Barcia Martín-Santos Ajuriaguerra Moragas
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Moragas Barcia ín-Santos Ajuriaguerra Mart 1 2 GRUPO DE TRabajo DE HISTORIA DE LA PEDIATRÍA Y D O C U M E N T A C I Ó N PEDIÁTRICAS DE LA AEP Víctor Manuel García Nieto José Ignacio de Arana Amurrio José Manuel Fernández Menéndez Juan José Fernández Teijeiro Pedro Jesús Gorrotxategi Gorrotxategi Fernando Ponte Hernando Miguel Ángel Zafra Anta Quique Bassat Orellana Edita: Asociación Española de Pediatría Diseño y maquetación: Lineal Creativos S.C. Imprime: Depósito Legal: TF-657/2011 ISBN13: 978-84-695-3139-6 Número 6 3 ÍNDICE Los orígenes de la psiquiatría infantil en España .............................................................. Pág. 04 Dr. Josep Cornellà i Canals El Niño en la obra del Psiquiatra D. Juan Barcia Caballero (1852-1926): Médico y poeta .................................................... Pág.12 Fernando J Ponte Hernando Luis Martin-Santos y la psiquiatría infantil .................................... Pág. 21 Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi Julián de Ajuriaguerra Otxandiano y la psiquiatría infantil .................................... Pág. 29 Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi 4 LOS ORÍGENES DE LA Dr. Josep Cornellà i Canals Profesor del grado de Fisioterapia en EUSES PSIQUIATRÍA INFANTIL - Universidad de Girona. Presidente de la So- ciedad de Psiquiatría Infantil de la AEP. Doc- EN ESPAÑA tor en medicina, pediatra y paidopsiquiatra Hace ya muchos años, en las consultas externas del Hospital Clínic de Barcelona, nos reuníamos un grupo de pediatras que aspirábamos a una especialización en psiquiatría infantil. Nuestro sueño (o nuestra quimera) era llegar a ser paidopsiquiatras desde la Pediatría. El pro- fesor D. Manuel Cruz Hernández nos animaba a ello. Desde su cáte- dra animaba a soñar a quienes lo habíamos escogido como maestro (me gusta más esta palabra que “profesor”) y creíamos en las muchas posibilidades del saber pediátrico, como ciencia médica del niño. En aquel entonces, conocí al Dr. Ricardo Belmonte, colaborador en la cá- tedra de psiquiatría del profesor Sarró. Belmonte creó, en la cátedra de psiquiatría, una escuela profesional de psiquiatría infantil. Duró pocos años académicos. Pero fue una acción importante y pionera. Y todos convivíamos en aquel viejo edificio, entre las barcelonesas calles de Casanova y Villarroel. En aquellos pasillos subterráneos del Hospital Clínico nos encontrábamos a gusto pediatras y psiquiatras. De Ricardo Belmonte recuerdo palabras que quedaron grabadas en mi memoria. Nunca las he encontrado escritas en ninguna publicación. Pero doy fe, a través de mis circuitos neuronales, que D. Ricardo nos explicaba como la psiquiatría infanto-juvenil reconocía (o debiera reconocer) sus orígenes en la pediatría y en la pedagogía; también en el psicoanálisis. Y, como última influencia, la de la psiquiatría general. En cambio, el origen de la Psiquiatría general estaría en las incapacitaciones, en la cura de enfermedades mentales, en la medicina legal, e incluso en las causas del tribunal de la Rota. La psiquiatría infantil muestra un deci- dido interés hacia las alteraciones de la conducta y las dificultades en el aprendizaje. De hecho, la separación y delimitación entre psicología del niño y pedagogía se hace francamente difícil a finales del siglo XIX e inicios del XX. Son los años de Piaget, Montessori… Al plantearme este artículo me parece importante destacar tres capí- tulos para entender el desarrollo de una especialidad antigua y, hasta ahora, no reconocida. Está la labor de los profesionales, siguen las ins- tituciones donde ejercer las actividades estos especialistas y acaba con un libro de texto en que se puedan obtener las bases de lo que es una especialidad. Este sería un orden lógico. Pero, en atención al lector y por respeto a la cronología histórica, voy a invertirlo, a sabiendas que aquí se cumple también el postulado matemático por el que el orden de los factores no modifica el producto. 5 Dos libros de texto fundacionales Si afirmo que la base de la psi- quiatría infantil es la multidisci- plina, extrañará menos que sea un maestro quien publique el pri- mer “Compendio de Psiquiatría Infantil” y que sea un psiquiatra quien publique el primer tratado de Pedagogía Terapéutica, coin- cidiendo con Maria Montessori y Hans Asperger, entre otros. El “Compendio de Psiquiatría In- fantil” se publicó en 1907. Es el primer texto sobre esta materia escrito en lengua castellana. Su autor era un joven profesor de la Escuela Normal del Magisterio forma original cada uno de estos de Barcelona, August Vidal Pa- capítulos. Parte de sus conoci- rera. En esta escuela, donde se mientos teóricos de lo que es formaban los futuros maestros, la psicopatología del adulto (de dirigía la cátedra de Psiquiatría. la que, según se evidencia, tie- Este libro ha sido reeditado re- ne buenos conocimientos) para cientemente por la Asociación aplicar a ella lo que ha sido su ex- Española de Psiquiatría del Niño periencia docente con niños. Por y del Adolescente (AEPNyA) lo tanto, la base de este tratado es la experiencia. Y, en cada ca- El libro, que es una aportación pítulo, dedica una parte al trata- nueva e inédita de su autor, miento. Con toda la honestidad consta, en su primera edición, que caracteriza su obra, Vidal Pa- de 24 capítulos. Dedica los cinco rera se limita al tratamiento psi- primeros a lo que podríamos lla- copedagógico de acuerdo, tam- mar aspectos generales o intro- bién, con su conocimiento y su ductorios: desde las relaciones experiencia en las aulas. Termina entre lo físico y lo psíquico hasta con unos capítulos dedicados a la una clasificación de las enferme- psicología. dades mentales, pasando por la influencia de la herencia en el Es sumamente interesante todo desarrollo de las mismas. Dedi- el capítulo VI que Vidal Parera ca más de la mitad de la obra a dedica a lo que hoy conocemos lo que hoy llamaríamos psicopa- por TDAH. Lo titula “Estados mor- tología general: atención, me- bosos de la atención por exceso. moria, percepción, imaginación, Estados morbosos de la atención lenguaje. Vidal Parera concibe de por defecto”. O, como dice, las 6 verdaderas hipertrofias y atro- morbosidad consistente en la fias de la atención. poca fuerza de la atención para posarse sobre una idea u orden Así, habla de las distracciones, de ideas el tiempo necesario para ensimismamientos, atrofias del que la mente se las apropie”. juicio y del raciocinio, valga la fra- se, amnesias, exacerbaciones de El atolondramiento se manifiesta la imaginación, debilidad volitiva a través del cansancio. Al no po- etc…, que son cosas consideradas der sujetar la atención durante como de poca importancia y a las unos instantes, el niño se fatiga cuales se dedica poca atención, con facilidad. El niño atolondrado sin ver las consecuencias que ta- “se muestra inquieto, tiene ne- les descuidos pueden acarrear... cesidad de hablar, gesticula, ex- Como buen docente, observa pone atropelladamente sus pen- que se les trata de una manera samientos; el más leve motivo poco conveniente, ya que no se interrumpe su ideación, se con- tiene en cuenta que lo que mo- tradice a veces y se deja arras- tiva el correctivo dimana de una trar por la viveza de su imagina- enfermedad que se desconoce. ción; no aguarda para contestar, Estos niños, dice, son inestables, a que se haya terminado lo que tienen el carácter irritable, el se le pretende decir; y recogien- cuerpo siempre en movimiento, do ideas sueltas y casi sin ilación, siendo refractarios a la disciplina forma equivocado concepto de ordinaria. Como maestro, afirma las cosas, puesto aquellas que- que se trata de niños que pueden dan falsamente enlazadas… Todo llegar a ser una causa incesante esto se nota en mayor escala se- de trastorno y molestias para el gún se acrecienta la debilidad de maestro y los compañeros. Así, la atención” vigilancia de uno de ellos es más enojosa que la atención a veinte El segundo texto fundacional es alumnos normales. la “Introducción al estudio de la Pedagogía Terapéutica”, publica- La debilidad de la atención, para do en 1936, y escrito por el Dr. Vidal Parera, tiene una forma Alfred Strauss). Este médico, psi- bien determinada, y es bastante quiatra alemán, había trabajado frecuente en los niños. Son niños en la clínica mental de la univer- que asemejan la mariposa que va sidad de Heildelberg. En 1933, de de flor en flor; todo es nuevo ante la pujanza del régimen nazi, para él y todo quiere abarcarlo. dejó Alemania y residió en Barce- La débil atención se siente recla- lona como profesor invitado de mada en los distintos sentidos, Universidad Autónoma de Bar- de manera que le resulta difícil celona, junto al profesor Emilio formarse un claro concepto de Mira. Se integró al Laboratorio las cosas. “Tal situación da lugar Municipal de Atención a la Infan- más tarde al atolondramiento, cia, el “Laboratorio del Parque”, 7 fundado y dirigido por los Dres. socomiales. Podríamos decir que Emilio Mira y Luis Folch i Camara- la psiquiatría infantil nace de sa, en 1916. Se integró también la pedagogía. Y, como más tar- en el grupo “La Sageta”, una ins- de veremos, también de la la- titución privada de atención a la bor de aquellos pediatras que, infancia con alteraciones del ren- entendiendo más allá lo que es dimiento. Allí se daban cursos de el soma, se preocuparon por la formación en Paidopsiquiatría. mente, y las implicaciones entre El 1937, en pleno desastre de la uno y otra. guerra civil, se trasladó a Estados Unidos. Las instituciones La Sageta. Fue una institución privada de atención a la infancia con alteraciones del rendimien- to, desde donde se impartían, además, cursos de formación so- bre paidopsiquiatría, en los que participaron los Doctores Pere Calafell, Claudi Bassols, Jeroni de Moragas, Lluis Folch i Camarasa, y otros. Fue fundada en 1934 por los Dres. Jeroni de Moragas, Emi- li Mira, Alfred Strauss y A.