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Dante Alejandro Romero Gil Coordinador editorial

Shantal Lizbeth Flores Ábrego Editora de contenido

Nicolás Reyes Alegre Pacheco Jefe de redacción

Amaranta Gálvez Rigonni Diseño editorial

Luis Fernando Morales Santillán Coordinador de medios

Juan Armando Sánchez Mendoza Edición de fotografía y vídeo

Ilustración de portada Nicolás Reyes Alegre Pacheco

Ilustración de interiores Amaranta Gálvez Rigonni

CONTACTO: [email protected] Visita Revista Enchiridion

Playlist sugerida aquí. ÍNDICE

Adiós, hombre estrella Luis F. Morales (2) David Robert Jones y el descenso de un alienígena a la Tierra: contexto histórico y social Diego Alonso López López (5) 81, where are we know? Lorena Contreras Ilustración: Aurora Vizcaíno Ruiz (16 - 17) : de disco en disco Luis F. Morales (18) Adiós, hombre estrella

This way or no way You know I’ll be free Just like that bluebird Now, ain’t that just like me?

Adiós, hombre estrella. Camaleón del rock, la moda y el arte en casi todas sus formas posibles. Poeta y creador de personajes. Filósofo y amante, misterio- so y bello transgresor.

Adiós, superhombre.

Hace 3 años el mundo se estremeció ante la noticia que estaba secretamente anunciada en Blackstar. A los dos días de su cumpleaños número 68 y del lan- zamiento del disco, había muerto. El productor de casi toda su discografía, Toni Visconti, se dió cuenta de lo que estaba haciendo mientras grababan y le dijo –Astuto bastardo, estás haciendo un disco de despedida. David creía tener unos meses más de vida, pues se encontraba planeando nuevas canciones. Incluso frente a la muerte logró hacer lo habitual: revolu- cionar siendo un enigma.

Mi primer contacto con Bowie fue escuchando el Tributo de Queen a Freddie Mercury, la canción Under Pressure con Annie Lennox. Mi papá –que en rea- lidad es fan de Queen– nos dijo que se trataba de alguien muy extraño, pero sin duda un genio. Yo le pregunté qué lo hacía extraño, a lo que me respondió que era alguien muy extravagante, pero que nunca había checado sus letras. ¿A qué se refería con estas palabras?

Un día caminando en la calle Guerrero volteé hacía adentro de un ba- zar y vi un disco de acetato: , por sólo $80. Tiempo después, descargué su discografía: existía este disco que con- juntaba todos los sencillos y, desde entonces, me volvía loco con la rola

2 Fashion, por lo pegajosa y bailable que era, pero también con esa guitarra salvaje de .

Algo maravilloso de David es que cada persona lo ha conocido de diferente manera, gracias a que siempre se encontraba expandiéndose por la cultura, así fuera por decisión propia buscando coolaborar con los artistas que res- petaba, actuando en alguna película o por decisión de alguien más, siendo incluido en algún soundtrack. También está quien lo conoce solamente por Let’s Dance –canción que tiene cansado a su servidor, ya que existe una infi- nidad de composiciones que son mucho más bailables–.

Gracias a aquella curiosidad me terminé embarcando en una maravillosa tra- vesía por su trabajo. Al día de hoy me encuentro entre los discos número 13 y 14, Lodger y Scary Monsters (And Super Creeps), de los 25 que el camaleónico rockero grabó durante toda su vida. Cuenta la leyenda que Scary Monsters es su última obra maestra, pues después David optó por un sonido más co- mercial y se perdió un poco en los 80’s con resultados comerciales asombro- sos pero sin poder sacar un disco que volviera a ser un trabajo completo y vanguardista. Esto hasta su asombroso regreso con y su triste despedida en Blackstar. También puedo decir que me adelanté a escuchar 1. Outside (1995), el cual es una joya escondida donde David, en su reunión con , consigue un sonido más electrónico y atmosferas totalmente perturbadoras.

Esta misma curiosidad me ha convertido en un amplio conocedor del famoso hombre estrella. Por eso mismo el siempresabio cuerpo creativo de la Revista Enchiridion me eligió para la tarea de realizar una introducción a este pe- queño homenaje que le tenemos a Bowie este año, con un ensayo, una ilus- tración, un poemita y un rápido recorrido a través de los primeros 14 discos, además del GIF que se rifó el Nico Rico en un sólo día. Cabe mencionar que los queremos seguir invitando para que manden más material para postearlo en años venideros y poder hacer de esto una costumbre.

El ensayo de Diego Alonso López se encargará de contarles el contexto his- tórico y social de David Robert Jones –nombre original de David Bowie–.

3 En el poema de Lorena Contreras encontraremos algunas referencias a la trilogía de Berlín y a una rola de The Next Day, donde nos invita a reflexio- nar dónde estamos y si seguimos siendo heroes. Después yo les ofreceré un recorrido de los discos y personajes creados por David hasta donde he po- dido presenciar, sintiendo que es el tributo correcto para lograr explicar sus motivaciones, sus ideas y su evolución a través de los periodos de su vida. Al final encontrarán la ilustración de Aurora Vizcaíno Ruiz, donde reinterpreta a Bowie en un estilo griego y lo sitúa en las estrellas.

He reflexionado en lo suertudos que somos al haber nacido en la misma época que David Bowie. Aunque no podamos asistir a ninguno de sus épicos espec- táculos vivimos el resultado de su vida en nuestra sociedad. Nos leemos más abajo.

Luis F. Morales

4 David Robert Jones y el descenso de un alienígena a la Tierra1: contexto histórico y social

En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad. Schopenhauer

Hablar de Bowie y su trayectoria es todo un reto que conlleva mirar diferen- tes aristas del mundo artístico y cultural que en los últimos cincuenta años han participado e influido para conformar el mundo tal y como lo conocemos. El transcurrir de los hechos, fenómenos sociales trascendentes, acompañado mediante la naturaleza música; ha sido una de las vías de expresión y distin- tivos humanos esenciales que ha establecido corrientes importantes de pen- samiento a través del tiempo.

Mi misión es compartir a lo largo del texto datos muy puntuales sobre el con- texto histórico y social que llevó a esta figura de estrellas lejanas a trazar su sendero en este planeta llamado Tierra.

La música Rock ha sido uno de los géneros musicales más sobresalientes del siglo XX, popularizándose de distintas maneras en muchas sociedades a nivel global gracias a su intensidad rítmica y proyección transgresora. Producto de una sociedad en constante cambio y movimiento, el Rock ha establecido a lo largo de varias décadas (desde mediados del siglo pasado) diferentes corrien- tes ideológicas y dinámicas sociales, donde el entorno musical ha sido la ban- dera impulsora de nuevos horizontes colmados de composición y producción artística. Cada uno de ellos basado en preceptos, esquemas e innovaciones que han dejado otros exponentes musicales, ampliándose a nuevas direccio- nes, géneros, variantes y sub-estilos que convierten el aspecto sonoro en algo único y significativo para los músicos, compositores y adscritos a este arte.

1. Conferencia presentada en Fonoteca Nacional de México: David Bowie “Cultura y Contracultura” Febrero 10, 2016. 5 Preguntamos de manera general ¿cómo surgió esta importante figura del Rock Pop mundial? y ¿de qué manera el contexto histórico social, político y económico influyó en la forma de ser de David Robert Jones además de ¿qué partes del mismo participaron en mayor medida para conformar y concebir un hombre diferente que devino en el ser autollamado David Bowie?

Contextualizamos rápidamente. El género Rock se consolida al despuntar la década de los cincuenta del siglo XX en los Estados Unidos. Proviene de una vasta corriente cultural de música tradicional negra, tomando su base rítmica y estilos de ejecuciones músico-vocales. Construye así, una nueva propuesta que expresa y distingue a las clases marginadas de aquella época mediante el sonido del Blues, el Swing, el Gospel y el Rhythm And Blues. El nombrado rey del Rock blanco, , cambió el esquema hacía una nueva dirección: introdujo una particular forma de interpretación matizada con movimientos corporales sugerentes, convocó a la generación de jóvenes escuchas mediante el lema Rock and Roll. En este sentido, cito a Federico Rubli: “… representó un auténtico mestizaje cultural. El Rock and Roll dejó la connotación de raza y comenzó a ser interpretado y creado por blancos por igual” (Rubli, 2007:50) El resto es historia.

Estos fenómenos tomaron su forma en el espacio y tiempo; hicieron que la música reflejara parte de lo acontecido y en ocasiones por acontecer en los tiempos venideros. David Bowie es un ejemplo trascendente, ya que durante cincuenta años ha sido un ícono de la cultura popular en muchos de los tópi- cos que se abordan a lo largo de este homenaje. Continuamos con los siguien- tes apartados de nuestro contexto.

Nos situamos en el continente europeo, en un Londres abatido aún por los estragos de la guerra. La familia de Bowie es parte de una generación afecta- da por la rudeza del periodo bélico. Habría que colocarse en los zapatos…, o difícilmente podríamos los aquí presentes, colocarnos en los zapatos de aque- llas familias que en el Londres de 1940-41, estuvieron al filo de la navaja confiándose a la suerte y al milagro de no ser alcanzados por la metralla o morir aplastados en los edificios. Necesariamente esa circunstancia tuvo que haber influido en el ánimo y en los caminos de vida que tomó el protagonista

6 de esta historia.

En aquél ambiente de posguerra, el clima era desolador para la gran mayoría de la población, sobre todo para las nuevas generaciones de jóvenes como Da- vid Jones. Un vecino del barrio en el que vivía comentó al respecto: “Londres en los cuarenta era el peor lugar y el peor momento para que un niño creciera y se desarrollara”.2

Hay pocos datos sobre el ambiente familiar en el que vivió Bowie. No obstan- te, podemos imaginar a familias que con pocos recursos aspiraban a vivir con más satisfactores. En efecto, el artista que nos ocupa era de clase media baja, los padres de David tenían que ganarse el pan de cada día para sustentar a su familia: Margaret Mary Burns era camarera y acomodadora en un cine, mientras que su padre Haywood Stenton Jones no tenía un trabajo estable y se dedicaba a promocionar una organización benéfica dedicada a niños y jó- venes. En ese contexto de posguerra que no auguraba un futuro prometedor, nace un 8 de enero de 1947, David Robert Jones, quien fuera reconocido a la corta edad de seis años como un niño prodigio y superdotado en su barrio y en el colegio Stockwell, así mismo en la Burnt Ash Junior School donde hizo estudios.

Desde la pubertad, David Jones pasó aquellos primeros años de su vida vi- sitando el barrio de Beckenham para acercarse y conocer la música de corte americano. Su hermanastro Terry que sufría de esquizofrenia lo introdujo al mundo del , ritmo al que con furor se acercó David; además de la in- fluencia directa de su padre quien le obsequió en 1961 su primer instrumento musical: un saxofón. En su adolescencia Bowie se acercó a músicos como Little Richard, Elvis, Tommy Steele y Anthony Newley. Ellos fueron la pri- mera inspiración musical y actoral para un adolescente inquieto, inquisitivo, curioso; gestando un afán de búsqueda para nuevas fórmulas y nuevos esque- mas musicales y no musicales.

A sus quince años de edad ocurriría uno de los eventos que englobarían la imagen de David Jones y el principio de su simbolismo camaleónico: su

2. http://www.geni.com/people/David-Bowie 7 mirada bicolor; producto de un puñetazo de anillo, directo a su ojo izquierdo, ejecutado por su amigo George Underwood causándole anisocoria (dilatación permanente de la pupila), riña causada por el ligue y flirteo de una chica que a ambos les gustaba. Hecho que no rompió ni mermó su amistad, sino al contrario, fue el comienzo de la aventura y experimentación de toda aque- lla oleada musical estadounidense de raíces negras que al ritmo de Blues, Rhythm and Blues y Rock conformó esa mirada enigmática, única, intere- sante y particular que lo caracterizaría a lo largo de su vida.

Mientras que nuestro querido artista crecía, aprendía y se alimentaba de todo lo que encontraba a su paso. En Estados Unidos, durante la década de 1950, se desarrollaba una gran revolución literaria y contracultural coman- dada por la Generación Beat. Producto del ambiente en el que se vivía, se tuvo la gran necesidad de expresar y manifestar todo aquello que la juventud sentía en aquél tiempo, rompiendo y transgrediendo toda regla hegemónica y conservadora establecida por la generación que había hecho la guerra. El término “Beat” en sí, tuvo varios significados que hacían referencia a aquella melancolía proveniente del ambiente sonoro que otorgaba el Jazz, el consu- mo y experimentación de las drogas y sobre todo, una generación juvenil que se sentía derrotada, engañada, traicionada, harta y cansada de la sociedad y de las cosas. Asentado por Clellon Holmes en la primera novela sobre los beatniks, Go en 1952, donde Jack Kerouac exclamó: “una especie de ya no poder más y una fatiga de todas las formas, todas las convenciones del mun- do…” y por otro lado Cassady hacía referencia a una beatificación del alma misma (Agustín, 2007:23).

De esta manera, podemos decir que la contracultura es definida como una “cultura en oposición” y por ende una propuesta de vida alternativa, una forma de pensar y vivir, un modo de existencia que rompía con los valores imperantes del siglo XX (Fernández, 2013: capítulo Love Revolution en la Puerta del Sol). Podemos entenderla también como “una serie de movimien- tos y expresiones culturales, usualmente juveniles, colectivos, que rebasan, rechazan, se marginan, se enfrentan o trascienden la cultura institucional” (Agustín, 2007:129).

8 Estos enunciados quedaron inmortalizados en los manifiestos de los gurús Allen Ginsberg y su poema Aullido; Jack Kerouac con On The Road, Neal Cassady haciendo aparición en los escritos de los anteriores y en The Elec- tric Kool-Aid Acid Test de Tom Wolfe; y el ya veterano William Burroughs (Yonqui, Naked Lunch) al que Bowie conoció personalmente en 1974, siendo una inspiración directa para el concepto Ziggy Stardust y los cortes de esce- na literario-surrealista que imaginó para su teatralidad y performance visto en cuarenta escenas distintas en las que expresaran diferentes cosas.

Así, los beatniks fueron el fundamento artístico y teórico para el movimiento contracultural Hippie en Gran Bretaña y la culminación del género musical Rock. Con un sentido de sensibilidad más profundo y revisionista, se renovó el espíritu artístico, se revolucionó la forma en cómo debía interpretarse el Rock, tomando como nuevo eje esta faceta contracultural. Por otro lado; una noción de derecho y legitimidad característica del Rock que procedía en buena parte del respaldo general masivo. Un respaldo que hizo creer tanto a los músicos como a sus fans que en serio podían “revolucionar” y cambiar el mundo (Frith, 2001:191). ¡Y lo pudieron lograr! Hicieron impacto, encau- zaron la liberación sexual, la liberación de la mujer, la experimentación con las drogas para el encuentro de sí mismos, y en general concientizaron a la sociedad conservadora.

El concepto de contracultura también revela las reacciones de la generación de los años sesenta en Occidente, caracterizada por el enfrentamiento a la figura parental y a los valores imperantes de la época, reflejado en clásicos teóricos de la contracultura como Herbert Marcuse o Theodore Roszak. El primero la denotaba como una constante de la libertad, producto de una alie- nación del hombre en reprimir sus instintos y su placer, además de la escasez de medios, la necesidad de trabajar y la lucha por la supervivencia (Savater, De Villena, 1989:94). Roszak por su parte lo definiría básicamente como “a lo que está emergiendo del mundo de los jóvenes” (Roszak, 1981:57).

Ante esa falta de oportunidades y desarrollo, la juventud emerge abandera- da por la música. Elemento de oración que promulgó la creación de muchas de las corrientes de contracultura que conocemos hoy en día. Esta rebelión

9 estudiantil en palabras de Hobsbawn (1998: 288), movilizó a un sector mino- ritario concreto de la población hasta entonces apenas reconocido dentro de la vida pública, y ajeno en gran parte a la economía, salvo como compra- dores de grabaciones de Rock: la juventud.

Bowie estaba consciente de las diversas corrientes ideológicas y sociales por las que atravesaba su país. A sus 17 años se convierte en la primera persona en establecer la Sociedad para la Prevención de Crueldad contra los Hombres de Pelo Largo. Manifiesto rebelde que causó gran impresión entre la sociedad conservadora londinense y gran apoyo entre los jóvenes de aquél tiempo.

En ese entonces David se hallaba en la búsqueda de su propia identidad mu- sical y personal, recorriendo todos los estilos musicales de sus antecesores y contemporáneos, pasando por el Rock and Roll, el Jazz y el Rhythm and Blues. Conformando con su amigo George Underwood proyectos tales como: The Konrads (1962), The Hooker Brothers (1963), Dave´s Reds and Blues (1963), The King Bees (1964), The Manish Boys (1965), The Lower Third (1965), The Buzz (1966), The Riot Squad (1967), Pierrot In Turquoise (1968) y Feathers (1968). Jones adquiere en aquellos años su primer nombre artísti- co: “Dave Jay”. Posteriormente lo reemplaza por “Bowie”, toma como refe- rencia el icónico cuchillo del mercenario estadounidense Jim Bowie con el fin no confundir su identidad con el baterista y vocalista Davy Jones de la banda californiana The Monkees, personaje muy popular del Rock de mediados de los sesenta. Lo anterior es una muestra del provechoso recorrido musical de este personaje quién desde temprana edad intervino en diferentes agrupacio- nes y buscó expresar sus creaciones.

Lo anterior daría lugar, después de años de trabajo y experiencias cosecha- das, a su primer éxito como solista y el comienzo de su proyección alienígena en el álbum de 1969. Llevaría la innovación conceptual de la música Rock hacia un horizonte espacial, en compañía del astronauta mayor Tom. El tema homónimo hace escuchar la cuenta regresiva y se va…, des- conectado de toda comunicación de la Tierra para jamás volver. Sin embar- go, Bowie pudo arreglárselas financieramente para que Space Oddity tuviese el éxito deseado, puesto que nunca había tenido un tema que le ayudara a

10 generar suficientes ingresos y continuar con sus siguientes objetivos. Así, la canción inspirada por la película 2001: A Space Odyssey de Stanley Kubrick y, junto a una gran promoción disquera, se convirtió en la banda sonora que acompañaría la transmisión en la BBC del primer viaje a la luna. Podemos imaginar dicho acontecimiento acompañado de un ambiente de olores hi- ppies, liberación sexual, viajes alucinógenos y el salto que llevo la música de Bowie a senderos espaciales.

Bowie se inventa y reinventa en diversos periodos de su vida en la medida en que va a la par de movimientos socio-históricos, de sucesos trascendentales y de circunstancias personales que le hacen dar virajes de 360 grados a su existencia. Para muestra, hacemos una mención muy general de la década de los setenta y la más famosa para el camaleón. En primer lugar, su ruptura con Londres, con Europa y su entusiasta llegada a los Estados Unidos, que constituyó o fue para él un imán de diversas novedades que gestaría en sus siguientes álbumes titulados The Man Who Sold The World (1970) y . La androginia del músico despega generando extrañeza con sus cará- tulas, en un atuendo de vestido largo, cabellera larga y esponjada con pose sensual pero con la aplicación de acordes Hard Rock. Angela Barnett, su es- posa en esos años y encargada del vestuario del mismo afirmaba con ánimo: “¡Éramos una fieras sexuales!”. David rompía los esquemas culturales del “look” de toda la escena musical de aquél entonces: Blue Jeans, cabellera lar- ga y el sinónimo masculino que imperaba en el Rock, encabezando una nue- va extensión musical junto a Marc Bolan de T. Rex. el llamado .

Efectivamente es durante esta década que Bowie observa la luz intensa que proyectaban personajes como Andy Warhol, de The Velvet Un- derground e a quienes buscó de inmediato. Llega a un país prota- gonista de la Guerra Fría, a un país en el que grandes grupos de jóvenes se oponen: los beatniks y el hipismo. Los movimientos sociales van dando lugar a la discriminación racial en los años sesenta y mucho antes David llega a: Nueva York, donde convivían la cultura establecida y la contracultura en un ambiente dialectico de nuevas corrientes, nuevas formas de pensar y una nueva música que realizar, construyendo su imagen alrededor de una diná- mica social que pone en juego, actitudes, críticas y posturas, manifestándose

11 sobre una amplia perspectiva, entre las que destacan aspectos estéticos, lí- ricos y una representación social, mediado por el acto teatral enseñado por Linsay Kemp.

Debió sorprender a Bowie la osadía de Warhol y de Lou Reed, ambos vi- viendo con alta intensidad la vida desde diversos puntos de vista: artístico y personal, siempre al límite entre la vida y la muerte. Él se internó en ese to- rrente… En un ambiente social cuya efervescencia tenía como connotación principal entre los jóvenes el ir a contracorriente de las instituciones y de lo establecido; su teatralidad es consciente desde el punto de vista de que él sabe que causará impacto, que su mensaje llegará al receptor más fácilmente de esa manera y estableciendo nuevas perspectivas de la contracultura a lo que Ascensión Barañano acuñaría como el “dar cuenta del conjunto de valores y formas de vida alternativos propuestos en los años sesenta por grupos juve- niles que cuestionaban así los convencionalismos culturales de las mayorías” (Barañano, 2007:43).

Otro faro indiscutible en la década de los setenta era Los Ángeles o San Fran- cisco. No solamente era el movimiento Hippie, sino era también el desarrollo sorprendente de la industria fílmica y discográfica. El antropólogo Simon Frith crítica con respecto a la comercialización de la música Rock: “La rea- lidad es que el Rock, como toda la música popular del siglo XX es una for- ma comercial, es música producida como mercancía -para sacar provecho de ella que se distribuye a través de los medios de comunicación como cultura de masas” (Frith, 1987:4). Tony de Fries (manager y patrocinador, manda a Bowie a Estados Unidos; consigue un contrato millonario patrocinado por la disquera RCA; ayuda a que despegue de forma definitiva la carrera del músico.

Bowie se establece en Hollywood y crea una nueva personalidad a través del maquillaje, la ropa ajustada multicolor, cabello pintado encrespado y expre- sado a través de su alter ego alienígena Ziggy Stardust. El marciano más fa- moso de la historia musical y el ente que rompía cánones establecidos y tabús dentro del mismo género. Modas y actitudes acompañados de performance y teatralidad, e influenciado también por el film A Clockwork Orange (1971) de

12 Kubrick y el concepto pandilleresco de sus personajes para The Spider From Mars. En Estados Unidos, el círculo Andy Warhol y The Velvet Underground que acercó a este personaje al ambiente de las Factory. Clubs qué alberga- ban camarillas de estrellas porno, drogadictos, músicos y Drag Queens. Así, el alíen Bowie funcionó como una metáfora de las estrellas de Rock para convertirse en un fenómeno musical arrollador manifestado como un hecho estético total que aporta sonidos, formas, gestos y rituales a otros universos artísticos y comunicacionales, como las películas, los videoclips, las letras y el teatro. (Cascioli, 2010:108). David y Ziggy ofrecían una criatura de fanta- sía para salvarnos, él mismo cantaba: “Solo quedan cinco años de vida en la tierra”.

Bowie incorpora o considera acontecimientos históricos trascendentes como la guerra fría en su música. Hacer su música, proyectar su mensaje, ganar di- nero y tener éxito comercial; no perdía la brújula en ese sentido. Pero que de alguna manera aquél rotundo éxito dado por Ziggy lo sumió en una profunda depresión y adicción que lo hizo escapar para renovarse una vez más.

Escapa a Alemania en compañía de Iggy Pop y no pasa desapercibido para él la ciudad de Berlín dividida mediante el muro. El era consciente de fenóme- nos históricos que habían alterado la vida social. Su álbum Heroes constata sus experiencias vividas en ese país. Se utilizan las chamarras y pantalones de cuero, estoperoles, playeras de alguna banda, jeans ajustados de color ne- gro o azul, zapatos deportivos o botas e, invariablemente, el cabello largo (Christe, 2005:49). El movimiento Punk se comienza a desarrollar con mayor ímpetu adoptando estos elementos y asociándose a la clase obrera y los problemas sociales de la época, debido a una gran crisis económica e in- diferencia social que azotaba Gran Bretaña en la década de 1970. Contex- to histórico desalentador, sobre todo para la juventud, debido a las escasas oportunidades de empleo y desarrollo.

El Punk fue la necesidad contracultural del momento. La música transgredió al sistema para librarse de la opresión, el ambiente de la posguerra, los dog- mas religiosos, el creciente consumismo; en el ambiente flotaba la necesidad de tener una esperanza y una finalidad en aquél mundo lleno de injusticia,

13 desempleo y una realidad de desesperanza que Bowie pudo encarar mediante su nueva apariencia como Duque Blanco comenzando una nueva década.

Existen personas que a lo largo de su existencia luchan incluso contra sí mismos, para trascender, para influir en otros, para llenar su existencia de nuevos intereses, de nuevos objetivos, de nuevos proyectos. La biografía de David nos revela a un individuo que posee esas características. No obstante, el marco socioeconómico, no obstante, la familia, no obstante, los conflictos personales, tenemos al artista inglés completo hasta el final, logrando sobre- ponerse y acuñar su nombre en la historia mundial, conociéndolo y adorán- dolo con sus diferentes rostros y facetas: Ziggy Stardust, el Jefe de las Arañas de Marte, el Alien, el Delgado Duque Blanco, Mayor Tom, , rey de los , Starman, Alma de Plástico, , .

La música y personalidad de Bowie quedan ahí como marco para muchos seguidores. Se dirá que su obra no fue en vano. Como todo gran personaje, su imaginación, creatividad e inteligencia continuaran teniendo el reconoci- miento de propios y extraños. Honor a David Jones – David Bowie.

Diego Alonso López López Licenciatura en Antropología Social ENAH / INAH

Correo electrónico: [email protected]

Bibliografía

Agustín, José. La Contracultura en México: La historia y el significado de los rebeldes sin causa, los jipitecas, los punks y las bandas. México. Edición Debolsillo, 2007.

Barañano, Ascensión, García José Luis, Cátedra María, Devillard J. Marie (coordina- dores). Diccionario de relaciones interculturales. Diversidad y globalización. España Edi- torial Complutense: 2007.

Cascioli, Andrés. El Fabuloso Mundo del Rock. Argentina. V & R Editoras: 2010.

14 Christe, Ian. El Sonido de la Bestia: La Historia del Heavy Metal. . Ediciones Robinbook: 2005.

Fernández, Luis Diego. Los nuevos rebeldes. Artífices de sus propias formas de vida. Bue- nos Aires. Editorial Debate: 2013.

Frith, Simon. La otra Historia del rock: Aspectos clave del desarrollo de la música popu- lar desde las nuevas tecnologías hasta la política y la globalización. Cambridge University Press, Ediciones Robinbook: 2001.

Frith, Simon (1987) “Towards an aesthetic of popular music” (reproducción parcial del artículo) en Richard Leepert y Susan McClary (eds.) The politics of composition, perfor- mance and reception. Cambridge: Cambridge University Press, pp. 133-172, traducido por Silvia Martínez. Publicado en Francisco Cruces y otros (eds), Las culturas musica- les. Lecturas en etnomusicología. Madrid: Ed. Trotta, 2001: 413-435.

Hobsbawn, Eric. Historia del Siglo XX, Argentina. Crítica: 1998.

Rubli Kaiser, Federico. Estremécete y Rueda: Loco por el rock & Roll, Ediciones Chapa, 1ª edición., México. Casa Veerkamp, : 2007.

Roszak, Theodore. El nacimiento de una contracultura. Reflexiones sobre la sociedad tec- nocrática y su oposición juvenil. España. Kairós: 1981.

Savater, Fernando y De Villena, Luis Antonio. Heterodoxias y Contracultura. Barcelona España, Montesinos Editor, S. A.: 1989.

Referencias electrónicas Recuperado de http://www.geni.com/people/David-Bowie

15 16 81, Where are we know?

81, el año de Berlín y Christian F. Tomar un tren, convertirse en polizontes. Ser atrapados por la polizei.

Caminar dos estaciones, ver el siguiente tren sentir el corazón en la garganta, revivir las emociones que te hacían tanta falta.

Mirarse a los ojos con complicidad, jugarse la suerte a través del continente

El año de los viajes memorables, Bowie sonaba en las knaipes.

Escuchar “Where are we know?”, regresar veinte años atrás en sentimiento, a la noche en que fuimos héroes corriendo entre la gente.

Lorena Contreras Licenciatura en Lenguas Modernas en Francés / UAQ Correo electrónico: [email protected]

Ilustración de Aurora Vizcaíno Ruiz Correo electrónico: [email protected]

17 Station to station: de disco en disco

David Bowie –en los 60’s estaba de moda comenzar con un disco homónimo– apostó en su primer disco por un sonido y una temática fantástica. El disco como abrir un libro de cuentos para niños y descubrir que contiene temas os- curos. Para la mala fortuna de Bowie, su lanzamiento fue el mismo día que el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, lo que le arruinó las ventas y le costó varios problemas.

Después, con Space Oddity, ya es posible notar el carácter de Bowie que tam- bién estaría presente en The Man Who Sold the World, con historias épicas y el sentimiento de que es respaldado por un desfile de criaturas extrañas. En Space Oddity florece una atmosfera de folk espacial con trucos de voces y clímax que se construyen sorpresivamente sobre canciones que inician suave- mente, y donde las letras son todavía con cierta temática hippie fantástica.

Uno de los detalles que se puede notar al checar los primeros discos es que la cara de Bowie siempre aparecía en sus portadas, al igual que Los Beatles, siendo excepciones Lodger –donde sólo aparecen sus piernas– The Next Day y Blackstar. Hermione, su novia de los primeros discos, dijo que desde un inicio David quería posicionarse como una figura popular.

En The Man Who Sold the World se tocan sobre todo muchos temas niet- zscheanos, como las dudas del hombre frente a si mismo y su existencia, la muerte de dios y el súperhombre –en la última canción, , se sugería desde entonces que Bowie pensaba en la muerte y cómo debiera ser: So softly a supergod cries (dies)–. Él siempre supo que no sólo la vida de un súperhombre, sino también su muerte debían ser suaves, algo que podemos apreciar en Blackstar junto a toda esa oscuridad que también lo rodea.

Es divertido leer a David opinar que cuando hizo The Man Who Sold The World creía entender a Nietzsche. Sin duda se trata de un disco don- de se cuestiona muchas cosas, incluida su propia cordura, también creando

18 personajes sanguinarios. La canción que le da nombre al disco fue robada por Kurt Cobain para hacerla famosa en aquel Unplugged.

En este punto Bowie ya se encontraba casado con la famosa Angie, por lo que estas inquietudes le nacían de su extravagante relación y el nacimiento de su primer hijo. En Hunky Dory nos encontramos con un David más tran- quilo, hogareño y amoroso, aunque también se da tiempo para criticar a la sociedad en Life on Mars?, canción donde una niña pequeña no encuentra su lugar en el mundo siendo reprimida por sus padres y observando siempre la misma película aburrida. También evoca la metáfora de marineros luchando en el salón de baile y se pregunta si el hombre de la ley se dará cuenta que está golpeando al hombre equivocado. Ante todo este show de locos, la niña se termina cuestionando si habrá vida en Marte, pues esta sociedad le ha fa- llado. Sobra decir que esta niña es sólo una forma más de Bowie para contar lo que quiere contar de sí mismo.

Hunky Dory también incluye homenajes a algunas inspiraciones de nuestro camaleón, como la canción Andy Warhol o Song for , así como se sabe que es un homenaje a Lou Reed y The Velvet Underground. Pero el verdadero tributo a Lou Reed ocurrió con la creación de The Rise and Fall of Ziggy Stardust and . Muy pocos saben que sin Lou no hay Ziggy, pues fue él quién se propusó hacer la mejor novela ame- ricana pero a través de la música y terminó dándole la idea a David de poder crear personajes y una historia en las canciones.

Ziggy es, sin duda, la combinación de muchos elementos como el glam de Marc Bolan en T. R e x , el éstilo kabuki japonés, la ciencia ficción y la narrati- va heredada de Lou Reed. También se dice que Ziggy es un guiño de Bowie a Iggy Pop. Así nació el personaje más famoso y aclamado de David: Ziggy Stardust, el mesías rock extraterrestre hermafrodita que viene a anunciar que la tierra morirá en cinco años e intentará salvarla para acabar consumi- do en su ego y suicidándose. La forma en que el disco está narrado es increí- ble y marcó el inicio de los alter egos de Bowie, significando un parteaguas para el glam y los álbumes conceptuales.

19 Después vino Aladdin Sane –juego de palabras en inglés para decir “un chico insano” (A lad insane)– donde Bowie contaba con los mismos músicos, las arañas de Marte y donde se mantuvo todavía un sonido glam. El único adi- mento fue el grandioso pianista , que ayudó con su extravagante forma de tocar lo que faltaba para representar la esquizofrenia de Aladdin Sane, que en palabras de Bowie era una evolución de Ziggy pero en América. Fue al final de este proceso que David tuvo que retirar a Ziggy y suicidarlo, por su propio bien. La portada de este disco es tal vez la imagen más famosa de Bowie, siendo considerada la Mona Lisa de las portadas de discos.

Antes de retirar a The Spiders From Mars hicieron un disco de covers, Pi- nups. Después de esto Bowie se separó de uno de sus más importantes cola- boradores, . Sin Ronson no tendríamos el excelente arreglo de cuerdas al final deLife on Mars? ni el espacial solo de así como múltiples arreglos en el disco que David y Mick le hicieron a Lou Reed, Transformer.

Aún con la presencia en los pianos de Mike Garson, David realizó , un proyecto ambicioso que planeaba ser un musical o una película, pero que se quedó sólo como otro álbum conceptual. Aquí el alter ego de tur- no era Halloween Jack, el despiadado líder de los Diamond Dogs, un grupo de vándalos que se movían en sus patines alrededor de Hunger City, controlada por El Gran Hermano y la eternamente cíclica familia esquelética. Aquí se acusó a Bowie de haber detonado el punk pero fue meramente en el estilo de su atuendo y el concepto de los vándalos más que en lo musical.

Entonces ocurrió uno de los más shockeantes cambios de nuestro camaleón, su transformación al soul en . Aquí conoció a otro de sus im- portantes colaboradores, el guitarrista . También trabajó con coros de mujeres negras y con , improvisando en lo que acabaría siendo su divertida canción Fame.

Después llegó el personaje más inquietante de Bowie, el delgado du- que blanco, aquel que lanza dardos en los ojos de los amantes. En esta etapa David se encontraba sumergido en la cocaína a la par que

20 sentía un vacío respecto a sus sentimientos. Resulta ser un disco con toques funky pero bastante oscuro e inquietante que nació por la grabación de Bowie en la pelicula El hombre que cayó a la Tierra.

Para escapar de aquellas pesadillas viajó a Berlin, donde casi no se vendía cocaína y el hit era la heroína, droga que no le gustaba. Así se mudó con Iggy Pop, quien también necesitaba salvarse, y comenzó la famosa trilogía de Ber- lín, donde colaboró con Brian Eno. En el primer disco de esta trilogía, Low, desde el titulo se hace referencia a la sobriedad de David y se puede sentir una tristeza en el alma del artista, el comienzo de un proceso difícil. También fue un gran momento de experimentación con sintetizadores y métodos de cartas que inventaba Eno.

Después de completar este trabajo, Brian Eno y David Bowie se encontraban hambrientos de ir más allá, lo que los llevó a realizar esa épica llamada a Ro- bert Fripp, el guitarrista de , para saber si estaba dispuesto a tocar some hairy rock and roll . Fripp se encontraba a punto de retirarse y no había tocado realmente en 3 años, pero les dijo que si ellos estaban dis- puestos a tomar el riesgo él también. Ya en Berlín, sufriendo de jetlag, Fripp grabaría casi todas sus partes en un solo día y siempre quedaron las primeras tomas.

Heroes, a diferencia de su predecesor, tuvo una energía esperanzadora, aun- que las segundas partes de ambos discos eran casi totalmente instrumentales y profundas. Este disco resuelve un bajón espiritual de David y ocurren al- gunas historias sobre salir a bares a tomar mucha cerveza, que tu honor esté en juego y besar a alguna chica bajo la lluvia o junto al muro de Berlín. No puedo evitar contarles que rompí en llanto cuando me abofeteó con las últi- mas líneas de la canción Heroes: “We are nothing and nothing will help us”.

En Lodger no hubo ninguna mitad instrumental, pero sobresale la te- mática de viajar y conocer el mundo, así como también denuncia las guerras, escribe una canción sobre un hombre que golpea a su espo- sa y otra sobre los beneficios en la sociedad de ser varón, pero siem- pre desde un punto cínico y alarmante. El sonido de Lodger se acerca al

21 del medio oriente y ahí terminan su trilogía amistosamente.

Robert Fripp se desapareció en Lodger pero volvió para Scary Monsters (and Super Creeps), donde apareció la famosa Ashes to ashes, canción en la que Bowie nos relata su relación con las drogas y hace publico que el es un junkie y que estar todo el tiempo estirado en el cielo te llevará a un ba- jón eterno. En el disco también manifiesta preocupaciones sobre su mundo actual y escribe una canción perturbadora sobre la violencia contra los ho- mosexuales en ciertos países. También incluye a la hipnotizante Fashion con una guitarra asesina que Fripp mantiene a lo largo del disco.

David siempre fue muy listo con sus sencillos y conseguía hacer algunas can- ciones bailables y/o comerciales que lo mantuvieron visible durante muchas épocas. Queda decir que en 1. Outside volvió a trabajar con Brian Eno y que su regreso inesperado con The Next Day fue parecido al álbum blanco de Los Beatles, al contener una variedad extraña y maravillosa. Y de Blackstar ni se diga, pues sólo este superhombre podía morir de esa manera.

Llegó la hora de despedirnos, pero habrá que hacerlo con alegría. Puedo de- cir que gracias a David se ha iluminado un camino no sólo en las estrellas sino también en miles de formas que él nos demostró posibles: de rockear, de vestir, de crear personajes, de hablar tanto de la belleza y el amor como de la decadencia y la locura y sobre todo a confiar en nosotros mismos; aunque muchas veces el mismo Bowie se vio aterrado por su naturaleza y la del mundo, supo brillar, brillar como una estrella, como un rayo.

Luis F. Morales

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