La Esclavitud
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HISTORIA LA ESCLAVITUD DESDE LOS TIEMPOS MAS REMOTOS HASTA NUESTROS DIAS HISTORIA DE LA ESCLAVITUD DESDE LOS TIEMPOS MÁS REMOTOS HASTA NUESTROS DIAS 00N JOSÉ ANTONIO SACO TOMO III BARCELONA IMPRENTA DE JAIME JEPÚS CALLE DE PETRITXOL, IO- 1877 El autor de osla obra perseguirá judicialmente á todo el que la reimprimiere ó tradujere 'en cmljuiera lengua que sea. HISTORIA LA ESCLAVITUD DESDE LOS TIEMPOS HÁS REMOTOS HASTA NUESTROS DIAS. LIBRO XVIII CONDICION DE LOS ESCLAVOS BAJO LA DOMINACION GER• MÁNICA EN LAS NACIONES QUE SE FORMARON SOBRE LAS RUINAS DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. Si durante la república romana el esclavo fué muy infeliz, las leyes del Imperio, inspiradas por la filosofía y el cristianismo mejoraron su condición; ¿ pero aquél ganó ó empeoró después que el Imperio de Occidente cayó en poder de los bárbaros? „ , J t r j r i Mejoró el Un ilustre historiador, fundándose en solidas razones, piensa «aciavo bnjo ' ,' r la domlnn- que «trasplantados los barbaros al suelo romano, debieron perct- <!lonn^'rnuí" bir muy mal la distinción entre colonos y esclavos: todos los hombres empleados en la cultura de la tierra , debieron parecer- Ies colonos; y las dos clases sin duda confundiéronse muchas veces en sus acciones y en sus ideas. Los colonos quizás perdie• ron en esto, mas ¿os esclavos propiamente dichos, ganaron » Prescindiendo ahora de los colonos y contrayéndonos solamen• te á los esclavos, paréceme muy aventurado decir que éstos ganaron. Para descubrir la verdad, preciso es trazar el cuadro de la esclavitud, según las leyes y costumbres germánicas; pero 1 Guizot. Hisloire do la Civilisalion en France lom, IV. Leçon 8." — 6 — antes debemos fijar el verdadero sentido de la palabra esclavo en la época que nos ocupa. En Roma nunca se confundió al esclavo con ningún individuo de otra clase de la sociedad, pues aquél se denominaba servus, yiancipium; y si bien la primera palabra se usó más comunmcnle que la sjgunda, ambas se emplearon indistintamente para expre• sar una misma condición. Cuando después se estableció el colo• nato , diéronse, como en su lugar se ha dicho, á las personas en esta clase comprendidas, los nombres de colonos, adscriplos, tri• butarios , siervos de la tierra ú de la gleba y otros; pero la pala• bra •mancipium, lo mismo que servus pura y simplemente expre• sada , sin el agregado term óglebie, conservaron todavía su anti• gua precision, significando exclusivamente esclavo verdadero. Vino la conquista germánica; y durante ella y siglos posteno- hÍt»ãrl\'x, res' continuaron, no sólo la esclavitud y el colonato, sino que á pisídencn su 'a^0 sc formaron al mismo tiempo otras clases serviles, cuyos i.iedsion. individuos fluctuaron entre la esclavitud y la libertad, acercándo• se unos más que otros, ya á la primera ya á la segunda. Entre tanta variedad de clases serviles empezó á dárseles iadislinta- mente á los hombres en ellas comprendidos el nombre de servus, mancipium; resultando de aquí, que estas palabras perdieren des• de entonces la rigorosa precision que tuvieron en Roma; y tanto más, cuanto escritas en latin las leyes que rigieron á los germa• nos después de la conquista del Imperio de Occidente, introdu- jéronso en ella por do quier, las palabras servus, mancipium, sin darles ninguna precision, pudiendo por tanto aplicarse, ora al verdadero esclavo , ora á cualquier otro individuo de las dife• rentes clases serviles. Esta misma confusion se encuentra en muchos documentos de aquella época, pues servus, mancipium , á veces fueron sinónimos, representando una misma condición, y á veces indicando condiciones diferentes. Sinónimos fueron en la ley borgofiona que inserto traducida : «Cualquiera que vendiera de nuestra tierra para otra extranjera á su sermm ó ancillam y mancipium vendido, volviera al país natal, mandamos que sea libre '.» De esta ley aparece, que las palabras servus, mancipium, sc emplean indistintamente para ex• presar un esclavo. Sinónimos fueron también en !a ley bayuvaria que dice: «Si 1 Lex Biirgimd. Adill.. Socundum, cap, 2. alguno acusare injustamente servum ajeno, y éste sufriese tor• mento siendo inocente, aquel restituya inmediatamente alamo simile maiicipiiim '.» Estas últimas palabras simile mancipium (esclavo semejante), cuando la ley emplea al propio tiempo el nombre sermm, prueban que éste se tomaba aquí como sinónimo de aquel. Fuéronlo igualmente en el canon í¡G del Concilio de Agde, y en el 4.° del de Epaona, celebrados, el primero en 506 y el segundo en Ü17; cuyos dos cánones refundidos en uno, dicen : «No sea lícito á los abades manumitir ¡i los mancipia regalados á los monjes, pues consideramos como injusto, que miénlras los monjes trabajan diariamente en los campos, sus «reí gocen del ocio de la libertad». En estos dos cánones vése claramente que las palabras manci- pia, serri, jase tomen para significar verdiulcros esciaros, ya solamente á individuos de otra clase servil, son sinónimas en ambos casos, pues se relicren á una misma condición. Esta sinonimia encuéntrase muy repetida en los documentos de aquellos tiempos, y se advierte todavía basta el siglo xu; pues en el privilegio concedido por Pascual 11 á la iglesia carnotonse, en 1128, permitióse que sus mancipia , sercí, pudiesen ser testi• gos en lodos tos negocios contra toda clase de personas. Dice: uLos servi de su iglesia eran tenidos en tanto desprecio pol• los seglares, que de ninguna manera se admitían como testigos en los negocios forenses y civiles contra hombres libres, y los mancipia de la iglesia casi en nada eran preferidos á los servís de los seglares V» En este documento la palabra sertí es equivalente á mancipia, y ésta á aquella. Otros ejemplos pudiera citar, porque â los servi llamóscles mancipia desde el siglo vi al xiv; pero omítolos en gracia de la brevedad. Como distintas se tomaron en el cap. 21, de la ley de los ale• manes, que dice : «Si alguno recibiere mancipium de la iglesia, ó senium fugitivo, etc.» Márcase más todavía esta diferencia en el cap. 22, de la misma ley alemana, cuyas palabras son: «los serri de la iglesia pa• guen legítimamente sus tributos.» Aquí la palabra semino se toma por esclavos verdaderos, sino por hombres de otra clase 1 Los Buiuvar. til . S. Ciip. IK g 1— 2 Spir.ileg• d'Aclior tom. l:S, pafr. It09. — 8 — servil, porque si servi significara esclavos, no se hablaría de la obligación que éstos tienen de pagar tributo á la iglesia. Para aumentar la confusion y la facilidad de equivocarse, to• mando condiciones diferentes por una misma, encuéntrase en leyes y documentos de aquella época la palabra servus, no sólo como equivalente á mancipium, según he dicho, sino también á colohus. Así aparece de la ley bayuvaria 1 y borgoñona a. En la capitular 3.* del rey Dagoberto, dase igualmente al colono de la iglesia el nombre de servus 3. En las notas de Baluze á las capi• tulares, la palabra servi aplícase á los colonos \ Si al colono se le dió el nombre de servus, ahora veremos que también se le aplicó el de mancipium. En la donación de un predio que Enrique IV, emperador de Alemania, hizo á un Abad en 1097, léense las siguientes palabras: «tres esclavos (mancipiis) colonos del mismo predio.» " Por último, la palabra manapium, sufrió tal corrupción andan• do el tiempo, que en España se transformó en mancepo, y éste en mancebo ó joven, vocablos castellanos que significan cosa muy distinta de esclavo ó siervo. De esto ofrece un ejemplo la confirmación y adiciones délos antiguos fueros de Leon y Carrion, hechas por la reina doña Urraca, en 29 de Setiembre de 1109 Ni fué solamente la corrupción de las palabras la que ocasionó mala inteligencia en el significado del nombre servus ó esclavo. Aunque después de la destrucción de la monarquía visigoda, el Fuero Juzgo fué concedido á muchas ciudades de España como fuero particular, las nuevas circustancias en que ellas se encon• traron , fueron aboliendo po3o á poco la inteligencia de los usos y costumbres visigodos, á tal punto, que hubo ciudad que ya no sabia el significado de lo que el Fuero Juzgo llamaba siervo. Por eso el consejo de Murcia consultó en la edad media á los alcal- 1 Lex Baiuvar. tit. I." cap. 14. —2 LexBurgund. tit. 7.— 3 Dagobei'. rcg. cap. 3 en Baluz, tom. 1." pàg. 100. —4 Scr- vorum, id ost eolonorum qui opera sua debebant dominis fun- dorun cjuos colebant.—5 «Et imum molendinum cum tribus mancipiis, Gisone, Hagrad, õiethero colonis ipsius predii.» Aniial Paderborm. Lib. 7 en Schaten. — 6 Imprimióse este documento por primera vez on la España Sagrada tom. 35, apéndice 3.° pág. 416; y la segunda, en la Colección de Fueros Municipales y Cartas Pueblas, hecha por I). Tomás Muñoz y Romero, pag. 90. des de Sevilla, cuál era el sentido en que aquel vocablo se toma• ba en el mencionado código. «He aquí sus palabras. Otrosí le preguntaron porque los esclareciese, porque en ningún lugar del Fuero non lo dice, ¿qué es siervo? A esto recudió el Alcalde , et dijo que el siervo tiene que es aquel que non há libre albedrio, segund dicen los derechos 1.-i> De lo expuesto hasta aquí resulta que aunque servus y manci- jiium se usan comunmente para expresar un esclavo, en muchos casos es muy dificil atinar con el verdadero sentido que á esas palabras se dá en las leyes germánicas y en los documentos his• tóricos. No es, pues, extraño que el mismo Ducange, á pesar de su crítica y de los profundos estudios que hizo de los documentos de aquella época, se hubiese equivocado algunas veces, confun• diendo á los esclavos con los siervos. La palabra esclavo tomada en su riguroso sentido, ni en todos nin.Tó.tí.ñ'K países ni en todos tiempos, ha representado una condición abso- e«-'i'ivo"' lulamente idéntica.