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La Investigación Arqueomalacológica en la Península Ibérica: Nuevas Aportaciones Comité Editor: Igor Gutiérrez Zugasti (IIIPC, Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, España) David Cuenca Solana (CReAAH UMR-6566, Francia) Manuel González Morales (IIIPC, Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, España)

Comité Cientí co: María Teresa Aparicio (Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, España) Pablo Arias (IIIPC, Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, España) Bárbara Avezuela (Universidad Nacional de Educación a Distancia, España) Darío Bernal (Universidad de Cádiz, España) Mariano Bonomo (Universidad Nacional de La Plata, ) Pedro Callapez (Universidade de Coimbra, ) Juan Jesús Cantillo (Universidad de Cádiz, España) Eduardo Carmona (Servicio Territorial de Cultura de Valladolid, España) André Carlo Colonese (University of York, Reino Unido) Diana Carvajal Contreras (Universidad Externado de , Colombia) Catherine Dupont (CReAAH UMR-6566, CNRS, Francia) Miguel Ángel Fano (Universidad de La Rioja, España) Javier Fernández López de Pablo (IPHES, Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, España) Carlos Fernández Rodríguez (Universidad de León, España) Eloísa Bernáldez Sánchez (IAPH, Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, España) Juan Francisco Gibaja (IMF, Institució Milà i Fontanals-CSIC, España) María del Carmen Lozano (Gaia Museum S. L., España) Ricard Marlasca (Posidònia S.L., España) Arturo Morales (Universidad Autónoma de Madrid, España) Marian Vanhaeren (PACEA UMR-5199, CNRS, ) Ester Verdún (Universitat Autònoma de Barcelona, España) Yurena Yanes (University of Cincinnati, Estados Unidos) Mikel Zubimendi (Universidad Nacional de La Plata, Argentina)

Primera edición: Agosto, 2015

© Nadir Ediciones Fernando de los Ríos 80. 5º Dcha. 39006 Santander, Cantabria © Los autores

Maquetación y diseño: Eduardo Rivas. www.erdesignplus.com

ISBN: 978-84-943376-1-1 D. Legal.: SA 457-2015.

Impreso en España - Printed in

Esta edición es propiedad de Nadir Ediciones. Cualquier, forma de reproducción, distribución, traducción, comunicación pública o transformación sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográ cos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. La Investigación Arqueomalacológica en la Península Ibérica: Nuevas Aportaciones

Actas de la IV Reunión de Arqueomalacología de la Península Ibérica

Igor Gutiérrez Zugasti, David Cuenca Solana, Manuel R. González Morales, (Eds.)

CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE

Índice

Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló (Gandia, València). Nuevos datos. Begoña Soler Mayor...... 13

Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico de la cueva de Nerja (sala de la Mina), Málaga, España. María Teresa Aparicio, Esteban Ál arez-Fernández , Jesús Francisco Jordá-Pardo, Bárbara Avezuela-Aristu, Joan Emili Aura-Tortosa ...... 27

Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón y Miera (Cantabria) durante el Holoceno: aspectos paleo-ecológicos. Jesús Ruiz Cobo ...... 43

Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: a review of snail shell isotope record. André Carlo Colonese, Gio anni Zanchetta, Anthony E. Fallick, Russell Drysdale ...... 55

Los moluscos marinos del Mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia). Análisis arqueomalacológico de la campaña de 1941. Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol ...... 65

Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigrá ca108 del conchero Mesolítico de El Mazo (Llanes, Asturias): conclusiones socio-económicas y metodológicas. Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R. González-Morales ...... 77

Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico: los invertebrados marinos del abrigo de El Toral III (Llanes, Asturias). Patricia Bello-Alonso, Lander Ozkorta-Escribano, Igor Gutiérrez-Zugasti...... 91

Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la costa Atlántica del oeste de Francia. David Cuenca Solana, Catherine Dupont, Gwenaëlle Hamon ...... 101

Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos de los asentamientos neolíticos en la ciudad de Barcelona: el yacimiento de Reina Amàlia nº31-33. Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González, Karin Harzbecher, Lluís Llo eras...... 113

Las Náyades (, Unionoida) del Calcolítico de Camino de las Yeseras (San Fernando de Henares, Madrid). Laura Llorente Rodríguez, Euasia Roselló Izquierdo, Arturo Morales Muñiz, Corina Liesau on Lettow-Vorbeck, Arantxa Daza Perea, Rafael Araujo Armero ...... 125

8 Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos. El conchero 4 del sitio Karoline (400 Cal BC - 300 Cal AD) de la costa Atlántica de Nicaragua). Ermengol Gassiot Ballbè, Ignacio Clemente Conte ...... 137

No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero nº 4 de Karoline (Costa Atlántica, Nicaragua). Ignacio Clemente-Conte , Ermengol Gassiot Ballbè...... 151

Estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España). Mercedes Al arez Jurado-Figueroa, Miquel Àngel Vicens i Siquier, Agustín Fernández Martínez ...... 163

Los Concheros de Eirís (A Coruña): primeros resultados de una acumulación singular de mejillones (Mytilus sp.) de época romana. Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González Gómez de Agüero, Eduardo Ramil Rego, Natividad Fuertes Prieto ...... 173

Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos de las termas marítimas. Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito, María de los Ángeles Pascual, Ana María Durante, Lorena Hoyo, Estrella Blanco, José Alberto Retamosa . . . . 187

Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs. XII-XIII:Os sítios de Cacela Velha (Vila Real de Santo António) e Castelo de Salir (Loulé). Maria João Valente, Soraia Martins ...... 199

Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos (Noia, A Coruña, Galicia). Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández Rodríguez ...... 213

Pesquerías y mariscadores en la ensenada de Bolonia en época medieval y moderna. Una nueva línea de investigación. Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo, José Ángel Expósito, José Juan Díaz, Macarena Bustamante, Macarena Lara, José Manuel Vargas, Alicia Arévalo, Miguel Cal o, Nicolás Muñoz, Antonio Bellido ...... 227

Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos. Um modelo experimental para o estudo de perfurações em conchas arqueológicas. João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues ...... 241

9 Introducción

El hallazgo de los concheros de Muge (Portugal) hace ya más de 150 años supuso un hito en la arqueología de la Penín- sula Ibérica. Por primera vez, los moluscos aparecían como un recurso explotado de forma sistemática por las poblaciones humanas en contextos prehistóricos. En el tiempo que ha transcurrido hasta nuestros días, la investigación sobre la im- portancia de los recursos acuáticos para el ser humano (en especial los moluscos) ha crecido de manera considerable, espe- cialmente en las últimas décadas. De forma similar, los estudios pioneros sobre esta cuestión se centraron en yacimientos de época prehistórica, ya que la existencia de fuentes escritas para el estudio de épocas históricas promovió la generación de un efecto disuasorio en relación al estudio de determinados materiales arqueológicos, especialmente los relacionados con la Arqueozoología. Sin embargo, esta perspectiva ha cambiado radicalmente desde nales del siglo XX. Si bien los estudios de moluscos prehistóricos se consolidaron con anterioridad, la investigación de estos organismos procedentes de yacimientos históricos se ha incrementado de manera notable en los últimos años, aportando nueva información generada desde puntos de vista diferentes a la obtenida a través de las fuentes escritas.

Desde sus comienzos en el año 2010, la Reunión Cientí ca de Arqueomalacología de la Península Ibérica se ha conso- lidado como un foro para la exposición e intercambio de ideas e información en el campo de la Arqueomalacología. A lo largo de estos años la participación ha ido creciendo debido a un interés cada vez mayor por determinar el papel de los re- cursos marinos, y en concreto de moluscos, equinodermos y crustáceos, en la vida de los seres humanos del pasado. Tras las exitosas reuniones de León (2010), Barcelona (2011) y Cádiz (2012), la IV Reunión Cientíca de Arqueomalacología de la Península Ibérica se celebró en Santander los días 22, 23 y 24 de Mayo de 2014, organizada por el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) de la Universidad de Cantabria con la colaboración del Gobierno de Cantabria, Gobierno del Principado de Asturias, Ayuntamiento de Santander, Ayuntamiento de Llanes, Fundación Leonardo Torres uevedo, Universidad de Oviedo, Cantabria Campus Internacional y la empresa Beta Analytic. Como en ediciones anteriores, la reunión se ha nutrido de las contribuciones de investigadores procedentes de múltiples disci- plinas, incluyendo prehistoriadores, arqueólogos, historiadores, arqueozoólogos, biólogos, geólogos… que han permitido obtener una visión más completa de la importancia de estos recursos. En esta ocasión, la reunión contó con la presencia de 45 investigadores procedentes de diferentes Universidades y Centros de Investigación nacionales e internacionales que a lo largo de tres jornadas presentaron cinco ponencias invitadas y 25 comunicaciones sobre temas, regiones y cronologías muy diversas pero con un nexo común, el uso y consumo de moluscos por los seres humanos en el pasado.

Las sesiones de comunicaciones ocuparon dos jornadas completas los días 22 y 23 de Mayo. La primera de ellas estuvo centrada en la presentación de resultados de análisis realizados sobre conjuntos arqueomalacológicos del Paleolítico Su- perior, el Mesolítico y el Neolítico, mientras que la sesión del viernes 23 aglutinó trabajos de corte metodológico por la mañana y de yacimientos situados cronológicamente entre la Edad del Bronce y la Edad Moderna por la tarde. Las comu- nicaciones presentadas trataron sobre las diversas utilizaciones que los grupos humanos han dado a los moluscos durante la Prehistoria y la Historia (principalmente como alimento, ornamento e instrumento) pero también sobre investigación aplicada, como la utilización de las conchas para la reconstrucción climática o para la datación de niveles arqueológicos. Las sesiones generaron interesantes debates entre los participantes, destacando los referentes a la distancia máxima de la costa a la que se transportan los moluscos, la protección jurídica del patrimonio arqueomalacológico y la sostenibilidad del aprovechamiento de moluscos entre las poblaciones prehistóricas. El día 24 de Mayo se dedicó a realizar una excursión a la zona oriental de Asturias, que sirvió como pequeño homenaje a la gura de Ricardo Estrada, Conde de la Vega del Sella, en el centenario de la publicación de su excavación en la Cueva de El Penicial (1914), primer conchero mesolítico excavado en la región cantábrica y uno de los primeros en la Península Ibérica. La calidad cientí ca de sus trabajos lo con- virtió en uno de los precursores de la arqueología moderna en la región, y gran parte de sus interpretaciones continúan aún vigentes en la investigación arqueológica actual. La excursión incluyó la visita a los yacimientos de Cueto de la Mina, La Riera y El Mazo, localizados en el municipio de Llanes y relacionados con la explotación de moluscos a lo largo de diferentes momentos de la Prehistoria. La Reunión se clausuró con una conferencia titulada “El Mesolítico Asturiense: 100 años después” impartida en la Casa de Cultura de Llanes por el Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria Manuel R. González Morales.

La investigación arqueomalacológica en la Península Ibérica ha experimentado una enorme evolución en las últimas déca- das. En este volumen se incluyen 19 artículos presentados en la reunión celebrada en Santander, cubriendo un rango crono-

10 lógico que abarca desde los inicios del Paleolítico superior (p. ej. con contribuciones sobre los importantes yacimientos de Parpalló y Nerja) hasta la Edad Media-Edad Moderna (p. ej. los casos de Baelo Claudia y Taramancos). Para asegurar la calidad cientí ca de los trabajos todos ellos fueron sometidos a revisión por pares por parte de los miembros del Comité Cientí co del volumen, a quienes agradecemos su inestimable colaboración. La losofía de la reunión ha sido, desde sus inicios, aglutinar investigadores de cualquier nacionalidad que trabajen con materiales procedentes de yacimientos de la Península Ibérica, pero también investigadores peninsulares que estudien restos malacológicos en cualquier lugar del mundo. En este sentido, los trabajos aquí presentados incluyen investigaciones en lugares tan dispares como Francia, Italia o Nicaragua. De la misma forma, aunque el título de la reunión hace referencia a la Península Ibérica, las investigaciones realizadas en (o desde) las Islas Baleares y las Islas Canarias han tenido siempre cabida dentro de los parámetros de la re- unión. Esta diversidad cronológica y geográ ca ha ayudado a enriquecer el conocimiento y a fomentar el debate entre los arqueomalacólogos participantes en las diferentes reuniones.

En de nitiva, la publicación de estas nuevas aportaciones certi ca el buen estado de salud del que goza la disciplina ar- queomalacológica en la actualidad. Desde la organización de la IV Reunión Cientíca de Arqueomalacología de la Península Ibérica hemos intentado aportar nuestro grano de arena para continuar en esta línea y fomentar la continuidad de la reunión, que parece asegurada con la organización de una nueva edición en 2016 en Faro (Portugal). Esperamos veros allí a todos.

Igor Gutiérrez Zugasti, David Cuenca Solana, Manuel González Morales.

Fig. 1: Foto de grupo de los participantes en la sesión del viernes por la tarde.

Fig. 3: Conferencia de clausura sobre el Asturiense impar- Fig. 2: Visita al conchero mesolítico de El Mazo (Llanes, tida por Manuel González Morales en la Casa de Cultura de Asturias). Llanes (Asturias).

11 Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló (Gandia, València). Nuevos datos1

Begoña Soler Mayor2

Resumen Se presenta el estudio de una parte de la colección de malacofauna utilizada como ornamento de los niveles so- lutrenses del yacimiento paleolítico de la Cova del Parpalló (Gandia, Valencia). Se analizan un total de 434 restos, la mayoría perforados para ser colgados o cosidos, estudiando las especies e identi cando los procesos técnicos que dieron lugar a las perforaciones. Palabras clave: Adorno, malacofauna, perforaciones, Paleolítico, Solutrense, Mediterráneo. Abstract is paper provides an analysis of a collection of mollusks used as ornament found in the Solutrean levels of Cova El Parpalló. A total of 434 residue shell remains have been studied, most of them drilled to be hung or sewn. In this work we have identi ed the and the technical processes used to produce holes. Keywords: Ornament, mollusk, holes, Paleolithic, Solutrean, Mediterranean.

1 Este trabajo se enmarca en el proyecto “Una LargaTransición. Procesos regionales en la región mediterránea ibérica (17000 – 8500 años BP) (LongTransMed)”. Ministerio de Ciencia y Tecnología, Dirección General de In estigación, Gobierno de España. HAR2013-46861-R (2014-2016) 2 Museu de Prehistòria de València. C/Corona, 36. 46003 València. [email protected]

13 E        S    C   P ...

1. Antecedentes también ese año publica dos artículos más sobre los mo- luscos de Parpalló (Vidal, 1942). Al año siguiente revi- La Cova del Parpalló de Gandia, es uno de los ya- sa 1003 ejemplares y hace un estudio sistemático de los cimientos paleolíticos más emblemáticos y estudiados tipos y técnicas de perforación (Vidal y López, 1943). de la vertiente mediterránea peninsular. Excavado por Pero su aportación de nitiva al estudio de los restos Lluís Pericot entre los años 1929 y 1931, su importan- malacológicos de Parpalló será publicada en 1947, don- cia radica en la amplia secuencia cronológica que pre- de clasi ca 897 restos marinos y 110 continentales, a los senta –entre el Gravetiense y el Magdaleniense- y en que atribuye diversos usos tanto bromatológicos como la abundancia de restos arqueológicos ya sean líticos, ornamentales y de los que extrae conclusiones ambien- óseos, plaquetas con arte, elementos de adorno, mala tales y paisajísticas (Vidal y López, 1947). cofauna o fósiles. Es por esta razón que durante los úl- timos 80 años se han llevado a cabo múltiples publica- Habrá que esperar a la década de los 80 del siglo XX ciones, desde las iniciales de Pericot (1942) o Vidal y para encontrar en la tesis doctoral de I. Davidson (Da- López (1942, 1943, 1947) tesis doctorales como las de vidson, 1989: 185-186) una referencia a las especies Fullola (1979) Aura (1988), Davidson, (1989), Jardón identi cadas por Vidal y López. (2000) o Ti agom (2006) o el trabajo monográ co sobre el estudio de las plaquetas y cantos de Villaverde Ya en 1990 realizamos, como trabajo de investi- (1994), entre otros. Y en este momento se continúa in- gación de tercer ciclo, nuestro primer estudio sobre vestigando sobre Parpalló, sobre diferentes aspectos de los restos ornamentales de esta cueva que abarcaban este yacimiento que parece inagotable. prácticamente toda la secuencia cronológica (Soler, 1990) y comenzamos nuestras primeras experimenta- A la ventaja material que supone que el yacimiento ciones e investigaciones sobre cuestiones tecnológicas haya sido excavado en su totalidad se une la desventaja relacionadas, entre otros, con los restos de Parpalló de no tener ningún testigo de la secuencia que permita (d’Errico et al., 1993). actualizar informaciones sobre el terreno. Hasta ahora solo se ha podido contar con las múltiples revisiones de La excavación de la Cova del Parpalló se desarrolló la industria que ha intentado ajustar, a base de tecnolo- entre los años 1929 y 1931. La secuencia solutrense se gía y tipología líticas, una de las secuencias de paleolíti- excavó en 1930 la que corresponde a los tramos entre co más importante del Mediterráneo, así como algunas 4 m y 7,25 m de profundidad y en 1931 la correspon- dataciones (Aura, 2007). diente al talud, capas 13 a 29.

Por lo que se re ere estrictamente al material mala- cológico y ornamental han sido varios los autores que 2.- Material y métodos han dedicado su atención a este tema. Juan Vilanova y Piera (1872) fue el primero que referenció las rela- El conjunto arqueomalacológico de la Cova del ciones de intercambios con la costa que indicaban los Parpalló, está representado por más de 1000 restos restos malacológicos que encontró en su prospección entre fauna malacológica y restos ornamentales distri- del yacimiento: buidos en toda la secuencia paleolítica, como ya refe- renció Vidal y López (1947) Lo singular de esta caverna es que en muchas leguas a la redonda no existe perdernal, una sustancia que debían En nuestro anterior trabajo (Soler, 1990) estudia- buscar aquellos trogloditas, o tal vez recibían a cambio de mos un conjunto de 251 restos ornamentales, de los otros productos, en las incipientes relaciones comerciales cuales sólo 173 correspondían a elementos sobre mala (…) puede decirse lo propio de las conchas marinas allí cofauna de niveles solutrenses. El que ahora presen- recogidas (Vilanova, 1893:481). tamos reúne un total de 26o restos más de ornamen- to sobre malacofauna que no habían sido objeto de Posteriormente, Vicent Sos Baynat (Viñes et al., estudio desde el realizado por Vidal y López (1943), 1942) realiza una clasi cación de la fauna, en la que in- lo que supone la suma total de 433 restos solutrenses. cluirá el estudio de cuatro bivalvos de Parpalló. En ese En la Tabla 1 se detallan el número total de restos y mismo año, Pericot incluye en la publicación de Parpa- la distribución de las especies a través de la secuencia, lló (Pericot, 1942) la clasi cación provisional de 1035 entre el inicio del Solutrense inferior y el Solutrense moluscos realizada por Manuel Vidal y López, quien superior, de los dos conjuntos estudiados.

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Realizaremos la valoración de este nuevo conjunto solutrense inferior, entre los 7,25 m y los 6,25 m de de manera aislada para, posteriormente, hacer una re- profundidad y las capas 28 y 29 del talud. exión global contabilizando el número total, hasta el momento, de la secuencia solutrense. -Solutrense Medio (SM): corresponde estricta- mente a los elementos aparecidos en la secuencia Para el análisis del conjunto solutrense hemos del solutrense medio 5,25 y 6,25 m y las capas 24 a seguido la secuencia cronológica establecida por 27 del talud. Pericot (1942), incorporando las actualizaciones posteriores de Fullola, (1979), Aura (1995) y Tiffa- -Solutrense Superior (SS): corresponde a los nive- gom (2006). La secuencia queda establecida de la les del solutrense superior, 4,45-5,25 m y las capas siguiente manera: 13 a 20.

-Solutrense inferior/ Solutrense Inferior-Solutren- Un conjunto de 20 piezas procedentes de los se Medio (SI/SI-SM): corresponde a los niveles de 8-4 m, corresponden en su gran mayoría a la primera

Especies SI+SI-SM SM SS TOTAL SOLUTRENSE ESCAFÓPODOS Antalis sp. 14 36 90 140 BIVALVOS Acanthocardia tuberculata 1 0 2 3 Cerastoderma edule 0 4 5 9 Chlamyx sp. 0 0 3 3 Glycymeris sp. 1 1 2 4 Mytilus 0 0 1 1 Pecten jacobeus 4 0 19 23 Pecten maximus 0 0 7 7 Pecten sp. 6 0 13 19 GASTERÓPODOS Arcularia gibbosula 0 0 1 1 Cerithidae 0 0 1 1 Cyclope neritea 1 0 2 3 catena 0 0 1 1 Littorina obtusata 0 0 7 7 Melanopsis tricarinata 1 1 0 2 gibbosulus 1 3 1 5 Nassarius mutabilis 0 21 4 25 sp. 0 1 1 2 Nucella lapillus 2 60 31 93 Patella sp. 0 0 1 1 Patella vulgata 1 0 0 1 vulgatus 0 0 1 1 Turritela sp. 0 2 0 2 eodoxus uviatilis 1 1 6 8 Trivia sp. 0 0 1 1 Escualos 0 1 1 2 Serpúlidos/ Vermétidos 10 55 0 65 Indeterminada 0 1 2 3 TOTAL 43 187 203 433

Tabla 1. Número total de restos. Especies representadas en la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló.

15 E        S    C   P ... de las unidades SI-SM, y así se considera en este traba- agmento de húmero humano, que puede suponerse jo hasta completar la revisión del material de Parpalló. pertenece al mismo individuo. (Pericot, 1942).

Son elementos que consideramos pudieron ser uti- Cabría esperar que el material ornamental fuera más lizados como objetos de adorno, bien como colgan- abundante o quizá tuviera una representación especial- tes o sujetos a través del atado o cosido, o ser materia mente signi cativa, sin embargo lo que se documenta prima para su elaboración. Este sería el caso de los es un conjunto de veintitrés piezas, por tanto escaso, pectínidos puesto que aparecen a lo largo de toda la representado por diez fragmentos de Pecten sp. sin mo- secuencia fragmentados y sin marcas de utilización an- di cación antrópica observable, un Antalis sp., un Cy- trópicas en su mayor parte, pero que creemos que en clope neritea perforada y con restos de colorante rojo, ningún caso tuvieron un uso alimenticio y sí ornamen- ocho gusanos (serpúlidos/vermétidos) y una Patella tal (aquellos que presentan perforaciones) o, como ya vulgata sin perforar. Escaso conjunto en cualquier caso sugiriera Pericot (1942), como recipientes o útiles. que no aporta información sobre la identidad, especi - cidad o naturaleza de los restos allí enterrados. Tras la determinación de especies, hemos realizado un análisis detallado de los soportes, medidas, grado La pieza que llama más nuestra atención es la Patella de alteración, adherencias de color, para seguir con un vulgata (Fig. 3-5) puesto que su presencia en el registro estudio detallado de las perforaciones mediante lupa paleolítico mediterráneo es muy escaso y esa mínima binocular, en este caso marca Leica M165c, con ilumi- representación nos hace pensar que su recogida no de- nador de luz fría Leica KL 1600 LED y para el registro bió tener un n bromatológico como en períodos pos- fotográ co hemos utilizado una cámara digital Canon teriores. En la secuencia solutrense hemos documenta- PowerShot SX200 IS y una cámara Nikon D90. do dos, ésta sin perforar y sin marcas antrópicas y otra perforada en los momentos nales del solutrense. 3. El registro arqueológico y la secuencia Solutrense de Parpalló 3.2 Solutrense Inferior-Solutrense Medio 3.1 Solutrense Inferior Entre los embalajes originales de Pericot, encontra- mos 20 restos que se describen como hallados entre De este nivel no habíamos estudiado ningún resto los 4 y los 8 metros de profundidad. Trece de ellos son anteriormente. Corresponde a los tramos entre 6,25 Antalis sp., dos Nucella lapillus, así como un eodoxus y 7,25 m de profundidad. Fueron excavados en 1930. uviatilis, un Nassarius gibbosulus, un Melanopsis tri- Por debajo de ellos solo hay documentados dos frag- carinata y dos gusanos –serpúlidos o vermétidos- To- mentos de Pecten sp. sin perforar atribuibles al con- dos ellos son elementos que están presentes en toda la tacto con el gravetiense dado que se encuentran entre secuencia solutrense de Parpalló y que, a excepción de los 7,50 y los 7,75 m. los gusanos, aparecen en casi todos los yacimientos pa- leolíticos de la secuencia mediterránea. Cabría destacar De estos niveles solutrenses iniciales destaca la apa- la presencia de Nucella lapillus desde el inicio de la se- rición en el sector CE, entre 6,50 y 6,25 m, de varios cuencia solutrense. restos humanos, en concreto un cráneo, un húmero y dos tibias correspondientes a un individuo femenino, de entre 17 y 18 años (Arsuaga et al., 2001:307-308). 3.3 Solutrense Medio Aunque en el momento de la excavación no se recono- ce, posteriormente estos restos se describen como posi- Durante este período aumenta la representación de ble enterramiento, así lo comenta el propio Pericot en materiales relacionados con el ornamento, llegando a su diario de excavación: un total de 187 restos. Destaca especialmente, en este nuevo recuento, la presencia de 49 ejemplares de Nu- Alrededor había numerosas piedras que es imposible cella lapillus (Figs. 3-1 y 2), de los cuales 9 están sin decidir si acompañaban al cráneo, rodeándolo o cu- perforar. Presentan perforación dorso-lateral, reali- briéndolo, aunque nos inclinamos por la negativa. La zada por percusión indirecta en la mayor parte de los rebusca detenida de la tierra que lo rodeaba no produjo casos. Diez ejemplares presentan escasos restos de co- más que huesos animales, como de costumbre, y un solo lorante rojo sobre su super cie. Aunque respecto al nú-

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Figura 1. Solutrense superior. Nucella lapillus perforadas.

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Figura 2. Solutrense superior: 1) Littorina littorea. 2) eodoxus uviatilis. 3) eodoxus uviatilis. 4) Cyclope neritea. 5)Euspira catena. 6) Pecten sp. perforado por rotación (¿). 7) Patella sp. perforada por percusión 8) Glycymeris sp.

18 B  S M mero total de restos el porcentaje es importante, debemos tres en el Magdaleniense del Cueva de Nerja (Málaga) pensar que todas ellas podrían forma parte de un solo con- (Aura et al., 2010; Jordá et al., 2010), una en niveles rela- junto, por ejemplo un collar podría utilizar un número de cionables con el Badeguliense de la Cueva de Maltravieso ejemplares similar. Estos elementos son representativos (Cáceres) (Rodriguez et al., 2010), una en el Solutrense del importante porcentaje de gasterópodos que se con- de Cueva Ambrosio (Avezuela y Álvarez, 2012) y otra en tabiliza en este momento (Figs. 3 y 4) siendo el 39% del el de la Cova del Volcán del Faro (Cullera) (Soler et al., total del ornato. 2013). En el caso de Parpalló, se trata de un ejemplar muy rodado, con una importante alteración, pero con estigmas También es destacable la concentración de gusanos – claros de perforación intencional. serpúlidos o vermétidos– que alcanza una representación del 36% (Fig. 3.6 y 4) Estos elementos son moluscos ma- rinos y pudieron haber sido recogidos en las playas al mis- 4.- Identi cación de los procesos técnicos: mo tiempo que el resto de las especies. A la posibilidad de el origen de las perforaciones que sean vermétidos, moluscos gasterópodos de pequeño tamaño, se opone el que éstos suelen aparecer de forma Del conjunto de 261 nuevos elementos que hemos gregaria en grandes concentraciones de individuos en for- estudiado pertenecientes a los niveles solutrenses, nú- ma de costra o incluso de pequeños arrecifes. En el caso mero total de restos, hay 34 elementos sin perforar, de poder determinarse como serpúlidos, serían polique- bien enteros o fragmentados (de estos no sabemos si tos, gusanos que viven en tubos calcáreos. Tanto si fueran pudieron haber perdido la perforación) y sin señales de serpúlidos como vermétidos, son accesibles en las zonas preparación para la perforación (Tabla 2). rocosas de las playas. Su morfología es muy similar a la de Antalis y algunos de ellos aparecieron tiznados de ocre. La importancia de la determinación del tipo de per- No nos parece extraño que pudieran formar parte del con- foraciones tiene dos razones fundamentales. En primer junto de ornamentos ya que simplemente con pasar un lugar conocer la destreza técnica, medios, gestos y úti- hilo se conforma fácilmente un collar. Su determinación les que los seres humanos utilizaron para la elaboración y el por qué de su aparición en este momento concreto de de estos objetos. Y en segundo lugar observar las espe- la secuencia requerirá un análisis en mayor profundidad. cies seleccionadas, ya perforadas o no. La elección es la que nos está indicando sus preferencias ya sea por cues- tiones estéticas, rituales, de género, de identidad o de 3.4 Solutrense superior simple curiosidad. Porque todo este trabajo nos debe llevar a la comprensión del comportamiento, no sólo Documentamos 115 elementos en esta nueva revisión, tecnológico, sino también simbólico de estos grupos. ascendiendo así el total a 203 restos. Aunque la presencia de gasterópodos sigue siendo mayoritaria, observamos un fuerte incremento de los bivalvos que pasan de un 3% en 4.1 Los bivalvos el solutrense medio a un 26% en este periodo. Esto es de- bido fundamentalmente a la fuerte presencia de restos de El número de restos determinados como de perfora- pectínidos, la mayor parte sin estigmas antrópicos. ción no antrópica es sólo de siete bivalvos. Ésta realidad viene dada por el escaso número de bivalvos completos El resto de material está compuesto por Nucela lapi- que hemos podido analizar y de todos ellos la única pie- llus, con 30 ejemplares (Fig. 1) -12 de ellos sin perforar- za cuyo ori cio pudiera ser de origen antrópico es un y Antalis sp. uizá llama la atención en este conjunto la fragmento de valva de Pecten sp., (Fig. 2-6) que presen- escasa presencia de los pequeños gasterópodos Cyclope y ta restos de una posible perforación por rotación en la eodoxus que aunque presentes en toda la secuencia, no aurícula derecha. resultan especialmente representados, y la escasez tanto de Glycymeris como de Cerastoderma. En los bivalvos, se ha observado que en muchas ocasiones se trata de perforaciones no antrópicas, Es destacable, sin embargo, la presencia de una Patella (Fig. 2-8) relacionadas bien con la accción de otros ani- sp. perforada, aparecida entre el material que presentamos males sobre las cochas de estos moluscos, con la me- ahora por primera vez (Fig. 2-7). Su importancia deriva teorización, tanatocenosis u otro tipo de alteraciones de la escasa presencia de estas piezas -seis- en el conjunto (Zilhão et al., 2010), aunque su funcionalidad como de yacimientos del ámbito mediterráneo. Se documentan elemento de adorno debió ser la misma.

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Especies No antrópica Sin perforar Fragmentos Rotación Percusión indirecta Presión interna indeterminada BIVALVOS Acanthocardia sp. 2 Cerastoderma edule 4 4 5 2 Chlamys sp. 1 4 Glycymeris sp. 2 Mytilus sp. 1 Pecten jacobeus 22 Pecten maximus 7 Pecten sp. 18 1 GASTERÓPODOS Cerithium vulgatum 1 Cyclope neritea 1 Euspira catena 1 Littorina obtusata 1 3 Melanopsis tricarinata 1 1 Nassarius mutabilis 2 1 2 Nassarius gibbosulus 1 1 2 Natica sp. 1 Nucella lapillus 24 4 55 4 Patella sp. 1 Patella vulgata 1 Semicassis undulata 1 eodoxus uviatilis 1 2

Tabla 2. Técnicas de perforación sobre los moluscos revisados para este estudio.

4.2 Los gasterópodos serrado + presión que describe Pechaud (2012) para algunos yacimientos de la Dordoña francesa. Es posible determinar el origen de las perforaciones Sin embargo, aunque en dos de las imágenes que sobre estas conchas a través del análisis mediante lupa muestra en su trabajo se reconoce la preparación binocular y microscopio, así como con el desarrollo de lo que denomina serrado, creemos que estas de un programa experimental que permita registrar marcas podrían estar relacionadas con la sujeción de manera sistemática las huellas de las acciones. Las de la pieza mediante un anudado, más que con la acciones que hemos podido determinar sobre la super- preparación del ori cio. Además, esa técnica de cie de las conchas han sido: perforación supone mucho más tiempo y destreza que la que requiere la percusión indirecta desde el • Percusión indirecta: con un percutor duro + ele- interior del ori co. En nuestro caso el hecho de que mento punzante de materia lítica, ósea o de asta. sólo aparece un pequeño fragmento de la estría en Se realiza desde la abertura de los gasterópodos. un lado del ori cio nos inclina a pensar más en una A esta técnica adscribiríamos la mayor parte de las consecuencia de la percusión. Nucellas, Nassarius, Euspira así como Patella. La situación es dorso-lateral. Presentan en su mayo- • Presión: mediante elemento apuntado de piedra, ría ori cios irregulares, con desconchados, micro- hueso, asta o madera. Desde la abertura de los gas- fracturas y estrías en la parte externa de la concha y terópodos hacia el interior. La situación es dorso- sin ninguna alteración en su parte interna (Fig. 2). lateral opuesta a la abertura. Esta técnica se docu- Algunas Nucellas presentan una estría (Fig. 3-1) menta en perforaciones sobre eodoxus, Cyclope, que podría relacionarse con la técnica mixta de Melanopsis o Littorina (Fig. 2).

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Figura 3. Solutrense Medio: 1) Nucella lapillus con estrías de percusión. 2) Nucella lapillus. 3) Nassarius mutabilis. 4) Nassarius gibbosulus. 5) Patella vulgata. 6) Serpúlidos o Vermétidos. 7) Antalis sp.

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Figura 4. Distribución de los soportes por periodos. Número de restos.

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Hemos de recordar que entre el material de Parpalló, en Por otra parte, creemos que un porcentaje impor- nuestro anterior trabajo, describimos una Natica millepuc- tante de los materiales que se utilizaron no necesitaron tata (Soler, 1990: 50) que presentaba dos claras marcas de de ninguna preparación para la suspensión o el cosido. abrasión sobre el dorso, sin llegar a producirse la perfora- Tanto los bivalvos recogidos ya perforados como los gu- ción. En esta ocasión no hemos documentado nada simi- sanos y los Antalis así lo demuestran. lar, ni tan solo marcas de abrasión sobre ninguno de ellos. Otra característica que se documenta de manera sistemática en este, y en casi todos los yacimientos 4.3 Los escafópodos paleolíticos del Mediterráneo, es la presencia tanto de elementos marinos como dulceacuícolas. Estos úl- Todos ellos han sido clasi cados como Antalis sp. timos se resumen prácticamente en las dos especies debido al importante grado de alteración que presentan que aparecen en estos niveles: Theodoxus fluviatilis en general. Aunque la mayoría se encuentran fragmen- y Melanopsis tricarinata. tados, no hemos encontrado un patrón de fracturación que muestre intencionalidad y sea repetitivo, aunque eso Es interesante reexionar también sobre el resto de no obsta para que algunos de ellos lo fueran de forma elementos que componen el ornato no malacológico intencionada. (Fig. 3). de esta nueva revisión que se reduce a varios dientes de ciervo perforados y un fragmento fósil de Glycymeris sp. no documentándose ni más dientes de escualo de los 5. Consideraciones y reexiones nales dos ya estudiados, ni más fósiles.

Como ya re rieran tanto Pericot (1942) como Vidal y Por lo que respecta al ocre, en la secuencia solutrense López (1947), lo que se observa tras el estudio de los ele- solo lo hemos detectado de forma indirecta a través de mentos ornamentales, es que la representación de este tipo los restos en las piezas. Muchas de las conchas estaban de material no es muy elevada si la comparamos con los tiznadas de restos de ocre rojo, pero no podemos saber números absolutos de industria lítica, plaquetas decoradas con exactitud si se embadurnaron de forma voluntaria o o hueso trabajado. fue un contacto a posteriori. En cualquier caso, y dada la existencia de plaquetas pintadas con este color, no es de Si contabilizamos el ornamento malacológico estudia- extrañar que al menos algunos de estos objetos estuvie- do en 1990 y el que ahora presentamos podemos observar ran impregnados, bien directamente o bien por el con- que el material ornamental de Parpalló en los niveles solu- tacto con restos en el cuerpo de quienes los portaran. trenses está conformado por un total de 433 restos. Parpa- lló es un yacimiento que ha suido múltiples traslados del Hemos obviado en este trabajo el estudio de las posi- material por lo que no podemos tener la certeza de haber bles huellas de uso ya que éstas requieren de un análisis revisado todo el material solutrense, aunque creemos que más detallado con microscopía que será desarrollado en sí la mayor parte. una segunda fase.

En todo caso, si exceptuamos Reclau Viver con sus La representación de los soportes documentados más de 2000 ejemplares de Homalopoma sanguineum (Ál- concuerda con el resto de yacimientos del área medite- varez, 2004) – no se documenta en Parpalló-, el número rránea en la presencia mayoritaria de gasterópodos por de elementos estudiados en nuestro yacimiento supone el encima de los bivalvos así como por la importancia del mayor repertorio de adorno solutrense recuperado en un número de escafópodos. yacimiento del Mediterráneo hasta el presente (Avezuela y Álvarez, 2012) con un total de 25 especies representadas Al realizar la valoración del total del material solu- entre moluscos marinos y dulceacuícolas, trense (Tabla 1 y Fig. 4), observamos que los gasterópo- dos suponen el 30 % de los restos en el solutrense medio La investigación de este importante conjunto nos ha y el 40% en el superior; los gusanos (serpúlidos/vermé- dado la oportunidad de abordar el análisis de los tipos de tidos) que con un 35% tienen un importante presen- perforación con una mirada algo más amplia en lo tecno- cia en el solutrense medio, desaparecen en el superior, lógico y nos ha llevado a iniciar un programa experimental mientras que por especies Antalis aumenta del 23% al que deberá permitirnos reconocer, con más precisión las 45 % siendo mayoritarios en el solutrense superior, se- diferentes técnicas utilizadas para perforar la malacofauna. guidos de Nucella lapillus.

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A la aparición de esta especie actualmente atlánti- leolítico Superior en Europa occidental. Cypsela ca ya nos referimos en un trabajo anterior (Soler et al., 14, 43-54. 2013:177), pero dada la importante presencia que supo- ne en los niveles solutrenses de Parpalló con más de 90 Arsuaga, J. L., Martínez, I., Villaverde, V., Lorenzo, C., ejemplares, queremos incidir en ella. Nucella lapillus, es uam, R., Carretero, J. M., Gracia, A., 2001. Fósiles un molusco de la familia Muricidae. Es una especie común humanos del País Valenciano. En: Villaverde, V. (Ed.) hoy en día en las aguas del Atlántico y no se encuentra en De Neandertales a Cromañones. El inicio del pobla- el Mediterráneo. El rango de temperaturas medias para la miento humano en tierras valencianas. Universitat de vida de esta especie oscila entre los 0º C (hielo) en que los València, València, 265-322. individuos están inactivos y los 25ºC, ya que aunque en Canadá la temperatura máxima de supervivencia está en Aura Tortosa, J.E., 1995. El Magdaleniense mediterrá- los 35ºC en las Islas Británicas a los 25ºC entran en coma neo, la Co a del Parpalló (Gandia, Valencia). Serie (Crothers, 1985). de Trabajos Varios, 91. Servicio de Investigación Prehistórica, Valencia. La creencia de que esta especie era exclusivamente atlántica ha dado lugar a interpretar su presencia en ya- Aura, J.E., 2001. Arqueología del Paleolítico en el País cimientos mediterráneos como el resultado de un inter- Valenciano. En: Villaverde, V. (Ed.) De Neandertales cambio entre los grupos humanos que habitaban esta zona a Cromañones. El inicio del poblamiento humano en con otros de procedencia o relaciones atlánticas. Aunque tierras valencianas. Universitat de València, València, esta posibilidad no es descartable, y más en un yacimiento 137-146. como Parpalló que podría servir como referente para la re- gión mediterránea ibérica de lo que en otras regiones se ha Aura, J.E., 2007. Badegouliens et Magdaléniens du versant denominado como ‘sitios de agregación’ (Conkey, 1980), méditerranéen espagnol. Bulletin de la Société préhisto- creemos más plausible que su presencia sea debida al des- rique ançaise, tome 104 (4), 809-824. censo de las temperaturas de las aguas del Mediterráneo durante el máximo glaciar, tal y como indican los datos Aura, J.E., Jordá, J. F., Pérz, M., Badal,E., Morales, J.V., obtenidos en los sondeos del mar de Alborán (Cacho et Avezuela, B., Ti agom, M. y Jardón, P., 2010. Trein-Trein- al., 2001), con temperaturas alrededor de 9ºC, aptas para ta años de investigación sobre el Paleolítico superior el hábitat y reproducción de esta especie (Crothers, 1985). de Andalucía: la Cueva de Nerja (Málaga, España). En: Mangado Llach, X. (Ed.), El Paleolítico Superior Podemos añadir que la presencia de esta especie en Par- peninsular. No edades del Siglo XXI. Universitat de palló se suma a la de yacimientos como Volcán del Faro Barcelona, Barcelona, 149-172. (Cullera, Valencia), Coves de Santa Maira (Castell de Cas- tells, Alicante) o Cova del Comte (Pedreguer, Alicante) Avezuela, B. y Álvarez Fernández, E., 2012. Los objetos de así como a la presencia de otras especies de condiciones adorno-colgantes durante el solutrense en el sudoeste frías como Littorina obtusata. de Europa. Espacio, tiempo y forma, Serie I, Nueva épo- ca. Prehistoria y Arqueología, t. 5, Madrid, 323-332. Sin duda Parpalló sigue siendo un yacimiento cla- ve para el estudio del Solutrense mediterráneo y los Cacho, I., Grimalt, J.O., Canals, M., Sha, L., Shakelton, objetos de adorno así lo corroboran. Pero a pesar del N.J., Schönfeld, J., Zhan, R., 2001. Variability of the elevado número de piezas somos conscientes de que western Mediterranean sea surface temperatura du- no podemos adentrarnos en el valor que estos grupos ring the last 25.000 years and its connection with the humanos dieron a estos elementos, sus restos materia- northern Hemisphere climate changes. Paleoceanogra- les no son su cientes para explicarnos la realidad de su phy, 16 (1), 40-52. signi cado: quien los hizo, cómo y para qué los usaron o que querían expresar con ellos. Conkey, M.W., 1980. The Identification of pre- historic hunter-gatherer aggregation sites: The case of Altamira Current Anthropology 21 (5), Bibliografía 609-630.

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25 Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico de la Cueva de Nerja (Sala de la Mina), Málaga, España

María Teresa Aparicio1, Esteban Álvarez Fernández 2, Jesús Francisco Jordá Pardo3, Bárbara Avezuela Aristu3, Joan Emili Aura Tortosa4

Resumen Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo por el Profesor Francisco Jordá Cerdá en la Sala de la Mina de la cueva de Nerja (Málaga) han posibilitado la documentación de 19 niveles con abundantes restos mala- cológicos datados a finales del Pleistoceno superior y comienzos del Holoceno. En este trabajo presentamos el estudio de los restos de moluscos terrestres y dulceacuícolas documentados en los niveles del Paleolítico superior-Epipaleolítico (niveles NM19 a NM13). De los 11 taxones de gasterópodos terrestres, la especie do- minante es Sphincterochila cariosula hispanica (Westerlund 1886). Los demás, ordenados por su abundancia de mayor a menor, son: gualtieranus (Linnaeus 1758) morfo marmoratus, Iberus gualtieranus morfo alonensis, Rumina decollata (Linnaeus 1758), Caracollina lenticula (Michaud 1831), Xerotricha madritensis (Rambur 1868), Ferussacia follicula (Gmelin 1791), Testacella haliotidea Draparnaud 1801 y Cochlicella bar- bara (Linnaeus 1758). Los taxones dulceacuícolas encontrados son Melanopsis praemorsa (Linnaeus 1758), el más abundante, y Theodoxus fluviatilis (Linnaeus 1758), con un solo ejemplar. La presencia de los tres taxones de mayor tamaño (Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus morfo marmoratus y Sphincterochila cariosula hispanica), sería consecuencia de su utilización como alimento por el ser humano. Las demás especies habrían llegado hasta la cueva de forma fortuita. De los patrones de abundancia de estas especies por niveles de antigüedad se deduce que se produjeron tres cambios del patrón alimenticio, quizá asociados a la variación de la distancia entre el yacimiento y la costa consecuencia de la alternancia de periodos fríos y cálidos indicados en la cronoestratigrafía. Palabras clave: Gasterópodos terrestres, moluscos dulceacuícolas, Paleolítico superior-Epipaleolítico, Ar- queomalacología, conchero, sur de la Península Ibérica.

1 Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva. Museo Nacional de Ciencias Naturales. C. José Gutiérrez Abascal 2, E-28006 Madrid. [email protected] 2 Departamento de Prehistoria, Hª Antigua y Arqueología, Universidad de Salamanca. Facultad de Geografía e Historia. C. Cerrada de Serranos S/N, E-37002 Salamanca. [email protected] 3 Laboratorio de Estudios Paleolíticos. Departamento de Prehistoria y Arqueología, Facultad de Geografía e Historia. UNED. Ciudad Universitaria. C. Senda del Rey 7. E-28040 Madrid. [email protected]; [email protected] 4 Departament de Prehistòria i Arqueologia. Universitat de València. Avda. Blasco Ibáñez 28, E-46010 Valencia. jeaura @uv.es

27 Abstract Archaeological excavations carried out by Professor Francisco Jordá Cerda in Mina Chamber, or Sala de la Mina, in Nerja Cave (Malaga) succeeded in documenting 19 levels with abundant malacological remains dated in the Late Upper Pleistocene and Early Holocene. The terrestrial and freshwater molluscs found in the Upper Palaeolithic- Epipalaeolithic levels (Levels NM19 to NM13) are studied here. Of the 11 terrestrial gastropod taxa, the most common species is Sphincterochila cariosula hispanica (Westerlund 1886). The others, ordered from most to least abundant, are Iberus gualtieranus (Linnaeus 1758) morfo marmoratus, Iberus gualtieranus morfo alonensis, Ru- mina decollata (Linnaeus 1758), Caracollina lenticula (Michaud 1831), Xerotricha madritensis (Rambur 1868), Ferussacia follicula (Gmelin 1791), Testacella haliotidea (Draparnaud 1801) and Cochlicella barbara (Linnaeus 1758). The freshwater taxa are Melanopsis praemorsa (Linnaeus 1758), which is the most frequent, and Theodoxus fluviatilis (Linnaeus 1758), of which only a single specimen has been documented. The presence of the three lar- gest taxa Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus morfo marmoratus and Sphincterochila cariosula hispanica, would be a consequence of their consumption by the human groups. The other species would have rea- ched the cave accidentaly. The frequency patterns of these species in the different levels suggest that three changes occurred in the alimentary pattern, possibly in connection with variations in the distance between the site and the coast owing to the alternating cold and warm periods indicated by the chronostratigraphy. Keywords: Terrestrial gastropods, freshwater molluscs, Upper Palaeolithic-Epipalaeolithic, Archaeo-malacolo- gy, shell-midden, southern Iberian Peninsula. Mª T A , E Á -F, J F J-P...

1. Introducción las externas), ocupando una pequeña zona de la misma (Fig. 1). Hasta el momento se han estudiado materiales La cueva de Nerja está situada en la Ladera del Águi- procedentes de tres de estas salas, Sala del Vestíbulo, ex- la, en el sur de la Sierra de Almijara, en el término mu- cavada por Francisco Jordá Cerdá; Sala de la Torca, ex- nicipal de Nerja, en la provincia de Málaga (España). cavada por Manuel Pellicer Catalán; y Sala de la Mina, Su entrada está a una altitud de 158 metros sobre el excavada por ambos, Manuel Pellicer Catalán y Fran- nivel del mar, y dista del mismo, en la actualidad, alre- cisco Jordá Cerdá (Jordá Pardo et al., 1990). Durante dedor de un kilómetro. Geológicamente es una cavidad la ocupación humana estas salas formaban un gran re- kárstica que se desarrolló sobre los mármoles dolomíti- fugio rocoso, aunque en el presente están parcialmente cos de edad triásica de las montañas de Almijara (Jordá rellenas de sedimentos. Presentan una importante serie Pardo et al., 2003, 2009, 2010 y 2011a y b). estratigrá ca que comprende desde el Pleistoceno su- perior hasta el Holoceno medio (Jordá Pardo et al., Los depósitos arqueológicos están situados en las 1990; Villalba et al., 2007) (Fig. 2). La Cueva de Nerja salas más próximas a la antigua entrada de la cueva (sa- posee una de las colecciones más abundantes de gaste-

Figura 1. Plano de la situación de las salas externas en la Cueva de Nerja y de los sectores excavados. Se indica en rojo la sala de procedencia de los materiales estudiados en este trabajo.

29 A       P S    E  ...

Figura 2. Cronoestratigrafía de las Salas del Vestíbulo y de la Mina de Cueva de Nerja (según Jordá et al, 2003; 2009). Se enmarcan en rojo los niveles de procedencia de los materiales estudiados en este trabajo.

30 Mª T A , E Á -F, J F J-P... rópodos continentales de Europa (Jordá Pardo et al., Mina de la cueva de Nerja, procedentes del Paleolítico 2003; Jordá Pardo et al., 2011a) superior-Epipaleolítico, de los niveles NM13 a NM19.

Los yacimientos con concheros de moluscos te- rrestres están ampliamente distribuidos por todo el 2. Material y métodos planeta, especialmente alrededor del Mediterráneo y también en el Atlántico. Sin embargo, están es- El profesor Francisco Jordá Cerdá realizó excavacio- casamente estudiados cuando se comparan con los nes arqueológicas en la Sala de la Mina, entre los años yacimientos costeros de conchas marinas (Lubell, 1979 y 1987, documentando 19 niveles con abundantes 2004a y 2004b; Gutiérrez-Zugasti, 2009). No obs- restos malacológicos, provenientes de nales del Pleisto- tante, estas evidencias bioarqueológicas aportan im- ceno superior y comienzos del Holoceno (Fig. 2) (Jordá portantes datos para evaluar una serie de parámetros Pardo et al., 1990). En este estudio analizamos los mo- como la estacionalidad, el sedentarismo, el espectro luscos de los niveles del NM13 al NM19 del Paleolítico dietético de los cazadores-recolectores y sus sistemas superior - Epipaleolítico, cuya datación es la siguiente: el de subsistencia (Taylor et al., 2011). También apor- Nivel NM13 (12.990 -11.360 cal BP), Niveles NM16- tan valiosa información biogeográfica, bioclimática NM14 (14.920-13.570 cal BP) y Niveles NM19-NM y medioambiental (Bar-Yosef, 2005). 17 antes 18.800 BP (Fig. 2) (Jordá Pardo y Aura Tortosa, 2008). Fueron excavados un total de 12,01 m3. El mate- Existen claras evidencias de la utilización de los rial arqueológico después de cribado en la excavación, fue caracoles terrestres en la dieta humana en diversos triado y separado en el Departamento de Prehistoria de yacimientos del área mediterránea (Lubell y Barton, la Universidad de Salamanca y posteriormente estudiado 2011) y recientemente se está dedicando atención en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN). a la problemática planteada a cerca de las causas de Para la identi cación taxonómica se han utilizado los la formación de los concheros de gasterópodos te- trabajos de Ruiz et al. (2007) y Welter-Schultes (2012). rrestres en los depósitos arqueológicos de finales del El número mínimo de individuos (NMI) fue determina- Pleistoceno y del Holoceno, (Fernández-López de do siguiendo la metodología de Moreno-Nuño (1994). Pablo et al., 2011; 2014). La información es diver- Asimismo se han determinado el número de restos (NR) sa, y por esta razón resulta interesante considerar si siguiendo la misma metodología, y el número de frag- todos o algunos de los restos de moluscos encontra- mentos (NF), que son aquellos restos de moluscos que dos, son intrusivos y fueron acumulados por proce- no forman parte del NMI. sos tafonómicos, o transportados por depredadores no humanos. 3. Resultados En el presente trabajo presentamos el estudio de de las conchas de moluscos terrestres y dulceacuíco- En la Tabla 1 se indican los resultados de los restos las provenientes de las excavaciones realizadas por de moluscos analizados en conjunto, en los siete niveles el profesor Francisco Jordá Cerdá en la Sala de la considerados. El NMI (número mínimo de individuos)

Niveles MN13 MN14 MN15 MN16 MN17 MN18 MN19 Total m3 excavados 1,74 2,24 2,165 3,75 0,675 1,14 0,3 12,01 NMI 379 232 262 440 312 195 24 1844 Nº de restos (NR = NMI+ NF) 1335 627 840 1913 1643 1247 67 7672 Número de fragmentos (NF) 956 395 578 1473 1331 1052 43 5828 NMI x m3 217,82 103,57 121,02 117,33 462,22 171,05 80 153,54 NF x m3 549,43 176,34 266,97 392,8 1971,85 922,81 143,33 485,26 NR (NMI + NF) x m3 767,24 279,91 387,99 510,13 2434,07 1093,86 223,33 638,80 NMI x m3 x 100 NR 28,39 37,00 31,19 23,00 18,99 15,64 35,82 24,03 NF x m3 x 100 NR 71,61 63,00 68,81 77,00 81,01 84,36 64,18 75,96

Tabla 1. Restos de moluscos analizados en la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja (Niveles NM13 a NM19).

31 A       P S    E  ...

Niveles MN13 MN14 MN15 MN16 MN17 MN18 MN19 Total % m3 excavados 1,74 2,24 2,165 3,75 0,675 1,14 0,3 12,01

Moluscos terrestres

Iberus gualtieranus (Linnaeus 1758) 78 21 27 40 71 80 12 329 17,84 morfo alonensis

Iberus gualtieranus (Linnaeus, 1758) 39 27 21 88 102 51 4 332 18 morfo marmoratus

Sphincterochila cariosula hispanica 191 100 141 235 104 51 5 827 44,85 (Westerlund 1886)

Rumina decollata (Linnaeus 1758) 39 24 21 29 26 9 2 150 8,13

Caracollina lenticula (Michaud 1831) 8 4 6 1 19 1,03

Xerotricha madritensis (Rambur 1868) 7 2 1 2 1 13 0,7

Testacella haliotidea Draparnaud 1801 1 1 0,05

Coclicella barbara (Linnaeus 1758) 1 1 0,05

Ferussacia follicula (Gmelin 1791) 1 1 0,05

Helicellino sp1 2 2 1 2 6 4 17 0,92

Helicellino sp2 1 1 0,05 Moluscos dulceacuícolas

Melanopsis praemorsa (Linnaeus 1758) 13 50 43 41 2 1 150 8,13

eodoxus uviatilis (Linnaeus 1758) 1 2 3 0,16 Total 379 232 262 440 312 195 24 1844

Tabla 2. NMI de los taxones encontrados en la Sala de la Mina de Nerja, en los niveles NM13 al NM19. de todos los taxones en los niveles NM13 a NM19 haliotidea, Cochlicella barbara y Ferussacia follicula. es de 1844. Asimismo se indican el número de restos, En la Fig. 3 se representan las especies identi cadas en NR=7,67; el NR/m3= 638,80 y el total de ejempla- este yacimiento. res por m3 respecto al NR (24,03%), así como el NF, NMI /m3, NF/m3 y sus porcentajes. Tres especies de gasterópodos terrestres son las de mayor tamaño y las más abundantes (Tabla 2 y 3), En la Tabla 2 se indica el NMI de los 13 taxones de Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus moluscos continentales que hemos podido identi car morfo marmoratus, y Sphincterochila cariosula hispani- en la Sala de la Mina, donde 11 especies son de gaste- ca. Estas tres especies, conjuntamente, representan el rópodos terrestres, y dos especies de gasterópodos dul- 80,7% del total de NMI. Las medidas de la altura y la ceacuícolas. La especie dominante es Sphincterochila anchura de estas tres especies (Tabla 3) están dentro del cariosula hispanica, cuya abundancia está cercana a la rango de variación que presentan los ejemplares de las mitad de todos los NMI contabilizados en este estu- mismas en la actualidad. dio. Las especies que le siguen con mayor frecuencia son Iberus gualtieranus morfo marmoratus e Iberus Rumina decollata, Caracollina lenticula y Xerotricha gualtieranus morfo alonensis. A continuación Rumina madritensis poseen un tamaño más pequeño (diámetro decollata igualada con el gasterópodo dulceacuícola, mayor de la concha entre 6 y 10 mm). Melanopsis praemorsa. El resto de taxones presentan una abundancia muy inferior, estando algunos repre- Con un sólo ejemplar aparecen Testacella haliotidea, sentados únicamente por un ejemplar, como Testacella Cochlicella barbara y Ferussacia follicula, que también

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Figura 3. Especies identi cadas en la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja. 1.- Iberus gualtieranus morfo alonensis. 2.- Iberus gualtieranus morfo marmoratus. 3.- Sphincterochila cariosula hispanica. 4.- Rumina decollata. 5.- Cochlicella barbara. 6.- Ferussacia follicula. 7.- Caracollina lenticula. 8.- Xerotricha madritensis. 9.- Testacella haliotidea.10.- Melanopsis praemorsa. 11.- eodoxus uviatilis.

33 A       P S    E  ...

Sphincterochila cariosula hispanica Anchura Altura Nº de ejemplares 175 175 Media aritmética 16,34 10,68 Maximo 18,91 12,68 Mínimo 13,95 8,89 Desviación estandar 1,0021 0,8205 Iberus gualtieranus morfo alonensis Anchura Altura Nº de ejemplares 41 41 Media aritmética 38,002 27,43 Maximo 48,14 32,59 Mínimo 31,5 21,68 Desviación estandar 3,59 2,71 Iberus gualtieranus morfo marmoratus Anchura Altura Nº de ejemplares 45 45 Media aritmética 20,46 11,71 Maximo 24,75 14,24 Mínimo 13,28 9,29 Desviación estandar 1,91 1,03

Tabla 3. Morfometría de las tres especies de mayor tamaño encontradas en la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja. son de pequeño tamaño (ente 7 y 10 mm de altura, las yacimiento, un tipo de roturas que pudieran haber dos últimas). Testacella haliotidea presenta una concha sido realizadas por depredación por animales, con una reducida de 4,5 mm. frecuencia del 17,21%. Estas roturas tienen distintas morfologías, que podemos asimilar a tres tipos: 1.- la No hemos podido llegar a nivel de especie en los taxo- rotura desde el ápice, con la destrucción subsiguiente nes que hemos denominado Helicella sp1 y Helicella sp2, de la concha, que a veces afecta a una buena parte de la dado que las especies de este género se determinan por misma. Este tipo de alteración tafonómica ya ha sido los caracteres del aparato genital del que carecemos. Son descrita en la literatura (Aparicio, 2004). 2.- En la zona de pequeño tamaño (diámetro mayor de la concha entre de la periferia de la concha, rotura que permite acceder 4 y 8 mm) y representan tan sólo el 0,92% y 0,05%, res- al musculo columelar, romper este y liberar el pectivamente. permitiendo su salida fuera. 3.- Rotura del ápice y de la parte lateral de la concha al mismo tiempo (Fig. 4). Las especies dulceacuícolas encontradas son dos: 1.- Melanopsis praemorsa que representa el 8,13% y su altura Con el objetivo de comparar la malacofauna entre oscila entre 8 y 12 mm. Algunas de sus conchas apare- los distintos niveles estratigrá cos, hemos calculado el cen afectadas por el fuego. 2.- eodoxus uviatilis que NMI/m3, representados en la Fig. 5. En ella distingui- tan sólo representa el 0,16% y su tamaño es de unos 6 mos tres patrones: 1.- el representado por los niveles mm. El único ejemplar encontrado no presenta signos de NM19, NM18 y NM17, con una mayor abundancia manipulación antrópica, no está perforado, aunque sus de las tres especies de mayor tamaño, en una composi- conchas se han utilizado frecuentemente como adorno- ción de taxones similar y creciente del nivel más anti- colgante, incluso en otros niveles del mismo yacimiento guo al más moderno; 2- el representado por los niveles (Jordá Pardo et al., 2010). NM16, NM15 y NM14, dónde la abundancia de las especies de gasterópodos de mayor tamaño disminuye Las especies Iberus gualtieranus morfo marmoratus y signi cativamente, a excepción de la Sphincterochi- Sphincterochila cariosula hispanica presentan, en este la cariosula hispanica; 3.- el representado por el nivel

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Figura 4. Roturas causadas, posiblemente, por animales. 1- tipo 1 producida desde el ápice con la destrucción de parte de la concha, en 2 ejemplares de Sphincterochila cariosula hispanica.2- tipo 2, en la periferia de la concha de 4 ejemplares de Sphincterochila cariosula hispanica. 3- tipo 3, con afectación desde el ápice y el lateral de la concha, en 2 ejemplares de Sphincterochila cariosula hispanica. 4- tipo 1 en dos ejemplares de Iberus gualtieranus morfo alonensis. 5- tipo 3 en la misma especie.

35 A       P S    E  ... de cada especie en los distintos niveles estratigrá cos de la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja. de la Cueva de la Sala de la Mina estratigrá cos niveles los distintos en especie de cada 3 Figura 5. Representación grá ca del NMI/m del grá ca 5. Representación Figura

36 Mª T A , E Á -F, J F J-P...

Figura 6. Representación grá ca de la abundancia total (sin distinguir taxones) de NMI/m3 de los moluscos continentales y de los moluscos marinos en los distintos niveles estratigrá cos de la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja.

NM13 dónde aumenta algo la abundancia de alimento por el ser humano. Su tamaño, abundan- Iberus gualtieranus morfo alonensis, Sphincterochi- cia, aportación como nutriente y presencia en aso- la cariosula hispanica crece de nuevo en NMI y las ciación directa con otros restos introducidos en la demás especies mantienen su presencia aunque en cueva con fines alimenticios, son argumentos en los menor número. que se apoya esta interpretación, de manera similar a lo señalado en otros concheros circunmediterrá- En la Fig. 6 está representada la abundancia de neos y atlánticos (Lubell 2004a, 2004b; Lubell y los moluscos continentales, en número total de Barton, 2011; Gutiérrez-Zugasti, 2011, Fernández- ejemplares sin distinguir taxones, así como la de los López de Pablo et al., 2011, 2014). moluscos marinos, igualmente en números totales sin distinguir taxones. Observamos tres patrones Sphincterochila cariosula hispanica, especie cla- similares a los que se acaban de describir. El primer ramente mediterránea (endémica de la zona coste- patrón que comprendería los niveles NM19, NM18 ra de Málaga en Andalucía), tiene una concha algo y NM17 dónde la presencia de los moluscos mari- más robusta que las demás especies terrestres aquí nos es testimonial. El segundo patrón que incluye analizadas, carácter que le confiere una ventaja fa- los niveles NM16, NM17 y NM18, donde el MNI voreciendo su fosilización diferencial. Este hecho de los moluscos marinos es mayor y disminuyen en explicaría su mayor abundancia en la cueva, por en- número los moluscos continentales, y por último el cima de las dos especies del género Iberus. nivel NM13 donde el NMI de los moluscos mari- nos aumenta considerablemente. Desafortunadamente, tenemos escasa informa- ción sobre las causas de las roturas de las conchas. No hay que descartar que pudieran haberse produ- 4. Discusión y conclusiones cido por depredadores, aunque no se pueda precisar el animal que las ha provocado. En la literatura hay La presencia de los tres taxones de mayor tamaño descritas roturas similares a las encontradas en este (Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtie- yacimiento producidas por roedores (Cadé, 1999; ranus morfo marmoratus y Sphincterochila cariosula Yusa et al., 2000; Allen, 2004; Rosin et al., 2011), hispanica), sería consecuencia de su utilización como por lo que pudieran haber sido producidas por estos

37 A       P S    E  ... animales. También hay descritas en la literatura ro- resistencia que permite una reiterada manipulación turas producidas por aves que podrían confundirse antrópica. con las de los roedores (Yanes et al., 1991; Aparicio, 2004), por lo que sería deseable poder reconocer el En el primero los tres patrones señalados en la depredador que las ha producido. figura 5 (niveles NM19, NM18 y NM17), se aprecia la mayor abundancia de las tres especies de mayor Exceptuando los tres taxones de mayor tamaño, tamaño, con las variaciones ya señaladas. Teniendo las demás especies de gasterópodos terrestres habrían en cuenta que la presencia de estas tres especies en el llegado a la cueva de forma fortuita. Su abundancia yacimiento son consecuencia de un aporte antrópi- y tamaño, sensiblemente inferiores, así lo indicarían. co, vendría a indicar que los habitantes de la cueva Pudieron llegar fácilmente adheridas a otros alimen- formaron un “conchero” con los caracoles que se co- tos, combustibles u objetos. En cuanto a las especies mían. La abundancia de las mismas indica también dulceacuícolas, la única concha de Theodoxus fluvia- que las condiciones climáticas en estos tres niveles tilis hallada en los niveles considerados, no presenta no pudieron ser muy frías, porque el hielo constituye manipulación antrópica, aunque pudiera servir de un factor limitante para la vida de las dos especies materia prima de reserva para su posterior transfor- de Iberus y de Sphincterochila cariosula hispanica. En mación en objeto de adorno-colgante. Sin embargo los tres niveles que marcan el segundo patrón (ni- Melanopsis praemorsa presenta una abundancia que veles NM16, NM15 y NM14) la disminución en la merece consideración. Los taxones de la familia Me- abundancia de los dos taxones de Iberus sugiere un lanosisdae tienen, en la actualidad, una distribución cambio en el patrón alimenticio, indicando posible- disyunta: por un lado viven en Nueva Zelanda y en mente la disminución de su consumo. También esta Nueva Caledonia y por otra en el Mediterráneo. disminución podría ser consecuencia de un cambio Son unos moluscos antiguos, en esta región apare- en las condiciones climáticas con unas característi- cen al menos desde el Neógeno (Glaubrecht, 2000). cas menos favorables para el desarrollo de las espe- En nuestras latitudes, las formas que encontramos, cies de Iberus, aunque la presencia y abundancia de pertenecerían a una especie altamente polimórfica Sphincterochila cariosula hispanica nos marcaría unas con numerosas subespecies que presentan una dis- condiciones climáticas templadas. Por último, en el tribución circunmediterránea (Glaubrecht, 2000). tercer patrón, (nivel NM13, Fig. 5), las variaciones En España esta especie está documentada en el Le- en las abundancias de Iberus gualtieranus morfo vante y en la zona mediterránea de Andalucía. Jordá alonensis y de Sphincterochila cariosula hispanica, y Pardo et al. (2011a), en la Sala del Vestíbulo, donde las de las demás especies, sugieren un nuevo cambio también encuentran este taxón (con el nombre de de patrón alimenticio o del aporte a la cavidad en el M. laevigata), indican que quizá llegara hasta allí ad- área muestreada. herida a las algas, introducida accidentalmente por las actividades humanas. Fernández-López de Pablo Los tres patrones ya indicados en la Fig. 6 parecen et al., (2011), encuentra asimismo cantidades signi- apoyar también un cambio de patrón alimentario, ficativas de Melanopsis tricarinata tricarinata (pro- pero además sugieren un patrón alternativo. En los bablemente la misma especie que nosotros conside- niveles más antiguos habría un predominio de con- ramos), en el yacimiento del Arenal de la Virgen, sumo de moluscos continentales sustituido poste- sugiriendo su introducción selectiva por el hombre riormente, en los niveles más recientes por el predo- en el mismo. Carecemos de evidencias, como la pre- minio del consumo de moluscos marinos. En el nivel sencia de conchas perforadas, que sugieran su utili- NM16 los habitantes de la cueva habrían empezado zación con motivo ornamental. Pudiera ser que por a consumir los moluscos marinos de forma conspi- su tamaño, ni grande para servir de alimento, ni cua en detrimento del consumo de los continentales, pequeño para ser ignorada, tamaño de la pinza de cambio que se intensificaría en el nivel NM13, en nuestra mano (entre 8 y 12 mm), pudiera haber sido favor de los moluscos marinos. quizá utilizada como un sistema de ficha o pieza para realizar conteos. Aparecen algunas conchas quema- Estos cambios en los conjuntos de malacofauna das, quizá porque estaban siendo utilizadas cerca de continental pudieron ser indicativos, indirectamen- los hogares, en las áreas específicas, de mayor activi- te, de los cambios en la posición de la línea de costa dad, habitadas por los grupos humanos. Además las y la distancia entre la cueva y el mar. Está bien do- conchas de Melanopsis praemorsa tienen una dureza/ cumentado que esta distancia ha variado conside-

38 Mª T A , E Á -F, J F J-P... rablemente en el pasado (Jordá Pardo et al., 2009; Bar-Yosef Mayer, D.E., 2005. An Introduction to 2011b), dependiendo de los periodos fríos y cálidos Archaeomalacology. Proceedings of 9th ICAZ indicados en la cronoestratigrafía. Posiblemente en Conference. Archaeomalacology: Molluscs in for- los niveles NM19, NM18 y NM17, la distancia hasta mer environments of human behaviour (Durham el mar desde la cueva, fuera lo suficientemente gran- 2002). Oxbow books, Oxford, 1-4. de como para dificultar el traslado de los moluscos marinos hasta la misma, favoreciéndose así el consu- Cadée, G.C., 1999. Bioerosion of shells by terres- mo y almacenamiento de los moluscos terrestres más trial gastropods. Lethaia 32, 253-260. próximos. La distancia que separa los yacimientos de la línea de costa ha sido sugerida igualmente para ex- Fernández-López de Pablo, J., Gómez Puche, M., plicar la escasez de marisqueo en yacimientos como Martínez-Ortí, A., 2011. Systematic consumpconsump-- la Cueva del Caballo y de la Cueva del Algarrobo tion of non-marine gastropods at open-air Meso- (Martínez, 1997) en la zona mediterránea. En el lithic sites in the Iberian Mediterranean region. nivel NM16 se habría producido un acercamiento Quaternary International 244, 45-53. del nivel del mar a la cueva, facilitando el trasporte de las conchas marinas, patrón que se mantendría en Fernández-López de Pablo, J., Badal, E., Ferrer Gar- los niveles NM15 y NM14. Por último, en el nivel cía, C., Martínez Ortí., Sanchis Serra, A., 2014. NM13, la distancia de la cueva hasta el mar se ha- Land snails as a Diet diversification proxy during bría reducido nuevamente, permitiendo el aumento the Early Upper Palaeolithic in Europe. PLOS masivo del transporte de las conchas marinas hasta ONE. DOI: 10.1371/journal.pone.0104898 el yacimiento. Glaubrecht, M., 2000. A look back in time- Toward En el futuro, una evaluación completa del uso de an historical biogeography as a synthesis of sys- la malacofauna continental debería tener en cuenta tematic and geologic patterns outlined with lim- los datos obtenidos en todas las salas, valorando así nic gastropods. Zoology 102, 127-147. patrones diacrónicos generales y rasgos particulares vinculados a las diversas ocupaciones. Gutiérrez-Zugasti, F.I., 2009. La explotación de mo- luscos y otros recursos litorales en la región can- tábrica durante el Pleistoceno final y el Holoceno Agradecimientos inicial. PUbliCan, Ediciones de la Universidad de Cantabria, Santander. A José Alberto Paz de la Flor por su colabora- ción con las medidas, las tablas y las fotos; a Jesús Gutiérrez-Zugasti, F.I., 2011. Early Holocene land Muñoz por la realización de las fotos y a Alfonso snail exploitation in northern Spain: the case of Nombela por la preparación de las figuras. Las tres La Fragua cave. Environmental Archaeology 16 personas del Museo Nacional de Ciencias Natura- (1), 36-48. les de Madrid. Jordá Pardo, J.F., Aura Torotsa, J.E., Jordá Cerdá, F., 1990. El límite Pleistoceno-Holoceno en el yaci- Bibliografía miento de la Cueva de Nerja (Málaga). Geogaceta 8, 102-104. Allen, J.A., 2004. Avian and Mammalian predators of terrestrial gastropods. En: Barker G.M. (Ed.), Jordá Pardo, J.F., Aura Tortosa, J.E., Rodrigo García, Natural Enemies of Terrestrial Molluscs. Cabi PuPu-Cabi - M.J., Pérez Ripoll, M., Badal García, E., 2003. blishing, New York, 1-36. El registro paleobiológico cuaternario del yaci- miento arqueológico de la Cueva de Nerja. Bo- Aparicio, M.T., 2004. Los moluscos terrestres del letín Real Sociedad Española de Historia Natural, yacimiento de Kanpanoste (Álava). En: Cava, A. Sección Geológica 98 (1-4), 73-89. (ed.), La ocupación prehistórica de Kanpanoste en el contexto de los cazadores-recolectores del Meso- Jordá Pardo, J.F., Aura Tortosa, J.E., 2008. 70 fechas lítico. Memorias de Yacimientos Alaveses, Dipu- para una cueva. Revisión crítica de 70 datacio- tación Foral de Álava, Vitoria-Gasteiz, 153-157. nes C14 del Pleistoceno superior y Holoceno de

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40 Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón y Miera (Cantabria) durante el Holoceno: aspectos paleo-ecológicos

Jesús Ruiz Cobo1

Resumen Se aborda aquí el estudio de las posibilidades de interpretación paleo-ecológica resultado del análisis de conjun- tos amplios de conchas de gasterópodos continentales recuperados en las excavaciones arqueológicas, un tipo de trabajo cada vez más frecuente en los proyectos de investigación. Se detallan conclusiones concretas para varias se- ries de malacofauna procedentes de yacimientos arqueológicos a partir sobre todo de los ambientes de procedencia de las especies. La mayor parte de los proyectos cuyos resultados se utilizan en este trabajo parten de excavaciones realizadas en yacimientos datados en el Holoceno de dos valles de Cantabria, el del Asón y el del Miera datados en el Holoceno. Los resultados más destacables son los que permiten interpretar las variaciones en la densidad y riqueza de gasterópodos en los niveles arqueológicos en términos de cambios en la ocupación de la estación ar- queológica. Palabras clave: Gasterópodos continentales, yacimiento arqueológico, reconstrucción ambiental, Holoceno, Cantabria, Asón, Miera. Abstract is paper studies the potential of palaeo-ecological interpretations resulting from the analysis of large assem- blages of terrestrial gastropod shells found in archaeological excavations, a type of analysis that is becoming in- creasingly common in research projects. Certain conclusions are described for several malacofaunal assemblages retrieved in archaeological deposits, based mainly on the natural environments of the species. Most of the results used in this paper come from excavations at Holocene sites in two Cantabrian valleys, the Asón and the Miera. e main conclusion is that the variations in density and abundance of gastropods in archaeological levels can be interpreted in terms of changes in the occupation of the archaeological site. Keywords: Terrestrial gastropods, archaeological site, environmental reconstruction, Holocene, Cantabria, Asón, Miera.

1 GEIS C/R. Grupo de exploraciones e in estigaciones subterráneas Carballo Raba. C/ Alcalde Arche s/n. Bajos municipales Muriedas. Camargo. Cantabria. Mail: [email protected].

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1. Introducción de alteración sufridos por los registros sedimenta- rios. Este sería el caso de Cornu aspersum, o Pota- Se pueden diferenciar tres enfoques en los trabajos mopyrgus antipodarum que sabemos han coloniza- sobre los gasterópodos continentales: do la región a partir de un momento concreto de la historia por lo que su presencia en una fase muy a) Análisis económico: puesto que algunas especies anterior debe ser explicada (Aparicio 2001; Soler et de gasterópodos sirvieron de alimento a los grupos al., 2006). Otra cuestión de la que pueden derivarse humanos que formaron los yacimientos arqueoló- conclusiones de interés es la aparición de especies gicos (por ejemplo Gutiérrez Zugasti, 2009, Fig. 1; con per les ecológicos muy estrictos, concretamen- Ruiz Cobo et al., 1999), estas tienen cierto peso en te termó las, en niveles asignados a épocas frías. la economía y pueden establecerse las áreas de reco- gida, los momentos del año, las áreas y dinámicas de c) Estudios de tipo paleo-ecológico. El carácter mu- recolección, etc. chas veces masivo de la presencia de conchas de gasterópodos terrestres en los niveles arqueológicos b) Estudios tafonómicos. La presencia de especies en y su especi cidad ambiental, permite considerar contextos arqueológicos determinados, permite la asociación presente en el yacimiento como un obtener conclusiones sobre la integridad y los tipos reejo modi cado por la presencia humana de las

Figura 1. Grá co de frecuencias de número de restos (NR) y del número mínimo de individuos (NMI) de Cepaea nemoralis en yacimientos arqueológicos de la Cornisa Cantábrica, a partir de Gutiérrez Zugasti (2009).

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asociaciones que vivieron tanto en la propia estación c) Además resulta habitual poder realizar la clasi cación como en su entorno. Desde un enfoque dinámico de las conchas a nivel de especie, salvo para los miem- pueden utilizarse las variaciones en el número de es- bros de algunos géneros con rasgos externos menos pecies y de individuos de cada una de las especies que de nidos o que han perdido el brillo y la decoración. viven en los diferentes niveles de la cavidad como in- Resulta también un importante obstáculo la pre- dicador de los cambios producidos en este entorno sencia de fracturas y sobre todo de acumulaciones por la actividad humana. de carbonato, a menudo dentro y en el entorno de la boca, un sector cuyo estudio puede ser clave para Este trabajo se centrará en el último de estos tres establecer una caracterización especí ca. apartados. Es resultado del desarrollo de una serie de estudios de muestras de gasterópodos procedentes de d) Una parte signi cativa de las especies - o determina- yacimientos arqueológicos de la región - varios de ellos das asociaciones de especies-, se desarrollan exclusi- realizados por el autor - y paralelamente del estudio de vamente en ecosistemas concretos, lo que les da valor la fauna actual de gasterópodos continentales de Can- como indicadores ecológicos. tabria. En esta región actualmente viven un centenar especies terrestres y una treintena de especies dulce- El objetivo genérico de este trabajo ha sido establecer acuícolas. El grado de conocimiento de ambas es muy qué tipo de información paleo-ecológica concreta pro- diferente, mientras que de las primeras se dispone de porcionan las asociaciones de especies en los contextos estudios concretos y de la información publicada para arqueológicos en cueva estudiados, básicamente en hori- el País Vasco (por ejemplo Altonaga et al., 1994; Ojea zontes del Holoceno temprano de Cantabria. Se pueden et al., 1983), no se puede decir lo mismo de las especies concretar varios puntos: que viven asociadas a masas de agua, a las fuentes y a las corrientes subterráneas, para las que se dispone de • �ué puede deducirse de la proporción entre especies menos trabajos y un menor número de muestreos (por troglobias y aquellas que viven al aire libre. ejemplo Arconada et al., 1984; Rolan, 1991). • �ué factores han producido el aporte de especies que En Cantabria, a diferencia de otras comunidades au- viven en el exterior de la cavidad hasta el yacimiento. tónomas, como por ejemplo el País Vasco (Altonaga et al., 1994) o Castilla - La Mancha (Bragado et al., 2010), • �ué datos pueden proporcionan las especies de hábi- no se ha realizado el estudio monográ co de los gas- tat exterior presentes en el yacimiento sobre el entor- terópodos continentales. Esta falta de un catálogo de- no inmediato a la cavidad. tallado de las especies presentes en nuestra región hoy día y especialmente la escasez de datos disponibles so- • Por último nos planteamos si las variaciones a lo largo bre sus preferencias ecológicas, supone un importante de la secuencia del número de individuos de espe- problema de entrada para extraer información sobre las cies endógenas, es decir las que vivían en el mismo asociaciones de especies que integran las series recupe- entorno del hábitat humano -techo, paredes y suelo radas en contextos arqueológicos. Esto nos ha llevado a de la cavidad-, pueden relacionarse con la intensidad realizar muestreos y clasi caciones en parte del territo- de la ocupación del sitio en la prehistoria. Se puede rio regional. diferenciar aquí entre las especies de hábitat parietal y las especies humícolas que podrían tener respuestas Los caracoles, a diferencia de otros organismos, pre- diferentes al estrés creado en sus poblaciones por la sentan una serie de ventajas como fuente de informa- ocupación humana. ción paleo-ambiental: a) Su abundancia en los terrenos calcáreos y en distintos 2. Método y objetivos ambientes, permite que aparezcan bien representa- dos en los yacimientos formados en la boca de las Para la realización de este estudio se han llevado a cavidades cársticas. cabo dos tipos de trabajos de forma paralela: b) Su concha, formada por carbonato cálcico, resiste re- a) Estudio de las asociaciones actuales de gasterópodos lativamente bien la degradación y aparece incluso en continentales a partir de la recogida de cincuenta contextos antiguos (Madurga, 1973). muestras en las cuencas del Miera y Asón. En la se-

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lección de los puntos de muestreo se han diversi - y como lugar de inhumación durante la Edad del cado los ambientes, tanto desde un punto de vista Bronce. Se excavó en el fondo de una pequeña topográ co - sectores de fondo de valle, de ladera-, sima, un espacio no habitable por los grupos hu- como de los sustratos -calcáreos puros, mixtos, detrí- manos, que está labrada junto a la pared de un ticos- y con diferentes coberteras vegetales -bosque amplio abrigo, casi en la cumbre de uno de los mixto, encinar, landas, prados-. Se han combinado cordales que rodean la depresión de Matienzo. muestreos selectivos con muestreos de sedimento; Como en el yacimiento anterior todo el sedi- en este último caso se ha recogido una muestra de mento extraído de la cueva fue cribado en labora- 250 gr de sedimento y se ha cribado con malla mí- torio. Las conchas de gasterópodos recuperadas nima de 0,5 mm. Los resultados de esta parte del fueron estudiadas por M.T. Aparicio (2003). trabajo exceden los objetivos del artículo por lo que sólo se utilizarán como marco de referencia en la • Cofresnedo (Matienzo, Ruesga). Esta gran cavi- interpretación paleo-ecológica de las asociaciones dad fue utilizada por grupos humanos, de forma recuperadas en estaciones arqueológicas. Al realizar discontinua, desde el último interglaciar hasta la estas interpretaciones debe tenerse en cuenta que los Edad Media. Las muestras de sedimento resulta- paisajes actuales de Cantabria son resultado de pro- ron pobres en conchas de gasterópodos y proce- fundas modi caciones realizadas por las sociedades den de la zona central del vestíbulo y de restos humanas en los últimos milenios. Esto hace comple- de un conchero mesolítico cementado en la boca jo establecer la correspondencia entre las comuni- (Ruiz Cobo y Smith, 2003a). dades actuales y las que vivieron durante el primer post-glacial. Por otra parte sabemos que aunque la • Cueva de Cobrante (San Miguel de Aras, Voto). temperatura de los últimos milenios se ha movido Esta amplia cavidad se encuentra en un paisaje en unos rangos similares a los de hoy, con variacio- de media montaña, al fondo del valle de Aras, nes de ±1 ó 2 grados en los últimos milenios (Davis cerca de la desembocadura del Asón y contiene et al., 2003) la vegetación fue muy diferente. un complejo y rico yacimiento arqueológico. Fue excavada durante varias campañas por P. Rasines b) Estudios de series de gasterópodos en yacimien- del Río (2010) que nos proporcionó muestras de tos arqueológicos, llevados a cabo por distintos gasterópodos procedentes de niveles asignados investigadores. Sus resultados conforman ya un al mesolítico. El sondeo se realizó en una plata- corpus de datos que consideramos signi cativo. Se forma situada en la zona del fondo del vestíbulo, incluyen aquí los datos proporcionados por una concretamente a 37 metros de la línea de visera docena de yacimientos arqueológicos de época actual de la cavidad (Ruiz Cobo, 2010). tardiglaciar y sobre todo holocénica, situados en Cantabria. En concreto: • En el proyecto Los Tiempos de Altamira, coor- dinado por el Centro de Investigaciones y Museo • Cubío Redondo (Matienzo, Ruesga). Se trata de de Altamira, se han estudiado las series de gaste- un campamento mesolítico ubicado en una cueva rópodos recuperadas en las excavaciones del Las pequeña, en un ambiente de media montaña cali- Aguas (Novales), Linar (La Busta de Periedo) y za. Las dataciones radiométricas del yacimiento Cualventi (Oreña), centrado en el estudio de fa- indican que se formó durante casi dos milenios en ses tardiglaciares (Ruiz Cobo y Muñoz Fernán- un momento cultural mesolítico. Fue utilizada por dez, en prensa). En este artículo sólo haremos un pequeño grupo de cazadores recolectores, que referencia al primero de los yacimientos. consumieron allí las cabras, corzos, ciervos, jabalíes y rebecos que cazaron en los cordales inmediatos. • Abrigo del Carabión en San Miguel de Aras Además recolectaron y consumieron avellanas, (Voto). Yacimiento situado en un abrigo fluvial bellotas y caracoles de tierra (Ruiz Cobo y Smith, inmediato al río Clarón. El año 2009 fue exca- 2001). Las series de gasterópodos obtenidas a lo lar- vado bajo la dirección de M. Pérez Bartolomé go de toda la secuencia fueron estudiadas por M.T. y aportó un nivel aziliense y otro de facies con- Aparicio (2001). chero asignado al Mesolítico final y primer Neo- lítico separados por un hiato sedimentario casi • Sima del Diente (Matienzo, Ruesga). Abrigo utili- estéril (Pérez Bartolomé, 2013). El problema de zado como lugar de refugio por pastores neolíticos estas series es que proceden de un sector limi-

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tado de la estratigrafía, el paquete superior. En te, en una amplia diversidad de medios y puede ellas se han identificado 612 ejemplares corres- encontrarse en los tallos de las encinas, sobre las pondientes a 37 especies de hábitat terrestre y 7 rocas, bajo los troncos, etc. de hábitat fluvial. • Los cantiles calizos que forman la pared donde se abre la cueva. Allí desarrollaron su ciclo vital: 3. Resultados y discusión Chondrina kobelti, vasconica, Pyramidula rupestris, Cochlostoma (Obscurella) sp. A continuación destacamos los planteamientos más significativos derivados del estudio de las series • Del exterior, en un entorno más amplio, pro- obtenidas en excavaciones arqueológicas. ceden las conchas de la ubicua Helicella itala y Pyrenaearia cantabrica.

3.1 Cubio Redondo

En Cubío Redondo el estudio de las conchas de Cepaea nemoralis reveló que habían sido consumi- das en el yacimiento dado que en varios casos apa- recieron asociadas a restos de hogar e incluso pre- sentaban fragmentos de carbón en su interior. El análisis del tamaño de las conchas de esta especie reveló la existencia de dos poblaciones: una mayoría de adultos, de más de un año de edad, con valores medios de diámetro de entorno a 25 mm y una po- blación de subadultos, de unos 18 mm de diámetro medio que nacieron en la primavera del año en que fueron recogidos. Esto revela que este recurso se recogió durante el otoño, en torno a septiembre u octubre. Además este momento sería óptimo para su recogida por coincidir con las primeras lluvias (Rasilla Álvarez, 1994).

En este yacimiento se estudiaron además las con- chas del resto de las especies de gasterópodos. La muestra estaba formada por 455 ejemplares e inclu- ye 21 especies (Aparicio, 2001), procedentes de al menos tres ambientes:

• La zona media e interior de la cavidad en que vive Zonitidae sp., el grupo de especies mejor repre- sentado (básicamente formado por conchas de Oxychilus sp.). También Elona quimperiana y goodalli son frecuentes en los primeros tra- mos de la cavidad.

• El sector exterior de la cueva donde, en la capa superficial, pueden vivir especies húmicas, como Oestophorella buvinieri, Discus rotundatus, Co- chlicopa lubrica, Pomatias elegans, Puctum pyg- Figura 2. Concha de Pyrenaearia cantabrica (Cueva del Cubío maeum, Vallonia costata, Vitrea contracta, Pupilla Redondo de Matienzo) una especie que parece más común en muscorum y Truncatellina cylindrica. En cuanto a los yacimientos mesolíticos de montaña que en la actualidad Clausilia bidentata aparece, al menos actualmen- en los mismos entornos.

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Aparicio (2001) encuentra similitudes entre esta categorías - gasterópodos y microfauna - como indica- serie de malacofauna continental y la analizada en dores de fases de abandono de la cavidad. Los resulta- Los Canes, con un yacimiento de época similar y si- dos permiten esbozar la dinámica de ocupación de la tuado en un contexto también homogéneo, aunque de cueva, que duró entre uno y dos milenios según data- carácter funerario (Aparicio y Escorza 1998). Ahora ciones radiocarbónicas: las primeras ocupaciones -talla bien, destaca la proporcionalmente baja representación 8- aportaron máximos de microfauna y gasterópodos de P. elegans en Cubío Redondo, y apunta a que quizás y corresponden a visitas dispersas en el tiempo, lo que son las condiciones de habitabilidad, mejores en este permite la existencia en la cavidad de poblaciones natu- yacimiento, las que explican una mayor intensidad en rales de gasterópodos y la conservación de sus conchas. la ocupación humana de la cueva, lo que ha incidido La ocupación se intensi ca en las tallas 7 y 6, aunque en una menor proliferación de esta especie en el humus sigue teniendo carácter esporádico. Después, en la ta- de la cavidad. También destaca la aparición de conchas lla 5, se produce una fase de abandono detectada por de P. cantabrica, una especie relativamente rara en la el uso de la cavidad por rapaces nocturnas y la recons- zona hoy día, aunque presente (Fig. 2). Actualmente en trucción de las poblaciones de moluscos parietales y de Cantabria vive en laderas calizas desnudas, en muchos suelo. A partir de aquí, las frecuencias de los restos de casos sobre los matorrales que crecen entre las rocas de las tallas 4 a 1 indican que la ocupación humana del los canchales estabilizados. Por último la aparición de vestíbulo es intensa, lo que limita mucho el uso de la algunos fragmentos de Cornu aspersum, se interpreta cueva por los gasterópodos y por las rapaces. como producto de una contaminación, es decir resul- tado de una mezcla del sedimento del nivel con restos de la super cie, dado que se considera que esta especie 3.2 Sima del Diente llega a la Cornisa Cantábrica en momentos posteriores, bien con los cultivos de la neolitización o bien con la En las muestras de sedimento de la Sima del Diente romanización (Aparicio, 2001). Actualmente C. asper- se identi caron 16 especies de gasterópodos terrestres sum resulta más frecuente en los muestreos localizados -1663 individuos- Aparicio (2003). La mayor parte co- en las cercanías del hábitat humano y se enrarece en las rresponde a especies que o bien vivían en la propia sima zonas de media montaña. -Zonitidae sp., Cryptazeca vasconica, E. quimperiana- o bien poblaban el abrigo exterior, como Oestophorella Se hace necesario explicar la presencia de especies buvinieri. En este yacimiento, como en otros, se atesti- detritívoras, típicas del entorno vestibular, en un punto gua que la especie C. aspersum sólo aparece en las capas a unos 8 m de la boca. Es posible que hayan llegado a más recientes, de cronología sub-actual, lo que encaja esta posición junto con las conchas de C. nemoralis y el con lo comentado más arriba. El registro sedimentario resto de la basura humana desde posiciones inmediatas que rellena la sima tiene una doble procedencia: algu- a la boca, como parte del proceso de limpieza realizado nos niveles se han ido formando exclusivamente por en las sucesivas ocupaciones de la cueva, dado que la aportes del propio sistema cárstico y otros presentan morfología de la cavidad no permite la existencia de un además sedimentos procedentes del abrigo exterior, e drenaje de agua desde el exterior. incluyen elementos industriales del hábitat del abrigo. En estas capas con aporte exterior la proporción de es- Como parte del estudio arqueológico de las evi- pecies que vivían dentro de la sima era menor que en los dencias recuperadas y dado que todo el sedimento niveles producto de la génesis interna de la cavidad, de fue tamizado y seleccionado en laboratorio, se realizó formación más lenta, dominados por especies troglo- un estudio estadístico a partir de las frecuencias de las bias. Esto permitió establecer diferentes velocidades de diferentes categorías de ecofactos en las tallas (Ruiz formación para cada nivel, pues debe tenerse en cuenta Cobo y Smith, 2001:50). El análisis de las correspon- que el ritmo de caída de las especies endógenas se man- dencias (Greenacre y Primicerio, 2013) evidenció que tiene estable (Ruiz Cobo y Smith, 2003b). las frecuencias de microfauna y de gasterópodos -ex- cluyendo las conchas de C. nemoralis- se correlacio- naban de modo estadísticamente signi cativo entre sí, 3.3 Cofresnedo oponiéndose en los factores a los carbones, fragmentos de macrofauna, fragmentos de Mytilus sp. y pequeños En el estudio de Cofresnedo el resultado más inte- fragmentos de barro cocido - evidencia del desmante- resante fue constatar las variaciones en la diversidad lamiento de hogares-. Esto permitía interpretar ambas de especies y en la riqueza de sus poblaciones según se

48 J R  C avanza hacia el interior de la cueva. Así se observó una (familia hygroomiidae), cuyos representantes más habi- reducción del 54 % en número de especies y del 85 tuales en Cantabria son Hygromia limbata y Mengoana % en número de individuos entre un muestreo en el jeschaui, ambas muy ligadas hoy en esta región al bos- vestíbulo y otro realizado a 15 m de la boca. En este que caducifolio. La principal aportación del estudio de yacimiento aparecieron, en posiciones interiores, es- este yacimiento fue constatar que uno de los cortes fue pecies de hábitat trogló lo -Oxychilus hel eticus, C. realizado en un sector revuelto por el funcionamiento vasconica y Zospeum suarezi- (Ruiz Cobo y Smith, hídrico como evidenciaban, además de estudios sedi- 2003a). La única estación arqueológica de Cantabria mentológicos, la aparición de conchas de C. nemoralis, donde ha aparecido esta última especie, además de un molusco de clima templado, en un nivel plenigla- Cofresnedo, es la cueva 2179 de Matienzo (Smith y ciar, que aportó incluso restos de reno (Ruiz Cobo y Echevarría 2010). Muñoz, Fernández en prensa). En el grá co de la Fig. 3 se reejan las frecuencias absolutas del número mínimo de individuos en los niveles de la cueva de Las Aguas. 3.4 Las Aguas

Los sondeos realizados en el yacimiento de Las 3.5 Cobrante Aguas se practicaron en puntos interiores de la cueva, apareciendo en sus muestras tanto especies de hábitat En el yacimiento de Cobrante se estudió una mues- trogló lo como otras del exterior de la cavidad (Ruiz tra muy reducida en número, en la que sólo aparecen Cobo y Muñoz, en prensa). La presencia de especies una docena de especies, la mayoría en los niveles ho- procedentes del exterior, dado que no son comesti- locénicos (Ruiz Cobo, 2010). De ellas C. vasconica, bles, se podría explicar hipotéticamente por su aporte O. hel eticus y E. quimperiana son las de hábitat más junto con algún tipo de material que, por exclusión, y trogló lo. Se trata de habitantes del suelo y las pare- dado que estos animales viven sobre los arbustos y en des del vestíbulo de la cueva, sector en que se realizó las ramas secas, podría tratarse de la leña, llevada al un sondeo, en un ambiente con condiciones de luz ate- yacimiento por los grupos humanos para sus hogares. nuada, humedad ambiental media-alta y temperatura Destaca la importancia de conchas de hygromidos estable. De los detritus del suelo del sector más exterior,

Figura 3. Grá co de frecuencias absolutas del número mínimo de individuos (NMI) en los niveles de Las Aguas (Novales).

49 G          A... concretamente del suelo del abrigo, donde hoy son fre- y P. elegans. Tres especies del género Obscurella (O. cuentes, proceden Discus rotuntadus, Aegopinella niti- hidalgoi, O. crassilabrum y O. bicostulata) y dos del dula y O. buvinieri. Es muy probable que hayan sido género Abida (Abida bigerrensis y Abida vasconica) transportados hasta la zona media del vestíbulo, por vivieron en el cantil calizo formado sobre el abri- la lámina de agua, en momentos de gota fría. Además go. Otras especies de pequeño tamaño viven en el aparecen conchas de C. nemoralis, caracol que sabemos humus y en el horizonte A del suelo: Cecilioides fue consumido en los niveles mesolíticos pues aparece acicula, Acicula fusca, Carychium tridentatum, Co- asociado a restos producidos por el hábitat humano, chlicopa lubrica, Euconulus ful us, Vallonia costata, como huesos fracturados de macromamíferos, restos Vallonia excentrica y Vitrea crystallina. de carbón etc. La última especie identi cada es Heli- cella itala. Dado que no vive en el abrigo sino en zonas b) Formaciones vegetales que nacen en la cresta y en la exteriores sus conchas han debido llegar al interior de cima del mazo donde se encuentra el abrigo: Clau- la cueva junto con algún material, probablemente con silia bidentata, H. limbata, Oestophora sil ae, C. ramas, cortezas o maderas utilizadas como combustible nemoralis, Cochlicella barbara y Helicella itala. Se por los grupos humanos que ocuparon este espacio. ha planteado que la presencia de C. bidentata y de H. itala puede ser indicador de una cierta bonanza climática (Evans, 1972), aunque su carácter ubicuo, 3.6 El Carabión al menos en la actualidad en la región, desde am- bientes de montaña hasta la llanura litoral, hace que En las muestras obtenidas en las diez tallas en que se quizás este planteamiento no pueda ser aplicado a excavó el conchero del Abrigo del Carabión, aparecen la zona. De hecho las poblaciones de Helicella itala especies que vivieron en diferentes ambientes: son ricas y sus conchas alcanzan mayor tamaño en las zonas calcáreas abiertas a partir de los 1100 m, a) El propio abrigo rupestre. Se trata de E. quimperia- según se ha constatado en los muestreos realizados na, O. cellarius, C. vasconica, Crytptazeca kobelti y en Cantabria por el autor. Azeca goodalli. En el material húmico y entre las pie- dras desarrollaron su ciclo vital O. buvinieri, Discus c) Especies uviales. Resulta destacable la aparición en rotundatus, Aeopinella nitidula, Lauria cylindracea los niveles arqueológicos de especies que viven en

Figura 4. Número de individuos por tallas para especies/ géneros de agua dulce del Abrigo del Carabión (Voto).

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Figura 5. Evolución del ratio entre número de especies de hábitat terrestre y fluvial en las diferentes tallas del Abrigo del Carabión (Voto).

el río o sobre las plantas que crecen en el cauce. Se este objetivo a) la falta de estudios de detalle sobre las trata de Pisidium sp., eodoxus uviatilis, Galba preferencias actuales de muchas especies y b) los am- trunculata, Bithynia tentaculata, Alzoniella can- plios rangos de tolerancia evidenciados para varias de tabrica y Radix ovata. En el grá co de la Fig. 4, que ellas -especialmente las pobladoras de la super cie del indica el número de individuos de especies de agua suelo-, respecto a la humedad, la temperatura y la luz, dulce por tallas en el Carabión, se observa cómo las lo que les permite vivir tanto en el vestíbulo de una ca- inundaciones sobre el abrigo se mantuvieron a lo vidad como en el fondo de un abrigo. En este aspecto se largo de la formación del paquete sedimentario. En podría avanzar a partir del estudio de las restricciones la Fig. 5 se ha expresado la evolución en el tiempo de que las preferencias alimenticias imponen en sus res- la relación entre el número de especies de hábitat te- pectivas áreas de hábitat. En el único yacimiento don- rrestre y uvial. Además se atestigua la abundancia de se ha interpretado la relación entre frecuencias de de Potamopyrgus antipodarum una especie también especies troglobias / exteriores es en la Sima del Diente uvial que al parecer llegó a Europa en época histó- donde se han constatado diferentes velocidades de for- rica (Soler et al., 2006). Se interpreta su presencia mación de los niveles con distintas génesis - interna / como producto de la contaminación de la super cie externa- (Ruiz Cobo y Smith, 2003). del yacimiento por las últimas inundaciones. El segundo objetivo aborda la interpretación de los factores que provocan el aporte de especies que viven 4. Conclusiones en el exterior de la cavidad hasta el yacimiento. En Co- brante la presencia en el yacimiento de especies que vi- Respecto al primer objetivo -obtener conclusiones ven en la hojarasca y los detritus de la zona vestibular a partir de la proporción entre especies troglobias y ex- lleva a plantear que pudieron ser arrastradas a la zona teriores- los resultados no son concluyentes, al menos interior por la lámina de agua. En cambio en el Cubío si las interpretaciones se realizan en términos cuanti- Redondo las condiciones de sedimentación sugieren tativos. Se evidencian dos restricciones en el avance de que las conchas de moluscos se integraron en la basura

51 G          A... en la zona vestibular antes de ser desplazadas por los Bibliografía humanos junto con los demás restos en un proceso de barrido hasta el fondo de la cueva. En Las Aguas Altonaga, G., Gómez, B., Martín, R., Prieto, C.E., Puen- se ha justi cado, hipotéticamente, la presencia de al- te, A.I., Rallo, A., 1994. Estudio faunístico y biogeo- gunas especies silvícolas con el aporte de leña desde el gráco de los moluscos terrestres del Norte de la Penín- exterior. En el mismo caso estarían Cobrante y Cara- sula Ibérica. Parlamento Vasco, Vitoria-Gasteiz. bión, donde se ha relacionado la presencia de H. itala en horizontes arqueológicos formados por el hábitat Aparicio, M.T., Escorza, C.M., 1998. e subfossil con- humano con el aporte de materiales vegetales desde tinental snails of “Los Canes” cave (Asturias, Spain). el exterior, dado que esta especie no vive en el inte- Abstract, World Congress of Malacology, Washington. rior de las cuevas ni en sus vestíbulos. También se ha atestiguado el aporte de especies por la acción del río, Aparicio, M.T., 2001. Malacofauna terrestre del yaci- en el caso del Abrigo del Carabión, lo que indica que miento de Cubío Redondo (Matienzo, Cantabria). el lugar de hábitat tuvo que ser abandonado, o des- Munibe 53, 61-66. plazado a otro punto del complejo, en determinados momentos. Estas inundaciones siguen produciéndo- Aparicio, M.T., 2003. Malacofauna del yacimiento de se hoy día lo que explica la presencia de P. antipoda- la sima del Diente (Matienzo, Ruesga). Sautuola rum en los sedimentos. IX, 89-95.

En cuanto a la capacidad de las especies de hábitat Arconada, B., Rolán, E. y, Boeters, H.d., 2007. A revi-revi- exterior presentes en el yacimiento de informar sobre sion of the genus Alzoniella Giusti & Bodon, 1984 el tipo de paisaje inmediato a la cavidad las series estu- (, , ) on diadas han sido muy parcas en información y en nin- the Iberian Peninsula and its implications for the sys- gún caso puede realizarse ninguna inferencia clara. tematics of the European hydrobiid fauna. Basteria, 71, 113-156. Lo que sí se ha constatado es la capacidad de las variaciones en la riqueza de las poblaciones de gaste- Bragado, M.D., Araujo, R., Aparicio, M.T., 2010. Atlas rópodos sin interés económico de informar sobre la y Libro Rojo de los moluscos de Castilla – La Man- intensidad del hábitat humano en espacios concretos cha. Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha, de las cavidades, como se ha puesto de mani esto en el Guadalajara. Cubío Redondo. Davis B.A.S., Brewer S., Stevenson A.C. y, Guiot J., Consideramos que para avanzar en el diseño de 2003. e e temperature of Europe during the Ho-Ho- interpretaciones paleoecológicas se necesita disponer locene reconstructed from pollen data. Quaternary tanto de estudios de preferencias ambientales precisas Science Reviews 22, 1701-1716. para cada especie como de series amplias de malaco- fauna terrestre obtenidas con criterios uniformes y con Evans, J.G. 1972. Land Snails in Archaeology. Seminar información precisa de sus contextos de recuperación. Press London & New York.

Gutiérrez Zugasti, I. 2009. La explotación de molus- Agradecimientos cos y otros recursos litorales en la Región Cantábrica durante el Pleistoceno nal y el Holoceno Inicial”. uiero mostrar mi agradecimiento a Teresa Apa- Publican, Ediciones de la Universidad de Can- ricio que me ha ayudado siempre a desenvolverme en tabria. Santander. estas cuestiones y a Han Raven por sus orientaciones en la clasi cación de algunas especies y por revisar este Greenacre, M. y, Primicerio, R., 2013. Multivariate manuscrito. Y a los directores de los diferentes proyec- Analysis of Ecological Data. Rubes Editorial, Bilbao. tos de investigación por haberme con ado sus mues- tras y permitirme utilizar sus resultados: Emilio Mu- Madurga, Mª C., 1973. Los gasterópodos dulceacuíco- ñoz, Mercedes Pérez, Ramón Montes, Pedro Rasines las y terrestres del Cuaternario español. Boletín de la y Peter Smith. Y por último a todos los miembros del Real Sociedad Española de Historia Natural. Sección GEIS C/R y CAEAP por su apoyo. Geológica 71 (1-2), 43-165.

52 J R  C

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53 Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: a review of snail shell isotope record

André Carlo Colonese1, Giovanni Zanchetta2,3,4, Anthony E. Fallick5, Russell Drysdale6

Abstract Late Pleistocene and Holocene archaeological deposits in the western Mediterranean very oen preserve abun- dant terrestrial gastropod shell remains. Stable isotope studies of their shell carbonate provide valuable informa- tion on past climate and environments. Here we re-examine the stable carbon and oxygen isotope data of snail shells from archaeological deposits in the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula and compare with data available for other areas of the western Mediterranean. Stable isotope compositions di er remarkably between Late Pleistocene, Holocene and modern shells. e results likely reect changes in atmospheric conditions and vegetation over time. Fossil shells o er the opportunity to link climate variability and local environmental condi- tions. Keywords: Iberian Peninsula, archaeological record, shells, stable isotopes, palaeoclimate and pa- laeoenvironment. Resumen Las conchas de moluscos terrestres suelen ser frecuentes en depósitos arqueológicos del Pleistoceno superior y el Holoceno en el Mediterráneo occidental. La composición isotópica de sus carbonatos proporciona información sobre el clima y el medio ambiente del pasado. En este trabajo presentamos los resultados isotópicos del carbono y del oxígeno de conchas recuperadas en varios sitios del Península Ibérica, especí camente en su sector Mediterrá- neo. Se observan diferencias signi cativas entre los valores del Pleistoceno superior, el Holoceno y la actualidad. Los resultados probablemente reejan variaciones hidrológicas y cambios en la vegetación a lo largo del tiempo. Así, las conchas fósiles ofrecen la oportunidad de conectar cambios climáticos con las condiciones ambientales a nivel local. Palabras Clave: Península Ibérica, arqueología, gasterópodos terrestres, isótopos estables, palaeoclima y pa- laeoambiente.

1 BioArCh, Department of Archaeology, University of York, Biology S. Block, York YO10 5DD, . andre [email protected] 2 Dipartimento di Scienze della Terra, University of Pisa, Via S. Maria, 53, 56126 Pisa, . 3 IGG-CNR Via Moruzzi, 1 56100 Pisa, Italy. 4 INGV sez. Pisa, Via della Faggiola 32, 56126 Pisa, Italy. 5 Scottish Universities En ironmental Research Centre, East Kilbride G75 0QF, Glasgow, Scotland. 6 Department of Resource Management and Geography, University of Melbourne, Victoria 3010,

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1. Introduction relative humidity and temperature, but generally the inuence of these variables on shell δ18O is not straight- Environmental proxies preserved in archaeologi- forward, and distinctive regional relationships are usu- cal contexts can help link palaeoclimate data - usually ally observed (e.g. Zanchetta et al., 2005; Yanes et al., 13 extracted from highly resolved environmental archives 2009). Shell δ C is mainly a function of respired CO2 (e.g. speleothems, ice, marine and lacustrine deposits) (i.e. diet; Stott, 2002), which for most land snails spe- - with local environmental conditions, providing in- cies means plants. Shell δ13C thus mainly reects vegeta- sight into resource availability and limitations for past tion type (e.g. C3, C4 photosynthetic pathway), as well human societies (Sandweiss and Kelly, 2012). Late as species-speci c feeding behaviour (e.g. Colonese et Pleistocene - Holocene archaeological deposits around al., 2010a) and potentially the e ect of environmental the Mediterranean basin oen contain numerous land conditions on the carbon isotope fractionation of the snail shells (e.g. Fernández-López de Pablo et al., 2014). plants (Kohn, 2010). eir frequency and relative abundance in well-dated stratigraphic deposits make the shells an attractive rough a comprehensive compilation of literature source of environmental information through distinct data this study reviews the stable carbon and oxygen analytical techniques. For example, it has been shown isotope of shells from archaeological sites in the Medi- that the stable carbon (δ13C) and oxygen (δ18O) isotope terranean façade of the Iberian Peninsula (Fig. 1; Table composition of these shells can be a useful indicator of 1). Our aim is to compare the degree of deviation of ar- local vegetation and atmospheric conditions. Shell δ18O chaeological shells from modern counterparts from the has been related to the oxygen isotope ratio of rainfall, Late Pleistocene, with a particular focus on the Holo-

Figure 1. Study area showing the location of the archaeological sites on Iberian Peninsula (1, Los Castillejos; 2, Marroquíes; 3, Arena de la Virgen and Casa Corona at Villena; 4, Bauma del Serrat del Pont) and southern Italy (5, Grotta d’Oriente, 6, Grotta della Serratura; 7, Grotta di Latronico 3; 8, Grotta del Romito).

Site 14C age (ka cal BP) Reference 1 - Los Castillejos ~4.0 - 7.2 Yanes et al., 2011 2 - Marroquíes ~4.1 Yanes et al., 2013a 3 - Arena de la Virgen and Casa Corona ~8.5 - 12.2 Yanes et al., 2013b 4 - Bauma del Serrat del Pont ~2.5 - 9.0 Colonese et al., 2013

Table 1. Archaeological sites of the Mediterranean façade of the Mediterranean facade of the Iberian Peninsula as reported in Figure 1.

56 A C C, G  Z, A E. F­... cene. Shell isotope data are corrected for their modern shell δ13C values were also corrected (+1.14‰) for the counterparts and compared with other published shell global decrease of atmospheric δ13C values (Friedli et al., isotope values from the western Mediterranean (Colo- 1986). Statistical analyses, including 95% con dence el- nese et al., 2007; 2010a,b; 2011). lipse, were performed using RStudio and the package el- lipse (Murdoch and Chow, 1996). 2. Materials and Methods 3. Results and discussion e stable isotope data of archaeological and modern snail shells from the Mediterranean façade of the Iberian 3.1 Modern shells Peninsula were taken from Yanes et al. (2011, 2013a; 2013b) and from Colonese et al. (2013) (Tab. 1). e e δ18O and δ13C values of modern shells from the δ18O and δ13C values of archaeological shells were cor- Mediterranean façade of Iberian Peninsula were positi- rected to the average values of the modern counterparts vely correlated (R2 = 0.57; n = 64; Fig. 2). is regional 18 13 from the same area (Δ‰ = δ O, δ Carchaeological shells - relationship mainly arises from the presence of species 18 13 δ O, δ Caverage value of modern shells). For comparison, modern experiencing very distinct ecological and climate condi- shell δ18O and δ13C values were also corrected for their tions. is is particularly the case of Sphincterochila can- average values. For each site we considered only species didissima from Villena, which is a drought tolerant spe- for which both modern and archaeological shells had cies and has the highest δ18O and δ13C values amongst been analysed. In doing so, deviations in δ18O and δ13C the analysed species resulting from higher body uid values between modern and archaeological shells should evaporation, the consumption of water-stressed vegeta- only reect changes in environmental conditions at the tion and 13C enriched limestone in an area with a con- local scale. However, when comparing sites, it needs to tinental dry climate (Yanes et al., 2013b). Other taxa be assumed that the species analysed have similar eco- (Pomatias elegans, Cernuella sp; Rumina decollata) are logical requirements and activity periods, which is not much more comparable in terms of ecological require- necessarily true (Cook, 2001). For some Mediterranean ments and thus record more similar environmental con- species these assumptions may be reasonably approached ditions. Indeed very weak correlations were observed (e.g. Cernuella virgata, Eobania vermiculata, Pomatias between shell δ18O and δ13C values and altitude, amount elegans, e.g. Giusti and Castagnolo, 1982), while for oth- of precipitation, and average δ18O values of rainfall over er it remains to be veri ed (e.g. Helix ligata). Modern the sampled area (R2 = <0.20 for both δ18O and δ13C).

Figure 2. δ18O and δ13C values of modern shells from sites in Table 1 (Iberian Peninsula). For comparison shells from southern Italy and Sicily are also reported. Notice the moderate positive correlation between δ18O and δ13C values in Mediterranean Iberian shells (95% con dence ellipses).

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Exceptionally, a substantial negative correlation was trend with δ18O values similar to higher the modern found between average annual temperature and shell counterparts (Yanes et al., 2012). Late Pleistocene δ13C (R2 = -0.64), but lower for δ18O (R2 = -0.30). Ex- shells (n = 8) are slightly lighter or have similar δ13C cluding Sphincterochila candidissima from Villena, the and δ18O values of modern specimens (Fig. 4 and 5). shells from the Iberian Peninsula have δ18O and δ13C In general lower shell Δ18O values have been mainly values that fall into the range (95% con dence) of tho- interpreted as the product of wetter conditions, se observed in southern Italy and Sicily (Colonese et al., while higher Δ18O values are associated with lower 2007; 2010a,b; 2011, 2014). No correlation is observed water availability, which is in agreement with other between δ18O and δ13C values of shells from southern palaeoenvironmental records (Yanes et al., 2011; Italy and Sicily. is may be to the restricted sampling 2013a,b; Colonese et al., 2013). areas and less contrasting climate conditions compared to that of the Iberian Peninsula. Lower δ13C values in To the date the unique late Pleistocene shell δ13C and southern Italy are yielded by species typically associated δ18O values in Mediterranean façade of Iberian Penin- with humid and shady environments (e.g. Discus rotun- sula comes from Casa Corona at Villena (Yanes et al., datus at Grotta del Romito), and much less thermophi- 2003b). Shell δ13C values have been interpreted as the lic and tolerant to moderately dry conditions as the ma- results of water-stressed vegetation coupled to the e ect jority of species analysed in Mediterranean Iberian (e.g. of higher atmospheric δ13C, while shell δ18O would be as- Cernuella virgata; Pomatias elegans). sociated to a general decrease of atmospheric temperatu- re. Data southern Italy reveal similar to higher δ18O and δ13C values compared to modern shells (Colonese et al., 3.2 Late Pleistocene-Holocene shells 2010b). Despite the correction for the global decrease of atmospheric δ13C values shells from the Atlantic side Holocene shells from the Mediterranean margin of of Iberian Peninsula and southern Italy are still 13C-en- the Iberian Peninsula (n = 169) are signi cantly deple- riched compared to their modern counterparts (Fig. 5). ted in both 18O (p < 0.001) and 13C (p < 0.001) compa- Comprehensively these data are indicative of dry condi- red to their modern counterparts (n = 64). Snail isoto- tions and water-stressed vegetation cover, in particular pe data from the Atlantic side of the Iberian Peninsula during the Younger Dryas cold interval (~11,7 – 12.9 are also reported as comparison and show an opposite ka cal BP; Carlson, 2013).

Figure 3. Early to late Holocene shell δ18O and δ13C deviations from modern average (Δ‰) for each site (95% con dence ellipses).

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Figure 4. Late Pleistocene to late Holocene shell δ18O deviations from modern average (Δ‰) for each site. Modern shells (at 0 cal ka BP) are also corrected for their average values (the grey band represents the range). From north to south A) Bauma del Serrat del Pont; B) Arena de la Virgen and Casa Corona at Villena; C) Marroquíes; D) Los Castillejos, E) Southern Italian Peninsula and Sicily. Pollen-derived climate conditions depict a humid, transitional and aridi cation phase for the Holocene of the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula (Pérez-Obiol et al., 2011). e formal boundary between the Late Pleistocene and Holocene and the time of the Younger Dryas cold event are also reported.

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Figure 5. Late Pleistocene to late Holocene shell δ13C deviations from modern average (Δ‰) for each site. Modern shells (at 0 cal ka BP) are also corrected for their average values (the grey band represents the range). From north to south A) Bauma del Serrat del Pont; B) Arena de la Virgen and Casa Corona at Villena; C) Marroquíes; D) Los Castillejos, E) Southern Italian Peninsula and Sicily. Pollen-derived climate conditions depict a humid, transitional and aridi cation phase for the Holocene of the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula (Pérez-Obiol et al., 2011). e formal boundary between the Late Pleistocene and Holocene and the time of the Younger Dryas cold event are also reported.

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e hydrological model for the Holocene shows are in conict with the general model of shell δ18O as a some regional speci city. e lowest Δ18O values (up function of hydrological balance. Although vegetation to ~-4‰) are con ned to sites in SE Spain (i.e. Ville- dynamics and composition may di er also as a function na, Marroquíes, Los Castillejos), while in the NE of the of physical-geographic position of sites and diachron- Iberian Peninsula (Bauma del Serrat del Pont) the Δ18O isms in vegetation response to climate conditions (e.g. values are much higher (~-1‰). Such regional di eren- Pérez-Obiol et al., 2011), precipitation balance is un- ces match other continental environmental proxies in likely to be the only model explaining late uaternary pointing to a contrasting seasonal, mainly summer, dis- changes in Δ18O. An additional factor possibly respon-respon- tribution of precipitation at middle latitudes of the Me- sible for variations in shell δ18O is the seasonality of diterranean and Europe during the Holocene (Magny et precipitation and change in isotopic composition at the al., 2012). According to several continental palaeoenvi- source of precipitation. e snail shell data is likely to ronmental proxies, summer precipitation regime di e- be limited to spring and autumn months - when tem- red markedly between south and north Mediterranean peratures are mild and favourable for snail activity. In- regions, with maximum and minimum summer preci- creased precipitation recorded by snails may have been pitations in southern and northern sectors respectively. extremely seasonal in coastal areas (S. Italy) or at loca- is would have a ected the time of snail activity, with tions with arid or semiarid climate as Villena. southern snails recording this summer precipitation maxima. e sensitivity of snail shell oxygen isotopes e western Mediterranean Sea is an essential sour- to such latitudinal gradients of precipitation would be ce of rainfall over these areas (Celle-Jeanton et al., further supported by higher Δ18O values (+0.3‰) of 2001; Bard et al., 2002). Increased river discharge from Holocene shells in the Atlantic façade of the Iberian Pe- southern and northern areas of the Mediterranean ninsula (Yanes et al., 2012; Colonese et al., 2013). basin during the early-middle Holocene decreased its seawater δ18O of ~1‰ (Paul et al., 2001). is dilution e δ13C record appears to reect the complex is expected to have a ected the average isotopic com- vegetation cover in the western Mediterranean from position of convective precipitations sourced from the the Late Pleistocene to the late Holocene (e.g. Pérez- Mediterranean and may have accounted for some of the Obiol et al., 2011). In most of the sites the shells are changes in shell δ18O at that time (as also proposed for 13C depleted during the middle Holocene compared to other continental carbonates, e.g. Marino et al., 2009). present day, but not to the extent that it is observed in As a consequence, the Δ18O and Δ13C values of late 18O. For example, Holocene shells from Villena are gen- uaternary shells may not necessarily correlate. Shell erally enriched in 13C compared to modern specimens Δ18O and Δ13C values are thus better explained in terms (Yanes et al., 2013b), despite the decrease in 18O from of regional and local changes in atmospheric conditions the Late Pleistocene. is pattern does not reect the and vegetation cover. trend observed at Marroquíes, Los Castillejos (SE Ibe- rian Peninsula) and Bauma del Serrat del Pont (NE Ibe- rian Peninsula); rather, it appears more consistent with 4. Conclusion some sites in Southern Italy and Sicily. Holocene shells from Grotta della Serratura and Grotta d’Oriente, for Archaeologists working around the western Medi- example, have high Δ13C values in spite of their low terranean basin are increasingly incorporating stable Δ18O values (Colonese et al., 2010b; 2011). Both Ital- isotope studies on land snail shells in their research agen- ian sites are located at low elevation where the present- da. Data from the Iberian Peninsula and southern Italy, day annual amount of precipitation is <800 mm. Dur- including Sicily, expanded considerably in the last years ing the middle Holocene coastal areas of southern Italy and regional comparison - although extremely com- had a vegetation cover dominated by evergreen trees plicated by several factors - can now be explored. e and shrubs, as opposite to upland areas with more dede-- snail shell isotope record is in general agreement with ciduous trees forest (Tinner et al., 2009). Open vegeta- palaeohydrological reconstructions provided by pollen tion with drought tolerant species are similarly reported records from the Iberian Peninsula and lake records by Holocene pollen records at Villena (Yll et at., 2003). from SW and N Mediterranean regions. During the erefore, although large-scale atmospheric and hydro- Holocene the shells from the Mediterranean façade of logical conditions seem to explain variations in Δ18O the Iberian Peninsula point to wet conditions, coupled since the Late Pleistocene, shell Δ13C values appear to with the e ect of decreasing seawater δ18O. is is the reect local vegetation dynamics which, in some cases, time of decreasing summer insolation maxima in the N

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Hemisphere and important atmospheric organization Colonese, A.C., Zanchetta, G., Dotsika, E., Drysdale, over the Mediterranean basin. e stable carbon isoto- R.N., Fallick, A.E., Grifoni Cremonesi, R., Man- pe composition most likely reects vegetation cover at ganelli, G., 2010a. Early Holocene Land snail shell local scale, which may also retain isotopic information Stable isotope record from Grotta di Latronico 3 of local hydrological conditions. Overall, the regional (Southern Italy). Journal of Quaternary Science 25 shell isotope records discussed herein emphasize the va- (8), 1347-1359. lidity of snail shell remains as a complementary source of information for palaeoenvironmental investigations, Colonese, A.C., Zanchetta, G., Fallick, A.E., Martini, F., but analysis need to be extended to other geographic Manganelli, G., Drysdale, R.N., 2010b. Stable isoto- areas and to more recent time intervals (late Holocene). pe composition of Helix ligata (Müller, 1774) from late Pleistocene-Holocene archaeological record from Grotta della Serratura (Southern Italy): palaeoclima- Acknowledgements tic implications. Global and Planetary Change 71, 249-257. doi:10.1016/j.gloplacha.2009.05.006. is work is partially funded by the University of Pisa (ex 60% G. Zanchetta), the Society of Antiquaries Colonese, A.C., Zanchetta G., Russell D., Fallick A., of London (http://www.sal.org.uk/) and SUERC (UK). Manganelli G., Lo Vetro D., Martini F., di Giuse- SUERC is funded by a Consortium of Scottish Univer- ppe Z., 2011. Stable isotope composition of Late sities and NERC. e authors wish to thank G. Man- Pleistocene-Holocene Eobania vermiculata (Müller, ganelli, T. Donnelly, J. Dougans, A. Tait, E. Rigawttiere, 1774) (, ) shells from I. Baneschi, N. Hausmann, F. Serchisu, H. Robson and the Central Mediterranean basin: Data from Grotta K. McGrath. e authors wish to thank Igor Gutiérrez d’Oriente (Favignana, Sicily). Quaternary Internatio- Zugasti, Manolo González, David Cuenca and the sta nal 244, 76-87. doi:10.1016/j.quaint.2011.04.035. of the IV Reunión Cientí ca de Arqueomalacología de la Península (Santander, 2014). e authors thank Colonese, A.C., Zanchetta, G., Fallick, A.E., Manganelli, Yurena Yanes and Igor Gutiérrez Zugasti for their com- G., Lo Cascio, P., Hausmann, N., Baneschi, I., Regat- ments on the manuscript. tieri, E., 2014. Oxygen and carbon isotopic composicomposi-- tion of modern terrestrial gastropod shells from Lipari Island, Aeolian Archipelago (Sicily). Palaeogeography, References Palaeoclimatology, Palaeoecology 394, 119–127.

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62 A C C, G  Z, A E. F­...

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63 Los moluscos marinos del Mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos Aguas, Valencia). Análisis arqueomalacológico de la campaña de 1941

Josep Lluís Pascual Benito1, Oreto García Puchol2

Resumen La cueva de la Cocina ofrece una de las secuencias más conocidas del “Epipaleolítico Geométrico” desde que Javier Fortea publicó su análisis del Epipaleolítico mediterráneo en la Península Ibérica a partir de los primeros trabajos en el yacimiento dirigidos por Luís Pericot en los años 40. En los años 70 Javier Fortea excavó en la cavidad durante varias campañas, aunque hasta el momento sólo se han publicado algunas notas. Las referencias a la mal- acofauna se limitan a una nota de M. Vidal de 1945 en la que menciona la presencia de once restos de cinco especies marinas y doce restos de cinco especies continentales. En el presente artículo se estudia la malacofauna marina de la campaña de 1941, centrándonos en los sectores donde se observa mayor abilidad estratigrá ca en base a la revi- sión de la totalidad de materiales que estamos llevando a cabo dentro del proyecto HAR2012 33111 “Meso Coci- na: Los últimos caza-recolectores y el paradigma de la neolitización en el Mediterráneo peninsular”. En el conjunto analizado se observan dos grupos tafonómicos, uno de carácter bromatológico con Cerastoderma glaucum y otro de carácter ornamental con Columbella rustica, Glycymeris sp., Nassarius reticulatus y, posiblemente, Pecten sp. Palabras clave: Mesolítico, País Valenciano, malacofauna marina, dieta, adorno. Abstract Cocina cave provides one of the better stratigraphic sequences of the “Geometric Epipaleolithic” since Javier Fortea published their analysis of the Mediterranean Epipaleolithic in Iberia using data from the rst works in the site conducted by Luís Pericot in the 40s. In the 70s Javier Fortea excavated in the cave during several campaigns although only some notes have been published so far. Information on the shell remains is limited, refering only the presence of 11 remains corresponding to ve marine species and 12 remains related to ve continental spe- cies. In this paper we present the analysis of the shell assemblage found in the campaing conducted in 1941 and studied now in the framework of the project HAR2012 33111 “Meso Cocina: Los últimos caza-recolectores y el paradigma de la neolitización en el Mediterráneo peninsular”. Two taphonomic groups have been recognised in the studied assemblage, one of a bromatological type and mainly composed by Cerastoderma glaucum, and other ornamental that includes Columbella rustica, Glycymeris sp., Nassarius reticulatus y Pecten sp. Keywords: Mesolithic, Valencia Region, marine molluscs, diet, ornament.

1 Servei d’In estigació Prehistòrica. Museu de Prehistòria de València. Diputació de València. C/ Corona 36. 46003 València (España). [email protected] 2 In estigadora Programa Ramón y Cajal. Departament de Prehistòria i Arqueologia, Universitat de València. Av. Blasco Ibáñez 28. 46010 València (España). [email protected]

65 L        C     C (D  , V)...

1. Introducción último es subsidiario del Júcar, el cual ofrece en este punto un paisaje de aspecto muy quebrado formado 1.1. El yacimiento por un cantil continuo casi vertical, donde la red uvial se encaja en un valle tan estrecho que se reduce prácti- La Cueva de la Cocina (Dos Aguas, Valencia) se ubi- camente al cauce que ocupan las aguas. ca en el extremo occidental de la sierra del Caballón, a 405 m de altitud y a poco menos de 40 km en línea recta de la actual línea de costa. Se trata de una amplia 1.2 Las campañas de excavación, estudios y cavidad, de unos 300 m2, con una boca de 22 m de an- secuencia estratigrá ca chura orientada a levante y con escasa visibilidad (Fig. 1). La cueva se abre en la parte cóncava de un recodo El yacimiento fue dado a conocer por las excava- estructural enfrentado directamente a la trayectoria del ciones del Servei d’Investigació Prehistòrica de Va- barranco de la Ventana, el cual recoge las aguas de La lencia en los años 40. La primera intervención fue un Canal -valle alto y de difícil acceso-, y termina brusca- pequeño sondeo en 1940. Después, bajo la dirección mente en un gran salto topográ co de unos 80 m de de Luís Pericot, se efectuaron cuatro campañas en altura que lo comunica con el barranco del Falón. Este 1941, 1942, 1943 y 1945. Estas intervenciones y los

Figura 1. Fotos de la entrada (desde el exterior y desde el interior) y planta de la Cueva de la Cocina con indicación de los sectores excavados por L. Pericot (en línea clara) y J. Fortea (en línea oscura). La trama rayada corresponde a la campaña de 194l.

66 J L  P  B, O G P  estudios sobre ellas lo convirtieron en un yacimiento cialización del yacimiento en la caza de la cabra montés a imprescindible para la de nición del Epipaleolítico lo largo de toda la secuencia (Fortea et al., 1987) y sobre la reciente de la vertiente mediterránea peninsular (Pe- sedimentología por P. Fumanal (1986), que han permiti- ricot, 1945; Fortea, 1971 y 1973). Con posterioridad, do conocer las oscilaciones medioambientales. nuevos trabajos se llevaron a cabo de 1974 a 1981 bajo la dirección de Javier Fortea (Fig. 1). 2. La malacofauna marina de la campaña La secuencia estratigrá ca obtenida en las primeras in- de 1941 tervenciones (especialmente en el sector EI de 1945), de 4,5 m de potencia, sirvió de base a Fortea para establecer el Hasta la fecha los restos malacológicos de Cocina modelo evolutivo del “Epipaleolítico Geométrico de tipo solo contaban con una nota provisional de M. Vidal Cocina”, complejo industrial representativo en el marco (1945), quien clasi có un pequeño lote dado a conocer del mediterráneo peninsular de las industrias europeas de como apéndice en la primera publicación del yacimien- raíz “tardenoide”, basado en la tipología y tecnología de to (Pericot, 1945). Entre las especies marinas señala la las armaduras líticas geométricas, en sus frecuencias y en presencia de 11 restos pertenecientes a cinco géneros su puntual asociación con otros indicadores cronocultu- o especies: Columbella, Murex, “Cardium edule”, “Pec- rales (cerámica). Fue estructurado en cuatro fases, organi- tunculus” y “Nassa reticulata”, indicando que se encon- zadas a partir de los horizontes arqueológicos Cocina I a traban frecuentemente perforadas lo que abogaría por IV. La última revisión de la industria lítica de los sectores su uso como objetos de adorno. excavados por Pericot ha matizado esta secuencia del sec- tor EI en el yacimiento, donde se distinguen bien las dos En los últimos años, los materiales de las excava- fases más antiguas. Cocina I (Fase A) (circa 8600-8000 ciones antiguas depositados en el Museu de Prehis- Cal BP), caracterizada por el predominio de los trapecios tòria de València que, en su mayor parte, aún conser- fabricados a partir de soportes laminares fragmentados vaban los envoltorios originales de los años 40, han mediante técnica de microburil, y Cocina II (Fase B) (cir- sido ordenados e inventariados en su totalidad. Esta ca 8000-7600 Cal BP), en la que los triángulos pasan a circunstancia ha permitido conocer que la malaco- ser las armaduras mejor representadas, destacando entre fauna de las intervenciones de los años 40, en curso ellos un tipo singular, con lados cóncavos y espina central de estudio, es abundante con más de 4000 restos, o tipo Cocina (García Puchol, 2005). de los que la mayor parte corresponden a caracoles completos terrestres y dulceacuícolas, si bien los de Por el momento resulta difícil individualizar con cla- origen marino suman más de 800 ejemplares, un nú- ridad en el yacimiento el horizonte Cocina III (o fase C) mero destacado teniendo en cuenta que se trata de que, en su día, se de nió por los segmentos de retoque un yacimiento de interior. abrupto y las cerámicas neolíticas «antiguas» (impresas, incisas), aunque no invalida la fase C en el esquema gene- En este trabajo se estudwian los restos malacoló- ral (García Puchol, 2005; Juan-Cabanilles y Martí, 2007- gicos marinos de la campaña de 1941, por ser la que, 2008), mientras que ha sido desestimado como horizonte tras la reciente revisión de la totalidad de la industria cronocultural el nivel super cial u horizonte Cocina IV lítica tallada, muestra una secuencia coherente con el (fase D), caracterizado en su momento por la técnica del desarrollo del Mesolítico Geométrico, además de no doble bisel aplicada a los geométricos (segmentos, trián- estar afectada por la posterior ocupación neolítica de gulos) y presencia de cerámicas neolíticas más «avanza- la cueva, lo que permite asignar con garantía el mate- das» (peinadas) y que fue interpretado como la evolu- rial a alguna de las dos fases mesolíticas del yacimien- ción nal de esas industrias en un horizonte neolítico más to, Cocina I y Cocina II. avanzado, con algunos materiales de la Edad del Bronce, ibéricos, medievales y modernos, consecuencia del fre- Durante 1941 se excavó en una super cie de 3 x cuente uso de la cueva como refugio temporal y corral. 3,5 m, cerca de la entrada, llegando hasta 2,5 m de profundidad, mediante capas arti ciales de entre 10 Aparte de los datos estratigrá cos e industriales refe-refe- y 20 cm de espesor en el sector denominado “cata”, ridos a la campaña de 1945, y las referencias sobre la coco- - realizando posteriormente una ampliación de 0,50 m lección de plaquetas grabadas con motivos geométricos con capas de diversa potencia que se indican en las recuperadas en el yacimiento,, se cuenta con estudios soso-- tablas con la letra “a” tras el número de la misma y bre la fauna por M. Pérez Ripoll, que evidencian la espe- que han podido relacionarse con una o dos capas de

67 L        C     C (D  , V)... 2 1 1 93 220 123 1941 TOTAL Campaña Campaña 8 2 6 L 2 2 1 1 34 28 Total 1 1 1 1 7a 11 12 13 I Cocina 1 1 7 8 9 4a 2 3 9 2 3 1 1 2 1 9 2 3 7 2 3 1 1 5 6 10 59 119 178 Total 3 5 2a 4 10 6 5 3 2 1a II Cocina 18 22 1 2 3 11 73 25 11 91 47 11 13 sp.

sp. Columbella rustica Columbella Cerastoderma Cerastoderma glaucum Glycymeris Hinia reticulata Hinia Pecten Pecten Nº. Restos Capas Tabla 1. Distribución por capas de los restos de moluscos marinos. de moluscos de los restos capas por 1. Distribución Tabla

68 J L  P  B, O G P  la cata inicial. Así, la capa 1a equivale a las capas 2-3, los que el 64,2% son valvas enteras y el 35,7% valvas la 2a a las 3-4, la 4ª a las 5-6 y la 7a a la 10. fragmentadas (Tabla 2). No existen en la muestra estudiada fragmentos de pequeño tamaño, hecho En la Tabla 1 se indica el número de restos do- que si ocurre en las excavaciones más recientes del cumentado en cada capa, un total de 220 pertene- yacimiento, de lo que se deduce cierta selección en cientes a cinco especies, tres de bivalvos y dos de gas- la recogida de estos materiales en las campañas anti- terópodos. El conjunto se encuentra dominado por guas como también se ha observado para los caraco- dos especies, Cerastoderma glaucum y Columbella les terrestres, quizás debido a los diferentes tamaños rustica, las cuales suman el 98,1% del total de restos. de criba utilizados, de los que no poseemos infor- Por fases, el número de restos y especies es desigual, mación. 178 corresponden a Cocina II, donde solo hay dos especies representadas, Cerastoderma glaucum y Co- Teniendo en cuenta la lateralidad de las valvas el lumbella rustica, y 34 a Cocina I, donde aparte de las número mínimo de individuos es de 65, el número anteriores se documentan Glycymeris sp., Nassarius de valvas derechas, si bien podría ser superior, alre- reticulatus y Pecten sp. Otros ocho restos se docu- dedor de 111, el número mínimo de valvas calcula- mentaron en tareas de limpieza (L). Los momentos do, toda vez que no hemos encontrado en este con- más recientes de la secuencia –capas 1 a 4- son los junto ningún ejemplar que case con su pareja. que mayor número de restos contienen, el 76,2%. Excepto dos ejemplares fragmentados proceden- Cerastoderma glaucum (Bruguière, 1789) tes de las capas 7 y 13 (Cocina I) los demás efectivos de C. glaucum se documentan en Cocina II y, dentro Este bivalvo constituye el taxón mejor represen- de este horizonte, se concentran en las capas 2 y 3 de tado de la malacofauna marina con 123 restos, de donde proceden el 83,7% de los restos (Fig. 2).

Cocina Cocina II I Capas 1 2 3 1a 4 2a Total 7 13 Total L TOTAL

Nº de restos 11 73 25 5 3 2 119 1 1 2 2 123

Valvas enteras 6 45 19 5 3 78 1 79

Fragmentos 5 28 6 2 41 1 1 2 1 44

Nº mínimo de 10 62 25 5 3 3 108 1 1 2 1 111 valvas

uemadas 1 13 3 1 18 18

Valva derecha entera 3 31 9 5 2 50 50

Valva derecha 1 10 3 1 15 15 fragmentada

Total valva derecha 4 41 12 5 2 1 65 65

Valva izquierda 3 14 10 1 28 1 29 entera Valva izquierda 1 8 3 1 13 1 1 1 15 fragmentada Total valva 4 22 13 1 1 41 1 1 2 44 izquierda Frag. Labio o 3 10 13 1 1 14 cuerpo

Tabla 2. Características y distribución por capas de los restos de Cerastoderma glaucum.

69 L        C     C (D  , V)...

Figura 2. Restos de Cerastoderma glaucum de la capa 3.

Figura 3. Relación anchura/altura de las valvas completas de Cerastoderma glaucum.

70 J L  P  B, O G P 

La medición de todas las valvas muestra que la ma- ejemplares contienen. La mayor parte de las conchas yor parte de ellas corresponden a ejemplares adultos. se conservan completas, aunque el 11,8% se encuen- Tan solo en un caso la altura es inferior a 2 cm. (Fig. tran fragmentadas por la perforación. El 12,9% se 3), por lo que probablemente existió una selección encuentran quemadas y un ejemplar conserva escasos por el tamaño en la recolección de este bivalvo. restos de ocre en su super cie.

Ninguno de los restos de C. glaucum muestra ero- Solo poco más de la tercera parte, un 36,5%, sión natural o incrustación de otros organismos post- conservan el ápice completo (Fig. 4: 1). El resto mortem, lo que sugiere que fueron recogidos vivos. de las conchas de C. rustica se encuentran rodadas, Este hecho y la selección por tamaños en su recolec- habiendo perdido el ápice por erosión natural, así ción, apunta a que tuvieron un carácter bromatológi- como alguna vuelta, lo que indica, al contrario de lo co. Desconocemos el modo en que fueron prepara- que pasa con C. glaucum, que fueron recogidas en la dos para su ingesta. En este sentido el porcentaje de playa una vez muerto el animal. Conservan cuatro valvas quemadas es escaso, un 17,2%. Algunas valvas vueltas el 4,3%, tres vueltas el 32,2%, dos vueltas el presentan una pequeña muesca en el labio que podría 24,7% y una sola vuelta el 2,1%. En estos dos últi- relacionarse con la abertura de los ejemplares para ac- mos casos se observa que la zona interior de la colu- ceder a las partes blandas, una hipótesis pendiente de mela ha sido eliminada o ampliada antrópicamente con rmar mediante experimentación. por presión y, por tanto, la zona apical se encuentra perforada (Fig. 4: 2 y 3). Columbella rustica (Linnaeus, 1758) Todas las perforaciones ubicadas en la última vuel- Es la segunda especie más abundante con 93 ejem- ta de las C. rustica son amplias e irregulares y se efec- plares, todos ellos perforados en la última vuelta. Se tuaron mediante percusión en el dorso de la última encuentran mejor repartidos en toda la secuencia, vuelta junto al labio, observándose en algunos casos si bien vuelven a ser las capas superiores las que más una posterior regularización por presión.

Figura 4. Selección de conchas marinas empleadas como adorno.

71 L        C     C (D  , V)...

Nassarius reticulatus (Linnaeus, 1758) de “Murex brandaris, Murex trunculus, Purpura hae- mastoma consul, Triton nodiferus, Cerithium vulgatum, Un ejemplar completo sin señales de erosión natu- Columbella rustica, Nassa reticulata y Purpura haemas- ral con perforación en la última vuelta enfrentada a la toma“ entre los gasterópodos y “Pectunculus violascense, apertura realizada por percusión indirecta desde la cara Venus gallina, Cardium glaucum, Spondylus gaederopus, interior (Fig. 4: 4). Cardium tuberculatum, Pecten jacobaeus y Arca noae” entre los Lamelibranquios (VV.AA., 2008). Otro con- Glycymeris sp. chero, es el del nivel inferior del Abric de l’Assut de d’Almassora (Vila-real, Castellón), con una potencia su- Dos valvas de este género, de pequeño tamaño y perior a 0,80 m de espesor en algún punto, sin material muy rodadas, con perforación en el umbo producida lítico signi cativo y con abundantes conchas de molus- por erosión natural, una de ellas quemada (Fig. 4: 6 cos marinos que “en su inmensa mayoría son del género y 7). Su grado de rodamiento impide la clasi cación «cardium»; excepcionalmente se encuentran algunos taxonómica a nivel de especie. raros ejemplares del «pectunculus» y sólo en un caso de «nática», «cyprea» y «columbela», esta última Pecten sp. perforada” (Esteve, 1970: 47). Este nivel se atribuye al mesolítico por su carácter de conchero y por su cercanía Un pequeño fragmento de borde y cuerpo del que a Sitjar Baix (Martí et al., 2006), donde se documentó resulta difícil una clasi cación taxonómica más precisa. un triangulo tipo Cocina (Pascual y García, 1998). El El borde muestra señales de erosión natural, mientras tercer conchero del que tenemos noticias, actualmente que el resto del perímetro presenta una fractura angu- desaparecido y de atribución cronológica indetermina- losa antigua, por lo que se deduce que posiblemente se da, se localizó en los años ochenta en un corte realiza- fragmentó en el yacimiento (Fig. 4: 5). do para transformaciones agrícolas en los alrededores de Torre d’Espioca (Picassent, Valencia) y fue descrito como una acumulación antrópica de conchas con esca- 3. La malacofauna marina de otros yacimientos mesolíticos valencianos Los restos malacológicos de origen marino son fre- cuentes en contextos mesolíticos valencianos, tanto en yacimientos del Mesolítico de Muescas y Denticulados (MMD) como del Mesolítico Geométrico (MG). Por regla general se documentan en número muy escaso y pertenecen a un reducido número de especies, si bien existen algunas excepciones.

En tres casos los yacimientos forman auténticos concheros, todos ellos ubicados próximos a la costa y a marjales litorales (Fig. 5), si bien la información que se posee sobre estos conjuntos es muy desigual y no se dispone de ninguna cuanti cación de los restos. El más conocido es el de El Collao (Oliva, Valencia) con una industria lítica donde se observan niveles del MMD y de la fase A del MG, del que en los avances de la malacofauna publicados se cita un amplio inventa- rio de especies de origen marino entre las que abundan “Pectunculous gaditanus” y “Cardium edule” y entre los gasterópodos “Murex trunculus, Purpura haemasto- ma y Triton nodiferus” (Boscá, 1916). Posteriormente J. Cuerda y L. Gasull ofrecen un listado de las espe- cies marinas de los numerosos restos recuperados en Figura 5. Mapa del País Valenciano con yacimientos mesolíticos las excavaciones recientes, observando las presencia donde abundan los restos de Cerastoderma glaucum.

72 J L  P  B, O G P  sos restos líticos y “abundantes valvas de Cerastoderma alguna “Hinia reticulata”, “Hinia costulata”, Cerasto- edule/glaucum y escasos Cerithium vulgatum y Truncu- derma glaucum y Antalis sp. (Barciela, 2008: 110). lariopsis trunculus” (Mateu et al., 1985: 93).

Como ocurre en Cocina, en los tres concheros cita- 4. Conclusiones dos, la especie marina predominante es Cerastoderma glaucum, una circunstancia que tan solo se observa en El análisis de la malacofauna marina de la Cueva de otro yacimiento de interior recientemente excavado y de la Cocina muestra un aprovechamiento de recursos el único conjunto publicado, el del asentamiento al aire del mar y de humedales litorales para la obtención de libre de Benàmer (Muro, Alicante), donde en niveles productos comestibles y de materia prima para ador- atribuidos a la fase A de MG, se documentaron 61 val- nos. La primera función se ve reforzada con la presencia vas del género Cerastoderma (edule/glaucum), muchas en el yacimiento de otras evidencias de origen marino. de ellas completas, la mayor parte sin señales de erosión Así en la revisión de los materiales se han identi cado y un ejemplar quemado, además de un valva de Glycy- diversos restos ictiológicos en curso de estudio, entre meris con perforación natural y un fragmento de Co- ellos dos mandíbulas y numerosos molares de Sparus lumbella rustica (Barciela, 2011: 250). aurata (dorada), una especie común en zonas litorales y desembocaduras de los ríos y que en ocasiones se ha Son más numerosos los yacimientos mesolíticos llegado a pescar en zonas salobres de la Albufera, eco- valencianos con especies utilizadas para adornos pre- sistemas donde Cerastoderma glaucum abunda. sentes en Cocina, especialmente Columbella rustica perforada presente en todos ellos, como ocurre en toda Como hemos visto, el empleo de recursos marinos la vertiente mediterránea peninsular, desde el Valle del no es exclusivo de Cocina. En otros yacimientos meso- Ebro hasta la costa de Málaga (Pascual Benito, 1998: líticos valencianos, tanto ubicados próximos a la costa 132; Álvarez, 2008: 104), mientras que Glycymeris sp., como en el interior, la abundancia de conchas Cerasto- Nassarius reticulatus, Pecten sp. y otras especies se docu- derma glaucum apunta hacia la explotación con carác- mentan en menor numero de yacimientos. Sin ánimo ter bromatológico de este bivalvo. La relación con los de ser exhaustivos citaremos el conjunto documentado recursos litorales se ha documentado también durante en niveles del MMD de la Cova de Santa Maira (Cas- el MMD en Santa Maira, ubicada a unos 35 km de la tell de Castells, Alicante): 16 Columbella rustica, dos línea de costa actual, por los restos de espáridos, mugí- Hinia reticulata, un Glycymeris sp., dos Clancullus co- lidos y anguila allí documentados (Rodrigo, 2006: 87). rallinus y un fragmento rodado de bivalvo indetermi- Así mismo, el consumo de proteínas de origen marino nado perforado (Pascual Benito, 2006a: 101). Además, por las poblaciones mesolíticas se ha constatado a par- entre la escasa malacofauna no perforada de esa cavidad tir del análisis de isótopos estables (carbono y nitróge- –15 taxones- hay presencia de cardiidos y un fragmen- no) en restos humanos de El Collao y también de yaci- to rodado de bivalvo indeterminado (Jordá, 2006: 89). mientos en cueva del interior, Santa Maira y Mas Nou De la Penya del Comptador (Alcoi, Alicante) procede (Salazar et al., 2014). una Columbella rustica en un contexto del MMD, del Abric de la Falguera (Alcoi, Alicante) dos Columbella No existen datos seguros sobre la posición de la lí- rustica en la fase VII, atribuida a un momento interme- nea de costa durante la ocupación mesolítica de Coci- dio de la fase A del MG (Pascual Benito, 2006b: 303), na. En todo caso la distancia de Cocina a los recursos de La Mangranera (Andilla, Valencia) una Columbella marinos aquí vistos estaría, en línea recta, entre 30 rustica y una valva de cardiido muy rodada, de la Co- y 38 km, distancias de la cueva a la zona inundable vacha de Llatas (Andilla, Valencia), atribuido a la fase (marjal de la Albufera), donde podía haber alguna B/C del MG, M. Vidal determina “dos Columbelas, laguna costera, y a la línea de costa actual, donde se un Pectunculus perforados y una valva de Cardium sitúa la restinga de la Albufera. edule” (Jordá y Alcácer, 1949: 36), de la Cueva del Lagrimal (Villena, Alicante) 15 Columbella rustica y La presencia signi cativa de restos malacológicos e una Natica de la fase IV, atribuida al MG (Soler, 1991: ictiológicos evidencia que la Cueva de la Cocina fue 29) y de Casa de Lara (Villena, Alicante), con materia- un lugar frecuentado de forma recurrente a lo largo de les de las fases A y B del MG y también neolíticos se casi un milenio, especialmente durante la primera mi- recogieron sin referencia estratigrá ca conchas per- tad del VI milenio antes del presente, por los últimos foradas, entre ellas abundantes Columbella rustica, cazadores-recolectores, en el marco de una estrategia

73 L        C     C (D  , V)... de explotación del territorio móvil que estaría ligada a Esteve, F., 1969. El abrigo rupestre del Assud de Alma- desplazamientos costa/interior, tal como ha sido for- zora y su yacimiento arqueológico. Archivo de Pre- mulado recientemente, al contemplar la posible exis- historia Levantina XII, 43-54 tencia de unos 15 grupos locales durante el mesolítico reciente en el País Valenciano, con un territorio con Fortea, J., 1971. La Cueva de la Cocina. Ensayo de cro- diámetro variable en torno a los 25-35 km. (Martí et nología del Epipaleolítico (Fácies Geométricas). Tra - al., 2008: 248, g. 11). bajos Varios del SIP 40, Valencia.

De cualquier modo, la explotación de recursos Fortea, J., 1973. Los complejos microlaminares y geomé- marinos para el consumo puede considerarse mar- tricos del Epipaleolítico mediterráneo español. Uni- ginal y esporádica. La caza de la cabra y, en menor versidad de Salamanca, Salamanca. número de ciervos y jabalíes, constituiría el princi- pal recurso económico de los grupos de caza-reco- Fortea, J., Martí, B., Fumanal, M.P., Dupré, M., Pé- lectores que ocuparon a lo largo de casi un milenio rez, M., 1987. Epipaleolítico y neolitización en la la Cueva de la Cocina. zona oriental de la península Ibérica. En: Guilaine, J., Courtin, J., Roudil, J.-L., Vernett, J.-L. (Dirs.), Premières Communautés paysannes en Méditerra- Agradecimientos née occidentale. Actes du Colloque Internacional du CNRS (Montpellier, 1983). Éditions du CNRS, Este trabajo se ha llevado a cabo en el marco del Paris, 581-591. proyecto “Meso Cocina: los últimos caza-recolecto- res y el paradigma de la neolitización en el mediterrá- Fumanal, M.P. 1986. Sedimentología y Clima en el neo occidental” (HAR2012-33111), subvencionado País Valenciano. Serie Trabajos Varios del SIP 83, por el Ministerio de Economía y Competividad, Go- Valencia. bierno de España. García Puchol, O. 2005. El proceso de Neolitización en la fachada mediterránea de la península Ibérica. Bibliografía Tecnología y Tipología de la piedra tallada. British Archaeological Reports International Series 1430, Álvarez-Fernández, E., 2008. e use of Columbella Archaeopress, Oxford. rustica (Clase: Gastropoda) in the Iberian Penin- sula and Europe during the Mesolithic and Early Jordá, F., Alcacer, J., 1948. La co acha de Llatas (Andi- Neolithic. En: Hernández, M., Soler, J.A., López lla). Serie de Trabajos Varios del SIP 11, València. Padilla, J.A. (Eds.), IV Congreso del Neolítico Pe- ninsular (Alicante 2006), Tomo II. Museo Ar- Jordá Pardo, J., 2006. La malacofauna marina. En: queológico de Alicante, Alicante, 103-111. Aura J.E., Carrión, Y., García Puchol, O., Jardón, P., Jordá, J.F., Molina, L., Morales, J.V., Pascual Be- Barciela, V., 2008. Adorno y simbolismo. Los ador- nito, J.L., Pérez Jordá, G., Pérez Ripoll, M., Rodri- nos personales del Neolítico y Eneolítico en Villena go, M.J., Verdasco, C.C., Epipaleolítico-mesolítico (Alicante). Fundación municipal José María So- en las comarcas centrales valencianas. El mesolítico ler, Villena. de muescas y denticulados en la cuenca del Ebro y el mediterráneo peninsular. Memorias de yacimientos Barciela, V., 2011. El estudio de la malacofauna: im- Alaveses 11, Álava: 88-89. plicaciones paleoambientales y antrópicas. En: Torregrosa E.P., Jover, F.J., López, E. (Dirs.), Benà- Juan-Cabanilles, J., Martí Oliver, B., 2007-2008. La mer (Muro d’Alcoi, Alicante). Mesolíticos y neolíti-neolíti- fase C del Epipaleolítico reciente: lugar de encuen- cos en las tierras meridionales valenciana. Serie de tro o línea divisoria. Reexiones en torno a la neo- Trabajos Varios del SIP 112, València, 239-256. litización en la fachada mediterránea peninsular. Veleia 24-25, 611-628. Boscá, E., 1916. Un paradero de la época paleolítica en Oliva (Valencia). Boletín de la Real Sociedad Martí, B., Aura, J.E., Juan-Cabanilles, J., García Puchol, Española de Historia Natural, Tomo XVI, 81-83. O., Fernández, J., 2009. El Mesolítico Geométrico

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Salazar-García, D.C., Aura, J.E., Olaria, C.R., Ta- lamo, S., Morales, J.V., Richards, M.P., 2014.

75 Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigrá ca 108 del conchero mesolítico de El Mazo (Llanes, Asturias): conclusiones socio-económicas y metodológicas

Asier García-Escárzaga1, Igor Gutiérrez-Zugasti1, Manuel R. González-Morales1

Resumen En esta investigación se presentan los resultados obtenidos en el análisis arqueomalacológico de la base del con- chero de El Mazo (Llanes, Asturias), que se adscribe a un momento inicial del Mesolítico. El material examinado procede de la unidad estratigrá ca (UE) 108, de un área de 0,5 m2 y de un volumen total de 22 litros. Los resultados obtenidos nos permiten plantear conclusiones de diferente índole: a) La presencia de Phorcus lineatus, Patella de- pressa y Patella ulyssiponensis indican la existencia de unas condiciones climáticas templadas, propias del Holoceno; b) El porcentaje de las especies, las zonas de recolección y la biometría de determinados restos permiten plantear una cierta intensi cación en la captura de recursos costeros a inicios del Mesolítico; c) La elevada fragmentación de las conchas parece sugerir una alta ocupación de la cavidad; y d) El estudio de los materiales procedentes de la malla de 1 mm demostró la necesidad de analizar estos restos para estimar correctamente el número mínimo de individuos de Paracentrotus lividus. Palabras clave: Mesolítico, conchero, arqueomalacología, categorías de fragmentación, explotación de moluscos, intensi cación. Abstract In this paper, we show the results obtained through the archaeomalacological analysis of the oldest stratigraphic unit of the shell midden site of El Mazo (Llanes, Asturias), dated to the early Mesolithic. e remains studied were recovered from stratigraphic unit (SU) 108 and the total area and volume of sediment excavated was 0.5 m2 and 22 dm3, respectively. e results suggest di erent issues: a) e presence of Phorcus lineatus, Patella depressa and Patella ulyssiponensis suggests that environmental conditions were very similar to today; b) e species represen- tation, the collection areas and the biometrical study indicated that coastal resource exploitation during the early Mesolithic was more intensive than in previous periods; c) e fragmentation indices suggested a high human oc- cupation of the cave during this period; d) e study of material from the 1 mm mesh showed the need to analyse these remains to correctly estimate de minimum number of Paracentrotus lividus. Keywords: Mesolithic, shell midden, archaeomalacology, fragmentation categories, exploitation of molluscs, intensi cation.

1 Instituto Internacional de In estigaciones Prehistóricas de Cantabria, Universidad de Cantabria. Edif. Interfacultativo, Avda. Los Castros s/n. 39005 Santander, España. [email protected]; [email protected]; [email protected]

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1. Introducción cavidad y las estrategias de subsistencia de los gru- pos humanos que habitaron El Mazo, valorando la La utilización de recursos marinos por parte de intensidad con la que se llevó a cabo la actividad poblaciones de cazadores-recolectores-pescadores recolectora por parte de éstos. ha sido identificada en la región cantábrica desde los inicios del Paleolítico superior y se prolonga a lo largo de este periodo (Álvarez-Fernández, 2009; 2. Materiales y metodología 2013; Cuenca-Solana et al., 2013; Gutiérrez Zugas- ti, 2009; Gutiérrez-Zugasti et al., 2013a), si bien la El material arqueológico analizado procede de evidencia actual sugiere que dicho aprovechamien- la base del conchero mesolítico de la cueva de El to se llevó a cabo de forma poco intensa (Gutiérrez- Mazo (Llanes, Asturias) (Fig. 1) (Gutiérrez Zugas- Zugasti et al., 2013b). Esta situación contrasta con ti y González Morales, 2014). En este estudio se el posterior período mesolítico, en el que la infor- han examinado los restos de moluscos y de otros mación disponible sobre el aprovechamiento de recursos litorales (crustáceos y equinodermos) re- moluscos, equinodermos y crustáceos refleja una cuperados en la mitad sur de los sectores C y D de mayor explotación de estos recursos (Álvarez-Fer- los cuadros X15 y X16 de la UE 108 (Fig. 2), que nández, 2011; Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011a). se adscriben a un momento inicial del Mesolítico (9019-8729 cal BP, 8859-8449 cal BP, 8438-8176 En este sentido, uno de los rasgos más caracterís- cal BP). El material procede de un área de 0,5 m2 y ticos del Mesolítico Cantábrico (9500 – 6000 BP) un volumen total de 22 dm3, y fue sometido a una es la formación de concheros en zonas litorales, limpieza con agua y un cribado con mallas de 4, 2, siendo una de las más prolíficas la costa del Oriente 1 y 0,5 mm. de Asturias. Las peculiaridades del registro arqueo- lógico mesolítico en esta zona fueron identificadas La metodología aplicada para la realización de desde los inicios del siglo XX y dieron lugar a la este análisis arqueomalacológico es la desarrollada tradicionalmente denominada cultura Asturiense inicialmente por Moreno (1994) para el cálculo del (Clark, 1976; González Morales, 1982; Vega del número de restos (NR) y el número mínimo de in- Sella, 1923), una de cuyas principales característi- dividuos (NMI) a partir de las diferentes categorías cas es la abundante utilización de recursos costeros, de fragmentación, y completada posteriormente especialmente moluscos. por Gutiérrez Zugasti (2009; 2010; 2011b; 2011c) para el índice de fragmentación (IF), el análisis bio- A pesar de que las investigaciones previas han métrico y tafonómico, y el estudio de crustáceos y reportado una considerable información en rela- equinodermos. La sistemática empleada es la pro- ción a las características socio-económicas de los puesta por CLEMAM (Museo Nacional de Histo- últimos cazadores-recolectores-pescadores de la ria de París, http://www.somali.asso.fr/clemam/ región cantábrica, aún son abundantes los interro- index.clemam.htm) y WoRMS (World Register of gantes relativos a la explotación del medio mari- Marine Species, http://www.marinespecies.org/) no. Algunos de los aspectos de mayor interés son para las especies marinas y por Kerney y Cameron la evolución del proceso de intensificación en el (1999) para las terrestres. La identificación taxo- aprovechamiento de recursos costeros, la recons- nómica ha sido realizada a partir de guías especia- trucción de las condiciones paleoclimáticas o el lizadas (Fechter y Falkner, 1993; Palacios y Vega establecimiento de los patrones de ocupación de de la Torre, 1997). Las zonas de recolección de las los yacimientos. especies documentadas en este estudio (exposición, sustrato y zonación vertical) han sido estimadas a En este trabajo se analizan los moluscos, equi- partir de la síntesis realizada por Gutiérrez Zugasti nodermos y crustáceos recuperados en la unidad (2009) sobre el hábitat preferente de las especies, estratigráfica (UE) 108 de la cueva de El Mazo, las observaciones realizadas en la playa de Langre atendiendo especialmente a la representación de (Ribamontán al Mar, Cantabria) y las fórmulas especies, la tafonomía, las zonas de recolección y propuestas para tal efecto por Bailey y Craighead la biometría. El objetivo de dicho análisis es apor- (2003). El análisis estadístico y el test de norma- tar información sobre las condiciones climáticas a lidad (Shapiro-Wilk) ha sido realizado con el pro- inicios del Holoceno, el grado de ocupación de la grama PAST (Hammer et al., 2001).

78 A G-E, I G  -Z , M  R.G-M Figura de El Mazo 1. Localización en el norte de la Península Ibérica.

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Figura 2. Per l estratigrá co Norte del conchero en los cuadros X15 y X16 de El Mazo

3. Resultados pues a continuación de P. lineatus y Patella sp. es el taxón con interés bromatológico más abundante, En la UE 108 se han documentado un total de con un 3,9% del NMI total. 20 taxones (Tabla 1). Los dos taxones más abun- dantes son Phorcus lineatus (da Costa, 1778) y Pa- El proceso tafonómico documentado con mayor tella sp., ya que entre ambos suponen el 87,4% del asiduidad es la fragmentación, aunque también se NMI total. El resto de las especies representadas en han registrado otros procesos como la incrusta- esta unidad son de carácter marginal, aunque de- ción, la perforación, la carbonificación y el encos- ben reseñarse los resultados obtenidos para el eri- tramiento. La cantidad de restos quemados en la zo de mar Paracentrotus lividus (Lamarck, 1816), especie P. lineatus es del 77%, mientras que en el

80 A G-E, I G  -Z , M  R.G-M

Taxón UE 108 Bivalvos marinos NR NR% NMI NMI% NMI/dm3 Peso (g) Mytilus sp. 571 0,9 14 0,6 0,6 43,2 Total 571 0,9 14 0,6 0,6 43,2 Gasterópodos marinos NR NR% NMI NMI% NMI/dm3 Peso (g) Littorina saxatilis 1 0,002 1 0,04 0,05 0,9 Phorcus lineatus 2895 4,5 329 14,5 15,0 721,5 Gibbula umbilicalis 1 0,002 1 0,04 0,05 1,2 Gibbula sp. 24 0,04 15 0,7 0,7 4,8 Nassarius incrassatus 1 0,002 1 0,04 0,05 1,1 Patella vulgata 536 0,8 536 23,7 24,4 590,4 Patella depressa 230 0,4 230 10,2 10,5 231,3 Patella ulyssiponensis 32 0,0 32 1,4 1,5 45,6 Patella sp. 14988 23,1 853 37,7 38,8 1493 Total 18708 29 1998 88,2 91 3090 Gasterópodos terrestres NR NR% NMI NMI% NMI/dm3 Peso (g) Cepaea nemoralis 717 1,1 26 1,1 1,2 11,7 Familia Clausiliidae 2 0,003 2 0,09 0,09 Cochlostoma sp. 112 0,2 101 4,5 4,6 Oestophorella buvinieri 4 0,006 3 0,1 0,1 Familia Zonitidae 1 0,002 1 0,04 0,05 Orden Pulmonata 239 0,4 1 0,04 0,05 Pomatias elegans 107 0,2 23 1 1 Total 1182 1,8 157 6,9 7,1 29,8 Crustáceos NR NR% NMI NMI% NMI/dm3 Peso (g) Brachyura sp. 25 0,04 6 0,3 0,3 6,8 Balanus sp. 1 0,002 1 0,04 0,05 0,2 Equinodermos NR NR% NMI NMI% NMI/dm3 Peso (g) Paracentrotus lividus 40412 62,3 89 3,9 4,05 432,5 No identi cados 396 0,6 0 0 0 TOTAL 64907 100 2265 100 103 3602,3

Tabla 1. Cuanti cación (NR, NMI, peso, frecuencias relativas y densidad) de los taxones identi cados.

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Figura 3. Índices de fragmentación de las diferentes especies (valores bajos reejan una alta fragmentación). género Patella es del 20,1%. El IF ha sido calcula- el rocoso, con un 98,7%, siendo minoritaria la do de manera exclusiva con los datos procedentes recolección en fondos arenosos (0,1%) o en áreas del análisis del material recogido en las mallas de terrestres (1,2%). La mayor parte de los recursos 2 y 4 mm, para así poder comparar la información litorales recuperados proceden del área interma- recabada con aquella que ha sido presentada para real (Fig. 4B). La fórmula de Bailey y Craighead otros yacimientos de la región cantábrica, donde (2003) para calcular la posición en la vertical de P. no se ha realizado un cribado con la malla de 1 vulgata, sugiere que los taxones de esta especie fue- mm. El taxón que presenta un mayor IF es Cepaea ron recogidos preferentemente en las zonas media nemoralis (Linnaeus, 1758), seguido de Mytilus sp. y baja del intermareal (78,8%). El género Patella y la especie P. lineatus también presentan una alta fragmentación (Fig. 3). El estudio biométrico ha permitido conocer los tamaños (en mm) medios de P. lineatus, P. vulga- El NMI de los diferentes taxones y sus hábitats ta y Patella depressa Pennant, 1777 (Tabla 2). El preferentes sugieren que se produjo un aprovecha- análisis estadístico y la aplicación del test Shapiro- miento mayoritario de zonas de costa abierta (Fig. Wilk han indicado que la distribución de los ta- 4A). La ecuación de Bailey y Craighead (2003) maños no es normal ni log-normal en las especies indica que el 98,1% de los taxones de Patella vul- P. lineatus (Fig. 5A) y P. vulgata (Fig. 5B), al tiem- gata Linnaeus, 1758 proceden de un área expues- po que presenta una asimetría positiva en ambas ta. El sustrato explotado con mayor asiduidad es especies. En cambio, la distribución de los tamaños

Figura 4. Zonas de recolección: A) Exposición de la costa y B) Zonación vertical.

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Figura 5. Representación estadística y distribución de los tamaños de A) P. lineatus; B) P. vulgata y C) P. depressa.

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Longitud Anchura Taxón n Tamaño (mm) n Tamaño (mm) P. lineatus 241 16,7 176 16,4 P. vulgata 391 24,6 397 20,1 P. depressa 168 24,5 167 19,8 P. lividus 175 9,9 175 4 (semi-pirámides) P. lividus (rótulas) 431 4,9

Tabla 2. Longitud y anchura (en mm) de las principales especies explotadas.

Mallas utilizadas Diferencias con Diferencias con 4 mm 4 -2 mm 4-2-1 mm Taxón 4 mm 4-2 mm Bivalvos marinos NMI NMI % NMI % Mytilus sp. 9 14 35,7 14 0 Total Bivalvos 9 14 35,7 14 0 Gasteróp. marinos NMI NMI % NMI % Littorina saxatilis 0 1 100 1 0 Phorcus lineatus 326 329 0,9 329 0 Gibbula umbilicalis 1 1 0 1 0 Gibbula sp. 13 15 13,3 15 0 Nassarius incrassatus 1 1 0 1 0 Patella vulgata 536 536 0 536 0 Patella depressa 230 230 0 230 0 Patella ulyssiponensis 32 32 0 32 0 Patella sp. 633 853 25,8 857 0,5 Total Gast. marinos 1772 1998 140 2002 0,2 Gasteróp. terrestres NMI NMI % NMI % Cepaea nemoralis 6 26 76,9 26 0 Familia Clausiliidae 0 2 100 2 0 Cochlostoma sp. 11 101 89,1 101 0 Oestophorella 3 3 0 3 0 buvinieri Familia Zonitidae 0 1 100 1 0 Orden Pulmonata 1 1 0 1 0 Pomatias elegans 11 23 52,2 23 0 Total Gast. terrestres 32 157 79,6 157 0 Crustáceos NMI NMI % NMI % Orden Brachyura 2 6 66,7 6 0 Balanus sp. 0 1 100 1 0 Equinodermos NMI NMI % NMI % Paracentrotus lividus 21 61 65,6 89 31,5 TOTAL 1836 2237 17,9 2269 1,4

Tabla 3. NMI recuperados empleando diferentes tamaños de mallas y las diferencias porcentuales si no se considerarían los restos procedentes de las mallas de 2 y 1 mm.

84 A G-E, I G  -Z , M  R.G-M es normal para el taxón P. depressa (Fig. 5C). El 2009). Los datos obtenidos para la UE 108 de El análisis biométrico de los tamaños (en mm) de P. Mazo se encuentran en sintonía con el patrón des- lividus ha sido realizado sobre los dos elementos crito, ya que no se han hallado restos de L. littorea diagnósticos más abundantes: las semi-pirámides y y el porcentaje de P. lineatus es similar al documen- las rótulas (Tabla 2). tado en los yacimientos mesolíticos cercanos de Poza l´Egua (Llanes, Asturias) (Arias et al., 2007) En este análisis arqueomalacológico se han es- o Mazaculos II (Ribadedeva, Asturias) (Gutiérrez tudiado de manera independiente los materiales Zugasti, 2009), aunque, en La Llana (Llanes, Astu- recuperados en las mallas de 4, 2, 1 y 0,5 mm para rias) la aportación porcentual de P. lineatus es muy así cuantificar el NMI que se perdería en el caso de superior (Gutiérrez Zugasti, 2009). A diferencia no utilizar los tamaños más pequeños. El porcen- de lo que ocurre en los yacimientos citados, donde taje de NMI perdido entre el análisis de los restos los porcentajes de P. depressa son similares a los de procedentes exclusivamente de la malla de 4 mm y P. vulgata, en la UE 108 de El Mazo la importancia usando también la de 2 mm es especialmente rese- cuantitativa de P. vulgata es superior a la de P. d e - ñable en el género Patella y en la especie P. lividus. pressa, aunque la presencia de este segundo taxón La aportación de mayor interés al emplear el mate- permite corroborar un aumento cuantitativo de rial recuperado en la malla de un 1 mm se produce esta especie a inicios del Holoceno. en P. lividus (Tabla 3). El análisis del material re- cuperado mediante el tamizado de 0,5 mm no ha El resto de los taxones identificados en la UE reportado ningún elemento diagnóstico. 108 se encuentran en proporciones meramente testimoniales. A pesar de su baja proporción, las especies C. nemoralis y P. lividus merecen una con- 4. Discusión sideración pormenorizada. La presencia de cara- coles terrestres en los yacimientos arqueológicos 4.1. Representación taxonómica a manudo tiene un origen intrusivo, como ocurre en la UE 108 de El Mazo, si bien en ocasiones se Los resultados obtenidos sugieren que la explo- ha documentado su recogida y consumo por gru- tación malacológica está definida por una notable pos humanos, como en el nivel aziliense de La especialización, centrándose ésta en el género Pate- Fragua (Santoña, Cantabria) (Gutiérrez Zugasti, lla y la especie P. lineatus. Esta información está en 2009; 2011d) o en los niveles mesolíticos de Are- sintonía con los estudios desarrollados para aque- nal de la Virgen y Casa Corona (Villena, Alicante) llas áreas de la región cantábrica exentas de estua- (Fernández-López de Pablo et al., 2011). Al tiem- rios, donde estos taxones siempre suponen más del po, la presencia de C. nemoralis permite obtener 80% del NMI durante el Mesolítico (Álvarez Fer- datos paleoclimáticos, ya que están relacionados nández et al., 2013; Gutiérrez Zugasti, 2009). Esta con áreas kársticas y húmedas, y con bosques ca- especialización es consecuencia de la necesidad de ducifolios, característicos del Holoceno (Kerney proceder a una explotación sistemática de los mo- y Cameron, 1999). La cantidad de erizos de mar luscos propios de un sustrato rocoso y de zonas de recuperados en la región cantábrica habitualmen- costa abierta, donde los dos taxones señalados son te es escasa, salvo en el nivel mesolítico de Areni- predominantes. llas (Islares, Cantabria), donde se documentaron 243 individuos (2,3%) (Gutiérrez Zugasti, 2009) La proporción de los diferentes taxones también y los niveles Magdaleniense Final y Aziliense de tiene un interés paleoclimático, ya que determina- Santa Catalina (Lekeitio, Bizkaia) con 297 (3,7%) das especies presentan unas preferencias climáticas y 148 (3,8%) individuos, respectivamente (Gutié- definidas. Desde fines del Magdaleniense hasta el rrez Zugasti, 2014). En la UE 108 de El Mazo la Mesolítico se observa una sustitución gradual de aportación cuantitativa de esta especie es menor, Littorina littorea (Linnaeus, 1758) por P. lineatus sin embargo el porcentaje con respecto al total y un aumento de Patella ulyssiponensis Gmelin, del NMI es ligeramente superior y también lo es 1791 y P. depressa en detrimento de P. vulgata, la densidad por dm3 (Tabla 1), que en Santa Cata- aunque esta última continúa apareciendo en pro- lina fue de 1,3 para el Magdaleniense Final y 1,2 porciones considerables durante todo el Mesolíti- para el Aziliense. El hábitat preferente de estos or- co (Álvarez-Fernández, 2011; Gutiérrez Zugasti, ganismos es el intermareal bajo y el submareal, lo

85 A       108  C... que dificulta su captura. Esta idea sugiere una po- sea muy elevado (43% del NMI total de lapas), im- sible diversificación e intensificación en la captu- posibilitando así su correcta identificación a nivel ra de recursos marinos (Gutiérrez Zugasti, 2009; de especie y provocando que un número importan- 2011c; 2014). te de individuos hayan debido ser incluidos en la categoría Patella sp.

4.2. Análisis tafonómico 4.3. Zonas de explotación Los procesos tafonómicos de la UE 108 son similares a los documentados en otros registros El NMI de los diferentes taxones recuperados y cantábricos (Gutiérrez Zugasti, 2009). El encos- las zonas de hábitat de estos organismos sugieren tramiento del material arqueológico se observa en que se produjo una explotación importante de la su mayor parte en el cuadro X15, más expuesto a costa abierta (Fig. 4A). El significativo porcentaje la precipitación de carbonato por ser la zona más que presentan los ambientes estuarinos tiene una externa del sondeo y situarse bajo la cornisa del razón metodológica, ya que P. vulgata contribuye abrigo. La carbonificación ha sido documentada a sumar en ambas zonas. No obstante, la ecuación en la totalidad del área analizada de una forma muy de regresión propuesta por Bailey y Craighead similar. Sin embargo, este agente tafonómico no (2003) indica que el 98,1% de los individuos de afectó de igual manera a todas las especies, ya que esta especie proceden de un área expuesta. Por tan- mientras el número de restos del género Patella to, se puede afirmar que la explotación del litoral carbonificados es del 20,1%, en el caso de P. linea- se centraba casi con exclusividad en la costa abier- tus es del 77%. La causa de este proceso post mor- ta, y concretamente, en las zonas más batidas por el tem en ambos taxones puede estar relacionada con: oleaje. Esta información puede ser esgrimida para a) un posible asado de los moluscos para su consu- justificar un proceso de intensificación en el apro- mo; o con b) una acumulación de las conchas en vechamientos de recursos costeros, ya que desde las inmediaciones de los hogares, propiciando así fines del Paleolítico Superior se aprecia un paula- su característica coloración negruzca. Los datos su- tino incremento de la explotación malacológica en gieren que la posibilidad con mayor verosimilitud aquellas áreas más expuestas del litoral, y por ende es la segunda, aunque la mayor carbonificación de más peligrosas (Gutiérrez Zugasti, 2010). los restos de P. lineatus también podría estar rela- cionada con su asado para el consumo alimenticio, Los datos referentes a la zonación vertical su- ya que, a diferencia del género Patella, la extrac- gieren una explotación centrada en el intermareal, ción de este molusco requiere de su muerte previa. siendo muy similar la contribución de las diferen- tes zonas (Fig. 4B). La aplicación de la fórmula El estudio de la fragmentación muestra que los elaborada por Craighead para P. vulgata (Bailey y índices de Patella sp. y P. lineatus son bajos (Fig. Craighead, 2003) indica que el 78,8% de los indi- 3), lo que evidencia una alta fragmentación, supe- viduos de esta especie proceden de la zona media- rior a la media del resto de yacimientos de la región baja del intermareal. Este porcentaje contrasta con cantábrica (Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011c). La los obtenidos para otros yacimientos del Magda- causa de esta elevada fragmentación podría estar leniense Superior Final y del Aziliense en la re- relacionada con una alta ocupación de la cavidad gión cantábrica, momentos en los que se observa a inicios del Mesolítico, ya que: a) no se han docu- una igual explotación de P. vulgata en zonas altas mentado desplazamientos o movimientos geológi- y bajas del intermareal (Gutiérrez Zugasti, 2010). cos que pudieran causar la alta fragmentación; b) Los resultados sugieren que se produjo una explo- el porcentaje de restos carbonificados en el caso del tación importante de la zona de más difícil acceso género Patella no es lo suficientemente alto para y que, al menos en la especie P. vulgata, el uso de haber generado esa degradación; y c) las dataciones esta zona es mayor que en los periodos previos. Al absolutas de las unidades estratigráficas correspon- igual que ocurre con la mayor explotación de zonas dientes a la base del conchero parecen corroborar expuesta y el proceso de diversificación atestigua- esta idea, ya que sugieren una rápida formación de do, la información referente a la zonación vertical los niveles inferiores. La alta fragmentación del gé- sugiere la existencia de una cierta intensificación nero Patella ha propiciado que el número de ápices en comparación con los momentos previos.

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4.4. Estudio biométrico y estadístico la malla de 1 mm para el estudio de J3, donde no se observó una pérdida del NMI con respecto a la Los tamaños de los taxones con interés bromato- malla de 2 mm (Álvarez-Fernández et al., 2010). lógico más representados (Patella sp. y P. lineatus) Los resultados presentados en este trabajo mues- se encuentran en sintonía con la información obte- tran que el NMI de P. lividus perdido supone casi nida hasta el presente para la región cantábrica. La un 32% en el caso de no contabilizar los restos me- longitud y el diámetro de los ejemplares muestran nores a 2 mm (Tabla 3). Esta desigual información una reducción de tamaños considerable con res- está causada porque la aportación cuantitativa de pecto al Paleolítico Superior (Álvarez-Fernández, P. lividus en J3 era muy escasa, hallándose exclu- 2009; Álvarez-Fernández et al., 2011; Arias et al., sivamente radiolas y fragmentos de caparazón. En 2007; Gutiérrez-Zugasti, 2011a; Ortea, 1986) y, conclusión, los datos presentados en este trabajo en términos generales, son muy similares a los del sugieren que la omisión del estudio de los restos Mesolítico (Álvarez-Fernández, 2013; Álvarez- recogidos en las mallas de 1 mm podría significar Fernández et al., 2011; Arias et al., 2007; Gutié- una pérdida considerable de los elementos diag- rrez-Zugasti, 2011a). Estos datos sugieren que la nósticos más pequeños y por tanto una infrarre- presión sobre los recursos costeros ha aumentado presentación del NMI. con respecto a los periodos previos. Sin embargo, todavía no parece que esta intensificación sea muy acusada, ya que el estudio estadístico y la aplica- 5. Conclusiones ción del test Shapiro-Wilk muestran que la distri- bución de los tamaños no es normal ni log-normal El crecimiento cuantitativo y cualitativo de los en P. lineatus (Fig. 5A) y P. vulgata (Fig. 5B), y que estudios arqueomalacológicos en la región cantá- en ambos casos esta distribución presenta una asi- brica ha permitido conocer la evolución de la ex- metría positiva, lo que indica que se produce una plotación de moluscos a lo largo de la Prehistoria recolección de los ejemplares de mayor tamaño. Si en el área señalada. Las conclusiones obtenidas a bien es cierto que P. depressa (Fig. 5C) presenta partir del análisis arqueomalacológico de la UE una distribución normal, la asimetría positiva su- 108 de El Mazo están en sintonía con aquellas que giere que también se produce una captura de los in- han sido esgrimidas previamente a partir de otros dividuos más grandes y que por tanto, no se produ- contextos arqueológicos de la región cantábrica, y ce una explotación indiscriminada de este taxón. que sugieren un aumento del consumo de recursos marinos en general y malacológicos en particular Por otro lado, el análisis biométrico de P. livi- desde el Paleolítico Superior Final, alcanzado una dus (Tabla 2) refleja una reducción del tamaño de mayor importancia durante el Mesolítico e inicios las semi-pirámides con respecto a las recuperadas del Neolítico. Este trabajo ha permitido caracteri- en los niveles adscritos al Magdaleniense Superior zar el grado de explotación de moluscos, y por ende (11,1 mm), Magdaleniense Superior Final (10,8 también las características socio-económicas de los mm) y Aziliense (10,6 mm) de Santa Catalina (Gu- grupos humanos prehistóricos a inicios del Meso- tiérrez Zugasti, 2014). La reducción del tamaño de lítico en el yacimiento de El Mazo. Los resultados las semi-pirámides en relación a los contextos pre- obtenidos sugieren que las condiciones climáticas vios podría ser interpretada como otro síntoma de a inicios del Holoceno eran similares a las actuales. un proceso de intensificación en la explotación del La elevada fragmentación que presentan las con- medio marino. chas podría relacionarse con una alta ocupación de la cavidad a inicios del Mesolítico. Al tiempo, las zonas de recolección y la biometría parecen refle- 4.5. Consideraciones metodológicas jar una intensificación en la explotación del medio marino, al menos con respecto al Paleolítico Su- La mayor parte de las investigaciones arqueomala- perior y al Aziliense. No obstante, esta intensifi- cológicas desarrolladas previamente en la región cación no debió ser muy acusada, pues el estudio cantábrica han analizado el material procedente estadístico refleja una recolección de los ejempla- de diferentes tamaños de malla, siendo la de 2 mm res más grandes. El uso de los materiales proceden- la de menores dimensiones. Hasta la fecha, sólo tes de la malla de 1 mm ha permitido observar que se han considerado los materiales recuperados en se produce una pérdida significativa del NMI de

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P. lividus, cuya presencia no parece importante desde Álvarez-Fernández, E., Chauvin, A., Cubas, M., Arias, un punto de vista cuantitativo pero sí cualitativo, en P., Ontañón, R., 2011. Mollusc shell sizes in arar-- tanto en cuanto permite constatar una mayor diver- chaeological contexts in Northern Spain (13200 sificación en la explotación de los recursos litorales. to 2600 cal BC): new data from la Garma A and los Gitanos (Cantabria). Archaeometry 53 (5), 963-985. Agradecimientos Álvarez-Fernández, E., Aparicio-Alonso, M. T., Esta investigación se enmarca en el proyecto del Armendariz, Á., Ontañon, R., Arias, P., 2013. Plan Nacional de I+D+I “Tracechange: Identi ca- Étude Archéomalacologique Du Gisement Mé- ción de eventos de cambio climático abrupto y su solithique De El Truchiro (Omoño, Ribamontán impacto social durante el Pleistoceno nal y el Ho- al Monte, Cantabrie). Anthropozoologica 48 (1), loceno inicial (15.000-7000 cal BP) (HAR2013- 153-170. 46802-P)”, nanciada por el Ministerio de Econo- mía y Competitividad del Gobierno de España. Al Arias, P. Fernández-Tresguerres, J.A., Álvarez Fer- tiempo, también ha sido nanciada por la Univer- nández, E., Armendariz, A., Cueto, M., Fano, sidad de Cantabria mediante una beca predoctoral M.Á., Fernández García, R., Garralda, M.D., concedida a AGE y por el Ministerio de Economía Mensua, C., Teira, L.C., 2007. Excavación ar- y Competitividad del Gobierno de España mediante queológica de urgencia en la cueva de La Poza un contrato del programa Juan de la Cierva conce- l’Egua (Lledías, Llanes). En: Excavaciones ar- dido a IGZ. Así mismo, debemos mostrar nuestro queológicas en Asturias: 1999-2002. Consejería agradecimiento a la Universidad de Cantabria, al de Cultura del Principado de Asturias, 227-240. IIIPC, al Grupo de Ingeniería Fotónica por el apoyo proporcionado y a David Cuenca Solana, Javier Mar- Bailey, G.N., Craighead, A.S., 2003. Late Pleisto-Pleisto- tín Chivelet, Luis Teira y Patricia Bello Alonso por cene and Holocene coastal paleoeconomies: a su inestimable ayuda. reconsideration of the molluscan evidence from Northern Spain. Geoarchaeology 18 (2), 175-204.

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89 Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico: los invertebrados marinos del abrigo de El Toral III (Llanes, Asturias)

Patricia Bello-Alonso1, Lander Ozkorta-Escribano2, Igor Gutiérrez-Zugasti1

Resumen Los concheros mesolíticos que se localizan en el área del oriente de Asturias y que han sido objeto de estudio indican que los grupos de cazadores-pescadores-recolectores ejercían una intensa explotación sobre el medio lito- ral. Pese a todo, el estudio de concheros en la región no siempre ha sido llevado a cabo en detalle, principalmente, debido a las características inherentes a los propios depósitos, que generalmente aparecen cementados. En este artículo se presentan los resultados obtenidos tras el estudio de los restos de moluscos, crustáceos y equinodermos hallados en las unidades estratigrá cas 13A y 21 pertenecientes al depósito arqueológico de El Toral III (Llanes, Asturias) y fechadas en un Mesolítico avanzado. La aplicación de una metodología de análisis dividida en varias fases (clasi cación taxonómica y anatómica de los restos, cuanti cación de los mismos y análisis tafonómico) ha permitido realizar una aproximación a las formas de vida de los grupos humanos que habitaron el yacimiento du- rante el periodo indicado, así como a los patrones de explotación del medio marino y a la importancia que tuvieron estos recursos dentro de las estrategias de subsistencia de los últimos cazadores-pescadores-recolectores. Palabras clave: Arqueomalacología, Mesolítico, Recursos costeros, Invertebrados marinos, Conchero. Abstract Previous research on Mesolithic shell middens located in eastern Asturias showed that hunter- sher-gatherers practiced an intensive exploitation of coastal environments. Nevertheless, the study of shell middens in the region is usually dicult, mainly due to characteristics of the deposits, which are oen cemented. In this paper we show the results obtained through the study of molluscs, crustaceans and echinoderms found in the stratigraphic units 13A and 21 from El Toral III (Llanes, Asturias) and dated totheMesolithic. e analytical methodology was di- vided in several phases (anatomical and taxonomical identi cation, quanti cation and taphonomical analysis). Results allowed an approach to the lifestyle of human groups that inhabited the site during the Mesolithic, as well as to the patterns of exploitation of coastal environments and the importance of theseresources within the subsis- tence strategies of the last hunter- sher-gatherers. Keywords: Archaeomalacology, Mesolithic, Coastal resources, marine invertebrates, Shell midden.

1 Instituto Internacional de In estigaciones Prehistóricas de Cantabria, Universidad de Cantabria. Ed. Interfacultativo, Avda. de los Castros s/n, 39005 Santander (España). [email protected]; [email protected] 2 Universidad del País Vasco. Departamento de Estratigrafía y Paleontología, Ed. Facultad de Ciencia y Tecnología. Barrio Sarriena s/n. 48940 Leioa, Bizakaia. [email protected]

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1. Introducción yacimiento arqueológico se localiza principalmente en el abrigo exterior, que tiene unos ocho metros de lon- Las diversas investigaciones llevadas a cabo desde gitud. La intervención arqueológica en el yacimiento nales del siglo XIX hasta la actualidad dentro del se inició en 2009 con motivo de la construcción de la marco atlántico europeo señalan que los recursos ma- Autovía del Cantábrico, ya que el trazado inicial su- rinos en general y la recolección de moluscos en par- ponía la destrucción de esta cavidad. Las características ticular han sido una de las principales fuentes de ali- del abrigo hicieron que éste se dividiera en dos grandes mentación a las que ha recurrido el ser humano desde áreas diferenciadas, la zona A y la zona B. La primera tiempos remotos (Gutiérrez-Zugasti et al., 2011). En el se localiza en la parte sur de la cavidad mientras que caso concreto de la región cantábrica, los depósitos de la segunda se ubica en la parte norte del yacimiento. conchero aparecen, fundamentalmente, desde el Paleo- La excavación del yacimiento puso de mani esto la lítico Superior hasta el Neolítico y en menor medida existencia de diferentes unidades estratigrá cas (UE), en periodos posteriores (Leoz y Labadía, 1984; Altuna, la mayor parte de ellas de conchero, en las que se han 1985; Madariaga & Fernández-Pato, 1985; Moreno y recuperado diferentes materiales. Asimismo se ha iden- Morales, 1987; Álvarez-Fernández, 2011, 2012; Álva- ti cado la existencia de agujeros de poste relacionados rez-Fernández et al., 2013; Gutiérrez-Zugasti, 2011a). con las ocupaciones mesolíticas (Noval Fonseca, 2014). No obstante, las evidencias arqueológicas parecen indi- Los materiales analizados en este estudio proceden de car que fue durante el Mesolítico cuando se produjo un la UE 13A, cuadro O6, subcuadros C y D (Zona A) y aprovechamiento más sistemático de moluscos (Ortea, de la UE 21, cuadro M9, subcuadros A y B (Zona B). 1986; Bailey y Craighead, 2003; Arias et al., 2007; Ál- Las dataciones por radiocarbono sitúan estos depósitos varez Fernández, 2011; Gutiérrez-Zugasti, 2011a), rea- en un Mesolítico avanzado (Tabla 1). lidad especialmente visible en el Oriente de Asturias a lo largo del intervalo temporal denominado como As- La metodología de análisis aplicada para evaluar los turiense (Vega del Sella, 1923; Clark, 1976; González restos de moluscos y otros recursos litorales es la pro- Morales, 1982). puesta inicialmente por Moreno (1994) y completa- da después por Gutiérrez Zugasti (2009). Asimismo, En este artículo se presentan los resultados del aná- también se ha recurrido a bibliografía especializada lisis de los moluscos, equinodermos y crustáceos pro- para llevar a cabo el primer paso del estudio, la iden- cedentes de las unidades estratigrá cas 13A y 21 de la ti cación taxonómica y anatómica de los restos (Fe- cueva de El Toral III (Llanes, Asturias). El objetivo de chter & Falkner, 1993; Lindner, 1983). Esta primera este análisis es aportar nueva información sobre las ca- parte del estudio ha permitido clasi car el material racterísticas, tanto sociales como económicas, de los úl- malacológico dentro de diferentes categorías de frag- timos cazadores-pescadores-recolectores que habitaron mentación. A partir de dichas categorías se ha calcula- la zona oriental de la costa asturiana, pues a pesar de do el número de restos (NR) y el número mínimo de la larga tradición investigadora existente en esta zona, individuos (NMI) con el objetivo de obtener infor- aún son muchas las cuestiones por resolver. Al mismo mación sobre la representación de cada una de las es- tiempo, a partir de los datos obtenidos también se bus- pecies dentro del conjunto. También se han documen- ca aportar nuevas perspectivas sobre el aprovechamien- tado los principales procesos tafonómicos (Fernández to de los moluscos, las estrategias de explotación y la López, 1999) que han afectado a las conchas y se ha importancia de estos recursos dentro de la dieta de los calculado el índice de fragmentación (IF) siguiendo el grupos humanos. método propuesto por Gutiérrez Zugasti (2009).

Finalmente, a partir del NMI de cada taxón, y con- 2. Material y métodos siderando el hábitat preferente de cada uno de ellos, se han establecido las zonas de recolección en lo re- La cueva del El Toral III se localiza en la parroquia ferente a la zonación, exposición y sustrato (Gutié- de Andrín (Llanes, Asturias), dentro de la Región Can- rrez Zugasti, 2009). Al mismo tiempo, también se ha tábrica (Fig. 1) y dista 1 km de la franja litoral. Se trata utilizado tanto la ecuación propuesta por Craighead de una cavidad pequeña, de corto desarrollo relativo, ya (1995) para establecer el grado de exposición de las que a los pocos metros de la entrada se abre un socavón zonas en las que se recogió la especie Patella vulgata de tamaño considerable que impide el paso pero que como la ratio Longitud/Altura para poder determinar conecta la cavidad con el resto del sistema kárstico. El la zonación vertical de esta misma especie.

92 P B-A, L O­-E, I G  -Z  Figura de El Toral. de la cueva 1. Localización

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Fecha Mediana U.E. Material Lab Ref Des. Est. Intervalo cal BP Método BP cal BP 21 Carbón UGAMS-5401 6750 30 7662 7573 7607 C14 AMS Hueso 21 UGAMS-5400 7080 30 7782 7615 7690 C14 AMS humano 13A Hueso ICA-0802 7000 40 7935 7735 7839 C14 AMS

Tabla 1. Dataciones por radiocarbono disponibles para las UEs 13A y 21. La calibración se ha llevado a cabo utilizando el soware Oxcal 4.2 y la curva de calibración Intcal2013.

3. Resultados presentada (29,4%) mientras que el mejillón Mytilus gallopro incialis, el percebe Pollicipes pollicipes, el erizo 3.1 UE 13A de mar Paracentrotus lividus, los balanos Balanus sp., los cangrejos Brachyura sp., y otros gasterópodos como 3.1.1 Representación de especies Gibbula sp. y Nassarius sp. presentan los porcentajes más bajos. Los estimadores de abundancias resultantes de la UE 13A (Tabla 2) muestran un claro predominio de las lapas del género Patella en general (66,9%) y dentro 3.1.2 Procesos tafonómicos de éste, de la especie Patella depressa (23,6%) en par- ticular, siendo su representación en el conjunto supe- Todo el conchero ha sido afectado por diversos rior a Patella vulgata (14,5%) y a Patella ulyssiponensis procesos tafonómicos. Al encontrarse estos restos (3,3%). No obstante, si se toman los datos por especies, dentro de la cueva han sufrido erosión por el agua, el caracolillo Phorcus lineatus sería la especie más re- biodegradación, bioerosión, fragmentación y al-

Taxones UE 13A Sc. C/D UE 21 Sc. A/B Bivalvos marinos NR NMI %NMI NR NMI %NMI Mytilus 2634 44 0,9 1803 127 1,6 gallopro incialis Total Bivalvos 2634 44 0,9 1803 127 1,6 Gasterópodos marinos NR NMI %NMI NR NMI %NMI Phorcus lineatus 5548 1431 29,4 769 346 4,3 Gibbula umbilicatis 24 6 0,1 11 11 0,1 Haliotis sp. 2 1 0,02 15 1 0,01 Nassarius sp. 5 5 0,1 0 0 0 Patella vulgata 706 706 14,5 1392 1392 17,1 Patella depressa 1149 1149 23,6 3887 3887 47,8 Patella ulyssiponensis 160 160 3,3 1180 1180 14,5 Patella sp. 34653 1242 25,5 9313 1119 13,8 Total gasterópodos 42247 4700 97 16567 7936 97,61 marinos Crustáceos NR NMI %NMI NR NMI %NMI Orden Brachyura 132 3 0,1 23 1 0,01 Balanus sp. 92 87 1,8 0 0 0 Pollicipes pollicipes 120 26 0,5 246 40 0,5 Equinodermos NR NMI %NMI NR NMI %NMI Paracentrotus lividus 2255 7 0,1 8274 26 0,3 TOTAL 47480 4867 100 26913 8130 100

Tabla 2. Representación de taxones presentes en las UEs 13A y 21 (frecuencias absolutas y relativas del NR y NMI).

94 P B-A, L O­-E, I G  -Z  teraciones térmicas. El índice de fragmentación 3.2 UE 21 para P. lineatus es de 0,233, para el género Patella es de 0,066 y para M. gallopovincialis es de 0,017 3.2.1 Representación de especies (Fig. 2A). El porcentaje de restos quemados es del 73% (Fig. 2B). Los estimadores de abundancias resultantes de la UE 21 (Tabla 2) muestran un claro predominio del gé- nero Patella en general (93,2%) y dentro de éste, la es- 3.1.3 Áreas de recolección pecie con mayor representación es P. depressa (47,8%) en particular, siendo su representación en el conjun- Los estudios sobre las zonas de recolección indi- to superior a P. vulgata (17,1%) y a P. ulyssiponensis can que la recogida se llevó a cabo mayoritariamente (14,5%). El resto de taxones representados, como M. en el sustrato rocoso (99%). A su vez, el análisis reve- gallopro incialis, P. lineatus, Gibbulaumbilicalis, Ha- la que la explotación se llevó a cabo en costa abierta liotis tuberculata, P. pollicipes, Brachyura sp. y P. lividus ya que el 82,2% de los taxones identi cados habitan solo suponen el 6,8% del total dentro del conjunto. en esas zonas (Fig. 3A). En esta dirección apuntan también los resultados de la ecuación de exposición aplicada a las medidas de P. vulgata, ya que indican 3.2.2 Procesos tafonómicos un 93,7% de recolección en costa abierta y sólo un 6,3% en zonas abrigadas (Tabla 3). El análisis de la Los procesos tafonómicos más comunes y con ma- zonación vertical reeja una explotación centrada yor presencia son, fundamentalmente, la biodegrada- en el intermareal (95,8%). Dentro del mismo, se ción, el encostramiento y la fragmentación, aunque en aprecian porcentajes similares para las tres zonas, menor medida también se han encontrado restos afec- alta, media y baja (Fig. 3B). A su vez, los análisis de tados por alteraciones térmicas y la abrasión. El índice zonación sobre P. vulgata reejan que se recogieron de fragmentación señala que la especie M. gallopro in- mayoritariamente en zonas bajas (81,7%) (Tabla 3). cialis es, con diferencia, el taxón con mayor fragmenta- ción (0,07), mientras que los índices para Patella sp. y P. lineatus son 0,382 y 0,357 respectivamente (Fig. 2A).

Figura 2. A) Índice de fragmentación de las principales especies Figura 3. Zonas de recolección de moluscos en las UEs 13A y presentes en las UEs 13A y 21. 0= máxima fragmentación, 1= 21. A) Exposición: proporción de especies recogidas en zonas mínima fragmentación; B) Proporción de restos quemados expuestas y abrigadas; B) Zonación: proporción de especies (NRQ) y no quemados (NRnQ) en ambas UEs. recogidas en el supramareal, intermareal e inframareal.

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Zonación Exposición UE N Zona Alta Zona Baja Costa Expuesta Costa Abrigada 13A 525 18,3% 81,7% 93,7% 6,3% 21 358 19,7% 80,3% 99,3% 0,7%

Tabla 3. Zonas de recolección (zonación y exposición) de Patella vulgata a partir de las ecuaciones de regresión propuestas por Craighead (1995).

En cuanto a la presencia de restos quemados, éstos solo ambas UEs, pues en la 13A suponen un 66,9% sobre representan el 18,3% sobre el total de restos (Fig. 2B). el total y en la 21 representan un 93,2%. Para el caso de la UE 21 nos encontramos con que el género Pa- tella, por un lado, supera notablemente las cantidades 3.2.3 Áreas de recolección que presentan niveles de otros yacimientos como, por ejemplo, La Llana (50,8%) o La Trecha (56%), y, por Los resultados muestran que la explotación se llevó otro, presenta un porcentaje ligeramente más alto que a cabo, fundamentalmente, en sustrato rocoso (99,9%). Mazaculos II (82,8%) y La Fragua (82,6%) (Gutiérrez Los datos obtenidos para la determinación del área de Zugasti, 2009). En el caso de la UE 13A las diferencias exposición evidencian un claro predominio de la reco- porcentuales con los yacimientos mencionados, funda- gida de especies propias de áreas de costa abierta (82%) mentalmente, con La Llana y La Trecha, se muestran (Fig. 3A). Aplicando la fórmula de regresión para de- menos acusadas. terminar la zona de recogida de la especie P. vulgata se aprecia que los individuos recogidos en la zona expues- A pesar de las diferencias entre ambos niveles, P. d e - ta (99,3%) son netamente superiores a los individuos pressa es la especie más representada y los gasterópodos recogidos en la zona abrigada (Tabla 3). La estimación en su conjunto son el grupo con mayor presencia. En de la zonación vertical reeja un predominio de la ex- este sentido, los datos de ambas unidades concuerdan plotación del intermareal, especialmente de la zona con la información obtenida en otros yacimientos del baja (Fig. 3B). Aplicando la fórmula para el cálculo de Mesolítico Asturiense como La Riera, Poza l´Egua, la zonación para la especie P. vulgata, se evidencia que Mazaculos II, El Mazo y La Llana. En éstos se ha cons- las lapas se recogieron principalmente en la zona baja tatado que la suma de individuos del género Patella y P. del intermareal (80,3%) (Tabla 3). lineatus siempre superan el 80% del NMI, siendo bas- tante bajo el porcentaje presentado por otros taxones habituales como, por ejemplo, el mejillón M. gallopro- 4. Discusión vincialis, el erizo de mar P. lividus o los restos de crustá- ceos (Brachyura sp., P. pollicipes) (Ortea, 1986; Arias et 4.1 Representación de especies al., 2007; Gutiérrez Zugasti, 2009; Álvarez-Fernández et al., 2013). Los datos proporcionados a partir del Comparando los resultados obtenidos para cada análisis arqueomalacológico de las UEs 13A y 21 de El nivel se observan notables diferencias en cuanto a la Toral III, junto con los resultados obtenidos en otros representatividad de cada una de las especies presen- trabajos sobre yacimientos de similares característi- tes, así pues, mientras en la UE 13A el porcentaje de cas dentro de la región cantábrica, parecen mostrar la P. lineatus es de un 29,4% sobre el total, en la UE 21 la existencia de una clara tendencia hacia la recolección representatividad de esta especie es del 4,3%. La impor- de unos determinados taxones (con predominio de tancia cuantitativa de este gasterópodo en la primera lapas y caracolillos), producto probablemente del tipo UE señalada es superior a la obtenida en algunos nive- de costa presente en la zona oriental de Asturias, con les de otros yacimientos mesolíticos con características predominio de las zonas rocosas de costa abierta, en las similares como, por ejemplo, La Trecha y Mazaculos II que proliferan esos taxones. (Gutiérrez Zugasti, 2009). En cambio, en la UE 21 el porcentaje de esta especie es menor que en dichos ya- cimientos y solo supera las cantidades documentadas 4.2 Procesos tafonómicos en La Fragua (Ortea, 1986; Arias et al., 2007; Gutié- rrez Zugasti, 2009). Así mismo, también encontramos Los procesos tafonómicos con mayor relevancia en que la proporción del género Patella es diferente entre las dos UEs analizadas son la fragmentación, la biode-

96 P B-A, L O­-E, I G  -Z  gradación, el encostramiento y la carboni cación. El Zugasti, 2009, 2010, 2011a). La información relativa estudio de la fragmentación, ha permitido observar al sustrato y la recogida sistemática en zonas de costa diferencias entre las UEs analizadas en este trabajo y abierta debe ser vinculada a la morfología de la costa también con respecto a otros yacimientos de la región y la lejanía de zonas estuarinas, pues las más cercanas cantábrica donde se ha aplicado esta metodología. En en la actualidad se sitúan a más de 20 kilómetros, dis- el caso de M. gallopro incialis, el IF es similar para las tancia no rentable para el transporte de los moluscos al dos UEs estudiadas y para aquellos obtenidos en otros yacimiento. La explotación preferente (aunque no ex- registros arqueológicos como Mazaculos II (Gutiérrez clusiva) de zonas expuestas y bajas del intermareal (más Zugasti, 2009, 2011b). El índice que presenta P. linea- peligrosas y difíciles de explotar) probablemente indica tus es más alto en la UE 13A que en la UE 21, pero en la existencia de cierta intensidad en la recogida de in- ambos casos se muestran índices más bajos (y por tan- vertebrados marinos o un aprovechamiento concreto to una mayor fragmentación) que los obtenidos en ni- durante los períodos de mareas vivas. veles mesolíticos de otros yacimientos de la zona de es- tudio. En el caso de Patella sp. los resultados de ambos niveles son dispares, pues en la UE 13A es más bajo 5. Conclusiones que en otros registros, mientras que la UE 21 muestra un índice que está en sintonía con los datos obtenidos En términos generales, los datos obtenidos mues- en otros yacimientos (Gutiérrez-Zugasti, 2011b). Las tran que ambos niveles tienen la composición típica razones que se pueden relacionar con este proceso son presentada por otros yacimientos adscritos al Mesolí- diversas si atendemos a todo el conjunto de activida- tico Asturiense. La representación de especies con rma des antrópicas y procesos naturales que, comúnmente, la existencia de un patrón en esta zona para el periodo se generan en un yacimiento. Así pues, entre los diver- que nos ocupa, es decir, de nuevo, los gasterópodos en sos motivos puede estar el de una intensa ocupación general y la especie Phorcus lineatus y el género Patella de la cueva, el uso de los moluscos como útil y/o la se presentan como los taxones más recolectados. Los intensidad de ciertos procesos naturales como, por procesos tafonómicos identi cados, fundamentalmen- ejemplo, la biodegradación o el encostramiento (Gu- te, fragmentación y alteración térmica, junto a las data- tiérrez Zugasti 2009, 2011b). Así mismo, la fragmen- ciones obtenidas, al hallazgo de evidencias de diversas tación del material también podría relacionarse con la actividades desarrolladas en el yacimiento y la existen- exposición de las conchas al fuego y la aparición de cia de estructuras (agujeros de poste) parecen apuntar restos carbonizados, pues este proceso afecta al mate- hacia una ocupación del abrigo sino continuada sí pro- rial analizado, aunque de forma desigual, siendo leve longada en el tiempo. Al tiempo, las alteraciones que para la UE 21 (18,3%) y bastante notoria para la UE presentan la mayor parte de los restos malacológicos a 13A (73%). La carboni cación de los individuos pue- consecuencia de la acción de agentes físico-químicos de deberse o relacionarse con dos causas: a) el asado de y geológicos, principalmente biodegradación y encos- los moluscos en hogares o b) la realización de los hoga- tramiento, indican que el material arqueológico estuvo res sobre el depósito de conchas. Este planteamiento, expuesto a la circulación de agua, como suele ser habi- vinculado al uso de las cuevas como zona de hábitat, tual en contextos kársticos. se encuentra en sintonía con otros datos que se tienen para este yacimiento, como es la presencia de agujeros Atendiendo tanto a los valores resultantes que han de poste (Gutiérrez-Zugasti et al. 2011), o para otros permitido concretar el área de exposición como a los cercanos, como el conchero de El Mazo, donde se datos obtenidos para la determinación del sustrato, se han documentado vestigios de hogares in situ (Gutié- evidencia una clara explotación de las zonas expuestas rrez-Zugasti et al., 2014). y del ámbito rocoso. Así mismo, la zonación vertical señala una recolección de moluscos localizada concre- tamente en la franja intermareal en general y en la zona 4.3 Áreas de recolección baja de la misma en particular. De este modo, se puede observar un área de captación de moluscos muy concre- Los datos disponibles en ambos niveles sugieren que ta, lo cual es comprensible si se tiene en cuenta que esta la recolección se llevó a cabo preferentemente en zo- zona costera no alberga estuarios. nas rocosas, expuestas y bajas del intermareal, al igual que ocurre en otros yacimientos mesolíticos como La A pesar de que aún resultan escasos los análisis Llana, Mazaculos II, La Fragua y La Trecha (Gutiérrez arqueomalacológicos llevados a cabo en detalle, los

97 U              M... datos obtenidos hasta el momento para la región Álvarez Fernández E., 2012. Análisis de los recursos cantábrica indican que, fundamentalmente, duran- marinos de la Cueva de Tito Bustillo (Ribadese- te el Mesolítico los recursos litorales se convirtieron lla, Asturias): campañas de 1983, 1983 y 1986. en un recurso alimenticio importante y constante Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos dentro de la dieta de los últimos grupos de cazado- 179-180, 9-27. res-pescadores-recolectores (Ortea, 1986; Bailey y Craighead, 2003; Arias et al., 2007; Álvarez-Fer- Álvarez-Fernández, E.; Aparicio-Alonso, T; Armen- nández, 2011; Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011a). Al dáriz, A.; Ontañón, R. y Arias, P., 2013. Étude tiempo, si se tienen en cuenta tanto los resultados archéomalacologique du gisement mésolithique obtenidos a través de los análisis de isótopos estables de El Truchiro (Omoño, Ribamontán al Monte, para determinar tanto las paleodietas (Arias, 2006) Cantabrie). Anthropozoologica 48 (1), 153-170. como la estacionalidad (Deith, 1983; Deith y Shac- kleton, 1986; Craighead, 1995), se entiende que, Arias, P., 2006. Determinaciones de isótopos esta- junto la caza de mamíferos terrestres (Marín Arro- bles en restos humanos de la Región Cantábrica. yo, 2004; 2013; Marín Arroyo y González Morales, Aportación al estudio de la dieta de las poblacio- 2009) y la recolección de frutos y plantas (López nes del Mesolítico y el Neolítico. Munibe 57 (3), Dóriga, 2013), el medio marino se con guró como 359-374. una zona clave en la estrategia de explotación y de subsistencia de los grupos de cazadores-pescadores- Arias, P. Fernández-Tresguerres, J.A., Álvarez-Fer- recolectores mesolíticos. nández, E., Armendariz, A., Cueto, M., Fano, M.Á., Fernández-García, R., Garralda, M.D., Mensua, C., Teira, L.C., 2007. Excavación ar- Agradecimientos queológica de urgencia en la cueva de La Poza l’Egua (Lledías, Llanes), Excavaciones arqueo- Esta investigación se ha desarrollado en el marco del lógicas en Asturias: 1999-2002. Consejería de proyecto del Plan Nacional de I+D+I “Tracechange: Cultura del Principado de Asturias, Oviedo, Identi cación de eventos de cambio climático abrup- 227-240. to y su impacto social durante el Pleistoceno nal y el Holoceno inicial (15.000-7000 cal BP) (HAR2013- Bailey, G. N. y Craighead, A. S., 2003. Late PleistoPleisto-Late - 46802-P)”, nanciado por el Ministerio de Economía cene and Holocene coastal palaeoeconomies: A y Competitividad del Gobierno de España. Uno de los Reconsideration of the molluscan evidence from autores (IGZ) es investigador del programa Juan de la northern Spain, Geoarchaeology 18 (2), 175-204. Cierva, nanciado por el mismo ministerio. Asimismo, agradecemos a las siguientes instituciones y personas su Craighead, A. S., 1995. Marine Mollusca as Paleoen- ayuda durante la realización de la investigación: IIIPC, vironmental and Paleoeconomic Indicators in Universidad de Cantabria, UTE Pendueles-Llanes, Ma- Cantabrian Spain. Tesis doctoral inédita, Uni- ría Noval y Manuel R. González Morales. versity of Cambridge, Cambridge.

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99 Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la costa Atlántica del oeste de Francia

David Cuenca Solana1, Catherine Dupont1, Gwenaëlle Hamon2

Resumen Tradicionalmente el uso de instrumentos de concha por los grupos humanos ha sido vinculado, sobre todo a par- tir del estudio de estos instrumentos en grupos de cazadores-recolectores, con el desarrollo de acciones expeditivas y poco especializadas. A través del empleo de metodología de análisis funcional se ha realizado el estudio del ma- terial arqueomalacológico recuperado en Diconche (Saintes, Charente-Maritime, Francia) asignado cronológica- mente al Neolítico nal. Los resultados obtenidos muestran el uso de conchas para el desarrollo de diferentes fases de la producción cerámica, en procesos de trabajo estandarizados y empleando un mismo útil de forma recurrente durante varios ciclos productivos. La información obtenida contribuye a replantearnos el rol de estos instrumentos dentro de los medios de producción empleados por los grupos que desarrollaron la explotación de los recursos li- torales durante el Neolítico. Un momento en el que el incipiente proceso de sedentarización pudo desempeñar un papel clave en algunas de las transformaciones relacionadas con la gestión de su utillaje. Palabras clave: Análisis funcional, malacología, Neolítico, costa atlántica, cerámica. Abstract Research on shell tools used by human groups has focused mainly in hunter-gatherer societies so far, with limited interest in their use by food producers. e use of these tools has been linked to the development of expeditious and not very specialised actions. Shell material recovered in the archaeological site of Diconche (Saintes, Charen- te-Maritime, France), dated to the Neolithic, was studied using use wear methodology. e results showed the use of shell tools at di erent phases of the ceramic production, in standardized work processes. e great development of use-wear traces in these instruments suggests, through information obtained from analytical experimentation, the use of these implements for several productive cycles. is information contributes to re-assess the role played by shell tools in human groups during the Neolithic. A time when the new settlement patterns could have played a key role in some of the changes related to tool management. Keywords: Use wear, malacology, Neolithic, Atlantic coast, ceramic.

1 Centre de Recherche en Archéologie Archéosciences Histoire, UMR 6566 CNRS CReAAH. Université Rennes 1 Campus Beaulieu - Bât 24 – 25. 263 avenue du Général Leclerc - CS 74 205. 35042 RENNES Cedex. (Francia). david.cuencasolana@univ-rennes1.; catherine.dupont@univ-rennes1.. 2 Colaboradora, CReAAH – 12 ter, rue des Mouettes, 566550 BELZ (Francia), [email protected]

101 I              ...

1. Introducción mamiñe (Kortezubi, Bizkaia) (Cuenca Solana et al. 2010; Gutiérrez Zugasti et al. 2011), y el sur de la costa atlántica Durante los últimos años ha crecido el interés por es- de la Península Ibérica, en sitios como SET Parralejos (Ve- tudiar la utilización del utillaje de concha por los grupos jer de la Frontera, Cádiz) (Cuenca Solana et al.. 2013) o humanos para desarrollar algunas de sus actividades pro- Campo de Hockey (San Fernando, Cádiz) (Cuenca Sola- ductivas. El mayor auge de este tipo de análisis ha tenido na, 2013), y en la costa mediterránea, en La Draga (Ban- su foco en Oceanía o Sudamérica, mientras que en Europa yoles, Girona) (Clemente Conte y Cuenca Solana, 2011). esta línea de trabajo ha tenido menor repercusión. En esta También desde otras perspectivas de análisis, en este caso a última zona es pionero el trabajo de Taborin (Taborin, través de la observación macroscópica, se han documenta- 1974) y posteriormente las aportaciones realizadas por do instrumentos de concha en contextos de esta cronología Vigié y Courtin desde mediados de los años 80 (Vigié y del sur de la Península Ibérica (Maicas Ramos, 2008) y de Courtin, 1986; Courtin y Vigié, 1987; Vigié 1987, 1995), la zona mediterránea (Pascual Benito, 2008). En Francia centradas en el análisis de yacimientos de la costa medite- destaca el estudio inicial realizado en el propio sitio rránea francesa. Posteriormente, a través de la metodolo- de Diconche (Saintes, Charente-Maritime). Este se gía de análisis funcional se ha documentado el uso de este desarrolló empleando moldes de resina y observación utillaje en contextos localizados en el norte, como Santi- mediante microscopio electrónico de barrido (Gruet

Fig.1. Localización de los sitios neolíticos analizados mediante metodología de análisis funcional en la costa Atlántica de Francia.

102 D  C  S, C D   G‚ H et al. 1999). Como resultado de este análisis asociaron mente de fauna doméstica, caracterizada por la presencia la valva de Pecten al trabajo de la piel, a través de los re- de bóvido, oveja, cabra y cerdo, y en menor medida perro sultados obtenidos por Vigié y Courtin (Vigié y Courtin, y caballo. También la fauna salvaje también está represen- 1986), mientras que planteaban que otras conchas podrían tada a través de la presencia de ciervo y de jabalí (Bökönyi haber sido empleadas como recipiente o para la decora- y Bartosiewicz, 1999). ción de cerámica, especialmente las conchas de Cardium. Otros análisis han sido desarrollados más recientemente Al tratarse de un yacimiento de una gran extensión, (Cuenca Solana, 2013; Dupont y Cuenca Solana, 2014) durante la intervención se realizaron más de una veinte- sobre el material malacológico de Er Yoh (Isla de Houat, na de sondeos de diferentes dimensiones y en distintos Morbihan) (Le Rouzic, 1930), Pont Bordeau (Saintes, emplazamientos. Las conchas analizadas proceden de las Charente-Maritime) (Rousseau, 2012) y Mont d’Hubert zonas de excavación 3 y 4, cuyos niveles de ocupación fue- (Escalles, Nord-Pas-de-Calais) (Praud, 2014) (Fig. 1). El ron asignados cronológicamente al Neolítico nal (Bur- objetivo de nuestra investigación será analizar la colección nez y Fouéré, 1999). La interpretación que se ha realizado malacológica de Diconche empleando metodología de del depósito arqueomalacológico en el sitio de Diconche análisis funcional, lo que permitirá, dado el carácter ana- es que la recolección estuvo orientada a la realización de lítico y experimental de esta disciplina, relacionar los ins- adornos y a su utilización como instrumento de trabajo trumentos de trabajo utillaje con los procesos productivos (Gruet et al. 1999). Éste aspecto ha podido ser con rma- en los que fueron empleados. do posteriormente a través de los resultados obtenidos en nuestro análisis de la colección malacológica.

1.1 Diconche: localización y características de la ocupación 2. Material y métodos

El yacimiento de Diconche se localiza en Saintes (Cha- Se han analizado 186 conchas y/o fragmentos proce- rente-Maritime, Francia) a 25 metros sobre el nivel actual dentes de Diconche: 63 valvas de Ostrea edulis (Linné, del mar y a 45 km de la línea de costa actual (Fig. 1). La ex- 1758) , 32 conchas completas o fragmentos de Ruditapes cavación del sitio se desarrolló entre 1987 y 1991 (Burnez decussatus (Linné, 1758), 27 de Cerastoderma edule (Lin- y Fouéré, 1999). La extensión completa del yacimiento né, 1758), 18 de Lutraria sp., 10 de Cardiidae, nueve de ocupa unas 3,5 hectáreas, terreno en el cual se han docu- Callista chione (Linné, 1758), siete de Mytilus edulis (Lin- mentado gran cantidad de estructuras de distinta comple- né, 1758), tres de Antalis sp., tres de Mactra glauca (Born, jidad situadas en horizontes de ocupación vinculados a di- 1778), tres de Ocenebra erinaceus (Linné, 1758), dos de ferentes fases del Neolítico. Esta asignación cronológica se Scrobicularia plana (da Costa, 1778), dos de Nucella la- ha realizado a partir del estudio tipológico de la industria pillus (Linné, 1758), dos de Littorina obtusata (Linné, lítica y cerámica y de las dataciones de radiocarbono, que 1758), dos de Glycymeris glycymeris (Linné, 1758), una sitúan la ocupación entre el 3940 ± 90 y 4520 ± 50 BP de Laevicardium sp., una de Nassarius reticulatus (Linné, (Burnez y Fouéré, 1999), 4384 ± 129 y 5178 ± 97 cal BP 1758) y una de Pecten maximus (Linné, 1758). Las espe- (mediante CalPal-2007) (Weninger y Joris, 2007; Wenin- cies documentadas provienen de sustrato arenoso, salvo ger et al. 2008). O. edulis, O.erinaceus y L. obtusata que habitan en sustra- tos de roca (Dupont, 2006). El estado de conservación de Durante la excavación se recuperaron gran cantidad de las conchas era adecuado para su análisis, aunque algunas restos líticos de sílex, principalmente de origen local, tanto piezas presentaban una leve biodegradación y/o encostra- restos de talla, soportes de diferentes morfologías y piezas miento. Este material ha sido estudiado empleando me- retocadas, lo que indica que la producción de al menos todología de análisis funcional (Semenov, 1964), es decir una parte de este utillaje fue realizada en el propio contex- mediante la observación macroscópica y microscópica en to (Burnez y Fouéré, 1999). Sobre este conjunto no se ha busca de alteraciones generadas por su utilización como realizado ningún análisis de huellas de uso. Los resultados instrumento, y la experimentación analítica para veri car/ obtenidos en el análisis tipológico y químico de la cerámi- refutar la interpretación de estos estigmas. Para ello se ha ca también indica que una parte de la producción se llevó empleado una lupa binocular Leica S8APO, un micros- a cabo en el sitio (Convertini, 1999). copio metalográ co Leica DM2500 y una cámara Leica DFC adaptada a ambos equipos para realizar la documen- Respecto a la fauna se han recuperado más de 22.000 tación fotográ ca. Posteriormente a la realización del aná- restos durante la intervención arqueológica, principal- lisis del material arqueomalacológico se ha realizado una

103 I              ... experimentación analítica, es decir sometida al control de caso ha sido posible evidenciar la presencia de cuatro frag- diferentes variables, orientada a desarrollar diferentes ac- mentos o valvas derechas completas (1060, 914, 1803 y ciones dentro del proceso de manufactura de cerámica, ac- 1204) y ocho izquierdas (823, 2277, 1510, 107, 783, 975, tividad con la cual se relacionaron inicialmente las huellas 1390, 315 y 1664). El sondeo 4 ha proporcionado 10 con- de uso determinadas en algunas de las conchas analizadas. chas con huellas de uso: un fragmento de C. chione, cinco de R. decussatus, dos de Lutraria sp., una concha de C. edu- le y otra de P. maximus. Doce de estas conchas completas 3. Resultados y/o fragmentos presentan huellas de uso similares (188, 36, 823, 739, 107, 783, 1390, 1803, 315, 1204 (Fig. 2) y 1664 3.1. Las muestras arqueológicas (Fig. 3), caracterizadas por un pulido cerrado, con diferen- tes niveles de desarrollo según cada caso. El pulido presenta El análisis ha permitido documentar 17 conchas con microtopografía rugosa y brillante, además de un variable uso y otras cuatro con un uso posible. De esta forma en el número de estrías, más numerosas en la arista y en la cara sondeo 3 se han documentado 11 conchas con alteraciones interna de las conchas y en menor medida en la cara ex- producidas por el uso: un fragmento de C. chione con uso terna. Estas son anchas, irregulares y de fondo oscuro, con posible, cuatro conchas completas de R. decussatus con uso, una disposición predominantemente transversal, resultado tres fragmentos de Lutraria sp., dos de ellas con uso posible, de ejercer cinemáticas de raspado (Figs. 2 y 3). Este tipo de y dos fragmentos de M. glauca, uno de ellos con uso posi- huellas de uso se han documentado en diferentes zonas de ble. Debido al estado de conservación y/o a la morfología las conchas, predominando el borde natural, sobre todo en de los fragmentos no ha sido posible reconocer en todas los la cara interna, que ha funcionado como conductora du- casos si se trataba de una valva derecha o izquierda. En todo rante la realización de las acciones. En algunos casos se han

Fig. 2. Valva derecha de Ruditapes decussatus (1204) documentada en Diconche.

104 D  C  S, C D   G‚ H

Fig. 3. Valva izquierda de Pecten maximus (1664) documentada en Diconche. documentado huellas similares en el umbo y en la zona cia una llamativa pérdida de materia que ha modi cado de central de la cara externa. Incluso se ha evidenciado la uti- forma muy visible esta zona, generando facetas en las aris- lización de más de una parte de la misma concha como tas. Sobre las zonas usadas localizadas en la cara externa, zona activa para su uso instrumental, empleando tanto tanto en la parte central de la concha como en el umbo, se el borde natural como el umbo, en las piezas 36, 1204 aprecia una severa alteración de la capa super cial, que en (Fig. 2) y 1664 (Fig. 3). Respecto a las huellas de uso muchos casos ha expuesto la capa subyacente con diferen- macroscópicas se aprecia un variable desarrollo del re- tes grados de desarrollo del pulido, que es cerrado y brillan- dondeamiento en los bordes empleados como super cies te con microtopografía rugosa, junto a estrías similares a las activas de estos instrumentos. En algunos casos se eviden- documentadas en la arista o en la cara interna.

105 I              ...

Nº identif. Especie Zona Activa Uso Acción Materia 1510 Callista chione Borde anterior en la cara interna y externa Po TR? ? 739 Cerastoderma edule Parte central de la cara externa Uso TR arcilla 946 Lutraria lutraria Borde ventral en la cara interna y externa Uso TR ? 1803 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y externa Uso TR arcilla 1390 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y externa Uso TR arcilla 914 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna Uso TR 884 Ruditapes decussatus Borde dorsal anterior en la cara interna Uso TR ? 107 Callista chione Charnela Uso TR arcilla 975 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna Uso TR arcilla 783 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y externa Uso TR arcilla 36 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna, y arista y en el umbo Uso TR arcilla 823 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y externa Uso TR arcilla 582 Lutraria lutraria Borde anterior en la cara interna y externa Po TR ? 546 Lutraria lutraria Borde anterior en la cara interna y externa Po TR ? 188 Callista chione Borde anterior y arista en la cara interna Uso TR arcilla 46 Mactra glauca Borde anterior en la cara interna Uso TR ? 2277 Mactra glauca Charnela Po TR ? 1204 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y umbo Uso TR arcilla 36 Ruditapes decussatus Borde dorsal anterior en la cara interna Po TR arcilla 315 Lutraria lutraria Borde dorsal posterior y zona central de la cara externa Uso TR arcilla 1664 Pecten maximus Borde anterior en la cara interna y umbo Uso TR arcilla

Tabla.1 Instrumentos de concha documentados en Diconche e interpretación funcional según los resultados de la experimentación analítica. Uso= Instrumento usado; PO= Instrumento con uso probable; TR= Acción transversal.

Actividad Arcilla Ángulo Zona activa Acción Duración Raspado Fresca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Raspado Fresca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Raspado Fresca 75/90º Borde/cara interna TR/U 20'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara interna TR/U 20'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara interna TR/U 30'' Raspado Seca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Raspado Seca 75/90º Borde/cara interna TR/U 20'' Raspado Seca 75/90º Borde/cara interna TR/U 30'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara externa TR/U 10'' Bruñido Seca 180º Acción TR/U 10'' Bruñido Seca 180º Umbo TR/U 20'' Bruñido Seca 180º Umbo TR/U 30'' Raspado Fresca 75/90º Borde/cara interna TR 30'' Alisado Fresca 180º Umbo TR/U 10'' Alisado Fresca 180º Umbo TR/U 20'' Alisado Fresca 180º Umbo TR/U 30''

Tabla 2. Experimentos de tipo analítico realizados para interpretar el material malacológico de Diconche. TR= Acción transversal. TR/U= Acción transversal unidireccional.

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Además de estas piezas se documentaron otras cinco cesado arcilla seca (Fig. 5), junto a una mayor presencia con huellas de uso (46, 884, 975, 36 y 946) pero con un de- de surcos anchos e irregulares. Por el contrario, en los sarrollo poco signi cativo para poder concretar la materia instrumentos que han procesado arcilla fresca destaca la procesada. Teniendo en cuenta las alteraciones macroscópi- presencia de estrías más nas y largas, que penetran más cas de las zonas activas, con presencia de redondeamientos hacia el interior de la cara interna de la concha. De este de grado bajo-medio, estas piezas podrían haber procesado modo la arcilla en estado fresco es menos abrasiva y más alguna materia de dureza blanda-media no muy abrasiva, dúctil, lo que genera un desarrollo menor o más lento de salvo en el caso del fragmento de R. decussatus 884, con los rastros de uso, y una mayor penetración de la materia una mayor presencia de estrías perpendiculares resultado de en el lo activo del instrumento. procesar una materia más abrasiva. En todos los casos la dis- posición lineal del pulido indica la realización de acciones La actividad de raspado genera pulidos más desarrolla- transversales. dos y cerrados sobre los instrumentos, junto a mayor canti- dad de estrías y surcos dispuestos de forma más caótica. En Por último cuatro piezas (546, 582, 2277 y 1510) pre- cambio, el alisado genera mayor cantidad de estrías oblicuas sentan un escaso desarrollo de las huellas de uso, lo que im- e incluso en algún caso localizadas en longitudinal al borde pide con rmar su utilización. Estas piezas se recogen en este activo. El umbo de las conchas de R. decussatus se ha mos- análisis bajo la hipótesis de un uso posible. trado muy funcional para realizar la actividad de bruñido nal, incluso más que el borde de la concha. En las piezas Teniendo en cuenta las características de las huellas de experimentales utilizadas para el bruñido de arcilla semi- uso documentadas en todas estas conchas se planteó la hi- seca se aprecia una mayor alteración macroscópica que en pótesis de que estas conchas podrían haber sido empleadas las piezas empleadas para realizar el alisado de arcilla fresca, para el desarrollo de diferentes actividades vinculadas con la donde apenas hay alteración de esta super cie. manufactura de la producción cerámica (Tabla 1). La experimentación ha mostrado que el raspado puede hacerse con la arcilla fresca y seca, pero siempre empleando 3.2. La experimentación analítica el borde de la concha. De la misma forma el alisado pue- de realizarse también con la arcilla en estado fresco, pero Se ha realizado una experimentación analítica para desa- en este caso tanto el borde cómo el umbo se ha mostrado rrollar diferentes acciones dentro del proceso de manufactu- efectivos para el desarrollo de esta acción. Sin embargo, si la ra de cerámica. En concreto se han realizado 18 experimen- arcilla esta semi-seca o seca esta acción es escasamente efec- tos (Tabla 2) empleando el borde o el umbo de conchas de tiva, ya que realmente se produce un raspado sin conseguir R. decussatus para alisar, raspar y bruñir arcilla en diferentes alisar la super cie del vaso cerámico. Para realizar el pulido estados, variando entre humedecida y seca. Para realizar la la arcilla debe de estar en un estado semi-seco, pero sola- experimentación se empleó arcilla natural de granito, con mente es funcional la utilización del umbo o de la super cie una granulometría muy similar a las cerámicas recuperadas de la cara externa de la concha, ya que el borde presenta una en Diconche. La pasta contenía principalmente inclusiones insu ciente super cie de contacto para generar el bruñido heterométricas de fragmentos de roca, cuarzo, feldespato, de forma efectiva. De esta forma, las conchas de R. decussa- moscovita y biotita. La preparación de la arcilla para la ex- tus son e caces para realizar distintas actividades dentro de perimentación se ha realizado eliminando manualmente las la producción cerámica, desde el trabajo inicial de alisado inclusiones minerales más grandes (mayores de 2 mm) y los en fresco, hasta el bruñido de la arcilla seca previo a la coc- restos de plantas. Finalmente se llevó a cabo una trilla para ción. homogeneizar la pasta y expulsar las burbujas de aire.

La experimentación realizada con arcilla fresca ha 4. Discusión mostrado en los instrumentos un escaso desarrollo de las huellas de uso tras 10 minutos de trabajo, siendo nece- Diversos trabajos ya han mostrado que la producción sario al menos 20 minutos para obtener rastros signi ca- cerámica puede realizarse empleando diferentes instru- tivos (Fig. 4). mentos de trabajo. En este sentido ha sido documentado el empleo de instrumentos líticos (Anderson Gerfaud et al. La diferenciación de las huellas entre el procesado de 1989; Gassin, 1993; Méry et al. 2007), óseos (Martineau y arcilla fresca y seca se basa en el desarrollo de un pulido Maigrot, 2004), así como el uso de conchas para la deco- más cerrado y brillante en los instrumentos que han pro- ración (Salanova, 1992). La información etnográ ca tam-

107 I              ...

Fig. 4. Huellas de uso en instrumentos experimentales después de raspar arci- lla fresca. 1) Cara interna después de 10 minutos de trabajo a 100X. 2) De- talle de la misma zona a 200X. 3) Ras- tros después de 20 minutos de trabajo a 100X. 4) Misma zona a 200X. 5) Des- pués de 30 minutos de actividad a 100X 6) Misma zona de la concha a 200X.

Fig. 5. Huellas de uso en instrumentos experimentales utilizados para bruñir arcilla seca. 1) Cara externa de la concha después de 10 minutos a 10X. 2) De- talle de la misma zona a 100X. 3) Des- pués de 20 minutos de actividad a 10X. 4) Zona fotogra ada anteriormente a 100X. 5) Huellas de uso después de 30 minutos de actividad a 10X. 6) Detalle de la misma zona de la concha a 100X.

108 D  C  S, C D   G‚ H bién aporta algunos referentes acerca del uso instrumental externa), estas conchas se habrían empleado para realizar el de conchas para esta función (Cuenca Solana et al. 2011). bruñido, aunque en ambos casos el trabajo ha sido de mayor En el caso concreto de Diconche, teniendo en cuenta su duración que en el caso anterior o con la arcilla en un estado localización a 45 kilómetros de la línea de costa actual, y más seco. la presencia de signos de una recolección post mortem (Gruet et al. 1999), a través de la aparición de organismos Las piezas 36, 1204 (Fig. 3) y 1664 (Fig. 4) presentan incrustantes en la cara interna de las conchas, todo parece unas características un tanto diferentes. Las huellas de uso en indicar que el objetivo de esta captación no fue su consu- estos tres casos se documentan tanto en el borde de la con- mo bromatológico, sino su uso como instrumento de tra- cha como en el umbo, con unas características diferenciadas bajo. Esta hipótesis se apoya también en el elevado índice en ambas zonas. Teniendo en cuenta la ubicación y caracte- de conchas con huellas de uso, que se sitúa por encima del rísticas de las huellas de uso, el borde habría sido utilizado 11%. En cuanto al rol desempeñado por estos instrumentos para llevar a cabo una tarea de raspado de la arcilla, siendo en las estrategias económicas de los grupos humanos que más complejo determinar el estado concreto de la materia. desarrollaron la ocupación del sitio, la comparación entre Por el contrario el umbo habría sido utilizado para realizar los resultados obtenidos en la experimentación analítica y el el bruñido, mostrando un mayor desarrollo de pulido, más análisis del material malacológico permite establecer varias cerrado y con mayor densidad de estrías y surcos irregulares. hipótesis para su interpretación. De esta forma estas tres piezas habrían sido utilizadas en dos fases diferenciadas de la manufactura de la cerámica produ- Respecto a las acciones técnicas dentro del proceso de cida en Diconche, tanto en los procesos iniciales orientados manufactura de cerámica podríamos diferenciar la reali- a dar forma al recipiente, como en el bruñido nal previo a zación de tres fases diferenciadas. De este modo las piezas la cocción. El gran desarrollo de las huellas de uso mostrado 188, 823, 783, 914, 1803 y 1390 presentan huellas de uso en la mayor parte de los instrumentos de Diconche, que ha en el borde de la concha, en la arista, en la cara interna y, alterado de forma acusada la morfología natural de las con- en algún caso, levemente en la cara externa debido a un chas, tanto en el borde como en el umbo, hace pensar que es contacto marginal con la arcilla procesada. Los resultados probable que hayan sido utilizados en varios ciclos produc- experimentales indican que podría tratarse de la realización tivos, es decir, para la manufactura de varias cerámicas. De de un trabajo de raspado de arcilla, en una fase inicial del esta forma estos instrumentos constituyen una muestra de proceso de manufactura de la cerámica. Más complejo es utilización estandarizada orientada a realizar la misma ac- establecer el estado concreto de la arcilla procesada, debido ción técnica de forma reiterada dentro de diferentes ciclos a la diferente abrasividad de los desgrasantes naturales, que de producción. Este tipo de uso contrasta con la utilización puede generar un desarrollo más o menos rápido de los ras- de este tipo de utillaje de concha en contextos vinculados a tros de uso, o el desarrollo de un pulido algo más brillante y grupos con una economía basada en la caza y la recolección. cerrado. En todo caso, lo más probable es que esta actividad De esta forma tanto durante el Paleolítico como el Mesolí- se haya llevado a cabo con la arcilla en estado fresco, lo bas- tico el uso de los instrumentos de concha se ha mostrado de tante humedecida para que el raspado mediante el borde de carácter expeditivo, orientado al desarrollo de acciones de la concha sea efectivo para moldear la cerámica en esta fase corta duración y a procesar una amplia gama de materias inicial de la producción. de origen animal, vegetal y mineral (Cuenca Solana, 2013). Probablemente estos cambios respecto a la gestión de estos Las piezas 739, 107 y 315 presentan huellas de uso en la instrumentos de trabajo están vinculados con la sedentari- cara externa de la concha. La pieza 315 presenta también el zación de los grupos humanos a partir del V milenio BP, y mismo tipo de modi caciones en el borde dorsal posterior. con la posibilidad de mantener en uso el utillaje en el propio Los resultados de la experimentación permiten interpre- contexto mientras su efectividad permite el desarrollo de la tar que estas huellas son causadas por la utilización de esta actividad a la que es destinado. zona para realizar el bruñido o alisado de arcilla, aunque teniendo en cuenta la morfología de la cara externa de la concha de C. edule (739) parece más factible la hipótesis 5. Conclusión del bruñido. En todo caso se trata de un trabajo de corta du- ración que no ha generado alteraciones importantes a nivel La información obtenida a partir del análisis funcional macroscópico. Respecto a las piezas 107 y 315, teniendo en de la colección malacológica de Diconche aporta una no- cuenta las características y ubicación de las huellas de uso, vedosa perspectiva para la interpretación del sitio y de las así como la signi cativa modi cación a nivel macroscópico estrategias económicas de los grupos humanos que ocupa- de la zona activa (en ambos casos la parte central de la cara ron el enclave. De esta forma se ha documentado la realiza-

109 I              ... ción de, al menos, una parte de la producción cerámica en Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya, el propio contexto. Además se ha podido reconocer cómo Girona, 106-112. se han realizado algunos de estos procesos técnicos, a través del análisis de los instrumentos empleados para su desarro- Convertini, F., 1999. Analyse pétrographique et technolo- llo. Estas aportaciones contribuyen a reforzar el potencial gique de la céramique, en C. Burnez y P. Fouéré (Eds.). de la metodología de análisis funcional como herramienta Les enceintes néolithiques de Diconche à Saintes (Charen- de acercamiento al conocimiento de lo modos de vida y de te-Maritime). Mémoire XXV de la Société Préhistori- producción de los grupos humanos. que Française, Mémoire XV de l’Association des Publi- cations Chauvinoises Vol. 1, Paris, 195-207.

Agradecimientos Courtin, J., Vigie, B., 1987. Le problème des coquillages à bord dentelé dans la Préhistoire du midi de la France. DCS ha realizado esta investigación gracias a una bolsa Mesogee 47, 93-98. postdoctoral de Fyssen Foundation. Los autores agradecen las facilidades del Musée archéologique de la Ville de Sain- Cuenca Solana, D., 2013. Utilización de instrumentos de tes para analizar los materiales en la sede del CReAAH en concha para la realización de actividades productivas Rennes, así como a Emmanuelle Vigiér, directora del Musée en las formaciones económico-sociales de los cazadores- de Préhistoire de Carnac J. Miln-Z. Le Rouzic, por prestar- recolectores-pescadores y primeras sociedades tribales de nos el espacio para desarrollar la experimentación. Por últi- la fachada atlántica europea. Publican, Ediciones de la mo nuestro agradecimiento a Igor Gutiérrez-Zugasti por su Universidad de Cantabria. Santander. ayuda para realizar una adecuada traducción del resumen, así como a los dos revisores que han colaborado a mejorar la Cuenca Solana, D., Clemente, I., Gutiérrez Zugasti. F. I., calidad nal del manuscrito. 2010. Utilización de instrumentos de concha durante el Mesolítico y Neolítico inicial en contextos litorales de la región cantábrica: Programa experimental para el Bibliografía análisis de huellas de uso en materiale smalacológicos. Trabajos de Prehistoria 67, 211-225. Anderson Gerfaud, P. C., Inizan, M. L., Lechevaller, M., Pelegrin, J., Pernot, M., 1989. Des lames de silex dans Cuenca-Solana, D., Gutiérrez-Zugasti, F. I., Clemente, I., un atelier de potier harappeén: interaction de do- 2011. e use of molluscs as tools by coastal human maines techniques. Comptes Rendus de l’Académie des groups: contribution of ethnographical studies to re- Sciences de Paris 308, 443–449. search on Mesolithic and early Neolithic contexts in Northern Spain. Journal of Anthropological Research 67 Bökönyi, S., BArtosiewicz, L., 1999. Analyse de la faune. (1), 77-102. En C. Burnez y P. Fouéré (Eds.) Les enceintes néoli- thiques de Diconche à Saintes (Charente-Maritime), Cuenca Solana, D., Cantillo Duarte, J. J., Vijande Vila, Mémoire XXV de la Société Préhistorique Française, E., Montañés Caballero, M.; Clemente Conte, Mémoire XV de l’Association des Publications Chau- I., Villalpando Moreno, A., 2013. Utilización de ins- vinoises Vol. 1, Paris, 147-166. trumentos de concha para la realización de actividades productivas en sociedades tribales comunitarias del sur Burnez, C., Fouéré. P., 1999. Les enceintes néolithiques de la península Ibérica. El ejemplo de Campo de Hoc- de Diconche à Saintes (Charente-Maritime). Mémoire key (San Fernando, Cádiz) y Set Parralejos (Vejer de la XXV de la Société Préhistorique Française, Mémoire Frontera, Cádiz). Zephyrus 72, 95-111. XV de l’Association des Publications Chauvinoises. Volumen I. Paris. Dupont, C., 2006. La malacofaune des sites mésolithiques et néolithiques de la façade atlantique de la France. Contri- Clemente, I., Cuenca Solana, D., 2011. Instrumentos de bution à l´economie et à l´identité culturelle des groupes trabajo de concha en el yacimiento Neolítico de La concernés. BAR International Series 1571, Archeopress, Draga. En: A. Bosch Lloret; J. Chinchilla Sánchez y Oxford. J. Tarrús Galter (Eds.). El poblat lacustre del neolític antic de la Draga. Excavacions 2000-2005. Monogra- Dupont C., Cuenca, Solana, D., 2014. Outil ou parure sur es del CASC 9. Museu d’Arqueologia de Catalunya. coquille marine. En : I. Praud (Dir.), Nord-Pas-de-Calais,

110 D  C  S, C D   G‚ H

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111 Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos de los asentamientos neolíticos en la ciudad de Barcelona: el yacimiento de Reina Amàlia nº31-33

Jordi Nadal1, Ester Brieva1, Anna Gómez2, Miquel Molist2, Javier González 4, Karin Harzbecher4, Lluís Lloveras 1,3

Resumen En los últimos años se han excavado diferentes yacimientos neolíticos en el barrio del Raval de Barcelona que han proporcionado conjuntos arqueomalacológicos importantes. En el presente trabajo presentamos los resultados obtenidos en el yacimiento de Reina Amàlia nº 31-33. Los taxones mejor representados son, en primer lugar, el gé- nero Glycymeris y, menos importante, el género Patella. Otras especies están representadas de manera anecdótica. Su estudio permite reconocer los agentes que originaron el registro: recolección con funcionalidad subsistencial y para la fabricación de ornamentos. Se describen diferentes modos de obtención de los adornos sobre concha. Palabras clave: Neolitico Antiguo, Barcelona, Glycymeris, Patella. Abstract In recent years, archaeological excavations in several Neolithic sites from the neighborhood of El Raval in Bar- celona have provided important archaeomalacological samples. In this paper we present the results obtained at the Reina Amàlia No. 31-33 site. e most abundant taxa belong to Glycymeris genus and, less important, Patella genus. Other species are only represented by very few individuals. is study allows us to recognize the agents that originated the assemblage: gathering for food purposes and to make ornaments. e way these ornaments were made are also described. Keywords: Ancient Neolithic, Barcelone, Glycymeris, Patella.

1 SERP. Departament de Prehistòria, Història Antiga i Arqueologia. Universitat de Barcelona. C/Montalegre 6-8.08001. Barcelona. [email protected] , [email protected] , lluisllo [email protected] 2 SAPPO. Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona. Facultat de Filosoa i Lletres. Edici B. 08193. Bellaterra. [email protected] , [email protected] 3 School of Archaeology and Ancient History. University of Leicester. University Road. LE1 7RH. Leicester. 4 GLOBAL CHM SL. Av. Corts Catalanes 5-7.08173 Sant Cugat del Vallès. [email protected] , [email protected]

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1. Introducción malacofaunísticos, con un total de 80 efectivos, cabe des- tacar la localización de una clara acumulación arti cial, En una anterior edición de las reuniones cientí cas dentro de una estructura neolítica, de 57 conchas del de Arqueomalacología de la Península Ibérica, ya dimos género Glycymeris con las características más habituales cuenta de la riqueza del registro del Neolítico Antiguo descritas en el conjunto de CSPC: alto rodamiento ma- en la Ciudad de Barcelona y sobre la presencia de res- rino y práctica inexistencia de fragmentación posterior tos malacofaunísticos marinos en sus yacimientos. En (bordes con fractura no rodada). A su vez, en otra es- aquella ocasión se presentaron los resultados de la que tructura, aparecieron dos fragmentos de una misma pie- fue la primera de las grandes estaciones neolíticas ex- za de brazalete realizado sobre concha de Glycymeris, los cavadas en el barrio del Raval de Barcelona, la Caserna tradicionalmente conocidos en la antigua bibliografía de Sant Pau del Camp (desde ahora CSPC) (Lloveras arqueológica como “brazaletes de pectúnculo” (Bordas et al., 2014). En aquel estudio planteábamos el origen et al., 2013: guras 5 y 6). Así, sin descartar las conclu- tafonómico de un gran conjunto de moluscos marinos, siones a las que llegábamos en el caso del conjunto de previamente estudiado (Estrada y Nadal, 2008), ya que CSPC, las evidencias del NCL, parecen probar la reco- su naturaleza, mayoritariamente conchas del género lección y acopio de valvas rodadas de Glycymeris para la Glycymeris con un intenso grado de rodamiento ma- fabricación de objetos ornamentales. Debemos recordar, rino, di cultaba interpretar el agente, o agentes, de la la diferencia numérica de cada conjunto, casi 4000 ejem- acumulación. En aquel trabajo, tras discutir una posi- plares en CSPC y escasamente 80 en NCL. ble causa natural, que ha quedado descartada por los estudios geomorfológicos de la evolución de la línea de Los datos que ahora ofrecemos proceden de un nue- costa en Barcelona a lo largo de la historia (Julià y Riera, vo yacimiento próximo, al que dedicamos el presente 2012), apuntábamos que gran parte de la acumulación trabajo, y pueden aportar nueva luz a los diferentes pudiera vincularse a algún tipo de ritual funerario aso- usos y procesos de transformación que se dieron a los ciado a los enterramientos del Neolítico Postcardial, ya elementos malacofaunísticos, especialmente los roda- que la distribución espacial de las conchas y la situación dos, en los asentamientos del Neolítico antiguo de las de los enterramientos permitían sustentar tal hipótesis. poblaciones que ocuparon el llano de Barcelona: el ya- Esta interpretación podría tomar fuerza vistos los casos cimiento de la calle Reina Amàlia nº31-33. históricos y etnográ cos que se conocen al respecto de la utilización de conchas como material delimitador de los espacios mortuorios (Holum et al., 1999; Poisblaud 2. El yacimiento et al., 2002; iam, 2013). En cualquier caso, no se des- cartaban otros agentes, de mucha menor entidad, en la Como los demás yacimientos excavados estos úl- formación del conjunto: alimentación, que excluía, timos 20 años en el barrio del Raval de Barcelona, el lógicamente, cualquier espécimen rodado pero no así descubrimiento y excavación del yacimiento de Reina la conchas del género Patella, y usos ornamentales, en Amàlia nº31-33 (desde ahora RA), se debe a las inter- algunos, pocos, casos en que material estaba claramente venciones de salvamento de una zona que urbanística- modi cado a tal efecto, y en otros elementos suscep- mente se está modi cando y que, por otra parte, es de tibles de haber sido seleccionados para dicha función expectativa arqueológica. El yacimiento como tal es la pero nalmente desechados. continuación necesaria de otros cercanos (Gómez y Molist, 2013) (Fig. 1). Se descubre durante unas pros- Con posterioridad, hemos tenido la oportunidad de pecciones realizadas en el año 2007 y nalmente se ex- analizar algunos conjuntos arqueomalacológicos más, cava entre los años 2008 y 2009 bajo dirección de dos procedentes de los yacimientos neolíticos barcelonen- de los rmantes del presente trabajo (J.G. y K.H.). Se ses. Destacamos el caso del yacimiento del Nou Con- interviene una extensión de 200 m2, en la que se detecta servartori del Liceu (desde ahora NCL), que se situaba una secuencia estratigrá ca estructurada en unos prime- en la calle Nou de la Rambla nº82-88, y que, entre otros ros niveles contemporáneos e históricos debajo de los períodos cronológicos, se encontraron diversas estruc- cuales se desarrolla un nivel de origen coluvional (nivel turas fechables en el Neolítico Antiguo Evolucionado, IV), de matriz arcillosa y coloración rojiza, que sellaba con unas dataciones absolutas de 5780±40 BP (4720- los niveles anteriores, arqueológicos. Debajo de este pa- 4530 cal BC a dos sigma) y 5700±40 BP (4670-4640 quete sedimentario natural, se documentaba el nivel V, cal BC a dos sigma) (Bordas et al., 2013). Aunque este alrededor de una cota absoluta de 5,3 msnm en el que yacimiento es modesto en cuanto a cantidades de restos se recortaban las diferentes estructuras localizadas en el

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Figura 1. Localización del yacimiento de Reina Amàlia 31-33 en el entramado urbano del barrio del Raval (ciudad de Barcelona). yacimiento, entre los 5,3 y los 3,8 msnm (Fig. 2). El ele- objeto de estudio de este trabajo. Alrededor del fondo mento de mayor entidad, que atomiza las estructuras de cabaña se abrían diferentes estructuras, contempo- exteriores, es una gran estructura de habitación (fondo ráneas a la construcción y uso de la misma, de conserva- de cabaña) de planta pseudo-ovalada con una super cie ción desigual, y que en algunos casos deben interpretar- de más de 50 m2, que excava el subsuelo del yacimiento. se como hogares y en otros como silos. Una estructura En su interior se encontraron, en la zona nordeste y su- al noreste del yacimiento (E-XIV) correspondía a un doeste, dos enterramientos infantiles que se realizaron enterramiento individual. Sus características apuntan sincrónicamente al uso de la cabaña. En los sedimentos a los futuros “sepulcros de fosa” propios del Neolítico que colmataban la estructura se localizaron fragmentos medio catalán, aunque determinados aspectos demues- cerámicos con asas de cinta, con decoraciones plásti- tran una cierta continuidad con las tradiciones de los cas arqueadas (tradicionalmente llamadas “bigotes”), enterramientos del Neolítico postcardial, como los que vasos compuestos carenados, con asas tubulares o tu- se encuentran en el vecino yacimiento de CSPC. En neliformes, características del grupo “Montboló”, que todo caso, en dicha estructura no se recuperó material de nen un momento postcardial, normalmente citado malacofaunístico. Los materiales descritos son total- como Neolítico Antiguo Evolucionado en la zona de mente coherentes con las dataciones absolutas obteni- estudio, momento de transición con el Neolítico me- das. El origen del asentamiento se situaría con la data- dio. El material cerámico iba acompañado de industria ción más antigua de 5750±40 BP (4700-4500 cal BC lítica sobre sílex y jaspe (material local proveniente de a dos sigma) (Beta-259278), que se obtuvo en el hogar la cercana montaña de Montjuïc), macroutillaje lítico central del fondo de cabaña. Luego tendríamos la data- (molinos), algo de industria ósea y restos faunísticos de ción del sedimento de relleno de esta gran estructura, vertebrados, además del material arqueomalacológico, de 5720±40 BP (4690-4460 cal BC a dos sigma) (Beta-

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Figura 2. Proceso de excavación y planta del yacimiento.

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259279). La fecha nal para el yacimiento la da el ente- último cálculo se realizó mediante el recuento de los ele- rramiento, que se aleja sensiblemente de lo que sería la mentos anatómicos no repetitivos de conchas enteras o ocupación del asentamiento: 5620±40 BP (4530-4360 rotas (Gutiérrez Zugasti, 2009; Giovas, 2009; Mason et cal BC a dos sigma) (Beta-259280). En conclusión, esta- al., 1998; Moreno, 1994). En el caso de algunos bivalvos mos delante de una ocupación delimitada por un espacio (glycyméridos), el grado de rodamiento era tan intenso temporal relativamente breve y sin rupturas, que puede que la lateralidad de los elementos no ha podido estable- adscribirse a las fases nales del Neolítico Antiguo Evo- cerse, y por ello el NMI se ha calculado dividiendo por lucionado Postcardial (González et al., 2011). dos el número de elementos enteros y rotos.

3. Material y métodos 4. Resultados

El material analizado en el estudio arqueomalacoló- El desglose taxonómico del NR, el NMI y sus va- gico es de 537 efectivos, aunque unas pocas conchas co- lores porcentuales pueden consultarse en la Tabla 1. rrespondientes a pulmonados terrestres (2 especímenes Como en los casos anteriormente citados de yacimien- de Rumina decollata y 1 de Cernuella virgata), que pa- tos neolíticos próximos a RA (CSPC y NCL), el taxón recen ser aportaciones naturales, no han sido tenidas en más abundante es el género Glycymeris, que en el yaci- cuenta en el presente trabajo, por lo que hemos acabado miento globalmente alcanza el 70,59% de los efectivos trabajando con 534 registros. El material fue recuperado en NR, aunque disminuye su importancia hasta el 40% en la excavación de manera individualizada, siendo situa- en NMI (calculado de la división por dos de las valvas). do tridimensionalmente y agrupado en unidades estrati- En los casos que se ha llegado a una determinación es- grá cas. El material nos llegó ya lavado y siglado. Se ha pecí ca, Glycymeris nummaria es la más importante. A estudiado a nivel global de yacimiento, dada la coheren- continuación, y nuevamente de manera similar a lo que cia cronológica que antes mencionábamos y de cara a ob- pasaba en CSPC, el segundo grupo en importancia es tener un conjunto cuantitativamente signi cativo. Por el del género Patella (que cuando se ha determinado otra parte, no se han apreciado diferencias substanciales a nivel especí co se trata mayoritariamente de Pate- entre el material recuperado entre las diversas estructu- lla caerulea). El resto de taxones tiene una presencia ras. La identi cación taxonómica se realizó con la con- anecdótica, en muchos casos representados por un trastación de elementos diagnósticos con ejemplares de único efectivo. nuestra colección de referencia. La identi cación de di- chos caracteres se hizo a nivel macroscópico. Se analiza- Por lo que respecta a las características de cada uno ron variables como el estado de integridad de las conchas de los taxones, debemos decir que los especímenes de (entera, rota -en el caso que la pieza conserve elementos Glycymeris se encuentran rodados o muy rodados la ma- anatómicos no reiterativos que permitan utilizarla en yoría de las veces (324 casos, que suponen el 87,9%). Por el recuento de individuos- y fragmento, cuando no hay otra parte, algunos de estos elementos corresponden a elementos no reiterativos), la parte anatómica represen- conchas enteras, no fragmentadas, pero absolutamente tada, en caso de piezas rotas o fragmentos, diferentes ti- erosionadas hasta el punto de que desaparecen elemen- pos de alteración (rodamiento marino, otras alteraciones tos como el umbo o la charnela, adoptando una carac- naturales o antrópicas), lateralidad (en el caso de los bi- terística morfología de disco. Las piezas enteras con esta valvos) y biometría. En la caracterización métrica de los característica suponen casi el 13% de los efectivos de este especímenes, también se ha considerado la longitud y la género. Por otra parte, algo que caracteriza el conjunto anchura máxima de la pieza independientemente de que de Glycymeris de RA es la mayor presencia de elementos los elementos pudieran presentar alteraciones tafonómi- con fracturas posteriores al rodamiento marino, que no cas (rodamiento, fracturación) en tanto que estos datos estaban casi presentes en CSPC o NCL. Se han conta- nos permitirán valorar si hubo algún tipo de selección de bilizado 32 casos de valvas rotas y 148 de fragmentos ro- los especímenes según tamaño. Los diferentes tipos de tos que suponen casi el 50% de los restos de este taxón. alteraciones se estudiaron mediante la observación mi- Finalmente, destacamos que 40 elementos presentan croscópica con una lupa binocular Olympus S261 entre perforación en el umbo. En la mayoría de los especíme- 6 y 45 aumentos. La información del análisis se gestionó nes se trata de perforaciones mecánicas que en muchos con una base de datos FileMaker Pro para entorno PC casos han quedado afectadas por rodamiento marino de cara a obtener las cuanti caciones de Número de Res- posterior y, por lo tanto, no son de factura antrópica. tos (NR) y Número Mínimo de Individuos (NMI). Este A pesar de ello, algún elemento con perforación an-

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Taxón NR %NR NMI %NMI ED Patella sp. 62 11,61 52 29,71 Patella caerulea 11 2,05 11 6,28 Patella ulyssiponensis 4 0,74 4 2,28 Semicassis granulata 2 0,34 2 1,14 1 Charonia lampas 3 0,56 1 0,57 Conus ventricosus 1 0,18 1 0,57 Stramonita haemastoma 8 1,49 8 4,57 5 Hexaplex trunculus 1 0,18 1 0,57 Bolinus brandaris 1 0,18 1 0,57 1 Luria lurida 1 0,18 1 0,57 1 Columbella rustica 2 0,34 2 1,14 2 Phorcus turbinatus 5 0,93 2 1,14 Cerithium vulgatum 1 0,18 1 0,57 Gastropoda nd 3 0,56 Glycymeris sp. 314 58,8 50 28,57 22 Glycymeris glycymeris 12 2,24 6 3,42 2 Glycymeris nummaria 51 9,55 14 8 16 Acanthocardia sp. 3 0,56 Acanthocardia tuberculata 18 3,37 8 4,57 3 Arca noae 2 0,34 1 0,57 Barbatia barbata 1 0,18 1 0,57 Cerastoderma glaucum 3 0,56 3 1,71 1 Cardiidae 3 0,56 Callista chione 4 0,74 2 1,14 Chamelea gallina 1 0,18 1 0,57 Mytilus gallopro incialis 3 0,56 1 0,57 Spondylus gaederopus 1 0,18 1 0,57 ND 13 2,43 TOTAL 534 175 54

Tabla 1. Resultados de la distribución taxonómica de los elementos identi cados en el yacimiento en número de restos (NR) y número mínimo de individuos (NMI) y piezas que presentan modi caciones, naturales o antrópicas, que permitirían su uso como elementos decorativos (ED). trópica, acabada con pulimento, implica que dichos elementos de dimensiones más pequeñas, inferiores elementos pudieran haber sido seleccionados con la a los 35/40 mm de diámetro y de piezas más gran- voluntad de ser utilizados como ornamentos tipo des, superiores a los 45/50 mm (Fig. 3). Sobre las colgante, sin ninguna o con muy poca modi cación conchas más pequeñas, tenemos un par de casos de de la concha. Por lo que respecta a las piezas ente- homogenización de forma (redondeada) y tamaño ras, rodadas o no, hay una distribución de su altura hasta obtener un elemento discoidal preparado para y anchura máxima, que van desde diámetros aproxi- ser transformado en cuenta y lo que sería un frag- mados de 10 mm hasta los 70 mm. A pesar de dicha mento de cuenta que debió desecharse al romperse distribución, parece intuirse un cierto hiato entre las en el momento de la realización de la perforación piezas de 35 y 45 mm. Pensamos que tal vez existie- central, que no se llegó a concluir. Estos elementos ra alguna selección, que luego discutiremos, de unos presentan un diámetro entre 10 y 15 mm.

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El género Patella, que en NR supone el 14,4% de los efectivos, se incrementa hasta casi tener la mis- ma importancia que Glycymeris (38,3%) en NMI. El rodamiento de estos especímenes, por sus carac- terísticas ecológicas, no determina que los animales fueran recogidos ya muertos en la costa, como pasa con Glycymeris. Por otra parte, en estas conchas no es infrecuente encontrar muescas en los bordes, en casi un 15% de los efectivos. Dichas muescas podrían ser desconchados provocados en el momento de reco- lectar, vivos, los animales en el sustrato rocoso. Esta interpretación permitiría asociar las conchas del gé- Figura 3. Distribución de medidas en milímetros de los elementos enteros (rodados y no rodados) del género nero Patella con el consumo, algo parecido a lo que ya Glycymeris. Altura máxima en las abscisas y anchura máxima pasaba en CSPC. en las ordenadas.

De los taxones menores, los bivalvos (especialmen- mica – nueve especies representadas en un conjunto te los cárdidos) parecen comportarse de manera simi- de 20 elementos-, y por otro el hecho de que mayo- lar a Glycymeris, por lo que respecta a la conservación ritariamente presentan o bien alteraciones naturales de las conchas, rodamiento, fracturación y presencia que los hacen susceptibles de ser utilizados como ob- de modi caciones para su uso como elementos or- jetos de adorno (Stramonita haemastoma, Ceritium namentales. Respecto a los gasterópodos, sin tener vulgatum) o presentan claras perforaciones antrópi- en cuenta el género Patella, siendo muy escasos en la cas (Luria lurida, Semicassis granulata, Bolinus bran- muestra, sorprende por un lado su diversidad taxonó- daris, Columbella rustica) (Fig. 4).

Figura 4. Elementos poco modi cados o no modi cados susceptibles de uso como elementos decorativos: Semicassis granulata, Bolinus brandaris, Luria lurida, Stramonita haemastoma (3 ejemplares) y Columbella rustica.

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5. Discusión gantes. En las conchas rodadas, las perforaciones de los umbos, en el caso de los bivalvos, o de la espira, Los resultados del desglose taxonómico y las carac- junto con el aprovechamiento de la apertura del pe- terísticas descritas para los diferentes grupos nos per- ristoma, en el caso de los gasterópodos, hacen suscep- miten especular al respecto del origen del conjunto, tibles estos elementos como objetos de adorno sin que seguramente sería múltiple. ninguna otra modi cación. En el caso de los bival- vos, la presencia de perforaciones similares pero de Por un lado tendríamos las especies recogidas con carácter antrópico, mediante pulimento, sugieren ese nalidades subsistenciales. De manera clara solo esta- posible uso para los elementos modi cados de forma ría representado el género Patella, aunque no se pue- natural que solamente deberían ser seleccionados. En den descartar otros taxones, que por sus dimensiones caso de la inexistencia de perforación natural, en al- o por el estado de las conchas serían susceptibles de gunos gasterópodos se realizó, de manera poco pre- su consumo: Charonia lampas, Phorcus turbinatus, cisa, seguramente mediante percusión, una o varias Mytilus gallopro incialis, Callista chione, Chamelea perforaciones en la vuelta corporal. gallina y algunos ejemplares cárdidos sin rodamiento marino. El consumo de Patella ya se había propuesto Pero un gran número de elementos pudieron ser en el caso de CSPC (Lloveras et al., 2014:175). Las seleccionados con la voluntad de una transformación muescas presentes en los bordes de algunas conchas más intensa, nuevamente para su uso como materia se relacionarían con la extracción del animal del subs- prima para la fabricación de ornamentos. Los taxo- trato rocoso. nes seleccionados para esta función serían bivalvos, tal vez cárdidos pero especialmente glycyméridos. Otros elementos, recogidos vivos o muertos, prác- Aunque ya hemos visto que estos elementos podían ticamente no se modi caron para su uso como col- recogerse ya modi cados en el umbo o que una ligera

Figura 5. Posibles cadenas operativas para la fabricación de cuentas discoidales sobre Glycymeris. A: proceso sobre valvas grandes; B: Proceso sobre valvas pequeñas.

120 J N, E B , A G, M  M, J  G... perforación en esta parte podía transformarlos en ción de cuentas de forma y tamaño substancialmente objetos ornamentales poco elaborados, las conchas diferenciados de la concha. se habrían recolectado también para, mediante dos posibles cadenas operativas, obtener cuentas de La recolección de moluscos con nalidades alimen- morfología discoidal. En una primera posible ca- tarias parece también quedar probada, especialmente dena operativa, se habrían seleccionado las conchas para el género Patella, sin que puedan descartarse otros más grandes (tal vez las superiores a 40 mm) que se taxones. No obstante, la explotación de los recursos habrían fragmentado mediante percusión, dejando marítimos en unos asentamientos, claramente coste- fragmentos con bordes no rodados. Gran parte de los ros, que no distarían mucho más de 500-900 metros fragmentos obtenidos se desecharían como residuo. de la línea de mar, sigue revelándose poco importante. Los fragmentos más pequeños se modi carían enton- La práctica ausencia de restos de peces y una gran pro- ces, mediante pulimento, hasta obtener una cuenta porción de conchas recogidas una vez los animales es- discoidal (Fig. 5A). Dicho sistema seria parecido al taban muertos así parecen indicarlo. Creemos que, en que se ha propuesto para el neolítico italiano en otros este sentido, deben evaluarse las transformaciones ta- taxones, por ejemplo en el caso de Spondylus gaedero- fonómicas que puedan haber sufrido los yacimientos. pus y Charonia en el yacimiento de Además deberían integrarse a este tipo de estudios, el (Borello y Rossi, 2004). Otro proceso de elaboración de la cultura material (posibles pesos de red) y en la pasaría por seleccionar las conchas más pequeñas, medida que sea posible, la caracterización isotópica de especialmente aquellas con diámetros entre 10 y 20 los restos humanos. mm, similares ya al diámetro de las cuentas discoi- dales. La modi cación se realizaría en este caso di- Por último decir que el material de RA no aporta rectamente a partir del pulimento, homogenizando nuevos datos al respecto de un posible uso de las con- diámetros y grosores, y nalmente realizando la per- chas como elementos vinculados a los rituales funera- foración de la cuenta (Fig. 5B). El segundo sistema rios tal y como se apuntaba para CSPC. En cualquier sería muy próximo a las técnicas de elaboración que caso, el enterramiento de RA se aleja de los modelos tradicionalmente se han sugerido para la elaboración del Neolítico antiguo, aproximándose a los propios en serie de las frecuentes cuentas discoidales realiza- del Neolítico medio catalán. das en concha, generalmente cárdidos, que se recupe- ran en los contextos del Neolítico catalán (Llovera et al., 1991). En el registro de RA podemos encontrar Agradecimientos los elementos residuales de los diferentes tiempos de ambas cadenas operativas propuestas aunque no en- Para el presente trabajo se han recibido ayudas de contramos los ornamentos nalizados, hasta cierto los proyectos de investigación SGR2014-108 de la punto lógico si el registro del yacimiento se considera Generalitat de Catalunya, HAR2014-55131 del Mi- en su mayor parte material amortizado y desechado. nisterio de Economía y Competitividad y UAM-C065 (J.L., L.L. y E.B) y de los proyectos 014 SGR-1248 de la Generalitat de Catalunya y del HAR 2013-43624 6. Conclusiones del Ministerio de Economía y Competitividad (A.G. y M.M.). Además M.M. se bene cia del Programa El registro arqueomalacológico del yacimiento ICREA Academia y L.L. recibe la ayuda de un contra-contra- de Reina Amàlia 31-33 se suma a otros yacimientos to postdoctoral BP-A 00334 2011 del Departament neolíticos del barrio del Raval de Barcelona (CSPC d’Universitats, Recerca i Societat de la Informació de y NCL) y vuelve a demostrar la importancia que es- la Generalitat de Catalunya i del programa COFUND tos elementos jugaron entre las primeras sociedades (Accions Marie Curie). Agradecemos muy especial- agricultoras del llano de Barcelona. En este sentido, mente la ayuda y colaboración del Museu d’Historia de los nuevos datos permiten corroborar algunas inter- la Ciutat de Barcelona, con el que se ha establecido un pretaciones hechas en estudios anteriores. Así, se de- convenio con los autores de este trabajo adscritos a la muestra la recolección de conchas para la fabricación Universitat Autònoma de Barcelona para el estudio del de objetos de ornamentación personal, sean usados registro arqueológico prehistórico de dicha ciudad. El sin modi cación previa, sea con una ligera modi ca- trabajo original ha sido corregido y enriquecido gracias ción que no altera la morfología natural de la concha, a los comentarios y propuestas de dos revisores anóni- o sea usando ésta como materia prima para la fabrica- mos propuestos por la organización.

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122 Las Náyades (Mollusca, Unionoida) del Calcolítico de Camino de las Yeseras (San Fernando de Henares, Madrid)

Laura Llorente Rodríguez1, Eufrasia Roselló Izquierdo1, Arturo Morales Muñiz1, Corina Liesau von Lettow-Vorbeck1,3, Arantxa Daza Perea3,4, Rafael Araujo Armero2

Resumen El registro pretérito de las náyades o almejas de agua dulce ibéricas continúa siendo muy pobre a pesar del auge de los análisis arqueomalacológicos en la Península durante la pasada década. Las náyades recuperadas en el yaci- miento de Camino de Las Yeseras representan, por ello, una importante aportación que proporciona información sobre tres aspectos independientes: (i) el uso dado a estas náyades, que presumiblemente abarcaba tanto activida- des utilitarias como rituales, (ii) la paleobiogeografía de estas especies y (iii) la calidad de las aguas en el entorno del yacimiento durante el Calcolítico. El estudio valora la presencia de los peces recuperados en Camino de las Yeseras desde la perspectiva de potenciales hospedadores de las larvas (gloquidios) de las náyades. Palabras clave: Náyades, Península Ibérica, Calcolítico. Abstract e ancient record of the Iberian naiads is still poorly documented despite the development of archaeo-malaco- logical research that has taken place over the past decade in the peninsula. e naiad remains retrieved at Camino de las Yeseras thus constitute a welcome addition that provides information concerning three di erent aspects, namely: (i) the use given to these molluscs, which apparently was of both utilitarian and ritual connotations, (ii) the paleobiogeography of the group, and (iii) the quality of the waters close to the site during the Chalcolithic period. e study discusses the presence of the sh taxa documented at Camino de las Yeseras from the standpoint of their role as hosts of the naiads’ larval stages (glochidia). Keywords: Naiads, Iberian Peninsula, Chalcolithic.

1 Laboratorio de Arqueozoología, Universidad Autónoma de Madrid. C/ Darwin, 2, 28049. Madrid. [email protected]; eu[email protected]; [email protected]; 2 Museo Nacional de Ciencias Naturales. C/ José Gutiérrez Abascal, 2, 28006. Madrid. [email protected] 3 Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad Autónoma de Madrid. C/ Francisco Tomás y Valiente, 1, 28049. Madrid. [email protected] 4 Contratada predoctoral del programa para la Formación de Personal In estigador en Formación, Subprograma FPI- MINECO: BES-2012-056461. [email protected]

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1. Introducción que se conoce con precisión la distribución de las especies peninsulares (Araujo et al., 2009), la procedencia de los En la Península Ibérica se han documentado restos restos arqueológicos puede convertirse en un dato funda- de náyades en yacimientos arqueológicos desde el Paleo- mental para la determinación especí ca. lítico Superior (Cueva del Valle; Altuna, 1972), siendo a partir del Neolítico cuando el registro de estos bivalvos Contando la Península Ibérica con tan amplio reper- continentales se hace más notable tanto en número de ya- torio de especies y con densidades en el pasado que parece cimientos como de restos (Moreno, 1995: Apéndice 4). ser podían haber llegado a tapizar el fondo de un río (Stra- Sin embargo, a pesar de que la investigación arqueomala- yer, 2008), no extraña que las náyades hayan sido objeto cológica viene experimentado un considerable impulso en recurrente de interés por parte del ser humano, hecho que la Península en el último lustro gracias, entre otros, a la po- también debemos tener cuenta a la hora de interpretar las sitiva sinergia proporcionada por las Reuniones Cientícas muestras arqueológicas. Martínez Sánchez (2013) con r- de Arqueomalacología de la Península Ibérica, los estudios ma la habitual presencia de náyades en las ocupaciones del sobre náyades aún siguen siendo escasos, como se ha seña- Guadalquivir entre el IV y III milenio a.C., y en la Meseta lado en un trabajo reciente (González et al., 2014). Dado Norte diferentes autores atestiguan esta presencia desde que los problemas derivados de los diferentes métodos de el Calcolítico hasta la Edad Media (García Barrios, 2007; recuperación en las excavaciones arqueológicas afectan a González et al., 2014; Gutiérrez Zugasti et al., 2014). todos los restos de moluscos por igual y que las conchas de Aunque se conocen citas de consumo en Europa desde pe- náyades no acusarían, en principio, una mayor pérdida en riodos prehistóricos (Barn Elms, Londres/Reino Unido; el registro de la que presentan moluscos marinos o terres- Neolítico; Kennard, 1943) y, sobre todo, a partir de épo- tres, debido a la robustez que exhiben sus conchas, debe- ca romana (p. ej. castillo de Heidenberger; Sanderberger, mos pensar en otras razones que expliquen el paupérrimo 1873), el interés principal de las náyades parece haberse registro de estos bivalvos en yacimientos. centrado en su explotación como elementos de adorno, especialmente en el caso de sus perlas. Tanto es así que los La rarefacción de las náyades en los actuales cursos nombres de dos de los géneros hacen referencia a este he- uviales ibéricos podría invitarnos a pensar que tampoco cho. Así, para los romanos, margaritae era el término dado fueron un recurso abundante en el pasado, pero esta situa- a las perlas y unio el que se empleaba para referirse a las ción no es sino reejo del deterioro que vienen sufriendo de mayor calidad o excepcional talla (Valledor y Araujo, estos ambientes desde el inicio del siglo XX. De hecho, 2011). El nácar de las conchas sirvió asimismo para fabri- hasta hace pocas décadas, sus concentraciones podían al- car utensilios o adornar éstos, caso del nácar de M. auricu- canzar los 700 individuos por metro cuadrado en algunos laria en los mangos de cuchillos. Esta actividad, así como cursos uviales liderando asimismo la biomasa animal de la fabricación de botones, perduró en algunas regiones del éstos (Strayer et al., 2004; Araujo et al., 2009). Ebro hasta nales del s. XX (Álvarez, 1998; Zapater et al., 2006). En el registro arqueológico constan fragmentos A pesar de estas abundancias locales en el pasado, su trabajados de náyades en los poblados de “Los Castillejos” apreciable diversidad en la Península Ibérica, (10 especies (Zaragoza-Neolítico), “Cerro Macareno” (Sevilla-Edad repartidas en 2 familias y 4 géneros; Tabla 1), y su hiper- del Bronce) y “Moncín” (Zaragoza-Edad del Bronce) variabilidad morfológica hace de las náyades un grupo es- (Araujo y Moreno, 1999). La ostra de agua dulce, margari- pecialmente difícil de identi car incluso para los especia- tona o náyade auriculada (M. auricularia Spengler, 1973), listas. De ahí que en muchos trabajos las identi caciones se utilizó también para confeccionar castañuelas en tanto no puedan descender del nivel de orden. Por último, la que el mejillón del pintor (U. pictorum Linnaeus, 1758) escasez de colecciones de referencia y la dispersión de ca- fue empleado por estos artesanos como contenedor para racteres de identi cación en diferentes trabajos di cultan mezclar pigmentos aprovechando el revestimiento imper- adicionalmente esta labor al arqueomalacólogo. La deter- meable que proporcionaba su nácar (Valledor y Araujo, minación más able de la concha se realiza a través de los 2011). Por último, las náyades han tenido un uso en el dientes cardinales, debiendo quedar relegados el resto de mundo simbólico como atestigua su presencia en ajuares los fragmentos a un nivel inespecí co. Por todo ello, en de las cuevas calcolíticas funerarias del Valle de las Higue- la Tabla 1 ofrecemos una clave dicotómica, atendiendo a ras (Huecas, Toledo; Bueno et al., 2005). los principales rasgos diagnósticos, para la determinación de náyades en yacimientos arqueológicos recomendando En un escenario global de progresiva extinción, el es- que, siempre que sea ello posible, se acuda a un especialista tudio de las náyades arqueológicas contribuye a per lar la para la con rmación de cualquier identi cación. Desde distribución pretérita de las especies y con ello a entender

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1a Con dientes cardinales 3

1b Sin dientes cardinales: Género Anodonta 2

2a Parte superior del umbo con crestas paralelas al ligamento. Anodonta anatina Borde dorsal diagonal 2b Parte superior del umbo con crestas paralelas a las estrías de crecimiento. Anodonta cygnea Borde dorsal horizontal

3a Con dientes laterales patentes 4

3b Adulto con dientes laterales difuminados con el borde posterior de la concha Margaritifera margaritifera

4a Dientes cardinales grandes y robustos 5

4b Dientes cardinales nos: Género Unio 6

5a Umbo deprimido, escultura del umbo lisa y dientes laterales posteriores rectos Margaritifera auricularia

5b Umbo convexo, escultura del umbo ondulada y dientes laterales posteriores Potomida littoralis curvos

6a Concha redondeada Unio gibbus

U. delphinus (Atlántico) U. mancus (Mediterráneo) 6b Concha alargada. Determinación especí ca según cuenca hidrográ ca U. ravoisieri (Banyoles y río Ser) U. tumidiformis (SO Atlántico)

Tabla 1. Clave dicotómica para la determinación de las náyades ibéricas tomando como referencia los trabajos de Araujo y Moreno (1999) y omas (2006). cambios operados en los ecosistemas dulceacuícolas, per- minada náyade nos permitirá inferir la de aquellos peces mitiendo además inferir el entorno de un yacimiento y que precisa su ciclo biológico. Todo ello permite inferir la relación de sus pobladores con el mismo. La principal la existencia de ciertos peces en una zona sin necesidad función ecológica de las náyades dentro del sistema u- de encontrarlos en el depósito arqueológico (Vaughn y vial es su papel como dinamizadoras de nutrientes en los Taylor, 2000; Araujo et al., 2005; Strayer, 2008). sistemas acuáticos y como oxigenadoras del agua. Ello se realiza a través de la ltración de la materia orgánica, tanto Partiendo de estas consideraciones, valoraremos ahora del agua como del sedimento, a razón de hasta 50 litros al la información biológica y la cultural que aportan las náya- día por cada individuo. Tal extremo convierte a las náya- des del yacimiento del Camino de las Yeseras. des en excelentes bioindicadores de la calidad de las aguas (Vaughn y Hakenkamp, 2001; Strayer et al., 2004). 2. Material y métodos Un aspecto menos conocido es su valor como indica- dores de la presencia de determinados peces, necesarios La colección procede de una selección de muestras para completar aquéllas su ciclo biológico. Las hembras del yacimiento madrileño del Camino de Las Yeseras grávidas expulsan unas larvas características, denomina- (San Fernando de Henares). Éste se localiza en un lu- das gloquidios, que se anclan y enquistan generalmente gar estratégico para la explotación de recursos uviales, en las branquias de determinadas especies de peces. Los como es la conuencia de los ríos Jarama y Henares. Su gloquidios permanecen en las branquias hasta completar cronología abarca desde el Calcolítico hasta la Edad del su metamorfosis. En ese momento, se rompe la cubierta Bronce (todo el III milenio a.C. y parte del II a.C.). En del quiste y los juveniles caen al fondo, donde se entierran las campañas de excavación realizadas en 1999 y 2003- y comienzan su fase de vida libre. Así, y dependiendo de la 2004 por la empresa Gestión del Patrimonio, S.L., se especi cidad por el hospedador, la presencia de una deter- excavaron casi medio millar de estructuras. En 2006 el

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Figura 1. A) Localización de Camino de las Yeseras. B) Ubicación regional del yacimiento. C) Planimetría general del yacimiento. Contextos funerarios/rituales: A1E4, A10E1, A15E8-I, A16E7, A21E6, A36extE3, A36extE3-VIII, A60E1. Hoyos con restos de malacofauna: F-262, F-265, A55E1, CorteO.Est.A, CorteE.Est.A, CorteE.Est.AB, CorteE.Est.E-I. Tramos de foso: A15E8-B, A54E121E01, A53A121E01, A38E1, A55E3, A 56-57, A 133E1/I, A133E1-V. Cabañas: F-322, F-286, F-254, F-305, F-411, A9E2, A17E9, A55E2, CorteE.Est.E. Zona central: A132I, A132II, A-132III, A 132VI.

128 L  L R , E  R I , A  M M ... yacimiento fue sometido a un proceso de retirada del gasti (2009). Los estimadores utilizados han sido el nivel vegetal con una pala excavadora, seguido de un número de restos (NR) y el número mínimo de indi- raspado manual de toda la super cie, documentándo- viduos (NMI). Éste último cuanti cador no se aplicó se más de 8.000 estructuras, de las cuales 825 fueron a la categoría Unionoida. excavadas. En total, la excavación afectó a un total de 3 Ha sobre las 22 Ha estimadas de ocupación (Fig. 1). La ocupación calcolítica presenta una importante 3. Resultados diversidad de estructuras que incluye miles de hoyos, estructuras habitacionales y de producción, y hasta Las muestras de náyades superan ampliamente las seis recintos de fosos, la mayoría de ellos concéntri- colecciones que habitualmente se documentan en ya- cos (Ríos, 2011). El yacimiento también destaca por cimientos arqueológicos peninsulares (Tabla 2). Tal su variado registro de tumbas con inhumaciones pre- abundancia se debe en parte a una acusada fragmen- campaniformes y campaniformes (Liesau et al., 2008; tación que, en ausencia de elementos diagnósticos, Vega et al., 2010; Gómez et al., 2011). El carácter de nos obliga a crear una amplia categoría inespecí ca. excavación preventiva hizo que sólo el sedimento de El número mínimo de individuos, sigue constatando algunos contextos singulares y de todos los campa- unos valores notables (112). La especie dominante es niformes funerarios fuese cribado y otado (Liesau, Potomida littoralis (Cuvier, 1798) pero es apreciable 2011; Llorente, 2011; Liesau et al., 2013). la presencia de Unio delphinus (Spengler, 1793) y, se- cundariamente, la de Margaritifera auricularia. Como primer avance al estudio de los moluscos, hemos seleccionado 32 contextos que comprenden Las náyades aparecieron en estructuras de habita- depósitos funerarios, hoyos, cabañas y tramos de los ción, en hoyos y en tramos de fosos, pero destaca su fosos que delimitaban perimetralmente la zona ha- abundancia en las estructuras de la zona central del bitacional. Las náyades de este estudio proceden de yacimiento donde parece que se podrían concentrar estructuras de cronología calcolítica. las actividades económicas. Adicionalmente, algu- nos ejemplares aparecieron en contextos rituales La identi cación de algunas piezas requirió el con- (Tabla 3). Entre éstos destacan los funerarios, tan- curso de la colección de referencia del Museo Nacio- to individuales como colectivos (donde aparecen P. nal de Ciencias Naturales. Tanto la nominación de littoralis y U. delphinus) y, sobre todo, el espectacu- taxones como la presentación de éstos en las tablas lar contexto con un enorme cráneo de uro sobre una se ajustan a las directrices de la taxonomía biológi- cuña de barro, donde documentamos una valva de ca (Llorente, 2012). El patrón de fracturación para M. auricularia. A pesar de esta diversidad de con- proceder a la cuanti cación ha seguido los criterios textos, no hemos hallado huellas de manipulación ofrecidos por Moreno (1994, 1995) y Gutiérrez Zu- en resto alguno.

Funerarios/ Contexto Cabañas Zona central Hoyos Tramos de foso TOTALES rituales

TAXÓN NR NMI NR NMI NR NMI NR NMI NR NMI NR NMI

Unio 11 9 2 2 20 11 1 1 6 5 40 28 delphinus Potomida 13 9 5 4 52 44 11 7 27 30 108 94 littoralis Margaritifera 2 1 1 1 1 1 2 2 6 5 auricularia

Unionoida 44 13 171 18 72 318

TOTAL 70 19 21 6 244 56 30 8 107 23 472 112

Tabla 2. Frecuencias de náyades en cada uno de los tipos de contextos considerados en la Figura 1.

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Contexto funerario Descripción Taxón NR NMI

Área 10, El-01, UE 01 Inhumación doble Potomida litoralis 2 1

Enterramiento en fosa, adulto joven; Unionoida 2 Área 16, El-07, UUEE 1 y 2 calcolítico sin campaniforme Potomida littoralis 1 1 Enterramiento en fosa; 4 individuos: Área 15, El-8-I, UE 03 2 mujeres, 2 infantiles; calcolítico sin Unionoida 1 campaniforme Área 36 ext., El-03, UE 01 Área funeraria 2 Unio delphinus 1 1 Enterramiento en fosa alterado; restos humanos dispersos; 4 individuos: 3 adultos, Área 21, El-06, UE 02 1 infantil; con campaniforme Unio delphinus 1 1 Restos humanos dispersos; 4 individuos: 3 adultos, 1 infantil Área funeraria 2. Espacio funerario amplio Área 36 ext., El-03, UE 03 Unionoida 1 con inhumaciones campaniformes Área funeraria 2. Espacio funerario amplio Área 36 ext.,3-VIII Franja 1 con inhumaciones campaniformes. Interior Unionoida 1 gran tinaja

Potomida litoralis 1 1 Área 36 ext., El-03, UE 05 Área funeraria 2 Unionoida 1

Área 60, El 01, UE 02 Depósito con cráneo de uro Margaritifera auricularia 1 1

Tabla 3. Relación de contextos funerarios y rituales con presencia de náyades.

4. Discusión acompaña su característico sabor a fango derivado de la actividad ltradora (Zapater et al., 2009). Tal Comenzando por los aspectos culturales, la infor- consumo ha sido sugerido para el Neolítico Anti- mación contextual indica que las náyades no parecen guo de Xarez 12 (Reguengos de Monsaraz, Portugal; ser intrusivas pues el yacimiento se localiza por enci- Gonçalves, 2003), el IV y el III milenio a.C. en nume- ma de la llanura de inundación de ambos ríos (Ríos, rosos yacimientos del valle del Guadalquivir (Martí- 2011). El uso ritual de las náyades no puede descar- nez, 2013), así como en la Primera y Segunda Edad tarse al documentarse en un total de 9 contextos del Hierro del valle del Duero (Era Alta, El Castillo, de este tipo (Tabla 3). Ello, unido a su abundancia, La Mota, Valoria y el Soto de Medinilla; Morales y apunta a que su presencia dista mucho de ser casual. Liesau, 1995: Tabla 38) y en la colonia romana de Sin embargo, no hemos podido constatar una asocia- Victrix Iulia Celsa (Velilla de Ebro, Zaragoza; Cabre- ción inequívoca de las conchas con los inhumados, ra y Beltrán, 1998). como se documenta en una de las cuevas arti ciales del yacimiento calcolítico del Valle de las Higueras La ausencia de huellas de manipulación antrópica (Bueno et al., 2005). descartaría un aprovechamiento del nácar a pesar de ser ésta una actividad documentada desde el inicio de Las más altas frecuencias de náyades se constatan las economías de producción, así como en ocupacio- en estructuras con desechos culinarios y artefactos nes calcolíticas, caso de Marroquíes Bajos (Jaén; Lo- varios, tanto en los tramos de fosos como en las es- zano y Rodríguez, 2014). tructuras del área central. Tal circunstancia podría sustentar una hipótesis de consumo. El consumo de Lo cierto es que resulta complicado inferir el uso náyades está documentado etnográ camente pero antrópico de las náyades en los registros arqueológicos como actividad muy esporádica, debido a la consis- debido a esta infrecuencia de huellas de manipulación tencia basta y correosa de su carne a la que tampoco (González et al., 2014; Gutiérrez Zugasti et al., 2014).

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Por lo que se re ere a los aspectos corológicos, observa- y arqueológicos como los textos medievales, señalan la mos tres situaciones distintas (Fig. 2): (a) especies que se presencia de sábalos en la cuenca del Tajo, desde el últi- distribuyen por las cuencas atlántico-mediterráneas, (b) mo interglaciar (Eemiense; 166 ka) hasta pasado el siglo especies que se distribuyen por las cuencas atlánticas, y XVI (Morales, 1980; Sánchez uiñones, 2006). Ade- c) especies que se distribuyen por las cuencas mediterrá- más de esta dilatada presencia del pez en la cuenca del neas. Desde esta perspectiva, la presencia de P. littoralis Tajo, sábalo y margaritona solapan sus distribuciones y U. delphinus en Camino de las Yeseras concuerda con actuales, tanto en el bajo Ebro como en algunos ríos de los datos actuales (Fig. 2), mientras que la presencia de Francia. Estas putativas interrelaciones son la base sobre M. auricularia amplía su rango de distribución, actual- la que se va a poner en marcha un proyecto de conserva- mente restringido al Ebro, hecho documentado en otros ción de M. auricularia en un río de la cuenca del Loira yacimientos arqueológicos (Moreno y Araujo, 1999). porque aunque los experimentos de infección de peces con gloquidios de esta náyade no han considerado hasta El hábitat óptimo de P. littoralis y U. delphinus se si- ahora al sábalo como agente de dispersión, parece que la túa en los tramos medios de los ríos, preferentemente en presencia de la náyade podría venir condicionada por la zonas de agua remansada, aunque limpia. La localiza- del sábalo (R. Araujo, com. pers.; Araujo et al., 2009). ción del yacimiento en la conuencia de dos ríos apunta Los datos de Camino de las Yeseras podrían, por tanto, a que los pobladores del Camino de las Yeseras llevaron aportar una insospechada vía de con rmación para los a cabo una explotación sistemática de las náyades loca- zoólogos que van a llevar a cabo este experimento. les. Esta hipótesis vendría apoyada por la presencia tanto de galápagos como de aves acuáticas (Pérez et al., 2011; Llorente, 2011).

Un último aspecto a considerar es la relación de las náyades durante su ciclo biológico con un grupo apenas representado en Camino de las Yeseras: los peces. La re- lación que tienen estos bivalvos con sus hospedadores es, a) Potomida littoralis como antes comentamos, muy especí ca (Araujo et al., 2000, 2009). Así, las colonias de U. delphinus, probable- mente requieran la presencia de espinosos (Gasterosteus aculeatus), bogas de río (Chondrostoma sp.) o barbos (Luciobarbus sp., Barbus sp.) (Araujo et al., 2009). Las dos últimas especies ícticas son también parasitadas por los gloquidios de P. littoralis. En el caso de M. auricula- b) Unio delphinus ria, hasta ahora se han con rmado como hospedadores nativos el esturión europeo (Acipenser sturio) y el pez fraile (Blennius uviatilis) (Araujo et al., 2001). Esto quiere decir que el elenco de especies piscícolas presen- tes en esta conuencia de los ríos Jarama y Henares hubo de ser necesariamente mucho más rica de lo que el regis- tro arqueológico evidencia (Roselló, 2011). c) Margaritifera auricularia La especie piscícola más frecuente en Camino de las Yeseras es, el sábalo (Alosa alosa) (Roselló, 2011). Aun- que no está consignada como hospedador de ninguna náyade, su presencia parece remitir a algún tipo de re- Figura 2. Distribución ibérica de las tres especies de náyades lación con M. auricularia. En este sentido, cabe señalar recuperadas en el yacimiento de Camino de las Yeseras que el sábalo es una especie que evita las aguas turbias, (círculo azul). Los cuadrados rojos señalan presencias actuales siendo la margaritona una especie que contribuye a man- y los círculos negros en el mapa C las citas arqueológicas tenerlas limpias, por lo que la conjunción de náyades y recopiladas por Araujo y Moreno (1999) a las que hemos añadido El Hornazo (1; Gutiérrez Zugasti et al., 2014), Cerro sábalos en Camino de las Yeseras sugiere unas aguas lim- de la Mesa (2; Chapa et al., 2014), Valle de las Higueras (3; pias de los ríos Jarama y Henares en aquellos momen- Bueno et al., 2005), Pozo Nuevo (4; García Barrios, 2007) tos. Por otra parte, tanto los registros paleontológicos y El Arrabal califal de Córdoba (5; Lozano et al., 2004).

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5. Conclusiones Araujo, R, Moreno, R., 1999. Former Iberian Distribu- tion of Margaritifera auricularia (Spengler, 1793) La abundancia de náyades y la diversidad de contex- (Bivalvia: Margaritiferidae). Iberus 17(1), 127-136. tos en los que éstas aparecieron en Camino de las Yese- ras indican un aprovechamiento antrópico diversi cado. Araujo, R., Bragado, D., Ramos, M. A., 2000. Occur-Occur- Por inercia, sospechamos que éste podría incluir tanto el rence of glochidia of the endangered Margaritifera consumo como algún papel dentro del mundo simbóli- auricularia (Spengler, 1793) and other mussel spe- co, aunque todavía se está pendiente de un estudio más cies (Bivalvia: Unionoida) in dri and on shes in an exhaustivo del tema. ancient channel of the Ebro River, Spain. Archiv für Hydrobiologie 148(1), 147-160. Las náyades de Camino de las Yeseras constituyen un aporte clave para evaluar la paleo-biogeografía de estas Araujo, R., Bragado, D. Ramos, M. A., 2001. Identi Identi ca ca-- especies en la Península Ibérica y evidencian, junto con tion of the river blenny, Salaria uviatilis, as a host to los restantes grupos acuáticos (galápagos, aves y peces), the glochidia of Margaritifera auricularia. Journal of un aprovechamiento sistemático de los recursos uviales Molluscan Studies 67, 128-129. del entorno, que no parece, en cualquier caso, haber sido intensivo. Araujo, R., Gómez, I., Machordom, A., 2005. e iden- tity and biology of Unio mancus (= U. elongatulus) Aunque la representación de peces en el registro (Bivalvia: Unionidae) in the Iberian Peninsula. Jour- faunísticos de este yacimiento es escasa, la presencia de nal of Molluscan Studies 71, 25-31. las náyades sugiere la existencia de una comunidad piscí- cola mucho más amplia de la que sugiere el registro ícti- Araujo, R., Reis, J., Machordom, A., Toledo, C., Madeira, co. Como corolario de esto último, la coetaneidad de la M.J., Gómez, I., Velasco, J.C., Morales, J., Barea, J.M., margaritona y el sábalo en Camino de las Yeseras apunta Ondina, P., Ayala, I., 2009. Las náyades de la penín- a algún tipo de relación ecológica, que justi caría los fu- sula Ibérica. Iberus 27(2), 7-72. turos experimentos que se proyectan para con rmar el papel del sábalo como hospedador de los gloquidios de Bueno, P., Barroso, R., Balbín, R. de, 2005. Ritual cam- M. auricularia. paniforme, ritual colectivo: La necrópolis de cuevas arti ciales del Valle De las Higueras, Huecas, Toledo. Trabajos de Prehistoria 62(2), 67-90. Agradecimientos Cabrera, M., Beltrán, M., 1998. Los alimentos. En: Agua- Este trabajo se ha realizado gracias a la subvención rod, M. C., Beltrán, M., Cabrera, M. L., González, obtenida: Las sociedades calcolíticas y su marco temporal M. L., Hernández, M. A., Mínguez, J. A., Paz, J. A. en la región de Madrid. Una revisión a la luz de nuevos (Eds.). Colonia Victrix Iulia Lepida-Celsa (Velilla de datos. (Plan Nacional I + D+ i HAR 2011-28731. Mi- Ebro, Zaragoza). III, 2. El instrumentum domesticum nisterio de Economía y Competitividad), y el proyecto de la «Casa de los delnes». Institución Fernando El Ictioarqueologia de la Prehistoria cantábrica: Modelos Católico (C.S.I.C.), Zaragoza, 787-806. para la caracterización de las primeras pesquerías euro- peas (Ministerio de Economía y Competitividad). HAR Chapa, T., Pereira, J., Cabrera, A., Charro, C., Moreno, 2014-55722-P M., Ruiz, M., Pérez, S., López-Sáez, J.A., Araujo, R., 2013. Una fosa-vertedero de época vettona en el Ce- rro de la Mesa (Alcolea de Tajo, Toledo). Trabajos de Referencias Prehistoria 70 (1), 140-165.

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134 Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos. El conchero 4 del sitio Karoline (400 cal BC - 300 cal AD) de la costa Atlántica de Nicaragua)

Ermengol Gassiot Ballbè1, Ignacio Clemente Conte2

Resumen El análisis detallado de la fauna malacológica procedente de concheros tiene un gran potencial en arqueología. Por una parte, la caracterización precisa de estos sedimentos ilustra las dinámicas de formación de un yacimiento, al permitir intuir la velocidad de sedimentación de las conchas o si se trató de un proceso continuo o no. Por la otra, el estudio métrico de las conchas facilita indicios sobre cómo se llevó a cabo la recolección de moluscos e incluso so- bre la presión que la actividad extractiva ocasionó sobre cada especie. Este trabajo aborda estas cuestiones mediante el estudio del conchero 4 del yacimiento de Karoline, una aldea prehistórica de la Costa Atlántica de Nicaragua. Palabras clave: Arqueomalacología, Caribe, Donax sp. Abstract e detailed analysis of malacological fauna from shell middens has proved to have a big potential in archaeo- logy. By one hand, a precise characterization of the sediments from this kind of context illuminates the dynamics of formation of an archaeological site. It permits to guess the speed of deposition of the shells and the formation of the sedimentary deposits, the continuity or not of this process, etc. Furthermore, the metric study of the shells facilitates indications on how their gathering was done and, even, on the pressure that their exploitation had over the species. is paper works on these questions trough the study of the shell midden number 4 from Karoline, a prehistoric village in the Atlantic Coast of Nicaragua. Keywords: Shell midden, Archaeomalacology, Caribbean, Donax sp.

1 Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona. Edici B. Bellaterra 08193, BARCELONA. España. [email protected] 2 CSIC-Institución Milá y Fontanals (IMF), Departamento de Arqueología y Antropología, AGREST. c/ Egipciaques 15, 08001 Barcelona. [email protected]

137 A           ...

1. Introducción piedras central (Fig. 1). La zona es una área de bosque tropical, actualmente degradada por actividades agrí- A pesar de la notoria visibilidad de los depósitos ar- colas y ganaderas, con pequeños cursos de agua cerca- queológicos de conchas que dan forma y nombre a los nos y el límite sur actual de la gran Pearl Lagoon a 3,8 concheros, los estudios de la fauna malacológica desde la km al nordeste. La colina donde se emplaza el sitio se arqueología son, por lo general, todavía poco frecuentes sitúa en la orilla de lo que fue el extremo meridional incluso en este tipo de yacimientos. Además cuando se de la Pearl Lagoon y que hoy se encuentra sedimenta- realizan en gran medida tienen una orientación princi- do, dando lugar a una llanura arenosa con vegetación palmente taxonómica y solo se ofrecen listados de las de sabana y zonas pantanosas (Clemente et al., 2010; especies representadas. Recientemente algunos trabajos Gassiot, 2005). El litoral exterior actual se localiza a han comenzado a modi car esta situación desarrollando casi 4 km al este, después de cruzar una extensa llanu- los sistemas de cuanti cación de los restos malacológicos, ra arenosa, con pantanos y dunas, marcando diversas analizándolos desde una perspectiva paleoeconómica o paleocostas. En su conjunto, Karoline parece haber es- como indicadores paleoambientales, de la estacionalidad tado conformado por diversas unidades de habitación de las ocupaciones, de los procesos de trabajo implicados que generaron concheros en sus inmediaciones fruto en su explotación, etc. (Gassiot, 2005; Gutiérrez, 2009; del consumo intenso del bivalvo Donax denticulatus y Mason et al., 1998; Szabó et al., 2014). Donax estriatus (denominados ají por los habitantes de la zona). Estos concheros, además de basureros, alo- Partiendo de las excavaciones del conchero número 4 jaron también diversas áreas de actividad (Clemente et del sitio Karoline (ver Clemente y Gassiot, en este vo- al., 2012, 2013). lumen), este trabajo plantea el estudio arqueomalacoló- gico de los depósitos que lo conforman, formados casi Uno de ellos, el conchero 4 ha sido parcialmente exclusivamente por restos del bivalvo Donax sp., como excavado en diversas campañas entre los años 2002 y una herramienta útil para ilustrar tanto las dinámicas 2008. La excavación se realizó sobre una extensión de de formación del sitio como los procesos de trabajo im- 50 m2 y abarcó parte de los niveles superiores del con- plicados en ellas. Por motivos de espacio, se deja de lado chero y de su exterior, donde se buscó el área domés- la mención a otros elementos del registro arqueológico tica al que, se suponía, se vinculaba la acumulación generado y que ya han sido publicados en otros lugares de conchas y otros desechos. En la campaña de 2008 (Clemente et al., 2009, 2010, 2012 y 2013). Un primer se completó la excavación en extensión con una zanja elemento revisado en este trabajo es la propia de nición con el n de de nir mejor su estratigrafía interna y su de los diferentes estratos del “conchero” a partir de la ca- diacronía. Se recogieron muestras de sedimento del racterización de su composición sedimentaria. En otros conchero, tanto durante la excavación como, poste- términos, se propone un análisis de la homogeneidad/ riormente, de los per les. En los concheros 1 y 5 se heterogeneidad de los depósitos del conchero atendien- realizaron sondeos para, además de su cronología, do a la de nición cuantitativa de sus componentes. El analizar su estratigrafía interna y recoger muestras. segundo aspecto que aborda este trabajo es la caracteri- zación métrica de las conchas del taxón dominante en La datación de los concheros números 1, 4 y 5 (Fig. el conchero y que constituye una porción relevante de 1) muestra rangos temporales similares, sugiriendo su contenido. En de nitiva, se busca por una parte des- que su formación fue sincrónica, seguramente con di- cribir de forma precisa la composición del conchero, re- versas unidades domésticas funcionando simultánea- conociendo y cuanti cando su variabilidad interna. Por mente. Permite plantear que Karoline fue un asenta- la otra, a través del estudio métrico de las conchas este miento que como mínimo existió entre los siglos IV/ trabajo apunta una breve discusión sobre la modalidad III cal BC hasta los siglos III/IV cal AD con diversos de su recolección. concheros formándose simultáneamente. El estudio de los materiales y los contextos arqueológicos docu- mentados permite completar esta primera impresión 2. Las excavaciones en el conchero 4 del sobre Karoline, esbozando una imagen de las prácti- sitio Karoline cas de subsistencia de sus pobladores prehistóricos: qué recursos se explotaron y, en algunos casos, cómo Descubierto en el año 1999, el sitio Karoline está for- fue su explotación; cómo fueron las actividades que mado por al menos 12 concheros dispersos en la lade- dieron lugar a los concheros; qué representaron los ra de una pequeña elevación y un montículo de tierra y concheros en el asentamiento; etc.

138 E G B†; I C C (imagen central).(imagen A la derecha, planta del yacimiento. Figura del 1. Localización área de estudio en Nicaragua (izquierda), con un mapa del emplazamiento en ellay otros de Karoline yacimientos así como las principales poblaciones del área

139 A           ...

3. Métodos y materiales 2001; Gassiot, 2005; Stein 1992). En algunas ocasio- nes se utiliza para referir a depósitos de conchas con 3.1. La excavación y datación del conchero 4 poca matriz sedimentaria (por ejemplo, Ramos y La- de Karoline zarich, 2002), independientemente del volumen que éstos alcancen. En otras, la simple presencia de una La excavación del conchero 4 de Karoline se efec- cantidad remarcable a ojos del/la observador/a de tuó en extensión, a lo largo de un área de 60 m2 y restos de conchas en el sedimento ya justi ca el uso siguiendo la estratigrafía observable, individualizan- del término (Sanoja y Vargas, 1995). En muchas oca- do una gran parte de los materiales arqueológicos siones la variabilidad dentro de un mismo período y (cerámica, lítica, fauna, semillas, carbones, etc.) y ámbito geográ co entre yacimientos es muy grande, registrando su situación tridimensional. Ello ha per- de tal forma que el término designa contextos sedi- mitido asociar de forma precisa los diferentes mate- mentarios muy diferentes que contienen vestigios de riales a contextos estratigrá cos especí cos, así como la explotación de moluscos (Bailey et al., 2013; Er- también establecer los patrones de dispersión de cada landson, 1994; Gutiérrez, 2009; Stark y Voorhies, categoría de restos y asociaciones/disociaciones es- 1978). Esta heterogeneidad puede darse también a paciales entre tipos de materiales. De esta forma, al lo interno de una misma secuencia estratigrá ca, con poder caracterizar diferentes áreas de actividad tanto depósitos muy diferenciados en términos de cantidad dentro como fuera del conchero y ponerlas en rela- y estado de conservación de restos malacológicos. ción con algunos agujeros de poste documentados durante la excavación se ha podido plantear la exis- Esta realidad plantea la conveniencia de buscar tencia de un espacio de habitación y su disposición fórmulas para describir la composición de este tipo (Clemente et al., 2012). Por otra parte, la realización de depósitos de forma precisa. Sin querer entrar en el de una trinchera ha facilitado el conocimiento de la debate sobre cuál es la mejor forma para cuanti car diacronía interna del conchero, pudiendo acotar tan- la composición de los sedimentos de un conchero, en to su duración temporal como sus ritmos de forma- este trabajo planteamos la caracterización de los es- ción internos. tratos que conforman el conchero 4 de Karoline. Para ello durante la excavación se procedió a reservar una Gracias a esta última operación, que complemen- muestra de 2 litros para cada 30 litros de sedimento ta la excavación en extensión, se ha podido constatar exhumado. Posteriormente, durante la documenta- que el conchero 4 de Karoline está conformado por ción de los cortes de la trinchera, a parte de una pri- tres grandes fases de acumulación de depósitos de mera descripción visual de los diferentes estratos re- una gran cantidad de conchas, principalmente Do- presentados, se seleccionaron muestras de algunos de nax denticulatus y Donax estriatus. La más antigua, ellos que por sus características (densidad de conchas, que dio lugar al conchero C3 de 70 cm. de espesor grado de fragmentación, cantidad de matriz sedimen- documentado en la trinchera, se formó en un lapsus taria) se consideraran indicativos de la heterogenei- de tiempo muy breve entre el 380 y el 230 cal BC, tal dad sedimentaria del conchero. En el laboratorio se y como indica el solapamiento de las tres dataciones dividieron las muestras para reservar una réplica de efectuadas. La segunda corresponde a depósitos acu- seguridad en Managua y trasladar otra a Barcelona. mulados entre un momento de formación de suelo Sobre este último conjunto, se han homogenizado las sobre el conchero C3 (alrededor 350-60 cal BC) y muestras a 1 litro de sedimento y se ha procedido a otro nivel sin conchas entre los concheros C2 y C1, su estudio. datado entre 85 cal BC y 16 cal AD. El último pe- ríodo de formación del conchero concluyó entre el Con el n de caracterizar la composición de las di- 250 y el 350 cal AD, tal y como certi ca la datación ferentes muestras, cada una de ellas se tamizó a través procedente de su super cie (Fig. 1). de una malla de 0,5 mm. Esta operación permitió se- parar la matriz de las conchas y otros restos. A partir de aquí, de forma manual se separaron los diferentes 3.2. Muestreo y descripción de los depósitos materiales recogidos en el tamiz. Dado que en todas del conchero 4 de Karoline las muestras el taxón malacológico altamente predo- minante era Donax sp., se de nió una categoría para En arqueología la categoría conchero se emplea las conchas enteras de Donax y otra para las fragmen- con relación a realidades bastante diversas (Gassiot, tadas. Esta distinción se estableció porque durante

140 E G B†; I C C la excavación se apreciaba una marcada variabilidad 4. Resultados en la preservación de las conchas que se correlacio- naba positivamente con la cantidad de sedimento. 4.1. Composición del conchero 4 de Karoline Por otra parte se distinguió también la presencia de conchas de Polymesoda y de otros tipos de mo- El análisis de la composición de las 84 muestras luscos, además de carbón, fauna vertebrada, etc. En de sedimento de la trinchera realizada en el conchero consecuencia se de nieron las siguientes variables: 4 de Karoline muestra la diversidad de los depósitos sedimento, Donax enteras, Donax fragmentadas, Po- que lo conforman. Este hecho ya era evidente tanto lymesoda, otras conchas, fauna vertebrada, cerámica, durante los trabajos de excavación como en la poste- carbón, piedras y coral. Dada la heterogeneidad de rior documentación de los per les (Fig. 2). La des- las categorías, su cuanti cación se realizó a partir del cripción de la composición de las diferentes muestras peso. En total se contabilizaron 84 muestras proce- evidencia de forma precisa esta heterogeneidad. Del dentes de la trinchera. total, 17 muestras tienen una cantidad de matriz se- dimentaria inferior al 50% de su peso (muestras 1-17, Fig. 3). En ellas todas ellas la suma de las conchas de 3.3. Medición de las conchas Donax sp. enteras y fracturadas supera la mitad de la muestra. De éstas, dos tienen más del 50% de su peso Hace unos años, uno de nosotros (Gassiot, 2005) conformado por conchas enteras de Donax sp. Con- realizó un pequeño estudio de 10 muestras del con- cretamente, en un caso (muestra n° 1, Fig. 3) alcanza chero 1 de Karoline, conformadas casi exclusivamen- el 71% del total, mientras que la matriz sedimentaria te por Donax sp. En ese trabajo se planteaba que la no llega al 16% del peso y prácticamente el resto co- diversidad de tamaños obtenidos de las conchas de rresponde a conchas de Donax sp. fracturadas y una esta especie se correlacionaba con su sistema de reco- pequeña porción (0,5%) a conchas de Polymesoda. lección en grupo, con las manos o incluso con palas y Otro ejemplo distinto de un claro predominio de las canastos. Esta situación se contraponía a la documen- conchas lo tenemos en una muestra (n° 7) donde las tada en los concheros donde otra especie, Polymesoda conchas fragmentadas superan ligeramente el 60% del solida (o almeja), era dominante casi en exclusiva. En peso, las enteras algo más del 2% y el resto correspon- estos, las dimensiones de las conchas eran más homo- de a tierra. En el extremo opuesto, en dos muestras la géneas y las diversas muestras estudiadas presentaban cantidad de conchas es casi inapreciable (n° 84 y 84). menores coe cientes de variación (Gassiot, 2005). La segunda de ellas corresponde a la base del conchero y las conchas presentes, únicamente muy fracturadas, En el presente estudio se han efectuado medicio- corresponden a poco más del 0,5% de su peso. En las nes de las conchas enteras de Donax sp. de las mues- muestras restantes, todas ellas obtenidas en contextos tras recogidas durante la excavación de la trinchera de “conchero”, en 14 de ellas (n° 69 a 82) el peso de la del conchero 4 de Donax sp. La nalidad ha sido, tierra supone más del 80% del total, y la cantidad de por una parte, con rmar la tendencia documentada conchas enteras y fragmentadas oscila entre el 16% y en Gassiot (2005). En el proceso de cuanti cación el 0,65%. Entre estas situaciones opuestas, en el resto de los componentes sedimentarios de las muestras, de muestras la presencia de conchas en general es su- se separaron todas las conchas enteras de Donax sp. perior al 20%. así como, si las había, las de Polymesoda solida. En el primer taxón se separaron las conchas superiores de Un cómputo de la diversidad en la composición las inferiores y para las 84 muestras analizadas, con del conchero lo proporciona el cálculo estadístico de el n de efectuar únicamente las mediciones de largo índices de diversidad alfa, empleados para el cálculo y ancho sobre la categoría más numerosa para cada del grado de uniformidad y diversidad de muestras muestra. Previamente se había comprobado, sobre de distintos tamaños y conformadas por un número especímenes que conservaban articuladas ambas con- variable de clases representadas. Consideradas la to- chas, que las diferencias métricas entre ellas eran in- talidad de las 84 muestras, el índice Fisher (Mehta y signi cantes. Se midieron 100 conchas por muestra, Patel, 1986), que mide el grado de uniformidad entre excepto en aquellos casos en que la cifra de enteras era 0 (nula) y 1 de cada una ellas, oscila entre 0,68 y 0. menor. Las escasas conchas completas de Polymesoda Las muestras con un valor prácticamente de 0 corres- solida también se midieron, distinguiendo si se trata- ponden a aquellas formadas prácticamente sólo por ba de conchas inferiores o superiores. tierra, mientras que en el extremo opuesto nos encon-

141 A           ... Figura 2. Detalle del per l Norte (izquierda), Este (tramo central) y Sur (derecha) de la trinchera realizada en el conchero 4 de Karoline. Se indica la procedencia de las dataciones realizadas de las dataciones la procedencia Se 4 de Karoline. indica conchero realizada el en de la trinchera (derecha) y Sur central) (tramo (izquierda), Este 2. Detalle per l Norte Figura del de los estratos. de algunos sedimentológica y la composición

142 E G B†; I C C Figura 3. Composición sedimentaria de las muestras del conchero mencionadas 4 de Karoline en el texto.

143 A           ... tramos con aquellas donde los pesos de las diferentes categorías son más uniformes. Dentro del conjunto, la mediana se sitúa en 0,49. Con todo, en la práctica este cómputo está condicionado por el hecho que tres de los componentes (tierra, conchas enteras y conchas fracturadas de Donax) tienen una presencia muy supe- rior al resto, hecho que condiciona los valores altos i el nivel de variabilidad de los índices Fisher.

Una opción para resolver este condicionante es con- siderar los tres componentes hegemónicos en las dife- rentes muestras y que, en la práctica totalidad de ellas, suponen de largo más del 90% de su peso. Cuando se realiza esta operación, se aprecia una cierta correlación entre la mayor cantidad de tierra y el predominio de conchas fracturadas de Donax sp. con respecto a las enteras. En cambio, cuando la cantidad de Donax sp. sin fracturar es alta, en general el volumen de tierra es reducido. Este fenómeno parece correlacionarse con un proceso rápido de formación y recubrimiento de los depósitos con conchas poco fragmentadas, con perio- dos de meteorización reducidos. Muestra, en todo caso, la diversidad de procesos y situaciones en los que tuvo lugar la formación del conchero y justi ca la necesidad de afrontar su excavación a partir del reconocimiento de los diferentes estratos que lo conforman.

4.2. Caracterización métrica de Donax sp

De las 84 muestras de conchero, se han podido efec- tuar mediciones de conchas enteras de Donax sp. en 82 de ellas. En las otras dos restantes los restos de material malacológico eran muy escasos y no había conchas en- teras que permitieran efectuar medidas. Por otra parte, se han efectuado mediciones de dos muestras de Donax sp. recolectadas en la población de Tasbapawnie, habi- tada por la etnia Miskito, propia de la mitad norte de la Costa Atlántica de Nicaragua (Fig. 1). Sus pobladores consumen esta especie en los meses en que se encuen- tra disponible en los bancos de las playas de arena de la costa a mar abierto de su aldea. Una de las muestras fue recolectada en la misma playa por el equipo de arqueó- logos que en febrero de 2009, al inicio de la estación seca, efectuaba trabajos en la zona. Se trataba, por lo tanto, de especímenes vivos. La otra se recogió en el ba- surero de una casa del mismo pueblo y correspondían a conchas consumidas en las semanas precedentes.

Figura 4. Distribución de las longitudes de las conchas La Fig. 4 muestra los resultados para cada una de de Donax sp. en las 82 muestras arqueológicas donde se las muestras. En total se han medido 5.210 ejemplares ha efectuado la medición. En el extremo derecho, las dos procedentes del conchero, con un promedio de 63,5 muestras actuales.

144 E G B†; I C C

Figura 5. Media y coe ciente de variación de las muestras de Donax sp. En el extremo derecho, las dos muestras actuales.

Figura 6. Media y coe ciente de variación de las muestras de Polymesoda solida.

145 A           ... por muestra. La longitud media de las conchas de tienen una estratificación evidente ni tampoco con- Donax sp. es de poco más de 13 mm., aunque oscila tienen prácticamente ningún otro material arqueo- entre los 10,6 y 15,8 mm. En 14 de las 82 muestras el lógico (Gassiot, 2005). Internamente el conchero 4 25% de los ejemplares tenían una longitud inferior de Karoline también evidencia una heterogeneidad a los 10 mm. y en 35 inferior a los 12 mm. En el ex- en los estratos que los constituyen. Además de la tremo opuesto, en 18 de ellas había un 25% de con- presencia de restos de estructuras en su interior, ma- chas con más de 16 mm. de largo, mientras que en yormente agujeros de poste (Clemente et al., 2013), 62 el 25% o más de la muestra superaba los 14 mm. en este trabajo se ha mostrado de forma cuantitativa de largo. En definitiva, se trata de distribuciones cómo la composición de los depósitos de conchero que en general son asimétricas con una oblicuidad es marcadamente variable. Mientras en unos estratos (skewness) predominantemente positiva, es decir, la presencia de matriz sedimentaria es muy reducida que tienden a estar escoradas hacia los valores más y muestran un marcado predominio de las conchas altos. Sin embargo, la presencia de contingentes de enteras, en otros predomina la tierra con un porcen- pequeñas dimensiones condiciona a la baja las me- taje alto de las conchas muy fragmentadas. La reduc- dias. Este último fenómeno se evidencia en el hecho ción del ritmo o la interrupción de la acumulación que en 19 de las muestras se contabilizaron conchas de conchas, el pisoteo y la meteorización parecen de menos de 7 mm. de largo y en más de la mitad, explicar esta variabilidad. concretamente en 42, de menos de 8 mm. Otro elemento tratado en este trabajo es la ca- Como documentó Gassiot (2005) para el con- racterización métrica de las conchas de Donax sp. chero 1 de Karoline, la variabilidad de las dimensio- La diversidad en sus medidas es indicativa de la ex- nes de las conchas en las muestras del conchero 4 es plotación de una población de edades muy distin- también considerable. Los coeficientes de variación tas. O dicho en otros términos, que su proceso de de las diferentes muestras oscilan entre los 10,4 y recolección no excluyó individuos de tamaño muy los 34,7 (Fig. 5), un rango similar al observado en el reducido prácticamente contenían una cantidad conchero 1. En cambio, nuevamente la dispersión de muy reducida de carne. Este hecho contrasta con el las medidas de Polymesoda solida es muy inferior. En espectro de tamaños de otro bivalvo explotado tan- 6 de las muestras de sedimento del conchero se han to en el conchero 4 de Karoline como en otros de podido obtener el largo de al menos 10 conchas. Sus la zona, Polymesoda solida, que se agrupan de forma coeficientes de variación oscilan en 5 de las muestras menos ambigua en torno a medidas más uniformes entre 6,4 y 12,5, mientras que la sexta muestra, con y contienen un número muy reducido de individuos únicamente 10 mediciones, es de 18,3 (Fig. 6). En muy pequeños. Seguramente el segundo taxón fue todo caso, sus valores son notoriamente inferiores a recolectado buscando una a una cada concha entre los de Donax sp., hecho que muestra una mayor uni- el lodo de las lagunas litorales, como sucede en la formidad en los tamaños de los especímenes consu- actualidad, mientras que Donax sp. fue recogido en midos y descartados en el conchero. cantidades mayores de la arena de las playas exterio- res. Esta dualidad marca diferencias en los procesos de trabajo implicados en la explotación de ambos 5. Consideraciones finales taxones. Estas divergencias son importantes de cara al análisis de la productividad de ambas explotacio- Los concheros constituyen fenómenos arqueo- nes tal y como ya señaló Gassiot (2005). Mientras lógicos muy diversos. Producto de la explotación en el caso de la recolección uno a uno del molusco, intensa de fauna malacológica, sus procesos de for- la productividad mayor o menor del proceso de tra- mación responden a dinámicas muy diferentes. En bajo puede establecerse en parte a partir del tamaño la misma Costa Atlántica de Nicaragua, los conche- de los individuos recolectados, en la recolección en ros de Karoline constituyen montículos de conchas “masa” el cálculo del rendimiento y la detección de marcadamente estratificados, donde Donax sp. es el rendimientos decrecientes son más complejos. Por taxón dominante y con una considerable cantidad razones de espacio este debate no se desarrolla aquí. de restos de fauna vertebrada (Gassiot 2005; Cle- mente et al., 2013). En cambio, no muy lejos en Site- De forma complementaria, la determinación de taia (Fig. 1), por mencionar un ejemplo, los conche- los tamaños de Donax sp. ha hecho evidente otra ros contienen exclusivamente Polymesoda solida, no situación. Las muestras procedentes del conchero

146 E G B†; I C C

4 tienen individuos que tienden a tener un menor Coast of Nicaragua. The analysis of the last pha- tamaño que las recolectadas, tanto etnográficamen- se of the shell midden KH-4 at Karoline (250- te como experimentalmente, en Tasbapawni. La 350 cal AD) En: Longo, L. (Coord). ”Prehistoric diferencia métrica entre estas últimas y la mayoría Technology” 40 years later: functional studies and de las arqueológicas es significativa en términos es- the Russian Legacy. BAR International Series tadísticos por encima del 0,005. Evidentemente para 1783, Archaeopress, Oxford, 285-294. confirmar esta situación deberían considerarse más ejemplos actuales en la comparación. Sin embargo, Clemente, I., Gassiot, E., García, V., 2012. Activida-Activida- pone de relieve un punto interesante a analizar con des productivas y “espacios domésticos” en el po- más detenimiento en otro lugar: una posible mayor blado prehistórico de Karoline (Costa Atlántica presión sobre el crecimiento de las poblaciones de de Nicaragua). En: Acosta, G. (Ed.) Arqueologías Donax sp. en la prehistoria que en la actualidad, de la vida cotidiana: espacios domésticos y áreas de como mínimo durante el período de existencia de actividad en el México antiguo y otras zonas cul- Karoline y en su área de captación. turales. VII Coloquio Pedro Bosch Gimpera. Insti- tuto de Investigaciones Antropológicas UNAM, En definitiva, este breve trabajo pone encima de México DF, 551-571 la mesa el enorme potencial del análisis detallado de la composición malacológica de los sedimentos Clemente, I., Gassiot, E., García, V., 2013. Prehis-Prehis- de conchero, más allá de la determinación taxonó- toric shell middens on the Caribbean coast of mica de la fauna malacológica y la identificación de Nicaragua: food production, structures and site los biotopos explotados. Por sus características, los formation. En: Bailey, G.N.; Hardy, K. Camara, vestigios malacológicos pueden ilustrar, mediante A. (Eds), Shell Energy. Prehistoric Coastal. Re- su disposición, cantidad y estado de conservación source Strategies. Les coquillages et leur place dans las dinámicas formativas de los yacimientos donde le milieu côtier. Oxbow Books, Oxford, 69-82. abundan así como, en otro nivel, la forma en cómo fueron explotados. Gassiot, E., 2001. Anàlisi arqueològica del canvi cap a l’explotació del litoral. Tesis doctoral. De- partament de Prehistòria. Universitat Autóno- Agradecimientos ma de Barcelona. [http://www.tdx.cat/han- dle/10803/5498 consultado 14/10/2014] Agradecemos a dos revisores los comentarios y aportaciones que han realizado al texto original y Gassiot, E., 2005. Shellmiddens in the Caribbean que han permitido mejorarlo. Los errores que toda- coast of Nicaragua: prehistoric patterns of mol- vía pueda contener son, en todo caso, responsabili- lusks collecting and consumption. En: Bar-Yosef, dad de los autores. D. (Ed), Archaeomalacology: Molluscs in former environments of human behaviour. Oxbow BoBo-Oxbow - oks, Oxford, 40-53. Referencias Gutiérrez Zugasti, F.I., 2009. La explotación de mo- Bailey, G. N., Hardy, K., Camara, A. (eds), 2013. luscos y otros recursos litorales en la región can- Shell Energy. Mollusc Shells as Coastal Resources. tábrica durante el Pleistoceno final y el Holoceno Oxbow Books, Oxford and Oakville. inicial. PUbliCan, Ediciones de la Universidad de Cantabria, Santander. Clemente, I., Gassiot, E., Lechado, L., 2009. Shell- middens of the Atlantic coast of Nicaragua: so- Mason, R. D., Peterson, M. L., Tiffany, J. A., 1998. mething more than mounds. En: DD.AA. (Eds). Weighing vs. Counting: Measurement Realibili- Humans: Evolution and Environment. BAR In- ty and the California School of Midden Analy- ternational Series 2026, Archaeopress, Oxford, sis. American Antiquity 63, 303-324. 285-294. Mehta, C.R., Patel, N.R., 1986. Algorithm 643: Clemente, I., Gassiot, E.,Terradas, X., 2010. Manu- FEXACT: a FORTRAN subroutine for Fisher’s facture and use of stone tools in the Caribbean exact test on unordered r×c contingency tables.

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148 No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero nº 4 de Karoline (Costa Atlántica, Nicaragua)

Ignacio Clemente-Conte1, Ermengol Gassiot Ballbè2

Resumen En este trabajo presentamos el estudio de las conchas minoritarias registradas tras la excavación del conchero nº 4 del sitio Karoline, en la Costa Atlántica de Nicaragua. Los concheros identi cados en esta zona geográ ca suelen ser mayoritariamente de Polymesoda sp. Sin embargo, aunque este taxón también se registra en Karoline, el taxón mayoritario es el Donax sp. Aparte de estos taxones hemos identi cado nueve más. Algunos de ellos además de haber servido como alimento pudieron tener un valor añadido ya que fueron utilizados tanto para la manufactura de bienes de consumo directos (adornos) como indirectos (instrumentos de trabajo). El análisis funcional permite determinar cuáles de ellos fueron utilizados como instrumentos de trabajo. Palabras clave: Malacología, Caribe, Nicaragua, Arqueología. Abstract In this work we present the result of the study of marginal taxa recovered during the excavation of the shell- midden nº 4 of the Karoline site, in the Atlantic coast of Nicaragua. In this geographical area, the shell-middens are generally constituted of Polymesoda sp. However, at Karoline the main taxon is a marine shell, Donax sp. In addition, several other taxa (nine) have been recognized; although some of them have been collected as food, some other were used to produce goods of direct (ornaments) and indirect (tools) consumption. Use wear analysis of these shells permits identify what of them were used as tools. Keywords: Malacology, Caribe, Nicaragua, Archaeology.

1 CSIC- Institución Milá y Fontanals (IMF). Departamento de Arqueología y Antropología. Barcelona. [email protected] 2 Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona. [email protected]

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Introducción. nes de Donax sp. recogidos en las arenas del litoral caribeño no fueron seleccionados por su tamaño sino En este trabajo presentamos el estudio de la mal- más bien al contrario: fueron recolectados en masa, acofauna minoritaria recuperada durante las excava- quizás con la ayuda de cestos o con ambas manos arra- ciones (2002-2008) del conchero nº 4 del sitio Ka- sando incluso con individuos de tamaños minúsculos roline, en la costa Atlántica de Nicaragua. El sitio que prácticamente no aportaban nada de carne a la Karoline se localiza en el municipio de Kukra Hill, dieta (Clemente et al., 2009; Gassiot, 2005; Gassiot entre la Laguna de Perlas y la Bahía de Blue elds (Fig. y Clemente, en este volumen). Al mismo tiempo que 1). Las excavaciones y sondeos en diversos concheros transportaban ese recurso alimenticio, también se de este asentamiento indican que fue ocupado entre traía desde el mar al yacimiento otros productos para 400 cal ANE al 350 cal DNE, coincidiendo princi- ser consumidos, bien como alimentos o bien como palmente con el período Preclásico tardío de Meso- materias primas para la manufactura de objetos y/o américa (Gassiot et al., 2005). Los concheros del instrumentos de producción. Así pues, se constata la sitio Karoline se caracterizan por ser montículos de presencia de diversos corales que en algunos casos, conchas con un taxón predominante: – Donax sp.; como el coral negro, fue pulimentado y utilizado para concretamente Donax denticulatus y Donax striatus, la elaboración de objetos (Fig.2). ambos provenientes de los nichos arenosos de la pla- ya. El segundo taxón malacológico con mayor repre- En el conchero nº 4 de Karoline, aparte de Donax y sentatividad es la Polymesoda solida, un tipo de almeja Polymesoda solida, se han determinado 9 especies más de agua dulce que se recogió principalmente durante de moluscos consumidos. Se trata de una aportación la estación seca (Colonese et al., en prensa). Los 13 totalmente marginal al conjunto de la malacofauna, concheros de Karoline se disponen alrededor de un que no representa ni el 1% del total, tanto en térmi- montículo central de grandes dimensiones que fue nos de número de restos como de número mínimo de construido con bloques de basalto y arcilla y que no individuos (Gassiot, 2005; Gassiot y Clemente, este contiene resto malacológico alguno (Clemente y Gas- volumen). Su determinación la realizó André Colone- siot, 2004/5; Clemente et al., 2013). Sin embargo, los se en los laboratorios de la IMF-CSIC en Barcelona. montículos de conchas contienen ingentes cantidades La mayoría de ellas fueron probablemente un recurso de conchas de Donax sp. que fueron traídas en canoa alimenticio, mientras que otras tuvieron un valor aña- desde las playas del Caribe que se encuentran a 4 km dido al utilizarse bien como elementos de adorno o de distancia en línea recta (Gassiot, 2005). Aparen- como instrumentos de producción (Tabla 1). temente cada conchero fue formado por una única unidad habitacional que depositaba las conchas de los Las páginas siguientes tratan de caracterizar cómo moluscos consumidos en la pendiente que daba a una fue el consumo de aquellas especies que pudieron ser paleolaguna (Clemente et al., 2012, 2013). Como utilizadas con otros nes aparte del bromatológico. La hemos mostrado ya en otros trabajos, los especíme- muestra analizada está conformada por 97 ejemplares,

ESPECIE NÚMERO (%) VALOR AÑADIDO Anadara sp. 1 1,0 sp. 4 4,1 IP+EA Codiaka orbicularis 9 9,3 IP (fam.) 3 3,1 EA Nerita cf. Pelorata 12 12,4 Oliva sp. 1 1,0 EA Psabiidae (fam.) 1 1,0 Solecurtidae (fam.) 1 1,0 Stramonita haemostoma 62 63,9 EA Indet. 3 3,1 TOTAL 97

Tabla 1: Taxones minoritarios determinados en el conchero nº 4 de Karoline. Se anota en la columna de la derecha si tienen un valor añadido por ser usados como bienes de consumo: IP=Instrumento de Producción, EA= Elemento de Adorno.

152 I C-C  E G B†. central identi cados en el sitio de Karoline. de Blue elds y Laguna de Perlas. En amarillo se sitúa rectángulo el sitio junto Karoline municipio al Kukra Hill. Finalmente plano de situación de los diferentes concheros y montículo Figura 1. Mapas y planos del sitio en de Karoline la Costa Atlántica izquierda De Mapa a derecha: de Nicaragua. maps), general de Nicaragua mapa (Google del área de estudio entre Bahía

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Figura 2. Ejemplos de otros recursos marinos como son los corales aportados a Karoline. En la foto de la izquierda se representa una pieza tallada, raspada y pulimentada de coral negro. procedentes de 9 taxones. Tres conchas no han podi- El análisis funcional de los restos líticos recuperados do ser determinadas. Todas proceden de la trinchera en el conchero 4 de Karoline ha permitido identi car excavada en el conchero y fueron recogidas tanto di- 18 perforadores que se utilizaron para elaborar la gran rectamente en la excavación como en las muestras de mayoría de estos tipos de cuentas. Su presencia indica sedimento analizadas (Clemente et al., 2013; Gassiot que reejan procesos de producción que tuvieron lugar y Clemente, este volumen). A parte, incluimos en el en esa unidad doméstica en concreto. Son fragmentos texto la referencia a los escasos especímenes de Donax de sílex con una punta en triedro utilizados para per- sp. y Polymesoda sp. que presentan perforaciones in- forar rocas no muy duras y/o concha, dientes o huesos tencionales. La presencia de este tipo de modi cacio- (Clemente et al., 2008). Por las características de esta nes en estos dos taxones es muy residual y en ningún zona activa, estos instrumentos sirvieron para hacer caso alcanza el 0,5% del total. perforaciones de hasta 4 ó 5 milímetros como máximo. Sin embargo, las cuentas de collar en jadeíta tienen di- mensiones (15 mm) cuyas perforaciones no pudieron 2. Cuentas de collar y conchas perforadas. realizarse con esos instrumentos. Probablemente para ello utilizaron mechas nas de piedra con el sistema de Las cuentas de collar o colgantes recuperados en arco. Tal vez estas cuentas exógenas vinieran ya elabo- el conchero nº 4 de Karoline están elaboradas en di- radas como producto nalizado y con un valor añadido versas materias primas de origen animal como hue- de intercambio (Fig.3). sos de ave serrados (1 ejemplar), dientes de cocodri- lo perforados (2 ejemplares) y conchas de moluscos Las cuatro cuentas elaboradas en conchas recorta- pulimentadas (4). A parte, una vértebra de pescado das y pulimentadas probablemente pertenezcan a la presenta una perforación y quizás fue también usa- especie Casidae sp., ya que se trata de la única docu- da como colgante. También hay conchas que única- mentada en Karoline que tiene el espesor su ciente mente presentan una perforación sin otro tipo de como para servir como materia prima para la elabora- trabajo añadido (ver tabla 1). También se han do- ción de cuentas de collar, aunque como ocurre con la cumentado 5 cuentas de collar elaboradas en diver- mayoría de estas conchas resulta muy difícil determi- sas rocas (Fig. 3). De estas últimas destacamos las nar la especie o familia utilizada (Fig.3). elaboradas en una roca verde, probablemente jadeíta muy común en las sociedades del Caribe. Por lo ge- En varias conchas de distintas especies hemos neral, se plantea que desde la zona de Guatemala se identi cado la elaboración de perforaciones. En al- difundió esta roca por todo el Caribe y las Antillas gunas ocasiones se utilizó algún tipo de perforador (Zachary et al., 2009). lítico para realizar el agujero. Se trata del mismo tipo

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Figura 3. Arriba: perforador de sílex utilizado para horadar una materia dura de origen animal, preferentemente concha. Centro izquierda: ejemplos de cuentas de collar líticas con perforación realizada con instrumento lítico; las dos más grandes y de color verde son de jadeíta. En el recuadro dos cuentas en piedra y una (derecha) de concha. Abajo: colmillo de cocodrilo perforado y detalle de la perforación.

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Figura 4. Arriba: caracol Naticidae fam. Con perforación antrópica para uso como elemento de adorno, a la derecha detalle del agujero de unos 3,5 mm de diámetro. Centro: Polymesoda y Donax con perforaciones realizadas por percusión, a la derecha se aumenta una de las Donax de gran tamaño con perforación y brillo. No se les atribuye un uso concreto. Abajo: Probable cuenta de collar en Stramonita haemostoma con detalles de la perforación por percusión; derecha: probable cuenta elaborada en Oliva sp. de instrumento que se utilizó también para horadar les da una coloración entre gris y negra. Las perfora- algunas cuentas de piedra o en diente de cocodrilo ciones se realizan en el centro de la parte externa y en (Clemente et al., 2008). En el caso de otros tipos muchas ocasiones pareciera que se perforan para la de moluscos, tan solo en una concha del caracol de extracción y consumo del animal; pero excepcional- la familia Naticidae hemos registrado este tipo de mente algunas parecen tener cierto redondeamiento perforación (Fig. 4). en las aristas que permite hipotetizar sobre un posi- ble uso como elemento de adorno (Fig.4, el ejemplar En las otras valvas se ha utilizado la percusión de abajo a la izquierda). como técnica para elaborar las perforaciones. Es el caso de la Oliva sp. y de Stramonita haemostoma. Éstas Entre los taxones más numerosos que conforman últimas son el taxón más numeroso entre las especies los concheros de Karoline también hemos registrado minoritarias de Karoline. La mayoría de ellas (60 de la perforación en algunos ejemplares. La perforación las 62 documentadas) están fracturadas y presentan también pudo ser realizada por percusión desde la signos de haber estado en contacto con el fuego que cara interna. En un primer momento pensamos que

156 I C-C  E G B†. su origen podría estar relacionado con algún proce- de bambú por ejemplo (Clemente y Gassiot, 2012; so tafonómico. Sin embargo, también creemos que Clemente et al., 2010, 2013). si así fuera tendría que estar más representados entre la gran cantidad de Donax recuperadas y estudiadas. En 2008 realizamos la última intervención en el Normalmente éstas sufren distintos tipos de frac- conchero nº 4 de Karoline con la intención de cono- turas pero no perforaciones. Otro aspecto que nos cer cómo se había formado el conchero y cuál podía hace pensar en una intencionalidad de esas perfora- ser la potencia del mismo. Para ello realizamos una ciones es que tanto las Donax como las Polymesodas trinchera de un metro de ancho por 3,5 m de largo, perforadas son muy espesas y de tamaño considera- de forma que abarcáramos tanto la zona de conche- ble (Fig. 4). No hemos observado en las aristas de ro como la tierra adyacente donde probablemente se esas perforaciones desgastes u otros elementos que ubicaba la vivienda. Esta excavación nos sirvió para nos ayuden a percibir si fueron usadas como ele- ver tanto en super cie como en los per les que ese mentos de adorno o si tuvieron algún otro uso. Es conchero había tenido tres fases diferentes de forma- de remarcar que a nivel etnográ co, por ejemplo ción. En cada una de ellas la cabaña se desplazó hacia en Brasil, se ha documentado el uso de conchas en- el norte reubicando los agujeros de poste principales. garzadas a modo de sonajeros o de tobilleras usadas Estas camadas de conchero se formaron en periodos como elementos de música o marcadores de ritmos de tiempo relativamente cortos, pudiendo ocupar un en las danzas (Prous, 1992). espesor de 50 cm en tan solo 50 o 60 años, según las dataciones obtenidas. Los concheros, normalmente con tierras orgánicas oscuras y arcillas marrones, son 3. Conchas usadas como Instrumentos intercalados por una sedimentación muy rojiza con de Producción. una granulometría redondeada que asociamos a los momentos de destrucción de la cabaña que formó el En las dos primeras campañas de excavación en el conchero. Tal vez se tratara de huracanes, tan asiduos conchero nº 4 de Karoline no se recuperó ninguna en esas costas del Caribe (Clemente y Gassiot 2011; especie de molusco que nos hiciera suponer su uso Clemente et al., 2013). como instrumento de trabajo, pues hasta entonces en las capas super ciales del conchero prácticamente En esta última campaña recuperamos también va- sólo se habían recuperado conchas de Donax sp. y Po- rios ejemplares de Codiaka orbicularis (Tabla 1) que lymesoda solida. Hasta entonces, habíamos analizado presentaban rasgos macroscópicos que indicaban un toda la industria lítica, tanto los sílex tallados como probable uso como instrumentos de trabajo. Una vez los fragmentos de manos y ‘metates’ utilizados como analizamos con el método traceológico los macro y molinos (Clemente et al., 2008). A partir del análi- micro rastros de uso (Clemente, 1997; Clemente y sis funcional de los restos líticos documentamos di- Mansur, 2009; Cuenca et al., 2014; Semenov, 1964) ferentes actividades productivas realizadas con ellos. comprobamos que efectivamente habían sido utiliza- La madera fue trabajada intensamente en el sitio y los dos. Dos de ellos presentaban huellas en sus bordes instrumentos que intervinieron en ello se encontra- de haberse utilizado para raspar/raer madera y otras ban repartidos por toda la super cie del espacio ex- tres fueron utilizadas en actividades relacionadas con cavado salvo en la zona del conchero. También, fuera el procesado de pieles (Fig. 5). El resto de las conchas del área de depósito de las conchas, se localizaban de esta especie estaban muy fragmentadas o el esta- los instrumentos utilizados para trabajar cerámica: do de conservación de sus super cies no permitieron lascas de sílex para decorar, espátulas de piedra para analizarlas con detalle. adelgazar las paredes de las vasijas y bruñidores en cantos y/o guijarros de córtex lisos. Igualmente ale- El uso de esta especie de concha para actividades jados de las áreas de desechos, se recuperaron los per- relacionadas con el trabajo de pieles y madera ya se foradores utilizados para la elaboración de cuentas de había documentado previamente en otras zonas del collar y otros objetos. Sin embargo, curiosamente, no Caribe, como en la isla de Guadalupe (Lammers, se documentaron instrumentos líticos utilizados en 2008). actividades de carnicería y/o en procesado de pieles. Esto nos hizo suponer que tal vez para esas activi- Un fragmento de concha, posiblemente de Cassi- dades hubieran utilizado algún material perecedero dae sp., fue formatizado por percusión para obtener como cuchillos en maderas duras o el uso de cañas un pedazo de concha cuadrangular que también fue

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Figura 5. Codiaka orbicularis con huellas de uso atribuidas al trabajo de piel.

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Figura 6. Fragmento de Cassidae sp. utilizado para el raspado de piel. Nótese como en las zonas oscuras de la estructura mineral se observan con más claridad los rastros de uso aunque el desarrollo sea similar en los anillos blancos. utilizado, en dos de sus laterales y con un ángulo de asiático. Tan solo con el análisis de las estrías de des- trabajo muy alto, para raspar piel. Las huellas de uso cuartizado/descarnado en los huesos de los animales se disponen sobre la super cie de forma que se hacen ha podido identi carse el uso de estos cuchillos a ni- más patentes en las zonas oscuras que en las claras de vel arqueológico (West y Louys, 2007). la concha (Fig. 6). Parece ser que el uso de conchas para trabajar pie- les es algo común en distintos contextos y cronologías 4. Discusión/Conclusión arqueológicas (Clemente y Cuenca, 2011; Cuenca et al., 2011). En Karoline se usaron dos especies de con- En este trabajo hemos puesto en valor el análisis chas para estas actividades, una de ellas, la Codiaka funcional de los instrumentos de trabajo en concha. orbicularis, se utilizó sin modi cación alguna. Sin em- Por una parte porque nos ha permitido observar, por bargo, si no hubiésemos utilizado la microscopía para ejemplo, que las actividades productivas relacionadas analizar el fragmento de probable Cassidae sp. y lo con el procesamiento de pieles se realizaron en Karo- hubiéramos analizado solamente desde un punto de line con instrumentos en concha y no con el instru- vista morfotecnológico podríamos haber dicho que mental lítico (Clemente et al., 2008). Aún falta reco- se trataba de una preforma para realizar una cuenta nocer los instrumentos utilizados por los habitantes de collar. Podría darse ese caso que. para preparar las de Karoline para realizar actividades de carnicería. cuentas inicialmente se retalla un fragmento que lue- Tal vez utilizaron ‘tecnologías invisibles’ o instrumen- go se pulimenta; sin embargo, la realidad nos muestra tos que han desaparecido por no conservarse a nivel que fue utilizado como instrumento. arqueológico. Nos referimos al probable uso de ins- trumentos cortantes en maderas duras o en bambú, Por el momento en esta zona del Caribe, la costa At- como sería el caso de sitios del holoceno en el sudeste lántica de Nicaragua, no se han recuperado herramien-

159 N   . A   ‡   ... tas como hachas y azuelas pulimentadas y elaboradas lógica. Treballs d’Etnoarqueologia II, CSIC- con conchas grandes como Strombus. Hecho que sí U.A.B., Madrid. se ha registrado en otras zonas caribeñas como en las Antillas. La elaboración de esos instrumentos requie- Clemente Conte, I., Gassiot Ballbè, E., 2004/5. ¿En re de un conocimiento especí co para llevar a cabo el el camino de la desigualdad?. El litoral de la cos- proceso de desbastado y formatización de los mismos, ta caribe de Nicaragua entre el 500 calANE y el así como reconocer los residuos que pueden generarse 450 calANE. Revista Atlántica-Mediterránea durante su producción (Serrand, 2008; Serrand y Bo- de Prehistoria y Arqueología Social (RAMPAS) nissent, 2005). También en la costa mediterránea de vol. 7, 109-130. la Península Ibérica se recuperó un instrumento puli- mentado elaborado en concha Spondylus gaederopus y Clemente Conte, I., Gassiot Ballbè, E. Terradas que fue usado en el neolítico para trabajar la madera Batlle, X., 2008. Manufacture and use of stone (Clemente y Orozco, 2012). tools in the Caribbean Coast of Nicaragua. e analysis of the last phase of the shell midden En cuanto a los elementos de adorno en el con- KH-4 at Karoline (250–350 cal AD). En: N. chero nº 4, se han recuperado productos realizados Skakun, L. Longo (Eds.), Prehstoric.Technology 40 en dientes de cocodrilo, en rocas y conchas. Además Years Later: Functional Studies and the Russian se han documentado tan solo en el último momen- Legacy. BAR International Series 1783, Archaeo- to de ocupación 18 perforadores que pudieron uti- press, Oxford, 285–293. lizarse tanto para perforar hueso como para rocas y conchas. Sin embargo, las cuentas de roca verde, Clemente Conte, I., Gassiot Ballbè, E. Lechado Ríos, probablemente jadeíta, no pudieron perforarse con L., 2009. Shellmiddens of the Atlantic coast of esos instrumentos tan rudimentarios. Por las carac- Nicaragua: something more than mounds. En: M. terísticas de las perforaciones, realizadas por ambos Coutinho Afonso & G. Bailey (Eds.) Evolutions lados, se debió de usar una mecha na y tal vez en and En ironment – C62- Coastal geoarchaeology: un taladro tipo arco. the research of shellmounds. UISPP, Procedings of the XV World Congres (Lisbon 4-9 September Numerosas conchas presentan perforaciones por 2006), BAR International Series, Archaeopress, percusión. Algunas de ellas pudieron servir como Oxford, 119-125. elementos de adorno o tener alguna otra función (p. ej. ¿sonajeros?). En el caso de las Stramonita Clemente Conte, I., Gassiot Ballbè, E. García Díaz, haemostoma, si la perforación fue para realizar un V., 2010. Distribución espacial de estructuras y elemento de adorno, habría que pensar también pu- actividades productivas en el conchero nº 4 de dieron utilizar el fuego para conseguir un cambio Karoline (KH4), Kukra Hill RASS, Nicaragua. de coloración de las conchas. En: e Diversity of Caribbean Archaeology. XXII Conference of e Internacional Association for Ca- ribean Archaeology (IACA). e Nacio- Agradecimientos nal Heritage Trust, 660-675.

Agradecemos a los dos revisores anónimos las Clemente Conte, I., Cuenca Solana, D., 2011. Ins- aportaciones que han realizado y que han permitido trumentos de trabajo de concha en el yacimien- mejorar sustancialmente la comprensión del texto. to Neolítico de la Draga. En: Bosch Lloret, A., Agradecemos también a los arqueólogos y arqueólo- Chinchilla Sánchez, J. & Tarrús Galter, J. (Eds.), gas de la UNAN-Managua y a los estudiantes de la El poblat lacustre del neolític antic de la Draga. UAB que participaron en las diferentes campañas de Excavacions 2000-2005, Monogra es del CASC excavación en el sitio de Karoline. 9 A. Museu d’Arqueologia de Catalunya, Centre d’Arqueologia Subacuàtica de Catalunya, Girona, 127-145. Referencias Clemente Conte, I., Gassiot Ballbè, E. 2012. Activi- Clemente Conte, I., 1997. Los instrumentos líticos dades productivas y “espacios domésticos” en el del Túnel VII: una aproximación etnoarqueo- poblado prehistórico de Karoline (Costa Atlán-

160 I C-C  E G B†.

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161 Estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España)

Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa1, Miquel Àngel Vicens i Siquier2, Agustín Fernández Martínez1

Resumen Los estudios arqueomalacológicos están en sus inicios en Baleares. Los escasos análisis realizados hasta hace poco se limitaban, generalmente, a enumerar los taxones presentes en los yacimientos. Este vacío extraña especialmente en un medio insular. En este trabajo se pretende mostrar cómo, aplicando la metodología de trabajo desarrollada en este campo, ha sido posible determinar la funcionalidad en época púnica de un asentamiento en la Bahía de Palma de Mallorca. Realizar el análisis arqueomalacológico en el yacimiento de Na Galera ha permitido, desde la primera campaña de excavación, conocer aspectos como el tipo de actividad económica, sistema de producción, área de captación de recursos y la inuencia de la cultura fenicia. Palabras clave: Arqueomalacología, recursos marinos, púrpura, Protohistoria, fenicios, Islas Baleares. Abstract Archaeomalacological studies in the Balearics Islands are very scarce. Until recently studies were generally limi- ted to list the taxa present in archaeological sites. is lack of studies is especially strange in an island environment. is paper pretends to show how applying the methodology developed in this eld, it has been possible to deter- mine the Punic use of a settlement in the Bay of Palma de Mallorca. Results from the archaeomalacological analysis at the site of Na Galera has allowed, since the rst archaeological season, to know aspects like the economic activi- ty, production system, the collection of resources and the inuence of the Phoenician culture. Keywords: Archaeomalacology, marine resources, purple dye, phoenicians, Balearic Islands.

1 Arqueólogo, [email protected] 2 Eco Consulta. Consultora ambiental, [email protected]

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1. Introducción No será hasta la segunda década del presente siglo y en paralelo al desarrollo de esta disciplina cuando co- La explotación de recursos marinos o la presencia de miencen a publicarse algunos análisis arqueomalaco- moluscos, en contextos arqueológicos de cualquier épo- lógicos, centrados en el conocimiento de la paleoeco- ca, no se habían abordado en profundidad hasta hace logía o la economía de las primeras comunidades en muy poco. Una simple referencia a su presencia o apun- las Islas. En poco tiempo el panorama ha cambiado te fue lo común en las publicaciones cientí cas sobre la sustancialmente; se van incorporando los análisis de prehistoria balear (Lilliu, 1965; Veny, 1968). Los escasos recursos marinos a las investigaciones en curso. Para estudios existentes se debían a disciplinas de las Ciencias Formentera (Marlasca, 2010; Marlasca et al., 2014; de la Tierra (Cuerda, 1975). Sureda et al., 2014) y en Ibiza y Formentera se ha pros- pectado el litoral, documentando numerosos puntos La evidente relación entre las primeras culturas en de interés relacionados con la producción de púrpu- las Islas Baleares con el mar y de su implicación en las ra durante toda la antigüedad (Costa y Alfaro, 2012). complejas relaciones que se dieron en el Mediterráneo En Mallorca se están revisando, de forma sistemática, en ese momento (Salvà y Javaloyas, 2013), han sido tra- los restos de malacofauna procedentes de anteriores dicionalmente olvidadas por la bibliografía historiográ- campañas de excavación (Vicens, 2012; Vicens et al., ca. Ha ido surgiendo la necesidad de llenar este vacío 2014; Vicens y Hernández, 2014) como tema de una de información. tesis doctoral. Algunos análisis arqueomalacológicos que permanecen inéditos han supuesto un importante avance, en cuanto al conocimiento de la gestión de los 1.1. Estado de la cuestión recursos marinos en determinados contextos de la isla, como el presente trabajo sobre el yacimiento púnico A mediados del pasado siglo se comenzó a mencionar de Na Galera. la presencia de moluscos en los yacimientos arqueológi- cos de las Islas Baleares. Luis R. Amorós (1952) fue uno Se han documentado restos de ictio y/o malacofau- de los primeros en citar la existencia de conchas en los na en numerosos lugares (Fig. 1), bien en yacimientos ajuares funerarios del bronce en Mallorca. arqueológicos o mediante prospecciones. Podemos avanzar que los diferentes grupos humanos en Baleares, En la década de los 60 se empieza a apuntar la posi- durante toda la Prehistoria y la Antigüedad, utilizaron ble utilización de los moluscos como alimento (Lilliu, los recursos que les ofrecía el mar con distinta nali- 1965), o de su uso como ornamentación (Veny, 1968). dad: nutricional como en Na Guardis-Mallorca (Ca- Más tarde J. Cuerda (1975), con su trabajo sobre la rrasco y Acuña, 2005), económica como en Pla de Ses geomorfología litoral del cuaternario en Baleares, se con- Figueres-Cabrera (Riera y Riera, 2004) e ideológica vertirá en obra de referencia sobre fósiles de moluscos. como en Es Culleram-Ibiza (Carrasco, 2007). Vemos así, en las Islas, un panorama que no di ere mucho al Las últimas décadas del s. XX supusieron un replan- resto del Mediterráneo occidental en ese periodo. teamiento general en cuanto a los métodos de traba- jo en Arqueología que también afectó a los estudio de arqueofauna. A pesar de esto, en Baleares no es hasta 2. El yacimiento arqueológico de mucho después cuando se despierta el interés por la Na Galera (Mallorca) malacología, en relación con el estudio de materiales de algunos yacimientos fenicios (Carrasco y Acuña, 2005; Na Galera se halla sobre un islote costero de la ba- Carrasco, 2007). hía de Palma de Mallorca (en las Islas Baleares), cuyas coordenadas son: UTM 31N ETRS89 (X: 474816 / D. Ramis escribe en su tesis sobre la fauna de Balea- Y: 4376161). Está enclavado al SO de la isla, en el eje res (2006) que en las memorias de excavación de varios entre Ibiza y la ensenada palmesana, posee una super- yacimientos prehistóricos se menciona la existencia de cie de 2.738 mˆ y una cota de 4,83 m s.n.m.. Locali- restos de moluscos marinos, junto a la fauna doméstica, y zado en la parte central de la bahía, con excelente do- las evidencias de pesca son totalmente inexistentes. Otro minio visual sobre esta y los montes que la circundan, estudio trata los recursos marinos, presentes en un yaci- así como de casi toda la costa sur de la isla, separado miento de Cabrera, y su gestión durante la Antigüedad de tierra 160 m. Su ubicación se ajusta al modelo de (Riera y Riera, 2004). asentamiento fenicio y púnico (Fig. 2).

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Figura 1. Lugares donde se documenta la presencia de ictio y/o malacofauna en contexto arqueológico.

A principios de los años 80 Guerrero Ayuso realizó una prospección y concluyó que el asentamiento era un punto de apoyo a la navegación de cabotaje que faci- litaría la redistribución de mercancías entre fenicios y población indígena (Guerrero, 1997).

Se comenzó a excavar en 2012 con el n de esta- blecer la secuencia cronológica y funcionalidad del enclave. Durante esa campaña se exhumó un gran edi- cio de planta cuadrada que ocupa la parte central del islote y se detectó un depósito de conchas (su locali- zación en Fig. 3) que fue objeto del siguiente estudio arqueomalacológico.

3. Análisis arqueomalacológico y la explotación de recursos marinos en el yacimiento La recogida de fauna marina y su posterior análisis es una herramienta e caz para conocer aspectos econó- micos y sociales, especialmente en contextos aún poco estudiados como la protohistoria en Mallorca. Los res- Figura 2. Localización del yacimiento de Na Galera (Mallorca).

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Figura 3. Planimetría del yacimiento de Na Galera con localización del depósito de conchas.

Taxones representados NMI en depósito conchas NMI dispersos en nivel de uso

Patella 328 55

Phorcus 316 49 Gasterópodos Cerithium vulgatum 3

Stramonita haemastoma 4

Hexaplex trunculus 6

Glycymeris glycymeris 4 6

Bivalvos Spondylus gaederopus 1

Pecten 1

Dasyatis pastinaca aguijón completo

Scombridae (thunnus) 2 vértebras 1 vértebra

Ictiofauna Sparus aurata 3 mandíbulas inferiores

Scombridae ¿sarda? 1 esqueleto completo

Indeterminado 1 esqueleto

Tabla 1. Fauna marina recuperada en el yacimiento arqueológico de Na Galera.

166 M A  J -F , M  À V  S ...

Figura 4. Taxones de malacofauna representada en Na Galera. 1. Spondylus; 2. Glycymeris; 3. Patella; 4. Pecten; 5. Phorcus; 6. Hexaplex trunculus; 7. Cerithium vulgatum; 8. Stramonita haemastoma. tos de peces y moluscos hallados, durante la campaña de ellos fracturado por la mitad y utilizado a posterio- de 2012 en Na Galera, fueron clasi cados para su estu- ri como machacador -con huellas de uso-), un par de dio en dos grupos; los que formaban parte del depósito vértebras de pez y un núcleo de sílex negro, de buena de conchas y los que aparecieron dispersos por todo el calidad y tamaño. nivel de ocupación (Tabla 1). Se procedió al cribado, limpiado, triado, cuanti - cación y estudio biométrico, calculando el número de 3.1. Morfología y análisis del depósito de restos (NR) y número mínimo de individuos (NMI) conchas según el número de ápices (ver Tabla 1).

El depósito de conchas estaba formado por un ni- Entre los individuos del género Patella están presen- vel en positivo de 7,8 mˆ de longitud en horizontal tes todos los tamaños; su longitud varía desde los 34,6 por 0,35 m apróx. en vertical, bastante homogéneo. Al a los 16 mm, su altura va de los 15,50 hasta los 5 mm, y localizar la acumulación de malacofauna se optó por su anchura entre 30 y 14 mm. Para el género Phorcus la realizar un muestreo (de 1 mˆ) debido a la extensión biometría ofrece los siguientes datos; su altura va desde del depósito, para comprobar la evolución del mismo los 28,30 a los 12 mm, y la anchura entre los 26,85 y tanto horizontal como vertical. Contenía también tres 15 mm. acumulaciones de cenizas y carbones bien localizadas y muy de nidas, sin ninguna estructura asociada, escasos El NR es 648. Se da una proporción similar, tanto de restos de ovicápridos muy fragmentados y machaca- los distintos tamaños como de los dos géneros mayori- dos, algunos cantos rodados de variado tamaño (uno tariamente representados. Llama la atención la paridad

167         N G (M-E  ) entre el número de individuos de Patella sp. y Phorcus Entre la ictiofauna documentada en este grupo (Ta- sp. Con frecuencia aparecen juntos en contextos arqueo- bla 1) destaca una espina o aguijón de pez raya, perte- lógicos y su consumo está bien documentado desde los neciente a Dasyatis pastinaca, apareció sobre el espacio grupos de cazadores-recolectores hasta la actualidad. lumbar de unos restos óseos humanos completos. Esta especie habita en fondos de arena o fango, en los que se Las conchas fueron depositadas por un agente antró- entierra, tapándose con la arena. Se alimenta de peces, pico, de forma claramente intencional. Los individuos moluscos y crustáceos. Su cola presenta una espina en la no presentaban fragmentaciones, ni perforaciones, ni base, dentada, que tras su picadura se parte al retirarla. evidencias de termoalteración. No se observó ningún Su temporada de pesca es de mayo a septiembre, coin- resto adherido a las conchas y solamente en algunos cide estacionalmente con el resto de especies documen- ejemplares de Phorcus existían leves fracturas postde- tadas en el yacimiento. posicionales, conservandose casi todos los individuos enteros. No había tampoco restos que evidenciaran una operación de triturado de las conchas. 4. Discusión y conclusiones

El depósito de conchas por su contenido en conjun- 3.2. Otros restos de fauna marina to nos sugiere que es un desecho antrópico intenciona- do, tras un episodio de actividad puntual del procesado Estos moluscos y peces (ver Tabla 1) fueron recupera- de especies marinas. Las cenizas y carbones, hallados dos junto con el resto del material arqueológico, disper- entre las conchas, se interpreta como un vertido duran- sos por los distintos sectores del último nivel de ocupa- te dicha actividad. Los cantos rodados con huellas de ción de época púnica, durante la intervención de 2012. haber sido utilizados como machacadores y el núcleo En este grupo los taxones más ampliamente representa- de sílex, concentrados en el mismo lugar que las ceni- dos también son; Patella sp., con todos los tamaños, su zas y las conchas, evidencian una zona de trabajo bien altura va desde los 37 a los 14 mm, y Phorcus sp. también de nida. Se ha descartado que se trate de un episodio con variedad de tallas, su anchura va desde los 26 a los alimenticio puntual por parte de un grupo amplio de 16 mm. personas no sólo por el NR y la extensión del depósito (7,8 mˆ). Las dimensiones y condiciones del islote lo Los ejemplares de Muricidae de este grupo; Hexaplex hacen inhabitable, no está unido a tierra y en el registro trunculus y Stramonita haemastoma, se encuentran re- se evidencia que fue un punto de actividad pesquera y presentados en una pequeña proporción numérica con procesado de malacofauna con varias zonas de trabajo respecto a otras familias, y poseen buenas tallas. Sus me- bien diferenciadas. didas, generalmente, van desde los 55 a 35 mm de altura y entre 32 a 23 mm de anchura. Del estudio arqueomalacológico se deduce que no se practicaba una recogida selectiva en cuanto a la varie- Destaca la presencia de Cerithium vulgatum y Pecten dad de tamaños; el marisqueo era indiscriminado. La sp. (1 valva izquierda que conserva los elementos diag- mayoría de moluscos documentados tienen su hábitat nósticos). Estas especies, al igual que Glycymeris glycy- en sustratos rocosos, en la zona próxima a la costa me- meris habitan en la zona infralitoral y media, en fondos dia y baja de mareas y son de fácil recolección en el en- arenosos o fangosos. Son comestibles y también pue- torno. Patella sp. y Phorcus sp. son los más ampliamente den usarse como cebo de pesca. El ejemplar de Spon- representados en Na Galera. La similitud, en cuanto a dylus gaederopus (1 valva superior completa) también especies y su proporción, con otros yacimientos con- habita en el roquedo próximo a la costa. Los bivalvos se temporáneos en el Mediterráneo nos hablan de unifor- encontraron en pequeña proporción, sus tamaños son midad en las costumbres alimenticias. medios-bajos (Fig. 4). Tanto para el avistamiento de bancos de peces, El NR es de 125 individuos, teniendo en cuenta los como para su captura mediante artes de red, la ubica- ápices. Tampoco este grupo presentaba fragmentacio- ción del yacimiento en el centro de la Bahía de Palma nes, perforaciones, ni evidencias de termoalteración, ad- de Mallorca es excelente. Los hallazgos de agujas y ali- herencias sobre las conchas o en su interior. Entre estas, neaciones de cantos rodados con huellas evidencian el lógicamente, había mayor número de muestras con frac- uso de redes y/o palangres. Las espinas de túnidos y una turas postdeposicionales. posible torreta (orientada hacia el oeste) sugieren que

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Figura 5. Materiales encontrados en el yacimiento; restos de agujas y anzuelos, variedad de tallas Patella sp. y Phorcus sp., restos de cerámica o de vajilla denominada “platos de pescado” y aguijón de Dasyatis pastinaca. se practicaría la pesca de grandes especies migratorias, que también existió una transformación de los mismos. con vigía. También es probable la utilización de otras El lugar fue amortizado y abandonado, siendo los da- técnicas que compatibilizasen con la almadraba y el tos que nos ofrece el registro arqueológico limitados. marisqueo. Por el momento no podemos precisar con exactitud en qué consistió la transformación de malacofauna, ni Una de las actividades económicas más lucrativas y con rmar si estas tareas se alternaban estacionalmen- extendidas en el Mediterráneo antiguo es la pesca de te como en otros yacimientos donde se ha constatado especies migratorias; caballas, bonitos y en especial la obtención de salazón y púrpura de forma alterna, el atún para su posterior transformación en salazones debido a que no han sido identi cados ciertos indica- (Fernández Nieto, 2002). Sin embargo, en Mallorca la dores como la separación y peculiar fragmentación de existencia de pesquerías o almadrabas en época prerro- los múrices o piletas. mana no estaba constatada. En otros yacimientos de la Península Ibérica se aprecia un inicio o aumento de Para establecer la cronología, del nivel excavado, se su producción en estas mismas fechas. En Na Galera han utilizado fechas radiocarbónicas y relativas a par- se dan indicadores su cientes para determinar que se tir del material arqueológico documentado; monedas llevó a cabo este tipo de actividad (Fig. 5). Además del y tipologías cerámicas. Podemos concluir que en Na resultado del análisis malacológico estructuras como Galera hubo una fase de ocupación previa, en la que hornos con residuos de plomo, numerosas huellas de se construyó el edi cio central. Posteriormente, tras un poste, evidencias de una torreta y otros materiales (can- hiato, constatamos que el espacio es reutilizado como tos rodados, agujas, nódulos de sílex, restos de peces pesquería y para la transformación de recursos marinos pelágicos) indican sin lugar a dudas que no sólo se llevó (entre el 230 a.C. al 120 a.C.) probablemente con ca- a cabo la pesca y recepción de productos marinos, sino rácter estacional. Esto debe ser interpretado dentro del

169         N G (M-E  ) panorama general de este periodo histórico; la isla de coebusitana asentada en Mallorca. III. La malaco- Mallorca podría haber entrado en la órbita del mundo fauna. Mayurqa 30 (2), 693-706. púnico y en la política activa que los bárquidas estaban desarrollando en ese momento. La Arqueología y las Carrasco Porras, M.S. 2007. Estudio malacológico fuentes antiguas nos hablan de ello; la acuñación de de los restos hallados en Can Vicent Gat, Sa Cala moneda en Ibiza (Campo, 1993) y las noticias sobre la (Ibiza). En: Gómez Bellard, C., Díes Cusí, E., Marí contratación de mercenarios en Baleares por Diodoro i Costa, V. Tres Paisajes Ibicencos: Un Estudio Ar- (B.H. 13), son reveladoras en este sentido. queológico. Departament de Prehistòria i Arqueolo- gia Universitat de València, Valencia, 91-97. Por el momento desconocemos la estructura de propiedad y el modelo de gestión de la pesquería, des- Costa B., Alfaro, C. 2012. Algunes consideracions de dónde era dirigida y si los que en ella trabajaban sobre l´extensió i cronología de l´ars purpuraría a eran fenicios o indígenas. En cualquier caso, los siste- Ebusus. Actes de les IV Jornades d’Arqueologia de les mas constructivos utilizados en el asentamiento están Illes Balears. Vessants, Arqueologia i Cultura SL, muy alejados de los modelos talayóticos. La fuerte in- Eivissa, 169-178. uencia cartaginesa o ebusitana se mani esta también a través de las monedas y las cerámicas. Este tipo de Cuerda Barceló, J. 1975. Los tiempos cuaternarios instalaciones necesita de un orden jerárquico capaz de en Baleares. Diputación Provincial de Baleares, poder fundarlas y dirigirlas. Es revelador en este senti- Instituto de Estudios Baleáricos, C.S.I.C., Pal- do que el grupo de material cerámico más numeroso, ma de Mallorca. encontrado en el yacimiento, sea vajilla na (ebusitana y de importación). Este hecho podría indicar la pre- Fernández Nieto, F. J. 2002. Hemeroskopeion = sencia en la pesquería de individuos de alto estatus que Thynnoskopeion. El final de un problema histó- controlasen las actividades y se lucrasen con su gestión. rico mal enfocado. Mainake XXIV, Colonizado- res e indígenas en la Península Ibérica. CEDMA, El destino que tenía la producción es aún descono- Málaga, 231- 255. cido. Conocemos la existencia de un mercado conso- lidado en la Península Ibérica, el importante papel re- Guerrero Ayuso, V. 1997. Colonización púnica de Ma- distribuidor de Ibiza y Cartagena (desde su fundación) llorca. El Tall. Palma de Mallorca. y las necesidades de suministro, en la coyuntura previa a la II Guerra Púnica. Es lógico pensar que la produc- Lilliu, G. 1965. Informe sobre la IV campaña de ex- ción iba destinada a satisfacer la demanda creciente cavaciones arqueologicas en Ses-Paises (Artá, Ma- en estos circuitos pero no podemos descartar que su llorca) de la misión italiana. Noticiario Arqueológico destino fuese la propia isla, enfocado quizás, hacia un Hispánico (1964-1965), cuadernos 1-3, Dirección mercado emergente. General de Bellas Artes, Madrid, 116-130.

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170 M A  J -F , M  À V  S ...

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171 Los Concheros de Eirís (A Coruña): primeros resultados de una acumulación singular de mejillones (Mytilus sp.) de época romana

Carlos Fernández Rodríguez1, Víctor Bejega García1, Eduardo González Gómez de Agüero1, Eduardo Ramil Rego2, Natividad Fuertes Prieto1

Resumen Se presentan los resultados del análisis parcial de dos concheros localizados en el lugar de Eirís (Galicia). Se evalúan las características más destacadas de ambos depósitos, como el predominio absoluto de los restos malaco- lógicos, y entre estos del mejillón, o el alto grado de fragmentación presente. Se propone, como hipótesis interpre- tativa, su vinculación con la elaboración de algún producto tipo conserva con nalidad comercial, considerando tanto las peculiaridades del registro como su ubicación cerca del puerto de Brigantium (A Coruña) y del trazado propuesto para las vías de comunicación que conectaban este lugar costero con el interior. Palabras clave: Arqueomalacología, Época romana, Conchero, Mejillón (Mytilus sp.), Galicia (noroeste ibérico). Abstract is paper deals with the results of the analysis of two shell middens located in Eirís (Galicia, north-western Spain). e main features of both middens are assessed, including the clear predominance of marine shell remains, in particular mussels, and the high degree of fragmentation of the remains. We propose, as an interpretive hypo- thesis, that this site might have been manufacturing some type of food (pickle sauce or similar) for commercial purposes. is may be derived from the peculiarities of the archaeological record and its location close to the port of Brigantium (A Coruña) and the proposed communication routes connecting this port with various other places inland. Key words. Archaeomalacology, Roman Times, Shell midden, Mussel (Mytilus sp.), Galicia (north-western Spain).

1 Area de Prehistoria, Departamento de Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de León. Campus de Vegazana s/n – 24071 León (España). [email protected]; [email protected]; [email protected] 2 Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba, Rúa Dr Domingo Goas, 2 – 27780 Vilalba (Lugo, España) director@museo ilalba.org

173 L   E (A C ): P         ...

1. Introducción el aprovechamiento y procesado de los moluscos mari- nos, puesto que no se vinculan con la explotación de los Nuestro conocimiento de la explotación de los re- murícidos para la obtención de la púrpura, pero pare- cursos haliéuticos en época romana se hace cada vez cen reejar una actividad similar al menos en cuanto a más preciso, gracias no solo a la información transmi- su carácter industrial. tida por los autores clásicos latinos sino también por el estudio del registro arqueológico. En relación con este último aspecto, y por lo que respecta al marco 2. El yacimiento geográ co de la Península Ibérica, son de destacar los resultados procedentes del área del Estrecho, donde El Parque de Eirís (A Coruña) se localiza en el área en los últimos años se ha asistido a un impulso signi- periurbana de la ciudad Herculina, en su margen me- cativo del reconocimiento y análisis de los centros ridional. Su emplazamiento está con gurado por una de procesado de peces y moluscos de época romana amplia vaguada de relieve subhorizontal delimitada al (García Vargas y Bernal Casasola, 2009), actividad norte por los Montes das Moas y do Castro, y al sur por que intensi cará la ya desarrollada durante la presen- el Monte da Madosa. Esta vaguada comunica al este cia púnica en esta misma zona (Sáez Romero, 2011; con las llanuras de Monelos y Matogrande, lugares por Morales y Roselló, 2012). donde discurre el trazado de una vía romana que co- municaba el núcleo portuario y urbano de Brigantium El Atlántico, con un índice de biodiversidad mucho con el interior, ya sea la XX o per loca maritima del iti- más rico que el Mediterráneo, no podía ser soslayado nerario antonino (Caamaño y Naveiro, 1992) o una se- por este tipo de actividades industriales, y la investi- cundaria que uniría Brigantium con la citada principal gación en la actual costa portuguesa está poniendo cuyo trazado discurriría más al interior (Franco, 2001). de mani esto un importante número de instalaciones El lugar de los hallazgos se sitúa a 60 m.s.n.m.; a unos vinculadas con el procesado de productos marinos 600 m al sur se encuentra la boca de la ría do Burgo, (por ejemplo, Teichner, 2007; Gabriel et al., 2009). estuario dominado por arenales y fangos, y a otros 600 También para Galicia, en el ámbito del noroeste ibé- m al este está la ensenada de Oza, donde los arenales rico, se ha señalado la existencia de un signi cativo alternan con una línea de costa rocosa (Fig. 1). número de estructuras de época romana identi cadas con factorías litorales relacionadas con las salazones En el transcurso de las obras del Proyecto de Urba- de pescado (Suárez Piñeiro, 2003; Currás, 2007), aun nización para el Desarrollo del Plan Especial del Sector cuando tan solo se dispone de un único análisis de los 6 del “Parque de Eirís” (Eirís, A Coruña), promovidas restos de ictiofauna vinculados a uno de estos comple- por el ayuntamiento herculino, unos vecinos de la zona jos (Ferré, 1996). avisan de la aparición de materiales (ladrillos) y algunas estructuras de aparente carácter romano. Ya avanzadas Por lo que se re ere de forma más especí ca al estu- las obras, se acomete una campaña de excavación ar- dio de los moluscos marinos desde una perspectiva in- queológica de doce días entre los meses de noviembre dustrializada en época romana, la investigación ha esta- y diciembre de 2002. El proyecto se desarrolla en tres do principalmente centrada en los aspectos vinculados fases sucesivas que integran una prospección sistemá- con la recogida y procesado de las diferentes especies de tica, la documentación de per les de obra y la realiza- gasterópodos relacionados con la elaboración del color ción de diez sondeos valorativos. La mayoría de estos púrpura (Fernández Uriel, 2010; Cantillo et al., 2014), sondeos tuvo un resultado negativo, tan solo en uno de poniéndose de mani esto las dimensiones de una acti- ellos se localizó una estructura de época Contemporá- vidad que, sin duda por su trascendencia económica, nea, mientras que otros dos (Sondeo 09 y Sondeo 10) supera claramente las aguas mediterráneas para exten- ofrecieron materiales de adscripción romana, sin que derse por el Atlántico, disponiendo en la actualidad de de momento sea posible una mayor concreción crono- evidencias desde el litoral portugués (Teichner, 2006) lógica (Fig. 1). hasta las costas francesas (Dupont, 2013), sin que por supuesto el noroeste ibérico parezca haber sido ajeno En el Sondeo 09 (S-09) se documentó una estruc- a esta producción (Fernández Rodríguez et al., 2014). tura negativa, una especie de pozo de morfología ci- líndrica excavado en la roca base (saprolita granítica) Los depósitos de conchas de Eirís que aquí analiza- con unas dimensiones de unos 245 cm de diámetro por mos aportan una perspectiva diferente relacionada con 160 de profundidad, superando la super cie del son-

174 C F R , V Bƒ G, E  G... Figura del 1. Localización yacimiento de Eirís y de los sondeos realizados. Figura 2. Planta y sección del 9. Sondeo

175 L   E (A C ): P         ... deo. En su parte superior contenía algunos restos late- man la existencia de un yacimiento romano de pe- ricios de adscripción romana, mientras la mayor parte queña entidad. Los sondeos que ofrecieron materiales de su espacio interior estaba relleno con restos malaco- romanos se encuentran en la zona meridional del vial, lógicos (Fig. 2). donde los testimonios orales de los vecinos indican que se localizaban diversos muros y una concentración de En el área del Sondeo 10 (S-10) también aoraba restos arqueológicos. una concentración de conchas que motivó su excava- ción. Se documentó una pequeña fosa irregular excava- da en la saprolita, con un relleno de piedras irregulares 3. Material y métodos mezcladas con fragmentos de tégula, todo ello cubierto por una capa de de restos malacológicos que alcanzaba Dadas las condiciones en que se encontraba el ya- los 30 cm de espesor (Fig. 3). cimiento por los trabajos mecánicos previos a la inter- vención arqueológica, los depósitos de conchas supo- El volumen y las características del material recupe- nían la principal evidencia arqueológica. Dos de los rado, tanto in situ, como en posición derivada (acopios sondeos realizados (S-09 y S-10) se correspondieron de tierra vegetal de la obra de urbanización), con r- con sendas estructuras rellenas de conchas, procedién-

Figura 3. Planta y sección del Sondeo 10.

176 C F R , V Bƒ G, E  G... dose a recuperar la totalidad del material hasta que Respecto a la cuanti cación, el Número de Restos nalizó el tiempo disponible para la actuación (no se (NR) se ha calculado directamente mediante el recuento alcanzó la base del pozo del Sondeo 09). Los resultados de los restos asignados a cada especie, exceptuando el caso que ahora presentamos se corresponden con un análi- del mejillón (Mytilus sp.) para el que, debido a su abun- sis parcial del volumen total recuperado, si bien existe dante presencia y alta fragmentación, se ha estimado este una gran homogeneidad en la composición de estos valor a partir de los resultados obtenidos del recuento de concheros, por lo que consideramos que son su ciente- los restos incluidos en una fracción del peso total corres- mente representativos de ambos depósitos. pondiente a cada especie. El grado de fragmentación de las especies se ha valorado conforme al índice propuesto Del Sondeo 09, correspondiente a la estructura tipo por Gutiérrez Zugasti (2009), basado en coe cientes de pozo rellena con restos de conchas, se han procesado fragmentación jos para bivalvos y gasterópodos. un total de tres muestras, seleccionadas de forma alea- toria entre el total recuperado. En conjunto supone En el cálculo del Número Mínimo de Individuos más de 20 kg de peso (20.790 gr), con un volumen que (NMI) se utilizaron las categorías de fragmentación es- casi alcanza los 20 litros (19.200 cc). tablecidas por Moreno Nuño (1994) para gasterópodos y bivalvos. Del Sondeo 10 se presentan en este análisis los re- sultados obtenidos de una bolsa del muestreo, también La toma de valores biométricos se hizo siguiendo los seleccionada de forma aleatoria. En este caso, se corres- parámetros habituales (por ejemplo, Moreno Nuño, ponde con un peso de algo más de 4 kg (4.140 gr) y 1994; Gutiérrez Zugasti, 2009). La asignación de los res- un volumen de 4.000 cc. Actualmente se está proce- tos a Grupos Tafonómicos se ha basado en las categorías sando otra muestra de este mismo depósito, con unos establecidas por Gautier (1978) y Moreno Nuño (1994). resultados prácticamente idénticos a los obtenidos en La valoración de presencia se ha estimado conforme a los la anterior. cálculos del Índice de Constancia e Índice de Dominan- cia (Moreno Nuño, 1994). Para el tratamiento de la muestra seguimos los pro- cedimientos metodológicos señalados por diferentes autores (Stein, 1992; Bejega, 2008; etc.), y que pode- 4. Resultados mos resumir en las fases de cribado, triado, identi ca- ción, toma de valores biométricos y cuanti cación. En Las muestras hasta ahora procesadas reejan una com- relación con el cribado, se realizó un doble proceso: el posición claramente dominada por los restos de conchas primero con agua, utilizando una malla de Ø 0’8 mm marinas. El peso de los diferentes componentes (Tabla 1) de luz, y el segundo en seco, con malla de Ø 1 mm. indica que la malacofauna es casi exclusivamente el úni- co aporte de origen antrópico. Si excluimos el material Para la identi cación de las especies se utilizó bási- sedimentario (arenas y gravas de saprolita granítica) que camente nuestra colección comparativa de referencia, se incorporaría a estos depósitos de forma natural, las de- aunque también se tuvieron en cuenta diferentes cri- más evidencias que podríamos relacionar con desechos terios especí cos establecidos por diferentes autores de actividades humanas suponen valores anecdóticos; en (Linder, 1977; Sabelli, 1982; Ramonell, 1985; Mexía, su mayoría se trata de pequeñas esquirlas de huesos de 2000; entre otros). mamíferos, algunos restos de ictiofauna (de los que tan solo se ha podido identi car una vértebra precaudal y En relación con la identi cación especí ca de los otra caudal de Sardina pilchardus) y también puntuales mejillones, aunque algunos autores (Rolán y Otero, fragmentos cerámicos (de pequeñas dimensiones e inclu- 1996) indican que la única especie presente en la ac- so rodados). Durante la excavación no se realizó ningún tualidad en las costas del noroeste es Mytilus gallopro- tipo de selección y separación de materiales, por lo que los vincialis (Lamarck, 1819), se ha decidido incluirlos en resultados presentados son el reejo de la composición el grupo genérico Mytilus sp., debido a la problemática del conchero. Se trata en de nitiva de unos depósitos que presenta la diferenciación especí ca entre Mytilus muy especí cos en su composición, que no se correspon- edulis (Linnaeus, 1758) y la antes citada a partir exclu- de con la que podríamos considerar como característica sivamente de valvas (Moreno Nuño, 1994), y máxime de actividades domésticas, en la que otro tipo de eviden- considerando el alto grado de fragmentación de los cias (restos óseos, cerámicas e incluso carbones u otros ejemplares analizados en este caso. materiales) suelen presentar una mayor importancia.

177 L   E (A C ): P         ...

S9 / M1 S9 / M2 S9 / M3 S10 / M1 gr. % gr. % gr. % gr. % Peso inicial 6964,0 7378,0 6448,0 4140,0 Triado (> 1mm) 5734,0 82,34 5005,0 67,84 3904,0 60,55 2137,5 51,63 Sedimento 525,0 9,16 1683,0 33,63 604,0 15,47 471,0 22,04 Cerámica 13,0 0,26 5,0 0,23 Latericio 50,0 1,28 41,0 1,92 Malacofauna 5203,0 90,74 3305,5 66,04 3233,0 82,81 1616,5 75,63 Macrofauna 3,0 0,05 1,0 0,02 13,0 0,33 0,5 0,02 Ictiofauna 0,5 0,01 1,0 0,03 0,5 0,02 Carbón 3,0 0,05 2,0 0,04 3,0 0,08 3,0 0,14

Tabla 1. Composición de las muestras analizadas. Se indica el peso (en gr.) y su frecuencia relativa.

Atendiendo a la composición de los depósitos (Ta- (no identi cados a nivel especí co), de los balanos o bla 1), se aprecia alguna diferencia entre las muestras bellotas de mar (Balanus sp.), cuya presencia debe re- en relación con el residuo cribado (material triado). El lacionarse con Mytilus, y de un conjunto de restos de mayor volumen obtenido en la muestra 1 del Sondeo pequeñas dimensiones que no han podido ser correcta- 09 está reejando, al menos, el que se procesara todo el mente identi cados. material superior a 0,8 mm sin proceder al segundo cri- bado en seco con la malla de Ø 1 mm. En las otras tres De forma general se aprecia el predominio casi abso- muestras, en las que sí se realizó este segundo proceso, luto de Mytilus sp., que supone más del 96% de los res- disminuye de forma clara el volumen de material proce- tos de ambas muestras, frecuencia que se reduce aproxi- sado; debemos señalar que la revisión del residuo entre madamente a un 77% si consideramos el NMI pero que 0,8 y 1 mm no aportó ningún elemento signi cativo. de nuevo se incrementa en los índices de biomasa hasta Otro aspecto que puede llamar la atención es la varia- más del 83%, reejo de la débil resistencia de la concha ción en la cantidad de sedimento inorgánico de origen de estos moluscos ante los procesos de fractura. Los natural presente, con valores que oscilan desde el 9% a índices de fragmentación para Mytilus son su ciente- más del 33%. Parece lógico suponer que la mayor pre- mente expresivos: 0,00254 en el Sondeo 09 y 0,0084 en sencia de este componente pueda estar en relación con la muestra del Sondeo 10, lo que en principio sugiere la ubicación de la muestra en el depósito original, así las un mayor tamaño de los restos del segundo de los con- inmediatas a la pared del pozo deberían reejar un ma- cheros, pero en cualquier caso reejando un extremado yor aporte de saprolita granítica; pero también pudo fraccionamiento (Fig. 4). En conjunto, los valores de tener importancia el proceso de formación de estos esta especie minimizan sustancialmente la importancia concheros, puesto que un aporte lento habría favoreci- de las demás documentadas. do la inclusión, por procesos tafonómicos, de los mate- riales del entorno. Si bien ambos depósitos, como ya in- La fuerte fragmentación no solo afecta a las valvas dicamos, fueron recogidos en su totalidad, no se reejó de Mytilus, sino que se reeja en la mayoría de los taxo- la ubicación espacial de cada muestra, lo que hace difí- nes; por ejemplo, los índices calculados para Ruditapes cil contrastar estas hipótesis. No obstante, el procesado decussatus (Linnaeus, 1758), cuyas valvas son signi ca- de más muestras ayudará a evaluar más correctamente tivamente más resistentes que las de mejillón, son de el proceso de formación de estos concheros. 0,037 para el Sondeo 09 y de 0,027 para el Sondeo 10. Esta característica di culta la valoración de las restantes Los resultados del análisis malacológico son los re- especies. No obstante, y sobre todo a partir de los datos cogidos en la Tabla 2. Los datos individualizados de las del conchero del Sondeo 09, consideramos que hay un tres muestras del Sondeo 09 son muy similares, por lo conjunto de taxones con unos valores que no permiten que se ha decidido agruparlos con el n de facilitar la que su presencia pueda ser evaluada como meramen- comparación entre ambos concheros. No se han cuan- te casual, caso de Ruditapes, Ensis ensis (Linneaeus, ti cado más que por el peso, y por tanto no se han in- 1758) / Solen vagina (Linnaeus, 1758), Cerastoderma cluido en los cálculos, los valores de los micromoluscos edule (Linnaeus, 1758) y muy posiblemente también el

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SONDEO 9 / M 1-2-3 VALORACIÓN NR %NR NMI Peso % Peso IC ID ICxID Patella sp. 154 0,0498 20 23 0,198 100 1,9 190 Phorcus lineatus 19 0,0061 8 12,5 0,108 100 0,7 70 Littorina obtusata 29 0,0094 19 17,0 0,146 100 1,8 180 Littorina littorea 36 0,0116 9 7,0 0,060 33,3 0,9 30 Gibbula sp. 9 0,0029 9 3 0,026 100 0,9 90 Nassarius reticulatus 14 0,0045 9 8,0 0,069 66,6 0,8 53,3 caudata 5 0,0016 2 1,0 0,009 33,3 0,2 6,7 Mytilus sp. 302848 97,9926 98 10602,0 91,216 100 76,3 7630 Ostrea edulis 295 0,0955 2 82 0,705 66,6 0,2 13,3 Ruditapes decussatus 1842 0,5960 79 508,5 4,375 100 7,4 740 Venerupis corrugata 1 0,0003 1 2 0,017 33,3 0,1 3,3 Cerastoderma edule 520 0,1683 30 248,0 2,134 100 2,8 280 Mymachlamys sp. 4 0,0013 2 1,0 0,009 66,6 0,2 13,3 Donax sp. 5 0,0016 3 2,0 0,017 33,3 0,3 10 Ensis / Solen 2984 0,9655 41 77,0 0,662 100 3,9 390 Anomia ephippium 266 0,0861 13 27,0 0,232 66,6 1,2 79,9 Paracentrotus lividus 6 0,0019 1 0,5 0,004 33,3 0,1 3,3 Pollicipes pollicipes 10 0,0032 2 1,0 0,009 66,6 0,2 13,3 Caracol terrestre 5 0,0016 1 0,5 0,004 33,3 0,1 3,3 indet. TOTAL 309052 11623,0 Balanus sp. 89,0 Micromoluscos 24,5 Fragmentos indet. 5,0

SONDEO 10 / M 1 VALORACIÓN NR %NR NMI Peso % Peso IC ID ICxID Patella sp. 17 0,0540 2 1,5 0,093 100 1 100 Littorina obtusata 2 0,0064 2 1,0 0,062 100 3,1 310 Littorina littorea 11 0,0349 6 5,5 0,342 100 1 100 Nassarius reticulatus 1 0,0032 1 1,0 0,062 100 0,5 50 Mytilus sp. 30291 96,2199 150 1339,0 83,168 100 77,7 7770 Ostrea edulis 312 0,9911 2 70 4,348 100 1 100 Ruditapes decussatus 738 2,3443 26 188,0 11,677 100 13,5 1350 Cerastoderma edule 16 0,0508 1 1,0 0,062 100 0,5 50 Ensis / Solen 83 0,2637 1 2,0 0,124 100 0,5 50 Pollicipes pollicipes 9 0,0286 1 0,5 0,031 100 0,5 50 Caracol terrestre 1 0,0032 1 0,5 0,031 100 0,5 50 indet. TOTAL 31481 1610,0 Balanus sp. 5,0 Micromoluscos 1,0 Fragmentos indet. 0,5

Tabla 2. Estimadores de abundancia de los taxones identi cados en los concheros del Sondeo 09 (valores agrupados de tres muestras) y del Sondeo 10. Se indica el NR-número de restos, NMI-número mínimo de individuos y peso, en gramos, así como los índices de valoración relativa (IC-índice de constancia, ID-índice de dominancia).

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Figura 4. Mytilus sp.: Fragmentos (A) y selección de ápices (B). conjunto formado por Ostrea edulis (Linnaeus, 1758) sata y Gibbula sp.], así como los percebes -Pollicipes y Anomia ephippium (Linnaeus, 1758). El grupo de pollicipes (Gmelin, 1790)-. También Linatella cauda- patélidos (Patella sp.) y otros gasterópodos con interés ta (Gmelin, 1791) y Nassarius reticulatus (Linnaeus, bromatológico -Littorina obtusata (Linnaeus, 1758), 1758), como depredadores del mejillón, deben incluir- Littorina littorea (Linnaeus, 1758) y Gibbula sp.- tam- se en este conjunto. bién puede haber sido incorporado de forma intencio- nada si bien, como señalaremos, creemos que su presen- Sustrato arenoso-fangoso: es el segundo grupo en cia puede deberse a otras causas. importancia, dominando Ruditapes decussatus, pero también representado por Ensis/Solen, Cerastoderma Los resultados del Sondeo 10 divergen en algunos edule y también, aunque sus valores resulten anecdó- aspectos de los anteriores. Además del predominio ya ticos, Venerupis corrugata (Gmelin, 1791)y Donax sp. indicado de Mytilus, entre los demás taxones destacan, de nuevo, las especies antes señaladas, excepto en el Fondos rocosos: medio representado por especies caso de Cerastoderma, representado por un reducido que básicamente habita los fondos marinos entre el in- conjunto de restos fuertemente fragmentados (como termareal y los primeros niveles del infralitoral: Ostrea reeja su peso, al igual que sucede con Ensis/Solen), y la edulis, Anomia ephippium, Mymachlamys sp. y Paracen- ausencia de Anomia. No sabemos hasta qué punto los trotus lividus (Lamarck, 1816), las dos últimas exclu- valores correspondientes a estas especies podrán modi- sivamente representadas por un reducido volumen de carse al procesar nuevas muestras. restos en las muestras del Sondeo 09.

Las demás especies cuentan con valores práctica- Evaluando el conjunto de manera global tenien- mente anecdóticos en el conjunto y la ausencia de do en cuenta la zona de hábitat de las distintas espe- alguna de las mismas en el Sondeo 10 puede deberse cies, el medio rocoso es el que aporta con diferencia exclusivamente a causas totalmente aleatorias y al me- un mayor volumen, tanto en restos (más del 97%) nor volumen de material procesado. En cualquier caso, como en individuos (en torno al 84%), suponiendo este hecho tampoco supone modi cación alguna de la aproximadamente el 90% del peso de las conchas. Por propuesta explicativa que planteamos para estas acu- el contrario, la representación del medio arenoso es mulaciones. bastante reducida, si bien, como ya indicamos, con un conjunto de especies que alcanza valores signi cativos Si atendemos al hábitat de los taxones presentes, re- en ambos concheros. conocemos tres conjuntos diferenciados:

Sustrato rocoso: representado sobre todo por la es- 5. Discusión y conclusiones pecie más abundante, Mytilus sp., además de los patéli- dos (Patella sp.) y otros gasterópodos [Phorcus lineatus El análisis de los concheros de Eirís ha puesto de (da Costa, 1778), Littorina littorea, Littorina obtu- mani esto en primer término el absoluto dominio de

180 C F R , V Bƒ G, E  G... los restos de moluscos marinos frente a los demás ma- intencional, sobre todo atendiendo al diferente tipo teriales, representados todos de forma mínima y cuya de medio en el que viven estas especies. llegada a estos depósitos parece haber sido casual. En de nitiva, nos encontramos con dos conche- En relación con la composición malacológica, el me- ros formados por una mezcla reiterada de Mytilus, jillón constituye el principal molusco representado, con como molusco predominante, con una aportación valores que minimizan los de las restantes especies do- recurrente de una serie de taxones característicos del cumentadas. A su presencia podemos vincular la de los medio arenoso (Ruditapes, pero también Ensis/Solen demás taxones representativos de medios rocosos, cuya y Cerastoderma). Las demás especies pueden haber recogida puede haberse producido de forma simultá- llegado como acompañantes recogidas durante el nea, e incluso casual, a la de Mytilus. Los gasterópodos proceso de recolección de estas principales. Conche- depredadores del mejillón sin interés bromatológico y ros que además se caracterizan por una alta fragmen- por supuesto los balanos responderían sin duda a este tación de los restos. planteamiento. No puede excluirse una recogida inten- cional de otras, principalmente en el caso de los gaste- A la vista de estos resultados, y como hipótesis de rópodos del género Littorina y Patella, pero los redu- trabajo en el momento actual, no descartamos la po- cidos valores de estas especies tan abundantes en otros sibilidad de que estos depósitos estén conformados yacimientos no parecen apoyarlo, a lo que debemos por los desechos resultantes de la elaboración de un añadir las pequeñas longitudes de los cinco ejemplares producto tipo conserva o incluso de salsa realizada de Patella en los que se ha podido tomar esta medida de forma exclusiva con moluscos. A este respecto, son (rango: 18,3-34,3 mm), representativas de individuos bien conocidas las recetas transmitidas por los autores muy pequeños para lo que es la norma habitual en el latinos -garum, liquamen, muria, cordula, etc.- (por noroeste (por ejemplo, González Gómez de Agüero, ejemplo, Étienne y Mayet, 2002), pero en los últimos 2009), y que podrían reejar la recogida de lapas inme- años se ha llamado la atención sobre la complejidad y diatas a los mejillones o que, ocasionalmente, se despla- extraordinaria variedad que realmente podría haber zaran sobre los mismos; lo mismo sucede con las tallas existido en relación con la elaboración de este tipo de deducidas a partir de las alturas de los ejemplares de preparados (por ejemplo, Bernal, 2009). Así, el análisis Littorina y Phorcus. De igual manera debemos valorar de los contenidos de algunas ánforas del sur peninsu- los restos de Pollicipes o incluso de Paracentrotus, con lar ha puesto de mani esto la existencia de productos una presencia mínima que no pasa de ser casual. elaborados a partir de varios componentes entre los que se encuentran tanto especies marinas (ictiofauna) Un segundo grupo de especies es el que podemos como terrestres (Roselló et al., 2003) además de diver- considerar representativo de un medio arenoso, entre sos aditivos de origen vegetal (Ruiz y Gil, 2007). las que hay algunas con valores signi cativos, princi- palmente Ruditapes decussatus, Ensis/Solen e incluso En relación con la producción y comercio de po- Cerastoderma edule, aun considerando su escasa apor- sibles productos a partir del procesado de moluscos tación en el Sondeo 10; los demás taxones procedentes marinos (dejando aparte la púrpura), hay referencias a de este mismo medio podrían reejar recogidas casua- la existencia de ánforas para el transporte de ostras en les, de ahí una presencia muy puntual. escabeche (Bernal, 2009); si bien de cronología algo más antigua, también se ha documentado en niveles Las ostras, tanto la común (Ostrea edulis) como la púnico-mauritanos de Lixus (Marruecos) la presencia denominada ostra de perro (Anomia ephippium) re- de conchas de mejillones en el interior de ánforas (Ara- sultan más difíciles de valorar, ya que sobre todo la negui, 2004), aun cuando la correcta interpretación primera está representada por un número de restos de este registro y su posible vínculo con algún tipo de signi cativo pero que puede ser reejo de la fácil conserva necesita ser adecuadamente evaluado me- fragmentación de su concha, como sugiere tanto el diante la realización de diferentes analíticas. Y de in- mínimo de ejemplares presente como especialmente terés también son los depósitos de moluscos domina- la baja biomasa que aquellos suponen. No obstante, dos por una especie, como Cerastoderma en la factoría Anomia si tiene una representación más equilibrada portuguesa de Cerro da Vila (Teichner, 2006), para los en cuanto a los dos primeros estimadores considera- que sin embargo no se ha barajado una interpretación dos y esto puede sugerir que la presencia de ambas sea vinculada a un posible procesado para su comercio.

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La ubicación del yacimiento de Eirís también el Exterior. Misiones españolas en la cuenca del resulta de interés. Si bien no inmediato a la costa, Mediterráneo. Bienes Culturales 3. Ministerio de su vinculación con una vía romana facilitaría la Cultura, Madrid, 171-181. comercialización del posible producto elaborado, tanto hacia el interior como hacia el núcleo urbano Bejega García, V., 2008. Composición y metodolo- y el puerto de Brigantium, donde se conocen otras gía de análisis de concheros aplicada a los castros instalaciones de procesado de productos marinos litorales gallegos. Actas de las I Jornadas de Jó- (Fernández Rodríguez et al., 2014) y su importan- venes en In estigación Arqueológica (JIA): Dia- cia a nivel comercial en época romana ha sido pues- logando con la cultura material (Madrid, 2008). ta de manifiesto a partir del registro arqueológico CERSA, Madrid, Tomo I, 247-254. de forma bien documentada (Naveiro, 1991). Por su parte, la llegada de la materia prima, los molus- Bernal Casasola, D., 2009. Anforas, pesquerías y cos, tampoco resultaría complicada; desde el pro- conservas entre la Baetica y el Adriático. Pince- pio puerto podría abastecerse este lugar y, en todo ladas para futuras investigaciones arqueológicas. caso, las áreas de captación se sitúan en un radio de En: Pesavento, S., Carre, M.B. (Eds.), Olio e pes- unos 600 m, tal y como hemos indicado en la carac- ce in epoca romana. Produzione e commercio ne- terización del yacimiento. lle regioni dell’alto Adriatico. Actas del congreso (Padova, 2007). Università degli Studi di Padova, Es indudable que nos faltan elementos para eva- Antenor Quaderni 15, Padova, 3-24. luar correctamente estas hipótesis, y la destrucción de las posibles estructuras romanas de Eirís antes de Caamaño Gesto, J.M., Naveiro López, J. (1992). la intervención arqueológica suponen una pérdida Aportaciones al estudio de la red viaria romana signi cativa. Asimismo, todavía no están claras las de la provincia de La Coruña. En: Acuña Castro- causas que han motivado la fuerte fragmentación de viejo, F. (Coord.), Finis Terrae. Estudios en lem- los moluscos, su posible vinculación con el proce- branza do prof. Dr. Alberto Balil. Universidade de sado o si fue originada durante el vertido o en fases Santiago, Santiago, 207-224. posteriores. También resulta llamativa la estructura tipo pozo en la que se acumuló el conchero del Son- Cantillo, J.J., Bernal, D., Ramos, J. (Eds.), Moluscos deo 09; un origen relacionado con el tratamiento de y púrpura en contextos arqueológicos atlántico-me- los moluscos sería muy diferente a un vínculo limi- diterráneos. Nuevos datos y reexiones en clave de tado de forma exclusiva a una amortización. Con a- proceso histórico. Actas de la III Reunión Cientí - mos que tanto posibles nuevos hallazgos en esta zona ca de Arqueomalacología de la Península Ibérica como la continuación de los análisis de estos y otros (Cádiz, 2012), Serie Actas Historia y Arte – Co- concheros sirvan para responder a alguna de las cues- lección Ceimar 10, Universidad de Cádiz, Cádiz. tiones que aquí hemos planteado. Currás, B., 2007. Aportación al conocimiento de la industria de salazón en las Rías Baixas gallegas. Agradecimientos En: Lagóstena, L., Bernal, D., Arévalo, A. (Eds.), Cetariae 2005: Salsas y salazones de pescado en El profesor Darío Bernal nos ha indicado los pro- Occidente durante la Antigüedad (Cádiz, 2005). blemas que plantea la interpretación de los hallazgos BAR International Series 1686, Archaeopress, de Lixus y la necesidad de desarrollar diferentes ana- Oxford, 135-149. líticas para resolverlos. Dupont, C. 2013. Teinture et exploitation du pour- El texto se ha visto mejorado con los comentarios pre Nucella lapillus le long du littoral atlantique realizados por los dos evaluadores que lo revisaron. français. En: Daire M.Y., Dupont, C., Baudry, A., Billard, C., Large, J.-M., Lespez, L., Normand, E., Scarre, C. (Eds.), Anciens peuplements littoraux et Bibliografía relations Homme/Milieu sur les côtes de l’Europe atlantique. Actes du colloque HOMER2011 Aranegui Gascó, C., 2004. Lixus (Larache, Marrue- (Vannes, 2011). BAR International Series 2570, cos). En: VV.AA. Excavaciones Arqueológicas en Archaeopress, Oxford, 459-467.

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184 Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos de las termas marítimas

Darío Bernal-Casasola1, Juan Jesús Cantillo1, 2, José Juan Díaz1, José Ángel Expósito1,3, María de los Ángeles Pascual1, Ana María Durante1, Lorena Hoyo1, Estrella Blanco1, José Alberto Retamosa1

Resumen Como resultado del proyecto de investigación “La economía marítima y las actividades haliéuticas en Baelo Claudia (Tarifa, Cádiz)”, autorizado por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, se ha descubierto un nuevo complejo termal en esta importante ciudad romana del con entus Gaditanus. Las exca- vaciones desarrolladas entre los años 2011 y 2013 han permitido exhumar una amplia secuencia diacrónica, que se sitúa entre el s. I a.C. y el VI d.C. Resultan especialmente signi cativos en relación con la explotación de recursos marinos los niveles de abandono de la gran natatio de estas nuevas Termas Marítimas, fechados en tres momentos precisos: época de Diocleciano, que es cuando se expolian las termas ( nales del s. III o inicios del s. IV); la segunda mitad del s. V, momentos de colmatación de nitiva de la gran piscina excavada; y el s. VI, fechas en las cuales se abandona de nitivamente el asentamiento. En dichos niveles tardorromanos se han recuperado centenares de ejemplares de diversas especies de malaco- fauna, siendo especialmente abundantes los gasterópodos marinos veri cando que el antiguo edi cio termal fue reutilizado con nalidad diversa a la primigenia. En este trabajo se presenta una primera evaluación de estos recursos marinos, cuyo interés es notable ya que exis- ten muy pocas evidencias en el ámbito del Círculo del Estrecho, bien fechadas estratigrá camente, relacionadas es- pecí camente con el marisqueo y el consumo de recursos marinos en la Antigüedad Tardía, incluyendo el hallazgo de instrumental sobre concha relacionado con actividades haliéuticas (aerófonos sobre Charonia lampas y mejillón reutilizado como herramienta artesanal de uso indeterminado). Palabras clave: Baelo Claudia, Antigüedad Tardía, Malacofauna, explotación de recursos marinos, Aerófonos.

1 Grupo de In estigación HUM-440. Área de Arqueología. Departamento de Historia, Geografía y Filosofía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Cádiz. Avda. Dr. Gómez Ulla 1, 11003 Cádiz (España). [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected] 2 Ayuntamiento de Vejer de la Frontera. Plaza de España, 1, 11150, Vejer de la Frontera (Cádiz, España). [email protected] 3 Conjunto Arqueológico Baelo Claudia. Consejería de Educación, Cultura y Deporte. Junta de Andalucía. Ensenada de Bolonia, s/n, 11380 Tarifa (Cádiz, España). [email protected]

187 Abstract A new bath complex has been discovered in this so well known Roman city of the conventus Gaditanus, as a result of the Research Project “Maritime economy & halieutic activities at Baelo Claudia (Tarifa, Cádiz)”. Recent field campaigns (2011 & 2013), with the permission of the Regional Government (Consejería de Educación, Cultura y Deporte of the Junta de Andalucía) have revealed a long diachronic sequence, from the I c. BC to the VI AD. The abandonment layers of a big pool (natatio) inside this new Maritime Baths are related to the exploitation of marine resources. Three particular well dated contexts have been selected: Diocletian times (late III – early IV AD), when the building was pillaged; the second half of the V c. AD, when the big pool was completely covered; and the VI c. AD, the last moments of life in the site. Hundreds of shells have been recovered in these Late Roman layers, mainly marine gastropods, verifying that the ancient baths where reused in Late Antiquity with other functional purposes. We present here a first panorama of the shells recovered, whose interest is remarkable as regionally (in the so called Circle of the Strait) there are few stratigraphically well dated deposits related to beach-combering and consumption of marine resources in Late Roman times. Some shells used as halieutic instruments are included (two Charonia lampas with cut edges as aerophones, and a mussel reused as an undetermined artefact). Keywords: Baelo Claudia, Late Roman times, Shells, marine resources exploitation, Aerophones. D B-C, J  J C, J J  D, J Á E‡ ...

1.- Contexto arqueológico para la realización de actividades artesanales –fragua entre ellas-, colmatándola con residuos de diversa na- Las excavaciones realizadas entre los años 2011 y turaleza, entre ellos los orgánicos. Se fecha con claridad 2013 en la zona meridional de Baelo Claudia, enmarca- en la segunda mitad del s. V por el contexto cerámico, das en el estudio del barrio pesquero-conservero de esta y en ella aparecieron los fragmentos de la citada estatua conocida ciudad romana situada en el Fretum Gadita- marmórea (Bernal et al, 2013: 138-140, gs. 19 y 20). num (Fig. 1 A), han permitido descubrir un gran subur- bium al oeste del Arroyo de las Villas, documentado por Por último, la U.E. 2617 es un nivel sedimenta- prospecciones geofísicas y por sondeos arqueológicos. rio que cubría el suelo de la habitación H-3, y que se En su interior se ha podido excavar parte de un edi cio corresponde con el último momento de abandono balneario de grandes dimensiones, de nido como las de estas habitaciones, previamente a un posible seís- Termas Marítimas de este próspero municipium hispa- mo que provocó el desplome de las paredes (Bernal norromano (Fig. 1 B), el cual fue construido durante la et al., 2015): la abundancia de malacofauna duran- primera mitad del s. II d.C. (Bernal et al. 2013). Se tra- te las excavaciones permitió veri car que el último ta de un complejo monumental de notable importan- uso dado a estas instalaciones se relacionaba con la cia, al cual se asocia un programa decorativo de primer explotación (¿y procesado/venta?) de recursos mari- orden, como ilustra el hallazgo de una copia del famoso nos (Bernal et al., 2014). Doríforo de Policleto, estatua que ornamentaba una hornacina del complejo, realizada en mármol griego de la isla de Paros (Roda et al., 2015). Actualmente están 2.- Análisis arqueomalacológico en proceso de estudio estas excavaciones arqueológicas a cargo de un equipo interdisciplinar de la Universidad En relación a la metodología de estudio, para la de Cádiz y la Junta de Andalucía, insertándose esta identi cación taxonómica hemos acudido a las fuen- contribución en dicho proceso. tes bibliográ cas de referencia básicas (Sabelli, 1980; Lindner, 1983; Poppe y Goto, 1993; Hayward et al., Los niveles arqueológicos que han proporcionado 1998; Gofas et al., coord., 2010), así como a una colec- restos ictiológicos o malacológicos son muy abundan- ción comparativa de referencia de restos malacológicos tes, si bien para este trabajo se han seleccionado única- actuales. Además, para aunar criterios relacionados con mente tres ejemplos, ilustrativos del momento de aban- la nomenclatura de las distintas especies documenta- dono del complejo termal, dos de ellos procedentes de das, nos hemos apoyado en la base de datos del CLE- la colmatación del denominado ambiente H-2 (UU. MAM (Check list of European marine mollusca), del EE. 2530 y 2535) y un estrato de la adyacente habita- Museo Nacional de Historia Natural de París (http:// ción H-3 (U.E. 2617), como se ilustra en la Fig. 1 C. www.somali.asso.fr/clemam/index.clemam.html).

Por su parte la U.E. 2535 es el primer nivel de relle- En lo que respecta a la cuanti cación, para el cálcu- no sobre el suelo de la piscina o natatio, conformado lo de los restos de moluscos nos hemos basado en una por multitud de restos de mármoles y decoración ar- serie de índices de abundancia cuya estimación se ha quitectónica resultado del expolio tras su inmediato efectuado a partir del NR, que expresa el número de abandono, el cual se ha podido fechar con precisión restos totales por especies; y el NMI, que indica el nú- a nales del s. III o inicios del IV por la presencia de mero mínimo de individuos por especies y responde a cerámicas africanas de importación –ARSW de la la suma de partes anatómicas concretas. En el caso de forma Lamboglia 35 ter, Lamboglia 40bis/Hayes 50 los bivalvos se establece mediante el recuento de valvas y Hayes 58; ánforas africanas del tipo Africana IIA y completas + valvas fragmentadas con charnela + frag- IID/Keay VII, junto a cerámicas de cocina de la for- mentos charnelares (anterior o posterior, el valor más ma Culinaire Type 3, variantes B/Hayes 181 y lucer- alto). Para los gasterópodos espiralados se establece nas de disco-. Se utilizó como vertedero, pues se han mediante la suma de individuos completos + indivi- documentado también otro tipo de biofactos en su duos fragmentados + fragmentos apicales-umbilicales; matriz (Bernal et al., 2014). mientras que para los gasterópodos no espiralados la fórmula es la suma de individuos completos + indivi- La U.E. 2530 es un estrato relacionado con el cam- duos fragmentados + fragmentos apicales (Gutiérrez bio de uso de estas instalaciones, que provocaron el em- Zugasti, 2009). A partir de la identi cación taxonómica pleo de la antigua piscina termal (H-2) como un lugar y del conocimiento de las preferencias de hábitat de las

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Figura 1. Localización de Baelo Claudia en el Estrecho de Gibraltar (A), con detalle de la ubicación de las Termas Marítimas en relación al plano de la ciudad (B), y planimetría del edi cio con indicación de las habitaciones H-2 y H-3, de las cuales proceden los estratos cuyo contenido malacológico se analiza (C).

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Figura 2. Representación de los taxones malacológicos documentados, tanto de bivalvos marinos -Callista chione (A), Cerastoderma edule (B), Glycymeris sp. (C), Mytilus gallopro incialis (D), Lima lima (E), Ostrea edulis (F), Panopea glycimeris (G)- como de gasterópodos - Astraea rugosa (H), Charonia lampas (I), olla (J), Cymbula nigra (K), Phorcus lineatus (L), Phorcus turbinata (LL), Patella caerulea (M), Patella ferruginea (N), Patella intermedia (O), Patella rustica (P), Patella ulyssiponensis (Q) y Stramonita haemastoma (R)-.

191 M    B C  T. C‡ ... 7 5 4 0,39 382 0,15 12 0,39 42 0,07 0,23 133 0,07 0,390,07 57 0,07 22 25 0,15 108 0,15 198 0,15 0,55 247 0,47 37 %NMI Peso %NMI Peso 5 2 5 1 3 1 5 1 1 2 2 2 7 6 NMI NMI General 0,14 0,14 0,43 0,07 0,58 0,07 0,07 0,14 0,21 0,14 0,51 0,43 8 1 41 2,99 41 3,25 204 12 0,87 53 3,87 53 4,21 325 7 1 5 7 0,18 29 22 1,60 20 1,58 302 0,18 62 16 1,16 0,55 193 28 2,04 17 1,35 537 0,27 174 27 1,97 16 1,27 803 0,09 0,09 28 0,09 0,009 25 %NMI Peso NR %NR %NMI Peso NR %NR 2 2 6 3 1 1 1 1 NMI NMI U.E. 2617 U.E. 0,17 0,26 0,78 0,43 0,08 0,08 0,08 0,08 ------1 - - - - - 3 9 5 45 3,90 45 4,15 311 45 3,28 45 3,57 311 1084 94,09 1022 94,28 6345 1085 79,25 1023 81,31 6347 7 - - - - - 6 25 15 8,33 22 8,33 143 8,33 16,66 132 33,33 145 41,66 165 1133 98,36 1071 98,80 6697 1282 93,58 1210 96,10 8144 58,33 279 19 1,64 13 1,19 179 88 6,42 49 3,89 1964 %NMI Peso NR %NR %NMI Peso NR %NR 2 4 3 5 1 7 1 1 NMI NMI U.E. 2535 U.E. 5,88 5,88 5,88 29,41 35,29 17,64 29,41 ------3 ------2 ------6 - - - - - 1 ------2 - - - - - 1 - - - - - 2 5 6 3 5 1 1 5------1 4------2 3 - - - - - 1,85 188 1,23 12 5,55 344 3,08 42 5,55 484 1,85 133 0,61 2,46 29 1,23 108 0,61 55 1,23 3,70 242 0,61 3,08 30 %NMI Peso NR %NR %NMI Peso NR %NR 3 2 9 5 9 3 1 4 2 1 2 6 1 5 NMI NMI U.E. 2530 U.E. 1,00 3,00 0,50 3,50 1,00 1,00 1,00 3,00 0,50 2,50 ------1 ------1 - - - - 1 ------2 6 1 7 2 2 2 6 1 5 41 20,50 41 25,30 204 13 6,50 14 7,00 12 6,00 16 8,00 50 25,00 50 30,86 310 57 28,5 29 17,90 1183 12 70,58 20 10,00 18 11,11 273 NR %NR 143 71,50 133 82,10 1308 200 100 162 100 2591 17 100 12 100 464 1152 100 1084 100 6785” 1369 100 1258 100 10108 sp. sp. Taxones lla e Bivalvos marinos Bivalvos intermedia Pat Callista chione Callista Patella rustica Patella Cerastoderma Cerastoderma edule Patella Patella Glycymeris Patella Patella ulyssiponensis Glycymeris violascens Stramonita Stramonita haemastoma Total gasterópodos Lima lima TOTAL Mytilus gallopro incialis Ostrea edulis Ostrea Panopea glycimeris bivalvos Total Gasterópodos NR %NR Astraea rugosa Astraea Charonia lampas Charonia Cymbium olla Cymbium Cymbula nigra Cymbula Phorcus lineatus Phorcus Phorcus turbinata Phorcus caerulea Patella Patella ferruginea Patella Tabla 1. Síntesis de los taxones documentados, por estratos y de manera global. y de manera estratos por documentados, de los taxones 1. Síntesis Tabla

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La malacofauna de la fase tardorromana de las Ter- mas Marítimas de Baelo Claudia ha sido documenta- da en general en un buen estado de conservación, lo que ha permitido en su extensa mayoría identi carla taxonómicamente hasta el grado máximo de clasi- cación (Fig. 2). A lo largo de toda la secuencia es- tratigrá ca se ha establecido una relación de especies representadas tanto por bivalvos como por gasterópo- dos marinos, espiralados y no espiralados, resultando la sistemática taxonómica del conjunto descrito en la identi cación total de ocho especies de bivalvos ma- rinos y trece de gasterópodos, que sintetizamos en la Figura 3. Dos vistas del ápice de Charonia lampas seccionado Tabla 1, desglosando los datos por estratos y realizan- para su uso como aerófono (U.E. 2535). do un sumatorio general.

En relación a la U.E. 2535, ha sido un estrato poco A representativo desde el punto de vista arqueomalaco- lógico (teniendo en cuenta la super cie de más de 20 m2 excavados), en el que se han documentado única- mente 17 restos, aportando un número mínimo de 12 individuos. Ello permite incidir en el carácter ocasio- nal de la fauna –conjuntamente con la terrestre, no ilustrada- y de cómo la interpretación de estos restos debe ser planteada como resultado de prácticas broma- tológicas: residuos que han sido desechados a una zona de vertedero. De éstos, siete son bivalvos y otros cinco gasterópodos, repartidos de manera casi paritaria en el B registro. En cuanto a los bivalvos, Glycymeris sp. es la especie más representada, y entre los gasterópodos, las lapas están igualmente muy presentes, en su variedad de Patella ulyssiponensis y Patella caerulea. Destacar la aparición de una caracola de dimensiones medias (Charonia lampas) con el ápice truncado y sin erosio- nar, lo que parece probar una fractura intencionada, posiblemente motivada por su particular uso como ins- trumento sonoro (Fig. 3). Este tipo de aerófonos son muy frecuentes en ámbito costero en el Estrecho de Gibraltar, conociéndose múltiples ejemplares en época Figura 4. Habitaciones colmatadas por la U.E. 2617 (A), y púnica y romana, asociados en buena parte a contex- detalle de los centenares de Phorcus lineatus (B) recuperados en este estrato tardorromano de las Termas Marítimas de tos haliéuticos o fábricas pesquero-conserveras (Sáez y Baelo Claudia. Gutiérrez, 2014). En la propia Baelo Claudia, en una tumba tardorromana, se ha documentado una caracola distintas especies a determinados nichos ecológicos, de esta tipología con el extremo apical sin fractur, que hemos establecido un análisis del área de captación ha sido interpretada como un posible aerófono votivo donde los grupos humanos ejercieron la recolección o , revelando la vinculación del difunto con de moluscos, distinguiendo entre ambiente o piso las pesquerías (Bernal et al., 2011: 400). (supralitoral, mesolitoral e infralitoral), sustratos (arenosos, fangosos, rocosos, etc.) y zonación (costa Por su parte, en la U.E. 2530 se han documentado abierta, estuario, etc.), de cara a valorar también los 200 restos pertenecientes a un número mínimo de 162 posibles patrones y técnicas de recolección. Además individuos. De ellos 29 son bivalvos (17,90%) y 133 de ello se han analizado los restos atendiendo a sus gasterópodos (82,10%). Se aprecia una elevada presen- alteraciones tafonómicas. cia de patélidos, constituyendo la Patella ulyssiponensis

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completo el suelo de la H-3, incluyendo una pequeña habitación cuadrangular con pavimentación con crus- tae pétreas (Fig. 4 A). Su interés es que permite inter- pretar que en esta última fase del inmueble se estaban realizando en esta zona del edi cio reaprovechado actividades haliéuticas, posiblemente relacionadas con la venta de marisco y otros productos marinos, pues de lo contrario no se explica bien el hallazgo de más de un millar de burgaíllos en este nivel (Fig. 4 B), constituyendo prácticamente el único componente signi cativo de cultura material de este estrato. Por último, indicar el hallazgo en la U.E. 2617 de una val- Figura 5. Indicación de la zona desgastada en el margen dorsal va de mejillón (Mytilus gallopro incialis) con la zona de Mytilus gallopro incialis (U.E. 2617). dorsal muy desgastada, quizás como consecuencia de un uso continuado del mismo como herramienta para (50 individuos) y la Patella intermedia (41 ejempla- algún tipo de actividad indeterminada (Fig. 5). Este res) las especies con mayor grado de recolección. Le detalle tafonómico es de gran interés, y aunque por siguen en importancia Patella ferruginea, con un mí- el momento no han sido realizados análisis traceoló- nimo de 18 individuos. En cuanto a los bivalvos, Gly- gicos que permitan determinar el tipo de abrasión y cymeris sp. y Cerastoderma edule, ambos con al menos por tanto la materia prima objeto de alisado, parece 9 individuos, son los que presentan mayor dominan- evidente su relación con actividades artesanales o ha- cia, si bien la erosión que presentan los gliciméridos, liéuticas, que requerían de herramientas poco especia- incluso con el umbo perforado, es indicativa de su lizadas como la aquí documentada. recolección postmortem, quizás resultado de la pesca con artes determinadas (redes), desechando los ejem- plares muertos. Todo ello permite plantear que estos 3.- Interpretación histórica. residuos hallados en niveles del s. V d.C. sean resulta- Conchylioleguli en la Baelo do de descartes de pesca y de restos de marisqueo, es- pecialmente debido al substrato rocoso del cual pro- tardoantigua ceden el 80% de los individuos diagnosticados (129 Los restos malacológicos documentados en los lapas). Desde un punto de vista tafonómico hemos niveles de relleno y abandono de las habitaciones detectado en este estrato otra Charonia lampas con el excavadas en las Termas Marítimas de Baelo Claudia ápice truncado, susceptible de haber sido usada tam- con rman una intensa explotación de los recursos ma- bién como aerófono. Asimismo, se han identi cado rinos entre los ss. IV y VI d.C. Se han documentado restos de erosión marina en Cymbula nigra, y termoal- una veintena de taxones y 1258 individuos. De ellos, teración, proceso térmico este último de compleja in- destacan especialmente los gasterópodos (96,10%) y terpretación, ya que normalmente el calentamiento dentro de este grupo, las especies que habitan en el para cocinado de la concha de las lapas no suele dejar sustrato rocoso del intermareal, pues allí es donde se tales evidencias, siendo atribuible tal vez a fenómenos localizan los burgaíllos y las lapas, que son las que ca- postdeposicionales. pitalizan el conjunto (Fig. 6). La primera conclusión, por tanto, es que el registro malacológico es resulta- Por último la U.E. 2617, descrita como el nivel de do de la actividad preferentemente de mariscadores, abandono más tardío de todos, fechado en el s. VI, ha que habrían explotado intensamente el intermareal y sido el que ha presentado un mayor volumen de con- la cercana zona rocosa, los conocidos conchylioleguli chas marinas, con hasta 1152 restos de un mínimo de según las fuentes clásicas. Ellos mismos, de manera 1084 individuos, con sólo 13 bivalvos (1,19%) y 1071 complementaria, habrían recolectado algunos bival- gasterópodos (98,80%). Se constata una explotación vos en la zona arenosa (diversas especies de almejas centrada con claridad en la recolección de burgaíllos, y mejillones sobre todo), que en total no superan el de los que se han descrito hasta 1129 ejemplares, 1084 centenar de individuos (49 exactamente, constituyen- pertenecientes a la especie Phorcus lineatus (94,28 %) do el 3,89% del total), de los cuales algunos llegaron y 45 de Phorcus turbinata (4,15%). Este gran conjun- muertos al yacimiento (bioerosión), resultado quizás to malacológico apareció en un estrato que cubría por del uso de rastros o del empleo de redes.

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Por otra parte, destacar la ausencia en los tres estra- como buccina, un elemento habitual para las señales tos analizados y en general en todos los contextos ex- sonoras en ámbito marino que sabemos ahora que en cavados en las Termas Marítimas de restos de anzuelos Baelo Claudia era frecuentemente utilizado. ue sean –frente a los diversos hallazgos de otros instrumentos dos los aerófonos recuperados es otro elemento más a metálicos de diversa tipología y monedas- (Bernal et valorar del carácter haliéutico de la comunidad que en al., 2014); y tampoco han sido recuperados restos de época tardorromana generó estos residuos. pesas de redes, muy frecuentes en otros sectores del ya- cimiento. uizás por ello más que piscatores haya que Otro elemento destacable del estudio malacológico pensar en mariscadores en sentido estricto, cuyo papel realizado es que ha permitido proponer una funciona- está muy minusvalorado en la literatura cientí ca para lidad a las estructuras de la última fase de vida del in- la Antigüedad –en favor de las grandes pesquerías del mueble, especialmente a la denominada estancia H-3. atún rojo-, como hemos expuesto en otro lugar (Bernal, En ella, el más de un millar de burgaíllos recuperados 2011). A ellos habría que asociarles los dos restos de las sobre el suelo de la habitación permite plantear que du- pequeñas caracolas con el ápice perforado, utilizadas rante el VI en estas dependencias de las antiguas termas

Figura 6.- Porcentaje de abundancias en gasterópodos y bivalvos (arriba), y valoración del NMI en gasterópodos, agrupando en familias a lapas (Patellidae) y burgaíllos (Trochidae) (debajo).

195 M    B C  T. C‡ ... romanas se desarrollaron actividades vinculadas con cursos marinos por parte de las sociedades que habi- el procesado y la posible venta de moluscos y otros re- taron las aguas del Estrecho de Gibraltar en los últi- cursos bromatológicos. El hallazgo de un posible ins- mos siglos de la Antigüedad Clásica. trumento de uso artesanal (M. gallopro incialis con el margen dorsal con un desgaste acusado, como con- secuencia de su reiterado uso - ¿alisador? ¿desescama- Agradecimientos dor?, ya que se han documentado ictiofaunas arqueo- lógicas en el mismo estrato-) parece signi cativo en Este artículo es resultado de los proyectos dicho sentido, tratándose del ejemplar de mejillón de HAR2013-43599-P del Plan Nacional I+D+i/ Feder, mayores dimensiones documentado, de manera que denominado “Pesquerías y artesanado haliéutico en se ajustaba con facilidad a la palma de la mano. Un el Fretum Gaditanum. Caracterización arqueológica, área de preparación y/o de venta de recursos marinos arqueozoológica y experimental de las conservas ma- es la propuesta más viable por el momento, dada la rinas”; y del Proyecto General de Investigación “La cercanía de la costa (apenas unas decenas de metros) economía marítima y las actividades haliéuticas en y la ausencia de cubetas de salazones u otras estructu- Baelo Claudia. Problemas de atribución funcional en ras productivas, concentradas en otras áreas litorales el barrio meridional”, autorizado por la Consejería de de la ciudad hispanorromana. Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía (2010-2015). No se ha detectado un cambio en el patrón de ex- plotación a lo largo de la secuencia, ya que las espe- cies bien representadas lo están en todos los niveles, Bibliogra a por lo que no parece que asistamos a cambios signi - cativos en las estrategias de explotación de los recur- Bernal, D., 2011. Rastreando a los mariscadores roma- sos marinos en este caso, al menos de los malacológi- nos en las playas del Círculo del Estrecho. Patélidos, cos. Destacar que en esta ocasión no han aparecido burgaíllos, mejillones y concheros poligénicos. En evidencias relacionadas con la explotación de la púr- Bernal, D. (Ed.) Pescar con Arte. Fenicios y romanos pura marina, ya que únicamente está documentada en el origen de los aparejos andaluces, Monografías la Stramonita haemastoma, y de forma episódica y del Proyecto Sagena 3, Servicio de Publicaciones de anecdótica (U.E. 2617); frente a otros yacimientos la Universidad de Cádiz, Cádiz, 37-54. como los concheros de c/ Luis Milena (San Fernan- do, Cádiz), Gades (c/ Sagasta, Cádiz), Metrouna (Te- Bernal, D., Arévalo, A., Muñoz, A., Expósito, J.A., tuán), Carteia (San Roque, Cádiz) o Septem (Ceu- Díaz, J.J., Lagóstena, J., Vargas, J.M., Lara, M., Mo- ta), que en ámbito regional atestiguan la producción reno, E., Sáez, A.M. y Bustamante, M., 2013. Las de tinte púrpura –remitimos a las Actas de la III Reu termas y el suburbium marítimo de Baelo Claudia. nión de Arqueomalacología de la Península Ibérica Avance de un reciente descubrimiento. Onoba 1, para las referencias precisas respecto a estos talleres-. 115-152. El ejemplo más cercano es precisamente el de Car- teia, en la Bahía de Algeciras (s. IV d.C.), en el cual Bernal, D., Arévalo, A., Muñoz, A., García, I, 2011. se combinaron las actividades de producción purpú- Buccinum o caracola usada para hacer señales acús- rea con el procesado de lapas y burgaíllos (precisa- ticas, en Pescar con Arte. Fenicios y romanos en el ori- mente las dos especies mayoritarias en Baelo Clau- gen de los aparejos andaluces, Cádiz, 400-401. dia) para el preparado de recursos bromatológicos. En las Termas Marítimas baelonenses no se trata de Bernal, D., Díaz., J.J., Expósito, J.A., 2014. Informe y concheros propiamente dichos, aunque los recursos Memoria Final de Actividad Arqueológica Puntual. explotados en estas fechas son muy similares, frente Termas Marítimas de Baelo Claudia, original iné a la escasez de bivalvos. dito depositado en la Delegación Territorial de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Estos nuevos datos son signi cativos a nivel re- Junta de Andalucía en Cádiz. gional, sumándose a los escasos contextos similares estudiados y publicados de época tardorromana (es- Bernal, D., Expósito, J.A., Díaz, J.J., Bustamante, M., pecialmente en Carteia, Septem e Iulia Traducta) y Lara, M., Vargas, J.M., Jiménez-Camino, R., Calvo, denotan la importancia de la explotación de los re- M., Luaces, M., Pascual, M.A., Blanco, E., Hoyo, L.,

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197 Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs. XII-XIII: Os sítios de Cacela Velha (Vila Real de Santo António) e Castelo de Salir (Loulé)

Maria João Valente1, Soraia Martins2

Resumo A alimentação das populações do Algarve na Época Almóada (sécs. XII-XIII) incluiu recursos malacológicos de origem marinha. A partir de dois sítios arqueológicos recentemente estudados — Cacela Velha e Castelo de Salir — caracterizamos aspetos desses recursos e da sua utilização pelas comunidades islâmicas. Cacela Velha ca situada no litoral algarvio, no Parque Natural da Ria Formosa. Os vários contextos islâmicos estudados revelam uma maior abundância de berbigão (Cerastoderma edule), conquilha (Donax trunculus) e ostra (Ostrea edulis), espécies ainda hoje muito comuns na área. A amêijoa-boa (Ruditapes decussatus) é rara, apesar da sua atual abundância. Outras espécies, como a vieira (Pecten maximus) e as castanholas (Glycymeris bimaculata, G. glycymeris e G. nummaria.) devem ter tido usos para lá do alimentar. O Castelo de Salir localiza-se a cerca de 20 km da costa, na transição do Barrocal para a Serra do Caldeirão. Os materiais analisados revelaram uma preferência pela amêijoa. A coleção atesta a existência de redes de distribuição de marisco para zonas mais interiores do território do Garb al-Andalus. Os dados disponíveis para outros sítios arqueológicos de época islâmica no Sul de Portugal demonstram que as espécies mais consumidas são a amêijoa, o berbigão, a ostra e a conquilha, sobretudo em áreas onde o acesso a espécies típicas de ambiente rochoso era difícil. Palavras-chave: Dieta, Islâmico, Algarve, molusco, zooarqueologia.

1 Universidade do Algarve, Faculdade de Ciências Humanas e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117 Faro, Portugal. Centro de Estudos de Arqueologia, Arte e Ciências do Património (CEAACP). [email protected] 2 Colaboradora da Universidade do Algarve, Faculdade de Ciências Humanas e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117 Faro, [email protected]

199 Abstract The diet of the Algarve populations during the Almohad period (12-13th centuries) included marine mollusks. From two archaeological sites recently studied—Cacela Velha and Castelo de Salir—we characterize those resour- ces and their usage by human communities. Cacela Velha is located in the south Algarvian coast, within the Ria Formosa Natural Park. The studied Islamic contexts show a predominance of common cockle (Cerastoderma edule), wedge clam (Donax trunculus) and oyster (Ostrea edulis), currently common species in the area. However, the most abundant species today, the chequered carpet shell (Ruditapes decussatus), is rare in the archaeological deposits. Other taxa, such as the great scallop (Pec- ten maximus) and bittersweet clams (Glycymeris bimaculata, G. glycymeris e G. nummaria) were used for purposes besides food. Castelo de Salir is located 20km from the coast, in the transition from the Barrocal to the Serra do Caldeirão ranges. The studied materials revealed a preference for chequered carpet shell. The collection suggests the existence of shellfish distribution networks connected to more interior areas of Garb al-Andalus. Other sites from the same period in Southern Portugal yielded a majority of chequered carpet shell, common cockle, oyster and wedge clam, especially in areas where the access to rocky shores was difficult. Keywords: Diet, Islamic, Algarve, mollusk, zooarchaeology. M JŠ V, S M

1. Introdução embarcações ao canal que conduzia ao porto de Tavira. A sul desenvolve-se a laguna interior de Apresentamos dois sítios arqueológicos do uma das barras arenosas da Ria Formosa, área de Algarve datados do período medieval islâmico, grande geodiversidade e extraordinário ecossiste- cujas faunas malacológicas foram recentemen- ma. Tal riqueza ecológica faz da zona a mais im- te estudadas: Cacela Velha, localizada na costa portante em Portugal para a produção de bivalves meridional, em plena Ria Formosa, e Castelo de (80–90% da produção nacional atual), destacan- Salir, sito em zona interior, na transição do Ba- do-se as amêijoas (principalmente a amêijoa-boa, rrocal para a Serra do Caldeirão. Tratam-se de Ruditapes decussatus) e os berbigões (Cerastoder- sítios de características distintas, não só pela sua ma edule) (Muzavor, 1991). Outros bivalves com localização, mas também pela sua funcionalida- produção também elevada são as ostras (Ostrea de: um seria um aglomerado habitacional fortifi- edulis e Crassostrea angulata) e a conquilha (Do- cado associado à exploração agrícola e marinha; nax trunculus). outro teria uma maior preponderância militar, mas também apresentando atributos rurais. Am- As escavações arqueológicas realizadas em Ca- bos os sítios contém depósitos datáveis da Época cela entre 1998 e 2007, sob direção de Cristina Almóada (sécs. XII e XIII). Garcia, incidiram em duas áreas distintas: na pla- taforma superior de Cacela, o Largo da Fortaleza; A partir dos dados obtidos para estes dois lo- e, já fora do perímetro de muralhas, numa plata- cais iremos fazer um ponto da situação atual dos forma inferior, o Poço Antigo (Fig. 2) (Garcia et estudos arqueomalacológicos nos sítios islâmicos al., 2006; Garcia et al., no prelo b). do Sul de Portugal e sua contribuição para a dieta da altura.

2. Cacela Velha

Cacela Velha é um pequeno núcleo fortificado, localizado no concelho de Vila Real de Santo An- tónio, na área oriental do Algarve e implantado no espaço privilegiado do Parque Natural da Ria Formosa (Fig. 1).

O sítio posiciona-se sobre uma arriba, domi- Figura 2. Cacela Velha. Vista aérea com localização das áreas nando para nascente a baía de Monte Gordo até intervencionadas. Foto de Lúcio Alves. à foz do Rio Guadiana e para poente o acesso das

Na área onde se localiza o atual Largo da For- taleza foram identificados restos de habitações de período islâmico, associados a um conjunto de oito silos cheios de materiais cerâmicos e faunís- ticos (vertebrados e invertebrados; dois deles não foram escavados), datados da Época Almóada (sécs. XII–XIII) (Valente et al., no prelo).

Fora do perímetro muralhado, numa platafor- ma inferior na margem da ribeira das Hortas (ou de Cacela), foi parcialmente escavado o Bairro Figura 1. Sítios islâmicos no Sul de Portugal com estudos Islâmico do Poço Antigo, abandonado na primei- arqueomalacológicos. Legenda: 1 – Ribāt da Arrifana; 2 – Alcaria de Arge, 3 – Lixeira de Silves, 4 – Silo 1 de Albufeira, ra metade do século XIII e onde foi identificada 5 – Castelo de Salir, 6 – Casa das Bicas (Loulé), 7 – Alcáçova uma zona habitacional alargada (Garcia 2002; de Mértola, 8 – Cacela Velha. Garcia et al., no prelo a).

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A fauna malacológica exumada em ambos os lo- A caracterização ambiental dos taxa presentes de- cais foi já objecto de estudo em Afonso (2004) e monstra a propensão para a recolha de moluscos de Valente et al. (no prelo). ambientes de fundos móveis (de sedimentos lodosos e arenosos), nas zonas médio e infralitorais. As comu- nidades humanas habitantes de Cacela nos sécs. XII 2.1. Os moluscos marinhos de Cacela Velha e e XIII privilegiariam, assim, a recolha de marisco nas caracterização ambiental da Ria Formosa águas adjacentes, algum dele existente ainda hoje nas áreas lagunares (e.g. berbigões [Cerastoderma edule]) Da grande quantidade de espécies de moluscos e nas zonas arenosas de face de praia (e.g. conquilhas marinhos recolhida em Cacela a maioria são bivalves [Donax trunculus]). Existem também alguns animais (n=25); os gastrópodes apresentam muito menor di- que, hoje em dia, encontramos fora da zona interna da versidade (n=7). A Tabela 1 apresenta a listagem das ria, em substratos e zonações diversas, incluindo espé- espécies identi cadas, com indicação genérica do seu cies típicas de ambientes rochosos em zona intermareal habitat preferido (substrato rígido ou móvel) e zo- (e.g. mexilhões [Mytilus sp.] e infralitoral (e.g. patas- nação batimétrica (i.e. médio, infra e circalitoral). A de-burro [Cymbium olla]). A frequência destes nos de- última coluna indica a atual frequência das espécies na pósitos arqueológicos é, todavia, muito menor. Ria Formosa, com base em bibliogra a da especialida- de. Na Fig. 3 podem observar-se algumas das espécies Foram igualmente identi cados moluscos cefalópo- recolhidas no Largo da Fortaleza. des, através de fragmentos de animal da família Sepii- dae (provavelmente o choco Sepia ocinalis), e crus- táceos cirrípedes pela presença de cracas (Balanus sp.)

2.2. Largo da Fortaleza

O material malacológico de idade islâmica exumado na área da Fortaleza perfaz mais de 52 kg. Os contextos aqui considerados estão distribuídos por dois momen- tos cronológicos: os níveis islâmicos propriamente di- tos e os níveis considerados de abandono.

Para a análise quantitativa deste material, são apre- sentados dois índices: o Número de Restos Determi- nados (NRD; equivalente ao NISP inglês) e o Número Mínimo de Indivíduos (NMI). A metodologia adota- da para o cálculo do NMI encontra-se descrita em Va- lente et al. (no prelo).

Os restos de moluscos correspondentes à ocupação islâmica e seu abandono são abundantes (Tabela 2). No geral, os espécimes apresentam-se em bom estado. São raros os que evidenciam carbonização, o que pode indicar que grande parte dos moluscos eram consumi- dos em cru (eventualmente com algum condimento) ou após passagem rápida pelo fogo, sem deixar marcas, Figura 3. Algumas das espécies recolhidas no Largo da apenas para abrir as valvas e facilitar o acesso à parte Fortaleza em Cacela Velha. Legenda: 1 – Acanthocardia comestível do animal. echinata, 2 – Acanthocardia tuberculata, 3 – Cerastoderma edule, 4 – Laevicardium crassum, 5 – Donax trunculus, 6 – Glycymeris A grande maioria da coleção (+7700 NRD) provém (espécime erodido), 7 – , bimaculata Glycymeris nummaria dos vários silos de preenchimento islâmico. As abun- 8 – Eastonia rugosa, 9 – Lutraria lutraria, 10 – Mactra glauca, 11 – Ostrea edulis, 12 – Cymbium olla, 13 – Pecten maximus, dâncias de espécies variam conforme os silos, apesar 14 – Charonia lampas. de, no geral, as espécies maioritárias serem o berbigão

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Habitat Zonação CLASSE / Família Espécie Nome comum RIG MOV Medio Infra Circa RF BIVALVIA Anomiidae Anomia ephippium (Linnaeus, 1758) — • •• R Berbigão- Cardiidae Acanthocardia echinata (Linnaeus, 1758) • •• R sarilho Berbigão- Acanthocardia tuberculata (Linnaeus, 1758) ••• R grande Cerastoderma edule (Linnaeus, 1758) Berbigão ••• CC Berbigão- Laevicardium crassum (Gmelin, 1791) • •• R lustroso Donacidae Donax trunculus (Linnaeus, 1758) Conquilha ••• C Glossidae Glossus humanus (Linnaeus, 1758) — • •• RR Glycymeridae Glycymeris bimaculata (Poli, 1795) Castanhola • •• RR Glycymeris glycymeris (Linnaeus, 1758) Castanhola • •• RR Glycymeris nummaria (Linnaeus, 1758) Castalhola • • R Hiatellidae Panopea glycimeris (Born, 1778) Taralhão • • R Mactridae Eastonia rugosa (Helbling, 1779) — • • R Lutraria lutraria (Linnaeus, 1758) Taralhão • • C Ameijola- Mactra glauca (Born, 1778) • • C amarela Mactra stultorum (Linnaeus, 1758) Amêijoa-lisa • • R Amêijoa- Spisula solida (Linnaeus, 1758) ••• R branca Mytilus edulis (Linnaeus, 1758) Mytilidae Mexilhão • •• R ou/e Mytilus gallopro incialis (Lamark, 1819) Pectinidae Talochlamys multistriata (Poli, 1795) Vieira •• •• R Pecten maximus (Linnaeus, 1758) Vieira • • C Ostra- Ostridae Ostra edulis (Linnaeus, 1758) • CC redonda Pharidae / Ensis sp. / Solen marginatus (Pulteney, 1799) Lingueirão ••• C Solenidae Solecurtidae Solecurtus strigilatus (Linnaeus, 1758) — • • R Veneridae Callista chione (Linnaeus, 1758) Ameijola • R Pé-de- Chamelea gallina (Linnaeus, 1758) ••• C burrinho Ruditapes decussatus (Linnaeus, 1758) Âmeijoa-boa •• CC GASTROPODA Cerithiidae Cerithium vulgatum (Bruguière, 1792) — •••• C Fasciolariidae Fusinus sp. — • •• RR Muricidae Bolinus brandaris (Linnaeus, 1758) Búzio-fémea • •• C Hexaplex trunculus (Linnaeus, 1758) Búzio-macho ••••• C Ranellidae Charonia lampas (Linnaeus, 1758) Buzina •• •• R Turritela- Turritellidae Turritella communis (Risso, 1826) ••• ? comum

Volutidae Cymbium olla (Linnaeus, 1758) Pata-de-burro • • C

Tabela 1. Lista das espécies de moluscos marinhos presentes em Cacela Velha. Legenda: Tipo de habitat (rochoso ou móvel) e respetiva zonação (médio, infra ou circalitoral). Na última coluna é indicada a atual frequência na Ria Formosa: CC – muito comum, C – comum, R – rara, RR – muito rara. Fontes: Silvestre e Baptista, 1980; Fischer et al., 1987; Poppe e Goto, 1993; Saldanha, 1995; Hayward et al., 1998; Borges, 2007.

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SÍTIO / SÍTIO / Ribāt da Silo 1 Mértola Cacela (LF, Islâmico) CacelaCacela (LF, Abandono) (LF, Islâmico) Cacela (PA) Cacela (LF, Abandono) Castelo de Salir Cacela (PA) Castelo de Salir Lixeira de Silves Bicas Mértola (Alcáçova) CONTEXTO CONTEXTO Arrifana (Albufeira) (Casa II) Sécs. XII- Sécs. XII- PERÍODO Sécs. XII-XIIIPERÍODO Sécs.Séc. XII-XIII XIII Séc. XIII Sécs. XII-XIII Sécs. XII-XIII Séc. XII Sécs. XII-XIII Sécs. XII-XIII Séc. XIII Sécs. XII-XIII Sécs. XII-XIII XIII XIII NRD NMI NRDNRD NMINMI NRDNRD NRD NMI NMINRD NRD NMI NMI NMI NMI? NRD NRD NMI NRD BIVALVIA BIVALVIA Cerastoderma Cerastoderma 4103 53,2% 2043 59,2% 4103 53,2% 204323 59,2% 11,6% 21 2,4% 11 3,1%23 11,6% 21 2,4% 11 3,1% 39 0,1% 866 42,0% 24 2,3% 54 21,6% 9 10,3% 7 24,1% 2 0,9% edule edule Donax trunculus 1520 19,7% 723Donax 20,9% trunculus 894 76,5%1520 19,7% 449 77,7% 723 52 20,9% 26,3% 894 76,5% 449 77,7% 52 26,3% 1 0,1% 4 1,6% Glycymeris Glycymeris 131 1,7% 73 2,1% 4 1310,3% 1,7%2 0,3% 73 15 2,1% 7,6%4 130,3% 1,5%2 0,3%5 1,4% 15 7,6% 13 1,5% 5 1,4% 12 0,0% 29 1,4% 39 3,7% (várias espécies) (várias espécies) Mytilus edulis / Mytilus edulis / 14 0,2% 3 0,1% 14 0,2% 3 0,1% 3383 10,5% 14 0,7% 267 25,1% 9 10,3% 3 10,3% 2 0,9% M.gallopro incialis M.gallopro incialis Pecten maximus 187 2,4% 71Pecten 2,1% maximus6 1870,5% 2,4%3 0,5% 71 23 2,1% 11,6%6 110,5% 1,3%3 0,5%3 0,8% 23 11,6% 11 1,3% 3 0,8% 4 13 0,6% 30 2,8% 5 2,0% 12 5,4% Ostrea edulis 1225 15,9% 306Ostrea 8,9% edulis 311225 2,7% 15,9%8 1,4% 306 56 8,9% 28,3% 31 2,7% 8 1,4% 56 28,3% 19 0,1% 70 3,4% 26 2,4% 3 1,2% 6 6,9% 2 6,9% 7 3,2% Ruditapes Ruditapes 211 2,7% 88 2,5% 206 17,6%211 2,7% 101 17,5% 886 2,5%3,0% 206 817 17,6% 93,7% 101 333 17,5% 93,5%6 3,0% 817 93,7% 333 93,5% 214 0,7% 1038 50,3% 265 24,9% 182 72,8% 60 69,0% 14 48,3% 198 89,2% decussatus decussatus Outros taxa 295 3,8% 124Outros 3,6% taxa 26295 2,2% 3,8% 13 2,2% 124 19 3,6% 9,6% 26 2,2% 13 2,2% 19 9,6% 82 0,3% 24 1,2% 30 2,8% 2 2,3% 2 6,9% 1 0,5% GASTROPODA GASTROPODA Patella Patella 1 0,0% 1 0,0% 1 0,0% 1 0,0% 1 0,1% 1 0,3% 1 0,1% 1 0,3% 4309 13,4% 106 10,0% (várias espécies) (várias espécies) Monodonta Monodonta 9 1,0% 3 0,8% 9 1,0% 3 0,8% 3329 10,3% 252 23,7% lineata / M. edulis lineata / M. edulis Stramonita Stramonita 5672 17,6% 12 1,1% haemastoma haemastoma Outros taxa 22 0,3% 20Outros 0,6% taxa 2 220,2% 0,3%2 0,3% 204 0,6% 2,0%2 0,2% 2 0,3% 4 2,0% 337 1,0% 8 0,4% 12 1,1% 2 0,8% 1 1,1% 1 3,4% CIRRIPEDIA CIRRIPEDIA Pollicipes Pollicipes 14774 45,9% TOTAL 7709 3452TOTAL 11697709 578 3452 198 1169 872 578 356 198 872 356 32174 2062 1064 250 87 29 222 Tabela 2. uanti cação de moluscos marinhos (e Cirripedia) em sítios islâmicos no Sul de Portugal. Legenda: NRD – Número de Restos Determinados (=NISP). NMI = Número Mínimo de Indivíduos. Fontes: Moreno-Nuño, 1993 (Mértola, Alcáçova); Antunes, 1996 (Mértola, Casa II); Afonso, 2004 (Cacela, Poço Antigo); Gonçalves et al., 2007 (Lixeira de Silves); Callapez, 2011 (Ribāt Arrifana); Callapez, 2012 (Silo 1 de Albufeira); Branco e Valente, no prelo (Bicas, Loulé); Martins, no prelo (Castelo Salir); Valente et al., no prelo (Cacela, Largo da Fortaleza).

(Cerastoderma edule) e a conquilha (Donax trunculus), grosso da ocupação islâmica, para depois aumentar de seguidas da ostra (Ostrea edulis). A quantidade de ma- forma evidente na fase de abandono, a par do desapa- terial presente em cada silo varia muito, sendo que o si- recimento absoluto de berbigão (Cerastoderma edule). los 3 e 7 tinham grandes quantidades (+4500 e +2000 NRD, respetivamente), enquanto os silos 1 e 5 contin- ham quantidades exíguas (66 e 4, respetivamente) (Va- 2.3. Poço Antigo lente et al., no prelo). A escavação arqueológica da zona extramuralhas, Os depósitos interpretados como correspondentes correspondente ao Bairro Islâmico, decorreu em 1998 à última fase da ocupação almóada (i.e. abandono) e 2001. Foram postas a descoberto três habitações, de tinham menos quantidade de material. Neles a espécie pequena ou média dimensão (Garcia 2002; Garcia et mais frequente é a conquilha (Donax trunculus), segui- al., no prelo b). Nesta área também foram recolhidos da da amêijoa-boa (Ruditapes decussatus) (Tabela 2). materiais diversos, incluindo louça de cozinha e de mesa, bem como restos faunísticos, onde se registou Não deixa de ser curioso que a amêijoa apareça em alguma malacofauna. De notar, contudo, que a recol- números comparativamente tão reduzidos durante o ha dos materiais zooarqueológicos no Poço Antigo

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SÍTIO / Ribāt da Silo 1 Mértola Cacela (LF, Islâmico) Cacela (LF, Abandono) Cacela (PA) Castelo de Salir Lixeira de Silves Bicas Mértola (Alcáçova) CONTEXTO Arrifana (Albufeira) (Casa II) Sécs. XII- PERÍODO Sécs. XII-XIII Séc. XIII Sécs. XII-XIII Séc. XII Sécs. XII-XIII Sécs. XII-XIII Séc. XIII Sécs. XII-XIII Sécs. XII-XIII XIII NRD NMI NRD NMI NRD NRD NMI NMI NMI NMI? NRD NRD NMI NRD BIVALVIA Cerastoderma 4103 53,2% 2043 59,2% 23 11,6% 21 2,4% 11 3,1% 39 0,1% 866 42,0% 24 2,3% 54 21,6% 9 10,3% 7 24,1% 2 0,9% edule Donax trunculus 1520 19,7% 723 20,9% 894 76,5% 449 77,7% 52 26,3% 1 0,1% 4 1,6% Glycymeris 131 1,7% 73 2,1% 4 0,3% 2 0,3% 15 7,6% 13 1,5% 5 1,4% 12 0,0% 29 1,4% 39 3,7% (várias espécies) Mytilus edulis / 14 0,2% 3 0,1% 3383 10,5% 14 0,7% 267 25,1% 9 10,3% 3 10,3% 2 0,9% M.gallopro incialis Pecten maximus 187 2,4% 71 2,1% 6 0,5% 3 0,5% 23 11,6% 11 1,3% 3 0,8% 4 13 0,6% 30 2,8% 5 2,0% 12 5,4% Ostrea edulis 1225 15,9% 306 8,9% 31 2,7% 8 1,4% 56 28,3% 19 0,1% 70 3,4% 26 2,4% 3 1,2% 6 6,9% 2 6,9% 7 3,2% Ruditapes 211 2,7% 88 2,5% 206 17,6% 101 17,5% 6 3,0% 817 93,7% 333 93,5% 214 0,7% 1038 50,3% 265 24,9% 182 72,8% 60 69,0% 14 48,3% 198 89,2% decussatus Outros taxa 295 3,8% 124 3,6% 26 2,2% 13 2,2% 19 9,6% 82 0,3% 24 1,2% 30 2,8% 2 2,3% 2 6,9% 1 0,5% GASTROPODA Patella 1 0,0% 1 0,0% 1 0,1% 1 0,3% 4309 13,4% 106 10,0% (várias espécies) Monodonta 9 1,0% 3 0,8% 3329 10,3% 252 23,7% lineata / M. edulis Stramonita 5672 17,6% 12 1,1% haemastoma Outros taxa 22 0,3% 20 0,6% 2 0,2% 2 0,3% 4 2,0% 337 1,0% 8 0,4% 12 1,1% 2 0,8% 1 1,1% 1 3,4% CIRRIPEDIA Pollicipes 14774 45,9% TOTAL 7709 3452 1169 578 198 872 356 32174 2062 1064 250 87 29 222 Tabela 2. (Continuação).

não foi feita de forma sistemática, resultando assim de valvas direitas de vieiras (Pecten maximus) junto numa pequena amostra do que ali se encontrava. a uma estrutura de combustão localizada na cozinha (Fig. 4) presume a sua utilização como utensílio para Os restos de conchas contabilizam um total de transporte ou doseadoras de líquidos. 198 espécimes e estão em bom estado de preservação (Afonso, 2004; Garcia et al., no prelo a). Há uma maior abundância da ostra (Ostrea edulis) e da con- quilha (Donax trunculus), seguida do berbigão (Ce- rastoderma edule) e da vieira (Pecten maximus). Tal como nos contextos do Largo da Fortaleza, a amêijoa- boa (Ruditapes decussatus) é rara (Tabela 2).

Das conchas exumadas, poucas evidenciam carbonização. Segundo Afonso (2004) algumas (como as ostras) ostentam fraturas provavelmente provocadas por ação humana, para acesso às partes moles do animal. Figura 4. Poço Antigo (Cacela Velha). Habitação com estrutura Nem todos os espécimes terão tido uso meramente de combustão rodeada de conchas de vieira (Pecten maximus). alimentar. A existência, por exemplo, de um conjunto Foto de C.T. Garcia.

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2.4. Sumário dos dados poderia decorrer dos fenómenos de galgamento da barra arenosa frontal, ainda hoje frequentes, inibin- Apesar da distinção numérica dos moluscos presen- do o desenvolvimento de viveiros de amêijoa. tes nos vários contextos de Cacela, parece ser óbvio que os seus habitantes durante os sécs. XII e XIII tinham 2. Falta de a nidade lagunar das populações da altu- nos animais marinhos locais um importante recurso, ra, pois a amêijoa-boa trata-se de “uma espécie ti- principalmente alimentar. picamente lagunar, maioritariamente presente em locais de vasa/arenosa e vasa em zonas interiores da Existe alguma variabilidade nas espécies presentes e Ria Formosa” (Afonso, 2004: 51). na sua abundância relativa nos vários depósitos e mo- mentos de ocupação; não obstante, as espécies prefe- 3. Uma outra possibilidade prende-se com questões ridas mantêm-se as mesmas: o berbigão (Cerastoderma culturais ou de preferência culinária, mas esta a - edule), a conquilha (Donax trunculus) e a ostra (Ostrea gura-se-nos menos provável face à abundância que edulis). ualquer uma destas espécies é hoje muito co- esta espécie têm noutros sítios islâmicos do Sul de mum por toda a Ria Formosa. Portugal (ver secção 4).

O berbigão é a espécie que hoje detém menor valor 4. Grande importância comercial da amêijoa-boa, le- comercial no Algarve. Prefere águas pouco profundas, vando à sua exportação para fora de Cacela, restan- normalmente de entremarés, e pode ser capturado com do poucos espécimes para consumo das comunida- alguma facilidade, em especial durante a maré-baixa. des locais. A conquilha prefere ambientes mais próximos do mar, com substratos arenosos e salinidade normal, mas par- Finalmente, note-se que, apesar da maior parte da tilha com o berbigão a propensão por águas de pouca utilização destes moluscos ter sido alimentar, existem profundidade e mediolitorais, bem como a facilidade algumas espécies, como as castanholas (Glycymeris de captura. A ostra é a espécie que fornece mais alimen- bimaculata, G. glycymeris e G. nummaria) e as vieiras to por indivíduo, pois a parte mole, de valia alimentar, (Pecten maximus), que podem ter tido outras funções, atinge tamanho muito maior que o berbigão e a con- sejam elas de cariz doméstico (como transportadoras quilha. A sua carne é, aliás, desde há muito considerada ou doseadoras de material líquido) ou apoio a outras uma iguaria. Segundo Shatzmiller (1994: 178-179), atividades (como, por exemplo, pesos de pesca). No no Mediterrâneo islâmico, as atividades ligadas à pesca caso das castanholas algumas delas terão sido apanha- e marisqueio assumiam particular relevo e a recoleção das após a sua morte, evidenciando elevada erosão bios-bios- das ostras foi uma das que adquiriu estatuto especiali- tratonómica (veja-se, por exemplo, o n.º 6 da Fig. 3). zado, dando origem ao “pescador de ostras”.

A alternância das quantidades destas espécies pode 3. Castelo de Salir estar relacionada com o ecossistema da época, reetin- do a sua abundância nos bancos locais de marisqueio. O Castelo de Salir localiza-se no interior da região do Algarve, mais precisamente na zona do Barrocal Al- As amêijoas-boa (Ruditapes decussatus) assumem garvio, no concelho de Loulé. Pela sua localização, terá uma situação particular. Atualmente, esta é a espécie servido como entreposto de ligação entre o Algarve e as mais comercializada na Ria Formosa, algo que não se planícies interiores alentejanas. Dista atualmente c. 20 reete nos depósitos ora estudados, onde a amêijoa-boa km da costa meridional (Fig. 1). nunca tem estatuto maioritário. A construção islâmica do Castelo de Salir deveu-se O contexto que reete uma maior captura de amêi- à grande instabilidade política dos reinos de taifa e as joa-boa é o do Abandono islâmico (c. 18%; Tabela 2); constantes investidas dos cristãos a sul, durante o sécu- em todos os outros depósitos do período islâmico a sua lo XI (Martins, no prelo). Ao longo da sua atividade, presença é diminuta (>3%). Este facto pode dever-se a nomeadamente durante a época Almóada, o castelo vários fatores: teve a função de defesa do Garb al-Andaluz.

1. Na época a amêijoa-boa poderia não ser abundan- Os trabalhos arqueológicos iniciaram-se em 1987, te nas zonas adjacentes às ocupações. Esta situação sob a direção de Helena Catarino da Universidade de

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Coimbra, e prolongaram-se intermitentemente até Silo Islâmicos de Albufeira (Callapez, 2012), Casa das 1998. Ao longo das intervenções foram postos a des- Bicas (Loulé; Branco e Valente, no prelo) e dois con- coberto troços da muralha albarrã e várias estruturas textos dentro da Alcáçova de Mértola (Moreno-Nuño, almóadas, com espaços habitacionais e silos (Catarino, 1993; Antunes, 1996). 1999/2000: 77-128). Foram também exumados vários materiais, incluindo cerâmicas, vidros, metais e fauna Localizado na costa ocidental do Algarve, num de vertebrados e invertebrados. A fauna foi estudada ambiente de características rochosas, o Ribāt da Arri- no âmbito da tese de mestrado de uma das signatárias fana (Aljezur) é um sítio de funcionalidade essencial- (Martins, 2013; Martins, no prelo). mente político-militar, mas integrando-se também numa estratégica económica e religiosa (Gomes e Neste trabalho focamos, somente, a fauna malaco- Gomes, 2011). Com uma arquitetura complexa, que lógica encontrada nos silos com material inequivoca- incluí mesquitas, espaços habitacionais e minarete, mente islâmico: silos 1, 2 (nível 4 apenas), 3 e 8. Isto este ribāt terá sido fundado cerca de 1130, sendo signi ca uma amostra de 872 restos malacológicos de abandonado algumas décadas mais tarde. O material um total de 4203 recolhidos no sítio (Tabela 2). Os exumado data do séc. XII, entre as épocas Almorávida dois primeiros silos apresentam poucos espécimes; já e Almóada. Habitado por monges-guerreiros, os ves- os restantes têm maior quantidade e variedade taxo- tígios alimentares são maioritariamente de moluscos nómica (Martins, no prelo). É ainda importante refe- marinhos, apesar de existirem também restos de ma- rir que é provável que este material seja de depósitos míferos e aves (Antunes, 2011). almóadas; contudo, será possível alguma mistura de materiais almorávidas. A fauna marinha identi cada avulta a mais de 114.000 restos, correspondentes a cerca de 32.000 in- A malacofauna analisada é relativamente homo- divíduos (Tabela 2). Estes materiais foram recolhidos génea. Foi possível identi car um total de oito taxa, em dois sectores principais e duas camadas distintas com predominância dos bivalves, sendo que a grande apesar de coincidentes no período. A lista de moluscos maioria dos restos são de amêijoas-boa (Ruditapes de- é muito vasta, com mais de 50 taxa, na sua maioria clas- cussatus). As restantes espécies são muito menos abun- si cados ao nível da espécie (Callapez, 2011). Avultam dantes, nenhuma perfazendo mais de 2,5%. Note-se os espécimes de cirripídeos (Pollicipes pollicipes) e gas- todavia que, na restante fauna malacológica presente trópodes (Stramonita haemastoma, Monodonta line- em Salir (alguma dela talvez também de época também ata e várias espécies de Patella). De entre os bivalves, islâmica), o berbigão é uma espécie bastante frequente o mexilhão (Mytilus edulis) é também relevante. Nesta (Martins, 2013). coleção é evidente a recorrência de espécies locais, re- colhidas em ambiente rochoso. A coleção encontrava-se em muito bom estado de conservação e, em alguns casos, foi possível veri car Escavado em 2001, sob a direção de Armando Sa- marcas de carbonização. brosa (Sabrosa et al., 2005), o sítio da Alcaria de Arge ca localizado na área da conuência da ribeira de Ao contrário de Cacela, os moluscos marinhos pre- Boina com o Rio Arade, atualmente a 6 km da costa sentes em Salir são de origem alóctone, atestando a meridional do Algarve. Trata-se de um aglomerado ha- existência de redes de distribuição de marisco para zo- bitacional de características rurais, como outros que se nas mais interiores do território algarvio. desenvolveram em torno de Silves durante o período islâmico, e que aproveitou certamente a boa visibilida- de da área em sua volta e a navegabilidade do rio, bem 4. Dados comparativos: sítios islâmicos como o fácil acesso aos recursos estuarinos (para a caça no Sul de Portugal com fauna de aves locais, pesca e recolha de bivalves). malacológica Nele foram identi cadas várias estruturas, nomea- Dispomos de vários estudos, mais ou menos detal- damente um amplo núcleo habitacional com numero- hados, sobre fauna malacológica em sítios islâmicos do sos compartimentos e 11 silos. A cerâmica exumada é Sul de Portugal (Fig. 1): o Ribāt da Arrifana (Aljezur; típica da Época Almóada (sécs. XII e XIII) e o aban- Callapez, 2011), a Alcaria de Arge (Portimão; análise a dono do sítio deve estar relacionado com a conquis- decorrer), a Lixeira de Silves (Gonçalves et al., 2007), o ta cristã da cidade de Silves em meados do séc. XIII.

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De entre a fauna recolhida abundam os restos de inver- estudada compreende cerca de 1100 exemplares, tebrados, mas existem também mamíferos, aves e peixes na sua grande maioria interpretados como restos (Moreno-García et al., 2008). alimentares. Nela se salientam o mexilhão (Mytilus edulis), a amêijoa-boa (Ruditapes decussatus) e o ca- Os materiais malacológicos encontram-se ainda em ramujo (Monodonta edulis). fase de estudo (na Universidade do Algarve, sob a di- reção de uma das signatárias [MJV]) e ainda não há da- O autor do estudo menciona também a probabili- dos quantitativos nais. Contudo, de entre as espécies dade de outras espécies, como as castanholas (Glycy- já identi cadas, estão a amêijoa-boa (Ruditapes decus- meris g. e G. violascens), terem sido utilizadas como satus), a vieira (Pecten maximus), as castanholas (várias pesos de rede de pesca. As vieiras (Pecten maximus) espécies de Glycymeris) e o mexilhão (Mytilus sp.). Os podem ter sido utilizadas como espátulas para recolha moluscos mais abundantes são, todavia, o berbigão de bivalves. (Cerastoderma edule) e a ostra (Ostrea edulis). Estas es- pécies, de carácter eminentemente estuarino, atestam a A “Casa das Bicas” situa-se na zona histórica de preferência pela recolha de moluscos nas áreas adjacen- Loulé. Durante as intervenções arqueológicas, en- tes ao sítio. tre 2006 e 2013, pela Divisão de Cultura e Turismo da Câmara Municipal de Loulé, foram postas a des- A chamada Lixeira de Silves localiza-se num con- coberto estruturas de um edifício balnear de Época junto de estruturas urbanas, assinaladas na zona su- Islâmica (Luzia, 2008). De entre os vários materiais doeste da cidade homónima, a cerca de 50m do atual exumados encontram-se faunas, incluindo mamífe- Rio Arade. Foi escavada em 2001 pelo Gabinete de ros, aves e moluscos. Arqueologia, Conservação e Restauro da Câmara Mu- nicipal de Silves. No curso desses trabalhos identi cou- Alguns desses materiais faunísticos, provenientes se uma grande estrutura, talvez para abastecimento e de uma área circunscrita fora da zona balnear, que terá condução de água que, depois de desativada, terá ser- sido utilizada como lixeira na Época Almóada (séc. vido como lixeira durante a Época Almóada. Foram XIII), foram recentemente estudados por Branco e Va- ali assinalados inúmeros materiais arqueológicos, onde lente (no prelo). abundam os restos faunísticos, tanto de vertebrados (Gonçalves, 2006; Davis et al., 2007) como de inverte- Nesta pequena coleção contabilizaram-se 328 restos brados (Gonçalves et al., 2007). de fauna malacológica, dos quais foram classi cados 284 (87%), que se agrupam em oito taxa de bivalves Trata-se de uma coleção vasta, com mais de 4500 res- e gastrópodes. Nota-se a predominância da amêijoa- tos de moluscos que contabilizaram 2354 indivíduos boa (Ruditapes decussatus). O berbigão (Cerastoderma pertencentes a 22 taxa diferentes. A grande maioria edule) também é relativamente abundante. As conchas são bivalves marinhos, donde se salientam as amêijoas- com evidência de carbonização são raras. boa (Ruditapes decussatus) e o berbigão (Cerastoderma edule) (Tabela 2). As ostras (Ostrea edulis) são menos Uma vez que Loulé se situa numa área a relativa dis- numerosas. Grande parte dos espécimes são alóctones, tância da costa e do estuário mais próximo (c. 9 km em tendo sido recolhidos em meio estuarino ou lagunar, linha recta), os moluscos marinhos são certamente de provavelmente no estuário do Rio Arade, localizado a origem alóctone. cerca de 10 km de Silves. Localizada no interior do território alentejano, Os autores do estudo notam também que algumas numa elevação na margem direita do rio Guadiana, espécies (como a castanhola [Glycymeris glycymeris], imediatamente a montante da conuência da ribeira de a vieira [Pecten maximus] e até mesmo a ostra [Ostrea Oeiras, a vila de Mértola é reconhecida pela sua riqueza edulis]) terão tido outras utilizações para lá das alimen- arqueológica (e.g. Macias, 1996). Contudo, apenas dois tares (como pesos de pesca, por exemplo). contextos do interior da Alcáçova, datáveis do séc. XIII, têm materiais malacológicos estudados e publicados: Localizado em Albufeira, junto à costa meridio- uma área restrita escavada em 1990-91 (Moreno-Nuño, nal do Algarve, existe um contexto medieval islâ- 1993) e a Casa II (Antunes, 1996). Em ambos os con- mico (denominado “Silo 1”), de Época Almóada textos predominam os bivalves marinhos, com grande (Callapez, 2012). A coleção de moluscos marinhos abundância de amêijoas-boa (Ruditapes decussatus).

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5. Discussão dos dados e conclusões mus) e as castanholas (várias espécies de Glycymeris). As conchas destes animais, de consistência robusta, se- O primeiro aspeto a salientar é que quase todos os riam muitas vezes usadas como elementos decorativos contextos com estudos arqueomalacológicos datam ou ornamentais, ou como pesos de pesca ou instrumen- da Época Almóada (sécs. XII–XIII). A única exceção tos para tarefas manuais. É, aliás, possível que a maioria é o Ribāt de Arrifana, cuja ocupação corresponde à delas fossem apanhadas após a morte do animal. Tal transição da Época Almorávida para a Almóada (séc. hipótese é reforçada pelo facto dos espécimes recolhi- XII). Aliás, esta é uma realidade geral dos sítios de ida- dos corresponderem a valvas desarticuladas e, frequen- de islâmica no Algarve: a grande maioria corresponde temente, com evidências de abrasão biostratonómica. ao momento mais tardio da presença muçulmana no Garb al-Andalus. Agradecimentos A regularidade da presença de moluscos marinhos em contextos islâmicos atesta bem a sua importância À Cristina Garcia pelo apoio e incentivo ao estudo nos hábitos alimentares das populações, em especial zooarqueológico de Cacela. À Patrícia Dores e Catari- aquelas que habitavam próximo da costa. Infelizmen- na Oliveira, do Centro de Interpretação e Informação te, os tratados de agricultura, de alimentos e de hisba do Património de Cacela (CIIPC)/Câmara Municipal para a Andaluzia — como o Kitab al-Filaha (“Livro da de Vila Real de Santo António. À Isabel Luzia e Alexan- Agricultura”) do sevilhano Ibn al-Awwam ou o Kitab dra Pires, da Divisão de Cultura e Turismo da Câmara al-Agdiya (“Tratado dos Alimentos”) do também an- Municipal de Loulé. À Cristina Dores, da Universida- daluz Abū Marwān Ibn Zuhr — nada referem sobre os de do Algarve, pela ajuda na lavagem dos materiais e moluscos marinhos. seu acondicionamento. Ao João de Deus Gomes e à Eliana Goufa que colaboraram no estudo dos contex- No geral, as espécies mais abundantes nestes sítios tos no Largo da Fortaleza em Cacela. Finalmente, ao são a amêijoa-boa (Ruditapes decussatus), o berbigão Centro de Estudos de Arqueologia, Arte e Ciências do (Cerastoderma edule), a ostra (Ostrea edulis) e a con- Património (CEAACP), que concedeu um importan- quilha (Donax trunculus), em especial nos locais onde te apoio para a deslocação de uma de nós à IV Reunião o acesso a espécies típicas de ambientes rochoso é di- Cientí ca de Arqueomalacologia da Península Ibérica. fícil. A amêijoa está por vezes ausente ou rareia nos contextos que, a priori, estariam próximos dos locais Agradecemos ainda aos dois revisores que, com as naturais de captura. Tal é o caso dos contextos de Ca- suas sugestões, ajudaram a melhorar este trabalho. cela ou da Alcaria de Arge, onde esta espécie surge em quantidade comparativamente reduzida. É, todavia, predominante nos contextos mais afastados das zonas Referências de recolha (Salir, Mértola, Silves, Loulé) demonstran- do o seu êxito comercial e preferência gastronómica, Afonso, C.M.L., 2004. Estudo da malacofauna desco- bem como a existência de redes de distribuição de berta nas escavações arqueológicas de Cacela Velha marisco para zonas mais interiores do território. Por – campanha 2001/2002. Relatório policopiado, ora a razão desta situação não é bem conhecida, mas Universidade do Algarve, Faro. parece-nos que a amêijoa poderia ter um signi cado económico e culinário particular, tornando-a a espé- Antunes, M.T., 1996. Alimentação de origem ani- cie mais apetecida nos mercados e, consequentemen- mal em regime islâmico - Alcaria Longa e Casa II te, menos abundante nos sítios adjacentes aos locais da Alcáçova de Mértola. Arqueologia Medieval 4, de captura que talvez a exportassem. 267-276.

Nas coleções analisadas são poucas as evidências de Antunes, M.T., 2011. Ribāt da Arrifana (Aljezur) – carbonização, o que parece atestar um processamento Arqueozoologia, Estudo complementar. In: Go- culinário simples e/ou sem contato direto com o fogo. mes, R.V., Gomes, M.V., Tente, C. (Eds.), Cristãos e Muçulmanos na Idade Média Peninsular. En- De notar que em vários dos contextos estudados contros e Desencontros. Instituto de Arqueologia e é comum a presença de taxa que podem ter aprovei- Paleociências das Universidades Nova de Lisboa e tamento não alimentar, como a vieira (Pecten maxi- do Algarve, Lisboa, 157-164.

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211 Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos (Noia, A Coruña, Galicia)

Eduardo González Gómez de Agüero1, Víctor Bejega García1, Carlos Fernández Rodríguez1

Resumen En el año 2011 con motivo de la realización del corredor Brión-Noia, se descubrió en la población de Taraman- cos, sobre una pequeña elevación con amplia visibilidad sobre la Ría de Noia-Muros, un yacimiento desconocido hasta la fecha. La intervención se centró en la super cie ocupada por la traza, sacando a la luz diversas estructuras, así como 17 acumulaciones de conchas de diverso tamaño. En el presente trabajo analizaremos la composición malacológica de dos de estos depósitos. Estos se componen principalmente por dos taxones: Ostrea edulis y Ceras- toderma edule, lo que parece indicar un interés especí co por el marisqueo de estas especies, posiblemente destina- do a su procesado y comercialización, como parecen indicar también las fuentes escritas. Palabras clave: Arqueomalacología, Ostra (Ostrea edulis), Berberecho (Cerastoderma edule), Baja Edad Media – Edad Moderna, Galicia (Noroeste Ibérico). Abstract e site of Taramancos is located on a small hill with wide visibility over the Muros-Noia Estuary (A Coruña, Galicia). In 2011 an archaeological rescue excavation unearthed various structures and archaeological materials. Evidence has been found of the site having been inhabited at di erent points in time: in prehistoric times (possibly during the Bronze Age), in Galaico-Roman and Roman times, as well as during the Middle Ages and later in the Modern Age. Seventeen shell middens were excavated. is paper presents the results of the malacological analysis of two of these shell middens, formed containing oysters and common cockles. e analysis links the archaeolo- gical record with the processing and trade of oysters and common cockles in Galicia during the Late Middle Ages and Early Modern History (15th-17th centuries). Written documentation is essential to support the results. Key words: Archaeomalacology, Oyster (Ostrea edulis), Common cockle (Cerastoderma edule), Late Middle Ages - Modern History, Galicia (Northwest Iberia).

1 Area de Prehistoria, Departamento de Historia, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de León. Campus de Vegazana s/n – 24071 León (España). [email protected]; [email protected]

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1. Introducción y periodos posteriores desde una perspectiva arqueo- lógica es todavía muy limitada, empezando a desarro- Las intervenciones arqueológicas en periodos his- llarse en estos últimos años algunas analíticas (Álvarez, tóricos de cronologías post-romanas han estado tradi- Castro, 2010; Bejega et al., 2011), si bien muchos resul- cionalmente más centradas en la recuperación y puesta tados todavía se mantienen inéditos, como los de Cas- en valor de estructuras que en la excavación de los ba- telo da Rocha (Santiago) o Punta Atalaia (San Cibrao), sureros y en el análisis de los restos en ellos existentes. o solo han sido parcialmente publicados, como Castelo Además, la existencia de una documentación escrita, de Moeche (Fernández Rodríguez, 2007). que se hace más cuantiosa a medida que avanzamos en el tiempo, ha centralizado la atención de los investiga- dores, apoyándose en la misma para dar respuesta a los 2. El yacimiento aspectos más variados que caracterizaron a los distintos grupos sociales de estos periodos, incluyendo la vida El yacimiento de Taramancos (Noia, A Coruña) se cotidiana y, por lo tanto, la alimentación (por ejemplo, localiza en las inmediaciones de la población del mis- VV.AA. 1996; de Castro, 1996). mo nombre, en una pequeña elevación (en torno a los 20 m s.n.m.) próxima al mar (unos 220 m en la actuali- A lo largo de las dos últimas décadas del siglo pa- dad), con una buena visibilidad de la ría y del entorno sado, con la promulgación de las distintas leyes de inmediato (Fig. 1). Sin que se contase con referencias Patrimonio Cultural (tanto a nivel estatal como au- previas que permitiesen presuponer su existencia, el tonómico) y las consiguientes normativas de carácter descubrimiento tuvo lugar en el año 2011, al iniciarse arqueológico, junto a la mejora (al menos teórica) de los trabajos para la construcción del Corredor Brión- las metodologías de excavación arqueológica, se han Noia, siendo la empresa Ambiotec - Medio Ambiente y incrementado sustancialmente las intervenciones en Arqueología la encargada de llevar a cabo la correspon- depósitos adscritos a períodos cronológicos recientes diente intervención arqueológica, que fue desarrollada (sobre todo medievales, pero también de época moder- en distintas fases entre los meses de julio y noviembre na y contemporánea), lo que a su vez ha supuesto la re- del citado año. Con una función organizativa, el es- cuperación de unos materiales (artefactos y ecofactos) pacio arqueológicamente cautelado fue distribuido cuyo estudio se ha ido haciendo cada vez más habitual. en dos sectores (Sector 1 y Sector 2), separados por el Fundamentalmente, estas actuaciones han estado en- camino que comunica la aldea de Taramancos con la marcadas en proyectos más amplios de recuperación y zona litoral (playa de Testal), super cie que sería la úl- puesta en valor de un bien, pero tampoco son ajenas a tima en ser excavada (Mosquera Souto, 2012b), siendo proyectos de investigación que tratan de resolver algún identi cada como Sector 3 (Fig. 2). Los Sectores 1 y 2 aspecto que requiere una aproximación arqueológica se organizaron, a su vez, en Áreas. (para el ámbito del noroeste, puede verse Varela Cam- pos 2008, 2009, 2010). La información disponible se concreta en dos infor- mes valorativos de la intervención (Mosquera Souto, Los resultados obtenidos, todavía limitados en el 2012a, 2012b) y un anexo de la memoria de nitiva campo de la zooarqueología (sirvan como ejemplo a todavía no nalizada que se ocupa del estudio del ma- nivel peninsular, Davis, 2006; Costa y Braz, 2007; Cas- terial arqueológico recuperado (Ambiotec, 2014), in- taños et al., 2011), al menos ayudan a complementar cluyendo además varios apéndices referentes al informe unas fuentes documentales que no siempre atienden de la restauración de diversas piezas, el análisis de los de igual manera a todas las variables de interés para el restos orgánicos de origen marino (González Gómez conocimiento de la realidad económica y social de un de Agüero et al., 2012) y una datación radiocarbónica periodo y zona concreta, puesto que su origen suele que corresponde a un momento ocupacional muy ante- responder a objetivos muy diferentes y se centran en rior al del estudio que aquí presentamos. las clases más privilegiadas (Eiras Roel, 1993, evalúa la información disponible para la Edad Moderna). El registro arqueológico es muy diverso y su evalua- ción no parece sencilla. Se han documentado distintas Es en este marco en el que se inscribe el estudio de los fases de ocupación identi cadas por la aparición de restos malacológicos recuperados en Taramancos. En el un petroglifo con cazoletas, agujeros de poste que en ámbito galaico, la información sobre la recolección, co- algún caso conformarían fondos de cabañas, además mercio y consumo de moluscos durante la Edad Media de muros que evidencian tanto estructuras circulares

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Figura 1. Localización del yacimiento de Taramancos.

Figura 2. Taramancos: Vista aérea de la super cie excavada, delimitando los Sectores establecidos y señalando la ubicación de los Concheros 1 y 5 (C01 y C05) en el Sector 2.

215 E‡ ,          :    T... como construcciones de planta rectangular. El estudio no tienen una entidad su ciente como para respaldar del material, especialmente de la cerámica y de los res- una secuencia de vertidos tan dilatada en el tiempo. tos metálicos (Ambiotec, 2014), reeja una gran hete- Por ello, y en tanto no se disponga de una explicación rogeneidad, incluyendo piezas de la Prehistoria Reciente coherente para estos resultados, consideramos que no (tentativamente asignadas a la Edad del Bronce) pero es oportuno evaluar los datos obtenidos en el análisis también de la Edad del Hierro (castreño), época roma- faunístico de estos depósitos. na, Edad Media e incluso de cronologías más recientes. La información referente a los dos concheros anali- zados del Sector 2 resulta más coherente. Ambos se lo- 3. Material y métodos calizan en las cotas superiores de la secuencia documen- tada, superponiéndose a las estructuras más recientes. En la zona excavada se documentaron un total de 17 El material inorgánico analizado se identi ca principal- acumulaciones de conchas de diferentes dimensiones, mente con fragmentos de una cerámica común crono- amortizando las estructuras constructivas y sobre los lógicamente poco signi cativa, lo que se reeja en una derrumbes de las mismas (Mosquera Souto, 2012a). El adscripción genérica ‘romano/medieval’ o ‘medieval’. muestreo de estos depósitos fue realizado por el equipo No obstante, del Conchero 1 procede una moneda que que llevó a cabo la excavación. Una vez nalizada la in- permite una datación post quem bastante precisa: un ceu- tervención, se nos remitieron para su estudio 13 mues- tí portugués acuñado en el siglo XV (Ambiotec, 2014), tras correspondientes a cinco de estas acumulaciones: lo que apoyaría una cronología bajomedieval o incluso tres localizadas en el Sector 1 (concheros 3, 5b y 9) y dos de primeros momentos de la Edad Moderna para la for- en el Sector 2 (concheros 1 y 5). mación del depósito. Esta misma propuesta cronológica es la sugerida a partir de los resultados del análisis de la Si bien los resultados obtenidos del análisis de la fau- ictiofauna de estos dos concheros (González Gómez de na marina reejan unas composiciones similares (Gon- Agüero, 2014), en los que se reconoce una actividad cen- zález Gómez de Agüero et al., 2012), el restante mate- trada en la captura de sardinas y merluzas y donde están rial arqueológico asociado a estos depósitos reeja, por representadas determinadas especies de fondo cuya pes- lo que se re ere al Sector 1, una gran inde nición. El ca resulta difícilmente explicable en periodos anteriores. análisis de estas piezas, mayoritariamente cerámicas, se traduce en una amplia variabilidad cronológica que se El Conchero 1 del Sector 2 (que parcialmente tam- extiende desde época galaico-romana hasta, al menos, la bién se extendía por el Sector 3) presenta unas dimen- Edad Media (Ambiotec, 2014); en unos concheros que siones de 13m de longitud E-O y entre 3,5 y 5,3m de

Figura 3. Vista parcial del Conchero 01 sobre la Estructura 54.

216 E  G G  AŽ, V Bƒ G, C F... anchura N-S, con una potencia variable de 10 a 50cm. tablecidas por Moreno Nuño (1994) para gasterópodos Recientemente había sido alterado por dos zanjas para y bivalvos. Además, se han calculado los valores de peso la instalación de canalizaciones. Se superponía a la Es- (entendido como la biomasa) para cada especie. tructura 54, un espacio de planta rectangular que con- serva parte de un pavimento enlosado (Mosquera Souto, El grado de fragmentación se ha calculado y valo- 2012a) (Fig. 3). De este depósito proceden tres muestras rado conforme a la propuesta metodológica de Gutié- (S2/C1/R1, S2/C1/R2 y S2/C1/R3) correspondientes rrez Zugasti (2009), basada en coe cientes de fragmen- a rebajes regulares de 10cm de potencia tomados en una tación jos para bivalvos y gasterópodos. El Índice de columna de 20cm de anchura, procedimiento identi ca- Fragmentación oscila entre 0 (muy fragmentado) y 1 do con un ‘muestreo en columna’ (Bejega, 2008; Bejega (nada fragmentado). et al., 2010).

El Conchero 5 del Sector 2 no está de nido en la 4. Resultados memoria, si bien cubre las estructuras más recientes e in- cluía cerámica común con la misma adscripción crono- Atendiendo a los resultados del estudio taxonómico cultural que la documentada en el Conchero 1. Del mis- (Tabla 1), se aprecia un claro dominio de las especies mo, debido a su escaso espesor, se tomaron tres muestras procedentes del sustrato arenoso-fangoso/fangoso- en distintos lugares del depósito (S2/C5/M1, S2/C5/ rocoso, especialmente del intermareal, si bien con pre- M2 y S2/C5/M3) abarcando cada una toda su potencia sencia ocasional de especies que ocupan el infralitoral estratigrá ca; estrategia denominada ‘muestreo aislado’ superior. El sustrato rocoso está representado en mucha (Bejega, 2008; Bejega et al., 2010). menor medida por especies típicas del intermareal y de niveles medios-inferiores de la roca. De cada una de las muestras, teniendo en cuenta la homogeneidad en su composición, se procesó en labo- ratorio un volumen de 2000 cc (aproximadamente unos 2 kg de peso), considerado su ciente para su caracte- rización conforme a lo indicado por distintos autores (por ejemplo, Bowlder, 2006). Se siguieron los proce- dimientos metodológicos habituales (Stein, 1992; Beje- ga, 2008), y que podemos resumir en el cribado, triado, identi cación, toma de valores biométricos y cuanti ca- ción. El cribado siguió un doble procesado: uno primero con agua, utilizando una malla de Ø 0´8 mm de luz, y otro posterior en seco, con malla de Ø 1 mm, lo que ase- gura una recuperación bastante able de todos los restos Figura 4. Ejemplar de Ostrea edulis que conserva las valvas identi cables de pequeñas dimensiones. unidas.

Para la identi cación de especies se utilizó básicamen- te nuestra colección comparativa de referencia, aunque también se tuvieron en cuenta los criterios especí cos es- tablecidos por distintos autores (entre otros, Ramonell, 1985; Mexía, 2000).

En relación con la cuanti cación, el Número de Res- tos (NR) se ha calculado mediante el recuento de los restos asignado a cada especie. Para aquellas con una abundante presencia y alta fragmentación (como berbe- recho o mejillón), se realizó una estimación a partir de los valores obtenidos del recuento de los restos incluidos en una fracción del peso total correspondiente a cada es- pecie. Para el cálculo del Número Mínimo de Individuos Figura 5. Valvas de Cerastoderma edule con muescas en el borde (NMI) se utilizaron las categorías de fragmentación es- (posiblemente relacionadas con el sistema de apertura utilizado).

217 E‡ ,          :    T... 0 0 1 Peso IF 1051,5 % 0,46 0,5 0,46 4,0 0,46 16,0 0,1 0,46 3,0 0,05 0,46 2,0 1 1 1 1 1 S2 / C1 R3 217 NMI % 0,06 0,13 0,29 0,03 2 9 1 3101 0 4 Peso IF NR 1074,0 % 1,04 3,5 0,05 0,52 17,0 2,08 97,0 0,02 0,52 13,5 0,003 10 0,32 1,04 4,0 0,08 2 1 4 1 2 S2 / C1 R2 192 NMI % 5726 Peso IF NR 923,0 % 2,36 8,0 0,02 19 0,33 0,79 28,0 0,02 34 0,59 7,09 302,0 0,03 134 2,34 1,57 1,5 0,5 3,15 10,5 0,5 10 0,17 3 1 9 2 4 S2 / C1 R1 127 NMI % 0,10 0,31 2 6 41 2,11 NR 115 5,92 785 40,38 95 74,80 511,0 0,1 5349 93,42 182 94,79 939,0 0,04 3075 99,16 212 97,70 1026,0 0,08 509 26,18 486 25,00 13 10,24 62,0 0,02 179 3,13 1944 TOTAL Solen marginatus Ruditapes decussatus Cerastoderma Cerastoderma edule Ostrea edulis Ostrea Mytilus sp. Mytilus Nassarius reticulatus Littorina littorea Tabla 1. Estimadores de abundancia de los moluscos identi cados en cada muestra (NR-número de restos, NMI-número mínimo de individuos y peso en gramos) e Índices de Fragmentación (IF). Fragmentación de gramos)Índices e y peso en individuos de mínimo NMI-número de restos, (NR-número muestra cada en identi cados los moluscos de de abundancia 1. Estimadores Tabla

218 E  G G  AŽ, V Bƒ G, C F... 0 Peso IF 153,0 % 8,33 5,0 33,33 24,0 0,04 33,33 108,0 0,01 25,00 16,0 0,005 1 4 4 3 12 S2 / C5 M3 NMI % 14 1,97 709 0 0 Peso IF NR 861,0 % 1,39 2,0 1,39 2,0 0,25 1,39 5,0 2,78 21,0 0,005 272 38,36 5,56 3,0 0,4 11,11 55,0 0,04 104 14,67 1 1 1 8 2 4 72 S2 / C5 M2 NMI % 0,05 0,25 1 5 1985 0 Peso IF NR 430,0 % 1,52 3,5 0,1 11 0,55 1,52 14,5 0,02 10 0,50 7,58 51,5 0,04 140 7,05 1,52 1,0 1,52 1,0 0,5 1,52 18,5 0,001 283 14,26 3,03 3,5 0,25 1 1 5 1 1 1 2 66 S2 / C5 M1 NMI % 0,68 0,08 0,08 0,30 9 1 1 4 25 1,88 19 1,43 19 28,79 0,5 0,5 NR 180 13,53 710 53,38 35 53,03 336,0 0,01 1535 77,33 55 76,39 773,0 0,02 319 44,99 381 28,65 1330 sp. TOTAL Solen marginatus Venerupis Venerupis corrugata Ruditapes decussatus Cerastoderma Cerastoderma edule Ostrea edulis Ostrea Pecten Pecten maximus Mimachlamys Mimachlamys varia Mytilus Mytilus Nassarius reticulatus Littorina littorea Tabla 1 (Continuación). Tabla

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Se documenta el predominio de dos taxones: de esta especie, que quizás fuera también la predomi- Cerastoderama edule (Linné, 1758) en el Conche- nante en el medio explotado. ro 1 y Ostrea edulis (Linné, 1758) en el Conchero 2, con valores proporcionalmente inversos y en la Nassarius reticulatus (Linné, 1758) no tiene inte- mayoría de las ocasiones con frecuencias (en cual- rés bromatológico, por lo que debemos considerarla quiera de los índices considerados para la cuanti ca- como especie intrusiva cuya presencia estaría vincu- ción) superiores a los que corresponden a todas las lada al marisqueo de otras de arena, donde también demás especies (exceptuando tan solo la muestra 3 habita. Actualmente es común encontrarla en el inte- del Conchero 5). Debemos señalar que, para ambas rior de las nasas, donde se alimenta del cebo; si bien especies, durante el procesado de las muestras no no podemos asegurar el empleo de este arte de pesca resultó extraordinario encontrar valvas que perte- a partir de la relación de las especies documentadas. necieran al mismo ejemplar, conservándose algunas todavía unidas (Fig. 4). Por lo que se re ere a C. edu- Un segundo conjunto de taxones, mucho más le, se ha documentado la presencia recurrente de una minoritario, corresponde a las especies propias del pequeña muesca en el borde de las valvas, pudiendo sustrato rocoso. La mejor representada, y que ya corresponder a marcas relacionadas con el sistema evaluamos con anterioridad, es Mytilus sp. La otra de apertura empleado ( gura 5). especie característica de medio rocoso es Littori- na littorea (Linné, 1758) presente en casi todas las La tercera especie mejor representada en cuanto a muestras, pero siempre con valores muy reducidos número de restos es Mytilus sp. que, como en el caso tanto de restos (NR) como de individuos (NMI). de las dos precedentes, está documentada en todas Ambas especies pudieron haber sido objeto de con- las muestras analizadas. Sin embargo, no resulta fácil sumo alimenticio. evaluar su importancia real debido a la fragilidad de su concha, lo que favorece su elevada fragmentación En conjunto se define una explotación muy cen- (índices globales de 0,02 en el Conchero 1 y de 0,004 trada en bivalvos característicos del sustrato fan- en el Conchero 5) (Tabla 1), propiciando un sesgo goso-arenoso. Además, L. littorea es indicadora de favorable si se valora su presencia exclusivamente a una zona de salinidad reducida, característica de la partir del número de restos. No obstante, sus valores proximidad de alguna desembocadura fluvial o de se reducen considerablemente si atendemos al núme- una zona poco expuesta o de fondo de ría. El medio ro mínimo de individuos representados. descrito encuadra perfectamente con el existente en la actualidad en las inmediaciones del yacimiento, al Los demás taxones identi cados suponen valores fondo de la ría de Muros-Noia, donde el litoral se anecdóticos en el total de cada muestra, y en ningún identifica con una extensa playa (Testal, con 1,5 km caso su presencia parece reejar una actividad centra- de longitud) y por la abundancia de mariscos bival- da en su recolección especí ca, a diferencia de lo que vos (principalmente berberecho) (Mosquera Souto, puede deducirse en el caso de ostras y berberechos. 2012a). La existencia de algunos afloramientos ro- cosos sería suficiente para responder del limitado Tanto Solen marginatus (Pulteney, 1799) como volumen de especies características de este medio Ruditapes decussatus (Linné, 1758), con representa- que se han documentado. Todo ello hace probable ción en casi todas las muestras analizadas, habitan el que la actividad mariscadora se desarrollase en el en- intermareal y los primeros estadios del infralitoral, torno inmediato a este lugar de Taramancos. en sustratos blandos de tipo arenoso-fangoso, al igual que otras con una presencia mucho más puntual: Ve - El predominio de C. edule en el Conchero 1 y de nerupis corrugata (Gmelin, 1791), Pecten maximus O. edulis en el Conchero 5 puede hacernos pensar en (Linné, 1758) y Mimachlamys varia (Linné, 1758). una explotación plani cada, temporal, centrada en Estos bivalvos tienen importancia bromatológica, y uno de los dos moluscos; pero tampoco podemos ex- alguno con un alto aprecio culinario, de ahí que no cluir otras posibilidades, como un procesado y consi- deje de ser signi cativa su restringida presencia. Hay guiente vertido de los desechos (las valvas) de manera que tener en cuenta que comparten hábitat con C. independiente, sin que ello implique que la recolec- edule, por lo que la recolección de aquellos ha podido ción y manipulación de estas dos especies no pueda estar vinculada a la recogida intensiva de ejemplares haberse realizado de forma coetánea.

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Aun cuando no podemos evaluar con detalle los luccius merluccius, esta última con claras evidencias resultados del análisis biométrico de las valvas de O. de procesado para su conservación mediante salado edulis y C. edule (González Gómez de Agüero et al., (González Gómez de Agüero, 2014). 2012), debemos indicar la regularidad de las tallas, reejando la explotación de ejemplares medios-gran- En el caso de los moluscos, el procesado se cen- des, lo que puede ser indicio de un cierto control so- traría en C. edule y O. edulis. El tipo de tratamiento bre estas poblaciones, además de una selección de los realizado resulta más difícil de precisar, aunque en el ejemplares para su procesado. caso de la ostra el escabechado parece el más proba- ble. Entre las principales exportaciones de productos marinos de nales de la Edad Media y a lo largo de 5. Discusión la Edad Moderna realizadas desde Galicia se encon- traban los moluscos escabechados, sobre todo ostras, La representación taxonómica de moluscos del cuyo principal destino era Castilla y Portugal, sien- yacimiento de Taramancos muestra una serie de dife- do la Casa Real uno de los principales consumidores rencias signi cativas con respecto a otros sitios con- (Calo Lourido, 1998). En su elaboración se retiraba temporáneos del noroeste. Mientras que las muestras la concha y se freía el molusco (Calo Lourido, 1998), de Area (Bejega et al., 2011) y Punta Atalaia (en pro- por lo que estas partes duras quedarían en los lugares ceso de estudio) se caracterizan por una alta variedad de procesado y no viajarían con la carne. Se ha pro- taxonómica, en Taramancos son solo dos las especies puesto que esta técnica de escabechado se introduce que responden del principal volumen de evidencias, en Galicia a principios del siglo XVI, procedente de Cerastoderma edule y Ostrea edulis. los puertos hanseáticos (Ferreira Priegue, 1998).

Sin poder excluirse la vinculación de estos regis- La importancia de la ostra de la ría de Noia queda tros con simples vertidos de desechos relacionados claramente reejada en sus fueros, donde se grava su con la alimentación de la población local, resulta sig- marisqueo, a diferencia de otros moluscos (López ni cativa su localización en las proximidades de la lí- Ferreiro, 1895: 117). Los ostreiros también aparecen nea de costa sin conexión con un entramado urbano. en las actas del Concello de Noia, al sancionarse, a La relación de ambos depósitos con las fases ocupa- mediados del siglo XVII, la recogida de ostras en los cionales más recientes del yacimiento nos ha llevado meses de veda y prohibirse la utilización de rastri- a buscar en la documentación escrita una explicación llos, puesto que ya en varios lugares se había esquil- que permita comprender la naturaleza del registro. mado esta especie por culpa de la sobreexplotación (Fabeiro Gómez, 1990: 157). Más tardíamente in- En la Galicia medieval es habitual que cada ría dica Cornide (1788: 217-220) que su marisqueo se tenga un puerto principal de descarga, siendo dos en realizaba tanto con rastros, que dañaban de manera este caso: los de Muros y Noia. Por lo que a Noia se importante el fondo marino, como con el angazo. re ere, otros puertos tienen también derecho a des- En relación con su producción, desde el s. X se tiene carga, estando prohibido el procesado de los produc- constancia de la existencia en Galicia de viveros de tos marinos en los núcleos urbanos (Fabeiro Gómez, ostras, como se reeja en la donación del rey Ordo- 1990: 104), lo que originó la aparición de instalacio- ño II al obispo Sabarico de Mondoñedo (Martínez nes fabriles en sus proximidades (Ferreira Priegue, Ferreiro et al., 1998). 1998; 2009). Uno de estos puertos es el de Taraman- cos, citado en el Fuero de Noia (siglo XV), en el que Si bien parece claro el procesado de ostras para la también se destaca la importancia del marisqueo de realización de conservas, el caso del berberecho plan- ostras (López Ferreiro, 1895: 121-122). tea mayores problemas, ya que no es una especie que aparezca citada habitualmente en la documentación Teniendo en cuenta esta información documental, de la época, por lo que no parece haber tenido un gran cabe la posibilidad de que los restos documentados interés bromatológico. No obstante, desde el siglo pertenezcan a una de estas instalaciones de procesado XVI va a ser habitual su exportación, junto con otros de productos marinos. Así, y además de los moluscos, moluscos, a Portugal (Ferreira Priegue, 1998). En el se recuperaron en estos concheros restos de pescado, siglo XVIII, Cornide (1788) indica que se recogía principalmente de dos especies con gran importancia con unos escardillos, como la almeja, y se consumía comercial en el periodo: Sardina pilchardus y Mer- tanto en crudo como aderezado, siendo muy común

221 E‡ ,          :    T... en tortilla. En el caso de Taramancos, la similitud Moderna. La presencia de instalaciones alejadas de del registro con el de la ostra sugiere un tratamiento los núcleos de población, donde se elaborarían es- similar para la elaboración de escabeche. tos productos, parece ser algo exclusivo de Noia, en donde además existen varios puertos con derecho En relación con la tercera especie mejor represen- a descarga, siendo uno de estos el de Taramancos. tada, el mejillón, distintos autores señalan que du- En el caso de los moluscos, estas producciones se rante la Baja Edad Media y la Edad Moderna tuvo vincularían con ostras y berberechos, pero también cierta importancia a nivel de exportaciones, junto a se ha constatado el tratamiento de pescado: sardina otros moluscos (Meijide Pardo, 1975; Calo Louri- y merluza. do, 1998). Según Cornide (1788: 153-155) su carne sería la mejor después de la ostra. De todos modos, El marisqueo de estas dos especies se produciría el volumen de mejillón registrado en Taramancos no en el entorno más inmediato al yacimiento, existien- permite deducir una actividad centrada en su reco- do una selección de taxones y de tallas, posiblemente lección y procesado con finalidad comercializadora, con cierto control sobre los bancos de estos molus- a diferencia que para ostras y berberechos. cos, sin que incluso se pueda descartar un cultivo de los mismos. La explicación para las demás especies representa- das, con valores muy reducidos, no se presenta fácil. Durante la Edad Media el consumo de marisco Su presencia puede ser resultado de ejemplares reco- parece haber sido muy marginal, al menos conforme lectados de manera no intencional durante el maris- se refleja en la documentación escrita, estando mal queo de ostras y berberechos, siendo descartados en considerado a excepción de determinadas especies alguna fase inicial del proceso de producción, aun como la ostra; de hecho en las leyes suntuarias de cuando esto en absoluto excluya que hayan podido época bajomedieval aparece explícitamente excluido ser consumidas (en el caso de las que tienen interés de las comidas más lujosas (Ferreira Priegue, 1998). bromatológico), al igual que sucedería con los me- Sin embargo, el registro recuperado y analizado de jillones. yacimientos medievales del noroeste peninsular está poniendo de manifiesto el consumo de moluscos, además de la ostra, no solo en lugares costeros, sino 6. Conclusiones también en lugares del interior y con alto poder ad- quisitivo. Lógicamente, en las comunidades costeras Los resultados presentados para estos dos conche- parece haber supuesto un elemento habitual en la ros son muy similares a los obtenidos en los demás dieta, aun cuando no con la abundancia que parece depósitos analizados de Taramancos (González Gó- haber alcanzado en periodos precedentes. mez de Agüero et al., 2012), lo que sugiere una for- mación similar, tanto desde un punto de vista crono- Finalmente, resulta llamativa la intensa actividad lógico como causal. No obstante, ya hemos señalado mariscadora de ostra documentada durante los si- los problemas de adscripción cronológica que plan- glos XVI-XVIII, que incluso llegó a agotar algunos tea el resto del material arqueológico recuperado de los lugares de recolección, dando pie a la pro- en asociación a los mismos, haciéndose necesario mulgación de medidas proteccionistas. No parece esperar a que se clarifique este aspecto antes de pro- lógico vincular estos datos con la situación alcanza- ceder a la correcta evaluación del contenido orgáni- da a mediados del siglo XX en el noroeste, cuando co. Por el contrario, en los dos depósitos que hemos se pierden los últimos bancos de producción natu- presentado se ha recuperado un material cerámico ral de ostra (Polanco, Corral, 2004), sobre todo al más homogéneo e incluso algún elemento cronoló- contar con informantes del siglo XIX que inciden gico bastante preciso, como una moneda portuguesa en su extraordinaria abundancia en estas costas en circulación durante la Baja Edad Media y la Alta (Graells, 1870). Sin embargo, quizás sí sea posible Edad Moderna. rastrear ya entonces la idea de unos bancos ostríco- las inagotables, lo que daría lugar a una explotación Los restos de moluscos documentados en estos anárquica que, en la medida que se iban mejoran- dos concheros parecen responder principalmente a do los sistemas de explotación y comercialización, desechos del procesado y conserva de ostra y berbe- incrementaría la presión sobre unos recursos que recho propios de finales de la Edad Media y Edad finalmente llegarían a agotarse.

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Agradecimientos (Eds.), 2º Congreso Internacional de Arqueología de Vilalba. Museo de Prehistoria e Arqueoloxía La empresa Ambiotec - Medio Ambiente y Ar- de Vilalba (Lugo), Férvedes, 7, 255-263. queología, responsable de la intervención arqueo- lógica en Taramancos, nos confío el estudio de los Bowdler, S., 2006. “Mollusks and other shells”. En: restos faunísticos y puso a nuestra disposición los re- Balme, J., Paterson, A. (Eds.), Archaeology in sultados de la excavación y la documentación gráfica Practice. A Student Guide to Archaeological Anal- del yacimiento. yses. Blackwell Publishing, 317-337.

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223 E‡ ,          :    T...

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224 Pesquerías y mariscadores en la ensenada de Bolonia en época medieval y moderna. Una nueva línea de investigación

Darío Bernal-Casasola1, Rafael Jiménez-Camino2, Juan Jesús Cantillo1,3, José Ángel Expósito1,4, José Juan Díaz1, Macarena Bustamante1,5, Macarena Lara1, José Manuel Vargas1, Alicia Arévalo1, Miguel Calvo1, Nicolás Muñoz1, Antonio Bellido1

Resumen Las excavaciones realizadas en los años 2011 a 2013 en el barrio meridional de la ciudad hispanorromana de Baelo Claudia en la zona cercana al curso de la playa, junto a las recientemente descubiertas Termas Marítimas, han permitido la documentación de niveles arqueológicos de época bajomedieval/moderna. Se trata de una fase de gran interés, ya que son mínimos los datos arqueológicos de estos momentos documentados en la ensenada de Bolonia, que fue objeto de ocupación muy puntual entre el abandono de la ciudad romana y época contemporá- nea. Se han recuperado monedas de Alfonso X (1252-1284) y de Enrique IV (1471-1474) -maravedíes y blancas respectivamente- junto a cerámicas de tradición islámica y cristiana, asociadas a varias fosas de expolio de estruc- turas precedentes, todo ello amortizado por un posible terremoto, según se desprende del traumático desplome de unidades constructivas sobre la habitación H-2. Son muy frecuentes en estos niveles de ocupación los restos haliéuticos, tanto de ictiofauna como de malacología, lo que denota la importancia de la explotación de recursos marinos en estas fechas. En el trabajo se presenta la problemática de los recursos marinos y los datos históricos relativos a las almadrabas en la zona de estudio en estas fechas, posiblemente causantes de la reactivación del poblamiento en la fértil ensena- da tarifeña, una interesante y novedosa línea de investigación sobre la cual habrá que profundizar en el futuro. Se han identi cado 19 especies distintas de malacofauna (6 bivalvos – Callista chione, Cerastoderma edule, Chamelea gallina, Glycymeris sp., Mytilus gallopro incialis, Mytilus sp.- y 13 gasterópodos -Charonia lampas, Cymbium olla, Cymbula nigra, cutacea, Cymatium sp., Phorcus lineatus, Patella caerulea, Patella intermedia, Patella rustica, Patella ferruginea, Patella sp., Patella ulyssiponensis, Stramonita haemastoma), procedentes de diversos con- textos estratigrá cos. Palabras-clave: Baelo Claudia, época medieval, época moderna, malacofauna, explotación de recursos marinos, terremoto.

1 Grupo de In estigación HUM-440. Área de Arqueología. Departamento de Historia, Geografía y Filosofía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Cádiz. Avda. Dr. Gómez Ulla 1, 11003 Cádiz (España). [email protected], [email protected], [email protected], [email protected], [email protected], [email protected], [email protected], [email protected] 2 Ayuntamiento de Algeciras. Paseo de Victoria Eugenia, 17 (local), 11207 Algeciras (Cádiz, España). [email protected] 3 Ayuntamiento de Vejer de la Frontera. Plaza de España, 1, 11150, Vejer de la Frontera (Cádiz, España). [email protected] 4 Conjunto Arqueológico Baelo Claudia. Consejería de Educación, Cultura y Deporte. Junta de Andalucía. Ensenada de Bolonia, s/n, 11380 Tarifa (Cádiz, España). [email protected] 5 Universidad Autónoma de Madrid. Departamento de Historia y Teoría del Arte. Campus de Cantoblanco. Universidad Autónoma, 28049 Madrid. [email protected]

227 Abstract The excavations carried out in the years 2011 to 2013 in the southern quarter of the Roman city ofBaelo Claudia in the area close to the beach, next to the recently discovered Maritime Baths, have allowed the documentation of archaeological levels of late medieval/modern era. It is a phase of great interest, since the archaeological data of these times are really scarce in the Bay of Bolonia, which was the subject of really ocassional occupation between the abandonment of the Roman city and contemporary times. Coins of Alfonso X (1252-1284) and Enrique IV (1471-1474) - Maravedis and “blancas” respectively – have been recovered, together with christian ceramics and pottery of islamic tradition, associated with several pits of spoliation of previous structures. All this context was abandoned due to a possible earthquake as shown by the traumatic collapse of constructive units over the floor of the so called H-2 room. Halieutic remains (fish bones & shells) are very common in these sedimentary levels, which denote the importance of the exploitation of marine resources in these dates. The paper presents the state of the art of our knowledge of the marine resources exploitation and the historical data relating to the drag-nets (“almadrabas”) in the area. These activities possibly caused the reactivation of the settlement in the fertile Tarifa bay, an interesting new line of research which will have to be deepened in the future. Nineteen different shell species have been identified (6 bivalves – Callista chione, Cerastoderma edule, Chamelea gallina, Glycymeris sp., Mytilus galloprovincialis, Mytilus sp.- y 13 gastropods -Charonia lampas, Cymbium olla, Cymbula nigra, Cymatium cutacea, Cymatium sp., Phorcus lineatus, Patella caerulea, Patella intermedia, Patella rustica, Patella ferruginea, Patella sp., Patella ulyssiponensis, Stramonita haemastoma), in different stratigraphic contexts. Keywords: Baelo Claudia, Medieval times, Modern Era, marine resources exploitation, earthquake. D B-C, R J -C, J  J C...

1. Contexto arqueológico Concretamente las estructuras excavadas se corres- ponden con hallazgos en dos zonas (Fig. 1 C), situadas La conocida ciudad romana de Baelo Claudia, situa- sobre las habitaciones H-1 y H-3 (Sondeo 26) y sobre la da en la orilla norte del Estrecho de Gibraltar (Fig. 1 H-2 de las antiguas termas romanas (Sondeo 25). En el A), tuvo una intensa ocupación en época romana, con primer caso se trata de diversas fosas realizadas en el subs- el establecimiento de un enclave centrado en la explo- trato sedimentario (UU.EE. 2308, 2310, 2311, 2601, tación del atún desde mediados del s. II a.C., y con una 2602), colmatadas con arena negruzca resultado de la oreciente economía activa durante la totalidad de degradación de productos orgánicos, en cuyo interior se época imperial (Arévalo y Bernal, 2007). El paulatino han documentado tres monedas –blancas- de Enrique eclipse de la actividad conservera en la Antigüedad Tar- IV, fechadas entre el 1471-1474, y formas cerámicas de día provocó su lenta desaparición, y se considera que su la vajilla de mesa que avalan esta cronología. Destacan abandono de nitivo se produjo en el s. VII d.C. (Si- como indicadores cronológicos dos platos de paredes llières, 1997: 62-63). divergentes y borde en ala, con el fondo cóncavo de la serie melado y manganeso (Fig. 2), cuya producción se Con posterioridad, hay datos puntuales de reocu- conoce muy bien en contextos sevillanos datados en el pación durante época medieval, como ilustra la remo- siglo XV y las primeras décadas del XVI (Rueda y López, delación de las estructuras del teatro romano –posible 1997: 556, Lám. 5), y en los niveles portugueses de Alca- torre- y los niveles de ocupación documentados en la zarseguer (1458-1550, Texeira et al., 2013: 318-319, g. cisterna norte de la ciudad –excavados hace años pero 8), entre otros. Junto a estos se documentan escudillas de totalmente inéditos-. No obstante no existe trabajo al- la serie melada con per l hemiesférico y fondo también guno en el cual se hayan estudiado en detalle estas evi- cóncavo –en el único ejemplar constatado- con un desa- dencias arqueológicas, al menos hasta la fecha. Recien- rrollo cronológico centrado entre el siglo XIV y el XVI. tes investigaciones arqueológicas han documentado en Por tanto, la datación de estas estructuras hay que situarla las excavaciones realizadas en la necrópolis oriental en entre nales del siglo XV y principios del XVI, una época el año 2012 restos de una fosa de expolio de una tum- en la cual la ciudad de Tarifa estuvo, casi siempre, bajo ba monumental romana, en la cual se han recuperado el control de los Enríquez, que pugnaron continuamente materiales cerámicos de tradición meriní con una mo- con la Casa de Medina Sidonia por hacerse con el con- neda –cornado de vellón- de Sancho IV, lo que ha sido trol de las actividades almadraberas en su alfoz (Ladero, interpretado como evidencias de la ocupación de la 1993). El hallazgo de recursos marinos en dichos contex- ensenada en los ss. XIII – XIV, y la posible existencia tos arqueológicos permite, por primera vez, plantear la en esta zona de un campamento militar castellano, re- importancia de la explotación de recursos haliéuticos en lacionado con el proceso de conquista de la plaza de la ensenada de Bolonia en estas fechas. Tarifa en 1292 (Prados et al., 2012; García et al., 2014). Por otra parte, se han documentado una serie de En un contexto similar se documentan los hallaz- unidades murarias de grandes dimensiones –más de 4 gos producidos en las excavaciones realizadas por la metros de alzado- desplomadas traumáticamente sobre Universidad de Cádiz entre los años 2011 y 2013 al la habitación H-2, efecto de un posible seísmo (Bernal oeste del Arroyo de las Villas, junto al margen costero, et al., 2015). Bajo el desplome de dichas estructuras, los espacio en el cual se ha descubierto una importante estratos de abandono localizados (UU.EE. 2505, 2511 y área suburbana del asentamiento, habiéndose exca- 2516), ofrecieron un repertorio integrado mayoritaria- vado en su interior parte de un edi cio interpretado mente por manufacturas de tradición islámica (ataifores como las Termas Marítimas de la ciudad baelonense de borde quebrado; jarritas y cántaros con decoración de (Fig. 1 B), con una gran natatio o piscina de agua fría trazos de manganeso sobre bizcocho; alcadafes de pare- y otras estancias, algunas de ellas calefactadas (Bernal des divergentes y super cie interior alisada; tapaderas de et al., 2013). En los niveles superiores que se deposi- per l cóncavo y fondo plano; y cerámica de cocina), pero taron sobre las estructuras romanas ya abandonadas en los que se recuperaron algunos indicadores que sitúan se han documentado evidencias de una ocupación de su horizonte cronológico en un momento posterior a la esta zona baja de la ciudad en unos momentos que si- conquista, entre los que destaca un maravedí de Alfonso tuamos entre la conquista castellana de la ciudad en X, fechado entre el 1252-1284 (Bernal et al., 2015). Jun- 1292 y principios del XVI, a tenor del hallazgo tanto to a éste, se hallaron formas cerámicas claramente cristia- de monedas como del registro cerámico, en la deno- nas que permiten suponer una datación de estos estratos minada Fase V de la secuencia (Bernal et al., 2014). entre los últimos años del siglo XIII y el siglo XV.

229               ...

A

B

C

Figura 1. Situación de Baelo Claudia en el Estrecho de Gibraltar (A), con indicación de las Termas Marítimas en el suburbium occidental (B), e indicación de los espacios objeto de estudio en la planimetría del complejo termal (C).

230 D B-C, R J -C, J  J C...

apicales o umbilicales, al valor mayor; mientras que para los gasterópodos no espiralados la fórmula es la suma de individuos completos + individuos frag- mentados + fragmentos apicales (Gutiérrez Zugasti, 2009). A partir de la identi cación taxonómica y del conocimiento de las preferencias de hábitat de las dis- tintas especies a determinados nichos ecológicos, se analiza el área de captación, separando el ambiente o piso (supralitoral, mesolitoral e infralitoral), los sus- tratos (arenosos, fangosos, rocosos, etc.) y la zonación (costa abierta, estuario, etc.). También se ha realizado el estudio tafonómico de los restos malacológicos.

La malacofauna de la fase medieval-moderna de las Termas Marítimas de Baelo Claudia ha sido do- cumentada en general en un buen estado de conser- vación, lo que ha permitido en su extensa mayoría identi car taxonómicamente hasta el grado máximo de clasi cación. A lo largo de toda la secuencia es- Figura 2. Plato de cerámica de época moderna, con borde tratigrá ca se ha establecido una relación de especies en ala, vidriado melado y decoración en manganeso representadas tanto por bivalvos como por gasteró- (U.E. 2602). podos marinos (Fig. 3), cuya síntesis se presenta en la Fig. 5 y en la Tabla 1. 2. Análisis arqueomalacológico. Métodos y resultados En la U.E. 2308 se han documentado 28 restos pertenecientes a un número mínimo de 17 indivi- Metodológicamente para la identi cación taxonó- duos, distribuidos entre bivalvos (35,3%) y gaste- mica se ha recurrido a los repertorios más utilizados rópodos (64,7%), constituyendo las especies de há- (Sabelli, 1980; Lindner, 1983; Poppe y Goto, 1991- bitat de roca del mesolitoral las que aparecen con 1993; Hayward et al., 1998; Gofas et al., coord., mayor número (Mytilus galloprovincialis, Phorcus 2010), así como a nuestra colección comparativa de lineatus y los patélidos). El burgaíllo (Phorcus linea- referencia de restos malacológicos actuales (J.J. Can- tus) ha sido la especie con mayor grado de cuantifi- tillo, Universidad de Cádiz – Ayuntamiento de Ve- cación, con 8 ejemplares. jer). Se utiliza la base de datos CLEMAM (Check list of European marine mollusca), del Museo Nacional de Por su parte, la U.E. 2310 ha presentado un vo- Historia Natural de París para la denominación de los lumen de conchas menor que el anterior, con al me- taxones (http://www.somali.asso.fr/clemam/index. nos 4 bivalvos (66,7%) y 2 gasterópodos (33,3%). Al clemam.html, abril de 2014). igual que el estrato anterior, Mytilus gallopro incialis y Phorcus lineatus, cuyos hábitats se desarrollan en el En relación a la cuanti cación, para el cálculo de sustrato rocoso del mesolitoral, se presentan con ma- los restos de moluscos nos hemos basado en una se- yor frecuencia. Aquí también ha sido interesante el rie de índices de abundancia, cuya estimación se ha registro de un glicimérido de grandes proporciones efectuado a partir del NR, que expresa el número de (105 gr. de peso) visiblemente erosionado, por lo que restos totales por especies; y el NMI, que indica el nú- su presencia en el estrato puede ser accidental (Fig. mero mínimo de individuos por especies, y responde 4). El otro bivalvo, Chamelea gallina, del que tan sólo a la suma de partes anatómicas concretas. En el caso se ha documentado un individuo, habita en sustrato de los bivalvos se establece mediante el recuento de arenosos de ambientes estuarinos. valvas completas + valvas fragmentadas con charne- la + fragmentos charnelares (completos + anterior o En el caso de la U.E. 2311, descrita como el relleno posterior, el valor más alto). Para los gasterópodos es- de una fosa, el registro arqueomalacológico continua piralados se establece mediante la suma de individuos siendo bastante exiguo. Dos de las tres especies que completos + individuos fragmentados + fragmentos aparecen habitan en sustratos rocosos del intermareal

231               ...

Figura 3. Taxones identi cados, tanto de bivalvos marinos - Callista chione (A), Cerastoderma edule (B), Chamelea gallina (C), Glycymeris sp. (D), Mytilus gallopro incialis (E)- como de gasterópodos - Charonia lampas (F), Cymatium cutacea (G), Cymbula nigra (H), Phorcus lineatus (I), Patella caerulea (J), Patella ferruginea (K), Patella intermedia (L), Patella rustica (M), Patella ulyssiponensis (N), Stramonita haemastoma (O)-.

232 D B-C, R J -C, J  J C...

tadas de esta familia se han contabilizado un mínimo de 26 ejemplares, algunos de ellos con incrustaciones de balanos, caso de la Patella caerulea, o de serpúlidos, en la Patella intermedia.

Por último, la U.E. 2602, asociada al nivel de ocu- pación más reciente de esta fase, ha registrado 72 res- tos de un número mínimo de 44 individuos, entre los 16 bivalvos (36,4%) y los 28 gasterópodos (63,6%). Se aprecia una recolección de ambientes rocosos del meso- litoral, donde habitan las especies más representadas en este estrato (el gasterópodo Phorcus lineatus y el bivalvo Mytilus gallopro incialis).

Desde el punto de vista tafonómico, cabe destacar la aparición de algunos ejemplares con evidentes signos de Figura 4. Glycymeris sp. erosionado y recogido post-mortem (U.E. 2310). carboni cación, caso de Cymatium cutacea, junto a los patélidos, posiblemente como consecuencia de un pro- (Mytilus gallopro incialis y Cymbula nigra), de donde cesado de los moluscos previo a su consumo o bien por se pudo efectuar la recolección. En el caso de Charo- su contacto con las brasas, algo lógico por la gran can- nia lampas, utilizada en muchos casos como aerófonos, tidad de hogares y restos orgánicos termoalterados que aparece completa, por lo que parece su n debió ser el han aparecido en dicho nivel de ocupación. También bromatológico. cabe señalar la aparición de un glicimérido erosionado y con el umbo perforado, producto de una recogida del Por su parte, la U.E. 2505 ha sido la que ha presenta- mismo en la playa cuando el animal ya estaba muerto. do un mayor número de individuos: se han documen- tado 17 bivalvos (16,6%) y 85 gasterópodos (83,3%), para un total de 102 ejemplares. De este conjunto, los 3. Valoración y perspectivas provenientes de ambientes rocosos son los que presen- tan unos porcentajes mayores, como es el caso de Phor- Los restos presentados en este trabajo son exiguos, cus lineatus (17,6%) o los patélidos, de cuyo conjunto pero de gran interés al tratarse de las primeras evi- se han documentado al menos 63 ejemplares, entre los dencias de aprovechamiento de los recursos marinos 15 de Cymbula nigra (14,7%), los 11 de Patella inter- en esta zona costera de Tarifa entre los ss. XV y XVI. media (10,8%), los 10 de Patella ferruginea (9,8%), 9 Junto a los hallazgos ya citados en el área de la necró- de Patella sp. (8,8%), 7 de Patella caerulea (6,8%), los polis oriental baelonense fechados en época de Sancho 6 de Patella rustica (5,8%) y los 5 de Patella ulyssipo- IV -1284/1295- (García et al., 2014), los datos aquí nensis (4,9%). Cabe destacar desde el punto de vista presentados amplían la secuencia, al menos a época de tafonómico, por un lado, la presencia de un ejemplar Enrique IV (1471-1474) y quizás algo más tarde. Todo de Patella ferruginea con multitud de serpúlidos y ba- ello converge en proponer una ocupación de la zona lanos adheridos al margen dorsal de su concha; y por más importante de lo hasta ahora planteado en la bi- otro lado, un ejemplar de Glycymeris sp. con evidentes bliografía publicada. signos de erosión y umbo horadado, indicativo de una recogida post-mortem. En el conjunto de moluscos marinos estudiados de esta fase reciente se han identi cado un total de 19 En cuanto a la U.E. 2511, también ha presentado especies distintas (6 bivalvos y 13 gasterópodos). Esta un volumen de conchas importante en comparación amplia variabilidad taxonómica nos indica que la ex- con el registrado en otros estratos. Se han documenta- plotación no se centró en una determinada especie y do 77 restos de al menos 59 individuos, con más apor- ambiente marino determinados. Sin embargo, sí que tación de gasterópodos: un NMI de 47 (79,6%) frente se da una preferencia por los sustratos rocosos del in- a los 12 bivalvos (20,3%). Por especies, de nuevo los termareal, una zona de fácil accesibilidad en bajamar y burgaíllos y las lapas son las más recolectadas. En el para la cual la recolección de moluscos no necesita de caso de las últimas, entre todas las especies documen- grandes artilugios ni medios técnicos.

233               ...

Figura 5. Porcentaje del NMI entre bivalvos y gasterópodos (A), distribución por especies en base al NMI (B), y NMI por especies de la familia Patellidae (C).

234 D B-C, R J -C, J  J C...

Taxones U.E. 2308 U.E. 2310 U.E. 2311 Bivalvos marinos NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso Callista chione 3 2 37 ------Chamelea gallina - - - 1 1 3 - - - Glycymeris sp. 5 1 13 1 1 105 - - - Mytilus gallopro incialis 8 3 13 7 2 9 1 1 1 Total bivalvos 16 6 63 9 4 117 1 1 1 Gasterópodos NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso Charonia lampas ------1 1 67 Cymbula nigra ------1 1 18 Phorcus lineatus 8 8 30 2 2 7 - - - Patella ferruginea 3 2 27 ------Patella sp. 1 1 1 ------Total gasterópodos 12 11 58 2 2 7 2 2 85 TOTAL 28 17 121 11 6 124 3 3 86

Taxones U.E. 2505 U.E. 2511 U.E. 2602 General Bivalvos marinos NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso Callista chione 2 2 30 2 2 42 - - - 7 6 109 Cerastoderma edule 20 9 313 11 5 134 - - - 31 14 447 Chamelea gallina ------1 1 3 Glycymeris sp. 9 5 168 8 4 132 3 2 57 26 13 475 Mytilus gallopro incialis 2 1 12 - - - 41 14 51 59 19 84 Mytilus sp. ---111---111 Total bivalvos 33 17 523 22 12 309 44 16 108 125 54 1119 Gasterópodos NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso Charonia lampas 4 3 190 2 2 115 - - - 7 6 372 Cymbium olla ---115---115 Cymbula nigra 20 15 360 2 2 92 - - - 23 18 470 Cymatium cutacea ------2 2 18 2 2 18 Cymatium sp. ---118---118 Phorcus lineatus 18 18 92 15 13 59 16 16 79 59 57 267 Patella caerulea 7 7 37 3 3 30 4 4 18 14 14 85 Patella intermedia 11 11 87 12 12 102 - - - 23 23 189 Patella rustica 6 6 45 1 1 9 - - - 7 7 54 Patella ferruginea 13 10 207 5 5 65 7 6 86 28 23 385 Patella sp. 28 9 130 11 5 41 - - - 40 15 172 Patella ulyssiponensis 5 5 30 ------5 5 30 Stramonita haemastoma 1 1 22 2 2 27 - - - 3 3 49 Total gasterópodos 113 85 1200 55 47 553 29 28 201 213 175 2104 TOTAL 146 102 1723 77 59 862 73 44 309 338 229 3223

Tabla 1. Síntesis de los taxones documentados en las UU.EE. del Sondeo 23 (tabla superior) y de los Sondeos 25 y 26, junto a la valoración global (tabla inferior).

235               ...

Por especies hay un claro predominio de los paté- En lo que respecta a la interpretación del tipo de lidos, de los cuales destaca igualmente su variabilidad ocupación, los recientes hallazgos en el área oriental taxonómica, con hasta 7 especies distintas y un total de del yacimiento han sido relacionados con un posible 87 individuos. Le siguen en importancia los burgaíllos campamento militar castellano de época de Sancho (NMI=57) y los mejillones (NMI=19), todas ellas IV -1284/1295- (García et al., 2014). En nuestro caso especies de roca. La única especie de sustrato arenoso no es fácil realizar una interpretación funcional de los que ha sido objeto de cierta recolección es el bivalvo mismos, aunque la cantidad de recursos marinos docu- Cerastoderma edule, con 14 individuos. Este tipo de mentados –también ictiofaunas arqueológicas en los recolección de especies de ámbito rocoso hace pensar mismos contextos, en proceso de estudio actualmente- de nuevo en la intensa actividad de mariscadores, que nos hace pensar que quizás tengan que ver con las pes- debieron aprovechar los cercanos roquedales costeros, querías existentes en la zona tras la conquista cristiana. especialmente aquellos de la zona occidental de la ense- nada (Cabo Camarinal). La conquista de Tarifa se produjo en 1292, años des- pués de que la revuelta mudéjar obligara a cambiar la Desde el punto de vista tafonómico hemos de- política repobladora de Alfonso X hacia una modali- tectado una elevada fractura en especies frágiles, dad que transformó drásticamente la organización del fundamentalmente en Mytilus gallopro incialis y en territorio. La anterior estructura del poblamiento an- otras como la Glycymeris sp. En el primer caso, como dalusí, basada en un amplio número de explotaciones consecuencia de agentes antrópicos, como el pisoteo agropecuarias diseminadas, desapareció al tener que del nivel de ocupación o sedimentológicos –compre- exiliarse sus pobladores de forma masiva. Las exen- sión-; sin embargo, la causa más probable del elevado ciones tributarias y otros privilegios fomentados por grado de fracturación que presentan los gliciméridos la monarquía atrajeron sólo a un reducido número de se deba a agentes naturales. La presencia de algunos pobladores que dedicados, principalmente, a las acti- ejemplares con evidencias de su recolección post mor- vidades militares, se concentraron en las villas forti - tem podría a priori hacer pensar en la presencia de las cadas, dejando el resto del agro despoblado (Ladero y conchas en el yacimiento como resultado de procesos Gonzalez, 1977). No tenemos constancia de que esta naturales (maremoto o resultado de mareas vivas o situación variara hasta el primer cuarto del siglo XVI, temporales debido a la cercanía de la costa). No obs- momento en el que se generaron nuevas expectativas tante, su recuperación en niveles de clara génesis an- económicas al nalizar la Guerra con Granada y a an- trópica en la mayor parte de las ocasiones (rellenos de zarse el proceso de señorialización de la villa al recibir fosas) permite excluir dicha posibilidad. Fadrique Enríquez el título de Marqués de Tarifa en 1514 (Martín, 2009-2010). En general son restos de mediano o gran tamaño que debieron haber cumplido una función bromatoló- La información sobre la organización territorial del gica, algunos de los cuales, como los procedentes de la alfoz de Tarifa en momentos posteriores a la conquista U.E. 2602, fueron cocinados, ya que además de presen- es parca, ya que no se ha conservado el Libro de Repar- tar termoalteración, proceden de un nivel con fogatas, timiento. Los escasos documentos conocidos, entre los donde también se han documentado otros restos orgá- que destacan los pleitos sobre los límites de términos, nicos en similares condiciones. indican un predomino de la actividad ganadera. Jun- to a ésta, la explotación de los recursos marinos debió Respecto a la interpretación de los contextos de constituir uno de los principales revulsivos económi- hallazgo (fosas rellenas de desechos y niveles de aban- cos de esta zona, como ya lo fuera en época islámica dono) no resulta fácil saber si los mismos responden a (al-Idrisi y al-Zuhri citan la pesca de atunes en el Es- residuos de colectivos instalados de manera episódica y trecho). La llegada de nuevos pobladores no supuso puntual en esta zona de la ensenada o bien si se trata de un cambio en la explotación de los recursos marinos, la actividad de pescadores u otros colectivos artesana- como demuestra la pronta mención a las almadrabas de les. El mobiliario no es determinante en dicho sentido, Gibraltar en su carta-puebla, tan sólo un año después aunque la escasa entidad de las estructuras localizadas de que fuera conquistada. En 1299, Alfonso Pérez de (todas ellas negativas –y también similares a las que Guzmán, alcaide de Tarifa, obtuvo la explotación de la hemos indicado en el área de la necrópolis oriental, al almadraba de Conil. Ésta, junto a la de Zahara, serían otro lado del yacimiento-) hace pensar en una ocupa- las principales explotaciones de la casa de los Guzma- ción puntual y quizás estacional. nes que, al menos desde mediados del siglo XIV, aspiró

236 D B-C, R J -C, J  J C... a controlar en régimen de monopolio todas las alma- Gaditanum. Caracterización arqueológica, arqueo- drabas de la costa del reino de Sevilla (Ladero, 1993: zoológica y experimental de las conservas marinas”; y 346-347). Sin embargo, las referencias concretas a las del Proyecto General de Investigación “La economía pesquerías y almadrabas en el término de Tarifa son, marítima y las actividades haliéuticas en Baelo Clau- para esta época, muy difusas, con indicios de su existen- dia. Problemas de atribución funcional en el barrio cia desde el s. XIV (Martín, 2006: 134 y 140), y cla- meridional”, autorizado por la Consejería de Edu- ramente documentadas desde el siglo XV gracias a los cación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía pleitos que los Enríquez entablaron contra los Duques (2010-2015). de Medina Sidonia, para hacer valer su derecho a armar estas artes en la costa tarifeña (Martín, 2006: 139-141). Las probanzas de un expediente relacionado con este Referencias proceso permiten situar varios caladeros (Los Lançes, Zahara y Conil entre otros, Martín, 2006: 140), sin Arévalo, A. y Bernal, D., 2007. Las cetariae de Baelo embargo, no tenemos ninguna noticia de esta práctica, Claudia. Avance de las in estigaciones arqueológi- especí camente en la playa de Bolonia, hasta principios cas en el barrio meridional (2000-2004). Arqueo- del siglo XVIII, momento en el que Pérez de Colosía y logía Monografías, Sevilla. Sarriá (1991: 250-253) acreditan, a partir de la infor- mación contenida en las actas capitulares de Tarifa, una Bernal, D., Arévalo, A., Muñoz, A., Expósito, J.A., autorización regia para armar almadrabas en la ensena- Díaz, J.J., Lagóstena, J., Vargas, J.M., Lara, M., Mo- da. Aunque no hemos podido rastrear el origen de esta reno, E., Sáez, A.M., Bustamante, M., 2013: Las regalía y no contamos con documentación de archivo termas y el suburbium marítimo de Baelo Claudia. que determine el aprovechamiento bajomedieval de los Avance de un reciente descubrimiento. Onoba 1, recursos marinos en la ensenada de Bolonia, la ausencia, 115-152. hasta el momento, de estructuras medievales en el ya- cimiento, la concentración de las evidencias en la zona Bernal, D., Díaz., J.J., Expósito, J.A., 2014. Infor- aledaña a la playa y los restos de ictiofauna contenidos me y Memoria Final de Actividad Arqueológica en los depósitos analizados, nos permiten plantear, a Puntual. Termas Marítimas de Baelo Claudia. modo de hipótesis, la vinculación de la actividad rea- Original inédito depositado en la Delegación Te- lizada en este lugar con la pesca. Teniendo en cuenta la rritorial de la Consejería de Educación, Cultura cronología barajada por el contexto cerámico y numis- y Deporte de la Junta de Andalucía en Cádiz. mático, especialmente de los sondeos 23 y 26, el regis- tro arqueológico se data entre nales del siglo XV y la Bernal-Casasola, D., Expósito, J.Á., Díaz, J.J., Busta- primera mitad del siglo XVI, momento en el que Tarifa mante, M., Lara, M., Vargas, J.M., Jiménez-Ca- estuvo, mayoritariamente, bajo el control de los Enrí- mino, R., Calvo, M., Luaces, M., Pascual, M.A., quez. Los mismos pleitos llevados a cabo en el período Blanco, E., Hoyo, L., Retamosa, J.A., Durante, A., demuestran el interés de éstos en a anzar la actividad Muñoz, N., Bellido, A., 2015. Evidencias arqueoló- almadrabera en la costa tarifeña, que sin duda estaban gicas de desplomes paramentales traumáticos en las llevando a cabo, al margen de los Medina Sidonia. Termas Marítimas de Baelo Claudia. Reexiones arqueosismológicas. Cuaternario y Geomorfología Se trata ésta de una línea de investigación a desarro- 29 (1-2), 119-136. llar en el futuro, para la cual estos depósitos malacoló- gicos de época bajomedieval y moderna, documentados García, I., Prados, F., López, M., 2014. La ensenada en las excavaciones de Bolonia constituyen un sugerente de Bolonia (Tarifa, Cádiz) en tiempos de Sancho indicio, cuya horquilla cronológica probablemente ha- IV. El registro arqueológico medieval en el marco brá que matizar con nuevos datos en los próximos años. del proyecto MBC. Al Qantir 16, Tarifa, 234-238.

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238 Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos. Um modelo experimental para o estudo de perfurações em conchas arqueológicas

João Paulo Cabral1, Sérgio Monteiro-Rodrigues2

Resumo Estudaram-se conchas perfuradas naturalmente de Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum, Mytilus gallopro incialis, Nucella lapillus, Spisula solida e Spisula subtruncata. Observaram-se dois tipos fundamentais de orifícios de predação: Tipo I, de forma cilíndrica-cónica invertida e um diâmetro interno de 1,0-1,8 mm, presu- mivelmente causados por Muricidae; Tipo II, de forma abobadada invertida-parabólica e um diâmetro interno de 1,8-2,5 mm, presumivelmente causados por Naticidae. Ambos os tipos de orifícios apresentaram a superfície inter- na regular e lisa. As conchas de Mytilus gallopro incialis e de Nucella lapillus apresentaram predominantemente orifícios do Tipo I, sem localização preferencial. As conchas das restantes espécies apresentaram predominante- mente orifícios do Tipo II, localizados muito perto do lado dorsal, com alguns orifícios do Tipo I, dispersos pela superfície da concha. No laboratório perfuraram-se conchas de Donax vittatus, Mytilus gallopro incialis, Nucella lapillus e Spisula solida com furadores produzidos a partir de pequenas lascas e lâminas de sílex, recolhido em Cantanhede e em Rio Maior (Portugal), usando fundamentalmente a técnica de perfuração por rotação. Geralmente, os orifícios feitos com furadores foram maiores e de contorno mais irregular do que os orifícios de predação. Todavia, foi possível fazer orifícios quase tão pequenos como os de predação do Tipo I. Nenhum dos orifícios apresentou uma superfície interna tão regular e lisa como a observada nos orifícios de predação. Todos os orifícios apresentaram indícios do movimento rotativo feito com o furador, indispensável para uma perfuração efectiva. A forma e a dimensão dos orifícios feitos com os furadores dependeram mais da morfologia das respectivas extremidades activas, sempre va- riáveis entre diferentes furadores, do que do tipo de sílex ou da espécie de concha perfurada. Concluiu-se que, para as conchas e furadores usados, uma observação cuidada dos orifícios com grande am- pliação permite discernir, com pouca margem de erro, se se trata de um orifício de predação natural ou de um orifício feito com um furador de sílex usando perfuração por rotação. Discutem-se as implicações dos resultados para conchas perfuradas encontradas em contexto arqueológico. Palavras-chave: Moluscos, Conchas perfuradas, Perfurações naturais, Perfurações experimentais, Furadores de sílex.

1 Universidade do Porto, Faculdade de Ciências, Rua do Campo Alegre, s/n, 4169-007 Porto (Portugal). [email protected], [email protected]. 2 Universidade do Porto, Faculdade de Letras e Centro de Estudos em Arqueologia, Arte e Património (CEAAP), Via Panorâmica, s/n, 4150-564 Porto (Portugal), In estigador no projecto ATLANTMIDDENS (HAR2011- 29907-C03-01; IIIPC, Universidad de Cantabria, Espanha). [email protected].

241 Abstract We studied naturally perforated shells by predators of Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum, Mytilus galloprovincialis, Nucella lapillus, Spisula solida and Spisula subtruncata. Two main types of holes were ob- served: Type I, with an inverted cylindrical-conical shape and an inner diameter of 1.0-1.8 mm, presumably caused by Muricidae; Type II, with a domed inverted-parabolic shape and an inner diameter of 1.8-2.5 mm, presumably caused by Naticidae. Both types of holes had a regular and smooth inner surface. The shells ofMytilus galloprovin- cialis and Nucella lapillus showed predominantly Type I holes without preferential location. The shells of other species showed mainly Type II holes located very close to the dorsal side, with some Type I holes, dispersed over the surface of the shell. In the laboratory, shells of Donax vittatus, Mytilus galloprovincialis, Nucella lapillus and Spisula solida were dri- lled with awls made from small flint flakes and blades, using the technique of drilling by semicircular rotation. The flint was collected in Cantanhede and Rio Maior (Portugal). Generally, the holes made with awls were larger and more irregular in the outline than the holes of predation. However, it was possible to drill holes almost as small as Type I predation holes. None of the holes made with the awls had so regular and smooth inner surface as seen in the predation holes. All holes presented evidence of the rotating movement made by the awl, indispensable for effective drilling. The shape and dimension of the holes made with the awls depended more on the morphology of the extremities of the awls, always different among different awls, rather than the flint type or the shell species. It was concluded that, for the shells and awls studied, careful observation of the holes with high magnification, allows to discern, with little margin for error, if it is a natural predation hole or a hole made with a flint awl using drilling by rotation. The implications of the results for perforated shells found in archaeological context are dis- cussed. Keywords: Molluscs, Perforated shells, Natural perforations, Experimental perforations, Flint awls. JŠ P  C, S  M-R 

1. Introdução conspícuas (Tavares da Silva y Cabrita, 1966; Stiner, 1999, 2010; Vanhaeren y d’Errico, 2001, 2002; Ál- A maioria dos moluscos tem uma concha calcá- varez Fernández, 2002, 2006b; Chauviere, 2002; ria que serve de protecção contra predadores, mas Trubitt, 2003; d’Errico et al., 2005; Avezuela, 2010; existem moluscos capazes de perfurar a concha de Zilhão et. al., 2010; Avezuela Aristu y Álvarez Fer- outros moluscos. Dentro dos gastrópodes, os molus- nández, 2012; Cardoso y Dias Coelho, 2012) e estas cos perfurantes de conchas distribuem-se principal- perfurações têm sido comparadas com as obtidas mente pelas famílias Muricidae Ra nesque, 1815 e experimentalmente em conchas perfuradas com Naticidae Guilding, 1834 (Carriker, 1981). furadores líticos ou de osso (Chauviere, 2002; Van- haeren y d’Errico, 2002; Álvarez Fernández, 2006a; Em todas as regiões costeiras existem moluscos Avezuela, 2010). perfuradores de conchas. Conhecendo as espécies de moluscos perfuradores (Carriker, 1981; Kabat, Nas conchas perfuradas de moluscos arqueoló- 1990) e a fauna malacológica portuguesa (Macedo gicos, as perfurações são deliberadas, feitas pelo ho- et al., 1999), as principais espécies de moluscos que mem? Ou são conchas já perfuradas que são usadas podem ocorrer em Portugal continental, que têm pelo homem? São perfurações de predação ou orifí- a capacidade de perfurar conchas de moluscos de- cios de dani cação física? No intuito de contribuir verão ser as seguintes: 1. Família Muricidae Ra nes- para esclarecer estas questões, realizou-se um estudo que, 1815: Nucella lapillus (Linné 1758: Buccinum); morfométrico comparativo com conchas perfuradas Ocenebra erinaceus (Linné 1758: Murex). 2. Família por predadores e conchas perfuradas intencional- Naticidae Guilding, 1834: Euspira catena (da Costa mente com furadores de sílex confeccionados pelos 1778: Cochlea); Euspira fusca (de Blainville 1825: autores, semelhantes aos encontrados em contexto Natica); (Donovan 1804: Nerita). arqueológico. Orania fusulus (Brocchi 1814: Murex), da família Muricidae, é também um animal perfurante, mas é uma espécie do Mediterrâneo e a sua ocorrência em 2. Material e métodos Portugal é reduzida (Macedo et al., 1999 : 202). Estudaram-se conchas perfuradas por predação Relativamente ao habitat das espécies predado- de Chamelea striatula (da Costa 1778: Pectunculus), ras, Nucella lapillus vive geralmente em substratos Donax vittatus (da Costa 1778: Cuneus), Mactra rochosos na zona entre-marés, podendo ocasional- stultorum (Linné 1758: Cardium; sinónimo: Car- mente ocorrer a maiores profundidades (Cadée, dium corallinum Linné 1758), Mytilus gallopro in- 1968; Rolán Mosquera, 1984: 232-234, 1993: 79; cialis (Lamarck 1819), Nucella lapillus (Linné 1758: Davenport et al., 1998; Rovero et al., 1999). Oce- Buccinum), Spisula solida (Linné 1758: Cardium) e nebra erinaceus tanto vive em substratos rochosos Spisula subtruncata (da Costa 1778: Trigonella). na região entre-marés, como no infralitoral, tanto rochoso como arenoso (Cadée, 1968; Rolán Mos- Excepto algumas conchas de Mytilus gallopro- quera, 1984: 227-228, 1993: 79,80,91,92; Rolán vincialis (9 exemplares) que foram recolhidas vi- Mosquera y Otero-Schmitt, 1996: 89). As espécies vas (Ínsua, Caminha) quando se encontravam a ser de Euspira () vivem na região infralitoral perfuradas por Nucella lapillus, todas as restantes (Cadée, 1968; Rolán Mosquera, 1984: 213-215). foram recolhidas mortas nas seguintes praias do litoral de Portugal continental: Ínsua (Caminha); Os gastrópodes da família Muricidae causam per- Mindelo; A Ver-o-Mar; Boa Nova; Esmoriz; Ma- furações de secção cilíndrica-cónica invertida, no ceda; Costa de Caparica; Troia. Só foram utiliza- presente trabalho designadas de Tipo I, enquanto das as conchas que não mostravam sinais significa- os gastrópodes da família Naticidae causam perfu- tivos de erosão. rações de forma abobadada invertida-parabólica, aqui designadas de Tipo II (Kabat, 1990; Kowalews- No laboratório, as conchas de bivalves foram me- ki, 2004; Hauser et al., 2008). didas e os orifícios localizados de acordo com as va- riáveis apresentadas na Estampa 1. Nas conchas de Têm sido encontradas, em contexto arqueológi- Nucella lapillus não se efectuaram estas medições, em co, conchas de moluscos marinhos com perfurações virtude do reduzido número de exemplares estudados.

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Igualmente em laboratório perfuraram-se conchas quer com pequenos seixos de quartzito. A perfuração mortas de Chamelea striatula, Donax vittatus, Mytilus das conchas exigiu um movimento de rotação do fu- gallopro incialis, Nucella lapillus e Spisula solida com rador, para a frente e para trás, e uma certa pressão. A furadores produzidos a partir de lascas e lâminas de utilização desta técnica de perfuração decorreu do fac- sílex de Cantanhede e de Rio Maior. Confecciona- to de se ter pretendido produzir orifícios semelhantes ram-se também furadores em quartzo hialino e em aos que resultam da predação, de modo a que ambos quartzito, mas estas matérias-primas revelaram-se in- fossem susceptíveis de comparação. A técnica de per- adequadas para esta função, dado que a zona activa furação usada corresponde à técnica de «perfuração fracturava, não chegando a perfurar a concha. No de- por rotação» segundo a terminologia de Álvarez Fer- curso da perfuração as extremidades activas dos fura- nández (2006a) e de «perfuração por rotação semicir- dores tiveram de ser recorrentemente reavivadas. Em cular» segundo Avezuela (2010). todas as situações, os retoques foram realizados por pressão, quer com um punção de haste de cervídeo, O impacto do furador nas conchas, quer através de percussão directa, quer através de percussão indirecta com percutor brando (haste de cervídeo) não resulta- va em perfuração, mas antes em quebra da concha, fac- to também referido por Álvarez Fernández (2006a).

A técnica de perfuração por abrasão (Álvarez Fer- nández, 2006a; Avezuela, 2010), utilizando um seixo rolado de quartzito de grão grosseiro como abrasivo, em posição dormente, foi igualmente ensaiada. Toda- via, a elevada dureza das conchas dos bivalves tornou este procedimento extremamente custoso.

Os orifícios de predação e os orifícios causados pelos instrumentos de sílex foram observados com uma lupa binocular, geralmente com uma ampliação total de 20-40x. Os orifícios foram fotografados e, a partir das fotogra as digitais, calculados, para cada orifício interior (parte interior do orifício) e exterior (parte exterior do orifício), os comprimentos de dois eixos perpendiculares, usando como padrão para cali- bração, um micrómetro objectivo (Nikon) com 1 mm e o soware Autodesk Design Review 2013.

O diâmetro médio foi calculado como a média dos dois eixos perpendiculares. A circularidade do orifí- cio foi de nida como o quociente entre os dois eixos perpendiculares (menor/maior), em cada orifício. A Estampa 1. Esquema indicativo das variáveis usadas para abertura relativa do orifício foi determinada como o localizar os orifícios de predação e as dimensões das conchas quociente entre os diâmetros médios do orifício inte- estudadas de bivalves. Para as conchas de Chamelea striatula, rior e exterior. Donax vittatus, Mactra stultorum, Spisula solida, Spisula subtruncata: SL: comprimento; SH: altura; SLP: distância entre o orifício e a extremidade posterior; SLA: distância entre o orifício e a extremidade anterior; SHD: distância 3. Resultados entre o orifício e a extremidade dorsal; SHV: distância entre o orifício e a extremidade ventral. Para as conchas de No sentido de con rmar a identi cação dos ti- Mytilus gallopro incialis: SL: comprimento; SW: largura; pos de orifícios, capturámos alguns exemplares de SLD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal; SLV: distância entre o orifício e a extremidade ventral; SWP: Mytilus gallopro incialis no momento de perfuração distância entre o orifício e a extremidade posterior; SWA: por Nucella lapillus. Os orifícios (Estampa 2A), que distância entre o orifício e a extremidade anterior. classi cámos como do Tipo I, são morfologicamente

244 JŠ P  C, S  M-R  muito semelhantes aos que Kowalewski (2004) apre- dimensões superiores ao do tipo I. São morfologica- senta para as perfurações feitas por Nucella lamellosa mente muito semelhantes aos observados por Chiba em Mytilus trossulus. Os orifícios apresentam uma y Sato (2012) em conchas de Ruditapes philippina- forma cilíndrica-cónica invertida. rum perfuradas por Euspira fortunei.

Os orifícios que classi cámos como do Tipo II Nas conchas de bivalves de fundos arenosos (Estampa 2B), tipicamente causados por Naticidae, (Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stul- têm uma forma abobadada invertida-parabólica e de torum, Spisula solida e Spisula subtruncata) obser- vámos os dois tipos de orifícios, mas os dos Tipo I eram muito menos numerosos do que os do Tipo II (uadro I). Nas conchas dos moluscos de substrato rochoso da região entre-marés (Mytilus gallopro in- cialis e Nucella lapillus) só observámos orifícios do Tipo I (uadro I).

Os dados morfométricos dos orifícios de predação estudados apresentam-se no uadro I. O número de exemplares estudados variou bastante entre as diver- sas espécies, mas reectiu a abundância destas espé- cies nas praias amostradas.

As dimensões dos orifícios variaram entre as espé- cies, mas os do Tipo I eram sempre menores do que os do Tipo II. Tanto o orifício interior como o exterior demonstraram ser quase perfeitamente circulares. O orifício interior era geralmente 80% mais pequeno do que o exterior.

Relativamente à perfuração de conchas com uten- sílios de sílex, importa referir que não foi possível perfurar as de Chamelea striatula, dado que todas se partiram.

Estampa 2. Exemplos representativos de orifícios de predação do Tipo I (A) e do Tipo II (B). A. Orifício causado por Nucella lapillus (Muricidae) num mexilhão. Mexilhão capturado no momento de ser perfurado. Os orifícios deste tipo têm uma forma cilíndrica-cónica invertida. Estampa 3. Exemplos de furadores usados no presente B. Orifício do Tipo II numa concha morta de Chamelea trabalho, fotografados depois de utilizados em várias striatula, causado presumivelmente por uma espécie de perfurações. Ambos os furadores foram feitos com sílex de Euspira (Naticidae). Este tipo de orifício apresenta uma forma Rio Maior. A seta indica a extremidade activa usada para abobadada invertida-parabólica. Escala, 1 mm. perfurar. Escala, 1 cm.

245 O  •Š      ... largura) (Mytilus: (Mytilus: (média % (média % SHD/SH SHD/SH SWP/SW) NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA SLP/SL SLP/SL (Mytilus: (Mytilus: SLD/SL) (média % (média % comprimento) orifício exterior Orifício Orifício Orifício interior/ Abertura relativa do do relativa Circularidade Orifício exterior Orifício (mm) médio Diâmetro Diâmetro Circularidade Orifício interior Orifício 1,31 0,96 1,67 0,99 0,78 0,51 0,33 1,40 0,96 1,70 0,95 0,82 0,43 0,24 2,10 0,91 2,37 0,95 0,89 2,05 0,95 2,28 0,93 0,90 0,99 0,93 1,22 0,95 0,81 0,45 0,53 1,06 0,93 1,77 0,95 0,60 ND ND 1,67 0,91 2,74 0,87 0,61 2,18 0,89 3,32 0,94 0,63 1,10 0,91 1,33 0,94 0,82 ND ND 1,85 0,92 2,68 0,95 0,69 2,37 0,93 3,29 0,95 0,71 1,82 0,95 2,41 0,97 0,75 0,48 0,14 2,26 0,94 2,89 0,97 0,77 2,40 0,93 3,50 0,94 0,68 1,39 0,95 1,78 0,97 0,79 0,55 0,51 (mm) médio Diâmetro Diâmetro I I I I I I I NA NA NA NA NA NA NA NA Tipo Orifício Orifício 3 8 7 9 7 8 7 6 6 6 5 N 30 II 1,99 0,89 2,64 0,93 0,75 0,50 0,09 36 15 II 2,51 0,93 3,04 0,95 0,82 0,50 0,06 14 31 II 2,34 0,92 2,99 0,96 0,78 0,48 0,09 15 136 II 1,75 0,92 2,14 0,96 0,82 0,42 0,17 453 101 II 2,08 0,92 2,80 0,95 0,74 0,54 0,09 : SL: comprimento; SH: altura; SLP: distância entre o orifício e a extremidade posterior; SHD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal. Para as as dorsal. Para e a extremidade o orifício SHD: posterior; entre distância e a extremidade o orifício SH: altura; SLP: entre : SL: distância comprimento; natural natural natural natural natural natural natural natural natural natural natural Tipo de orifício Tipo silex de Rio silex Maior silex de Rio silex Maior silex de Rio silex Maior silex de Rio silex Maior silex de Cantanhede silex silex de Cantanhede silex silex de Cantanhede silex silex de Cantanhede silex natural (espécimes vivos) (espécimes natural : SL: comprimento; SW: largura; SLD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal; SWP: distância entre o orifício e a extremidade posterior. NA, NA, posterior. e a extremidade o orifício dorsal; entre SWP: distância e a extremidade largura; o orifício SLD: SW: entre distância : SL: comprimento; gallopro incialis Mytilus Espécie Chamelea Chamelea striatula Donax vittatus Mactra stultorum Mactra Mytilus Mytilus gallopro incialis Nucella lapillus Nucella Spisula solida Spisula Spisula subtruncata , stultorum striatula, Mactra Donax vittatus, de Chamelea as conchas de sílex. furadores com Para feitos e dos orifícios de predação dos orifícios morfométrica I. Caracterização uadro Spisula solida, Spisula subtruncata conchas de conchas não aplicável; ND, não determinado; N, número de exemplares. número N, determinado; não ND, aplicável; não

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os de predação do Tipo I. Os orifícios mais estrei- tos feitos com furadores de sílex tinham 1,1 mm de diâmetro interno. Os orifícios naturais de predação mais estreitos foram os de Tipo I em Mytilus gallo- provincialis com 0,99 de diâmetro interno médio (Quadro I). Da bibliografia consultada, a grande maioria dos orifícios descritos em conchas arqueo- lógicas são muito maiores (Vanhaeren y d’Errico, 2001, 2002; Chauviere, 2002). Segundo Vanhae- ren y d’Errico (2002) a perfuração com recurso a furador em osso pode também originar orifícios de reduzida dimensão. No entanto, estes orifícios são sempre maiores que os de predação e, sobretudo, muito mais irregulares.

Nenhum dos orifícios feitos com furadores de sí- lex apresentou uma superfície interna tão lisa e regu- lar como a observada nos orifícios de predação. To- Estampa 4. Exemplos representativos de orifícios feitos dos os orifícios apresentaram indícios do movimento com furadores confeccionados com sílex de Rio Maior, em conchas de Donax vitattus (A), Mytilus gallopro incialis (B), rotativo feito com o furador, indispensável para uma Nucella lapillus (C) e Spisula solida (D). Os orifícios têm um perfuração efectiva. contorno mais irregular do que os de predação (ver Estampa 2) e apresentam marcas nítidas de abrasão, resultantes do Em termos gerais, constatou-se que a forma e a movimento do furador, para a frente e para trás. Escala, 1 mm. dimensão dos orifícios feitos com os furadores de- penderam mais da morfologia da extremidade activa Nas conchas que foi possível perfurar, as quatro es- do próprio furador, sempre variável entre diferentes pécies estudadas revelaram diversos comportamentos. furadores, do que do tipo de sílex ou da espécie de As conchas de Donax vittatus partiam-se facilmente. concha perfurada. As conchas de Nucella lapillus foram as mais fáceis de perfurar. As conchas de Mytilus gallopro incialis eram A característica mais distintiva dos orifícios feitos inicialmente difíceis de perfurar, mas depois de atin- com furadores líticos era a superfície interna, com gida uma certa profundidade, a perfuração tornava-se marcas nítidas de abrasão (Estampa 4), resultantes do mais fácil. Comportamento distinto deste revelaram as movimento rotativo, para a frente e para trás, feito conchas de Spisula solida que, depois de uma fase ini- com o furador. cial de perfuração rápida, se tornavam muito difíceis de perfurar. Estes comportamentos diversos estão muito possivelmente relacionados com a composição e orga- 4. Discussão nização interna das conchas estudadas. Os tipos de orifícios de predação que observámos Alguns exemplos representativos de furadores e de nas conchas estudadas estão de acordo com a biblio- orifícios feitos com estes instrumentos estão nas Es- gra a publicada (Cadée, 1968; Carriker, 1981; Ro- tampas 3 e 4 e os valores morfométricos no uadro I. lán Mosquera, 1984; Kabat, 1990; Rolán Mosquera y Otero-Schmitt, 1996): as espécies que vivem em fun- Todos os orifícios feitos com furadores de sílex dos com areia, cascalho ou lama (Chamelea striatula; através de rotação semicircular revelaram um con- Donax vittatus; Mactra stultorum; Spisula solida; Spi- torno mais irregular do que os orifícios de predação sula subtruncata) podem ser perfuradas pelas espécies (Estampa 4), apesar de em termos médios, serem rela- de Euspira, mas também, em menor grau, por Ocene- tivamente circulares (uadro I). bra erinaceus ou ocasionalmente por Nucella lapillus; as espécies que vivem sobretudo em fundos rochosos, Os orifícios feitos com furadores de sílex eram na região entre-marés (Mytilus gallopro incialis e Nu- geralmente maiores do que os orifícios naturais, mas cella lapillus) podem ser perfuradas por Nucella lapi- foi possível fazer orifícios quase tão pequenos como llus ou Ocenebra erinaceus.

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De acordo com a bibliogra a, nos Muricidae, não se perfuradas de Littorina obtusata exumadas na gruta do conhece o que determina o sítio exacto da perfuração, Caldeirão. Tanto quanto é possível apurar pela gura que pode ocorrer em qualquer local da concha. Nos 10-15 (g,i), os orifícios são aparentados com os obti- Naticidae, quando o predador detecta a presa, escava dos no presente trabalho, usando instrumentos líticos rapidamente o substrato para chegar até si. No processo aplicados com um movimento rotativo. Existe contudo de captura das presas excretam grandes quantidades de a possibilidade de orifícios irregulares feitos por perfu- muco que serve para se xarem à vítima. O sítio da per- ração directa serem posteriormente regularizados usan- furação depende da forma como a vítima é agarrada e do um instrumento lítico, possibilidade aliás referida localiza-se numa determinada região de uma das valvas por aqueles dois investigadores. (Carriker, 1969, 1981; Kabat, 1990; Davenport et al., 1998; Rovero et al., 1999; Ishida, 2004; Kowalewski, Comparando os orifícios naturais de predação com 2004). As observações que realizámos no presente tra- os realizados com furadores de sílex, constata-se que balho relativamente os orifícios do Tipo I estão de acor- uma observação cuidada à lupa dos orifícios permite do com a bibliogra a. Em todas as conchas, os orifícios discernir, com pouca margem de erro, se se trata de um apresentaram-se dispersos na concha, aparentemente ao orifício de predação natural ou de um orifício feito com acaso, e desta forma os valores médios das variáveis SLP um furador de sílex. (distância entre o orifício e a extremidade posterior da concha) / SL (comprimento da concha) e SHD (distân- Estas conclusões não devem ser directamente extra- cia entre o orifício e a extremidade dorsal da concha) / poladas para conchas perfuradas encontradas em con- SH (altura da concha) situaram-se geralmente perto de texto arqueológico por razões várias, nomeadamente 0,5 (uadro I). Relativamente aos orifícios do Tipo as seguintes: 1. As conchas encontradas em estruturas II, presumivelmente causados por Naticidae, localiza- arqueológicas podem ter estado enterradas durante lar- vam-se sempre perto do umbo (lado dorsal), e assim o gos períodos de tempo. Dependendo, por exemplo, do valor médio da variável SHD (distância entre o orifí- pH do solo, pode ocorrer uma certa erosão química da cio e a extremidade dorsal da concha) / SH (altura da concha. Podemos antever que em solos ácidos, a concha concha) era muito baixo. Estes resultados contribuem se vá dissolvendo e os detalhes das estruturas perden- para um melhor conhecimento do mecanismo de pre- do. Conchas encontradas em contextos arqueológicos dação das Euspira. que possam ter sido perfuradas com instrumentos líti- cos semelhantes aos usados no presente trabalho e de Os orifícios feitos com furadores de sílex, usando um forma análoga, podem assim não ter uma morfologia movimento rotativo para a frente e para trás, apresen- semelhante à que observámos. 2. As conchas perfuradas tavam uma forma aproximadamente circular e vestígios encontradas em contexto arqueológico podem ter sido de abrasão na sua superfície interna. Usando este tipo usadas para nalidades diversas. Este uso, cuja natureza de perfuração, Álvarez Fernández (2006a) e Avezuela di cilmente conheceremos com certeza, pode resultar (2010) também referiram a formação de orifícios circu- em desgaste, uniforme ou localizado. As superfícies in- lares e a existência de marcas (estrias segundo Avezuela, ternas dos orifícios, inicialmente rugosas (se as conchas 2010) deixadas pelo movimento rotativo do furador. foram perfuradas com furadores análogos aos que usá- mos neste trabalho), podem apresentar-se alisadas, por Em trabalhos publicados em que são mencionadas exemplo, se aqueles tiverem sido usados para suspensão. situações nas quais os furadores foram batidos contra a concha por percussão directa ou por pressão (Chauvie- O esclarecimento destas questões demanda mais ex- re, 2002; Vanhaeren y D’Errico, 2002; Álvarez Fernán- perimentação, para a qual se sugerem alguns tópicos, dez, 2006a), os orifícios apresentados são muito irregu- como o estudo da erosão química de conchas perfura- lares e totalmente distintos dos que se observaram no das com furadores pela acção de condições de acidez e presente trabalho. o estudo da perfuração com furadores em osso e metáli- cos de morfologia variável. Têm sido divulgadas muitas conchas de moluscos perfuradas encontradas em contexto arqueológico. Todavia, na grande maioria dos casos, as imagens pu- 5. Conclusões blicadas não têm pormenor su ciente para que as pos- samos comparar com as descritas no presente trabalho. Para as espécies de conchas estudadas e para os fura- Vanhaeren y D’Errico (2002) descreveram as conchas dores de sílex do tipo empregue, uma observação cui-

248 JŠ P  C, S  M-R  dada dos orifícios à lupa permite saber com con ança ti ed settlement at Outeiro Redondo (Sesimbra): se se trata de um orifício de predação natural ou de um collection strategies used by a sedentary commu- orifício feito com um furador de sílex usando um movi- nity from the 3rd millenium BC on the Portuguese mento rotativo de perfuração. coast. Zephyrus 70, 85-111.

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