La Tecnología Del Orgasmo
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In dice Prologo 11 Agradecimientos 19 1. El trabajo que no queria nadie 21 El modelo androcentrico de sexualidad 25 La histeria como paradigma de enfermedad 28 La evoluci6n de la tecnologia 34 2. La sexualidad femenina como patologia histerica 41 La histeria en la Antigtiedady la Edad Media 42 La histeria en Ia medicina del Renacimiento 46 Los siglos XVIII y XIX 52 La revoluci6n freudiana y sus repercusiones 63 3· «Dios mio, �que es lo que quiere?» 69 Los medicos y el orgasmo fe menino 71 La masturbaci6n 77 «Frigidez» y anorgasmia 8o El orgasmo fe menino en el mundo posterior a Freud 83 Lo que deberia ser y lo que nos gustariacreer 86 4· «<nvitar el descenso de los jugos» 89 Hidropatia e hidroterapia 94 Electroterapia 104 Masajeadores mecanicos y vibradores 112 Prestigio del instrumental en el cuarto de operaciones vibratorias 117 Compra de vibradores por los consumidores despues de 1900 121 s. Revisando el modelo androcentrico 133 El tratamiento orgasmico en la practica medica occidental 133 El modelo androcentrico en las relaciones heterosexuales 136 El vibrador como tecnologia y totem 143 Notas 147 Nota sobre las fuentes 197 fndice analitico 201 Ami madre, que me ensefi6 que merece la pena luchar por la libertad intelectual Pro logo Cuando era adolescente, un amigo de la fa milia decia que yo era la clase de chica que al volver de la escuela pediria permiso para hacer cualquier cosa arriesgada diciendo: jpor favor, mama! jtienes que dejarme! jnadie mas lo esta haciendo! Desde entonces decidi que esa es la definicionde mi caracter que deseo por epita fio.Qui zas el ejemplo mas destacado de un tema que no hace nadie mas sea la investigacion que cuenta este libro. La primera vez que encontre anuncios de vibradores en revis tas femeninas de fm ales del siglo XIX, en 1977, supuse que era una malpensada al leer la prosa ampulosa. Al finy al cabo tenia 27 aftos, habia salido de un matrimonio y aun no me habia metido en el siguiente, era una fe minista muy exaltada y dada a interpretar todo lo que veia u oia como una manifestacion de la guerra de los sexos. Pocos aftosantes, en medio de los ultimos coletazos de mi primer matrimonio, habia recibido el cuestionario original de Shere Hite acerca de la sexualidad de las mujeres: la idea de res ponderlo era demasiado deprimente para considerarla. El mismo aftoque vi los anuncios de los vibradores, lei El informe Hite, que arrojo una luz nueva no solo sobre mis propias experiencias, sino tambien sobre las de mis amigas. Cuando presento articulos en algun congreso, me preguntan con frecuencia como me las arregle para encontrar un tema tan esoterico. Mi respuesta habitual es que no lo encontre, fueel quien me encontro a mi. Los anuncios que encontre cayeron en una mente predispuesta, o al menos en unas hormonas predispuestas. 12 La tecnologia del orgasmo Desde que me gradue (en chisicas, con especialidad en la ciencia y la tecnologia antiguas), me he interesado por las artes textiles, y me pase dos aftos preguntandome ingenuamente por que era tan dificilencontrar historias de este tema serias, bien investigadas. En 1973 cai en la cuenta de que era porque eran las mujeres quienes lo practicaban. Esa fuemi experiencia «click» de la que hablan muchas fe ministas de los primeros setenta. De repente me puse a trabajar como loca, decidida a escribir una historia seria de la cos tura, asi se hundieran los cielos o cayera el diluvio. Al finy al cabo, nadie mas lo estaba haciendo.1 La costura result6 un tema de investigaci6n excitante y revela dor. Te nia una literatura primaria riquisima, ademas de un patri monio en artilugios que no podria examinarse en una vida, pero entonces habia muy pocas fuentessecundarias y practicamente ningun acceso ala bibliografia.Mis primeros intereses habian sido el ganchillo, el encaje, el pun to y el bordado de finales del xrx y principios del xx, y como no estaban bien representados en los catalogos de los museos grandes, no tuve mas remedio que lan zarme de cabeza al enorme y no indexado mar de las publicacio nes populares, par el simple aunque laborioso metoda de sen tarme con las pilas de elias que hubiera conseguido e ir pasando pagina par pagina. En 1976 me invitaron a presentar un articulo sabre la historia de la costura en un congreso sabre historia de las mujeres organizado par Louise Tillyen la University of Michigan, que mas tarde se publico como «American Needlework in Transi tion, 1880-1930».2 Mientras iba pasando obstinadamente las pagi nas de Modern Priscilla y Wo man's Home Companion buscando tendencias en los patrones de costura, mi atenci6n se desviaba con frecuencia a los anuncios de los margenes. Solo un historiador muy voluntarioso puede resistir el atractivo de tales anuncios en los peri6dicos antiguos; yo soy incapaz de tal autodisciplina. Ade mas tenia una excusa: tam bien estaba buscando pruebas de que era el apoyo de los anuncios de hilaturas lo que permitia la publi caci6n de tantas revistas de costura en EE. uu. entre 188o y 1930. Cuando vi anuncios de vibradores de 1906, artefactos que se paredan mucho a los que se venden hoy dia como 1itilesde mas turbaci6n fe menina, mi primer pensamiento, como he dicho, fue que no era posible que esa fuera la utilidadde los aparatos vendi dos en las paginas de Companion. El segundo pensamiento fueque 1906 era muy pronto para cualquier clase de aparato electrico Pr6logo 13 domestico. Prometiendome que nunca iba a volver sabre el tema, tome algunas notas sabre los titulos, temas, fe chas y paginas de las publicaciones de costura con anuncios de vibradores. Les ensefie unos pocos anuncios a mis amigas fe ministas, que quedaron encantadas, par supuesto. Mientras tanto, mi viaje a Michigan para entregar mi primer articulo academico habia tenido un frutoinesperado : Daryl Haf ter, una historiadora textilde la Eastern Michigan University, se presento y me animo a unirme ala Society fo r the History of Te ch nology (SHOT) y a su subgrupo Wo men in Te chnological History (wiTH). Una reunion de la SHOT me convencio de que debia cur sar estudios universitarios de historia de la tecnologia. Mientras los hacia, entre 1979 y 1983, seguia tomando notas sabre «avista mientos» de referencias a vibradores al tiempo que preparaba mi tesis sabre historia textil. Ve ia con claridad que hacer publicas mis sospechas sabre el vibrador torpedearia mi carrera, nadie me tomaria en serio nunca mas como academica si continuaba esta linea de investigacion. Par otro lado, nadie lo estaba hacienda. Tr as graduarme en la Carnegie-MellonUniversity pase tres afioscomo profesora en practicas en la Clarkson University, en el norte de Nueva Yo rk. Te nia poco trabajo como ensefiante y mucho tiempo para investigar. Mientras pasaba par la batidora articulos de historia textil, empece a archivar casas sabre vibrado res y a buscar ejemplares en los museos. Los conservadores del Smithsonian Institution Bernard Finn (electricidad), Deborah Jean Warner (instrumentos cientificos)y Audrey Davis (medi cina) me informaron de que el mayor museo de EE. uu. no tenia vibradores. Lo cual era un poco raro, dado que en 1920 habia por lo menos diez fabricantes de esos aparatos. Escribi cartas a varios directores de museos y colecciones especiales, incluso una al Kin sey Institute que respondio con cortesia, prontitud y una biblio grafiamuy util, y una a una institucion de la que no habia oido hablar en mi vida, la Bakken Library and Museum of Electricity in Life, en Mineapolis (Minesota). Al escribir ala Bakken Library explique con detalle lo que estaba investigando, describiendo la clase de aparatos y documen tos que buscaba y par que. Abandonando toda cautela, en el Ultimo parrafo comente que era la primerainv estigacion que hacia que tenia un interes tanto academico como lascivo. Dos semanas mas tarde recibi una carta del director que empezaba: «Su carta ha 14 La tecnologia del orgasmo levantado nuestro interes lascivo ...» Asi empezo una relacion investigadora muy fructifera.La Bakken, fundadapor Earl Bakken de Medtronic, es una coleccion de instrumental medico historico que em plea electricidad, bien provista y conservada escrupulosa mente, con una biblioteca y archivo sobre el mismo tema impo nentes. En la coleccion de aparatos, la Bakkentenia once vibrado res etiquetados en el catalogo como «aparatos de relajacion musculo-esqueletica». Uno de ellos aparece en la figura6 de este libro. La biblioteca tenia una cantidad apabullante de ilustracio nes, textos, anuncios y literatura medica sobre mi tema. Me hice socia durante una semana y pase cinco dias regodeandome en el lujo intelectual. Al acabar la semana hice mi primera presentacion sobre vibradores ala direccion y miembros de la Bakken, que me pidieron un articulo breve para la revista del museo: mi primera publicacion sobre el tema. En este viaje de investigacion me di cuenta por primera vez de que el tema de los vibradores polariza al publico. El siguiente epi sodio ilustrael simpatico buen humor de la plantillade la Bakken. El conservador y yo estabamos explorando la coleccion de vibra dores, fo tografiandolos, pesandolos y examinandolos. El conser vador, Al Kuhfeld, un erudito concienzudo con un ironico sen tido del humor, aprovechaba la oportunidad de tener la visita de un estudioso (yo) para amp liar y actualizar la informacion de sus fichasde catalogo. Como tenia formacion museistica, se me permitfa escribir en las fichas(a lapiz, por supuesto) informacion nueva, como el peso, medidas, numero de vibratodos accesorios, etc. Llegamos al artefacto de la figura6, un vibrador medico de principios del siglo xx con media docena de vibratodos y le pre gunte al conservadorsi estaba en condiciones de funcionar.