Universidad Panamericana
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UNIVERSIDAD PANAMERICANA ESCUELA DE COMUNICACIÓN “ANÁLISIS DEL IMAGINARIO SOCIAL Y CULTURAL DEL GÁNSTER AMERICANO PRESENTADO EN EL CINE DE MARTIN SCORSESE [GOODFELLAS (1990), CASINO (1995) Y THE WOLF OF WALL STREET (2013)] A PARTIR DE LA TEORÍA DE LA CULTURA DE MASAS ” T E S I S P R O F E S I O N A L Q U E P R E S E N T A MARIANA CRISTINA NAVA TRUJILLO P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E : L I C E N C I A D A E N C O M U N I C A C I Ó N DIRECTORA DE LA TESIS: Dr. ALMA DELIA ZAMORANO ROJAS MÉXICO, D.F. 2015 A mis padres por su apoyo incondicional, por creer en mi siempre y nunca limitar mis posibilidades. A Alma Delia Zamorano Rojas por ser mi guía durante todo el proceso. A mi hermano, familiares y amigos por haber sido testigos del esfuerzo y dedicación. 2 ÍNDICE GENERAL INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………. 4 CAPÍTULO I TEORÍA DE LA CULTURA DE MASAS …………………………………………………. 11 CAPÍTULO II MARTIN SCORSESE: UN CINÉFILO ITALOAMERICANO……………………………………………………....…………...….. 35 METODOLOGÍA DE ANÁLISIS……………………………………………………………………...….…........... 59 CAPÍTULO III SELF MADE MEN: GOODFELLAS……………………………………………………..... 72 3.1 SELF MADE MEN: CASINO …..……………………………...……………..……..... 106 3.2 SELF MADE MEN: THE WOLF OF WALL STREET…………..………………........ 140 CONCLUSIONES…………………………………………………………………..……... 165 BLIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………..... 172 ANEXO…………………………………………………………………………………...... 186 1. TEÓRICO 2. FILMOGRÁFÍA 3. METODOLÓGÍA 3 INTRODUCCIÓN A partir de la invención del cinematógrafo, cuya patente se adjudica a los hermanos Lumière a finales del siglo XIX, las sociedades modernas experimentaron un acelerado crecimiento tanto en el ámbito tecnológico como en el social, cultural y económico, mismo que impulsaría en paralelo, la evolución de los medios de comunicación masiva; pasando por la radio, la televisión hasta la era de la Internet y las nuevas tecnologías. El desarrollo de los medios traería consigo la creación de un sinfín de productos culturales que se convirtieron en el sello de identidad de cada década. A medida que las sociedades se transformaron, los productos culturales también enfrentaron cambios significativos en cuanto a estructura, soporte, estilo y temática, pues principalmente debían satisfacer las necesidades de las distintas generaciones, que año con año adoptaban nuevas tendencias. Actualmente, los medios de comunicación constituyen un instrumento determinante en la construcción social, pues son los responsables de la producción y distribución de contenidos significativos, al proyectar una parte de la realidad más cercana e intervenir en la modelación de ideologías, valores, actitudes, percepciones, modismos y estereotipos, que son replicados por el público. El cine, entendido como reproducción artística en primera instancia, se transformó en uno de los medios de comunicación masiva con mayor influencia en la vida social y cultural, no sólo por su poder de capturar al público a través de la estética de imágenes en movimiento acompañadas de una banda sonora, sino también por su capacidad de proyectar las emociones, los sueños y los deseos más íntimos del ser humano. El cine se hace valer tanto de representaciones, rasgos simbólicos, arquetipos, modas y emociones, como del entorno social y la cultura popular, para configurar imaginarios colectivos con los que el espectador interactúa afectivamente, a través de la identificación y la proyección. 4 La presente investigación pretende analizar el cine a partir del lenguaje que lo caracteriza, su estrecha relación con la cultura de masas, los imaginarios a los que hace alusión, y de los cuales parte, para convertir un relato ficticio, que pareciera no tener relevancia en nuestra realidad más cercana, en el emblema de una cultura, un movimiento artístico, una época e incluso una sociedad. En el primer capítulo, el marco teórico hace una aproximación a la teoría de la cultura de masas, expuesta por Edgar Morín y Oliver Burgelin, la cual pretende demostrar que los productos culturales, entendidos como representaciones de la realidad, parten del imaginario colectivo hasta generar cierta empatía con el espectador. La cultura de masas, es concebida por los teóricos de la comunicación, no sólo como el conjunto de contenidos producidos masivamente por la industria mediática y dirigidos a una aglomeración heterogénea de individuos, sino como una dimensión social; cargada de símbolos, imágenes y mitos, que traducidos como entretenimiento, configuran la representación de una realidad, con la que los individuos se identifican y se proyectan. Al mismo tiempo, tanto Morín como Burgelin, se refieren a la cultura de masas como un universo en donde lo estético y antropológico se mezclan, para plasmar un mundo imaginario que apela directamente a las emociones del espectador y se estructura de acuerdo a arquetipos, estereotipos o modelos que permiten la racionalización de la símbolos proyectados. La teoría de la cultura de masas aplicada a la comunicación establece dos presupuestos fundamentales: la identificación y la proyección. La primera, corresponde al reconocimiento positivo del espectador en las situaciones presentadas por los medios, en otras palabras, todo aquello que le es imposible realizar en su realidad, lo hace a través de “dobles” (personajes ficticios). Mientras que la segunda, se refiere a la manera en la que el espectador se apropia de las obsesiones, los temores o las aspiraciones que le son transmitidas a través de un contenido. El proceso de identificación-proyección no podría completarse sin la existencia de la participación afectiva, la cual ignora por completo el racionalismo e intensifica la mediación sentimental. 5 El cine, es quizá el único medio que a partir de elementos expresivos; desde poderosas composiciones visuales, hasta personajes inimaginables, logra construir un verdadero cosmos, que intrínsecamente alienta al proceso de proyección, identificación y participación afectiva, pero al mismo tiempo, parte de los referentes de la realidad social para manifestar el espíritu mítico de la humanidad. En este sentido, el “cine negro” (también conocido como “cine de gangsters”) originado en Estados Unidos alrededor de 1944 y producido hasta 1959, se hizo valer de la representación de un fenómeno cultural, social e histórico, de imaginarios colectivos, relacionados al arquetipo del gangster americano, el verismo de su discurso y una narrativa audiovisual profundamente estética, para consumarse como uno de los productos más influyentes de la cultura de masas. El éxito del dichos filmes estuvo determinado por varios elementos: en primer lugar, la identificación del espectador con el protagonista, con su transgresión del orden, su resentimiento social y pesimismo, mismos sentimientos que caracterización a la sociedad norteamericana durante la gran depresión. En segundo lugar, la proyección del espectador con la cristalización del sueño americano, la ascensión, el triunfo y reconocimiento del gangster en su propio entorno; en tercer lugar, la intrínseca participación afectiva con el último, pues en éste sus propios deseos, anhelos y aspiraciones se ven consumadas. Referente al “cine negro” (durante la década de los setenta) surge un nuevo estilo cinematográfico denominado neo-gangster, que retomando los rasgos del “cine noir” aspiraba a proyectar el día a día del crimen organizado, más allá de las persecuciones y los robos, se adentraba en el estilo de vida del gangster. Uno de los representantes más emblemáticos de esta corriente, fue el director Martin Scorsese, quien convirtió sus obras en verdaderos retratos antropológicos, enmarcando una cruda, pero auténtica visión de la sociedad norteamericana. En el capítulo dos, se hace un recorrido alrededor de la biografía y filmografía de Martin Scorsese; un director de orígenes italianos perteneciente a la tercera generación de 6 inmigrantes en Estados Unidos, quien impulsado por su profunda fascinación al séptimo arte, decide enrolarse en la Universidad de Nueva York alrededor de los sesenta, para iniciar sus estudios en cine. El resultado de sus estudios cinematográficos se vieron reflejados desde su primer cortometraje: What´s a Nice Girl Doing in a Place Like This? (Martin Scorsese, 1963) retomando elementos de la Nouvelle Vague, un movimiento artístico que había surgido en Europa con el fin de romper las estructuras establecidas en el cine. Socorsese logró replicar los rasgos experimentales de la nueva corriente, la improvisada narrativa aunada a componentes sumamente emocionales y estéticos, hasta consolidar su propio estilo cinematográfico. Scorsese inauguraría su carrera fílmica con el largometraje Who´s That Knocking at My Door? (1967), el cual anticipaba la peculiaridad de su discurso; el montaje apresurado, los escenarios neoyorquinos característicos de la cultura italoamericana, la música popular, los diálogos sin censura y la intensidad de los personajes. Dichos atributos están presentes a lo largo del trabajo cinematográfico de Martin Scorsese, que va de Mean Streets (1972), pasando por Taxi Driver (1976), New York, New York (1977), Raging Bull (1980), The last Temptation of Christ (1988) hasta Gangs of New York (2002), The Aviator (2004) y The Departed (2006), mismo que coronó a Scorsese, como mejor director por primera vez, lo cual significaba el reconocimiento de su talentosa trayectoria filmográfica. A partir de este momento, Martin Scorsese se consolidó como uno de los mejores directores en la industria Hollywoodense. Hay que mencionar que, el compendio cinematográfico de Scorsese alude constantemente al imaginario social