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2. Sobre Mercedes Vilaret, Montserrat Martí ha publicado la tesis doctoral Estructura narrativa i estil visual dels documentals de la realizadora de televisió Mercé Vilaret (2002); así como el interesante artículo (2003). 3. En esta investigación se ha elegido a Josefina Molina como objeto de es- tudio por las razones anteriormente expuestas. Ante la posible pregunta EL PROCESO A EN MARIANA PINEDA sobre si se llegaría a conclusiones semejantes si se hubiesen analizado los (TVE, 1984) trabajos de Pilar Miró o Mercedes Vilaret, solo puede deducirse anali- zando los respectivos trabajos de ficción de esas realizadoras. Si bien es THE TRIAL OF MARISOL IN MARIANA PINEDA cierto que ambas iniciaron su carrera en televisión y que, desde una óptica (TVE, 1984) generacional, es posible que compartiesen determinadas inquietudes, sus trayectorias profesionales –no hay que olvidar que Pilar Miró ocupó cargos Alicia Casado Vegas políticos– fueron al fin y al cabo muy diferentes. Asociación de Mujeres de Artes Escénicas de 4. La autora agradece la ayuda brindada por el personal del Archivo de TVE ([email protected]) a la hora de elaborar esta investigación. 5. A pesar de que se ha intentado visionar la totalidad de dramáticos de la directora, algunos títulos están descatalogados y otros han quedado fuera de análisis por razones de acceso. Se ha intentado que la muestra sea lo más representativa posible seleccionando títulos en función de los años y de los Resumen: En el contexto del inicio de la democracia en España, mo- programas contenedor. mento en el que la televisión se convierte en una herramienta pedagógica 6. Para un análisis pormenorizado de la película puede verse: Ballesteros, Iso- muy eficaz, el director Rafael Moreno Alba, caracterizado por acercar la lina (2001) y Castejón Leorza, María (2004) y Vernon, Kathleen (2011). literatura española al cine, realiza su versión de Mariana Pineda con un 7. La rama seca se descubre como un claro antecedente de Función de noche. reparto mediático, en el que destaca la polémica cantante y actriz Josefa No solo porque la protagonista es la misma actriz -Lola Herrera- sino por- Flores, Marisol, que habiendo sido un icono del franquismo pasa ahora a que ya en el dramático aparece la necesidad de explorar a esa generación de serlo del Partido Comunista español. En este artículo se recuerdan otras mujeres españolas. versiones del mismo hecho histórico, se ponen en relación dos momentos 8. Para profundizar sobre la trayectoria del Feminismo en los últimos años del críticos de la historia de España y se reflexiona sobre la proyección de la franquismo y durante la Transición, ver Abril, Mª Victoria y Miranda, Mª actriz en el personaje histórico de Mariana Pineda y la repercusión que Jesús (1978); Durán, Mª Ángeles y Gallego, Mª Teresa (1986); y Scan- tuvo esta serie de televisión desde una perspectiva de género. lon, Geraldine (1990). 9. La “metamorfosis” del título también puede entenderse como metáfora de Palabras claves: Mariana Pineda, Marisol, feminismo, televisión, Es- los cambios que se empezaban a desarrollar en la España de los primeros paña democrática. años setenta. Toda una declaración de intenciones en su debut como reali- zadora televisiva. Abstract: In the context of the emergence of democracy in , a time 10. Desde una óptica freudiana supondría la sustitución de la figura paterna in which television becomes a very efficient pedagogical tool, director original por otra figura paterna. Rafael Moreno Alba, distinguished for bringing Spanish literature and 11. Para un análisis sobre la trayectoria de la guionista Lola Salvador en la cinema closer together, films his version of Mariana Pineda with a fa- televisión de la Transición, ver Martínez Pérez, Natalia (2013). mous cast, starring the controversial singer and actress Josefa Flores, Marisol. After being an icon of Franco’s regime, she now becomes an

Acotaciones, 33, julio-diciembre 2014 50 Acotaciones, 33, julio-diciembre 2014 (51-72) 51 Recibido: 12/2013 - Aceptado: 02/2014 ARTÍCULOS ARTÍCULOS icon of the Spanish Communist Party. This article recalls other appro- vencido y que recuperaban su voz, que obviamente proliferarán con aches to this same historical event; it also puts into relation two critical la llegada del PSOE al gobierno en 1982. Aunque, como señala la crí- moments in the history of Spain and reflects on the portrayal of the tica, siempre dentro de unos límites de lo políticamente correcto, para actress as the historical character of Mariana Pineda as well as on the no levantar ampollas que pudieran desequilibrar la recién conquistada impact of this TV series from a gender perspective. convivencia. El objetivo de este trabajo persigue analizar en qué medida la ver- Key words: Mariana Pineda, Marisol, feminism, television, democratic sión de Moreno Alba contribuye a dicho objetivo didáctico y por otra Spain parte realizar una lectura en clave de género con el fin de verificar si la elección de un protagonista femenino obedece además a una apuesta Un martes, 13 de noviembre de 1984, pocos años después del nacimiento consciente por las reivindicaciones del movimiento feminista, que es- de la democracia, se estrenaba en televisión española la serie titulada taba en auge en ese momento, y que en España había brotado al calor de Proceso a Mariana Pineda, dirigida por Rafael Moreno Albai, en la que la oposición izquierdista al régimen del general Franco. se narraban los últimos momentos de la vida de la heroica granadina condenada a muerte por el régimen de Fernando VII al colaborar con la causa liberal. n Fernando VII y Francisco Franco Hablar de Mariana Pineda es invocar a Federico García Lorca. Ya en otro lugar analicé cómo su Mariana Pineda es la descripción de un En 1970, todavía bajo la dictadura franquista, Antonio Buero Vallejo, proceso ascensional de la protagonista hacia su propia esencialidad de experto en el camuflaje del presente en el pasado, estrenaba El sueño de símboloii. Pero, si este personaje en Lorca es una encarnación de la im- la razón, en el que, a través de la figura de Goya, presentaba una España posibilidad de vivir al no poder hallar el amor verdadero en el mundo, asediada por la intolerancia de un tirano llamado Fernando VII, tras el parece que la Mariana de Moreno Alba pretende proponer otra concep- que no era difícil ver al general Francisco Franco. La acción se situaba ción bien distinta: en el año 1823, en la década ominosa, en el mismo período en que fue ajusticiada Mariana Pineda. El tratamiento que se da al personaje de Mariana Pineda es, cuenta el También en 1970, José Martín Recuerda escribía su texto Las arreco- director, contrario al mito de Carmen, a la visión de la mujer española gías del beaterio de Santa María Egipciaca que, censurado, no tuvo la misma que dieron Merimée y Stendhal, porque es un mito falso. Tampoco tiene suerte de Buero y que hubo de esperar a la democracia, en 1977 para su nada que ver con la Mariana Pineda de Federico García Lorca, una estreno. Esta pieza, que trataba precisamente del presidio final de Ma- especie de Julieta sin Romeo, una mujer que muere de amor. Mariana riana Pineda, desde su comienzo atrapaba y envolvía al público receptor Pineda era una romántica sin saberlo. Los románticos solo podían ser con su fusión de los dos tiempos: el de la escena de 1831 y el del patio de liberales, porque necesitaban la libertad para alcanzar su destino. Ma- butacas de la España de 1970. Además se trataba de una obra coral en riana profesa la libertad y muere por ese ideal. (Pérez 1984, 36) iii donde las mujeres ostentaban el protagonismo. Resulta curioso que, si bien Rafael Moreno Alba menciona a Gar- Por otra parte, nos hallamos inmersos en un peculiar contexto cía Lorca, no cita a Martín Recuerda, a pesar de que su versión era político de España en el que la televisión se había convertido en un más afín a la suya. La Mariana Pineda de este dramaturgo comparte la codiciado instrumento pedagógico para el impulso de la cultura demo- misma concepción del amor, solo que él empareja a la heroína con el ca- crática y el rescate de la memoria nacional. Por tanto, aprovechando pitán Casimiro Brodett; además,construye un personaje focalizado en la liberación de la censura que había dominado el período franquista, lo político y que se muestra sin ningún miedo a ser tachado de amoral: surgirán emisiones que mostrarán diferentes perspectivas del bando

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Mariana Pineda: […] ¿Qué importa la honra de una mujer, ni los me- y medio transcurrido desde su muerte, y esa fue una de las razones prin- dios de que se vale, cuando se sacrifica por salvar de la muerte a muchos cipales que me decidieron a aceptar el papel. (Castro 1984, marzo, 34.) que humillaron, que traicionaron como a ti y a mí, frustrando para siem- pre nuestra vida? (Martín 1977, 270.) Este dato, de enorme interés sociológico, nos conecta con una habi- tual confusión de significante y significado, que afectará al solapado Tampoco alude, Moreno Alba, a otro hito importante en la RTVE que se efectúa entre personaje y actriz. que fue la emisión de un programa dedicado a la granadina, escrito por Antonio Gala y dirigido por Mario Camus y que formaba parte de la serie Paisaje con figuras, suspendida por el presidente Arias Navarro n La elección de Josefa Flores como Mariana Pineda en 1976iv. Y era además Mario Camus quien, en 1983, había dirigido otra serie ambientada en la España de la Guerra de la Independencia y La polémica estaba servida desde el momento en que, en noviembre de de Fernando VII, Los desastres de la guerra, con la intervención en el 1983, se confirmaba la presencia de Pepa Flores como protagonista de guion del militante comunista Jorge Semprún. Proceso a Mariana Pineda, serie con la que Moreno Alba pretendía No hace falta, pues, insistir en las similitudes de la España de princi- igualar el éxito logrado con su versión en 1981 de Los gozos y las som- pios de siglo xix con la de los años finales del franquismo y el nacimiento bras. Bien sabido era que la popular cantante, tras su encuentro con el de la democracia, en la que los españoles, creadores de la constitución bailarín Antonio Gades, había dado un giro ideológico radical simboli- más avanzada de Europa, vivían bajo el yugo de un rey tirano que no zado en su donación al partido comunistav del oro recibido por amenizar dudaba en eliminar a los disidentes, anhelando recuperar una constitu- las meriendas de Franco en La Granja. ción, que había sido copiada por otros países europeos y que enarbolaba Ante su propuesta para el papel, el director afirmó que la famosa los lemas de “ley, libertad e igualdad”. cantante y actriz tuvo sus recelos, porque “Era volver después de mucho Desde esta perspectiva, nos parece pertinente recoger unas palabras tiempo, y volver con un personaje que para muchos españoles significa- muy directas, de Germán Cobos, que encarnó en la serie al juez Pe- ría remover sus sentimientos, con un personaje conocido y amado por drosa, el protagonista masculino y antagonista de Mariana: media España y casi desconocido para la otra media.vi” Y ya, a partir de este momento, la prensa comenzó a publicar ataques contra ella que, Mi personaje representa la represión. Pienso, en este sentido, que Pe- o bien la calificaban de hipócrita por haber afirmado que se negaba a drosa es honesto porque cree que se necesita mano dura, está convencido trabajar con televisión española pero sí aceptar una sustanciosa sumavii, de la bondad del sistema represivo y, por otra parte, como es habitual o bien la criticaban por su ideología política, como reconocía el propio con tipos así, es un ser despreciable, ambicioso y trepa. Los conflictos diario ABC en su anuncio del proyecto de la serie: que presenta la serie son universales y actuales. Hijoputas como Pe- drosa hay a barullo hoy día. La derecha cerril española haría ahora lo Se han producido en estos días los ataques contra Marisol, Pepa Flores, que él hizo entonces.(Pérez 1984, 36) por la firma del contrato con RTVE para protagonizar a Mariana Pi- neda en una serie por la que cobrará doce millones. ABC publicó hace Este mecanismo asociativo, como veremos, se producirá también en días que Pepa Flores podría haberse instalado en una vida de estrellato, el nivel de la elección de la actriz protagonista que se expresaba así al lujo y frivolidad, pero por servicio a un ideal –el comunismo– renun- respecto: ció a todo. Se puede coincidir con las ideas de la artista o discrepar de ellas, pero Marisol merece respeto, como todas aquellas personas que Precisamente yo creo que los problemas que impulsaron a Mariana en su se sacrifican por sus ideales. Desde el punto de vista de los principios lucha siguen existiendo todavía hoy en nuestra sociedad, a pesar del siglo democráticos pluralistas, lo criticable y censurable son los postulados

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comunistas, no que Marisol, con sacrificio y riesgo, crea en ellos. (Már- Marisol es clara y valiente al declarar su credo, y es sabia al acomodar quez 1983, 37) su perfil al de esta heroína de friso y romance, de frente nimbada por los pedernales del mito. (ABC 1984, 41) He anotado esta cita porque resume muy bien la expectación que, ya desde su rodaje, irá adquiriendo la serie, causada en buena medida Hago hincapié además en dos aspectos: en la asociación de personaje por la presencia de Marisol, cuya fotografía, con su puño en alto, solo e intérprete, negada por el director, y en el sintagma “puño bello”, tras un mes antes y durante la asistencia a un congreso prosoviético del PC el que se manifiesta que la memoria de la imagen del puño en alto de catalán, había acaparado la atención de una jugosa parte de los medios. Marisol se mantiene todavía viva después de un año de la aparición de Destaco, por ejemplo, el diario El País, que, a partir de la publicación de la famosa fotografía. una columna de Maruja Torres titulada “El puño de Marisol”, acogería En una entrevista realizada tras la exhibición de los tres primeros ca- una ristra de réplicas y contrarréplicas generadas por la misma. Forman pítulos de la serie, el director justificaba una buena parte de las críticas parte de esta ristra varias cartas al director defendiendo a Marisol y la negativas hacía su trabajo en el paralelismo que el receptor establecía respuesta de esta. Me permito anotar el núcleo del ataque de la perio- entre personaje e intérprete: dista que la tilda de influenciable e ingenua: Ese afecto o desdén hacia la figura de la actriz están impidiendo hacer, Marisol, a la que nunca he conocido fuerte, sino pasando de la tutela de creo yo, las necesarias reflexiones sobre pasajes y personajes de nuestra un hombre a otro, demasiado deshabitada de sí misma, cree ahora que historia. (Berasátegui 1984, 29). Andropov es santa Cecilia tocando el arpa mientras el resto del mundo vive entregado a la corrupción del capital y la explotación del impe- Sin embargo es indiscutible que el director había hecho su elección rialismo: son los peligros de bailar al mismo son que taconean otros. con plena conciencia de la enorme repercusión mediática de su actriz, y (Torres 1983, 39) que, a pesar de su afirmación en esta misma entrevista de que “no existe el mínimo paralelismo entre su vida y la de Mariana Pineda”, era obvio A lo que la propia Marisol en el mismo diario responderá así: que conocía las afirmaciones de Josefa Flores sobre su afinidad con el personaje. Quiero decir que ese modo de tratar mi gesto, mi libertad y la dignidad de mi brazo en alto con el puño cerrado, esa forma de comentarlo, es fas- Sería incapaz de interpretar este papel si no me sintiera desde hace cista, porque solo intenta degradar el derecho a hacerlo con dignidad. tiempo ligada al personaje. Como andaluza que soy, yo conocía la his- (Flores 1983, 17) toria de Mariana Pineda desde pequeña porque mi madre nos contó muchas veces en casa el romance. (Castro 1984, 35) Merece la pena destacar la reflexión que hace Elena Sáez en una carta al director acusando a Maruja Torres de no aplicar el mismo ra- Y no solo esto sino que lo fomenta. sero para criticar idéntico gesto pero esta vez del Ministro de Cultura En efecto, no se guardará en absoluto de evitar la búsqueda de esta al tomar posesión de su cargo (Sáez 1983, 17). En el siguiente artículo, identificación y más si tenemos en cuenta, al menos, dos escenas en las que firmado con las siglas J.I.G. con motivo del estreno de la serie, este en- vemos la sombra de Pepa Flores perfectamente proyectada sobre Mariana mascarado autor destaca así esta asociación de Pepa con Mariana: Pineda. Nos referimos a cuando su hija Úrsula no puede dormir y le pide a su madre que le cante una canción, y a cuando Mariana disimula una re- Mujer andaluza, madre joven y luchadora por la libertad, muerta por unión subversiva en el patio de su casa, cogiendo una guitarra y cantando la bandera que tú bordaste en rojo ayer. Al aire el puño bello. Pepa/ una copla como si de una entrañable merienda de amigos se tratase.viii

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Como era de esperar, recién estrenada la serie, estallarían las críticas martillo, o que el puño de la chica se dispare, cerrado y bolchevique, a contra la protagonista, comenzando por la de la insigne biógrafa de Ma- poco que la actriz descuide donde pone la mano. Otrosí, se me antoja riana Pineda que partía del prejuicio “Desde un principio me temía que inquietante que a la Flores se la critique de esta guisa y que en cambio Pepa Flores no iba a dar el personaje”. Y que continuará afirmando que nadie diga, de los varios actores fachas que tenemos, que su interpreta- ción es mala porque al cruzar el escenario se le nota un asomo de paso Según las descripciones de la época, Mariana tenía una prestancia y de la oca o una desenvoltura decididamente falangista en el monólogo. una dulzura, además de una gran energía personal para hacer lo que (Montero 1984, 38). hizo, que es todo lo contrario al papel encarnado por Pepa Flores, quien me ha parecido muy seca, demasiado rabiosa y equivocadamente histé- Por su parte la historiadora Cristina Viñes observa que rica. (Castro 1984, dic, 34.) Cualquier parecido entre la Mariana Pineda televisiva y la realidad es Sin embargo, esta “sequedad” en la subjetividad de Pepa Flores se pura coincidencia (Castro1984, 11 dic, 35.) traducía así: Opinión que parece extendida entre los granadinos, como la del escritor Como quiera que la figura histórica de Mariana marcó un hito que to- Manuel Orozco, recogida por el periodista Eduardo Castro, que objeta davía permanece vivo, yo he intentado a nivel personal interpretar un varias cuestiones que tienen que ver tanto con la interpretación de Pepa personaje que en todo momento resulte creíble, humano y real a los es- Flores, como con la tergiversación histórica: pectadores de hoy, procurando acercarlo a la sensibilidad actual para que no se quede aislado y distante. (Castro 1984, marzo, 36)ix Mariana Pineda, para bien o para mal, perteneció a la aristocracia y a la alta burguesía liberal de Granada, y no fue ese ser agrio y frenético que Pero, de esta batalla mediática, merece la pena destacar una, si no intenta encarnar una mala actriz, de gestos o modales barriobajeros en original, sorprendente invectiva, con su correspondiente contrarréplica la acción.(Castro1984, 11 dic, 35.) inteligente y jocosa de la pluma de Rosa Montero. Pues bien, en una reseña para El País, el periodista Eduardo Castro repite una cita textual Pues bien, que la actriz sea buena o mala no tiene en absoluto que ver de su colega Alejandro Víctor García que detecta en Pepa Flores con que Mariana Pineda no sea presentada en la serie como una mujer perteneciente a la nobleza. Además de que lo afirma en un interrogato- …el ligero asomo prosoviético en su desenvoltura ante las cámaras, más rio, los espectadores podemos verla como tal asistiendo a las casas de socialrealista que dulce y tan alejado de la Mariana que nos describe su nobles, a los entretenimientos de nobles y viviendo y vistiendo como una biógrafa Antonina Rodrigo. (Castro 1984, 35) noble. Es posible que la crítica se reduzca a que la gestualidad de Pepa Flores no se corresponde con la de una mujer noble, pero no nos parece A esta peregrina afirmación responderá precisamente Rosa Mon- que deba hacerse la ecuación de “noble y aristócrata” igual a “no agrio, tero, una persona que no ha visto la serie, ni está interesada en absoluto, no frenético”, dada la probabilidad de que existan nobles “agrios” e in- de la siguiente manera: cluso “frenéticos”. La misma mezcla de conceptos se observa en su posterior afirmación Pero ignoraba yo que hubiera una escuela interpretativa prosoviética, de que: y me pasma que se pueda entrever dicha ideología en una réplica de diálogo, en un primer plano, en una toma, como no sea que las cejas de Los constitucionalistas granadinos estaban en la alta burguesía y en el la Pepa conformen, inadvertidamente, los perfiles de una hoz y de un Ejército, no en el pueblo, y por eso la actriz que han vestido de Mariana

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aparece como una caricatura intencionadamente deformada, pues pa- de Mariana, se recogía una cita en la que Pepa Flores se hacía eco de la rece difícil encontrar alguien que atempere menos al carácter de la he- intención del director: roína, lejos de su gesto culto, de su distinción e incluso de la imagen que de ella nos ha llegado a través de sus retratos. (Castro1984, 11 dic, 35.) Queremos ser muy fieles a la realidad histórica que enmarcó la vida y la muerte de Mariana Pineda y para ello nos hemos basado en la docu- ¿Qué tiene que ver que los liberales fueran burgueses y militares, mentación auténtica del proceso que la condujo al garrote. (Castro1984, y no pueblo, con que Mariana aparezca como “una caricatura defor- marzo, 36). mada”? A nuestro juicio la interpretación de Pepa Flores está más cerca de la sequedad y el hieratismo, sugeridos por la propia Antonina Ro- Respecto a este objetivo de veracidad, destaca el colofón con el que la drigo, que por esta “chabacanización” que se pretende exagerar y que emisión se cierra porque precisamente está tomado del libro de Rodrigo. parece tener más que ver con la percepción que sus críticos poseen de la Se trata de un comunicado oficial que apareció publicado en La Gaceta propia actrizx. de Madrid el 7 de junio de 1831, transcrito íntegramente en la panta- lla y leído por una voz en off, del que solo anoto el párrafo final. Este fragmento nos sirve además de enlace para explorar en qué medida la n Del material histórico al corsé del guion mirada de género influye sobre las modificaciones que se han efectuado en el personaje: En cuanto a la fidelidad histórica hemos de tener en cuenta que las nor- mas impuestas por un género obligan a realizar sobre los materiales Si aún son más dolorosasxi estos castigos en los mujeres que en los hom- originales una serie de transformaciones. En los casos del teatro y del bres, no por ello dejan de ser tan precisos para el escarmiento, especial- guion existen unas exigencias temporales que obligan a que la cronolo- mente después que los revolucionarios han adoptado la táctica villana de gía sea comprimida para colaborar con la progresión dramática. Por ello tomar por instrumento y por escudo de sus locos intentos al sexo menos algunos acontecimientos adquieren una diferente reformulación causal, cauto y más capaz de interesar la ajena compasión. como es el caso del histórico Fernando de Sotomayor cuya fuga de la Toda la península goza de perfecta paz. cárcel data del año 1828 y que en la serie se coloca casi como detonante Gaceta de Madrid, 7 de junio de 1831. de la detención de Mariana, sin reflejar en absoluto que hayan pasado Una lectura de género tres años. Sin embargo, el nombre de Antonina Rodrigo aparece en los crédi- Desde una lectura de género es pertinente destacar el abierto recono- tos finales de los capítulos bajo el epígrafe “Documentación histórica” y cimiento en el siglo xix de que es más doloroso matar a una mujer que a pese a ciertas modificaciones de las que hablaremos y que guardan re- un hombre. Además de que se infiere que era práctica corriente utilizar lación con la dimensión que se quiere potenciar más en la protagonista, a las mujeres en la causa revolucionariaxii, parece también sobreenten- la serie está fundamentada en su libro hasta el punto de que a veces la derse que las mujeres no tienen conciencia política propia sino que son presión de la veracidad hace que la acción quede ralentizada por intro- manipuladas. ducir frases o párrafos literales extraídos de la documentación histórica Los historiadores de la época, y también Antonina Rodrigo, con- del proceso a Mariana Pineda. Así se percibe, entre otros, en momentos cluyen que las mujeres de entonces, tanto liberales como realistas, como la descripción de la famosa bandera o la relación de la cuenta de fueron perseguidas por participar en la política, actividad que se les gastos ocasionados por la permanencia de la condenada en capilla. tenía vedada y que las hacía acreedoras del calificativo de prostitutas, Por ejemplo, a propósito de la noticia de la ingente cantidad de agua mezclando los conceptos de libertad sexual y política. Prueba de ello que cayó sobre la actriz cuando se grababa el momento del ajusticiamiento es el curioso microcosmos formado por las “arrecogías”, cuyos nombres

Acotaciones, 33, julio-diciembre 2014 60 Acotaciones, 33, julio-diciembre 2014 61 ARTÍCULOS ARTÍCULOS destaco en el texto de Martín Recuerda por ser reveladores: Paula “la significativo reproche: el de la imagen de “mujer tragahombres que se Militara” o Carmela “la Empecinada”. ofrece de la protagonista”. En primer lugar, dicho argumento sobre la in- Desde el nacimiento del proyecto, Pepa Flores ya relacionabacon su vención del término “feminismo”, serviría para asegurar que los objetos propia actualidad histórica tanto la dimensión política de su personaje no podían caer al suelo por su propio peso antes de que Newton diera como la importancia de su pertenencia al género femenino: su formulación de la ley de la gravedad, y en segundo, nos parece muy pertinente reflexionar sobre si esta imagen de Mariana Pineda de “tra- […] la actitud de Mariana Pineda responde a una problemática histó- gahombres” no se sustentará más bien en prejuicios, que tienen mucho rica que, desgraciadamente, no ha perdido aún actualidad” afirmó Pepa más que ver con la apuntada censura moral hacia la persona de Pepa Flores, que asegura referirse no solo a la actitud política del liberalismo Flores. Al fin y al cabo, y escrito por la citada biógrafa, en la vida real republicano que la heroína granadina defendió y pagó con su vida, sino de la viuda Mariana de Pineda hubo otros hombres como el capitán incluso a la cuestión feminista, tan en auge en los últimos años. (Castro Brodett, o el propio José de la Peña, su primer biógrafo con el que preci- 1984, marzo, 36). samente tuvo una hijaxiii. Y con esto no queremos decir que el personaje histórico fuera una “tragahombres”xiv. Tal vez una parte del público en- Ya hemos aludido a que el contacto de Marisol con Antonio Gades y tendido esperaba encontrar los tradicionales amores de los romances de su mundo, estimularía en ella una transformación personal que la llevó Mariana con Fernando de Sotomayor, y la presencia del teniente Alba a identificarse con las ideas comunistas y a participar en actos organi- se les antojara como la de un amante más para la lista, en lugar de verlo zados por el PCE, de uno de los cuales surgió la polémica del famoso como un personaje arquetípico que simboliza para el director la ma- puño. También es evidente que en el periodo de los Goyanes Marisol nera de Mariana de concebir el amor, y de ahí que, tal vez, este dato les había sido explotada como símbolo sexual, pero que tras su separación, pudiera parecer lo suficientemente cualitativo para negar la veracidad en 1976, Marisol aparecerá desnuda en una portada de Interviú protago- histórica del relato. nizando uno de los sucesos más escandalosos de su biografía. En este punto conviene llamar la atención sobre el episodio, relatado En la expresividad musical de Marisol también se iba notando esta por la propia biógrafa, de la fuga de Mariana de su arresto domiciliario, evolución ideológica y, a este respecto, nos parece interesante recordar cuando, tras ser sorprendida, chantajea al oficial. En este momento su el disco aparecido en 1979 titulado Galería de perpetuas, que marca un pluma extravía el género y vuela hacia lo novelesco: hito por la tremenda ruptura con su trayectoria anterior como cantante. En este disco, con 10 canciones todas protagonizadas por mujeres, Pepa Es ella la que está inmóvil, frente a un extraño, disfrazada de vieja, ofrece su voz a la mujer maltratada por el amante (“La Petenera”), a la tratando de comprar su libertad, haciendo uso, sin resultado, de sus esposa esclava del marido (“Comprada”), a la prostituta (“Cuestecita de poderosas armas femeninas. (Rodrigo 2004, 107.) Moyano”) e incluso a la lesbiana que tiene que ocultar su amor no “regla- mentario” en el tema “Duerma usted tranquila, madre”. Naturalmente, Con lo de sus “poderosas armas femeninas” se refiere a la confesión en la presentación de su disco, Marisol se iba a encontrar con los gritos del oficial, consignada en la documentación del proceso, de que Ma- de incomprensión de aquellos estupefactos que reclamaban a la antigua riana le prometió que si se iba con él le haría feliz.4. Marisol, a la de la “tómbola”. Pues bien, tras el estreno de la serie, en el citado artículo en el que el periodista Castro incluía la opinión de la biógrafa Antonina Rodrigo n De la Mariana de la historia a la Mariana de Alba sobre el papel de Pepa Flores, aquella añadía a sus críticas la de que Mariana Pineda no podía ser feminista porque “en aquel entonces no Siguiendo el relato que propone Antonina Rodrigo, Mariana Pineda se había inventado aún el feminismo”, y sumaba todavía otro no menos nace el 1 de septiembre de 1804 en Granada, hija de María Dolores

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Muñoz y Bueno, plebeya, y de Mariano de Pineda y Ramírez de con- a casarse con quien más quería antes de que él renunciara a sus ideas. dición noble, motivo que impidió el matrimonio y que fue causa de que Preferí ser su amante a ser su esposa. Mariana, ante la temprana muerte de su padre, pasase de la tutoría de En la primavera del 28 regresé a Granada, desde entonces hasta hoy un tío suyo, José de Pineda, ciego, a la del matrimonio Mesa en 1807, y ha habido otros hombres. Esto te dirán de mí, sobre todo las mujeres. que, además, trajo no pocos problemas con la herencia a Mariana, quien Así soy, así ha sido mi vida y así debes admitirlo. (Cap. 2) no cesó de reclamar sus derechos hasta casi el momento de su muerte.xv Nada se menciona en la serie de sus orígenes y de sus problemas eco- Dejando a un lado el carácter excesivamente narrativo del texto, ca- nómicos relacionados con sucesivos pleitos contra la familia de la esposa bría preguntarse por qué se juega con la omisión del nombre del padre de su tío José. Es evidente que las imágenes muestran que Mariana es de Luisa, el tercer hijo de Mariana, hija que además no aparece en nin- una dama que vive y se desenvuelve como una mujer de la alta socie- gún momento en la emisión y que supone una importante dislocación dad, y tan solo la vemos mezclarse con el vil metal, cuando su primo se de la veracidad histórica de la vida de la protagonistaxvi, y por qué este lo pide para su huida, y así la vemos empeñando una joya para dicho descuido no es aprovechado por los detractores de la serie para desacre- proyecto. Y la supresión de este dato, que muy bien podría servir para ditar la perseguida veracidad histórica. menoscabar la dignidad de la nobleza de Mariana Pineda, tampoco es Mariana Pineda se casó con quince años con Manuel Peralta del que mencionada en ningún momento por el sector de las críticas adversas. tuvo dos hijos, Úrsula y José. Posteriormente se documenta una peti- Esta elipsis de los guionistas, además de reforzar la coherencia que ción de permiso para un nuevo matrimonio con el oficial Casimiro Bro- exhibe su título de “Proceso a Mariana Pineda”, sirve para dignificar al dett, cuya boda no se lleva a término por razones que se desconocen y es personaje, que demuestra que, en cualquier momento, es capaz de darlo aquí donde entra la libre interpretación de los creadores de la serie, que todo por la causa revolucionaria. claramente se decantan por dotar a su personaje de una extraordinaria En relación con esto es muy ilustrativo observar cómo se rellenan o coherencia y fidelidad con sus ideas liberales. Esta forzada modificación interpretan las lagunas en la biografía de Pineda. Por ejemplo Antonina en cuanto al asunto de los hijos produce algún descuido en el guion, al Rodrigo escribe que Mariana abandonó Granada una temporada y que tener por norte la documentación veraz. Nos referimos al momento de la se especula que fue a raíz del tercer embarazo de esta para evitar el es- carta que el personaje, como madre, escribe a su hijo ante la inminencia cándalo; pues bien Moreno Alba y sus guionistas optan por borrar este de la muerte y en la que incongruentemente le pide a este que cuide de dato y por relacionar esta escapada temporal con el acoso que Mariana su hermana, cuando él es el pequeño en la serie. Esto sucede porque la comienza a sentir por parte de Pedrosa con la excusa de que Úrsula ne- Mariana Pineda histórica le pedía a su hijo José que protegiera a su her- cesita cambiar de aires. mana pequeña Luisa, ya que se especula con que Úrsula, la hija mayor Del mismo modo, son escasos los hitos que se nos dan del pasado de Peralta, había muerto. de Mariana. En el encuentro amoroso con el teniente Alba, ante la pre- No podemos identificar plenamente entonces al teniente Alba con el gunta de este por la paternidad de su hija, Mariana se ve en la necesidad capitán Brodett, y por tanto debemos suponer que la creación de este de justificar su vida sentimental. Anoto sus palabras que, aunque por personaje, que con dicho nombre no existió en la vida de la granadina, un lado son como un manifiesto de su libertad de amar, por otra, deci- o bien es una pura invención o bien, como sugerimos, surge de la mezcla didamente, inciden en la dimensión política del personaje que es la que de elementos de otros amantes o admiradores documentados en la vida siempre se quiere resaltar en la serie: de Mariana como fueron Fernando de Sotomayor, el propio Brodett, José de Salamanca o José de la Peña y Aguayo, su primer biógrafo y Pero concédeme el derecho de no decir el nombre del padre de mi hija padre de Luisa. Además, si el director hubiera optado por cualquiera de […] Los políticos del rey quisieron que el capitán Brodett renunciara ellos en concreto la recepción del espectador hubiera corrido tras una a sus ideas liberales antes de casarse conmigo y fui yo quien se negó interpretación que desviaba de su intención fundamental.

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El teniente Alba, desde el principio, aparece más interesado en el En lo que se refiere a la conducta moral de Mariana hemos de decir amor que en la políticaxvii y de ello ya es acusado por el personaje ilus- que si bien los romances populares creados a raíz de su muerte hacen trado que encarna Emilio Gutiérrez Caba en el primer capítulo de la reiteradas alusiones a los amores de Mariana con su primo Álvarez de seriexviii. Si el amor para Alba está por encima de la política, decidida- Sotomayor, en la serie vemos cómo los personajes los insinúan, pero Ma- mente para Mariana es la política la que está por encima del amor. Sin riana insistentemente lo niega. Igualmente hay cierta ambigüedad en embargo, para él, el amor no está por encima de la vida, y por ello se la primera entrevista entre Mariana y Pedrosa en la que él habla de su opone la actitud cobarde del teniente a la valentía de Mariana cuando, antigua amistad y de la que se deduce que en un pasado más o menos al sentirse acosado, decide abandonar Granada. Alba invita a su amante reciente Pedrosa y Mariana coincidían en algunos círculos, y que la a acompañarle con sus hijos, pero esta elige quedarse para seguir con su mujer rechazó los requerimientos amorosos de Pedrosa. De ahí que ante ferviente lucha. El miedo ha superado al amor en Alba; a pesar de ello, la inminencia de la condena a muerte, el abogado de Mariana propone cuando este se despide de Mariana no se nos escatima una imagen de in- que esta utilice el argumento del despecho amoroso para desarmar a tenso dolor de la mujer abandonada que llora en soledad. Esta estampa Pedrosa, sugerencia que radicalmente rechaza. Respecto a la veracidad humaniza a la protagonista que queda incapacitada por la angustia para histórica de este episodio sabemos que el abogado, don José Escalera, proseguir con la dulce tarea de bañar a su hija. Y este dato es impor- en su defensa a Mariana Pineda alude veladamente a que su defendida tante, porque impide que el espectador atribuya a Mariana una excesiva “por no haber accedido a pretensiones de otros sujetos, se ha adquirido y frivolidad en cuanto a su conducta amorosa. Mariana ama a Alba, es tiene algunos enemigos y no sería extraño que estos se hayan propuesto una mujer libre que decide entregar su cuerpo a quien su voluntad elige, llevar su resentimiento y venganza hasta el extremo de arruinarla” (Ro- pero no a cualquiera, como murmuran las gentes, o como tal vez le gus- drigo, 129). taría a Pedrosa. No obstante, si Alba será capaz de poner sus sentimien- tos por encima de la política, Mariana siempre subordinará aquellos a esta, incluso el ferviente amor que muestra hacia sus hijos y que también n Conclusiones está exagerado en la versión televisiva. Más adelante Alba regresará para intentar rescatar a Mariana Podemos pues concluir que, a pesar de que el guion está plagado de refe- cuando sabe que ha sido encarcelada, e incluso le pide a ayuda a Soto- rencias que aluden a la insignificancia de la mujer y que avalan la visión mayor quien, desde su seguridad de Londres, se excusa cobardemente, de su inferioridad respecto al hombre, la Mariana Pineda que le interesa por lo que parece que, en todo momento, en el guion se aprovecha cual- destacar a Moreno Alba es la que se encierra bajo esta sentencia puesta quier reacción para enfatizar la cobardía de los hombres ante la valentía en sus labios: “es el amor el que estaba condenado a no entenderse con de Mariana, que va engrandeciéndose. Precisamente Sotomayor inten- la libertad” (cap. 1)xix. Es la exaltación de la libertad lo que le interesa. tará disipar el temor de Alba apoyándose en el argumento machista de En la manipulación que el guion refleja del material histórico el di- que Mariana es una mujer y de que por tanto no se atreverán a hacerle rector recibe fuertes críticas que lo acusan de faltar a la veracidad histó- nada. rica pero que en el fondo enmascaran una serie de prejuicios enfocados Cuando, tras la citada separación, Alba y Mariana se ven en la clan- principalmente en la actriz protagonista, como lo demuestra el dato de destinidad para pasarse unas cartas, en el capítulo tercero, Mariana que se obvien otras modificaciones significativas que precisamente le confiesa su ilusión de que pronto llegará un gobierno libre “solo así po- sirven a Moreno Alba para dignificar a su personaje de Mariana. Si él dremos ser felices”. Otra prueba más de que para ella el amor está por era consciente de que la elección de Pepa Flores como protagonista iba debajo de la política, de que lo privado depende de lo social porque está a ser una bomba mediática, no podía controlar la dirección por la que contenido en lo público, y de que sin un gobierno justo no puede haber la polémica se iba a conducir al proyectar los prejuicios de una imagen una vida buena. de una idealizada Mariana sobre una Pepa Flores metida de lleno en

Acotaciones, 33, julio-diciembre 2014 66 Acotaciones, 33, julio-diciembre 2014 67 ARTÍCULOS ARTÍCULOS el contexto sociopolítico de una España con voces que clamaban por Torres, Maruja. “El puño de Marisol”. El País, 21 oct 1983. la igualdad, la píldora anticonceptiva, el divorcio o el dominio sobre el Sáez, Elena. “Me da pena Maruja” (carta al director). El País, 28 oct propio cuerpo y la propia sexualidad femeninos. Si Moreno Alba quiso 1983. hacer una lectura para enarbolar la libertad con mayúsculas, en su Pro- ceso a Mariana Pineda se tropezó con el Proceso a Marisol, porque la re- cepción de un texto también forma parte de su sentido. n Notas

1. Rafael Moreno Alba (1942-2000) es un reconocido director cinematográ- n Obras citadas fico autor de películas como Gallos de pelea (1966), Las melancólicas (1971), Triángulo (1972), Pepita Jiménez (1975), Mis relaciones con Ana (1979), Pasos lar- Aguilar, José y Losada, Miguel. Marisol. Madrid: T&B editores, 2008. gos (1986), El beso del sueño (1992). Destacan en su trayectoria dos aspectos: Ayala, Francisco. “El proceso de Mariana Pineda o las expectaciones su práctica del llamado “destape” en un momento en que se concebía como defraudadas”. ABC, 25 nov 1984. escandaloso por un gran sector de la población, y su interés por la adapta- Berasátegui, Blanca. “Los gozos y las sombras de Mariana Pineda”. ción de obras literarias. ABC, 2 dic 1984. 2. Ver bibliografía. Casado Vegas, Alicia. “Mariana Pineda. Más allá de la vida, más allá 3. Moreno Alba continúa distinguiéndose de sus referentes cinematográficos del amor”. En: Mujeres en seis actos. Madrid: Castalia, 2005, pp. e insistiendo en el interés político de su personaje como adalid de la libertad 33-40. menos focalizada en lo sexual que en la libertad de expresión: “Al contrario Castro, Eduardo. “Pepa Flores quiere ser fiel a la historia de Mariana de las heroínas de tres películas paralelas, Tosca de Renoir, interpretada por Pineda”. El País, Lunes 19 marzo 1984. Imperio Argentina, VaninaVanini de Rosellini, y Senso, de Visconti, Mariana Castro, Eduardo. “La Mariana Pineda de TVE defrauda en Granada”. Pineda no entrega a la justicia a sus compañeros revolucionarios para salvar El País, Martes 11 diciembre 1984. al amante. Mariana guarda silencio para salvar a los conspiradores. Esta es Castro, Eduardo. “Las quejas de la biógrafa”. El País, Martes, 11 di- la gran diferencia que tiene el español ante la muerte. La vida y la muerte ciembre 1984. de Mariana demuestran, como enseña la historia, que en un país donde no Diez, Emeterio. “El gatillo de la memoria: Un día volveré”. En: Studi había libertad, había sin embargo muchas personas libres. En la época que Ispanici. Roma: Istituti editoriali e poligrafici internazionali, trata la serie, las universidades estaban cerradas, no había más Prensa que 2004, pp 59-83. el boletín Oficial del estado, y estaban censurados poemas y versos. Porque Flores, Josefa. “Réplica de Marisol”. El País, 28 oct 1983. la libertad se perseguía en la cultura, que es el primer principio de la tira- Garrido, Elisa (ed.). Historia de las mujeres en España. Madrid: Síntesis, 1997. nía. Granada era entonces una de las ciudades más cultas y más europeas Márquez, José M. “Marisol será Mariana Pineda”. ABC, sábado 19- de España” (Pérez: 1984, 36). 11-1983. 4. Su protesta en un artículo para la revista Sábado gráfico (número 988, 1976) Martín Recuerda, José. Las arrecogías del beaterio de Santa María egipciaca. titulado “Las viudas”, le supuso a Gala un auto de procesamiento y ame- Madrid: Cátedra, 1977. nazas de muerte, hasta el punto de que circuló la falsa noticia de que fue Montero, Rosa. “Prosoviética”. El País, 15 diciembre 1984. asesinado. Pérez Ornia, José Ramón. “Mariana Pineda una de buenos y malos”. 5. Pepa Flores tras romper su matrimonio con Carlos Goyanes, se casará El País, 11 nov 1984. en teniendo por padrino al mismísimo . Esta referida Rodrigo, Antonina. Mariana de Pineda. Madrid: La esfera de los libros, transformación se produce gradualmente, como puede verse si se analiza 2004. su trayectoria musical en los años setenta, y culminaría con la decisión de

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abandonar el nombre artístico de Marisol en favor del auténtico de “Pepa 12. Pilar Folguera cita otras figuras femeninas que fueron perseguidas en la Flores” que vemos por primera vez en los créditos de la película Carmen de época de Fernando VII de todos los estamentos sociales por afrancesadas y en 1983. Obsérvese la necesidad de la búsqueda de la propia por liberales como Luisa de Soto y Urquijo o Soledad Mancera, condenada identidad que refleja este gesto. a diez años de prisión, o Teresa Panigo también con pena de muerte. 6. Marisol con sus propias palabras lo refería así: “A mí, por lo menos me ha 13. Por contraste recojo lo que la biógrafa escribía en su propio libro llena de dado la impresión de que en Granada no se conocen suficientemente la vida comprensión hacia el personaje histórico: “A esta mujer debemos verla ante y la importancia histórica de Mariana, aunque quizá la culpa de estos he- todo, como un ser humano con sus virtudes y pasiones, aunque tengamos chos la tengan los muchos años de ocultación del tema que hemos padecido que deformar un criterio popular exageradamente sublimado” (p. 72). en épocas anteriores” (Castro: 1984, 35). 14. En este sentido moralista iba también una crítica del académico Francisco 7. Tanto es así que el periodista Eduardo Castro escribe: “Tras referirse a sus Ayala que apostilla su decepción de la serie de la siguiente manera: públicas diferencias con RTVE (“no tengo el menor recato en decir que no “Y para que nada falte en tan impropia exhibición de un lujo gratuito, no me gusta absolutamente nada, que no estoy de acuerdo con su línea actual se han privado los autores del telefilme de brindarle a la curiosidad del es- y que, por lo tanto, no me presto de momento a colaborar con ella”.) Pepa pectador, que sin duda suponen tan salaz como ávida, la inevitable escena - Flores justificó su participación como protagonista principal en la serie por ¿hubiera podido faltar acaso?- de destape y fornicación”. (Ver bibliografía). el hecho de que a ella la ha contratado una productora privada, aparte de 15. Ver documentación en Rodrigo: 2004, 252. que admira la figura de Mariana Pineda”. 16. Los datos apuntan a que Mariana Pineda tuvo tres hijos: Úrsula, José y Por su parte el diario ABC en su anuncio del día del estreno afirmaba, ma- Luisa. Los dos primeros fruto del matrimonio con Manuel de Peralta, del liciosa y retóricamente, tras la firma J. I. G.: “Pepa ha dicho que aceptó el que enviudó muy pronto. Es muy presumible que la primera hija muriese, papel -los ocho kilos del salario aparte- porque se siente identificada con el pues se empieza a perder su rastro pronto en los documentos, y se sabe que personaje”. (ABC: 13-11-84). Luisa, hija natural de José de la Peña, fue entregada en la Real Casa-cuna 8. En la citada entrevista de Berasátegui, Rafael Moreno Alba insiste en des- de Granada, el 8 de enero de 1929. Respecto a este tema cito la interpreta- activar la fusión Pepa/Mariana: “El personaje tiene vigencia social y civil ción de Antonina Rodrigo: “En el proceso de Mariana Pineda, su hijo José después de que España ha perdido la Constitución. Exactamente al revés María, niño de diez años declara “Nada sabía de que en su casa hubiese que Pepa Flores que se desarrolla en la dictadura y entra después en el los efectos expresados, que allí solo se hablaba de teatro y de cosas indife- contexto constitucional”. No obstante, es evidente que Pepa Flores también rentes, no ha visto bordar a su madre”. Úrsula María, que de vivir tendría vivió la opresión del régimen y de la ideología católica conservadora en di- entonces nueve años, prestaría declaración en esta decisiva circunstancia versos momentos, como cuando conoce a Gades, en el polémico desnudo de en que se relacionan a las personas que habitan la casa. No puede estar 1976 para la revista Interviú o cuando presenta su disco Galería de perpetuas porque ha muerto. Ningún biógrafo ha hecho la menor objeción sobre este del que hablaremos, etc… particular. Peña y Aguayo, que hubiera podido desentrañar el misterio, lo 9. Consigno la opinión de su compañero de reparto Germán Cobos: “Lo que omitió intencionadamente, dando lugar a la yuxtaposición de Úrsula María yo me pregunto es si Mariana Pineda era consciente de que lo que estaba por Luisa.” Esto mismo es lo que se hace en la serie en la que se pone a José haciendo era una heroicidad. Era una mujer extraordinaria y Pepa lo hace María mucho más pequeño que su hermana, característica que sirva para de maravilla. Lo que está clarísimo es que a Mariana Pineda la utilizaron” acentuar la ruindad de Pedrosa en esa escena en la que chantajea al niño (Pérez: 1984, 36). con un pollito.” 10. También se le ha criticado a la serie su falta de fidelidad en cuanto a los 17. Esto mismo afirma Antonina Rodrigo respecto a José de Salamanca, ci- espacios, en concreto en cuanto a la presentación que se hace de la Granada tando estas palabras del Conde de Romanones. “Cayó locamente enamorado de la época. Moreno Alba se defenderá apelando a la cuestión económica. de una mujer de extraordinaria hermosura, inteligente, de ideas exaltadas. 11. La errata no es nuestra, aparece así en la pantalla. Figura destacada entre los mártires de la libertad, posible inductora de la

Acotaciones, 33, julio-diciembre 2014 70 Acotaciones, 33, julio-diciembre 2014 71 ARTÍCULOS CARTAPACIO fiebre revolucionaria que se apoderó del joven estudiante.” (Rodrigo: 2004, 66). No obstante, José de Salamanca no fue correspondido por Mariana. 18. La invención de este personaje que sirve para condensar la línea de pensa- miento de los intelectuales ilustrados españoles y es también exponente de esa ralentización discursiva de la que en ocasiones adolece la serie. 19. Apuntalo esta tesis con algunos detalles del guion. Por ejemplo se acepta de buen grado que Mariana se preste a rescatar a Sotomayor porque es una mujer, Pedrosa hace afirmaciones como esta :“Es solo una mujer. ¿Qué podemos temer de una mujer?”, la propia Mariana en una ocasión le argu- menta a este: “A las mujeres en nuestra tierra no las meten la política” (Cap I) o se defiende así: “Las mujeres no pueden ser miembros de una sociedad formada por hombres” (Cap 3). Obsérvese también el contraste de Mariana con el coro de mujeres nobles que juegan a la gallinita ciega y van a la opera o compárese con la sumisa la mujer de Sotomayor, que podría ser ilustra- tiva de la imagen de la mujer que se corresponde con el arquetipo esperado. Para no abultar más la cita en el capítulo 3 el cura insiste en que esta mujer no es interesante y que la están utilizando o por último recordar el interés del Ilustrado en facilitar que Mariana muera en el patíbulo porque su con- dición de mujer la convierte en un mártir del santoral de los liberales. El Príncipe (Telecinco, 2014)

Capítulo 8

“Pasar al otro lado”

Verónica Fernández

Introducción de Emeterio Diez Puertas: Verónica Fernández: una carrera de fondo

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