Refugiados: El Drama Sin Fin Hana Jaber Desde El Inicio De La Guerra Civil Más De Cuatro Millones De Sirios Abandonaron Su País
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JOSÉ NATANSOn MARCELO LEIRAS CHRISTOPHE VENTURA PABLO STEFANONI ELIZABETH RUSH EMILIE FRENKIEL IGNACIO RAMONET SERGE HALIMI el dipló, una voz clara en medio del ruido Capital Intelectual S.A. Paraguay 1535 (1061) octubre 2015 Buenos Aires, Argentina Publicación mensual Año XVII, Nº 196 Precio del ejemplar: $42 En Uruguay: 100 pesos www.eldiplo.org ¿Qué país le espera al próximo presidente? Un balance a fondo de los años kirchneristas. Lo que se hizo y lo que falta Dossier (Mustafa Yalcin / Anadolu Agency) Refugiados: el drama sin fin Hana Jaber Desde el inicio de la guerra civil más de cuatro millones de sirios abandonaron su país. Andrés Reggiani Aunque la atención se centra en Europa, la mayoría se instala en los Estados vecinos. Y Franziska Tschinderle los que consiguen ingresar a la Unión Europea lejos están de resolver sus problemas. 2 | Edición 196 | octubre 2015 La normalidad como excepción por José Natanson lcanza con detener el dedo fre- blarle al aparato a pesar de que la voz se trans- más parecida a la que sucederá a partir del 10 de nético sobre el control remoto y mitía cristalinamente a través de la fibra óptica. diciembre no es la de 1983, producida a la salida estacionarse dos minutos en al- Por su historia alocada de mil crisis, los estu- de la dictadura, ni la de 1989, ocurrida luego de la gún programa de cable para es- dios e investigaciones disponibles en América La- renuncia anticipada de Raúl Alfonsín, ni por su- cuchar la referencia a “las insti- tina sobre los cambios de gobierno –el contexto puesto las del 2001 o 2003, sino la de 1999, cuan- Atuciones”, invocadas por quienes creen que hay en el que se producen, los condicionamientos ins- do, luego de diez años en la Casa Rosada, Carlos que salvarlas de la barbarie populista tanto co- titucionales, el rol de los partidos políticos y los Menem le entregó el poder a Fernando de la Rúa mo por aquellos que las desdeñan o las consi- poderes corporativos– son escasos. Como resul- en un marco de normalidad institucional, esta- deran a salvo de toda imperfección. Pero, ¿qué tado, contamos con una amplia literatura sobre la bilidad económica y relativa paz social. son exactamente las instituciones? En su defi- transición a la democracia, producida a partir de La desaceleración de la economía en un con- nición más básica, son patrones repetitivos de los trabajos pioneros de Guillermo O’Donnell (1), texto internacional desfavorable –consecuen- interacción cristalizados en prácticas, leyes y pero sufrimos la insuficiencia de estudios sobre cia de la crisis rusa y la devaluación del real en aparatos, que al rato de andar se autonomizan las transiciones en democracia. 1999, y de la crisis global y la devaluación del real de las circunstancias que les dieron origen y ad- Una excepción son las recientes investigacio- hoy–termina de emparentar ambas situaciones, quieren valor en sí mismos. El tiempo osifica a nes de Alberto Pérez Liñán sobre la inestabili- que por supuesto también muestran diferencias: las instituciones y les provee una inercia que a dad institucional latinoamericana previa al as- en primer lugar, porque el menemismo dejaba la menudo les garantiza una sobrevida más allá de censo de partidos y líderes de izquierda (2). El mecha encendida de la bomba de la convertibili- la función concreta para la que fueron creadas: autor, que contó 13 presidentes desplazados o dad (un fenómeno de autoengaño colectivo que son las instituciones-zombie, que en aparien- forzados a renunciar entre 1985 y 2005, llegó a debería merecer más atención), en tanto que el cia siguen vigentes pero que en realidad están la conclusión de que desde la recuperación de- kirchnerismo deja como herencia algunos nudos muertas, como la OEA, el celibato o la corbata. mocrática y contra lo que se pensaba, la caída del económicos que será necesario desatar pero que Y así como el paso del tiempo fortalece a las gobierno no implica necesariamente la caída del no pronostican un estallido en el corto plazo. instituciones, las rutinas institucionales con- régimen, que podrá tambalear como un borra- Pero como la democracia es tanto un conte- tribuyen a reducir los grados de incertidumbre cho volviendo a casa de madrugada pero que al nido como una forma (la democracia es básica- y evitar sorpresas; hacen más previsible, más final logra mantenerse en pie, meter la llave en mente un procedimiento para elegir a nuestros lineal al tiempo. En el fondo, instituciones y la cerradura y desplomarse en la cama (casi po- gobernantes), vale la pena seguir explorando tiempo son lo mismo. dríamos decir: como un borracho que sabe). las semejanzas con aquella transición sosega- Esta novedosa singularidad latinoamerica- da. Tirando un poco más del hilo de la compa- Estados alterados na –democracias estables con gobiernos inesta- ración podríamos incluso afirmar que si Daniel La sucesión –el pasaje de un gobierno a otro– bles– tiene dos efectos. Por un lado, nos recon- Scioli se impone en las elecciones, como sugie- es una de las instituciones más delicadas de cilia con el régimen presidencialista: se suponía ren las encuestas, estaríamos, tanto en 1999 co- una democracia, a punto tal que los politólogos que uno de sus principales déficits era que, a di- mo hoy, frente a un ciclo político de transfor- coinciden en que recién cuando se establecen ferencia de los parlamentarismos, carecía de la mación profunda que deja su lugar a un presi- mecanismos regulares para garantizarla esta- flexibilidad necesaria para tramitar este tipo de dente que promete una mezcla de cambio con mos ante una democracia verdaderamente con- tensiones. Por otro, echa luz sobre los tres “fac- continuidad: la diferencia es que en De la Rúa solidada. Estados Unidos, modelo institucional tores de desestabilización” que pueden poner el cambio era explícito y la continuidad (la ga- de casi todos los países latinoamericanos, esta- en riesgo la continuidad de un gobierno: el Con- rantía de sostener la convertibilidad) se daba blece en su Constitución hasta la hora del tras- greso, los militares y la calle. Los casos de Hugo por descontada, en tanto que en Scioli el cam- paso de mando, que por la Vigésima Enmienda Chávez (2002), Manuel Zelaya (2009) y Fernan- bio es implícito (derivado más de su personali- debe producirse exactamente al mediodía del do Lugo (2012), así como los intentos neo-gol- dad y algunos trazos de su gestión bonaerense), 20 de enero (si cae domingo, como sucedió tres pistas en Bolivia y Ecuador, demuestran que este mientras que la continuidad se reafirma todos veces, se hace una ceremonia privada ese día y tipo de “transición forzada” sigue presente. los días mediante un discurso que suelta pro- una pública al siguiente). mesas kirchneristas a repetición. Pero no hace falta alejarse hasta Washington Cardiopatías En concreto, ¿qué nos enseña la mudanza de para verificar esta idea. En Chile, que salvo el En Argentina, medio siglo de poder militar y Menem a De la Rúa que nos pueda resultar útil paréntesis pinochetista ha gozado de una de- proscripción del peronismo impidieron la con- para la transición que se avecina? Básicamen- mocracia bastante estable, se mantiene vigen- solidación institucional. A partir de 1983, sin te, y esto vale tanto para Scioli como para Ma- te la tradición que indica que, apenas conocido embargo, vivimos un período de inédita conti- cri, que en las condiciones actuales de muta- el resultado de las elecciones, el presidente en nuidad democrática en combinación con una ción democrática, el presidente, independien- ejercicio llama a su sucesor para coordinar una persistente inestabilidad política: dos presiden- temente de las mayorías legislativas y la buena visita a su casa, que se concreta al día siguiente. tes que no concluyeron su mandato y la semana imagen inicial de la que disponga, está obligado El 18 de enero de 2010, siguiendo la tradición, trágica del 2001 confirman que, pese a su memo- a revalidar su legitimidad frente a una ciudada- Sebastián Piñera levantó el teléfono y se comu- ria de inmigración europea y al aspecto parisino nía dispuesta a hacer sentir el peso de su indig- nicó con Michelle Bachelet. El diálogo fue tele- de algunas calles de Buenos Aires, nuestro país nación, en los medios y en las calles, desde el visado en directo con una cámara en cada lado, no ha sido ajeno a esta tradición tropical. primer momento. Como demuestran las expe- lo que hacía obviamente innecesario el uso de La dificultad, una vez más, es pensar lo que no riencias actuales de Chile y sobre todo Brasil, la línea. Pero las instituciones –insistamos– son sucede, o lo que sucede muy raramente: en el ca- en la “democracia del minuto a minuto” (3) no pautas de conducta solidificadas que no siem- so que nos ocupa, pensar los cambios de gobier- hay un paréntesis de piedad entre la asunción pre guardan relación con su utilidad real, por lo no en contextos de normalidad. Puestos a com- del nuevo gobierno y las demandas de una so- que ambos se prestaron a la pantomima de ha- parar, entonces, podemos decir que la transición ciedad tan desconfiada como impaciente. | 3 Staff Di rec tor: José Natanson Re dac ción Carlos Alfieri (editor) Pablo Stancanelli (editor) Creusa Muñoz Luciana Garbarino Laura Oszust Se cre ta ria Pa tri cia Or fi la se cre ta ria@el di plo.org Co rrec ción Alfredo Cortés Diagramación Cristina Melo Podemos Co la bo ra do res lo ca les Natalia Aruguete Fernando Bogado Nazaret Castro Gabriela Delamata María Ángeles Fernández por Nicolás Tereschuk* Marcelo Leiras Federico Lorenz Jairo Marcos Verónica Ocvirk La normalidad, entonces, puede re- Sebastián Prats odemos: tal vez ése sea el principal lega- Andrés Reggiani sultar engañosa, puede crear la sensa- Martín Rodríguez do de los gobiernos kirchneristas, etapa ción de que el nuevo líder dispone de Editorial Fernando Rosso que comienza a cerrarse con las próximas un tiempo del que en realidad carece.