ASTURIAS SIGLO XXI

SOTO DEL BARCO La rotonda del Cantábrico

Soto del Barco despierta del sueño, en una situación privilegiada por la naturaleza y las futuras comunicaciones

Soto del Barco levanta el vuelo. Después de años de estancamiento en la orilla metropolitana, sobre la ría del Nalón y a la sombra de Avilés; ciudad que hace no demasiado tiempo le dio actividad y empleo. Dinamismo atascado en las comunicaciones. Siempre las comunicaciones en . Hace ya bastantes años, Valencia acuñó el sintagma “semáforo de Europa” como metáfora de la comunicación varada a sus puertas, la gran autopista europea que terminaba de golpe en un semáforo. En Asturias la autopista, recién inaugurada, termina muy frecuentemente en inevitable atasco, el que proporciona la rotonda de Soto del Barco, fin de las comunicaciones modernas. Tres años más deberá esperar la solución al estrangulamiento del eje cantábrico que, en el próximo año, Soto traspasará a Muros. De rotonda en rotonda, las comunicaciones van despacio. Congestión aparte, el concejo dispone de un magnífico paisaje costero sobre la rasa, los acantilados, las playas…Frente al declive de la otra orilla, Soto parece haber invertido tímidamente en los últimos años, los de entresiglos, la tendencia negativa. El cambio se percibe en la capital y su entorno, que ha retornado a la senda del crecimiento muchas décadas después. La Arena aún no, con su población estancada en los 1.500 habitantes. Como en el vecino Muros, nos encontramos con dos aspirantes a villas, que se reparten la mayor parte de la población: Soto, disperso sobre la rasa y en la encrucijada de caminos, y La Arena, en la barra de la ría, mirando al mar y a las actividades relacionadas. Las demás parroquias pierden población, según el ritmo habitual en la región: Ranón, y . Los núcleos también: Ponte, Folgueras, La Corrada, La Bernadal, Monterrey, La Carretera. Sólo Ranón supera los 200 habitantes. Los numerosos barrios en que se dispersa la capital, Soto, superan los 100 (La Magdalena, Llago, Fon Cubierta, Caseras, El Castillo). Las aldeas de La Corrada y Riberas tienen menos de cien habitantes. De la época de la floreciente industria avilesina apenas quedan hoy una treintena de empleos en el concejo. La tasa de actividad es baja y alto el desempleo. La mitad de los mil trabajadores se ocupan en el sector terciario, y son muy numerosos los dedicados a la construcción. La ganadería ha sufrido una caída notable. En diez años ha pasado de 80 explotaciones de producción lechera a sólo 10. La cabaña se ha reducido a la mitad y la reorientación hacia la producción cárnica mantiene unas decenas más de explotaciones ganaderas. En el inmediato futuro el concejo no se inclinará hacia la ganadería. La actividad pesquera se localiza en La Arena y aporta actividades de tradición, como la angula, aunque el peso en el empleo es pequeño. Soto tiene posición y recursos para el crecimiento, para un futuro más dinámico. Cuenta con una capital con potencial de convertirse en un pequeño núcleo urbano si articula sus componentes y los entrama. Y si saca el tráfico de una vez de su centro. La costa del concejo ha estado demasiado tiempo escondida tras el puerto, el carbón y las aguas negras. Cuenta La Arena con semblante atlántico, tanto en la apariencia de su caserío como en el ritmo de quienes lo habitan, y dispone de suelo y densidad urbana para dotar, nada más ni menos, que una villa astur. Curiosos artefactos urbanos que contrapesan su minúsculo tamaño con su alta densidad ciudadana, y engarzadas como cuentas de rosario en ello encuentran apoyos y fuerza para atravesar el tiempo. En el inmediato futuro las cuarenta que componen la red urbana se diferenciarán en función de su situación, disponiendo las integradas en la aureola metropolitana de evidentes potencialidades para sostener una función residencial y terciaria de calidad, sobre la base de las actividades tradicionales que han definido su fisonomía. Ciudad, accesibilidad, rimo tranquilo, paisaje, playas, servicios, actividad... son elementos que hoy están en la base de cualquier proceso de desarrollo territorial. Soto los tiene y, por ello, cuenta con recursos para generar futuro dentro de una organización metropolitana y regional que si entre sus componentes induce cooperación también crea competencia. Cuenta, además, con la proximidad del aeropuerto, elemento fundamental para el futuro turístico y económico regional, una vez que parece haberse sacudido el sopor de décadas, acunado por aquellos que insisten en cortar un traje demasiado estrecho para un país que necesita poner en valor sus potencialidades. El futuro de Soto reside en continuar la diversificación de sus funciones en un marco de borde metropolitano. El potencial turístico y el atractivo residencial es evidente, tanto en Soto como en La Arena, y también en los núcleos rurales hoy declinantes. A pesar de tanto “boom urbanístico” anunciado y esquivo a la vista, la realidad nos indica que la actividad constructiva es, como en todos los concejos del oeste metropolitano, hoy por hoy, bastante limitada. En cualquier caso, cualquier actuación debería evitar la urbanización segregada y optar por el fortalecimiento del poblamiento existente, en particular de Soto y La Arena. El concejo cuenta con una bellísima playa de carácter metropolitano, sobre la que el Plan de Ordenación del Litoral de Asturias, el POLA, ha actuado, regenerándola, y para la que se prevén nuevas acciones de mejora y acondicionamiento de un entorno de alta calidad. Tanto La Arena como Soto necesitan de una profunda intervención de reordenación interna y de mejora de su paisaje urbano para incrementar su valor residencial y turístico, eliminando las señales de descuido y estancamiento. En un paisaje como el asturiano el descuido en el detalle es imperdonable y se paga en actividad económica. Soto dispone de suelo empresarial en El Praviano y enlaces con la futura autovía del Cantábrico. Su emplazamiento en uno de los puntos estratégico de la red de transporte terrestre permite una mayor habilitación de suelo en el futuro para la atracción de pequeñas y medianas empresas y nuevas actividad industriales, logísticas y terciarias que tengan un mayor impacto en el empleo, hoy en tasas bajas respecto al total de la población. Hay que recrear Soto como concejo de dinamismo económico al calor de la consolidación del eje Cantábrico entre las grandes corredores de transporte peninsulares. La recuperación de la relación con Avilés es fundamental. También la apuesta por el eje Grado-Pravia-Soto, ronda periférica oeste del AMA, Área Metropolitana de Asturias, y vía fundamental de comunicación entre el eje costero y el interior.