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De paseo por el crimen Género y trayecto del policial en la pantalla chica Giancarlo Cappello Universidad de Lima

Recibido: 6/9/2010 Aceptado: 17/11/2010

Resumen: Se abordan los inicios del policial en la literatura y su continuación en la pantalla chica. La dinámica de narración de un género que se reinventa a partir de sus nexos con la cultura popular. En síntesis, es un ensayo orien- tado a recuperar la historia del género policial desde su desarrollo auroral en la literatura de Edgard Allan Poe hasta su trasvase a series televisivas como , , Miami Vice, Cagney & Lacey, CSI, NYPD Blue o The Wire. El énfa- sis está puesto en el análisis del comportamiento de los relatos policiales con relación a los cambios de época, los contextos sociales y los vínculos que este género ha cultivado con la cultura popular a lo largo de su historia. Palabras clave: Género / series de televisión / policial

Walk through the crime Genre and course of policier on the small screen

Summary: The beginnings of policier in the literature and then on the small screen. The dynamics of narrative that is reinventing a genre from its connec- tions with popular culture. In summary, this essay is designed to recover the history of the detective genre since its development in the auroral literature of Edgar Allan Poe to its transfer to television series such as Columbo, Kojak, Miami Vice, Cagney & Lacey, CSI, NYPD Blue or The Wire. The emphasis is put on the analysis of the behavior of police reports in relation to changes in time, social contexts and the links that this genre has grown in popular culture throughout history. Keywords: Genre / TV series / policier (cop films)

Contratexto n.o 19, 2011, ISSN 1025-9945, pp. 147-161 Giancarlo Cappello

Las circunstancias del crimen accesible solo a fuerza de sensibilidad y corazón, se desmoronaba ante las odo parece indicar que la apa- ideas de Auguste Comte, que entendía rición en 1841 de un extraño la vida más bien como materia y, por T cuento titulado Los crímenes de consiguiente, como un espacio perte- la calle Morgue, firmado por Edgard neciente a la ciencia, dejando afuera el Allan Poe, fue el detonante de un re- ocultismo, lo inexpugnable y la magia. lato que irrumpió con un influjo casi Un tiempo donde la industrialización mágico. Cuenta la leyenda que Poe leía alcanzaba cotas muy altas, apoyada la narración de un crimen en la nove- por el avance técnico y científico, y la de Dickens Barnaby Rudge, cuando donde el racionalismo lo impregnaba a poco de iniciar su lectura descifró todo, desde el marxismo hasta el posi- el enigma. Reflexionando acerca del tivismo que se extendió hasta entrado procedimiento que había utilizado, el siglo XX. dio con las reglas del relato policial y Así, el misterio pasó a llamarse las aplicó en el relato mencionado y en hecho insólito y apareció el crimen, una serie de cuentos, como La carta ro- aquello que contravenía las reglas, la bada y El asesinato de Marie Roget, que homeostasis, el equilibrio social, tal pronto encandilaron a los lectores. Si cual se publicaba en los periódicos bien el germen de estos textos había “convertido en espectáculo, con sus sido tomado del libro de memorias de ribetes de fantasía y sangre” (Brunori François Vidoq, fundador de la prime- 1980). De otro lado, las condiciones fi- ra agencia de detectives de París, Poe losóficas que instauraron la deducción combinó los recursos de la literatura y y la inducción como herramientas cla- el racionalismo filosófico para obtener ves, y el paso firme de la ciencia en los un cóctel artístico que ahora puede campos de la poligrafía y el análisis parecer tremendamente común, pero de rastros, se encargaron de articular que fundó todo un género represen- el relato en clave de investigación. El tativo del mundo moderno, donde policial conjugó folletín y ciencia y, de un hecho misterioso, aparentemente esta manera, se convirtió en emblema inexplicable o sobrenatural, se resol- contra los fantasmas de lo impenetra- vía a manos (y mente, sobre todo) de ble. A partir de entonces, la razón ten- un individuo con vocación de científi- dría siempre las de ganar. co y detective. Si el policial provocó revuelo fue porque sintonizó inmediatamente con Un tipo marginal el nuevo tiempo que empezaba a vi- virse. Un tiempo donde el romanticis- El policial ha coqueteado desde siem- mo, que entendía lo misterioso como pre con los márgenes, como si las eti- una especie de más allá de las cosas, quetas redondas le disgustaran tanto

148 Contratexto n.o 19, 2011 De paseo por el crimen como los trajes entallados. Si bien es en la década del treinta, ya que la rea- el resultado de una circunstancia par- lidad del gran crac de 1929 colocó a los ticular del culto a la razón, sus orí- escritores de bruces en la acera, donde genes tienen que ver más con cierto la literatura realista y social venía más antirrealismo que con una asociación a tono frente a los distintos síntomas incorruptible con la verosimilitud. Si de crisis de una sociedad industrial se observa con atención, el juego que que había dado lugar al nacimiento propone busca deconstruir un apara- del fascismo y el socialismo soviético to ideal. Es decir, para que el policial y apuntaba a una crisis mayor que se funcione se necesita la consumación llamaría Segunda Guerra Mundial. de un crimen inescrutable, misterioso, En adelante, el hard boiled story trasla- casi perfecto, al que se confronta otro daría el crimen a escenarios más per- elemento ideal, un hombre superdota- tinentes, como las inasibles ciudades do, raro entre miles, con una inteligen- del Nuevo Mundo donde el enigma cia no convencional, capaz de articular es sucio, básicamente vulgar, lejos del inducción, deducción y una vocación positivismo lógico y apostando por re- de científico y ratón de biblioteca. Este novar los agotados procedimientos del tipo de relato crea universos propios policial clásico con nuevas técnicas, regidos por leyes científicas afectadas más mundanas y menos estilizadas, solo por la fantasía convenientemente como una soberana pateadura al tipo administrada del escritor, que propo- del cual se pueden obtener buenas pis- ne, de modo invariable, la victoria del tas para resolver el caso. orden y la justicia sobre el crimen y la El halcón maltés delinea, de alguna 1 maldad. Sherlock Holmes, le chevalier manera, los nuevos modos del relato Dupin y father Brown son los exponen- policial, instaurándose como el arque- tes más notables. tipo que se debe seguir. Allí hace su Tendrían que pasar varios años aparición el nuevo investigador, ya para que este canon experimente un no un intelectual infalible, sino más cambio radical. Tendría que llegar el bien un sujeto cínico, ácido, caradura siglo XX y aparecer Dashiell Hammett e impredecible como el californiano para arrojar ese viejo jarrón venecia- Sam Spade, sin amigos y de moral am- no a la mugre de la calles, como reza bigua. Estos nuevos relatos desentra- una de las frases más conocidas de ñarán otro tipo de misterios, crímenes Raymond Chandler. Y no es casual más terrenos, desde asesinatos hasta que ocurriera en los Estados Unidos y robos, extorsiones, chantajes y contra-

1 Estos mundos se parecen mucho a los clásicos problemas de física que proponen los maestros de escuela, donde hay que averiguar pesos y velocidades en un ‘universo vacío’, omitiendo fuerzas de rozamiento y otras variables atmosféricas que afectan a cualquier fenómeno en el mundo real.

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bando. El nuevo héroe se tiñe de sole- siones de los conflictos bélicos en Asia dad e incomunicación, como el espec- (Corea, Vietnam), los derechos civi- tro vagabundo de muchos ciudadanos les de las minorías, la mano dura del devorados por las ciudades contempo- Estado y los regímenes autoritarios ráneas. Su tono realista y eminente- acabaron devolviendo a la ciudad su mente urbano conectó con el espíritu estatus de gran escenario. Ni la es- de la época, de hecho, el policial vivió tricta ética de Marlowe, ni la psicolo- una época dorada: saltó de los libros gizante investigación de Maigret, ni a los diarios, a los cómics, a los paper- todo el cinismo junto de Sam Spade al- backs y los pulps. A fines de los años canzaban para los aires que corrían en treinta su serialidad ya se pautaba se- los días de la Guerra Fría. Tenida más gún la industria libresca, que incluyó como una fuerza paranoica y represi- novedades para su actualización, por va, antes que analítica y científica, la ejemplo el personaje del mago, el vi- policía dejó el combate del crimen en dente, o algún psíquico, quizá como manos de ciudadanos comunes y co- ecos de la infuencia que el piscoaná- rrientes. Poco va a importar que exis- lisis empezaba a obrar (Symons 1982). ta o no una eficiencia por parte de las El advenimiento de la Gran Guerra fuerzas del bien para hallar a los res- supuso cierto receso en la produc- ponsables y reinstaurar el orden, pues ción del género. La aventura tomaría el centro dramático de los relatos va a la posta: los grandes desplazamien- abandonar la peripecia investigativa tos, los espacios abiertos, exóticos, de para instalarse en la exploración del campo traviesa, la distancia cultural crimen, de la violencia, de la corrup- entre los personajes y el espionaje, ción. Es decir, empiezan a importar los van a utilizar la plataforma investi- resortes que mueven al delito a per- gativa para otros misterios y dilemas, sonas alejadas de los círculos malhe- menos enclavados en una ciudad que chores. En este tiempo, como señala los defina y con las miras bien pues- Giardinelli, el policial va a ocuparse tas en la ideología. Pero al inaugurar- de plantear “crímenes trascendentes se la Guerra Fría hubo que enfrentar a partir de hechos y personajes mun- una nueva disyuntiva: mantenerse en danos” (Giardinelli 1984). A través de la tradicion moralizan­te y crítica, o una amplísima gama de delitos que renovarse al ritmo de la violencia, la podían ir desde planes para destruir corrupción y los cambios políticos de la isla de Manhattan hasta peleas de un mundo cada vez más convulso y taberna, el relato policial va a densi- agónico, prisionero de la amenaza de ficarse arropado de filosofía para dar la bomba y desorientado de cara a un cuenta del inmensísimo temor a no- nuevo milenio. sotros mismos tras la exposición de Los distintos movimientos socia- horror y la contabilidad de los saldos les, la lucha ideológica, las repercu- finales de la Segunda Guerra.

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Julian Symons, uno de los más ilus- Los soportes de tránsito tres exponentes de este filón, diría: El tránsito del papel a la pantalla chica Lo que más me inquieta de nuestra parecía lógico. Desde sus inicios, los época es la violencia que se oculta tras formatos populares han sido los más un rostro respetable: el burócrata ser- cómodos y dúctiles para un género vil planeando cómo liquidar judíos; el juez que defiende con pasión la pena como el policial que bebe de la cotidia- capital; el niño obediente que mata nidad y genera puntos de coincidencia por diversión. donde el público se reencuentra con claves universales que dan cuenta de John Le Carré completa la radio- sus más íntimos miedos y secretos, de grafía de este tiempo desconcertante sus angustias y de sus monstruos más poniendo en boca de Alec Leamas, el personales. espía que surgió del frío, el remate fi- Brunori considera que la visión de nal: “Se necesita ser un héroe para ser un mundo cerrado e inamovible, rigu­ simplemente una persona decente”. ro­samente dividido en compartimien- A partir de este momento, el po- tos estancos, pasó del folletín al poli- licial va a diluirse para impregnarlo cial (Brunori 1980). El mundo idealiza- todo, o casi todo: las historias de es- do de la revolución, que aparentemen- pías, de superhéroes, de misterio, de te consentía héroes pillos como el Jean suspenso, de terror. Así, el dato es- Valjean de Los miserables, ofrecía una condido, el enigma, el falso culpable, conexión con el público masivo, pero el método científico como arma de escondía también las sanciones que combate, la ciudad como escenario, la emanaban del orden convencional. Ya razón como emblema, el red herring, el en el folletín operaban la redención y , entre otros ingenios, pasa- la sanción para quienes contravenían rían a integrar el paisaje de diversas las normas y las formas, el equilibrio tramas y contextos. social y la profanación de los valores Para cuando llegan los años setenta elementales. De aquí que las pautas el policial es una especie de dinosaurio del policial mantengan una sólida co- inmenso, impreciso en su definición, nexión con el formato y el imaginario desigual en sus contenidos, complejo popular, vinculándose con el contex- en sus patrones y menos abundante en to y las emociones de la experiencia su tiraje. Sin embargo, no va a perder común. su inmenso arraigo. La respuesta a la Nos gusta pensar que el carácter necesidad de un nuevo giro de tuerca lúdico del esquema policial también para renovar su talante la encontrará resulta vital para la subsistencia del en el vehículo de masas por excelen- género. Planteado el misterio como cia de la segunda mitad del siglo XX: un juego de ajedrez donde se sabe de la televisión. antemano quién triunfará, el interés

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reside en las formas de ganar, en el restablecer el orden. “La comunidad ingenio multiforme y la oportunidad mantiene la memoria de una pasada para los enroques, en el efecto sorpre- edad de oro, un paraíso perdido que sa, que otorgarían al lector una sen- sólo la intervención del líder mesiá- sación de poder-hacer y querer-creer nico puede devolver” (Balló y Pérez que se puede cambiar el estado de 1997). De esta forma, el mundo moder- las cosas. Es decir, estamos ante una no reemplazó a la Providencia por la forma vicaria de vivir las imposibili- Policía y el cariz mítico se encarnó en dades de un mundo cada vez más al- el investigador, nuevo redentor de los borotado. El hombre de la calle, como justos y salvador de los inocentes. anota Brunori, que busca diversión o La industria editorial fue la más una moraleja consoladora, se sentiría prolífica y popular productora de en- atraído por las excepcionales cualida- tretenimiento durante la primera mi- des del detective por la misma razón tad del siglo XX. Los libros y revistas que los apasionados de la novela por policiales de las décadas medias ya entregas abrazaban los ideales de los eran masivas y se hacían en papel pul- héroes cándidos y puros. pa, amarillento, barato y poco vistoso, Un tercer factor que habría favore- pero garantizaban tiraje y consumo. El cido el desarrollo y la persistencia del arribo del cine, y posteriormente de la policial es el cariz mítico cifrado en sus televisión, va a robarse la imaginación historias. El policial reproduce el cho- soberana de los consumidores, por lo que de fuerzas más antiguo y próximo que el paso a este nuevo soporte de ex- a la humanidad: el mal derrotado por presión no asoma como extraño. el bien, el orden que se impone sobre Mudarse a la pantalla chica va a el caos. En estos relatos, quien se sale suponer una renovación en varios sen- del buen camino paga tarde o tem- tidos para el policial. Si bien la lógica prano las consecuencias y las vicisi- del relato de género va a permanecer, tudes del héroe sirven para exorcizar las posibilidades del medio le otorga- el incremento de hostilidad y crimi- rán un dinamismo, una plasticidad y nalidad de un mundo que ofrece más un realismo que acentuarán sus tópi- incertidumbre que placer. Jordi Balló cos y marcas registradas: la sangre, la y Xavier Pérez, en La semilla inmortal, pólvora, el disparo certero, el vértigo, consideran que el ciclo mesiánico del la sensación de peligro, el efecto sor- Nuevo Testamento nos ha hereda- presa, la peripecia física. Para decirlo do toda una concepción del mundo de una vez, las fibras sensibles que que opera como referencia ineludible conectan con el policial van a verse al momento de trazar historias, pues especialmente estimuladas ante la surge de la necesidad de un líder por experiencia audiovisual que ofrecen parte de una comunidad en crisis para las series televisivas a un público ya

152 Contratexto n.o 19, 2011 De paseo por el crimen adiestrado en estas lides gracias al ductores que supieron conducirlas. En cine, especialmente el de clase B. La televisión, la denominada ‘autoría’ se lógica episódica o por entregas se verá aleja de la figura del escritor para afi- traducida en el formato de las series, liarse a la sensibilidad y oportunidad que narrarán una vez por semana sus de productores que acaban creando aventuras, apelando a las mismas vie- estilo, escuela e incluso marca.2 Quien jas claves folletinescas de la posterga- dirige es un operador que traduce esta ción, la anticipación y “la percha en el visión, al punto de que los directores abismo”, es decir, la acción suspendida cambian indistintamente en cada epi- hasta el nuevo episodio. sodio y podemos ver repartidos sus nombres en distintas series de diversa No obstante ciertas características orientación. temporales, la televisión va a aportar al género su afición por los mode­los de Latinoamérica ha bebido principal- mente de la producción policial de los la cultura de masas, su visión paródi- Estados Unidos y es a partir de ella ca de cier­tas estructuras novelescas, su que se han forjado preferencias, es- propia creación de es­tereotipos, el em- tilos y formas de consumo. Hay una pleo de los discursos populares y mar- propuesta de mundo, un life style, unos ginales; y el eclecticismo, el pastiche, valores y principios que el televidente la conta­minación genérica y esa mira- promedio reconoce y ha incorporado da superior, burlona y desacralizadora a su experiencia televisiva. Las se- que lanzan sobre lo que durante mu- ries norteamericanas han conseguido chos años fue la semilla del género: fraguar no solo una idea general del el enigma. Más que una ruptura radi- mundo y sus valores a través de sus cal, el policial televisivo continuará la historias, sino que también le han ascenden­te evolución iniciada por sus dado forma a un género que evolucio- antece­sores, junto a la insistencia del na y se complejiza de acuerdo con las tratamiento racional en clave de inves- posibilidades que ofrece la pantalla tigación, el espectáculo y el carácter chica. reporteril que van a ser elementos que Si hubiera que rastrear al padre de se integren a la narración. este trabajo, quien asoma como pione- ro es Quinn Martin (1927-1987), pro- ductor de las más exitosas series de los Del autor al productor años sesenta y setenta. Lo interesante Los policiales de televisión deben su de Martin es que va a construir relatos anclados en la lógica de los años trein- éxito no a los escritores que fraguaron ta, intentando reproducir de manera sus tramas, sino al ojo certero de pro-

2 Es el caso de Dick Wolf y su Law & Order o Jerry Bruckheimer y su CSI, entre otros.

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fiel y atractiva los usos y rutinas poli- una dimensión mucho más terrena, de ciales así como los motores del crimen modo tal que trastocarán la simplifica- (Edgerton 2007). Es decir, si Dashiell ción maniquea de policías y ladrones Hammett se había ocupado de los de- para presentar seres complejos cuyas litos no en clave de enigma, sino en fechorías pueden merecer compren- función de los vicios y pecados de la sión, conmiseración, lástima o justifi- gente común y corriente, Martin va a cación; pero también guardianes pro- procurar lo mismo dándole un rostro bos del orden no tan inmaculados ni y unas cualidades particulares a los eficientes en la consigna de proteger y malhechores y sus móviles. Coincidió servir, siempre con algún dilema, al- con Hammet, además, en una voca- guna tara, alguna marca o un pasado ción por los espacios urbanos, anclan- que los atormenta. do nuevamente el relato en un espacio Si bien Martin va a ser el precursor moderno y particular, pero capaz de del Hammet way en el policial televisi- registrar al mismo tiempo las vicisitu- vo, pronto las series van a distanciarse des generales del mundo. de los modos de la novela negra en lo Las posibilidades del soporte y la que al tratamiento del crimen se re- búsqueda de nuevos aires van a lo- fiere. Si los primeros relatos policiales grar que el policial desarrolle en la abordaban el crimen en lo que hemos pantalla chica una serie de matices. llamado un ‘universo vacío’ para ase- Encontraremos desde el clásico de- gurar la fórmula de resolución, los re- tective privado, al mejor estilo de los latos televisivos van a verse en la nece- crímenes de Poe o Conan Doyle, has- sidad de plantear su propio universo ta los policías de fuste, institucional- y en este proceso el realismo y el ma- mente comprometidos con el aparato niqueísmo van a aparecer en tensión del orden (to protect and to serve); desde permanente. Por ejemplo, mientras el crimen psicológico, con marcas de más verosimilitud se busque impri- psicoanálisis y psicología clínica que mir al trabajo policíaco, más riesgos se dan cabida en la narración también corre de atentar contra la tensión y el al mundo interior de los criminales, suspenso que son condición básica del hasta los relatos carcelarios, donde la género. Y viceversa, la búsqueda de redención y la purga son clave fun- mayor atractivo en la acción puede ha- damental de un género que se esmera cer perder los vínculos con la realidad. por limpiar las heridas sociales y mos- La búsqueda de este balance parece trar los estragos de un comportamien- constituir el principal motor de actua- to desviado. lidad y renovación del policial televi- Si bien el punto de vista que se pre- sivo. Normalmente, desde el punto de senta es el de los chicos buenos, con el vista narrativo, zanjamos esas parti- tiempo los personajes van a dotarse de cularidades utilizando la etiqueta de

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‘convenciones de género’, pero lo in- precisamente policiales, pero estaban teresante del policial de televisión es llenos de situaciones dramáticas tan que va a ser capaz de plantear tantas colmadas de suspenso y tensión que convenciones como series se propon- en el episodio final de la serie el doc- gan, gracias a la hibridación con otros tor Kimble no solo capturó al hombre géneros como la aventura, el melodra- de un solo brazo, sino al 72 por cien- ma o la comedia, que van a potenciar to de los televidentes de los Estados de manera notable la forja de estos Unidos (Edgerton 2007). Avalado por universos ficcionales. el suceso de estos programas, Martin se embarca en El FBI (The FBI), con el actor Efrem Zimbalist Jr., a quien Los duros de la tele el propio Edgar Hoover eligió como mejor representante del agente espe- Enmarcada dentro de lo que se cono- cial. Los guiones se basaron en casos ce como el , en octubre de archivo de la agencia federal y eran de 1959 la compañía CBS encargó a una declaración obvia de patriotismo Quinn Martin un piloto de dos capítu- e integridad. Como dato anecdótico los de Los intocables (The untouchables), queda que Zimbalist Jr. es responsable una de las series clásicas del género de la famosa postura del agente que y, probablemente, el punto de partida apunta con las dos manos mientras del policial de televisión tal como se le grita “¡Alto, FBI!”, frase obligada que, conoce hoy. Como resultado de estos sin embargo, no figura en el protocolo episodios, la cadena ABC realizaría la de los agentes de bureau. serie entre los años 1959 y 1962, cen- Cannon fue la primera serie que trando cada capítulo en la lucha que tuvo como protagonista a un detec- Ness y sus hombres libraban contra tive privado. Bajo la figura de un pri- la mafia. Con Los intocables, Martin vate eye, el actor William Conrad da- perfiló un diseño de producción que ría vida a Frank Cannon entre 1971 y privilegiaba la solidez actoral de sus 1976 con gran éxito. Quizá gracias a él protagonistas y dejaba los libretos en la marca registrada de los policiales manos de reconocidos escritores del de los setenta va a ser la utilización, género. También impuso un modelo a contracorriente, de protagonistas de presentación para los programas: viejos, gordos o feos. Esta tendencia pista musical compuesta especialmen- la iniciaría Barnaby Jones, protago- te y una voz de narrador que anuncia- nizada por Buddy Ebsen entre 1973 ba el nombre de la serie. y 1980. La historia del detective que Tras el éxito de Los intocables, Martin volvía del retiro para investigar la se embarcó en un proyecto perso- muerte de su hijo, abriría las puer- nal que tituló El fugitivo (The fugitive). tas a Karl Malden en Las calles de San Los capítulos no pueden considerarse Francisco (San Francisco streets) y Telly

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Savalas en Kojak. En estas dos últimas ración. Por su parte, Columbo (1971- series, Martin sumaría a la solidez in- 1978) va a ser la primera en arries- terpretativa y los guiones3 nuevas téc- gar los límites del género. nicas de filmación que ofrecieron una hizo que el personaje concebido por experiencia inédita de las ciudades y es- donde ocurrían las tramas. capara al molde original. Su Columbo Los shows producidos por Quinn nunca portó un arma, nunca tuvo un Martin marcarían no solo los años compañero, pero sí una esposa que sesenta y setenta con su estilo sobrio nunca apareció en pantalla, un perro y duro, sino que sentarían bases fun- moribundo que vivió los ocho años damentales en la realización de es- que duró la serie, era despistado y ol- tos programas. Martin perfeccionó vidadizo, no actuaba de acuerdo a los la fórmula del episodio televisivo de estándares del procedimiento policial una hora al pautar la duración de los y exhibía un humor extraño para este bloques dramáticos (marcados por tipo de personajes. Columbo se convir- el corte comercial), el número de se- tió en un personaje popular y la ben- cuencias de acción en cada uno de es- dición de la audiencia autorizó nuevas tos bloques, el uso de la ciudad como posibilidades de expresión y experi- plató (locaciones reales), así como una mentación. notable maestría para la postergación A partir de los años ochenta, la te- que aseguraban la permanencia de la levisión va a ofrecer una gran diver- audiencia (Butler 2009). sidad de proyectos que se diferencian La influencia de Martin se dejaría básicamente por sus estilizadas pro- sentir de distinto modo en escritores puestas vinculadas a la cultura popu- y productores de televisión. Dos se- lar (mucha moda, mucha música, mu- ries se alzan como principales tribu- chos jóvenes, mucha sensualidad). El tarias, Hawaii 5-0 y Columbo, pero a la representante arquetípico es, sin duda, vez abren nuevas vías. En la primera, Miami Vice (1984-1989), creado origi- producida por Leonard Freeman, se nalmente como un programa para la ensayó exitosamente el protagonismo audiencia de MTV. Este germen fue colectivo, aun cuando Jack Lord en el gravitante para el desarrollo del pro- papel del oficial McGarrett llevaría la yecto, pues el requerimiento especí- batuta desde 1968 hasta 1980. Hasta fico de un tipo de imágenes y sonido hoy la serie policial de más larga du- obligó a los realizadores a convertir

3 El escritor Joe Gores ganaría un premio Edgar (el mayor galardón entre los escritores de misterio) por uno de sus capítulos de Kojak. Gores también escribió varios capítulos de Columbo y, ya en los ochenta, realizó varios guiones para Magnum P.I. y Remington Steele.

156 Contratexto n.o 19, 2011 De paseo por el crimen la cinética y el deslumbramiento téc- Quizá por todos estos añadidos y nico4 en tópicos tan importantes como posibilidades de mercado, la produc- el argumento y los personajes; de he- ción de series va a tornarse millona- cho fueron colocados al mismo nivel. ria, siempre a la búsqueda de nuevos Anthony Yercovich, escritor y produc- públicos. La hibridación entre el poli- tor, decía que Miami Vice fue concebido cial clásico y otros géneros va a abrir para poner en movimiento la emoción, nuevas posibilidades. Recordemos porque la razón se movía demasiado Moonlighting (1985-1989) y su cuota lenta para los años ochenta. de comedia y tensión sexual entre los Miami Vice representa un hito por- protagonistas. O (1981- que marca la pauta y el estándar que 1987) y su exploración en el melodra- las series de televisión deberán seguir ma, con líneas dramáticas que no se en adelante para competir por la au- resolvían en cada episodio sino que diencia. Pero, sobre todo, porque se se postergaban a lo largo de la tempo- convirtió en un fenómeno social que rada, con preguntas recurrentes en el conectó efectivamente con el imagina- orden moral del tipo ¿qué es lo correc- rio de la audiencia al punto de obligar to?, o ¿qué he hecho?, tan heredadas de a sus creadores a operar en base a ello. la telenovela y tan útiles luego a series Los primeros episodios presentaban como NYPD Blue (1993-2005) que an- elementos del procedimiento policial clan gran parte de su desarrollo dra- frecuente, rutinas, temas y tratamien- mático en las relaciones personales. tos, pero pronto debieron ser abando- De cualquier forma, junto con pro- nados para construir un estilo propio puestas más pop, la figura del investi- nutrido en base a la cultura popular gador, sea agente de la ley, detective de la época. Gran peso tuvieron la mú- privado o sujeto de a pie, va a perma- sica y la moda, por ejemplo. Además necer y evolucionar junto a su público. de los distintivos sintetizadores de La inclusión de mujeres en roles prota- Jan Hammer, cada episodio incluía gónicos, por ejemplo, aumentó a la par temas del momento a cargo de músi- que se dio una mayor y mejor inclu- cos como Phil Collins, Sheena Easton sión de estas en espacios antes tenidos o Frank Zappa. Sus protagonistas, los como eminentemente masculinos. En actores Don Johnson y Philip Michael los policiales de televisión, las mujeres Thomas, popularizaron los lentes Ray pasaron de femme fatale y vampiresas Ban, las camisetas debajo de sacos re- arribistas a detectives, abogadas o pe- mangados e impulsaron un renovado riodistas que luchan por encontrar la furor por el art decó, gracias a las visto- verdad y hacer justicia. El primer per- sas locaciones que exhibía la serie. sonaje femenino de relevancia en una

4 Miami Vice fue de las primeras series en ser emitidas con sonido estéreo.

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serie policial fue probablemente la una reportera y una asistente del fiscal sargento Vicky Hicks de Fraud Squad de distrito deben también perseguir a (1969-1970), pero no sería sino hasta un homicida serial que cose las bocas Charlie’s Angels (1976-1981) que se le- de sus víctimas. gitimaría la autonomía femenina en estos predios. Sin embargo, los argu- mentos previsibles y la gran maquina- Hermeneutas, científicos y locos ria publicitaria que soportó sus años al aire hacen que todavía hoy se discutan El policial de televisión ha sabido re- sus méritos. crearse constantemente para encon- trar nuevas audiencias y de esta ma- Serán Cagney & Lacey (1982-1988), dos eficientes detectives de Nueva nera acortar la brecha entre ficción y York, las que den carta de ciudadanía realidad, no para anular la diferencia, al policial protagonizado por mujeres sino para potenciarla y habilitar nue- y quienes compaginen el crimen con vas formas de narración. Hay al menos 5 tópicos como la maternidad y las ta- dos procesos que Luis Fanlo encuen- reas de un ama de casa. Después ven- tra significativos dentro de esta evolu- drían Olivia Benson, la agente de Law ción: el tránsito del detective herme- & Order: UVE, o Lily Rush, de Cold neuta (Columbo, Baretta, Law & Order) case, de gran peso protagónico y más al detective científico CSI ( , Criminal próximas al talante policial típico del minds, Bones) y del policía incorrup- género. Ambas se comprometen emo- tible y encarnación del bien (Kojak) cionalmente con las víctimas de sus al policía con alto grado de conflicti- casos, mujeres, niños y hombres que vidad social o personal (NYPD Blue, han sufrido abusos, al estar a cargo ). El hermeneuta es capaz de unidades que enfrentan casos es- de esclarecer el crimen apelando a la cabrosos y muy próximos a los temas intuición y la experiencia, es más listo de familia. Hace poco, la cadena Fox que el bandido y consigue hacerlo caer estrenó Murder club, un policial ciento en una trampa para confesar su culpa. por ciento femenino, que mezcla los El científico, por su parte, resuelve el problemas sentimentales de sus cua- crimen apelando a un conjunto de sa- tro protagonistas, a la manera de Sex beres y técnicas científicas, se mueve and the city, con la investigación de ase- en el reino de la evidencia, del posi- sinatos. En la serie, una inspectora de tivismo más radical, donde lo que a homicidios, una examinadora médica, veces aparece como intuición bien po-

5 Luis Fanlo es doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y di- rige un esmerado blog dedicado a las series de televisión: .

158 Contratexto n.o 19, 2011 De paseo por el crimen dría calificarse de enciclopedismo. El sexuales. Su modus operandi consiste policía incorruptible y encarnación del en atarlos a una mesa y descuartizar- bien es cómplice y guía del espectador, los mientras están vivos. De la escena lo educa en el tránsito de la sombra a la del crimen se lleva un souvenir: unas luz, pero el que carga con una conflic- gotitas de sangre que perpetúa entre tividad social o personal se construye dos pequeños vidrios y que esconde básicamente como antihéroe, puede en los ductos de ventilación de su de- moverse en el campo de la hermenéu- partamento. Aquí, el clásico plantea- tica (Monk) o la ciencia (Numbers) pero miento de la serie policial en clave de asiste al trabajo como quien va al ana- blanco o negro ha movido su centro de lista para sobrevivir todos los días. gravedad a las áreas grises. Lo que se habría producido, según Algo parecido empieza a ocurrir Fanlo, es una ambivalencia donde lo en lo que respecta a su narrativa. bueno y lo malo, lo tradicional y lo Algunos componentes empiezan a ser nuevo, conviven, intercambian ro- alterados en su función. Por ejemplo, les, se amalgaman y se distribuyen el la elipsis y el uso del tiempo. A través centro de la pantalla. Hoy el deslum- de estos recursos podemos hacer fluir bramiento científico que exhiben las más rápidamente una historia. En CSI series de televisión puede ser protago- las zonas en off son varias y en las por- nista del mismo modo que un crimi- ciones en on los testigos hablan rápido, nal puede ser aceptado por justiciero y los acusados se desmoronan ensegui- hermeneuta (el asesino en serie es pa- da, los forenses llegan a tiempo a la radigmático en este sentido), aunque escena, los jueces dictaminan pronto, el discurso moral no permita abrazar- los resultados de balística ocurren en lo con todo el afecto que uno quisiera. cuestión de minutos. Esto forma par- Dexter ejemplifica de manera ar- te del pacto con el espectador: se sus- quetípica esta némesis del discurso y pende la realidad y se conviene en un la práctica criminalística. Es la historia tiempo diegético que debe ajustarse a del personaje del mismo nombre que cuarentaicinco minutos de transmi- de niño fue brutalmente reeducado sión. En la serie 24 cada episodio de por su padre al ser descubierto en ple- una hora representa una hora conti- na matanza de animales. De adulto, y nua de acción de la trama. Cada tem- ya convertido en forense de la policía, porada compuesta por veinticuatro ca- Dexter emprende una cruzada perso- pítulos conforma un día en la vida del nal para eliminar a homicidas cuyos agente Jack Bauer. Y si nos fijamos en crímenes atentan contra sus códigos una serie como The wire, encontrare- del buen matar, si cabe el término: mos la confirmación de que algo está violadores, pedófilos, depredadores sucediendo.

Contratexto n.o 19, 2011 159 Giancarlo Cappello

The wire no sintetiza la acción, des- Todo esto es parte de la dinámica menuza la inercia.6 Es la antítesis de y el juego que plantea el género po- las series policiales en cada uno de licial en la televisión. Intentar defi- sus lineamientos, está basada en el nirlo resulta cada vez más complejo. detalle, un solo caso puede durar una ¿Se necesita una ciudad para montar temporada completa. Si en otras series un policial? ¿Hace falta un detective? los protagonistas hablan demasiado, ¿El enigma es requisito? ¿Qué hay nunca duermen, lo explican todo en del procedimiento? Pensemos, por voz alta, verbalizan sin necesidad para ejemplo, en una serie emblemática de integrar al espectador, en The wire tra- los últimos años como es House MD. bajan en silencio, se quedan dormidos Gregory House es Sherlock Holmes cuando tienen sueño, fallan y parece trasmutado en médico de diagnóstico, importarles muy poco lo que hayan cínico y ácido como Sam Spade, adicto planteado Quinn Martin y todos los como Marlowe, no al whisky sino al que vinieron después de él. En la pri- Vicodin, sus pacientes son víctimas de mera temporada, este grupo de poli- un misterioso asesino que no habita cías de Baltimore intenta desbaratar en la ciudad, sino en sus propios or- ganismos. Podríamos calificarlo como una red de tráfico de drogas, pero los hermenéutico, pero también como un testigos no hablan, los acusados no se tipo con alta conflictividad consigo desmoronan, los policías tienen fami- mismo y los demás. Entonces, ¿en qué lia y problemas para llegar a la escena consiste el policial de hoy?... Cada vez del delito a tiempo, los jueces están más es todo y nada al mismo tiempo, más interesados en sus carreras que acaso el próximo enigma por resolver. en la justicia, balística no funciona ni bien ni a tiempo, la burocracia es ago- tadora, los micrófonos escondidos aco- Bibliografía plan, los sargentos se emborrachan, el café está frío y los malos, muchas ve- Balló, Jordi y Xavier Pérez (1997). ces, son sujetos a los que podríamos La semilla inmortal. Los argumen- confiarles nuestras casas un fin de se- tos universales del cine. Barcelona: mana. No hay síntesis en la trama, no Anagrama. hay finales sorpresivos. Es una larga Bertrand, Claude (1992). La televi- película de trece horas de duración, sión de Estados Unidos. Madrid: repartida en una docena de capítulos. Rialp.

6 Algunos ven un antecedente remoto pero válido en la serie Dragnet (1952-1957), que retra- taba con solvencia la rutina y el aburrimiento de algunos aspectos del trabajo policial.

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Brunori, Vittorio (1980). Sueños y mitos Giardinelli, Mempo (1984). El gé- de la literatura de masas. Barcelona: nero negro. México: Universidad Gustavo Gili. Autónoma Metropolitana. Butler, Jeremy (2009). Critical methods Narcejac, Thomas (1986). Una máquina and applications. Nueva Jersey: Mid de leer: La novela policíaca. México: Atlantic Books & Journals, Inc. Fondo de Cultura Económica, Edgerton, Gary (2007). The Columbia Colección Popular 343. history of American television. Nueva Padur a, Leonardo (2000). Ensayos York: Columbia University Press. acerca de la novela policíaca en Ibe­ Fanlo, Luis. Top mejores detectives. roamérica­ . La Habana: Ediciones . [Consulta: 11 de junio policial. Barcelona: Bruguera. del 2009].

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