CRITICAS DE CDS

Paradise Lost Título One Second Sello Music for Nations “Y por un segundo perdí el aliento. Y por un segundo desee que Paradise Lost estuvieran muertos. Y por un segundo me pareció estar solo ante el dilema...” Esto es lo que ocurre cuando un se re-escucha “One Second” desde una perspectiva más madura y abierta, opuesta a una anterior visión de este trabajo, encasillada y simple. Si Paradise Lost dicen que desde el principio se juntaron para hacer música “INNOVADORA” no se podía esperar ni una segunda parte de “Draconian Times”, ni la repetición de “Lost Paradise” porque iría en contra de los principios de un grupo que jamás se ha puesto ninguna etiqueta, se las han puesto los demás. Así que los que dijeron que con “Gothic” Paradise Lost eran un grupo de Death Gótico, como los que les clasificaron de Metal Gótico a la salida del “Icon” se han tenido que callar, aunque la mayoría han preferido hacer una burda crítica de “One Second” totalmente falta de argumentos. Para que se enteren, se define a la música, no a los músicos. A diferencia de grupos como Metallica, que SÏ han perdido su identidad vendiéndole el alma a Dios, después de comprársela al Diablo, Paradise Lost siguen con las melodias tristes y melancólicas de toda la vida y, a decir verdad, más agradables de escuchar que las de “Shades Of God”, por ejemplo. Y nada hay q u e decir las letras más que remarcar su madurez y casi perfección. Es la elección (no poco dura) del preciosismo en detracción de la corrosión y la muerte de la brutalidad en pro de la melodía lo que la gente no llega a asimilar, metidos todos ellos en su celda de oportunismo, que sólo dan a abrir en sus intentos de degollar, de oreja a oreja, a todo aquel que no cumpla con sus expectativas. Para finalizar, recordar a la gente que el tema tecnológico, profano para algunos, es una elección del grupo, que desencadena en la evidente elección del oyente: escuchar “One Second” o no. “...Y por un segundo llego a comprender. Y por un segundo la decisión estuvo en tus manos. Y por un segundo pareció que estabas solo en su defensa”.

Ivan Sàez < Volver al índice