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LOS GLACIARES ALTOARAGONESES

JAVIER CHUECA CÍA FERNANDO LAMPRE VITALLER

INSTITUTO DE ESTUDIOS ALTOARAGONESES DIPUTACIÓN DE HUESCA Directora: ANA CASTELLÓ PUIG Redacción: INSTITUTO DE ESTUDIOS ALTOARAGONESES

Los «CUADERNOS ALTOARAGONESES DE TRABAJO» tienen, sobre todo, una vocación didáctica; están concebidos para enseñar —si es posible, de- leitando— de una manera sencilla; pretenden poner al alcance de cuantos se asomen a ellos los más variados temas de la realidad pasada y presente del solar en el que nacen, tierras llanas y quebradas de Huesca. Mas, a pesar de su sencillez, no renuncian ni un ápice a la rigurosidad de sus contenidos.

Los «CUADERNOS ALTOARAGONESES DE TRABAJO» no desdeñan los datos y detalles pequeños y elementales, siempre necesarios para el tratamien- to analítico de cualquier tema, pero se interesan también, y mucho, por las ideas y los métodos de trabajo. Tienen, por lo tanto, otra intención: la de alen- tar el espíritu crítico.

Los «CUADERNOS ALTOARAGONESES DE TRABAJO» hablarán de cosas múltiples. De piedras seculares y de odres para aceite y vino; de valles y plan- tas medicinales; de gentes anónimas y sus comidas, juegos y refranes. De los ríos, tal vez...

Los «CUADERNOS ALTOARAGONESES DE TRABAJO» quieren incitar a recorrer, recoger, guardar y admirar; a preguntarse por las cosas, a que cada cual, movido por la curiosidad, trabaje a su manera por defender la cultura de todos.

Edita: Instituto de Estudios Altoaragoneses Autores: Javier Chueca Cía y Fernando Lampre Vitaller Fotos: Fernando Lampre, José Luis Peña, Retratería de Benasque y Javier Chueca Foto cubierta: Vista invernal del glaciar de Llardana (macizo de Posets o Llardana). (Foto: F. Lampre) Depósito Legal: HU-34/94 ISBN: 84-8127-014-8 Imprime: Grafic RM Color S.L. C/ Comercio, parcela I, nave 3 Tel: (974) 24 54 64 - 22006 Huesca Impreso en España/Printed in Spain Glaciar de Ossoue (Pirineo francés). (Foto: F Lampre)

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN 2 2. EL GLACIARISMO: DEFINICIÓN Y ORÍGENES 3 3. LA EVOLUCIÓN DEL GLACIARISMO PIRENAICO 4 3.1. Pleistoceno Superior 7 3.2. Holoceno 19 4. LOS GLACIARES PIRENAICOS EN LA ACTUALIDAD 20 4.1. Macizo de Balaitús o Moros 20 4.2. Macizo de Infiernos o Quijada de Pondiellos 21 4.3. Macizo de o de la Comachibosa 21 4.4. Macizo de Monte Perdido 21 4.5. Macizo de La Munia 22 4.6. Macizo de Posets o Llardana 25 4.7. Macizo de Perdiguero 27 4.8. Macizo de la Maladeta-Aneto 27 5. EL FUTURO DE NUESTROS GLACIARES 28 6. GLOSARIO DE TÉRMINOS 29 7. TERMINOLOGÍA ARAGONESA (PIRINEO OSCENSE) PARA LOS FENÓMENOS GLACIAL, PERIGLACIAL Y NIVAL 31 8. BIBLIOGRAFÍA 31 1. INTRODUCCIÓN 140

ppmv 200 Hasta el siglo pasado, las cumbres del Pirineo 220 - estuvieron envueltas por un halo misterioso al que 240 - contribuían su inaccesibilidad y su carácter mágico 2130 - y mitológico. Los excursionistas románticos decimo- 200200- nónicos abrieron la montaña a los estudios ilustra- -30- dos, aportando los primeros conocimientos sobre cal =4 dfa'' o - estos espacios y, en particular, sobre los llamativos 20 - restos glaciales. A pesar del precoz contacto inicial, 40 - los trabajos científicos no llegaron hasta mucho más - tarde, siendo el momento presente el que registra - aleo una mayor atención de los glaciólogos, en coinci- (normalizada) dencia con el creciente interés ambiental de nuestra o - sociedad, preocupada por la conservación de un patrimonio excepcional e irrepetible. En el Pirineo Central oscense, festoneando las más altas cimas de la cordillera, enriscados entre abruptas paredes rocosas, se ocultan los últimos testimonios de los hielos que, un día, llegaron a cubrir gran parte de Europa. En las etapas frías cua- ternarias los glaciares pirenaicos alcanzaron una extensión considerable, descendiendo sus gélidas lenguas, a lo largo de decenas de kilómetros, por la 140 120 100 80 60 40 20 totalidad de los grandes valles. Los episodios cáli- Ka BP dos posteriores a la última glaciación hicieron retro- ceder gradualmente estas masas heladas, hasta Cronología de la glaciación en el Pirineo español. A: dejarlas recluidas en el interior de los circos de variaciones en la concentración de CO, atmosférico (ppmv) cabecera. La mayor parte de las formas de relieve a partir del análisis de registro de hielo de Vostok de la alta montaña aragonesa fue generada por la (modificado de BARNOLA et al., 1988); B: desviaciones de los valores de radiación de 1950 AD en cal cm-2 día-' para la acción modeladora de los glaciares: amplios valles mitad del año calórico de verano en el Hemisferio Norte en artesa, espectaculares circos salpicados de ibo- (modificado de BERGER, 1978); C: variación global del nes. cordones de morrenas .. volumen de hielo establecido a partir de registros isotópicos (diso) procedentes de diversos océanos (modificado de MARTINSON et al., 1987); D: estimación de la dinámica de la glaciación en el Pirineo a partir del análisis de secuencias sedimentarias (BoRooNAu et al., 1992); E: valoración cualitativa de la cronología y magnitud de las variaciones del volumen de hielo retenido en el Pirineo (Fuente: MONTSERRAT, 1992).

En la actualidad los glaciares de mayores dimen- siones de la cordillera pirenaica se encuentran al norte de la provincia de Huesca, constituyendo los únicos restos funcionales de toda la península Ibéri- ca y los más meridionales de Europa. Por su locali- zación en latitudes mediterráneas presentan un pre- cario equilibrio en su dinámica que los sitúa al borde de una inminente extinción, solamente sosla- yada por la considerable altitud de los macizos que los acogen. A lo largo de este Cuaderno, intentare- mos mostrar al lector interesado algunas de sus Distintas morfologias de origen glacial presentes características básicas y definitorias (su evolución, en el Pirineo aragonés. su ubicación precisa, sus dimensiones y fisiono-

2 Valle de Pineta: ejemplo de artesa glacial. (Foto: E Lampre) mía...), animados siempre por el claro propósito de nentales. Nuestro planeta atraviesa en la actualidad contribuir al mejor conocimiento de estas majestuo- una de estas edades: desde hace unos 2-3 millones sas morfologías que la naturaleza, amablemente, ha de años la masa glacial ha aumentado o disminuido permitido conservar en nuestra tierra. alternativamente su volumen (períodos glaciales e interglaciales, respectivamente). Hoy -en pleno interglacial-, cerca del 10% de la superficie terrestre 2. EL GLACIARISMO: permanece ocupada y cubierta por los hielos; hace DEFINICIÓN Y ORÍGENES unos 18 000 años, durante el último máximo glacial a escala planetaria, dicha extensión alcanzaba un Los glaciares constituyen masas de hielo natural llamativo 32%. El mayor volumen de hielo se alma- que tienden a desplazarse bajo la influencia de la gravedad, convirtiéndose en eficaces agentes de modelado geomorfológico. Se forman en medios fríos -en altas latitudes o en zonas alpinas, básica- mente- a partir de la metamorfosis producida en el manto nivoso con el paso del tiempo (transición nieve-névé-hielo glacial). Durante buena parte de la historia geológica de la Tierra se han registrado -a intervalos aproxima- dos de unos 150 millones de años- fases de recru- decimiento climático muy marcado conocidas como edades glaciales (con una duración media de varias decenas de millones de años), durante las que la extensión alcanzada por los casquetes glaciales marginales creció de forma considerable, llegando Cubeta de sobreexcavación glacial de Castejón de Sos. incluso a desarrollarse dentro de los límites conti- (Foto: J. Chueca)

3 Ibones de origen glacial: valle de los Ibones (macizo de Llardana). (Foto: E Lampre)

En el Pirineo, en concreto, los valores mínimos de radiación de verano durante el último ciclo glacial- interglacial se produjeron entre los 50 000-40 000 años B. P., coincidiendo con la fase de máxima expansión de los hielos registrada en la cordillera. Iniciaremos la exposición precisamente a partir de este momento, clave en nuestra reciente historia glacial.

3. LA EVOLUCIÓN DEL Morrena tardiglacial en la coma de San Adrián GLACIARISMO PIRENAICO (macizo del Turbón). (Foto: J. Chueca) cena actualmente en los enormes inlandsis y en los Durante las últimas etapas del Pleistoceno -hace casquetes glaciales circumpolares, que retienen el aproximadamente 70 000-40 000 años- espesos 75% de las reservas planetarias de agua dulce; los mantos de hielo en forma de casquetes cubrían los glaciares de valle de tipo alpino, aunque bastante sectores cimeros montañosos de los Pirineos, al más numerosos, cubren una superficie notablemen- O te menor (860000 frente a 14000000 de km2). Fase de lo Pequeña Edad del Hielo 100 - 300 HOLOCENO Entre las causas que se han aducido para expli- 10 1331/11MACIAL Fase desladarea rocosos 10000 - 110 00 car la génesis de estos largos episodios de deterio- Siitéra ese Lana da MI. 3000 - 16000

ro climático destaca por su validez la denominada .

ión dacimea. v. mame.

"teoría astronómica de la evolución de los glacia- iac .]6000 res", desarrollada formalmente por el físico serbio lac &g & M. Milankovitch. Siguiendo sus premisas, para que se entre en un período de glaciación es necesario 01.6661. Fasc Sub.. po• máximo 31000-45000 que la radiación de verano en las altas latitudes Fase de máximo glacial • 5000 -50000 alcance valores mínimos; entonces el balance acu- 50 mulación-ablación de nieve se decanta hacia la .50006 60 acumulación, iniciándose el flujo de los glaciares Fase de pie-máximo glacial con las consiguientes modificaciones del clima a ro. escala local y regional. Las variaciones periódicas los año BP. idos B.P. en los parámetros orbitales de la Tierra (precesión e inclinación del eje y excentricidad de la elipse) ayu- darían a explicar de forma coherente el origen de Periodización de fases para el último ciclo glacial en el estas anomalías. Pirineo meridional español (modificado de BORDONAU, 1992).

4 igual que ocurría en buena parte de la Europa cen- tral y septentrional. Desde ellos descendían largas lenguas de hielo de varios centenares de metros de espesor, auténticos glaciares de valle muy similares a los que hoy pueden observarse en las más eleva- das cordilleras de otras partes del globo (Himalaya, Andes, Alpes, etc.). El modelado del paisaje de la alta montaña oscense debe mucho a la acción de estas masas glaciales, cuyas huellas aún pueden encontrarse en múltiples rincones pirenaicos: rocas aborregadas pulidas por el efecto abrasivo de los hielos; valles laterales suspendidos, colgados cien- tos de metros por encima de los cursos fluviales actuales; umbrales y cubetas de sobreexcavación Rocas pulidas y estriadas en el Forau d'Aigualluts (macizo muchas veces ocupadas por pequeños ibones... de la Maladeta). (Foto: J. Chueca) A continuación, expondremos brevemente los leoecológicas. La obtención -cada vez más frecuen- aspectos evolutivos más importantes del glaciarismo te- de dataciones absolutas (en Aragón se dispone de la cadena a lo largo del Pleistoceno Superior de datos para las cuencas de los ríos Gállego y (períodos glacial y tardiglacial) y Holoceno (período Noguera Ribagorzana) ha permitido afinar notable- postglacial), examinando en un apartado posterior mente la ubicación temporal de los jalones básicos las características de los focos glaciales pirenaicos del último ciclo glacial/interglacial pirenaico, tendien- actuales. La cronología que proponemos en nuestro do a desterrarse, desde hace ya algunos años, la trabajo está basada en los más recientes estudios aplicación de la tradicional división cuatripartita de sobre glaciarismo llevados a cabo tanto en nuestro las glaciaciones en los Alpes (Günz, Mindel, Riss y país como en la vertiente septentrional, que incluyen Würm), cuya correspondencia exacta con la cordille- la realización de distintos tipos de sondeos y obser- ra pirenaica no parece fácil de sostener. vaciones geomorfológicas, sedimentológicas o pa-

Rocas aborregadas en las cercanías del ibón superior de Coronas (macizo de la Maladeta). (Foto: E Lampre)

5 Límite de nieves permanentes: y Fase de máxima expansión

Área de nieves permanentes actual 25 50km

) Límite de nieves permanentes: 11 Pequeña Edad del Hielo

do Área de nieves permanentes actual 0 25 50 km

Limites de extensión de nieves permanentes en el Pirineo central meridional: fase de máxima expansión, tardiglaciar y Pequeña Edad del Hielo.

6 Cresta Lenito-Peña Forca (valle de Echo): foco glacial durante la Pequeña Edad del Hielo. (Foto: F. Lampre)

3.1. PLEISTOCENO SUPERIOR fases básicas -en función del grado de desarrollo y Período glacial extensión de los hielos- desigualmente repartidas en el tiempo: La magnitud alcanzada por el fenómeno glacial en nuestro Pirineo a lo largo de la última gran glacia- ción experimentó considerables altibajos, que se tradujeron en una dinámica cambiante, con etapas alternas de mayor o menor repercusión en el mode- lado del paisaje. Se han podido distinguir así tres

Artesa glacial del río Ara y valle colgado del río Sorrosal en el valle de Broto. (Foto: F. Lampre)

Fase de pre-máximo glacial: Incluye el intervalo de tiempo en el que los glaciares pirenaicos -desde el último período interglacial en adelante- fueron aumentando paulatinamente su extensión hasta lle- Cubetas de sobreexcavación e ibones de origen glacial en la cabecera del río Caldarés (Panticosa, valle de Tena) gar a su tope máximo. Cronológicamente, la etapa (Foto: F Lampre) no cuenta, hasta la fecha, con dataciones absolutas

7 ron su máxima extensión. Cronológicamente, se ubica entre los 50000-45000 años B. P. y muestra una clara diacronía con la edad atribuida al último máximo glacial en Europa septentrional y Norteamé- rica (en torno a los 20000-18000 años B. P.). La posición relativamente aislada de la cordillera pire- naica, su menor altitud y su meridionalidad se han aducido como causas principales a la hora de expli- car esta falta de sincronía.

Artesa glacial tapizada por depósitos morrénicos en el Alto Ara. (Foto: F. Lampre) que permitan fijarla con una cierta precisión, pero tradicionalmente se viene considerando anterior a los 50000 años B. P. Una de las mayores dificulta- des que plantea su estudio viene ligada a la propia destrucción que experimentan sus testigos sedi- mentarios (que tan sólo se conservan en enclaves , topográficamente adecuados), erosionados al aumentar la masa glacial. Los únicos registros direc- tos conservados en nuestra región se localizan en el Alto valle de Gistaín (macizo de Posets). valle de Remascaró (cuenca del Ésera), donde se (Foto: F. Lampre) han identificado depósitos glacio-lacustres y glacio- A lo largo de esta fase, los fondos y laderas de fluviales deformados y fosilizados por Os del último numerosos valles oscenses se encontraban cubier- máximo glacial. En el complejo glacio-lacustre yux- tos por potentes espesores de hielo que descendían taglacial de Llestui, en el valle de Llauset (cuenca pausadamente hasta las cotas de 700-800 m de alti- del Noguera Ribagorzana), han aparecido registros tud. Según varios autores, el límite de las nieves indirectos -materiales de la fase pre-máximo reto- permanentes en esta etapa se localizaba entre los mados o retrabajados e incluidos en depósitos de 2 000-2 300 m en la vertiente surpirenaica y los edad posterior- que permiten deducir igualmente la existencia de un período de estabilización. Fase de máximo glacial: Incluye el lapso de tiem- po durante el cual los glaciares pirenaicos alcanza-

Artesa glacial de Vallibierna (macizo de la Maladeta). (Foto: F. Lampre)

1800-2000 m en la vertiente francesa (hoy se sitúa por encima de los 2950 m). Las temperaturas eran del orden de 6 a 7 grados inferiores a las actuales, Artesa glacial de Guarrinza (valle de Echo, comunal de Ansó-Echo) (Foto: J. Chueca) con inviernos crudísimos y veranos cortos y muy

8 izar te 1.1211111E 12 aira

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Esquema geomorfológico del modelado glacial y periglacial en el macizo del Turbón. Leyenda: 1) modelado estructural en materiales de las Formaciones Prada-Baciero; 2) buzamiento de las capas; 3) escarpes; 4) limites de valle glacial; 5) morrenas; 6) incisión fluvial en morrenas; 7) superficies de erosión; 8) dirección de fluencia del hielo; 9) glaciares rocosos; 10) derrubios de nivación; 11) canales de aludes; 12) conos de aludes; 13) zonas con céspedes almohadillados; 14) dolinas; 15) lapiaz; 16) laderas con predominio de materiales de gelifracción; 17) canchales funcionales; 18) canchales funcionales con morfología en conos; 19) cicatriz de arranque de desprendimientos, deslizamientos y coladas-flujos; 20) coladas-flujos; 21) deslizamientos; 22) valles de incisión lineal (Fuente: CHUECA, 1992 a).

9 REGISTRO EN EL DELTA REGISTRO LACUSTRE

GRAVAS

1240 I 60 TURBA RITMIT AS ARCILLAS Y LIMOS LIMO ARCILLOSAS A 3280 z 70 TURBA

880 z 40 1360 z 50 — MASIVO

RIt MITAS LIMPARCILLOSAS 11,18 z 50

FINAMENTE LAMINADO

TRAMO ORGÁNICO MASIVO

LAMINACIONES BLANCAS

LAMINADAS ARCILLAS AZULES

VAS

100 rn

1 m

Correlación entre el registro deltaico y el registro lacustre del ibón de Tramacastilla a partir de cronologíam C (Fuente: MONTSERRAT, 1992). frescos que favorecían un positivo balance de Siguiendo un transecto O-E a lo largo de nuestra masas en los cuerpos glaciares (predominio de las provincia, las lenguas glaciares surcaban los valles tasas de acumulación sobre las de ablación). La en longitudes variables, confiriéndoles su típica mor- disimetría en el reparto del glaciarismo entre las dos fología en artesa. Casi todas descendían de la Zona vertientes se relaciona fundamentalmente con ele- Axial pirenaica o de las máximas alturas de la cuer- mentos topográficos, que permitirían una mayor da fronteriza, salvo algunas excepciones qug incidencia de las borrascas atlánticas en la cara comentaremos más adelante (Cotiella, Turbón). septentrional y una menor insolación general. a) La cuenca del río Aragón -en su tramo arago- nés- abarca un conjunto de valles orientados de norte a sur entre las cubetas de Canfranc y de Ansó. El valle más importante que surca el sector es el de Canfranc (río Aragón), que, a partir de Jaoa, se dis- pone de este a oeste a lo largo de la Canal de Ber- dún, recogiendo el conjunto de afluentes, subparale- los entre sí, formado por los ríos Lubierre, Estarrún, Aragón-Subordán y Veral. El glaciar del río Aragón, con 22 km de longitud, se formaba por la unión de varias lenguas, fundamentalmente procedentes del margen oriental (Canal Roya, Izas, Ip, etc.), situándo- se sus morrenas terminales en la zona de Castiello de Jaca, a unos 900 m de altura, en el interior de la amplia cubeta de sobreexcavación de Villanúa-Ara- Artesa y circo glacial del macizo de Besiberris torés, en el flysch eoceno. Forman cinco o seis arcos (Alta Ribagorza). (Foto: F Lampre) que enlazan con los cordones laterales del valle,

10 Picos Malditos 3355 m

Coronas 3293 m A

Aneto 3404 m

Tempestades 3290 m

Russell 3207 m

1 Km Tucas de Vallibierna 3067 m

MODELADO FLUVIAL LITOLOGÍA Formas acumulativas

Morrenas de la Pequeña Edad Granito. Batolito de la Maladeta WI del Hielo Curso fluvial continuo Morrenas del Tardiglaciar [-----, Caliza devónica con niveles Curso fluvial discontinuo I de dolomía y cuarcita Morrenas de la Fase de Deglacia- Ruptura de pendiente. Cascada ["--1 Pizarra arenosa devónica con ción (Subfase glaciar de Altitud) niveles de arenisca y marga I-- Escombros glaciares sueltos o MODELADO GLACIAR derrubiados Cono de deyección Formas erosivas Glaciares rocosos de la Peouefia Arista resultante del recortantiento FORMAS MIXTAS DERIVADAS glaciar Edad del Hielo

Hom o pirámide resultante de la Glaciar actual Laguna o ibón en cubeta de Wad sobreexcavación glaciar 1-÷- intersección de circos (observaciones de 1991) Circo glaciar Heleros persistentes a finales del Laguna o ibón colmatado. /\ verano Turbera

Pared de rimaya, sometida a MODELADO NIVOPERIGLACIAR Escarpes gelifracción

Sustrato pulido y/o rastrillado Derrubios de gravedad.Canchales lwur Escarpes de umbral glaciar Jjí Trrirrrr

Difluencia glaciar Conos de derrubios y/o aludes

Canal de derrubios y/o aludes

Derrubios de nivación Protalus rampart

Morfología glaciar de la cabecera de Vallibierna (macizo de la Maladeta) (Fuente: LAMPRE, en prep.).

11 Boltana

arasOárj murndlica0

o 10 20 Km. • 1 —

• 5 N° glac. rocosos I 24 9b 64 e 10 10 12 12-14 19-16 16 Predominio de rocas plutónicas Densidad de fracturación (So cm2) • 10

Relación entre la distribución de los glaciares rocosos y la litología y la densidad de fracturación en el Pirineo oscense (Fuente: CHUECA, 1991 b). constituyendo uno de los mejores ejemplos de com- plejo morrénico terminal en el Pirineo español. El glaciarismo de los valles afluentes al Aragón ha sido menos estudiado y requeriría de análisis de mayor detalle: el glaciar del valle de Echo -con mucho el más importante- superaba los 25 km de longitud, alcanzando las cercanías de la localidad de Siresa (850 m) y rebasando los 400 m de espe- sor de hielo; su gran desarrollo se hallaba ligado a lo amplio de su cuenca de cabecera y a su particu- lar disposición E-0 (sector de Aguas Tuertas), que le permitió una excelente alimentación. Aunque su morrena terminal está muy degradada, se conser- Cabecera del valle glacial del río Bellós (Añisclo). (Foto: F. Lampre)

van algunos restos de cordones laterales y depósi- tos de obturación, como los del valle de la Renclusa y el barranco de Agüerri, este último con más de 300 m de espesor de acumulación de sedimentos. El glaciar del río Osia terminaba a unos 1 100 m de altura, al norte de Aragüés del Puerto, siendo su lon- gitud de sólo 7 km. El glaciar del valle de Ansó tam- bién era de corto recorrido (11 km), lo mismo que el del valle de Aísa (7 km), conservándose en todos ellos acumulaciones morrénicas de escaso interés. b) En el glaciar del río Gallego (valle de Tena), for- mado por la unión de varias lenguas secundarias Glaciar rocoso de Pombie (Midi d'Ossau). (Foto: E Lampre) (Aguas Limpias, Escarra, Caldarés, etc.), se supera-

12 glaciar del Ara fuera considerable y se aproximara a los 40 km, llegando en su fluir hasta las proximida- des de la localidad de Sarvisé (850 m). Es muy des- tacable, asimismo, el valle colgado del actual barranco de Sorrosal —que debe trasponer una pro- funda gorga subglacial para desembocar en la cubeta de Broto, en el río Ara— con abundantes depósitos de obturación lateral (fluvioglaciales y gla- ciolacustres) localizados entre Viu y Linás de Broto.

Detalle del glaciar rocoso del Turbón: coma de San Adrián (macizo del Turbón). (Foto: J. Chueca) ban los 40 km de recorrido, alcanzando sus morre- nas terminales el pie de las Sierras Interiores pirenai- cas y conformando el complejo morrénico de Sene- güé (820 m). El espesor del hielo debió de sobrepa- sar los 500 m en Biescas y su anchura los dos kiló- metros, como se deduce de la posición de sus morrenas laterales; éstas dieron lugar a la obturación de algunos valles afluentes, donde existen depósitos Morrena de la Pequeña Edad del Hielo en Llosás (macizo de la Maladeta). (Foto: E Lampre) fluvioglaciales y glaciolacustres (barrancos de Arás o de Escuer) muy degradados por la posterior d) El valle del Cinca fue, sin duda, uno de los más acción erosiva de los torrentes de montaña. importantes en cuanto a extensión del Pirineo ara- gonés. Se abría en varios brazos glaciados entre los que destacaban, fundamentalmente, los de los sub- valles de Pineta-Bielsa y Gistaín, ambos con cuen- cas de alimentación de notable tamaño; algo meno- res eran los de Puértolas y Añisclo, desconectados ya de la lengua principal. Pese a las numerosas aportaciones recibidas, el glaciar del Cinca no tuvo un recorrido excesivamente largo (40-45 km), lle- gando hasta las cercanías de Lafortunada (730 m). Restos morrénicos importantes se han citado en los alrededores de Plan, Gistaín y Saravillo.

Detalle de los depósitos glacio-lacustres de Ceder. (Foto: J. L. Peña)

c) La lengua del valle de Broto (río Ara) recogía los aportes de los hielos acumulados en la vertiente meridional del macizo de Vignemale (Comachibosa) y, fundamentalmente, los procedentes del margen occidental del macizo de Monte Perdido, que dieron lugar a una de las más bellas artesas glaciales con- servadas en todo el Pirineo: el valle de Ordesa. Los restos morrénicos identificados en la zona, por con- Ibón superior de Coronas (macizo de la Maladeta). tra, son bastante reducidos, aunque la longitud del (Foto: F. Lampre)

13 f) La lengua glacial del fronterizo Noguera Riba- gorzana (27 km) se aproximó hasta las cercanías de Vilaller (940 m), siendo algo más corta que la del Noguera de Tor, con el que no llegó a confluir. Se nutría, en su margen occidental, de los valles afluen- tes aragoneses de Salenques y Llauset y morfológi- camente se trata de una magnífica artesa parcial- mente retocada por acumulaciones de origen late- ral, como conos de derrubios, coladas-flujos, can- chales y otras formaciones de ladera. Tras la unión con el valle de Llauset, se generó una cubeta de unos 5 km de largo y 0,6-0,8 km de anchura, que forma actualmente la gran llanura de Bono, en la que se han calculado, mediante sondeos eléctricos, 210 m de depósitos. Los Os terminales se sitúan al sur de la localidad de Vilaller, donde un arco morré- nico ha originado la sedimentación de unos 60 m de materiales lacustres y fluviodeltaicos. g) Los macizos de Cotiella y del Turbón mantuvie- ron -a pesar de su alejamiento de la cadena axial- pequeños focos glaciales a lo largo del Pleistoceno Superior. En el primero se reconocen varios circos, de los que descendían cortas lenguas glaciares,

Cubeta de sobreexcavación glacial del Plan d'Están (valle de Benasque). (Foto: J. Chueca)

e) El glaciar del valle de Benasque se alimentó de las cuencas afluentes provenientes de la cuerda fron- teriza y de los macizos de Llardana o Posets (Remu- ñé, Literola, Estos, Eriste, etc.) y la Maladeta (Cregüe- ña, Vallibierna, Remascaró, etc.). La morfología en artesa ha quedado perfectamente impresa en el valle, que aparece bruscamente cerrado por el estre- chamiento del congosto de Ventamillo, cañón fluvial junto al que se sitúa la muy degradada morrena ter- minal del glaciar (900-920 m). La lengua, de 36 km de longitud, alcanzó en el área de Benasque 500 m de espesor y llegaba bien alimentada hasta su final, permitiéndole efectuar una difluencia lateral hacia Urmella-Bisaurri. Sondeos eléctricos realizados en la cubeta de sobreexcavación de Benasque han mos- trado la existencia de unos 290 m de depósitos fluvio- deltaicos y glaciolacustres. Los vecinos glaciares de los ríos Isábena y Baliera eran mucho menores y escasamente superaban los 3-5 km de longitud; la orientación meridional de sus cuencas de alimenta- ción, las bajas alturas de la caja glacial y lo reducido de su tamaño influyeron en su pobre desarrollo. Ibones de La Munia. (Foto: F Lampre)

14 Detalle de cauces anastomosados (aguas tuertas) y turberas en Plan d'Están (valle de Benasque). (Foto: F. Lampre) siendo la más desarrollada la que surgía del circo obligando al cauce del río Rialbo a difluir lateralmen- de Armeña (bien orientado hacia el noreste), que lle- te por su flanco occidental. Al pie del arco morréni- gaba hasta los 1 300 m de altura. El macizo del Tur- co se formó un amplio cono proglacial, en la anterior bón se encuentra todavía algo más al sur; su altura dirección de fluencia del hielo. y la favorable disposición hacia el norte de la Fase de deglaciación: Representa un lapso de combe (valle excavado en la charnela de un anticli- tiempo considerable, tradicionalmente enmarcado nal) labrada en su interior, permitieron el desarrollo entre los 45 000-13 000 años B. P., posterior a la fase de un pequeño glaciar de valle (2,5 km) que deposi- de máximo glacial y definido ya por el retroceso tó una llamativa morrena latero-terminal de unos 80- generalizado de los distintos aparatos glaciales que 90 m de altura a la salida del mismo, cerrándolo y acabamos de mencionar. Dentro de él, se suelen distinguir varias subfases que delimitan pequeños avances o períodos más o menos marcados de estabilización: a) La sub fase de estabilización post-máximo (45 000-31 000 años B. P.) está caracterizada por la formación de grandes complejos sedimentarios de margen glacial, ligados al mantenimiento continua- do de las lenguas de hielo varios kilómetros aguas arriba del máximo alcanzado en la fase anterior. Se crearon así acumulaciones de Os en forma de cor- dones morrénicos laterales, muy bien conservados en algunos valles aragoneses (acumulaciones de Senet, en el Noguera Ribagorzana, o en las laderas de la montaña de la Rueda, en el Ésera) y de depó- Morrena tardiglacial al pie de la cresta de Alba (macizo de la Maladeta). (Foto: F. Lampre) sitos glacio-lacustres yuxtaglaciales en las áreas de

15 Cubeta de sobreexcavación e ibón de Cregüeña (macizo de la Maladeta), el de mayor extensión del Pirineo aragonés. (Foto: F. Lampre) confluencia de los valles principales con afluentes ven muy reducida su importancia y espesor. Algu- secundarios (complejos de Linás de Broto, en el nos restos morrénicos indicativos de esta etapa de Ara; de Cerler, en el Ésera, o de Llestui, en el degradación, estudiados recientemente, se locali- Noguera Ribagorzana). zan en las cercanías del Seminario de Vilaller, en el b) La subfase de glaciares de valle menores Noguera Ribagorzana. (anterior -a falta de dataciones más precisas- a los c) La subfase de glaciares de altitud (16 000- 20 000-26 000 años B. P.) marca ya un retroceso 13000 años B. P.) representa un estadio aún más acusado en la longitud de las lenguas glaciales, avanzado en la retirada de los hielos, que quedan que, pese a ocupar todavía parte de las artesas, acantonados principalmente en los circos de cabe- cera, por encima de los 1700-2000 m. Abundan así en todo el Pirineo aragonés -desde el valle de Echo (Acherito, Anzotiello, Rincón de Alano, etc.) hasta el del Noguera Ribagorzana (Salenques, Anglios, Llau- set, etc.)- las morrenas laterales y terminales (morrenas de boca de circo) atribuibles a esta etapa, bastante bien conservadas y degradadas tan sólo parcialmente por la más reciente dinámica torrencial.

Período tardiglacial Durante el período tardiglacial (cronológicamente adscrito en torno a los 13 000-10 000 años B. P.), Ibón en proceso de colmatación (ibonet de Batisielles, gran parte de los cuerpos glaciales regresivos que macizo de Posets). (Foto: J. Chueca) acabamos de mencionar habían desaparecido en

16 do tardiglacial ha sido considerado así -en el ámbi- to pirenaico meridional- como una etapa de clima frío y seco de corta duración subsecuente al retro- ceso generalizado de los últimos vestigios glaciales pleistocenos. Fase de glaciares rocosos: Recibe su nombre a partir de la abundancia de morfologías de este tipo identificadas en la cordillera asignadas a esta etapa. Los estudios geomorfológicos acerca de los glacia- res rocosos situados en el Pirineo meridional español son todavía escasos, aun cuando ésta sea la región peninsular donde el fenómeno ha sido mejor analiza- do. Pese a la carencia de una definición normalizada sobre las características que conforman un glaciar rocoso, la mayoría de los autores que han trabajado en el tema vienen a coincidir en considerarlos masas de derrubios (generalmente compuestas por blo- ques angulosos con muy escasa matriz) situadas al pie de pendientes pronunciadas en medios de alta montaña. Suelen adoptar una disposición en forma de lóbulo, lengua o espátula, estando separadas del

Vista invernal del ibón de Alba (macizo de la Maladeta). (Foto: E Lampre)

su práctica totalidad, quedando únicamente como testigos de su antigua dinámica numerosas morfolo- gías de glaciares rocosos, desigualmente repartidas a lo largo de nuestra cordillera, y algunos arcos morrénicos atribuibles a distintas fases de retroceso Glaciares de Monte Perdido (macizo de Tres Sorores). -dos en concreto, constatadas en el macizo de la (Foto: E Lampre) Maladeta (Coronas) y en el de Panticosa-. El perío- terreno circundante por un frente escarpado y unas pendientes laterales considerables. Su tamaño varía en extremo, presentando en superficie series de cor- dones y surcos generalmente perpendiculares a la dirección de desplazamiento. Como ya hemos mencionado anteriormente, los glaciares rocosos aparecen en un extenso tramo de los Pirineos aragoneses, desde el valle de Echo hasta la Ribagorza, habiéndose identificado en un número superior a las 150 unidades. En general, en gran parte de los trabajos efectuados se resalta que la gran mayoría de formas de glaciar rocoso conser- vadas en el ámbito pirenaico son relictas. Tan sólo Glaciar de Frondiellas (macizo de Balaitús o Moros). en algunos casos podría caber la posibilidad de un (Foto: E Lampre) posible status de semifuncionalidad-funcionalidad

17 nes decrecientes y un aumento de la continentali- dad en el área central de la cordillera provocaron el desarrollo altitudinal diferenciado de las morfologías de glaciar rocoso. Las relaciones entre el desarrollo de los glaciares rocosos y su orientación han sido apuntadas tambien por numerosos autores: dentro de la vertiente meri- dional trabajada, más del 85% de los glaciares roco- sos se localiza en áreas orientadas entre los 270° y los 90° y el 75% se orienta hacia el N o el NE. Las variables meso y microclimáticas que favorecen esta ubicación (ablación reducida, protección ante los vientos dominantes, etc.) son similares a las que pro- ducen orientaciones del mismo tipo en los circos del área. Apuntemos, sin embargo, que la distribución de los glaciares rocosos tiene una preferencia mucho más marcada en su orientación hacia el norte que los circos glaciales, lo que indica que los glaciares roco- sos presentan una tolerancia climática bastante más reducida que la de los glaciares verdaderos.

Glaciar central de Infiernos (Quijada de Pondiellos). (Foto: E Lampre) actual, relacionado con elementos de localización favorables y génesis más reciente (post-Pequeña Edad del Hielo). La aparición de irregularidades en las pautas de distribución espacial de los glaciares rocosos del Pirineo Central aragonés es manifiesta y puede estar ligada tanto a factores de control litológico como a evidentes diferencias paleoambientales. Se ha confirmado la importante influencia ejercida por un grado de fracturación adecuado desarrollado en litologías idóneas (fundamentalmente cristalinas), en conjunción con elementos de orden climático, de cara a la explicación de los agrupamientos y con- centraciones de glaciares rocosos identificados en numerosos sectores pirenaicos. El examen de sus pautas de distribución altitudinal ha permitido cons- tatar igualmente, además del esperado y lógico gra- diente latitudinal, un marcado y general incremento en las alturas medias en dirección E a lo largo de toda la provincia de Huesca, motivado por factores paleoclimáticos relacionables con condiciones pre- Helero de Montferrat-Tapou en Labaza téritas en las que la existencia de unas precipitacio- (macizo de Vignemale). (Foto: F. Lampre)

18 desde el teórico máximo del siglo XIX (señalado en torno al tercer cuarto de siglo) fue muy acentuado y rápido en toda la cadena y desmanteló un buen número de pequeños focos glaciales hasta enton- ces activos. De esta forma, se han identificado res- tos morrénicos -en general en excelente estado de conservación- al pie de abundantes macizos mon- tañosos pirenaicos en los que se conjugaban condi- ciones idóneas topográficas y altitudinales que reducían las tasas de ablación (Mallo Gorreta, Casti- llo de Acher, Collarada-Partacua/Telera, Tendeñera, Argualas, etc.). Algunas de estas acumulaciones han evolucionado rápidamente, bajo condiciones climáticas periglaciales de extrema dureza -con presencia de suelos permanentemente helados continuos o discontinuos y creep superficial-, hacia morfologías funcionales de glaciar rocoso, escasas en los Pirineos y muy espectaculares, ya menciona- das con anterioridad (sería el caso de los glaciares rocosos de Argualas, Los Gemelos, Posets o Alba y, muy cerca de los límites de nuestra provincia, del glaciar rocoso de Besiberris).

Cascada de séracs en el glaciar del Petit Vignemale (Pirineo francés). (Foto: E Lampre)

3.2. HOLOCENO Período post-glacial Durante tiempos históricos, en pleno post-glacial holoceno -a lo largo del recrudecimiento frío del clima europeo que caracterizó a la Pequeña Edad del Hielo (siglos XIV-XIX)-, los glaciares pirenaicos registran su última pulsación positiva, muy reducida y de ámbito local, sin continuidad a lo largo de toda la cadena. Los aparatos glaciales que hoy podemos observar en nuestra montaña no son más que testi- monios relictos de esta última fase glacial. Aunque las masas heladas no alcanzaron las dimensiones desarrolladas en las últimas etapas degradativas de la fase de deglaciación (en ningún caso sobrepasa- ban los límites de los circos), la magnitud del fenó- meno fue importante y puede ser fácilmente recons- truida en función de los datos recogidos por pire- neístas, científicos y eruditos decimonónicos. Fase de la Pequeña Edad del Hielo: Esta fase se extendió en superficie más allá del conjunto de los Detalle de grietas en el glaciar de Ossoue macizos actualmente glaciados, ya que el retroceso (Pirineo francés). (Foto: F Lampre)

19 N.2 Nombre Alt. máx. Alt. mín. Ext. 1992 (ha) Orient. Coordenadas

1.1 Frondiellas N 2800 2700 8,4 SO 30TYN213/462 1.2 Brecha Latour 2880 2740 6,6 SE 30TYN219/462 1.3 Oriental Infiernos 2900 2770 7,7 NE 30TYN246/405 1.4 Central Infiernos 2900 2680 11,9 NE 30TYN243/407 1.5 Marboré 2920 2700 22,4 NE 31TBH561/312 1.6 Sup. Monte Perdido 3170 2960 8,9 NE 31TBH571/296 1.7 Int Monte Perdido 2940 2700 38,7 NE 31TBH572/299 1.8 La Paúl 3100 2900 13,9 NE 31TBH901/265 1.9 Posets 3200 3060 10,9 E 31TBH903/260 1.10 Llardana 3080 2900 21,9 NO 31TBH894/262 1.11 Literola 2980 2820 5,1 S 31TBH978/306 1.12 Maladeta 3200 2780 68,9 NE 31TC H066/250 1.13 Aneto 3300 2810 99,0 NE 31TC H075/236 1.14 Barrancs 3240 2940 16,5 NE 31TCH083/230 1.15 Tempestades 3000 2800 29,8 NE 31TC H089/223 1.16 Coronas 3200 2940 16,8 SO 31TC H074/229

Características generales de los glaciares del Pirineo altoaragonés al término de la Campaña de Control de 1992.

4. LOS GLACIARES PIRENAICOS cantidad de precipitaciones nivosas, está incidiendo EN LA ACTUALIDAD gravemente en la rápida destrucción de las masas glaciales pirenaicas. Estas morfologías son suscep- tibles de enterramiento por derrubios o evolución La situación del fenómeno glacial en la actualidad hacia glaciares rocosos, capítulo siempre interesan- denota un intenso retroceso desde el siglo pasado te de la dinámica mixta glacial-periglacial. De cual- (máximo glacial histórico de la Fase de la Pequeña quier forma, un balance de masas negativo, con Edad del Hielo) y en especial un incremento de la pérdida de espesor, volumen y superficie, es paten- fusión en las décadas de 1980 y 1990 que, en te en todos los ejemplos que han llegado hasta muchos casos, ha extinguido las formas glaciadas y nuestros días. en otros las ha fragmentado o reducido a heleros y neveros de pequeñas dimensiones. El anormal Los glaciares pirenaicos meridionales están hoy aumento de las temperaturas experimentado duran- recluidos en las áreas favorables respecto a la ali- te los últimos años, junto al marcado descenso en la mentación nivel, insolación y vientos, es decir se ubican a una considerable altitud (por encima de los 2700 m), bajo vigorosos cresteríos que superan los 3 000 m, en pequeños circos y recuencos bien orientados (mayoritariamente al N y NE), intentando compensar la elevada ablación con un adecuado microclima local. Los macizos glaciados que pue- den reconocerse hoy en la vertiente surpirenaica aragonesa son los siguientes:

4.1. MACIZO DE BALAITÚS O MOROS (3151 m) En el valle de Aguas Limpias (valle de Tena) se ubican los fragmentados glaciares de la Brecha Latour, en el circo de Esclusera, y Frondiellas, en el circo de Arriel, ambos a más de 2 750 m de altitud. Glaciar de Literola (macizo de Perdiguero). Se trata de dos glaciares residuales en franca extin- (Foto: E Lampre) ción. Su orientación netamente meridional en el con-

20 Glaciar de Llardana (macizo de Posets). (Foto: F. Lampre) texto del macizo que los alberga ha determinado su En el mismo macizo, también merecen ser cita- declive, muy contrastado con el relativo desarrollo dos el helero de Punta Zarra, de orientación septen- de las formas glaciadas en territorio francés, al norte trional y pequeñas dimensiones, y el interesante gla- del cresterío (glaciares de las Néous y Pabat). ciar rocoso de Argualas, ubicado sobre el valle de Pocas grietas de tracción y tan sólo rimayas de con- Pondiellos, con una exposición NO y supuestamen- tacto con las paredes del circo delatan su pérdida te activo. de movimiento. Sus morrenas subactuales (Pequeña Edad del Hielo) están en contacto con el hielo, lo 4.3. MACIZO DE VIGNEMALE O DE LA que indica la disminución del espesor de éste sobre COMACHIBOSA (3298 m) el habitual retroceso longitudinal de su frente. Un conjunto de lentejones de hielo residual se adosan en forma de placas por las empinadas lade- 4.2. MACIZO DE INFIERNOS O QUIJADA DE ras meridionales del valle del Ara (Bujaruelo): el hele- PONDIELLOS (3076 m) ro del Clot de la Hount y los dos heleros de Labaza Situado entre los valles de Pondiellos y Caldarés (Central y Montferrat-Tapou). Con orientación desfa- (Panticosa), el macizo encierra dos reductos glacia- vorable y una extensión superficial muy reducida, res con una favorable orientación N-NE y un peque- contrastan con sus homónimos septentrionales de ño helero que ha quedado separado de la masa importante actividad, superficie y desarrollo (glacia- glacial. El aparato occidental es el más activo, con res de Ossoue, Petit Vignemale y Oulettes). presencia de grietas de tracción y frente biselado bastante separado de las morrenas históricas, bien visibles desde la ruta que lleva desde los ibones 4.4. MACIZO DE MONTE PERDIDO (3355 m) Azules al collado de Tebarray y circo de Piedrafita. Situado en la cabecera de los ríos Arazas (valle El glaciar oriental es menos dinámico, evoluciona de Ordesa) y Cinca (o valle de Pineta), este macizo hacia un helero estático y está en contacto con los encierra uno de los complejos glaciales más impre- depósitos morrénicos por las razones aducidas de sionantes en cuanto a sus notables dimensiones y pérdida de espesor. su especial morfología y disposición en graderío. Un

21 N. Nombre Alt. máx. Alt. min. Ext. 1992 (ha) Orient. Coordenadas

2.1 SE Balaitús 2800 2750 3,9 SE 30TYN219/459 2.2 Frondiellas S 2780 2720 1,9 NO 30TYN211/461 2.3 Occidental de Infiernos 2900 2820 1,5 NE 30TYN240/409 2.4 Punta Zarra 2780 2700 5,2 N 30TYN249/423 2.5 Clot de la Hount 3040 2900 2,9 NO 30TYN333/401 2.6 Pico Central 2900 2800 5,2 30TYN338/389 2.7 Montferrat-Tapou 2950 2800 4,3 SO 30TYN342/388 2.8 Taillon 2880 2800 2,3 30TYN421/309 2.9 Añisclo NE 3100 3000 4,4 NE 31TBH580/287 2.10 Añisclo SO 3080 2960 8,6 SO 31TBH574/289 2.11 Robiñera 2780 2600 6,9 NE 31TBH656/321 2.12 Llardaneta 3220 3100 4,7 31TBH897/255 2.13 Occ. Forau de la Neu 2920 2850 4,7 N 31TBH895/244 2.14 Orient. Forau de la Neu 2850 2820 5,8 NE 31TBH897/246 2.15 Tusse de Remuñé 2900 2860 3,5 SO 31TBH982/304 2.16 Perdiguero 3040 2980 3,0 NE 31TBH972/300 2.17 Occidental de Malpás 2800 2760 3,8 SE 31TBH985/305 2.18 Oriental de Malpás 2800 2700 2,0 31TBH989/306 2.19 Alba 3020 2920 4,1 NE 31TCH055/255 2.20 Occ. de Salenques 3000 2900 7,3 NE 31TCH092/218 2.21 Orient. de Salenques 3000 2910 9,7 NE 31TCH094/214 2.22 Cregüeña 3120 3020 12,6 SO 31TCH064/236

Características generales de los heleros del Pirineo altoaragonés al término de la Campaña de Control de 1992. aparato residual al SO de la cima de Ramond (Añis- El circo de , en territorio francés, presenta clo) y un helero al sur del Taillon son las últimas también una orientación favorable, en este caso N, expresiones glaciadas en la vertiente meridional del para la morfogénesis glacial, pero la relativa menor macizo. Sin embargo, bajo la muralla NE de la aline- altitud y la escasez de plataformas o rellanos que ación Marboré-Tres Sorores se ubican los destaca- sirvan de soporte al hielo limitan el desarrollo del bles glaciares de Marboré-Cilindro, Monte Perdido y mismo. los heleros semienterrados de la cima de Ramond. El gran pirineísta francés Schrader calculó en 1895 una extensión de 388 ha para el glaciar de Monte Perdido y de 596 ha para todo el macizo. La cifra resulta tan paradigmática como la evolución de la espectacular y famosa "cascada de séracs", visi- ble desde Tucarroya, muy reducida en la actualidad tras la desaparición del escalón inferior, convertido en una rampa de neviza. Los últimos estudios de los glaciares actuales del macizo sitúan el límite inferior del glaciar a 2 700 m de altitud y registran 47,5 ha para los hielos de Monte Perdido, fragmentados en dos elementos escalonados, con un espesor frontal de 45 m.

4.5. MACIZO DE LA MUNIA (3134 m)

Circo de Pineta: al fondo, glaciares de Monte Perdido El helero de La Robiñera, sobre el circo de Barro- (macizo de Tres Sorores). (Foto: E Lampre) sa (valle de Bielsa), es la única manifestación actual

22 LEYENDA Embalses o ibones Glaciar -,< Ríos o torrentes Helero Crestas Morrenas de la Pequeña Picos Edad del Hielo 1

‘AItaialtás 3.151 m 1.1 1.2 2.4 p irt‘Zarm 2.947 rt Á. ‘41%.„4.0•0510. Frondiellas 3.069 m Piedrafita x.916 m

st,C. Tebarray 2.916 Ibones Azules Cristales4.8897r

1.3

Embalse de Respomuso

DE RAffrA MACIZO DE BALAITÚS O MOROS MACIZO DE INFIERNOS

Taillon 3.144 m A Basillso 2.975 m 2.8

• Pico Royo 2.904 m Casco 3.006 m Ák^' Á Sumidero del rtarpdor / M. MONTE PERDIDO (TAILLON)

0 1Km

Esquemas glaciológicos de los macizos altoaragoneses: macizo de Balaitús o Moros, macizo de Infiernos, macizo de Vignemale o de la Comachibosa y macizo de Monte Perdido (sector Taillon).

23 A Astazu 3.071 m 0 1Km

Pineta 2.860 m Á Marboré 3.248 rn

Ibón de Tucanoya

la"

Cilindro 3.325 m A

2.10 Pico Ramond 3.254 m

MACIZO DE MONTE PERDIDO (SECTOR TRES SORORES) I I O 1Km o 1Km • Crabioulea 3.116 m N La Mustia 3.134 m L.44.... < Malpils 3.109 m Á Royo 3.121 m 1 A AV 2 .15 .3511‘'. 5...11151,) (21) 2.18 A. 41;1' bón de Ltterola 1 2.17 2.11 Ibones de La Munia 412.16 Perdiguero 3.17

Robiziera 3.003 m A

Perdigueret Nrs-k 2.839 m A A '‘1 MACIZO DE LA MUNIA MACIZO DE PERDIGUERO

Esquemas glaciológicos de los macizos altoaragoneses: macizo de Monte Perdido (sector Tres Sorores), macizo de La Munia y macizo de Perdiguero.

24 Plan d'Aigualluts y glaciar del Aneto (macizo de la Maladeta). (Foto: E Lampre)

del glaciarismo meridional del macizo. De fuerte derrubios. Este proceso ha podido ser determinante pendiente y pequeñas dimensiones, su superficie en la morfogénesis tendente a glaciar rocoso de las tiene tendencia a quedar recubierta por los gelifrac- morrenas de La Paúl y Posets. Las tres masas hela- tos de las paredes del circo. Los glaciares - das están por encima de la cota 2800 m, con orien- ses, aunque con una orientación N favorable, tam- taciones bien distintas (NO en Llardana, NE en La bién son reducidos y presentan una similar dinámi- Paúl y E en Posets) y dinámicas diferenciadas. El ca tendente al enterramiento por derrubios (glacia- cuerpo más activo parece ser el de La Paúl, donde res de La Munia y Barroude). se ha formado una pequeña morrena actual, fruto de los últimos episodios estables. 4.6. MACIZO DE POSETS O LLARDANA (3375 m) La segunda cumbre de los Pirineos domina los valles de los ríos Cinqueta (Gistaín) y Ésera (Estos y Aigüeta de Eriste). Posee tres glaciares de notorias dimensiones, sumando un total de 46 ha en la actualidad. Schrader apuntaba en 1895 las cifras de 132 ha para el glaciar de La Paúl, masa que agru- paba los hielos de este glaciar y los de Posets por el collado de difluencia de La Paúl, y 52 ha para el gla- ciar occidental o de Llardana. Hoy los hielos en retroceso se separan de su fren- te morrénico histórico en La Paúl, aflorando el sus- trato rocoso, y siguen en contacto con sus depósi- tos frontales en Llardana y Posets, con una evidente Glaciares del Aneto y de la Maladeta pérdida de espesor y progresivo recubrimiento de (macizo de la Maladeta). (Foto: J. Chueca)

25 -1 1Km Coy 1110

A Hardamimt 3.079 m

1.9 Valle de los Ibones Posets 3.375 m 4

2.14

13`.. de zjamanes Ibón de Leners Ibón de Millaris La Foraueta 3.007 m S."'Mlb A M. DE POSETS O LLARDANA

2.19

Alba 3.118 m Ibón de Salterillo

Ibón de Cregneña Á Maldito 3.335n1

Ibones de Coronas 2.20

Ibón de Liosas 2.2

N Russell 3.207 m MACIZO DE LA MALADETA I O 1Km

Esquemas glaciologicos de los macizos altoaragoneses: macizo de Posets o Llardana y macizo de la Maladeta.

26

6.25% Leyenda ■ N 62,5% ❑ E SE S

ffi O El NI)

9,09% NQ de casos: 22 NI' de casos: 16

Orientación de los glaciares y heleros del Pirineo aragonés.

4.7. MACIZO DE PERDIGUERO (3221 m) 4.8. MACIZO DE LA MALADETA-ANETO Sobre el circo de Literola en el valle del río Ésera (3404 m) (valle de Benasque) se encuentra el menguado gla- El complejo glaciar mejor conservado y de mayor ciar de Literola, en una desfavorable orientación S y extensión de los Pirineos se localiza en el valle del por encima de los 2830 m de altitud. Sus escasas 5 río Ésera o de Benasque (si bien parte de las aguas ha se tapizan de clastos debido a la intensa geli- de fusión drenan la cuenca del Garona por medio fracción de la muralla de Cabrioules, que sin duda del complejo subterráneo Aigualluts-Güells de también sobrealimenta al glaciar con las avalan- Joeu). La disposición morfoestructural del macizo chas. La presencia de algunos heleros (Tusse de (NO-SE) ha determinado, como en el caso de Infier- Remuñé y Perdiguero, heleros de Malpás), a manera nos o de Monte Perdido, la favorable orientación de de placas adosadas por las paredes del circo, sus aparatos glaciales nororientales. Tan sólo el gla- denota la reciente fragmentación y deglaciación del ciar de Coronas se ubica al SO, con unas condicio- conjunto. nes de alimentación específicas que reducen su ablación. En este macizo podemos reconocer cinco glacia- res en la actualidad: Maladeta, Aneto, Barrancs, Tempestades y Coronas. A este catálogo habría que añadir los heleros residuales de Cregüeña, Alba y Salenques, testigos de un intenso proceso de deglaciación a lo largo del siglo XX. De cualquier manera, la extensión de 228 ha que cifraba Schra- der en 1895 para el glaciar del Aneto ha quedado reducida a unas 100 ha, o las 116 ha de la Malade- ta, a tan sólo 69 ha. El conjunto total glaciado alcan- za las 231 ha y se sitúa generalmente por encima de los 2 800 m en la cara N y 2 900 m en la S (Coro- nas), siempre separado de sus morrenas históricas.

Glaciar de la Maladeta Los autores de los catálogos básicos refrendan la (macizo de la Maladeta). (Foto: F. Lampre) estabilización glacial en el periodo 1957-1988

27 Textura agrietada del glaciar de la Maladeta (macizo de la Maladeta). (Foto: E Lampre)

(recordemos que entre 1948 y 1957 se daban ya más o menos pronta desaparición. Lamentablemen- como extintos los glaciares de Vallibierna, Llosás, te, poco es lo que el hombre, en este sentido, puede Salenques y Alba). La dinámica de los cinco glacia- hacer para frenar un proceso natural e inexorable; res actuales (con numerosas grietas de tracción e tan sólo está en su mano el intentar disminuir las importantes rimayas) se ve nuevamente acosada agresiones que, ligadas a hipotéticos proyectos fal- por un incremento del retroceso. El hielo aflora casi samente desarrollistas, pudieran modificar y alterar por completo a final de temporada, con reducidos gravemente los ecosistemas en los que se asientan lentejones de névé. En su vertiente meridional, en el nuestros reducidos focos glaciares, acelerando aún verano de 1991, ha desaparecido incluso el helero más, si cabe, su extinción. residual de Llosás.

5. EL FUTURO DE NUESTROS GLACIARES

Acabamos de explicar hasta aquí, de una forma concisa, la evolución experimentada por los glacia- res altoaragoneses a lo largo de su historia. Se han puesto de manifiesto su extrema fragilidad presente y el paulatino deterioro al que van viéndose someti- dos, poco a poco pero irremediablemente. De seguir las actuales tendencias climáticas, proclives a un aumento de las temperaturas generalizado a escala planetaria y a una reducción y cambio del régimen de las precipitaciones, no cabe duda de que las reli- quias glaciales pirenaicas caminan hacia su total y Artesa glacial de Benasque. (Foto: F. Lampre)

28 En este sentido merece destacarse la Ley 2/1990 Casquete glacial. Por su morfología se aplica el tér- promulgada por las Cortes aragonesas, en la que se mino a los glaciares de plataforma de aspecto declaraba como Monumentos Naturales al conjunto ligeramente abombado y con fluencia divergente de los glaciares pirenaicos oscenses. Fue el resulta- de la masa de hielo. do de un largo proceso que se había iniciado años Circo glacial. Cubeta de erosión glacial localizada antes como respuesta a las demandas de una en regiones de montaña, de planta circular o sociedad cada vez más preocupada por la conser- semicircular y limitada por escarpes rocosos. vación global del medioambiente y, particularmente Creep. Tipo de transporte en vertientes lento que en este caso, por la protección de unos elementos afecta a la parte más superficial de éstas. únicos del paisaje de la alta montaña aragonesa, Crevasse. Grieta o fisura producida por cizallamien- frágiles por su ubicación en la Europa meridional y to en la masa de un glaciar; delimita bloques de valiosísimos por su interés científico y recreativo. No hielo (séracs). cabe más que confiar en que el adecuado cumpli- Cubeta de sobreexcavación. Depresión topográfica miento de esta ley sirva, en un futuro próximo, como de grandes dimensiones originada por la acción ayuda para fomentar y favorecer su mejor conoci- erosiva glacial y cerrada frecuentemente por un miento y como medida precautoria y disuasiva ante umbral; en ocasiones, alberga en su interior actuaciones indeseadas que pudieran poner en cuencas lagunares (ibones) funcionales o colma- peligro la estabilidad de los excepcionales glaciares tadas de sedimentos. aragoneses. Depósitos de obturación glacial. Depósitos margina- les al valle glacial principal generados por el taponamiento morrénico de un valle lateral tribu- 6. GLOSARIO DE TÉRMINOS tario. Pueden ser de tipo fluvioglacial, glaciola- custre o fluviodeltaico. Canchal de derrubios. Acumulación de bloques al Gelifracción. Proceso de fragmentación de la roca liga- pie de una vertiente de cuya cornisa han sido do a las alternancias de helada-deshielo a que es desprendidos. sometida el agua que colmata sus poros y fisuras.

Glaciar de Tempestades (macizo de la Maladeta). (Foto: F Lampre)

29 Atardecer sobre el valle de Estos. (Foto: F Lampre)

Glaciares de circo. Aquellos en los que la masa de forma de lóbulos o guirnaldas semicirculares). hielo se acopla a cubetas más o menos extensas Névé. Nieve en proceso de compactación (transfor- y encajadas por debajo del nivel de cumbres. mación de nieve fresca a hielo glacial) que logra Glaciares de valle. Poseen una lengua de hielo que, superar varias temporadas consecutivas de con origen en un órgano colector, fluye por una fusión. artesa glacial, pudiendo confluir con otras Nevero. Acumulación de nieve de carácter temporal corrientes de hielo. y efímero; tiende a desaparecer durante el estío. Helero. Forma glacial regresiva que aún conserva Rimaya de contacto. Grieta que separa la pared hielo abundante y rimaya de contacto, pero que rocosa de un circo o de un valle glacial de la carece de grietas de tracción, mostrando además masa de hielo; está originada por la fusión parcial un aspecto biselado y terminal. provocada por el recalentamiento de la roca. Horn. Pico rocoso de paredes abruptas y forma Rocas aborregadas. Rocas de aspecto liso y brillan- piramidal, originado en la intersección de aristas te debido al desgaste producido por la abrasión enmarcantes de circos glaciales próximos. de un glaciar cargado de partículas finas. Ibón. Lago de origen glacial. Séracs. Bloques de hielo en los que se fragmenta Inlandsis. Extensos campos de hielo, muy homogé- una masa glacial como consecuencia de un neos, que recubren una topografía diferenciada; aumento en la pendiente del sustrato. sólo aparecen en altas latitudes. Tills. Depósitos sedimentarios de origen glacial sin Morrenas. Típica forma de acumulación glacial locali- relevancia topográfica. zada normalmente por debajo del nivel de nieves Umbral de sobreexcavación glacial. Barra o resalte perpetuas. Los depósitos morrénicos se caracteri- rocoso que cierra un circo o una cubeta glacial. zan por su heterometría, con elementos groseros Valle en artesa. Valle de perfil transversal en "U", métricos y matriz fina limo-arenosa. Los cantos caracterizado por un fondo plano y vertientes poseen con frecuencia estrías y acanaladuras de escarpadas; en la mayor parte de los casos se abrasión (las morrenas terminales se sitúan borde- trata de artesas glaciales elaboradas por abra- ando el final de las lenguas de hielo, con planta en sión de una lengua de hielo.

30 7. TERMINOLOGÍA ARAGONESA (PIRINEO OSCENSE) PARA LOS FENÓMENOS GLACIAL, PERIGLACIAL Y NIVAL

Aunque los significados son a veces imprecisos y difíciles de conceptualizar, el vocabulario en fabla aragonesa posee la suficiente riqueza y originalidad como para realizar un breve inventario de sus térmi- nos más comunes o de los utilizados cotidianamente al referirse a los fenómenos glacial, periglacial o nival.

Achar. Su concepto podría asimilarse a morrena (Occ.*). Dorondón en las paredes del circo de Gavarnie Cantalera. Canchal, derrubios de gravedad y Brecha de Rolando. (Foto: F. Lampre) (Occ./Centr.**/Or.***). Conchesta. Ventisquero, helero (Centr./Or). 8. BIBLIOGRAFÍA Crepaza/crebaza. Grieta en el glaciar (Occ./Centr./Or.). AGUDO, C.; SERRANO, E. y MARTÍNEZ DE PISÓN, E. Cuñestra. Ventisquero, helero (Occ.). (1989), El glaciar rocoso activo de Los Gemelos en Chel. Chelo. Chelero/a. Helero (Occ./Centr./Or.). el macizo del Posets (Pirineo aragonés), Cuaternario Chelegar/chelegal. Glaciar (Or.). y Geomorfología, 3 (1-4), pp. 83-91.- BARNOLA, J. M.; Glera. Canchal, derrubios de gravedad. A veces RAYNAUD, D.; KOROTKEVICH, Y. S. y LORIUS, C. (1987), también se utiliza para depósitos aluviales (can- Vostok ice cores provides 160000-year record of tos rodados) (Occ./Centr./Or.). atmospheric CO2, Nature, 329, pp. 408-414.- BER- Ibón. Lago de origen glacial (Occ./Centr./Or.). GER, A. L. (1978), Long-term variations of caloric Leraillera. Canchal, derrubios de gravedad. A veces insolation resulting from the Earth's orbital elements, también se utiliza para depósitos aluviales (can- Quat. Res., 9, pp. 139-167.- BORDONAU, J. (1992), tos rodados) (Centr./Or.). Els complexos glacio-lacustres relacionats amb el Lit/Ilit. Canal de aludes o avalanchas (Centr./Or.). darrer cicle glacial als Pirineus, Geoforma Edicio- Litarrada /Ilitarrada. Alud, avalancha (Centr./Or.). nes, Logroño, 251 pp.- BORDONAU, J.; SERRAT, D. y Lurte/lurtatizo. Alud, avalancha (Occ./Centr.). VILAPLANA, J. M. (1992), Las fases glaciares cuater- Molars. Acumulación de bloques graníticos. Con- narias en los Pirineos. En CARRETA, A. y UGARTE, E M. cepto que podría asimilarse a morrena (Or.). (eds.), The Late Quaternary in the Western Pyrenean Nebera. Lugar que conserva la nieve durante largo Region, Servicio Editorial Univ. País Vasco, Bilbao, tiempo. Nevero (Occ./Centr.). pp. 303-312.- CHUECA, J. (1989), Características de Rincón/rinconada. Circo glaciar (Occ./Centr./Or.). los glaciares rocosos del área meridional del batolito Tartera. Canchal, derrubios de gravedad con blo- de Panticosa (Pirineo oscense), Geographicalia, 26, ques de mayor tamaño que las gleras o leras pp. 61-74.- CHUECA, J. (1991 a), Análisis geomorfo- (Centr./Or.). lógico de la fenomenología glaciar y periglaciar en Zernella. Glaciar. el Macizo del Turbón-Sierra de Ballabriga (Pirineo oscense), Instituto de Estudios Altoaragoneses, Huesca, 213 pp.- CHUECA, J. (1991 b), Análisis de la distribución espacial de los glaciares rocosos en el Pirineo central oscense, Geographicalia, 28, pp. 85- 99.- CHUECA, J. (1992 a), Geomorfología de la Alta Ribagorza aragonesa: análisis de la dinámica de procesos en el ámbito supra forestal, Tesis Doctoral, * Occ.: dialectos occidentales (ansotano, cheso, Univ. de Zaragoza, 391 pp.- CHUECA, J. (1992 b), A chaqués, panticuto...). statistical analysis of the spatial distribution of rock ** Centr.: dialectos centrales (bergotés, belsetán...). glaciers, Spanish Central , Permafrost and "** Or.: dialectos orientales (chistabín, benasqués y Periglacial Processes, 3 (3), pp. 261-265.- CHUECA, ribagorzanos en general). J. y JULIÁN, A. (1991), Génesis de glaciares rocosos

31 Izquierda, glaciar y glaciar rocoso de Posets; derecha, glaciar de La Paúl (macizo de Llardana). (Foto: Retratería de Benasque) a partir de desprendimientos rocosos masivos: H.; IMBRIE, J., MOORE, T. C. y SHACKLETON, N. J. Macizo del Turbón (Pirineo oscense), Alisios, 1, pp. (1987), Age dating and the orbital theory of the ice 71-80.- CHUECA, J.; JULIÁN, A. y LAMPRE, F. (1992), ages: development of a high-resolution O to 300 000- Measurement of surficial dynamics in Besiberris acti- year chronostratigraphy, Quat. Res., 27, pp. 1-29.- ve rock glacier, Lurralde, 15, pp. 45-50.- GARCÍA MONTSERRAT, J. M. (1992), Evolución glaciar y post- RUIZ, J. M. (1989), Mapa geomorfológico de Sallent glaciar del clima y la vegetación en la vertiente sur (Huesca), Geoforma Ediciones, Logroño, 29 pp.- del Pirineo: estudio palinológico, Monografías Insti- HAMILTON, G. S. (1988), The development, age, and tuto Pirenaico de Ecología, 6, Jaca, 147 pp.- Nico- present status of a rock glacier in the Posets Massif, LAS, P. (1981), Morfología del circo de Tucarroya, Spanish Pyrenees, Pirineos, 131, pp. 43-56.- Cuadernos de Investigación Geográfica, pp. 51-80.- LAMPRE, F. (en prep.), El glaciarismo del Macizo de SCHRADER, F (1936), Sur l'étendue des glaciers des la Maladeta. Bases físicas para su conservación, Pyrénées (1894), Pyrénées, Toulouse, Privat, pp. Proyecto de Tesis Doctoral, Universidad de Zarago- 201-221.- SERRANO, E. (1991), Geomorfología gla- za:- LAMPRE, F.; CHUECA, J. y JULIÁN, A. (1991), Bases ciar de las montañas y valles de Panticosa y de la geomorfológicas para la ordenación territorial de los ribera de Biescas (Pirineo aragonés), Tesis Doctoral, glaciares pirenaicos, Actas Congreso Ordenación Univ. Autónoma de Madrid, 957 pp.- SERRANO, E. y del Territorio de Aragón, Zaragoza, pp. 55-60.- AGUDO, C. (1988), La deglaciación del valle de los MARTÍ BONO, C. E. (1977), Altos valles de los ríos Ibones Azules (Panticosa), Cuaternario y Geomorfo- Aragón y Gállego, Trabajos sobre Neógeno y Cua- logía, 2, pp. 115-123.- SERRANO, E. y RUBIO, V. ternario, 6, pp. 337-348.- MARTÍNEZ DE PISÓN, E. (1989), El glaciar rocoso activo de Las Argualas (1988), El valle de Benasque. Estudio geomorfológi- (Pirineo Aragonés), Ería, 19, pp. 195-198.- SERRAT, co, Instituto de Estudios Altoaragoneses, Huesca, D. (coord.) (1980), Catálogo de los glaciares de la 190 pp.- MARTÍNEZ DE PISÓN, E. y ARENILLAS, M. Península Ibérica, Notes Geografía Física, 3, pp. 35- (1988), Los glaciares actuales del Pirineo español. 55.- VILAPLANA, J. M. (1983), Estudi del glacialisme En MOPU; La nieve en el Pirineo español, Madrid, quaternari de les altes valls de la Ribagor9a, Tesis pp. 29-98.- MARTINSON, D. G.; PISIAS, N. G.; HAYS, J. Doctoral, Univ. de Barcelona, 322 pp.

32 TíTULOS DE LA SERIE

La siguiente no es una relación cerrada. No obstante, para dar una idea global de su contenido, se indican algunos de los títulos previstos, sin orden de prelación, excepto para los ya publicados o los de inminente aparición.

1. El monasterio dúplice de Sigena 2. Nuestros árboles 3. La Laguna de Sariñena, lugar de encuentro 4. Los museos altoaragoneses 5. Guía monumental y artística de Serrablo 6. Las aves acuáticas del Altoaragón 7. ¿Por qué fue importante Costa? 8. Roda de Isábena, ex-sede y catedral ribagorzana 9. Guara, aula de la naturaleza 10. Fiestas tradicionales del Altoaragón 11. El Altoaragón antes de la Historia (Edades de los Metales) 13. Fósiles del Altoaragón 14. La arquitectura megalítica 15. La casa tradicional altoaragonesa 16. Artesanos de hoy 17. Los insectos del Altoaragón 18. Historia geológica del Altoaragón 19. Tierras oscenses en la narrativa de Ramón J. Sender 20. El museo etnológico de Ansó: reflejo de la historia y cultura de un pueblo 21. Los glaciares altoaragoneses 22. Las libélulas del Altoaragón —Los ríos altoaragoneses —Setas y hongos del Altoaragón —Los despoblados y su porqué —Loarre, castillo románico en pie —Los periódicos oscenses —San Juan de la Peña, panteón y símbolo —Juegos tradicionales altoaragoneses —Ferias y mercados oscenses —Gastronomía altoaragonesa —Biblioteca básica para comprender el Altoaragón —La industria en la provincia oscense INSTITUTO DE ESTUDIOS ALTOARAGONESES DIPUTACIÓN DE HUESCA

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