.

La lectura de las crómcas de la época, divergentes en algunos puntos, nos permite comprobar que los enfermos mentales de carácter más 1wan tranquilo convivían con el resto de internos, mientras que los más violentos perma­ necían encerrados en estan­ Cias particulares, estando cour incluso, encadenados, en los casos más extremos.

Sea como fuere, lo cierto es que le terapéutica utilizada en D los hospitales islámicos ema­ naba directamente de la teo­ ría de los humores que hemos descrito con anterioridad. El médico tratará, así pues, de modificar los estados emocio­ nales del interno mediante diversos procedimientos que van desde la dietética y la gimnasia a la hidroterapia, los masajes con aceites aro­ máticos, las sangrías y la A cada uno de toma de medicamentos, laxantes y diuréticos en su Plano del bimaristan Qaymari en Damasco los modos mayoría. musicales humores del organismo. Las capaces de serenar el espíritu melodías armónicas y bien de los internos y calmar sus empleados se le Musicoterapia rimadas permiten equilibrar­ emociones. Así como el nay a tri bu yen unas los, al tiempo que pueden lle­ simboliza el alma humana Capítulo aparte merece el gar a provocar, afirman, el arrancada de su estado de propiedades uso terapéutico de la música, despertar espiritual del ser unidad primordial, el laúd, curativas en el sentido más amplio del humano. rey de la música islámica, término, en los bimaristanes. simboliza el mundo terrestre. específicas En realidad, todo el Islam, y Como es sabido, las tradi­ Según podemos leer en el tra­ particularmente el sufismo, ciones musicales árabe, turca tado de los Hermanos de la gira en torno al mito de la e iraní poseen un carácter Pureza, cada una de sus cua­ escucha transformadora. El modal. Pues bien, a cada uno tro cuerdas representa uno de oído es considerado el sentido de los diferentes modos musi­ los cuatro elementos: fuego, más importante. Sabios mu­ cales empleados - en aire, agua y tierra. sulmanes de distinta tenden­ la terminología árabe, dast­ cia y época como Al-Farabí, gah en la iraní-, se le atribu­ Mientras el sonido de cada Ar-Razí, Avicena, Algacel, Al­ yen unas propiedades curati­ cuerda del laúd por separado Kindi, o la socie­ vas específicas, al operar provoca el efecto de cada uno dad secreta de los Hermanos sobre unos humores concre­ de los diferentes elementos, de la Pureza, fundada en Iraq tos. Buena parte de la fértil esto es, calor, ligereza, frío y en el siglo X, han subrayado literatura musical islámica se pesadez, el tañido de las cua­ las poderosas cualidades sa­ ha centrado en consignar las tro cuerdas al unísono, per­ nadoras y espirituales de la propiedades particulares de mite, según los miembros de música. Según todos ellos, la cada escala modal: color, día la mencionada hermandad, música ejerce una profunda de la semana idóneo para ser armonizar y sintonizar micro­ incidencia sobre las almas, escuchada e interpretada, cosmos y macrocosmos, esto incidencia que escapa a toda estado de ánimo que provoca, es, hombre y universo. lógica, dada la esencia sutil etc. Con todo, a veces, todo tanto de la música en sí como ello se ha repetido y exagera­ Otro aspecto notable de la de la propia alma. do sin el más mínimo examen musicoterapia utilizada en los crítico. bimaristanes era la escucha También la música aparece permanente del rumor del concebida dentro del marco Laúd y nay, la flauta de agua de las fuentes y canali­ de la medicina humoral. En caiiaevocada por buena parte zaciones internas. Al mismo efecto, se afirma que el gran de bardos sufíes, eran los ins­ tiempo, los enfermos escu­ poder de la música reside en trumentos más utilizados en chaban, periódicamente, la su capacidad para influir los hospitales islámicos. Su palabra melodiosa y musical positivamente en los cuatro finalidad era crear melodías de poetas y narradores de his-

NATURA MEDICATRIX N' 62 ENERO 2001 torias. Su verbo máglCo y da en los antiguos bimarista­ edificios, constituyen valores Pervez HOODBHOY, El Islam y seductor contribuía a dulcifi­ nes de la Siria medieval, por a reivindicar hoy y en el futu­ la ciencia. Razón científica y car la estancia de los internos. ejemplo, dos veces al día, por ro. ortodoxia religiosa, Barcelona: la mañana y al caer la noche. Bellaterra, 1998. También a los propios mé­ dicos se les exigía ser capaces Notas Ahmad ISSA BEY, L' histoire de dominar el arte de la pala­ Conclusión des bimaristans a l'époque isla­ bra. Al fin y al cabo, en el diá­ l. lbn YUBAYR, A través mique, El Cairo: P. Barbey, logo paciente, atento, respe­ Los bimaristanes constitu­ del Oriente. El siglo XII antes 1928. tuoso, con los enfermos, el mé­ yen una página memorable de los ojos. Rihla, Barcelona: di�o podía extraer cuantiosa la historia de la medicina no Ediciones del Serbal, 1988, p. Daniel le JACQU ERT- Fran¡;:oise información acerca de sus ya islámica, sino universal. 331. MICHEAU, La médecine arabe dolencias .. Al mismo tiempo, a Afirma no sin orgullo nuestro et l'occident médieval, París: través de la palabra podía compatriota Ibn Yubayr, ya 2. lbn YUBAYR, op. cit. p. Maisonneuve & Larose, 1990. transmitirles paz y sosiego. En antes citado: "Estos hospita­ 332 ese sentido, ha de subrayarse les son uno de los más gran­ Pedro LAÍN ENTRALGO, Histo­ el papel pionero que la medici­ diosos títulos de gloria del ria de la medicina, Barcelona: na islámica ha desempeñado Islam". Pero, efectivamente, Bibliografía Salvat, 1978. en el ámbito de la psicoterapia. pertenecen al pasado. Sin embargo, hay algo de ellos Fran¡;:oise CLOAREC, Bimaris­ Julio SAMSÓ, Las ciencias de Según la tradición islámica, que puede sernos de enorme tans, 1 ieux de folie et de sages­ los antiguos en AI-Ándalus, Ma­ además de cumplir su función utilidad hoy en día. Ante una se, Paris: L' Harmattan, 1998. drid: MAPFR E, 1992. práctica de transmisión de medicina cada vez más tecni­ información, cuando a la ficada y despersonalizada, en Jean DURING, usique et exta­ Manfed ULLMANN, La médici­ forma verbal se le añade una la que el paciente no es sino se: l'audition mystique dans les ne islamique, París: PUF, 1995. melodía y un ritmo a través un número anónimo perdido traditions soufies, París: Albin del arte musical, puede llegar en una estadística, el ejemplo Michel, 1988. lbn YUBAYR, A través del a producir efectos notables en de los bimaristanes: sus siste­ Oriente. El siglo XII ante los el ser humano: cura sus mas terapéuticos no agresi­ Maha HAMMAD, "Le traite­ ojos. Rihla, Barcelona: Edicio­ dolencias físicas y anímicas, vos, el trato humano dispen­ mant de l'ame", en La médecine nes del Serbal, 1988. exhorta la belleza y fortalece sado a los enfermos, la nor­ au temps des califes. A l'ombre el carácter. De ahí el valor malidad con la que era asumi­ d 'Avicen ne, París: 1 nstitut du concedido también a la recita­ da la enfermedad mental, así Monde Arabe, 1996, pp. 115- ción coránica, que era realiza- como la belleza formal de los 119.

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