Jesús Vivió Y Murió En Cachemira
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JESÚS VIVIÓ Y MURIÓ EN CACHEMIRA Andreas Faber-Kaiser AGRADECIMIENTOS Expreso mi especial reconocimiento al profesor Hass-nain, que durante tantas y tantas horas tuvo la paciencia y la ilusión de explicarnos una y otra vez cuantas cosas y datos queríamos saber de él, y que nos ha suministrado un material literario y gráfico de inestimable valor para la confección de este libro. Mi gratitud más entusiasta también para el señor Sahibzada Basharat Saleem, que tuvo la amabilidad de convertirnos en centro de su atención durante nuestra estancia en Cachemira. Particular gratitud debo además al señor A. Fida, hijo del profesor Hassnain, que fue nuestro guía, consultor y compañero en los viajes y visitas de estudio realizados en territorio cachemir. Por último, quiero agradecer también su oportuna ayuda a los señores Klaus Liedtke, redactor del semanario Stern; Jay Ullal, fotógrafo del mismo semanario; al doctor N. Klein, de la Deutsch-Indische Gesellschaft; al señor Horst G. Saud Steinhauser, de la Misión Ahmadiyya en Hamburgo, y al señor F. I. Anweri, Imam del Movimiento Ahmadiyya en Alemania. PROCEDENCIA DE LAS ILUSTRACIONES Las fotografías núms. 43, 44, 45, 46, 47, 51 y 52 nos han sido gentilmente facilitadas por el Profesor Hassnain, de Srinagar (Cachemira). La fotografía núm. 49 nos fue amablemente remitida por Jay Ullal, de la revista Stern, de Hambur-go (Alemania). Las fotografías núms. 39, 40, 41, 42 y 50 proceden de publicaciones ahmadiyyas, de Lahore (Pakistán). El grabado de la página 241 es original de J. F. Blumrich, de Laguna Beach (California). Todas las demás fotografías han sido tomadas sobre el terreno por Mercedes Castellanos y Andreas Faber-Kaiser, que han trazado igualmente durante su estancia en Cachemira los grabados y planos que complementan la documentación gráfica del presente libro. ÍNDICE INTRODUCCIÓN 17 PROLOGO 25 EL NIÑO JESÜS Y JESUCRISTO, ¿UNA MISMA PERSONA? 37 El silencio evangélico 39 El hallazgo de Nikolai Notovich 41 Primer viaje de Jesús a la India 47 DE LA CRUZ A CACHEMIRA 55 Pilato simpatiza con Jesús 57 Jesús no murió en la Cruz 63 El lienzo de Turín. 67 Jesús sale vivo del sepulcro 79 Lista de libros que contienen una mención al «ungüento de Jesús» 83 LA SEGUNDA VIDA DE JESÜS 87 En busca de las tribus perdidas de Israel 103 Libros que atestiguan el origen israelita de afganos y cachemires 111 Correspondencias lingüísticas entre la Biblia y Cachemira y países limítrofes 113 JESÜS - OBJETIVO: CACHEMIRA 127 María, enterrada en el Pakistán 139 El «prado de Jesús», portal de Cachemira 143 Jesús, radicado en Cachemira 147 Diálogo de Jesús con el rey de Cachemira 149 Jesús, padre de familia 153 Muerte de Jesús en Cachemira 161 La tumba de Jesús en Cachemira 163 Decreto oficial referido al «Rozabal» 171 Ladakh, tierra de Jesús y de cristianos 175 La crucifixión de Sandiman 181 Comprobación cronológica 183 MOISÉS, ENTERRADO EN CACHEMIRA 197 La tumba de Moisés 203 Lugares de Cachemira que llevan el nombre de Moisés 211 La «piedra de Moisés» 213 El bastón de Moisés 217 JESÜS Y BUDA, PERSONAJES PARALELOS 219 JESÜS Y LOS MAYAS 229 ¿EZEQUIEL EN CACHEMIRA? 237 EL MOVIMIENTO AHMADIYYA 247 PERSONAS CONECTADAS CON EL TEMA DE ESTE LIBRO 259 DOY FE 267 ITINERARIOS 279 NOTAS 285 BIBLIOGRAFÍA 291 INTRODUCCIÓN «¿Por qué buscáis entre los muertos a aquél que está vivo?» Lucas (24, 5) Jesús fue crucificado un viernes hacia el mediodía. Antes de caer la noche, ya muerto, fue bajado de la cruz y depositado su cadáver en la gruta funeraria de José de Arimatea, cuya entrada fue taponada con una roca. El domingo siguiente, el cuerpo de Jesús había desaparecido inexplicablemente del interior de la gruta. Se había cumplido la profecía bíblica: había resucitado de entre los muertos. Tras una breve estancia en la Tierra, durante la cual sus discípulos entraron en contacto con él, Jesús ascendió al Cielo, donde está sentado a la derecha del Padre. Esto es dogma de fe para la religión cristiana. Pero, por otra parte, en el sector Khanyar de la ciudad de Srinagar, capital de Cachemira, está enterrado el cuerpo de Jesús en la cripta conocida por el nombre de «Rozabal». ¿Cómo explicar que Jesús esté sentado en el cielo y que al mismo tiempo yazca muerto en Cachemira? Algo no cuadra, a partir del hecho cierto de la crucifixión. En tela de juicio está la muerte de Jesús en la cruz. Porque no hay datos históricos que avalen esta muerte. Tampoco nadie presenció la resurrección. En cambio, hay indicios históricos de un hombre de ideas y filosofías idénticas, que a partir de aquellos años marcha hacia el Este, dejando testimonio de su vida y de sus actos. Un hombre que se encamina hacia Cachemira, se establece en ese país y muere en él. Asentadas sobre estos pilares, las páginas que siguen exponen la posibilidad de que Jesús no muriera en la cruz, sino que, una vez curado de las heridas que le causara la crucifixión, emprendiera la huida hacia el Este, en busca de las diez tribus perdidas de Israel. Estas tribus estaban asentadas muchos miles de kilómetros al este de Palestina. Así, una vez abandonada la tierra de su actuación bíblica, Jesús, en compañía de María, y en determinados tramos de su marcha, también de Tomás, habría emprendido un largo viaje en dirección al Oriente, viaje que le habría llevado hasta Cachemira, el llamado «Paraíso sobre la Tierra». María, no habiendo so- portado las penalidades del largo viaje, habría muerto en el camino, en el Pakistán, a pocos kilómetros ya de la frontera con Cachemira. La tumba de María se sigue venerando hoy como la tumba de la madre de Jesús. En cuanto a éste, radicado en Cachemira, habría comenzado allí una nueva vida y habría muerto —a edad muy avanzada— de muerte natural. En el momento de su muerte habría estado asistido por Tomás, quien después volvería sobre sus pasos hasta cerca de la tumba de María, para, desde allí, seguir viaje definitivo hacia el sur de la India, en donde también moriría más tarde. Pero volvamos a Jesús, objeto central de este libro. El hecho concreto es que su tumba se está venerando hoy en día en Srinagar, capital de Cachemira. Leyendas, tradiciones y textos antiguos nos refieren esta segunda vida de Jesús al norte de la India. Por esos documentos sabemos que Jesús tuvo hijos en Cachemira, y que de resultas de su unión con una mujer, un hombre, Basharat Saleem, puede afirmar hoy ser el descendiente vivo de Jesús. Existen testimonios que hacen suponer que Jesús eligió precisamente este lugar del mundo para emprender la segunda etapa de su vida, por cuanto ya habría estado aquí durante los años de su juventud en que la Historia Sagrada no puede explicarnos su paradero ni sus actividades. Efectivamente, un viajero ruso, Niko-lai Notovitch, halló a fines del siglo pasado en la lama- sería de Hemis, en Ladakh, región limítrofe entre Cachemira y el Tibet, copias de textos históricos secularmente conservados por los lamas del Himalaya, en que se narra el primer viaje de Jesús a la India, en sus años de juventud. Precisamente, en los dieciocho años en que la Biblia guarda silencio acerca del paradero de su persona. Una larga laguna de dieciocho años que, de dar crédito al texto bíblico, nos haría albergar serias dudas acerca de la identidad real del niño Jesús con este Jesús-hombre, figura central del Nuevo Testamento. Pero no sólo el Nuevo, sino también el Antiguo Testamento están vinculados a Cachemira. Efectivamente, ya mucho antes el fértil valle cachemir parece haber sido tierra vinculada a la Historia Sagrada bíblica: aparte de las tumbas de Jesús y de María, una reducida comunidad judía aislada en la montaña viene custodiando en Cachemira, desde hace unos 3.500 años, la tumba de su ancestral caudillo y profeta Moisés. También aquí la hipótesis cachemira suple una laguna considerable del texto bíblico. Según la Biblia, nadie sabe dónde está localizada la sepultura del que fuera guía del pueblo judío. Todas las referencias que da la Biblia son referen- cias no válidas, ya que los nombres mencionados no se han podido hallar sobre la geografía real. Sin embargo todos esos nombres aparecen en el valle de Cachemira. Y allí, precisamente, veneran desde hace miles de años la tumba de Moisés. Pero Jesús y Moisés no sólo legaron a la posteridad sus tumbas, en Cachemira. Un sinfín de nombres propios de los cachemires, y un sinfín de toponímicos, de nombres de lugares, de enclaves, de aldeas, de simples prados o valles, nos hablan del paso de Jesús y de Moisés por tierras cachemiras. Estos temas no son desconocidos. La historia persa y la historia cachemira los han ido transmitiendo hasta nuestros días. La conciencia popular cachemira también los ha ido conservando a través de los siglos hasta hoy. Desde fines del siglo pasado una secta islámica, extendida sobre todo el globo, se viene ocupando en el tema de la tumba de Jesús en Cachemira, con todas las reservas que su carácter sectario merece al respecto. Esta secta ha publicado diversos libros sobre el tema. Hoy en día, un destacado arqueólogo, el profesor Hass-nain, director de los Archivos, Bibliotecas y Monumentos del Gobierno de Cachemira, está investigando intensamente las posibilidades para estas hipótesis de una segunda vida de Jesús y de Moisés en Cachemira. En la misma capital de aquel país, Basharat Saleem, el descendiente por vía directa de Jesús, conserva el árbol genealógico de su familia que, arrancando de Jesús, llega íntegro y sin lagunas hasta su misma persona. Una realidad que es sabida a nivel de investigación y a nivel sectario por unas cuantas personas repartidas por todo el mundo, es sin embargo desconocida para la inmensa mayoría del público, que creo es ya hora de que sea informado de que Jesús posiblemente no haya muerto en la cruz, sino que después de vivir una segunda etapa de su vida en tierras lejanas, muriera a edad muy avanzada, de muerte natural.