De Paseo Por El Crimen Género Y Trayecto Del Policial En La Pantalla Chica Giancarlo Cappello Universidad De Lima
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De paseo por el crimen Género y trayecto del policial en la pantalla chica Giancarlo Cappello Universidad de Lima Recibido: 6/9/2010 Aceptado: 17/11/2010 Resumen: Se abordan los inicios del policial en la literatura y su continuación en la pantalla chica. La dinámica de narración de un género que se reinventa a partir de sus nexos con la cultura popular. En síntesis, es un ensayo orien- tado a recuperar la historia del género policial desde su desarrollo auroral en la literatura de Edgard Allan Poe hasta su trasvase a series televisivas como Columbo, Kojak, Miami Vice, Cagney & Lacey, CSI, NYPD Blue o The Wire. El énfa- sis está puesto en el análisis del comportamiento de los relatos policiales con relación a los cambios de época, los contextos sociales y los vínculos que este género ha cultivado con la cultura popular a lo largo de su historia. Palabras clave: Género / series de televisión / policial Walk through the crime Genre and course of policier on the small screen Summary: The beginnings of policier in the literature and then on the small screen. The dynamics of narrative that is reinventing a genre from its connec- tions with popular culture. In summary, this essay is designed to recover the history of the detective genre since its development in the auroral literature of Edgar Allan Poe to its transfer to television series such as Columbo, Kojak, Miami Vice, Cagney & Lacey, CSI, NYPD Blue or The Wire. The emphasis is put on the analysis of the behavior of police reports in relation to changes in time, social contexts and the links that this genre has grown in popular culture throughout history. Keywords: Genre / TV series / policier (cop films) Contratexto n.o 19, 2011, ISSN 1025-9945, pp. 147-161 Giancarlo Cappello Las circunstancias del crimen accesible solo a fuerza de sensibilidad y corazón, se desmoronaba ante las odo parece indicar que la apa- ideas de Auguste Comte, que entendía rición en 1841 de un extraño la vida más bien como materia y, por T cuento titulado Los crímenes de consiguiente, como un espacio perte- la calle Morgue, firmado por Edgard neciente a la ciencia, dejando afuera el Allan Poe, fue el detonante de un re- ocultismo, lo inexpugnable y la magia. lato que irrumpió con un influjo casi Un tiempo donde la industrialización mágico. Cuenta la leyenda que Poe leía alcanzaba cotas muy altas, apoyada la narración de un crimen en la nove- por el avance técnico y científico, y la de Dickens Barnaby Rudge, cuando donde el racionalismo lo impregnaba a poco de iniciar su lectura descifró todo, desde el marxismo hasta el posi- el enigma. Reflexionando acerca del tivismo que se extendió hasta entrado procedimiento que había utilizado, el siglo XX. dio con las reglas del relato policial y Así, el misterio pasó a llamarse las aplicó en el relato mencionado y en hecho insólito y apareció el crimen, una serie de cuentos, como La carta ro- aquello que contravenía las reglas, la bada y El asesinato de Marie Roget, que homeostasis, el equilibrio social, tal pronto encandilaron a los lectores. Si cual se publicaba en los periódicos bien el germen de estos textos había “convertido en espectáculo, con sus sido tomado del libro de memorias de ribetes de fantasía y sangre” (Brunori François Vidoq, fundador de la prime- 1980). De otro lado, las condiciones fi- ra agencia de detectives de París, Poe losóficas que instauraron la deducción combinó los recursos de la literatura y y la inducción como herramientas cla- el racionalismo filosófico para obtener ves, y el paso firme de la ciencia en los un cóctel artístico que ahora puede campos de la poligrafía y el análisis parecer tremendamente común, pero de rastros, se encargaron de articular que fundó todo un género represen- el relato en clave de investigación. El tativo del mundo moderno, donde policial conjugó folletín y ciencia y, de un hecho misterioso, aparentemente esta manera, se convirtió en emblema inexplicable o sobrenatural, se resol- contra los fantasmas de lo impenetra- vía a manos (y mente, sobre todo) de ble. A partir de entonces, la razón ten- un individuo con vocación de científi- dría siempre las de ganar. co y detective. Si el policial provocó revuelo fue porque sintonizó inmediatamente con Un tipo marginal el nuevo tiempo que empezaba a vi- virse. Un tiempo donde el romanticis- El policial ha coqueteado desde siem- mo, que entendía lo misterioso como pre con los márgenes, como si las eti- una especie de más allá de las cosas, quetas redondas le disgustaran tanto 148 Contratexto n.o 19, 2011 De paseo por el crimen como los trajes entallados. Si bien es en la década del treinta, ya que la rea- el resultado de una circunstancia par- lidad del gran crac de 1929 colocó a los ticular del culto a la razón, sus orí- escritores de bruces en la acera, donde genes tienen que ver más con cierto la literatura realista y social venía más antirrealismo que con una asociación a tono frente a los distintos síntomas incorruptible con la verosimilitud. Si de crisis de una sociedad industrial se observa con atención, el juego que que había dado lugar al nacimiento propone busca deconstruir un apara- del fascismo y el socialismo soviético to ideal. Es decir, para que el policial y apuntaba a una crisis mayor que se funcione se necesita la consumación llamaría Segunda Guerra Mundial. de un crimen inescrutable, misterioso, En adelante, el hard boiled story trasla- casi perfecto, al que se confronta otro daría el crimen a escenarios más per- elemento ideal, un hombre superdota- tinentes, como las inasibles ciudades do, raro entre miles, con una inteligen- del Nuevo Mundo donde el enigma cia no convencional, capaz de articular es sucio, básicamente vulgar, lejos del inducción, deducción y una vocación positivismo lógico y apostando por re- de científico y ratón de biblioteca. Este novar los agotados procedimientos del tipo de relato crea universos propios policial clásico con nuevas técnicas, regidos por leyes científicas afectadas más mundanas y menos estilizadas, solo por la fantasía convenientemente como una soberana pateadura al tipo administrada del escritor, que propo- del cual se pueden obtener buenas pis- ne, de modo invariable, la victoria del tas para resolver el caso. orden y la justicia sobre el crimen y la El halcón maltés delinea, de alguna 1 maldad. Sherlock Holmes, le chevalier manera, los nuevos modos del relato Dupin y father Brown son los exponen- policial, instaurándose como el arque- tes más notables. tipo que se debe seguir. Allí hace su Tendrían que pasar varios años aparición el nuevo investigador, ya para que este canon experimente un no un intelectual infalible, sino más cambio radical. Tendría que llegar el bien un sujeto cínico, ácido, caradura siglo XX y aparecer Dashiell Hammett e impredecible como el californiano para arrojar ese viejo jarrón venecia- Sam Spade, sin amigos y de moral am- no a la mugre de la calles, como reza bigua. Estos nuevos relatos desentra- una de las frases más conocidas de ñarán otro tipo de misterios, crímenes Raymond Chandler. Y no es casual más terrenos, desde asesinatos hasta que ocurriera en los Estados Unidos y robos, extorsiones, chantajes y contra- 1 Estos mundos se parecen mucho a los clásicos problemas de física que proponen los maestros de escuela, donde hay que averiguar pesos y velocidades en un ‘universo vacío’, omitiendo fuerzas de rozamiento y otras variables atmosféricas que afectan a cualquier fenómeno en el mundo real. Contratexto n.o 19, 2011 149 Giancarlo Cappello bando. El nuevo héroe se tiñe de sole- siones de los conflictos bélicos en Asia dad e incomunicación, como el espec- (Corea, Vietnam), los derechos civi- tro vagabundo de muchos ciudadanos les de las minorías, la mano dura del devorados por las ciudades contempo- Estado y los regímenes autoritarios ráneas. Su tono realista y eminente- acabaron devolviendo a la ciudad su mente urbano conectó con el espíritu estatus de gran escenario. Ni la es- de la época, de hecho, el policial vivió tricta ética de Marlowe, ni la psicolo- una época dorada: saltó de los libros gizante investigación de Maigret, ni a los diarios, a los cómics, a los paper- todo el cinismo junto de Sam Spade al- backs y los pulps. A fines de los años canzaban para los aires que corrían en treinta su serialidad ya se pautaba se- los días de la Guerra Fría. Tenida más gún la industria libresca, que incluyó como una fuerza paranoica y represi- novedades para su actualización, por va, antes que analítica y científica, la ejemplo el personaje del mago, el vi- policía dejó el combate del crimen en dente, o algún psíquico, quizá como manos de ciudadanos comunes y co- ecos de la infuencia que el piscoaná- rrientes. Poco va a importar que exis- lisis empezaba a obrar (Symons 1982). ta o no una eficiencia por parte de las El advenimiento de la Gran Guerra fuerzas del bien para hallar a los res- supuso cierto receso en la produc- ponsables y reinstaurar el orden, pues ción del género. La aventura tomaría el centro dramático de los relatos va a la posta: los grandes desplazamien- abandonar la peripecia investigativa tos, los espacios abiertos, exóticos, de para instalarse en la exploración del campo traviesa, la distancia cultural crimen, de la violencia, de la corrup- entre los personajes y el espionaje, ción. Es decir, empiezan a importar los van a utilizar la plataforma investi- resortes que mueven al delito a per- gativa para otros misterios y dilemas, sonas alejadas de los círculos malhe- menos enclavados en una ciudad que chores.