S/2015/663 Consejo De Seguridad
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Naciones Unidas S/2015/663 Consejo de Seguridad Distr. general 25 de agosto de 2015 Español Original: inglés Carta de fecha 25 de agosto de 2015 dirigida a la Presidenta del Consejo de Seguridad por el Representante Permanente de la Arabia Saudita ante las Naciones Unidas Tengo el honor de transmitirle una carta de fecha 25 de agosto de 2015 dirigida por Najib Ghadbian, representante de la Coalición Nacional de las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Sirias (véase el anexo). Le agradecería que tuviera a bien señalar la presente carta y su anexo a la atención de los miembros del Consejo de Seguridad y hacerla distribuir como documento del Consejo. (Firmado) Abdallah Al-Mouallimi Embajador Representante Permanente 15-14393 (S) 310815 310815 *1514393* S/2015/663 Anexo de la carta de fecha 25 de agosto de 2015 dirigida a la Presidenta del Consejo de Seguridad por el Representante Permanente de la Arabia Saudita ante las Naciones Unidas En nombre de la Coalición Nacional de las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Sirias, es con grave preocupación que señalo a su atención el aumento del número de muertos en Siria y la inhumana aniquilación de vidas de civiles por las fuerzas de Assad, antes de que el Secretario General Adjunto presente su exposición informativa al Consejo de Seguridad sobre el deterioro de la situación humanitaria en Siria y la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad 2139 (2014), 2165 (2014) y 2191 (2014). Agosto ha sido otro mes funesto en la crisis siria. Se calcula que al 24 de agosto unos 826 civiles han perdido la vida, de los cuales más de la mitad han sido víctimas de las armas aéreas de efectos indiscriminados de Assad, entre las que destacan las bombas de barril. En Duma, Zabadani, Alepo e Idlib los ataques aéreos del régimen sirio contra la población civil, las instalaciones médicas y las escuelas continuaron y produjeron una devastación aún mayor (véase el apéndice). La situación fue particularmente horrenda en las zonas ocupadas por civiles al nordeste de Damasco, en las que las fuerzas de Assad llevaron a cabo una campaña calculada para erradicar los bastiones de la oposición en la capital y sus alrededores. El 16 de agosto, los ataques aéreos del régimen sirio golpearon el mercado de Duma, suburbio de Damasco, que se encontraba abarrotado. Más de 111 civiles perdieron la vida en el ataque, una de las atrocidades más sangrientas cometidas por el régimen en los últimos cuatro años. La escala y la brutalidad del ataque suscitaron me nsajes de condena internacional inmediatos, entre los que destaca la severa censura del Enviado Especial de las Naciones Unidas para Siria, que calificó los ataques del régimen contra civiles en Duma de “consternadores” e “inaceptables”. Sin embargo, apenas una semana después, el 22 de agosto, las fuerzas aéreas de Assad regresaron a la ciudad sitiada, donde dieron muerte a más de 50 civiles. Mientras escribo esta carta, los trabajadores sirios de salvamento intentan rescatar a los civiles atrapados bajo los escombros que ha dejado la destrucción de Assad. Los ataques a los suburbios de Damasco resultan especialmente consternadores ya que han coincidido con el segundo aniversario de los ataques con armas químicas a Ghouta, donde las fuerzas de Assad gasearon con premeditación a más de 1.400 personas, entre ellas más de 400 niños, hasta matarlas. Al igual que los ataques con bombas de barril contra Duma, la cuestión de la responsabilidad por los ataques con armas químicas contra Ghouta sigue sumida en la impunidad. Nadie ha rendido cuentas por el uso de armas químicas. No se ha hecho justicia a los niños, los padres y las madres que han perdido a sus seres queridos. Nadie ha sido castigado por organizar o autorizar el peor crimen de guerra del siglo XXI ni por participar en él. Como resultado de ello, los crímenes de guerra en Siria no han cesado y la situación humanitaria ha pasado de mala a catastrófica. Desde los ataques de Ghouta, el 21 de agosto de 2013, el número de muertos en Siria ha aumentado, pasando de 110.000 a más de 250.000. Asimismo, el número de refugiados sirios se ha duplicado, pasando de 2 a 4 millones, y se ha disparado el número de sirios que padecen necesidad, pasando de 6,8 millones a más de 12 millones. Las fuerzas extremistas han proliferado y han asumido el control de hasta el 50% del territorio sirio. Las matanzas han seguido efectuándose tanto con armas convencionales como con armas químicas. En los dos últimos años, Assad ha 2/10 15-14393 S/2015/663 empleado agentes químicos como arma de guerra en más de 46 ocasiones distintas, y sus fuerzas han matado a más de 12.500 civiles con las mortíferas bombas de barril. Pocos han sufrido más que los aproximadamente 640.000 sirios que viven en zonas sitiadas en todo el país y los millones de otras personas que están atrapadas en zonas de difícil acceso. Demasiados civiles sirios siguen viendo cómo les niega la ayuda un régimen brutal que hace de la negación de la ayuda humanitaria fundamental un arma de guerra en un desesperado intento de doblegar a sus ciudadanos matándolos de hambre. Donde la situación es más grave es en Duma, donde hay casi 300 intervenciones quirúrgicas urgentes que no pueden realizarse debido a que el régimen de Assad niega el paso de suministros médicos que pueden salvar la vida, entre ellos antibióticos y antihelmínticos necesarios para tratar las infecciones. Los crímenes de guerra en Siria deben cesar. El pueblo sirio necesita protección y está muriendo sin ella. Antes de que el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios realice su exposición informativa sobre Siria para el Consejo de Seguridad el 27 de agosto, exhorto, por lo tanto, al Consejo de Seguridad a que adopte las medidas siguientes: 1. Responder a las peticiones de protección civil de los sirios mediante la imposición de una zona de prohibición de vuelos en Siria: Una zona de prohibición de vuelos salvaría la vida a unos 200 civiles por semana. Con dicha zona se pondría freno al principal asesino de civiles sirios: las bombas de barril ilegales de Assad. Si el Consejo de Seguridad no está dispuesto a imponer una zona de prohibición de vuelos, entonces deben hacerlo los Estados Miembros; 2. Dar cumplimiento a las resoluciones del Consejo de Seguridad 2139 (2014), 2165 (2014) y 2191 (2014): Dar cumplimiento a las citadas resoluciones dando instrucciones a la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios para que preste asistencia humanitaria inmediata a todos los sirios necesitados, en particular a los de Duma, donde cientos de civiles sirios necesitan urgentemente suministros médicos, pero se les niega el acceso a ellos debido al asedio brutal impuesto por las fuerzas del régimen sirio; 3. Remitir la situación de Siria a la Corte Penal Internacional: La remisión a la Corte Penal Internacional contribuiría a ofrecer una vía para hacer justicia a los 1.429 sirios muertos gaseados por las fuerzas de Assad el 21 de agosto y los 140.000 sirios que han perdido la vida desde entonces. También serviría para prevenir la comisión de nuevos crímenes al dejar claro a todos los criminales de guerra que sus atrocidades recibirán un castigo contundente. Si el Consejo de Seguridad no se pone de acuerdo en que se realice una remisión, los Estados Miembros deberían establecer un mecanismo alternativo, por ejemplo, un Tribunal Especial. Las resoluciones del Consejo de Seguridad 2118 (2013), 2139 (2014), 2165 (2014), 2191 (2014), 2209 (2015) y 2235 (2015) han quedado todas, sin excepción, sin aplicar. La falta de cumplimiento de estas resoluciones les ha costado la vida a innumerables personas. El Consejo de Seguridad puede y debe hacer más, en particular, ofreciendo la protección que mi pueblo necesita tan desesperadamente. El hecho de que los Estados Miembros no hayan protegido a los civiles sirios ya no es una cuestión de legalidad o de viabilidad. Es una cuestión de voluntad. La inacción 15-14393 3/10 S/2015/663 constituye una descomunal traición humanitaria, la cual ha alimentado una mortal amenaza extremista que no conoce fronteras. Ha llegado el momento de adoptar medidas en Siria, que permitirán salvar vidas, aliviar las consecuencias humanitarias y progresar en la lucha contra el extremismo. (Firmado) Najib Ghadbian Representante Especial ante las Naciones Unidas 4/10 15-14393 S/2015/663 Apéndice Violaciones por el régimen sirio de las resoluciones del Consejo de Seguridad 2139 (2014), 2165 (2014) y 2191 (2014) I. Todas las partes deben poner de inmediato fin a todos los ataques perpetrados contra civiles, así como al uso indiscriminado de armas en zonas pobladas Violación: Uso indiscriminado por el régimen sirio de armas aéreas y bombas de barril Tanto en julio como en agosto de 2015, las armas aéreas de efectos indiscriminados demostraron una vez más ser la principal causa de mortalidad entre la población civil siria. Solo en el mes de julio, el régimen sirio utilizó unas 2.041 bombas de barril para matar a más de 368 civiles, incluidos 63 mujeres y 83 niños. Las bombas de barril representaron una parte importante de las armas empleadas e n los 180 ataques aéreos contra zonas residenciales sirias, a raíz de los cuales murieron unas 857 personas en el mes de julio. Al 25 de agosto, habían muerto a manos de las fuerzas del régimen sirio unos 902 civiles, la mitad a consecuencia de los bombardeos aéreos indiscriminados y las bombas de barril. Duma, en la provincia de Damasco Rural, fue la zona más bombardeada por aviones de combate durante el período sobre el que se informa.