Notas Sobre El Cáncer Del Ciprés (Seiridium Cardinale (Wag.) Sutt. Et Gibs.)
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Bol. San. Veg. Plagas, 17: 423-439, 1991 Notas sobre el cáncer del ciprés (Seiridium cardinale (Wag.) Sutt. et Gibs.) I. GIMÉNEZ VERDÚ Estre trabajo recoge una serie de notas acerca de las características sintomatoló- gicas, etiológicas, biológicas, epidemiológicas, terapéuticas y de otros aspectos de in- terés sobre el cáncer del ciprés, producido por el Deuteromiceto Melanconial Seiri- dium cardinale (Wag.) Sutt. et Gibs., sin. de Coryneum cardinale Wag. Del mismo modo son incluidas diversas indicaciones en torno al origen e introduc- ción de la planta huésped y de otras Cupresáceas en nuestro país, viniendo conside- rado entre otros datos su uso, difusión y diversa sensibilidad al patógeno. En control químico se hace referencia a las principales líneas, destacando el uso de apositos sobre heridas como Santar-SM o Vinavil y de tratamientos con benomylo, carbendazima, metil-tiofanato y sus asociaciones con captafol o diclofluanida, aconse- jando la importancia de proteger viveros. En cuanto a la mejora genética, en la que se piensa, recae fundamentalmente la posibilidad de una solución más eficaz que la procurada por los biocidas en el control de la enfermedad, se tiene en cuenta la selección de cultivares, creación de variedades multiclonales y a partir de éstas la creación de viveros, consecución de una adaptación pedoclimática estable en los ejemplares seleccionados y previsión de una posible apa- rición de patotipos capaces de rebasar la resistencia. Finalmente se indica que por el momento no han sido identificados en las mues- tras recogidas Lepteutypa cupressi (Natras et al.) Swart 1973, así como tampoco Sei- ridium unicorne (Cooke et Eli.) Sutton 1975, concluyéndose en haber sido observado como transmisor principal de la enfermedad al escolítido Phloesinus aubei (Perr.). I. GIMÉNEZ VERDÚ: Departamento de Biología Vegetal I. Facultad de Biología. Universidad Complutense. Madrid. Palabras claves: Seiridium cardinale, ciprés, viveros, variedades multiclonales, sensibilidad. INTRODUCCIÓN décadas, tanto en Europa como en otros países, desde viveros a poblaciones foresta- El hongo Deuteromiceto Melanconial les, sin excluir hileras de protección o ejem- Seiridum cardinale (Wag.) Sutt. et Gibs. plares ornamentales de las plantas huésped. (1972), descrito por WAGENER (1939) A dicha alteración parecen resultar sen- como Coryneum cardinale y posteriormen- sibles no sólo todas las especies del género te considerado teleomorfo de Leptosphae- Cupressus, cualesquiera que sea su proce- ria sp. (HANSEN, 1956), origina el cáncer dencia, sino también muchas otras Cupre- del ciprés, enfermedad que debido a su gra- sáceas, tales como Chamaecyparis, Crypto- vedad y a la facilidad de expansión del pa- merira, Cupressocyparis. Juniperus, Thuja tógeno, viene destruyendo en las últimas e híbridos de estos géneros (GRANITI, 1986), no disponiéndose todavía de medios Así, la presencia de 5. cardinale en Por- de control suficientemente efectivos. tugal (CAETANO, 1980) parece haber sido Al principio el hongo fue considerado confundida con la de S. unicorne (GRANI- por WAGENER como Hongo Imperfecto, TI, 1986). De igual modo las pérdidas de ci- que incluyó dentro del grupo Melanconia- preses atribuidas a este hongo en Africa les. Más tarde, HASEN al descubrir su for- Oriental y otras partes, según dicho autor, ma sexuada, lo relacionó con el género As- parecen deberse en cambio a L. cupressi, comicetal Leptosphaeria. lo que también ha sucedido recientemente De igual modo la enfermedad ha sufrido en Grecia (XENOPOULOS, 1984). diversas visicitudes. Así, al inicio fue con- Es necesario a su vez considerar que siderada entre otros aspectos como conse- L. cupressi hasta el momento parece única- cuencia de desórdenes fisiológicos debidos mente presentarse en Cupresáceas, inclu- a anomalías climáticas que aparecían espe- yendo varias especies de Cupressus, Cu- cialmente sobre el tronco. pressocyparís, Chamaecyparis y Juniperus, comprendiendo su distribución geográfica el Este y Sur de Africa, Japón, Australia, DISTRIBUCIÓN DE LA ENFERMEDAD Nueva Zelanda y Grecia. Relativo a S. unicorne, descrito en Identificada primeramente en California EEUU en 1978, ha sido identificado en por WAGENER (1928), lo ha sido posterior- Norteamérica, Europa, Asia y Oceania, pa- mente en Europa, en Francia por BARTHE- rasitando a parte de Cupresáceas, ocho fa- LET y VINOT (1944) y LANIER (1963), en milias por el momento, si bien parece me- Italia por GRASSO (1951). Igualmente nos patógena que las dos especies anterior- S. cardinale fue señalado en Nueva Zelan- mente citadas. da por BlRCH (1933). Así pues, si bien en Europa S. cardinale Asimismo en el transcurso de los años, origina la enfermedad más grave del ciprés han sido otras muchas las notificaciones con enorme difusión, el panorama podría realizadas sobre la presencia del hongo ser empeorado considerablemente al ser (Gran Bretaña, Grecia, Irlanda, Portugal, detectada la presencia de L. cupressi (como España, URSS, Yugoslavia). A estas citas S. unicorne) en Grecia (XENOPOULOS, hay que añadir otras efectuadas en Argen- 1984). tina, Norte y Sur de Africa y Australia Por último, hay que tener en cuenta (SUTTON y GIBSON, 1972; GRASSO y PON- igualmente que existen otros hongos pató- CHET, 1979). genos que producen también cáncer en es- No obstante, en muchos casos se han pro- pecies de Cupressus y otras Coniferas (WA- ducido confusiones en su identificación, de- GENER, 1964; GRANITI, 1979), tales como bido a que existen otras dos especies con Botryosphaeria obtusa (Schwein.) Shoem., un estado conidial en el género Seiridium, Sphaeropsis sapinea (Fr.) Diko y Sutton y Lepteutypa cupressi (Natrass et al.) SWART, Nectria haematococca Berk, y Br., las cua- 1973 y 5. unicorne (COOKE y ELL.) SUT- les como mínimo se han observado asocia- TON, 1975 (de la que L. cupressi es anamor- das con las alteraciones señaladas (GRANI- fa), de aspecto semejante y que originan en TI, 1986). huéspedes comunes alteraciones parecidas. En España, la enfermedad fue en un Así se ha podido observar, que los sínto- principio señalada por TORRES (1969) en la mas producidos por L. cupressi son simila- región de Madrid. Más tarde se pensó que res a los causados por 5. cardinale en los estaba restringida a regiones centrales de la mismos huéspedes y por otra parte, que los península (TUSET, 1979). En 1980, MUÑOZ causados por S. unicorne no vienen sufi- y RUPÉREZ realizaron un estudio integral cientemente precisados en la bibliografía de los principales factores bióticos, abióti- (GRANITI, 1986). cos y medios de control, que inciden en el deterioro y reducción de la planta huésped ácaros como Trisetacus pini cupressi Andre en nuestro país, resaltando la posibilidad de y los citados escolítidos P. aubei especial- que aparezcan nuevas razas de S. cardinale mente y en segundo lugar P. thujae. Vec- con mayor agresividad y virulencia. Asimis- tores citados anteriormente por MUÑOZ y mo VARES MEGINO desde 1975 se interesa RUPÉREZ (1980). por este desequilibrio al iniciar aislamien- tos del patógeno. Por otra parte, hay que tener en cuenta Durante los últimos años se han realiza- que el hongo resiste temperaturas muy ba- do muéstreos en provincias de varias auto- jas, dependiendo en gran parte su expan- nomías españolas, y aunque parecen existir sión del régimen de lluvias. Durante los pe- focos aislados en diversas zonas de las mis- ríodos húmedos la esporulación es alta, mas, al parecer predomina la enfermedad, contribuyendo a aumentar la densidad de dada la frecuencia con que ha sido aislado inoculo en el medio los árboles enfermos y el patógeno, en Navarra y la Meseta Cen- demás restos infectados. La enfermedad tral. viene así diseminada mediante las esporas o los trozos de acérvulos dispersados por la Lo que sí se ha podido apreciar claramen- lluvia y luego por el viento. te es que se ha propagado considerable- mente en los últimos 15 años. De igual modo hay que tener en cuenta, Pestalottia (Pestalozzia) funérea Desm., que el patógeno es capaz de infectar la plan- de interés fitopatológico secundario, se ha ta durante todo el año (WAGENER, 1939; observado con frecuencia en la Región Ca- MAGNANI, 1966; MORIONDO, 1972) y que talana y en la Meseta Central. invade muy pronto los conos y semillas de ciprés (Fig. la, b), por lo que es de sumo interés inhibir la enorme transmisión que representa la semilla (MOTTA y SAPONA- DISPERSION RO, 1983; MOTTA, 1984, 1986). No obstante, la diseminación puede ha- La difusión de la enfermedad parecen lle- ber sido facilitada por la importación desde varla a cabo especialmente insectos perfo- otros países vecinos del Mediterráneo de radores de la corteza de los árboles y pája- semillas infectadas, o por el transporte en ros. Así, es sabido que la diseminación es el interior del país, de estos u otros elemen- favorecida por vectores, tales como escolíti- tos vegetativos de propagación tales como dos (COVASSI etal, 1975; INTINI y PANCO- plantones, igualmente infectados. NESI, 1976). Phloeosinus aubei (Perr.) y P. thujae (Perr.) (COVASSI et ai, 1975), En España como invasor secundario ha han sido observados en alto número de Cu- sido encontrado frecuentemente P. funérea presáceas (ZOCCHI, 1956). Al parecer Desm., de interés fitopatológico secunda- P. aubei es un vector activo de esporas e hi- rio. Inversamente, L. cupressi y S. unicor- fas, que merodea por los árboles muertos o ne, no han sido observados en las muestras decadentes y se alimenta de cortezas sanas. recogidas en el transcurso de este trabajo. Otros insectos que se han observado aso- P. funérea es un hongo Melanconial fre- ciados con la enfermedad y que en conse- cuente en plantas debilitadas, en las que cuencia también contribuyen a su disper- emergen acérvulos de la superficie de los sión, son Lespeyresia cupressana Kearf. órganos afectados de un diámetro de 250 ¡x (FRANKI y PALMENTER, 1972) y Cinara cu- aproximadamente. Los conidios son fusoi- pressi Buck. (LuiSl y TRIGGIANI, 1977). dales y miden cerca de 22 x 5 \i, estando En España se ha observado la presencia formados por 5 células, las 3 centrales os- en plantas enfermas de algunos áfidos como curas y la de cada extremo hialina.