Abstracts.Pdf
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Abdelbary, Kareem Social Justice Platform (University of Manchester) Shokran Bank Misr: Inventing Egypt’s 20th Century Economic Nationalism Myth. Today, wandering through the streets of Cairo, one would take no time to notice the over-flooding of “Tal’at Harb raga’a” billboards. The campaign was launched in 2017 by Bank Misr, one of Egypt’s largest state-owned banks, propagating for its services in financing small and medium-sized enterprises. Historically, the bank was established by Harb in 1920 in the aftermath of events known as Egypt’s 1919 revolution. So, it continues to be held as a nationalist symbol. Indeed, the tactic of calling on Tala’at Harb [the godfather of Egypt’s economic nationalism] among the ‘ordinary’ citizen, is not unprecedented or alien and was used in earlier campaign titled “Shokran Bank Misr” among others. The popular narrative [found in official circulars and main sources written by both Egyptian liberal and leftist intellectuals] contends that 1919 was a movement uniting Egyptians of different classes, calling for independence from the British occupation. Further, is this narrative’s emphasis on 1919’s economic nationalism, embodied in projects such as Bank Misr, as the blueprint not just to prosperity and welfare but also to economic independence. Altogether, this depiction coincides with the current regime’s nationalistic rhetoric about mega-nationalist project. By presenting [read utilizing] that era’s model as inspiration, the regime is trying to legitimize its neoliberal inspirations while reviving a nationalistic sentiment among the masses to secure public consent. Analogously, it creates a propagandistic mirroring which fetishizes the 1919’s model. Meanwhile, it disregards the model’s limitations evident in the following decades. These limitations include a sustained dependence on cotton, the appalling working conditions within Harb’s factories, the numerous strikes and sit-ins across Egypt, and the hike in landless peasants. In fact, the exaggerated fetishization of the ‘national bourgeois’ in this context imposes certain characteristics apropos the actual achievements of the era and shy away from others as the mutual material interest that this indigenous part of the upper class shared with its resident foreigner counterparts. Similarly, it ignores grievances caused by Egyptian landlords to the peasants and persistence of pre-capitalists methods of exploitation. It has, thus, become inevitable to offer a reappraisal of the economic nationalism ideology entrenched within Egypt's 1919 revolution. Hence, as we approach the 100th anniversary of 1919 and contrary to this glorifying depiction, this paper suggests an alternative historical reading from blow to 1919. It capitalizes on the context of class struggle leading to the birth of the Harb’s ideology before critically examining its consequences on the subaltern classes while inquiring into the authenticity of 1919’s economic achievements. In specific, the paper traces 1919’s socio-economic roots and questions the interests that the model served. Did it, in the context of a conflated class-nationalist struggle, deploy the aspiration of an impoverished population? Did it solely serve the class interests of an aspiring local bourgeois? This is not to imply that âEgypt’s economic nationalism did not generate a degree of defiance to the imperialist structure, or that it didn't culminate in a period of growing productivity. Still, that did not necessarily ‘trickle down’ onto the masses but rather climaxed with a notable degree of wealth concentration. Therefore, all in all, I find 1919’s model as a one that reflects combined and uneven development per excellence. Abeshu, Gemechu Adimassu Bayreuth University Large scale land acquisition and the rise of a new forms of political power near the Ethiopia, Eritrea and Djibouti border triangle The aim of my research project is to describe the effects of large-scale land acquisition on the rise of a big man near the Ethiopia, Eritrea and Djibouti border triangle. The fieldwork for this research comes from Dobi, located in the Ethiopia, Eritrea and Djibouti border triangle. Until 2004 Dobi, a vast territory stretching for over twenty kilometers was a pastureland on which the lives of the local pastoral Afar population depended for their livelihood. Through large grabbing and eventual transformation of the pastureland in to salt land, an individual emerged as a big man that decides over access to Dobi and collect taxes, undermining the powers of the clan leaders, the Aussa sultanate, and most importantly the Ethiopian State. What followed is reconfiguration of classes and a new form of exploitation in the global capitalist frontier. Agudo Martínez, Fernando Simón Universidad Complutense de Madrid ¿Tecno-sindicalismo frente a la uberización de la economía y de la vida? La tesis principal de esta ponencia es que el desequilibrio que existe por parte de la clase desposeída en el marco de la economía neoliberal es agudizado en el marco de la revolución digital. La necesidad de integrar las herramientas tecnológicas en los espacios de resistencia colectiva es fundamental, por desgracia, los agentes tradicionales de protección de la clase trabajadora, es decir, los sindicatos no han desarrollado estas estrategias alternativas renunciando a recursos ya integrados en la vida cotidiana, que pudieran frenar el distanciamiento cada vez pronunciado de las clases oprimidas hacia este tipo de organización. ¿Es posible organizar a los trabajadores para defender sus legítimos intereses a través de las potencialidades que nos ofrecen las Tecnologías de la Información y Comunicación y las nuevas tecnologías digitales? ¿Qué lugar puede ocupar la cultura App y el tecno-sindicalismo en una red más amplia de formas de luchas? En esta ponencia analizaré esta cuestión a la luz de las modificaciones sustanciales en las relaciones laborales contemporáneas y el rol fundamental de la llamada “economía digital” en la subsunción cada vez mayor de la vida a los intereses del capital, mostrando los límites, pero también las virtudes -siempre y cuando se entienda como una pieza suplementaria en una cadena de métodos de lucha y acción sindical plurales- de una utilización emancipatoria de estas tecnologías. Explicaremos cómo, si bien el espacio de socialización y de experiencia en el modelo fordista era la fábrica, lugar donde se iniciaba la posibilidad de organización, tras su deslocalización y declive en las economías occidentales, las resistencias colectivas han encontrado nuevos espacios de organización que sobrepasan la tensión capital-trabajo, y se han concentrado alrededor de otros espacios vitales, disgregando el polo trabajo y reconfigurando en una multiplicidad tensiones que se podrían agrupar bajo el concepto vida. De este modo, los sindicatos de barrio, los sindicatos de alquiler, los colectivos feministas, entre otros ejemplos de un espectro amplio encuentran su lugar de construcción en otros contextos, sin por ello tener una identidad anticapitalista menor. Por desgracia, estos colectivos se enfrentan a limitaciones materiales a la hora de organizarse y actuar adoleciendo, principalmente, lo que atraviesa todo trabajador precarizado que es la “pobreza de tiempo” , acuñado por Jorge Moruno Analizaremos cómo el modelo de desarrollo de economía aplicación/web ha construido en diversos formatos herramientas de socialización (aplicaciones para jugar al futbol, para compartir consumo, para tener relaciones sexo-afectivas) a pesar de pivotar alrededor de la relación consumidor-usuario. Dado lo cual uno debe interrogarse ¿qué límites materiales tienen los instrumentos tecnológicos con respecto a la posibilidad crear una organización tan particular como es el sindicato en el tipo de socialización que ofrece? ¿Pueden funcionar sólo como sustituto en lo referido a cuestiones como la formación, la asistencia legal e incluso la puesta en común de agravios, o pueden ofrecer una nueva forma de socialización y espacio genuino de lucha? Los recursos tecnológicos son el reto de la lucha clase desposeida, pero siempre como parte y no todo de la misma. Aguilar, Mariuelos Universidad de Costa Rica Luchas sociales y conquistas laborales en la costa rica del siglo XX Las primeras conquistas sociales de los trabajadores costarricenses se fueron abriendo paso a partir de las últimas tres décadas del siglo XIX, poco más de medio siglo después de la independencia de nuestro país de la corona española. Tales conquistas fueron el resultado de una serie de luchas colectivas producto de la presión ejercida por la proletarización del campesinado y de algunos sectores urbanos, especialmente artesanos y obreros. Ese fenómeno se intensificó con la expansión, primero, del cultivo del café en el Valle Central del país y, luego, con el surgimiento de las primeras plantaciones bananeras en la zona atlántica por parte de la empresa estadounidense United Fruit Company. Desde esta perspectiva, nos proponemos analizar los antecedentes históricos más sobresalientes que permitieron ir amalgamando los componentes esenciales de la legislación social costarricense. Este fue un largo proceso en el cual inicialmente participaron gremios artesanos, sociedades de socorros mutuos, primeros sindicatos, partidos obreros, casi siempre apoyados o dirigidos por intelectuales costarricenses de pensamiento socialista, o por trabajadores europeos inmigrantes que trajeron su escuela de lucha obrera a nuestro país. Posteriormente, serían el Partido Reformista en los años veinte