“La Mandé Hacer Blanca Y Celeste…” Miguel Ángel De Marco (*)
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HISTORIA “La mandé hacer blanca y celeste…” Miguel Ángel De Marco (*) La Capilla del Rosario, que había Paso de Vera-Paisandú), pasaban por no sólo los partidarios de Fernando adherido con entusiasmo a la la Capilla, y que ese tránsito trajo VII sino los afectos a la Revolución, instauración del Primer Gobierno aparejadas contribuciones de reclutas quienes esperaban que el sitio terrestre Patrio en 1810, se vio pronto y suministro de caballos o reses, las fuera exitoso y permitiera un drástico convertida en centro de la actividad cuales, unidas a las alarmas y pérdidas cambio de situación. Ello porque la militar, como consecuencia de su de vidas motivaron empobrecimiento presencia de buques de guerra espa- privilegiada ubicación geográfica. Dice y despoblación. ñoles de elevado porte y aceptable ca- Juan Álvarez en su clásica Historia de pacidad combativa tornaba imposible Rosario1, que desde principios de 1811 LAS PRIMERAS BATERÍAS DE dominar las aguas. La derrota de la hasta el 3 de febrero de 1813, fecha ROSARIO (1811) primera escuadrilla patriota al mando del combate de San Lorenzo, la costa de Juan Bautista Azopardo, frente a rosarina fue uno de los campos de Montevideo era el último bastión rea- San Nicolás, el 2 de marzo de 1811, batalla en que se desarrolló la guerra lista en el Río de la Plata. Detrás de sus había borrado toda esperanza2. Por de la Independencia. Y agrega que murallas se encontraban, sometidos a otra parte, las naves españolas pro- las tropas enviadas a luchar contra la constante vigilancia de los marinos veían a la ciudad de víveres que obte- Montevideo (vía Santa Fe - Paraná - que guarnecían el Apostadero Naval, nían de las incursiones ribereñas por (*) Doctor en Historia. Presidente de la Academia Nacional de la Historia. Ciudadano ilustre de Rosario. (1) Buenos Aires, [Imprenta López], 1943, p. 195. (2) Teodoro Caillet-Bois, Historia naval argentina, Buenos Aires, Emecé, 1944, pp. 52-54. 50 | Revista de la Bolsa de Comercio de Rosario el Paraná, a la vez que garantizaban el arribo de barcos desde otros destinos. En pocas palabras, lo había sintetiza- do un comerciante peninsular en carta a su hijo residente en España: “siendo dueños de la mar, nada nos puede fal- tar y sin carne fresca podremos pasar y mantenernos gordos y sanos”3. El gobierno central decidió contener a los buques españoles con los fuegos de una batería ubicada en la margen de- recha del Paraná, impidiéndoles subir hasta Santa Fe. Con ese fin, el piloto José de la Peña midió el río en su parte más estrecha. Frente al caserío alcan- zaba unas ochocientas cincuenta varas contadas desde la tierra firme hasta el punto por donde tenían que pa- sar necesariamente los españoles, por más que se recostasen todo lo posible sobre la isla del frente. Esto lo infor- mó a la Junta don Hipólito Vieytes, quien señaló además que, considerada la cuestión con el diputado Francisco Tarragona, que marchaba hacia Santa Fe en compañía del capitán oriental José Artigas, se había decidido iniciar los trabajos con los materiales logrados por el cura doctor Julián Navarro en- tre el vecindario. Hacían falta clavos y cañones; por lo demás, debían pro- veerse cien infantes y artilleros para agregarlos a los cincuenta milicianos, dispuestos, según nota de Tarragona al gobierno, “a derramar hasta la úl- ofreció las herramientas necesarias, y de ello se mandó conservar hasta nue- tima gota de su sangre en defensa del hasta el español Pedro Tuella, deseoso va orden los materiales. gobierno patrio”4. de congraciarse con las nuevas autori- dades, regaló trozos de lapacho para la La Junta Grande parecía ignorar los Cada cual donó lo que pudo para la tablazón de las explanadas. peligros que ofrecía el Paraná, abier- construcción de la batería: palmas to a las incursiones de las naves espa- para cumbreras, horcones de ñan- Una decisión del gobierno cortó de ñolas de Montevideo, a pesar de los dubay, estacas y tijeras de sauce, tablas cuajo el entusiasmo del vecindario. Sin continuos partes del alcalde Manuel de lapacho y otras maderas, ladrillos que nada lo justificara, las autoridades Vidal y del capitán Cardoso, cuyos “y cuanto cascote fuere preciso”. El de Buenos Aires dispusieron el remate milicianos recorrían constantemente carpintero Félix Reinoso trabajó gra- de los materiales cuando ya se había la costa desde Rosario a San Nicolás, tuitamente, facilitando además su casa construido un galpón de veinticinco en previsión de desembarcos que, de como depósito y regalando veinticin- varas por seis, con techo de paja; otro todos modos, no podían impedir con co tijeras para los galpones. Marcos de seis por seis, de maderamen y techo sus seis carabinas, cuatro fusiles y siete Loaces aportó la “vigilancia, transpor- de cuero, amén de puertas, ventanas, pistolas prácticamente sin proyectiles. te y acopio de los materiales y porque tablazón recia para asiento de las cure- no anduvieran los peones con demo- ñas, etcétera. Sólo habían gastado de En los últimos días de abril de 1811, ras, era él el que más trabajaba, estan- las cajas fiscales 154 pesos y 7 ½ reales, la escuadrilla realista saqueó Zárate y do enfermo y perdiendo las comodi- suma que se quiso recuperar mediante Las Palmas, y pasó sin riesgo alguno dades de su casa”. El cura Navarro un remate que no tuvo postores. A raíz frente a la Capilla el 27 de ese mes. En (3) Miguel Ángel De Marco, La historia contemplada desde el río. Presencia naval española en el Plata, 1776-1900, Buenos Aires, Librería Histórica-Educa, 2007, p. 130. (4) Álvarez, op. cit., p. 196. Revista de la Bolsa de Comercio de Rosario | 51 mayo, engrosada por buques mercan- tomaron prisioneros a cuatro tripulan- de agosto otra vez se presentaron los tes apresados sin dificultad, cortó las tes españoles y se tirotearon con los buques de Montevideo. En esta oca- comunicaciones entre Santa Fe y La buques enemigos, sin tener en cuenta sión fueron catorce los que anclaron Bajada y dominó todo el Paraná. En que éstos respondían con cañonazos al frente al pueblito, reclamando la en- Corrientes, los paraguayos, aliados a fuego de sus mosquetones y pistolas. trega de reses y pan fresco, bajo pena los españoles de Montevideo, se man- de convertir las casas en ceniza. No tuvieron con impunidad por algunos El mes de julio transcurrió entre alar- hubo otro remedio que entregar lo que días. mas y trabajo. A mediados de agosto, reclamaban por la fuerza. pasaron por la Capilla, rumbo al Para- El abandono del gobierno central no guay, el coronel Manuel Belgrano y el BELGRANO NOMBRADO COMANDANTE arredró a los rosarinos, que siguieron doctor Vicente Anastasio Echevarría, DEL EJÉRCITO DEL NORTE efectuando donaciones para armar a único hijo de Rosario que participó las milicias de la patria. Tampoco los directamente en los sucesos de Mayo Los últimos meses del año estuvieron desanimó el peligro de un probable en Buenos Aires. Lograrían la paz, signados por la preocupación de una ataque del bergantín Aranzazú, tri- aventando de ese modo el peligro de ofensiva fluvial española. Ello hizo pulado por ochenta veteranos y doce que las poblaciones del Paraná se ha- que el Triunvirato que sustituyó a la cañones, y de otras cinco naves de- llasen entre dos fuegos: el del Aposta- Junta en el gobierno, escuchase el pe- pendientes del Apostadero de Monte- dero de Montevideo y el de las fuerzas dido de las autoridades santafesinas y video, cuyo comandante; el brigadier guaraníes. oyese los cada vez más insistentes re- José María Salazar, trabajaba con te- clamos de los rosarinos, al disponer la són para devolver al rey todo el Virrei- Durante esa breve presencia en Rosa- construcción de una batería artillada nato del Río de la Plata . El 10 de julio, rio, ni el coronel Belgrano ni el vecin- con piezas de grueso calibre. El objeti- ante la perspectiva de un desembarco, dario sospechaban que seis meses más vo era interceptar el paso de las naves fueron alejados de la costa el trigo, las tarde conjugarían esfuerzos para le- realistas y proteger las embarcaciones haciendas y demás víveres disponibles. vantar, de nuevo baterías, y que juntos concentradas en Rosario, Santa Fe y A la vez, los milicianos de Rosario, a verían confundirse con el cielo los co- la Bajada. El teniente de gobernador cuyo frente estaban Moreno y Cardo- lores del nuevo emblema de la patria. Manuel Ruiz, había escrito: so, se dispusieron a repeler has agresio- nes junto con ciento treinta paisanos Los negociadores acababan de seguir Sería muy conveniente construir venidos de San Nicolás. Los patriotas viaje hacia el Paraguay, cuando el 25 una batería de grueso calibre en la 52 | Revista de la Bolsa de Comercio de Rosario Capilla del Rosario, sostenida por A la una y media de la mañana se capitán Álvarez en una buena situa- la infantería competente, sin per- tocó generala y marchamos por ción cerca del río, y bajo unos árboles juicio de tren volante, suficiente caminos y campos muy llanos, sin que favorecen mucho por la estación para contener cualquier desembar- dificultad alguna, y con poco tra- en que nos hallamos. co que pudieran pretender6. bajo que se hizo en la barranca de salida de una cañada que han for- El pueblo no tiene casas ni galpones Decidido el gobierno a obrar en conse- mado las aguas de lluvia, y llaman para colocar la gente; se ha encontra- cuencia, dispuso que Manuel Belgra- Saladillo, pasaron muy bien las do uno a propósito para parque de las no marchase a Rosario al frente del 1º carretas, y hallándonos a distancia municiones que traemos, y almacén de Infantería, y del Batallón de Cas- del Rosario de cerca de una legua de los vestuarios y demás útiles del tas, con el fin de levantar esa fortifica- se formó la tropa, sacaron las ban- Regimiento.