Noticias de Firgas referentes a 1931

José Juan Sosa Rodríguez.

En España, el año 1931 fue una época de grandes cambios, no solamente políticos, como la caída de la monarquía de Alfonso XIII, la proclamación de la II República y la promulgación de la Constitución de1931. También, en parte debido a los aires democráticos que trajo el nuevo régimen político, en parte a la reacción popular ante el régimen Alfonsino, y en la mayoría de los casos arrastrados por el populismo de unos grupos de ideólogos -muchos de ellos apostados en posicionamientos radicales-, el pueblo español se vio envuelto en una serie de transformaciones ideológicas, religiosas y culturales que, manipuladas por grupos de fanáticos e intolerantes, en muchos casos se materializaron en conductas violentas contra los miembros del clero, políticos o pensadores, a los que se les suponía enemigos del nuevo orden establecido.

Ante esta crispación social, es muy fácil entender como en muchas ocasiones la gente optaba por "tomarse la justicia por su mano", proliferando de este modo la adquisición de armas de fuego ilegales por parte de los ciudadanos.

Por supuesto, el municipio de Firgas no estaba al margen de la situación convulsa que vivía el resto España, lo que de alguna forma puede explicar la cantidad de armas ilícitas que, como se verá, estaban en posesión de la vecindad.

Tras la Dictadura de Primo de Rivera, Alfonso XIII nombró, en febrero de 1931, al almirante Juan Bautista Aznar para que presidiera un gobierno de concentración monárquica y colaboración regionalista. Pero Aznar, en lugar de convocar elecciones generales, convocó elecciones municipales para el domingo 12 de abril de 1931. Las consecuencias de aquellas elecciones fueron la caída de la monarquía y la proclamación, el 14 de abril de 1931, de la II República Española.

Un hecho curioso de aquellas elecciones fue que una semana antes de los comicios, en virtud del famoso Art. 29 de la ley electoral del 8 de agosto de 1907, en muchos municipios ya se habían proclamado concejales. El día 7 de abril de 1931, El Progreso: diario republicano dio a conocer el número de esos concejales electos en los municipios de :

Los que ya son concejales por el art. 29

Según noticias oficiales que constan en el Gobierno Civil de la proclamación de candidatos en aquella provincia se hizo con toda normalidad, habiendo sido proclamados concejales por el artículo 29, hasta el momento presente, 141 monárquicos y dos antidinásticos, en los siguientes pueblos: Agüimes, once monárquicos. Arucas, veintiún monárquicos. , doce monárquicos. Firgas, once monárquicos. Gáldar, quince monárquicos y dos antidinásticos Moya, quince monárquicos. Santa Brígida, catorce monárquicos. San Bartolomé, catorce monárquicos. , 16 monárquicos. , 12 monárquicos.

El Art. 29 excluía de las urnas a los electores de aquellos distritos o circunscripciones en los que el número de candidatos no superara el de los puestos a elegir. Este artículo fue ampliamente utilizado para realizar fraudes electorales institucionalizados.

Una vez consolidado el nuevo régimen republicano, entendió este que los ayuntamientos en los que los concejales habían sido nombrados automáticamente por el art. 29 no se podían considerar auténticamente representativos, por lo que se volvieron convocar en todos ellos nuevas elecciones, que tuvieron lugar el 23 de abril de 1933

Art. 29. En los distritos donde no resultaren proclamados candidatos en mayor número de los llamados a ser elegidos, la proclamación de candidatos equivale a su elección y les releva de la necesidad de someterse a ella. La Junta provincial o municipal en sus respectivos casos, una vez terminada la proclamación de candidatos en toda la provincia, o del término municipal si se tratase de elegir concejales, declarará por órgano del Presidente que no habiendo mayor número de los llamados a ser elegidos, la proclamación de candidatos equivale a su elección y les releva de la necesidad de someterse a ella.

Un nuevo alcalde para Firgas. Entre otros periódicos regionales, el 7 de mayo de 1931, La Prensa de Tenerife publicó el nombre del alcalde de Firgas, ganador de aquellos comicios tan trascendentales:

Alcaldes El Ayuntamiento de San Mateo ha elegido alcalde a don Manuel Socorro Rodríguez. El de Firgas a don Francisco Ponce Pérez. El del Ingenio, a don Juan Domínguez Martin,

El gobernador El nuevo gobernador civil de la provincia, señor Pérez Molina, llegó ayer a Las Palmas en el vapor «Ciudad de Sevilla».

En el ámbito de la política, la muerte don Marcelino Betancort López, concejal del municipio, cierra el año 1931. Así recogió su fallecimiento la prensa de la época.

El Diario Republicano (13 de diciembre de 1931)

En Las Palmas han dejado de existir don Andrés Velázquez Brito y don Marcelino Betancort López, este último concejal del Ayuntamiento de Firgas.

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En cuanto la ocupación laboral, durante las primeras décadas del siglo XX, Firgas continuó en la misma línea que en las últimas del XIX. Una pequeña ocupación en los sectores secundario y terciario, que no le quitaba el predominio a la actividad agrícola y ganadera, dentro de un sistema de cultivo minifundista. Un sistema de cultivo, el minifundismo, que no era suficiente para abastecer las necesidades básicas de las familias de los pequeños propietarios, por lo que la mayoría de ellos tenían que trabajar como asalariados en las grandes extensiones de terrenos

propiedad de un pequeño grupo de poder que, además de poseer grandes extensiones de terreno, también controlaban casi la totalidad de la economía del Municipio.

Ante los exiguos salarios que cobraba la población obrera de la Isla, en febrero de 1931, la “Sección de Clasificación y Revisión de Gran Canaria”, entre otras, acordó señalar un jornal de cinco pesetas a los braceros perteneciente a los municipios de Agaete, Firgas, Gáldar, Guía, Moya, S. Bartolomé de Tirajana, San Mateo y Valleseco. Jornal que no satisfizo a la Federación Obrera de Arucas

No es de extrañar que fuera este pequeño grupo de poder el que casi cien años atrás se esforzara en conseguir la autonomía de Firgas, con respecto al municipio de Arucas, con el objetivo de mantener un mayor control de los recursos económicos de Firgas, sobre todo el agua, gestionada por la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas.

Pero también le correspondió a la burguesía firguense, acaso como herederos de aquellos movimientos liberales decimonónicos, fundar las entidades socio-culturales que ha tenido el municipio.

La primera de estas entidades socioculturales de las que se tiene referencia en Firgas es coetánea con el Ateneo de La Laguna, fundado en noviembre de 1904.

Así, en 1909, un escrito remitido al Alcalde de Firgas por la Delegación del Gobierno hace referencia a una sociedad conocida como "La Amistad":

16/01/1909 : Delegación Especial del gobierno de S. M. en Gran Canaria. y .

Para el Alcalde de Firgas.

Sírvase decirme a la mayor brevedad, si en los últimos años ha funcionado en ese pueblo una Sociedad denominada "La Amistad", quiénes fueron los individuos de la Junta directiva, y el nombre del contador, cuántos socios la constituían, cuales los fines sociales, porqué Estatutos o Reglamentos se rigieron, donde aparecen registrados y requisitos que hayan llenado para funcionar conforme a la vigente Ley de 30 de junio de 1889.

Fmd.: Francisco Portela.

Pero no fue sino hasta el 18 de julio de 1818 cuando se fundó en Firgas la sociedad la Unión.

03/06/1918 : Sociedad La Unión G Canaria.

Para el Alcalde de Firgas.

Tengo el honor de participar a V.S. que en el día de ayer ha quedado constituida en forma legal la Sociedad denominada "La Unión" de Figas, y radica ésta en la casa situada en la Calle Real de abajo de este Pueblo, habiendo acordado en sesión de ayer celebrar sus sesiones ordinarias los primeros domingos de cada mes. Lo que participo a V.S. en cumplimiento del art. 9 del párrafo de 1º de la ley de asociación."

Pueblo de Firgas 3 de Junio de 1918.

Fmd.: Sebastián Peñate.

Escrito remitido por Francisco Báez, presidente de la Sociedad La Unión, al Alcalde de Firgas, comunicándole la constitución de la mencionada entidad:

24/10/1925 : Sociedad La Unión.

Al Sr. Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Firgas.

Cúmpleme participar a V.S. en contestación a su comunicación de ayer, que esta sociedad fue legalmente constituida con fecha diez y ocho julio de 1918, habiendo hecho su presentación en el Gobierno Civil el día veinte y cinco de Marzo del mismo año. En cuanto al Reglamento para el Régimen Interior del Partido Republicano Democrático Federal, he de manifestar a V.S. que en esta Sociedad de instrucción y recreo se desconoce por completo tal Reglamento.

Firgas. octubre 24 de 1925. Fmd.: El Presidente. Francisco Báez.

La Sociedad La Unión mantuvo sus puertas abiertas en La Plaza de San Luis hasta el año 1947, siendo su último presidente Salvador Ponce.

Desde el 11 de junio de 1932, fecha en que se fundó el Liceo, hasta 1947, que desapareció la Sociedad La Unión, Firgas contó con dos centro socioculturales, lo que es indicativo del dinamismo cultural del municipio hasta fechas relativamente recientes.

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A pesar del fuerte sentimiento anticlerical, que alimentado -como más arriba comenté- por algunos grupos radicales se extendía por todo el país, Firgas quiso mantenerse fiel a su tradición religiosa. Prueba de ello es el siguiente radiograma que la Presidenta del Apostolado de Las Palmas le envió por aquellas fechas al diario católico El Siglo Futuro:

27.317 SEÑORAS DE LAS PALMAS.

Hemos recibido el siguiente radiograma de Las Palmas:

En nombre de veintisiete mil trescientas diez y siete señoras católicas de Las Palmas, mil tres de la ciudad de Guía, y novecientas diez de Fírgas, enviamos al presidente del Consejo de ministros nuestra protesta contra los acuerdos antirreligiosos, incendios de conventos y los conatos de expulsión injusta de las órdenes religiosas, rogándole fije su atención en la reforma de la enseñanza, que encierra un peligro máximo para la patria. Salúdale la presidenta del Apostolado de Las Palmas.

En relación a la nota de la Presidencia del Apostolado de Las Palmas, a raíz de los datos del censo de población de un año antes -1930- que le daba a Firgas 3.713 habitantes, es probable que el número de 910 señoras firmantes en el Municipio fuera algo exagerado, o que don Juan Rivero Quintana, Párroco de Firgas desde 1918 hasta 1935, se esmeró en conseguir que

prácticamente todas las féminas de la parroquia hicieran causa común con las protestas en cuestión.

Aquel día de San Roque de 1931

Es posible que las personas que conozcan la historia reciente de Firgas puedan hacer una abstracción de cómo pudo ser aquél día de San Roque del año 1931.

Imaginemos una espléndida mañana en la que los habitantes de los pueblos limítrofes acudían a Firgas en peregrinación para saldar la promesa ofrecida a San Roque. Aquellos peregrinos - unos descalzos y otros de rodillas- que cubrían con la emoción expresada en sus caras los últimos metros que los separaban de la imagen del Santo. Una imagen gótica de San Roque, del siglo XV, que estuvo al culto en la Parroquia hasta que en la década de los sesenta fue depositada en el Museo de Arte Sacro de Las Palmas de Gran Canaria.

En las dos puertas de entradas de la iglesia, ambas orientadas al sur, unas señoras - vestidas de negro o marrón- vendían escapularios, grabados con la imagen del Santo o de la Virgen del Pino o del Rosario, cirios y otros exvotos de cera en forma de pies, manos, o de cualquier otra parte del cuerpo que el Santo Patrón curó de forma milagrosa.

La antigua Plaza del Convento- ahora de San Roque-, limitada al sur por la Acequia Real y algunos edificios -muy pocos-, estaba engalanada con banderitas de papeles multicolores, que flameaban acariciadas por Los Alisios. Los ventorrillos ocupaban gran parte de su superficie, hasta casi más allá del Convento, donde un majano señalaba lo que fueron sus caballerizas, y que ahora es el edificio del Ayuntamiento. A la sombra de los álamos negros de la Plaza, y sentados en unos bancos de cantería, los peregrinos tomaban el fresco y el aliento, antes de pasar al templo a visitar al Santo.

En los balcones de La Fonda, engalanados con guirnaldas y banderas, los huéspedes - la mayoría venidos a tomar los baños de Azuaje- miraban con expectación el incesante rebullir de los fieles, que esperaban ansiosos la salida del Santo en procesión. Aparcados en la puerta, los taxis de don Vicente Toledo y don Francisco Perdomo esperaban a los huéspedes del establecimiento para trasladarlos al balneario de Azuaje, o llevarlos de regreso a "La Capital"

Unido a la Fonda por su lado norte, unos andamios daban cuenta de que se estaba construyendo un nuevo edificio. Era el destinado a ser el local social de la Sociedad Liceo de Firgas, que abriría sus puertas al año siguiente.

Las ceretas repletas de frutas y verduras -puesta a la venta por los agricultores locales y de los pueblos cercanos- tapizaban de olores y colores la acera de la Calle Real de Abajo -hoy Paseo de Gran Canaria-. Junto a ellas los artesanos ofrecían a los vecinos y visitantes ceretas de palma o de mimbre, baldes de hojalata o regaderas hechas con envases de latas recicladas, lebrillos o tallas...

Tapizado de culantrillo, al inicio de la Calle Real de Arriba -hoy desde la Avenida de la Constitución a la Plaza de San Luis-, el pilar, otros días convertido en el mentidero improvisado de los vecinos mientras esperaban su turno para llenar los cántaros de agua, aquel día se encargaba de calmar la sed de los peregrinos llegados al pueblo. A su lado, un turronero que, señalando su cajón repleto de turrones, animaba a los viandantes a comprar un mazo de ellos.

Al final de la Calle Real de Arriba, en la Plaza de San Luis, la Sociedad La Unión le ofrecía a los jóvenes uno de sus famosos bailes, que se prolongaban hasta bien caída la tarde.

Llegado el mediodía, los romeros buscaban la sombra de los árboles cercanos, o el frescor de las "ñameras" plantadas junto al cubo del molino. Allí, después de cumplida su obligación con San Roque, comían y bebían acompañados por los acordes de los timples y guitarras y las voces improvisadas que se entregaban a las isas, folías y malagueñas.

Pero, sin duda alguna, lo que tuvo de especial la fiesta de San Roque de aquel año fueron la las expectativas creadas con la llegada a Firgas del suministro eléctrico.

Después de algunos años anhelando la llegada del tendido eléctrico hasta la Villa, el 16 de Julio de 1931 Unión Eléctrica de Canarias remitió al Alcalde de Firgas un escrito solicitándole la pertinente licencia para colocar un poste de madera junto al muro norte de la Plaza de San Roque, para instalar en él la red de baja tensión que debería suministrar electricidad al pueblo:

16/07/1931 : UNELCO. Al Sr. Alcalde del Iltre. Ayuntamiento de Firgas.

Para el desarrollo de la constitución de la Red de Baja tensión, para el suministro de electricidad en esa Villa de Firgas, nos precisa colocar un poste de madera junto al muro Norte de la Plaza de San Roque. Es por lo que recurrimos a V.S. en solicitud de la correspondiente autorización, que confiamos.

Dios guarde a V.S. muchos años. Las Palmas a 16 de Julio de 1931. Fmd.: El Director Gerente. (Ilegible).

La verdad es que no sé si, después de un mes de cursado el anterior escrito por parte de UNELCO, en las fiestas del patrón, el señor San Roque, de aquel año de 1931 el pueblo ya disponía de "luz eléctrica". Lo que sí sé es que durante algún tiempo después las críticas del pueblo fueron constantes, debido a los frecuentes cortes de suministro por parte de "Union Electric Company" (UNELCO)

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Triste final de una fiesta de San Roque.

"Triste final de una Fiesta de San Roque. Un Crimen que no se olvida".

Así titulaba Manuel Perdomo Cerpa, añorado Cronista Oficial de Firgas, en su libro "Firgas Noticias de un Siglo (1835-1935) el escrito que, con fecha 17 de agosto de 1931, el Alcalde de Firgas remitió al Gobernador Civil.

17/08/1931 : Alcaldía Constitucional de Firgas.

Al Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia.

Tengo el sentimiento de participar a V.E. que al regresar, en el día de ayer de los festejos de San Roque, varios vecinos de este pueblo el llamado N. P. G. disparó un tiro de revólver contra María del Pino, dándole además una puñalada y cuatro a un hermano de esta, a consecuencia de las cuales falleció la primera casi instantáneamente y el segundo se halla en estado grave, según dictamen facultativo, siendo trasladado al Hospital en este acto. Esto sucedió en las últimas horas del día de ayer.

Firgas, Agosto. 17 de 1931. Fmd.: El Alcalde.

Consideraciones previas

Con frecuencia, la nebulosa que envuelve al tiempo hace que algunas noticias que conmocionaron la sociedad de la época se juzguen de una forma más objetiva, desvistiendo los hechos de la crueldad y el sufrimiento que ocasionaron, para cubrirlos con el lienzo de la explicación y comprensión.

Algo de eso me ocurrió cuando comencé a investigar el crimen que el 16 de agosto de 1931 conmocionó no solamente a los habitantes de Firgas, también al resto de Gran Canaria y del Archipiélago.

Cuando me sumergí en las hemerotecas, buscando información sobre el desgraciado suceso, me llamó la atención el detalle de que casi toda le prensa de la época resaltaba el hecho del parentesco entre la el asesino y su víctima. En este sentido, me parece oportuno comentar que la endogamia -uniones entre miembros con algún lazo de parentesco, sobre todo entre primos- era una práctica habitual en pueblos aislados o de difícil acceso. Por lo que no es de extrañar que, en la época que se perpetró el crimen, los noviazgos entre primos fueran tomado como algo que no estaba fuera de lo común en la zona, ya que su aislamiento del resto de otros núcleos poblacionales era algo incuestionable. Tanto era así que en ese mismo año se estaba construyendo un nuevo enlace que unía a Firgas con Las Madres.

El siguiente escrito fue remitido por el Cabildo Insular al Alcalde de Firgas para solventar las dificultades aparecidas en la ejecución del camino vecinal que unía a Firgas con Las Madres:

26/12/1931 : Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria.

Al Sr. Alcalde del Ayuntamiento de Firgas.

Tengo el honor de comunicarle que con motivo de las obras en curso de ejecución del camino vecinal de Firgas a Las Madres por Casas de Matos y la Fuente Agria se hace preciso desviar en cierto trayecto el acueducto de la Heredad de Arucas y Firgas. Como esta servidumbre se halla establecida sobre los terrenos comunales y a ese Ayuntamiento corresponde por el apartado 2º del artículo 1º de la Ley de Caminos Vecinales de 29 de Junio de 1911 y al apartado a) de la prescripción 8ª del artículo 11 del Reglamento de la misma ley fecha 23 de Julio de 1911, tener a disposición de la obra los terrenos que han de ocupar, ruego a V.S. que designe persona que en reunión de esta Dirección técnica y de representantes de las citada Heredad se constituyan sobre el terreno para resolver la mejor forma de efectuar la desviación de dicha servidumbre de acueducto.

Las Palmas 26 de Diciembre de 1931.

Fmd.: El Director de vías y Obras Insulares. Simón Benítez.

El que sigue hace referencia a la reclamación hecha por don Policarpo Báez, sacerdote firguense, ante los destrozos que la construcción de la carretera le habían producido en su finca de las Casas de Matos.

El sacerdote don Policarpo Báez Marrero nació en Firgas en 1866. Después de ejercer toda su vida de sacerdocio en Santa Lucía de Tirajana , falleció en su pueblo natal en 1955 .

02/01/1931 : Sr. Policarpo Báez Marrero.

Al Sr. Alcalde Constitucional del Ayuntamiento del Firgas.

Habiéndome comunicado mi arrendatario Don Miguel de la Fé Suarez, que debido a los tiros que se dan en la carretera de Firgas a Las Madres del Agua me han destrozado varios eucaliptos, de los que poseo junto a la finca de las Casas de Matos, espero de V. S. que ordene al rematador de la misma, que le exigiré por cada uno, de los que me ha destrozado y destroce, la cantidad de cincuenta pesetas; pues yo solo he vendido al Ayuntamiento de Firgas el paso de la carretera libre de daños y perjuicios.

Dios que. a V. S. m. a. Fmd.: Policarpo Báez Marrero.

Volviendo a las circunstancias que rodearon al crimen, en algunas de sus declaraciones, Nicolás, que era como se llamaba el asesino, manifestó que en el momento del crimen llevaba 6 años de noviazgo con su prima. Mucho tiempo, más si tenemos en cuenta que los chicos tenían tan solo 23 años -Nicolás nació el 05 de agosto de 1908- , por lo que cabe pensar que la inmadurez de él le impidió gestionar de forma adecuada unas emociones negativas generadas por los celos, o por la rebeldía ante la negativa de los padres de la chica a que se mantuviera aquel noviazgo.

El interés que despertó la noticia del crimen puede verse reflejada en los recortes de prensa siguientes. A través de ellos se puede conocer con bastante exactitud como sucedió y la cronología del suceso desde el momento que ocurrieron los hechos hasta que Nicolás fue sentenciado.

Pero más allá de dar cumplida información cronológica del luctuoso suceso, la esmerada redacción que sobre la noticia hizo la prensa de aquel año convirtió cada relato en una verdadera obra literaria al estilo de los folletines característicos del Romanticismo decimonónico. Algo que puede justificar su lectura al margen del interés de la noticia.

Como orientación para el seguimiento cronológico de los hechos, 16 de agosto de 1931 fue domingo.

El primer recorte de prensa está recogido del periódico El Sol de Madrid, y publicado dos días después del suceso:

Mata a su prima, deja en estado agónico a un hermano de ella y se interna en el monte.

LAS PALMAS 18 (8 m.).- En el pueblo de Firgas, de esta isla, ocurrió en la tarde de ayer el siguiente trágico suceso.

Con motivo de la fiesta de San Roque acudieron muchas personas de los pueblos cercanos y grupos de jóvenes de uno y otro sexo. Entre los romeros se hallaba una muchacha de veinte años muy agraciada, llamada Pino Granados Perdomo, la cual estuvo bailando con su primo, Nicolás Pulido Granados, de diez y nueve años. Este, que venía pretendiéndola, le hizo una declaración amorosa, a la que ella no correspondió, y cuando volvía a pie desde Firgas a Molla* discutieron con alguna violencia, aunque ella tomaba la cosa a broma, cantando folías canarias alusivas, que aplaudían los demás grupos. Nicolás, enardecido por el desvío de su prima, la apuntó con la escopeta que llevaba cruzada a la espalda, y disparando a boca de cañón la dejó muerta en el acto.

Un hermano de la muchacha, de veintiún años, llamado Juan, que iba en el grupo, se abalanzó sobre el matador, forcejeó con él y Nicolás le hizo otro disparo; pero la escopeta falló, y entonces, sacando un cuchillo, dio a Juan tres puñaladas en el pecho, espalda y cuello, que lo dejaron en estado agónico. El criminal, con el mismo cuchillo, se acercó al cuerpo de su prima y le asestó varias puñaladas ante los grupos aterrados. Después cargó la escopeta de nuevo y se internó en el monte cercano. La Guardia civil salió en su persecución, y esta mañana alguien dice que oyó un disparo en el interior del monte, por lo que se cree que Nicolás Pulido se haya suicidado.

*Moya

En este artículo, además de la incorrección anecdótica del nombre de Moya, podemos encontrar algunas inexactitudes. La más importante es la que hace referencia a el arma homicida, ya que esta no fue una escopeta, sino un revólver.

Es cierto que durante los primeros días tras el suceso se contempló la posibilidad de que el joven Nicolás se hubiera suicidado.

Como comenté más arriba la noticia se extendió rápidamente por todas las Islas. Así, el 18 de agosto, La Prensa de Tenerife dio a conocer la noticia bajo el epígrafe "Terrible crimen pasional en Firgas":

Terrible crimen pasional en Firgas.

Las Palmas, 17.20.—En las primeras horas de la noche del domingo último se cometió un crimen pasional en el pago denominado «Las Madres», del término municipal de Firgas.

El joven Nicolás Pulido, de 19 años de edad, descerrajó un tiro por la espalda, a quemarropa, a su prima hermana, Pino Granados Perdomo, de 20 años de edad.

El hecho ocurrió cuando ambos jóvenes, que sostenían relaciones amorosas, regresaban en amigable compañía con otros vecinos de la fiesta de Firgas, sacando Nicolás inopinadamente el revólver con el que agredió a su novia.

Un hermano de ésta, que también iba en el grupo, se abalanzó sobre el agresor, con propósito de arrebatarle el arma, intentando Nicolás disparar de nuevo. Al fallarle el revólver echó mano a un cuchillo, de los llamados «canarios», que llevaba también encima, asestándole tres puñaladas que le dejaron malherido.

Al ver a su novia en el suelo, donde yacía mortalmente herida, se dirigió a ella y le asestó una tremenda puñalada en el pecho, hasta dejarla sin vida.

Pocos momentos después llegaron los padres de los infortunados jóvenes, desarrollándose una desgarradora escena al ver a sus dos únicos hijos desangrándose.

El agresor se dio a la fuga, dirigiéndose a su casa, donde recogió una escopeta. Con ella desapareció del pueblo, creyéndose haya puesto fin a su vida.

Parece comprobado que el crimen lo motivaron los celos que el joven Nicolás Pulido tenía de su novia, con la cual había sostenido una discusión durante la fiesta del lugar.

Corresponsal

En esta noticia también hay algunas inexactitudes. Como la que durante el viaje de regreso, como se verá más adelante, no lo hicieron en "amigable compañía".

También el 18 de agosto, La Voz, de Madrid, dedicó una columna a informar sobre el crimen de Firgas. Este es el encabezamiento de la noticia:

Una tragedia de amor _____ Mata a su prima y hiere a un hermano de ésta ______Se cree que el criminal se ha suicidado en el monte

Luego repite la misma noticia que El Sol, de Madrid.

El 19 de agosto, en la misma página que La Libertad, Parlamento Republicano publicó noticias como que el señor Alcalá Zamora iba a presentar a la Cámara el Estatuto Catalán como ponencia del Gobierno, o que el señor Lerroux hablaría en Valladolid, este periódico -La Libertad- reservó un espacio para hacerse eco de la noticia del crimen:

Mata a su novia, hiere al hermano y huye al monte.

Las Palmas, 18.—En el pueblo de Firgas se desarrolló el domingo un trágico suceso que ha causado honda Impresión por tratarse de una familia conocidísima: Cuando regresaban de la fiesta de San Roque María del Pino Granados y su hermano Juan les salió al encuentro Nicolás Pulido, quien disparó un tiro sobre la joven, hiriéndola. Al tratar de hacer un segundo disparo le falló el revólver y, empuñando entonces un cuchillo, dio una puñalada a María,

El hermano de ésta Intentó desarmar al agresor, pero éste le agredió también, hiriéndole gravemente. María del Pino resultó muerta. El agresor era primo hermano de la víctima y había sido novio de ella hasta hace poco tiempo en que, por intervención del padre, se deshizo el noviazgo.

Una vez cometido el crimen, Nicolás se apoderó de una escopeta y se internó en el monte. Aún no se ha detenido.

Tres días después del crimen, el 19 de agosto, La Gaceta de Tenerife publicó:

Un joven mata, por celos, a su prima hermana.

El domingo último, a las siete de la tarde tuvo lugar en Las Madres (Firgas) un horroroso crimen que ha llenado de espanto al .

Por celo, según se dice Nicolás Pulido, de unos 19 años, "desarrajó" un tiro de revólver por la espalda, a quemarropa, a su prima hermana Pino Granada Perdomo, de unos 20 años de edad, cuando regresaban en amigable compañía con otros vecinos de la fiesta de San Roque, en Firgas.

Como el hermano de la joven Juan Granado se abalanzase a quitar el revólver al agresor, este intentó disparar sobre él, y como fallase el revólver, echó mano a un cuchillo canario que llevaba, asestando con él tres puñaladas, una en el cuello, otra en el pecho y otra por la espalda al mencionado joven, concluyendo en su arrebato de locura (que así puede calificarse) por dar una horrible puñalada en el pecho a la que yacía mortalmente herida en el suelo.

En estos momentos llegaron los padres de la víctima, desarrollándose las escenas, que son de suponer, al ver desangrándose y muriéndose por momentos, sin poderlo remediar, a sus dos únicos hijos.

El R. P. Rodríguez, Misionero, que se hallaba casualmente a unos doscientos metros, al oír las voces de auxilio acudió apresuradamente, pudiéndole prestar los auxilios espirituales.

La joven falleció al ser traslada en una camilla al domicilio de sus padres.

Avisóse al párroco, médico y Juzgado, quienes se personaron en seguida, recibiendo el Viático el herido, teniendo después un heroico acto de perdón al matador, por parte de los padres y hermano de la difunta, ante el cadáver ensangrentado y aún caliente de la misma.

El agresor, cometido el crimen, huyó del lugar del suceso, tomó luego una escopeta en su casa y desapareció.

La Guardia civil de Arucas le busca, a las órdenes del teniente.

Al siguiente día, lunes, a eso de las diez de la mañana, en el mencionado lugar se oyó una detonación, creyéndose que tal vez al doble crimen cometido en las personas de sus parientes, el criminal haya sumado el del suicidio.

Estos son los datos recibidos hasta la fecha, sobre tan espantoso suceso.

En este caso, La Gaceta de Tenerife -como si del guión de melodrama se tratara- exalta el heroísmo familiar, al perdonar sobre el lugar del suceso al autor del crimen. Detalle que en realidad no ocurrió. "...Avisóse al párroco, médico y Juzgado, quienes se personaron en seguida, recibiendo el Viático el herido, teniendo después un heroico acto de perdón al matador, por parte de los padres y hermano de la difunta, ante el cadáver ensangrentado y aún caliente de la misma..."

También en este medio se especulaba con el posible suicidio de Nicolás.

La Gaceta, además de los padres de las víctimas, incorpora al médico, al párroco y al juez, que junto a un misionero, el R. P. Rodríguez, van completando el escenario incompleto del crimen

Anteriormente comenté que el párroco de Firgas, era don Juan Rivero Quintana. La plaza de Médico e Inspector Municipal de Sanidad la ostentaba don José Veray Molinary.

Llegado a este punto creo oportuno hacer un paréntesis para hablar del doctor José Veray Molinary, un médico al que el ejercicio de sus obligaciones como Inspector Municipal de Sanidad le supuso serios enfrentamientos con la clase dominante en aquel Firgas de comienzos del siglo XX.

El doctor Veray, ocupó la plaza de Médico e Inspector Municipal de Sanidad de Firgas el año 1927, dejando vacante la de Gáldar, donde ejercía su función de médico hasta ese mismo año:

20-5-1927 : Alcaldía Constitucional de la Ciudad de Gáldar.

Al Sr Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de Firgas.

"En virtud de Instancia presentada ante esta Alcaldía, suscrita por D. José Veray Molinary, solicitando ser baja como vecino de este municipio por haberlo sido declarado del de esa localidad, la Comisión municipal permanente de mi presidencia, en sesión, celebrada el día 25 del actual, acordó reclamar de V.S. certificación acreditativa de que dicho Sr. ha sido declarado vecino de ése pueblo, encareciéndole por mi parte, se sirva remitir a la mayor brevedad posible el expresado documento, para someter el expediente incoado al efecto, a resolución de la propia Comisión."

Dios guarde a V. muchos años. Gáldar. 30 de Mayo de 1927. Fmd.: José Rodríguez.

Desde que tomó posesión de su plaza como Inspector de Municipal de Sanidad de Firgas, el doctor Veray puso todo su empeño en hacer cumplir las normas que, con respecto a la limpieza e higiene, fueron aprobadas por la Junta Municipal de Sanidad, y, posteriormente, sancionadas por la Junta Provincial. En el siguiente escrito el doctor José Veray insta al alcalde de Firgas a que, mediante edicto, haga pública las mencionadas normas:

02/08/1928 : Del Inspector Municipal de Sanidad.

Para el Sr. Alcalde Constitucional del pueblo de Firgas.

Dispuesto por la Superioridad se lleve a efecto con todo rigor la limpieza y cuidado de las vías públicas lo mismo en las Ciudades que en los Pueblos, ruego a V.S. lo haga público por medio de Edicto para evitar que en éste las calles se conviertan en evacuatorio público, desterrando la costumbre de orinar y escupir en la vía pública, que los solares se conviertan en estercoleros y que el estiércol permanezca amontonado delante de las casas o almacenado en las cuadras, pues no solamente apestan el ambiente sino que se convierten en viveros perpetuos de plaga de moscas muy perjudiciales para la salud.

Existe además un reglamento redactado por la Junta Municipal de Sanidad y recientemente aprobado por la Junta Provincial, en el que entre otras cosas habla de ese extremo, y observando también el Inspector Municipal de Sanidad que suscribe, que lo acordado en Sesión Celebrada por esta Junta con fecha 31 de enero del corriente año, relativo a las Cochineras, encalado de fachadas y demás extremos, no se hallan en vigor, es de esperar lo haga también público por medio de un Edicto

dando un breve plazo para su cumplimiento, imponiendo además las multas a que haya lugar en caso de desobediencia.

Dios guarde a V.m.a. 2 de Agosto de 1928. Fmd.: El Inspector Municipal de Sanidad. José Veray Molinary.

En el que sigue, el Inspector Municipal de Sanidad le solicita al alcalde el cierre de un corral y una cuadra en el molino de la Madre del Agua, propiedad de un tal Manuel Rodríguez Cardona, por no cumplir las normas higiénico sanitarias vigentes:

03-09-1928 : Del Inspector Municipal de Sanidad.

Para el Sr. Alcalde Constitucional de este Pueblo.

El Real Decreto de 20 de Julio de 1923, dispone que las cuadras y establos de cualquier especie animal deben ser sometidas a un riguroso régimen de alejamiento de las viviendas humanas. En los municipios rurales estarán por lo menos 10 metros de las viviendas, y estarán separadas por un corral y no reuniendo tales condiciones, la cuadra que en el Molino de la "Madre del Agua" tiene en uso el vecino de ese término municipal Manuel Rodríguez Cardona, ni tampoco las demás condiciones higiénico sanitarias que la Ley exige, como son: altura mínima de 3.50 metros y 20 metros de capacidad por animal mayor, paredes cubiertas con cemento o cal hidráulica, amplia ventilación que se hará por ventanas provistas de alambrera para impedir la entrada de moscas. El pavimento será impermeable y con inclinación de 2% hacia el sumidero que estará provisto de sifón. Si no hay conducción de agua, se aprovechará para la limpieza la del pozo extraída por bomba. El techo será de cielo raso de superficie continua. Todos los ángulos serán redondeados y los pesebres de superficie lisa e impermeable y ángulos redondeados, datos todos comprobados por mi observación, y siendo opinión del médico que suscribe se proceda a la clausura de este establecimiento y de todos los que no reúnan en este término las condiciones ya expuestas, lo que pongo en conocimiento de V S. para que proceda conforme corresponda, dándole al interesado un plazo de 48 horas, indicándole además la multa correspondiente en caso de desobediencia."

Dios guarde a V.S. m. a. Firgas 3 de Septiembre de 1928. Fmd.: El Inspector Municipal de Sanidad. José Veray Molinary.

Como es fácil de imaginar, el celo puesto por el eficiente doctor para hacer cumplir las normas higiénico sanitarias que le evitaran al Municipio el azote de plagas y epidemias tan frecuentes en años anteriores lo puso en el punto de mira de muchos vecinos disconformes, que no estaban dispuestos a aceptar unas medidas que, en la mayoría de los casos, les suponían un desembolso económico importante.

Fueron tantas las presiones que por parte de los vecinos recibió el Alcalde, que este, en septiembre de 1931, se vio forzado a intervenir en el litigio entre el doctor y los vecinos, posicionándose, como se aprecia en el siguiente escrito, al lado de vecindad.

12/0911931: Alcaldía Constitucional de Firgas.

Llegando a esta Alcaldía numerosas quejas acerca de su actuación como Médico Titular de este Ayuntamiento, motivadas por sus continuas ausencias de este término, cúmpleme requerirle para que preste el mayor celo al desempeño de su cometido, no ausentándose sino en casos verdaderamente justificados, en bien de la salud pública y con el fin de evitar la adopción de medida de clase alguna; sirviéndose firmar el duplicado de la presente en prueba que quedar enterado."

Dios guarde a V. muchos años Firgas Septiembre 12 de 1931. Fmd: El Alcalde. Francisco Ponce

Pero con lo que no contaba el regidor era que un hombre empeñado en hacer cumplir las normas de salud en el municipio, también era conocedor y fiel cumplidor de las que regulaban su actividad como Médico e Inspector Municipal de Sanidad. De tal forma que apenas pasaron dos días cuando el asertivo galeno le dio la debida contestación al Alcalde. La rectitud y asertividad del doctor Veray quedó reflejada el siguiente escrito dirigido al Alcalde:

14/09/1931 : Don José Veray Molinary.

Al Sr Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Firgas.

En contestación al atento oficio de V. S. número 207 y fecha 12 del actual, debo manifestarle que seguramente informes erróneos llegados a esa Alcaldía, han podido ser origen de las faltas que suponen cometidas por el que suscribe, como Médico titular de este pueblo.

Siempre que el que suscribe ha tenido necesidad de ausentarse del término municipal por más de veinte y cuatro horas, lo ha puesto en conocimiento de esa Alcaldía, con la debida anticipación y designando el compañero encargado de sustituirle.

Las ausencias por menos tiempo de veinte y cuatro horas, las autoriza la ley, y de ellas hace uso el que suscribe, después de transcurridas las horas necesarias para enfermos de beneficencia y prestar asistencia a los enfermos pudientes que los soliciten, procurando estar fuera del término municipal lo menos posible.

Bien es verdad que estas pequeñas ausencias son casi diarias, pero ello obedece a tener la necesidad de atender su clientela en el vecino pueblo de Arucas, a cuyos medios, tiene que recurrir como indispensable ayuda para atender las necesidades de su familia puesto que el sueldo que disfruta y las escasas visitas a familias pudientes de este municipio, no bastan para las apremiantes necesidades familiares en atención a la carestía de la vida.

Como quiera que las ausencias diarias no perjudican el servicio y por ello las autoriza la ley, sin exigir se obtenga permiso alguno, el que suscribe hace uso de ese derecho por la causa mencionada y no es solamente él el que usa de ese derecho, sino también sus compañeros titulares de Las Palmas, San Lorenzo, Moyas, Arucas, Gáldar y otros pueblos de esta provincia sin que ello haya causado perjuicio alguno al servicio, no existe ningún caso que así lo demuestre.

Podrá haberse dado algún caso excepcional, que igualmente puede suceder estando o no el titular dentro del término municipal donde presta sus servicio, si sale de su domicilio a cualquier otro barrio extremo, pero estos casos excepcionales no desvirtúan, antes por el contrario confirman, la regla general en que se basan las anteriores afirmaciones.

Es cuanto tengo el honor de exponer a V.S. para desvirtuar los erróneos informes llegados a esa Alcaldía y como contestación a su precitado oficio."

Dios guarde a V S. muchas años. Firgas 14 de Septiembre de 1931. Fmd.: José Veray

No fue necesario que finalizara el año 1931 para que conflicto entre el doctor José Veray y el Alcalde de Firgas traspasara las fronteras de Municipio y llegara hasta el Gobierno Civil de Las Palmas, e incluso hasta el Colegio Oficial de Médicos.

Pero, por desgracia, como suele suceder en situaciones parecidas, el conflicto se resolvió con la dimisión, en 1932, de José Veray, ocupando su plaza de forma interina el médico de Arucas, don Anastasio Escudero Ruíz hasta 1933, año en que Firgas volvió a contar médico propio.

Pues bien, cerrado el paréntesis del doctor José Veray, vuelvo a retomar la crónica del crimen de María del Pino, también conocido en aquellos años como el crimen de la Cuesta del Álamo.

El 19 de agosto El Progreso, de Tenerife, también recogió en sus páginas la noticia del crimen, encabezándola como "Un drama de celos en Firgas". En esta ocasión, además de dar cumplida información, El Progreso, fiel al estilo folletinesco, se permite reproducir el diálogo -real o no- que la moribunda María del Pino mantuvo con su amigo José Vega. También este periódico hace mención al "carácter silencioso y agrio de Nicolás".

El carácter "complicado" de Nicolás como el motivo que justificaba la posición de los padres de María del Pino al noviazgo mantenido con su primo aparece también en otros medios.

Un drama de celos en Firgas.

Un joven mata a su prima y ex-novia y hiere al hermano de ésta y desaparece.

A unos tres kilómetros de Firgas (Gran Canaria), cerca de la Fuente Agria y del domicilio de la víctima, se desarrolló al anochecer del domingo último un drama de celos, en el cual fue muerta la señorita María del Pino Granados Perdomo, de 23 años de edad, y herido de gravedad el hermano de ésta, Juan, de 22 años, soltero, cabo del regimiento de Infantería de Las Palmas. Ambas víctimas fueron producidas por Nicolás Pulido Granados, de 23 años, soltero, primo de aquéllos y de igual vecindad.

Hará un año María del Pino y Nicolás entablaron relaciones amorosas, las cuales no fueron bien vistas por el padre de ella, dado el carácter silencioso y agrio de Nicolás.

Los novios riñeron, hicieron las paces por unos días y volvieron a romper definitivamente. Nicolás amenazó a María del Pino con matarla si aceptaba otro novio.

El domingo celebraba Firgas las fiestas de San Roque. Desde el sitio en que moran se trasladaron a aquella localidad los padres y hermanos Perdomo.

María del Pino, en unión de unas amigas estuvo por la mañana en la sociedad "La Unión" donde se celebraba un baile y a requerimiento de algunos mozos bailó. En dicha sociedad coincidieron María del Pino y Nicolás, quien no se acercó a ella. Por

la tarde volvió María del Pino a la sociedad y su primó, según parece, estuvo rondando por aquellos lugares, pero no entró.

En el baile fue objeto María del Pino de muchas atenciones por parte de un tal José Vega, de treinta años de edad, soltero, natural y vecino de Juncalillo, quien, según nos han asegurado, solía hacer el amor a aquella*, a lo que no ponía mala cara la moza.

Todo esto, se supone fuera visto por Nicolás, el que, como acabamos de decir, rondaba aquellos lugares, no siendo extraño que, por su manera de ser, de cosa tan mínima hiciera un motivo de venganza.

A las cinco y media emprendió el regreso a la casa.

Algo adelantada iba María del Pino, charlando con José Vega.

A mitad del camino se unió Nicolás a un amigo que también realizaba el viaje de retorno con la familia Perdomo, yendo en último lugar. Así continuaron marchando durante algún tiempo, sin que Nicolás demostrase nada anormal.

Con el pretexto de que si continuaba a aquel paso llegaría muy tarde a su casa, Nicolás acompañado de un amigo se adelantó.

Por el sitio conocido por la Cuesta de los Álamos, Nicolás alcanzó a su prima María del Pino a quien, como hemos dicho acompañaba José Vega.

Parece ser que tan pronto como llegó a reunirse con la pareja y sin que mediara palabra alguna se puso delante de María del Pino, como atajándole el paso, y haciendo uso de un revólver, disparó a quemarropa un tiro sobre ella.

María del Pino, al propio tiempo que se inclinaba sobre José Vega, dijo a este: "Me ha mata matado".

-¿Pero qué te pasa? Le preguntó José.

- Que me ha matado Nicolás.

José por lo visto, ni oyó el disparo ni se dio cuenta de lo que había sucedido. Nicolás, seguidamente, quiso disparar de nuevo—esto si lo vio José— pero el arma falló y entonces, sacando un cuchillo, de los llamados canarios, que llevaba en la cintura, le dio una cuchillada

José que en tales momentos, sostenía el cuerpo mortalmente herido de María del Pino, no pudo evitarlo. La víctima y él pidieron auxilio, llegó en esto Juan y al ser visto por el agresor, que intentaba huir, vaciló un instante, lo suficiente para que Juan pudiera llegar hasta donde se encontraba y se abalanzara a él con propósito de desarmarlo, pero le acompañó tal desgracia que el despechado de su primo, durante la lucha que se entabló entre ambos, logró inferirle varias cuchilladas, a consecuencia de las cuales rodó por tierra gravemente herido.

Nicolás huyó a campo traviesa, aprovechando la confusión.

En el lugar del hecho quedó el sombrero del asesino y el revólver, que, por lo viejo, había quedado inutilizado a raíz del primer disparo. Este contenía aún cuatro cápsulas cargadas y de él se incautó la Guardia Civil del puesto de Arucas.

Sin que la desventurada María del Pino pudiera articular palabra alguna desde el momento en que reclinada sobre los hombros de José Vega, recibió la cuchillada, sobre las ocho menos cuarto de la noche dejó de existir.

Juan fue trasladado a una clínica de Las Palmas, y el cadáver de su hermana a Firgas.**

Nicolás, a raíz de cometer el hecho, estuvo en casa de sus padres, distante un kilómetro escasamente del Barranco de la Virgen y pretextando ir a caza de palomas tomó una escopeta de dos cañones, de fuego central y una canana conteniendo once o doce cartuchos. Con tal indumentaria partió en dirección a la montaña.

El parte facultativo*** relacionado con las heridas que sufrió la víctima y su hermano está redactado de la siguiente forma:

María del Pino presenta una herida de arma de fuego con orificio de entrada por la región malaria del lado derecho y orificio de salida por la región posterior derecha del tórax, mortal de necesidad, y otra herida inciso punzante de ocho centímetros de profundidad y dos centímetros de extensión en la región posterior del tórax y como aquella mortal de necesidad.

Juan, presenta una herida inciso punzante de cuatro centímetros de extensión y uno de profundidad en la región lateral izquierda del tórax, al nivel del sexto espacio intercostal; otra herida del mismo carácter de cuatro centímetros de extensión y dos de profundidad en la región posterior izquierda del tórax, interesando partes blandas y vasos, con la con la siguiente hemorragia; otra herida de un centímetro de extensión en la región anterior del cuello y otra herida de un centímetro de extensión en la región mentorial. Las dos primeras de pronóstico grave.

El agresor no ha sido hallado aún.

* En el texto cuando dice "solía hacer el amor a aquella" quiere decir que la cortejaba, no que se acostaba con ella, tal como hoy día se entiende la frase.

** El cadáver fue trasladado a Firgas porque entonces -como ya comentaré más adelante- las autopsias se realizaban en los cementerios.

*** El facultativo que redactó el parte fue el doctor José Velay, del que ya he comentado.

El 20 de agosto La Prensa de Tenerife vuelve a hacerse eco de la noticia, e igual que hizo El Progreso el día anterior convierte la noticia en un relato folletinesco más propio del XIX que de los años 30 del siglo XX.

Entendiendo que llegado este momento usted ya está perfectamente informado de cómo trascurrieron los hechos, pero aún así, le sugiero que continúe leyendo el artículo de la Prensa de Tenerife, al que considero con tintes de verdadera obra literaria:

Nuevos detalles del crimen pasional de Firgas.

Los protagonistas

Los protagonistas de la tragedia han sido:

María del Pino Granados Perdomo, de 23 años de edad, soltera; su hermano Juan, de 22 años de edad, soltero, en la actualidad cabo del regimiento de Infantería de Las Palmas, el cual se encontraba disfrutando permiso, y un primo hermano de éstos, llamado Nicolás Pulido Granados, de 23 años de edad, soltero.

María del Pino, era una muchacha bastante agraciada, muy amiga de su casa y simpática.

Nicolás Pulido es uno de esos hombres, parco en palabras, enemigo de molestar a nadie; pero temperamento poco propicio para que le molestaran.

Nicolás entabla relaciones amorosas con María del Pino

Hará aproximadamente un año Nicolás y María del Pino entablaron relaciones amorosas.

Al decir de la gente los padres de la novia no vieron nunca con buenos ojos aquellos amores.

Hace unos seis meses quedaron interrumpidas las relaciones, sin que haya sido posible averiguar los motivos

Hará aproximadamente quince o veinte días, María del Pino acudió a una cita que le había dado su primo Nicolás. La cita en cuestión tuvo lugar en, el pueblo de Moya y consecuencia de la entrevista que tuvieron, fue el reanudar sus relaciones, a espaldas de su padre; pero la armonía entre ellos reinó poco tiempo, por cuanto personas que se tienen por bien informadas, aseguran que hace una semana se disgustaron de nuevo.

A la fiesta de San Roque

Firgas celebraba sus festejos tradicionales y en las primeras horas de la mañana del domingo al pueblo marchó la familia de Granados.

María del Pino con otras amigas estuvo por la mañana en la Sociedad "La Unión", donde se celebraba un baile y a requerimiento de algunos mozos, bailó. En dicha Sociedad coincidieron María del Pino y Nicolás, quien no se acercó a ella. Por la tarde volvió María del Pino a la Sociedad y su primo, según parece, estuvo rondando por aquellos lugares, pero no entró.

En el baile fue objeto María del Pino de muchas atenciones por parte de un tal José Vega, de treinta años de edad, soltero, natural y vecino de Juncalillo, quien solía hacer el amor a aquella, a lo que no ponía mala cara la moza.

Todo esto, se supone fuera visto por Nicolás.

El regreso

Tocaban a su fin las fiestas y sobre las cinco y media de la tarde la familia Granados inició el regreso a su domicilio.

Camino adelante y sin que se pudiera, sospechar lo que se estaba fraguando en la mente del despechado Nicolás, marchaban María del Pino y José Vega; a pocos pasos el hermano de aquella, la madre y un amigo de Juan llamado Agustín Sarmiento.

El crimen

En el sitio conocido por la "Cuesta de los Álamos", Nicolás alcanzó a su prima María del Pino, a quien acompañaba José Vega. Ambos iban en amigable coloquio.

Parece ser que tan pronto como llegó a reunirse con la pareja y sin que mediara palabra alguna, se puso delante de María del Pino, como atajándole el paso, y haciendo uso de un revólver, disparó a quemarropa un tiro sobre ella.

María del Pino, al propio tiempo que se inclinaba sobre José Vega, dijo a éste: "Me han matado".

—¿Pero qué te pasa?—le preguntó José. —Que me ha matado Nicolás.

José, por lo visto, ni oyó el disparo ni se dio cuenta de lo que había sucedido. Nicolás, seguidamente, quiso disparar de nuevo—esto si lo vio José—pero el arma falló y entonces, sacando un cuchillo de los llamados canarios que llevaba en la cintura, le dio una cuchillada en el pecho á su novia.

José, que en tales momentos sostenía el cuerpo mortalmente herido de María del Pino, no pudo evitarlo. La víctima y él pidieron auxilio; llegó en esto Juan y al ser visto por el agresor, que intentaba huir, vaciló un instante, lo suficiente para que Juan pudiera llegar hasta donde se encontraba y se abalanzara a él con propósitos de desarmarlo, pero le acompañó tan mala fortuna, que el despechado de su primo, durante la lucha que se entabló entre ambos, logró inferirle varias cuchilladas, a consecuencia de las cuales rodó por tierra gravemente herido.

Y Nicolás huyó a campo traviesa, aprovechando la confusión del momento y el espanto que produjo en el ánimo de todos la bárbara e inesperada agresión.

Escena conmovedora

Simultáneamente fueron llegando al lugar del hecho los padres de María del Pino, José Sarmiento, Agustín Sarmiento Suárez y Juan Vega Betancor, desarrollándose una escena en extremo conmovedora, que el citado Juan narra en la siguiente forma:

Entre dos luces oí unos gritos desgarradores dados a pocos pasos de donde me encontraba entregado al cuidado de unos animales. Sin pérdida de tiempo salí al camino y pude ver como María del Pino y su hermano Juan, tendidos en tierra, se quejaban amargamente. Poco después llegaron sus padres.

Me acerqué al grupo. María se encontraba en el centro del camino y su hermano cerca de ella sobre unas peñas, que hay a la derecha; Este, al verme, me dijo: "Por favor, dame agua y tápeme estas heridas que me voy en sangre". Corrí presuroso a la acequia próxima y en un sombrero se la facilité. Los padres de ellos lloraban amargamente y mientras que José Vega y José Sarmiento quedaban al cuidado de los heridos yo partí en dirección al domicilio de Abelardo García, como el más próximo, para que me facilitara un catre y un colchón al objeto de poder trasladar a aquellos a su casa cuanto antes nos fuera posible.

El asesino abandona el sombrero y el revólver.

En el lugar del hecho quedó el sombrero del asesino y el revólver, que, por lo visto, había quedado inutilizado a raíz del primer disparo. Este contenía aún cuatro cápsulas cargadas y de él se incautó la Guardia civil del puesto de Arucas.

Fallece María del Pino

Sin que la desventurada María del Pino pudiera articular palabra alguna, desde el momento en que reclinada sobre los hombros de José Vega, recibió la cuchillada, a las ocho menos cuarto de la noche dejó de existir.

Poco después llegó el médico don José Veray, acompañado del cura*, limitándose aquel a certificar su defunción y a prestar los primeros auxilios de la ciencia a Juan Granados.

El cura actuó también en funciones de su sagrado ministerio.

Nicolás se provee de una escopeta y huye hacia el monte

Nicolás, a raíz de cometer el hecho estuvo en casa de sus padres, distante un kilómetro escasamente del Barranco de la Virgen y pretextando ir a caza de palomas, tomó una escopeta de dos cañones, de fuego central y una canana conteniendo once o doce cartuchos. Con tal indumentaria partió en dirección a la montaña.

Un encuentro

Cuando después de cometer el hecho Nicolás huía por la montaña, con dirección a casa de sus padres, se cruzó con el vecino Damián Pérez, quien al verlo tan excitado le preguntó:

—¿Qué le pasa, que va tan corriendo?

—¡No, no me ocurre nada—, hubo de contestarle.

Sin detenerse a contestar a otra pregunta que le dirigió en el sentido ¿de si necesitaba de sus favores?, aligeró el paso, desapareciendo.

* El cura fue el párroco de Firgas don Juan Rivero Quintana.

A los pocos días del suceso, la hipótesis del suicidio de Nicolás se fue diluyendo. Aunque algunos periódicos seguían sin descartar tal posibilidad.

El 21 de agosto, además de informar de la mejoría de Juan Granados, el hermano de María del Pino, La Prensa de Tenerife sigue manteniendo la hipótesis del suicidio de Nicolás:

Del crimen de Firgas

El hermano de la víctima mejora de las heridas.

Después de la amplia información que ayer dimos sobre el crimen pasional ocurrido el domingo en el Barranco de la Virgen, lugar cercano a Firgas, ningún otro detalle de interés se ha podido recoger para servir a los lectores.

Como es sabido, Nicolás Pulido Granados, después de cometido el crimen, huyó, llevando consigo una escopeta de caza y varios cartuchos que cogió de su casa.

A pesar de las activas gestiones realizadas por la Guardia civil para la busca y captura del matador de su novia, aún no ha sido encontrado, y se persiste en la creencia de que haya puesto fin a su vida haciendo uso del arma que se llevó.

En cuanto al hermano de la víctima, Juan Granados, que resultó herido al salir en defensa de su hermana, la infortunada María del Pino Granados, dicen en la Clínica de San Roque, en donde se halla instalado, que se encuentra mucho mejor hasta el extremo de que ya pudo levantarse de la cama.

Dos días después, el 23 de agosto, el mismo periódico sigue especulando con el posible suicidio de Nicolás:

El crimen de Firgas.

Hasta la fecha no ha aparecido el joven Nicolás Pulido, que en el pago de «Las Madres», del término municipal de Firgas, dio muerte a su novia, María del Pino Granados, e hirió gravemente a su hermano Juan.

Existe la creencia, ante el resultado infructuoso de los detenidos reconocimientos que se han llevado a cabo en las cercanías del lugar del hecho, de que Nicolás Pulido haya puesto fin a su vida, bien haciendo uso de la escopeta de que se proveyó en casa de sus padres, o arrojándose a un estanque. Desde luego, éstas son suposiciones, pues hay quien creé que permanece vivo y oculto en el monte y que aprovecha las horas de la noche—en que se retira la Guardia civil—para alimentarse.

Cuando Nicolás Pulido estuvo en el domicilio de sus padres, a raíz de haber asesinado a su prima María del Pino, se cambió de ropa y con la mayor naturalidad estuvo bromeando con sus hermanos más pequeños, a los que obsequió con chucherías que adquirió en Firgas.

Así debió ser por cuanto ni sus padres ni hermanos notaron en Nicolás la más leve excitación que pudiera delatarles lo que acababa de realizar, con tanta saña y sangre fría.

El 24 de agosto de1931, El Progreso también se interesa por el paradero del huido:

El paradero del que mató a su prima y ex-novia.

A pesar del celo desplegado por la Benemérita de los puestos de Arucas, Gáldar y Teror todavía se desconoce el paradero de Nicolás Pulido, autor de la muerte de su prima María del Pino Granados.

Los reconocimientos realizados últimamente por el macizo montañoso, inmediato al lugar del hecho, han resultado infructuosos; pero no obstante la busca del asesino continuará todo el día de hoy y sucesivos, si preciso fuera.

Por lo que nos dicen se abrigaba la sospecha de que Nicolás se encontraría en los pinares, habiéndose deshecho aquella después de haber recorrido los misinos por la Guardia civil en distintas direcciones.

Han sido objeto también de minucioso reconocimiento unas cuevas que existen en lo más abrupto del monte, por cierto con resultados negativos.

Asimismo se han efectuado sondeos en varios estanques sitos en aquellos lugares por si Nicolás se hubiera arrojado a alguno de ellos y perecido ahogado.

Se afirma en cambio la creencia de que se encuentre por las cercanías del Barranco de la Virgen, donde tanto favorecen la ocultación los accidentes del terreno y que Nicolás sea protegido por alguien.

Agosto de 1931 llega a su fin sin tener noticias de Nicolás.

La Prensa, 29 de agosto de 1931:

El autor del crimen de Firgas

Continúan siendo infructuosos los reconocimientos que por la Guardia civil del puesto de Arucas se llevan a cabo en todo el término municipal de Firgas, en busca de Nicolás Pulido, el que, como se recordará, asesinó a su prima María del Pino Granados en la Cuesta de los Álamos, cuando regresaba en unión de un mozo que la cortejaba, del pueblo de Firgas, después de asistir a las fiestas, e hirió gravemente a un hermano de la víctima, llamado Juan.

Tal circunstancia no ha dejado de causar extrañeza y en torno a la desaparición continúan haciéndose comentarios para todos los gustos.

¿...? desechado totalmente, pues su cadáver no ha aparecido. En cambio se mantiene firme la creencia de que haya logrado ¿...? en los matorrales del monte, o protegido por alguien.

Con la llegada de septiembre también comienzan a circular rumores sobre la detención de Nicolás. El Progreso, diario republicano, 4 de septiembre de 1931:

¿Ha sido detenido el autor del crimen de Firgas?

Desde las primeras horas de la mañana de ayer circularon por Las Palmas, con bastante insistencia rumores de que en el pueblo de San Mateo había sido detenido Nicolás Pulido, autor de la muerte de su prima María del Pino y de las heridas que sufrió un hermano de ésta llamado Juan.

El hecho, como se recordará, se desarrolló en la "Cuesta de los Álamos", proximidades del Barranco de la Virgen.

Después de 16 días sin tener noticias del huido, el 05 de septiembre de 1931, el mismo periódico, El Progreso, diario republicano, confirmó la noticia de la presentación de Nicolás en el Juzgado de Triana, aconsejado por un pariente:

Se presentó el asesino de su ex-novia y prima.

En la mañana del jueves se presentó en el Juzgado de Vegueta, en Las Palmas, pasando de allí al de Triana, al que competía el asunto, el joven Nicolás Pulido Granados que en la tarde del 16 del pasado asesinó a su prima y ex-novia María del Pino Granados Perdomo e hirió al hermano de ésta, dándose a la fuga.

Sobre las diez de la noche del miércoles último Nicolás Pulido se presentó en casa de un tío suyo llamado Fernando Pulido Ortega, vecino de Valleseco y domiciliado en el barrio de "Las Carpinteras".

Su tío Fernando se sobresaltó al verlo entrar, pues ni tenía noticias de Nicolás ni lo esperaba.

Nicolás estuvo conversando y en la breve conversación que sostuvo éste le manifestó que había cometido una locura; que estaba arrepentido de lo que había hecho y que quería presentarse a las autoridades.

Entre tres y cuatro de la madrugada emprendieron el viaje a Las Palmas, sin que Nicolás pudiera conciliar el sueño. La marcha la realizaron a pié y en automóvil.

Ante el señor Pérez de la Concha, Nicolás Pulido prestó declaración. La diligencia fue extensísima, durando el interrogatorio a que fue sometido Nicolás cerca de tres horas. Durante el mismo entró en el despacho del señor Juez el fiscal D. Francisco Carvia, que entro largo tiempo.

Tuvimos ocasión de hablar con Fernando Pulido, a quién preguntamos si sabía qué había sido de la escopeta que Nicolás tomó en casa de sus padres y del cuchillo con el que agredió a sus primos María del Pino y Juan, manifestándonos que, según le había dicho su sobrino, éste se desprendió de la escopeta sin que recordara el sitio en lo hizo y que el cuchillo lo perdió, por lo visto, en el lugar en que se desarrolló el hecho.

También dijo que él, por su parte, había buscado inútilmente a Nicolás, durante muchos días y que la Guardia civil se había personado en su domicilio varias veces interesándose por Nicolás.

Antes de presentarse al Juzgado Nicolás y los que acompañaban estuvieron en la Residencia de los Jesuitas. A preguntas de un periodista, uno de los jesuitas dijo:

Creo que él no se había presentado antes por el miedo que le inspiraban los guardias y esperaba una oportunidad de poder salir de sus escondites, sin ánimo de fuga, sino solamente para presentarse, como lo ha hecho, sin ser conducido por nadie.

Nicolás me ha contado cosas trágicas de sus escondrijos; ha subido y bajado precipicios horribles; ha pernoctado en cuevas sólo accesibles en vuelo de águilas, viéndose en momentos trágicos como jamás soñados, como lo prueban sus manos despellejada y medio heridas, garras verdaderas, que sólo asieron tan fuertemente, a fuerza de desesperación y ante la inminencia de una muerte que no quería.

También el 5 de septiembre, otros medios como La Prensa o La Gaceta, diario católico de información", ambos de Tenerife, publicaron la detención de Nicolás:

Se presenta el autor del crimen de Firgas

El autor del crimen de Firgas, Nicolás Pulido, se ha presentado voluntariamente en el Juzgado de instrucción de Triana.

Después de prestar declaración ante el juez, pasó a la Cárcel.

Se presenta el autor del asesinato de una joven

Nos informan que el autor del asesinato de Firgas, Nicolás Pulido, se ha presentado voluntariamente en el Juzgado de Instrucción de Triana, en Las Palmas, donde ha prestado declaración ante el juez don Ramón de la Concha.

Pero, igual que hizo con la noticia del crimen , fue La prensa, diario republicano la que, el día 6 de septiembre, dio una extensa información sobre las circunstancias en las que fue detenido Nicolás:

Acosado por la guardia civil se presentó al Juzgado el joven que asesinó a su novia en Firgas

Antes de presentarse a la Justicia el criminal realizó algunas visitas.

A las once de la mañana del viernes hizo su presentación ante el Juzgado de Triana, en Las Palmas, Nicolás Pulido, declarándose autor de la muerte de su prima. La noticia produjo enorme expectación en aquellos lugares, muy concurridos por hallarse la vida judicial en plena actividad. Acompañaban al criminal su hermano José y su tío Fernando Pulido Ortega.

Aseguraban algunos al verlos que esas mismas personas habían entrado una hora antes en el despacho del procurador don Juan Ortiz, sito en la calle San Marcos.

Pulido presta extensa declaración

El juez de instrucción del distrito de Triana, don Ramón de la Concha, tomó declaración a Nicolás Pulido.

Después de declararse autor de la muerte de su prima y de las heridas que recibiera su primo Juan, intentó justificar los hechos como producto de un acceso de celos que no pudo reprimir. Recordó al juez como durante siete años sostuvo relaciones amorosas con su prima, de la que recibió últimamente burlas y desaires. Las relaciones seguían sin embargo, a pesar de la oposición de los padres de la muchacha.

Manifestó asimismo que el jueves por la noche había llegado a casa de su tíos, en el pueblo de Valleseco, y que estos le recomendaron que hiciera su presentación en el Juzgado, ofreciéndose para acompañarle a Las Palmas.

Seguidamente Nicolás Pulido relató como hizo el viaje a pie y sin que por el camino se encontrase a nadie que pudiera conocerlo.

Nicolás Pulido confesó que su entrada en Las Palmas, adonde llegó a las diez de la mañana, le produjo una extraña impresión.

El juez puso gran empeño en saber en qué lugares había pernoctado durante los diez y seis días que había estado burlando la acción de la justicia.

Las contestaciones de Nicolás se redujeron a repetir que había estado vagando por las cumbres de la isla, lugares donde nadie se muere de hambre -dijo-, porque yo los conozco como ustedes las calles de Las Palmas. Durante esos días se alimentó exclusivamente de leche, gofio y frutas, sin pasar bajo techo sino la noche de miércoles, en casa de su tío Fernando. "No pude conciliar el sueño; lo que no me pasó las noches antes en el campo."

No hubo manera de que el criminal manifestase en dónde había dejado la escopeta de caza que se llevó de su hogar, poco después de cometido el crimen. "No sé donde la metí"-repetía una y otra vez.

Justificó la hora que había tardado en hacer su presentación, que invirtió en consultar a un procurador sobre el camino a seguir. El procurador, naturalmente, le contestó el único era presentarse al juzgado, lo que hizo seguidamente.

El 9 de septiembre, este mismo periódico publica las declaraciones que Nicolás le hizo a un ex presidiario:

Crimen de Firgas

Nicolás en la cárcel

Un quincenario, recién salido de la Cárcel, ha hecho curiosas declaraciones de la estancia de Nicolás Pulido en el establecimiento.

Manifestó que Nicolás se muestra apesadumbrado por la pérdida de su prima, a la que amaba entrañablemente: "He pasado más que ella -le oyó decir- pues yo la quería como no he querido a nadie en el mundo".

Nicolás asegura que se volvió loco y que sólo sabe que disparó. Al darse cuenta del mal causado, emprendió la fuga sin rumbo fijo.

Como conoce a la perfección las cumbres, por haberlas recorrido muchas veces, escogió para guarecerse unas cuevas situadas un lugar casi inaccesible y en cuyos alrededores hay una extraordinaria provisión de frutas, con las que se procuró alimentos. Para descender de dicho lugar necesitaba hacer un esfuerzo extraordinario, despellejándose las manas al subir y bajar.

"En esas cuevas pasé unas noches terribles -ha dicho a sus compañeros de cárcel Nicolás Pulido-. Como tienen tan poco fondo, tenía el temor de desriscarme cada vez que daba una vuelta con propósitos de conciliar el sueño".

Nombramiento de abogado defensor.

Nicolás Pulido ha nombrado abogado defensor a don Tomás Quevedo Ramírez, al que auxiliará el procurador don José Bethencourt Montesdeoca.

Sobre petición de Perdón de Nicolás a la familia de María del Pino.

Después de detenido Nicolás, muchos periódicos sacaron a la luz la noticia de que el preso había pedido perdón a los padres de la víctima. Sobre ello, el 18 de septiembre, La Gaceta de Tenerife publicó lo siguiente:

Del crimen de Firgas.

Nicolás Pulido Granado, que continúa en la Cárcel de Las Palmas, en espera de la sanción que haya de imponerle la Justicia por el asesinato de su prima María del Pino Granado, envió al padre de su víctima una carta, en la que le pedía perdón por haber dado muerte a María del Pino.

La misiva, que fue escrita por un telefonista, de los que estuvieron detenidos gubernativamente, surtió su efecto, y a los dos días se presentó en la Cárcel el padre de la muchacha para perdonar al asesino.

La entrevista no llegó a celebrarse porque Nicolás Pulido enfermó repentinamente, sobrecogido de impresión al notificársele que deseaba visitarlo el padre do la víctima.

El 23 de septiembre, el mismo diario, La Gaceta de Tenerife rectifica parte de la información publicada dos días antes:

Después del crimen de "Las Madres"

No hubo perdón del padre de la víctima, aún cuando le fue solicitado.

Leemos en nuestro colega El País, de Las Palmas, en su número del día 17 del actual mes:

Hace un par de días dimos la noticia de que el padre de la víctima del asesinato de Firgas había intentado ver al autor del sangriento hecho, correspondiendo al perdón solicitado por éste en una patética carta que, por no saber escribir, le redactó uno de los telefonista que estaba cumpliendo en la cárcel arresto gubernativo.

La noticia, tal como la dimos, no es rigurosamente exacta. Dicha carta fue, efectivamente, escrita y llegó a poder del destinatario. Presumiendo de lo que se trataba, el padre de María del Pino preguntó quién era el remitente, y al decírsele que se la enviaban desde la cárcel de Las Palmas ordenó fuese purificada, en el fuego sin abrirla. Y cumpliéndose su deseo, así se hizo.

No pudo, pues, el padre de María del Pino intentar ver a Nicolás Pulido, ya que su deseo sería no volver a verlo jamás. Así lo hacemos constar, a solicitud del interesado.

El 26 de agosto de 1932, un año después del luctuoso suceso, Nicolás fue juzgado por diversas causas en la Audiencia de Las Palmas. El 30 de agosto del mismo año, La Gaceta de Tenerife publicó la noticia de la sentencia:

Sentencia en una causa por homicidio.

El viernes último terminó en la Audiencia de Las Palmas el juicio oral de la causa incoada en el Juzgado de Triana contra Juan Nicolás Pulido Granados, por los delitos de homicidio y lesiones en las personas de María del Pino Granados Perdomo y su hermano Juan, respectivamente.

En la vista de esta causa actuó por primera vez el Jurado mixto, a quien corresponde el conocimiento de la misma por tratarse de delito de los llamados "pasionales".

El fiscal pide se le imponga al procesado la pena de reclusión perpetua, accesorias y diez mil pesetas de indemnización a los herederos de la víctima; dos meses y un día de arresto mayor, accesorias y doscientas pesetas de indemnización al herido, por el de lesiones inferidas al hermano de aquélla; y cincuenta pesetas de multa por falta incidental de tenencia ilícita de armas, y además la imposición de las costas.

El acusador privado se mostró conforme con las peticiones del fiscal.

El letrado defensor, señor Ramírez Suárez, estimando que el principal delito cometido por el procesado es el de homicidio, solicitó se le condene a doce años y un día de reclusión, conformándose con el resto de la petición de las otras partes.

El Tribunal de Derecho, después de breve deliberación, dictó la siguiente sentencia:

Condena al procesado Nicolás Pulido Granado, como autor de un delito de asesinato, a la pena de diecisiete años, cuatro meses y un día de reclusión temporal, accesorias e indemnización de diez mil pesetas a los herederos de la interfecta, María del Pino Granado Perdomo; por el de lesiones al hermano de ésta, Juan, a la de dos meses y un día de arresto mayor, cien pesetas de indemnización al lesionado y accesorias; y por falta incidental de tenencia ilícita de armas, a una multa de cincuenta pesetas, más las costas del procedimiento.

Se abona al procesado: para la primera pena, la mitad del primer año de prisión preventiva sufrida y la totalidad del resto; para la segunda, la otra mitad del primer año.

El Tribunal hace aplicación al procesado del indulto de Diciembre último, concedido por las Cortes con motivo de la designación del primer Presidente de la República.

Leída la anterior sentencia, el presidente del Tribunal advierte al Jurado que tiene la facultad de declarar si considera o no excesiva la pena impuesta.

En votación secreta por papeletas, el Tribunal del Jurado, por seis votos contra dos, declaró excesiva la pena, y en su vista, el de Derecho propondrá el indulto de la parte que considere de justicia.

Con la condena de Nicolás Pulido Granados, bastante inferior a la solicitada por el Fiscal, y que además contó con el indulto parcial concedido por el Presidente de la República con motivo de la proclamación, el año 1931, de la II República Española, doy por concluido el repaso de lo que, sobre el crimen de María del Pino, se publicó en la prensa escrita de aquellos años.

Pero en sucesos como este, más allá del supuesto rigor de las noticias que aparecen en los "papeles", siempre hay otro tipo de relatos en los que el tiempo, las emociones y la cultura se encargan de revestirlos de tanta subjetividad que casi siempre pierden lo que tienen de realidad para acercarlos al mundo del mito. Estos son los relatos que han llegado hasta nuestros días gracias a la transmisión oral.

Claro que por ello la transmisión oral no deja de tener importancia, ya que la pérdida de objetividad y el rigor se compensa y enriquece con la aportación que la cultura local le ofrece al relato. Y eso no es poco, pues la conducta humana sería imposible de explicar -y mucho menos de comprender- si la separamos de la cultura donde se gestó.

Por este motivo, en una conversación que mantuve con Pepe Sosa y Jaime Pulido, ambos vecinos de Firgas y el segundo emparentado con Nicolás, les pregunté si conocían la historia del crimen de María del Pino.

Ellos me contaron que Nicolás, después de haber cometido el crimen, y escondido en una de las casi inaccesibles cuevas del escarpado paisaje de Las Madres, vio salir del domicilio familiar el entierro de su prima María del Pino.

Como ya he comentado, la pena impuesta a Nicolás fue mucho menor que la solicitada por el fiscal, pero, aún así, no se libró de ser deportado. Pues bien, parece ser que en el destierro Nicolás mantuvo una nueva relación amorosa, pero sin llegar a tener descendientes.

Incluso me dijeron que, después de cumplida la condena, Nicolás no quiso regresar al pueblo, y esperó a que fallecieran los padres de María del Pino para hacerlo.

Pero, de todo lo que hablamos me quedo con una anécdota jocosa que me contó Jaime Pulido. Se refiere a que en cierta ocasión, siendo Jaime todavía un niño, acompañó a Nicolás a la farmacia de Firgas y que, una vez en la puerta, no los dejaron pasar porque el hombre llevaba dos o tres hurones escondidos entre las ropas. Para poder entrar a la farmacia, Nicolás le encargó a Jaime que le guardara los hurones, con tan mala suerte que uno de ellos lo mordió. El desenlace fue que ni Nicolás pudo pasar a la farmacia y que Jaime se llevó un mordisco, regresando los dos a Las Madres con viento fresco.

Con esta anécdota doy por concluida la pequeña investigación que he realizado sobre el crimen que, en palabras del recordado Manuel Perdomo Cerpa, Cronista Oficial de Firgas, "no se olvida".

Y está bien que no se olvide, porque, más allá de las emociones y el sufrimiento que en su momento produjo el suceso, la historia de los pueblos no solo está escrita con las letras doradas de los hechos gloriosos, porque esa sería una historia falsa, y hecha a medida de los intereses de algunos. La verdadera historia es aquella que recoge tantos los hechos que engrandecen al ser humano, como aquellos que hablan de sus miserias, reflejando así la verdadera condición del hpmbre, que, como he escrito en otro lugar, es impuro e imperfecto por naturaleza.

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Acaso contagiado por la crispación política y social que se vivía en España ante un cambio político, como era el del relevo de la monarquía Alfonsina por un estado federal, que malentendido por algunos dirigentes llevaron al país al borde del caos, el asesinato de María del Pino no fue el único acto violento que, por desgracia, se produjo en nuestro pueblo aquel año de 1931.

El 21 de mayo de 1931, pocos meses después de proclamada la II República Española, el periódico La Prensa se hizo eco de una pelea entre vecinos, que se saldó con un herido grave:

Un herido grave

En Firgas y sitio conocido por «Acequia de Rosales», sostuvo una riña con un convecino suyo, Juan Angulo Marrero, de 45 años de edad, resultando éste con varias heridas de gravedad.

Inmediatamente se trasladó a la Clínica de don Pablo León, donde se le asistió de una herida incisa penetrante en el tórax, de unos cuatro centímetros, de carácter grave, quedando hospitalizado en dicha Clínica.

Otro hecho luctuoso, también protagonizados por dos primos hermanos, ocurrió en Buenlugar en las postrimerías de 1931, el 9 de diciembre. Así lo notificó La Gaceta de Tenerife el 13 del mismo mes.

Por asuntos de familia

Un hombre da a otro tres tiros y lo mata.

Detención del presunto asesino.

Encontrándose el miércoles último una pareja de la Guardia civil del puesto de Arucas, vigilando la demarcación de la parte de Firgas, y cuando se hallaban en el pago del Buen Lugar, sobre las 15'30 horas, se presentó a dicha pareja el vecino Juan Marrero Ángulo, denunciándoles que momentos antes, a su hijo Eusebio Marrero, de veintinueve años, casado, natural de Firgas, le habían disparado tres tiros de revólver.

Manifestó además que los disparos habían sido hechos por un primo llamado Jorge Marrero, de 30 años, casado y de la misma vecindad, el que una vez cometido el hecho se había dado a la fuga.

Inmediatamente dicha pareja puso en conocimiento del Juzgado la denuncia, marchando luego al lugar del hecho, averiguando que el supuesto agresor había ido con su madre a Firgas.

Disponíase la Guardia civil a marchar en su busca, cuando tuvieron aviso de que se encontraba en su domicilio, dirigiéndose a éste.

Poco después se personó el Juzgado y el médico titular del pueblo, encontrándose que el Eusebio Marrero era ya cadáver.

La Guardia civil instruyó el correspondiente atestado, del que desprende que el muerto y el agresor sostuvieron una acalorada discusión por asuntos de familia, y terminada aquélla y estando Eusebio en la puerta de su casa, hízole Jorge tres disparos de revólver, que le produjeron la muerte. Dichos disparos fueron hechos a una distancia de tres metros, y el agresor se dio a la fuga rápidamente.

Estas manifestaciones fueron hechas por Juan Marrero Angulo, María Ángulo Marrero y Marcelino Marrero Ángulo, padre, madre y hermano, respectivamente, de la víctima.

Personada la Guardia civil en domicilio de Jorge, procedió a su detención, manifestando éste que sí había discutido con su primo por asuntos de familia, pero que una vez terminada la discusión se marchó, no sabiendo nada más, y negando que él hiciera disparos de ninguna clase.

La Guardia civil ha hecho pesquisas para encontrar el arma no dando resultado alguno.

Los vecinos se encierran en un desconocimiento absoluto de los hechos, manifestando no haber visto ni oído nada.

El detenido y presunto asesino, con el correspondiente atestado, ha sido puesto a disposición del juez.

Lo que es cierto es que no era solo en Firgas donde se producían estos hechos violentos. En otros municipios, como en este caso el vecino de Valleseco, no era raro que los vecinos se sobresaltaran con noticias como la que dio La Prensa de Tenerife el 18 de julio de aquel año:

Suceso misterioso en Valleseco. Aparece un cadáver dentro de un estanque. Se trata del ex-alcalde don Vicente Arencibia.

¿Es un crimen?

En el pueblecito de Valleseco, en Gran Canaria, ha sido hallado, en un estanque, el cadáver del ex-alcalde del lugar don Vicente Arencibia, suscitándose alrededor de este hecho los más diversos y apasionados comentarios.

Mientras unos atribuyen la muerte del citado vecino, a un hecho casual, otros se obstinan en afirmar que se trata de un crimen cometido por odios políticos.

De cualquier manera, las circunstancias que parecen rodear el suceso son muy extrañas y nos lo ofrecen envuelto en el mayor misterio.

Algunos antecedentes

Parece ser que, durante los pasados días, unos grupos de vecinos de Valleseco, se entregaron a recorrer las calles del pueblo haciendo sonar, incluso a horas intempestivas, instrumentos poco gratos, todo ello acompañado de disparos de bombas y cohetes.

De estas «cencerradas» han sido blanco personas de alguna significación en el pueblo, encontrándose entre ellas el señor Arencibia, y dando esto motivo, como es lógico, para que se manifestara públicamente el disgusto con que gran parte del vecindario veía semejante proceder.

La noche del domingo

Hasta las diez y media de la noche del pasado domingo, la víctima, don Vicente Arencibia, en compañía de otros amigos, estuvo en casa del médico del pueblo don Ramón Rodríguez Losada, con quien le unía una estrecha amistad.

Durante la reunión se habló de muchas cosas, incluso de la marcha de la política local, reinando gran cordialidad entre todos los presentes.

El señor Arencibia, que solía pasar las noches en casa de su hermano don Santiago, aquella no lo hizo, marchando en cambio a su domicilio, situado en el sitio conocido por El Castaño, inmediato al de su otro hermano don Antonio.

Unas cruces extrañas

Hacía algunos días que en las fachadas de las casas de algunos vecinos de Valleseco, se observaron cruces e iniciales mortuorias, encontrándose entre ellas la habitada por don Vicente Arencibia; y aunque a esto no se dio gran importancia, no dejó de inspirar algún recelo.

También se decía en el pueblo que, hará cosa de unos seis o siete días, un amigo del señor Arencibia, al parecer vecino de Firgas, le comunicó que tuviera cuidado, pues pretendían darle un golpe.

Otra cencerrada

Sobre las tres de la madrugada del lunes último, se acercaron al domicilio de don Vicente Arencibia dos de aquellos grupos constituidos por gente del pueblo que durante noches anteriores se habían entregado a dar «cencerradas». Uno de ellos lo integraban los siguientes vecinos: Rafael Yánez, Manuel Toledo, Manuel Guerra,

Cándido Henríquez, un tal Pedro, hijo del sacristán del Puerto de la Luz, Antonio Rodríguez y no se sabe si algún otro más.

El hermano de don Vicente, don Antonio Arencibia, al oír el escándalo se levantó, requirió a los del grupo para que depusieran su actitud, y, no solo fue desobedecido, sino que sus palabras fueron recibidas con una pita estruendosa. En esto hizo acto de presencia don Vicente, al que recibieron los de la «cencerrada» con igual hostilidad. Poco después , desaparecieron los alborotadores.

Don Vicente hubo de decirle a su hermano:

—Márchate a dormir. —Hasta que tú no lo hagas, no me marcho—, le contestó don Antonio. —Yo voy a casa de Santiago a tomar café—añadió don Vicente. Y, uniendo la acción a la palabra, echó a andar por el camino que a casa de su hermano don Santiago le conducía, y que dista de su domicilio unos sesenta metros, aproximadamente.

Don Antonio le vio ir en aquella dirección y volvió a acostarse.

La desaparición de don Vicente

A partir de este instante ya no se tuvo conocimiento del paradero de don Vicente Arencibia, hasta la mañana del miércoles.

La misteriosa desaparición del señor Arencibia, por haber éste desempeñado la Alcaldía de Valleseco durante largos años y por tratarse de una persona muy querida en el pueblo, causó verdadera alarma.

En torno al suceso se hicieron muchos comentarios, y, descartada la posibilidad de que se encontrara en Las Palmas, adonde tenía que ir por asuntos judiciales, la familia sospechó no sin fundamento, que le hubiera ocurrido algo grave.

Todo lo denunciaba así, ya que don Vicente marchó con el traje de diario, y en la habitación que ocupara en su domicilio, apareció la americana y en esta la cartera conteniendo 175 pesetas en billetes, un recibo del Banco de Cataluña extendido por 330 pesetas y otros papeles y documentos de los que, seguramente, hubiera hecho uso durante su estancia en Las Palmas.

El hallazgo del cadáver

La familia del señor Arencibia, que desde que se notó la desaparición de éste no cesó en indagar su paradero, decidió que se trasladara a Valleseco un buzo con objeto de que procediera a examinar unos estanques que existen en las proximidades del pueblo.

El presentimiento tuvo, desgraciadamente, confirmación, pues en la mañana del miércoles, y en el estanque de la finca denominada «El Risco», propiedad de don Alejandro Sánchez, situada a unos 250 metros del pueblo, el buzo encontró el cadáver del señor Arencibia.

Otros detalles del suceso

La víctima de este desgraciado y misterioso suceso, contaba cincuenta y cuatro años de edad; era soltero; estaba dotado de un carácter afable y de generosos sentimientos, y, al decir de los vecinos, se había granjeado el aprecio y simpatía de todos ellos.

En Sus años mozos marchó a la Habana, donde adquirió una saneada fortuna en la explotación de un tren de leche y, a su regreso al pueblo, vivía con holgura de las rentas de su capital, dedicándose por entero a la administración de sus intereses.

En Valleseco circulaba por estos días el rumor de que no volvería a ser alcalde.

El estanque en que apareció el cadáver del señor Arencibia mide más de seis metros de profundidad, y, según estos informes, aquel se encontraba dentro del agua medio incorporado y con las manos entrelazadas.

Al ser registradas las ropas que llevaba puestas, se encontró en ellas 38 pesetas en metálico, una caja de cerillas, unas gafas con su estuche correspondiente, un lápiz y un revólver con tres cápsulas sin disparar.

El suceso ha intrigado mucho a la opinión pública de la vecina isla, esperándose que la justicia aclare pronto el misterio que lo rodea.

Por supuesto que las noticias que salían en "los papeles" sobre Firgas no eran todas de carácter sensacionalista. Lo que ocurría era que, como hoy, al resto de las noticias se les daba menos "bombo y platillo", pero también las había.

Así, en ámbito deportivo se podían leer noticas como la del 30 de septiembre, de La Prensa (Tenerife):

El domingo último contendieron los equipos "Firgas" y "Cuatro Torres", venciendo este último por el tanteo de 3-0. Los "goals" fueron logrados por Nazco, Concepción y Santos.

O la de la Gaceta de Tenerife del 5 de noviembre, en este caso con un resultado favorable para el quipo firguense:

El domingo contendieron en el "Stadium" los equipos juveniles Firgas y Pequeño Salamanca, los cuales se vienen disputando una copa donada por ambos clubs, venciendo su primer partido el Firgas, por 2-0, marcados por su interior izquierdo y centro delantero.

Incluso se daban noticias donde se publicaban las vacantes de maestro en las escuelas de los barrios del Municipio, como la que publicó El Progreso, diario republicano, el 23 de septiembre:

En Gran Canaria, Casablanca (Firgas) y Caserones (), una unitaria en cada uno de estos pagos; Arucas (casco), la unitaria de niñas número 1; Casablanca- cambalud (Firgas), mixta; Buenlugar (Firgas), mixta; Valle de los Nueve (Telde), unitaria de niñas.

¿ Y noticias de sociedad? Pues también las había. Como la siguiente, publicada en febrero por La Gaceta de Tenerife, diario católico de información:

Bodas En breve contraerá matrimonio, en Firgas, la señorita Bernarda Santana Báez, con el joven don Serafín Marrero Suárez.

O la que comunicó el nacimiento de un hijo de la maestra del pueblo, doña Rosario Ramos Cabrera:

La Gaceta de Tenerife, diario católico de información, 16 de diciembre de 1931:

Natalicios. Ha dado a luz un niño la señora doña Rosario Ramos, maestra nacional de Firgas.

Igual que hice en otras páginas con el doctor José Veray Molinary, creo que la encomiable labor que esta mujer realizó en Firgas merece aparecer en este trabajo más extensamente que lo que lo hace la escueta noticia aparecida en prensa sobre el nacimiento de su hijo.

Como se recoge en el siguiente escrito, remitido al Alcalde de Firgas por la Sección Administrativa de 1ª Enseñanza, doña María del Rosario Ramos Cabrera ganó la plaza de maestra de Firgas el 30 de junio de 1921.

03/ 08/1921 : Sección Administrativa de 1ª Enseñanza. Al Sr. Alcalde de Figas.

Habiendo sido nombrada para la Escuela vacante del casco de ese Municipio Doña María del Rosario Ramos Cabrera, en virtud del concurso de traslado y por R. O. de 30 de Junio último, inserto en la Gaceta de 19 de Julio siguiente, se servirá Vd. dar posesión a dicha Maestra en el plazo de 45 días que finaliza el 3 de Septiembre próximo venidero, comunicando a esta Sección por medio de certificado la fecha en que dicha posesión tenga efecto.

Dios que a Vd. m. a. las Palmas 3 de Agosto de 1921. Fmd.: El Jefe de la Sección. (Ilegible).

Desde mediado del siglo XIX, en Firgas se hacía realidad aquel chascarrillo que decía: "Pasas más hambre que un maestro de escuela". Era así porque las quejas y escritos a las autoridades locales de los docentes por no cobrar sus salarios o por las malas condiciones de los edificios donde daban clase era algo cotidiano.

Como no podía ser de otra forma, también este fue el caso de doña Rosarito, que compartía escuela y vivienda en una casa en un estado ruinoso. Eran tan malas las condiciones de la vivienda que, apenas transcurridos dos meses de la toma de posesión de su plaza como maestra, doña Rosario se vio en la obligación al comunicárselo al Alcalde mediante escrito:

10/11/1921: Escuela Nacional de niñas de Firgas.

Al Sr. Alcalde Presidente de la Junta Local de Primera Enseñanza del pueblo de Firgas.

Pongo en conocimiento de V. S. que la casa habitación necesita reparaciones porque se moja toda ella y dada sus malas condiciones no es posible vivirla por lo tanto ruego se ordene a la mayor brevedad posible las reparaciones necesarias.

Dios guarde a V.S. muchos años. Firgas 10 de Noviembre 1921.

Fmd.: La Maestra propietaria. Mª del Rosario Ramos.

Pero a pesar de las precarias condiciones en las que realizaba su labor como maestra, la entrega a su profesión, tanto dentro del aula como fuera de ella, queda en las crónica de la historia de Firgas, como los cursos de costura que, con el patrocinio de la marca de máquinas de coser "Singer" se impartieron el patio de la Fonda.

31708/1928 :Ayuntamiento de Firgas.

Inventario del material fijo que se entrega por el Secretario de este Ayuntamiento a la Señora Maestra de la Escuela de Niñas de este pueblo con destino de la misma- 1 MAQUINA SINGER 15 K26 bobina CENTRAL

En Figas a 31 de Agosto de 1928. Fmd.: El Secretario. José Báez. La Maestra. Mª del Rosario Ramos.

Siguiendo con la crónica de aquel año, el 22 de octubre La Prensa (Tenerife) divulgó la noticia de un trágico accidente en el que perdió la vida Francisco Cardona Hernández:

Un hombre ahogado

En la tarde del viernes fue encontrado flotando sobre las aguas de unos charcos que existen en el barranco de Azuaje, (Gran Canaria), el cadáver de Francisco Cardona Hernández, de 40 años, pastor de ovejas.

El hecho ocurrió casual, pues al pasar el infortunado Francisco Cardona por los mencionados charcos, tuvo la desgracia de resbalar y caer.

El Juzgado se personó en el lugar del suceso ordenando el levantamiento del cadáver y su traslado al cementerio para practicársele la autopsia.

Me cuenta José Manuel Sosa Perdomo que el desafortunado pastor intentó cruzar el charco utilizando su garrote, clavando el regatón dentro del agua, con tanta mala suerte que le falló el salto, yendo a caer dentro del charco, lo que, al no saber nadar, le ocasionó la muerte por ahogamiento.

La pregunta de por qué su cuerpo lo trasladaron al cementerio de Firgas para hacerle la autopsia, la explica siguiente escrito, remitido por el Juez de Paz de Firgas al Alcalde, en el que le solicitaba el material necesario para realizar las autopsias. De este escrito se desprende que a partir de mayo de 1906 las autopsias comenzaron a practicarse en el cementerio del municipio. Práctica que continuó hasta pasado los años sesenta, del siglo pasado:

06/05/1906 :Juzgado Municipal de Firgas.

Para el Sr. Alcalde de Figas.

Dispuesto por el Sr. Juez de instrucción del Partido, en atento oficio de 25 de Abril pasado, que siendo perjudicial a la salud pública la frecuencia con que los Jueces Municipales le remiten cadáveres a Las Palmas en completo estado de descomposición, se haga la autopsia, cuando se presente un caso, en cada pueblo, por el médico o médicos titulares del mismo si los hubiere, y en caso contrario se reclamen de los pueblos inmediatos.

Y como para llevar a efecto la operación se necesitan materiales como son una mesa para colocar los cadáveres, una caja autopsia, un par de lavaderas, tohallas, jarros para agua, y jaboncillos para lavarse las manos, he creído oportuno participarlo a V. S., a fin de que dando cuenta al ayuntamiento de su digna presidencia, se sirva acordar la adquisición de dichos materiales lo antes posible, para cuando se presente un desgraciado caso.

Fmd.: El Juez de Paz. José Gil Rodríguez.

Cerrar este trabajo con la noticia que da cuenta del fallecimiento de Francisco Cardona en un charco de Azuaje no ha sido por casualidad. He querido hacerlo así para, con ello, hacer público mi reconocimiento a nuestro añorado e irremplazable Cronista Oficial, un hombre que amaba tanto a su pueblo que era capaz de detener el tiempo cuando de hablar de la historia de Firgas se trataba.

Y así fue, Manuel Perdomo supo detener el tiempo en una de las conversaciones que mantuvimos, para, sin prisas, como a él le gustaba hacerlo, contarme una parte de la historia de de la muerte del pastor que no salió publicada en la prensa, pero que se ha mantenido en la intrahistoria de Firgas gracias a la transmisión oral. Esa transmisión oral que tiene la legítima facultad de borrar la imperceptible línea que separa la leyenda de historia.

Al parecer, el perro de Francisco, presintiendo de la gravedad del suceso, y no pudiendo hacer nada para sacar a su dueño del charco, subió hasta el pueblo para pedir ayuda. Parece ser que en un primer momento, creyendo la vecindad de que el animal se había adelantado al pastor en el camino de regreso al pueblo, nadie le prestó atención a su agitación, pidiendo ayuda. Pero según iban pasando las horas, y viendo que el pastor no regresaba con el ganado, algunos vecinos decidieron seguir al fiel animal, que les sirvió de guía, hasta conducirlos al charco donde había perecido su amo.

A partir de aquellas fechas el charco donde falleció Francisco se le conoce como "El Charco del Pastor", que unido al nombre de otros, como el de "El Charco de la Higuera" o el "El Charco de los Ingleses", se han convertido en epígrafes de muchos capítulos de la historia del Azuaje.

Fuentes consultadas:

Perdomo Cerpa, Manuel. Pulido Falcón, Jaime. Sosa Perdomo, José Manuel. Firgas Noticias de un Siglo, 1835-1935, de Manuel Perdomo Cerpa. Juzgado de Paz de Firgas Hemeroteca digital de la ULPGC Hemeroteca digital de la ULL Hemeroteca digital de la BNE Hemeroteca digital de la Biblioteca Digital Hispánica.

Firgas, enero de 1016. José Juan Sosa Rodríguez.